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La Filosofia de La India - Helmuth Von Glasenapp PDF
La Filosofia de La India - Helmuth Von Glasenapp PDF
Colección Taxil a
Dirigida por
Ignacio Góme z de Liaño
TÍTULOS PUBLICADOS
LA FILOSOFÍA DE L A INDIA
BIBLIOTECA NUEV A
Cubierta: A. Imbert
Impreso e n Rogar , S. A.
Impreso e n España - Printed in Spain
PRIMERA PARTE
EL DESARROLLO HISTÓRICO
Observaciones previas 4 3
I. E L PERÍODO VÉDICO 4 5
1. L a época de los himnos a los dioses (hasta ±1000 a.C.) .... 4 5
2. L a époc a místic a de l sacrifici o (±100 0 hast a
±750 a.C.) 4 9
3. L a época d e las Upanishads (±75 0 hasta ±55 0 a.C.) .. . 5 4
[7]
8 índic e
SEGUNDA PARTE
LOS GRANDES SISTEMA S
Observaciones previas 11 7
I. LA S DOCTRINAS QUE NIEGAN E L ORDEN CÓSMIC O MORA L 12 1
1. E l agnosticismo d e los ajnânikas 12 1
2. E l materialismo d e los cârvâkas 12 2
3. E l fatalismo de los ajlvikas 12 7
a) La s Upanishads má s antigua s 14 0
b) La s Upanishads intermedia s 14 5
c) L a Bhagavadgíta 15 3
d) Lo s otros libros sagrado s 16 2
e) Lo s Brahma-sûtras 16 3
f) Lo s comienzos del mâyâ-vâda 16 5
g) L a doctrina d e Shankar a 16 7
h) L a escuela d e Shankar a 17 3
3. «E l Sânkhya» 17 5
a) L a historia 17 5
b) E l sistema clásic o 18 2
4. «E l Yoga» 19 0
a) L a historia má s antigu a de l Yog a 19 0
b) Lo s Yoga-sûtras y su s comentarios 19 3
c) L a práctica de l Yog a 19 6
d) E l Yoga posclásico 19 9
5 y 6 . «E l Nyâya y el Vaisheshika» 20 1
a) Significad o y origen d e lo s sistema s 20 1
b) Histori a del Vaisheshika 20 5
c) Histori a de l Nyâya 20 6
d) E l Nyâya-Vaisheshika reunid o 21 0
b) L a filosofía d e la s secta s 21 7
«Observaciones previas» 21 7
1. «Los vishnuitas» 22 2
a) Râmânuj a 22 2
b) Madhv a 22 5
c) Nimbark a 22 7
d) Vallabh a 22 8
e) Caitany a 23 0
2. «Lo s shivaítas» 23 2
a) Los lakulîsha-pâshupatas 232
b) L a doctrina cashemirian a de l reconocimiento... 23 3
c) E l Shaiva-siddhânta 23 9
d) Lo s vira-shaivas 24 2
e) Lo s alquimistas 24 5
III. E l SISTEM A DE LOS JAINAS 24 7
TERCERA PART E
LOS PRINCIPALES PROBLEMAS DE L A COSMOVISIÓ N
I. PROBLEMA S DE L CONOCIMIENTO 29 7
1. Los medios de conocimient o 29 7
2. Conocimient o natural y sobrenatural 29 8
3. Palabr a y concepto 30 1
4. Grado s de la realidad 30 2
V. PROBLEMA S DE LA ÉTICA 32 7
1. El fundamento metafísico d e la mora l 32 7
2. Lo s principios y límites d e la doctrina mora l 33 0
CONSIDERACIÓN FINA L
FILOSOFÍA INDIA Y OCCIDENTAL
1. ¿Influencia recíproca? 35 3
2. Paralelo s d e la evolución histórica 36 2
3. L a significación de la filosofí a indi a para Occident e .. 37 2
APÉNDICES 37 5
Cuadro comparativo de la historia d e la filosofía occiden -
tal y de la filosofía indi a 37 7
Panorama d e lo s punto s fundamentale s de lo s grande s
sistemas metafísico s 37 9
BIBLIOGRAFÍA 38 7
General 38 8
Los sistemas brahmánico s 38 9
Jainismo 39 3
Budismo 39 4
Obras de Helmuth von Glasenap p 39 6
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HELMUTH VON GLASENAPP
Helmuth von Glasenapp (1891-1963) ha sid o uno de los indólo-
gos e historiadores de las religiones má s notables que ha producido
Alemania. Ha dejado una producción valiosa por l a cantidad d e las
obras que la componen , as í como por l a variedad d e los temas d e
que tratan y la calidad que las distingue.
La excelent e Bibliografí a d e H . vo n Glasenapp , compuesta po r
Zoltán Károlyi 1 comprende 5 2 libro s y folletos , 18 7 artículo s pu -
blicados e n revista s especializada s o d e cultur a y e n volúmene s
editados en homenaj e de algú n especialista, 7 3 artículos e n perió-
dicos, 1 5 colaboraciones en volúmenes colectivos y 343 reseñas so-
bre publicaciones de diversos autores. Muchos de ellos han sid o edi-
tados (total o parcialmente) varias veces y traducidos a algún idioma
occidental o hindú.
La gra n mayoría de estos trabajos s e refieren a la India y, den-
tro de l gran tema India , so n s u religión y filosofí a la s qu e mayor-
mente ocuparo n la atención d e Von Glasenapp, aunque también s e
interesó por la literatura y tradujo composicione s poéticas del sáns-
crito y del pali.
Si la producción de Von Glasenapp es impresionante por s u vo-
lumen e indica un espírit u dedicado en forma admirabl e al estudio
y al trabajo intelectual durant e los cuarenta y ocho años que median
entre 1915 , fecha d e su primera publicación (dedicad a a la doctrina
del karman en la filosofí a d e los jainas, la cua l constituyó s u tesis
para recibir e l doctorado en Filosofía ) y 1963 , fecha d e su muerte,
la calidad d e la obra no va en zag a a la cantidad de la misma.
1
Helmut h vo n Glasenapp , Bibliographie, compuest o po r Zoltá n Károlyi ,
Glasenapp-Stiftung Band 2, Wiesbaden, Franz Steiner Verlag, 1968 .
14 Fernand o Tola
[17]
18 Helmut h von Glasenapp
1
E . Abbey en Deutsche Lit. Ztg., núm. 64, col. 3-8, 1943; F. Edgerton J. A. O. S. 61,
pág. 291 ; F. O. Schrader ZDMG, num . 96, 1942 , págs. 369-378; P. Tuxon, Or. Lit. Ztg.,
núm. 46 , col . 241-244, 1943 .
PREFACIO D E L A SEGUNDA EDICIÓN
En est a nueva edició n he sometid o el libro a una revisión , para
que se beneficie de los progresos alcanzados por trabajos míos o aje-
nos. Ante todo, me he esforzado e n tomar en cuenta las últimas pu-
blicaciones literaria s más importantes y en utilizar lo s conocimien -
tos obtenidos en mi s últimos viajes a la India y a Asia oriental .
1
E . Zeller, Die Philosophie der Griechen, I . Einleitung; Wecker, «India » en Pauly -
Wissowa, Real Encyclopaedia de r Klass. Altertumswissenschaft, 1916 . Lo s textos má s
importantes está n reunido s e n B . Breloer y F . Borner , Fontes Historiae Religionum
Indicarum, Bonn , 1939 , y s e les pued e encontra r fácilment e co n lo s índices , espe -
cialmente e n pág . 227 . Compáres e tambié n Th . Hopfner , Orient una griech. Phil,
Leipzig, 1925 .
2
R . Fick, «De r indishe . Weis e Kalano s und sei n Flammentod» , NGGW , Gotinga,
1938.
26 Helmut h von Glasenapp
3
Dîghanikâya, 1 , 2, 24 sigs.; 2 , 31 sigs.
4
Ibíd. , 1 , 29 sigs .
5
Athen . XIV, 67 (Fragm. Histoñcorwn Graecorum, IV, C. Mueller [éd.] , pág. 421) .
Introducción 2 7
8
El texto origina l francé s est á publicad o e n A . Grünwedel, «Mythologi e des Bud-
dhismus in Tibet un d de r Mongolei» , Leipzig, 1900, pág . 3 .
9
Memories de s Indes, XIV , París, 1781 , págs. 65-90 , nueva edición .
Introducción 2 9
10
E. Windisch, Geschichte der Sanskrit-Philologie, I , Estrasburgo, 1917 , pág . 7 .
11
Sobre lo s conocimiento s d e Kan t acerc a d e l a religió n y filosofí a indias , con -
fróntese H . von Glasenapp , Kant und di e Religionen des Ostens, Würzburg, 1954 , pá -
ginas 18-45 .
12
Cart a d e Humbold t a Fr . vo n Gent z (1827) , Fr . vo n Gentz , Schriften, vol . 5 ,
Mannheim, 1840 , pág . 300 .
* E n inglé s e n e l texto . [N. de l T.].
30 Helmut h von Glasenapp
2. COINCIDENCIA S Y OPOSICIONES
Desde la Antigüedad clásica l a filosofí a occidenta l y la filosofí a
india ha n sid o comparada s frecuentemente entr e sí . Muchas veces
todo s e limitaba a constatar paralelismo s co n el fin de mostrar qu e
el hombre, com o consecuenci a d e la s misma s necesidades, h a lle -
gado a concepciones e n las más diversas tierras y épocas similares .
Goethe hiz o est o d e u n mod o burlón , e l 1 7 d e febrer o d e 1829 ,
cuando dijo 13: «Est a filosofía , s i las informacione s de l inglés 14 so n
verdaderas, nada tien e d e extraño, má s bie n s e reproducen e n ella
las épocas que todos nosotros hemos recorrido. Nosotro s somos sen-
sualistas mientra s somo s niños , e idealistas cuand o amamo s y co-
locamos en los objetos queridos cualidades que propiamente no exis-
13
Flodoar d Frh. v . Biedermann, Goethes Gesprache, Leipzig , IV, 1909 y sig., págs. 71
y sígs.
14
Los Essays d e Colebrooke aparecieron primeramente en Translations o f th e Asia-
tic Society, 1824-1827 ; Abel Remusat dio extractos en Journal de s Savants, diciembre
de 1825 , abril de 182 6 y marzo-julio d e 1828 .
Introducción 3 1
15
E. Rothacker, Logik und Systematik de r Geisteswissenschaften, 1927 , pág. 44 .
32 Helmut h von Glasenapp
dentro del marco de sus sistemas; valen más bien como ciencias es-
peciales. Lo s indios n o podía n crea r un a filosofí a d e la histori a e n
el sentido de san Agustín o Hegel por e l hecho de que les era ajena ,
al igua l que a los pensadores d e la Antigüedad clásica l a represen-
tación, proporcionad a a Occident e por e l Cristianismo, de un pro -
ceso evolutivo único que el mundo recorre entre e l momento d e su
creación y su fin, ya que ellos consideraban el devenir cósmico sub spe-
cie aeternitatis, como un proceso qu e constantemente se reproduce,
que no puede conducir jamás a un fin último.
Frecuentemente s e dice de la filosofía hind ú qu e no merec e se r
colocada a l lado de la europea, porque ella sólo rara vez «se eleva a
la creació n científic a d e conceptos» o porque «e n ella l a necesida d
de fundamentar los conocimientos mediante pruebas está poco des-
arrollada». Es ciertamente inexact o y reposa solament e e n l a igno-
rancia. L a lectura d e lo s pocos libros d e lo s qu e exist e traducció n
alemana, como el comentario d e los Vedânta-sûtras po r Shankar a y
Ramanuja, los trabajos sobre el Sankhya d e Vâcasparimishra y Vijña-
nabhikshu, l a Nyaya-siddhânta-muktâvalî d e Vishvanâth a Pañca -
nada, puede fácilmente convencer a cualquiera d e que esta opinió n
es equivocada. Este juicio reposa sobr e una fals a generalización ; po-
dría ser emitido por cualquier hindú respecto d e la filosofía europe a
si conociese sól o los dichos y poemas de los presocráticos y los tra-
tados d e los teósofos cristianos . Co n tan poc a razó n s e puede esta -
blecer un a diferenci a cualitativ a entr e l a filosofí a hind ú y l a occi -
dental, afirmando que la primera e s especulación religios a y mística
y l a segunda , e l resultad o d e un a investigació n científic a libr e d e
presunciones. S i uno se coloca en el punto de vista positivista de que
sólo la doctrina acerca de los principios del conocimiento constituy e
el objeto d e la filosofí a y que tod o lo demás ca e fuer a d e s u domi-
nio, entonce s un o deb e d e igual manera eliminar , com o n o perte -
neciente a la filosofía, l a mayor parte de aquello que los pensadores
occidentales ha n enseñad o sobr e e l mundo y lo que est á má s all á
del mundo. E l concepto filosofí a adquier e entonce s u n sentid o qu e
de ningún mod o corresponde y a al que se unió a ese término desd e
los días d e la Antigüedad. Pero si, en cambio , s e entiende po r filo -
sofía e l esfuerzo po r constituir , mediante la observación reflexiva d e
las cosas, una concepció n cerrad a de l mundo y reglas para l a con-
ducta práctica d e la vida, entonces est a definició n amplia de l con-
cepto s e aplica de igual manera a la India y a Occidente. Es exacto
que los hindúes, en cuanto la parte má s religiosa de la humanidad,
han hech o vale r e n l a mayorí a d e su s sistema s concepcione s reli -
giosas, mientras que en Europa, sobre todo desde la época de la Ilus-
tración, ha n prevalecid o cad a vez con mayo r fuerz a aquello s siste -
mas a los cuales les falta u n objetiv o religioso. Si uno tien e presente
Introducción 3 3
2
V. Glasenapp, Die Religionen Indiens, pág. 73 .
50 Helmut h von Glasenapp
3
Shatapatha-Brahmana, 11 , 6 , 11 ; Jaiminíva-Br., 1 , 42 ; Geldner , Vedismus und
Brahmanismus, pág. 78.
La filosofía d e la India 5 3
4
Shatapatha-Brahmana, 9 , 5 , 12.
5
Ibíd., 2, 4, 2, 1-6 .
6
Ibíd., 8, 4, 1 , 4.
7
Ibíd., 10 , 5, 3, 1 y sigs.
54 Helmut h von Glasenapp
8
Brihadaranyaka, 3,2,13 (Religionen Indiens, pág. 106). Contra la opinión dad a aquí,
sostenida también por Deussen, Sechzig Upanishads, pág . 433, y H. Jacobi, Entwicklung
der Gottesidee, pág. 9 ; F. O. Schrader, ZDMG, núm . 96 , 1942 , págs . 37 3 y sigs.
La filosofía d e la India 5 5
9
Châdogya, 5, 3, 10 ; Brihadâr any aka, 6, 2.
58 Helmut h von Glasenapp
11
Brihadâranyaka, 3 , 1 , 3; 3, 2 , 10 .
12
Ibíd. , 3 , 8 , 10 .
62 Helmut h von Glasenapp
del prójimo su nuevo ideal. Es claro que los principios religiosos del
Mahâyâna podía n armonizarse muy bien con las enseñanzas del an-
tiguo budismo acerc a de la pluralidad d e los factores d e la existen -
cia del mundo empírico , qu e surgen uno s d e otros e n dependenci a
funcional. Per o est a filosofía , qu e enseñab a qu e lo s individuo s n o
poseen un ser verdadero y adjudicaba a los numerosos dharmas un a
realidad objetiva , ya no satisfací a l a sed de saber de una época , que
había recibido profundas impresiones d e la doctrina d e la unidad de
todo propia de las Upanishads y de la épica. Así, la especulación del
Mahâyâna pas ó decididamente de l pluralismo a l monismo, aunqu e
a un monismo d e tipo peculiar, el cual entró en la más pronunciad a
oposición con la teoría realista de Brahma, considerado como la sus-
tancia primordia l original , d e la cual tod o s e ha desarrollado , pue s
la enseñanz a de l Mahâyâna nieg a tod a realida d verdader a a lo s
dharmas, qu e s e condicionan mutuamente ; e l «absoluto», es decir,
aquello qu e queda liberad o d e todas la s manifestaciones pasajeras,
es por ta l motiv o u n «vacío » insustancial , qu e s e dej a determina r
sólo negativamente, ya que toda tentativa por encerrarlo en palabras
debe deteners e siempr e e n alg o limitado y relativo. L a explicació n
budista de l mundo y la enseñanz a salvífic a budista , vista s desde el
punto de vista de este conocimiento, tiene n sólo el valor de una ver-
dad d e encubrimiento destinad a a ayudar, la cual conduce al cono-
cimiento perfect o del shunya. Co n ello qued a establecid o co n tod a
claridad el principio de la doble verdad, que alcanzó en épocas pos-
teriores e n la filosofía indi a una importanci a ta n grande . La marcha
del pensamiento esbozad a aquí aparece por primer a ve z en los su-
tras de la «Perfección del conocimiento» y encuentra despué s su ela-
boración sistemátic a e n la llamada «doctrin a del medio» de Nâgâr-
juna (siglo ii a.C.) .
Mientras que así en el Budismo surgía una filosofí a qu e abría ca-
minos enteramente nuevos , los representantes de l Hînâyâna no de-
jaban de elaborar su s sistemas y de fijarlos e n parte e n comentario s
eruditos, e n part e e n obra s sistemáticas . E l progreso de l pensa -
miento lo revela la tendencia, qu e se manifiesta sobre todo entre los
sautrantikas, de superar, por lo menos parcialmente, la antigua con-
cepción realist a d e lo s dharmas, e n cuant o qu e un a seri e d e ello s
son interpretados com o meros valores negativos.
El Budism o debí a encontra r un a protecció n important e e n l a
corte de l emperado r Kushan a Kanishka (sigl o n) , e l cual residía e n
Peshâvar e n la actual frontera afgana .
Contra lo s budista s combatía n co n gra n agudez a los represen -
tantes de la ortodoxia védica, como lo prueban las explicaciones que
son conocida s únicamente po r cita s d e un antigu o comentado r d e
los Mîmânsâ-sûtras.
74 Helmut h von Glasenap p
14a
B . L. Atreya, Th e Philosophy of Yogavâsishtha, Adya r Madras , 1939; H . v . Gla-
senapp, «Zwe i philosophische Râmâyanas» , e n Abh. de r Mainzer Akademie, núm . 6 ,
Wiesbaden, 1951 , págs. 5-72 .
Ill
EL PERÍODO POSCLÁSICO O HINDUISTA
1. L A ÉPOCA DE LA ESCOLÁSTIC A SECTARI A (+100 0 HAST A ±120 0 d.C.)
15
E. Frauwallner, «De r arische Anteil an der indischen Philosophie» , WZKM, núm . 46,
pág. 269.
La filosofía de la India 8 5
16
La obr a colectiva , Contemporary Indian Philosophy, S . Radhakrishna n y J . H .
Muirhead (eds.) , Londres , 1952 , 2. a éd . Sobr e Aurobindo cfr . la selecció n d e traduc -
ciones, De r intégrale Yoga, Rowohlts , Klassiker , 1957 . L a obr a capita l d e Radha -
krishnan, Eastern Religions and Western Thought h a sid o traducid a a l alemá n po r
F. Thierfelder baj o e l título Die Gemeinschaft de s Geites, Darmstadt y Genf , 1952 . La
Philosophy ofSarvepalli Radhakrishnan es discutida ampliament e e n e l tomo 8 de la
Library o f Living Philosopher, P . A. Schilpp (éd.) , Nueva York, 1952. Un a selecció n d e
traducciones d e obra s d e pensadore s indio s moderno s e n H . v. Glasenapp , Indische
Geisteswelt, vol. I , Baden-Baden, 1958 , págs . 263-299 .
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ANEXO
ESBOZO DE L CARÁCTE R Y CURSO
DE VIDA DE LOS FILÓSOFOS HINDÚE S
OBSERVACIONES PREVIAS
[95]
96 Helmut h vo n Glasenapp
17
Macdonell-Keith, Vedic Index, I , Londres, 1921 , pág. 366 .
