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N° EXPEDIENTE :

SECRETARIO :

N° ESCRITO : 01-2019

CUADERNO : PRINCIPAL

SUMILLA : INTERPONE DEMANDA

DE INDEMNIZACIÓN POR DAÑOS Y

PERJUICIOS

SEÑOR JUEZ ESPECIALIZADO EN LO CIVIL DE LA CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA DE

AREQUIPA

LUIS ÁNGEL BARREDA CÁCERES, identificado con

DNI N° 44475962, con domicilio real en Asociación San

Gerónimo, Mz. V, Lt. 6, Zona A, distrito de Mariano

Melgar, provincia y región de Arequipa, señalando

domicilio procesal en Calle Piérola N° 108, Galerías

Heresi, Oficina C-15 (tercer piso), distrito, provincia y

departamento de Arequipa, Casilla Judicial N° 3201 y

Casilla Electrónica N° 105562; ante Usted,

respetuosamente me presento y digo:

I.- DE LA PARTE DEMANDADA

CANDY LILIANA LOAYZA AGUILAR, con domicilio en el Departamento N° 420, Edificio “El

Diamante”, Urb. La Frontera, distrito de Yanahuara, provincia y departamento de Arequipa.

II.- PETITORIO:
2.1. PRETENSIÓN PRINCIPAL:

Solicito se disponga el pago de una indemnización por daños y perjuicios derivados de

responsabilidad civil extracontractual, por el monto de S/. 569,000.00 (QUINIENTOS

SESENTA Y NUEVE MIL CON 00/100 SOLES), en mérito a los siguientes daños:

DAÑOS DAÑO EMERGENTE S/ 503,000.00

PATRIMONIALES LUCRO CESANTE S/ 6,000.00

DAÑOS DAÑO MORAL S/. 10,000.00

EXTRAPATRIMONIALE DAÑO A LA PERSONA S/. 50,000.00

2.2. PRETENSIÓN ACCESORIA:

Solicito se disponga el pago de los intereses legales derivados de la indemnización

solicitada, costas y costos del proceso.

III.- FUNDAMENTOS DE HECHO:

ANTECEDENTES:

3.1. El demandado, Luis Ángel Barreda Cáceres, trabaja como conserje en el edificio “El

Diamante”, ubicado en la Urb. La Frontera, distrito de Yanahuara, provincia y región de

Arequipa.

3.2. La demandada, Candy Loayza Aguilar, vive en el citado edificio y es dueña de un perro

de raza Doberman, el cual siempre se encuentra bajo su cuidado.

HECHO GENERADOR DEL DAÑO:


3.3. El día 06 de septiembre del 2019, la demandada sacó a pasear a su perro, sin embargo

cuando pasaba por el lobby del edificio, antes de atarle la correa a su perro, el animal se

escapó y se dirigió agresivamente al demandante, mordiéndole el rostro y

consecuentemente le ocasionó una terrible herida que requirió atención médica,

consistente en una intervención en la que le dieron 24 puntos de sutura.

IV.- FUNDAMENTOS DE DERECHO:

TIPO DE RESPONSABILIDAD CIVIL:

1. El supuesto del presente caso vulnera el deber jurídico genérico de “no causar daño a

nadie”, es decir, configura un caso de Responsabilidad Civil Extracontractual, cuyo

marco jurídico se establece en la Sección Sexta del Libro VII del Código Civil.

2. Se trata en estricto de un supuesto de Responsabilidad por Riesgo, regulado en el

artículo 1970° del Código Civil del siguiente modo: “Aquel que mediante un bien riesgoso

o peligroso, o por el ejercicio de una actividad riesgosa o peligrosa, causa un daño a otro,

está obligado a repararlo”.

3. Asimismo, es de considerar que un tipo de responsabilidad civil objetiva se presenta con la

“Responsabilidad por daño causado por animal”, regulada en el artículo 1979° del

Código Civil del siguiente modo: “El dueño de un animal o aquél que lo tiene a su cuidado

debe reparar el daño que éste cause, aunque se haya perdido o extraviado, a no ser que

pruebe que el evento tuvo lugar por obra o causa de un tercero”.


4. Ley Nº 27596, Ley que regula el Régimen Jurídico de Canes, específicamente su artículo

5° incisos “c” y “d” y la Resolución Ministerial N° 1776-2002-SA-DM, en la que se considera

la relación de razas de canes potencialmente peligrosos al Pit Bull Terrier,Dogo Argentino,

Fila Brasilero,Tosa Japonesa, Bul Mastiff, Doberman y Rotweller.

