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Misión, visión, valores y Visión Crítica desde la gestión escolar del

deporte.

Definición del término

Existe un consenso generalizado, dentro de la literatura especializada, en situar a los


Juegos Escolares Nacionales, que comienzan en el curso 1948-49, como los precursores
modernos de lo que hoy entendemos por Deporte Escolar, pese a existir diferentes
experiencias previas, eso sí, de carácter local, e incluso colegial, y con escasa
repercusión social. También deberíamos citar como primeras actividades de deporte
escolar las realizadas por la Institución Libre de Enseñanza (la ILE fundada por Giner
de los Ríos) a partir de 1878 consistentes en juegos infantiles, excursiones, etc.

Ahora bien, el acuerdo es mínimo cuando, en los últimos tiempos, se intenta


1
encontrar una definición conceptual sobre este ámbito. Efectivamente, los especialistas
que se atreven a intentar acotar el término conforman un universo no sólo variado, sino
contradictorio e incluso antagónico.

En nuestra propia recopilación conceptual sobre el Deporte Escolar se manifiestan


amplios disensos en cualquiera de los elementos que lo componen, en el tipo de
actividad a desarrollarse, en la edad de los posibles practicantes, en la disquisición
horaria lectiva-extralectiva, en la cuestión espacial sobre dónde se desarrollan las
prácticas o a quién competen las inherentes responsabilidades básicas.

Una muestra de la máxima actualidad, sobre esta discordancia la encontramos


precisamente en el III Congreso Nacional de Deporte en Edad Escolar “Deporte y
Educación” (2004), donde en su Libro de Actas se recogen de las diferentes
comunicaciones acepciones diametralmente opuestas 2.

1
Con el objeto de simplificar la lectura del texto se ha optado por utilizar términos genéricos, por esta
razón, salvo cuando se exprese lo contrario, se estará haciendo referencia a ambos sexos.
2
Romero Ramos entiende que el deporte escolar se desarrolla en la clase de Educación Física, mientras
que Vizcarra y González, bien al contrario, lo sitúan como una extensión del sistema educativo. Por su
parte Arribas y Arruza, recuerdan que “es el gestionado por los ayuntamientos y diputación…”
Otro ejemplo: en el ilustrativo libro coordinado por Fraile (2004) El deporte escolar
en el siglo XXI: análisis y debate desde una perspectiva europea, sus reputados autores
manifiestan, al referirse al tema en cuestión, la existencia de una confusión o disenso
terminológico (Romero, Álamo) y la complejidad de definir lo que se entiende por
Deporte Escolar (González).

Emana de esta obra un evidente y notorio esfuerzo por clarificar los términos
habitualmente utilizados en el ámbito, señal inequívoca de la necesidad, totalmente
vigente, de unificar criterios; máxime cuando los propios autores emplean para designar
un mismo concepto acepciones distintas como deporte escolar, deporte en edad escolar,
deporte extraescolar y actividades deportivas de recreación, o la misma acepción para
designar conceptos diferentes 3.

Por ende, desde comienzos de la década de los ochenta, cuando se realizaron los
traspasos de competencias del Consejo Superior de Deportes a las comunidades
autónomas, sus correspondientes parlamentos han venido aprobando la diferente
legislación, que han considerado oportuna para regular el deporte escolar en su
territorio. Y efectivamente, bien distinto es el concepto, terminología y definición que
en el ámbito legislativo y administrativo presenta el conjunto de las autonomías del
estado español.

Ante este confuso panorama conceptual, no podemos sino atrevernos a realizar una
propuesta de definición, que sirva al menos para explicar a qué nos referimos
exactamente a lo largo de este capítulo cuando empleamos el término Deporte Escolar:

Conjunto de actividades físico-deportivas, realizada por escolares en horario no lectivo, a través del
centro escolar, con objetivos educativos (Ortúzar, 2005:87).

Entendiendo sus actividades como regladas o no, competitivas como no competitivas,


abierto a todos los escolares sin límite de edad u otros, en horario no lectivo pero
totalmente imbricado con el lectivo y su currículo, tanto dentro como fuera del centro,
pero bajo su responsabilidad, contempladas en el proyecto educativo de centro y
teniendo como meta fundamental la natural de un centro educativo, la educación.
3
El deporte escolar comprende todo el trabajo que se lleva a cabo en la estricta jornada escolar (Romero).
El deporte escolar se refiere a la actividad desarrollada fuera del horario lectivo (Álamo).
Dejaríamos incompleta esta revisión si no incluyéramos la definición institucional de
nuestra comunidad autónoma: “... actividad deportiva organizada que es practicada por
escolares en horario no lectivo durante el periodo de escolarización obligatorio.” 4

La misión del deporte escolar

Para intentar definir la misión del deporte escolar nos encontramos una problemática
similar a la planteada en el punto anterior. La marcada separación existente, e incluso a
menudo contradicción, en los centros educativos entre el tiempo lectivo o curricular y el
mal llamado extraescolar 5 (diferentes idearios y objetivos, diferentes responsables), se
refleja de forma similar en las instituciones.

Por un lado “cultura”, Dirección de Deportes del Departamento de Cultura de las


diputaciones, y por otro “educación”, Departamento de Educación del Gobierno Vasco,
reglamentan deporte escolar y actividades extraescolares respectivamente, términos
diferentes para un mismo significado y una realidad única. La legislación vigente regula
en el ámbito de “cultura” los programas de actividades de deporte escolar, pero no a sus
responsables y en el caso de “educación” a los potenciales responsables de las
actividades extraescolares (entre ellas el deporte escolar), dirección y profesores, pero
no los programas de actividades.

