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Introducción

La sangre es tejido vivo formado por líquidos y sólidos. La parte líquida, llamada plasma,
contiene agua, sales y proteínas. Más de la mitad del cuerpo es plasma. La parte sólida de la
sangre contiene glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas.

Los glóbulos rojos suministran oxígeno desde los pulmones a los tejidos y órganos. Los
glóbulos blancos combaten las infecciones y son parte del sistema inmunitario del cuerpo. Las
plaquetas ayudan a la coagulación de la sangre cuando sufre un corte o una herida. La
médula ósea, el material esponjoso dentro de los huesos, produce nuevas células
sanguíneas. Las células de la sangre constantemente mueren y su cuerpo produce nuevas.
Los glóbulos rojos viven unos 120 días y las plaquetas viven cerca de seis. Algunos glóbulos
blancos de la sangre viven menos de un día, pero otros viven mucho más tiempo.

Hay cuatro grupos de sangre: A, B, AB y O. Asimismo, la sangre es Rh positivo o Rh negativo.


Así, si su tipo de sangre es A, es A positivo o A negativo. Su tipo de sangre es importante si
necesita una transfusión de sangre. Y su factor de sangre puede ser importante si usted
queda embarazada, ya que la incompatibilidad entre su tipo de sangre y el de su bebé puede
crear problemas.
Los análisis de sangre como las pruebas de conteo sanguíneo ayudan a los médicos a
analizar ciertas enfermedades y afecciones. También ayudan a comprobar la función de los
órganos y muestran qué tan bien están funcionando los tratamientos. Algunos problemas de la
sangre pueden incluir problemas de coagulación, coágulos sanguíneos y desórdenes
plaquetarios. Si pierde mucha sangre, usted puede necesitar una transfusión.

La sangre (del latín: sanguis, -ĭnis) es un tejido conectivo líquido, que circula


por capilares, venas y arterias de todos los vertebrados. Su color rojo característico es debido
a la presencia del pigmento hemoglobínico contenido en los glóbulos rojos.
Es un tipo de tejido conjuntivo especializado, con una matriz coloidal líquida y una constitución
compleja. Tiene una fase sólida (elementos formes), que incluye a los eritrocitos (o glóbulos
rojos), los leucocitos (o glóbulos blancos) y las plaquetas, y una fase líquida, representada por
el plasma sanguíneo. Estas fases son también llamadas partes sanguíneas, las cuales se
dividen en componente sérico (fase líquida) y componente celular (fase sólida). 1
Su función principal es la logística de distribución e integración sistémica, cuya contención en
los vasos sanguíneos (espacio vascular) admite su distribución (circulación sanguínea) hacia
prácticamente todo el organismo.
La sangre era denominada humor circulatorio en la antigua teoría grecorromana de los cuatro
humores.
La cantidad en un adulto varía entre 4.5 y 5.5 litros; llegando el varón a tener hasta 5.67. 2 El
proceso de formación de sangre se llama hematopoyesis.

Función de la sangre[editar]
Como todos los tejidos del organismo la sangre cumple múltiples funciones necesarias para
la vida. Dentro de las funciones de la sangre podemos distinguir:

 Participación en la defensa ante infecciones.


 Participación en el transporte de nutrientes y oxígeno hacia las células.
 Transporte de sustancias de desecho de dióxido de carbono (CO 2) desde las células.3
 Participación en la termorregulación corporal.
 Transporte de hormonas, enzimas y otras sustancias reguladoras.
 Participación en la coagulación y cicatrización.
Para cumplir con todas estas funciones cuenta con diferentes tipos de células suspendidas en
el plasma.
Todas las células que componen la sangre se fabrican en la médula ósea. Ésta se encuentra
en el tejido esponjoso de los huesos planos (cráneo, vértebras, esternón, crestas ilíacas) y en
los canales medulares de los huesos largos (fémur, húmero).
La sangre es un tejido renovable del cuerpo humano, esto quiere decir que la médula ósea se
encuentra fabricando, durante toda la vida, células sanguíneas ya que éstas tienen un tiempo
limitado de vida. Esta “fábrica”, ante determinadas situaciones de salud, puede aumentar su
producción en función de las necesidades de cada ser humano.
Por ejemplo, ante una hemorragia aumenta hasta siete veces la producción de glóbulos rojos
y ante una infección aumenta la producción de glóbulos blancos.

Composición de la sangre[editar]

Sangre circulando con aumento de 640X.

Como todo tejido, la sangre se compone de células y componentes extracelulares (su matriz


extracelular). Estas dos fracciones tisulares vienen representadas por:

 Los elementos formes —también llamados elementos figurados—: son elementos


semisólidos (es decir, mitad líquidos y mitad sólidos) y particulados (corpúsculos)
representados por células y componentes derivados de células.
 El plasma sanguíneo: un fluido traslúcido y amarillento que representa la matriz
extracelular líquida en la que están suspendidos los elementos formes. Este representa un
medio isotónico para las células sanguíneas, las cuales sobreviven en un medio que esté
al 0,9 % de concentración, como la solución salina, para proporcionar un ejemplo.
Los elementos formes constituyen alrededor del 45 % de la sangre. Tal magnitud porcentual
se conoce con el nombre de hematocrito (fracción "celular"), adscribible casi en totalidad a la
masa eritrocitaria. El otro 55 % está representado por el plasma sanguíneo (fracción acelular).
Los elementos formes de la sangre son variados en tamaño, estructura y función, y se
agrupan en:

 Las células sanguíneas, que son los glóbulos blancos o leucocitos, células que "están de


paso" por la sangre para cumplir su función en otros tejidos;
 Los derivados celulares, que no son células estrictamente sino fragmentos celulares,
están representados por los eritrocitos y las plaquetas; son los únicos componentes
sanguíneos que cumplen sus funciones estrictamente dentro del espacio vascular.
Glóbulos rojos[editar]
Artículo principal: Eritrocito

Los glóbulos rojos (eritrocitos) están presentes en la sangre y transportan el oxígeno hacia el resto de
las células del cuerpo.

Los glóbulos rojos, hematíes o eritrocitos constituyen aproximadamente el 96 % de los


elementos figurados. Su valor normal (conteo) promedio es de alrededor de 4 800 000 en la
mujer, y de aproximadamente 5 400 000 en el varón, hematíes por mm³ (o microlitro).
Estos corpúsculos carecen de núcleo y orgánulos (solamente en mamíferos).
Su citoplasma está constituido casi en su totalidad por la hemoglobina,
una proteína encargada de transportar dioxígeno y contienen también algunas enzimas.
El dióxido de carbono es transportado en la sangre (libre disuelto 8 %, como compuestos
carbodinámicos 27 %, y como bicarbonato, este último regula el pH en la sangre). En
la membrana plasmática de los eritrocitos están las glucoproteínas (CD) que definen a los
distintos grupos sanguíneos y otros identificadores celulares.
Los eritrocitos tienen forma de disco bicóncavo deprimido en el centro. Esta forma particular
aumenta la superficie efectiva de la membrana. Los glóbulos rojos maduros carecen de
núcleo, porque lo expulsan en la médula ósea antes de entrar en el torrente sanguíneo (esto
no ocurre en aves, anfibios y ciertos otros animales). Los eritrocitos en humanos adultos se
forman en la médula ósea.
Hemoglobina[editar]
Artículo principal: Hemoglobina

La hemoglobina —contenida exclusivamente en los glóbulos rojos— es un pigmento,


una proteína conjugada que contiene el grupo “hemo”. También transporta el oxígeno, la
mayor parte del cual se encuentra disuelto en el eritrocito y, en menor proporción, en el
plasma.
Los niveles normales de hemoglobina están entre los 12 y 18 g/dl de sangre, y esta cantidad
es proporcional a la cantidad y calidad de hematíes (masa eritrocitaria). La hemoglobina
constituye el 90 % de los eritrocitos y, como pigmento, otorga su color característico, rojo,
aunque esto solo ocurre cuando el glóbulo rojo está cargado de oxígeno.
Tras una vida media de 120 días, los eritrocitos son destruidos y extraídos de la sangre por
el bazo, el hígado y la médula ósea, donde la hemoglobina se degrada en bilirrubina y
el hierro es reciclado para formar nueva hemoglobina.

Glóbulos blancos[editar]
Artículo principal: Leucocito

Sangre circulando con posible glóbulo blanco arriba a la derecha. Aumento de 1024X, utilizando
un microscopio óptico.

Los glóbulos blancos o leucocitos forman parte de los actores celulares del sistema
inmunitario, y son células con capacidad migratoria que utilizan la sangre como vehículo para
tener acceso a diferentes partes del cuerpo. Los leucocitos son los encargados de destruir
los agentes infecciosos y las células infectadas, y también segregan sustancias protectoras
como los anticuerpos, que combaten a las infecciones.
El conteo normal de leucocitos está dentro de un rango de 4500 y 11.500 células por mm³ (o
microlitro) de sangre, variable según las condiciones fisiológicas (embarazo, estrés, deporte,
edad, etc.) y patológicas (infección, cáncer, inmunosupresión, aplasia, etc.). El recuento
porcentual de los diferentes tipos de leucocitos se conoce como "fórmula leucocitaria"
(ver Hemograma, más adelante).
Según las características microscópicas de su citoplasma (tintoriales) y su núcleo (morfología),
se dividen en:

 Los agranulocitos o células monomorfonucleares: son los linfocitos y los monocitos;


carecen de gránulos en el citoplasma y tienen un núcleo redondeado.
 Los granulocitos o células polimorfonucleares: son los neutrófilos, basófilos y
eosinófilos; poseen un núcleo polimorfo y numerosos gránulos en su citoplasma, con
tinción diferencial según los tipos celulares.
Granulocitos o células polimorfonucleares[editar]
Artículo principal: Granulocito

