Está en la página 1de 7

MCA Business & Postgraduate School

Educational Excellence online

El desafío de narrar

Módulo 2. Descripción y manejo de la escena

Clase 1. La descripción efectiva y su técnica

1.1.- Introducción

El arte de la descripción dentro de la narrativa es uno de los principales retos a que nos
podemos enfrentar. Describir con calidad e impacto una escena determinada
representa uno de los puntos más atractivos y difíciles de toda escritura. El pintor
cuenta con colores e imágenes, el músico se vale del sonido para comunicar
experiencias sensitivas, el escultor de texturas y relieves, así como un chef experto de
toda una gran combinación de sabores. El escritor solo tiene las palabras, las palabras
de uso cotidiano y masivo, ellas son su herramienta y solo a través de ellas puede
comunicar sensaciones de complejidad y trascendencia. La descripción para el
narrador, define gran parte de eso que llamamos estilo, personalidad creativa o marca.

1.2.- Desarrollo

1.2.1- La importancia del punto de vista

Describir literariamente es un acto complejo porque implica no solamente lo visual,


sino la participación del resto de los sentidos físicos: gusto, oído, tacto y olfato.
Describir un objeto, animal o persona en reposo no es lo mismo que hacerlo en
movimiento. Estas y otras cuestiones analizaremos en el transcurso de la clase de
manera que nos apropiemos de pautas esenciales del ejercicio descriptivo. La
descripción narrativa consta de algunos elementos que debemos tener en cuenta de
forma integradora. El primero es que lo que llamamos punto de vista. El punto de vista
no es más que la perspectiva desde la cual se narra, y ello guarda una estrecha narración
con el tipo de persona gramatical que hemos escogido. Si nuestro relato o novela se
mueve a través de la voz de un narrador omnisciente, las posibilidades de alcance son
de una gran amplitud, lo que significa que podremos abordar disímiles espacios y
penetrar directamente en la conciencia de los personajes. Si en cambio usamos la

Material propiedad de MCA Business & Postgraduate School Higher Education


MCA Business & Postgraduate School
Educational Excellence online

primera persona, el espectro será considerablemente limitado en cierto sentido,


porque en materia de credibilidad, la descripción debe ajustarse a lo que una persona
común y corriente es capaz de percibir o saber. El punto de vista no es más que desde
dónde se describe la acción o el objeto. La posición del narrador determina qué puede
saber y qué no. Un soldado que va marchado en una ceremonia militar, no tiene la
misma percepción del acto que la que puede tener un observador externo.

1.3.- La cuestión psicológica en el punto de vista

La visión del que ha participado en una


batalla como soldado raso, no es la misma
que la de un general, ni la de un general
será la de un historiador ajeno al conflicto.
En este sentido, el dónde y el cómo
constituyen la primera lógica del relato.
Esto es algo que debemos tener claro:
cuáles son las posibilidades descriptivas
del narrador desde su posición espacial, y
luego, como elemento de complejidad
dentro del punto de vista, la cuestión psicológica. Dos soldados rasos, compañeros del
mismo pelotón incluso, no tienen la misma percepción del hecho bélico, por la simple
razón de que uno puede ser un hombre elemental y otro un artista: la sensibilidad ante
el horror de la guerra no será ni medianamente parecida, ni los sucesos, tiempo
después serán recordados de manera similar.

En este sentido debemos recordar que lo subjetivo juega un papel preponderante


dentro de lo que llamamos punto de vista, una cuestión que depende enteramente de
nuestro enfoque, intereses y formación personal. Ahí radica la singularidad de muchos
escritores. Sus descripciones, sabiendo de antemano desde dónde y cómo narran,
adquieren una fuerza expresiva de gran credibilidad e impacto emocional para sus
lectores.

1.4.- Sin observación profunda no hay descripción

Material propiedad de MCA Business & Postgraduate School Higher Education


MCA Business & Postgraduate School
Educational Excellence online

Como un segundo elemento de


importancia a tener en cuenta tenemos
la observación. Sin observación
profunda no hay descripción. Observar
implica coordinar todos los sentidos en
función de producir un estado de
ánimo, un impacto de gran relieve. Es
prestar atención a los grandes y
pequeños detalles, tanto de un espacio
real como de otro ficticio. Un ejercicio
efectivo que podemos realizar en este
sentido es describir escenarios y
escenas. Un escenario será un lugar que
tiene el estatismo de un cuadro, es decir, una agrupación de objetos, un paisaje, un sitio
vacío. Una escena será dotar de movimiento y dinamismo a un lugar con personas. Ello
implicaría posiblemente, si es una calle o un parque público, la descripción de rostros,
colores, sonidos, olores, artefactos, mascotas, juegos y estado del clima entre otros
elementos que dependen ya puramente de la voluntad del escritor. En este ejercicio,
un peligro frecuente es casi siempre sobrecargar de detalles la descripción.