En resumen, con la doble competencia entre los Departamentos de Cultura y Deporte,


se consigue que en pocos casos (según territorio) exista relación entre el profesorado y
el deporte escolar, pese a ser una demanda reiterada de los agentes sociales que los
profesores asuman responsabilidades de gestión, como así mismo se demanda una
estrecha vinculación entre lo curricular y lo “extraescolar”no lectivo. Más aún cuando la
propia LEPV (art. 36) viene a determinar que es el equipo directivo del centro quien
debe elaborar, coordinar y supervisar el programa de actividades extraescolares, entre
las que ocupa un lugar muy destacado el deporte escolar.
4
Artículo 1 del Decreto 125/2008, de 1 de julio, sobre Deporte Escolar, BOPV.
5
Extraescolar viene a significar “fuera de” lo escolar, mientras que nosotros entendemos que estas
actividades son totalmente responsabilidad del centro escolar, se llevan a cabo en el centro escolar, con
los propios escolares, debiendo estar dentro de un único proyecto educativo que englobe toda la actividad
educativa que se genere en el centro, tanto curricular como no curricular.
La misión en el decreto de Deporte Escolar

Si tomáramos como referencia la parte “deportiva”, debemos acudir a los objetivos


establecidos en el nuevo Decreto 125/2008, de 1 de julio, sobre Deporte Escolar que
reglamenta este ámbito, mitad deportivo mitad educativo, si bien con amplia
predominancia de la primera.

El objetivo principal del deporte escolar será completar el desarrollo educativo del niño y niña
practicante, a la vez que satisfacer las necesidades individuales de cada deportista. De este modo, el
deporte escolar estará orientado a la educación integral de los niños y niñas garantizando su acceso y
participación en condiciones de igualdad y al margen de los estereotipos y roles en función del sexo, al
desarrollo armónico de su personalidad, a la consecución de unas condiciones físicas y de una generación
de hábito deportivo que posibilite la práctica continuada del deporte en edades posteriores y que fomente
las prácticas deportivas que permitan desarrollar una forma de vida saludable. Es en la edad escolar en
donde ha de comenzar una correcta iniciación a la práctica deportiva, entendiendo el deporte en la edad
escolar como un componente de la educación integral del niño y de la niña, como medio para la
transmisión de valores positivos y como garantía de la práctica deportiva futura.

También se recoge en el citado decreto que “las actividades de deporte escolar han de
tener un carácter formativo, insertándose dentro del proceso de educación integral de las
y los escolares y acorde con los objetivos generales del sistema educativo y sus etapas
en general y del área de educación física en particular.”

El Proyecto Educativo de Centro.

Si hiciéramos caso a esta última recomendación, tomando como referencia la parte


“educativa”, es decir acudiendo al centro escolar. Y ésta unidad básica para el desarrollo
del escolar a través, entre otras acciones, del deporte escolar, se rige educativamente por
el Proyecto Educativo de Centro (PEC).

El PEC es el marco general de referencia que vertebra un Centro Educativo.


Compone junto al Proyecto Curricular del Centro (PCC), el Reglamento de
organización y funcionamiento (ROF) y, por último, el Proyecto de gestión (PG), los
instrumentos principales de ordenación a medio plazo. Por su parte consta de tres
elementos: el Carácter Propio, las Finalidades u Objetivos Generales del Centro y la
Estructura Organizativa (Alvarez, Soler y Hernández, 1995).

Efectivamente, este fundamental documento determina la línea de actuación de un


centro, marcando su estilo educativo. Contiene:

1. Las señas de identidad o rasgos que sirven para identificarle, tales como quién es el
titular, convicciones, pluralismo, coeducación, integración, confesionalidad, disciplina,
modelo lingüístico, metodología, características socioculturales del entorno, relación
con él, etc.

2. Los objetivos y las líneas de acción para alcanzarlos, el tipo de persona que se
pretende conseguir. El término y el camino para lograrlo, es decir la forma de conseguir
los fines con su escala de prioridades correspondiente.

3. El estilo de gestión que se aplica, la forma de organización elegida en consecuencia


con los objetivos, detallando las funciones y el funcionamiento de los órganos
unipersonales y colegiados, el sistema de participación… (Pereda, 2000).

En definitiva, la respuesta consensuada y emanada del Consejo Escolar, órgano


máximo de representación, a estas cuatro preguntas:

¿Dónde estamos? Análisis del contexto


¿Quiénes somos? Principios de identidad
¿Qué queremos? Objetivos generales
¿Quiénes y como van a llevarlo a cabo? Forma de organización

Sin embargo pese a que las actividades extraescolares (léase deporte escolar) son
parte integrante del Plan Anual del Centro (realización anual de las determinaciones que
se contienen en el PEC, PCC, ROF y PG), en repetidas ocasiones éstas ni se mencionan,
o en el caso de hacerlo no se especifican cuales son sus objetivos y sus responsables.
En resumidas cuentas, el PEC descansa en el armario u ordenador, estando presente en
pocos de los aspectos de la vida de la comunidad educativa, y desde luego no en el
deporte escolar. Tomemos como ejemplo dos típicas señas de identidad de los PEC
como la participación y la coeducación. Observemos la realidad de su deporte escolar y
será más que probable encontrar, paradójicamente, que sólo juegan los mejores, previa
selección, y que las alumnas se dedican básicamente a Gimnasia Rítmica y Baloncesto.

