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Eve Langlais
El abrazo de la pitón
Ningún colaborador del foro recibe una retribución por este libro más
que un Gracias y se prohíbe a todos los miembros el uso de este con fines
lucrativos.
¡A disfrutar de la lectura!
Sinopsis
Bienvenidos a Bitten Point, donde los insectos del pantano son de
tamaño nuclear y a los residentes les gusta morder.
Capítulo Uno
Estúpido pantano. El agua hacía mucho tiempo que le había
quitado el calor de sus extremidades. Peor, sin embargo, era el barro.
Succionaba las extremidades de Aria cuando intentaba descansar. La
cubría como una segunda piel viscosa que apestaba tanto que incluso los
insectos no se atrevieron a hacer un banquete de ella. Pero al menos la
escondió de los rastreadores.
Nunca.
Grrr.
Grrr.
—Sal de mi camino.
—¿O qué?
Aria agitó sus pestañas de nuevo cuando una gran mano se agitó
frente a sus ojos.
Él resopló.
No habría caricias. Aria miró hacia otro lado y notó que su perrita
había terminado con la serpiente. La culebra venenosa yacía lacia sobre
la roca, y Princess se pavoneaba y chillaba, celebrando su muerte.
1
The Hills Have Eyes: Película de terror que en España se tituló Las Colinas tienen
Ojos, y que las escenas de más miedo iban acompañadas de música de banjo.
—Uh, no. Lo que quise decir es que Princess hace sus negocios en
esta zona. Es por eso por lo que estábamos aquí, de hecho. Ella tenía que
hacer sus negocios.
—Mierda.
Capítulo Dos
¿Qué pensar de la mujer que acababa de arrastrarse fuera del
pantano con solo un sostén y bragas? En todos sus años, esta fue la
primera vez que le ocurrió algo así, al menos a Constantine.
Porque apostaría que su historia tenía mucho que ver con lo que
él, su hermano y sus amigos habían estado investigando anteriormente.
Algo cazaba a la gente en Bitten Point. Algo los jodía, y ya era hora
de que ellos se volvieran para joderlos.
O joderla a ella.
Muy sucia…
Una vez más, por qué le importaba una mierda, no podría haberlo
dicho. Además, no era como si ella se fuera a quedar. La limpiaría y
seguiría su camino tan rápido como pudiera.
No dejarla. Nuesssstra.
La mujer aún tenía que explicar por qué había salido arrastrándose
del pantano, y aunque no parecía muy entusiasmada con su presencia,
no se había despegado, ni exigido un teléfono.
La nuesssstra.
2
Cuarto de barro: Cuarto a la entrada de la casa, normalmente en la trasera que tenía
la zona de colada para poder cambiarse de ropa y calzado y asearse y no ensuciar el
resto de la casa cuando se venía del trabajo o campo.
—Está fría.
No, no lo hago.
—Mojigato.
Ella resopló.
Contrólate. Dejó caer la cabeza y cerró los ojos. También apretó los
puños, mientras respiraba profundamente, preguntándose por el extraño
efecto que ella tenía en él.
Ella se la arrebató.
—¿Estás decente?
Como el infierno.
Capítulo Tres
Maldición y doble maldición. ¿Cómo la reconoció este tipo?
—¿Conoces a Cynthia?
Un suspiro la dejó.
Ella parpadeó.
3
Aquí con bocado ella quería que significara un trabalenguas, o una frase muy larga y
complicada para decir. Pero coloquialmente también se dice del acto de eyacular en la
boca de alguien.
4
Puñado, es una persona difícil de controlar, problemática. Pero también lo que cabe
en una mano, y en especial los pechos de una mujer.
Una locura. Tal vez como resultado del tiempo que pasó como
prisionera. ¿Me estoy volviendo loca?
—Bájame. ¿Qué crees que estás haciendo? —Su sorpresa por sus
acciones explicaba su corazón acelerado, pero lo que no entendía era la
falta de reacción de su águila. ¿Dónde estaba su indignación? ¿La ira?
—Te estoy cargando para que tus pies no se llenen de barro. Y antes
de que enloquezcas un poco más, puedo añadir que estoy haciendo lo
mismo con Princess.
—Solo tengo una mano libre, señora. ¿Qué otra cosa esperabas?
Él no dudó.
Nota mental para una misma: compra cinta adhesiva para tu mejor
amiga.
Ayudó a Aria a darse cuenta de que no estaba sola. Thea era como
ella, bueno, no exactamente igual, dado que Thea se transformaba en un
lobo, pero su amiga sabía de los cambios. Con su guía y las lecciones
aprendidas de los padres de Thea, llegó a entender lo que era. Nunca
había descubierto quién era.
Yip.
—Lo siento, Princess. Papá tiene que calentar a Aria antes de que
se desmorone tiritando.
—No tengo fiebre. Tengo frío. —Mucho frío, hasta la médula de sus
delgados huesos.
—Tengo frío —se quejó con una voz quejumbrosa que no reconoció.
—Pero…
El lado duro que ella había cultivado como una coraza contra el
mundo quería protestar por su ayuda, aunque la necesitara. Ignoró esa
voz y obedeció la profunda y estruendosa orden de Constantine. Se
inclinó hacia un lado, mirando en la otra dirección.
Capítulo Cuatro
Nada de sueño para mí esta noche.
Aria no tenía una onza extra de grasa en ninguna parte. Por otro
lado, ya que pertenecía a la familia aviar de los Cambiaformas,
mantenerse delgada no era solo una necesidad, sino un hecho de la vida.
Para tener la capacidad de volar, las especies de aves necesitaban
permanecer ligeras.
Ssssuya.
Escuchó más que vio cuando Princess saltó a la cama, una cama
con un somier más bajo para que pudiera dar el salto. Abrió los ojos y
notó que los grandes ojos de su perra estaban fijos en la cara de Aria.
Princess soltó un pequeño grr y yip.
5
Shifter High Council.
Capítulo Cinco
Los cazadores la persiguieron, con gritos estridentes e intenciones
asesinas. A través del bosque, corrió, con los brazos alejando ramas,
escupiendo telarañas que se aferraban a su cara mientras corría a través
de ellas.
Arriba.
—Despierta.
—Todo está bien, Aria. Estás segura. Soy yo, Constantine, ¿me
recuerdas? Te ayudé después de que te arrastraras fuera del pantano.
—¿Qué está mal en mí? ¿Por qué hace tanto calor aquí? —Se las
arregló para patear con sus piernas y quitarse las sábanas.
—Estás ardiendo.
—Eres lindo.
—¿Perdóname?
Algo sopló caliente en su cara, y abrió los ojos que no se dio cuenta
que había cerrado, para ver una pequeña cara peluda que la miraba con
ira.
Grrr.
—Joder.
—No eres gracioso. Pero sigues siendo lindo. —Ugh. Que alguien le
dispare. Parecía que no podía confiar en su boca para mantener en
secreto sus pensamientos internos.
—No hasta que llame a Thea. Necesito saber que está a salvo. La
preocupé la última vez que llamé, y no debí haberlo hecho. Pero tuve que
hacerlo. Por si acaso no volvía.
—¿Quién?
—¿En serio?