 Basófilos: presentes en sangre entre 0,1 y 1,5 células por mm³, (0,2-1,2 % de los
leucocitos). Presentan una tinción basófila, lo que los define. Segregan sustancias como
la heparina, de propiedades anticoagulantes, y la histamina que contribuyen con el
proceso de la inflamación. Poseen un núcleo a menudo cubierto por gránulos de
secreción.
 Eosinófilos: presentes en la sangre entre 50 y 500 células por mm³ (1-4 % de los
leucocitos). Aumentan en enfermedades producidas por parásitos, en las alergias y en el
asma. Su núcleo, característico, posee dos lóbulos unidos por una fina hebra de
cromatina, y por ello también se las llama "células en forma de antifaz".
 Neutrófilos, presentes en sangre entre 2500 y 7500 células por mm³. Son los más
numerosos, ocupando entre un 55 % y un 70 % de los leucocitos. Se tiñen pálidamente,
de ahí su nombre. Se encargan de fagocitar sustancias extrañas (bacterias, agentes
externos, etc.) que entran en el organismo. En situaciones de infección o inflamación su
número aumenta en la sangre. Su núcleo característico posee de 3 a 5 lóbulos separados
por finas hebras de cromatina, por lo cual antes se los denominaba "polimorfonucleares" o
simplemente "polinucleares", denominación errónea.
Agranulocitos o células monomorfonucleares[editar]
Artículo principal: Agranulocitos

 Linfocitos: valor normal entre 1300 y 4000 por mm³ (24 % a 32 % del total de glóbulos
blancos). Su número aumenta sobre todo en infecciones virales, aunque también
en enfermedades neoplásicas (cáncer) y pueden disminuir en inmunodeficiencias. Los
linfocitos son los efectores específicos del sistema inmunitario, ejerciendo la inmunidad
adquirida celular y humoral. Hay dos tipos de linfocitos, los linfocitos B y los linfocitos T.

1. Los linfocitos B están encargados de la inmunidad humoral, esto es, la secreción de


anticuerpos (sustancias que reconocen las bacterias y se unen a ellas y permiten su
fagocitocis y destrucción). Los granulocitos y los monocitos pueden reconocer mejor y
destruir a las bacterias cuando los anticuerpos están unidos a éstas (opsonización).
Son también las células responsables de la producción de unos componentes del
suero de la sangre, denominados inmunoglobulinas.
2. Los linfocitos T reconocen a las células infectadas por los virus y las destruyen con
ayuda de los macrófagos. Estos linfocitos amplifican o suprimen la respuesta
inmunológica global, regulando a los otros componentes del sistema inmunitario, y
segregan gran variedad de citoquinas. Constituyen el 70 % de todos los linfocitos.
Tanto los linfocitos T como los B tienen la capacidad de "recordar" una exposición
previa a un antígeno específico, así cuando haya una nueva exposición a él, la acción
del sistema inmunitario será más eficaz.

 Monocitos: Conteo normal entre 150 y 900 células por mm³ (2 % a 8 % del total de
glóbulos blancos). Esta cifra se eleva casi siempre por infecciones originadas por virus
o parásitos. También en algunos tumores o leucemias. Son células con núcleo
definido y con forma de riñón. En los tejidos se diferencian hacia macrófagos o
histiocitos.
Plaquetas[editar]
Artículo principal: Plaqueta

Las plaquetas (trombocitos) son fragmentos celulares pequeños (2-3 μm de diámetro),


ovales y sin núcleo. Se producen en la médula ósea a partir de la fragmentación del
citoplasma de los megacariocitos quedando libres en la circulación sanguínea. Su valor
cuantitativo normal se encuentra entre 250.000 y 450.000 plaquetas por mm³ (en España,
por ejemplo, el valor medio es de 226.000 por microlitro con una desviación estándar de
46.0004).
Las plaquetas sirven para taponar las lesiones que pudieran afectar a los vasos
sanguíneos. En el proceso de coagulación (hemostasia), las plaquetas contribuyen a la
formación de los coágulos (trombos), así son las responsables del cierre de las heridas
vasculares. (Véase trombosis). Una gota de sangre contiene alrededor de 250.000
plaquetas.
Su función es coagular la sangre, cuando se rompe un vaso circulatorio las plaquetas
rodean la herida para disminuir el tamaño y así evitar el sangrado.
El fibrinógeno se transforma en unos hilos pegajosos y junto con las plaquetas forman una
red para atrapar a los glóbulos rojos, red que se coagula y forma una costra con lo que se
evita la hemorragia.

Plasma sanguíneo[editar]
Artículo principal: Plasma sanguíneo

El plasma sanguíneo es la porción líquida de la sangre que forma parte del líquido
extracelular. Es el mayor componente de la sangre, representando un 55 % del volumen
total de la sangre, con unos 40-50 mL/kg peso. Es salado y de color amarillento traslúcido.
Además de transportar las células de la sangre, lleva los nutrientes y las sustancias de
desecho recogidas de las células.
El plasma sanguíneo es esencialmente una solución acuosa, ligeramente más densa que
el agua, con un 90 % agua, un 10 % de proteínas y algunas trazas de otros materiales. El
plasma es una mezcla de muchas proteínas
vitales, aminoácidos, glúcidos, lípidos, sales, hormonas, enzimas, anticuerpos, urea,
gases en disolución y sustancias inorgánicas como sodio, potasio, cloruro de
calcio, carbonato y bicarbonato.
Entre estas proteínas están: fibrinógeno (para la coagulación), globulinas (regulan el
contenido del agua en la célula, forman anticuerpos contra enfermedades
infecciosas), albúminas (ejercen presión osmótica para distribuir el agua entre el plasma y
los líquidos del cuerpo) y lipoproteínas (amortiguan los cambios de pH de la sangre y de
las células y hacen que la sangre sea más viscosa que el agua). Otras proteínas
plasmáticas importantes actúan como transportadores hasta los tejidos de nutrientes
esenciales como el cobre, el hierro, otros metales y diversas hormonas. Los componentes
del plasma se forman en el hígado (albúmina y fibrinógeno), las glándulas endocrinas
(hormonas), y otros en el intestino.
Cuando se coagula la sangre y se consumen los factores de la coagulación, la fracción
fluida que queda se denomina suero sanguíneo.