Relación entre el tiempo lectivo y el no lectivo.

Podemos inferir que la separación entre el primer tiempo pedagógico (lectivo) y el


segundo tiempo pedagógico (no lectivo), es total:

Separación horaria: A las cinco se “cierra la persiana” y a continuación el centro se


transforma, pasa a ser “otro”, ahora es “extraescolar”.
Separación ideológica: O no hay proyectos, planes, o el proyecto es conseguir la mejor
clasificación posible en los campeonatos escolares. No hay relación de objetivos y
contenidos entre el currículum académico y el deporte escolar.
Separación de personas: Por un lado profesores, por el otro, padres, madres,
exjugadores, exalumnos o incluso alumnos, empresas de servicios, clubes, etc. Ni
dirección ni profesorado conocen, siquiera, quiénes son, qué hacen los “responsables”
del deporte escolar.

En consecuencia, en un buen porcentaje de centros de la Comunidad Autónoma


Vasca, y del resto del Estado, el equipo directivo y el profesorado se inhiben de
cualquier responsabilidad relacionada con el tema deporte escolar, pese al mandato de
la Ley de la Escuela Pública Vasca (Art. 36), que señala como funciones del equipo
directivo elaborar, coordinar y supervisar el programa de actividades extraescolares.

De esta forma, podemos contar con un deporte escolar que aporta a los alumnos unos
valores personales y sociales de lo más deseable (cooperación, solidaridad, etc.) o por el
contrario valores negativos (violencia, injusticia, etc.) que ningún profesional de la
educación suscribiría en su ideario. La resolución de esta disyuntiva depende de factores
aleatorios, coincidentes con las características de los agentes que le toquen en suerte al
centro educativo.

Esta incertidumbre es contemplada en el Plan Vasco del Deporte que adopta como
una de las acciones prioritarias a emprender la integración del deporte escolar en los
PEC y en el Plan Anual de Centro de los centros escolares. Y ciertamente pocas
acciones suscitan un acuerdo tan unánime, refrendado en múltiples publicaciones,
congresos y foros en general, como el unificar en un área común toda la actividad
deportiva y educativa que se genera en un centro escolar, con todos los educadores bajo
una misma coordinación, liderada por la dirección del centro y con objetivos comunes.

Valores

Tomamos, por nuestra parte, como idea de valores en el deporte escolar, los preceptos
de carácter positivo que guían la actitud y el comportamiento de los alumnos en su
actividad deportiva.

Deporte y valor, deporte y virtud son conceptos a los que se les presupone
históricamente un alto grado de simbiosis, denominándose a un buen comportamiento,
durante un encuentro, como un comportamiento "deportivo", o adjetivando al sujeto
como un jugador muy "deportivo", indicativo de deportista honesto, limpio, buen
compañero y respetuoso contrincante. Traslación del ideal medieval de la caballería y
posteriormente del "gentleman" inglés que hoy utilizamos coloquialmente, hablando de
una persona o de un deportista correcto y elegante, como de "todo un caballero".

Creemos, sin embargo, que esta cuestión se encuentra bastante trastocada. En muchas
ocasiones, un valor moral como el respeto o la "deportividad", entra en conflicto con
otro valor de tipo terminal, el "afán de ganar". La importancia personal o/y social que se
le otorgue a ambos, decidirá una jerarquía de valores en la que hoy lleva las de perder la
"deportividad", exponente de la bondad de los principios que sustentaban el deporte
tradicional.

Efectivamente encontramos que los valores éticos y morales asociados al deporte en la


corriente anglosajona de Arnold, se han ido sustituyendo por otros menos éticos y
morales, debido a la enorme influencia que han cobrado los medios de difusión y los
intereses económicos (Gz. Carballude, 1998).

Realidad recogida por diferentes autores que viene a reflejar la existencia en el


deporte escolar de una atmósfera, réplica del deporte federado, que dificulta
enormemente la posibilidad de transmitir valores positivos como los recogidos más
adelante.

Gutiérrez (1995) recopila diversas investigaciones del ámbito anglosajón, en las que
se constata que los deportistas con una larga carrera deportiva han demostrado ser
menos deportivos, caballerosos y éticos que sus equivalentes no deportistas, conclusión
que vendría a contradecir el principio clásico que el deporte forma el carácter. También
se afirma que el logro del éxito está en contraposición con los valores reconocidos
socialmente, marcando el antagonismo que los educadores vemos entre la prioridad de
la victoria y la participación de todos, por ejemplo.

Sin embargo, hay que señalar que, bajo nuestra experiencia y opinión, en los albores
del siglo XXI, y contrariamente a lo expuesto a lo largo de este punto y pese al alto
porcentaje de situaciones que siguen indicando una mutación y crisis de valores, es más
frecuente encontrarse con equipos donde, propiciado por un educador cualificado, se
percibe un ambiente donde sí es posible alcanzar valores positivos deseables.

Tal vez por este motivo entiende Durán (1999) que el deporte es transmisor de
valores sociales y personales en toda la población y especialmente en jóvenes
socialmente desfavorecidos.

De hecho, el deporte es utilizado como uno de los recursos más eficaces de


reinserción social tanto con jóvenes como con adultos en situación de conflicto o
marginación. Petrus (1998) incidía en este tema, afirmando que es uno de los pocas
herramientas eficaces con las que se cuenta en el trabajo con este segmento de la
población, que vive con problemas de exclusión social.