ELEMENTOS DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL

5. Según el Tercer Considerando de la Casación N° 3470-2015, indica sobre los cuatro

elementos clásicos de la responsabilidad civil, que:

(…) es necesario señalar por tanto que en la doctrina se han establecido cuatro

elementos conformantes de la responsabilidad civil y estos son: 1) La antijuridicidad;

entendida como la conducta contraria a ley o al ordenamiento jurídico; 2) El factor de

atribución; que es el título por el cual se asume responsabilidad, pudiendo ser este

subjetivo (por dolo o culpa) u objetivo (por realizar actividades o, ser titular de

determinadas situaciones jurídicas previstas en el ordenamiento jurídico),

considerándose inclusive dentro de esta sub clasificación al abuso del derecho y la

equidad (…); 3) El nexo causal o relación de causalidad adecuada entre el hecho y el

daño producido; y 4) El daño, que es consecuencia de la lesión al interés protegido y

puede ser patrimonial (daño emergente o lucro cesante) o extrapatrimonial (daño

moral y daño a la persona).

6. Un quinto elemento por considerar es la “Imputabilidad” o capacidad de imputación;

sobre la que se sostiene, que: “(...) es la aptitud del sujeto de derecho de ser responsable

por los daños que ocasiona, lo cual para el ordenamiento jurídico nacional […] se da

cuando el sujeto tenga discernimiento (...)”.1 Este elemento puede apreciarse de los

1 J. Espinoza Espinoza, Derecho de la Responsabilidad Civil. Octava Edición, Editorial del Instituto Pacífico, Lima, 2016,
pp. 731-732.
artículos 458 y 456 del Código Civil; tal como lo señala el profesor Javier Armaza Galdos a

continuación:

Se exige que el sujeto, autor del evento dañoso, tenga capacidad de imputación, es

decir, discernimiento, tal como lo prevé, de modo general el art. 458, al señalar que:

“El menor capaz de discernimiento responde por los daños y perjuicios que causa”. El

dispositivo no hace mención entre uno y otro orden, de tal manera que no podríamos

hacerla nosotros […]. Se halla también un supuesto muchísimo más radical de

responsabilidad civil del incapaz en el art. 456 […]. La responsabilidad de estos

incapaces, de modo expreso, se halla anotada en la segunda parte del mismo numeral

al establecer claramente que: “Cuando el acto no es autorizado ni ratificado, el menor

queda sujeto a la restitución de la suma que se hubiese convertido en su provecho. El

menor que hubiese actuado con dolo responde de los daños y perjuicios que cause a

tercero”. En suma, los incapaces con discernimiento responden; es decir, puede

afectarse su patrimonio con la finalidad de que la víctima sea reparada o indemnizada.

En sentido contrario, se puede afirmar rotundamente, salvo los casos

excepcionalmente contemplados, si el menor que causa daño no tiene discernimiento,

no responde.

Imputabilidad:

Conforme a este elemento tenemos que la demandada es una persona mayor de edad

que goza de pleno discernimiento. En consecuencia, se encuentra en plena capacidad de

asumir la obligación de resarcir los daños causados y de ser responsable de los efectos

negativos del daño ocasionado.

Antijuridicidad:

La conducta de la demandada afecta a nuestro ordenamiento jurídico, ello debido a que

se configura un supuesto de responsabilidad civil extracontractual que vulnera un deber


jurídico general de “no causar daño a nadie” (neminem laedere) Específicamente, se trata

de un supuesto de responsabilidad por riesgo.

a) En ese sentido, encontramos que se ha quebrantado lo dispuesto en el inciso “c” y “d”

del artículo 5°de la Ley N° 27596 (Ley que regula el Régimen Jurídico de Canes). En

estos incisos se establece, textualmente, lo siguiente:

“Son deberes de los propietarios o poseedores de canes además de los señalados en

el Artículo 3 de la Ley Nº 27265, Ley de Protección a los Animales Domésticos y a los

Animales Silvestres Mantenidos en Cautiverio: (...) c. Conducir necesariamente por

cualquier lugar público a los canes con correas cuya extensión y resistencia sean

suficientes para asegurar el control sobre ellos. En el caso de canes considerados

potencialmente peligrosos, deben conducirse adicionalmente con bozal. La conducción

debe realizarla el propietario o cualquier otra persona adulta con capacidad física y

mental para ejercer el control adecuado sobre el animal. d. Mantener a los canes bajo

condiciones de seguridad que eviten cualquier tipo de daños a terceros. (...)”