La filosofía de la India 9 7
18
Éste e s un tem a qu e reaparec e e n la s biografía s d e Vasubandhu , Dharmakírti ,
Haribhadra y otros . Deb e se r entendid a e n funció n d e la s condicione s d e aquell a
época. E n vista d e que entonces el número d e los manuscritos en uso era limitad o y
muchas doctrina s era n transmitida s por u n filósof o a su s discípulos sól o oralmente ,
aquellos qu e querían obtener información sobr e lo s sistemas rivales , qu e necesitaba n
para la s discusiones, sól o disponían d e este modo para aprende r otra s construccione s
doctrinarias e n todo s su s detalles .
La filosofía de la India 9 9
19
20
ERE, num . 1, págs. 259-266.
H . v. Glasenapp, Religionen Indiens, págs. 18 5 y sigs.; Jainismus, págs. 23 y sigs.,
10521 y sigs.
Schopenhauer dijo a Ferdinand Morin en marzo de 185 8 «qu e sólo habían exis-
tido tres filósofos que merecen este nombre: Buda, Platón y Kant», Arthur Hübscher:
«Schopenhauer Gesprache» , e n 2 0 Jahrbuch der Schopenhauer-Gesellschaft, 1933 ,
pág. 312.
100 Helmut h vo n Glasenapp
1. YÂJNAVALKY A
Las antiguas Upanishads no s presentan a una seri e d e pensado-
res d e lo s má s diverso s tipos : brahmane s qu e s e ocupaba n d e lo s
enigmas del simbolismo ritual y estaban satisfecho s cuando encon-
traban par a ello s determinada s fórmula s y otro s que , mediante
fuerza intuitiva , trataba n d e penetra r hast a e n lo s últimos funda -
mentos de l ser , reyes qu e organizaba n torneo s orales 22 y e n ello s
opacaban con s u saber incluso a sacerdotes, mujere s qu e se ocupan
de lo s má s elevado s problema s e , incluso , shudras, com o aque l
Raikva qu e estab a sentad o baj o s u carreta, s e rascaba un eccem a y
ganaba ricas sumas por la sabiduría que proclamaba. Estas personas
no son pintadas de ninguna manera com o figuras ideales, sino como
hombres co n debilidade s humanas qu e goza n cuand o puede n im -
presionar a otro s co n s u pequeñ o comerci o d e cosa s misteriosas ,
cuando e n la competencia d e la discusión logra n acorrala r a sus ad-
versarios y los mortifican tanto qu e su s cabezas revientan, y que fi-
nalmente recibe n co n visible satisfacció n las vacas con cuernos cu-
biertos d e oro , los esclavos , la s mujere s y la s aldeas , qu e l e
corresponden a l vencedor. Pero , por otr o lad o en mucho s texto s la
profunda seriedad , el ansia vehemente po r e l conocimiento último ,
22
W . Ruben , ZDMG, 1929 , págs. 23 8 y sigs. , trat a d e lo s debate s e n la s antigua s
Upanishads.
La filosofía de la India 10 1
2. NÂGÂRJUN A
Nâgârjuna, e l famos o auto r d e lo s aforismo s de l a «Enseñanza
del medio», es una d e las figuras má s enigmáticas de la historia bu -
dista. Corre n acerca d e él numerosas leyenda s y poseemos tre s ex-
posiciones de s u vida que s e apartan las unas de las otra s notable-
mente, una china por Kumârajîva (405 d.C.) y dos tibetanas, aquella s
La filosofía de la India 10 3
23
H. V. Glasenapp, Buddhistische Mysterien, pág . 51 .
24 w. Wassiljew , Der Buddhismus, traducid o a l ruso , Sa n Petersburgo , 1860 ,
pág. 232.
104 Helmut h von Glasenap p
que su madre le había dado a luz bajo un árbol arjuna, recibió el nom-
bre d e Arjuna y , como consecuencia d e que un naga ("dragón" ) par-
ticipara en s u conversión, se agregó a ese nombre l a palabra naga.»
Si despojamo s esta s informacione s d e su s adorno s míticos , re -
sulta qu e Nâgârjun a er a originari o de l su r d e la India (según los ti-
betanos d e Vidarbha, hoy Berâr) y que recibió un a educació n brah -
mánica, se convirtió luego al Budismo y empezó a enseñarlo en un a
nueva forma , para l o cual apelab a a textos presuntamente muy an -
tiguos, qu e hast a entonce s había n permanecid o ocultos . Est o con-
cuerda tambié n con los hechos históricos, y a que Nâgârjuna revel a
en su s obras un conocimient o profund o d e la s ciencia s brahmáni -
cas y es considerado com o aquel que, por segund a vez, puso en mo-
vimiento la Rueda d e la Doctrina, es decir, inició una nuev a fase d e
la evolución doctrinari a budista .
Nâgârjuna procedió de modo tal que dejó sin ninguna alteración
todas las enseñanzas y prescripciones d e la antigu a época , pero la s
volvió a ilumina r mediant e un a nuev a superestructur a ideológica .
En s u muy leída «Cart a a un amigo » (Suhrillekhâ) qu e está dirigid a
a un tal rey Udayana Sâtavâhana, verosímilmente u n gobernante de
la dinastí a Andhr a d e la India de l sur qu e reinó hast a e l comienz o
del sigl o m d.C., da un a exposició n panorámica d e l a metafísic a y
ética budistas , qu e reposa completament e sobr e lo s textos canóni -
cos y no contien e ninguna especulació n qu e vaya más all á de ellos.
Por e l contrario , e n su s obra s filosófica s combat e aque l sustancia -
lismo pluralist a y s e coloca e n un a posició n qu e est á má s all á de l
conocimiento y de la relatividad de todas las opiniones.
3. ASANG A Y VASUBANDHU
Los do s hermano s Asang a y Vasubandhu está n po r igua l e n e l
centro d e la cumbre d e la historia de l Budismo en l a India, pues la
época d e s u vida s e ubica (sea n cuales fuera n la s fecha s qu e s e les
asigne: las diferentes conjeturas oscilan entre 28 0 y 500 d.C.) apro-
ximadamente e n e l centro e l proceso histórico, qu e s e inicia con la
iluminación de l Perfect o y termin a co n l a paulatin a extinció n d e
la «buen a religión» en l a tierr a de l Ganges . A l mismo tiemp o am -
bos pensadores señala n e l momento d e mayo r esplendo r d e l a es -
peculación budista , y a qu e ello s n o sól o pertenecía n tant o a l Pe-
queño como al Gran Vehículo, sino que, también, a l «hacer girar por
tercera vez la Rueda de la Doctrina», iniciaron la culminación d e la
evolución de l dogma budista.
Según la tradición china, un brahmán del linaje Kaushika, que vi-
vía en Purushapur a (e l actual Pershâvar, en la frontera pakistano-ag -
La filosofía de la India 10 5
25
Wassiljew e n l a misma obra, pág. 243 .
26
Wassiljew en l a misma obra , pág . 243; J. Takakusu, «Th e life o f Vasubandhu b y
Paramârtha», e n Toung-Pao, 1904 , pág . 27 . E . Frauwellner , «O n the dat e o f Vasu-
bandhu», Serie Orientale Roma III, Roma , 1951 , estim a qu e existía n do s Vasuband -
hus: 1 ) el hermano de Asanga, un vijnânavâdin (320-38 0 d.C. ) y 2) el autor de l Kosha
(400-480 d.C.) .
106 Helmut h vo n Glasenapp
4. DHARMAKÎRT I
Dharmakírti («aque l cuy a glori a e s la religión» ) es considerad o
como el lógico y teórico de l conocimiento má s important e y como
el último d e los grandes maestros de l Mahâyâna, los cuales son lla-
mados po r lo s tibetano s «lo s sei s ornamento s d e l a Doctrina»
(Nâgârjuna, Âryadeva , Asanga, Vasubandhu, Dignâga, Dharmakírti).
La époc a de s u vida s e corresponde co n l a de l sigl o vil d.C . Vino a l
mundo e n Trimalay a (Tirumalla ) e n e l su r d e l a India ; pertenecí a
por nacimient o a l igua l qu e otro s famoso s maestro s budistas , a la
casta d e los brahmanes y creció e n la s creencia s ortodoxas 27. Reci-
bió una excelent e educación y a los dieciocho años ya era muy ver-
sado e n lo s Vedas , l a gramática , l a medicin a y la s ciencia s d e lo s
brahmanes, d e mod o qu e lo s sacerdote s l o miraba n co n orgull o y
esperaban d e é l alg o grand e par a s u religión. Entonce s conoci ó l a
doctrina d e Buda y quedó tan impresionad o por ell a que, con gra n
horror de sus parientes, se adhirió a la comunidad budista como dis-
cípulo laico (upasaka). Rechazad o por lo s suyos , s e dirigió al nort e
de l a Indi a y fu e acogid o e n e l orde n eclesiástic o po r e l maestr o
Dharmapâla d e Nâlanda. Después de estudiar co n Dharmapâla una
serie de textos, s e fue donde Ishvarasena , u n discípul o d e Dignâga.
Dharmakírti d e inmediato vi o qu e l a tare a d e s u vida er a l a expli -
cación y desarroll o de l sistem a d e est e Aristótele s budista , que,
como u n elefant e de l ciel o (ést e e s e l significad o de l nombr e
Dignâga), habí a llenad o co n e l esplendo r d e s u nombr e lo s och o
puntos cardinale s de l mund o y había contribuid o co n su s exitosas
discusiones a s u triunf o e n tod a l a India . Ademá s d e numerosa s
obras lógica s y d e crític a de l conocimiento , Dharmakírt i habrí a
compuesto tambié n comentarios del Vinayasûtra y de las artísticas
narraciones acerc a de las existencias anteriore s d e Buda, compues -
tas por el poeta Shûra , así como himnos, y se habría ocupad o de las
doctrinas mística s d e lo s Tantras. Interrumpí a constantement e s u
actividad literari a co n largo s viaje s com o misionero , e n lo s cuale s
habría derrotado en justas oratorias a filósofos brahmánico s y con-
vertido a l Budism o a grande s multitudes . Despué s d e habe r reco -
rrido cas i toda la India, murió finalment e e n Kaling a (Orissa ) e n la
parte más oriental de l continente de l Ganges.
Dharmakírti vivía en una époc a en la que el Budismo empezaba
a perde r s u poder sobr e e l espírit u indi o y e n l a qu e la s persona s
27
Târanâtha , Geschichte des Buddhismus, traducid o po r F . A . Schiefner , Sa n Pe -
tersburgo, 1869 , págs. 17 5 y sigs.
La filosofía d e la India 10 7
5. SHANKAR A
Shankara, e l exponente de l Vedânta ilusionist a y campeón d e la
ortodoxia brahmánica, e s considerado por la mayoría de los hindúes
de la actualidad como el filósofo má s grand e de la India. Lo conside-
ran un a encarnació n de l dios Shiva, cuya gloria él proclamó e n nu -
merosos himnos y generalmente l o representan con la indumentaria
de u n ascet a shivaíta . L a historia mític a d e s u vida e s tan popula r
que recientement e h a sid o filmada . Co n ocasió n d e l a fiest a Shi -
varâtrî, e n una representación cinematográfic a que duró toda la no-
che, y o vi en Calcuta , en febrer o d e 1928 , desarrollars e e n l a pan-
talla la s diversas escenas d e su vida envuelta e n leyenda.
Informaciones sobr e la vida d e Shankar a s e encuentran e n un a
serie d e obras; las dos biografías más conocidas de l reformador pro-
ceden d e miembro s d e l a orde n monaca l fundad a po r él , d e Mâd -
hava y Ânandagiri. Ambas , co n todo , s e apartan l a un a d e la otr a
en muchos puntos de forma esencia l y están tan compenetradas con
datos legendarios que pueden se r consideradas como fuentes histó -
28
Th. Stcherbatsky , Erkenntnistheorie una Logik nach der Lehre der spateren
Buddhisten, pág . 256 . Est o s e refier e a un a escen a e n l a epopey a Râmâyana (Reli-
gionen Indies, pág. 139) .
29
L a histioria s e encuentr a e n e l Dhvanyâloka d e Anandavardhan a III , estro -
fas 41-54 , traducida s po r H . Jacobi, ZDMG, num . 57 , 1903 , pág . 319 . Jacob i traduc e
«como e l diluvio» , pero s e piensa e n «e l agua d e u n rí o qu e s e agot a e n s u propio
cauce», cfr . Stcherbatsky, Buddhist Logic, I , pág. 136 .
108 Helmut h von Glasenapp
30
L a famosa colecció n d e 10 0 pequeños poema s erótico s d e Amaru h a sid o imi -
tada e n idiom a alemá n por Friedric h Rückert . Nuev a edició n e n H . von Glasenapp ,
Indische Liebeslyrik i n Übersetsungen vo n Friedrich Rückert, Baden-Baden , 1948 .
La filosofía de la India 11 1
6. RÂMÂNUJ A
Entre los grandes maestros eclesiásticos , qu e propugnaron, con -
tra e l «Monism o absoluto » d e Shankara , u n Vedânta realist a y l a
creencia en un dios personal de tipo sectario, es Râmânuja aquel que
con sus doctrinas ha influido de una manera más intensa e n la vida
31
N o e s e l gra n defenso r de l Shivaísm o d e Cachemira , sin o e l auto r d e u n co -
mentario shâkta. Véas e K. C. Pandey, «Abhinavagupta» , Chowkhamba Sanskrit Series,
Studies, vol. 1 , pág. 3 .
112 Helmut h von Glasenap p
32
Rudol f Otto, Siddhanta de s Râmânuja, Tubinga , 1923 , 2. a éd. Una breve exposi-
ción d e la vida d e Râmânuja la da Ândhrapûrna, Yatirâjavaibhava, text o sánscrito y
trad, ingles a d e S . K. Aiyangar, Indian Antiquary, num . 38 , 1909 , págs . 12 9 y sigs .
A. Govindachary a compus o un a detallad a biografí a e n inglé s qu e s e basa e n texto s
sánscritos y tamiles, Th e life o f Râmânujacharya, Madras , 1906 .
La filosofía de la India 11 3
1
Kant , Anfangsgründe de r Naturwissenschaft, Vorrede .
118 Helmut h vo n Glasenapp
4
H . Jacobi, e n Festschrift fa r Ernst Kuhn, pág. 38 .
5
Deussen , 6 0 Upanishads, pág . 105 .
6
Dígha 23 , y en e l Râyapasenaïjja; cfr . E . Leumann, «Beziehungen der Jaina-Lite-
ratur zu anderen Literaturkreisen Indiens», Orientalistenkongress, vol. Ill, Leiden, 1883 ,
págs. 49 0 y sigs .
La filosofía de la India 12 3
7
W . Schubring , Worte Mahaviras, pág . 30 .
8
J . Abs, «Beitrâge zur Kritik heterodoxer Philosophie-Systèm e i n der Purâna-Lite-
ratur», Jacobi-Festschrift, págs . 38 6 y sigs.
124 Helmut h von Glasenap p
9
Sobr e la palabra, cfr . R . O. Franke, Dîghanikayâ, pág . 19 . Anm. 3, W. Rubén, en
Acta Orientalia, XIII, págs. 19 6 y sigs .
10
Haribhadra , «Shad-darshana-samuccaya» , capítul o final ; Shankara , Sarva-
siddhânta-sangraha, ed . y trad, por M. Rangacarya, cap. 2; Mâdhava, Sarva-darshana-
sangraha, cap. 1 , en Deussen, AGPh., I, 3, págs. 19 4 y sigs.; Neelakesi, éd . y analizado
por A . Chakravarti, Madras, 1935, págs . 320 y sigs. La Nîlakeshî e s una obr a jaina e n
tamil compuest a po r u n auto r desconocido , qu e fue comentada po r Samayadivâkar a
Vâmara Mun i (s. 14). Los principios básico s de l tratad o d e lo s materialista s reunido s
por A . Hillebrandt, e n Festchrisft Kuhn, págs . 2 4 y sigs. ; H . von Glasenapp , «De r al -
tindische Materialismus» , in áerZtschr. Asiatische Studien, Zurich, 1954 , págs . 70-78 .
Los versos reproducido s ahí tambié n e n H . von Glasenapp , Indische Geisteswelt, Ba-
den-Baden, 1958 , págs . 17 8 y sigs. El señalamiento d e pensamientos materialista s e s
el objetiv o d e l a Geschichte der indischen Philosophie, escrita por W . Rubé n desd e e l
punto d e vista de l marxismo-leninismo. Pue s é l dice, pág. 23: «L a historia d e la filo -
sofía indi a sól o puede consistir en la exposición de l surgimiento y desarrollo de la cos-
movisión materialist a y de la lucha de l materialismo co n las diferentes clase s d e ide-
alismo.» De acuerdo a ello Uddâlaka (supra pág . 61) es designado po r él, pág. 25, segú n
el modelo ruso com o materialista y calificado como «el más antigu o filósof o d e la hu-
manidad». Cfr. la crítica d e H. von Glasenapp, ZDMG, núm . 106 , 1956 , págs . 229-232 .
La filosofía de la India 12 5
11
Vâcaspatimishra , Mondschein de s Sânkhya, a d Kârik â 5.
12
Citad a como doctrin a d e Brihaspati en e l inicio de l Arthashâstra d e Kautilya.
126 Helmut h vo n Glasenapp
13
Sûyagada , 1 , 1, 7 y 15; Dîghanikâya, 1 , 3, 9; cfr. 2, 26; Pancadashí, 6, 60; Vedân-
tasâra, 14 8 y sigs.
La filosofía de la India 12 7
14
Dîghanikâya , 2 , 2 0 (Franke) .
128 Helmut h von Glasenap p
15
Neelakesi , pág . 234 .
La filosofía de la India 12 9
16
Anguttara , 3 , 135 .
17
A . F. R . Hoernle, ERE , vol. I , págs. 16 3 y sigs .
18
Neelakesi , pág . 233 . Sobr e lo s ajívikas cfr . ahor a tambié n l a monografía :
A. L . Basham, History an d Doctrine of th e Ajívikas, Londres , 1951 .
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II
LOS SISTEMA S ÉTICO-RELIGIOSO S
1. LO S SISTEMA S DE LOS BRAHMANES
19
20
Cfr . vo n Glasenapp , Entwicklungsstufen, pág . 110.
E l gran diccionario de San Petersburgo señala pasajes d e la Vetála-panca-vishatí
y del Kulûrnavatantra.
La filosofía de la India 13 5
a) Lo s seis darshanas
1. «L a Mîmânsâ»
Las doctrinas d e las Sanhitâs védicas y de los Brahmanas nunca
fueron expuesta s e n la forma de un sistem a bie n definido . Prescin -
diendo del hecho de que la necesidad de una ta l síntesis literaria era
ajena aú n a la época más antigua, hubiese sid o imposible acomoda r
136 Helmut h von Glasenapp
21
H . Jacobi, «Mîmânsâ and Vaisheshika», en Indie studies in Honor ofCh. R . Lam-
man,
22
Cambridge, Mass. , US A 1929, pág . 164.
C . al respecto O. Strauss, «Mîmânsâ, die altindische Rituallehre in ihrer metho-
dischen Bedeutung», ZMR, núm . 48 , 1933 , págs. 257 y sigs.
La filosofía de la India 13 7
23
Traducid o en O. Strauss, «Die àlteste Philos, der Karma-Mîmânsâ», SPAW, XXII, 1932 ,
pág. 51 .
La filosofía de la India 13 9
2. «E l Vedânta»
La palabr a Vedânta (fi n del Veda ) aparec e com o denominació n
de las Upanishads, qu e se encuentran a l final d e la literatura védica ,
ya en la Mundaka-Up. 3 , 2, 6 y en la Shvetashvatara-Up. 6 , 22, as í
como e n l a Gîta 15 , 15 . Originariament e er a un a designació n par a
todas las doctrina s qu e so n expuesta s e n la s Upanishads, per o des -
pués s e convierte e n denominació n específic a de aquello s sistema s
que aceptan , com o causa d e todo se r (como Madhva) o de todo de -
venir, u n principi o suprem o cósmico , e n oposició n a lo s sistema s
doctrinarios d e la Mîmânsâ, de l Sânkhya (clásico ) y del Yoga (de Pa-
tanjali), surgido s de l ámbit o d e las concepcione s comune s d e la li-
teratura védica. La expresión tom ó su actual sentido sólo en el curso
del desarrollo , poc o a poco verosímilment e y luego d e maner a in -
discutible desde mediados del primer mileni o d e nuestra era . En ra-
zón d e qu e la doctrin a de l Vedânta d e Shankar a sobrepasó , e n im -
portancia y difusión, a todos los otros sistemas del Vedânta, e s usual
designarla com o e l Vedânta si n más , u n us o qu e siempr e h a sid o
combatido, com o injustificado, po r la s otra s doctrina s de l Vedânta
que compiten co n la shankariana .