Cara
Valores sociales y personales más propicios de alcanzar a través de la
actividad física y el deporte.
VALORES PERSONALES VALORES SOCIALES
Habilidad (forma física y mental) Participación de todos
Creatividad Respeto a sí mismo
Diversión Respeto a los demás
Reto personal Cooperación
Autodisciplina Relación social
Autoconocimiento Amistad
Mantenimiento o mejora de la salud Pertenencia a un grupo
Logro (éxito-triunfo) Competitividad
Aventura y riesgo Trabajo en equipo
Deportividad y juego limpio Expresión de sentimientos
Espíritu de sacrificio Responsabilidad social
Perseverancia Convivencia
Autocontrol Lucha por la igualdad
Reconocimiento y respeto Compañerismo
Participación lúdica Justicia
Humildad Preocupación por los demás
Obediencia Cohesión de grupo
Imparcialidad Solidaridad
Autorrealización Tolerancia
Autoexpresión Responsabilidad
Afán de superación
Confianza en sus posibilidades
Toma de decisiones
Hábito deportivo
Orden
Fuente: Elaboración propia a partir de Gutiérrez (1995), Sánchez Bañuelos (1996),
Blázquez (1996), Monteagudo (1998), Fraile (1999).

Cruz
Valores negativos presentes en deporte escolar
Antideportividad Astucia
Agresividad Insolidaridad
Violencia Egoísmo
Eficientismo Individualismo
Hiperrendimiento Soberbia
Competitividad Injusticia
Excelencia Parcialidad
Éxito personal Utilitarismo
Imagen corporal Intolerancia

Fuente: Elaboración propia a partir de Blázquez (1996).


Como apunta Fraile (1999) la actividad corporal puede ayudar a liberar u oprimir, a
ilusionar o desilusionar, satisfacer o frustrar, es decir, es una actividad neutra que
depende de sus objetivos, medios, recursos para ser positiva o negativa.

Parlebas (1969, en Blázquez, 1996:30), sigue parecidos parámetros:

El deporte puede despertar el sentido de solidaridad y cooperación como engendrar un espíritu


individualista educar el respeto a la norma como fomentar el sentido de la trampa. Depende
del educador y de la forma de enseñar, que se fomenten o no los valores educativos que
indudablemente posee el deporte.

Y efectivamente el educador se erige en indiscutible protagonista, junto con el


escolar, de la responsabilidad formativa en los valores arriba apuntados, tanto en un
sentido como en el otro. De ahí, entre otras cuestiones la importancia de poseer una
estructura organizativa que asegure la mayor calidad posible de estos agentes
educativos.

Visión-Visión crítica del Deporte Escolar en la Comunidad Autónoma del País


Vasco

Necesaria y lamentablemente la visión crítica del Deporte Escolar deja entrever


numerosos claroscuros. Pero a pesar de lo manifestado, es cierto, así mismo, la
numerosa existencia de datos que apuntan a situaciones cada vez más prometedoras,
como la mejoría en la formación de los técnicos, el desarrollo de Planes Deportivos de
Centro consensuados, una nueva formativa legal, etc.

La CAPV presenta, por un lado, puntos coincidentes con otras comunidades, pero así
mismo particularidades que la diferencian de sus vecinas más o menos próximas.
Hardman (1998), ya nos advierte sobre la especificidad de los diferentes sistemas de
enseñanza de la Educación Física y del Deporte, que se encuentran muy localizados, y
poco globalizados por tanto.

Similar consecuencia se extrae de la exposición de la realidad de algunas autonomías


como Andalucía, Canarias, Cataluña y País Vasco 6. Sus autores presentan las

6
Llevadas a cabo por Romero, Álamo, González y Macazaga, respectivamente en Fraile, 2004.
características propias de sus demarcaciones, entendiendo que difieren notoriamente
entre ellas, como así se desprende incluso de sus correspondientes normativas.

Centrándonos en nuestro ámbito más cercano, encontramos en primer lugar, tal y


como señala el Plan Vasco del Deporte 2003-2007 (PVD) la inexistencia de un modelo
de deporte escolar común a los tres territorios que componen su unidad geográfica, de
tal forma que incluso comparar índices de participación resulta sumamente complejo. Es
decir, tenemos que descender a cada territorio para encontrar estructuras organizativas y
programas semejantes, provocando este hecho que la realidad de Alava, Gipuzkoa o
Bizkaia sea bien distinta (Macazaga, 2004).

Efectivamente, Gipuzkoa posee un contrastado modelo organizativo (territorio-


comarcas-municipios-centros escolares), que Bizkaia y Alava no han considerado
oportuno implantar. La forma de ofertar cada programa de actividades también difiere,
como por ejemplo, en la forma de entender la polideportividad, así como también
cambia la política de subvenciones, la participación de los clubes en la competición
escolar, la edad de inicio de las competiciones federativas, la participación del
profesorado en tareas de responsabilidad, la edad media de los monitores, etc.

La Dirección de Deportes del Gobierno Vasco ha entendido la escasa justificación de


este desencuentro, tal y como refleja en su diagnóstico de situación del deporte escolar
vasco perteneciente al ya citado PVD. En consecuencia plantea tanto en el borrador del
Decreto de Deporte Escolar, de próxima aparición, como en su Modelo Vasco de
Deporte Escolar (MVDE), de reciente aprobación (2003), la homogeneización de los
programas atendiendo a los principios generales, características y objetivos que se
definen en dicho Plan.

