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HEGEMONIAS Y RESISTENCIAS DE LA INVESTIGACIÓN SOCIOTECNOCIENTIFICA.

UNA VISIÓN
DE COMPLEMENTARIEDAD

(HEGEMONIES AND RESISTENCES OF SOCIOTECHNOLOGICAL RESEARCH. A VISION OF


COMPLEMENTARITY)

Crisálida V. Villegas G
Universidad Bicentenaria de Aragua
crisvillegas1@hotmail.com

RESUMEN

La tecnociencia entendida como entramado complejo de la ciencia y la tecnología contemporáneas


con su carga conceptual especial, a pesar de haber sufrido un largo proceso de evolución, es parte de
la hegemonía del paradigma científico. De ahí que el propósito del artículo es reflexionar acerca de
las hegemonías y resistencias de la investigación sociotecnocientífica desde una visión de
complementariedad. La metodología utilizada se ubica en el enfoque paradigmático interpretativo,
método hermeneutico, con base en una investigación documental. Se puede concluir en dos
principales hegemonías en el ámbito de la investigación: (a) la del paradigma científico, que hace
necesario para algunos la colocación de ese calificativo, aún en investigaciones de carácter
formativo y (b) la dependencia eurocéntrica en todo lo referido a la fundamentación teórica, autores
y criterios de publicación. La reflexión es ¿qué hacemos frente a esta situación? Resistimos para
quedarnos en el ese status quo o intentamos resistir para cambiar. Frente a lo cual, una alternativa
es tender hacia la investigación sociotecnocientífica con visión de complementariedad, que
considera la base teórica más significativa de las tecnociencias que son las ciencias de la
complejidad y otras cosmovisiones transhumanistas. No obstante, lo esencial no es asumirla sólo
como denominación, sino buscar la generación de conocimientos aplicables desde, para y en el
acontecer local, nacional o regional del ámbito de actuación social.

Palabras clave: Hegemonías, Investigación, Resistencia, Tecnociencia.

ABSTRATC

Technoscience understood as a complex framework of contemporary science and technology with


its special conceptual load, despite having undergone a long process of evolution, is part of the
hegemony of the scientific paradigm. Hence the purpose of the article is to reflect on the hegemonies
and resistances of socio-scientific research from a vision of complementarity. The methodology
used is located in the interpretive paradigmatic approach, hermeneutic method, based on a
documentary investigation. It can be concluded in two main hegemonies in the field of research: (a)
that of the scientific paradigm, which makes it necessary for some to place that qualifier, even in
formative research and (b) Eurocentric dependence on all that referred to to the theoretical
foundation, authors and publication criteria. The reflection is what do we face this situation? We
resist to stay in that status quo or try to resist to change. Against which, an alternative is to tend
towards socio-scientific research with a vision of complementarity, which considers the most
significant theoretical basis of technosciences that are the sciences of complexity and other
transhumanist worldviews. However, the essential thing is not to assume it only as a denomination,
but to seek the generation of applicable knowledge from, for and in the local, national or regional
events of the field of social action.
Keywords: Hegemonies, Research, Resistance, Technociency

Introducción

El pensamiento sociotecnocientífico latinoamericano ha sufrido un proceso de desarrollo y


evolución marcado por la hegemonía de los centros intelectuales eurocéntrico. Al respecto,
hegemonía del griego hegeisthal significa liderar, dirección, poder e influencia. Es decir supremacía,
superioridad o predominio de una cosa sobre otra. En el ámbito de la investigación el predominio de
los paradigmas propios de las ciencias naturales, evidenciado mayormente en la bibliografía en
ingles, así como autores europeos y norteamericanos.
La cita del venezolano (Márquez, 2013) lo dice de esta manera: “La perspectiva epistemológica
objetivista legitima la hegemonía del paradigma cuantitativo en las ciencias sociales a través del
enfoque empírico-analítico propio del modelo experimental”. Aunque no se va a tratar en este
artículo vale destacar en esta cita cuatro términos que, por lo general, generan confusión en el
proceso de formación de investigadores: perspectiva epistemológica, paradigma, enfoque y modelo.
Frente a la hegemonía paradigmática o de cualquier tipo se puede asumir resistencia para
mantenerse en el estatus quo o para salir de éste, en lo que se denominó resistencia negativa o
positiva. Resistencia del latín resistentia es igual a mantenerse firme, persistir. Es una fuerza que se
opone a la acción o para intentar frenar la imposición de conductas por tener la creencia de que son
nocivas.
La cita de la argentina (Díaz, 2007, p.139) lo dice de esta manera “La resistencia a la apertura
de los paradigmas no es ajena al temor de posibles pérdidas de poder cognoscitivo, normativo,
controlador, tecnológico, económico y/o simbólico”. Por su parte, se entiende investigación como la
capacidad de ver en la realidad lo que otros no han visto. En tal sentido, la investigación científica es
conocer el mundo, es decir describirlo, interpretarlo, explicar y/o predecir a priori los sucesos que
vayan a ocurrir y retrodecir lo que sucedió, explicándolos a posteriori. El conocimiento es su fin en
sí. Por su parte, la investigación tecnocientífica de acuerdo a (Medina, 2000, p.30) es:
…prácticas y entornos materiales, teóricos y organizativos desarrollados en los
laboratorios y centrados en la producción de procedimientos y procesos cuyo control,
reproducción y estabilización se logran mediante el diseño y la construcción de
artefactos, dispositivos e ingenios de todo tipo, y con la transformación, el reemplazo y
la recombinación de elementos en procesos ya dados y controlados.