Es de resaltar además que conforme a la Resolución Ministerial Nº 1776-2002-SA/DM

del 11 de noviembre del 2002, se incluye a los perros de raza Doberman dentro de la

lista de canes potencialmente peligrosos.

b) Asimismo, del artículo 14° de la misma Ley se tiene textualmente lo siguiente:

“Independientemente de las sanciones administrativas a que haya lugar: a) Si un can

ocasiona lesiones graves a una persona, el dueño estará obligado a cubrir el costo

total de la hospitalización, medicamentos y cirugía reconstructiva necesaria, hasta su

recuperación total, sin perjuicio de la indemnización por daños y perjuicios a que

hubiere lugar. Esta disposición no es de aplicación cuando se actúa en defensa propia,

de terceros o de la propiedad privada. (...)”

En conformidad con el Código Civil, se tiene que Candy Loayza Aguilar se encuentra

también en obligación de cubrir mi hospitalización y medicamentos,la cirugía que


considero como necesaria, así como los demás conceptos de indemnización que he

solicitado en el petitorio.

Por último, el Reglamento de esta Ley, aprobado por D.S. N° 006-2002-SA del

21.06.01, contiene algunas precisiones, como la obligación de que los canes circulen

con la persona responsable de su cuidado y que aquellos potencialmente peligrosos

deben llevar bozal, sancionando que los daños que se ocasionen serán de

responsabilidad del dueño o poseedor (artículo 21°),es así que se reitera la obligación

de la propietaria del can de asumir los gastos que demande la atención del dañado

(artículo 28°), así como la obligación de contratar un seguro en el caso de canes

potencialmente peligrosos(artículo 29°). Ante lo ya expuesto, se desprende que la

señorita Candy Loayza Aguilar ha imcumplido con lo dispuesto en los artículos

antes mencionados al no mantener a su perro con la respectiva correa de

seguridad ni con el respectivo bozal al ser su mascota un perro de raza Doberman,

considerado como un can potencialmente peligroso.

Daños:

Los daños que se han producido hacia mi persona, producto del actuar antijurídico de la

demandada, son los siguientes:

Daño emergente: Es la pérdida que sobreviene en el patrimonio del recurrente,

constituido por los gastos en atención médica en el hospital “Curitas” y en la

compra de medicamentos producto de las lesiones en el rostro; los cuales

ascienden a la suma de S/ 3,000.00 (TRES MIL CON 00/100 SOLES). Además del

daño emergente futuro relativo a los gastos que deberá afrontar el recurrente al

contratar lo servicios de un cirujano plástico facial, quien le practicará hasta 5

intervenciones quirúrgicas cada una ascendente a la suma de S/ 100,000.00

(CIEN MIL CON 00/100 SOLES), es decir, un total de S/ 500,000.00

(QUINIENTOS MIL CON 00/100 SOLES). Así entonces, por concepto de daño
emergente la demandada deberá aportar la suma de S/. 500,000.00

(QUINIENTOS TRES MIL CON 00/100 SOLES).

Lucro Cesante: Se manifiesta por el no incremento en el patrimonio del

recurrente,al respecto, debemos considerar que antes del fatídico suceso,

laboraba como conserje del edificio “El Diamante”, trabajo por el cual percibe la

suma de S/ 1,200.00 (MIL DOSCIENTOS CON 00/100 SOLES) mensuales y que

no podrá realizar por 5 meses; en consecuencia, este daño se valoriza en la suma

de S/ 6,000.00 (SEIS MIL CON 00/100 SOLES).

Daño a la Persona: Este daño se constituye en la lesión al derecho fundamental a

la integridad psicosomática; cuya valorización, a fin de alcanzar una función

aflictivo–consolatoria que mitigue de alguna manera los efectos de la conducta

ilícita del imputado y consideren el grave daño estético que se produjo en la

víctima con respecto a el trauma de las cirugías a las cuales deberá someterse y

por las cuales deberá tener un proceso arduo de recuperación, ascienden a la

suma de S/ 50,000.00 (CINCUENTA MIL CON 00/100 SOLES).

Daño moral: Daño que se constituye en la lesión a la esfera psíquica de la víctima

sin causarle patologías, la cual ha generado que la misma tenga sentimientos

negativos, como tristeza, sufrimiento y dolor intensos; por lo que, se solicita

también, a fin de compensar o consolar de algún modo el daño producido, la suma

de S/ 10,000.00 (DIEZ MIL CON 00/100 SOLES).