Él asintió.
—¿Dónde, Aria?
—¡Joder!
Capítulo Seis
Otro hombre podría haberse ofendido por el hecho de que la mujer
a la que prestó su cama vomitara en su camiseta favorita de “I <3
Chihuahuas”6. Sin embargo, Constantine no era imbécil.
—Llamaré al médico.
6
I <3 Chihuahuas: I <3 es un slang de Internet que significa amor (forma de corazón),
así sería yo amo a los chihuahuas.
Sí, pero si fuera la fiebre del pantano, pasaría si la tratara con las
píldoras que tenía. Pero, ¿y si es otra cosa?
Lo prometí.
Se bajó de ella.
—Se detuvo.
—Esta es Aria.
—¿Dónde estoy?
—En mi cama.
Capítulo Siete
El pánico que había en ella amenazaba con abrumarla.
Dondequiera que miraba, se quedaba en blanco. No reconoció ni una sola
cosa. No la habitación con las paredes revestidas de paneles pintadas de
un gris medio. No la cómoda de madera con cicatrices y el pequeño
estéreo de encima. Especialmente no recordaba al tipo grande que se
erguía al pie de la cama, mirándola atentamente.
¿Es mi novio?
Una rata peluda eligió ese momento para saltar a la cama y mostrar
sus dientes.
—Eres Aria.
Su nariz se arrugó.
—Constantine.
Así lo afirmó él, pero ella no pudo evitar tener la sensación de que
podría asumir fácilmente el papel de protector.
Me mantiene a salvo.
pervertido. ¿Me drogaste? ¿Es por eso que no puedo recordar nada? —
Sus ojos se abrieron de par en par mientras lo acusaba en voz alta.
La miró fijamente.
—Tampoco eres una invitada gentil. ¿Vas a decir que olvidaste tus
modales con tu nombre?
Él se rió.
—¿Ángel?
—Sssstop.
—¿O qué?
Dado que su voz sonaba normal otra vez, ella inclinó la cabeza
hacia un lado para mirarlo. Constantine la miraba con una expresión
seria. Una expresión humana.
—Sí.
—Touché. Supongo que estoy bastante mal. —El amargo olor del
sudor impregnaba no solo su piel, sino también la camiseta que llevaba
puesta.
Ella se rió.
¿Por qué no podía dejar de pensar en él? ¿Tal vez si dejara de mirar
en su dirección?
Se miró los dedos de los pies, ¿de color rosa? Qué raro, no se habría
tomado como alguien que eligiera un color tan femenino. Diablos,
tampoco habría pensado en hacerme la pedicura.
—Tienes que hacerte la pedicura en los pies —dijo Thea por enésima
vez, mientras se recostaba en el sillón de masaje de mierda, con los pies
apoyados frente a ella para que la asistenta pudiera refregar el infierno
fuera de ellos—. Quiero decir, piensa en ello. ¿Qué pasa si conoces a un
macho, y quieres bailar el tango travieso?
Sí, lo hacía, pero no era su culpa que la mayoría de los hombres que
Aria conoció, fueran herramientas, al igual que chicos que preferiría
abofetear antes que follar.
—Demasiada información.
—…haciendo?
7
Sasquatch: Pie Grande o Sasquatch es un supuesto animal de aspecto simiesco que
habitaría los bosques, principalmente en la región del noroeste del Pacífico en América
del Norte.
Por lo general, sí, pero ahora… ahora quería tocar. Así que lo hizo.
Los dedos en su mejilla presionaron contra carne caliente. No es un
monstruo. No una serpiente. Su suave y flexible piel se encontró con su
ligera exploración de su rostro.
8
Inicio de barba que aparece horas después de un afeitado.
—¿O qué? ¿Si bebí sangre? ¿Puedo caminar de día? ¿Es verdad que
mi lengua puede hacerte gritar?
—¿Muy vanidoso?
Él le guiñó el ojo.
Mío.
—Sí.
—No puedes hacer esto —repitió, con los ojos congelados ante el
lento descenso de la aguja. Se sacudió tan fuerte como pudo, su ligero
cuerpo se retorció, pero ni siquiera estuvo a punto de aflojar las ataduras.
Nadie escuchó.
Capítulo Ocho
De pie en la puerta, un pervertido voyeurista. Constantine sabía
que debía irse. Tengo que irme. Y esta vez a más de un metro de la puerta
para que Aria pudiera ducharse. Realmente quería dejarla sola, excepto
que sus ojos estaban vidriosos y sabía que su mente estaba vagando de
nuevo, sin dejar a nadie en casa que pilotara el cuerpo.
Una vez más, cayó, y una vez más, la atrapó, pero solo porque se
deslizó por el suelo estilo beisbol, así que ella aterrizó en sus brazos y su
regazo.
9
Chickadee: En España a este pájaro se llama carbonero.
Su mirada se estrechó.
—Basta.
Ella sonrió.
—Supongo que así es. Así que verás, estoy bien. Cada minuto que
pasa más fuerte. Me desmayé porque recordé algo.
Lo que no esperaba era que Aria, con un brillo travieso en sus ojos,
mostrara una sonrisa de dientes nacarados.
Lo hizo.
10
Juego de palabras entre to peck o picotear y to pet, acariciar.
Glup.
Sé fuerte.
Hacer. Suya.
Lo miró.
Rip.
Capítulo Nueve
Vale, esto podría convertirla en una puta, pero era jodidamente
excitante. Cuando Constantine agarró esa camiseta y la rompió en dos
mientras sus palabras rozaban sus labios con aire caliente, fue como si
fuera de lo normal, sexy, caliente.
Dos. Alguien le había hecho algo. La inyectó con una droga extraña.
Como tal, no podía confiar necesariamente en sus instintos o incluso en
Por encima del mostrador, vio un espejo. Se paró frente a ello, con
las manos apoyadas en la parte superior de vinilo que sostenía un lavabo
de cerámica rosa en forma de concha de mar. Muy retro.
Me estoy demorando.
—¡Aaaaaah!
—Es blanco.
—Sí.
—No.
—No, pero eso no significa que no recuerde que esto no debería ser
blanco. —Agitó el ofensivo mechón.
—No lo vi cuando saliste del lodo por primera vez porque estabas
muy sucia. —Ella frunció el ceño ante su recordatorio—. Pero después de
que te enjuagaras, lo vi. Y lo has tenido desde entonces. Aunque —
Extendió la mano para tocar el mechón blanco—, parece más ancho que
antes.
—¿Recordaste tu edad?
—Lo hice. Maldita sea. Es extraño que las cosas sigan filtrándose
para volver a entrar.
—Juegas sucio.
Aria se lo llevó a los labios y tomó un sorbo, solo uno pequeño para
no quemarse la lengua. Sus papilas gustativas explotaron de placer con la
mezcla perfecta. Dulce, con un toque de amargor para exhibirlo.
Muy delicioso y qué amable la dama que dirigía el bed and breakfast
por hacerlo para ella. Mejor aún, la dueña del B&B lo había entregado en
su puerta.
Aria tomó el contenido de la taza, solo para sentir que sus ojos se
sentían más pesados, los párpados bajando, tratando de cerrarse. Los
dedos que sostenían la taza se relajaron y se cayó, derramando chocolate
caliente por todas partes. La taza no fue lo único que cayó.
