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Tina Folsom
Agradecimientos
¡Disfruten de la Lectura!
Argumento
No sólo Blake y Lilo tienen que permanecer un paso por delante de sus
enemigos, también deben luchar contra su creciente atracción mutua. A pesar de
todo el coraje de Lilo frente al peligro, no hay forma de saber cómo reaccionará una
vez que Blake revele su verdadera identidad…
Capítulo Uno
Lilo miró por la ventana del taxi mientras se abría paso a través del tráfico de
la hora punta. Su vuelo desde Omaha se había retrasado debido a la fuerte nevada
en Nebraska, y el avión había aterrizado en San Francisco bien pasado el atardecer.
Ansiosa, golpeó con sus dedos en el suave cuero de su bolso y repitió el suplicante
mensaje de Hannah en su mente.
—Lilo, tienes que llamarme. No tengo con quién hablar. Necesito tu ayuda. Tú siempre
sabes que hacer.
—Hannah nunca me llamó por mi cumpleaños. Lilo, tú sabes que siempre me llama.
No contesta a su teléfono. Estoy preocupada por ella.
Y así lo estaba Lilo. Porque a pesar de todos sus defectos, Hannah siempre
había sido una hija considerada. Si no había llamado a su madre para desearle un
feliz cumpleaños, significaba que no había podido llegar a un teléfono. ¿Había caído
enferma y no fue consciente de la importante fecha que había perdido? Era poco
probable que una gripe o un resfriado la volvieran tan delirante que olvidara el
cumpleaños de su madre. Tal vez había tenido un accidente y era incapaz de
comunicarse. Pero incluso si la hubieran llevado a un hospital, el personal de allí se
lo habría notificado a su madre y a Lilo, también, porque ambas estaban en la lista
como los contactos de emergencia de Hannah. No, algo iba mal. Podía sentirlo; algo
terrible le había sucedido a Hannah.
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La culpabilidad surgió a través de Lilo. Ella había estado bajo la tensión de la
fecha límite, habiendo tenido dificultad para terminar su última novela de misterio.
Su redactora había estado respirando sobre su cuello, por lo que se había encogido y
cerrado para el mundo exterior para terminar el maldito libro. ¿Pero a qué costo?
Había roto su promesa a Hannah, una promesa que había hecho en el noveno grado:
que siempre iban a estar allí la una para la otra. Pero en lugar de llamar a su amiga
para averiguar qué andaba mal, había terminado su libro, para no pasarse de su fecha
límite.
Lilo suspiró. ¿Qué clase de amiga hacía eso? Había oído el tono suplicante del
mensaje de voz de Hannah cuando había llamado sólo unos días antes del
cumpleaños de su madre. Hannah había sonado tensa, preocupada. Lilo deseó no
haber dejado pasar la llamada al buzón de voz y en su lugar haber contestado y
hablado con su amiga. ¿Y si Ronny, ese perdedor, para nada bueno, con el que estaba
saliendo la hubiera herido? ¿Por qué Hannah diría que no podía hablar con nadie
más que con Lilo? Sí sólo supiera más acerca de la relación de Hannah y de Ronny,
pero su amiga había estado siempre con los labios muy apretados sobre el asunto,
nunca revelando mucho sobre lo que Ronny hacía. Como si se avergonzara de él de
alguna manera.
Lo único que sabía era que Ronny era muy posesivo, y eso era un rasgo que a
Lilo nunca le había gustado en los hombres. Esa era la razón por la cual sus relaciones
nunca duraban mucho tiempo. Necesitaba ser independiente, y confiar en que no
pudiera alcanzarla alguien fácilmente. Quizás su cerebro de escritora de misterio
tuviera algo que ver con ello. Simplemente conocía la oscuridad de la psique humana,
y era más consciente que los demás de lo que podía acechar bajo la superficie.
—Aquí es —El taxista dijo mientras se detenía ante un edificio de tres pisos—
. El número 426.
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Hannah se había entusiasmado con el barrio cuando se mudó al principio,
pero ahora, por la noche y con pocas farolas para iluminar la zona, Lilo no podía
entender la atracción de esta empinada calle en North Beach. Sólo se alegraba de que
el taxista se hubiera detenido directamente frente al garaje, por lo que no tendría que
arrastrar su maleta por la colina.
Lilo dejó que sus ojos vagaran por la entrada. Una buganvilla serpenteaba por
un lado de la pared a lo largo de un enrejado. No estaba en flor. Incluso en San
Francisco donde se estaba a unos agradables 15ºC en el exterior, era principios de
enero, no lo suficiente cálido para que la planta estuviera en flor. Las hojas ocultaban
la mayor parte del enrejado de madera, pero Lilo sabía lo que estaba buscando: una
cuerda marrón con una llave atada al final, que se fundía perfectamente con la pared.
Tiró de ella. La llave surgió de su escondite, una profunda grieta en la base,
probablemente causada por un terremoto.
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Lilo se quitó el abrigo y lo colocó sobre una silla, luego se dirigió a la puerta
abierta de la que emanaba el fuerte olor. Era la cocina. La luz sobre el mostrador bajo
estaba encendida y la causa del olor fue inmediatamente evidente: una lata de comida
para perros a medio comer estaba sobre el mostrador. Miró a su alrededor. Había
otra puerta, una que conducía de nuevo al pequeño pasillo que conectaba al cuarto
de baño y al dormitorio en un extremo, y al salón y la puerta principal en el otro.
En el suelo cerca de la nevera había dos tazones, uno lleno de agua, el otro
vacío, peor no limpio. Un perro había comido recientemente. Frankenfurter.
1
IloveMom: YoquieroaMama.
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Si quería averiguar lo que Hannah había estado haciendo antes de
desaparecer, tenía que entrar en su equipo. Quería comprobar su historial de
búsquedas recientes y su bandeja de entrada para ver si había recibido correos
electrónicos preocupantes. Cualquiera de las dos cosas podría dar una pista de dónde
estaba ella. Pero antes que nada, necesitaba ir a la policía para denunciar su
desaparición. Y lo haría justo después de tomar una ducha rápida y cambiarse su
gruesa ropa, que la hacía sentirse como si estuviera en una sauna. Su piel estaba
pegajosa y se sentía cansada del viaje. Una ducha la reviviría de nuevo y le prestaría
la fuerza que necesitaba para buscar a su amiga.
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Capítulo Dos
Oliver sacudió su melena oscura y rebelde. Su cabello no era largo, sino grueso
y sobresalía en todas las direcciones.
—No deberías haber comprado esa casa tan grande. Ahora nunca te desharás
de los jóvenes. Seamos realistas, todos ellos estarían más contentos quedándose allí
que con sus padres.
Blake sonrió.
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—Sólo porque yo les dejo correr salvajes —Hizo un gesto a la sala de
conferencias—. Zane y el resto de ellos son demasiado estrictos con sus hijos.
Demasiada disciplina no es buena. Necesitan una válvula de escape.
Oliver sonrió.
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— ¿Qué quieres que haga, Mike? Sabes tan bien como yo que Scanguards sólo
participa en los asuntos de la ciudad cuando se trata de infracciones cometidas por
los vampiros. Ese es nuestro trato. Y por lo que nos estás contando, la mayoría de
estos crímenes son cometidos durante el día.
La implicación era clara: los crímenes no podían haber sido cometidos por
vampiros, que necesitaban la cobertura de la oscuridad para poder funcionar de
forma segura.
Zane gruñó en acuerdo. Blake le echó un vistazo rápido. Como era habitual
el vampiro calvo parecía que está dispuesto a arrancar la cabeza a alguien. Los ojos
de Zane parpadearon hasta su reloj, y luego empujó su silla hacia atrás, inclinándose
hacia Samson.
Samson asintió con la cabeza y luego intercambió una mirada con su segundo
al mando, Gabriel.
— ¿Qué tal John? ¿Tal vez pueda comprobarlo, determinar si hay algo extraño
en estos robos? Creo que no le tomará más de un día o dos.
Quinn, que había estado en silencio hasta ahora, se pasó una mano por su
cabello rubio. No parecía tener más de veinticinco años, aunque era casi doscientos
años mayor que Blake.
—Puedo dejar a John fuera de la patrulla por un par de noches, pero necesitaré
un reemplazo para él.
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—Toma a Grayson —Asintió Samson—. Estoy seguro de que él estará
ansioso de que algo suceda.
—Conoces a mi hijo tan bien como yo. Hace meses que me está acosando
para que le de su propia patrulla. Tal vez esta sea una buena oportunidad para ver si
está listo.
— ¿No confías en que tus chicos hagan un buen trabajo? —Preguntó Gabriel.
—No me preocupan Benjamin o Damian. Nina no está lista para dejarlos ir.
Blake tuvo que sonreír. La compañera de sangre de Amaury era una fuerza
para tener en cuenta. Aunque era humana, Amaury era masilla en sus manos.
—Demasiado tarde para eso. Eso viene de dejar a tu compañera llevar los
pantalones.
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Blake miró a su jefe. Sí, Samson estaba exactamente en el mismo barco que el
resto de los vampiros vinculados por la sangre: todos dependían de sus mujeres, y
ellos no lo habrían hecho de otra manera.
—Sí, tenemos un trato. Haré que John te llame y se coordine contigo. Tienes
cuarenta y ocho horas. Después volveré a reclamarlo.
Hubo un débil golpe en la puerta seguido del crujido cuando se abrió un poco.
Finn, un joven empleado de Scanguards en Vüber, una de las filiales, asomó la
cabeza. Varias cabezas se volvieron a él.
Blake se levantó.
—Bueno, no estoy seguro. Pero me dijiste que si hubiese algún problema con
Hannah Bergdorf, debía hacértelo saber personalmente.
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—No estoy seguro, pero ella no ha aceptado ningún encargo últimamente. Y
no ha llamado para decir que esté enferma o cualquier otra cosa —Finn se encogió
de hombros.
— ¿Y no me lo dijiste antes?
— ¿La llamaste?
—Lo haré —Finn giró sus talones y se apresuró a alejarse, claramente aliviado
de que le permitiera irse.
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Hannah era demasiado generosa y caritativa para su propio bien.
Probablemente habría ayudado a alguien y se habría metido en problemas como
resultado de ello. Justo como ella lo había ayudado a él ese húmedo día de marzo
hace cuatro años. El día en que habría muerto, si no hubiera sido por la valiente
acción de Hannah.
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Capítulo Tres
Lilo se secó su cabello rubio con una toalla, antes de alcanzar su cepillo para
peinar las hebras húmedas para someterlas. Normalmente lo dejaba secar al aire
libre, pero como estaba planeando ir a la comisaría más cercana y no quería
congelarse, se inclinó hacia el armario que había bajo el lavabo y sacó el secador de
pelo de Hannah. Estaba a punto de enchufarlo y encenderlo, cuando escuchó un
sonido procedente de la otra habitación.
Era un intruso, probablemente un ladrón. Tenía que serlo. Había escrito las
suficientes novelas de misterio como para saber cómo continuaría: robaría todo lo
valioso a la vista, incluyendo su bolso y la computadora, lo que la dejaría varada. Y
ya tenía suficientes problemas a los que enfrentarse. Lograr que sus objetos
personales fueran robados no estaba en la agenda para esta noche.
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que no estaban solos. Sólo tendría que hacer el suficiente ruido para despertar a los
vecinos si el tipo no huía al instante.
Agarrando el secador con más fuerza, se miró a sí misma. Sería de gran ayuda
si no estuviera vestida con el pequeño albornoz rosa de Hannah. Oh, bien. Tendría
que enfrentar al intruso vestida como estaba. Había dejado su ropa en la sala porque
no había espacio para ella en el minúsculo cuarto de baño sin correr el riesgo de
mojarla.
Solo finge que eres Morgan West. El protagonista de su popular serie de misterio
de Cazarrecompensas, definitivamente no estaría temblando en sus botas de la
manera que ella lo estaba haciendo en este momento. Por otra parte, en su defensa,
ella no llevaba botas. Estaba descalza. Genial, estaba a punto de convertirse en la
protagonista de una película de terror: una rubia escasamente vestida, sin zapatos,
corriendo para salvar su vida. ¿Esta situación podía ser más patética?
Es ahora o nunca.
Lilo abrió la puerta lo suficiente para poder mirar en el corto pasillo. Pero no
podía ver a nadie desde ese ángulo. Con cautela, abrió la puerta y dio un paso
adelante. Bajo su pie desnudo, la vieja tabla de madera crujió. El sonido pareció
resonar en alto, aunque eso sólo podía ser el resultado de su nerviosa e hiperactiva
imaginación.
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Otro paso y ella estaba en el pasillo. La parte de la sala de estar que estaba a
su vista estaba vacía. Su maleta estaba todavía donde la había dejado, aunque
alguien había rebuscado en el contenido, arrojándolo al suelo junto a ella.
Otro sonido llegó a sus oídos. El ladrón se había trasladado a la cocina. ¿Era
así como había entrado? ¿A través de la ventana de la cocina que había abierto para
deshacerse del olor fétido?
Sus ojos cayeron sobre su bolso, cuyo contenido había sido vaciado en el
sillón. Si pudiera llegar a su móvil, entonces podría salir a hurtadillas por la puerta
principal y llamar a la policía sin que el ladrón la oyera, y todo saldría bien.
¡Maldición!
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reflejada de algún sitio hacía que sus ojos parecieran rojos, como si él fuera la
encarnación del diablo.
¡Joder! Este hombre no era del tipo de terminar girando el culo y huyendo.
Su mano estaba en el pomo de la puerta cuando fue sacudida hacia atrás por
dos manos fuertes que agarraban sus hombros. El tipo la volteó alrededor y tiró de
ella en la otra dirección. Aterrizó con su espalda sobre el viejo sofá, con las piernas
en el aire.
Supo al instante de que apesar de sus clases de autodefensa que había tomado en la
universidad, no tenía ninguna oportunidad contra su asaltante tan fuerte.
Su siguiente grito de auxilio quedó ahogado bajo su amplia palma y sólo salió
un grito apagado. Nadie la oiría.
¡Mierda! ¿Qué haría Morgan West ahora? ¿Cómo saldría de esta situación?
¿Pateando a su atacante en las bolas? Sí, si pudiera levantar la rodilla, lo que no podía
hacer, porque él la había incapacitado con su peso. Además, Morgan no estaría en
esta situación en primer lugar.
Ella ignoró su pregunta, sin entender de qué estaba hablando, y trató de grabar
su rostro en su memoria. No importaba lo que sucediera ahora, haría todo lo que
estuviera en su poder para identificarlo en una rueda de reconocimiento más tarde.
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Sus ojos seguían brillando rojos, aunque esto era probablemente una ilusión
causada por su miedo, ya que no había manera de que la luz de la habitación pudiera
reflejares en sus iris desde este ángulo. Líneas profundas corrían por su frente, y su
boca estaba marcada en una línea sombría. Su cabello oscuro espeso, su cara bien
afeitada. Tenía pómulos prominentes, pero ninguna otra marca que lo hiciera más
fácil de identificar.
El sonido de una puerta abriéndose hizo que ella cambiara la mirada sobre el
rostro de su atacante y pasara por encima de sus hombros.
Otro hombre, uno tan alto como su agresor, se lanzó hacia ellos.
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Capítulo Cuatro
Blake se lanzó contra el atacante. Había oído el grito de una mujer que venía
del piso de Hannah justo cuando estaba forzando la cerradura de la puerta.
No había duda de que el hombre era un vampiro. Así como era evidente que
la mujer atacada no era Hannah, sino una rubia con un diminuto traje, sus largas
piernas desnudas sobresaliendo por debajo de su agresor.
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Mientras Blake volvía hacia atrás para lanzar un puñetazo a la cabeza del
atacante, un puño cerrado golpeó su estómago, haciéndolo que se doblara por una
fracción de segundo.
Pero había tenido cosas peores que esta. Los Scanguards lo había entrenado
bien en combate cuerpo a cuerpo. Nadie podría derrotarlo fácilmente, ni siquiera un
vampiro que pesaba sus buenos quince kilos más que él.
Lo rechazó para ir aún más duro a por el vampiro hostil, y ahora usó sus
piernas para entregar potentes patadas, movimientos que había aprendido de varias
disciplinas de artes marciales. Pero el agresor no caía. Seguía atacando, seguía
golpeando, y pateando con más ferocidad a cada minuto, como si la lucha estuviera
reponiendo su energía. No había manera de detenerlo con medios ordinarios. Sólo
una estaca o una bala de plata podrían derrotar a este imbécil determinado. Pero esa
no era una opción en este momento, sobre todo porque lo quería vivo.
Blake apretó los dientes y sacó todas sus reservas, golpeando al asaltante con
la fuerza y la velocidad de los vampiros. A cambio, el otro vampiro se volvió aún
más salvaje. Sus ojos brillaban rojos ahora.
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Frenético, Blake desenredó el pie del cable eléctrico de la lámpara, en el que
había quedado atrapado y corrió tras él. La cocina era pequeña, y por una segunda
puerta llevaba de vuelta al pasillo. El agresor se dirigía a ella, pero Blake lo atrapó y
lo hizo girar.
Pero antes de que Blake pudiera darle un puñetazo, el atacante se dobló sobre
la mesa de la cocina, levantando ambas piernas y pateándole el estómago,
lanzándolo sobre su culo. Esto le dio al vampiro hostil suficiente tiempo para
levantarse sobre el fregadero de la cocina y lanzarse a la ventana abierta.
— ¡No lo tenías! Estaba golpeándote hasta dejarte hecho una mierda. ¡Yo
malditamente te estaba ayudando!
— ¡Sí, fuiste una gran ayuda! —Gruñó—. Deberías haberte quedado fuera de
esto.
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—Eras la doncella en apuros.
Él respiró hondo, y por primera vez realmente la miró. Sí, y qué doncella tan
hermosa era. Joder, ni siquiera se había dado cuenta. Pero seguro que lo notó ahora.
Era rubia natural, su cabello de color trigo. Se deslizaba por sus hombros y
tocando la piel expuesta de su escote, donde su albornoz rosa se abría. Debajo de la
tela, sus pechos se alzaban por la fuerza de su respiración pesada, posiblemente por
el esfuerzo de golpearlo, ciertamente por la indignación por su amonestación. Bueno,
no le molestaba la vista. En absoluto, de hecho. Ella era bastante buena cosa para
mirar. No pequeña, ni frágil, sino alta y atlética.
Sus ojos vagaron más abajo. La túnica sólo alcanzaba el medio muslo, y las
piernas que ahora admiraba eran esbeltas y un poco pálidas por la falta de sol. Pero
podía imaginar que en el verano su piel se volvería del color bronce, acentuando su
dorado cabello. Involuntariamente cambió de posición, la súbita tensión en sus
pantalones lo obligó a encontrar una posición más cómoda, antes de que la belleza
que tenía en frente se diera cuenta de que estaba luciendo el inicio de una erección…
y que eso era por culpa de ella.
Un bufido le hizo levantar los ojos a su cara. Sus ojos azul aciano lo
observaban con una sospecha apenas velada. Podía perderse en sus profundidades,
si no los estrechara en él ahora.
—Yo podría preguntarte lo mismo. Porque seguro que no eres Hannah. Y este
es su piso. ¿Entonces, qué estás haciendo aquí?
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— ¡Eso es bueno! —Le espetó—. Irrumpes aquí, ¿y me estás preguntando que
estoy haciendo yo?
—Si no hubiera derribado esa puerta, Dios sabe lo que ese tipo te hubiera
hecho. ¡Estabas gritando pidiendo ayuda, así que perdóname si no toqué el maldito
timbre de la puerta! — ¡Maldita sea, la mujer podría irritarlo!
Ella inhaló profundamente, pero en lugar de golpear con otro insulto, pareció
calmarse.
—Lo siento, pero es mucho lo que ha ocurrido, y supongo que estoy un poco
agitada. Me refiero a ese ladrón… no es como si no tuviera ya suficiente en mi mente.
¿Un ladrón? ¿Eso era lo que ella pensaba que era el vampiro? Por ahora, le
dejaría creer eso, pero estaba casi seguro de que el atacante tenía algo que ver con
que Hannah no apareciera en el trabajo. Si el extraño hubiera sido humano, entonces,
seguro, podría haber sido un ladrón ordinario, ¿pero un vampiro, cuando Hannah
trabajaba con ellos? Esa era demasiada coincidencia.
Lilo vaciló, luego movió el sacador a su otra mano, antes de estrechar la suya.
—Nunca te mencionó.
—No. El apartamento estaba vacío cuando llegué más temprano esta noche.
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Blake miró a su alrededor.
—Yo también. Por eso volé para venir aquí. Creo que le sucedió algo —De
repente, ella se dejó caer contra el marco de la puerta, el aire dejando de golpe sus
pulmones.
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— ¿Y eso de alguna manera hace que la culpa sea tuya? —Sacudió la cabeza—
. Eso es absurdo.
Lilo de repente se estremeció, y se dio cuenta de que el aire frío que venía de
la ventana de la cocina era molesto para ella. Se dio la vuelta y la cerró, luego la
condujo hacia el sofá del salón.
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Capítulo Cinco
—Estoy…
— ¿Qué está pasando aquí? —Preguntó una voz masculina que procedía de
la puerta principal.
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Era guapo; muchísimo. Tal vez sobre unos treinta años. Resistente, de una
manera romántica. Y se veía exactamente a cómo ella siempre había imaginado que
Morgan West, el Cazarrecompensas de su serie de misterio, se vería en la vida real.
Ella se encogió.
—Sólo te pegué una vez. Y fue un accidente. Yo iba tras el otro tipo. Lo siento.
—Lo bueno es que llegué a tiempo. Bien, es mejor que te vistas y recojas tus
cosas. No puedes quedarte aquí ahora —Se incorporó.
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—No puedo irme. Necesito quedarme aquí. ¿Y si Hannah regresa? Con mi
teléfono desaparecido, ella no tiene forma de contactar conmigo.
—No tiene nada que ver con eso —La interrumpió y la observó—. Esto no
fue un robo al azar. Ese tipo va a volver. Y no te quiero aquí cuando lo haga.
—Trabajo en seguridad. Tengo una sensación en las tripas para este tipo de
cosas. Confía en mí. Ese hombre estaba buscando algo específico —Hizo un gesto
hacia el contenido de su bolso—. ¿Por qué tomar el teléfono, pero no tu billetera?
¿Qué ladrón deja el dinero en efectivo y las tarjetas de crédito?
Lilo siguió su gesto. Tenía razón; su billetera yacía en el sillón, abierta. Podía
ver que el dinero todavía estaba allí. Y entonces recordó lo que el ladrón le había
dicho mientras la tenía en el sofá.
— ¿Dónde está?
—No sé de qué estaba hablando. Me apretó contra el sofá y dijo: ¿Dónde está?
Eso es todo. Entonces tú entraste.
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Blake asintió y miró a su alrededor, sus ojos cayendo sobre el ordenador de la
mesa.
— ¿Es el tuyo?
—Está bien. Nos lo llevaremos con nosotros. Voy a comprobar si ella dejó su
móvil o cualquier otra cosa que podría darnos una pista sobre dónde está. Mientras
tanto, vístete y recoge tus cosas. Te vienes conmigo —Su voz era dominante, como
si estuviera acostumbrado a que sus órdenes fueran seguidas sin cuestionarse.
—No te conozco…
Ella miró sus ojos azules y vio la sinceridad allí. Lentamente, asintió. Él estaba
en lo cierto.
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Capítulo Seis
Blake caminó alrededor del coche y entró en el lado del conductor. Lilo ya
estaba sentada en el asiento del pasajero. Desbloqueó su teléfono móvil y abrió la
aplicación de Vüber. Como gerente de Scanguards, tenía la versión administrativa de
la aplicación en su teléfono, lo que le permitía localizar a varios controladores Vüber
e identificarlos por sus nombres, algo que un usuario normal no podría hacer, a fin
de proteger el anonimato de sus pilotos.
2
IT: Información Tecnológica.
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—El teléfono de Hannah tiene esta aplicación que muestra dónde está, de
manera que las personas que estén dispuestas a contratarla sepan cuán cerca está.
—Ella me dijo que trabajaba como chófer. ¿Así que este es un competidor de
Uber3?
—Nunca había pensado en eso. Eso es realmente muy… uh, considerado por
parte de la compañía —Ahora señaló al móvil en su mano—. ¿Ella está apareciendo?
Blake volvió a mirar la aplicación y vio que la rueda había dejado de girar. No
se encontraba, le indicó la pantalla. Levantó los ojos y se reunió con la mirada
esperanzada de Lilo. Sin decir palabra, sacudió la cabeza.
3
Uber Technologies Inc. es una empresa internacional que proporciona a sus clientes una red de
transporte privado, a través de su software de aplicación móvil (app) que conecta los pasajeros con los
conductores de vehículos registrados en su servicio, los cuales ofrecen un servicio de transporte a
particulares. La empresa organiza recogidas en decenas de ciudades de todo el mundo y tiene su sede en
San Francisco, California.
33
Desconectó la app y abrió su aplicación de mensajería. Creó un contacto,
antes de entregarle el teléfono a Lilo.
— ¿Para qué?
Ella suspiró.
—Sé cómo funciona. Pero, ¿por qué hacerlo? La policía se encargará de ello.
— ¿Qué pasa?
Ella asintió.
34
— ¿Haces esto mucho? Quiero decir… —Señaló el teléfono— ¿… encontrar
teléfonos perdidos y rastrear a ladrones?
Por el rabillo del ojo, notó que ella lo estaba estudiando. Suficientemente
justo. Ahora que el shock inicial de ser atacada se le estaba pasando, ella estaba
obligada a tener preguntas.
—Seguridad personal.
Él asintió.
—Escucha, Lilo, la empresa con la que trabajo aborda temas muy delicados.
Nuestros clientes exigen confidencialidad. Probablemente fuera eso por lo que
Hannah nunca te habló de su trabajo. Pero permíteme asegurarte que cuidamos de
nuestros empleados. Y cuando alguien desaparece, como Hannah, no nos limitamos
a confiar en la policía para encontrar a esa persona. Usamos todos nuestros recursos.
35
Se detuvo en un semáforo rojo y soltó el volante, buscando la mano de Lilo.
Sólo cuando sintió su cálida piel contra la suya, la oyó aspirar un poco, se dio cuenta
de lo que estaba haciendo. Pero ya era demasiado tarde para retirarse. Él le apretó la
mano, disfrutando del tierno toque por un breve momento.
¡Joder!
¿Qué había estado a punto de hacer? Sólo la había conocido hace menos de
una hora. Y no era el tipo que se tomaba libertades con una mujer sólo porque estaba
caliente. Y, maldita sea, ¡Lilo era caliente! Pero ese era además el punto. Él no estaba
en algo de una sola noche, no lo había estado en años. Le gustaba conocer a una
mujer primero, antes de que se convirtiera en algo físico, aunque de veinteañero
había sido al contrario. Él había sido de bam-bam-gracias-señora. Pero todo eso
cambió con la edad y sus crecientes responsabilidades como jefe de seguridad híbrida.
Ahora le gustaba tomarse las cosas lentamente. Entonces, ¿por qué coños se había
inclinado como para besarla?
36
¡Contrólate, hombre!
*****
La vergüenza todavía ardía en sus mejillas, incluso ahora. Ella había agarrado
la mano de Blake, adorando la sensación de su suave tacto, cuando todo lo que había
querido fue consolarla. En su lugar, ella se había inclinado como si hubiera sido
atraída a él por alguna fuerza inexplicable. Nunca había creído en tal cosa, nunca
pensó que ella, de todas las personas, podría estar atraída por alguien como si
estuviera hipnotizada. Ella, que no confiaba en los hombres, porque había sido
decepcionada demasiadas veces. Pero su cuerpo no parecía recordar esos tiempos
cuando su confianza había sido destrozada. En su lugar, su cuerpo anhelaba al
extraño que la había rescatado del atracador. Quizás era la razón de su inexplicable
atracción: se sentía agradecida. Por supuesto, el hecho de que Blake fuera la
personificación de su héroe ficticio, Morgan West, podría tener algo que ver con su
lapso momentáneo en su juicio. Tendría simplemente que ignorar ese pequeño
detalle y tratar de no confundirlo con su valiente cazarrecompensas.
37
Antes de que pudiera alcanzar la manija de la puerta, él se la abrió. Ella salió
y asintió a Blake, quién estaba manteniéndole la puerta abierta del coche para ella.
Aferrando su bolso en un costado le dijo:
—Hagamos esto.
Evitó mirarlo y subió los escalones que conducían a las puertas dobles. Oyó
cerrar la puerta del coche, seguido por un sonido que indicaba que Blake había
cerrado con llave el coche. Sus pasos estaban detrás de ella, y cuando llegó a la
entrada, él ya la había alcanzado y sostenía la puerta abierta como un perfecto
caballero. Ni siquiera Morgan West hacía eso. Se hizo una nota mental para darle a
su héroe ficticio mejores modales.
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—No te preocupes, Mandy, me encargaré de esto.
Lilo dio un paso más cerca del mostrador, Blake a su lado, y dio una tenue
sonrisa.
—Lieselotte Schroeder.
—Sí.
Lilo giró la cabeza hacia Blake. ¿Su nombre era Bond? ¿Y conducía un Aston
Martin? ¿De verdad? Logró echar un vistazo a su ID. De hecho, decía Blake Bond.
4
ID: Identificación Personal, o DNI
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¿No sólo se parecía a Morgan West, sino que compartía un apellido con el
agente secreto ficticio? Si ella escribiera algo así en uno de sus libros, nadie lo creería.
—Ella sólo ha estado desaparecida durante tres días. Volé aquí tan pronto
como pude para tratar de buscarla. Pero no está en su apartamento. Su perro ha
desaparecido. Y luego ese tipo irrumpió en su casa y me atacó. Robó mi teléfono
móvil, también. Y entonces…
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— ¿Lo sabes? —Preguntó Blake.
—No hubo exactamente tiempo para eso. Quiero decir, entre el robo, el
asalto…
—Srta. Schroeder, ¿puede usted hablar más sobre ese Ronny? ¿Cuál es su
nombre completo? —Le preguntó el policía.