Es preciso señalar que el artículo VIII del Título Preliminar del Código Civil

establece que los jueces no pueden dejar de administrar justicia por defecto

o deficiencia de la ley; asimismo, el artículo III del Título Preliminar del

Código Procesal Civil establece en su segundo párrafo que, en caso de vacío

o defecto en sus disposiciones, se deberá recurrir a los principios generales


del derecho procesal y a la doctrina y jurisprudencia correspondiente, en

atención a las circunstancias del caso.

Al respecto, el IV Pleno Jurisdiccional Nacional Civil y Procesal Civil del mes

de noviembre del año 2017, trata de llegar a una solución pacífica con

relación a dos aspectos:

1. Enfocado en la carga probatoria del daño moral, independientemente

de lo extenso o discrepante que pueda resultar su definición debido a

las diferentes posiciones existentes ya sea por su inclusión dentro del

daño a la persona o porque se enfoca como un concepto diferente del

mismo.

2. Referido al tema de la cuantificación y aquí el Pleno Jurisdiccional

parece haber optado por la salida más lógica al precisar que los

criterios de cuantificación deben ser objetivos, es decir, si para

acreditar el daño moral tienes que sustentarlo a través de pruebas

directas o indirectas, entonces será mucho más fácil poder determinar

el quantum resarcitorio debido a que este estará enfocado en función

a las pruebas otorgadas o sucedáneos de las mismas.

Nuestra Corte Suprema en la Casación N° 1594-2014 – LAMBAYEQUE,

señala en su quinto considerando que el daño moral es la lesión a cualquier

sentimiento de la víctima considerado socialmente legítimo; es aquel daño

que afecta la esfera interna del sujeto, no recayendo sobre cosas materiales

sino afectando sentimientos.

En consecuencia, a partir de la decisión del Pleno, el daño moral podrá

acreditarse a través de indicios, presunciones (legales o judiciales) o incluso

de conducta de las partes, que van a permitir a los magistrados sustentar


sus decisiones más allá de la simple presunción (muchas veces arbitraria y

sin mayor argumentación), con una debida motivación y, porque no,

logrando establecer criterios objetivos de cuantificación basado en medios

probatorios indirectos

Nexo Causal:

Al respecto, conforme a Mesinas Montero, tenemos la relación de causalidad en este

tipo de responsabilidades quedará probada de forma debida cuando se pruebe que el

daño se produjo por el hecho del animal y, en segundo lugar, cuando se demuestre que

el demandado es su dueño o la persona que lo cuidaba.2

Los perjuicios ocasionados por el can de raza Doberman: Al respecto, se

señala que para que funcione esta especie de responsabilidad civil, el daño debe

provenir de una cosa animada que se comporta del modo que suelen hacerlo los

animales, esto requiere que la participación activa del animal deba corresponder

necesariamente con su conducta instintiva propia de su condición biológica. 3 En

ese sentido, el perro Doberman es considerado por nuestro Ordenamiento

Jurídico como un can potencialmente peligroso, por lo que se establecen

determinadas medidas de seguridad al momento de exponerlo al público. Del

presente caso se desprende que la dueña del can raza Doberman no ha

cumplido con dichas medidas por lo que, en un acto sin provocación alguna por

parte de terceros ni del demandado, se abalanza hacia mi persona y empieza a

atacarme. Es de resaltar también que el can no fue utilizado por parte de su

dueña ni hubo intervención de esta, por lo que el actuar del can fue realizado por

su mera conducta instintiva.

2 F. Mesinas Montero, “Responsabilidad por el Daño Causado por Animal: Análisis al artículo 1394° del Código Civil”,
en Redacción Gaceta Jurídica (coord.), Código Civil Comentado por los 100 Mejores Especialistas, Tomo VII, Gaceta
Jurídica, Lima, 2007, p. 163.
3 M. Urbano Salerno, “Daños Causados por Animales” en L. Moisset de Espanés (coord.), Responsabilidad por Daños:
Homenaje a Jorge Bustamante Alsina. Tomo II, Abeledo Perrot, Buenos Aires, 1997, p. 79.
La señorita Candy Loayza Aguilar es propietaria del can de raza Doberman:

Al respecto, Taboada Córdova señala que en el caso específico de daños

causados por animales, el requisito esencial es que el autor indirecto tenga al

animal bajo su cuidado o sea su propietario. 4 Al respecto, tenemos que en todo

momento Candy Loayza Aguilar manifestó ser la propietaria del perro de raza

Doberman llamado “Dobby”; por otra parte, ofrecemos la declaración testimonial

de Rosario Isabel Paredes Barreda quien es vecina de Candy Loayza Aguilar en

el Edificio “El Diamante”.