11
Bedbug Bites: Mordeduras de chinches.
—Sí. Eso es. La tía que lo dirige drogó mi cacao. —Qué agallas. Aria
golpeó su taza, derramando el contenido.
—¿Es esta tu manera de decir que piensas que soy como ella y que
trato de drogarte con cacao?
—No.
—Tú chupas13.
—Cuando quieras.
12
Gavia: Especie de pato.
13
Quiere decir que apestas, o que eres un asco, en sentido de malo. Se usa como doble
sentido.
Su nariz se arrugó.
—Caníbal.
Ella se rió.
—¿Thea?
—Sí, soy yo. —Al menos en cuerpo. La mente era en la que todavía
tenía que trabajar.
—He estado por aquí. Lidiando con las cosas. —Como un tipo
gigante y su perro malvado.
que preocuparse? Por si acaso, metió los pies detrás del peldaño del
taburete.
—¿Dónde estás? Quiero verte. ¿Estás con Constantine? ¿Es por eso
por lo que llamas con su teléfono?
—Deberías irte.
¿La madre de Thea estaba aquí? Aria podía verla con el ojo de su
mente, con el pelo todavía más salvaje que el de Thea, sosteniendo una
bandeja de galletas de semillas de ajonjolí recién horneadas.
Tal vez Constantine tenía razón. Tal vez ver y hablar con la gente
seguiría haciendo brotar los recuerdos.
—Papá también.
Buena pregunta, dado que el solo hecho de mirarlo hizo que ciertas
partes de ella se calentaran.
—De todos modos, la razón por la que te llamé fue para decirte que
no me buscaras. Estoy bien.
—Por favor. Y además, no le digas a nadie que sabes que estoy viva.
Capítulo Diez
Vale, el siseante vehemente silbido de Constantine podría haber
sido un poco exagerado. Eso no justificó la sonrisa y las burlas de Aria:
Todavía.
Nunca.
Ja.
Las palabras colgaron en el aire, otra pista de que las cosas entre
ellos no se comportaban como debieran. Seguía diciendo y haciendo
cosas que nunca habría imaginado. Él tuvo la impresión de que ella
también lo hizo. Pero ambos lo disimularon.
—Lo sé. Normalmente como menos que eso, pero supongo que
tenía mucha hambre. Y estaba terriblemente bueno. Estoy tan llena que,
aunque pudiera hacer brotar alas y volar, dudo que pudiera levantarme
del suelo. —Se acarició su vientre.
—¿Qué pasa?
—¿Dónde?
—A saber a dónde va, por supuesto. Podría ser una pista para
desentrañar tus recuerdos.
Salieron del Bayou Bites a la luz del sol, justo a tiempo para ver un
coche Smart14 azul brillante salir del aparcamiento.
—Me gustan que las cosas en las que confío sean más grandes.
14
Smart: Marca de coches pequeños.
—En el caso de los coches, tal vez. De ninguna manera voy a confiar
en que esa pequeña lata de hojalata me proteja. —Señaló mientras lo
seguía a su camioneta.
—Me pregunto qué se siente tener todo ese poder entre mis piernas
—musitó en voz alta.
—Paciencia, ganso.
Le pegó en el brazo.
—Idiota.
Él se rió.
—¿Él?
—Cualquier cosa que haga vibrar a mi chica tiene que ser de origen
masculino.
—No me acuerdo.
Mentira. Pinchó.
Ella puso los ojos en blanco, pero él notó el inicio de una sonrisa
que curvaba la comisura de sus labios.
—Es Fred.
—Lastimándote.
15Full Throttle es una aventura gráfica creada en 1995 por LucasArts para PC DOS y
Macintosh. En esta aventura el personaje principal es un duro motero
estadounidense. La traducción sería a toda marcha
Esta fue una vez que su otra mitad tuvo la idea correcta.
—No, mi tucán.
No, maldita sea, no lo era. Era linda y pequeña, con una inclinación
al final.
—No estoy seguro. No creo que fuera dañada con el incendio, pero
lo más probable es que alguien la remolcara. Podría averiguarlo, si
quieres. —Aunque por qué se ofreció, no podía decirlo, dada la crueldad
de ella.
—Sí, pero tienes que admitir que esos camarones fritos valieron la
pena.
—¿Y que llamen a la policía? —murmuró él—. Abrirá. —Lo dijo con
más confianza de la que sentía. Más alto—. Solo quiero hacerte unas
cuantas preguntas sobre una chica que podrías haber conocido en un
bar hace unos días.
—¿Eres policía?
—¿Me conoces?
—Iros. No quiero tener nada que ver con ella. Por su culpa, me metí
en muchos problemas. Tuve suerte de no perder mi trabajo.
—Como si no lo supieras.
Capítulo Once
Aria no pudo evitar un parpadeo de perplejidad cuando
Constantine dejó a Jeffrey, ese es su nombre, fuera de combate.
Lo miró boquiabierta.
—¿Estás celoso?
Al igual que ella no sabía por qué le complacían sus celos. Otro
aspecto de la loca atracción entre ellos. Una atracción que necesitaba
negar, al menos por el momento.
Dado que dudaba que Jeffrey fuera su tipo, esperaba que no fuera
su temido lado de zorra conformándose con lo que tuviera a mano.
—Coqueteé con él. Nada serio. Coqueteé y charlé con todos los que
estaban allí. —O eso es lo que recordaba vagamente. El barman le hizo
un Martini delicioso—. Le hice hablar de su trabajo allí como técnico, iba
a moverme al siguiente. Excepto…
—No lo sé. Solo estoy repitiendo las partes que recuerdo del flash
de memoria. También dijo: “Está pasando mierda rara en Bittech, y no
estoy hablando solo de la pésima comida de la cafetería”.
—¿Eres periodista?
Lo dijo en broma, pero algo sobre sus palabras hizo sonar una
campana. Simplemente no provocó ningún recuerdo.
—¿Crees que fueron ellos los que me atacaron? Pero, ¿por qué?
¿Por qué yo?
Qué triste que no tuviera una familia que cuidar. Tengo a Cynthia
y a su familia. El pensamiento y la certeza la calentaron.
Igual que una mujer fatal en una película, Aria había atraído al tipo
un poco achispado al estacionamiento. Una vez allí, fingió una súbita
pasión por él que implicaba mucha baba, por parte de él, mientras
machacaba su boca contra la de ella. Estremecimiento.
—Dios mío, pero eso fue caliente. Haces que una chica quiera
olvidar que se está guardando para el matrimonio.
—No lo sé. Todo lo que sucedió después de que saliera del bar está
en blanco. —No del todo, recordó que también se había pasado el brazo
por la boca para limpiarse el baboseo de Jeffrey—. Ugh.
—¿Por qué el único beso que recuerdo es uno horrible? —Si era
una puta antes, ¿no debería tener un montón de recuerdos de besos
calientes?
Pero besar sonaba tan trillado. Esta fusión de sus labios, la chispa
eléctrica que se arqueó y el calor lánguido que invadía sus extremidades
era mucho más que un simple beso. Fue una explosión para sus sentidos.