Si las llamativas diferencias territoriales se esperan atenuar con las medidas


oportunas, también se intenta solucionar, así mismo los problemas comunes.

Problemas que la administración autonómica entiende que son:


En cuanto a las actividades deportivas:
- El problema más grave es sin duda la escasa respuesta femenina a la oferta de
actividades que es básicamente la misma que para los chicos, obteniendo éstos
en cambio índices de participación muy superiores.
- En el lado positivo cabe destacar la amplia y variada oferta deportiva existente
en los tres territorios.

Pese a ello la práctica se centra en unos pocos y tradicionales deportes.

En cuanto al perfil de los técnicos:


- Excesiva dependencia de voluntarios con inadecuada formación.
- Poca permanencia en sus puestos, y por tanto alta rotación de personal.
- Objetivos contradictorios con el área de Educación Física.
- Problemas jurídico-laborales.

Otros:
- Inexistencia de control médico.
- Inapropiada educación de los padres.

El diagnóstico de la Dirección de Deportes, que hemos extractado en forma resumida,


concluye con una ilustrativa cita: “se podría afirmar que la preocupación dominante
actual, salvo excepciones, gira en torno a preparar niños y niñas para el deporte más que
en planificar deporte para niños y niñas” (PVD, 2003:57).

Este análisis institucional sobre el panorama del Deporte Escolar en el País Vasco,
pendiente de los profundos cambios anunciados en el MVDE, coincide en muchos
puntos con la realidad del resto de autonomías españolas o al menos de gran parte de
ellas. En cualquier caso entendemos debe ampliarse con otras aportaciones con el
objetivo de completar la perspectiva situacional, como a continuación intentamos.
Factores Estructurales:
Definición de responsabilidades y funciones de la administración educativa.
Siendo evidente el carácter educativo del Deporte Escolar 7 se entiende ineludible la
asunción de responsabilidades de la administración educativa, bien de forma integral o
al menos en cogestión con la administración deportiva, máxime cuando la Ley de la
8
Escuela Pública Vasca determina que es función del equipo directivo del centro
elaborar, coordinar y supervisar el programa de actividades extraescolares (entre las
que se encuentra el Deporte Escolar), tal y como ya hemos recogido anteriormente.

Establecimiento de una estructura organizativa.


La organización del territorio de Gipuzkoa es, sin duda, un modelo a seguir por los
otros dos territorios. Por su parte el MVDE contempla implantar la figura de
Coordinador Local de Deporte Escolar, que bajo nuestra consideración resultaría
insuficiente al faltar el nivel de coordinación zonal.

Así mismo, no existe, todavía, un modelo de gestión para la unidad organizativa


básica, esto es, cada centro escolar está estructurado o no, dependiendo de la voluntad o
inhibición de su respectiva dirección académica, más aún en los centros de titularidad
pública, donde en casi todos los casos son las Asociaciones de Padres de Alumnos
(APAs) las que han asumido la tareas organizativas indispensables.

Factores docentes
Indefinición de la cualificación de los técnicos.
9
Pese a que ya la LDPV citaba la exigencia de titulaciones en los diferentes ámbitos,
y de igual forma se recoge en el PVD y en su consiguiente MVDE, sigue sin
determinarse cuál va a ser la cualificación o formación requerida, para el nivel de
monitor. Este ya es el caso para la del coordinador, determinada en el último decreto
como Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte o Maestro con
especialización en Educación Física, o título equivalente. Se vislumbra que el bloque
común de las titulaciones elementales del ámbito federativo podría ser la titulación

7
Uno de los principios generales del deporte escolar en nuestra comunidad indica que “Los programas
sobre deporte escolar… estarán orientados a complementar la educación escolar integral” (Art. 55 Ley del
Deporte del País Vasco, 1998)
8
Ley 1/1993 de 19 de Febrero, artículo 36.
9
Art. 62, Ley de Deporte del País Vasco, 1998.
mínima para el monitor, pero la intencionalidad de los objetivos y contenidos de sus
planes de estudios distan mucho de cubrir las necesidades pedagógicas y didácticas
10
necesarias en el deporte educativo .

El escaso nivel de los técnicos deportivos.


Es reconocido por todas las instituciones y agentes vascos, de igual forma a nivel
nacional, y supone la mayor preocupación en el campo del Deporte Escolar. Está
11
estrechamente relacionado con el factor anterior .

La escasa participación del profesorado y de las direcciones de los centros.


En primer lugar del profesorado de EF, pero ampliable al resto de docentes. La
colaboración entre instituciones ha propiciado en Gipuzkoa una elevada participación de
los profesores, principalmente en labores de coordinación, hecho que no se reproduce en
Alava y Bizkaia, donde la separación entre los tiempos pedagógicos lectivo-extralectivo
es total en la inmensa mayoría de los centros, aislamiento imputable, sin duda, a sus
respectivas direcciones académicas.

Factores relacionados con las actividades


El modelo deportivo dominante.
El deporte federado en la CAPV condiciona enormemente al desarrollado en el
deporte escolar: toda la asistencia técnica, organización de actividades, confección de
calendarios, reglamentos de juego, resultados, clasificaciones, es llevada a cabo por
federaciones y clubes, cuyo objetivo único es la promoción del deporte y no la
formación del escolar. Consideramos complicado que puedan, y deban, asumir
funciones para las que no han sido creados.