Toda la filosofía surg e más o menos d e la idea d e que el mund o
constituye un tod o ordenado y unitario. Sin embargo, mientras qu e
los sistema s pluralista s s e contenta n co n admiti r l a relación , nor -
mada po r un a ley , entre u n númer o má s o meno s grand e d e sus -
tancias diferente s desde s u origen, los Vedantistas intentan llega r a
un en s realissimum, de l cua l tod o depende . Est o puede sucede r d e
forma mu y diversa . S e puede admiti r qu e e l proceso cósmic o tien e
lugar mediant e l a coordinació n d e una pluralida d d e sustancias di -
ferentes desd e s u origen, per o qu e un dio s que está po r encim a d e
estas sustancia s abraz a todo l o existente, l o compenetra y lo dirige,
de modo que, en toda existencia, s e manifiesta la acción de un sol o
ser divino . O se pued e afirma r qu e todo s lo s sere s y cosa s so n
sólo formas d e manifestación, eternas o emporales, d e una sol a en-
tidad divina que se despliega en una multiplicidad . Y, finalmente, se
140 Helmut h von Glasenap p
a) La s Upanishads má s antigua s
Las Upanishads má s antigua s —ordenada s de acuerdo a su pro-
bable edad — so n lo s texto s compuesto s e n pros a (co n versos inci -
dentalmente intercalados) : Brihadâranyaka, Chândogya, Taittiríya,
Aitareya yKaushítaki. Están todavía, desde el punto de vista del con-
tenido, e n estrech a relació n co n e l mund o menta l d e lo s texto s
Brâhmanas y por es o deben se r colocada s e n l a primera mita d de l
primer milenio a.C... Contienen una multitud de especulaciones de los
más diverso s géneros , d e la s cuale s sól o no s ocuparemo s aqu í d e
aquellas qu e están e n estrecha relació n co n la formación de la doc-
trina d e la unidad de todo. Ya en algunos himnos del Rig-Veda y del
Atharva-Veda y en los numerosos mitos de creación de los Brâhma-
nas habí a sid o expresad a l a ide a de l Un o qu e form a e l orige n co -
mún y el trasfondo de lo múltiple. Lo s pensadores d e las Upanishads
trataban de determinar co n más precisión aquel «algo» desconocido,
del cua l surgió e l todo y que revela aquell a fuerza activ a que actú a
en todo . Dentro de la multitud d e nombres co n los cuales se desig-
naba a aquel eterno Uno que radica en todo, sobresalen dos , los cua-
les tienen orígenes completament e diferente s y que, por el hecho d e
que son equiparados, muestran ya la tendencia fundamental de l mo-
nismo indio : el Uno en e l todo es primeramente Brahma, e s decir,
el «pode r sagrado » que d a s u fuerza a l sacrificio ; a fin d e cuentas ,
la fuerz a qu e sostien e todo , y , en segund o lugar , e l Âtman, e l ver -
dadero Sí-mismo , e l núcle o má s íntim o tant o de l se r individua l
como de l mund o e n s u integridad. E n las discusione s y justas ora-
les entr e lo s filósofos , acerc a d e lo s cuale s la s Upanishads no s in -
forman, s e expresa e n la forma má s variada e l esfuerzo po r llegar a
una representació n má s precisa d e aquello que constituye e l conte-
nido d e est e concepto , d e por s í abstracto e indeterminado. Mien -
tras que algunos pensadores creía n todaví a qu e podían caracteriza r
a Brahma como aquel dios (purusha, literalment e «hombre») que ac-
túa e n el sol, la luna, la tierra, la palabra, la voluntad, otros lo con-
La filosofía de la India 14 1
b) La s Upanishads intermedia s
Mientras que las más antiguas Upaniskads, qu e contienen los fun-
damentos d e l a doctrin a de l Vedânta posterior , s e encuentra n aú n
muy cerca de los textos de los Brahmanas, las Upanishads d e las que
vamos a tratar ahora pertenecen a una época muy posterior, a un pe-
ríodo en el cual el sacrificio y su simbolismo n o dominan y a el pen-
samiento en igual grado y en la cual el conjunto de concepciones cre-
adas e n ardu o trabaj o intelectua l durant e lo s último s siglo s po r
Yâjnavalkya y otro s sabio s se había convertid o y a e n un a posesió n
heredada. Estas Upanishads s e dividen en dos grupos que parecen se-
guirse un o a l otro tambié n desd e e l punto d e vista cronológico : e n
un grado de obras compuestas en verso (Katha, Isha, Shvetâshvatara,
Mundaka, Mahanarâyana) y en otro d e textos compuesto s principal -
mente e n prosa (Prashna, Maitri, Mândûkya). L a época en l a cual es-
tas Upanishads surgiero n no puede ser establecida fácilmente. Es se-
guro qu e l a Maitri s e encuentr a fuertement e influid a po r
concepciones budistas y, por consiguiente , puede ser situada, lo más
temprano, solament e alrededo r d e los últimos siglo s antes del inicio
de nuestra era , pero también , tratándos e d e las otras obras que de-
ben situars e cronológicament e ante s d e la Maitri, u n retroces o má s
allá de l sigl o vi a.C . (como s e admitía antes ) parece poco seguro, ya
que incluso la Katha-Up. contien e referencia s al Budismo 24.
En la s má s antigua s Upanishads e l Âtman er a concebido , como
vimos, com o alg o espiritual, per o aú n n o s e hacía un a diferencia -
ción d e principio entr e lo espiritual y lo material: aquell o hech o d e
materia tosc a que existe en nosotros es sólo espíritu condensado; el
pensamiento, l a conciencia , etc. , qu e exist e e n nosotros , so n un a
sustancia fina , invisible . En las Upanishads intermedia s el espíritu y
la materi a so n considerada s e n grad o cad a ve z má s intens o ta n
opuestos qu e ya no s e piensa qu e s e puede explica r s u relación re -
cíproca co n sól o admiti r qu e lo s elemento s tosco s sale n directa -
mente del Âtman. Más bien, se admite ahor a qu e los elementos tos -
cos, co n lo s cuale s s e construy e nuestr o mund o empírico , sól o
24
H . von Glasenapp , «Buddhism in th e Kâthaka-Upanishad» , e n New Indian Anti-
quary, I , 1938 , pág . 138 .
146 Helmut h von Glasenapp
mundo. Esto tiene lugar ya que Dios, como la causa activa, produce
la multiplicidad de todo lo constituido por materia suti l o por mate -
ria tosc a e n Brahma como la matri z universal. Pero las alma s indi-
viduales encarnada s e n cuerpos constituidos po r materia so n partes
delpurusha, parte s individualizada s y «del tamaño d e un pulgar».
La Shvetashvatara-Up. 1 , 1 2 llam a «e l tripl e Brahma» al dio s
personal que, como causa primordial activa , rige al mundo (preritar,
«impulsador»), a las almas individuales (bhoktar, «e l que goza») y al
mundo material gozado por ellas (bhogya, «destinad o a ser gozado»).
Esta tríad a qu e s e manifiesta en e l mund o empíric o e s e l Brahma
más alt o y trascendente, e l señor qu e abarc a el todo en s u integri-
dad y está presente e n todo.
En la Shvet-Up., s e hace presente po r primera ve z un facto r que
sería d e gra n significad o en e l desarroll o ulterior : e l Seño r d e lo s
mundos qu e rige a las almas individuales y a la naturaleza primor -
dial (prakriti) e s identificado con Shiva (Ruara). Así, se establece un a
estrecha conexió n entre la filosofía d e las Upanishads y la mitología
hindú. Lo s intérpretes diverge n unos de otros acerca de s i Shiva es
el se r universal trascendent e o sólo una form a d e manifestars e del
mismo en e l mundo empírico. El hecho d e que esta Upanishad ho y
día valga com o autorida d n o sól o para lo s shivaítas , sin o tambié n
para la s escuela s «superconfesionales » del Vedânta d e los adhéren -
tes de Shankara, as í como para los vedântistas vishnuitas , muestr a
que mucho s comentadore s d e l a époc a posterio r n o consideraba n
esta Upanishad com o texto d e una creenci a sectari a e n Shiva.
Es digno de observars e en est a Upanishad qu e e n ell a l a expre-
sión maya e s utilizada en l a especulación filosófica. E n 4, 9 , s e en-
seña que la naturaleza (prakriti, l a fuerza-sustancia) e s la fuerza má -
gica (maya) d e Shiva y que las almas individuales son encadenadas
por est a maya. Par a poner e n march a est e hechizo , Shiv a se sirve
de las palabras, metros, sacrificios , ritos, votos del Veda, de l pasado
y de l futur o —e s decir , d e fuerza s d e l a existenci a objetivamen -
te existentes. Se piensa con relación a esta creación qu e Shiva emite
de s í los elementos qu e llenan tod o e l mundo. Segú n el tenor lite -
ral de l texto , n o s e pued e deci r qu e e l mundo , com o enseñ a e l
Vedânta posterior , e s una mer a ilusión ; má s bie n e s una transfor -
mación de una parte de la naturaleza, divina producida por e l poder
del dios . L o trágico d e la s alma s individuales consiste e n que , so -
metidas a l encantamient o d e l a magi a divina , n o reconoce n que ,
ellas mismas , as í como la naturaleza so n sól o formas de evolució n
de Dios.
En las Upanishads intermedia s l a doctrina salvífic a experimenta
un desarroll o profundo. Se insiste e n que el conocimiento d e la uni-
dad co n Brahma, qu e e n la s Upanishads má s antigua s era conside-
152 Helmut h von Glasenapp
c) L a Bhagavadgîtâ
La Bhagavadgîtâ, «e l canto del excelso», llamada en form a ort a
Gîta, e s la obra más difundid a d e la literatura vedántica. Aunque no
pertenece, como las Upanishads, a la revelación (shruti) védica , sino
a la tradición sagrada (smriti) qu e proviene de autores humanos, si n
embargo, ha alcanzado , como ningún otr o texto de l Brahmanismo,
una importanci a y una popularidad que jamás ha sid o superada. No
sólo s e remite n a ell a lo s maestro s d e la s diferente s escuela s de l
Vedânta y recurren a ella e n su s comentarios para fundamentar sus
opiniones particulares; también lo s poetas religiosos en los idiomas
populares moderno s s e apoya n e n ella , e , incluso , lo s profeta s del
actual movimient o naciona l indio , u n Aurobind o Chose, u n Tilak ,
un Gandhi , tienen su s versos en los labios y exponen s u sentido. La
Gîta debe su oposición peculiar a su lenguaje poético en grado sumo,
fácilmente legibl e y noble e n e l cual están compuesta s su s estrofas
cargadas de sentido , a su breve extensión (70 0 estrofas) qu e posibi-
lita memorizarl a con facilidad (incluso hoy día muchos hindúes de -
votos conocen la obra entera d e memoria), a la variedad de las doc-
trinas proclamada s qu e le s permit e a todo s encontra r e n ell a su s
propias concepciones , a l espíritu d e ampli a toleranci a qu e domin a
en ell a y qu e e s un a marc a característic a de l Hinduism o y , final-
mente y ante todo , a la circunstanci a d e que en ell a lo s resultado s
de l a filosofí a d e la s Upanishads aparece n reunido s formand o u n
todo sistemátic o y desarrollados d e un mod o fecundo. A estas múl -
tiples cualidades debe atribuirse qu e la Gîta, com o ninguna otra obra
de los brahmanes, hay a siempr e conquistad o inclus o a no hindúes .
Ya Al-Bîrûnî (973-1048) se ocupó de ella en s u famoso libro sobr e la
India. Después Abul Fazl, el amigo del emperador Akbar , la tradujo
en pros a a l persa, y , además, s e conocen do s traduccione s má s a l
persa. Desd e qu e l a Gîta fu e traducid a po r primer a ve z a l inglé s
en 178 5 po r Charle s Wilkins y editada críticament e y traducida a l
latín e n 182 3 po r A . W. vo n Schlegel , ell a h a sid o reiteradament e
traducida e n los más variados idiomas europeos y ha sid o objeto de
investigaciones científicas 26. Ningun a otra obra de la literatura sáns -
crita h a ocupad o e n ta n alt o grad o a la Alemania intelectual com o
la Gîta, junto con la Shakuntalû y el Pancatantra. Herder, W. von Hum-
boldt, Hegel, Schopenhauer, profundizaron en ella. El conde H. Key-
26
Pau l Hubert da un catalogue raisonné de 14 5 traducciones de la Gîta e n s u obra
Histoire d e l a Bhagavadgîtâ, Adyar-París, 1949 . Ahí , pág. 55 , s e mencion a un a tra -
ducción al idioma de Madagascar (1939); mientras tanto , apareci ó también un a traduc -
ción armenia (Overseas Hindustan Times, 26 de septiembre d e 1957) .
154 Helmut h von Glasenapp
27
Herde r traduj o alguno s versos d e l a Gîta e n su s Gedanken einiger Brahmanen. W .
von Humboldt le dedicó lo s ensayos «Übe r di e unter de m Ñame n Bhagava d Gîta be-
kannte Episode des Mahâ Bhârata», que aparecieron e n lo s Abh. de r Berline r Akade-
mie, 182 5 y 182 6 (publicado s tambié n e n los Gesammelten Werken, d e Humboldt, I ,
págs. 26-10 9 y 110-184) . Hege l analiz ó e l panteísmo d e l a Gîta e n l a «Enzyklopádi e
der philos . Wissenschaften» , 3 . Teil Phil, de s Geistes, § 573 (Werke, VII , 2, pág. 457 )
y en l a «Aesthetik» , e n l a secció n «Di e Symboli k de r Erhabenheit » (Werke, X , 1 , pá -
ginas 47 2 y sigs.) . Se refirió tambié n a los ensayos de Humboldt e n lo s Jahrbüchem
für wiss, Kritik, 1827 , columna s 51-6 3 y 1441-1491. Shopenhauer, Welt ais Wille und
Vorstellung, I , § 5 4 fin , II , cap . 2 5 fin ; Grundlage de r Moral, fin ; Parerga, I , § 110 .
Graf Keyserling, Reisetagebuch eines Philosophen, Darmstadt, 1919 , 6. a éd. , págs. 26 0
y 302; 1922 , I , págs. 30 2 y 351 .
La filosofía d e la India 15 5
27a
F . O. Schrader, The Kashmir Recension of th e Bhagavadgîtâ, Stuttgard , 1930, y
en Festschrift Garbe («Au s Indiens Kultur», Erlangen , 1927) , págs. 17 0 y sigs .
156 Helmut h von Glasenapp
28
Ya Deussen A. G. Ph., 1,3, pág. 15, reconoció que el término Sânkhya e n la épica
no design a un sistem a filosófico , sin o un método ; sin embargo , no sac ó las conse-
cuencias d e es e hecho. F . Edgerto n determinó claramente el sentido de Sânkhya y
Yoga en s u artículo «The Meaning of Sânkhya and Yoga», en American Journal o f Phi-
lology, num . 45, 1924 , págs. 1-7; cfr. tambié n su libro sobre la Bhagavad Gîta, Chi-
cago, 1925, págs. 65 y sigs., y su reseña de mi «Entwicklungsstufen des indischen Den-
kens»,
29
e n journal o f th e American Oriental Society, num . 61, pág. 291.
Cfr . a l respecto la discusión de Jacobi y de Garbe, Deutsche Lit. Zeit, num. 42,1921,
cols. 71 5 y sigs.; 43, 1922 , cols. 7 9 y sigs. y 265 y sigs.
La filosofía de la India 15 7
e) Lo s Brahma-sutras
Los vedantistas basaban sus doctrinas, com o lo hemos visto, so-
bre u n gra n númer o d e escrito s sagrado s en lo s cuale s s e expresa-
ban un a multitu d d e concepciones d e diferent e naturaleza . D e ahí
que, e n e l período d e la sistematizació n d e las concepcione s filosó -
ficas, s e dies e l a necesida d d e un a obr a co n autorida d que , e n l a
31
S . K. Telang, Joum, Bombay Branch Royal Asiatic Society, num . 16 , 1885 , pági-
nas3219 0 y sigs.
Cfr . Deussen , System de s Vedânta, págs . 2 7 y sigs.
La filosofía de la India 16 5
33
Cfr . al respect o C . Hayavadan a Ra o e n l a «Introduction » d e s u edició n de l
Bhâshya d e Shríkara, Bangalore , 1936 , especialment e págs . 114-134 .
166 Helmut h von Glasenapp
g) L a doctrina d e Shankar a
Shankara (má s o meno s 788-820) , discípul o de l discípul o d e
Gaudapada, Govinda, hizo de la doctrina d e Gaudapada un sistem a
grandioso, en cuanto qu e intentó demostrar qu e la idea fundamen-
tal d e aquella doctrin a acerc a del espíritu único e n tod o que, como
consecuencia d e la maya, aparec e como una pluralida d es el verda-
dero contenido d e las Upanishads, d e la Gîta y de los Brahma-sutras.
En s u gran comentari o a la obra de Bâdarâyana se propuso demos-
trar cóm o la «má s alta verdad» estaba contenid a e n todos los luga-
res de las escrituras sagradas , los cuales, sólo mediante l a utilización
de artificio s d e interpretació n frecuentement e osados , puede n se r
entendidos en ese sentido. En muchos casos esto no era difícil, pues
muchas afirmacione s de lo s antiguo s vidente s acerc a d e l a espiri -
tualidad de l Âtman, acerc a d e l a imposibilida d d e se r conocido ,
acerca d e la calm a inalterabl e e n l a qu e permance y acerca de l es-
caso valor del mundo fuga z de l cambio frente a lo eterno, concuer -
dan co n la s concepcione s d e Shankar a o la s contien e e n germen .
Pero, por e l contrario, much o d e lo que se dice en los antiguos tex-
tos presupone la existencia real de una multiplicidad , así cuando se
expresa e n form a mític a qu e e l mund o sali ó de l Âtman y qu e e l
Âtman lo gobierna o cuando s e habla d e la relación de l alma y del
cuerpo, d e l a reencarnació n e n nueva s forma s d e existencia ,
del karma o d e lo s camino s qu e conduce n a l a liberación . Y a que
para Shankar a como brahmán ortodox o cada palabra del Veda y de
la tradició n sagrad a contien e l a verda d pur a y pose e l a má s alt a
autoridad, é l no podía negar valor a estos pasajes que no armoniza -
ban co n s u doctrina. L a salida de est a dificulta d se la di o la teorí a
utilizada co n éxit o repetida s vece s por e l Mahâyâna y a l a cua l se
refiere tambié n Gaudapad a (4, 74 ) d e que , fuer a d e l a verda d su -
prema, se da una verdad inferior, la cual, ciertamente, no puede pre-
168 Helmut h von Glasenap p
34
Shankara a d Brahma-sûtra, 2 , 3 , 7 .
La filosofía de la India 16 9
35
Shankara a d Brih. Up., 3 , 8 , 12 .
La filosofía de la India 17 1
36
La s descripciones algo diferente s entr e s í de esta prueba mágic a e n los comen -
tarios d e Shankar a a los Brahma-sutras (1 , 1 , 17 ) y a las Kârikâs d e Gaudapâda (1,7)
deben se r los testimonios má s antiguo s de l célebre «Experiment o d e la cuerda» , que
ha sid o descrito por el árabe Ib n Batuta (1348 ) y otros numerosos viajeros antiguo s y
modernos. Véas e al respecto P . Tuxen y Else Pauly, «The Parable o f the climbin g Jug-
gler» e n Studia Orientalia Joanni Pedersen, Copenhagen , 1953 , págs . 352-363 .
37
Shankara , Haristotra, 31 . Algunas poesías d e Shankara ha n sid o reproducidas e n
forma métric a e n H . vo n Glasenapp , Dos Spiel de s Unendlichen, Basilea , 1953 , as í
como e n Indische Geisteswelt, I , Baden-Baden, 1956 .
