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Médula ósea roja y amarilla.

La médula ósea no es homogénea y se divide en subespecies:


 Médula ósea roja
 Médula ósea amarilla.
La médula ósea roja es responsable de la formación de sangre, ya
que se compone completamente de hematopoyética y estroma
(tejido reticular). La médula ósea amarilla se compone
principalmente de células grasas.

La médula ósea roja se basa en la presencia de células madre


sanguíneas en ella, lo que la convierte en el vínculo más
importante en el proceso de formación de la sangre. Es una
sustancia semilíquida, que se encuentra en la sustancia esponjosa
de los huesos planos y tiene un color granate.

Si los tejidos hematopoyéticos realizan naturalmente la función


de formación de la sangre, entonces el tejido reticular es
responsable de mantener la actividad vital del hueso en el que se
encuentra. En otras palabras, el tejido reticular sirve como un
mecanismo protector para el hueso y la médula ósea roja en él.
(Ver artículo: Leucemia en niños)
El tejido reticular contiene los siguientes componentes:
 Vasos sanguíneos.
 Células de fibroblastos.
 Células endoteliales.
La presencia de vasos sanguíneos en la estructura de la médula
ósea roja facilita que las células sanguíneas recién creadas se
dirijan hacia el torrente sanguíneo. Se filtran a través de las
paredes de los vasos sanguíneos y ya están comenzando a ser
considerados una parte integral de la sangre.

Es curioso que el cuerpo humano no solo genere células


sanguíneas, sino que también tenga en cuenta su estado de
madurez y salud antes de ingresar directamente a la sangre. Si
las células inmaduras ingresan al torrente sanguíneo, esto puede
indicar ciertas patologías que se originan en el cuerpo.

En general, el esquema de formación de sangre es muy complejo,


y solo un especialista experimentado puede entenderlo. Esto
demuestra al menos el hecho de que hasta seis clases de células
participan en la formación de sangre:
 Células madre hematopoyéticas polipotentes.
 Células de medio tallo.
 Células unipotentes.
 Células blásticas.
 Células de maduración.
 Elementos de sangre madura.
Las células madre hemopoyéticas polipotentes desempeñan un
papel muy importante en el proceso de formación de la sangre,
aunque solo sea porque contribuyen a la aparición de brotes
hemopoyéticos. Los brotes hematopoyéticos son las líneas a lo
largo de las cuales se renuevan y crean varios tipos de células. La
médula ósea roja es tan compleja que en el proceso de formación
de la sangre produce hasta cinco brotes que funcionan en
beneficio de la renovación de la sangre:
 Eritroide
 Megacariocítica
 Granulocito
 Monocítico
 Linfoide
Todos los brotes hematopoyéticos están involucrados en la
creación de un cierto tipo de células sanguíneas, pero el brote
linfoide, a su vez, también contiene dos líneas de creación de
sangre y componentes inmunes.

Por lo tanto, la médula ósea roja desempeña un papel importante


en el cuerpo humano, porque participa en el proceso de formación
de la sangre. Además, la médula ósea roja y amarilla se
consideran los órganos centrales de la inmunidad humana, ya que
producen componentes inmunitarios y apoyan el sistema
inmunológico de una persona en un estado normal de salud.

La médula ósea roja es bastante sensible a la ionización,


intoxicación e intoxicación con sustancias químicas, narcóticas y
biológicas. Estas son las posibles causas que pueden indicar una
violación del proceso de formación de sangre en el cuerpo
humano. (Ver artículo: Leucemia)
Después del nacimiento, como ya se señaló, en un niño, todos los
huesos producen células sanguíneas, ya que solo contienen médula
ósea roja, que consiste en células madre. Gradualmente, después
de cinco años, la médula ósea roja comienza a dar paso a un área
específica para la médula ósea amarilla.

No hay un límite definido entre la médula roja y la amarilla, una


sustancia fluye suavemente hacia otra, coexisten pacíficamente,
desempeñando funciones similares y diferentes.

A diferencia del cerebro rojo,  la médula ósea amarilla consiste


en células grasas llenas de pigmento, debido a esto tiene un color
amarillo. En el estado normal, la médula ósea amarilla no realiza la
función hematopoyética, ya que el cerebro rojo, que consiste en
tejido hematopoyético, lo hace.
Sin embargo, en situaciones de emergencia, por ejemplo, con una
gran pérdida de sangre, el cerebro amarillo se convierte en el
foco y productor de células sanguíneas, es decir, asume las
funciones de la médula ósea roja. El tamaño real de la médula
ósea amarilla para cada persona puede depender de factores
individuales.

Funciones
Entonces, para resumir lo anterior, debe centrarse una vez más
en las tareas y funciones que, según la ciencia médica, realiza la
médula ósea:
 Renovación de la sangre. El proceso de hematopoyesis
ocurre varias veces al mes, debido al hecho de que muchas
células sanguíneas no viven mucho tiempo y el cuerpo
necesita nuevas células jóvenes que, como parte de la
sangre, podrán transferir oxígeno y nutrientes a los
órganos.
 La formación y mantenimiento de un sistema inmunológico
saludable, la producción de componentes inmunitarios
necesarios para el funcionamiento normal del cuerpo.
 Eliminación de células muertas y formaciones extrañas de la
sangre.
 Destrucción de tumores y estructuras patológicas.
En resumen, se puede decir que la médula ósea es a su manera un
órgano único en el cuerpo humano, capaz de recuperarse de
manera independiente y que desempeña una serie de funciones
vitales para la vida.

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