Características físico-químicas[editar]
 La sangre es un fluido no newtoniano (ver Ley de Poiseuille y flujo laminar de perfil
parabólico), con movimiento perpetuo y pulsátil, que circula unidireccionalmente
contenida en el espacio vascular (sus características de flujo se adaptan a la
arquitectura de los vasos sanguíneos). El impulso hemodinámico es proporcionado
por el corazón en colaboración con los grandes vasos elásticos.
 La sangre suele tener un pH entre 7,33 y 7,44 (valores presentes en sangre arterial).
Sus variaciones más allá de esos valores son condiciones que deben corregirse
pronto (alcalosis, cuando el pH es demasiado básico, y acidosis, cuando el pH es
demasiado ácido).
 Los valores de pH compatibles con la vida que requieren una corrección inminente
son: 6.8 - 8
 Una persona adulta tiene alrededor de 4-5 litros de sangre (7 % de peso corporal), a
razón de unos 65 a 71 mL de sangre por kg de peso corporal.
Grupos sanguíneos[editar]
Artículo principal: Grupo sanguíneo

Hay 4 grupos sanguíneos básicos los cuales son:

 Grupo A con antígenos A en los glóbulos rojos y anticuerpos anti-B en el plasma.


 Grupo B con antígenos B en los glóbulos rojos y anticuerpos anti-A en el plasma.
 Grupo AB con antígenos A y B en los glóbulos rojos y sin los anticuerpos anti-A ni
anti-B en el plasma. Este grupo se conoce como "receptor universal de sangre", ya
que puede recibir sangre de cualquier grupo pero no puede donar más que a los de su
propio tipo.
 Grupo O sin antígenos A ni B en los glóbulos rojos y con los anticuerpos anti-A y anti-
B en el plasma. Este grupo se conoce como "donador universal de sangre", ya que
puede donar sangre a cualquier grupo pero no puede recibir más que de su propio
tipo.
Además existen otros 32 tipos mucho más raros, pero al ser menos antigénicos, no se
consideran dentro de los principales.5
El grupo sanguíneo AB + se conoce como receptor universal, ya que puede recibir
glóbulos rojos de cualquier grupo sanguíneo ya que no tiene ningún tipo de anticuerpo en
el plasma, en cambio el grupo O - se conoce como donador universal, ya que sus glóbulos
rojos (eritrocitos) no poseen ningún tipo de antígeno en la superficie del glóbulo y estos
pueden ser transfundidos a cualquier persona que los necesite sin desencadenar reacción
antígeno - anticuerpo.
Si a una persona con un tipo de sangre se le transfunde sangre de otro tipo puede
enfermar gravemente e incluso morir, porque se produce la aglutinación de los eritrocitos
en la sangre por la unión del antígeno presente en la superficie del glóbulo rojo con el
anticuerpo disuelto en el plasma del paciente que recibe la sangre. Los hospitales tratan
de hallar siempre sangre compatible con el tipo que la del paciente, en los bancos de
sangre.

Hemólisis en transfusiones sanguíneas erróneas[editar]


Al transferir sangre incompatible a un paciente, este sufre un proceso de hemólisis, el cual
consiste en la destrucción de los hematíes introducidos y la liberación de hemoglobina. A
su vez, el organismo sufre la obstrucción de sus vasos sanguíneos debido a la formación
de coágulos resultantes de la reacción, pudiendo ocasionar una insuficiencia
renal, hipotensión severa, o incluso la muerte.
Véase también: Transfusión de sangre

Fisiología de la sangre[editar]
Una de las funciones de la sangre es proveer nutrientes (oxígeno, glucosa), elementos
constituyentes del tejido y conducir productos de la actividad metabólica (como dióxido de
carbono).
La sangre también permite que células y distintas sustancias
(aminoácidos, lípidos, hormonas) sean transportados entre tejidos y órganos.
La fisiología de la sangre está relacionada con los elementos que la componen y por
los vasos que la transportan, de tal manera que:
 Ayuda a regular la temperatura corporal.
 Coagulación de la sangre y hemostasia: Gracias a las plaquetas y a los factores de
coagulación.
 Defiende el cuerpo de las infecciones, gracias a las células de defensa o glóbulo
blanco.
 Homeostasis en el transporte del líquido extracelular, es decir en el líquido
intravascular.
 Rechaza el trasplante de órganos ajenos y alergias, como respuesta del sistema
inmunitario.
 Responde a las lesiones que producen inflamación, por medio de tipos especiales
de leucocitos y otras células.
 Transporta el dióxido de carbono desde todas las células del cuerpo hasta los
pulmones donde se disocia en CO2 y H2O.
 Transporta mensajeros químicos, como las hormonas.
 Transporta los nutrientes contenidos en el plasma sanguíneo, como glucosa,
aminoácidos, lípidos y sales minerales desde el hígado, procedentes del aparato
digestivo a todas las células del cuerpo.
 Transporta el oxígeno desde los pulmones al resto del organismo, transportado por
la hemoglobina contenida en los glóbulos rojos.