—No lo sé. Hannah nunca habló mucho sobre él. Pero por las pocas cosas
que me dijo, puedo decir qué clase de tipo de persona es —Y que no era el tipo de
hombre que era bueno para una mujer dulce y generosa como Hannah, una mujer
que creía que todo el mundo merecía ayuda.
—No parecía tener un trabajo regular. Y era muy posesivo y celoso. Algo que
ella detestaba en un hombre. Es un rasgo del carácter que sólo conduce a problemas.
—Bien, Srta. Schroeder. Pero comencemos con los detalles sobre su amiga, la
Srta. Bergdorf.
41
—No te preocupes —Interrumpió Blake—. Hannah trabaja para la misma
empresa que yo. Puedo conseguir que personal envíe una foto de su expediente
personal.
Lilo le dirigió a Blake una sonrisa de agradecimiento. Fue una suerte que él
apareciera en más de una forma. No sólo la había salvado físicamente, también
estaba aquí para apoyarla en la búsqueda de Hannah. Y ahora ella podría utilizar
toda la ayuda que pudiera conseguir.
— ¿Cómo de alto?
— ¿Ver el qué?
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—Sus ojos eran rojos. Como si tuviera una infección, como…
—No. No era la parte blanca del ojo la que estaba roja; eran su iris.
—Eso fue lo que pensé al principio, también, pero no había mucha luz en la
sala de estar que pudiera haberse reflejado en sus ojos.
Ella quiso protestar, pero, ¿qué pasaría si hubiera visto mal? No podía jurarlo.
Tal vez había sido un reflejo después de todo, o el miedo le había hecho ver cosas
que no estaban allí. Después de todo, él la había atacado, y su único pensamiento
había sido salvarse.
43
Capítulo Siete
Donnelly había hecho bien su trabajo. Había tomado el informe y fingió darle
al caso su máxima atención, cuando sabía muy bien que Donnelly lo rompería en
cuanto salieran de comisaría.
Los delitos en los que se involucraban los vampiros eran tratados por
Scanguards. Era el trato que tenían con la ciudad. Sólo unas pocas personas en el
gobierno de la ciudad conocían este arreglo: el jefe de policía y varios de sus agentes,
que estaban dispersos en distintas comisarías, para que pudieran alertar a Scanguards
cuando un delito relacionado con vampiros llegaba a sus escritorios.
Cuando Blake abrió la puerta del coche, Lilo se giró hacia él.
—Eres una amiga de Hannah. Eso es todo lo que necesito saber. Además, si
queremos encontrar a Hannah, necesitamos trabajar juntos.
Ella asintió con una inclinación de cabeza, luego se sentó en el asiento del
pasajero. Él se metió en el de conductor y arrancó el motor. Salió del aparcamiento
y entró en el tráfico, cuando Lilo se movió en su asiento.
44
—Tienes que dar la vuelta. No le dimos a la policía el ordenador y la Tablet
de Hannah —Dijo de repente. Empujando un mechón de su cabello rubio detrás de
su oreja—. No sé cómo pude haberlo olvidado.
Él la miró un momento.
—La policía dejará el ordenador en una pila durante días hasta que tengan a
un experto de TI con ella y que consiga el email de Hannah. No tenemos ese tiempo.
—Pero, ¿qué vas a hacer con ella? Te dije que está protegida con una
contraseña. Y ya he probado algunas sin éxito.
—Eso debió haber sido cuando bajé del avión y revisé mis mensajes —Dijo
Lilo.
— ¿Ahora?
45
—Lo siento, voy a una reunión en un minuto —. Hubo algunos murmullos,
como si Thomas hubiera colocado la mano sobre la boquilla—. De acuerdo, Eddie
acaba de nombrarse voluntario. Pronto estará allí.
—Gracias, Thomas.
—De nada.
— ¿Tu colega tiene una reunión a medianoche? ¿Quién trabaja a esas horas?
—No tengo que hacerlo. Él sabe que cuando le pido ayuda, es porque es
importante. Esa es la forma en que la empresa trabaja. No cuestionamos las
peticiones de nuestros colegas. Eso va en ambas direcciones.
46
—Soy escritora —Se volvió a mirar por la ventanilla—. ¿Qué barrio es éste?
Blake reprimió una carcajada. Parece que él no era el único que no quería
responder a las preguntas sobre su trabajo.
— ¿Qué escribes?
—Misterios.
Se hizo una nota mental de eso. Si Lilo escribía una ficción de crímenes, tenía
que ser inteligente, y tendría que mantenerse alerta para asegurarse de que ella no
descubriera sus secretos. Eso sólo complicaría las cosas.
—Un cazarrecompensas.
— ¿En serio?
— ¿Por qué?
—Bueno, tienes una dura competencia en ese género. Pocos son tan buenos
como Maxim Holt. Él tiene el mercado arrinconado.
47
—Acabo de terminar Anatomy of a Bounty5 —Y lo habría terminado antes si
no hubiera tenido que ocuparse de trece híbridos, que no podían callarse ni siquiera
por un minuto.
¡Genial, ahora sólo estaba aburrida y con sueño! Vaya manera de tratar a una
mujer por la que se sentía atraído. Sí, exactamente: se sentía atraído por Lilo. A pesar
de que su mente estaba trabajando horas extras para alcanzar ideas sobre cómo
encontrar a Hannah, su cuerpo estaba ocupado en otras cosas. Cosas que él no tenía
ninguna razón para imaginar.
5
Anatomy of a Bounty: Anatomía de una Recompensa.
48
— ¿Tienes un sistema de alta seguridad para tu hogar? —Le preguntó Lilo
incrédula.
—Si eso ocurre, tendré problemas mayores que no poder entrar en mi casa.
Con un jadeo, Lilo retiró su mano, y él apretó su agarre alrededor del asa de
la maleta. No la miró cuando dijo:
—Sí, por supuesto —Su voz temblaba tanto como sus manos cuando ella
agarró el pequeño bolso que contenía las cosas electrónicas y se alejaba del coche.
—Escucha, Lilo…
Tal vez había sido una mala idea traerla aquí. Quizás debería haberla llevado
a un hotel.
49
El silencio lo saludó. Luego un suspiro. Ella se volvió lentamente y alzó los
ojos para mirarlo.
—Estoy temblando porque nunca he estado en una situación como esta. Estoy
asustada.
50
Capítulo Ocho
Sí, estaba asustada por su amiga, pero la razón por la que había estado
temblando era porque estaba asustada por su reacción ante Blake. Nunca había
sentido esa atracción física tan intensa por ningún hombre, sobre todo de aquel del
que no sabía nada. No había absolutamente ninguna razón para que se sintiera
atraída por Blake como una polilla a la luz, especialmente considerando sus
problemas de confianza.
Mientras lo seguía por las escaleras hacia su casa, no podía dejar de admirar
sus fuertes piernas y cómo se flexionaban los músculos de sus nalgas. Maldita sea,
llenaba un par de pantalones como nadie que hubiera visto. Él era el epítome de la
fuerza y la potencia. Y tenía un lado suave, uno que ella no había esperado. Su abrazo
había sido suave y reconfortante. Y tan platónico como podría ser. Lo que la llevaba
otra realidad: el primer hombre que le interesaba desde su última relación hace dos
años, no estaba interesado en ella.
Lilo entró en el hall cuando Blake encendió la luz, iluminando una gran
entrada con una escalera de caoba, un largo pasillo y un arco abierto que conducía a
la sala de estar.
Aturdida, dejó que sus ojos vagaran. Sabía que San Francisco era famosa por
su arquitectura, pero en realidad nunca había estado en una de esas magníficas
mansiones retratadas en las películas y en la televisión. El detalle del período de la
casa era intrincado y hermoso. Le daba a la casa un valor instantáneo. Este era un
verdadero hogar.
51
—Lo siento, todavía se ve un poco desnuda. Pero sólo la compré hace dos
meses y todavía estoy esperando que se entreguen más mobiliario.
—Es bonita. Supongo que ser un guardaespaldas está bien pagado —Quiso
darse una palmada en la boca, pero ya era demasiado tarde. No era cortés hablar de
dinero, pero no podía imaginar cómo un hombre de la edad de Blake, que tenía que
tener apenas treinta años, pudiera permitirse una mansión como esta.
—Por supuesto —Señaló al final del pasillo, cuando un sonido desde la puerta
principal le hizo girar alrededor.
—Se suponía que ibas a recoger a los chicos de mi casa —Rugió el extraño, y
dejó las bolsas.
— ¡Sí, puedo verlo! —El hombre la fulminó con la mirada, antes de caminar
hacia un lado para permitir que dos adolescentes entraran a la casa. Una mujer joven
los siguió.
—Nicholas, Adam, ¿no os enseñé mejores modales? —La mujer morena que
no podía ser su madre, no a menos que los tuviera cuando tenía diez años, les dijo
por detrás.
52
El joven miró sobre su hombro.
Ella asintió y Zane gruñó un breve hola, mientras que Portia sonreía y decía:
53
—Si no tienes tiempo para cuidar a los chicos, los llevaremos con nosotros a
Nueva Orleans.
—No le hagas caso, Blake. Sólo está molesto porque Nicholas y Adam no
quieran venir con nosotros. Él odia estar separado de ellos.
Zane asintió con la cabeza antes de cortar el contacto íntimo con su esposa.
Sus ojos se encontraron con los de Blake.
—Será mejor que te asegures de eso, o te aplastaré con mis propias manos.
—Sal de aquí, y diviértete en NOLA6. Dale mis mejores saludos a Cain y Faye
—Dijo Blake.
Como si los chicos supieran que esto era un adiós, vinieron corriendo y
volaron hacia los brazos extendidos de su padre.
6
NOLA: Nueva Orleans, Lousiana
54
—Os comportaréis, ¿de acuerdo? O volveré para arrastraros a Nueva Orleans
por las orejas —A pesar de la amenaza, la voz de Zane era suave.
El afectuoso intercambio los hizo parecer más jóvenes y Lilo se dio cuenta de
que a pesar de sus obvios intentos de mostrar su independencia de sus padres al no ir
a este viaje con ellos, seguían siendo unos niños que buscaban la aprobación y el
afecto de sus padres.
Ella alzó una ceja, cuando oyó a uno de los muchachos gritar.
Lilo lo siguió.
55
—Me quedaré a dormir en la habitación de la torreta. Adam puede dormir en
la habitación de enfrente —Dijo Nicholas con una voz decidida.
— ¿Por qué?
Lilo sintió que el calor subía a sus mejillas. ¿Pensaban que ella era la novia de
Blake? Al igual que Zane probablemente había pensado lo mismo también. Su
mirada había implicado tanto así.
56
Capítulo Nueve
—Y ninguna otra observación sobre Lilo y yo. ¿Está claro? —Dijo, atrapando
a Nicholas con la mirada.
Blake sonrió.
—No lo creo —Algo avergonzada. Al menos eso había quedado claro cuando
le había ensañado su habitación en silencio. Eso había sido casi hace media hora—.
Ahora a comer, y después debéis iros a la cama.
57
Nicholas se encogió de hombros, el regaño de Blake deslizándose fuera de él,
como el aceite en una sartén de teflón.
Adam rodó sus ojos, parecía todo adulto, a pesar de su tierna edad de trece
años.
— ¿Porque nos amas y somos divertidos para pasar el rato con nosotros?
—Supongo que no puedo discutir con eso. Ahora ir a jugar antes de que
cambie de opinión.
58
apertura de la puerta principal. Echó un vistazo a la pantalla: Eddie finalmente estaba
allí.
Salió al pasillo para saludar a su amigo y colega. Como siempre, Eddie estaba
vestido con su traje de motero: cuero, y más cuero. Con su pelo rubio, arena, y sus
profundos hoyuelos, parecía el chico de la puerta de al lado.
Blake sonrió.
—Quizás consiga que Nicholas y Adam me echen una mano mientras están
aquí.
—Sí, buena suerte con eso —Se dirigió a la mesa—. ¿Es el portátil que querías
que desbloqueara?
— ¿La conozco?
— ¿Revisaste su último viaje para Vüber, para ver si un cliente podría estar
involucrado en su desaparición?
59
— ¿Por qué?
—Hola.
7
UV: Rayos ultravioletas.
60
—No puedo dormir. Han sucedido demasiadas cosas.
—Lo sé. Ven, quiero hablar contigo —Señaló el sofá Chesterfield que había
en un rincón de la oficina.
—Cuéntamelo de nuevo. Tal vez haya algo que omitiste. Cada detalle es
importante —Blake se sentó al borde del sofá y se giró, apoyando los codos sobre sus
rodillas, inclinándose sobre ella—. Dime todo lo que Hannah te contó sobre él.
Lilo suspiró.
—Esto empezó hace unos seis u ocho meses. No me lo contó al principio, tal
vez porque sabía que yo no lo aprobaría.
— ¿Por qué?
—Por desgracia —Convino Lilo—. Pero nunca termina bien. Yo supe que
Ronny era un perdedor desde el momento en que ella me habló de él.
Ella bufó.
—Bueno, para empezar, estaba entre dos trabajos —Ella hizo unas comillas en
el aire en torno a sus palabras para enfatizar su desdén—. No creo que puedas estar
entre trabajos cuando nunca has tenido un trabajo real.
61
Lilo se encogió de hombros.
—Qué él no podía trabajar en las horas que le pedían. Que no había muchos
trabajos que le permitieran un turno de noche —Ella levantó las manos—. Quiero
decir, ¿quién querría trabajar el turno de noche, si no tuviera que hacerlo obligado?
Especialmente si tu novia trabaja durante el día. Esto no tiene sentido en absoluto.
—Hmm —Blake fingió pensar, ya que había adivinado la razón para la que
Ronny quisiera trabajar el turno de noche—. ¿Alguna vez Hannah mencionó como
se conocieron ella y Ronny?
— ¿Estás segura?
Esa fue la ocasión que había estado buscando. Emocionado, sacó su teléfono
celular de su bolsillo. Al marcar, le dijo a Lilo:
—Finn, soy Blake. Por favor, puedes mirar los expedientes de Vüber y
encontrar a cualquier persona con el nombre de Ron, Ronny o Ronald. Haz una
62
referencia cruzada con cualquiera que se encuentre en los encargos de Hannah
Bergdorf que haya aceptado en los últimos ocho meses. ¿Puedes hacer esto para mí?
—ASAP8.
—Sin problema.
—Estoy sorprendida de todas las cosas que tu empresa puede hacer. Quiero
decir, parece que tienes más recursos que la policía. Y tú trabajas mucho más rápido
que ellos.
Él sonrió.
8
ASAP: As Soon As Possible, es decir, tan pronto como sea posible.
63
Lilo caminó hacia el otro lado de Eddie y miró por encima del hombro,
también, mientras se deslizaba por la bandeja de entrada de Hannah, escaneando los
emails. Durante quince minutos, todos leyeron silenciosamente sus mensajes, pero
no había nada que diera algún indicio sobre el paradero de Hannah, o sobre lo que
ella quería hablar con Lilo de una manera tan urgente.
—Claro, sólo que hazlo rápido —Miró su reloj de pulsera—. Tengo que estar
de vuelta en la oficina en un par de horas.
Blake estaba a punto de largarse, cuando oyó unos pasos detrás de él. Miró
por encima del hombro. Lilo lo seguía.
—Podré encontrarlo más rápido que tú. Conozco los gustos de Hannah. Sé
cuál sería el aspecto de su diario.
—Entonces, descríbemelo.
Ella cruzó los brazos sobre el pecho, atrayendo sus ojos a esas tentadoras
curvas.
64
—Voy contigo.
Sí, a él no le parecía tan gracioso que esta mujer se estuviera metiendo bajo la
piel con tanta facilidad.
O que él se lo permitiera.
65
Capítulo Diez
Lilo sintió el chisporroteo del aire entre ellos cuando estaban de vuelta en el
coche, dirigiéndose al apartamento de Hannah. Blake no estaba claramente
acostumbrado a que una mujer ignorara sus órdenes.
Ella bufó.
—Yo sólo estoy tratando de protegerte. Ya es bastante malo que Hannah haya
desaparecido. ¿Cómo puedo encontrarla? ¿Cómo puedo trabajar normalmente si
también tengo que preocuparme por ti?
Por un momento, ella se quedó sin habla. ¿Blake tendría dificultades para
trabajar si tuviera que preocuparse por ella? Instintivamente, sacudió la cabeza. Eso
implicaría que él se preocupaba. Sobre ella. Cuando ni siquiera la conocía.
— ¿Qué? —Ladró.
—Lo siento.
—Estás tan estresado con todo esto como yo, y sólo te estoy causando más
dolor de cabeza —Miró por la ventanilla y vio las luces pasar—. Estás acostumbrado
a hacerlo todo sin alguien que interfiera. No necesitas mi ayuda para encontrar a
Hannah —Bufó—. Sólo es… que yo quiero ayudar. Quiero saber que estoy haciendo
algo para encontrar a mi amiga. Le debo eso —Su voz se quebró. ¡Maldita sea! No
iba a llorar, no ahora cuando había intentado ser tan valiente durante toda la noche.
66
Una cálida mano se aferró a la suya le hizo volver la cabeza rápidamente a Blake. Lo
encontró mirándola, su mirada amable y comprensiva.
—Aquí está.
Lilo asintió.
—Lo ha hecho desde que éramos unas niñas —Señaló la entrada del día antes
de su desaparición—. Aquí llevó a Frankenfurter al veterinario. Hay un número de
teléfono.
—Tal vez Frankenfurter se quedó allí por la noche. Eso explicaría por qué no
esté por ninguna parte.
67
Aparte de algunos recordatorios para pagar las facturas, no había muchas
entradas durante la semana en cuestión. Las semanas anteriores mostraban una cita
con el odontólogo, una nota para despedir al que paseaba al perro, varias citas para
ver películas, presumiblemente con Ronny, una cita para la peluquería, y una visita
para probar un gimnasio.
Respondió de inmediato.
Blake la atrapó.
—No iremos sin refuerzos. No sabemos a qué nos enfrentamos. Puede que no
esté solo.
68
—Pero si es peligroso, la policía está mucho mejor equipada para…
— ¿Quieres decir cosas con las que atarlo? ¿O estás hablando de algo… para
hacer que nos diga dónde está Hannah?
Nunca había conocido un organismo para hacer cumplir la ley o una empresa
de seguridad privada que trabajara de la misma manera que esta que empleaba a
Blake. Y había investigado el terreno a fondo para su serie de misterio. Entonces,
¿por qué, si Scanguards era tan buenos en lo que hacían, nunca había oído hablar de
ellos?
*****
69
de la casa de Ronny. La placa de la matrícula, WTW-Wesley, The With9, era difícil
de ignorar.
9
The With: Wesley, El Brujo.
70
Un golpe en la ventanilla hizo que Lilo retirara su mano y Blake girara su
cabeza.
Wesley estaba de pie en el lado del conductor, con la cabeza inclinada hacia
un lado, haciendo rodar los ojos.
—Si quería tener audiencia para tu sesión de besuqueos, habérmelo dicho con
antelación. Habría traído palomitas de maíz.
—Esa es. No ha sido vista, ni nadie ha oído nada de ella desde hace tres días.
Lilo es su mejor amiga y vino volando desde Nebraska para intentar encontrarla. Ya
hemos buscado en su apartamento, y tenemos razones para creer que su novio tiene
algo que ver con ello. Era uno de sus clientes en Vüber —Añadió la última frase para
asegurarse que Wes entendiera que el novio de Hannah era un vampiro.
—Ah, ya veo.
71
—Ronny vive aquí. Hemos pensado hacerle una visita, ver por qué él no ha
contactado con nadie sobre la desaparición de su novia.
Blake reprimió una carcajada. En ese sentido, eran iguales, aunque habían
empezado como competidores cuando ambos se unieron por primera vez a
Scanguards y no siempre se habían mirado bien. Poco antes de que se conocieran,
Wesley se había enterado de que era un brujo. En los años que siguieron, él había
trabajado diligentemente para recuperar los poderes que le había robado su madre
cuando era un niño, y ahora él era uno de los brujos más célebres del país. Y estaba
del lado de Scanguards, aunque las brujas habían sido tradicionalmente el enemigo
de los vampiros.
—Por aquí.
Miró por encima de su hombro e hizo una seña a Wes. Señaló la puerta
principal, y Wes sabía lo que tenía que hacer.
Blake se movió hacia un lado para dejar que su amigo hiciera su magia. Y era
realmente magia: un simple hechizo que desbloqueaba cualquier puerta. Mientras
Wes mascullaba el encantamiento lo más silenciosamente posible, Blake se volvió
hacia Lilo, protegiendo a Wes de su vista con su amplia espalda.
72
Blake sacudió la cabeza y puso un dedo sobre sus labios para indicarle que se
quedara callada. Por una vez, ella obedeció, aunque trató de espiar más allá de él
para echarle un vistazo a Wes. El brujo, sin embargo, ya había acabado. Hubo un
suave chasquido, y la puerta se abrió.
Blake alzó la mano para indicarle a Lilo que permaneciera donde estaba,
mientras asentía con la cabeza a Wes y pasaba por delante de él dentro de la casa.
Dejó que sus sentidos vagaran. Olía a vampiro, pero el olor tenía por lo menos un
día de antigüedad. Sin embargo, siguió con cautela mientras avanzaba más lejos en
la casa. Tenía dos dormitorios, un salón. Cada habitación estaba vacía.
Tan pronto como Wes y Lilo entraron, cerró la puerta detrás de ellos, Blake
encendió la luz. Él no la necesitaba para moverse a su alrededor, pero ni Wes, ni Lilo
poseían la visión superior nocturna de un vampiro.
—Me temo que sí. Pero eso no quiere decir que no vuelva —Blake regresó al
salón—. Está desordenado, pero no parece que se haya mudado.
73
—Por suerte no somos la policía. Además, lo devolveremos una vez que no
lo necesitemos más.
—Eddie puede hacerlo —Sacó su móvil del bolsillo y marcó. La llamada fue
contestada de inmediato.
—Estaba a punto de llamar para decirte que me voy —Le dijo Eddie, antes de
que él pudiera decir algo.
—Gracias.
—Gracias, Eddie.
10
HQ: Headcuarters o Cuartel general u oficina central.
74
—Vamos a ver si hay cualquier otra cosa que pueda decirnos si tomó a
Hannah y dónde podrían haber ido. Lilo, ¿por qué no empiezas en el dormitorio?
—Wes, otra cosa —Dijo en voz baja, para que Lilo no los oyera.
— ¿Sí?
—Gracias.
75
Capítulo Once
Recordó la foto que Blake le había enseñado y tuvo que admitir que Ronny
era guapo. ¿Era de eso de lo que él estaba viviendo? ¿Su buen aspecto? Junto con el
encanto y alguna habilidad en la cama, ella sabía muy bien cómo una mujer podía
perder su buen sentido y quedarse con un hombre así más tiempo del que debería. Se
había encontrado en el extremo receptor de tal arreglo pocos años antes. Pero había
aprendido de ello. Ahora escogía a sus novios con cuidado, de hecho con tanto
cuidado que no había salido con nadie en los dos últimos años.
Tal vez su descanso en las citas era la razón por la que Morgan West, su
protagonista, se había vuelto tan natural y real para ella. Era la personificación de lo
que un hombre debería ser: fuerte, decisivo, de confianza. Un tipo de tomar las
cargas. Uno hombre en el que se pudiera confiar. Al igual que Blake.
Mientras seguía a Blake por las escaleras que iban del garaje a su casa, no
pudo evitar encontrarse admirando su musculoso físico. ¿Era realmente posible que
este hombre tuviera todo lo que ella había deseado? ¿No sólo un gran personaje, sino
también un gran cuerpo? Por no hablar de una buena disposición, que surgía cuando
trataba con Nicholas y Adam.
76
Blake miró sobre su hombro, y se encontró con su mirada.
— ¿Hmm? ¿Qué?
—Hora de ir a la cama.
Pasaron solamente unos pocos minutos antes de que Blake volviera abajo
nuevamente. Lilo seguía parada en el arco que había entre el pasillo y la sala de estar,
habiéndole mirado moverse por las escaleras. A pesar de que había estado despierta
toda la noche, no estaba preparada para irse a la cama. Mucho había sucedido en tan
poco tiempo que su mente no estaba lista para descansar todavía.
77
Ella levantó la mano a su mejilla, tocándolo, sorprendiéndose a sí misma con
el impulsivo gesto.
—Lilo…
—Blake… —Ella reprimió un gemido cuando sus labios rozaron las yemas de
sus dedos—. Probablemente sea mejor si subo…
— ¿Mejor? —Él negó con la cabeza—. Más inteligente para ti, para nosotros
dos, sí, pero no lo mejor.
78
Si se acercó más a él, o si Blake se inclinó, no estaba del todo segura, pero de
repente su rostro estaba sólo a unos centímetros del suyo, y su brazo rodeaba su
cintura, llevando sus caderas a las suyas, su cuerpo conectando con el suyo.
Lo primero que sintió fue el calor que emanaba de él, de cada parte de él: de
la mano en la parte baja de su espalda, la pelvis rozando la de ella, y su aliento se
movía sobre su rostro. Entonces él tiró de ella más estrechamente y el latido de su
corazón pareció reverberar en su cuerpo, haciéndose eco en el rápido tamborileo del
suyo propio.
*****
—Como si pudiera —Susurró las palabras contra sus labios rojos, labios que
lo habían tentado toda la noche. Labios que se separaron ahora en invitación.
¡Maldita sea!, no tenía ninguna posibilidad de resistirse ahora. Ella tenía todas
las cartas. Y casi le estaba rogando que la besara. Él no era el depredador en este
juego; no la estaba coaccionando a algo que ella no quisiera. Él no estaba siquiera
seduciéndola; Lilo lo estaba seduciendo a él. Y mientras la sostenía entre sus brazos
de vampiro, brazos de los que ella no sería capaz de escapar a menos que él lo
permitiera, era ella la que lo mantenía cautivo a él.
—Como si pudiera dejarte escapar ahora —Se corrigió y rozó sus labios sobre
los de ella.
79
El toque fue electrizante. Sus labios eran cálidos y suaves, cediendo a él. Al
principio él fue vacilante, no queriendo asustarla en caso de que hubiera interpretado
sus señales incorrectamente.
80
Lilo le devolvió el beso con una pasión que no esperaba, sobre todo no de una
mujer que apenas lo conocía. Era un fuego puro y un hambre sin restricciones. Ella
era positivamente desenfrenada. Sintió su latido reverberar en su pecho, sus suaves
pechos aplastadas contra él. Unos suaves gemidos escapaban de su garganta cada vez
que él le daba la oportunidad de respirar. Pero le indulto nunca duraba mucho
tiempo. Apenas un segundo, y ella buscaba sus labios otra vez, exigiendo más, una
conexión más profunda, como si ella no pudiera conseguir bastante de este beso, de
él. Al igual que él no podía conseguir lo suficiente de ella.
Pero eso significaría exponerse a sí mismo. Mostrándole quién era él. Lo que
era. ¿Cómo podría reaccionar ella? ¿Todavía podría rozar su sexy cuerpo contra él y
le permitiría tocarla? ¿Todavía querría tocarle a él? ¿Cómo le estaba tocando ahora?
¿Con sus cálidos dedos deslizándose por debajo de su camisa, sus uñas arañando su
espalda, mientras él se metía bajo la blusa y tocaba la piel suave de su vientre? Él se
81
deslizó más arriba, lentamente, suavemente, esperando que ella lo detuviera. Pero
ninguna protesta vino de sus labios, labios que estaban ocupados devorándolo.
Sólo unos cuantos centímetros más y sus manos estarían sobre sus pechos,
acunando los perfectos globos en sus palmas, burlándose de esos pezones con sus
dedos…
— ¿Rose? —El pasó una temblorosa mano a través de su cabello. ¡Joder! Podía
estar su 4º bisabuela, pillándole prácticamente follando a Lilo en el pasillo.
¡Simplemente perfecto!—. Pensé que estabas en Carmel…
—Oh…
Por el rabillo del ojo vio a Lilo reorganizarse nerviosamente sus ropas.
—Lo siento —Su voz se quebró. Ella miró a Rose y luego a él—. Tengo que
irme —Corrió más allá de él a las escaleras, subiendo de prisa al segundo piso.
— ¡Lilo!
11
cariñín: El texto original pone la palabra Luvvie, que usan los ingleses, pero literalmente es un término
humorísticamente despreciativo de un actor que es demasiado afectado o efusivo.
82
Capítulo Doce
¡Blake tenía una novia! Sus palabras aturdidas habían lo habían confirmado
así. Pensé que estabas en Carmel. Aparentemente no la había esperado en casa tan
temprano. Así que había pensado que podría jugársela mientras su novia estaba fuera
de la ciudad. ¡Maldición! Era tan malo como cualquier otro hombre. Sólo Morgan
West no era así, porque ella lo había descrito de otra manera: por lo menos Morgan
nunca había comprometido a una mujer y dejó que sus compañeras de cama supieran
que él no era exclusivo. Él no mentía.
83
Él abrió la puerta, haciéndola girar alrededor. Blake estaba allí, sus ojos
moviéndose inmediatamente de ella a la maleta sobre la cama, su sorpresa evidente.
Ella instintivamente dio un paso atrás chocando contra los pies de la cama.
—No hubo nada malo en lo que hicimos. Yo lo deseaba tanto como tú. Y
mucho más. Aún lo hago.
— ¡Para! —Le señaló la puerta—. Tu novia está ahí abajo. ¿Cómo te atreves
a decirme estas cosas?
— ¿Prima? —No se lo creyó ni por un segundo. ¿Qué prima pasa a las cinco
de la mañana y no llama al timbre? Sacudió la cabeza—. ¿Tu prima te visita a estas
horas de la noche?
84
Él se encogió de hombros.
—No, pero…
Él puso un dedo sobre sus labios, labios que todavía se sentían hinchados por
su apasionado beso.
—Ven abajo conmigo. Acabaremos con todo esto. Siento que yo me pusiera
tan intenso. Pero quería besarte desde el momento en que te vi en el piso de Hannah.