172 Helmut h von Glasenapp
h) L a escuela d e Shankar a
La Kevalâdvaita-mata (teorí a d e l a n o dualida d absoluta ) o
mâyâ-vâda (doctrin a d e la ilusión cósmica) de Shankara h a ejercido
una influenci a enorm e sobr e e l desarrollo d e la filosofí a india . Si n
exagerar, s e puede deci r qu e ho y dí a Shankar a e s considerado po r
la mayoría d e los hindúes con cultura filosófic a com o el más grand e
de los pensadores indios . A esto corresponde e l hecho d e que el nú-
mero d e escritos, que tratan d e aclarar o desarrollar s u sistema, sea
incalculable. D e la pujante producción literari a que sacaron a la luz
los seguidores de Shankara en los 100.000 años transcurridos desd e
su muerte, sól o podemos elegir aquí algunas obras de importancia .
Desde mu y pront o s e escribiero n comentario s e l Brahma-sûtra-
bhâshya d e Shankara . El más célebr e de éstos es la Pancapâdikâ d e
Palmapada, qu e fu e u n discípul o inmediat o d e Shankara . L a Pan-
capâdikâ qued ó sól o com o fragmento , y a qu e trat a únicament e d e
los primeros sutras, pero goz a d e tan alt o apreci o que ell a h a origi -
nado una escuel a especial ; ésta, d e acuerdo con la obra más impor -
tante escrita acerc a de la Pancapâdikâ, e l Vivarana d e Prakâshâtman
(alrededor de 1100) , es designada con el nombre d e «Escuela del vi-
varana». Vacaspatimishra (alrededor de 850) dio una interpretació n
de la obra de Shankara, divergent e e n muchos puntos d e aquélla d e
Padmapâda, e n s u Bhâmatî frecuentement e comentada , l a cua l
constituye l a autorida d d e l a Escuel a d e l a Bhâmatî. Exposicione s
independientes de la doctrina d e Shankara está n contenidas en los
libros Naishkarmyadiddhi, d e Sareshvara , discípul o d e Shankara ;
Sankshepa-shañraka, d e Sarvajnâtman (sigl o x) y Nyâya-makaranda,
de Anandabodha (1100) . Una de las obras más notable s d e la litera -
tura vedántica es la Golosina de l a crítica (Khandanakhanda-khâdya)
del poeta Shríharsh a (sigl o xn) . En esta obra se expone, de modo su-
til, cóm o todo s lo s sistema s filosófico s so n insuficientes , y a qu e e n
sus principios están contenido s los presupuestos para su solución. En
verdad, e l mundo , e n s u integridad , e s inexplicabl e (anirvacaníya);
lo único qu e es firme e s el hecho de que nosotros pensamos , per o el
pensamiento e s Brahma y, por consiguiente , la única realidad. Las ex-
posiciones má s populare s y má s fácile s d e comprende r de l Vedânta
son l a Pancadashî d e Vidyârany a (1350) , e l Vedânta-paribhâshâ d e
Dharmaraja (má s o menos 1550 ) y el Vedânta-sâra d e Sadânanda (al-
rededor d e 1500) . Se considera que las últimas obras más importan -
tes de l Vedânta so n l a Advaita-siddhi d e Madhusudhana , Sarasvat i
(antes de 1550 ) y los escritos de Appayadíkshita (alrededor de 1600) .
Los expositore s d e Shankar a está n todo s d e acuerd o e n qu e
Shankara atribuy ó suprem a realida d a Brahma y qu e reducía tod a
174 Helmut h von Glasenap p
38
Shankara a d Brahma-sûtra 2 , 2 , 29 .
La filosofía de la India 17 5
3. «E l Sânkhya»
a) L a histori a
La palabra Sânkhya deriva con toda probabilidad de sankhyâ, es
decir, «número», y designa, en consecuencia, un a filosofí a qu e enu-
mera lo s principio s de l mundo . D e acuerdo co n otr a explicación ,
Sânkhya e s «e l método filosófico qu e s e ocupa de la consideració n
del pro y del contra», o «la filosofía e n la cual el establecimiento de l
ámbito d e un concept o tien e luga r mediante l a enumeración d e lo
38a
P . Hacker, «Eigentümlichkeiten der Terminologie Shankaras» , ZDMG, núm . 100 ,
1950, págs . 246-286 . N . Klein , Di e Erlôsungslehre nach de r Pancadashí, Tubinga ,
Dr. Diss. , 1956 .
176 Helmut h von Glasenapp
39
H . von Glasenapp , Madhva, pág . 26, nota 2 .
La filosofía de la India 17 9
40
O . Strauss, Ind. Phil, pág . 117 .
La filosofía de la India 18 1
41
P . M . Modi, Akshara, pág . 48 .
42
Gunaratn a a d l a estrofa 3 6 de l Saddarshana-samuccaya, d e Haribadhra .
182 Helmut h von Glasenap p
b) E l sistema clásic o
La Sânkhya-Kârikâ enseñ a u n dualism o metafísico . Admite dos
principios eternos, ninguno de los cuales puede ser derivado del otro
ni ambo s d e u n tercero . Esto s principios son , primeramente , l a
naturaleza primordia l n o espiritual , inconscient e per o activ a
(prakriti, pradhana) y , en segund o lugar, la pluralidad d e las alma s
espirituales, conscientes , individuales , activa s o mónadas espiritua -
les (purusha).
La prakriti es una fuerza-sustanci a eterna , de la cual, en un pro-
ceso evolutivo, surge todo aquello que de por s í mismo n o e s cons-
ciente. E n consecuencia, ell a no e s sólo la razón principal d e todos
los elemento s y órgano s materiales , sin o tambié n d e toda s la s fa-
cultades designada s po r nosotro s com o psíquicas . L a faculta d d e
pensar, d e percibir, d e sentir dolor y placer, d e actuar, así como las
propiedades morales u otras propiedades espirituales, toda s ellas son
manifestaciones d e aquella sustancia primordial , y no funcione s d e
las mónadas espirituales. L a naturaleza primordial s e encuentra e n
un cambio , si n comienz o n i fin , d e estados ; una s vece s s e trans -
forma e n cosmos con sus múltiples manifestaciones, otras veces ella
reabsorbe tod o lo que surgi ó de ella. Contien e en s í tres ganas (pá-
gina 178 ) o constituyentes, e s decir, las sustancias de la luz, de lo li-
gero, de lo alegre (sativa), d e lo móvil, incitante, doloros o (rajas), y
de l o oscuro , pesado , obstruyent e (tamas). Esto s tre s ganas s e en -
cuentran e n ell a e n u n estad o d e equilibri o durant e e l tiempo qu e
sigue la reabsorción de l mundo y precede e l nuevo surgimient o d e
un cosmos. Sin embargo, la quietud exterior (provocad a por el men-
cionado estado ) de l a prakriti, qu e interiormente , si n embargo , s e
encuentra permanentement e e n movimiento , e s sól o d e duració n
pasajera, y a que el karma d e las almas no liberada s hace necesari o
siempre nuevament e un a transformació n d e la prakriti e n mundo ,
ya qu e la prakriti n o exist e e n razón de sí misma, sin o para produ-
cir la liberación d e los seres individuales (estrof a 60).
La naturalez a primordia l s e transform a un a ve z tra s otr a e n
mundo, po r cuant o e l ordenamiento cósmico n o es meramente na-
tural, sino también moral ; los ganas salen entonces de su equilibrio,
empiezan a actua r lo s unos sobr e lo s otros y a mezclars e entre sí.
Con ell o l a prakriti pas a paulatinament e d e u n estad o d e sutileza ,
que escapa a la percepción, a un estad o d e menor o mayor consis-
tencia; pasa de lo no evolucionado (avyakta) a la plenitud d e lo evo-
lucionado. En un proceso de entoscamiento constante surge n de ella
primeramente lo s sustrato s d e la vida psíquica, hecho s d e materi a
sutil y , finalmente, los elemento s fino s y gruesos . Lo s factores, co -
La filosofía d e la India 18 3
43
Kurma-Pumna (Bibl. Indica), pág . 457; cfr. Sânkhya-Sûtra, 2 , 35 .
La filosofía de la India 1 85
44
Deussen , AGPh. , I , 3, pág. 506 .
45
Vijnânabhiksh u cit a e n s u comentari o a l Sûtra, 1 , 4 6 y 2 , 3 4 u n pasaj e de l
Yogavâsishtha.
186 Helmut h von Glasenap p
46
H . von Glasenapp , Entwichlungsstufen, págs . 11 2 y sigs. ; véas e tambié n Suresh -
vara's, Mânasollâsa, 2 , 31-43.
La filosofía de la India 18 7
47
W . Caland , Dos Jaiminíya i n Auswahl, Amsterdam , 1919 , pág. 157; cfr. Vasu -
bandhu, Abhidharrnakosha, 4 , 68d.
La filosofía de la India 18 9
48
Shankara a d Brahma-sûtra, 1 , 1 , 14 ; además 5 , 6 , 10 ; 1 , 4, 8 ; 2, 1 , 1 y 3 y fre-
cuentemente.
49
H . Jacobi, Gôttinger Gel-Anz., 1919 , pág . 3 .
190 Helmut h von Glasenap p
4. «E l Yoga»
a) L a historia má s antigu a del Yog a
La palabra Yoga tien e e n sánscrit o mucho s significados . Etimo-
lógicamente afí n a l latino Jugum y al alemán Joch («yugo») , esta pa-
labra designa , e n s u sentid o literal , e l «uncir » y, e n consecuenci a
también, e l poner e n tensió n toda s la s fuerzas , l a reunió n y con -
centración de la actividad del espíritu sobr e un determinad o punto,
la contemplació n convertid a e n un a técnica . L a misma palabr a e s
utilizada también en el sentido de «ejecutar, actuar, practicar» y, ade-
más, en el sentido de «unión», por ejemplo , de l alma y la divinidad,
así como del recogimiento que produce la unión. A eso se agrega una
serie d e otro s significados , que no so n d e aplicació n par a nosotro s
ahora. Ya que la esencia d e la enseñanza yóguic a consiste e n un en -
trenamiento sistemátic o d e la mente , s u nombre deb e ser derivado
del equivalente indio de «poner en tensión» , aunque los otros signi-
ficados de «práctica, unión co n la divinidad, recogimiento» también
se hacen presente s e n grad o mayor o menor, especialment e tratán -
dose de algunas doctrinas y en muchos contextos .
La ide a d e qu e e l hombre pued e alcanzar , mediant e l a realiza -
ción de determinados ejercicios y el cumplimiento de determinadas
normas, u n estad o sobrenorma l d e arrobamient o o éxtasis , e n e l
La filosofía de la India 19 1
b) Lo s Yoga-sûtras y su s comentario s
El sistem a clásic o de l Yog a est á expuest o e n lo s Yoga-sûtras,
en 19 4 cortos aforismos, que están repartidos en cuatro libros. Pa -
tanjali e s considerad o s u autor . Ést e es identificad o por lo s indio s
con e l gramático d e igua l nombre qu e vivi ó en e l siglo n a.C . Pero,
como lo s Yoga-sûtras qu e poseemos ha n sid o influidos por e l pen-
samiento de la filosofía budist a tardía y, por consiguiente, tienen que
pertenecer a l período qu e v a de l i v al v siglo d.C., esa identificación
sólo puede comporta r u n núcle o d e verdad, si se admite que Patan-
jali compus o u n antigu o Yoga-sûtra qu e sufri ó posteriorment e un a
reelaboración y enriquecimiento considerables .
Pero, verosímilmente , est o n o e s así, pue s e l léxico de l gramá -
tico y de l filósof o de l Yoga , inclus o e n aquello s lugare s e n dond e
ellos no s e ocupan d e tema s especiale s d e su s respectivas ciencias ,
es tan diferente , que no se puede admitir qu e ambos sean la misma
persona50. Hay que tener e n cuenta tambié n qu e en el Mahâbhârata
y en lo s Puranas má s antiguo s se designa com o creador de l Yoga a
Kapila51, a Hiranyagarbha 52 o a otra s personas, y sól o en lo s Pura -
nas má s reciente s s e nombra a Patanjali como e l fundador del sis-
tema del Yoga 53. El Patanjali de los Yoga-sûtras parece , po r tale s ra -
zones, se r un auto r diferent e del gramático , auto r qu e recopil ó la s
enseñanzas yóguica s transmitida s po r l a tradició n y la s relacion ó
con una nuev a teorí a filosófic a adecuad a a la época.
Que e l actua l Yoga-sûtra n o represent a un a obr a unitaria , sin o
que h a sid o formado por l a reunión d e diversa s piezas, es algo ve-
rosímil, teniéndos e e n cuent a s u form a nad a riguros a n i clar a d e
desarrollar su s pensamientos; si n embargo, los intentos d e Deussen,
Hauer, etc., de dividir el Sûtra en diferentes textos no satisfacen ple-
namente. E l comentario má s famos o de l Yoga-sûtra e s e l Bhâshya
50
H . Jacobi, ZII, num . 8 , 1931 , pág . 88 .
51
A . Hohenberger, Di e indische Flutsage, Leipzig , 1930 , pág . 127 .
52
Sobr e Hiranyagarbh a com o maestr o d e Yoga, véas e Jacobi , SPAW, XXVI , 1929 ,
pág. 22 .
53
Po r ejemplo , en e l Saurapumna, 40 , 5 6 (Jahn, Dos Saurapurânam, Estrasburgo ,
1908, pág . 105) .
194 Helmut h von Glasenapp
c) L a práctica de l Yog a
El Yoga-sutra n o pretend e da r tant o un a enseñanz a sobr e pro -
blemas filosóficos cuanto , más bien, indicaciones prácticas para ob-
tener l a salvación . Contrariament e a la s obra s fundamentale s de l
Vedanta, y del Sânkhya, las prescripciones acerc a de la forma d e vi-
vir y disciplina espiritua l ocupan, en el Yoga-sutra, u n lugar de pre-
ferencia. Est a meta práctic a e s evidente desd e los primeros aforis -
mos. E l Yog a e s definid o (I , 2 ) com o e l sometimient o d e la s
modificaciones d e l a mente , co n e l fi n d e hace r qu e e l veedor (el
purusha, e l espíritu individua l com o sujet o d e tod o conocimiento )
se manteng a e n s u auténtic a naturalez a y n o participe , com o su -
cede cuant o és e n o e s e l caso , d e l a naturalez a d e esa s modifica -
ciones.
La concepció n básic a e s l a siguiente : l a mónad a espiritua l co -
noce, con la ayuda del cuta, hecho de fuerza-sustancia sutil . El cuta
del hombre comú n est á constituid o po r lo s tres componente s d e la
naturaleza primordial : sativa, rajas, tamas. S e encuentra e n movi -
miento ininterrumpido , pue s e n é l s e realiza un constant e cambi o
de representaciones. Esta s modificaciones (vritti) n o so n meras apa-
riciones e n l a superfici e de l cuta, la s cuales , com o e l juego de la s
olas del mar , sól o s e manifiestan en s u superficie , si n deja r rastro s
una ve z que han desaparecido . Más bien ellas constituyen, segú n la
concepción d e los indios, l a esenci a de l cuta; ést a existe , e n ciert a
medida, e n l a form a d e su s estados. Po r es o las modificacione s s e
La filosofía de la India 19 7
d) E l Yoga posclásic o
El Yoga-sûtra d e Patanjal i y lo s comentario s relativo s a é l ha n
ejercito una influenci a important e en la filosofía india , y a que pen-
sadores d e la s corriente s má s variada s acogiero n e n su s sistema s
doctrinas de estos textos autoritativos de la técnica de la meditación.
Así, encontramos los sutras de Patanjali citados en numerosas obras,
sin qu e co n ell o los autores d e dichas obras hayan hecho suya s las
concepciones filosóficas de l tratado patanjálico en todos sus puntos.
Mientras qu e lo s representante s posteriore s de l Yog a mantuviero n
más o menos e l punto de vista del Sutra, otro s lo unieron estrecha -
mente a otras concepcione s par a constitui r u n nuev o sistema . Así,
el Yoga aparece, en mucha s obras, fundido co n e l Vedânta d e Shan-
kara, con el Vishnuismo, el Shivaismo o el Shaktismo, de modo que
creció una serie de nuevos sistemas del Yoga, si se puede emplear el tér-
mino «sistema» respecto a la unión de métodos yóguicos con determi-
nados dogma s teológico s o metafísicos . El gra n investigado r isla -
200 Helmut h von Glasenap p
56
Yogattattva-Upanishad, 1 9 (edición Adyar , 1920 , pág . 367 , n o e n l a traducció n
de Deussen) . Cfr . a l respect o l a obr a indi a modern a De r Sanâtana Dharma, trad , y
comp. po r J . Abs, Bonn-Leipzig, 1923 .
57
A l respecto, Madhar a trata extensament e también l a exposició n de l Yoga e n e l
Sarva-darshana-sangraha, trad . ing. d e Cowell y Gough, Londres , 1882 , pág . 258 .
La filosofía d e la India 20 1
5 y 6 . «E l Nyâya y el Vaisheshika»
a) Significad o y origen d e lo s sistema s
La palabr a nyâya signific a «regla , principi o fundamental ,
norma»; por es o la doctrina referent e a los principios fundamenta -
les de la argumentación científic a e s denominada Nyâya. E n sentido
técnico, e l sistema qu e establece la s reglas del correcto pensar, con -
cluir y discutir s e llama Nyâya y su s representantes so n lo s naiyâ-
yikas. L a palabra Vaisheshika deriv a d e vishesha («diferencia») ; e l
Vaisheshika e s una doctrin a qu e trata dealcanza r l a solució n d e los
problemas metafísico s estableciendo la s diferencia s específica s en -
tre toda s las cosas que se nos presentan e n e l mundo exterio r e in-
terior: lo s adepto s d e est a doctrina so n llamado s vaisheshikas. De
acuerdo co n s u naturalez a s e pued e má s o meno s caracteriza r a l
Nyâya com o lógic a y a l Vaisheshika com o filosofí a atomist a d e l a
naturaleza, pero , com o tant o e l Nyâya com o e l Vaisheshika s e es -
forzaban, saliéndose de los dominios específicos de su investigación,
por expone r un a cosmovisió n umversalment e válida , cad a un o d e
ellos ofrecí a u n sistem a d e pensamient o cerrad o e n sí . Ambo s se
complementaban mutuament e e n es a tarea: e l Nyâya habí a hech o
suya la explicación atomist a de l mundo de l Vaisheshika, y éste, a su
vez, habí a hech o suy a la lógica del Nyâya, d e modo qu e l a metafí-
sica de ambos darshanas e s la misma. Estos vínculos estrechos, qu e
existieron entr e ambo s darshanas desd e mucho tiemp o atrás , hicie -
ron qu e ambos , posteriormente , fuera n unificado s e n u n sol o sis -
tema. Ést e es llamado Nyaya-Vaisheshika, y a que, tratándose d e u n
compuesto copulativ o (llamad o dvanda), l a palabr a qu e contien e
menos sílaba s debe ser colocada al principio.
El Nyâya y e l Vaisheshika son , ciertamente , «ortodoxos» , en e l
sentido e n qu e ambo s reconoce n a l Veda com o revelació n divina ,
pero s u relación co n e l Veda es , si n embargo , completament e dife -
rente a aquéll a d e lo s otro s darshanas tratado s hast a ahora . L a
Karma-mîmânsâ y e l Vedânta sól o quiere n da r un a exegesi s d e lo s
libros sagrados, el Sânkhya y el Yoga surgiero n de l pensamiento d e
202 Helmut h von Glasenap p
58
H. Jacobi, Gôtinge r Gel-Anz , 1919 , págs . 2 3 y sigs. , Entwicklung de r Gotesidee,
pág. 41.
59
S . Dasgupta, History oflnd. Phil, I , págs. 280 y sigs.