Hematopoyesis[editar]
Artículo principal: Hematopoyesis

Las células sanguíneas son producidas en la médula ósea de los huesos largos y planos
en la edad adulta; este proceso es llamado hematopoyesis. El componente proteico es
producido en el hígado, mientras que las hormonas son producidas en las glándulas
endocrinas y la fracción acuosa es mantenida por el riñón y el tubo digestivo.
Las células sanguíneas son degradadas por el bazo y las células de Kupffer en el hígado
(hemocateresis). Este último, también elimina las proteínas y los aminoácidos. Los
eritrocitos usualmente viven algo más de 120 días antes de que sea sistemáticamente
reemplazados por nuevos eritrocitos creados en el proceso de eritropoyesis, estimulada
por la eritropoyetina, una hormona secretada en su mayor parte por los riñones y en
menores cantidades por hígado y páncreas.

Viscosidad y resistencia[editar]
La resistencia del flujo sanguíneo no solo depende del radio de los vasos sanguíneos
(resistencia vascular), sino también de la viscosidad sanguínea. El plasma es casi 1.8
veces más viscoso que el agua y la sangre entera es tres o cuatro veces más viscosa que
el agua. Por lo tanto, la viscosidad depende en mayor medida del hematocrito, el efecto de
la viscosidad se desvía de lo esperado con base en la fórmula de Poiseuille-Hagen.

Transporte de gases[editar]
Artículo principal: Hemoglobina

La oxigenación de la sangre se mide según la presión parcial del dioxígeno. Un 98,5 % del


dioxígeno está combinado con la hemoglobina, solo el 1.5 % está físicamente disuelto.
La molécula de hemoglobina es la encargada del transporte de dioxígeno en los
mamíferos y otras especies.
Con la excepción de la arteria pulmonar y la arteria umbilical, y sus venas
correspondientes, las arterias transportan la sangre oxigenada desde el corazón y la
entregan al cuerpo a través de las arteriolas y los tubos capilares, donde el dioxígeno es
consumido. Posteriormente, las venas transportan la sangre desoxigenada de regreso al
corazón.
Bajo condiciones normales, en humanos, la hemoglobina en la sangre que abandona los
pulmones está alrededor del 96-97 % saturada con dioxígeno; la sangre "desoxigenada"
que retorna a los pulmones está saturada con dioxígeno en un 75 %.6Un feto, recibiendo
dioxígeno a través de la placenta, es expuesto a una menor presión de dioxígeno
(alrededor del 20 % del nivel encontrado en los pulmones de un adulto), por eso los fetos
producen otra clase de hemoglobina con mayor afinidad por el dioxígeno (hemoglobina F)
para poder extraer la mayor cantidad posible de dioxígeno de su escaso suministro. 7
Véase también: Hematosis

Transporte de dióxido de carbono[editar]


Cuando la sangre sistémica arterial fluye a través de los capilares, el dióxido de carbono
se dispersa desde los tejidos a la sangre. Parte del dióxido de carbono es disuelto en la
sangre. Y, a la vez, algo del dióxido de carbono reacciona con la hemoglobina para formar
carboaminohemoglobina. El resto del dióxido de carbono (CO 2) es convertido en
bicarbonato e iones hidrógeno. La mayoría del dióxido de carbono es transportado a
través de la sangre en forma de iones bicarbonato (CO3H-).

Transporte de iones hidrógeno[editar]


Algo de la oxihemoglobina pierde dioxígeno y se convierte en desoxihemoglobina. La
desoxihemoglobina tiene una mayor afinidad por el H+ que la oxihemoglobina, por lo cual
se asocia con la mayoría de los iones hidrógeno.

Circulación de la sangre[editar]
Artículo principal: Sistema cardiovascular

La función principal de la circulación es el transporte de agua y de sustancias


vehiculizadas mediante la sangre para que un organismo realice sus actividades vitales.
En el ser humano está formado por:

 Arterias: las arterias están hechas de tres capas de tejido, uno muscular en el medio y
una capa interna de tejido epitelial.
 Capilares: los capilares están embebidos en los tejidos, permitiendo además el
intercambio de gases dentro del tejido. Los capilares son muy delgados y frágiles,
teniendo solo el espesor de una capa epitelial.
 El corazón:órgano musculoso situado en la cavidad torácica, entre los dos pulmones.
Su forma es cónica, algo aplanado, con la base dirigida hacia arriba, a la derecha, y la
punta hacia abajo, a la izquierda, terminando en el 5º espacio intercostal. 8
 Venas: las venas transportan sangre a más baja presión que las arterias, no siendo
tan fuerte como ellas. La sangre es entregada a las venas por los capilares después
que el intercambio entre el oxígeno y el dióxido de carbono ha tenido lugar. Las venas
transportan sangre rica en residuos de vuelta al corazón y a los pulmones. Las venas
tienen en su interior válvulas que aseguran que la sangre con baja presión se mueva
siempre en la dirección correcta, hacia el corazón, sin permitir que retroceda. La
sangre rica en residuos retorna al corazón y luego todo el proceso se repite.
Hemograma[editar]
Artículo principal: Hemograma