Y no soy un tipo impulsivo. Y para que sepas: nunca te habría besado si hubiera
estado teniendo una relación con otra mujer. No juego a eso. Ya no. La vida es
demasiado preciosa como para desperdiciarla en cosas que no significan nada.
Ella notó cómo sus ojos se fijaron en sus labios, y lo vio tragar con fuerza.
Lilo no tuvo más remedio que ir con él mientras la arrastraba escaleras abajo,
no dejando que soltara su mano hasta que hubieron alcanzado el pasillo, donde Rose
los estaba esperando.
—Soy Rose, y por favor, permíteme disculparme. Si hubiera sabido que Blake
no estaba sólo, jamás habría entrado así.
85
—Siento haberte dado una impresión equivocada…
—Oh, cariñín, por favor no te disculpes. He conocido a este tipo de aquí toda
su vida y él puede ser un poco demasiado para manejarlo. Vamos a echarle la culpa
a él, ¿de acuerdo?
— ¿Quieres decir que lo has conocido durante toda tu vida? No toda la de él.
Eres claramente más joven que Blake.
—Oh, sí, por supuesto, querida —Ella hizo un gesto descalificativo—. Ahora
me perderéis de vista en un momento, pero tengo dos taburetes en mi coche, y
necesitaré una mano para traerlos.
—Lo siento, pero tengo que preguntar. Dijiste que eres su prima, pero no te
pareces en absoluto, y tu acento es británico.
— ¿Casual?
—Ya sabes: sexo casual. Está demasiado ocupado para eso. Y nunca antes te
mencionó antes —La pregunta en las palabras de Rose estaba implícita.
86
—Sólo nos acabamos de conocer esta noche —Inmediatamente quiso retirar
las palabras—. Lo siento. Debes pensar que soy fácil. Normalmente no acostumbro
a hacer cosas como esa… —Quería que el suelo se abriera, quería meterse en un
agujero y esconderse—. No es lo que parece…
—Oh, querida —De repente, Rose sonó como una anciana tía a punto de dar
consejos.
Lilo levantó los párpados y se encontró con los ojos de Rose. La preocupación
estaba grabada profundamente en ellos.
Sorprendida por las extrañas palabras de la otra, Lilo quería preguntarle qué
significaba, pero Blake apareció en ese momento llevando dos taburetes. Los dejó en
el suelo.
— ¿Todo bien por aquí? —Preguntó, su mirada saltando entre ella y Rose.
—Encantada de conocerte, Rose —Se las arregló para responder antes de que
la hermosa rubia dejara la casa.
—Tengo que ir a dormir. Ha sido una larga noche —Evitó su mirada. Antes
de que pudiera pasar más allá de él, la detuvo y metió los dedos bajo su barbilla,
haciendo que lo mirara.
87
—No voy a hacer nada que tú no desees. Tienes mi palabra… no importa
cuán ardiente se puso antes —Besó suavemente su mejilla—. Buenas noches, Lilo.
Descansa un poco. Tal vez tendremos algunas pistas sobre Hannah para mañana.
Ella le sonrió, a gusto otra vez. Rose tenía razón. Blake era un buen hombre.
Pero incluso los hombres buenos se convertían en depredadores hambrientos cuando
los provocaban. Y ella lo había provocado, lo había tentado. Aunque no lo
lamentaba. No, ni por un solo segundo. Pero también sabía que tenía que tomarse
las cosas más despacio. El incidente con Rose le había demostrado que casi no sabía
nada sobre el hombre que le hacía correr el pulso como un tren bala y su sangre
chisporrotear como un huevo en un capó caliente de un coche. Y tanto como ella
quería continuar donde lo habían dejado antes de que Rose hubiera interrumpido,
sabía que era mejor resistirse a ese impulso e intentar conocer mejor a Blake antes de
hacer algo que no podría deshacerse.
88
Capítulo Trece
— ¡Joder! —Gruñó.
Escudriñar era una de las habilidades mágicas más básicas, y él era más
experto que la mayoría. Era consciente de que no funcionaba con los vampiros, pero
Hannah era humana, así que debería haberla encontrado para este momento. Había
dos razones para que no lo hiciera: la primera era que la cantidad de ADN en el
cepillo de dientes y en el de pelo no era suficiente, la segunda era que estuviera
muerta. Y la última razón era una que él no estaba dispuesto a aceptarla. Porque
Blake no la aceptaría.
— ¿Sí?
Necesitaba aclarar su cabeza de todos modos. Tal vez se le ocurriera algo más
tarde.
Wesley caminó por el pasillo de uno de los pisos del sótano en la sede central
de Mission de Scanguards, dirigiéndose al laboratorio de TI. Tanto Thomas como
89
Eddie se habían ido poco después de que Wesley llevara el ordenador portátil del
sospechoso a la oficina, de modo que la tarea de piratear y examinar la información
en él había sido entregada a Matt, uno de sus empleados humanos de confianza.
Todo estaba tranquilo mientras caminaba por el pasillo. Sobre todo los seres
humanos y los híbridos ocupaban las oficinas durante el día. Pocos vampiros estaban
por allí, la mayoría de ellos se habían ido a casa para dormir. Era mediodía. Tan
pronto como el sol invernal se puso, el cuartel general estaría zumbando como una
colmena de nuevo. Pero durante el día, éste era su dominio: él era el empleado de
mayor cargo en Scanguards en el lugar. Y le gustaba de esta forma.
Sólo unas cuantas personas estaban sentadas frente a los muchos puestos de
trabajo de computadoras que salpicaban la gran sala. Incluyendo a una persona que
no había esperado.
—No lo estoy. Pero me imaginé que si debo dirigir la compañía un día querría
saber tanto como fuera posible sobre cómo funciona todo.
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— ¿Cuál? —Le disparó ella.
Aunque Grayson, un año más pequeño que Isabelle, era el más ambicioso de
los hermanos, Patrick, que sólo había acabado de cumplir diecinueve era un poco
más relajado y aún no estaba pensando en cómo posicionarse para tomar el relevo
en la empresa de su padre, si Samson alguna vez decidiera retirarse. Lo cual,
considerando lo mucho que amaba su trabajo, probablemente nunca sucediera.
Isabelle se rio.
—Oh, he oído sobre la diversión que tuviste cuando eras joven. Haven es un
buen narrador.
Una pesada mano pesada cayó sobre su hombro, haciéndole girar alrededor.
Su corazón casi se detuvo.
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—Sabes que nunca debes hablar mal de mí a mis espaldas.
— ¿Qué tipo?
—Humano.
—Entonces, ¿por qué Donnelly nos lo envió? ¿Quiere que nosotros ahora nos
hagamos cargo de los delitos humanos? —Miró a Isabelle—. Tal vez deberías agregar
renegociar contratos con la ciudad a tu plan de estudios mientras estás en ello.
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—Parece que está bajo la influencia de algo. Podría ser un hechizo, o drogas,
o control de la mente. Tú estás mejor dotado para averiguarlo.
Wes sonrió.
—Estaré allí en dos minutos —Se fue a uno de los puestos de computadoras,
donde estaba sentado otro humano—. Hey, Matt, ¿qué tienes para mí?
—Me temo que no mucho —Acercó unas cuantas hojas de papel—. Imprimí
lo que pensé que era importante, pero también te lo puedo enviar el archivo
electrónico, que es un poco más completo.
—Lo haré.
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— ¿Qué es eso? ¿Ese Höllenkraut?
—Si tengo razón, y espero no tenerla, entonces es una de las plantas más
peligrosas del mundo.
A pesar del hecho de que se había trasladado a San Francisco y se había unido
a Scanguards cuatro años antes, no había perdido nada de su acento sureño.
Wes lo miró más de cerca. Los ojos del sospechoso le miraban fijamente de
forma inexpresiva.
— ¿Catatónico?
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Wes levantó una ceja.
El control mental funcionaba en todos los seres humanos. Y este hombre era
claramente humano.
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Capítulo Catorce
Blake salió de la ducha y se vistió rápidamente. Era media tarde y sólo había
dormido unas horas, pero había recibido una llamada de Scanguards hace veinte
minutos de que habían encontrado el coche de Hannah y lo estaban llevando a la
sede para ser examinado. Quería echarle un vistazo, con la esperanza de que Hannah
hubiera dejado una pista sobre su paradero.
— ¿Sí?
—No funcionó.
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—Es importante. Encontraron el coche de Hannah. Necesito comprobarlo.
¿Puedes cuidar de Nicholas y Adam, y mantener un ojo en Lilo, también?
— ¡No!
Blake suspiró.
—Entonces, ¿por qué no traes esos archivos contigo a casa? Puedes trabajar
en mi oficina. Vamos, sé bueno.
Oyó el filo de la voz de Wesley y supo que debía pisar con cuidado.
—Blake, no quiero que cunda el pánico, pero… Hay algo que encontramos
en el ordenador de Ronny.
— ¿Qué hacen?
—No lo sé todavía. Hay otra cosa: hoy Donnelly nos transfirió a un humano
a nuestra custodia. Parecía que estaba bajo un hechizo o algo así. Pero cuando lo
examiné, no pude encontrar ningún signo de brujería. Lo que nos deja con algo físico.
— ¿Físico?
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—Sí, como drogas. Algo que altere la mente. Y sucede que hoy me topé con
una hierba que me asusta como el diablo.
Ryder era el hijo de Gabriel y Maya, y un híbrido, lo que significaba que podía
estar en el exterior a la luz del sol sin que los rayos dañaran su piel. Pero él, y su
hermano Ethan y hermana Vanessa, eran distintos a los otros híbridos a su cuidado.
Sus padres eran unos vampiros muy especiales: antes de haberse convertido eran
sátiros. Sus tipos de ADN eran tan dominantes que incluso como vampiros
conservaban algunos de sus rasgos sátiros y los habían transmitido a sus hijos. Y
mientras que la habilidad de sus padres para tolerar la luz del sol se había extinguido
con la transformación, cómo híbridos nacidos de vampiro-sátiro, al igual que nacían
los híbridos vampiro-humanos, Ryder y sus hermanos podían estar en el exterior al
sol sin ser convertidos en cenizas.
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—Bien —Hubo una breve pausa, antes de que Wes añadiera—. Estás
haciendo todo lo que puedes.
—No parece ser suficiente —Porque Blake todavía no tenía una pista del
paradero de Hannah. Y con cada hora que pasaba, las posibilidades de encontrarla
viva y bien, disminuían.
—Estaré allí en media hora. Pero es mejor que les digas a esos chicos que
tengo trabajo, y que no estoy allí para pasar el rato con ellos.
—Sí, claro.
Nicholas estaba sentado en su cama y se frotaba los ojos. Adam se volvió bajo
el edredón y murmuró algo.
—Hola, lo siento chicos, pero tengo que ir a la oficina. Wes vendrá en breve;
se quedará con vosotros hasta que yo vuelva.
—Ahora, ya lo sabéis, Wes está trayendo trabajo para hacer, así que no quiero
que lo molestéis a menos que haya una emergencia.
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—Wes no es vuestra niñera, es vuestro guardaespaldas —Le corrigió Blake—
. Ya deberías estar acostumbrado. Has tenido guardaespaldas desde que naciste.
—De acuerdo. Vamos a ignorar a Wes —Echó sus piernas fuera de la cama—
. Pero, no es justo. Si soy realmente más fuerte que tú y menos vulnerable, entonces,
¿por qué necesito protección?
—Es por esto. Puede que seas más fuerte, pero yo soy más inteligente y más
hábil. Una vez que puedas derrotarme, no tendré problemas en renunciar a
protegerte. Pero hasta entonces, mi querido muchacho, tendrás que tolerarme a mí o
a alguien de Scanguards como tu guardaespaldas.
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Desde la otra cama, Adam se reía entre dientes.
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Capítulo Quince
Cuando llegó al pasillo, oyó un sonido procedente del despacho de Blake y se dirigió
allí. La puerta estaba abierta.
—Hola, Lilo —La saludó—. Lo siento, Blake no está aquí. Tenía que ir a la
oficina. Encontraron el coche de Hannah.
—Lo siento, todavía no hay señales de ella. Blake está haciendo que un equipo
forense registre el coche para ver si hay alguna evidencia de… —Dudó, luego hizo
un gesto despectivo con la mano—. De todos modos, están tratando de averiguar
dónde ha estado el coche, para así poder intentar volver sobre los pasos de ella.
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Lilo asintió.
—Lo entiendo —Suspiró. Había sido poco realista esperar que hubieran
encontrado a Hannah tan rápidamente.
Él señaló a su mano.
—Buena idea.
Curiosa, ella caminó alrededor de la mesa, para mirar la pantalla, pero Wesley
se levantó y bloqueó su vista.
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—Lo prometo —Sonrió con una cálida y amable sonrisa—. Ahora, ve a comer
algo, antes de que Adam y Nicholas vacíen la nevera. Te avisaré cuando tenga algo
en concreto.
Lilo abrió la puerta de la cocina, sintiéndose un poco incómoda por vagar por
la casa mientras su anfitrión estaba ausente, pero ahora que Wesley lo había
mencionado, sentía hambre. Su última comida había sido antes de que ella hubiera
subido al avión en Omaha.
Adam, que estaba sentado frente a él, asintió con la cabeza tímidamente y
balbuceó:
—Ya hemos terminado los huevos revueltos que hizo Wes. Pero hay más
huevos en la nevera.
Tomó todo lo que necesitaba para una saludable tortilla y se puso a trabajar.
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—Lilo, ¿quieres jugar a videojuegos con nosotros más tarde? —Pidió
bruscamente Adam.
Ella lo miró.
—Eso no importa.
Lilo echó la mezcla en la sartén caliente, antes de mirar a los dos adolescentes.
—Estoy segura de que ambos sois muy buenos. Pero yo nunca llegué a jugar
a un videojuego.
—Leer.
—De acuerdo.
Los ojos de Adam se abrieron un poco, mostrando que no era tan displicente
sobre los libros como su hermano mayor.
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Adam sonrió.
Pero le encantaba el reto. Y tal vez había una manera de ganar el interés de
Adam otra vez.
— ¿Qué escribes? —Preguntó Adam, con los ojos más abiertos que antes.
Ella sonrió para sí misma. ¡Nada de Maxim Holt! Por supuesto, no podía
decirles a los chicos cuál era el nombre con el que firmaba. Era un secreto muy bien
guardado, sobre todo porque escribía bajo un seudónimo masculino, una necesidad
para ser tomada en serio en el género de suspense dominado por los hombres. Si se
supiera que el escritor que había detrás de la serie de Morgan West el caza
recompensas era una mujer, millones de lectores masculinos se sentirían engañados.
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—Probablemente podrás solicitarlos online en algún lugar, ¿verdad? —Adam
le lanzó una mirada esperanzadora.
—Claro — ¿Qué había empezado? Lo único que había querido era mostrar a
los chicos que la lectura no tenía por qué ser aburrida, y ahora estaban ansiosos por
averiguar sobre sus libros. Tendría que entretenerlos—. Lo comprobaré más tarde.
— ¡Oh, hola!
Con las palabras de Nicholas, Lilo sintió ganas de encogerse. Esta no era la
impresión que quería darle a todo el mundo: que ella era alguien de una noche que
Blake había conseguido.
—Soy Ursula la cuñada de Blake —Sus ojos siguieron a su hijo que se dirigía
a la nevera—. Sebastian, acabas de comer.
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—Sí, pero estoy creciendo —Tiró de la puerta del frigorífico abierta.
—No puedes argumentar con eso, ¿verdad? —Le sonrió a Lilo—. Entonces,
estás visitando a Blake. No mencionó que estuviera esperando a nadie.
—Con un padre como Zane, ¿quién no lo estaría? —Ella guiñó un ojo a los
chicos, luego se volvió hacia Lilo—. No me digas que te dejaron estancada
vigilándolos.
— ¿A esta hora del día? —Lilo le lanzó una mirada de sorpresa. Era por la
tarde. ¿Por qué le parecía extraño que Blake estuviera en la oficina?—. Quiero decir
—Añadió Ursula apresuradamente—. Pensé que estaba en el turno de noche.
—Ah, ya veo. No me di cuenta de que eras una cliente. Bueno, tu caso está
en las mejores manos —Miró su reloj de pulsera—. Mejor me voy. Tengo algunas
compras que hacer. Volveré dentro de unas horas para recoger a Sebastian.
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—Pensé que podía pasar la noche aquí. Ellos lo hacen —Señaló a Nicholas y
a Adam.
—Fue un golpe de genio sugerirle a mamá que esto podría ser como una
segunda luna de miel para ella y papá.
—Son las vacaciones escolares. Soy mucho más estricta cuando tiene que ir a
la escuela. Pero es un muchacho con mucha energía, y necesita salir con sus amigos.
Es hijo único, ¿sabes? —En la puerta principal, Ursula se detuvo—. Espero que
encuentres a tu amiga.
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Sorprendida por la dirección que habían tomado sus pensamientos, sacudió
la cabeza. Un beso no lo convertía en un novio. Era mejor que fuera realista y se
concentrara en lo que era importante: encontrar a Hannah.
110
Capítulo Dieciséis
Lilo abrió la puerta de la cocina y entró en el caos. Nicholas gritaba a los dos
chicos más jóvenes mientras peleaban por un cartón de zumo de naranja de dos litros.
Todas las cabezas se volvieron hacia ella, y sucedieron varias cosas a la vez.
Nicholas se estrelló contra Adam, Adam soltó su agarre del cartón, golpeando su
codo en el estómago de Sebastian. Sebastian jadeó, y también soltó el cartón, su
mano instintivamente volando a su estómago para protegerse.
— ¡Oh, mierda! —Maldijo Adam con una voz diminuta, con los ojos clavados
en el mostrador.
Pero Lilo ya se precipitaba hacia ello, tratando de salvar lo que pudiera ser
salvado. Era demasiado tarde: la agenda de Hannah estaba dentro de un charco de
zumo de naranja, su cubierta acolchada empapada del líquido, las flores secas
decorativas disolviéndose en un lío pegajoso.
—Lo siento —Dijo Sebastian alejándose del mostrador para dejarla pasar.
Luego señaló con el dedo a Adam y Nicholas—. Empezaron esos dos.
111
—Está bien, está bien —Le dijo al niño. Reprenderle no ayudaría ahora que
ya estaba derramada la proverbial leche. En lugar de eso, rápidamente tomó un paño
de cocina y levantó la agenda, envolviéndola en la toalla y empapando todo el líquido
que pudo, esperando que las páginas no estuvieran arruinadas.
Lilo se apartó a la isla de la cocina, donde todo estaba seco, y cogió un paño
de cocina limpio, todavía tratando de salvar el libro. Detrás de ella, Nicholas se hizo
cargo de los esfuerzos para limpiar.
Parte del líquido había calado alrededor de dos centímetros alrededor del
borde del libro, pero no había hecho ningún daño a la escritura. Lo hojeó y suspiró
aliviada, antes de volver a cerrarlo. Fue entonces cuando lo vio: la tapa trasera
acolchada estaba empezando a despegarse. Volvió el libro y de repente notó un bulto
debajo de la cubierta. Delicadamente quitó el relleno dañado.
Un jadeo se le escapó.
Allí, pegado a la cubierta dura del libro, oculto bajo el pesado relleno, había
una fina memoria USB. En su carcasa brillante, la letra H estaba escrita con un
rotulador rosa.
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—Hey, Adam, Sebastian, ¿qué tal si jugamos a algún videojuego? —Entonces
condujo a los dos muchachos más jóvenes a la sala de estar.
Cuando la puerta se cerró detrás de ellos, Lilo respiró hondo. Tal vez ahora
averiguaría lo que le había preocupado a Hannah. Para que su amiga escondiera una
memoria USB en su agenda, algo serio tenía que estar pasando.
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¿Por qué había escondido Hannah esta memoria USB, cuando todo lo que
mostraba era a su novio discutiendo con otro hombre? Sin sonido, ni siquiera podía
distinguir el por qué estaban pelando. Tal vez alguien que leyera los labios podría
descifrar algunas de las cosas que Ronny estaba diciendo, pero las otras respuestas
del hombre seguirían siendo desconocidas.
Vampiros.
Movió la barra de progreso hacia atrás unos segundos hasta el punto en que
el extraño agarró el hombro de Ronny y volvió a ver la secuencia entera, esta vez
centrándose en las incoherencias del video que pudiera indicar que podría haber sido
manipulado. Pero era perfecto. Estos no eran vídeos que habían sido empalmados
juntos, no, esto era una grabación continua.
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Lo que sólo podía significar una cosa: los dos hombres del vídeo eran
vampiros. Vampiros de verdad.
—Oh, Dios —Murmuró, cerrándose la boca con la mano para evitar gritar,
cuando un jadeo detrás de ella la hizo girar, enviando su ritmo cardiaco hasta la
estratosfera.
—Wesley —Jadeó.
—Esto no puede ser cierto —Miró de nuevo la imagen que se había congelado
en el último fotograma. El blanco de los colmillos de los dos vampiros se destacaba
pareciendo saltar fuera de la pantalla—. Pero debe serlo. Wesley, son vampiros. El
hombre que me atacó. Y Ronny, el novio de Hannah —Una lágrima que no pudo
detener rodó por su mejilla—. ¿Qué vamos a hacer ahora? Hannah se enteró de esto
sobre ellos. Deben haberla lastimado para proteger su secreto.
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—Esto no está editado. Es una grabación continua. Wesley, se están
transformando en vampiros justo delante de mis ojos. ¿No lo ves? —Tan duro como
era reconocer este hecho, ella no podía negar lo que estaba viendo con sus propios
ojos.
Wesley suspiró.
—Sé que lo parece, pero tenemos que sopesar todas las posibilidades primero,
antes de llegar a las conclusiones.
—Pero estoy viéndolo. Todo tiene sentido ahora. Ese tipo… —Señaló al
extraño en el vídeo—… cuando me atacó, pensé que vi en sus ojos un brillo rojo. Al
principio pensé que sólo era un poco de luz reflejándose en su iris. Pero eso no es lo
que fue. Estaba a punto de mostrar su lado vampiro. ¡Si Blake no hubiera aparecido
cuando lo hizo, me habría mordido!
—Lo estás insinuando —Bufó—. Maldita sea, ¿por qué no lo ves? —Señaló a
la pantalla una vez más—. Ronny y su amigo son vampiros. Y así fue como Hannah
se enteró. Los grabó por accidente. Ella temía por su vida. Es por eso que escondió
esto en su agenda, apara que si algo le pasara, la encontráramos y averiguáramos
quién la había herido —Ella cerró la ventana y sacó la memoria del puerto—. Voy a
llevar esto a la policía.
—Quiero decir, te van a mirar como si estuvieras loca. Ellos nunca creerían
que todo esto sea real y no sólo un video que algunos chicos editaron para Halloween.
Piénsalo un momento, antes de hacer nada.
116
—Al menos espera hasta que regrese Blake. Tal vez pueda entender esto.
Dio unos pasos hacia la puerta y Wesley la siguió. La agarró por el brazo y la
hizo mirarlo por encima del hombro.
Al menos así lo esperaba, porque ella no sabía qué hacer. Nunca había tenido
que lidiar con algo como esto en su vida.
¡Vampiros!
117
Capítulo Diecisiete
Le había tomado casi un cuarto de hora parar un taxi. Había tenido que
caminar dos manzanas para llegar a una zona más concurrida donde circulaban más
coches. Sólo ahora, a la luz de la tarde, se dio cuenta de la exclusiva zona en la que
se encontraba la casa de Blake, lejos del ajetreo y bullicio de la ciudad. Pero en este
momento no podía asentir ningún aprecio por su entorno, porque todo su sistema de
creencias había colapsado.
La culpa la atravesó una vez más. Le había fallado a Hannah. No había estado
allí cuando su amiga más la necesitaba. Cuánto había necesitado su ayuda su amiga
se estaba haciendo cada vez más evidente. ¿Y qué había hecho ella? ¡Había estado
preocupada por los plazos para su libro! Como si eso importara ahora.
El video brilló de nuevo ante sus ojos. ¿Cómo podría olvidar nunca lo que
había visto? Monstruos. Criaturas viles, dispuestas a matar. La idea le envió un
escalofrío a través de sus huesos. ¿Y si ya era demasiado tarde para Hannah? ¿Y si
ya la habían drenado hasta dejarla seca y la hubieran matado?
Lilo empujó las lágrimas. No, no podía permitirse llorar. Tenía que mantener
la esperanza de que Hannah estuviera viva.
Pagó al conductor y salió. Sus rodillas temblaban cuando subía por las
escaleras hacia las puertas delanteras. Por un breve instante se detuvo allí, respirando
hondo.
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Estiró el cuello para mirar por encima de la gente que tenía por delante para
ver si el oficial Donnelly estaba sentado en uno de los cubículos.
—Donnelly no está de turno hasta esta noche —Dijo un policía detrás del
mostrador, mientras caminaba.
— ¡Oh, no! —Ella captó la mirada del policía—. Esto es urgente. Presenté una
denuncia de una persona desaparecida a él anoche. Y tengo una pista sobre quién
podría haber secuestrado a mi amiga.
—Por favor, oficial, no puedo esperar. Cada minuto cuenta. Cuánto más
tiempo falte mi amiga, menos probable es que la encontremos con vida. ¡Por favor!
—Esta vez, permitió que las lágrimas brotaran en sus ojos.
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—Soy Lilo Schroeder. Estuve anoche aquí.
Hizo un gesto hacia uno de los cubículos. Mientras él tomaba asiento detrás
del escritorio, Lilo se deslizó en uno que estaba al lado.
—Sí, bueno, presenté una denuncia por persona desaparecida anoche, pero
ahora estoy bastante segura de que ella fue raptada.
—Sí, sí, le conté al oficial Donnelly todo lo que pasó anoche. Lo tiene en su
informe —Señaló al ordenador—. Todo está ahí.
—Hannah Bergdorf.
—Con h.
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Volvió a teclear, apretando los labios.
—Hmm. Esto es extraño. No hay nada aquí. Tal vez fue introducido bajo tu
nombre.
—Lieselotte Schroeder.
—Sí —Se inclinó hacia adelante para mirar al monitor—. Tiene que haber
algo. También denuncié el robo.
— ¿Un robo?
—Por favor, necesito que usted me ayude. Creo que sé quién se llevó a mi
amiga —Metió la mano en el bolsillo de los pantalones y sacó la memoria USB,
enseñándosela—. Todo está aquí. Es un vídeo. Es horrible —Miró hacia el
mostrador, donde los civiles se estaban impacientando—. Pero tiene que verlo en
privado. Si la gente ve lo que hay ahí, cundirá el pánico.
—Mm-hmm —Su voz era un poco más suave que antes, como si estuviera
tratando de calmarla.
Ella giró la cabeza hacia el hombre que había hablado y suspiró aliviada.
—Oficial Donnelly.
—Srta. Schroeder.
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Donnelly se encogió de hombros.
—Sí, se puede decir que otra vez —El oficial de policía hizo una pausa por un
momento, luego apuntó hacia la pantalla—. No pude encontrar el informe de la
desaparecida de la que habla la Srta. Schroeder.
—Sí, mi sistema se colgó justo después de haber introducido los datos. Tengo
que volver a introducirlo todo —Luego se alejó de su colega—. Ahora, Srta.
Schroeder, ¿por qué no vamos a mi oficina? Hay demasiado ruido para tener una
conversación adecuada.
—Entonces, ¿qué está pasando, Srta. Schroeder? ¿Ha pasado algo desde
anoche?
— ¿Qué es?
Él se enderezó.
—Oh. Eso es todo un hallazgo. ¿Y reconoce al hombre con un cien por cien
de certeza?
122
—Sí. Es él. No hay duda. Pero hay algo más. Es horrible. Al principio, ni
siquiera podía creer a mis propios ojos. Pero no hay ninguna duda.
— ¿Sobre qué?
La arruga de sus cejas indicaba que había llegado a la parte del vídeo donde
ambos hombres mostraban sus brillantes ojos rojos y afilados colmillos blancos.
Segundos más tarde, él apartó la mirada de la pantalla y se reunió con su mirada.
—Pero usted lo vio también, ¿no? Los dos hombres están convirtiéndose en
vampiros. Justo ahí mismo.
123
—Gracias —Entonces recordó algo—. El primer tipo, sé quién es. Ronny
Clifford. Vive en el distrito Excelsior.
124
Capítulo Dieciocho
—No tenía sitio donde quedarse. No podía dejarla que se quedara en el piso
de Hannah, donde la cerradura estaba destrozada.
Blake se alejó del equipo forense que estaba examinando el coche de Hannah
en uno de los niveles subterráneos del cuartel general de Scanguards.
—Él sabe eso. Mándale un mensaje cuando estés fuera. De todos modos te
tomará media hora llegar allí a través del tráfico.
Él desconectó la llamada.
125
Apretó el botón del ascensor y esperó impaciente, golpeando con su puño
contra el marco en frustración.
— ¡Vamos!
De repente, las puertas del ascensor se abrieron, y casi chocó con John, que
salía corriendo.
—Algunas hierbas extrañas. El técnico de laboratorio dijo que sólo Wes las
conocería. Había un nombre extranjero. Algo que sonaba a alemán.
— ¿Höllenkraut?
126
John le lanzó una mirada sorprendida.
—Lo haré.
—Gracias.
Esta mejora había sido necesaria después de un incidente de hace cuatro años,
cuando una ventanilla trasera rota casi le había costado la vida. Pero los
pensamientos de eso sólo lo distraerían de la tarea que tenía por delante: asegurarse
que Lilo no hiciera, ya fuera a propósito o no, anunciar la existencia de los vampiros
a cualquiera que no estuviera autorizado a manejar esa información. Una vez que él
hubiera contenido esa amenaza, tendría que tomar una decisión de si debía decirle a
Lilo la verdad o borrarle sus recuerdos.
127
poner las manos en esa memoria USB, haría que Thomas la pasara a través del
programa de reconocimiento facial para identificar al agresor.
¿Podría realmente castigar a Lilo por haber visto algo que no debería haber
visto? ¿La castigaría quitándole sus recuerdos? ¿Estaba justificada esa medida?
Blake apretó el volante con más fuerza. Tal vez no tendría que llegar a eso.