Un registro pormenorizado, detalle a detalle, puede tornar lenta y aburrida la


narración. Tratemos, en todo caso, de concentrarnos en lo verdaderamente
importante. Se trata de un equilibrio en que, ni falten elementos en la escena o el
escenario, ni sobren. En su brillante novela Seda, Alessandro Baricco, despliega unas
descripciones modélicas por su fluidez y poder de sugerencia, de modo que se
combinan en ella estados de ánimo, percepciones de los personajes y elementos de
ambiente que crean una atmósfera de credibilidad y encanto:

Hicieron descorrer un panel de papel de arroz, y Hervé Joncour entró. Hara


Kei estaba sentado con las piernas cruzadas, en el piso, en la esquina más
lejana de la habitación. Llevaba una túnica oscura; no tenía joyas. Único signo
visible de su poder, una mujer extendida a su lado, la cabeza apoyada en su
regazo, los ojos cerrados, los brazos escondidos en el amplio vestido rojo que
se extendía alrededor, como una llama, sobre la estera color ceniza. Él le
pasaba lentamente una mano por el cabello: parecía acariciar la piel de un
animal precioso y aletargado. Hervé Joncour atravesó el cuarto, esperó una
señal del anfitrión y se sentó frente a él. Permanecieron en silencio, mirándose

Material propiedad de MCA Business & Postgraduate School Higher Education


MCA Business & Postgraduate School
Educational Excellence online

a los ojos. Llegó un siervo, imperceptible, y puso delante de ellos dos tazas de
té. Luego desapareció en la nada. Entonces Hara Kei comenzó a hablar, en su
lengua, con una voz cantilenante, disuelta en una especie de falsete
fastidiosamente artificial. Hervé Joncour escuchaba. Tenía los ojos fijos en los
de Hara Kei y sólo por un instante, sin advertirlo casi, los bajó hacia el rostro
de la mujer.
Era el rostro de una chiquilla. (Baricco, 2010, p.33)

1.5.- Cuando la descripción involucra al lector

La buena literatura del siglo XXI, es una literatura, que, sin tender a la ligereza, tiende
a la síntesis, a la concreción. Pensemos siempre que nuestros lectores no tienen
muchas veces la suficiente paciencia para la saturación de lo no relevante. Lo que para
nosotros puede ser significativo, para el lector, no. Tratemos de lograr, con menos,
hacer más. Esto quiere decir que una buena descripción es aquella que logra despertar
emociones de amplio registro en los lectores.

Describir un escenario o suceso real, servirá como patrón, luego debemos probar a
lanzarnos con la descripción de un escenario o suceso ficticio: ahí está el reto
imaginativo. Es como construir a base de ideas, imágenes y sensaciones un set de
filmación para una película. Las descripciones en frío no producen impacto alguno en
el lector, deparan casi siempre la decepcionante sensación de una literatura de
laboratorio, artificial, y, por tanto, fallida.

Sin embargo, las descripciones que involucran al lector en la trama con experiencias y
situaciones posibles, rebosantes de vida, son las que están llamadas a triunfar, dejando
casi siempre en el recuerdo de los lectores, una impresión memorable. Ese suele ser,
alguno de los secretos de una obra maestra. Su semejanza con lo posible y lo imposible
es tan cercana que la frontera entre la ficción y nuestro campo de percepción, llega casi
a desaparecer.

Hermann Hesse, en su ya clásico Siddhartha, nos da fe de este ejercicio:

Ya no contemplaba el rostro de su amigo Siddharta, sino que veía otras


caras, muchas, una larga hilera, un río de rostros, de centenares, de miles
de facciones; todas venían y pasaban, y, sin embargo, parecía que todas
desfilaban a la vez, que se renovaban continuamente, y que al mismo tiempo
eran Siddharta. Observó la cara de un pez, de una carpa, con la boca abierta
por un inmenso dolor, de un pez moribundo, con los ojos sin vida..., vio la

Material propiedad de MCA Business & Postgraduate School Higher Education


MCA Business & Postgraduate School
Educational Excellence online

cara de un niño recién nacido, encarnada y llena de arrugas, a punto de


echarse a llorar..., divisó el rostro de un asesino, le acechó mientras hundía
un cuchillo en el cuerpo de una persona..., y al instante vislumbró a este
criminal arrodillado y maniatado, y cómo el verdugo le decapitó con un
golpe de espada..., distinguió los cuerpos de hombres y mujeres desnudos y
en posturas de lucha, en un amor frenético..., entrevió cadáveres quietos,
fríos, vacíos..., reparó en cabezas de animales, de jabalíes, de cocodrilos, de
elefantes, de toros, de pájaros..., observó a los dioses, reconoció a Krishna y
a Agni..., captó todas estas figuras y rostros en mil relaciones entre ellos,
cada una en ayuda de la otra, amando, odiando, destruyendo y creando de
nuevo. Cada figura era un querer morir, una confesión apasionada y
dolorosa del carácter transitorio; pero ninguna moría, sólo cambiaban,
siempre volvían a nacer con otro rostro nuevo, pero sin tiempo entre cara y
cara... Y todas estas figuras descansaban, corrían, se creaban, flotaban, se
reunían, y encima de todas ellas se mantenía continuamente algo débil, sin
sustancia, pero a la vez existente, como un cristal fino o como hielo, como
una piel transparente, una cáscara, un recipiente, un molde o una máscara
de agua; y esa máscara sonreía, y se trataba del rostro sonriente de
Siddharta… (Hesse, 2016, p.122)