Implica el estrecho entrelazamiento entre tratamientos teóricos y procedimientos


tecnológicos con el fin de producir a voluntad los procesos deseados. Al incorporar lo social para
conformar lo que a efecto del artículo se denomina investigación sociotecnocientífica su objetivo
según (González, 2017), también de Argentina, es producir conocimiento para transformar el
mundo natural, social o artificial. El conocimiento es un medio para lograr objetivos de otra índole.
Pretende según (Echeverría, 2009), de Brasil, que de dicha investigación surjan desarrollos
tecnológicos e innovaciones (técnicas y sociales, clasificación agregado por quien escribe).
Por su parte, la complementariedad supone un esfuerzo conjunto de multiplicidad de ideas y
teorías que faciliten la construcción de un espacio intelectual, debe apoyarse en la interacción
simultánea de estrategias, donde confluyen redes y círculos comunicacionales, que, aprovechando
las potencialidades de las tecnologías de la información y comunicación, permitan descubrir cuál es
el camino más conveniente y adecuado para profundizar en la investigación.
De ahí que el artículo discute las hegemonías y resistencias en la investigación
sociotecnocientífica desde una visión de complementariedad, producto de una investigación
documental, con base al método hermeutico, a efecto de lo cual se estructura en cuatro partes:
origen y evolución de la investigación sociotecnocientífica, dos grandes hegemonías, visión de
complementariedad y conclusiones.
Origen y evolución de la investigación sociotecnocientífica
De acuerdo a (Sotelo, 2005) el pensamiento teórico latinoamericano experimentó un
desarrollo en tres etapas. La primera abarca desde la segunda mitad del siglo XIX hasta la segunda
guerra mundial, la cual se caracteriza por un predominio del positivismo que asumió rasgos
autóctonos en Latinoamérica. Tuvo una expresión completamente distinta a su matriz original
Europea derivada del pensamiento de Augusto Comte y Herber Spencer. Al respecto (Guadarrama,
1986, p.24) señala “La evolución del positivismo siguió…caminos divergentes en Europa y América
Latina, puesto que aquí…debía desempeñar…una función social progresiva”.
En la segunda etapa, que despliega de la Segunda Guerra Mundial hasta finales de la década de
los setenta resalta la autonomía lograda por este pensamiento frente al paradigma de los países
avanzados denominado según Cardoso “originalidad de la copia” (Cardoso, 1977, p.1). En esta etapa
surgieron teorías como la marxista, de la dependencia, la estructuralista, neoestructuralista, la
neoliberal y la poscolonialista y se desarrollaron en la escena académica e intelectual. Esta variedad
de corrientes, perspectivas y enfoques teóricos expresa la complejidad de la realidad Latinoamérica.
En este tiempo las ciencias sociales pasaron de una ciencia social tipo tradicional (filosófica y
jurisprudencial) a una de tipo moderna basada en el método científico-empirista, caracterizadas por
la incorporación de las orientaciones teóricas y metodológicas de la sociología contemporánea de
inspiración funcionalista.
De acuerdo a (Sonntang, 1989, p. 30) “La teoría de la CEPAL, junto con el estructural
funcionalismo y el marxismo ortodoxos constituyen las fuentes de inspiración más importantes de
las ciencias sociales latinoamericanas”. Señala el mismo autor (Sonntang, 1989, p.29) que aun así
“…se estuvo en la búsqueda de aproximaciones propias de la realidad latinoamericana”. Lo
planteado permitió alcanzar cierta autonomía cognoscitiva en el plano de las ideas frente a la
supremacía del pensamiento de los centros intelectuales del capitalismo avanzado: Inglaterra,
Francia y Estados Unidos.
En la tercera etapa durante las décadas de 1980 y 1990 se retrocedió y se cuestionó
severamente la autonomía de dicho pensamiento. Estos esfuerzos negativos provienen de la
influencia de la academia norteamericana y de sus corrientes neopositivistas, posmodernas y
funcionalistas que en los últimos años han cobrado auge e interés entre los países desarrollados.
Resurgió una suerte de eurocentrismo y norteamericanismo anglosajones renovados con
pretensiones de epistemología global. Lo anterior supone innecesario todo esfuerzo de producción
propia. Lo nacional, lo regional y latinoamericano articulado en el contexto mundial, son hoy
pensados y caracterizados con paradigmas y marcos teóricos elaborados en los centros intelectuales