Factor de Atribución:

Un supuesto de responsabilidad civil por daño causado por animal tiene como factor de

atribución uno de tipo objetivo. En consecuencia, conforme al artículo 1970° de nuestro

Código Civil, bastará acreditar solamente que el bien manipulado se considere peligroso.

En este caso, el sujeto sólo se liberará de responsabilidad si acredita que el daño fue

ocasionado por un hecho de fuerza mayor, un hecho determinante de tercero, o por la

imprudencia de la víctima. Del caso se desprende que, como ya se ha mencionado

anteriormente, el perro de raza Doberman es considerado por nuestro Ordenamiento

Jurídico como un can potencialmente peligroso y que su crianza y cuidado requiere de

ciertas medidas de seguridad (como la correa y bozal). Asimismo, también se ha

acreditado los daños producto del ataque realizado por el can, motivos por los que el

factor de atribución quedan debidamente demostrados.

V.- MONTO DEL PETITORIO:

4 L. Taboada Córdova, Elementos de la Responsabilidad Civil, Editorial Grijley, Lima, 2001, p. 100.
El petitorio se valoriza en la suma de S/.569,000.00 (QUINIENTOS SESENTA Y NUEVE MIL

CON 00/100 SOLES), más intereses legales, costas y costos del proceso.

VI.- MEDIOS PROBATORIOS:

1. Certificado médico del demandante, a fin de acreditar el daño acaecido y la existencia del

daño a la persona sufrido.

2. Certificado Psicológico de salud mental, a fin de acreditar el daño moral.

3. Fotografías del rostro del demandante, a fin de acreditar el daño acaecido y la existencia

del daño a la persona y moral sufrido.

4. Boleta por atención en el Hospital “Curitas”, a fin de acreditar la cuantía del daño

emergente.

5. Boletas de medicamentos, a fin de acreditar la cuantía del daño emergente.

6. Cotización previa con cirujano plástico facial, a fin de acreditar la cuantía del daño

emergente futuro y la existencia del daño a la persona.

7. Contrato de locación de servicios del demandante con el dueño del edificio “El Diamante”,

a fin de acreditar cuánto ganaba y la cuantía del lucro cesante.

8. Declaración testimonial de Rosario Isabel Paredes Barreda (vecina), quien declarará

sobre la propiedad de Candy Loayza Aguilar sobre el perro de raza Doberman

denominado “Dobby”.
VII.- ANEXOS:

1-A Copia simple del Documento Nacional de Identidad del demandante.

1-B Certificado médico.

1-C Certificado Psicológico de salud mental.

1-D Fotografías del demandante.

1-E Boleta del Hospital “Curitas”.

1-F Boletas de medicamentos.

1-G Cotización previa con cirujano plástico facial.

1-H Contrato de Locación.

POR LO EXPUESTO:

Ruego a Ud. Señor Juez tenga por presentada la presente

demanda y admitirla a trámite, conforme a Ley.

PRIMER OTROSÍ.- FACULTADES GENERALES DE REPRESENTACIÓN: De conformidad con

el artículo 80° del Código Procesal Civil otorgo las facultades generales de representación

contenidas en el artículo 74° del acotado cuerpo de leyes a favor de la abogada Nataly María del

Pilar Franco Ruiz, con Registro del Colegio de Abogados de Arequipa N° 11536, dejando

expresamente establecido que me encuentro perfectamente instruido de los alcances de la

representación que otorgo. Quien, en mi representación, pueda gestionar, diligencias y/o recoger

del Juzgado todo tipo de oficios, edictos, copias certificadas, partes judiciales y cualquier otro

documento que se requiera para la tramitación de este proceso, pudiendo solicitar la programación
de los mismos y recogerlos, estando facultada para suscribir la constancia y cargos de recepción

correspondientes.

SEGUNDO OTROSÍ.- Adjunto los comprobantes de pago de aranceles judiciales por concepto de

ofrecimiento de pruebas y derecho de notificacion judicial correspondientes.

Arequipa, 12 de septiembre del 2019.

_________________ _______________________
Jorge Avendaño Núñez Luis Angel Barreda Cáceres
C.A.A. 18954 D.N.I. 44475962

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