204 Helmut h von Glasenap p
b) Histori a de l Vaisheshíka
El Vaisheshika-sûtra e s considerad o com o obr a de l brahmá n
Kanâda de l linaje d e Kashyapa, obra qu e le fue revelada por e l dios
Shiva baj o l a form a d e una lechuza . Po r tal razón e l Vaisheshíka e s
también llamad o Aulukyadarshana («filosofí a d e lechuzas») . Nad a
sabemos sobr e Kanâd a y l a époc a d e s u vida . E n vist a d e qu e s u
nombre significa «que come granitos», se ha conjeturado que podría
ser sobrenombr e qu e l e fu e dad o a l creado r d e l a atomístic a po r
cuanto se ocupaba de pequeñas partículas. Est á sujero a discusión si
el Sûtra es realmente la obra d e un hombr e y no la redacción fina l
de un trabaj o d e generaciones . E n la form a tradicional e n qu e ho y
día l o tenemo s e l Sûtra s e divide e n 1 0 capítulos, cad a un o d e lo s
cuales s e subdivide e n do s subsecciones . Cad a subsecció n contien e
entre 7 y 37 principios en forma mu y concisa . El libro empieza con
una definició n de l dharma (virtud , mérit o religioso) : «Dharma e s
aquello mediant e e l cual s e obtiene felicida d (e n la tierr a o en un o
de los mundos celestiale s transitorios ) o el supremo bie n (l a libera-
ción de l dolor)» . L a liberación e s alcanzad a mediant e e l conoci -
miento de la verdad, o sea, mediante el conocimiento d e la naturaleza
de las seis categorías: sustancia, cualidad, actividad, generalidad, es-
pecialidad e inherencia. La explicación d e estas categorías , la s cua-
les deben abarca r tod o el ámbito d e lo que existe , l o cognoscible y
lo nominable , ocup a l a mayo r parte d e l a obra . Además de ell o se
discuten la s más variadas cuestione s filosófica s y de otra clase ; así ,
se dan prueba s (en 3, 1 , 18; 3, 2, 4 y sigs.) de la existencia de l alma
y se desarrollan las más extrañas teorías acerca del origen del trueno
y de la subida del agua a lo largo de la raíz del árbol (5, 2, 7 y sigs.);
por otr o lado, se expone también l a doctrina de l raciocinio (3 , 1, 9
y sigs. ; 9, 2, 1 y sigs. ) y se trata d e los deberes y obligaciones pres-
critas por e l Veda (baño , ayuno, etc.; 6, 1 , 1 y sigs.) . S i el Sûtra en -
seña tambié n u n sistema , que en sus puntos esenciales correspond e
a aquél de época tardía, con todo encontramos en él numerosas des-
viaciones, que los comentaristas se esfuerzan po r eliminar mediant e
interpretaciones. Así , la ide a d e u n Dio s personal , diferent e de l
mundo y gobernante del mismo, n o tien e aún cabid a e n él , por lo
menos e l Ishvara n o e s directamente nombrad o e n tod o e l libro y
los pasajes que , según los comentaristas, trataría n d e él como crea-
dor de l mund o (1 , 1 , 3; 1 , 1 , 18 ; 6, 1 , 1 y sigs. ) sólo parecen refe -
rirse a que el Veda, como fundamento normativo de l mundo, s e ha
propagado e n una transmisió n ininterrumpid a y siempre e s nueva-
mente proclamad o por santo s videntes. Así, se puede pensar qu e el
teísmo n o era aún para Kanâda una parte obligatori a del sistema, y
206 Helmut h von Glasenapp
60
61
H . Jacobi, Entwicklung de r Gottesidee, pág. 46.
Trad , por W . Rubén .
La filosofía d e la India 20 7
d) E l Nyâya-Vaisheshika reunid o
Como y a s e observó , e l Nyâya y e l Vaisheshika, desd e much o
tiempo atrás , estuviero n e n estrecha relación . N o debe por es o sor-
prender que se mencione a muchas personas com o autores de obras
del Nyâya com o de l Vaisheshika. L a fusión d e ambo s sistema s e n
uno sol o se muestra, sobr e todo , e n una seri e de manuales que , de
forma concisa, abarcan las doctrinas de ambos sistemas. Obras de esta
clase que , como libros introductorios, gozan hoy día en la India d e
gran autoridad son Saptapadârthî, e l libro de las siete categorías (a las
seis de l antigu o Vaisheshika s e ha agregad o aqu í com o séptim a e l
«no ser » d e Shivâdity a (sigl o xi) ; Tarkabhasha d e Keshavamishra (si-
glo xm), Tarkasangraha de Annambhatta, Tarkakaumudî d e Laugâkshi
Bhâskara y Kârikâvali (Bhâshâparicchedà) d e Vishvanâtha, los cua-
les pertenecen a l siglo xvn.
El siguient e esbozo del sistem a reunid o de l Nyâya y de l Vaishe-
shika s e basa en estos manuales, e n especial e n e l Tarkasangraha.
El Nyâya-Vaisheshika completament e desarrollad o s e encuentr a
en e l terreno de un realism o extremo . Su s adhérentes están profun -
damente convencidos de que todo conocimiento correcto, por su pro-
pia naturaleza , s e refiere a alg o que exist e objetivamente , con inde -
pendencia de ese conocimiento. Pero un conocimiento es correcto sólo
cuando lo s medios d e conocimient o ha n sid o utilizados en l a form a
adecuada y cuando, en e l curso del proceso de l conocimiento, n o s e
La filosofía de la India 21 1
62
W . Handt, Die atomistische Grundlage der Vaisheshika-Philosophie, Rostok , 1900,
pág. 59 ; según Shrîdharâcârya , págs. 5 2 y sigs.
216 Helmut h von Glasenapp
b) L a filosofía d e la s secta s
«Observaciones previas»
Todos los sistema s brahmánico s reconoce n l a existenci a d e la s
divinidades enseñada s e n la s escrituras sagrada s de la revelació n y
de l a tradición ; l a diferenci a entre lo s sistema s «ateos » (nirtshvara)
y lo s «teístas» , en s u cas o «pan-en-teísticos» , sól o consist e e n qu e
los primeros (Mîmânsâ, Sânkhya clásico ) consideran qu e lo s dioses
en s u totalidad ha n surgid o a causa de l karma y que el cosmos está
regido po r un a le y impersonal , mientra s qu e lo s último s (Yoga ,
Nyâya, Vaisheshika y Vedantá) admite n qu e el mundo natural y mo-
ral depend e d e un Seño r cósmic o eterno , qu e no est á sometid o a l
karma y al dolor, como todas las otras divinidades. Los Sûtras de los
sistemas n o explica n s i el Señor del mund o e s idéntico co n algun a
de las figuras d e la leyenda sagrada , sino que dejan est e punto libr e
a la decisión de cada uno. La filosofía d e una secta , contrariament e
a lo anterior, ve en el reconocimiento exclusiv o de una determinad a
persona de l panteón e l único am o verdadero y eterno de l universo,
el punto principa l d e tod o s u sistem a y s e esfuerz a po r demostra r
que sólo el dios venerado por ell a es el Señor del mundo, mientra s
que los otros devas sól o representan sere s superiores, subordinado s
a ese dios, que deben su posición a las buenas acciones de sus vidas
anteriores. Lo s darshanas qu e creen e n un Dio s se semejan así a los
sistemas teísta s d e Occidente, que sólo se contentan co n demostra r
la existencia d e Dios, su omnisciencia, s u omnipotencia, etc. , mien -
tras qu e los filósofos sectario s tiene n s u paralelo e n lo s dogmáticos
cristianos qu e tratan d e establecer qu é es trino, qu é s e reveló e n el
Monte Sinaí , qu é s e convirtió e n hombr e baj o l a figur a d e Crist o y
resucitó, etc .
Siempre existieron , co n seguridad , ya en époc a antigua , indivi -
duos y comunidades que consideraban a un determinado dio s como
al verdadero îshvara y trataban d e demostrar s u superioridad sobr e
todas las otra s divinidade s que aparece n e n lo s mitos; co n todo , la
prehistoria d e las sectas está envuelta e n oscuridad. Mientras que es
difícil d e establecer hasta qu é punto las Upanishads d e la época má s
antigua y la Gîta pueden se r consideradas^como documentos d e un a
dogmática sectaria (puesto que en ellas el îshvara es identificado con
Vishnu o co n Shiva , per o s u cult o n o e s aú n reconocid o com o l a
única forma legítim a d e la creencia e n Dios) , en algunos pasajes de l
Mahâbhârata y de los Puranas encontramos y a enseñanzas abierta-
mente sectarias . E n el curso de l desarroll o s e constituyeron comu -
nidades religiosas vishnuitas y shivaítas, que desarrollaron una dog-
218 Helmut h von Glasenap p
63
L a palabra Pancarâtr a signific a «Cinc o noches»; s u sentid o e s poco seguro ; se -
gún O . F. Schrader , es a designació n s e relaciona, a l fina l d e cuentas , co n e l «sacrifi -
cio de cinco noches» mediant e el cual Vishn u s e convirtió en e l todo, como s e narra
en e l Shatapatha-Brâhmana.
64
Mahâbhârata, XII, 337, 2 5 y sigs.; 341, 112 ; 350 , 32 ; 351 , 68 .
220 Helmut h von Glasenapp
643
N o he tratad o aqu í d e las doctrina s d e los místico s maratas y de l reformado r
Kabír, qu e sali ó de l Vishnuismo, etc . H e dado traduccione s de su s obras e n Indische
Geisteswelt, I , págs. 224-228 y 257-262.
222 Helmut h von Glasenapp
1. «Lo s vishnuitas»
a) Râmânuj a
Râmânuja (1017-¿ 1137?), un brahmán de la zona lingüística del ta-
mil, qu e pas ó l a mayo r part e d e s u vida e n Kânc i (Conjeeveram) y
Shrîrangam, es el gran paladín de una f e en Vishnu que unió en un a
síntesis fecund a e l Vedânta d e la s Upanishads, d e la s epopeyas , de l
Vishnu-purana y de los libros sagrado s del Pâncarâtra co n la fe, car-
gada d e emoción, e n Vishn u de los Âlvârs, poetas piadosos , autore s
de himnos e n tamil (¿siglos vil a ix?). Continuó la obra que había sido
iniciada po r Nâthamuni y Yâmunâcârya, defendiéndola mediante s u
gran comentario d e los Brahma-sûtras y de la Gîta, así como mediante
sus otros escrito s contr a e l acosmismo d e Shankara , y dándol e un a
forma sistemática . Lo s adeptos de Râmânuja, lo s râmânujîyas o shrí-
vaishnavas, ha n explicad o y desarrollado las doctrinas de su maestro
en numerosos comentarios y escritos. Entre ellos debemos mencionar
a Sudarshana (sigl o xrv) y a Venkatanâtha, más conocid o bajo e l nom-
bre d e Vedântadeshik a (sigl o xiv) , a l auto r tami l Pilla i Lokâcâry a (fin
del sigl o xiii ) y a Shrînivâsa , qu e floreci ó alrededo r d e 165 0 y cuy a
Dîpikâ, tomad a por mí como base para la exposición que sigue, es hoy
día el manual má s difundid o de la escuela .
La doctrin a d e Râmânuj a e s designad a co n e l nombr e d e Vi -
shishtadvaita («monism o calificado»), po r cuanto , segú n él , Dios ,
único, no es un mero ser despojado de toda distinción y que todo lo
abarca, sino que, por obr a de su naturaleza, posee como cualidades
(vishesha) la s alma s individuales y lo inanimado . La s mónadas es -
pirituales y l a materi a está n ta n inseparablement e unida s a Dios
como los atributos con la sustancia, y Dios tiene, frente a las almas
individuales y l o carent e d e vida , l a mism a posició n qu e e l alm a
frente a l cuerpo. Así como el cuerpo n o puede existi r si n el alma y
es compenetrado y gobernado por ella , así los espíritus individuales
y l o n o espiritua l (jada, a saber , l a prakriti y e l tiempo ) depende n
completamente d e Dios , pero , a l mism o tiempo , so n eternament e
diferentes d e él. La pluralidad del mundo exterior n o e s una ilusió n
sino plenament e real ; todo s lo s sere s y cosa s so n forma s o modo s
(prakâra) d e Dios. Estos modos están contenidos e n Dio s potencial-
mente durante el período d e reposo del mundo, pero se manifiestan
mediante la s creacione s periódica s de l mundo . E l surgimiento de l
mundo es , por eso , sól o una transformació n d e aquello que , desd e
siempre, s e permanece e n Dio s en estad o sutil.
Como Brahmán, lo Absoluto único, que todo lo abarca y compe-
netra, Dio s e s l a caus a materia l y eficient e de l mundo , pero , a l
La filosofía de la India 22 3
65
R . Otto, Siddhânta, pág . 118 ; Sukthankar, pág . 52 .
224 Helmut h von Glasenapp
66
Dipikâ , cap. 7, trad, d e Otto, pág. 49.
67
Pilla i Lokâcârya, «Fün f Hauptstücke» , en R . Otto, Vishnu-Nâmyana, pág . 140.
La filosofía de la India 22 5
b) Madhv a
Mientras que Râmânuja s e esforzaba, en contra de Shankara, por
establecer firmement e l a realida d de l mund o y d e la s alma s y d e
que ésta s fuera n diferente s de l seño r persona l d e lo s mundos ,
Vishnu-Nârâyana, é l mism o concebí a a Dios , e n e l sentid o d e la s
Upanishads l a caus a primordia l de l mund o y a Madhva , e l repre -
sentante d e una ide a d e Dios que, co n s u estricta diferenciació n de
Dios, e l mundo y las almas , s e corresponde e n much o co n aquell a
idea de Dios del Nyâya-Vaisheshika posterio r y de los comentarista s
del Yoga. S e aleja así , lo más posible , del pan-en-teísmo d e las Upa-
nishads y de la Gîta, po r l o cual s u sistema n o e s designado, como
el d e Shankara , Râmânuj a y otro s maestros, com o un a form a de l
Advaita (monismo , literalmente «n o dualidad») , sin o com o Dvaita
(dualismo).
Madhva, llamado también co n sus otros nombres Pûrnaprajna o
Ânandatirtha, vivió , verosímilmente , d e 119 9 a 1278 ; s u patri a y
68
La s 18 diferencias en l a dogmática d e est a escuel a e n R . Otto, Vishnu-Nârâyana,
págs. 16 0 y sigs.
226 Helmut h von Glasenapp
c) Nimbârk a
Nimbârka, un brahmán de la zona del Telegu, era tan celoso de-
voto d e Krishna, qu e s e estableció d e form a permanent e e n lo s lu-
gares sagrado s d e est e dio s e n Brindaba n (cerc a de Mathur â e n e l
norte de la India) y ahí fundó un a secta , que tuvo gran importanci a
por algú n tiempo pero que, actualmente, e n lo que se refiere a la in-
fluencia, est á po r detrá s d e las otra s escuela s vaishnavas. L a época
de Nimbârk a n o e s segura . Escribi ó un cort o comentari o d e lo s
Brahma-sûtras y un poem a d e 1 0 estrofas (Dashaslokí) que sintetiz a
su doctrina . Lo s comentaristas má s importante s d e su s doctrina s
fueron Shrínivas a (sigl o xiv ) y Keshava Kashmírin (sigl o xvi) .
La doctrin a d e Nimbârk a e s caracterizad a com o «Doctrin a d e
la distinció n y n o distinción » (bhedâbheda-vada) o «Doctrin a de la
dualidad y no dualidad» (avaitâdvaita-vâda). A l igual que Râmânuja ,
trató d e concilia r l a unida d d e lo Absoluto con l a pluralida d d e la s
sustancias espirituale s y no espirituales; co n todo, mientras Rasâmâ-
nuja subordinab a l a pluralidad a la unidad, Nimbârka , al considerar
que la unidad está calificada por ambas, trataba de coordinarlas. Dios
se comporta frent e a las otras sustancias como el océano frente a sus
olas o como el sol frente a sus rayos (Brahma-sutra 2 , 1 , 13) : cada ola
no es , ciertamente, diferent e del mar, ya que ella tiene e n él el fun-
damento d e s u existencia, pero , po r otr o lado , n o e s idéntica a él,
ya que, si así lo fuera, n o podría distinguirs e ni de l océano ni de las
228 Helmut h vo n Glasenapp
olas. Dios sobresale, en cuant o supremo ser que todo lo abarca, muy
por encim a d e todos los limitados sere s terrestres, qu e dependen e n
su existenci a completament e d e él . Ést a es una posició n qu e e n la s
Upanishads e s presentad a múltiple s vece s mediant e l a image n de l
fuego y las chispas (Brih. 2 , 1 , 20), d e la rueda y los radios (ib. 2, 5 ,
15), qu e Âshmarathya habría propiciado según Brahma-sutra 1 , 4, 20,
y que sería la base del comentario no sectario de Bhâskara (pág. 165) .
Nimbârka identifica a Brahma con Krishna quien, de acuerdo con
él, no e s una encarnació n d e Dios, sino su propio ser. A su lado está
Radhâ, l a amad a aú n n o mencionad a e n e l Bhâgavata-purâna, l a
cual e s elevad a aqu í a l a categorí a d e u n principi o cósmico , me -
diante la cua l Dios lleva a cabo su actividad.
Al igua l qu e otro s vaishnavas, Nimbârk a enseña qu e Gañid a y
Vishvaksena, los servidores de Vishnu, son almas eternamente libe -
radas, y pone, entr e éstas, la corona, lo s aretes y la flaut a d e Dios,
que él considera así como seres vivos.
Lo no espiritual es de tres clases: 1) el tiempo, 2)prakriti o maya
y 3) el sativa puro que no surg e de \aprakriti, co n la cual están he -
chos los miembros del dios, los palacios celestiales, etc.
Las concepcione s d e Nimbârk a acerc a d e l a naturalez a de l
alma, acerc a d e l a obtenció n d e l a salvació n mediant e e l justo
conocimiento sobr e Dio s y e l alma , mediant e l a entreg a d e un o
mismo (prapatti) a Dios, y mediante e l amor (bhakti) a él y la gra-
cia emanada d e él, y acerca de la liberación corresponden , co n al-
gunas variantes , a aquella s concepcione s d e las escuela s tratada s
hasta aquí .
d) Vallabh a
Vallabha (1479-1531) , nacid o e n Benares , hij o d e u n brahmá n
oriundo de la zona telugu, pasó la mayor parte d e su vida en los al-
rededores d e Mathurâ . Es el fundado r d e un a sect a d e devoto s d e
Krishna. Su s descendientes, qu e ejerce n funciones sacerdotales he -
reditarias, so n objet o d e un ampli o cult o por part e d e su s adeptos,
los llamado s vallabhâcâryas 69. Vallabh a compus o comentario s d e
los Brahma-sûtras y del Bhâgavata-purâna, estimad o por é l como la
suprema autoridad , un a gra n obr a Tattvadîpanibandha y numero -
sos pequeños escritos que exponen s u doctrina. L a escuela desarro -
lló una activida d literaria mu y intens a tant o e n sánscrit o com o en
hindi y gurarati. Entre los autores de la secta s e distinguieron, ade-
69
Vo n Glasenapp, Religionen Indiens, págs . 1 7 y 327.
La filosofía d e la India 22 9
70
Tattvârthadipa , 2 , 121 .
230 Helmut h von Glasenapp
e) Caitany a
Krishna Caitanya Deva (1485-1533), un brahmá n d e Navadvípa,
había alcanzado renombre com o erudito, ya en sus jóvenes años, en
aquel semiller o d e la nuev a lógica (p. 262), pero, después , s e había
convertido e n asceta y había suscitad o en su tierra nativa , Bengala,
un gra n movimient o d e surgimient o d e fe Krishnaísta. Su s adeptos
lo consideraba n com o un a form a d e manifestació n terren a d e
Krishna d e «color claro» y por es a razón es designado con e l nom-
bre d e Gaurânga («el dios tenía u n cuerp o de color azul oscuro»). Él
no expus o su s doctrinas po r escrito , sin o qu e dej ó es a tare a a su s
discípulos. Entr e los teólogos de la sect a sobresalen : lo s contempo-
ráneos d e Caitanya , Râpa y Sanâtana , y s u sobrino Jíva cuy o Shat-
sandarbha e s considerado com o la mejo r síntesis d e la dogmática .
Baladeva Vidyabhushana escribió, a comienzos del siglo xvm, un co-
mentario d e los Brahma-sutras.
El Vedanta d e la escuel a d e Caitany a es una «Doctrin a de la di -
ferenciación y n o diferenciación » (bhedábheda-vadá), l a cual , me -
diante e l aditamient o d e acintya («impensable») , e s caracterizad a
como algo que no es racionalmente concebible. La simultánea iden-
tidad y diversida d d e Dios , la s alma s y lo n o espiritua l n o e s algo
La filosofía de la India 23 1
2. «Lo s shivaítas»
a) Lo s lakulîsha-pâshupatas
71
Mâdhava , Sarvadarshana-sangraha, trad , en Deussen AGph. I, 3, págs. 307 y sigs.
