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El 3 de agosto se cumplieron 457 años de haberse

emitido el nombramiento de Aj Pop O’ Batz como


Gobernador Vitalicio de la Provincia de Vera Paz.
La cédula real no vino sola, acompañándola llegó otra enunciada
por Carlos I de España y V de Alemania en la cual se le confería
“Al Gobernador don Juan Aj Pop O’ Batz el poder para que
pudiera apresar españoles reos de algún delito”.

¿Quién era este Cacique al que mal llamaron desde el siglo XVII
como Juan Matalbatz? ¿Cómo se logró semejante designación
como no la hubo otra en el Nuevo Mundo del XVI?

Según la tradición oral del pueblo q’eqchi’, Aj Pop O’ Batz nació


en la circunscripción que hoy pertenece a la finca Guaxac, del
actual municipio de Tucurú, en Alta Verapaz. Y según el
historiador Agustín Estrada Monroy (basado en Fray Hierónimo
Román, Agustino de Logroño quien publicó Repúblicas del
Mundo en Salamanca el año 1555, donde diserta referente a la
organización civil prehispánica de los habitantes de Tezulutlán):
“El primer día del calendario agrícola q’eqchi’ de 1529, el Gran
Consejo eligió por unanimidad a Aj Pop Batz como el Aj
Jolomná de toda la Tierra de Guerra”. Aj
Jolomná significa Cabeza. Tendría a lo sumo 18 años.
Las razones fueron más que entendibles. Cinco años antes
(1524), en Llanos del Pinar, el líder de los quichés había sido
abatido y con él, las esperanzas del pueblo maya quiché de
liberarse de la diáspora ibérica. El año anterior al nombramiento
de Aj Pop O’ Batz (1528), las huestes de Juan Rodríguez Cabrillo
habían capturado q’eqchíes en la Sierra de Chamá. Uno logró
escapar y contó de los horrores a los que eran sometidos en el
trabajo minero y de la esclavitud a la que estaban sometidos los
integrantes de otras etnias.

Le fue requerido al Aj Jolomná, para mejor gobernar por


equidistancia, trasladarse a Chamil, hoy aldea de San Juan
Chamelco, y su objetivo principal fue preparar la defensa del
territorio.
En 1530, Diego de Alvarado, primo del Adelantado Pedro de
Alvarado, arremetió sin éxito contra los poqomchíes en la región
de Tezulutlán. El año de 1531 según Francisco Vásquez, cronista
seráfico: «El Capitán Diego de Alvarado volvió en abril con sus
escuadrones, desbaratado y destrozado de las guerras en
servicio de su Majestad, pidiendo acogida y cuidados».
(Historia de Guatemala. Vásquez, Francisco, citado por
Luján Muñoz y Cabezas Carcache; 1994: 60). Se trata del retorno
de Diego de Alvarado en no muy gallardas circunstancias de una
expedición a Tezulutlán.
Pero Aj Pop Batz no era tonto. Sabía que tales triunfos eran
efímeros y no obstante el territorio era indomable, tarde o
temprano los españoles se lo agenciarían. Lo inexpugnable
estribaba no solamente en la bravura de los guerreros sino en el
tamaño, dificultad de acceso y densidad del follaje de la región.

Accedió entonces a tratar con los dominicos dirigidos por Fray


Bartolomé de Las Casas quien, con habilidad digna de la
diplomacia de la época, logró en 1537 un acuerdo
llamado Concierto Maldonado-Las Casas en el cual, Alonso de
Maldonado, en nombre del Rey, garantizó que ningún español
entraría a Tezulutlán-Verapaz sino a partir de cinco años después
que los dominicos de Las Casas hubiesen cruzado sus confines
(Maldonado era el gobernador interino de Guatemala). A su vez,
Las Casas, en la Corte, logró que este convenio fuese
prolongado a diez años. Y se armó “La de Troya”. Los españoles
lo rechazaron pero el Rey era el Rey y tuvieron que acatarlo.
Vistos los buenos resultados, Carlos I de España y V de
Alemania, habiéndose vencido el plazo del Concierto en 1554,
(los dominicos entraron en 1543 pero declararon oficialmente su
ingreso hasta 1544), aprobó el nombramiento del Gobernador Aj
Pop O’ Batz el 3 de agosto de 1555.

Transcribo el nombramiento en la sección de comentarios. No


quise que este 3 de agosto, Aj Pop O’ Batz pasara
desapercibido.

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