Una incursión en la pasión que te dejaría sin aliento y con las rodillas
doblándose.
Más.
¿Por qué?
Ella parpadeó con los ojos abiertos y llenos de pasión al notar que
la puerta del motel estaba abierta. La luz del sol entraba y la mostraba
completamente sola.
—¡Socorro! ¡Ayuda!
Los dedos con garras del monstruo volador agarraron los brazos de
Jeffrey.
—Crees que alguien está haciendo que esas criaturas hagan estas
cosas. Pero, ¿por qué? Quiero decir, ¿por qué secuestrar a Jeffrey a plena
vista?
—No.
—Creo que has tenido suficiente emoción para un día. Nos vamos
a casa. Princess me necesita.
Capítulo Doce
Cuando Constantine entró en el camino de grava prensado frente
a su casa, notó no solo el coche de su madre, sino también el de su
hermano. Curioso porque Caleb normalmente trabajaba durante el día.
¿Qué lo llevó de visita?
—¡Lo maté!
Esta era más pequeña. Mucho más pequeña. El ligero marco estaba
cubierto de un suave pelaje gris, sin escamas, pero el olor a reptil lo
impregnaba.
Ella sonrió.
—Nunca antes había visto algo así —comentó Caleb—. Sea lo que
sea, voy a apostar a que no es natural. ¿Ves sus alas? —Su hermano la
extendió, la membrana se desplegó y estiró tensa. El ala parecía cubierta
de piel de cuero, no de plumas ni de piel—. Las alas son como las de esa
criatura dinosaurio que matamos hace un tiempo. La que se llevó a Luke.
Ante las suaves palabras de Aria, todos los ojos se volvieron hacia
ella.
Capítulo Trece
El recuerdo la tomó por sorpresa.
Bittech. Bittech. Bittech. Una vez que Caleb se fue con el cadáver,
con su madre a remolque para quedarse con Renny y Luke, Aria se
encontró a solas con Constantine. Y su perra, una Princess chaperona.
Los cinturones de castidad no eran nada para ese perro. Cada vez
que Aria se acercaba a Constantine, la perra se abría paso entre ellos.
Reclamando a Constantine.
Su labio se contrajo.
—Claro.
—No soy Cynthia. Estás a salvo. —La certeza de que su amiga era
la que plantaba las ideas alocadas. Al igual que la creencia de que Aria
siempre estuvo de acuerdo y, a veces, embelleció esos planes salvajes.
Él se giró bruscamente.
16
La navaja de Occam: En igualdad de condiciones, la explicación más sencilla suele ser
la más probable.
17
CEO: Director ejecutivo.
¿Quién es él?
Ella tomó otro sorbo del cacao mientras se asomaba por la ventana.
Constantine se alejó de ella y habló en voz baja a quienquiera que lo
llamara.
Veneno.
¿Qué?
—¿Está mal que me guste más ese nombre que ese nombre
castrador de ángel?
—No.
Capítulo Catorce
Mientras Constantine se alejaba, dejando a Aria a la tierna
misericordia de su mejor amiga, quien apretó a Aria a su pecho, jurando
que nunca la perdería de vista, no pudo evitar reírse al recordar las
palabras con que Aria amenazó.
—Si no puedo beber, entonces tendré que hacer algo con mis
labios. Hasta luego, mi pequeño pavo real. —Le guiñó un ojo.
Por otra parte, Princess odiaba a casi todo el mundo. Ella toleraba
a sus amigos. Seguía intentando interponerse entre él y Aria, sin
embargo.
Mamá lo mató. Pero, como había visto hoy con la cosa voladora,
quienquiera que acechara tenía más de una criatura a sus órdenes.
También se estaban volviendo más descarados usándolos.
Bufido.
El viaje al lugar del crimen no tomó mucho tiempo ya que fue allí
directamente. Se unió a varios de sus otros hermanos Cambiaformas que
también trabajaban en el departamento de bomberos de Bitten Point.
18
Ladybird: La traducción sería una mariquita. Pero también podría querer decir su
dama-pájaro.
que la pobre Steph notara que había un cadáver colgado en las ramas del
árbol que los protegía.
Eso detuvo la cita, al menos para Boyd. Steph, a solo unos pasos
de la escuela secundaria, estaba tocando su cabello y charlando con el
joven policía que apareció en la escena con una insignia impresionante y
un arma.
—Es un macho.
Una vez que el cuerpo dejó las ramas del árbol, era responsabilidad
de los policías, y otros tíos de la escena del crimen, que debían tomar
evidencias y suprimirlas en el caso de que levantaran demasiadas
banderas.
Aria era huérfana. ¿Podría darle una familia solo para quitársela
porque su serpiente se aburrió?
Por supuesto que no, porque ella lo amaba y confiaba en él. Tenía
el deber de protegerla, cuidarla y adorarla a cambio.
Tenía mejores cosas que hacer, como hacer una parada en boxes
para ver a Wes, el enemigo de su hermano. Personalmente, no tenía nada
en contra del tipo. Parecía bastante agradable. No era culpa de Wes tener
ese apellido desgraciado: Mercer.
Pero hacerse amigos íntimos no era la razón por la que fue a ver a
Wes. Quería ponerlo al día sobre los aspectos más nuevos del caso. Una
llamada telefónica podría haber sido más rápida, pero la paranoia le hizo
preguntarse si era seguro hacerlas.
—¿Cuál?
—¿Realmente atacó? —La voz de Wes era casi tan alta como sus
cejas.
—No. Este era más bien como un mono volador mutante. La cosa
más rara que he visto en mi vida. Cubierto de piel, no de escamas. Este
también tenía una buena cola. Un apéndice largo, parecido a un látigo
con un extremo de púas.
—Creo que hay más que suficientes pruebas en este momento para
admitir que al Consejo Superior de Cambiaformas no le importa una
mierda.
—¿Mantener a Aria a salvo? Pensé que esa era la chica que Cynthia
dijo que había desaparecido.
Una ceja oscura siguió subiendo hasta que Wes finalmente dijo:
—No hay nada malo en que un chico se ponga serio con una chica.
—Si esos dedos de los pies se acercan a sus orejas, espero detalles.
O podría tomar la ruta cobarde, caer sobre una rodilla, abrir los
brazos y exclamar:
Búrlate de él y muere.
Tal vez había olido los gases del pantano, porque, al segundo
siguiente, se puso de pie y presionó sus labios contra los de ella, un beso
fugaz antes de alejarse, y con una sonrisa, dijo:
—Hambrienta.
Capítulo Quince
No hay nada como llevar a una chica que apenas necesita un
sostén a un club de striptease, con tetas gigantescas y rebotantes por
todos lados. Hizo que Aria se sintiera algo inadecuada en el área del
pecho. Llevó su irritación a Constantine.
—No puedo creer que me hayas traído aquí. —En serio, no parecía
el tipo de persona que iba a un bar de desnudos.
—No creo que sirvan tres alitas de pollo y siete y media patatitas
fritas.
—Ja, ja. Qué tipo tan gracioso. A ver si comparto alguna de mis
sobras contigo ahora.
—Estás chiflado.
Él frunció el ceño.