El hemograma es el informe impreso resultante de un análisis cuali-cuantitativo de


diversas variables mensurables de la sangre. El hemograma básico informa sobre los
siguientes datos:

 índices corpusculares
 recuento de elementos formes
 valores de hemoglobina
 valores normales

Enfermedades en la sangre[editar]
La Hematología es la especialidad médica que se dedica al estudio de la sangre y sus
afecciones relacionadas. El siguiente es un esquema general de agrupación de las
diversas enfermedades de la sangre:

 Enfermedades de la hemostasia
 Enfermedades del sistema eritrocitario
 Enfermedades del sistema leucocitario
 Hemopatías malignas (leucemias/linfomas, discrasias y otros)
Las enfermedades de la sangre básicamente, pueden afectar elementos celulares
(eritrocitos, plaquetas y leucocitos), plasmáticos (inmunoglobulinas, factores
hemostáticos), órganos hematopoyéticos (médula ósea) y órganos linfoides (ganglios
linfáticos y bazo). Debido a las diversas funciones que los componentes sanguíneos
cumplen, sus trastornos darán lugar a una serie de manifestaciones que pueden
englobarse en diversos síndromes.
Los síndromes hematológicos principales:

 Síndrome adenopático
 Síndrome anémico
 Síndrome de insuficiencia medular global
 Síndrome disglobulinhémico
 Síndrome esplenomegálico
 Síndrome granulocitopénico
 Síndrome hemorrágico
 Síndrome linfoproliferativo crónico (con expresión leucémica)
 Síndrome mielodisplásico
 Síndrome mieloproliferativo crónico
 Síndrome poliglobúlico

Vena

Las venas son vasos del sistema circulatorio que apoyan la circulación transportando la sangre
hacia el corazón.

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Vasos sanguíneos del cuerpo humano

La sangre que fluye por el sistema circulatorio transporta nutrientes, oxígeno y agua a las células
de todo el cuerpo. El recorrido podría comenzar y terminar en el corazón, pero los vasos
sanguíneos llegan a todas las partes vitales en su trayecto. Estas arterias, venas y capilares forman
una gran red de conductos. Si tuviéramos que desplegar los vasos sanguíneos del cuerpo en una
línea, la misma se extendería casi 100.000 km. ¡Eso es suficiente para dar la vuelta a la Tierra casi
tres veces!

1. Los tres tipos principales de vasos sanguíneos: Arterias, venas y capilares

Los diferentes tipos de vasos sanguíneos y sus capas

Los vasos sanguíneos transportan sangre por todo el cuerpo. Las arterias transportan sangre desde
el corazón. Las venas llevan la sangre de regreso al corazón. Los capilares rodean a las células y a
los tejidos del cuerpo para aportar y absorber oxígeno, nutrientes y otras sustancias. Los capilares
también conectan las ramas de las arterias y las ramas de las venas. Las paredes de la mayoría de
los vasos sanguíneos tienen tres capas diferentes: la túnica externa, la túnica media y la túnica
íntima. Estas capas rodean la luz, el interior hueco por el que fluye la sangre.

2. La sangre oxigenada sale del corazón a través de las arterias

Las arterias principales y ramas del cuerpo

El ventrículo izquierdo del corazón bombea sangre oxigenada hacia la aorta. Desde allí, la sangre
pasa a través de las arterias principales, que se ramifican en arterias musculares y luego en
arteriolas microscópicas. Las arteriolas se ramifican en redes de capilares, aportan oxígeno y
nutrientes a los tejidos. Las paredes de las arterias son más gruesas que las paredes de las venas, y
tienen más tejido elástico y muscular liso. Esta estructura les permite a las arterias dilatarse a
medida que la sangre es bombeada a través de ellas.

3. Las venas llevan la sangre de regreso al corazón

Vena cava superior y vena cava inferior

Después de que los capilares liberan oxígeno y otras sustancias de la sangre a los tejidos del
cuerpo, conducen a la sangre nuevamente hacia las venas. Primero la sangre ingresa a ramas
venosas microscópicas denominadas vénulas. Las vénulas conducen la sangre hacia las venas, que
la transportan de regreso al corazón a través de las venas cavas. Las paredes de las venas son más
delgadas y menos elásticas que las paredes de las arterias. La presión que empuja la sangre por las
venas no es tan alta. De hecho, hay válvulas dentro de la luz de las venas para impedir el reflujo de
sangre.
4. El intercambio de gases, nutrientes y desechos entre la sangre y los tejidos ocurre en los
capilares

Haga clic para reproducir una animación del flujo de sangre por los capilares

Los capilares son vasos diminutos que se ramifican a partir de las arteriolas para formar redes que
rodean a las células del cuerpo. En los pulmones, los capilares absorben oxígeno del aire inhalado
hacia el torrente sanguíneo y liberan el dióxido de carbono para que sea exhalado. En el resto del
cuerpo, el oxígeno y otros nutrientes difunden desde la sangre de los capilares hacia los tejidos
que estos irrigan. Los capilares absorben dióxido de carbono y otros productos de desecho de los
tejidos y luego conducen la sangre desoxigenada hacia las venas.