Tal vez ella fuera razonable y se lo tomaría todo con calma. Y, finalmente, aceptaría
los hechos: que no sólo Ronny y su agresor eran vampiros, sino que él, el hombre
que ella había besado la noche anterior, era uno de ellos también.
Quizás fue ese beso el que ahora le ayudara a tomar una decisión.
—Lilo. Vine tan pronto como Wes me lo dijo —La envolvió en un fuerte
abrazo, sintiendo como su cuerpo temblaba. Por reflejo, le dio un beso en la parte
superior de la cabeza y la meció entre sus brazos—. Todo estará bien.
Él asintió.
128
La vio caminar hasta su coche y entrar, luego se apresuró a entrar en el
edificio. Donnelly ya lo estaba esperando, y lo condujo a su oficina en la parte de
atrás. Cuando la puerta se cerró tras él, Blake dejó escapar un suspiro.
— ¡Joder!
—Al menos ahora sabemos el aspecto del atacante de Lilo. Puedo pasarlo a
través del sistema de reconocimiento facial.
—Ya envié una copia a Thomas en tu nombre. Pensé que querrías saber quién
es este hombre —Dijo Donnelly.
—Eres el mejor.
129
— ¿Le contarás la verdad sobre Scanguards y sobre ti?
Donnelly suspiró.
130
Capítulo Diecinueve
Apenas habían hablado en el coche. Le había dicho a Lilo que lo harían una
vez que estuvieran en la casa. Después de todo, el coche no era el lugar adecuado
para confesarle que los vampiros realmente existían, y que él era uno de ellos. ¿Qué
pasaría si ella entraba en pánico y saltaba del coche, tratando de huir? No, tenía que
llevarla a casa primero, calmarla y luego decirle la verdad con suavidad. Sólo podía
esperar que ella lo entendiera.
Blake abrió la puerta que conducía del garaje al hall y condujo a Lilo por
delante de él. Las voces de los chicos venían del salón.
— ¿Ryder? —Gritó.
Ryder sonrió.
131
—Ella hizo implantar un chip GPS a su perro. Sabes, uno de esos que puedes
rastrear en caso de que el animal se perdiera.
Junto a él, notó que Lilo se acercaba, la esperanza iluminando sus rasgos.
—Claro.
—Llévate a los chicos a tomar una pizza. Necesito hablar con Lilo a solas.
—Nosotros saldremos más tarde, ¿de acuerdo? Tengo que hacer un par de
cosas primero, mientras vosotros vais por unas pizzas, ¿de acuerdo?
—Sí, claro.
132
—Bueno, chicos. Vamos —Ordenó Ryder—. ¿Tomo la camioneta?
Las lágrimas se desprendían de sus ojos, y no soportaba verla así. Sin pensarlo
dos veces, la tomó entre sus brazos y la meció.
133
Ella negó con la cabeza y envolvió sus brazos alrededor de su torso.
—No estamos seguros, Blake. Nunca volveremos a estar a salvo —Lo miró,
sus ojos redondos y rebosando de lágrimas.
Ver el miedo tan profundamente grabado en sus rasgos le hizo daño hasta lo
más profundo.
Ella levantó una mano y alcanzó su rostro, acariciándole la mejilla con los
dedos.
—Cuando estoy contigo, casi puedo creerlo —Ella acercó más su rostro—.
Cuando me abrazas, la pesadilla parece ser menos real.
Sus labios estaban atrayéndolo, parecían más tentadores que nunca. Ya sabía
cómo sabían, y ese hecho hizo que la resistencia fuera incluso más difícil.
Él suspiró.
134
—Ese no es el punto, Lilo, pero ahora eres vulnerable. No sería justo que me
aprovechara…
—No estás aprovechándote —Se levantó sobre los dedos de sus pies,
acercando su cabeza a la suya, sus labios aún más cerca—. Soy yo la que está
aprovechándose de tu bondad. Por favor, hazme el amor. Lo necesito ahora.
Necesito olvidar.
— ¿Lamentar el irme a la cama con un hombre que ha hecho todo lo que tenía
en su poder para ayudar a una amiga? No, no me arrepentiré de esto —Ella rozó sus
labios sobre los suyos.
— ¡Por supuesto que te deseo! —Gruñó—. Pero no soy quién crees que soy
—Pero era un hombre que no podía negar que la atracción sexual entre ellos estaba
ardiendo como un reguero de pólvora. Uno que no sería capaz de sofocar.
No, no estarían muertos mañana, pero para la mañana, Lilo sabría que él era
un vampiro, y entonces nunca le permitiría tocarla de nuevo. Y la idea de que él
nunca pudiera descubrir lo que se sentía al perderse en el cuerpo de Lilo y encontrar
el éxtasis con ella, era algo que no podía soportar. Y aunque sabía que estaba
equivocándose, la levantó en sus brazos y la llevó a su dormitorio, sin soltar por un
solo segundo sus hambrientos labios.
135
Sabía que pagaría por este pecado a corto plazo, pero en este momento no le
importaba.
Ahora mismo él era todo hombre, todo vampiro, hambriento de una mujer
que lo tentaba como ninguna otra.
136
Capítulo Veinte
Blake cerró la puerta del dormitorio con el talón y la llevó a su cama. Sabía
que ya no podía detenerse. Pronto, Lilo lo odiaría por lo que estaba a punto de hacer.
Lo menos que podía hacer en ese momento era darle más placer de lo que ella había
experimentado jamás. Entonces tal vez, y sólo tal vez, una vez que se enterara de la
verdad, ella recordaría lo suave que su toque había sido. No como un vampiro, sino
como un hombre que la adoraba.
La acostó entre las sábanas y soltó su boca. Un chillido desilusionado dejó sus
labios, y ella lo atrajo de vuelta con una mano en su nuca.
Sin romper el contacto visual, movió la mano hacia abajo, dejando que sus
dedos bajaran lentamente se arrastraran por su parte frontal hasta llegar a la cima de
su seno izquierdo. Allí se detuvo y comenzó a rodear su pezón. Una fuerte
respiración confirmó que su contacto tuvo la reacción esperada.
137
con tanto entusiasmo a este toque, estaría gritando en éxtasis tan pronto como la
desnudara y la estuviera acariciando en serio.
Ahora estaba incluso más contento por haber enviado a Ryder con los
híbridos. Lo que estaba a punto de suceder en esa habitación no era adecuado para
los impresionables oídos de los adolescentes. Su audición híbrida sensible, tan
sensible como la de un vampiro, captaría cada sonido. Y no quería o necesitaba que
cualquiera fuera testigo de él haciéndole el amor a Lilo. Esto era solo para los dos.
Íntimo y privado.
—Ahora voy a desnudarte —Quería que ella supiera lo que estaba haciendo
en cada momento. No habría ningún malentendido entre ellos, no cuando se tratara
de hacer el amor—. ¿Estás segura de que quieres esto?
Que Dios le ayudara si ella decía que no. Porque incluso si lo hiciera, no sería
capaz de liberarla ahora. Su polla ya estaba llena de sangre, muriéndose por la
liberación. Si no estuvieran todavía vestidos, ya estaría dentro de ella, empujando
hacia su primer orgasmo. Pero tenía que pensar en Lilo, en sus necesidades, en sus
deseos. Y ella no necesitaba que fuera rápido y duro. Necesitaba que fuera amable y
cariñoso. Necesitaba un sueño, uno que hiciera la realidad más soportable. Lo leyó
en sus ojos. En sus lágrimas.
138
Lentamente empezó a desabrocharle los botones de su camisa. Con cada
botón que se abría, más de su piel se revelaba, hasta que finalmente pudo separarle
la parte superior de su torso, y luego quitársela completamente. Él barrió sus ojos
sobre ella entonces, bebiendo en la belleza de su reluciente piel, sus firmes músculos
de su vientre y sus exuberantes pechos. Sus pezones duros empujaban a través del
sujetador de encaje negro, invitándolo a acercarse.
Bajó la cabeza para lamer a lo largo de la protuberancia que había bajo la tela,
obteniendo un sofocado gemido de los labios de Lilo.
—No has visto nada todavía —Le prometió, y empezó a trabajar la parte
delantera del broche de su sostén. Cuando estalló abierto, él retiró las copas y dejó
que sus pechos se derramaran entre sus manos anhelantes—. Oh, pequeña.
—Oh, Blake, esto es bueno —Murmuró Lilo, con la otra mano deslizándose
hacia su trasero para agarrarlo por allí.
139
Él instintivamente empujó su pelvis, frotando su dura erección como el hierro
contra su centro.
Lilo jadeó, el sonido era tan emocionante que él no pudo evitarlo y empujó
una vez más, mientras le chupaba más fuerte el pezón.
—Sí —Su voz era un mero eco, pero envió un estremecimiento tentador a
través de su cuerpo.
—Pronto…
Blake acarició los pechos de Lilo besó y succionó, y lamió cada centímetro
expuesto de su deliciosa piel, pero no era suficiente. Él deslizó una mano por su
cuerpo, dirigiéndose a la cinturilla de sus pantalones.
Sintió que ella contenía el aliento, la pelvis inclinada hacia la mano. Una
invitación inconfundible, bajó la cremallera y deslizó sus dedos por debajo de sus
bragas bikini. Fue recibido por un ligero vello y un calor tan feroz que casi lo arrasó.
140
Lilo se inclinó hacia él, gimiendo.
—Te siento tan bien —Murmuró contra su pecho, plantando besos en su carne
mientras él trabajaba en la parte superior. La besó junto a su cuello, sintiendo el
tamborileo de su pulso debajo de sus labios. Lo estaba llamando como un faro,
tentándolo a extender sus colmillos para que pudiera calmar el hambre que devastaba
su cuerpo. Pero él no podía ceder. Tenía que ganar la confianza de Lilo mostrándole
que era un amante desinteresado, que su placer venía antes que el de él, era lo más
importante.
Ella jadeó y levantó su pelvis hacia arriba, sus manos de repente para ayudar
para empujar sus pantalones y bragas más abajo, para darle un mejor acceso. Él le
permitió mover las prendas hasta mitad del muslo, luego la detuvo. Era mejor que
no pudiera abrir sus piernas demasiado ampliamente por un tiempo, o esto iría más
lejos demasiado rápido.
—Todavía no, nena —Presionó un beso debajo del lóbulo de su oreja—. Sólo
toma esto por ahora —Deslizó su dedo medio profundamente en su apretado canal,
hasta que ya no pudo ir más lejos.
141
Lilo se acomodó de nuevo sobre las sábanas y luego tiró de su cabeza hacia
ella. Sus labios estaban hambrientos cuando se deslizaron sobre los suyos. Dios,
cómo amaba a una mujer que se hacía cargo del asunto y no tenía miedo de mostrarle
a un hombre lo que esperaba de él.
Lentamente, tiró de su dedo hacia atrás y, luego, lo movió más alto hacia su
centro de placer. Cuando frotó sobre el hinchado paquete de nervios por primera vez,
Lilo gritó en su boca. Él se tragó el embriagador sonido y lo hizo de nuevo dibujando
suavemente pequeños círculos alrededor del precioso órgano. Percibió su necesidad
de moverse con él, para frotarse contra su mano, pero él echó su muslo por encima
de sus piernas para sujetarla. Cuando ella quiso protestar, él arrancó sus labios de los
de ella.
Blake liberó sus labios y besó un camino a lo largo de su mandíbula, luego por
su cuello. Ella estaba lista ahora para experimentar su primer gusto de lo que él podía
darle.
— ¡Sí! —Exclamó.
142
Los estremecimientos que atravesaron el cuerpo de Lilo cuando llegó al
clímax eran lo más puro de lo que había formado parte. Su mano se detuvo sobre su
sexo, permitiendo que los temblores que la sacudían se extendieran hacia él y enviara
diminutas ondas eléctricas a través de su cuerpo y a su polla.
—Pero… acabas de hacerme correr —Dijo ella, con una voz un poco
temblorosa y un rubor rojo oscuro extendiéndose por sus mejillas.
—Sí, y ahora voy a hacerte correr con mi boca. ¿Hay algo malo en eso?
143
Capítulo Veintiuno
—Oh, Blake.
No podía creer lo que le estaba haciendo. No sólo la había tocado con tanta
paciencia y habilidad que ella había explotado potentemente, sino que aún ahora él
no tomaba el placer para sí mismo. En cambio, la lamía con tal fervor que no estaba
segura de que no estuviera soñando, porque ningún hombre era tan desinteresado.
Tal vez ella se había quedado inconsciente.
Pero las fuertes manos sobre sus muslos, manteniendo sus piernas separadas,
y la cálida lengua que la lamía eran demasiado reales para ser un sueño. Se extendió
hacia él, pasando sus manos a través de su cabello grueso y oscuro sintiéndole vibrar
bajo su toque.
Se deleitó con las sensaciones que Blake desataba en ella. Euforia. Lujuria.
Placer. Su excitación estaba aumentando, gracias a la habilidad de la lengua de Blake
y a su magistral boca. No había nada mecánico o superficial en sus caricias. No, cada
trazo, cada mordisco, cada lamedura parecían darle tanto placer a él como a ella, si
los gemidos guturales que salían de su garganta fueran algo que lo indicara.
¿Había prodigado a cualquier mujer con la que estuvo tanta pasión? Por
alguna razón egoísta, quería creer que ella era la única a la que tocó, a la que hizo el
amor de esta manera. Nunca había conocido un hombre como él. Ni siquiera
Morgan West era así: un amante desinteresado con una energía y habilidad ilimitada.
144
No podía inventar a un hombre como Blake aunque lo intentara. Nadie la creería.
Pero Blake era real.
Lilo ya había sido estimulada hacia otro orgasmo, pero sabía que necesitaba
más esta vez. Quería experimentar este clímax con él en su interior. Era la única
manera de compartir verdaderamente cómo la hacía sentir.
Él la miró, sorprendido.
— ¿No te gusta?
—Me encanta —Se apresuró a asegurarle—. Pero quiero que estés dentro de
mí. Quiero sentirte.
—Lilo…
— ¿Sí?
—Desnúdame.
Ella sonrió ante su petición. Blake se giró hacia el lateral, pateando sus
zapatos que cayeron junto a la cama, antes de acostarse sobre su espalda.
145
Sin vacilar, se inclinó sobre él. Sus ojos cayeron sobre el bulto que se había
formado bajo sus pantalones. Un jadeo involuntario se le escapó a ella antes de que
pudiera reprimirlo.
—No estoy seguro de si pedir disculpas o dar las gracias por el cumplido —
Dijo con una mueca petulante. Su mano subió y acarició sus nudillos sobre su
mejilla—. No te preocupes, seré muy amable.
—Lo sé —Al igual que había sido cuidadoso cuando la había tocado. Aunque
tal vez no lo quería suave. Quizás ella quería algo más.
—Joder, Lilo, no hagas eso, vas a hacer que me corra antes de estar dentro de
ti.
— ¿Hacer, qué?
—Yo no estoy…
Blake se sentó y le puso la mano sobre su nuca, tirando de su rostro hacia él.
146
—Lo estás. Y normalmente me encantaría que me miraras así. Pero cuando
te lames los labios así, mi mente se imagina todo tipo de cosas… y todo tipo de formas
en que quiero follarte.
—Sí, muy malo. Porque significaría que no podría hacerte el amor durante
casi todo el tiempo que yo quiero.
— ¡Gracias a Dios por eso! —Entonces él capturó sus labios y se movió para
presionar la espalda de ella sobre las sábanas y rodar sobre ella.
Sus piernas se abrieron, dejando espacio para él. Su dura polla empujándose
contra su centro, enviando un pico de adrenalina a través de interior por el contacto
de piel sobre piel. Las llamas parecían que ardían en su interior.
Ella intentó darle sentido a su explicación. Estaba hablando de ETS 12. Pero
esa no era su única preocupación.
12
ETS: Enfermedades de Transmisión Sexual.
147
Él pareció relajarse un poco.
— ¿Estéril?
Él se encogió de hombros.
—Oh — ¿Era cierto? Ella vaciló, dejando que las palabras se hundieran.
—Tal vez esto fue una mala idea —Él alcanzó el edredón, tirando de él a
través de ella—. Ni siquiera tengo condones en casa. ¿En qué estaba pensando? Por
supuesto que no quieres acostarte conmigo sin la protección adecuada. No me
conoces —Se pasó la mano por el pelo—. No tienes ninguna razón para creer una
sola palabra de lo que te estoy diciendo —Él saltó de la cama—. Dejaré que te vistas.
—Si dices que estás sano y que no puedes dejarme embarazada, te creo —Lo
atrajo más a ella—. Hazme el amor. Déjame sentirte.
— ¿Estás segura?
—Sí. De cualquier forma que tú desees —Ella nunca le había dado a nadie
carta blanca, pero Blake le hacía desear cualquier cosa y todo.
Al instante siguiente, Blake la levantó de sus pies, y unos segundos más tarde
se encontró con la espalda contra la pared, sus piernas separadas, suspendida en el
aire, sólo sostenida por las fuertes manos de Blake. Pero ella no tuvo tiempo para
148
maravillarse por su fuerza, porque él ya la estaba bajando hacia su polla, asentándose
profundamente dentro de ella con un empuje continuo.
Por qué de repente se había convertido en una mujer que le gustaba ser follada
duro y rápido contra una pared, ella no tenía ni idea. Pero como Blake la estaba
tomando así, empujándo en ella con poderosos movimientos, no podía imaginar que
deseara cualquier otra cosa. Jamás en su vida se había sentido tan deseada.
—Nena —Empujó contra sus labios, mientras se hundía tan profundo que ella
pensó que estaba tocando su vientre—. Te siento tan bien.
Tomó sus labios como si quisiera comérsela viva. Su lengua se sumergió entre
sus labios entreabiertos, explorándola, tomando posesión de ella, haciéndola
someterse a sus deseos.
149
había sentido nada parecido antes. Nunca había sabido que hacer el amor podría ser
similar a esto. Cómo cada célula de su cuerpo podría zumbar con placer.
Blake soltó sus labios, mirándola, como para asegurarse de que estaba bien.
—Sí.
—Esto fue mucho más de lo que esperaba —Presionó un suave beso en sus
labios—. Eres increíble, Lilo. Verdaderamente asombrosa.
Ella tuvo que sonreír. ¿Él pensaba que ella era increíble? Ella no había hecho
nada. Fue él quien había convertido esto en una experiencia de otro mundo.
150
Él se rio entre dientes.
—Yo no estaba buscando elogios —La ancló con los ojos, el azul en ellos más
vibrante que nunca—. Y realmente espero que esta no sea la última vez que me dejes
hacerte el amor.
—Sí, segundos —Él deslizó sus labios sobre los de ella, y la besó. Esta vez, su
beso fue lento y suave. La ternura con la que adoraba su boca fue inesperada, pero la
empapó, tal y como había engullido antes su pasión.
Pareció pasar una eternidad antes de que él finalmente retirara su polla de ella
y la dejara sobre sus pies.
151
Ella se giró y siguió caminando, pero con su siguiente paso, su pie aterrizó
sobre algo afilado, y ella gritó involuntariamente.
— ¡Ay!
— ¿Vienes, Lilo?
Recogió el artículo que estaba al lado de los pantalones de Blake. ¿Se le había
caído de su bolsillo cuando los había tirado al suelo cuando lo desnudo? Lilo se alzó,
girando hacia el baño, donde ahora Blake apareció en el marco de la puerta.
Blake miró fijamente la memoria USB que tenía en la mano, con los ojos muy
abiertos.
—La verdad.
152
Capítulo Veintidós
Blake había cogido su ropa y se había ido para dejar que Lilo se vistiera en
privado.
Acostándose con Lilo había hecho las cosas cien veces peor. No sólo se
sentiría traicionada, sino que también estaba seguro de que él no podría dejarla ir.
Nunca había sentido tanto éxtasis en su vida como cuando se había corrido dentro
de ella y sintió sus músculos interiores apretarse alrededor de él como si hubiera
querido encarcelarlo. Pero las posibilidades de volverla a tener abrazada entre sus
brazos habían bajado a cero.
La mirada herida que ella le había lanzado antes de marcharse del dormitorio
le había dicho eso.
Cuando la oyó en el arco abierto, se volvió lentamente. Ella se quedó allí entre
el vestíbulo y la sala de estar, completamente vestida, las mejillas todavía enrojecidas,
el pelo revuelto.
Él le señaló el sofá.
153
— ¿Por qué no te sientas?
—Créeme, querrás estar sentada para esto. Lo que te voy a decir no es fácil de
tragar.
—Puedo que no creas todo lo que tengo que decirte. Pero hay una cosa que
tienes que creer: nunca te haré daño. Te protegeré con mi vida, si llegara el caso.
154
Él asintió con la cabeza, tratando de encontrar la manera mejor de comenzar.
Tal vez las cosas fáciles primero.
—El video que está ahí. Es real. Los vampiros existen, y he sido consciente
de ello durante mucho tiempo. Al igual que el jefe de policía y algunos policías
selectos que actúan como nuestros enlaces.
— ¿Cómo Donnelly?
—Sí. Es uno de los pocos que saben con qué están tratando, y cada vez que
un caso en el que los vampiros parecen estar involucrados, cruza por sus escritorios,
se ponen en contacto con Scanguards, y nos hacemos cargo nosotros.
155
Él dio unos pasos más cerca y se bajó para sentarse en la mesa de café a pocos
metros de ella.
—Lilo, supe de inmediato aquella noche que el hombre que te atacó era un
vampiro.
— ¿Cómo?
—No mentí. Sólo te oculté cosas. Tuve que hacerlo —Se pasó una mano por
su pelo y echó la cabeza hacia atrás—. Pero te has ganado el derecho a oír la verdad
ahora. Sin tu ayuda ni siquiera sabríamos quién era tu atacante. Pero con el video
podremos encontrarlo en la base de datos, estoy seguro.
— ¿Base de datos?
—No puedo creerlo. ¿Una empresa que asesora a la ciudad? ¿Qué caza
vampiros? Esto es una locura.
—Sé que suena así al principio. Pero eso es lo que hace Scanguards.
—Yo no…
156
—No todos los vampiros son malos. De hecho, la mayoría son ciudadanos
honrados, con familias y…
—No, no, eso no es posible. Son criaturas viles. Chupan a los humanos. Los
matan.
—No, los vampiros que conozco son gente honorable. Protegen a los
humanos.
— ¿Hijos?
—Por muchas razones: el amor es la más fuerte de ellas. Y las ventajas para
el ser humano son sin igual: a través de su vínculo de sangre, el humano se alimenta
de la inmortalidad del vampiro.
157
— ¿El ser humano se vuelve inmortal? No. Quieres decir que el humano se
transforma en vampiro.
—Lo que todavía nos deja a todos los otros vampiros —Señaló hacia la puerta
indicando el mundo exterior a estas cuatro paredes—. Los que no son tan mansos.
Quienes no tienen un compañero humano —Ella temblaba visiblemente, como si el
pensamiento le disgustara—. Vampiros como Ronny, y quien me atacó.
—Sí, los hay —La miró, buscando sus ojos, asegurándose que tenía su plena
atención—. Por eso Scanguards se creó. Para proteger a los humanos de los vampiros
malvados.
—Pero, ¿cómo? Sentí lo fuerte que era ese vampiro. ¿Cómo podría tener un
humano una posibilidad contra algo así?
158
—No, no, no puedo escuchar más de esto. Esto es una locura. No pude ser
cierto. Por favor, dime que nada de esto es cierto.
—Ojalá pudiera. Pero hay una cosa más. Algo que quería decirte antes de que
termináramos acostándonos —Vaciló, pero no había vuelta atrás ahora. Ella se
merecía saberlo—. Lilo, yo soy uno de ellos. Soy un vampiro.
159
Capítulo Veintitrés
—No.
160
— ¡No! ¡Él le mintió, como tú me mentiste a mí!
—Hannah trabaja para Vüber. Scanguards creó Vüber con el único propósito
de proveer transporte seguro para los vampiros durante el día. Todos los clientes son
vampiros. Los conductores humanos lo saben. Adaptamos sus coches para que sean
seguros para los vampiros. Hannah sabía con quién viajaba. Sabía lo que era Ronny
antes de que comenzaran a salir.
—Hannah entró en esa relación con los ojos abiertos. Ronny no le mintió —
Suspiró—. Me temo que yo no puedo decir lo mismo de mí. Pero yo sabía, a partir
de tu reacción cuando te recogí en la comisaria, que nunca me permitirías hacerte el
amor si tú sabías lo que yo era —Se pasó una mano temblorosa por el pelo—.
Demonios, al decirte esto, probablemente estoy empeorando las cosas para mí
mismo. Te quiero, Lilo. La idea de no volver a tocarte, besarte, hacer el amor contigo,
me está matando.
Él se estremeció y rápidamente cerró los ojos, pero ella lo había visto sin
embargo: un parpadeo rojo en sus iris, como si estuviera a punto de perder el control.
161
¿Podría realmente un vampiro poseer esos rasgos? ¿Podría él realmente vivir
con tal código?
—Cuando estabas en mis brazos, yo no sólo quería hacerte el amor, pero, por
Dios, que era mi mayor deseo. Pero también quería probar tu sangre. Quería hundir
mis colmillos en tu piel y beber de ti.
Sus ojos de repente empezaron a brillar dorados, y ella se dio cuenta ahora de
que era el mismo brillo que había visto antes cuando él la había tomado contra la
pared.
—Sí, yo quería hundir mis colmillos en tu pecho y beber allí, mientras nos
llevaba a un clímax transcendental. Pero no lo hice, porque no me diste permiso. Y
yo nunca violaría a nadie así.
—Hannah nunca…
—Ha estado saliendo con Ronny durante varios meses. Puedo asegurarte que
ella le permitió que la mordiera. Quizás no de inmediato, pero si finalmente —Hizo
una pausa durante un momento—. La mordedura de un vampiro es prácticamente
indolora. El receptor apenas siente más que un pinchazo. Pero una vez que un
162
vampiro se centra en la vena del humano, este sentirá una sensación de euforia, de
placer tan intenso que eclipsará cualquier orgasmo. Y si un vampiro decide morder
a su amante durante el sexo…
—Es por eso que un humano le dará permiso a su amante vampiro para
morderla —Murmuró—. Para que puedan experimentar ese último éxtasis juntos.
Una conexión especial.
Lilo se llevó la mano al pecho. Esto era demasiado. No podía procesar toda
la información que le había dado. ¿Cómo podía saber lo que era verdad y lo que no
lo era? No tenía ninguna prueba de nada. Sólo sus palabras.
—Quiero verlo —Las palabras estaban fuera antes de que se diera cuenta de
que había tomado la decisión
— ¿Ver, qué?
—Supongo que tienes derecho a ello después de todo lo que ha pasado —Se
levantó y puso varios metros de distancia entre ellos—. No quiero que te asustes por
lo que vas a ver. Estaré totalmente controlado todo el tiempo. Yo nunca podría
hacerte daño.
¿Le había dicho Ronny esas palabras a Hannah también? ¿Había confesado él
también que nunca le haría daño, y luego se lo había hecho de todos modos?
Tragó saliva, preparándose para lo que estaba a punto de suceder. Sus palmas
se sentían sudorosas, y ella las frotó en sus pantalones. Su corazón latía fuera de
control, pero no había nada que pudiera hacer para calmarlo.
—Estoy listo.
Sus ojos fueron a la cara de Blake. Al principio no pasó nada, entonces sus
ojos comenzaron a brillar dorados. Pasaron varios segundos antes de que todo el
163
dorado se convirtiera en naranja y luego en rojo, hasta que sus iris finalmente
brillaban en rojo, como dos balizas de alarmas.
Contuvo la respiración, mientras su mirada fue atraída por su boca. Sus labios
se separaron lentamente, revelando sus dientes blancos y nacarados. Los abrió más
y exhaló visiblemente, mientras que al mismo tiempo un canino a cada lado de su
mandíbula se alargó en colmillo afilado como una navaja.
— ¡Oh, Dios mío! —Murmuró ella, con las manos sujetando sus muslos como
si su vida dependiera de ello.
Ella jadeó. Él la había tocado con esas manos, cuando podría haberle
arrancado fácilmente la garganta de un solo golpe. Ya no podía negarlo. Blake era
un vampiro.
Y ella había quedado atrapada en medio de una batalla en la que las distintas
partes aún no habían sido identificadas. No sabía quién era el bueno y quién era el
malo. Y no sabía de qué lado se encontraba. Si vivía lo suficiente como para tomar
partido.
Ella levantó los ojos a su rostro, y volvió a mirar a un hombre. Sus ojos eran
de nuevo de un azul vibrante, y sus dientes eran una hermosa fila de perfección
blanca. Nada evidenciaba lo que permanecía escondido bajo esa hermosa fachada.
Lo cual lo hacía aún más peligroso.
164
— ¿Hacer contigo?
—Oh, Lilo. ¿De verdad crees que tendría la intención de matarte? —Sacudió
la cabeza—. Podría borrar tu memoria, por supuesto.
Ella se sacudió.
— ¿Qué?
—Es una habilidad que todo vampiro posee: limpiar la memoria de un evento
de un humano, para que el secreto del vampiro permanezca oculto. Podría hacerlo.
Pero no lo haré. Quiero que sepas la verdad de lo que está pasando. Ya no te quiero
en la oscuridad más tiempo. Eres mucho más útil para ayudarme en mi búsqueda de
Hannah si sabes todo.
— ¿Por qué? Ella sólo es un ser humano. Ella no puede significar nada para
ti.
—Eso depende de ti, Lilo. Será tu decisión. Ir a casa y fingir que nada ha
sucedido, o aceptar este nuevo mundo y hacerlo tuyo. Ya sé lo que yo elegiría, si
165
tuviera algo que decir sobre ello —Dirigió una mirada abrasadora sobre ella que la
hizo estremecerse involuntariamente—. Pero decidas lo que decidas al final, estarás
a salvo. Nadie te hará daño mientras mi corazón siga latiendo.
Lilo no podía oír las palabras de Wesley, sólo las respuestas de Blake.
166
Capítulo Veinticuatro
—Aquí estamos.
—Bien.