20
Bluebird: Pájaro llamado azulillo.
—El hecho de haber sido una puta en mi otra vida no significa que
vaya a serlo en esta. Así que si vamos a besarnos de forma regular, al
menos debería ser tu novia. —Porque entonces no sería una puta. Solo
estaría haciendo lo que tenía que hacer para mantener a su hombre feliz.
Él parpadeó.
—Eso fue confuso, pero por lo que creo que entendí, eres mi novia.
—¿Ir a dónde?
—¿Por qué?
A través de unos ojos aturdidos, podía ver un techo. Yeso blanco con
algunas grietas finas y una mancha. ¿De quién era el techo que admiraba?
Vuela lejos.
21
Huesos de leche: Galletas para perros en forma de hueso, que ayudan a mantener
sanos los dientes y aportan vitaminas.
El acre hedor del pelo quemado la revivió un poco más, pero mientras
su mente se despertaba, su cuerpo permanecía perezoso.
Grrrrr.
—Agarra a la chica.
La cosa peluda llamada Harold levantó a Aria por las axilas, no muy
suavemente tampoco.
Chas.
—¿Cómo lo supiste?
Ella se estremeció.
—Es un gilipollas.
—¿Olor?
—No lo sé. Estaba tan confusa en ese momento debido a las cosas
que metieron en mi cacao.
22
Pimienta de limón: Condimento que consiste en piel rayada de limón y pimienta.
—Si sigo comiendo así, voy a ser demasiado pesada para volar —
dijo con una palmadita en su barriga. Se congeló—. Santa mierda. Dije
que podía volar.
—Ahora suenas como Peter Pan. Siempre pudiste volar. Es solo que
tu subconsciente está revelando estos pedacitos poco a poco.
Otro grito, más fuerte esta vez cuando una chica vestida con una
falda de cuadros y una blusa blanca atada salió corriendo de las cortinas
de la parte de atrás del escenario. No fue la única que apareció en el
escenario.
Capítulo Dieciséis
Aunque a él no le importaba un poco de piel, Constantine tuvo que
admitir que el espectáculo de esta noche sobrepasaba ese límite.
Grawr.
¡GRAWR!
—Eso suena como algo que diría Cynthia —murmuró Aria detrás
de él.
Pero estaba menos preocupado por eso que por la opinión de cierta
mujer.
No presa.
No esta.
—Ángel, tienes que volver ahora. Hay gente viniendo. —Tal vez
proporcionarían una comida más limpia que la asquerosa que estaba en
el suelo—. Tienes que cambiar. No podemos saber quién viene. Sabes que
los de tu tipo tienen mala reputación. No quiero que te disparen.
—No lo sé.
Capítulo Diecisiete
Aria no pudo evitar reírse de Constantine mientras los llevaba a su
casa. Princess se sentaba en su regazo, con un ojo inclinado, buscando
problemas... en otras palabras, asegurándose de que Aria no hiciera
ningún movimiento sobre su papi.
Él resopló.
—Es raro.
—¿Serpiente?
—No.
—Solo si no lo termino.
23
Snakeman: Hombre serpiente.
—Quieres decir que reúna a sus tropas para que pueda aumentar
las apuestas cuando vengan por nosotros de nuevo. Eso no es
exactamente tranquilizador. —Arrugó la nariz.
Fueron las otras cosas las que la preocuparon. Al igual que el hecho
de que se estaban acercando al pantano, lo que significaba más cerca de
su casa, una cama, y luego ver lo que sucedería.
Ella lo había visto antes. Aunque Aria podría no tener una familia
propia, había adquirido bastante talento para observar a las familias de
los otros.
Pero si no doy ese salto, no puedo extender mis alas para volar. La
fe en que podría mantenerse en el aire. ¿Podría darle esa fe a
Constantine? ¿Se atrevía a arriesgarse, a agarrar lo que pudiera, y a dar
a lo que hervía a fuego lento entre ellos, la oportunidad de volar?
—Lo raro es que si digo a que los monos vuelen, en realidad sería
verdad.
—No tengo miedo por mí, pero estoy preocupado por ti. Tal vez
volver aquí no fue una buena idea. Quiero decir, estamos bastante
aislados. Si atacan en masa, es posible que no pueda defenderte.
—Creí que dijiste que no pensabas que intentarían nada hasta que
se reagruparan.
La acercó más.
Yip.
Sin embargo, encuentro sonaba tan trillado. Era más bien una
explosión de aliento caliente, lenguas húmedas y frenética necesidad.
¿Importaba?
No había nada que los detuviera ahora. Nada para evitar que su
ropa fuera arrancada de su cuerpo. Ella era igual de violenta con la ropa
de él, sus manos tirando de su camiseta hasta que él se la sacó por
encima de la cabeza, mostrando su piel.
Tuvo que hacer algunos ajustes, la elevó más alto en la pared, pero
la nueva altura significaba que podía poner sus labios alrededor de su
dolorido pico.
Mientras la excitación corría como fuego líquido por sus venas, ella
le chupó su labio inferior, todo su ser palpitando de emoción.
Lo necesito tanto.
—Te necesito.
Él podría tener sus manos ocupadas, pero ella no. Mantuvo sus
piernas flojamente enrolladas alrededor de la cintura de él mientras
bajaba la mano. Agarró su polla con firmeza, y él succionó un aliento.
Golpe. Golpe.
—Estás apretada.
—Y tú eres grande.
—Exactamente.
No, no te vayas.
Ya no más.
Él es mío.
Capítulo Dieciocho
El gruñido bajo y refunfuñón alejó la atención de Constantine de la
gloriosa laxitud a la que se entregó después del sexo.
Grrr. Ruff.
—Creo que Princess tiene razón. Eres peligrosa. Pero, por otra
parte, yo también. —Y su perro tendría que aprender a compartirlo
porque no iba a abandonar a Aria—. Princess, Papi necesita ducharse
para estar limpio.
—Gané.
—No, gano yo, porque ahora que te tengo en mis brazos, no puedes
escapar.
Ella se estremeció.
—Admirando la vista.
Ella resopló.
—Ugh —exclamó.
Y míos.
Toda mía.
otra persona como una piel. Quería que Aria se envolviera en él. También
quería probarla.
Ahora.
Atrapada por el placer que le prodigaba, Aria clavó sus dedos con
más fuerza. Lo apretó tan fuerte.
Quería ser aplastado por ella. Cuanto más placer le daba, más
apretada se ponía.
Me gusta.
Mía.
Ella hizo algo mejor que eso. Se volvió hacia él, apoyó sus palmas
contra la pared, y sacó su pequeño culo hacia fuera.
Joder.
—¿Esto es mejor?
Le hizo querer cantar sus sentimientos en voz alta. La cosa fue que
la canción que eligió: “Hit Me Baby One More Time24” de Britney Spears,
hizo que Aria se riera histéricamente cuando finalmente se rindió y la
canturreó.
Pero esa risa solo los acercó más. Y en su cama esa noche, se las
arreglaron para golpearla dos veces.
Ssssí.
24
Hit Me Baby One More Time: Baby golpéame una vez más.