La filosofía de la India 23 3
72
Krishnamishr a en e l drama Salida de la luna del conocimiento, II , 2; el jaina Râ-
jashekhara (s . xiv), véase l a introducció n d e l a edició n d e la s Ganakârikâs (Gaikwad's
Oriental Serie s XV) ; Gunaratna e n e l comentari o d e la s estrofa s 1 2 y 5 9 de l Shad-
darshana-samuccaya, d e Haribhadra .
73
Madhusûdana Sarasvatí en Deusse n AGPh. , I , 1 , pág. 63 .
234 Helmut h von Glasenapp
76
L a doctrina d e las múltiples prakritis qu e Gunaratn a mencion a e n s u comenta -
rio d e la estrofa 3 6 del Shaddarshana-samuccaya, d e Haribhadra .
238 Helmut h von Glasenap p
c) E l Shaiva-siddhânta
Con el nombre de Shaiva-siddhânta, e s decir, aproximadament e
«Sistema doctrinari o definitiv o de los shivaítas» , se designa un sis -
tema que , en oposició n a la «Doctrin a del reconocimiento», admite
la existencia eterna de tres sustancias diferente s (Dios , alma, lo no-
espiritual), pero , a l mismo tiempo , enseñ a u n Shivâdvaita, y a que
mediante Shiva se restablece la unidad absolut a d e todo lo que es la
forma d e un monism o de l devenir. El Shaiva-siddhânta permanece
todavía hoy día en la India de l Sur y ha producid o una gra n litera -
tura e n idiom a tamil . Lo s grandes poetas shivaíta s Tirumula, Sun -
dara, Mânikkavâcaka (sigl o ix ) lo habrían proclamad o en form a po -
ética. Per o s e consider a a l shudra Meykand a (sigl o xm ) com o e l
primero que expuso en tamil, en forma sistemática , las doctrinas de la
escuela; s u Shiva-jnâna-bodha («e l despertar de l conocimient o d e
Shiva») e s una traducció n de l sánscrito , d e una part e de l Raurava-
âgama. S u obra fu e continuad a po r Arulnandi , Manavâcakam Ke-
dandân, Umapat i (sigl o xiv ) y otro s numeroso s autores . Mucho s
adeptos tamílico s contemporáneo s d e Shaiva-siddhânta pretende n
un orige n tamílic o par a su s doctrinas. Cree n que los Âgamas, sobre
240 Helmut h vo n Glasenapp
77
A . Zieseniss, ZDMG, num . 92 , 1938 , Apéndice, pág. 32.
La filosofía de la India 24 1
78
Farquhar, Relig. Literature of India, pág . 350 .
79
Suryanarayana , Shríkantha's Shivâdvaita, págs . 3 2 y 75 .
242 Helmut h von Glasenap p
d) Lo s vira-shaivas
80
Lo s vira-shaivas se consideran el grado más alt o entre los shaivas; los otros seis
grados
81
son añadí, âdi, anu, mahâ, yoga y jnâna-shaivas.
Edició n del texto en la Vira^haivalingi-brâhmana-dharma-granthamâla, vol . 39,
Sholapur, 1909 . Durante l a redacció n de l manuscrit o d e l a primer a edició n d e est a
La filosofía de la India 24 3
82
Alguno s detalles más precisos en Bhandarkar, Vaishnavism, Shaivism and minor
religious
83
Systems, Estrasburgo , 1913 , págs. 13 4 y sigs.
Anubhavasûtra, 2, 27.
La filosofía de la India 24 5
e) Lo s alquimista s
La alquimi a h a jugad o repetidas vece s e n l a histori a d e l a filo-
sofía occidenta l u n ro l nada insignificante . Cuand o los practicante s
medievales de l art e d e transforma r metale s vile s e n metale s no -
bles consideraban a Demócrito y otros sabios de la Antigüedad como
los fundadore s d e s u ciencia , est o es , si n duda , alg o injustificado ,
pero, indiscutiblemente , Albert o el Grande , Raimundo Lulio y Ro-
ger Baco n se ocuparon d e la alquimia , y también , entr e lo s filóso -
fos de l Renacimiento, en Paracelso y Jacobo Bôhme, están vivo s los
pensamientos d e la alquimia. Es cosa conocida que los árabes culti-
varon l a alquimi a co n predilecció n y , junto co n e l nombre, l e die -
ron tambié n s u forma . Pero , inclus o fuer a de l círcul o cultura l de l
Mediterráneo, la alquimia aparece vinculada con determinadas doc-
trinas filosóficas . E s así que e n l a Chin a los taoístas s e dedicaron a
los estudio s d e alquimia . Buscaba n no tant o l a producción d e oro ,
cuanto l a obtención d e un elixi r d e la vida, que pudiese procurar l a
inmortalidad o , por l o menos, alarga r la vida. La idea de que e l la-
pis philosophorum, l a piedr a d e lo s sabios , curab a toda s la s enfer -
medades, hacía desaparecer la vejez y retardaba la muerte estab a en
el centro de los esfuerzos de muchos alquimistas occidentales.
No deb e sorprender , baj o esta s circunstancias , qu e est e tip o d e
concepciones encontrase también e n la India un terreno, y debemos
extrañarnos, má s bien, de que esas concepciones hayan encontrad o
poco eco en la literatura, d e acuerdo con lo que hasta este moment o
ha sid o posible establecer . Pues , dejand o d e lado alguna s informa-
ciones aislada s d e époc a tardí a acerc a d e maestro s budista s qu e se
habrían ocupad o de la alquimia y aquellas otras provenientes d e Al-
beruni, Marc o Pol o y demá s viajero s qu e no s cuenta n qu e alguno s
yoguis s e dedicaban a la s prácticas alquimistas , sól o poseemos es -
casos documento s acerc a d e l a alquimi a india 84. E s comprensibl e
84
Sobr e l a alquimi a e n general , cfr . E . von Lippmann , Entstehung und Ausbreitung
der Alchimie, Berlín, 1919 ; sobr e la alquimia en la India, J. Jolly, «Der Stein der Weisen»,
246 Helmut h von Glasenap p
Festchriftjur Ernst Windisch, Leipzig , 1912, págs . 98 y sigs.; P. C . Roy, History o f Che-
mistry i n Ancient an d Medieval India, Calcuta , 1956 ; cfr . H . von Glasenapp , Indische
Geiteswelt, II , págs . 19 2 y sigs. ; sobr e su s relacione s co n e l Yoga , M . Elíade, Yoga,
París, 1926 , págs . 254-276 .
85
Rajanighant u de Narahari, según R. Garbe, Die indischen Mineralien, Leipzig , 1882,
pág. 64 .
86
J . V. V. Ramana Sastri , «Th e Doctrinal Cultur e an d Traditio n o f th e Siddhas» ,
en Th e Cultural Heritage of India, vol . II , Calcuta , 1936 , pág . 315 .
Ill
EL SISTEM A DE LO S JAINAS
87
Religionen Indiens, págs. 18 5 y sigs.; Die Lehre von Karman i. d. Phil, der Jainas,
Leipzig, 1915 ; De r Jainismus, Berlín , 1925 ; Entwicklunsstufen, págs . 59-103 .
La filosofía de la India 24 9
88
89
Tattvârthasâra, 7 , 5 ; J. L. Jaini, Outlines ofjainism, Cambridge , 1916 , pág. 99.
Vidyabhusana, History o f th e Mediaeval School o f Indian Logic, págs. 1-55 .
La filosofía de la India 25 1
90
W . Schubring , Di e Lehre der Jainas, pág. 107 .
252 Helmut h von Glasenapp
91
92
Abhidharmakosha , I, pág. 4 (sva-lakshana-dhâranât).
93
Kant , «Der erste Weltteil Asien», Vorlesungen über Physische Géographie,
tercera parte.
E n la sección «Sect of Buddha» de los Essays on the Philosophy of the Hindus, 182 7
y sigs.
94
Welt a h Wille und Vorstellung, 2 , Ban d Kap., 41 a l final .
La filosofía d e la India 25 5
95
R . Pischel, Leben una Lehre des Buddha, 1906 , págs . V y 22; P. Deussen, AGph.,
num. I , 3, pág. 162 .
96
H . Beckh, Der Buddhismus, I , Berlín, 1961 , pág . 123 .
256 Helmut h von Glasenapp
97
H . von Glasenapp , Zur geschichte de r buddh. Dharma-Theorie, ZDMG, núm . 92 ,
1938, págs . 383-420 , Entwicklungsstufen, págs . 66-86 .
La filosofía de la India 25 7
98
Vinaya, vol. V , pág. 86 , Udân a 8 , 2 . Implícitament e s e deduc e est o d e la s frase s
«todos los dharmas carecen d e sustancia , todo s lo s sanskaras (e s decir, dharmas surgi -
dos en dependencia d e otros dharmas) so n transitorios y dolorosos» (Dhammapada, 227
y sigs. , Anguttara, I, pág. 286), pues e l nirvana es un dharma, per o n o un sanskâra.
258 Helmut h von Glasenapp
99
Est a conexión la expuse por primera vez en mi exposición en el Congreso Orien-
talista d e Bruselas , septiembr e de 1938 , publicado e n WZKM, núm . 46, 1939 , pági-
nas100242-266.
101
Religionen Indiens, pág . 129.
Ibíd.,págs . 213-221.
La filosofía de la India 25 9
102
Ibíd. , 227 .
103
Detalladamente , ibíd. , págs. 23 0 y sigs.
La filosofía de la India 26 3
104
105
«Amita» , Theragâthâ, 1101 .
EnAnguttara, 6, 41, s e dice que en un árbo l (por consiguiente, algo inanimado
según l a doctrin a budista) s e dan lo s dharmas tierra , agua, fuego , aire , l o bello y lo
no bello.
266 Helmut h von Glasenapp
106
Abhidharma-kosha, I , 22 (pág . 43).
La filosofía de la India 26 7
107
Ahhidharma-kosha, 3 , pág. 178 .
268 Helmut h von Glasenap p
108
Cfr . al respect o McGovern , Manual, págs . 18 3 y sigs. ; Rosenberg , Problème,
págs. 19 1 y sigs.; Nyânatiloka, Abhidharma-Pitaka, págs . 9 4 y sigs .
La filosofía de la India 26 9
109
Hume, Treatise o n human Nature, I, trad, de E. Kôttgen, Hamburgo-Leipzig, 1885,
págs.
110
27 y sigs. y 32 6 y sigs.
G . L . Lichtenberg , Aphorismen, Briefe, Schriften, P . Requad t (eds.) , Krônner s
Taschenausgabe,
111
154 , pág. 144.
E . Mach, Analyse de r Empfindungen, Jena , 1911 , 6. a éd. , pág. 3.
270 Helmut h vo n Glasenapp
1. Lo s theravâdins
113
Majihima , 9 9 (II , pág. 197) ; sobr e otro s sentido s d e l a palabr a Vibhajyavâdin,
cfr. «Introducción» , Abhidharma-kosha, pág. LV.
272 Helmut h von Glasenapp
114
L a señora Rhys Davids en la Introducción de su traducción de la Dharmmasan-
gani, pág. XXXV .
115
Abhidkarma-kosha, 5 , 25, pág. 52 .
116
L a enumeración dad a aqu í sigu e e l Abhidhammatthasangaha; lo s texto s anti -
guos difieren e n mucho s detalles .
La filosofía de la India 27 3
gua y cuerpo (como base del sentido del gusto); los cinco objeto s de
la percepción sensorial : colore s (formas) , sonidos , olores , sabore s y
lo gustable . E n la enumeració n sigue n e n seguid a lo s dos dharmas
de l a característic a sexual : femineida d y virilidad . E l ahorma si -
guiente bridaya-vastu, e s decir, la bas e corazón , es el sustrat o ma -
terial del pensamiento; esto es admitido por muchos theravadins en
oposición a otras escuelas con el fin de dar al sexto sentido una bas e
material que corresponda a l ojo, oído, etc. Siguen a continuación l a
fuerza vita l (îvita) y e l alimento d e materi a tosc a (ahora), as í com o
el espacio (âkâsha) considerad o como el elemento que limita y coarta
al individuo. Los dharmas siguiente s so n los medios para l a comu-
nicación (vijnapti) mediant e e l cuerpo (e s decir, los gestos) y el len-
guaje. E n fin , l o constituye n cualidade s qu e s e manifiesta n e n e l
cuerpo: ligereza , flexibilidad , ductibilida d y , finalmente , aquella s
cualidades en las cuales se manifiesta el proceso del devenir: crecer,
subsistir, decaer y transitoriedad. El dharma «nacimiento » de los tex-
tos sagrados está comprendido, según los intérpretes, baj o lo s dhar-
mas «crecer » y «subsistir» , ya que , cuand o s e da l a producció n d e
algo nuevo, se trata d e la acumulación y unión d e partículas indivi-
duales. El número tota l de los dharmas del rüpa arroj a 28 (e n lugar
de 29) , ya qu e l o gustabl e n o e s computad o com o alg o aparte , te -
niéndose e n cuent a qu e ya está contenid o e n lo s cuatro elementos ,
fuego, agua , tierra y aire, pues éstos no son otra cosa sino gustables.
Los 5 2 «factore s psíquicos » (e n pali , cetasika; sánscrito , caita-
sika; en los dogmático s sánscritos , cauta) comprende n todo s los
dharmas inmateriale s qu e pueden se r objeto de la conciencia. S e les
divide e n tre s categoría s e n relació n a s u importanci a par a l a ob -
tención d e la salvación : e n 2 5 benéficos , 1 4 dañinos y 1 3 neutros.
De los 13 neutros, siete están constantemente presente s en todo acto
de conciencia, a saber: contacto (e s decir, impresión a través d e los
sentidos sin percepción de las marcas características), sensación, di-
ferenciación (d e percepciones, e n s u cas o d e representaciones) , vo-
luntad, fijació n (concentració n de l pensamient o e n alg o determi -
nado con exclusión d e lo otro), fuerza vita l y atención; los otros seis
sólo s e presentan incidentalmente : reflexión, comprensión, inclina -
ción, alegría , energí a y esfuerz o d e realización . Lo s dharmas dañi -
nos so n ceguera , desvergüenza, inescrupulosidad , etc. ; lo s benefi -
ciosos: fe , escrupulosidad, vergüenza , etc .
La conciencia (cuta) e s conocimiento puro sin ningún contenido.
En total figuran e n esta lista 81 dharmas condicionado (nirvana). Est e
número corresponde , como lo veremos, más o menos a aquél de los
sarvastivadins, pero no e s mencionado expresament e e n los textos.
En la vida, la conciencia n o aparec e com o tal , sin o unida siem -
pre a otros dharmas; «se apoya» en los órganos de los sentidos, me -
274 Helmut h von Glasenapp
2. Lo s sarvâstivâdins
3. Lo s sautrantikas
1. L a doctrina de l medi o
La profunda transformación que s e realizó en e l Budismo en e l
inicio d e nuestra er a co n e l establecimiento d e una étic a má s acti -
vista, co n la formación de la doctrina d e los bodhisattvas y budas y
el surgimiento de un rico culto y que había tomado forma e n el sur-
gimiento de l «Gra n Vehículo» 119, encontr ó tambié n un a important e
manifestación, e n el dominio d e la filosofía, e n la fundación de sis-
temas qu e abriero n nuevo s caminos . E l Budismo más antigu o n o
119
Supra, pág . 63, cfr . Religionen Indiens, págs. 215 y sigs. y 253. Traducciones d e
Textos de Mahâyân a co n explicacione s e n H . vo n Glasenapp , De r Pfad zur Erleuch-
tung, págs . 125-198 .
La filosofía de la India 28 1
120
Samyutta , 12 , 15 , 4 y sigs., y 22, 90 , 17 .
121
Majihima, 6 4 (I , pág. 435 , abajo) ; Samyutta, 35 , 8 5 (IV , pág. 54) ; 41, 7 , 7 (IV,
pág. 296) .
122
Majihima, 12 1 (III , págs. 10 4 y sigs.) .
282 Helmut h von Glasenap p
125
126
Candrakîrti a d Kârikâ, 13 , 8 .
127
Candrakîrti ad , 25 , 24 .
Kârikâ, 25 , 9 y 18 , 5-7.
La filosofía de la India 28 5
128
Yamakami, Systems o f Buddhistic Thought, págs. 19 2 y sigs.
129
Dîgha, 28 , 7 (III, pág. 105) ; Samyutta, 22 , 95 , 15 , 5 (III, pág. 143) .
286 Helmut h von Glasenapp
130
Majjhima, 38 . Sobr e la s raíce s d e l a «Doctrin a d e sólo-la-conciencia» , cfr . las
traducciones en H . von Glasenapp , Der Pfad zur Erleuchtung, pág . 169 .
288 Helmut h von Glasenapp
131
Siddhi, págs . 53 6 y sigs .
132
Siddhi, 530 , 555 . Trimshikâvijnapti , trad , d e H. Jacobi, pág. 55 .
290 Helmut h von Glasenap p
3. Lo s sistemas combinado s
Las escuela s referida s hast a est e moment o tant o de l Pequeñ o
como del Gran Vehículo no llevaron una existenci a aislada , sino que
se mantuviero n e n estrech o contact o entr e s í y s e influyeron mu -
tuamente. Característic o de su íntima conexió n es, ante todo, el he-
cho de que precisamente alguno s de los maestros má s importantes ,
en e l curso d e su s vidas, pasaron d e una a otr a d e la s diversa s es-
cuelas. Vasubandhu fue, originariamente, u n sarvâstivâdin, pero, en
La filosofía d e la India 29 1
133
Má s detalles, a l respecto, e n Religionen Indiens, pág. 165 , Buddhismus i n Indien
una im Fernen Oslen y Buddhistische Mysteriem.
La filosofía de la India 29 3
carna, po r u n lado , como caballo , vaca, etc.; por, otr o lado , como
las palabras caballo , vaca, etc., de mod o qu e existe u n paralelismo
constante entr e e l mundo extenso y el mundo d e las ideas, o sea, el
de las palabras que lo designan; 3) los teístas del Nyaya-Vaisheshika,
del Yoga y de las sectas ven en el Veda una creació n de Dios; en cada
creación periódic a de l mund o surg e siempr e nuevament e co n l a
misma forma ; 4 ) el Sânkhya ate o n o l e atribuy e a l Veda u n orige n
divino1; co n tod o tien e par a é l l a má s alt a autoridad , y a que , d e
acuerdo con este sistema, un alma , que se ha purificado en el curso
de s u existenci a y qu e h a alcanzad o l a posició n de l dio s Brahma ,
proclama a l Veda cada vez que surge el mundo sobr e la base del re-
cuerdo que tiene del Veda d e un mund o qu e desapareció.
Aunque todos los sistemas ortodoxos reconocen al Veda como el
criterio decisivo, sin embargo, sólo para la Mîmânsâ y el Vedanta e n
sus diversas formas el Veda h a tenid o importanci a e n l o qu e s e re-
fiere a la formación de sus construcciones doctrinaría s e , incluso, e n
estos dos sistemas la mayor parte d e las concepciones que ellos re-
presentan n o se han desarrollad o a partir de los textos védicos, sino
que reposan sobr e las obras de la tradición (smriti), qu e habrían sido
compuestas por sabios que conocían el Veda y que, por consiguiente,
fundamentaron e n é l su s doctrinas. Mucho s filósofo s ha n reivindi -
cado par a esta s obra s d e l a literatur a n o védic a —com o l a Gîta o
ciertos Purânas —, e n valo r ta n alt o n o sól o práctic o sin o teóric o
que, e n realidad , éstas s e equipara n a l Veda . Alguna s sectas s e re -
miten par a su s doctrina s a determinado s escrito s revelados , a lo s
cuales, si n embargo, otra s n o le reconocen autorida d (pág . 218).
Cada filosofía e s el resultado, por un lado , de una tradició n con-
siderada fundamental y, por otro, de un pensamiento autónomo . La
relación e n l a cua l estos do s factores s e encuentran entr e s í puede,
en cada caso particular, ser muy diversa, así como también pueden ser
muy diversament e concebido s aquello qu e e s designado com o tra -
dición con autoridad y aquello que es designado como pensamiento
autónomo. Cuand o el hombre reconoce con razón que su capacidad
para ahondar en la naturaleza del mundo es sólo limitada, entonces
se inclin a a atribui r a la s doctrinas , qu e parece n darl e l a correct a
solución de l enigm a d e la existencia , u n orige n sobrenatural , par a
concederles as í un prestigi o mayor . Las dos concepciones dogmáti -
cas opuestas , l a de l Veda etern o qu e exist e por s í y la d e Bud a qu e
llegó mediant e s u reflexión propia a u n conocimient o qu e tod o lo
abarca, presentan l a extrema idealización d e los dos componentes ,
que so n los requisitos de toda especulació n metafísica.