12
La novedosa creación de itinerarios deportivos , recogida en el MVDE y en el
borrador de Decreto sobre Deporte Escolar, posiblemente consiga separar, en un futuro
próximo, planteamientos antagónicos: rendimiento-educación, que hoy conviven juntos,
otorgando a las actividades con objetivos formativos y recreativos el protagonismo que

10
Tercedor, 1998; Álamo, 2001; Fraile, 2004; Ortúzar, 2005.
11
Larrarte, 1997; Inza, 1999; Ramírez y Mendizábal 2000; Ortúzar, 2005.
12
a) De participación deportiva. b) De iniciación al rendimiento. C) De identificación de talentos y
promesas deportivas. En estos itinerarios se podrán ofertar: Actividades de enseñanza (de iniciación y de
tecnificación), Actividades de competición (modificadas o de participación, de iniciación al rendimiento y
restringidas), Actividades de detección y Otras actividades (culturales y recreativas)
les ha venido correspondiendo histórica y hegemónicamente a las de finalidad
meramente deportiva.

El absentismo
Un porcentaje considerable de la población escolar vasca no encuentra acomodo en
los programas de actividades que ofrecen sus centros educativos. Efectivamente, una
porcentaje del alumnado no participa en ninguna actividad deportiva (E.F aparte),
mientras que otra siente predilección por actividades o tipos de práctica ofertados fuera
del centro (Macazaga y Rekalde, 2004).

Añadamos a estos datos el considerable abandono de la actividad deportiva, en


aumento progresivo a partir de los 12 años. Datos que nos llevan a implementar que las
actividades de deporte escolar propuestas no satisfacen a muchos de nuestros alumnos
13
y más acusadamente cuando se trata del sexo femenino. Consecuencia que implica la
pérdida de una oportunidad única de adquirir experiencias y aprendizajes que no se
repiten en otros ámbitos educativos o deportivos (Larrarte, 1998; Pereda, 2000).

Perspectivas de futuro

Las perspectivas en la gestión del deporte escolar en los próximos años anuncian
sensibles cambios. Estimación lógica si atendemos, sobre todo, a la significación que la
nueva legislación debe suponer, con el cumplimiento de su articulado. Cumplimiento a
veces discutible, por cuanto históricamente es conocida la reiterada inobservancia de
varios e importantes puntos de la normativa vigente, principalmente los que crean
discrepancias con clubes y federaciones 14.

Haciendo caso a las directrices de este nuevo decreto, se pretende implantar un Modelo
de Deporte Escolar, recogido en el Plan Vasco del Deporte (PVD) 2003-2007,
documento elaborado por el Consejo Vasco del Deporte y aprobado por el Gobierno
Vasco, que aspira a convertirse en el marco de actuación básico para asegurar las metas
perseguidas en él.

13
El II Plan Joven de la CAPV (2002-05) reconoce que la oferta pública existente no se ajusta a las
necesidades actuales de la juventud.
14
Es gráfica la queja de un Diputado Foral de Cultura solicitando, en la presentación del Programa de
Deporte Escolar, que se acate la ley, cinco años más tarde de la publicación del decreto de deporte escolar.
El nuevo modelo y decreto integra explícitamente el antiguo “deporte federado de
base” dentro del deporte escolar. De esta forma el centro escolar, si bien dependiendo
del tipo de actividad que el alumno elija, pasa a compartir protagonismo, como marco
de participación, con clubes deportivos y sociedades anónimas deportivas.

Esta integración deporte federado-deporte escolar se plasma, así mismo, en el


establecimiento de los futuros Itinerarios Deportivos del Modelo, de los cuales
solamente el primero tiene verdadera relación con los postulados educativos
característicos del deporte escolar, quedando los otros dos pendientes de desarrollo por
los clubes:

Itinerario de Participación. Objetivos de continuidad en la práctica dentro del deporte de


“participación”.
Itinerario de iniciación al rendimiento. Objetivos de iniciación a competiciones de
carácter selectivo.
Itinerario de identificación de talentos. Objetivos de detección, selección y desarrollo de
“jóvenes promesas”.

Esta importante entrada del mundo federado en el deporte escolar agudiza la


contradicción y confusión que supone la presencia de organizaciones que en absoluto
han sido creadas para la función trascendental que el mismo decreto determina para el
deporte escolar: la formación integral de los escolares. En esta misma línea de
pensamiento se comprueba, paradójicamente, la tipificación de dos itinerarios de
deporte escolar como no apropiados para ser realizados por los centros escolares.

Por otro lado, entre los objetivos prioritarios del Modelo, se aspira a conseguir la
racional unificación de los, hasta ahora dispares, programas de los entes forales. Un
nuevo órgano 15 se ocupará de asegurar la homogeneidad en los tres territorios. También
se pretende conseguir la cooperación y colaboración con el Departamento de Educación,
reiterada demanda ya alcanzada en otras comunidades autónomas como puede ser el
caso de Extremadura, así como con el Departamento de Salud dentro del programa de
Salud Escolar.
15
Comisión Vasca de Deporte Escolar.
Las áreas de colaboración en las que se esperan avances tienen que ver con la Escuela
Vasca del deporte, el currículo de la Educación Física, la formación para profesores y
técnicos, el análisis de la necesidad de un Coordinador de Deporte Escolar, la
coordinación entre horario lectivo y no lectivo y la elaboración de un Libro Blanco.

No sólo las novedades afectan al ámbito autonómico. Descendiendo al nivel


municipal, y también como aspecto prioritario, está prevista la implantación progresiva
de la figura de Coordinador Local de Deporte Escolar, al que se le atribuye la función de
dinamizar la oferta deportiva de su demarcación, en base a las líneas de acción
territoriales y autonómicas.