5. El bombeo constante del corazón mantiene la presión arterial y la irrigación de todo el cuerpo

Haga clic para reproducir una animación de la medición de la presión arterial

La sangre que se desplaza por el sistema circulatorio ejerce presión en las paredes de los vasos
sanguíneos. La presión arterial es el resultado de la fuerza del flujo de sangre generada por el
corazón que bombea la sangre y la resistencia de las paredes de los vasos sanguíneos. Cuando el
corazón se contrae, bombea sangre a través de las arterias. La sangre empuja contra las paredes
del vaso y fluye más rápido con esa alta presión. Cuando los ventrículos se relajan, son las paredes
de los vasos las que empujan al disminuir la presión. El flujo de sangre disminuye su velocidad con
esta baja presión.

Vena

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Para otros usos de este término, véase Vena (desambiguación).

Vena

Venous System es.svg

Diagrama de las venas más importantes en el organismo

Vein (retouched).svg

Corte de una vena mostrando una válvula que evita el retorno de la sangre

Nombre y clasificación

Latín [TA]: vena

TA A12.0.00.030

Gray pág.500

Información anatómica

Estudiado (a) por flebología


SistemaCirculatorio

Wikipedia no es un consultorio médico Aviso médico

[editar datos en Wikidata]

En anatomía, una vena es un vaso sanguíneo que conduce la sangre desde los capilares hasta el
corazón. Generalmente, las venas se caracterizan porque contienen sangre desoxigenada (que se
reoxigena a su paso por los pulmones), y porque transportan dióxido de carbono y desechos
metabólicos procedentes de los tejidos, en dirección de los órganos encargados de su eliminación
(los pulmones, los riñones o el hígado). Sin embargo, hay venas que contienen sangre rica en
oxígeno: este es el caso de las venas pulmonares (dos izquierdas y dos derechas), que llevan
sangre oxigenada desde los pulmones hasta las cavidades del lado izquierdo del corazón, para que
este la bombee al resto del cuerpo a través de la arteria aorta, y las venas umbilicales.

El cuerpo humano tiene más venas que arterias y su localización exacta es mucho más variable de
persona a persona que el de las arterias. La estructura de las venas es muy diferente a la de las
arterias: la cavidad de las venas (la "luz") es por lo general más grande y de forma más irregular
que las de las arterias correspondientes, y las venas están desprovistas de láminas elásticas.

Las venas son vasos de alta capacidad, que contienen alrededor del 70 % del volumen sanguíneo
total.

Índice

1 Histología de las venas

2 División de los sistemas venosos

3 Nombres de las principales venas

4 Presión venosa

5 Las venas y arterias en el transporte de sustancias

6 Enfermedades de las venas

7 Véase también

8 Referencias

Histología de las venas

Como las arterias, las venas están formadas por tres capas:1
Interna, íntima o endotelial; los límites entre esta capa y la siguiente están con frecuencia mal
definidas.

Media o muscular; poco desarrollada en las venas, y con algo de tejido elástico. Constituida sobre
todo de tejido conjuntivo, con algunas fibras musculares lisas dispuestas concéntricamente.

Externa o adventicia, que forma la mayor parte de la pared venosa. Formada por tejido conjuntivo
laxo que contiene haces de fibras de colágeno y haces de células musculares dispuestas
longitudinalmente.

Sin embargo, algunas venas con función propulsora presentan una musculatura relativamente
importante tanto en la media (en disposición concéntrica) como en la adventicia (en disposición
longitudinal). Este tipo de venas se denominan "venas musculares".

Las venas tienen una pared más delgada que la de las arterias, debido al menor espesor de la capa
muscular, pero tienen un diámetro mayor que ellas porque su pared es más distensible, con más
capacidad de acumular sangre. En el interior de las venas se encuentran unas estructuras
denominadas válvulas semilunares, que impiden el retroceso de la sangre y favorecen su
movimiento hacia el corazón.

A pesar de que las venas de las extremidades tienen actividad vasomotora intrínseca, el retorno de
la sangre al corazón depende de fuerzas extrínsecas, proporcionadas por la contracción de los
músculos esqueléticos que las rodean, y de la presencia de las válvulas, que aseguran el
movimiento en un único sentido.

División de los sistemas venosos

Se pueden considerar tres sistemas venosos: el sistema pulmonar, el sistema general (o sistémico)
y el sistema porta.

Venas del sistema general: Por las venas de la circulación sistémica o general circula la sangre
pobre en oxígeno desde los capilares o microcirculación sanguínea de los tejidos a la parte derecha
del corazón. Las venas de la circulación sistémica también poseen unas válvulas, llamadas válvulas
semilunares que impiden el retorno de la sangre hacia los capilares.

Sistema pulmonar: Por las venas de la circulación pulmonar circula la sangre oxigenada de los
pulmones hacia la parte izquierda del corazón.

Sistema porta: Por las venas de los sistemas porta circula sangre de un sistema capilar a otro
sistema capilar. Existen dos sistemas porta en el cuerpo humano:

Sistema porta hepático: Las venas originadas en los capilares del tracto digestivo (desde el
estómago hasta el recto) que transportan los productos de la digestión, se transforman de nuevo
en capilares en los sinusoides hepáticos del hígado, para formar nuevas venas que desembocan en
la circulación sistémica.