Mientras que ella se había metido en el coche sin protestar, sabiendo que no
podía dejarla sola en su casa, Lilo había evitado cuidadosamente tocarlo,
manteniendo siempre la distancia entre ella. Sus ojos habían estado vigilantes en todo
momento, observándolo buscando una señal de que fuera a saltar. Sin duda, él la
había sacudido con su confesión, aunque se alegraba de ver que no estaba histérica,
y que había aceptado sus explicaciones con una gracia estoica. Y una pizca de
aprensión, aunque no de miedo. Miedo era una palabra demasiado fuerte; no creía
que Lilo le temiera. Era demasiado inteligente y demasiado valiente para eso.
Pero sólo porque ella no le temiera no quería decir que ella lo acogiera con los
brazos abiertos. Cómo podía recuperar su confianza, él no lo sabía. Pero estaba
dispuesto a intentar cualquier cosa, porque no hacer el amor con Lilo nunca de
nuevo, no era una opción.
Lilo gritó y giró su cabeza hacia él, el shock iluminando sus ojos.
167
empleado asumirán que eres una intrusa. Estoy rompiendo algunas reglas llevándote
dentro. A algunas personas no les gustará esto.
—Bien.
Blake salió del automóvil y vio que Lilo hacía lo mismo. Al llegar al ascensor,
se volvió hacia Lilo que lo había seguido.
—La mayoría de mis colegas son como mansos corderitos una vez que llegues
a conocerlos.
—Bueno, discúlpame si tomo eso con pinzas —Le dijo, y le lanzó una mirada
cargada de molestia.
Él sacudió la cabeza.
—De acuerdo, ahí me has pillado. Cada uno de mis colegas es un alfa.
Incluidas las mujeres guardaespaldas.
Por primera vez en la última media hora, la cara de Lilo se iluminó con
verdadero interés.
—Sólo pensé… quiero decir que dijiste que los vampiros se unen a mujeres
humanas para tener hijos —De repente se congeló—. Tú me dijiste que eras estéril.
Pero admitiste que los vampiros pueden engendrar hijos con humanas. ¿Eso quiere
decir que…?
— ¿Te mentí en lo de ser estéril? No. Soy estéril. Por ahora. Cada vampiro no
vinculado lo es. Sólo una vez que está unido por la sangre, será capaz de impregnar
168
a una mujer… y sólo a su compañera. No es que un vampiro apareado quiera tocar
a una mujer que no sea su compañera.
—Entiendo.
— ¿Quieres decir que sus hijos nacen como vampiros? ¿Pero tendrían que
crecer?
—Ahí es donde entra en juego la ciencia. Por naturaleza, las mujeres vampiros
siempre han sido estériles, y todavía lo son. Pero Maya, la esposa del segundo al
mando de Scanguards, Gabriel Giles, era una médico antes de que fuera
transformada. Y ella convirtió la misión de su vida el encontrar una manera para que
las hembras vampiro pudieran tener hijos. Tuvo éxito.
— ¿Cómo?
—Estoy sorprendida.
—No por eso. Sino por el hecho de que una vampiro hembra pasara por tantos
problemas para tener hijos.
169
Él sonrió.
—Las hembras vampiros son como otras mujeres. Algunas de ellas quieren
una familia tanto como lo hace una mujer humana. No somos diferentes en ese
sentido.
— ¿Tu prima?
Blake hizo una mueca. Otra mentira que tenía que arreglar.
—Rose no es mi prima.
— ¿Abuela?
—Mi cuarta bisabuela para ser exactos. En 1814, cuando Rose era todavía
humana, dio a luz a mi tercera bisabuela. Rose se transformó poco después de eso y
desde entonces se preocupa de su familia humana desde la distancia, hasta que tuvo
que revelarse a mí para salvarme la vida.
—Así que la leyenda es verdad: una estaca a través del corazón matará a un
vampiro.
170
Él asintió lentamente. ¿Debería ser cuidadoso acerca de revelar cómo podría
ser asesinado un vampiro? ¿Y si usaba este conocimiento contra él? Pero cuando la
miró a los ojos, no vio a una mujer intrigando, sino a la escritora en ella, la persona
que quería entender el proceso.
—Una estaca no es la única cosa que nos mata. La plata también puede
hacerlo.
— ¿Cómo?
Él sonrió.
—Nuestros cuerpos están hechos de esa manera. Cualquier lesión será sanada
durante nuestro ciclo de sueño reparador. Las más graves necesitan sangre humana
para ayudar al proceso de curación.
— ¿Así que la sangre humana es vuestra cura para todo? —No había
acusación en su tono. Era una pregunta simple que un investigador haría.
De repente, ella movió sus ojos, mirando fijamente la brillante pared del
elevador.
Nunca había pensado en ello de esa manera, pero ahora que ella había
pronunciado la palabra, no podía negar que la vida de las razas, humanos y vampiros,
171
estaban entrelazadas en beneficio de ambos. No tuvo la oportunidad de estar de
acuerdo con Lilo, porque las puertas del ascensor se abrieron en el piso ejecutivo.
El débil olor a sexo que todavía se aferraba a ella, así como a él, también le
dejaría claro a cualquier vampiro o híbrido que Lilo era suya. Pero él quería tener
una conexión física con Lilo, sólo por si acaso alguno de los jóvenes cachorros que
probablemente encontrarían, no tuviera sus hormonas bajo control, y necesitara
maniobrarla para salir de una situación delicada rápidamente.
—Es una verdadera oficina —Le sonrió—. Todos nos tomamos nuestro
trabajo en serio. Sin nosotros, la gente muere.
— ¡Hey, Blake, espera! —Al escuchar la voz de Amaury, Blake se paró y giró,
soltando la mano de Lilo en el proceso.
—Amaury.
172
La mirada de Amaury se desplazó a Lilo y un brillo de reconocimiento llenó
sus ojos por un momento. Se detuvo a un par de metros de distancia.
—Lo sé: ningún humano aquí arriba —Blake se inclinó hacia Lilo—. Lilo,
este es Amaury LeSang. Es uno de los directores de Scanguards. Un vampiro, en
caso de que te lo preguntes.
— ¿Qué dem…?
—Lilo sabe la verdad. Ella es vital en este caso. Sin ella, dudo mucho que
Wesley hubiera sido capaz de averiguar lo que está pasando en esta ciudad.
—Sí.
Blake la miró.
—No me di cuenta que estabas en este caso. Pensé que estabas a cargo de
Nicholas y Adam durante esta semana.
— ¿Por qué no llamo a los gemelos? Déjales que hagan su parte y ayuden a
Ryder.
173
Blake asintió con la cabeza.
—Lo apreciaría. Envié a Ryder a tomar pizza con los chicos. Pídeles que los
llamen para ver dónde están ahora.
Mientras Amaury sacaba su teléfono móvil, Blake condujo a Lilo hacia la sala
de conferencias.
Ella volvió su cabeza hacia él y puso los ojos en blanco, pero sus labios se
curvaron en el inicio de una cálida sonrisa.
174
Capítulo Veinticinco
—Aquí, toma asiento. Necesito tener unas palabras con Wes —Señaló a una
esquina de la habitación donde Wes estaba hablando con otro hombre.
175
Instintivamente ella alcanzó su brazo.
—Está bien.
—Lo hizo.
176
— ¿Qué estás haciendo, Amaury?
—Ella no es mi…
Blake se pasó una mano por su cabello oscuro, con una expresión vergonzosa
en su rostro.
—El sentido del olfato de un vampiro es diez veces mejor que el de un perro.
Amaury me pudo oler en ti, y a ti en mí. Él sabe que tuvimos sexo.
— ¡Oh, mierda!
Había un toque de dolor en su voz que la hizo mirarlo a los ojos. Estaban
cerrados. ¿Se arrepentía de haberse acostado con él? Si pudiera dar marcha atrás en
el tiempo, ¿lo habría deshecho? Si supiera todo lo que sabía ahora, ¿todavía le
permitiría hacerle el amor y rendirse en sus brazos? ¿Sería ella tan sensata y se
mantendría alejada de él, o ella, al igual que Hannah, se enamoraría de un vampiro,
aunque supiera que nada bueno podría salir de allí? Que un día ella también podría
desaparecer.
177
— ¡Bienvenidos!
—Vamos a calmarnos. Tenemos que empezar. Hay mucho que todos vosotros
necesitáis saber para poneros al día con rapidez —Instó Wesley. Estiró el cuello hacia
la puerta, donde más hombres entraban—. ¿Está todo el mundo?
Ella reconocía a otra persona ahora: Eddie, el hombre que había analizado el
ordenador de Hannah estaba entrando, un rubio caminaba junto a él. Cuando ambos
se dirigieron al otro lado de la habitación, Lilo notó que la mano del otro hombre
descansaba en la parte baja de la espalda de Eddie.
— ¿Dos tíos?
Lilo lo miró. Era alto y guapo. Y rezumaba autoridad. Así era como se veía
un vampiro de más de doscientos años.
Blake dirigió su mirada a un hombre que parecía una versión más joven de
Samson.
178
—Okay, sentaros —Wesley, golpeó el micrófono—. Convoqué esta reunión
porque tenemos un grave problema entre manos.
Movió el ratón y abrió un archivo para que todos lo vieran en la gran pantalla
de la pared. Mostraba un mapa de San Francisco. Decenas de puntos rojos se
diseminaron por todas partes.
—Gracias, Wes —Dijo. Lilo detectó un ligero acento sureño—. Así que aquí
está el quid de la cuestión: en los últimos meses la tasa de criminalidad en San
Francisco ha aumentado. Los allanamientos y robos, tanto en centros comerciales
como residenciales, han aumentado en un doscientos por cien. Eso es algo
astronómico. Lo curioso, sin embargo, es que el pico ocurrió durante el día,
sugiriendo que los delitos no están relacionados con los vampiros. Sin embargo,
Donnelly, nuestro enlace en el SFPD, suplicó que echáramos un vistazo. Me alegro
que lo hiciera.
13
SFPD: San Francisco Police Department.
179
Lilo le lanzó a Blake una mirada interrogante. Él se inclinó y le susurró:
—Control mental.
Wesley hizo clic a algo en la pantalla y apareció una imagen de una hierba.
180
—Hay más —Continuó Wes—. Tenemos una pista. O más bien dos. Aquí es
donde la Srta. Schroeder fue decisiva —Abrió un archivo de imagen, y de repente la
cara de Hannah estaba justo allí en la pantalla—. Algunos de vosotros puede que
conozcáis a Hannah Bergdorf, una de nuestras conductoras de Vüber. Ella
desapareció hace varios días. Ambos, la Srta. Schroeder y Blake la han estado
buscando. Gracias a sus esfuerzos, sabemos lo siguiente —Abrió otro archivo de
imagen: Ronny ahora les estaba sonriendo desde la pared—. Este es Ronny Clifford,
el novio de Hannah. Es un vampiro, uno de sus clientes de Vüber. Entramos en la
casa de Ronny y en su ordenador y encontramos pruebas de que él ha estado
investigando o trabajando con el Höllenkraut, la misma sustancia que convierte a un
ser humano en susceptible. Teniendo en cuenta lo rara y lo muy peligrosa que es la
Höllenkraut, creemos que estos dos casos están relacionados.
Sorprendida de ver en qué sintonía estaba con él, se limitó a mirarlo fijamente,
pero Wesley ya estaba continuando con sus explicaciones.
—La Srta. Schroeder encontró este vídeo escondido entre los objetos
personales de Hannah. Parece que fue tomado en secreto en el apartamento de
Hannah. Y por alguna razón de la que no estamos muy seguros todavía, Hannah lo
escondió. El hombre de la derecha es Ronny, su novio. El otro hombre lo hemos
identificado como Steven Norwood. Está en nuestra base de datos. Y escuchar esto
—Cambió a otra aplicación. El rostro de un hombre apareció en la pantalla—.
Luther, estás en el aire.
181
—Steven Norwood fue liberado de la prisión de vampiros de Grass Valley
hace ocho meses —Continuó Luther—. Según su expediente, no dio ningún
problema. Sirvió su tiempo en paz y tranquilidad.
—No te preocupes, Luther, gracias. ¿Algo más que puedas decirnos sobre el
tipo?
182
Capítulo Veintiséis
—Comprendo por qué Blake lo hizo. Obviamente se preocupa por ti. Dicho
esto, quiero asegurarme de que tú entiendas las reglas en las que vivimos.
—Hemos actuado en esta ciudad durante muchas décadas sin ser expuestos.
Nuestro secreto ha sido mantenido no sólo por nuestra propia especie, sino también
por miembros de la tuya. Los seres humanos que trabajan para nosotros y conocen
nuestro secreto nos son leales. Han hecho un juramento para proteger nuestro
secreto. Sin embargo, ha habido circunstancias en las que nos hemos visto obligados
183
a aceptar que no todos los humanos pueden guardar un secreto. Cuando eso sucede,
tomamos medidas.
—Me temo que Lilo sólo acaba de conocer la existencia de los vampiros hace
unas horas. No he podido convencerla plenamente de que no matamos a la gente.
—Gracias por decírmelo —La voz de Lilo era firme y decidida—. Ahora sé
mucho. No sé si podré volver a ser ignorante. A no ver lo que está justo delante de
mí. Pero no importa lo que decida al final, no soy un peligro para vosotros o vuestros
secretos.
184
—Espero que tengas razón, Srta. Schroeder —Dijo Samson.
—Por ahora no. Os veré a los dos cuando volvamos a reunirnos en dos horas
—Se movió a su escritorio y se sentó.
—Ella no es mi n..
—No soy…
—Lo siento, Lilo. Sé que debe ser embarazoso para ti que constantemente
recuerden lo que sucedió entre nosotros.
Ella suspiró.
—Está bien. Pero supongo que ya que tus colegas no parecen creer que no soy
tu novia, tal vez deberíamos simplemente ahorrarnos el aliento y dejarles pensar lo
que quieran.
—No tengo ningún problema con eso. De todas maneras llegarán a sus
propias conclusiones —Conclusiones que, cuando llegabas a ellas, probablemente
estaban más cerca de la verdad que las protestas de él y Lilo de que no estaban
saliendo.
— ¡Hey, Blake!
Blake giró la cabeza en dirección a la voz y vio a Yvette viniendo hacia ellos,
la belleza morena que estaba vinculada por la sangre a Haven, el hermano vampiro
185
de Wesley. Estaba vestida con pantalones de cuero ajustados y una camiseta rosa que
acentuaba sus perfectos pechos. Haven era un afortunado hijo de perra.
—Haven quería que te dijera que el humano que tenemos bajo custodia ha
salido de su estado drogado. Voy allí abajo ahora si quieres interrogarlo.
—Me haces parecer una vieja —Le sonrió a Lilo—. Encantada de conocerte,
Lilo. Conozco a tu amiga. Me ha llevado unas cuantas veces. Le pido a Dios que ella
esté bien.
—Muchas gracias —Lilo suspiró y lo miró de nuevo—. ¿Dónde está ese lugar
de interrogatorio?
—Pero yo…
—El salón V podría ser una mejor idea. Nina y Delilah están allí abajo ahora
mismo. Estoy segura de que estarán encantadas de entretener a Lilo mientras nos
encarguemos de esto —Ella arqueó una ceja hacia él.
—Excelente idea —Sonrió. Dado que Nina y Delilah eran humanas y estaban
unidas por sangre a vampiros, eran las compañeras ideales para una conversación
186
con Lilo. Podían responder cualquier pregunta que pudiera tener y darle una
perspectiva diferente. La de un ser humano que amaba a un vampiro. Te acompañaré
hasta allí —Asintió con la cabeza a Yvette—. Te veré en la sala de interrogatorios en
cinco minutos.
*****
Delilah, una hermosa mujer morena con curvas, palmeó el cojín del sofá a su
lado.
— ¿Por qué no te sientas? Pasará un tiempo antes de que los hombres terminen
su trabajo.
—Gracias.
Lilo se sentó y miró a la otra mujer, que estaba sentada enfrente. ¿Así que esta
era Nina, la mujer de Amaury? La mujer que tenía a su hombre envuelto alrededor
de su dedo meñique. Tenía el pelo rubio corto y una figura atlética.
—Tienes que estar agotada —Dijo Delilah, y le hizo señas a una de las
camareras que circulaban—. ¿Qué te gustaría beber?
La camarera se acercó.
— ¿Señora?
— ¿Tal vez un vaso de vino tinto? —Preguntó Lilo, vacilante, mirando las
copas frente a Delilah y Nina.
187
— ¿Tu marido bebe vino? —Por alguna razón había asumido que los
vampiros no consumían comida o bebida humana.
Nina sonrió.
Lilo tragó.
—No tienes que ser tímida con nosotras —Añadió Nina—. Estoy segura de
que tus preguntas no son diferentes a las que yo tenía cuando me enteré que Amaury
era un vampiro.
—Querida, he estado con Samson durante unos veintitrés años, y no hay nada
que no sepa sobre los vampiros. Lo mismo le sucede a Nina. Hemos estado ahí.
Apuesto a que hemos tenido las mismas dudas y preocupaciones.
188
¿Era por esto por lo que Blake la había llevado allí? ¿Para qué estas dos
mujeres aliviaran sus preocupaciones sobre los vampiros? ¿Sobre ser íntima con uno?
Una sonrisa cálida jugaba alrededor de sus labios, Delilah giró medio cuerpo
hacia ella, inclinando una pierna y descansando en el sofá para sentirse más cómoda
Blake le había dicho lo mismo, pero al oírlo de una mujer, una humana, que
había experimentado la mordedura, las palabras tenían mucho más peso.
189
—Eso es un montón de preguntas, pero déjame ver si te puedo explicar todo
eso sin aburrirte.
—Así que, cuando dos vampiros están unidos por la sangre, como Yvette y
Haven, o como Eddie y Thomas, por supuesto que necesitan beber sangre humana
para sobrevivir. El cambio que ocurre en un vampiro cuando se une a un ser humano,
no ocurre cuando dos vampiros se unen. No me malinterpretes, su vínculo es tan
fuerte, su devoción tan profunda, pero son físicamente capaces de beber sangre que
no venga de su pareja. Lo cual, por supuesto, no impide que se muerdan mutuamente
—Delilah le guiñó un ojo—. Sobre todo durante el sexo…
Nina bufó.
Aunque a juzgar por sus mejillas ruborizadas, Nina no había objetado mucho
a los avances de su marido.
Cuando Delilah comenzó a reírse, Lilo no pudo evitarlo y se rio entre dientes.
—Me encontré con él en el pasillo del último piso. No estaba muy contento
de verme. Dijo que a los seres humanos no se les permitía subir allí.
190
Delilah se encogió de hombros.
—Sí, bueno, esa regla se ha roto con más frecuencia de la que puedo contar
con mis dos manos. Lo superará.
—Vosotras dos no parecéis tenerles miedo. ¿No os preocupa que un día se den
la vuelta y arremetan? Son mucho más fuertes que vosotras. Mucho más poderosos.
—Yo no lo llamaría así. Todo lo que hago es darle lo que él anhela, y por
suerte coincide exactamente con lo que yo anhelo, también. Y si él me riega con
regalos, ¿quién soy yo para quejarme? Tengo dos hijos inteligentes y hermosos, y un
marido que mataría para protegerme. ¿Quién podría desear más en la vida?
—Oh, sí tampoco está tan mal. Yo tenía veintisiete años cuando conocí a
Amaury —Ella se pasó las manos hacia abajo por su cuerpo—. Y mírame ahora,
veintidós años después. No está nada mal para una asaltacunas.
—Nina, no creo que seas una asaltacunas. Tendrías que salir con un hombre
joven para eso. Y a pesar de su aspecto juvenil, Amaury ha pasado de largo la marca
de los cuatrocientos años.
Lilo jadeó.
— ¿Cuatrocientos?
191
—Y antes de que lo preguntes. No, el deseo sexual de un vampiro no
disminuye con la edad.
—Para que lleve a una mujer con él, bueno… —Delilah dudó— Él debe
preocuparse por ti.
—Estoy viviendo con él para que sea más fácil trabajar juntos para encontrar
a Hannah. Debéis haber oído…
—Pero tu estancia con Blake no tiene nada que ver con eso. Tienes que
quedarte con él, porque él te quiere a su alrededor.
Lilo abrió la boca para responder, pero la mentira no cruzó sus labios. Delilah
tenía razón: había aceptado la invitación de Blake porque disfrutaba de su compañía
y ella se sentía atraída por él.
192
— ¿Y ahora, querida? ¿Todavía sigues sintiendo lo mismo ahora que ya sabes
lo que es?
193
Capítulo Veintisiete
El interrogatorio del ser humano que tenían bajo custodia no había dado
resultados. Como Wesley había informado, un humano drogado con la mezcla de
Höllenkraut, de la cual Wes todavía no había encontrado la fórmula, no tenía
recuerdo de sus acciones. Ni siquiera la habilidad de Gabriel para ahondar en la
memoria de una persona, y vislumbrar lo que había visto, había sido de ayuda. Al
parecer, el cerebro humano no podía formar recuerdos claros mientras estaba
drogado, y por lo tanto no podían ser reproducidos para Gabriel.
Blake giró hacia su calle. Junto a él, en el asiento del pasajero, Lilo estaba
sentada con los ojos cerrados. No podía culparla. Había sido una noche larga y
estresante, y ella no estaba acostumbrada a los horarios que mantenían los vampiros.
No podía negar que él también necesitaba un poco de descanso.
Cuando se detuvo al llegar a su casa, notó que los contenedores de basura que
se encontraban frente a su casa le bloqueaban el acceso al garaje.
— ¿Qué pasa?
194
—Nada de qué preocuparse. No puedo aparcar en el garaje ahora mismo —
Se detuvo delante de la casa, y estacionó el coche en la acera—. Aquí estará bien.
Blake apagó el motor y salió. Caminó alrededor del coche y alcanzó el lado
del pasajero, antes de que Lilo tuviera la oportunidad de deslizarse fuera de su
asiento. Alcanzando hacia ella, la ayudó a salir y cerró la puerta del coche por detrás
de ella.
—Gracias.
Sus reflejos se dispararon al instante. Blake se dio la vuelta y se lanzó hacia Lilo,
cubriendo su cuerpo con el suyo mientras caían. Simultáneamente, un dolor
lacerante le atravesó el hombre.
Él gritó de agonía. Ese tipo de dolor sólo podía ser causado por una sola cosa:
una bala de plata.
— ¿Estás herida?
195
Lilo entraran en casa, estarían muertos. Normalmente él no llevaba pistola, pero
dentro de la casa, en el pasillo, detrás de uno de los paneles de madera, mantenía
diversos tipos de armas para casos de emergencia.
El insulto hizo lo que se suponía: por sólo una fracción de segundo, el tirador
echó un vistazo más allá del tronco del árbol.
—Quédate quieta, sin importar lo que pase —Le susurró a ella y saltó,
retorciendo su cuerpo para que él pudiera golpear al escáner. Su mano golpeó lo
superficie lisa y apretó su pulgar sobre ella. Pero antes de que el escáner incluso
pudiera reconocerlo, la puerta principal se abrió de golpe, y alguien disparó a la
oscuridad.
Blake cayó al suelo, y rodó hacia donde había dejado a Lilo, pero ella había
desaparecido. Su corazón se detuvo.
—La tengo —Gritó Ryder, alcanzando hacia él con una mano mientras
Damian pasaba corriendo sobre él, con una pistola de pequeño calibre en su mano.
El hijo de Amaury sabía dónde escondía Blake sus armas, y reaccionó rápidamente.
Pero Blake no iba a dejar que el temerario híbrido se metiera de cabeza en el peligro.
—Lo estoy cubriendo —Le aseguró Bejamin, que ahora venía corriendo, con
una pistola en su mano. Siguió a su hermano en busca del tirador.
196
En el interior, Blake ni siquiera miró su herida, a pesar del dolor que le estaba
causando. En cambio, sus ojos buscaron a Lilo.
— ¡Lilo!
Se estaba levantando del suelo, lo más probable es que Ryder o uno de los
gemelos la hubieran arrastrado para conseguir sacarla del peligro. Blake intentó
acercarse a ella, pero no pudo levantarse. La plata ya estaba cobrando su peaje en su
cuerpo, haciendo un daño severo.
En vez de una respuesta, ella corrió hacia él, poniéndose en cuclillas a su lao,
su mirada fija en la herida de su hombro, su expresión horrorizada.
Lilo se encontró con sus ojos, y por un momento el tiempo se detuvo. Lilo
estaba a salvo.
—Lo sé. La bala de plata todavía está dentro de mí —Es por eso por lo que
los vampiros preferían armas de pequeño calibre a algo más poderoso: la
probabilidad de que una bala quedara dentro del cuerpo de la víctima era mayor con
un arma menos potente.
197
— ¿Blake? —Nicholas gritó con horror—. ¡Estás herido!
Aliviado, Blake asintió con la cabeza, cuando otra ola de dolor abrasador
destrozó su cuerpo. El apretó los dientes.
Sabiendo que sus protegidos estarían a salvo, Blake miró por primera vez su
hombro, tratando de evaluar el daño.
Él tenía quizás diez o quince minutos hasta que la plata hubiera comido lo
bastante de su carne y hueso para envenenar su sangre y enviar partículas de plata
disueltas directamente a su corazón.
Una respiración ahogada que casi sonó como un sollozo vino de Lilo, y ella
apretó sus labios.
198
—Toma un cuchillo de carnicero y una toalla de la cocina.
199
Capítulo Veintiocho
Lilo estaba moviéndose por la pura adrenalina. El pánico le había dado alas.
Si hubiera pensado en que había pasado a través de experiencias tan horribles en los
dos últimos días, entonces se había equivocado. El peligro apenas estaba empezando.
Y ahora había llegado a la puerta de la casa de Blake.
Un suspiro escapó de ella cuando vio el rostro de Blake. Ahora era todo
vampiro: ojos rojos brillantes, colmillos extendidos y dedos que se habían convertido
en garras. Para su propia sorpresa, esta vista no la asustó, porque vio algo más en su
rostro: pura agonía. Su corazón sangraba por él. Nadie debería sentir tanto dolor, ni
siquiera un vampiro.
—Dámelo.
200
un acceso claro a la herida. Parecía ahora más grande que antes, evidencia de que la
plata estaba consumiendo su carne.
Por un breve instante, el rojo de sus ojos se atenuó, dejando espacio para el
brillo dorado que había visto antes.
—Hay demasiada sangre —Ella tomó un paño que había traído y lo presionó
contra la herida, tratando de empapar tanta sangre como fuera posible, antes de
quitarlo de nuevo. Por el rabillo del ojo notó que Blake apretaba los dientes.
—Creo que puedo verla —Dijo Ryder—. Creo que usaré mis dedos —. Ya
estaba metiendo los dedos en la herida.
201
Lilo lo entendió de inmediato. La plata no sólo era tóxica para un vampiro,
sino también para un híbrido.
—Lo haré yo. Retírate —Ryder no protestó—. Mantenlo inmóvil —Le indicó.
Lilo captó la preocupada mirada de Ryder, luego miró más allá de él a Blake.
Su cara estaba distorsionada por el dolor, su boca abierta, los colmillos desnudos
como si estuviera listo para atacar.
Ella se concentró y curvó su dedo medio, luego empujó su dedo índice hacia
él, tratando de crear unas pinzas humanas para agarrar la bala de plata. Tiró de ella,
202
sus dedos saliendo de la herida. Pero no había nada entre sus dedos, ninguna bala de
plata, simplemente más sangre y tendones.
— ¿Una cuchara?
Ella asintió con la cabeza y guío la cuchara hasta que se alineó con el hueso,
donde la plata se había incrustado.
14
Cucharilla: Se refiere a un instrumento médico alargado parecido a una cuchara que se utiliza para
extraer el contenido de cavidades o quistes.
203
se alivió y la cuchara salió de la herida, catapultando la bala a través de la habitación.
Aterrizo en la mesa de café, golpeando un tazón chino ornamental que estaba
colocado allí.
Nunca había oído sonido más dulce que el chasquido de la plata cuando se
asentó en el medio del cuenco.
Respirando con fuerza, miró hacia la cara de Blake. Tenía los ojos cerrados.
Su corazón se detuvo.
— ¡Blake, no!
Antes de que Lilo supiera lo que Ryder planeaba, ya estaba dándole una
bofetada en la cara de Blake.
— ¡Despierta, Blake! No puedes dormirte —Le dio otra bofetada, esta vez más
fuerte.
— ¡Eso es, mírame, Blake! Soy yo, Ryder –-Volvió la cabeza para mirarla—.
Lilo, en la despensa, totalmente en la parte de atrás, hay una nevera. Búscame dos
botellas de la sangre que hay dentro. Rápido.
Ella no lo cuestionó, no preguntó por qué había sangre en botellas, pero corrió
tan rápido como pudo y encontró la nevera justo donde le había dicho. La abrió.
Había filas d botellas llenas de líquido rojo colocadas allí.
Su barbilla bajó. Esto era irreal. Las botellas estaban etiquetadas con códigos
cortos como AB-neg o O-pos. Todos los tipos de diferentes sangres. Agarró dos
botellas, sin preocuparse por las etiquetas, y corrió de vuelta a la sala de estar, donde
Ryder seguía reteniendo a Blake.
204
—Tú tendrás que darle de comer. Tengo que contenerlo. Está muy cerca de
perder el control.
¿Cerca? A juzgar por la mirada salvaje en los ojos de Blake, ella diría que ya
lo había perdido. Pero por alguna razón, no tuvo miedo. Blake no le haría daño. Ella
lo sabía de alguna manera.
Lilo se deslizó en el sofá junto a él y llevó la botella a sus labios. Sus fosas
nasales se ampliaron y su cabeza se balanceó hacia adelante. Parte de la sangre se
derramó, pero logró inclinar la botella para que el líquido goteara en la boca abierta
de Blake.
Él tragó, y con alivio vio que la sangre pareció calmarlo. Así que ella colocó
su mano bajo su barbilla y continuó alimentándolo, hasta que él vorazmente había
vaciado la botella. La tiró sobre el sofá, y entonces desenroscó el tapón de la segunda
botella.
—Aquí tienes, amor mío —Arrulló, y presionó la segunda botella entre sus
labios.