Capítulo Diecinueve
El olor nocivo la despertó. Abrió los ojos y dejó escapar un chillido
mientras Princess agitaba su trasero a centímetros de la nariz de Aria y
dejaba que un segundo pedo se desgarrara.
Totalmente desnuda.
—¿Qué?
—Espera. —Levantó una mano—. ¿Te refieres a que todo ese “hey,
Aria, la mujer que jodí como un millón de veces anoche, es una mujer
malvada, y Papi te ama a ti” fue una tapadera de mierda para evitar herir
los sentimientos de tu perro?
Él sonrió.
25
Warbler: Los parúlidos, conocidos popularmente como reinitas, chipes o bijiritas, son
una familia de aves paseriformes de pequeño tamaño y a menudo coloridas, restringidas
al Nuevo Mundo. También se pueden llamar currucas. En el texto juega con la palabra
warbler y nippled (poner pezones erguidos)
Ella se rió.
Debe ser alguien conocido. Aunque incluso ella tuvo que admitir
que parecía extraño que todavía no hubieran escuchado un sonido de
Princess. La única vez que esa rata se mantenía callada era cuando
acechaba y cazaba algo. Cuando ese perro salía a merodear, se volvía
espeluznantemente fantasmagórico.
Lo conozco.
¿Dónde estoy?
Alguien tiene que darle un baño para las pulgas y galletas dentales
para su olor.
cabeza, hacían que su aspecto fuera aterrador, pero lo eran aún más por
sus ojos humanos.
Señaló a Harold.
La sonrisa no disminuyó.
26
Ace: Significa As.
—He oído rumores de que tus errores están saliendo en público. Son
máquinas de matar.
—De hecho lo son, razón por la cual, de vez en cuando, tenemos que
dejarlos salir o se vuelven locos. Las malditas cosas siempre están
hambrientas, y a veces, solo la carne recién cazada servirá. Los encuentro
útiles para cuidarse de gente que de otra forma podría causar problemas.
—¿De verdad crees que voy a dejar que te vayas? —Merrill se acercó
a los barrotes, para sonreírle mejor.
—Mientes —dijo ella—. El SHC nunca aceptaría eso. Igual que nunca
estaría de acuerdo con los experimentos que has estado haciendo.
—Estás enfermo.
Durante toda esta conversación, Ace miró, pero no dijo nada. No dijo
nada mientras la llevaban para las pruebas preliminares y las muestras
de sangre. No dijo nada cuando la obligaron a llamar a Cynthia y a decir
falsamente que todo estaba muy bien. Sin embargo, no podía odiarlo del
todo. Fue gracias a él que escapó. Dejó su jaula abierta después de llevarla
de vuelta de una sesión. No por accidente tampoco. Lo vio fingir que cerraba
la puerta de su celda. Vio que la miraba fijamente.
27Lacrosse: Lacrosse es un juego rápido entre dos equipos de diez jugadores cada uno,
que usan un palo con una red en la parte superior para pasar y recibir una pelota de
goma, con el objetivo de meter goles embocando la pelota en la red del equipo contrario.
¿Qué debía hacer? Podía oír los golpes y gruñidos de una pelea.
¿Podría un calcetín insignificante hacer una diferencia realmente?
Parker.
Capítulo Veinte
Al abrir la puerta, con un saludo en sus labios, Constantine se
congeló al ver a un extraño. No demasiado alto, probablemente de poco
más de metro setenta y cinco de altura, el hombre tenía el pelo plateado
con solo algunos toques de gris más oscuro. El fino traje que llevaba
colgaba de su delgado cuerpo.
—¿Conoces a mi padre?
—Mientes.
—Ah, pero podrías haberlo sido. Tu madre era un poco libre con su
afecto en su día. Desgraciadamente, no pude quedarme para supervisar
las cosas, y tu padre llegó a ella primero.
—Como la mierda.
—Pensé que podrías decir eso, por lo que traje un incentivo para
que obedecieras.
¡BOOM!
humanos. Somos más fuertes que ellos. Mejores. Somos nosotros los que
deberíamos caminar con la cabeza bien alta.
—Eres un monstruo.
—¡Perra! Pagarás por eso. ¡Bruno, ataca! —El hombre herido gritó
la palabra, y a través de la puerta abierta entró corriendo un grueso
cuerpo, con los brazos apretados para poder pasar a través del marco.
Mierda.
La criatura rabiosa tenía una cosa por clavar con sus garras.
Constantine pudo haber manejado algunas heridas punzantes. Fue el
letargo que le robó su fuerza lo que probó su perdición.
Inaceptable. Y castigable.
hasta que sus ojos se salieran de sus cabezas y respiraran por última
vez.
Su cola dio latigazos por detrás y alrededor del cuerpo del lagarto,
pero solo consiguió dar una vuelta alrededor de su cintura antes de que
la criatura bombeara sus alas y tratara de levantarse del suelo. El peso
de Constantine actuó como un ancla y lo mantuvo en tierra. Aunque la
cosa no podía volar, se las arregló para arrastrarlo, y Constantine no
pudo hacer nada para detenerlo, especialmente porque todo lo que su
cuerpo quería hacer era encontrar un lugar agradable y cálido para poder
dormir.
Capítulo Veintiuno
Las cosas sucedieron tan rápido. En un momento, Aria lanzó el
calcetín contra Parker para distraerlo, y al siguiente Constantine luchaba
en el suelo con un monstruo mientras ella hacía un milagro atrapando a
un perro volador.
No. Ace solo gesticuló la palabra, pero Parker debió haberlo visto,
porque un momento después, Ace cayó al suelo de rodillas, con la cara
llena de dolor. Mientras Ace rizaba sus dedos alrededor del cuello, el
hedor de su carne ardiente hizo que su estómago se revolviera.
Aunque bajo una evidente tortura, luchó por ponerse en pie. ¿Para
obedecer a su amo Parker o para ayudarla? No podía estar segura. No
podía correr ningún riesgo.
Estoy despierta. ¿Pero por cuánto tiempo? Tan pronto como Parker
o cualquier de los otros bastardos en este lugar se dieran cuenta,
volverían a drogarla. Drogarme y hacerme cosas indescriptibles.
Sus dedos desnudos se curvaron por el frío del suelo, pero eso le
preocupaba menos que el hecho de que sus rodillas amenazaban con
doblarse.
Oh, diablos, no. No puedo colapsar aquí. Ahora no. Quién sabía lo
que pasaría con ella la próxima vez que se desmayara.
28
Apartó la ansiedad con hongos alucinógenos o de drogas.
Terrible.
Como el infierno.
Era hora de volar de aquí, esta vez para siempre. Apoyando su oído
en la única puerta de la habitación, escuchó. Podía oír voces apagadas y
una rara palabra o frase al azar: “Hora”, “Camiones esperando”, “¿Es la
hora del café?”.
29
Check-out: Cuando sales de un hotel y pides la cuenta.
—No soy un ratón para ser cazado —se quejó con vehemencia,
tirando de su agarre de hierro.
Solo cuando pasaron por una habitación con la puerta abierta notó
el cuerpo caído de un guardia que ya no prestaba atención a las docenas
de monitores.
—¿Qué le hiciste?