Este técnico, además de las lógicas tareas de coordinación en la elaboración y


desarrollo de los programas de actividades, podrá desempeñar un papel clave en la
integración de los colegios con alumnado reducido, con tradicionales dificultades de
índole estructural y de oferta deportiva. En paralelismo inmediato quedaría por
solventar la problemática de los municipios pequeños, necesitados de una
mancomunidad zonal o comarcal, cuya creación, ya existente en Gipuzkoa, convendría
fuera liderada por las diputaciones.

Capítulo aparte, por su trascendencia y dificultad, requiere la pretensión del PVD de


establecer un mapa de Titulaciones y acreditaciones con las titulaciones de monitores,
entrenadores, formadores, y otros puestos en el Deporte Escolar. El mentado Plan y el
borrador del nuevo decreto dejan sin determinar todavía, como ya lo hizo la LDPV, cuál
será el título oficial reglamentario de técnico de deporte escolar, como ya hemos
comentado anteriormente.

En este sentido, han sido ya comentados los intentos institucionales de fijar, en


referencia al monitor, como mínimo, la culminación del bloque común de la titulación
federativa elemental. Lo inapropiado de la formación que, para el ámbito educativo,
proporcionan los estudios del mundo federado ha sido anteriormente expuesto.

En cualquier caso, el establecimiento de un perfil de formación para el monitor, traerá


aparejado el problema de encontrar el número suficiente de monitores que cuenten con
el nivel fijado. Dificultad ya presente en la actualidad, cuando centros escolares o
empresas de servicios buscan un técnico con cierta cualificación profesional que pueda
ofrecer una prestación de servicios de calidad en el ámbito del deporte escolar.

La gestión del deporte escolar en un centro educativo

En este último punto trataremos de realizar una reflexión sobre la posible


organización interna de un centro escolar con respecto al tema que nos ocupa.
Entendemos que en casi cualquier entidad en una primera instancia el aspecto básico
son las personas, los integrantes de una estructura que van a liderar en una segunda fase
la construcción de un proyecto, referente del futuro a medio y largo plazo. La dirección,
los profesores, los padres, todos ellos van cambiando más o menos pronto, por lo que es
preciso asegurarse la pervivencia del sistema, tanto si el personal docente se implica,
como si son los padres de los alumnos los únicos garantes del plan.

Ahora bien, mentada la trascendencia de las personas que pueden intervenir en el


deporte escolar, es de rigor señalar la influencia en cualquier tipo de proceso de
planificación de la figura del coordinador de deporte escolar. Este profesional de la
educación, el deporte y la gestión tiene un papel nuclear en todas las acciones
relacionadas con este ámbito del deporte escolar, supone el eje sobre el que pivota la
microestructura organizativa del centro, nexo entre todos los agentes que colaboran, o
podrían hacerlo, en el deporte escolar.

Veamos un posible organigrama de esa microestructura.

Propuesta de estructura de organización del deporte escolar en un centro educativo


CONSEJO
ESCOLAR
COMISION
CLAUSTRO EQUIPO
DEPORTE
DIRECTIVO
ESCOLAR

COORDINADOR
DEPORTE
ESCOLAR
APA

JUNTA DEPORTE
ESCOLAR

Fuente: Elaboración propia.

El consejo escolar, máximo órgano de representación del centro, es responsable de


aprobar el programa de deporte escolar, realizando su seguimiento y evaluación a través
de la Comisión, formada por un número determinado de miembros del consejo, además
del coordinador. El equipo directivo está formado por el director, subdirector, jefe de
estudios y secretario. La Junta será la encargada de llevar a cabo el programa, se
conforma con el coordinador, representantes de cada sección, además de los profesores,
padres, árbitros, delegados, educadores y alumnos. La APA colabora a todos los niveles.
Cada sección posee una organización propia imbricada con las demás a través de la
Junta y con el seguimiento del coordinador.

1. El Consejo Escolar está formado por:


El director del centro, que será su presidente. El jefe de estudios. Un concejal o
representante del Ayuntamiento (si pertenece a la red pública). Un número determinado
de profesores. Un número determinado de padres de alumnos. Un representante del
personal de administración y servicios. El secretario del centro, que actuará de
secretario del consejo, con voz y sin voto 16. Las atribuciones del consejo, entre otras,
aprobar el programa de actividades extraescolares, asumiendo su seguimiento y
evaluación periódicas 17.

2. La comisión de deporte escolar del consejo puede estar constituida por un número
determinado de miembros del consejo, junto al coordinador del centro, con la misión de
realizar un seguimiento y evaluación de las actividades del deporte escolar.

3. El claustro participará en el plan de actividades al menos a través del profesor


responsable (EF).

4. El coordinador, será un profesor de Educación Física, miembro del claustro o


contratado al efecto. Su función, representar al centro, desarrollar el programa de
actividades con la colaboración del departamento de Deporte Escolar, coordinando los
recursos para llevarlo a cabo, dando cuentas al consejo escolar directamente o a través
de la Comisión de Deporte Escolar, siendo, así mismo, el nexo entre los dos tiempos
pedagógicos, lectivo y no lectivo.

5. El Departamento o Junta de Deporte Escolar (o "estructura del centro") estará


formado por:
El coordinador. Un número determinado de profesores del centro que participen en el
plan. Un representante de cada sección. Un representante de los clubes convenidos con
el centro. Un representante de los padres de alumnos. Un representante de los alumnos.
Un representante de la asociación de vecinos (si procede). Su función básica es la de
llevar a cabo el plan de actividades de deporte escolar.