— ¿Y ahora?
— ¿Cuánto tiempo?
—No lo sé. Tendremos que dejarlo dormir hasta que despierte por sí mismo.
205
Ahora ella estaba temblando. Sus ojos cayeron sobre la sangre que no sólo
había empapado la ropa de Blake, sino también la de Ryder y la suya propio. Ella
miró, y por todas partes había sangre.
Las lágrimas corrían por sus mejillas ahora, pero trató de sonreír a través de
ellas.
Ryder sonrió
Pero antes de que Ryder pudiera levantar a Blake del sofá, oyeron el sonido
de la puerta principal abriéndose y luego el portazo al cerrarse. Un segundo después,
unos gemelos, idénticos, aparecieron en el salón.
—Guau. Ella es totalmente como mamá, ¿no crees, Damian? —Dijo uno de
ellos.
206
—Igual de valiente. Te lo dije, no es cierto lo que dicen sobre las rubias —
Sonrió, asintiendo con la cabeza hacia ella—. Nuestra madre es rubia, también. Y
muy inteligente.
—Cuando ocurre un ataque como éste, hay un estricto protocolo que debemos
seguir: hicimos el primer paso, salvando la vida del vampiro herido. Ahora, tenemos
que poner todo en marcha. Necesito sacar a los menores de su casa. Los llevaré a la
casa de mi padre. Allí estarán a salvo. Ya que ahora es de día, la sede enviará a dos
guardias humanos para vigilar la casa de Blake hasta que pueda recuperarse. Y
ejecutaremos una redada para capturar al agresor.
—Fue Ronny —Le dijo—. El novio de Hannah. Blake lo vio. Fue él quien…
Ryder la interrumpió.
—Estoy al corriente del caso. Se lo diré a HQ. Lo cazarán. Debe haber tenido
un coche, u otro modo de transporte cerca, o no se habría arriesgado a estar fuera tan
cerca del amanecer. Averiguaré de Benjamin y Damian dónde lo perdieron.
—Ya has hecho suficiente por esta noche. ¿Por qué no te cambias, te duchas
y descansas?
207
—Pero Blake, tengo que cuidarlo.
—No hay nada que puedas hacer ahora. Él dormirá un sueño muy profundo.
Pasarán horas antes de que se despierte. Tómate tiempo para descansar. Estoy seguro
de que una vez esté despierto, no habrá tiempo para descansar hasta que tengamos a
ese hijo de puta.
Ryder sonrió.
—Realmente eres como Nina —Señaló al techo, donde ahora podía oír los
pasos mientras los gemelos llevaban a Blake a su dormitorio—. Eres toda una mujer.
Blake es un tipo con suerte.
Ella abrió la boca, pero la protesta automática de que ella no era su novia, no
salió de sus labios. En su lugar, sonrió.
—Gracias.
208
Capítulo Veintinueve
Después de que Ryder y los gemelos se hubieran ido con los niños, el silencio
había descendido sobre la casa. El cuartel general de Scanguards había llamado poco
después y confirmó que dos guardias humanos estaban estacionados fuera de la casa,
uno en la parte delantera y otro en la trasera, asegurándose de que nadie sería capaz
de sorprenderlos. Ryder había dejado su número directo para que le llamara si tenía
algo que le preocupara.
Había tomado una ducha y se había puesto ropa cómoda, una camiseta suelta y unos
pantalones de chándal. También había comido y luego había limpiado la cocina,
todo para matar el tiempo. Pero el tiempo tenía una forma de arrastrarse a paso de
caracol cuando uno está esperando algo. Al final, había empezado a dormitar, y en
algún momento se durmió, su cuerpo y mente agotados.
Subió por las escaleras. La última vez que había comprobado a Blake había
sido hace tres horas y había estado profundamente dormido.
En la puerta del dormitorio, hizo una pausa, luego giró el pomo suavemente.
Si todavía estaba dormido, no quería despertarlo antes de tiempo. Abrió la puerta y
entró en la habitación, luego dio dos pasos para poder echar un vistazo a la cama.
Estaba vacía.
Blake estaba de pie en el umbral del cuarto de baño, sólo una toalla corta envuelta
alrededor de la parte inferior de su cuerpo, su cabello y su torso húmedo. Nunca
había parecido más viril ante sus ojos.
209
—Estás despierto.
Sin pensarlo caminó hacia él, sus ojos enfocados en su hombro. Donde sólo
hace unas horas una herida había estropeado su cuerpo, la piel casi perfecta había
crecido, aunque ella podía decir que todavía no había sanado por completo.
— ¿No debería haber sanado completamente? Ella levantó sus ojos a su cara.
Sus ojos azules clavados en ella, la mirada ardiente hizo que sus rodillas se
debilitaran. Cuando habían hecho el amor antes, la había mirado así. Y ese recuerdo
hizo que sus entrañas estallaran en llamas y un charco líquido se formara en la
coyuntura de sus muslos.
Su voz era fuerte otra vez. Pero sus palabras hicieron que sintiera curiosidad.
El soltó un suspiro.
—Era una bala de plata, Lilo. Era para mí, no para ti.
210
—No puedes saberlo. Y cuando Ronny te disparó, tú no podías saber que era
de plata. Y tú te tiraste sobre mí para protegerme. En mi manual, eso todavía es
salvarme la vida —Ella inclinó su barbilla en desafío. ¿Este hombre tenía que irritarla
así? ¿Acaso simplemente no podía aceptar la cruda verdad, el hecho de que él era un
héroe?
— ¿Por qué tendría que huir? Contigo estoy más segura de lo que he estado
en toda mi vida. Y ahora qué sé lo que hay realmente en el mundo, y lo que se
esconde en la oscuridad, necesito saber que hay alguien que puede mantenerme a
salvo —Sonrió—. Además, todavía tengo que agradecerte por salvarme la vida.
211
—Pensé que habíamos aclarado eso. No te salvé la vida. Tú salvaste la mía.
—Bien —Admitió, dándose cuenta de que no iba a ganar esta discusión con
él—. Entonces, yo quizás debería recibir un pequeño agradecimiento de tu parte.
Él se miró a sí mismo.
— ¿Esta toalla?
—Sí, esa toalla. Y me gustaría que fuera ahora mismo. No puedes negarme un
regalo tan barato.
—No, no puedo —Él alcanzó el lado donde la toalla estaba remetida dentro
y la deshizo, alejándola lejos de su cuerpo y dándosela.
—Gracias.
212
crecer con cada segundo—. Siempre me ha gustado mucho más lo que había dentro
—Le miró y se deleitó con su caliente mirada.
— ¡Joder, Lilo!
—Shhh —Sopló contra su carne caliente—. Déjame hacer esto —Levantó sus
ojos para mirar a Blake, luego envolvió sus labios alrededor de su punta y se deslizó
hasta que él no pudo ir más lejos.
*****
Si no lo supiera mejor, diría que había muerto por la herida de bala y había
ido al cielo, porque Lilo de rodillas delante de él, con su polla en la boca, era más de
lo que había soñado. En sus sueños más salvajes. Particularmente, no tan
rápidamente. Después de haberle confesado que era un vampiro menos de
veinticuatro horas antes, había esperado que ella necesitara más tiempo para
aceptarlo por lo que era, no inmediatamente deseando bajar sobre él y adorarlo con
su boca divina.
Pero el intenso placer que le estaba desencadenando con sus suaves labios y
su malvada lengua era demasiado real para ser un producto de su imaginación. No,
él estaba verdaderamente despierto, y Lilo le estaba haciendo el amor con su boca.
Sus ojos estaban cerrados ahora y ella suspiró suavemente, su aliento burlándose de
su carne hinchada, enviando un hormigueo hacia abajo por su eje y sus pelotas.
Apretándose en respuesta.
213
—Lilo, nena —Gimió y metió las manos entre su pelo, no para forzarse más
profundo dentro de ella, sino para retirarla un poco—. Tranquila, o me vas a hacer
correr demasiado rápidamente.
Ella abrió los ojos entonces y levantó la mirada mientras ella continuaba
tomándolo en su boca, succionándole mientras ella se retiraba lentamente.
Nunca había visto nada más erótico que la escena que se desarrollaba delante
de él. Sus labios eran gruesos y rojos, envolviéndose fuertemente alrededor de su
erección. El calor y la humedad de su boca hacían que se sintiera como si estuviera
buceando al paraíso. Ella era toda suavidad femenina mientras ella le lamía con tanta
devoción.
Como si le diera las gracias por el cumplido, ella llevó una de sus manos a sus
pelotas y las acunó.
— ¡Joder!
214
Sonriendo, Lilo se tiró de su camiseta por encima de la cabeza y la tiró al
suelo. No llevaba sostén, y automáticamente, él alcanzó sus pechos ahuecando los
globos perfectos, adorando el peso en sus palmas. Pero retrocedió y caminó hacia la
cama, volviéndose de espaldas a él, deteniéndose a un pie de distancia de ella. Él la
observó mientras enganchaba sus pulgares en la cinturilla de sus pantalones de correr
y empujándolos hacia abajo por sus piernas, dejándolo como un charco alrededor de
sus pies descalzos, antes de que ella saliera de ello completamente.
—No me hagas esperar —Murmuró ella ahora, mirando por encima del
hombro.
La manera en que ella lo miraba, con pasión y deseo en sus ojos, casi lo
deshizo. Se impulsó hacia delante y se sumergió en su calor húmedo, instalándose
en su coño. Ella era todo lo que recordaba y mucho más. Y esta vez era todo
diferente. Esta vez sabía que no tenía que esconder sus deseos, no necesitaba
contenerse, porque Lilo ahora lo entendía.
215
apretarse alrededor de él como si no quisiera dejarlo ir, ahuyentaba el horror que
había sentido antes cuando la plata había comenzado a comerlo vivo.
Él frenó sus empujes y se movió hacia adelante y hacia atrás con más ternura
ahora. Soltó una cadera y pasó la mano por su precioso trasero, acariciándola,
disfrutando de la suavidad de su piel. Sus cabellos rubios le caían sobre la espalda y
hombros, azotando hacia adelante y hacia atrás, de lado a lado, con cada empuje que
él entregaba.
Pero tomarla así no era suficiente. Necesitaba una conexión más profunda
con ella, para mirar a sus ojos cuando ambos llegaran. Saber que ella lo veía, al
vampiro.
Blake salió de su apretado canal y la giró sobre su espalda. Ella lo miró con
ojos empañados de pasión. El pecho le palpitaba, el corazón le latía tan fuerte, que
sus sentidos de vampiro no tuvieron problemas para recoger el sonido. Un fino brillo
de sudor cubría todo su cuerpo, haciéndola aún más hermosa. Un mechón largo se
enrollaba alrededor de su duro pezón como si lo estuviera acariciando. Él lo alcanzó
y liberó el pequeño capullo rosa, dejando que su dedo se deslizara sobre él.
—Por favor —Le rogó, poniéndole las manos en las caderas y tirando de él
hacia ella, hasta que se cernía sobre su centro. Ella alcanzó su polla y luego acarició
la dura longitud
Apretó la mandíbula.
216
Él empujó la cabeza de su polla en su húmeda entrada.
Mantuvo su ritmo lento, deseando prolongar su acto sexual, porque esta vez
quería mostrarle a Lilo lo perfecto que las cosas podrían ser entre ellos. Sus cuerpos
se movían en sincronía como si hubieran hecho esto cien veces, perfectamente
armonizados el uno con el otro. La pelvis de Lilo se inclinaba hacia él cada vez que
se sumergía más profundamente en su acogedor coño. Sus tobillos se cruzaron sobre
su culo para mantenerlo cerca de ella, y le encantó la sensación de sus talones
clavándose en él, al igual que sus uñas se clavaban en su espalda.
Cuando se dio cuenta de lo que iba a hacer, apartó la cabeza unos cuantos
centímetros.
217
—Los colmillos de un vampiro son una zona erógena más. Tocarme ahí, y
me harás correr rápidamente.
Ella sonrió.
— ¡Joder, Lilo! —Sabía que había sido una mala idea dejarla que lo tocara
allí. Porque ahora no podría resistir más. Su lengua salió y lamió la gota de sangre
de la yema de su dedo, cerrando la pequeña incisión instantáneamente.
Bajo él, Lilo gemía a pesar del duro trato que le estaba dando. Ella deslizó su
mano sobre su nuca y lo atrajo hacia ella, presionando sus labios contra los suyos,
aunque sus colmillos estaban completamente extendidos. ¿No tenía miedo de que
pudiera herirla?
Trató de retroceder, pero ella ya había sumergido su lengua entre sus labios y
la corría sobre sus dientes. Cuando la lisa superficie de su cálida lengua conectó con
218
uno de sus colmillos, se entregó al placer que Lilo le estaba concediendo y no luchó
más.
Retractó sus colmillos y se hizo cargo del beso, derramando su alma en ella, hasta
que ambos quedaron sin aliento.
219
Capítulo Treinta
—Ni siquiera puedo decirte lo que significa para mí tenerte en mi cama —Ella
levantó la cabeza y lo miró—. Saber que me estás aceptando por lo que soy —Clavó
sus ojos en los de ella—. Por sentirte lamerme los colmillos. Nunca me atrevía a
esperar tanto.
—Nunca he visto nada más erótico que cuando me mostraste tus colmillos y
me dejaste tocarlos.
—Confías en mí a pesar de todo lo que pasó —No podía creerlo. Pero lo vio
en sus ojos. Lilo tenía fe en él. Él tomó su dedo y lo besó—. Lamento haberte
pinchado con mi colmillo.
— ¿Tu sangre?
— ¿Cómo no iba a hacerlo? Lilo, no tienes idea de lo que es. Mi olfato es tan
hipersensible que incluso ahora puedo oler tu sangre. ¿Y sabes lo que me hace?
220
Ella alzó los ojos hacia él para reunirse con su mirada.
— ¿Qué te hace?
Su barbilla bajó.
—Gracias a ti. Esa pequeña gota de sangre que lamí de tu dedo me hace desear
más. Por eso el vampiro dentro de mí se está preparando para ello, para ti. El vampiro
dentro de mí quiere seducirte con sexo hasta que le permitas morderte.
—Nunca te obligaré. Quiero que lo sepas. Pero debes saber que cada vez que
hacemos el amor, mi deseo de beber tu sangre va a crecer.
— ¿Es por eso que crees que Hannah dejó que Ronny la mordiera?
—Me dijiste que habían estado saliendo por seis meses. Ningún vampiro, no
importa cuán civilizado y manso sea, permanecerá con una mujer por tanto tiempo
sin morderla. Con o sin su permiso. Aunque dudo que Hannah se lo hubiera negado.
Ella ya sabía lo que implicaba la mordedura de un vampira, antes de que conociera
a Ronny.
221
— ¿Cómo lo sabía?
—Porque yo la mordí.
— ¿Qué? —Sus ojos estaban abiertos por la sorpresa—. ¿Tú y Hannah? ¿Erais
amantes?
— ¿Hannah y yo? —Se sentó y tiró de Lilo hacia él, pero ella lo empujó hacia
atrás—. Hannah y yo nunca fuimos amantes. Nunca nos sentimos atraídos el uno
por el otro. Ni por un solo segundo.
Pero él sabía que había golpeado un punto doloroso, y ese hecho hizo que su
corazón latiera fuera de control. Lilo tenía una feroz racha de posesividad en ella que
él no esperaba. Pero no tenía tiempo de deleitarse en ello, porque primero necesitaba
calmarla y asegurarle que la mordedura no había tenido nada que ver con el sexo.
*****
Todavía escéptica, buscó sus ojos. ¿Estaba diciéndole la verdad? ¿Y por qué
debería importarle que Blake hubiera mordido a su mejor amiga? No era asunto suyo.
Oh, por favor, admite que no puedes soportar el hecho de que mordiera a Hannah y no
a ti, dijo una voz en su cabeza.
222
—Tuve un accidente —Las palabras de Blake atravesaron sus pensamientos.
Lentamente asintió.
— ¿Qué pasó?
—Cariño, nunca hubo nada entre Hannah y yo, aunque me salvó la vida,
como tú me la salvaste anoche. Y mientras que yo estaba muy agradecido con
Hannah, nunca la toqué de la manera en que no puedo dejar de tocarte a ti —Pasó
sus labios sobre los de ella en un suave beso.
— ¿Qué hizo?
223
Ella jadeó.
—Yo habría estado bien incluso durante el día, mientras esperaba ayuda,
porque las ventanillas de mi coche tenían un revestimiento especial, impenetrable a
los rayos UV. Algo que inventó Thomas, uno de nuestros genios. Pero la ventana
trasera estaba destrozada. Y en el ángulo en el que coche aterrizó, el sol naciente me
habría frito. Yo estaba a merced de la naturaleza.
Blake pasó una mano por su cabello y luego la dejó en su espalda y la continuó
acariciando.
—No podía mover las piernas. El frente del coche había sido aplastado y el
motor estaba prácticamente sentado sobre mi regazo. Estaba sangrando. Intenté
liberarme, pero no era lo suficientemente fuerte. Mis heridas estaban drenando mi
fuerza, y mientras que normalmente habría sido capaz de empujar las piezas del
motor derrumbado lejos de mí y salir libre, en mi estado herido, yo estaba impotente.
—Si Hannah no hubiera salido a pasear con su perro, yo no estaría aquí hoy.
Frankenfurter encontró mi coche y alertó a Hannah. Cuando me encontró, llamó al
9-1-1, pero no tenía cobertura. Mi teléfono tenía el mismo problema. No podíamos
llamar a nadie, y el sol estaba a punto de levantarse. No tuve más remedio que decirle
la verdad. De todos modos, yo estaba tan bien muerto.
224
—Esa es Hannah. Ella está a favor de cualquier aventura. Siempre lo ha
estado. Necesita esa emoción en su vida. Esa constante oleada de adrenalina.
—Esa fue mi suerte. Cuando le dije que necesitaba sangre humana para
curarme para que pudiera tener fuerza suficiente para liberar mis piernas y escapar
del coche, ella no dudó. Tomé sólo lo necesario. La sangre que viene directamente
desde la vena de un humano vivo, es mucho más poderosa que cualquier sangre
embotellada. Pero, por supuesto, no tuve mucho tiempo para advertirle a Hannah
sobre los efectos secundarios. La excitación sexual. El hecho de que mi mordisco era
erótico, aunque el sexo era la última cosa que tenía en mi mente —Suspiró—. Con
su sangre pude reunir fuerzas suficientes para liberarme. Pero el sol ya estaba
subiendo, así que Hannah tomó una manta que encontró en mi maletero y pudimos
llegar a un viejo cobertizo que había visto en su caminata con Frankenfurter.
Tomamos refugio allí.
—Estaba aturdida, como era de esperar. Y enganchada, pero eso fue algo que
no me di cuenta por un tiempo.
— ¿Qué quiso?
—Muy poco. Ella realmente es demasiado buena para este mundo. Todo lo
que quería era un trabajo. Mira, había sido despedida el día anterior. Por eso había
estado en el bosque con Frankenfurter. Pensando en lo que quería hacer con su vida.
Fue el destino que ella estuviera allí.
225
Blake asintió con la cabeza.
—Podría haber conseguido para ella casi cualquier trabajo que ella quisiera
en esta ciudad. Scanguards tiene muchas conexiones. Pero ella no quería trabajar
para cualquier empresa humana. Quería trabajar para los vampiros. No creo que
Ronny fuera su primer novio vampiro. Creo que ella salió con varios vampiros que
conoció como parte de su trabajo. Sospecho que ella siempre estaba persiguiendo ese
subidón que sintió cuando la mordí —Él pasaba los dedos a través de su cabello—.
Por eso me siento responsable de ella y haré cualquier cosa para salvarla. No sólo
porque salvó mi vida, sino porque fui yo quien la empujó en el mundo de los
vampiros. Todo lo que le pasó ocurrió porque yo la presenté a esta vida, en lugar de
borrar sus recuerdos sobre el accidente y de cómo me salvó ella.
—Me rogó que no lo hiciera. Ella quería recordar todo —Blake acarició su
cara suavemente, y el calor se extendió dentro de ella—. ¿Y tú? ¿Quieres recordar,
ahora que sabes en qué peligro puedes estar sólo por saber?
226
Capítulo Treinta y Uno
Lilo se bajó sobre su polla y lo llevó dentro de ella. No creía que se cansara
nunca de esto. Como un capullo, su calidez y humedad lo envolvió,
instantáneamente haciendo desparecer todo lo demás a un segundo plano.
En vez de eso, bajó la cara a sus pechos y capturó un duro pezón en su boca,
chupándolo, haciendo que Lilo se estremeciera bajo su toque. Sí, así la ayudaría a
decidir: llenándola de pasión y placer, con ternura y cuidado. Y con amor. Se quedó
inmóvil. ¿Amor? ¿Era ese el sentimiento que controlaba su cuerpo y mente, el amor?
¿Podría serlo? ¿Podía ocurrir en tan poco tiempo? ¿Cómo lo sabría con seguridad?
—Oh, sí, Blake, por favor, justo así —Dijo, montándolo más rápido ahora.
Él la ayudó agarrando sus caderas y levantándola, cada vez que ella se alzaba
sobre sus rodillas, entonces tirando de ella hacia abajo cuando se hundía de nuevo
en él. A pesar de la abundante lubricación de su semen y sus jugos, la fricción estaba
aumentando, y sintió su próximo orgasmo acercarse.
Levantó la cabeza para mirar su rostro, su cara brillaba de pasión. Sus miradas
se encontraron, fundiéndose el uno en el otro.
227
Lilo de repente levantó su mano y se apartó el pelo a un lado de su cuello,
inclinando la cabeza a un lado. Él miró fijamente la delicada piel y pudo ver la vena
debajo de la superficie latiendo a ritmo de su acto sexual. ¿Cuántas más tentaciones
tendría que resistir?
Lilo se inclinó más cerca, luego dejó caer una caricia por el lado de su cuello
expuesto, como si estuviera mostrándole el camino.
—Lo sé. Puedo sentirlo —Como para enfatizar su declaración, se dejó caer
rápido, prácticamente empalándose en su duro pene como una roca.
—Confía en mí, estoy más decepcionado por esta interrupción que tú.
228
Sus ojos brillaron ante sus palabras, y él apretó su cadera para tranquilizarla
mientras respondía a la llamada.
— ¿John?
Lilo que se inclinaba más para oír lo que John estaba diciendo, aspiró un
suspiro.
—Déjame ponerte en el altavoz. Estoy aquí con Lilo —Apretó el botón del
altavoz.
—Ronny.
Blake la interrumpió.
229
—No —Dijo John—. Pero adivina qué: hay una gasolinera en la esquina del
refugio para animales. Y tienen cámaras de vigilancia. Una de ellas grabó a Ronny
metiéndose en una vieja camioneta pick-up.
— ¿Una pick-up? Pensé que el coche que estábamos buscando era un Toyota
Corolla.
—Lo hizo. Ya lo hemos rastreado. Parece que está registrado en una dirección
de napa. Lo buscamos en Google Maps. Una zona bastante remota, en lo profundo
de los bosques. Ideal para ocultar una operación ilegal.
—No tienes que explicarme nada. Tenemos que acudir. Vamos a vestirnos.
— ¿Nosotros? —Él sacudió la cabeza—. Oh, no, no vas a venir conmigo esta
vez.
—Pero…
— ¡Nada de peros! No sabemos lo que nos espera allí. Debes estar loca si crees
que te dejaría ponerte en peligro.
230
Ella apoyó sus manos en sus caderas, burlándose.
—Aunque me enciende cuando maldices así, me temo que no vas a ganar esta
discusión. Esta vez te quedas. Y para asegurarme de que vas a hacerlo, voy a pedirle
a mi familia que te acompañe.
Sus párpados revolotearon y él podía oír la carrera de su pulso. Bueno, tal vez
tendría que asegurar su sumisión por otros medios. Él no estaba por encima de un
poco de manipulación. Y nadie resultaría perjudicado por ello.
Deslizando su mano entre sus cuerpos, encontró su clítoris bien lubricado por
sus jugos combinados y frotó su dedo sobre él.
—La vida no es justa. Ahora sé una buena chica y córrete para tu gran
vampiro malo.
231
—Eres un vampiro malo —Murmuró, pero no había calor detrás de su
acusación. Él había logrado dejarla fuera, por lo menos el tiempo suficiente para que
pudiera prepararse para irse.
232
Capítulo Treinta y Dos
—Entonces no me equivoqué.
—Yo también.
— ¿Confías en ella?
233
—Con mi vida. ¿Ryder te contó cómo sacó la bala de plata?
Samson sonrió.
— ¿Sólo algunas? —En la mente de Blake, había muchas cosas que no tenían
sentido.
—Hay algo sobre este Ronny que no suena verdadero. Creemos que él está
detrás de la desaparición de su novia y de la fabricación y distribución de la droga.
Pero eso no es consecuente con esta imagen: ¿por qué tomarse la molestia de dejar el
terrier de Hannah en un refugio de animales?
—Me preguntaba lo mismo. Primero pensé que quizás estaba detrás de Lilo,
pero considerando que la bala era de plata, creo que era para mí. Quizás nos siguió
después de que saliéramos del apartamento de Hannah. ¿Quizás lo estaba vigilando?
—Cierto, pero se fue con las manos vacías. Bueno, consiguió el teléfono móvil
de Lilo. Pero por lo que yo podría decir, él no encontró lo que estaba buscando. ¿Por
qué otra cosa le preguntaría a Lilo dónde estaba? Sólo puedo asumir que quería la
memoria USB. Tal vez para cubrir sus huellas.
—Lo que significaría que él sabía que existía. ¿Cómo lo habría descubierto?
—Samson se frotó la nuca.
234
—Suponiendo que Ronny no supiera sobre la cámara del apartamento de
Hannah, la única persona que podría habérselo dicho a Norwood o a Ronny es
Hannah.
Lo que en realidad podría ser una buena noticia. Samson parecía pensar así
también.
— ¿Crees que la están usando?¿Cómo usan a los otros seres humanos para sus
delitos? —El pensamiento envió una sacudida hacia abajo por su espalda y lo congeló
hasta los huesos—. Eso significaría que está usando la droga con ella.
Blake miró por las ventanillas. Una densa vegetación revestía ambos lados de
la estrecha carretera.
— ¿Dónde estamos?
235
—Veinte, treinta años atrás, había un montón de cultivadores de marihuana
por aquí. Los federales realizaron una tonelada de redadas en estos parajes. Pero no
siempre eran muy exitosas. Los productores elegían lugares muy aislados. Eso fue
antes de que se legalizara el cannabis, por supuesto. Ahora ya no hay necesidad de
esas granjas secretas. Dejó espacio para moverse a otras operaciones ilegales.
Blake gruñó.
*****
El GPS sólo los llevó hasta un camino de tierra que culminaba en un callejón
sin salida a cien metros de la carretera asfaltada en la que habían estado. No había
ningún rastro de una casa o cualquier tipo de estructura habitable, aunque según el
último mapa, se suponía que era una dirección legítima. No es que cualquier cartero
lo encontrara: no había ningún número colocado en cualquier lugar, ni tampoco
buzón.
Blake salió del automóvil y miró a su alrededor. Sus colegas se unieron a él,
hasta que los ocho se reunieron. Tal vez este montón de guardaespaldas entrenados
era excesivo, pero sin saber cuántos cómplices tenía Ronny, aparte del que habían
identificado como Norwood, Samson había insistido en que fueran los mejores y los
más duros hombres (y mujeres) que empleaba. Era una lástima que Zane todavía
estuviera en Nueva Orleans. Gabriel estaba dirigiendo el HQ en ausencia de
Samson, mientras que Quinn había accedido a cuidar a Lilo. Él y Rose habían
llegado a casa de Blake, justo cuando él se había ido. Que lo llamaran excesivamente
cauteloso, pero no iba a arriesgarse cuando se trataba de la seguridad de Lilo.
Blake comprobó su móvil y luego sus armas. Una pistola de pequeño calibre
colgaba en su cadera, un cuchillo de plata escondido en su bota, y una estaca metida
236
en el bolsillo interior de su chaqueta, aunque esperaba no tener que utilizarla. Sin
embargo, no le importaría infligir un poco de dolor con su cuchillo de plata, para
explicarle cómo se sentía eso en un idioma que Ronny entendiera.
Su visión nocturna superior los vio unos momentos más tarde, mientras
rodeaban el edificio y se acercaban. Blake levantó la mano para decirles que se
quedaran dónde estaban, luego se acercaron más al lugar de donde venía un pedacito
de luz. Era una ventana. Y aunque las cortinas estaban cerradas, dejaban un par de
centímetros descubiertos. Blake acercó la cabeza al cristal y miro dentro.
Cambió su ángulo, pero todo lo que podía ver era una puerta, pero no hacia
dónde dirigía o si había alguien allí. Simplemente tendrían que arriesgarse. De
repente, un sonido vino desde el interior. El corazón de Blake se detuvo, y su mente
trató de analizar lo que había oído: cubiertos chocando contra el metal. O alguien
estaba comiendo, lo que significaba que no era Ronny, o alguien estaba tratando de
enviar una señal.
Se dio la vuelta e hizo señales con la mano para alertar a sus colegas de que
al menos una persona estaba dentro de la cabaña. Le hizo otra seña a Wes, y el brujo
se le unió. Ya habían discutido antes qué hacer. Esta vez, Wes no dijo el hechizo en
voz alta para abrir la puerta de Ronny, si él estaba en el interior, podría escucharlo
aquí en el bosque donde no había ningún ruido ambiental. En su lugar, Wes había
traído una poción que abría cualquier cerradura sin hacer ruido. Ahora él la derramó
sobre el pomo de la puerta, dejando la botella vacía de nuevo en su pequeña mochila
y se hizo atrás como si le dijera: Todo tuyo.
237
Blake hizo un gesto a sus colegas para que cubrieran las ventanas en caso de
que Ronny intentara huir por ellas, luego asintió con la cabeza a John, quien ahora
estaba dándole cobertura. Blake sacó su arma y, sin más preámbulos, pateó la puerta
abierta e irrumpió dentro.