—¿Por qué vino tras de mí? —Porque Parker fue quien la alentó a
averiguar todo lo que pudo cuando ella expresó su interés en los informes
que había visto.
Al final del pasillo, Ace se detuvo ante una puerta cerrada sin
ninguna marca.
30
Delatores profesionales.
Con esas últimas palabras, Ace giró sobre sus talones y bajó las
escaleras de dos en dos, la cresta puntiaguda de sus alas sobresaliendo
por encima de sus hombros. Pasó un momento mirándolo fijamente y
dándose cuenta de que, a pesar de su apariencia alienígena, Ace seguía
siendo un hombre, un hombre atrapado entre la espada y la pared, y un
lugar todavía más difícil. Él estaba en lo cierto. ¿A dónde podría ir para
que la gente no lo cazara?
Parecía que había pasado más tiempo del esperado en su celda. Los
coloridos rayos de un sol poniente pintaban el horizonte. Un rayo de sol
coronó las copas de los árboles, y sus cálidos rayos bañaron su piel.
Capítulo Veintidós
Una vez que las drogas se disiparon de su sistema, Constantine se
levantó del agua, una serpiente marina que cubría la superficie, cabreada
pero viva. Por alguna razón, la gente parecía olvidar que su serpiente
prosperaba en condiciones acuáticas. Mientras que una pitón realmente
no podría respirar bajo el agua como un pez, podía, sin embargo,
permanecer sumergida hasta treinta minutos. Todo el tiempo que
necesitaba para dejar que el veneno se filtrara fuera de su sistema y para
que los imbéciles que lo habían atacado se largaran.
Mientras salía del pantano, su ira ardía todavía más cuando notó
la destrucción de su casa. El lagarto rabioso pareció infeliz ante la
pérdida de su presa. No quedó ni una sola ventana intacta. El
revestimiento estaba esparcido por el césped en un lío desgarrado y sin
sentido. Todo el trabajo que había puesto en el lugar, todo el dinero, todo
el amor, destruido por un bastardo hambriento de poder y sus mascotas
enfermas.
Yip. Traducción: Voy a mearme encima, estoy tan feliz de que hayas
vuelto.
Gruff.
Él se arrodilló y silbó.
Mierda.
Yip-yip.
—¿Qué está pasando? ¿Qué hacía ese camión aquí? ¿Y dónde está
toda la mierda que solíais tener en el vestíbulo?
—¿Mudándose o escondiéndose?
—¿Lo es?
maquinaria. Presionó todos los botones uno por uno. Entonces, todos
juntos.
Seguía viendo los mismos pisos una y otra vez, pero no una señal
o un olor de Aria. Nada que le hiciera creer que había algo más en Bittech.
Huelo un alienígena.
Capítulo Veintitrés
—Joder. —Vulgar, pero muy apropiado, pensó Aria mientras el
lagarto loco con alas de murciélago se lanzaba a través de la puerta oculta
primero, su silbido de emoción inconfundible.
Casi abrió la boca para acusarle de tenderle una trampa, pero notó
que Ace tenía los dedos de su mano libre en su cuello. Su expresión
parecía más tensa de lo habitual. Aunque estaba a unos metros de
distancia, olió a carne quemada.
—¿Qué me hiciste?
—¿Cuánto dura?
—Nunca.
—No. —La única sílaba fue empujada hacia afuera por el hombre
de piel coriácea. El olor a carne asada haciéndole cosquillas en la nariz.
—Que te jodan.
Grawr.
Vroom.
Un vano deseo.
Capítulo Veinticuatro
El descubrimiento de la fragancia lo revivió.
Por fin una pista. Se dirigió a la puerta trasera del camión, agarró
el borde de la puerta levadiza y empujó hacia arriba. Se disparó hacia
arriba, una ruidosa indicación de su presencia, que ocultó su jadeo.
Yip.
que nadie se hubiera dado cuenta. Por otra parte, los Cambiaformas eran
los reyes cuando se trataba de ocultarse.
Aria estuvo aquí. Esta era su jaula. De la que apostó que ella escapó
antes de encontrarlo. Se dio la vuelta, horrorizado por lo que significaba
todo esto.
—Ayúdame —susurró.
Él se estremeció.
—Eres Merrill.
Ante esas palabras, Constantine saltó sobre él. Y una vez que el
hombre yacía muerto, ¡Regenérate de eso, imbécil!, se fue a buscar a su
chica.
Capítulo Veinticinco
El bote se inclinó y ella golpeó el agua con un chapoteo, pero no se
hundió. Las pesadas espirales de un cuerpo sinuoso la envolvieron, pero
olvida el pánico. Quería sonreír en su lugar.
—Hola, ángel.
—No creo que este sea el momento para la lengua. —Sonrió—. ¿Qué
tal más tarde si salimos con vida?
31
Nessie: En referencia al monstruo del lago Ness.
Por ahora.
Ella resopló.
—¿Quién?
El suelo bajo sus pies retumbó, lo suficiente como para que ella
extendiera la mano y se estabilizara usando su pecho duro como una
roca. Un grueso brazo se enrolló alrededor de su cintura.
Por suerte, no tenía que hacerlo. Su águila era ahora suya para
volver a llamarla de nuevo.
Con la noche cubriendo Bitten Point, con suerte nadie notó que el
águila rozaba el pantano, vigilando de cerca a una serpiente, que llevaba
un perrito como sombrero.
¿Puedo hacer una vida aquí, con él? Y qué había de una pregunta
mejor, ¿Constantine quería que se quedara?
Capítulo Veintiséis
Pareció que tardó una eternidad antes de que todos se fueran. Era
un hombre que le encantaba que a sus amigos y familiares les importara,
pero, maldita sea, ahora mismo a Constantine le importaban cosas más
importantes, como quitar esta túnica de Aria, bañar cada centímetro de
su cuerpo y luego revisarla para asegurarse de que había salido ilesa de
su terrible experiencia.
Yip.
Aria se rió.
—Sí.
—¿Por qué no lo dijiste? —Se rió, pero también dejó caer la bata al
suelo y se dirigió hacia el baño de azulejos blancos. La mocosa incluso se
inclinó para abrir el grifo.
Abrázala.
—Solo un poco.
Los ojos de él rastrearon el dedo que trazaba una línea entre sus
pechos y luego se sumergió más abajo.
—Supongo que sí, pero a una chica le gusta saber que puede
confiar en su hombre. —Se detuvo, y lo miró, una tímida sonrisa
curvando sus labios—. Y creo que esta chica debería agradecérselo al
ángel que la salvó.
—No creo que haya terminado con esto. —Con el resbaladizo jabón
en su mano, presionó contra su montículo, frotando contra sus suaves
rizos. Un escalofrío la atravesó.
Nuessstra.
Epílogo
Acurrucada contra él más tarde en la cama del motel, Aria no pudo
evitar pensar que, a pesar de todo lo que había pasado, nunca se había
sentido más feliz o más a gusto.
—Sí.
—Feroz.
—Sí.
—No creas que eso significa que voy a comprar una de esas
estúpidas camisetas de chihuahua. —Había visto parte de su colección.
Fue lo suficiente para hacerla querer emigrar.
—¿Y la tuya?
*****
Su marido.
El traidor.