1
Sânkhyatattvakamudî a d Kârirâ, 5 .
La filosofía de la India 30 1
3. PALABR A Y CONCEPTO
Según l a concepció n d e la époc a védica, e l nombre d e una per -
sona o de una cos a está indisolublemente unid o a ellas; es una part e
invisible d e la s mismas . Est a creenci a básic a d e tod o pensamient o
mágico, que es el requisito obvio para la realización d e innumerables
operaciones d e magia, fue convertida por l a Mîmansâ e n un a d e las
columnas angulare s de su sistema; conjuntament e co n e l dogma de
que la palabra e s eterna y de que la voz no l a crea, sin o qu e única -
mente l a torn a perceptibl e (com o la luz del so l torna perceptibl e l a
cúspide d e u n monte) , es a creenci a l e sirv e a l a filosofí a de l ritua l
para demostra r l a eternida d de l Ved a (pág . 137) . La s teorías d e l a
Mîmansâ encontraro n e n las doctrinas de l Nyâya-Vaisheshika acerc a
de la naturalez a de l sonid o s u refutación científica ; la s otra s escue -
las, qu e quería n admiti r un a relació n intern a entr e l a palabr a y la
cosa designad a por ella , trataron d e fundamentarla d e otra manera .
Los gramáticos s e plantearon la pregunta: ¿cuá l es la causa por la que
una palabra, es decir, una combinació n d e determinados sonido s (le-
tras), suscit a e n m í y en otro s sól o una determinad a representació n
(por ejemplo , la de un caballo) , aunque n i los sonidos aislado s ni la
unión d e más sonido s produce el mismo efecto ?
Ellos encontraro n un a respuest a admitiend o qu e en cad a pala -
bra se esconde un alma de la palabra, que, cuando la palabra es pro-
nunciada y oída, brot a com o una flo r d e s u capullo. Éste , llamado
sphota (d e la raí z sphut, «reventar») , es algo misterioso qu e consti -
tuye la relación orgánica entre una palabra y un concepto. Esta com-
plicada teorí a encontr ó aceptación , fuer a de l círcul o d e los gramá-
ticos, sól o entr e lo s comentarista s d e Yogasutra I , 42, d e Patanjali.
La mayorí a d e lo s otro s filósofos , qu e admitía n entr e u n complej o
de sonidos y aquello qu e él designa una relació n originaria y no so-
lamente extern a y convencional , creía n qu e e l Señor de l mundo o
el demiurgo Brahm â la había establecid o y revelado a los hombre s
en el comienzo d e un período cósmico 2.
Contrariamente a las escuelas qu e atribuía n a los conceptos e n
una form a u otr a un a realidad , lo s budistas y otro s veía n e n ello s
sólo creaciones humanas; segú n la doctrina de l apoha («negación») ,
un concept o n o e s alg o bien delimitado , sin o qu e e s impreciso e n
2
Acerca de la antigua filosofí a de l lenguaje indio s e ocupan O . Strauss, «Altindisch e
Spekulationen über die Sprache und ihre Problème», ZDMG, num . 81,1927, págs. 99-151;
E. Abegg, Die Lehre Vo n Sphota, Festchr. Windisch, Leipzig , 1914, págs . 188-195 ; Die
Lehre von der Ewigkeit de r Wortes be i Kumârila, Festchrit t Wackernagel, 1924 , pági -
nas 22 5 y sigs .
302 Helmut h von Glasenap p
4. GRADO S DE LA REALIDAD
Los arios védicos veían en cada fuego, e n la pasión qu e se encen-
día, en la muerte qu e sobrevenía, etc. , la manifestación parcia l de di-
vinidades, que tenían s u trono en un mundo celestial. Cad a una de las
manifestaciones empíricas de una realidad supraterrena es así tan real
como esta ultima, pero, en relación a la corta duración de su percep-
ticidad, ellas tienen un grado de realidad menor. Esta consecuencia no
expresada pero inevitable aparece en los sistemas clásicos posteriores,
cuando e n ello s s e distingue entr e l o eterno y lo no etern o y se rei-
vindica para las almas inmortales, la materia primordial imperecedera ,
los átomos indestructibles, etc., una dignidad más alta que para la per-
sona perecedera o las cosa s del mundo empírico . S i aquello que está
en la base de una fugaz aparició n es más real que esta última, entonces,
naturalmente, la entidad eterna y única, que constituye el núcleo de todo
lo que existe y se transforma en todo, es el ens realissimum. Ya en el Rig-
Veda (10 , 90, 2) se expresa por eso que el mundo, de acuerdo con su na-
turaleza, present a sól o l a transformació n d e u n purusha, y e n la s
Uponishads s e enseña que el Atinan constituye la realidad de la realidad
(satyasya satyam), po r cuanto es lo más fino y lo más íntimo de todo, y
que tod a multiplicida d est á condicionad a únicament e po r palabra s
(Chand 6 , 1 , 3). La idea de que el Dios único se transforma, gracias a su
poder mágico (maya), e n la multiplicidad implica la otra idea de que el
hombre no se da cuenta de ello sólo como consecuencia d e su ceguera
y que el surgimiento del conocimiento perfecto l e posibilita para avan-
zar de las formas inferiores de la realidad al ultimo centro del ser.
Pero la experiencia mostrab a que la percepción de la multiplici-
dad empíric a e n e l estad o d e vigili a y l a captació n intuitiv a d e l a
unidad d e todo el estado d e la concentración meditativ a n o consti -
tuyen lo s dos únicos nivele s e n lo s cuales e l ens realissimum es ex-
perimentado. Entr e ambo s s e encuentran , segú n l a teorí a de l
Vedanta comúnment e aceptad a desd e l a époc a clásica , lo s estado s
del Asueno y del sueño profundo. Mientra s que en e l «cuarto» estado
el Âtman s e realiza sólo a sí mismo e n un a feli z carenci a d e duali-
dad, en los tres otros estado s l a conciencia d e la unidad d e todo es
ocultada po r e l hech o d e qu e lo s otro s factore s ( a fin d e cuentas ,
manifestaciones tosca s d e la entidad única ) están colocado s alrede -
dor del espíritu universal y lo limitan en esa forma. E n el sueño pro-
fundo é l está rodead o por l a «ignorancia»; en est e caso, indudable-
La filosofía d e la India 30 3
3
Sarvopanishtsara, 5- 8 (Deussen, AGPh., I , 2, pág. 269) .
4
Schopenhauer, Welt ais Wille und Vorstellung, vol . II , cap. 48, última versión, pá-
gina 696 ; ed . Hübscher, pág. 698 .
5
Madhyamika-kârikâ, 18 , 9, cfr . Candrakîrti a d 24 , 7 (pág. 491).
304 Helmut h von Glasenapp
6
Dígha, 1, 1, 30 sigs. ; Majjhima, 22.
La filosofía de la India 30 7
2. E L ORDE N CÓSMIC O
9
Má s en detall e e n Religionen Indien, págs . 15 3 y sigs., 19 4 y sigs. y 239 y sigs .
310 Helmut h von Glasenap p
10
Shatapatha-Bmhmana, 2 , 4; 2, 1 y sigs. (Deussen , AGPh., I, 1 , pág. 192) .
La filosofía de la India 31 5
11
Schopenhauer, Satz vom Guinde, § 34.
316 Helmut h von Glasenap p
1. L O ANIMAD O Y LO INANIMADO
12
Samyutta, 22 , 95 , 15 , 4.
318 Helmut h von Glasenap p
2. L A MATERIA
La concepció n indi a d e l o qu e nosotro s llamamo s materi a (pa -
labra que en idioma indio no tiene un equivalent e correspondiente )
se h a desarrollad o a parti r d e idea s d e fuerza s concebida s com o
reales y sustanciales . Po r es o s e explica qu e l a concepció n d e un a
materia muerta les sea desconocida a los indios y que, por otro lado,
atribuyan un a bas e materia l inclus o a las facultades psíquicas má s
diversas. La s ideas de los textos védicos , variadas, aún n o armoni -
zados sistemáticament e entr e s í y mucha s vece s imperfecta s toda-
vía, encuentra n e n l a époc a clásic a s u forma definitiv a e n do s teo-
rías diferente s qu e so n aceptada s e n est a o e n aquell a form a po r
todas las escuelas: la teoría de los elementos cósmicos, eternos y di-
versos entre sí, y la teoría de la materia primordial unitaria de la cual
todo s e desarrolla.
Según l a doctrin a d e lo s cârvakas y de l Nyâya-Vaisheshika la s
sustancias últimas, materiales y no reducibles a otra entidad, son los
cuatro elementos: tierra , agua , fuego, aire . Éstas se componen cad a
una d e numeroso s átomo s ilimitadamente . Lo s átomos n o puede n
ser captados sensorialmente, pero forman, combinándose entre sí, los
objetos sensibles . Tambié n e l Budism o ve e n lo s cuatr o elemen -
tos los portadores últimos de todo lo corpóreo-sensible (rapa). Per o los
mahâbhûtas13 no so n para é l sustancias eternas, sino complejo s pa-
sajeros d e fuerza s (pág . 278).
Muchos consideran el espacio (akásha) com o un quinto elemento
cósmico material .
Los jainas aceptan un a sustanci a unitaria . Ést a s e compone d e
átomos qu e produce n co n su s combinacione s la s manifestacione s
más variadas del mundo empírico (por ejemplo, el karma [pág. 250]).
El Sânkhya enseña una materi a primordial (prakriti) que , gracias
a los tres ganas (pág. 237) que la componen, produce, por evolución,
13
Entwicklungsstufen, pág . 79 .
La filosofía de la India 31 9
3. L o ESPIRITUAL
La idea de un espírit u inmateria l e s todavía ajena a la época vé-
dica. Cad a una d e las funciones espirituale s son representadas com o
poderes hechos de sustancia sutil. Similar es la posición del Budismo:
admite un gran número de factores psíquicos (dharmas), per o no algo
espiritual d e carácter unitario. La idea de una entida d espiritua l uni -
taria s e desarroll ó po r primer a ve z e n la s Upanishads, a l defini r
Yajnavalkya a l ens realissimum como el espíritu universal (pág . 142).
En vista de que, a partir del ens realissimum (en cuanto que es el nú-
cleo má s suti l e íntimo d e todo) , todo lo demá s sali ó mediant e u n
proceso d e condensació n y entoscamiento , e s evidente qu e aqu í no
se hace todaví a una distinció n esencia l entr e espírit u y materia. En
las Upanishads má s reciente s s e insiste cad a vez más e n l a diferen-
cia entre espírit u y materia (pág . 146). La doctrina de l espírit u uni -
versal, e n e l cua l tiene n s u orige n tant o lo s espíritu s individuale s
como l a materia , constituye n l a bas e d e lo s vario s sistema s de l
vedânta, así como de la teología de la mayoría de las sectas hindúes .
Estas especulacione s encontraro n tambié n e n e l Mahayâna, e n l a
forma d e la «Doctrina de sólo la conciencia», una expresió n peculiar.
De acuerdo con las informaciones que dan lo s textos budistas y
jainas, parec e que , en el comienz o del períod o clásico , existía n
escuelas qu e consideraba n l o espiritua l com o u n quint o ( o sexto)
elemento etern o e n e l mism o plan o qu e lo s cuatr o ( o cinco) ele-
mentos cósmicos y que, por lo tanto, opinaba n qu e el alma indivi -
dual er a un a manifestació n parcial y pasajera d e esta sustanci a es-
piritual eterna (pág . 126).
La mayorí a d e lo s sistema s hindúe s y e l jainismo enseña n u n
número ilimitad o d e mónadas espirituales. Mientra s que las almas
320 Helmut h von Glasenap p
4. CUERP O Y ALMA
La pregunt a acerc a d e cóm o deb e determinars e l a relació n de l
cuerpo con e l alma ocup ó a los pensadores ya en la época de Buda,
pues el Canon pali (Udona 6 , 1 ) enumera entr e lo s problemas, sobr e
los cuale s disputa n lo s maestro s de l error , tambié n l o siguiente :
«¿Son el alma y el cuerpo lo mismo o son diferentes el uno del otro?»
Los materialistas sostiene n l a no diferencia de ambos: para ellos
el alma n o e s sino una funció n de l cuerpo. Por otro lado, esta tesi s
322 Helmut h von Glasenap p
14
Est o se halla clarament e expresado e n e l texto budista Las preguntas d e Milinda
(trad, d e Nyanatiloka , I, pág. 137 ; II , págs. 110-112) .
330 Helmut h von Glasenap p
15
Schopenhauer aduce, al final de su Grundlage der Moral, l a Bhagavadgitâ, 13 , 28 (19),
pero l a mayoría d e los comentadores n o interpreta n el pasaje e n la forma como él lo
hace. L o mismo cabe decir de la célebre expresió n «Tha t tvam asi» (Chând. Up., 6 , 6, 6
y sigs.), que es interpretada por lo s indios usualmente en sentid o metafísico y no en
sentido étic o (com o lo hace Schopenhauer) .
16
Samuytta, 55 , 7 .
La filosofía de la India 33 1
17
Dharma-sarvasva, «aquello que encierra en s í toda la ética» (Pancatantra, III , 104;
Bohtlingk, Indische Spriiche, 6579) .
332 Helmut h von Glasenapp
kármica de un acto. Este punto de vista sólo puede unirse a una me-
tafísica de l karma profundamente concebida , ya que la consecuen -
cia de una acción encontrará siempr e una diversa valoración moral ;
además, alg o que es considerado buen o o malo puede presentarse ,
con el curso del tiempo o en relación co n las lejanas consecuencia s
que provoque , com o l o completament e opuesto . E n l a práctic a l a
ética de la consecuencia y la ética del ánimo con que algo es hecho
tienen hast a ho y día sus exponentes entr e lo s moralistas indios.
El dharma, l a ley moral eterna , se manifiesta e n la totalidad d e
todas las normas y deberes éticos, legales, sociales y rituales que de-
ben observa r los innumerablemente numeroso s sere s vivos, si quie-
ren obedece r a su destino natura l y encontrarse en armonía co n las
leyes de l universo . E l dharma puede se r llenad o po r cad a se r sól o
parcialmente, ya que, para cada individuo, son de aplicación única-
mente una parte limitad a d e sus prescripciones. Desd e los animale s
más bajos hasta los dioses más altos, pasando por los hombres y es-
píritus, lo s habitantes de l mundo s e dividen, por eso , en una inter -
minable seri e ascendent e de clases, d e las cuales cad a un a est á so-
metida a l dharma d e una form a diferente , adecuada a s u posición.
También l a humanidad constituy e un a jerarquía d e ese tipo, cuyas
capas más bajas están ocupadas por los bárbaros que carecen d e cas-
tas y cuyos restantes rangos suben desde los shudras impuros del sis-
tema socia l de l Hinduism o hasta la s casta s má s alta s d e lo s brah -
manes pasand o po r lo s vaishyas (comerciante s e industriales ) y
kshatriyas (guerreros) . Cada un a d e esta s casta s e s un grup o endó -
geno d e personas qu e hace n remonta r s u origen mític o a una de -
terminada personalida d divin a o humana y que forma u n tod o e n
razón d e derechos, debere s y concepciones estables y heredadas. El
orden jerárquico e n e l cual las castas se encuentran entr e s í corres-
ponde a las concepciones india s acerc a d e la pureza, l a cual s e ex-
presa tanto en la ocupación como en la alimentación, en las normas
matrimoniales y en lo s usos rituales. Po r eso a los brahmanes sól o
se les permite alimentació n vegetal , mientras qu e a los impuros pa-
rias les está permitido come r d e todo; en consecuencia , lo s miem-
bros de una cast a deben comer únicamente l o que ha sido cocinado
por otro s miembro s d e esa casta o por un brahmán , y únicament e
pueden toma r sus alimentos junto con otros miembros de la misma
casta. A la idea de que cada casta tiene funciones especiale s que lle-
nar e n e l organismo socia l correspond e l a norma d e que la mism a
actividad constituy e un debe r par a un o mientra s que , para otro , le
está prohibida —un a concepción que, ciertamente, n o es tomada en
cuenta e n la práctica. L a diferencia de sexis influy e profundament e
asimismo en la posición de los individuos en el sistema social. Como
en la mayoría d e los países asiáticos, así también e n la India la mu-
La filosofía de la India 33 3
1. E L VALO R DE LA EXISTENCIA
18
Samyutta, 36 , 11 , 3 y sigs. y 29, 60 .
La filosofía de la India 33 9
19
V. Glasenapp, Buddhistische Mysterien.
340 Helmut h von Glasenap p
aquellos que aún n o han llegad o a esa altura, esa s doctrinas llena n
su función únicament e co n meras incitaciones , e n cuant o comuni -
can al espíritu el impulso necesario para reflexionar sobre cosas que
en u n futur o ulterio r ta l ve z sea n llevada s a l a práctica . Segú n l a
concepción india, so n muchas las etapas que conducen desd e el es-
tado en e l cual un hombr e afirm a po r complet o e l valor de la exis-
tencia (po r cuanto aú n n o s e le ha hech o present e l a problemátic a
que encierr a est a última ) hasta e l estad o e n e l cul a é l reconoce s u
verdadero ser , pero e s aún mu y débi l para saca r la s consecuencia s
prácticas de ello y, finalmente, yendo más lejo s aún , hasta e l punto
final e n e l cual la liberación de l sansara s e convierte e n u n hecho .
El númer o d e lo s sere s qu e s e encuentra n e n cad a escaló n dismi -
nuye con cada escalón má s alto, de modo que, finalmente, lo s libe-
rados sólo constituyen un a pequeñ a élite . A esto corresponde e l he-
cho de que la predominante mayorí a d e los seres vivos, no sól o los
animales sin o también l a mayor parte d e los hombres, n o conoce n
la duda acerca del valor de la existencia, ya sea porque aún n o pue-
den pensar filosóficamente, y a sea porque se adhieren a teorías ma -
terialistas. E n un escaló n má s alto que éstos se encuentran aquello s
que creen en el karma y en la reencarnación, pero para quienes un a
larga permanencia e n algú n bienaventurado mund o celestia l cons -
tituye la meta dign a de sus esfuerzos y que, por eso mismo, espera n
creer, e n existencia s terrena s siempr e nuevas , mediant e buena s
obras, las condiciones requeridas para una existenci a e n el cielo. En
oposición a los numerosos sere s que encuentran s u alegría en el de-
venir (com o los llama Buda ) s e encuentran lo s pocos que aspira n a
lo impereceder o y lo s escaso s hombre s qu e n o sól o lucha n po r l a
salvación, sino que , incluso, la han alcanzado .
20
Lo s sadâshiva-vâdins, verosímilment e un a sect a shivaíta , so n mencionado s po r
Brahmadeva en s u comentario del «Dawsangaha de Nemicandra», 14 . Los pasajes del
Satyârthaprakâsh, d e Dayânanda , Agmer , Samvat , 1976 , pág . 252 , so n tratado s e n
Madhvas Philosophie, pág. 33 .
21
La Vallée Poussin, Vijnaptimâtratâsiddhi, págs . 103 , 11 5 y 562 .
342 Helmut h von Glasenapp
22
23
Von Glasenapp, Unterblichkeit una Erlôsung, pág. 52.
Ejemplos:
Schopenhauer, Welt ais Wille una Vorstellung, I , § , 68 , Hübscher , pág. 449; E.
von Hartmann , Philosophie de s Unbewussten, a l final .
La filosofía d e la India 34 3
pia fuerza, mientra s qu e el otro cree que únicamente Dio s puede sa-
carlo de l sansâra co n un act o d e s u compasión.
El Jainismo, el Budismo, muchas escuelas del Vedânta, as í como
los restante s Darshanas clásico s enseña n un a autoliberación .
Cuando e l qu e persigu e l a salvació n h a madurad o par a ell o e n e l
curso gradua l de s u desarrollo espiritual , entonce s e l conocimient o
teorético de la verdad encuentra s u coronación mediante una visión
directa e inmediata . L a realización direct a (aparokshânubhûti) de l
conocimiento suprem o elimin a todo s los obstáculos qu e s e habían
opuesto hast a est e moment o a la liberación y descarta tod a posibi-
lidad d e una nuev a reencarnación .