En materia de observación, describir lo


externo, ya sea real o ficticio, es un ejercicio
complejo por la cantidad de detalles y
“pinceladas” que requiere, pero describir lo
psicológico, lo interno, lo que sucede en la
conciencia de un personaje, es el reto mayor
a que nos enfrentamos a la hora de describir.

Para “retratar” eficazmente un paisaje, es preciso tener talento, para retratar


eficazmente un estado de ánimo o un sentimiento, es preciso haber alcanzado cierta
maestría: ahí entra en acción la experiencia, y sobre todo la empatía, el acto de
desdoblarse en la conciencia de otro, que suele ser uno de los grandes secretos de toda
escritura de ficción. Si uno de nuestros personajes es un asesino en serie, un ser en
cuya conciencia están fracturadas todas las normas sociales, el reto consiste entonces
en asumir su identidad de modo que su actuar resulte creíble, consistente y capaz de
producir la más completa enajenación en los lectores. Describir los “síntomas” de un
estado de conciencia determinado, es una verdadera prueba de fuego para el narrador
por la profundidad, la belleza y el ejercicio de síntesis que implica.

Material propiedad de MCA Business & Postgraduate School Higher Education


MCA Business & Postgraduate School
Educational Excellence online

1.6.- Algunas consideraciones generales

A modo de resumen, sugerimos algunos elementos de vital importancia para una


descripción efectiva. En primer lugar, tratemos de que nuestro estilo sea vivo, visual y
claro. Dosifiquemos la información de modo que el lector pueda descubrir, paso a paso
elementos nuevos y sorprendentes, tanto del espacio como de la acción que generan
los personajes. Tengamos en cuenta que describir no significa explicarlo todo. Dejemos
un espacio para que el lector pueda imaginar la historia que le contamos a nuestro
modo, desde nuestras posibilidades y experiencias. Hagamos todo lo posible para que
las descripciones funcionen sobre la acción: si describimos un cuadro donde pastan
caballos en un prado, deteniéndonos en detalles que no aportan nada al desarrollo del
argumento, corremos el riesgo de que el lector recurra a la suprema potestad que tiene,
que es saltar la página o simplemente hacer a un lado el texto completo.

Si en cambio describimos una carrera de


caballos en un hipódromo, tenemos la
posibilidad de combinar acción con
actitudes de personajes, que serán en este
caso los jinetes, los responsables de
despertar un verdadero interés, y donde es
posible recrear miedos, ambiciones,
certezas, trampas, contratiempos, de
modo que animal y ser humano se
conviertan en una misma unidad
dinámica, en una fuerza motriz de la
acción general del relato. Lo aconsejable es manejar los estados necesariamente
estáticos con pinceladas breves. Lo extraordinario de las palabras es que, si son bien
empleadas, se convierten en sucesos capaces de sustituir la realidad o modificar la
percepción que de ella ha existido desde siempre.

El desafío de narrar consiste, en buena medida, en educar nuestra intuición, en perfilar


eso que ya en bruto sabemos o sospechamos. Los manuales y las sugerencias
constituyen guías de importancia, pero sin dudas, la persona que somos y cómo
percibimos el mundo, son los mayores aliados en este fascinante camino de crear
mundos posibles.

Material propiedad de MCA Business & Postgraduate School Higher Education


MCA Business & Postgraduate School
Educational Excellence online

Bibliografía:

Baricco, A. (2010). Seda. Barcelona: Anagrama

Heras, E. (comp.) (2002). El desafío de la ficción. La Habana: Abril

Hesse, H. (2016). Siddharta. Madrid: Debolsillo

García Jiménez, J. (1994). La imagen narrativa. Madrid: Paraninfo

Roth, P. (2011). El oficio: un escritor, sus colegas y sus obras. Madrid: Penguin
Random House

Lukács, G. (1974). Teoría de la novela. Madrid: Grijalbo

Vargas Llosa, M. (2005). La verdad de las mentiras. Barcelona: Seix Barral

Vivaldi, M. (2000). Curso de Redacción. Madrid: Paraninfo

Material propiedad de MCA Business & Postgraduate School Higher Education

También podría gustarte