Sistema porta hipofisario: La arteria hipofisaria superior procedente de la carótida interna, se


ramifica en una primera red de capilares situados en la eminencia media. De estos capilares se
forman las venas hipofisarias que descienden por el tallo hipofisario y originan una segunda red de
capilares en la adenohipófisis que drenan en la vena yugular interna.

Nombres de las principales venas

Normalmente, cada vena está asociada con una arteria, a menudo con el mismo nombre (aunque
a veces hay diferencias: por ejemplo, las arterias carótidas están asociadas con las venas
yugulares). Los nombres de las principales venas son:

Vena yugular.

Vena subclavia.

Venas coronarias.

Vena cava superior (VCS) e inferior (VCI).

Venas pulmonares.

Vena renal.

Vena femoral.

Vena safena mayor y menor.

Presión venosa

Artículo principal: Presión venosa central

La presión venosa es un término general que define la presión media de la sangre dentro del
compartimento venoso. Un término más específico es la presión venosa central, que define la
presión de la sangre en la vena cava inferior a la entrada de la aurícula derecha del corazón. Esta
presión es importante, porque define la presión de llenado del ventrículo derecho, y por tanto
determina el volumen sistólico de eyección, de acuerdo con el mecanismo de Frank-Starling.2

El volumen sistólico de eyección es el volumen de sangre que bombea el corazón en cada latido,
fundamental para asegurar el correcto aporte de sangre a todos los tejidos del cuerpo. El
mecanismo de Frank-Starling establece que un aumento en el retorno venoso (la cantidad de
sangre que llega por las venas cavas a la aurícula derecha) produce un aumento de la precarga
ventricular (simplificado, el volumen de llenado del ventrículo izquierdo), y eso genera un
incremento en el volumen sistólico de eyección.
Las venas y arterias en el transporte de sustancias

Las arterias y las venas presentan varias características diferenciales, en cuanto al transporte de
sustancias. Las arterias transportan oxígeno y nutrientes en dirección de los tejidos. A nivel de los
capilares, estas sustancias pasan por difusión desde la sangre hasta las células tisulares a favor de
un gradiente de concentración, para suministrar las materias primas necesarias para el
metabolismo celular. Inversamente, los productos de desecho del metabolismo celular (CO2 y
otros metabolitos) salen de las células y entran en los capilares a favor de un gradiente de
concentración.3 En concreto, la hemoglobina desoxigenada tiene alta afinidad por el CO2,
formándose carbaminohemoglobina. De manera que la sangre arterial, rica en oxígeno y
nutrientes, al pasar por los capilares intercambia su contenido con el contenido celular, y los
productos de desecho celulares pasan a las venas y se distribuyen hacia los distintos órganos
encargados de su eliminación del organismo:

el CO2 se elimina en forma de gas en los pulmones, y como bicarbonato (HCO3-) a través de los
riñones;

una gran parte de los iones y productos metabólicos se eliminan a través de los riñones: el sodio,
el potasio, el magnesio, el calcio, el amonio, la urea, etc;

algunos productos de desecho se eliminan por el hígado, a través de la bilis: por ejemplo, la
bilirrubina, un producto de la degradación de la hemoglobina.

Desde un punto de vista gasométrico (contenido de gases disueltos), lo que diferencia la sangre
arterial de la venosa es la presión parcial de oxígeno, o pO2 (que varía de 95 mmHg en promedio
en las arterias a 40 mmHg en las venas), ya que la pCO2 es muy similar (40 en las arterias, y 46 en
las venas).45 Sin embargo, solo la fracción de un gas disuelta en un líquido contribuye al valor de
su presión parcial, y tanto el O2 (en dirección de los tejidos) como el CO2 (generado en los tejidos)
se transportan de maneras diferentes en la sangre. Mientras que el oxígeno se transporta de dos
maneras (el 98 % unido a hemoglobina y solo el 2 % disuelto), el CO2 se transporta bien unido a la
hemoglobina (30 %), bien en forma de bicarbonato (70 %), bien disuelto (10 %). Así que los valores
de presión parcial solo reflejan una parte de la composición de la sangre. En los eritrocitos, el
bicarbonato se transforma en agua y CO2, en una reacción catalizada por la anhidrasa carbónica.
Este CO2 pasa por difusión a los alveolos pulmonares y se espira, como ocurre con el CO2 disuelto
en la sangre y el CO2 unido a hemoglobina. Por ello, el aire espirado tiene una pCO2 de 27 mmHg,
mientras que el aire atmosférico solo tiene una pCO2 de 0.3 mmHg. Es decir, como todo
organismo vivo (con algunas excepciones), expulsamos CO2 al medio, que se generó en las
mitocondrias como resultado del metabolismo celular.

Los productos resultantes del metabolismo celular, el CO2 y otros productos de desecho, deben
eliminarse porque son tóxicos. La eliminación de estos compuestos es fundamental para el
equilibrio del organismo, y si no se eliminan adecuadamente pueden generar problemas: así, una
acumulación de CO2 (porque hay una hipoventilación, por ejemplo) puede producir una acidosis.
Enfermedades de las venas

Varices.

Flebitis.

Trombosis venosa profunda.

Trombosis de la vena renal.

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