—Lo siento, ¿dije que tenías elección? —La mano de Andrew salió
disparada y agarró la muñeca del arma. Poseía una fuerza mayor, y
robusta de lo que ella le había acreditado. La contuvo con facilidad.
—Porque sí.
Fin
Staff
Soñadora: Mdf30y
Cazadora: Pily1
Diseño: Lelu y laavic
Lectura Final: Laavic
03 – Polar descubierto
¿Qué puede hacer un oso cuando un humano tiene un
efecto polarizante?
Cuando Vicky se desliza accidentalmente al lado de un
oso polar, no espera enamorarse. Ser comida sí, tal vez
utilizada como un juguete, pero ¿convertirse en el objeto
del afecto y el deseo de un oso?
¡Loco! Casi tan loco como el hecho de que el oso polar
resulta ser un hombre. Un hombre atractivo. Un hombre
que gruñe, ruge y hace todo lo posible para alejarla.
Solo para regresar.
Gene tiene una sola cosa en su mente, venganza, hasta
que Vicky se estrella contra su vida.
Después del dolor y la traición que sufrió en la guerra, lo
único que quiere es venganza contra los hermanos que lo
dejaron. Pero está confundido cuando, en lugar de querer
castigarlo por sus malos actos, le ofrecen perdón.
Como si esto fuera poco molesto, la friki más hermosa que jamás ha conocido,
con la piel besada por el caramelo cubriendo una exuberante figura redondeada
y que lleva las gafas de montura negra más sexys, no le deja solo. O más bien,
parece que no puede dejar de seguirla. Y no es solo porque alguien quiere
hacerle daño.
Él la quiere. ¿Pero la quiere más que a la venganza?.
05 – Amor grizzly
Su madre lo habría golpeado hasta casi matarlo si
hubiera sabido que Travis estaba loco por la médico del
pueblo, pero no pudo evitarlo.
La doctora Jess, una pelirroja algunos años mayor que él,
es su alma gemela. Su grizzly lo sabe. Él lo sabe. Sospecha
que ella también lo hace. Pero él tiene un dilema que se
interpone en su camino.
Su marido. Hablando de inconvenientes.
Menos mal que Travis es tenaz. Incluso si tiene que viajar
a través de un océano, soportar temperaturas
abrasadoras, subsistir con comida de mierda y sobrevivir
a los atentados contra su vida, no se rendirá hasta que
gane su corazón. O muera en el intento.
Jess cometió un error. Se casó demasiado joven, con el
hombre equivocado. El problema es que los halcones son
compañeros de por vida, y el asesinato va contra la ley.
Para agregar más insulto a la situación, su pareja ni siquiera intenta ser un
marido. Parece que no está interesado en mantener sus votos, ni está llegando
a casa en un futuro cercano, así que cuando surge la oportunidad de
enfrentarlo, ella la toma. Sin embargo, enfrentarse a él no cambiará nada.
Freddie no la quiere… pero Travis, sí. Y, oh, cómo lo quiere ella también. Quiere,
y sin embargo no puede tenerlo.
Sin embargo, sus problemas matrimoniales no son el único problema. La
persecución del infame ser que está detrás de los ataques a su ciudad está
siendo saboteada por la traición. Cuando Jess y Travis apenas sobreviven a una
emboscada, ya no puede negar su amor por el pícaro oso. Pero, ¿sobrevivirán el
tiempo suficiente para que ella rectifique el error y lo tome como su compañero?
02 – El reclamo de la pantera
Ligar con la mujer equivocada hace que Daryl recobre
el conocimiento en un motel atado a una silla. Las cosas
estaban mejorando, y no solo por debajo del cinturón.
Una sexy veterinaria, con cutis color cacao y unas
curvas asesinas, quiere respuestas, y él está muy feliz
de dárselas a cambio de un precio, digamos un beso, o
algo más, de esos deliciosos labios.
El problema es qu e Cynthia no es del tipo de las que se
enamora de las palabras coquetas y de sonrisas. Tienta
a Daryl para que la ayude. Se burla de él para que
actúe. Reclama su corazón sin siquiera intentarlo.
Pero eso estuvo bien porque… Ella es mía… y alguien
estaba tratando de lastimarla.
Infiernos, no.
Este gatito no tiene miedo a sacar sus garras y rescatar a la mujer que quiere.
¿Una mujer intrigante, sexy, misteriosa y peligrosa? Suena divertido, y Daryl
está listo para jugar. Hará cualquier cosa para reclamar a Cynthia como su
compañera.
03 – El abrazo de la pitón
Bienvenidos a Bitten Point, donde los insectos del
pantano son de tamaño nuclear y a los residentes les
gusta morder.
No te burles del perro de Constantine. Princess puede
pesar solo menos de tres kilos, pero es fuerte, así que
cuídate los tobillos. Te lo advierto, si no le gustas,
entonces a Constantine tampoco lo harás.
Excepto que a él le gusta Aria, aunque Princess
preferiría enterrarla en un agujero.
¿Podría ser porque Aria tiene secretos? Muchos de ellos,
y todos tienen que ver con el peligro que acecha a Bitten
Point. Hay gente desaparecida, y algunos han aparecido
muertos. Los monstruos vagan, y no solo en el pantano
por la noche, sino también por las calles. En el corazón
del misterio está una mujer del tamaño de un bocado,
una mujer que Constantine quiere abrazar con fuerza en sus espirales y…
¿guardar para siempre?
Constantine, una serpiente de sangre fría, no puede evitar desear el calor de
Aria, pero, ¿puede mantenerla fuera del peligro de morir, el tiempo suficiente
para convertirla en su compañera?
Próximamente
Sobre la Autora
Eve Langlais nació en la Columbia Británica, pero al ser hija de militar,
ha vivido un poco por todas partes. Quebec, New Brunswick, Labrador,
Virginia (EE.UU.) y por último en Ontario. Su
familia y ella actualmente viven a las afueras de
Ottawa, la capital de su nación.
Eve es la primera persona en admitir que lleva
una vida monótona. Su idea de diversión es ir de
compras al Wal-Mart, le gustan los vídeojuegos,
cocinar y leer. Su inspiración es su marido, ya
que es un macho alfa total. Pero, a pesar de su
ocasional mal genio, lo quiere mucho. Eve dice
que tiene una imaginación retorcida y un
sarcástico sentido del humor, algo que le gusta
reflejar en sus libros.
Escribe romance a su manera. Le gustan los
fuertes machos alfa, con el pecho desnudo y los
hombres lobo. Un montón de hombres lobo. De
hecho, te darás cuenta que la mayoría de sus
historias giran en torno a grandes enormes
licántropos, sobreprotectores que sólo quieren
agradar a su mujer. También es muy parcial con los extranjeros, ya sabes
del tipo de secuestrar a su mujer y luego en coche hacen alguna locura...
de placer, por supuesto.
Sus heroínas, son de amplio espectro. Tiene algunas que son tímidas y
de voz suave, otras que patean a un hombre en las bolas y se ríen.
Muchas son gorditas, porque en su mundo, las chicas tienen unas curvas
¡de miedo! Ah y algunas de sus heroínas son pequeñitas y malas, pero en
su defensa, necesitan amor también.