Hubo un sonido que provenía de uno de los cuartos, y Blake se dirigió allí,
escuchando a su amigo correr hacia la casa detrás de él. Pateó la puerta de la
habitación abierta y apuntó con su pistola a la persona que había dentro de la gran
cocina.
— ¡Mierda!
— ¡Ronny!
El idiota dejó los utensilios con los que estaba trabajando y se lanzó a la puerta
que conducía a la habitación contigua.
— ¡Suéltame! ¡Maldita sea! —Gritó Ronny, luchando, pero Amaury era más
fuerte.
— ¿Quieres hacer los honores primero, Blake? —Le ofreció su amigo parecido
a un defensa de rugby.
238
Blake movió su cabeza hacia un lado.
Blake respiró hondo y dio un paso atrás. Luego miró a los otros que habían
entrado en la cocina.
Sacudieron la cabeza.
— ¡No lo sé!
—No estoy mintiendo. Por favor, dejarme ir. Si saben que me encontrasteis,
la matarán.
Blake se burló.
— ¿Estás tratando de decirme que sólo eres un peón? ¿Qué tan estúpido te
piensas que soy?
239
— ¡Es la verdad! La están usando para hacerme hacer lo que ellos quieran.
Pero si descubren que ya no les soy de ninguna utilidad, no tendrán ninguna razón
para mantenerla viva.
—Será mejor que estés diciendo la verdad —Se volvió hacia Samson—.
Vamos a llevarlo al HQ para interrogarlo.
— ¡No! —Protestó Ronny—. Tengo que terminar este lote. Sin no está hecho
cuando ellos lo necesiten…
—Os aburriréis a muerte. Así que, no. Sólo iros a casa. Estaré bien.
240
—Aún no —Respondió Wes—. Podríamos necesitar algo de esto más tarde.
Además, si Ronny nos dijo la verdad, entonces es mejor que mantengamos las cosas
como están hasta que recuperemos a Hannah. Pondré un hechizo de bloqueo en la
casa cuando me vaya.
—Suena bien —Samson estuvo de acuerdo, entonces les dijo a los otros—.
Sigamos adelante.
Blake asintió con la cabeza hacia Wes, luego siguió a Samson y a los demás
fuera. Sólo podía esperar que lo que Ronny hubiera dicho fuera la verdad, y que
Hannah siguiera viva, y que siguiera así mientras sus captores creyeran que Ronny
estaba cumpliendo sus órdenes. Pero hasta ahora él no creía en Ronny. Necesitaba
pruebas.
241
Capítulo Treinta y Tres
Wes volvió a la mesa, donde Ronny había estado mezclando diversas hierbas.
Había varias bolsas llenas de extrañas hojas secas, cacillos para medir, y varios
recipientes metálicos y otros utensilios. Miró a su alrededor en la cocina, aspirando.
En la cocina había una gran olla de barro con una tapa.
Caminó hacia ella y levantó la tapa, pero al instante se tambaleó hacia atrás.
El olor que emanaba del asqueroso lodo negro era malévolo. Y no era ajeno a los
olores malévolos. Había preparado bastantes pociones con un olor horrible en su
vida, pero este brebaje ganaba el concurso.
No había manera de probar el brebaje aquí. Tendría que tomar las muestras a
su laboratorio. Abrió la mochila y sacó un frasco e ella, cogiendo una cuchara limpia
de uno de los cajones de la cocina y recogió parte del lodo negro al vial, luego lo selló
firmemente y lo metió en un envase de plástico para que no resultara dañado en su
bolsa.
242
Lo hojeó y fue capaz de identificar todas las hierbas que Ronny había estado usando.
Algunas parecían bastante inocentes, como la manzanilla, por ejemplo. Sacudió la
cabeza. ¿Qué efecto tendría una hierba inocua como la manzanilla en esta mezcla
tan peligrosa? Claramente hacía algo, pero no puedo entenderlo, sólo por mirar.
Tendría que encontrar el libro de recetas de Ronny. En algún punto, debería haber
anotado las medidas exactas de cada hierba que utilizaba en la fabricación de la
droga.
Estaba empacando la mochila con varias de las muestras que había tomado,
cuando hubo un repentino destello fuera de la ventana de la cocina. Era un hechizo
que había establecido, alertándole de un visitante. Wesley saltó a la acción
inmediatamente, sacando su pistola de la bolsa y lanzándose fuera. Pero para el
momento en que corrió alrededor de la casa, quien hubiera desencadenado la trampa
había desaparecido.
Y como brujo podía sentir una débil impresión del aura de la persona que aún
permanecía. Una criatura sobrenatural, sin duda, aunque él no podía saber si era un
vampiro. Sin embargo, comenzó a correr, esperando que el rastro durara lo suficiente
como para que le dejara atraparlo.
Wes corrió a través del bosque, sin importarle que sonara como un rebaño
entero de elefantes pisoteando entre los bosques. No importaba. El rastro del aura se
hizo más fuerte a cada minuto que seguía en la búsqueda del desconocido, lo que
243
significaba que su entrenamiento en resistencia en Scanguards finalmente estaba
dando sus frutos. Quienquiera que fuera, Wes le estaba ganando terreno.
El desconocido corría ahora cuesta arriba, y por lo que podía ver y oír,
acababa de llegar a la cima. La luz de la luna que brillaba sobre ese lugar debería
siluetearlo contra el fondo, pero Wesley no vio nada. Absolutamente nada.
Cuando llegó al lugar donde la persona había estado sólo segundos antes, él
miró hacia abajo, al otro lado de la colina. Vio ramitas y hojas volando, como si
alguien estuviera deslizándose por la colina precipitadamente, pero no había nadie.
Nadie visible, de cualquier forma.
En la parte final había un muro de piedra con una abertura mayor que una
puerta común. Detrás, vio a la persona que había perseguido. El extraño giró
alrededor, sus miradas se encontraron por un momento.
Atónito, todavía apuntando con el arma al hombre vestido con ropas oscuras
y una larga chaqueta negra, Wes preguntó automáticamente.
244
— ¿Destruir qué?
Wes vaciló.
— ¡Estamos del mismo lado, brujo! —Entonces levantó sus manos como si
estuviera rindiéndose, y de repente un muro de piedra apareció frente a él.
— ¡Mierda!
Wes corrió hacia ello, apretó su mano allí, pero era roca sólida. ¿Cómo diablos
había hecho eso? No podía haber sido brujería, porque ciertamente, el extraño no era
un brujo. Sin embargo, había reconocido a Wesley como brujo. Era sobrenatural.
Eso era cierto.
Wes bajó la cabeza, cuando algo llamó su atención. Miró la piedra que tenía
frente a él y se concentró en las ranuras de su superficie. Entonces lo vio: alguien
había tallado una daga en la roca. Una daga antigua perfecta y hermosa. Wes trazó
el contorno con los dedos y sintió el calor de la piedra bajo su toque.
Simultáneamente comenzó a brillar.
— ¡Joder!
245
Capítulo Treinta y Cuatro
Varias horas antes, Blake se había ido, dejándola atrás en su casa, aunque
había querido ir con él. Pero él había usado su proeza sexual para someterla a sus
deseos. Y ella todavía estaba echando humo por eso. Eso era exactamente lo que no
le gustaba de los hombres: su dominio y su propia debilidad para ceder tan
rápidamente.
—Era Oliver.
—Tienen a Ronny.
Su latido se aceleró.
246
— ¡Oh, no! La mató, ¿verdad? Era demasiado tarde.
—Está viva —Dijo Quinn, acercándose. Lilo se encontró con su mirada. Pero
no pudo pronunciar ni una sola palabra—. Pero no sabemos dónde está recluida. No
todavía, de todos modos.
Quinn suspiró.
Lilo asintió con la cabeza. No podía esperar a estar cara a cara con Ronny, y
decirle lo que pensaba de él.
247
—Thomas, ya conoces a Lilo, ¿verdad?
— ¿Quién es?
—Lo es.
248
mirada vagara sobre Blake. Era todo un hombre, todo poder, toda confianza. Parecía
casi inaccesible ahora por la forma en que ahora entró en la habitación y se acercaba
a Ronny. Superior era la palabra que le vino a la mente.
John y Oliver se pusieron a un lado para dejar espacio a Blake. Ahora él estaba
enfrente de Ronny, dando la espalda a la ventana por la que Lilo estaba mirando con
los demás.
Ronny se burló.
—No fue culpa mía —Gruñó Ronny, sus ojos salvajes cuando miró a Blake.
— ¿No lo fue?
— ¿Salir d qué?
249
—De hacer cosas. Me gusta la química. Al principio, sólo estaba
experimentando. Ya sabes, hacer que las cosas se pongan altas.
—Un tipo tiene que vivir. No es que tenga muchas oportunidades de trabajar.
Lilo rodó sus ojos. Allí estaba de nuevo: Ronny estaba lleno de excusas.
250
—También necesitaba dinero, igual que yo. Y conocía a unos cuantos tipos
que no se oponían a hacer cualquier cosa para salir adelante. Cuando le conté sobre
la droga que había intentado fabricar para los vampiros, tuvo una idea. Pensó que tal
vez funcionaría con los seres humanos y, en lugar de venderla a los vampiros,
podríamos venderla a los humanos.
Blake se burló.
— ¿Estás tratando de decirme que vendiste esa droga a los humanos y luego
ellos cometieron esos allanamientos por sí mismos? ¿Qué tan estúpido crees que soy?
—No, eso no es lo que estoy diciendo. Ese era el plan al principio, pero no
funcionó así. La droga no colocaba alto a los seres humanos. Sino que los ponía en
un estado casi catatónico donde hacían prácticamente cualquier cosa que se les dijera
—Tragó—. Steven vio potencial en eso. Y una vez que probé cómo controlar a los
humanos a larga distancia, pusimos en marcha el plan.
—Cada lote de droga era igual, pero antes de administrarla, el vampiro que se
encargaba de los humanos la mezclaba con su propia sangre. Creaba un vínculo de
corta duración a través del cual el vampiro puede controlar la mente humana.
Asegura que la voluntad humana sólo escuche a su señor, el vampiro cuya sangre
tiene. Nadie más puede darle órdenes. Y el control mental por parte de cualquier otro
vampiro no funciona en él.
— ¿Y sin la sangre?
251
—Steven pensó que podríamos ordenarles que robaran en tiendas y casas para
nosotros. No tendríamos que ensuciarnos las manos. Y podrían hacerlo a plena luz
del día. Nadie sospecharía de nosotros. Todo fue bien durante algún tiempo. Pero yo
realmente no había tenido ninguna oportunidad de poder probar los efectos a largo
plazo de la droga, y comencé a ver algo… —Visiblemente se ahogó con algo parecido
a un sollozo—. Seguíamos usando a los mismos humanos, ye empecé a ver lo que la
droga hacía al final.
Un asentimiento lento.
—Yo era el único que podía fabricar las cosas. Los otros son imbéciles. Pero
Norwood, él sabía cómo mantener presión sobre mí. Él sabía de Hannah.
Ronny continuó.
252
—No. No tuve más remedio que decírselo entonces. Nunca he visto a una
persona tan decepcionada. Me echó de su casa. Oh, Dios, estaba tan enojada. Creo
que ahora me odia por lo que he hecho. Por lo que permití que sucediera —Bufó—.
Me fui, esperando que se enfriara, pero cuando volví unas horas más tarde, ella no
estaba allí. Su perro estaba vagando fuera del edificio.
Ronny levantó sus párpados, sus ojos llenos de lágrimas. Lágrimas rojas.
Lilo sintió las lágrimas en sus ojos. Si Ronny no sabía dónde estaba Hannah,
¿cómo la encontrarían ahora?
253
Capítulo Treinta y Cinco
—Dijo que alguien estaba sobre nosotros, y que si no te mataba, y a esa mujer
que estaba contigo, herirían a Hannah.
254
desearéis estar muertos, porque lo que te haré será tan doloroso que me rogarás que
lo haga. ¿Lo entiendes? ¡Ella es mía! ¡Nadie puede tocar a mi mujer!
Blake giró la cabeza hacia la puerta que Gabriel estaba cerrando por detrás de
él. Ni siquiera había oído entrar al segundo al mando de Scanguards, tan furioso que
había estado por saber que las balas de Ronny también estaban destinadas a Lilo. Al
menos ella no tendría que averiguarlo. Esta era una cosa que tendría que ocultarle
para no volverla a alterar.
Blake se apartó.
—Te sugiero que te vayas tan lejos como dos semanas atrás para comprobar
lo que ha estado haciendo.
—No dolerá.
255
—Relájate —Exigió Gabriel—. Voy a profundizar en tus recuerdos para
verificar que lo que nos has dicho es cierto.
Gabriel permaneció totalmente inmóvil y cerró los ojos. Blake lo había visto
ejercer su don antes. No lo hacía a menudo, creyendo que era una invasión de la
privacidad, pero en ocasiones, cuando la vida de una persona colgaba en la balanza,
usaba su habilidad especial.
Por primera vez, Blake miró más allá de los crímenes que Ronny había
cometido y sólo vio a un hombre. Un hombre que amaba a una mujer tanto, que
podría matar por ella. Y maldita fuera el infierno, ahora comprendía a Ronny.
256
Blake también podía comprenderlo. El latido de su corazón se ralentizó por
una fracción.
— ¿Sabes cuándo?
—Ella necesita estar allí, para que podamos llegar a ella. La quieres de vuelta,
¿no? —Ronny asintió con la cabeza—. Entonces harás lo que te diga —Blake respiró
profundamente y se pasó una mano por la cara—. Preparémonos.
—Buena idea —dijo Samson, antes de que Blake pudiera protestar—. Es una
orden.
—Oh, uh, Blake —Dijo Thomas a través de los altavoces. Blake levantó su
mirada hacia la ventana, aunque no podía ver a Thomas por detrás de ella—. Lilo
está aquí.
257
— ¿Dónde?
¡Oh, mierda! ¿Cuánto tiempo había estado allí? ¿Había oído lo que había
dicho Ronny, que una de las balas que había disparado la otra noche había tenido su
nombre en ella? Sólo podía imaginar cómo debía sentirse.
*****
Blake alcanzó hacia ella, pero ella presionó su mano contra su pecho,
empujándolo hacia atrás. Una expresión cautelosa se extendió en su rostro.
Ella respiró para calmarse. Sí, había visto a Scanguards en acción. Pero ella
deseaba poder hacer algo.
—Sé que tú y tus colegas sois buenos en lo que hacéis. Pero necesito hacer
algo también. Necesito ayudar, también.
258
Él sacudió la cabeza y sonrió.
—No tienes que hacer nada. Sé que odias esperar, ¿pero tal vez yo pueda
ocuparte hasta que recibamos la llamara? —Sonrió y se inclinó hacia ella.
Ella bufó.
— ¿Por dónde puedo incluso empezar? —Plantó las manos en las caderas—.
En primer lugar, ¡no puedes usar el sexo para volverme obediente y poder irte sin mí!
Quería ir contigo.
— ¡Una mierda! Quinn me dijo que habíais ido ocho de vosotros y sólo había
allí uno. No te habría dolido haberme llevado. Pero no, porque soy una mujer, crees
que puedas avasallarme.
— ¡No estoy hablando del sexo! —Se mofó ella—. ¡Estoy hablando acerca de
ti! De cómo te comportaste en esa sala de interrogatorios.
259
—Cómo interrogue yo a los prisioneros es cosa mía —Entrecerró los ojos,
claramente molesto ahora.
—Le dijiste a Ronny que mantuviera las manos lejos de tu mujer. ¡Maldita
sea, Blake, no tienes derecho a hablar de mí así! Le dijiste que yo era tuya. ¡Cómo si
fuera de tu propiedad!
La boca de Blake de repente se torció en una sonrisa y dejó caer sus brazos.
— ¡Esto es serio¡ ¡No seré tratada como una de tus pertenencias! Sólo porque
eres un vampiro y más fuerte que yo, ¡te crees que puedes darme órdenes! No voy a
aceptarlo.
—Ah, cómo me encantan las mujeres combativas —Alcanzó más allá de ella
y cerró con llave la puerta.
— ¿Relación?
—Sí, nuestra relación. ¿Así que piensas que soy más fuerte que tú porque soy
un vampiro? Supongo que debes haberte olvidado de que he estado a tu merced no
hace ni veinticuatro horas. Que puse mi vida en tus manos, confiando en que me
mantuvieras a salvo. ¿No recuerdas de ese lado mío? ¿Y cuándo hicimos el amor?
¿No te acuerdas del poder que tenías sobre mí entonces?
260
— ¿Poder? ¿Yo?
Ella sacudió la cabeza. Cuando Blake había sujetado a Ronny por la garganta,
ella había visto algo que no le gustaba.
—Eres posesivo.
—Lo sé.
—Me asusta.
— ¿Por qué?
—Porque no quiero que se me diga que tengo que hacer. No quiero ser
anulada o dominada. No quiero ser controlada.
—Oh, Lilo, nena. ¿Crees que por ser posesivo haría todo eso? —Sacudió la
cabeza, sonriendo suavemente—. Un vampiro es posesivo por naturaleza. Pero es
sólo para proteger y cuidar a aquellos a los que ama —Acarició un mechón de su
cabello, colocándoselo detrás de la oreja y le inclinó la barbilla con el dedo índice—
. El único lugar en el que ocasionalmente podría mostrar mi dominio o control será
en la cama, y sólo para darte más placer —Él hundió la boca en su cuello y le dio un
cálido beso en la piel—. ¿Quieres que lo demuestre? —murmuró y la atrajo a sus
brazos.
—Blake…
¿Cómo podría seguir enojada con él cuando sonaba tan razonable? Después
de todo, tenía razón: ella había visto más de un lado de él. No sólo el dominante,
sino también el vulnerable. Y el suave. Y fue ese conocimiento el que la hizo temblar
ahora. Porque tenía que admitirse a sí misma que le gustaban todos los lados de él,
no sólo el suave. Le gustaba su borde áspero y su dominio. Incluso si eso significaba
problemas.
261
—Lilo, estoy enamorado de ti —Él levantó su cara para reunirse con su
mirada—. No sé cómo sucedió, pero sucedió. Todo lo que quiero hacer es
mantenerte segura y hacerte feliz. ¿Es eso tan malo?
—Sé que es mi oficina. Samson me dijo que me tomara un respiro. Sólo estoy
obedeciendo sus órdenes.
—No creo que Samson haya querido decir eso cuando te dijo que descansaras.
15
Cama Murphy: cama abatible.
262
—Confía en mí, cariño, esto me dará más energía que muchas horas de
descanso.
— ¡No podemos tener sexo ahora! Tenemos que prepararnos para rescatar a
Hannah. Debemos estar listos cuando llamen a Ronny…
—…Lo que no será en al menos otra hora y media, tal vez dos. Mi equipo ya
está encargándose de todo. No hay nada más que podamos hacer, sino esperar —Le
guiñó un ojo—. Vamos a matar el tiempo.
—Eres incorregible.
Él se encogió de hombros.
263
Capítulo Treinta y Seis
Blake ya estaba desnudo frente a Lilo, cuando ella comenzó a quitarse la ropa.
¿Así que pensaba que él era posesivo? Todavía no había visto nada. Ella sería
tan posesiva con él una vez que fuera suya. Y no podía esperar a eso. No podía
esperar que ella lo reclamara. Pero todo a su debido tiempo. Primero tendría que
cortejarla y mostrarle lo que era ser amada por un vampiro.
La vio desnudarse, deleitando sus ojos en ella mientras se quitaba capa tras
capa, hasta que toda su cremosa piel quedó expuesta y se recostó en las sábanas. Ella
inclinó una pierna y lo miró tímidamente desde debajo de sus largas pestañas, su pelo
se derramaba sobre sus hombros, alcanzando sus rosados pezones, y decidió que sólo
él la vería así en el futuro. Sólo tenía que jugar bien sus cartas.
— ¿Y qué si lo estuviera?
Él torció su dedo.
—Incorpórate. Creo que necesitas una pequeña lección sobre cómo tratar a
un hombre.
264
Ella apretó su labio inferior entre sus dientes, pero se sentó y se dirigió al borde
de la cama. Blake acortó la distancia entre ellos un paso, dejando el nivel de su ingle
al de su cabeza.
—Ahora sé una buena chica y chúpame hasta que te diga que te detengas —
Él le dio un golpecito con la polla a sus labios.
— ¿Así?
—Así que vas a jugar a la inocente ahora, ¿verdad? Cuando ambos sabemos
que eres una mujer de sangre caliente.
—Eso es, Lilo, toda —Deslizó sus manos en su cabello y masajeó suavemente
su cráneo.
—Maldita sea, eres buena en esto —La elogió y retiró sus caderas de nuevo
muy lentamente.
—Una vez más —Murmuró ella y alcanzó hacia él, envolviendo una mano
alrededor de su raíz.
265
—Nunca he visto algo más erótico que a ti con mi polla en tu boca —No podía
reprimir el gemido que estaba creciendo en su pecho.
—Buen intento, nena, pero yo soy el que está al mando ahora. Tal vez algún
otro día no te detenga. Pero por ahora tengo otros planes.
— ¡Síiii! —Gritó ella, arqueando la espalda y empujando sus pechos hacia él.
266
Ella jadeaba fuertemente. Su excitación llenaba la habitación, haciendo que
sus fosas nasales se abrieran y su polla latiera. Pero no quería correrse todavía.
Tomando una respiración profunda, frenó su tempo a un ritmo más tierno,
balanceándose contra ella más suavemente.
—Blake…
— ¿Qué?
Ella asintió.
—No te dolerá —Le prometió, pero vaciló—. ¿En cualquier sitio que yo
quiera?
267
—En cualquier sitio.
La elección fue fácil. Siempre podría tomar la vena del cuello en otro
momento, pero para su primer mordisco, y esperaba que fuera sólo el primero de
muchos, quería algo especial.
Él colocó las puntas de sus colmillos sobre su piel y presionó hacia abajo.
Como escalpelos, sus colmillos cortaron la carne, hundiéndose profundos y
alojándose allí antes de que extraer la primera gota de sangre. El rico líquido rojo
corría por la parte de atrás de su garganta llenando todos sus sentidos con admiración
y asombro. Había mordido a otros humanos antes, pero hundir los colmillos en Lilo
era diferente. Había encontrado de pronto lo que había estado buscando toda su vida.
Nada de lo que había probado antes era tan bueno, y nada después de esto sería
nunca mejor. No podía imaginar beber sangre embotellada jamás, ahora que él estaba
bebiendo hasta llenarse del hermoso pecho de Lilo.
Más y más sangre llenaba su boca, y él sabía que era hora de parar, o tomaría
demasiado. Él retiró sus colmillos de ella y lamió las incisiones, que se cerraron al
instante. Cuando levantó la cabeza para mirarla, vio a una mujer en éxtasis, con el
rostro resplandeciente, los labios entreabiertos, los gemidos saliendo entre ellos, y sus
ojos brillando de lujuria. Ella estaba cerca. Y él también.
268
Ajustando su ángulo, se hundió más y más fuerte, su hueso pélvico golpeando
contra su clítoris una y otra vez. Hasta que, finalmente, ella se tensó. Un empuje más
y estuvo allí con ella, ambos cayendo por el borde. Él capturó el gemido de ella de
liberación con la boca y lo tragó, dejándolo rebotar contra su corazón.
No podía decir cuánto tiempo tardó en bajar desde lo alto, pero en algún
momento rodó a un lado y la llevó con él, acunándola en su pecho, cubriendo una
de sus piernas sobre su muslo, para no poder salirse de su empapado coño.
—Pensé que estaba flotando en una nube. Nunca he sentido nada tan… tan
increíble —Ella abrió los ojos—. ¿Siempre es así?
Él sonrió.
Él rodó sobre su espalda, tirando de ella con él, reajustando su ingle para
asentarse completamente a sí mismo dentro de ella otra vez.
—Gracias por dejarme beber tu sangre —Dijo Blake, deslizando sus dedos a
través del pelo de ella—. Ojalá pudiera decirte lo que se siente al tomarte así. Sentir
que te entregabas a mí tan libremente. Sin reservas —Presionó un beso en su cabello.
—Pero para ti no puede ser nada nuevo. Debes haber hecho esto muchas veces
antes.
269
de experimentar contigo. Era como algo fuera de este mundo. Me temo, Lilo, que
voy a hacerme adicto a esto, y a ti.
—Lilo, al igual que yo podría hacer el amor contigo durante todo el día y toda
la noche, me encantaría hundir mis colmillos en ti en cada momento —Acarició su
mejilla con los dedos y trazó el contorno de sus labios—. Y sería el hombre más feliz
de este mundo si me permitieras morderte otra vez.
Lilo jadeó.
—Pero tú acabas…
— ¿…de correrme? Sí, pero tengo tu sangre dentro de mí, y adivina lo que me
está haciendo —Sonrió socarronamente y señaló su ingle—. Es culpa tuya por
pedirme que te mordiera. Me temo que las mujeres traviesas como tú necesitan que
se les enseñe una lección.
— ¿Cómo?
270
Capítulo Treinta y Siete
—Lilo.
— ¿Me dormí?
Ante el recuerdo de lo que había sentido, notó que el calor subía a sus mejillas.
No había nada en la tierra que fuera comparable a la mordedura de un vampiro.
Ahora comprendía por qué Hannah había buscado a un vampiro como novio.
Prácticamente aseguraba una vida sexual satisfecha.
— ¿Por qué está cerrada la maldita puerta? Abre, tengo que hablar contigo.
¡Es importante!
271
una puerta que parecía un panel que se abrió—. Sólo es un pequeño baño, pero
puedes vestirte aquí mientras veo lo que Wes quieres.
Él se encogió de hombros.
— ¿Qué te lleva tanto tiempo? —Wes gruñó fuera de la puerta y golpeó contra
ella una vez más.
—Será mejor que hable con él antes de que se vaya —Hizo una pausa—. Oh,
y sal cuando hayas terminado. No tengo intención de esconderte en el armario.
Ella arrebató la ropa del suelo y entró en el cuarto de baño, cerrando la puerta
tras ella. Sólo tardó unos minutos en limpiarse y vestirse. Nunca había sido alguien
que pasara mucho tiempo preparándose. Además, sentía curiosidad por las noticias
tan importantes de Wesley.
—Hey, Lilo.
—Un montón.
272
simplemente no podía decir lo que era. Me dijo que destruyera las drogas porque sólo
funcionarían en manos de los demonios. Tú puedes imaginar lo aturdido que yo
estaba. Pero no tuve tiempo para interrogarlo. De repente, esa roca se movió frente
a él y desapareció.
— ¿Qué roca?
Wes la miró.
— ¿Crees que tiene algo que ver con Ronny y sus colegas?
—Puede que no tenga una audición tan sensible como la de los vampiros, pero
hombre, no soy sordo.
—Pero, ¿por qué no tienes la audición sensible de los vampiros? ¿No todos los
vampiros la tienen?
16
Stealth Guardians: Guardianes Invisibles.
273
Wes se rio entre dientes.
—Supongo que tendré que recordártelo la próxima vez que me pidas un favor.
Ella no tenía palabras. ¿Eso era realmente tan extravagante? Si existían los
vampiros, ¿por qué no las brujas, hombres lobos y gárgolas? ¿Por qué no demonios y
ángeles?
—Un brujo —Murmuró para sí, luego se encogió de hombros—. ¿Qué tiene
de nuevo?
—Bueno, un poco más de temor reverencial habría sido agradable —Dijo Wes
secamente—. Pero tal vez estoy pidiendo demasiado.
—No te molestes con él, Lilo. Siempre está a la caza de cumplidos —Luego
inclinó su mentón en la dirección de Wesley—. No estoy seguro de lo que quieres
hacer con esta información, Wes, pero no creo que nos ayude a rescatar a Hannah.
274
—Me di cuenta de ello. Pero esos tipos, esos Stealth Guardians tienen poderes
que nosotros no tenemos. Pueden hacerse invisibles y caminar a través de las paredes.
—No necesito ningún refuerzo. Puedo hacer esto por mi cuenta. Nadie en
Scanguards sería apartado de su deber para buscar a los Stealth Guardians.
Durante unos segundos, Wes pareció estar en guerra consigo mismo, pero el
alegato de Blake, mezclado con cumplidos de Wes ser claramente apreciado, ganó
más en él.
—De acuerdo. Me quedaré aquí. Pero una vez que Hannah esté a salvo, iré a
buscarlos.
275
—Lo hará.
—No, Lilo. Apenas hemos conseguido el suficiente tiempo para llegar allí.
No hay tiempo para aplicar las medidas de seguridad para ti. Quédate junto al
teléfono —Señaló a su escritorio—. Te llamaré en cuanto sepamos algo. Te lo
prometo.
Una sonrisa rápida y Blake se había ido, sus colegas con él. Ahora todo lo que
podía hacer era esperar.
276
Capítulo Treinta y Ocho
Blake y sus colegas caminaron por el terraplén, usando los árboles y arbustos
para cubrirse y obtener una visión general de los almacenes y de los alrededores.
Además de los tres grandes almacenes de los muelles, había una pequeña estación de
bomberos asentada sobre tierra firme cerca del agua.
Blake hizo a sus colegas el signo de extenderse. Había traído consigo un gran
contingente de hombres: por cada hombre que tuviera Norwood, Scanguards había
traído tres, muchos de ellos extraordinarios tiradores, que podrían conseguir su
objetivo a tan larga distancia. Sin embargo, todos tenían que permanecer oculto hasta
que el enemigo se mostrara.
— ¿Qué conduce?
— ¿Y las drogas?
—Nos dijo que eran líquidas, así que llenamos botellas de plástico con agua
coloreada.
277
—Siempre que no las huelan, supongo que estaremos bien.
— ¿Posiciones?
—Soy Wes. Mi equipo está en el edificio del extremo sur, enfrente de los
edificios B y C.
— ¿Amaury?
Intercambió una mirada con John, indicando que si nadie estaba más cerca,
él y John tratarían de tomarlos por detrás.
278
Durante unos minutos, todo el mundo permaneció en silencio. Blake miró el
punto que representaba a Ronny.
Blake podía oír el motor de la lancha que estaba siendo estrangulado, y supo
que el barco se estaba deteniendo ahora, en algún lugar entre los edificios A y B.