Algunas escuela s de l Vedânta y de l Yoga , lo s vishnuitas, shivaí -
tas y los devotos del buda Amitâbha sostienen, por el contrario, qu e
el hombre, a causa de s u impotencia, no est á e n condicione s d e li-
berarse po r s í mismo. Sól o el todopoderoso Señor d e los mundos o
el misericordioso «Bud a de l infinito esplendor » pueden salvarl o del
mar d e la s agitacione s de l mund o y llevarl o a l a Isl a d e lo s Bien -
aventurados. S i el esfuerz o aislad o de aque l qu e busc a l a salvació n
no conduce a la meta, entonces todos los medios salvíficos sólo pue-
den tener una importanci a subordinada , y el verdadero camino ha-
cia la salvació n radica única y exclusivamente e n servi r a Dios con
piadosa devoció n par a que , llenándose d e compasión , conced a po r
decisión propi a l a salvación . Entr e lo s qu e s e adhiere n a l bhakti-
marga («camin o de l amo r a Dios» ) existe n diferencia s acerca d e s i
el hombre puede colaborar en su propia liberación creando en sí mismo,
con buenas obras, superación de los deseos y obtención de l conoci-
miento, l a adecuad a disposició n par a recibi r l a graci a divin a
(prosada) o s i debe confia r tod o a la voluntad divin a y manteners e
en un seren o estad o d e abandono (prapatti).
Mientras qu e mucho s filósofo s enseña n un a autoliberació n y
otros únicament e un a liberació n po r l a graci a divina , mucho s
vedântistas y miembros de sectas aceptan ambos caminos, pero con-
sideran, cad a cua l segú n s u propia posición , qu e un o d e ambo s e s
superior y que, frente a él, el otro tiene sól o un valo r inferior o pre-
paratorio.
4. L A CONDICIÓN DE L LIBERADO
rado dejó s u cuerpo; por eso , sostiene e l punto d e vista de que la li-
beración coincid e con la muerte. Po r el contrario, l a mayoría de los
otros pensadores cree n qu e una liberació n tien e y a lugar e n vida .
Parten d e la consideración d e que el logro de la salvació n inhibe el
nacimiento d e nuevo karma, per o qu e e l karma, qu e ya empez ó a
actuar, n o puede ser detenido e n s u curso. Así, el arhat qu e obtuvo
el «nirvana co n aditamentos » (es decir, co n lo s factores d e existen -
cia qu e constituye n l a individualidad) , e l sant o jain a qu e pose e
la omniscienci a co n mantenimient o d e l a activida d d e s u cuerp o
(sayogikevalin), e l «liberado en vida» (jívan-mukta) d e la mayor parte
de los sistemas hindúes, pueden vagar en el mundo todavía muchos
años hasta obtener , despué s del agotamiento d e su karma, la «libe-
ración incorpórea» (videnha-mukti). L a mayoría de los sistemas des-
criben a l superador terrestr e del mundo com o u n sabi o carente de
deseos, autocontrolado , par a quie n toda s la s norma s d e l a moral ,
de la casta, de l culto, ya no poseen fuerz a obligatoria , pero que , en
razón d e la pureza de s u mente, sól o puede actua r éticamente . Los
defensores d e la piedad bhakti crearon, además , a otro tip o de per-
sona devota : e l de l hombr e poseíd o po r Dios , que , debid o a l pro -
fundo sentimient o qu e tiene d e poseer la gracia divina, ríe, cant a y
baila y s e comporta com o u n loco . Naturalment e s e le atribuy e a l
liberado la posesión d e las más variadas facultades maravillosas . La
más extraordinaria d e éstas es aquella que, según Vacaspatimishra24,
poseerían mucho s yoguins: ellos pueden crear una especi e de robots
con cuerpos ilusorios y trasladar a aquéllos su karma, de modo que
éste actú a e n aquéllos , ya no e n ello s mismos .
Cuando todo el karma ha desaparecido, entonces el santo muer e
y penetra, segú n la doctrina d e la mayoría d e los sistemas, directa -
mente e n la liberación despué s del aniquilamiento d e su cuerpo. El
Vedanta má s antiguo enseña, por e l contrario, qu e el alma del santo
sale del cuerpo por l a vena d e Brahma y en e l «Camino de los dio-
ses» pasa por una seri e de regiones de luz, hasta que llega al mundo
de Brahm a (Chândogya, 5 , 10 , supra pág . 143) . D e acuerd o co n
la concepció n posterior, la s almas que siguen est e camin o n o está n
completamente liberadas , sin o qu e necesita n todaví a un a instruc -
ción por parte de l transitorio dio s Brahmâ, que reina e n e l mund o
de Brahma. Cuando han recibid o esta enseñanza hasta e l fin de una
edad cósmica, entonces penetran e n la liberación conjuntamente con
Brahma, cuand o s e produc e l a destrucció n de l mundo . Aqu í s e
admite as í una «liberació n gradual» (krama-mukti) par a la mayoría,
24
Nyâyavârttika tâtparya-tîkâ (Vizianagra m Sanskri t Series) , pág . 6 , segú n H . Ja -
cobi, XXII , SPAW, 1930 , pág . 332 .
La filosofía de la India 34 7
25
V. Glasenapp, Unsterblichkeit und Erlôsung, págs. 6 8 y sigs .
8 Helmut h von Glasenap p
1
Bailly, Lettre sur l'origine des sciences et su r celle des peuples d e l'Asie, Londre s
y Paris, 1777 , pág . 209 .
2
Sonnerat, Reisen nach Ostindien und China, I, Zurich, 1783 , pág . 236 .
3
L. Büchner, Kraft un d Stoff, 8. a éd. , pág. 213 .
4
R. Stüb e enAnnalen der Naturphilosophie, VIII , 1909 , pág . 494 .
5
E. V. Hartmann, «Philosophi e de s Unbewussten» , I , Leipzig , 1911 , 11. a éd. , pa -
gina 28 ; Graul , Tamulische Bibliothel, I, num. 141 , pág . 78 .
354 Helmut h von Glasenap p
6
Más en detalle en H. v. Glasenapp en Iridien in der Dichtung und Forschung des deuts-
chen Ostens, Kaliningrado Pr., 1930 , págs. 17-2 6 y «Das Gottesproblem bei Schopenhauer
und i n de n metaphysische n Systeme n de r Inder» , 2 8 Jahrbuch de r Schopenhauer-Ge-
selkchaft, Heidelberg , 1941 , págs . 151-195 .
La filosofía de la India 35 5
7
E. v. Hartmann, Geschichte der Metaphysik, II , Leipzig, 1900 , pág . 552 .
8
K. C . F. Krause, Religionsphilosophie, I , Gotinga, 1834 , pág . 375 .
8a
I . J . Schmidt , Über di e Verwandschaft de r Gnostich-Theosophischen Lehren mi t
den Religionssystemem de s Orients, vorzuglich de s Buddhismus, Leipzig , 1825 ; Ferd .
356 Helmut h von Glasenapp
Chr. Baur , Die christliche Gnosis, Tubinga, 1825 , págs . 54 , 15 8 y sigs. ; Chr . Lassen ,
Indische Altertumskunde, Leipzig , 1858, III , págs. 380-442 ; A . Weber, «Di e Grieche n
in Indien» , SPAW, 1980 ; Ch . Elliot , Hinduism an d Buddhism, III , Londres , 1921 ,
págs. 443 y sigs.; E. Bréhier, La philosophie de Plotin, Paris, 1928 , págs . 107-133 .
9
F. Ma x Millier , Si x Systems o f Indian Philosophy, Londres , 1903 , nuev a éd. ,
pág. 387 .
10
M. Winternitz, Geschiche der Indischen Literatur, pág. 478 , not a 4.
11
Welt aïs Wille und Vorstellung, I , § 9.
La filosofía de la India 35 7
12
13
L.Mabilleau, Histoire d e l a Philosophie atomistique, París, 1895 .
R. Garbe, WZKM, num . 13, págs. 30 3 y sigs.
358 Helmut h von Glasenapp
14
L. v. Schroeder , Pythagoras una die Inder, Leipzig , 1884 .
14a
A. Bürk, ZDMG, num . 55 , 1901 , págs . 54 3 y sigs. ; H . Vogt e n Bibliotheca mat-
hematica, 1906 , págs . 6 y sigs.
La filosofía de la India 35 9
surgieron entonce s por parte de l Islam y desde el siglo xix por part e
de l a cultur a europea . Per o esta s influencia s casi no afectaro n a la
filosofía propiament e dicha .
En conexió n co n l a afirmació n d e qu e un a seri e d e doctrina s
griegas surgieron en dependencia d e doctrinas indias , se discutió ya
en la Antigüedad el problema de si la India o Grecia era la patria ori-
ginaria de la filosofía. Y a entre los helenos existí a a l respecto diver -
sidad d e opinión . E n s u obr a Esclavos Jugados Lucian o d e Samo -
sata15 (alrededor de 120-18 0 d.C. ) hace que la diosa de la filosofía le
diga a Júpiter que ella se dirigió primeramente a l pueblo más grande
de la tierra, lo s indios, y que, con poco esfuerzo, lo s había conven -
cido para que bajasen d e sus elefantes y viviesen completament e d e
acuerdo co n la s prescripcione s filosóficas , po r l o cua l es a nació n
goza d e especia l prestigi o entr e su s vecinos . L a filosofí a inform a
luego d e qu e despué s fue , sucesivamente , adond e lo s etíopes , lo s
egipcios, los caldeos, los magos, los escitas y, finalmente, adonde los
tracios. Entr e estos últimos Eumolpo s y Orfe o habría n sid o sus dis-
cípulos. Ella habría enviad o a estos sabios en calidad de precursores
a Grecia para organizar ahí los misterios. Ella los habría seguido des-
pués y habría sido recibida primeramente co n frialdad. Co n el trans-
curso del tiempo habrí a lograd o reunir a un pequeñ o grup o de dis-
cípulos. Contrariamente a esto, Diógenes Learcio16 (siglos n a ra d.C.)
escribe e n e l inicio d e s u obra Vidas y opiniones d e lo s filósofos cé-
lebres: «Segú n afirma n muchos, e l desarroll o d e l a filosofí a s e ini -
ció entre lo s bárbaros. Así, los persas tenían su s magos; los babiló-
nicos y asirios, su s caldeos; los indios, su s gimnosofistas; los celta s
y galos , sus druidas... Per o s e equivocan, y atribuye n falsament e a
los bárbaros los logros de los griegos, pues fueron lo s griegos los que
empezaron no sólo con la filosofía, sin o con la educación del género
humano.»
Las do s opinione s expresada s co n anteriorida d fuero n tomada s
nuevamente e n diversa s forma s com o fundament o de la s hipótesi s
de dependencia desde que en el siglo xvin se amplió el conocimiento de
las doctrina s d e la sabidurí a de l este . Niebuh r habría abogado 17 e n
favor de l origen grieg o de la filosofí a india , pero n o h a encontrad o
en este punto ningún seguidor , ya que las relaciones cronológica s se
oponen a esta teoría. Por el contrario, una seri e de investigadores ha
querido hacer derivar la filosofía d e los helenos de aquélla de los in-
15
Lucian o d e Samosata , Obras completas, trad , d e C . M. Wieland, Leipzig , 1788 ,
3.a parte , págs. 11 1 y sigs.
16
Diógene s Laercio, alemán , po r O . Apelt, Leipzig, 1921 .
17
Ma x Müller, Six Systems, pág . 387 .
La filosofía de la India 36 1
18
Hist. Abhandlung über di e Religion de r Perser vo n Herrn Abbe Foucher (francé s
en la s Mémoires d e Literature, 175 5 y sigs.) , alemán po r Joh . Fr . Kleucke r e n e l pri-
mer vol. , 2. a part e del volumen anex o a Anquetil Duperron Zend-Avesta, Riga , 1781 ,
págs. 3 y sigs .
19
Aug. Gladisch, Die Religion una Philosophie in ihrer weltgeschichtlichen Entwic-
klung, 1852 .
362 Helmut h vo n Glasenapp
20
V. Cousin , Cours d e l'histoire de l a philosophie, vol . I, dictad o e n 1829 , Paris,
nueva edición , 1841 , pág. 156.
* E n francé s e n e l original . (TV . de l T.).
La filosofía d e la India 36 3
21
Nestle , Vom Mythos zum Logos, pág. 22 .
364 Helmut h von Glasenap p
22
E . B. Tylor, Die Anfánge de r Kultur, II , Leipzig , 1873, pág . 245 .
23
Cfr . Walte r Ruben , «Indisch e un d griechisch e Metaphysik» , ZII, núm . 8 , 1931 ,
págs. 147-227 .
24
Brihadâranyaka, 5 , 5 , 1 , así com o 1 , 5, 2 2 y sigs.; cfr. 1 , 3, 1 8 y sigs.; 4, 1 , 3.
25
Brihadâranyaka, 5 , 1 ; Chândogya, 1 , 9, 1 ; 3, 12 , 7 .
La filosofía de la India 36 5
26
Brihadaranyaka, 3 , 2, 12 , supra 60 .
366 Helmut h von Glasenapp
28
M . d e Wulff , Geschichte de r mittelalterlichen Philosophie, Tubinga , 1913 ,
pág. 217 .
29
Ibíd.
La filosofía de la India 36 9
30
V. Glasenapp, Relig. Reformbewegungen im heutigen Indien, Leipzig , 1929 .
La filosofía de la India 37 1
31
Schopenhauer, Skizze einer Geschichte der Lehre vom Idealen una Realen.
372 Helmut h von Glasenapp
Cada una d e las cuatro grandes culturas que dominan hoy día el
mundo ha creado una filosofí a d e estilo propio. De las tres filosofía s
de Orient e la islámic a e s la má s cercan a a la nuestr a pue s h a sur -
gido d e la s misma s raíce s (image n mágico-babilónica de l mundo ,
profetismo judeo, dualismo y escatología de l Irán, ciencia y metafí-
sica griegas ) y revela una seri e d e relaciones histórica s co n e l Cris-
tianismo en su conformación dogmática, ritualista y mística32. La fi-
losofía d e Asi a orienta l e s l a má s alejad a d e l a europea , n o sól o
porque s u espíritu , l o mism o qu e s u idiom a y l a escritura , e n lo s
cuales aquél se manifiesta, son completamente diferentes de los nues-
tros, sino también porque la forma y manera d e filosofar so n total-
mente diversas : le faltan e l desarrollo sistemático de l pensamiento
y l a demostració n abstract a y fría ; brill a e n frase s y síntesi s fina -
mente cincelada s y e n indicacione s intuitivas 33. L a filosofía d e lo s
indios ocupa una posición intermedia entr e la islámica y la del Asia
oriental. Completament e independiente d e las fuerzas primordiale s
que condicionaro n a l pensamient o occidenta l e islámic o y empa -
rentada e n mucho s aspecto s de s u concepción de l mundo y de las
leyes de ést e co n la concepció n china , si n embargo , la filosofí a in -
dia posee un carácte r plenamente científico ; al igual que la filosofí a
europea, ha tratad o de dar, en una multitu d d e sistemas, una expli -
32
C . H . Becker , «De r Isla m i m Rahme n eine r allgemeine n Kulturgeschichte»,
ZDMG,
33
núm . 76, págs. 18-35 ; Islamstudien, I , Leipzig, 1924 , págs. 24-39.
H. Hackmann, Chinesische Philosophie, Munich , 1927 , pág. 21.
La filosofía de la India 37 3
34
E. Frauwallner, «Di e Bedeutung der ind . Phil.», en Der Orient i n deutscher Fors-
chung,
35
H. H. Schaeder (éd.), Leipzig , 1944 , págs. 158-169 .
Cfr . tambié n H. v. Glasenapp , «Wa s kônnen wir von de r Philosophi e der Inde r
lernen?»,
36
Ztschr. f. philos., Forschung , I , 1947 , págs. 118-122.
J. W. Hauer, «De r Yoga im Licht e der Psychothérapie» , Ber. V Kongress fur Psy-
chothérapie,
37
Leipzig , 1930 , und Hauer , Der Yoga aïs Heilweg.
Cfr . l a advertenci a de G . G . Jung, Die Beziehungen zwischen dem Ich un d dem
Unbewiissten, Zurich , 1945 , 4.a éd. , pág. 54.
374 Helmut h von Glasenapp
38
Karl Jaspers, Vom europáischen Geist, Munich , 1947 , pág . 9 .
APÉNDICES
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CUADRO COMPARATIV O D E LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA OCCIDENTA L
Y DE L A FILOSOFÍA INDIA
Nacimiento de Cristo
3-65 Sénec a 8 0 División d e la Iglesia ain a
50-130 Epicteto s . n Nâgârjun a (budista )
203-269 Plotin o
300-500 Florecimiento de l ss . iv- v Asanga y Vasubandh u
Neoplatonismo (budista )
354-430 sa n Agustín Sânkhya clásic o y Yoga
Buddhaghosa (budista )
Shabarasvâmin (Mîmânsâ)
s. v Seudo-Dionisio e l Areopagita Surgimient o de l Tantrismo y de l
Shaktismo
s. v n Dharmakirti (budista )
s. VI H Prabhâkar a (Mîmânsâ)
s. VI H Kumaril a (Mîmânsâ)
aired. 800-88 0 Juan Escot o 788-82 0 Shankar a (Vedânta)
Eurígena s . x Vâcasparimishra, Vasugupt a
(Shaiva)
1033-1109 Anselmo de Canterbury 1050-113 7 Râmânuja (vaishnava)
1079-1141 Pedro Abelard o 1089-117 2 Hemacandr a (jaina )
1193 Conquista de Bihâr por los mahometanos
1193-1280 Alberto e l G . 1199-127 8 Madhva (vaishnava)
1225-1274 Tomá s d e A . s . X H Basava (lingâyat)
1270-1308 Duns Escoto s . x m Nimbark a (Meykanda)
1260-1327 Meiste r Eckhart s . xiv Mâdhava (Vedânta)
1498 Vasco de Gama desembarca en Calicut
1401-1464 Nicolás de C . 1440-151 8 Kabír
1479-1531 Vallahba (vaishnava)
1483-1546 Martín Luter o 1485-153 3 Caitanya (vaishnava)
1556-1605 El emperador Akbar
1548-1600 Giord . Bruno 160 0 Appayadíkshit a
1575-1624 Jac. Bohêm e
1596-1650 Descarte s
1632-1677 Espinoza
1646-1716 Leibniz
1685-1753 Berkeley
1711-1776 Hume
1724-1804 Kant
7757 Comienzo del dominio británico
1770-1831 Hegel
1788-1860 Schopenhaue r
1824-1906 E. v. Hartman n
1947 Independencia d e la India y Pakistán
La filosofía de la India 37 9
Idea
Doctrina, iniciado r Realidades
de Materia
mítico, obra principal imperecederas
Dios
A. SISTEMA S
2
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i
ilusión) d e Shankar a la pluralida d falsa -
(800 d.C.). mente a caus a d e l a
ignorancia (avidyâ) .
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Medios Estado
Almas
salvíficos del liberad o
BRAHMÁNICOS
Idea
Doctrina, iniciador Realidades
de Materia
mítico, obra principal imperecederas
Dios
canicas d e movi -
miento;
d) generalida d (sâ -
mânya);
e) espacialida d (vi-
shesha).
j ) inherenci a (sama-
vâya);
g) n o se r (abhâva).
B. SISTEM A
C. SISTEMA S
A j Medio
Almas s Estad o
salvaticios de l liberado
DE LOS JAINAS
BUDISTAS
Idea
Doctrina, iniciador Realidade s
Materia de Materia
mítico, obra principal imperecedera s
Dios
Medios Estad o
Almas
salvaticios de l liberado
GENERAL
1. Bibliografía: un a relació n cas i complet a d e las edicione s indias , as í
como d e la s traduccione s l a ofrec e M . B. Emenau, A Union List o f
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Der Hinduismus. Religio n un d Gesellschaf t i m heutige n Indien ,
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Der Jainismus. Ein e indische Erlôsungsreligion , XVI , 505, S . 4.°,
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Die Literaturen Indiens von ihren Anfangen bis zur Gegenwart.
Unter Mitarbei t vo n W . Geiger , Banars i Da s Jain, F . Rosen .
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Heilige Statten Indiens. Di e Wallfahrtsorte de r Hindus , Jaina s
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