16
Ley 1/1993 de la Escuela Pública Vasca, artículo 32 .2
17
Ley 1/1993 de la Escuela Pública Vasca, artículos 31. 2 c).
6. Las diferentes secciones estarán formadas por los monitores o responsables de cada
actividad, junto con delegados, árbitros, padres, voluntarios en general, además de los
propios participantes. Dependiendo del volumen de actividad deberán contar con un
encargado de la sección, que será el representante ante el departamento. Los monitores
son el último eslabón de la cadena, quien culmina la planificación deportiva, quien está
en contacto con los alumnos y por tanto el elemento más importante de todo el
organigrama de funcionamiento, avalado por la supervisión del departamento,
coordinador, comisión y por último del consejo escolar.

Otra fórmula de organización deportiva del centro, en cuanto a las secciones, podría
utilizar un planteamiento horizontal, en lugar de la agrupación por actividades
presentada anteriormente. También es cierto que la combinación de ambos sería la
estrategia más recomendable.

Propuesta de estructura de vertical de las secciones de deporte escolar en un centro


educativo

PREBENJAMÍN ALEV CADETE SENIOR


1º 2º PRIM 5º 6º 3º 4º
PRIM E.S.O.

BENJAMÍN INFANTIL JUVENIL


3º4º PRIM 1º 2º ESO 1º 2º BACH
CICL FORM

Fuente: Elaboración propia.

Supone este esquema una tentativa de modelo teórico aplicable en principio a un


colegio con todas las etapas educativas. Ahora bien, las correcciones para su adaptación
a colegios o institutos que no posean todas las etapas educativas exigen un mínimo
esfuerzo, ya que afectan únicamente al nivel inferior, del organigrama debiendo
solamente soslayarse los ciclos o categorías que no se impartan en el centro, sin tener
necesidad de cambiar el resto de unidades. Sería el caso de un instituto, por ejemplo,
que no contempla Educación Primaria y que por tanto no tendría las correspondientes
secciones de prebenjamines, benjamines y alevines.

La inclusión de una categoría senior ( 18) se comprende desde una perspectiva de


continuidad de la práctica deportiva dentro del colegio, a pesar de haber dejado de
pertenecer a él como alumno. Este es el caso de algunos centros que mantienen equipos
de exalumnos tanto a nivel federado, como en otras formas de organización: torneos de
empresas, playeros o simplemente a nivel de práctica deportiva recreativa continuada u
ocasional.

Este planteamiento de deporte senior al amparo del colegio, creemos responde


adecuadamente, en sus variadas fórmulas, al menos a una parte importante de las
preferencias de los jóvenes, y no tan jóvenes, interesados en participar en ligas o
competiciones locales, en competir con amigos por divertirse o en hacer deporte sin
preocuparse de competir (Garcia Ferrando, 2001).

Para que esta estructurada organización funcione, se antoja evidente la presencia del
profesorado. Es reconocido, cómo el resto de los agentes sociales reconoce la
importancia de su implicación, pese a que en nuestra comunidad autónoma la
participación de los docentes, y en concreto de los profesores de Educación Física, es
baja.

En efecto, es frecuente que dirección y claustro no consideren oportuno participar.


Por tanto la estructura se fundamentaría en la iniciativa de la APA y en el apoyo
profesional de un coordinador, respondiendo a otro esquema.

En esta tesitura, la Comisión sale de la Directiva o de la Asamblea de Padres, además


del coordinador. La Junta posee similar composición, con las ausencias señaladas. Las
secciones, sin consignar en este gráfico, no varían, si bien hay que considerar que las
presentadas lo son a modo de ejemplo o posibilidad.
Modelo de organización del deporte escolar en un centro educativo sin colaboración del
ámbito lectivo.

JUNTA
DIRECTIVA
. APA
COMISION
DEPORTE
ESCOLAR

COORDINADOR
DEPORTE
ESCOLAR

JUNTA
DEPORTE
ESCOLAR

Fuente: Elaboración propia.

Dada por finalizada la configuración del organigrama de gestión de un centro escolar,


debiéramos pasar a la ya comentada segunda etapa del proceso, la elaboración de un
Plan o Proyecto Deportivo de Centro, herramienta de gestión básica y operativa para
establecer objetivos a alcanzar, contenidos de trabajo, recursos necesarios,
procedimientos de actuación e incluso la organización de las personas implicadas
dentro de la comunidad educativa en el Deporte Escolar, en nuestro caso ya realizada.

En definitiva un marco referencial, reflejo de la personalidad e idiosincrasia, de la


ideología que atesora como centro escolar, que sirve además de cohesión, vínculo y
compromiso para todos sus integrantes presentes y futuros, asegurando la continuidad
del proyecto en el tiempo, disminuyendo la afectación de relevos generacionales o
circunstanciales que hagan tambalear el importante esfuerzo de sus impulsores.

Referencia obligada en este tema es el trabajo de Sergio Atsotegui (2005),


precisamente titulado Proyecto deportivo de Centro, realizado a instancias de la
Diputación Foral de Bizkaia.
Cerramos el repaso de este trascendental ámbito en la educación del niño, del joven,
del futuro adulto, con estas dos recursos de gestión, instrumentos importantes para
alcanzar un deporte escolar coherente con el objetivo que se le presupone, la educación
integral del escolar.

.
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