279
—Joder si lo sé —Maldijo Amaury.
— ¡Cúbreme!
*****
— ¿Blake?
— ¿Hannah?
—Sí, Lilo, soy yo. ¡Oh, Dios! Es terrible. Estoy libre, pero Lilo, está muy
herido. Blake está tan herido, y algunos de los otros están muertos. No sé qué hacer.
280
— ¿Blake? ¡Oh, no! ¡Por favor, no! —No podía pasar por esto otra vez. Casi
lo había perdido una vez, no sobreviviría una segunda vez.
Oh, Dios, ¿qué había sucedido en Fort Mason? ¿Qué habían hecho esos
monstruos a los hombres de Scanguards? ¿Cuántos de ellos habían muerto? Un
sollozo subió de su estómago a su garganta. Ella trató con fuerza de suprimirlo. Blake
la necesitaba. Tenía que permanecer fuerte.
— ¡Lilo! ¡Aquí!
281
Lilo corrió hacia su amiga.
— ¡Deberías haber estacionado en doble fila justo enfrente! —Le gritó Lilo,
con las lágrimas rebosando en sus ojos. ¿Cómo iban a llevar a Blake dentro?
Ella corrió al coche, y Hannah se apartó para que ella pudiera atender a Blake.
Lilo extendió la mano y se inclinó hacia el interior, pero no había nadie sentado en
el asiento del pasajero.
— ¿Dónde está? —Ella giró la cabeza hacia Hannah, pero ya era demasiado
tarde.
Su amiga le puso un trapo en la cara. Lilo jadeó por la sorpresa y aspiró los
vapores que emanaban de la tela: cloroformo.
282
Capítulo Treinta y Nueve
Blake miró fijamente al humano que había llegado con una pequeña lancha y
luego caminó tranquilamente hacia los brazos de los vampiros que lo esperaban. Con
un marcador permanente alguien había escrito Para Scanguards en su camiseta blanca.
— ¿Thomas?
— ¿Puedes hablar?
283
—Lo sé. Por eso estoy mirando los canales de vídeo de los niveles a los que
se accede con la tarjeta de Hannah. Espera un momento —Hizo una pausa de un
segundo—. Gracias, Eddie. Blake no vas a creerlo: Hannah entró en el garaje. Es
ella, sin duda. Fue al nivel principal del aparcamiento y accedió a las llaves de
emergencia.
—Si ella consiguió escapar de alguna manera, entonces, ¿por qué no subir a
la oficina de personal e informar?
—Blake, no creo que ella escapara. Hay algo sobre ella… Eddie, acerca de
nuevo su cara… ¡Ahí! Blake, creo que ella está drogada.
—Se fue con él. No sé a dónde, pero lo sacó del garaje hace unos veinte
minutos.
—No tiene ningún sentido. ¿Por qué tendría Norwoord que hacerle robar mi
coche? Deberían darse cuenta que podemos rastrearlo por su chip localizador que
tiene incorporado. Algo hay que no está bien.
—Voy a repasar todas las imágenes de nuevo para ver si estamos perdiendo
cualquier cosa, o si ella dejó a alguien más, pero hasta ahora no veo nada.
284
—Permanece en la línea, Thomas —Ordenó Blake y cogió el teléfono de
Ronny con su otra mano, ya ladrando en él—. ¡Norwood, pedazo de mierda! ¿En
qué andas?
—Ya sé que has drogado a Hannah —Le dijo, pero Norwood lo interrumpió.
— ¿De verdad piensas que voy a creer que la tienes? —Apretó el botón de
silencio, luego cambió a su propio móvil—. Thomas, corre a mi oficina y comprueba
a Lilo. ¡Ahora!
—Voy de camino.
*****
285
Blake estrelló su puño contra la pared de su oficina, dejando una huella en la
pared de yeso.
John se quedó en silencio junto a Ronny, que parecía sentirse aplastado por
este contratiempo.
—Nadie lo vio venir. Debieron haber drogado a Hannah para que de alguna
manera engañara a Lilo para que se encontrara con ella. El guardia dijo que Lilo
salió corriendo por la puerta, pero que no vio a dónde se dirigía.
—Ya hemos localizado tu coche. Envié un equipo allí. Pero estoy bastante
seguro que sólo lo abandonaron. Hannah sabe que el coche está equipado con un
rastreador GPS. Lo habría dejado tan pronto como no lo necesitaran —Dijo John.
—¿Con qué? Fue bastante difícil encontrar algo con el ADN de Hannah en su
piso. Y lo poco que encontré no me dio ninguna lectora sobre ella. Aún es más difícil
con Lilo. Así que, a menos que tengas un frasco de su sangre, me temo que no
tendremos suerte. Un par de pelos no serán suficientemente potentes como para
hacer que el cristal funcione —Wes se encogió de hombros en disculpa.
286
De repente, Ronny alzó la cabeza.
—Sí, yo puedo.
Wes se le acercó.
—Lo entiendo —Wes hizo una pausa y comenzó a caminar—. Hmm. Como
una paloma mensajera. Inteligente —Una chispa apareció en sus ojos—. Creo que
tengo una idea.
— ¿Qué clase de idea? Por favor, dime que sabes cómo encontrarlos.
287
— ¿Libro de recetas?
—Este es el único lugar donde está a salvo de Norwood. Por eso estoy vivo.
Wes asintió.
—Bueno. Blake, conserva a ese humano drogado que recogimos esta noche
listo para mí. Creo que podría haber una forma de utilizar el vínculo con su señor
como una forma de convertirlo en un dispositivo de localización. Si puedo aislar la
sangre del vampiro de la droga y alterar su composición un poco, creo que podré
lograrlo.
—Wes, si puedes hacer esto y encontrarlos, sabes que te deberé algo muy
grande.
—Y esta vez podría sacar provecho de todos los favores que me debes.
Blake se reunió con la mirada de Wesley y asintió con la cabeza. Por conseguir
a Lilo de vuelta, haría lo que fuera necesario.
288
Capítulo Cuarenta
Lilo se sentía aturdida, tenía los miembros rígidos y le dolía la cabeza. Estaba
saliendo del aturdimiento, alguien la sacudía con ambas manos de los hombros. Con
dificultad consiguió abrir los ojos. Al principio, tuvo problemas para concentrarse.
— ¿Hannah?
— ¿Saber qué?
289
Lilo lanzó sus brazos alrededor de su amiga y la abrazó.
—No deberías haber venido a San Francisco. Ahora las dos estamos en
problemas. Y es culpa mía. Debería haber escuchado a Ronny y haberme ido con él.
Lilo suspiró.
—Todo. O casi todo. Sé sobre Scanguards, sé sobre los vampiros, la droga que
Ronny está produciendo para Norwood, el peligro en el que estamos todos.
—Siento mucho haberte arrastrado en esto. Nunca quise que tuvieras que
lidiar con ello.
290
—Fui a tu apartamento, y Norwood entró.
Hannah la ignoró.
—Pero, ¿no te diste cuenta de que Norwood iría a tu apartamento, para tratar
de encontrar las pruebas que le dijiste que tenías? ¿Y si las hubiera encontrado antes
que nosotros?
291
—Se lo dije porque quería que fuera a mi piso. Tenía la esperanza de que para
ese momento, Scanguards ya se hubiera dado cuenta de mi desaparición, y que
hubieran puesto vigilancia en mi piso. Contaba con que Norwood fuera y esperaba
que fuera capturado por Scanguards.
Lilo sonrió. Ella había estado en una situación similar. Y tampoco había
tenido el corazón de hacerlo.
—A veces las cosas suceden. Y no hay nada que se pueda hacer al respecto.
Y nuestros captores se enteraron de alguna manera de Blake y de mí, y lo usaron
contra mí. Cuando llamaste para decirme que Blake estaba gravemente herido, ni
siquiera me detuve a pensarlo por una fracción de segundo. Simplemente actué.
Tenías su coche. No tenía razón para no creer que no estuvieras diciendo la verdad.
Tenía tanto miedo de perderlo, Hannah —Incluso ahora el pensamiento se clavaba
alrededor de su corazón con fuerza y lo exprimía.
—Él vendrá por nosotras —Dijo Hannah, su voz más fuerte ahora—. Pero
ahora que estás aquí, tal vez podamos averiguar cómo salir de este lugar.
292
Por primera vez, Lilo dejó que sus ojos vagaran por su prisión. Era una
habitación grande con techos muy altos, paredes de cemento desnudo, y un par de
ventanas altas. Ambas estaban pintadas de negro. Refuerzos de acero, posiblemente
una rehabilitación de seguridad contra terremotos, atravesaban dos de las paredes.
Perecía que esa era una habitación en un almacén.
—¿ Qué haría Morgan West en una situación como esta? —Preguntó Hannah,
poniendo su brazo alrededor de sus hombros.
*****
Blake miró a sus colegas. Todos estaban de pie en una calle lateral detrás de
un camión grande en el barrio Potrero Hill. Enmarcado entre dos autopistas, la parte
norte del distrito alojaba principalmente empresas: predominantemente almacenes y
mayoristas. Más allá de la colina, hacia el sur, la zona estaba enmarcada por un
barrio residencial.
La idea de Wesley de usar la sangre dentro del ser humano que habían
capturado en Fort Mason había funcionado como un hechizo. El humano los había
llevado a un gran almacén en la colina de Portero Hill como si fuera una paloma
mensajera. Mientras un empleado de Scanguards lo escoltaba de regreso al HQ,
dónde iba a ser interrogado, o mejor dicho, donde se limpiaría su memoria, Blake y
sus hombres se preparaban para la misión de rescate.
293
Blake respiró hondo. Porque él había mordido a Lilo sólo hace unas horas, su
sangre seguía siendo fuerte dentro de él, y tan pronto como se hubiera metido dentro
del bloque del almacén y fuera de la furgoneta, la había olido. Él había sido capaz de
identificar dónde estaba ella recluida en el edificio.
Ahora Blake miró a sus colegas, que estaban poniéndose sus gafas. No eran
para visión nocturna; los vampiros no las necesitaban. En cambio, funcionaban como
dispositivos de imagen térmica. Blake había tomado una cuerda con un gancho en
su extremo, así como algún equipo de alpinismo. Su mochila llevaba varias estacas,
pistolas de pequeño calibre y municiones suficientes para acabar con la mitad de un
ejército. No dejaría nada al azar.
—Sabéis lo que hay que hacer —Dijo, y le dio la espalda a sus compañeros.
Era fácil encontrar el edificio que estaba directamente detrás del almacén. Era
un proveedor de productos de fontanería, y el edificio tenía dos pisos de altura,
mientras que el almacén tenía tres niveles.
294
No era tan fácil como se veía en todas esas películas de ladrones, pero en su
segundo intento consiguió que el gancho de cuatro puntas se enganchara. Tiró de la
cuerda para asegurarse que se mantendría y escaló. Su fuerza de vampiro hizo que la
subida fuera fácil. Una vez en el techo, desenganchó la cuerda y cruzó la superficie
plana hasta llegar al borde. No había ventanas en este lado del edificio de ladrillo
rojo, pero había un espacio de dos metros. Fácil de saltar, si los edificios fueran de la
misma altura, pero ni siquiera él podría saltar los tres o cuatro y medio metros que
había hasta el techo del almacén.
295
ella, pero estaba pintada de negro. Afortunadamente, eso no era un obstáculo para
sus gafas.
—Lilo —Susurró.
—Shhh —Le advirtió, y se puso un dedo en los labios y les hizo señas a Lilo
y a Hannah para que se acercaran. Se quitó la mochila y la pasó a través de la
abertura, antes de dejarla caer en las manos de Lilo que estaba esperándola.
296
estaba anclado a la pared interior. Levantó las rodillas y pasó las piernas por la
abertura, catapultando el cuerpo hacia el centro de la sala, donde aterrizó. El impacto
fue duro, pero rodó de forma instantánea.
Inmediatamente, escuchó para ver si había sonidos del interior del almacén,
pero nadie parecía haberlo escuchado.
Lilo y Hannah corrieron hacia él. Lilo envolvió sus brazos alrededor de él, y
él la presionó contra él durante un breve instante.
297
Ambas asintieron. Luego tomó la cadena del suelo y se dirigió a la puerta.
Junto a ella, veía vigas de acero que recorrían la pared. Perfecto.
Subió hasta mitad de la pared, con la cadena en las manos, listo para atacar.
Momentos después, oyó pasos que se acercaban, luego una llave giró en la
cerradura y la puerta se abrió. Un vampiro entró corriendo.
Blake saltó, rodeando la cadena de plata alrededor del cuello del individuo
hostil en su descenso. El vampiro lanzó un grito ahogado, lo suficientemente alto
para alertar a sus socios, y trató de apalancar la cadena fuera de su cuello. Pero Blake
ya la había atado, y la había envuelto una segunda vuelta alrededor del cuello del
imbécil, antes de darle una patada en la espalda y empujarlo al suelo y acariciarlo
con la cadena de plata. El vampiro luchó, pateando y gritando. Volvió su cabeza para
enseñar sus colmillos, dándole así a Blake una visión de su cara. No era Norwood,
sino uno de sus socios. Ronny había podido dar a Scanguards la mayoría de los
nombres de los hombres de Norwood, y varios de ellos habían estado en la base de
datos. El vampiro que actualmente estaba en el suelo era uno de ellos.
—Quedaros ahí —Ordenó a las mujeres e hizo un gesto al vampiro que estaba
en el suelo—. Él no puede liberarse.
Blake se lanzó al suelo y rodó, saltando un segundo después, pero Lilo seguía
disparando, no hacia el lugar dónde él estaba ahora, sino donde había estado. Blake
miró por encima de su hombro.
298
— ¡Oh, mierda!
Lilo estaba vaciando su cargador en un vampiro que había caído al suelo, con
una estaca en su mano. Norwood. La sangre estaba saliendo de él por múltiples
heridas. Finalmente un disparo le alcanzó en la cabeza, y en segundos, Norwood se
había desintegrado en polvo, la bala de plata en su cerebro lo había comido vivo.
Pero no tuvo tiempo para darle las gracias, porque otro sonido que provenía
de la puerta le hizo darse la vuelta, empujando a Lilo detrás de él y arrancando el
arma de las manos de Hannah, apuntó al vampiro que entraba.
17
Una perita en dulce: Expresión que significa algo fácil.
299
Lilo voló a sus brazos, y él los abrió más para tirar de Hannah también en el
abrazo.
300
Capítulo Cuarenta y Uno
Blake lanzó una mirada por encima de su hombro para echar un vistazo a
donde Lilo estaba hablando con Hannah y Delilah. La casa de Samson estaba llena
hasta los topes con los empleados de Scanguards y sus familias, todos celebrando el
éxito del rescate de Lilo y de Hannah, y la eliminación de la gente de Norwood.
—Sí, una patrulla donde no pasó nada. Dime la verdad: mi padre te ordenó
que me asignaras al barrio más seguro, ¿verdad?
—Yo no tuve nada que ver con tu asignación —Y no iba a tirar a Samson o a
Quinn, que programaban las patrullas, bajo los pies de los caballos.
Grayson resopló.
—Está loco si piensa que yo le permitiría unirse a una misión para salvar a mi
m… uh, la vida de Lilo.
—Tuviste suerte esta vez. No todo el mundo tiene ese tipo de suerte.
301
Blake bajó la cabeza, asintiendo.
—Lo sé. Ojalá tú hubieras tenido mejor suerte —No tenía que preguntar si
John todavía pensaba en su compañera de sangre todos los días.
—Wes dice que tú lo apoyas en esa absurda idea de ir tras esos Stealth
Guardians, de los que realmente no sabemos nada.
Blake asintió con la cabeza. Había hecho un trato con Wes y mantendría su
parte.
—Si alguien puede encontrarlos y posiblemente forjar una alianza con ellos,
entonces ese es Wes. Tengo confianza en él. Tenemos que hacerlo.
—Así que vosotros habéis decidido tirar en la misma dirección esta vez.
Bueno, entonces, supongo que no tengo otra opción —Se dirigió a Wesley
directamente—. Quiero que tomes todas las precauciones posibles cuando lo
intentes. No queremos perderte.
302
Mientras Wes arrastraba a su hermano a otro rincón de la habitación, Samson
se acercó.
Luther, estaba unido a Katie, la hermana de Wesley, y una vez había sido
recluso en esa misma institución. Después de haber sido puesto en libertad, había
vuelto a entrar en la cárcel para seguir una pista sobre un secuestro, y el Consejo
había decidido contratarlo para mejorar la seguridad de las prisiones. Ahora dividía
su tiempo entre la penitenciaría y Scanguards.
—No le pregunté.
Samson asintió.
303
—Sí, mucha gente confía en nosotros.
Por último, estaba libre para unirse a Lilo de nuevo. Apenas la había visto
desde que habían llegado a la fiesta dos horas antes. Cuando finalmente la vio, estaba
siendo acorralada por Nicholas y Adam, ambos hablando emocionadamente. Zane
y Portia, que habían regresado de Nueva Orleans ese mismo día, los observaban con
sonrisas en sus caras.
Blake caminó hacia Lilo y deslizó su brazo alrededor de su cintura desde atrás,
inclinándose para acercar su cabeza junto a la suya.
—Sólo están…
— ¡Mira lo que nos dio Lilo! —Interrumpió Adam, su voz llena de asombro.
Levantó un libro que Blake reconoció. Era una novela del cazarrecompensas Morgan
West.
Blake miró la página. ¿Por qué Lilo autografiaría un libro de Maxim Holt? La
volvió en sus brazos.
304
—Touché —Blake negó con la cabeza—. Y yo que me sentía mal por elogiar
la escritura de Maxim Holt delante de ti. Debes haberte reído a lo grande a mis
espaldas.
305
Capítulo Cuarenta y Dos
Lilo apagó la luz del cuarto de baño y entró en la habitación de Blake, vestida
sólo con un pequeño y fino camisón. Sus ojos cayeron sobre la cama donde Blake ya
la esperaba, sentado en el medio, con la cabeza y los hombros apoyados en el
cabecero de la cama. Tenía el pecho desnudo, y sabía que tampoco llevaba nada por
debajo de las sábanas. No lo había hecho nunca en los pocos días que habían pasado
juntos después de que ella y Hannah fueran rescatadas. Cada día con Blake parecía
mejor que el anterior. Pero también sabía que ni ella ni Blake habían planteado el
tema de lo que pasaría a partir de ahora. Como si ambos tuvieran miedo de hablar
por temor a destruir lo que tenían. Ciertamente era el caso de ella.
Lentamente su mirada vagó hasta su rostro. Sus ojos eran como brasas, ya
brillaban dorados en el borde, el vampiro dentro de él despertando. Podía decir
ahora, cuando estaba cerca de mostrar su lado sobrenatural, porque ella le había visto
hacer el cambio muchas veces. Hace una semana había estado asustada por ello, pero
ahora lo acogía, no, estaba hambrienta de ello. Y, al igual que ansiaba sus besos,
anhelaba sus mordiscos. Comprendía la atracción ahora, porque lo sentía
físicamente. Sintió el poder que tenía sobre ella, un poder que podría desencadenar
con una simple mirada ardiente, un toque casual o un silencioso susurro. Ese tipo de
poder la habría asustado no hace demasiado tiempo, pero ya no, porque sabía que
ella ejercía el mismo poder sobre él.
Su amante vampiro cumplía todos sus deseos antes de que ella fuera capaz de
pronunciarlos. Cada vez que hacían el amor, sentía su deseo por ella. Pero había una
cosa que no había dicho desde la noche que la habían secuestrado. Él no había vuelto
a decir las palabras que había pronunciado tan libremente antes de haberle hecho el
amor en su oficina. ¿Se arrepentía de haberle confesado que estaba enamorado de
ella? ¿Había sido sólo un sentimiento temporal del que se dio cuenta que no era amor,
después de todo, sino lujuria?
306
Su voz seductora la sacó de sus pensamientos, y se acercó. Levantó el
edredón, revelando una pierna desnuda, y se deslizó bajo las mantas a su lado.
Inmediatamente, él tiró de ella a su regazo, colocándola de lado.
— ¿Algo anda mal? —Le preguntó él, pasando sus dedos a lo largo de su
mejilla, antes de deslizarlos en su cabello.
—No. Es sólo que me he quedado en tu casa durante una semana, y tal vez
sea hora… —Vaciló, sin saber realmente cómo plantear el tema.
—Sí, supongo que es el momento —Le dio un beso en los labios—. Momento
para hablar.
—La noche que me capturaron, dijiste que me amabas. Pero no lo has dicho
desde entonces.
Blake puso sus dedos bajo su barbilla para hacer que lo mirara a los ojos.
—Tú no lo dijiste. Por lo que pensé que necesitaba darte más tiempo para
dejar que todo se hundiera en ti. Eres humana. Necesitas más tiempo que yo: las
emociones de un vampiro se amplifican. Cuando se enamoran, puede suceder tan
rápidamente que a veces asustan a los humanos que les interesan —Suspiró. —
Cuando pusiste en manifiesto en la fiesta que eras Maxim Holt, me di cuenta de algo:
tienes toda una vida lejos de todo esto. Me di cuenta de que no tengo ningún derecho
a apartarte de tu antigua vida. Yo no quería presionarte, por eso no me he declarado
de nuevo. Todo lo que podía hacer era esperar que te enamoraras de mí con el
tiempo.
307
Su corazón saltó.
—Eso significa…
— ¿Qué te amo? —Sonrió—. Más de lo que pensé que jamás sería capaz de
amar a nadie. Me asustó al principio, pero luego me di cuenta de que mi corazón
estaría a salvo contigo. Y cuando te secuestraron, sabía que no podría sobrevivir si te
perdía. Lo que siento es real, y no va a desaparecer.
—Quizás ahora sería un buen momento para que tú me digas que me amas,
también —Le dijo al oído.
—No hay necesidad de llorar por eso, nena. Estoy seguro de que podrías
haberlo hecho peor que yo. No soy tan mala presa —Ella rio entre las lágrimas—.
Lilo, hay algo más —Ella se sacudió un poco, retrocediendo—. No parezcas tan
asustada. Es algo bueno. O al menos espero que tú pienses que es bueno.
—Espera —Advirtió él, riéndose entre dientes—. Tienes que dejarme hacerlo
primero —Abrió la caja, revelando un solitario con una hermosa piedra redonda en
su centro—. Llamé a cada joyero de California para encontrar un diamante del color
de tus ojos. Finalmente encontré uno, peor ni siquiera este diamante azul es tan
brillante como tus ojos azul aciano cuando me miran. Quiero que siempre me mires
así.
308
Ella cambió su mirada fuera del anillo y se encontró con sus ojos.
—Sí —Ella se ahogó, mientras las lágrimas fluían por sus mejillas.
—Cada vez que hundes tus colmillos en mí, lo siento. Además tus amigas me
contaron lo suficiente como para saber que un vampiro que pide a una mujer que se
case con él, realmente anhela.
— ¿Y eso no te asusta?
—Sí, una manera para que la pareja vinculada se comunique sin hablar.
Ella sonrió.
309
— ¿No se comunican todas las parejas enamoradas sin palabras?
—Oh, estoy seguro de que algunos de ellos lo hacen. Pero esto es diferente.
Es como escuchar los pensamientos de la otra persona. No podrías esconder mucho
de mí. Ni yo de ti. No tendríamos ningún secreto el uno con el otro.
Ella besó un sendero a lo largo de su mandíbula hasta su oreja, luego bajó por
su cuello.
Ella se movió al otro lado de su cuello, plantando besos a lo largo de sus venas
pulsantes.
—No tengo ningún problema con eso. Pero debemos asegurarnos que tomas
la píldora por un tiempo.
— ¿Por qué?
310
—Serías un maravilloso padre.
—Voy a hacer un mejor esposo y amante. ¿Qué tal si empiezo ahora mismo?
—Estoy a favor de ello —Ella alcanzó hacia abajo entre sus piernas—. Y al
parecer tú también.
—Ahora: puedo romper esta cosa endeble a jirones, y comprarte una nueva,
o podrías levantar tus brazos y sacarla. ¿Qué va a ser, nena?
*****
—Eres una chica traviesa, pero, ¿quién soy yo para negarte nada? —Deseó
que los dedos de su mano derecha se convirtieran en garras—. ¿Así que lo quieres
salvaje?
311
—Te amo, Lilo —Murmuró contra sus labios, y condujo su polla en su
acogedor coño, antes de que tomara sus labios y la besara.
Igual que en los días y noches anteriores que había pasado con ella, encontró
su ritmo y ángulo perfecto para darle a Lilo el placer que anhelaba. Con cada empuje
de su erección su hueso pélvico se frotaba contra su clítoris, provocando gemidos y
suspiros de los labios de Lilo. Gemidos que ahora capturaba con su boca.
Ver lo que podía darle lo llenaba de orgullo, y ese sentimiento hacía que su
pene se hinchara aún más y sus pelotas empezaran a arder con la necesidad de
liberarse. Pero hoy sería diferente de las otras veces que habían hecho el amor. Hoy
era el día en que se unirían y serían uno.
Volvió a dejar que sus dedos se convirtieran en garras. Uno de ellos cortó en
su propio hombro. La sangre goteaba de él.
—Bebe de mí, Lilo —Exigió y se bajó para llevar su hombro a sus labios.
— ¡Oh, Dios, sí! —Esto era lo que él había estado anhelando desde que la
había conocido: que ella bebiera su sangre y lo tomara en ella, aceptándolo
completamente.
312
Blake aspiró de la vena regordeta y dejó que la rica sangre le corriera por la
garganta.
Todo sería diferente de ahora en adelante. Ella era suya, y él era suyo.
Ahora lo oiría en su cabeza ahora. Como si él estuviera allí con ella, porque
lo estaba. Al igual que él podía sentirla ahora, ella podía sentirle a él.
¡Blake!
313
Epílogo
Wesley caminó por el bosque hasta llegar a la vieja cabaña que había asaltado
Scanguards sólo una semana antes. Cuando la vio aparecer en la oscuridad, pudo
sentir que su hechizo de bloqueo todavía estaba en su lugar. Nadie había entrado en
la casa, ni siquiera un animal.
Dejó la mochila en el suelo, quitando el acelerador que había traído con una
caja de cerillas. No se necesitaría mucho para destruir la casa y todas las evidencias
de la fabricación de drogas ilegales que habían salido de allí.
Abrió la puerta y entro. Un olor rancio le dio la bienvenida. Se hizo más fuerte
cuando llegó a la cocina. Aquí sería donde encendería el fuego. Miró a su alrededor
y recogió unos pocos periódicos viejos, una tabla de cortar de madera, unos pocos
libros, y lo amontonó todo en la mesa de cocina. Derramó el acelerador lentamente
a lo largo del montón y tiró el envase vacío en el suelo. Sacó una cerilla de la caja y
la golpeó. Una pequeña llama se encendió.
La llama se disparó al instante, pero no esperó para ver como ardía. Se dio la
vuelta y salió de la cabaña. Fuera, agarró su mochila, recogió los cristales que había
dejado en su visita anterior, y se alzó la mochila por encima de su hombro.
Esperó unos minutos más hasta que las llamas crecieron y engulleron la casa,
rompiendo las ventanas y empujando a través de las viejas tejas del techo. Sólo ahora
ejerció control sobre el fuego y ordenó que permaneciera encerrado en la casa.
Exhaló, satisfecho. La droga del Höllenkrauf fue destruida. Sólo podía esperar
que nadie nunca intentara jugar con la peligrosa hierba de nuevo.
314
Dando la espalda a las brasas que quedaban de la vieja cabaña, se dirigió hacia
la dirección en la que había seguido al desconocido una semana antes. Gracias a las
notas que había encontrado en uno de los libros de Francine, estaba casi seguro al
cien por cien que había perseguido a un Guardián Invisible, una criatura sobrenatural
que no sólo podía hacerse invisible, lo que explicaría porque no había sido capaz de
verlo durante la persecución, sino que también atravesaban objetos sólidos como
paredes y puertas. Si la investigación de Francine debía ser creía, los Guardianes
Invisibles eran una raza benevolente que había hecho su misión el proteger a los
humanos. Al igual que Scanguards. Lo cual era motivo suficiente para establecer
contacto con ellos y ver si podían ayudarse mutuamente.
¿Quién habría pensado que un día estaría agradecido a Francine, la bruja que
casi lo había matado a él y a sus hermanos hace más de dos décadas? Después de la
bien merecida muerte de Francine, él había tenido la previsión de apropiarse de
cualquiera de sus posesiones relacionadas con la brujería. Los libros y herramientas
de Francine se habían convertido en la base de su búsqueda para recuperar sus
podres. Una búsqueda que había ganado. Aunque nunca podría perdonar de verdad
a Francine, pudo apreciar su investigación y su dedicación a su oficio.
No pasó mucho tiempo hasta que llegó a la cabaña en la que el extraño había
desaparecido. Todo estaba en silencio. Sin embargo, entró con cautela. El interior
estaba vacío. Wes sacó una linterna de su bolsillo y apuntó a la roca de piedra. Al
principio, no pudo ver la daga tallada en la piedra, pero cuando movió la luz, la
reconoció. No se lo había imaginado.
Él mismo tenía que convertirse en la llave. Era la única forma de entrar. Pero
estaba preparado.
315
músculos faciales moverse, estirarse y cambiar su piel, sus manos se curvaban y
estiraban, su respiración cambiando.
Suavemente colocó su palma sobre la talla. Bajo ella, sentía calor. Cada
segundo se ponía más caliente, pero no se atrevía a abrir los ojos, no se atrevía a
distraerse. Sólo pensó en el extraño y en que era como él.
Sin perder un momento, entró en el portal que se había abierto ante él y miró
en busca de botones o señales, algo que pudiera decirle cómo hacer funcionar el
portal y cerrar la abertura.
Pero no había nada. Las paredes del interior del portal eran lisas, sin muescas.
¿Cómo diablos iba a llegar a cualquier lugar ahora? Era como esa vez que
había viajado con algunos de sus compañeros universitarios, y se había quedado sin
dinero, y quedado varado. ¿Dónde había estado? Sí, en algún lugar de la costa este.
— ¡Oh, mierda!
*****
316