dominantes del capitalismo. Por eso la autonomía está cuestionada por la sumisión al imperialismo
cultural.
Para (Soteldo, 2005, p.106) “El resultado ha sido…un empobrecimiento del pensamiento
latinoamericano y el abandono a la teoría y de los métodos de investigación integrales que, con
visiones globales y dialécticas, aseguraban su autonomía intelectual frente a los centros
académicos…de los países imperialistas”. De ahí que el autor citado (Soteldo, 2005, p.31) señala que
a pesar de las dificultades y los obstáculos: “… no se puede renunciar a reivindicar un pensamiento
propio, si bien imbricado en las corrientes mundiales, sin tener que pagar las consecuencias totales
de quedar huérfanos de teorías y víctimas del eurocentrismo y anglosajonismo…”
En paralelo, la investigación también sufre un proceso de evolución, así según (Echeverría, 2009)
en una primera etapa: investigación científica versus ciencia académica, antes de la segunda
guerra mundial que se realiza en Universidades e Institutos de investigación. En la segunda etapa, la
tecnociencia (Latour) y ciencia postacadémica (Ziman) se originan en EEUU en el siglo XX, en la
segunda guerra mundial, con los grandes programas de investigación, entre estos el Proyecto
Manhattan para la construcción de la bomba atómica, financiado por el gobierno de los EEUU.
En esta época surge la política científica en 1945, que según el autor sigue el mismo modelo de
agente de interdisciplinariedad, como una forma de organización del trabajo equipo, de los
programas de convergencia de tecnología de los años 2000 y 2001. Surgen, los sistemas
Investigación y Desarrollo, aparece un nuevo contrato social de la ciencia, con una nueva concepción
de la investigación y desarrollo que desborda los límites de la ciencia académica. Se crea la agencia
tecnocientífica con siete agentes (científicos, ingenieros, técnicos, empresarios, industriales,
políticos y militares), publicación en revistas especializadas disciplinarias, es la época de la gran
ciencia (Big Science).
En la tercera etapa, a partir de los años 80, tecnociencia actual, surge bajo la iniciativa privada
del gobierno de los EEUU, con objetivos científicos y de índole no científicos, influyendo las
modificaciones en la ley de patentes, se originan los pequeños proyectos tecnocientíficos, apoyados
en las TIC y equipos de alta tecnologías, con alto potencial innovador, como Apple, Google y Nokia,
PyMES tecnocientíficas, e-sciencia y arte digital, entre otras. Se plantea una interdisciplinariedad
ampliada e interprofesional de profesiones (Además de los siete de la fase anterior, se incorporan
otros agentes: artistas, arquitectos), sectores sociales y culturales. Se crean los programas de
convergencia de tecnologías Nano-Bio-Info-Cogno (NBIC). Frente a estos planteamientos, surge la
interrogante: ¿en cuál fase se ubica la universidad venezolana?
Dos grandes hegemonías
En el ámbito de la investigación hay evidencias de varias hegemonías, en este caso se plantearán
sólo dos: el paradigma científico y el eurocentrismo generador del anterior. En relación al
paradigma científico son dos grandes las hegemonías según (Castro, 2017, p. 321) el paradigma
“que tiene como eje a la mecánica, desde el siglo XVII con Newton, Descartes y Bacon y el que se
estructura en torno a la tecnociencia de la complejidad, desde la segunda mitad del siglo XX y a
principios del siglo XXI”.
Con relación al primer paradigma en 1925 se gestó en Viena el neopositivismo o círculo de
Viena, segunda escuela del positivismo lógico. En este según (Murea y Josa, 2014 citado en Pérez,
2015) la idea central fue que la ciencia era la única forma verdadera del conocimiento, por esto la
sociedad humana se puso bajo el dominio de la ciencia y todos los aspectos de la vida humana
tuvieron que ser validado a través de la investigación científica. De acuerdo a (Adames, 2007) el
conocimiento moderno se ha constituido en hegemónico, tanto en su orientación epistémica, su
estructura de valores y sus modos de institucionalización.
En este proceso el científico está inserto en determinadas relaciones de poder y de dominación
culturalmente situadas, que generalmente se ocultan o disimulan, utilizando un discurso de ciencia
dura solamente comprensible para el académico especializado. De ahí que según (Álvarez, 2016,
p.11) “La mentalidad científico-técnica ha conducido a un reduccionismo y fragmentación del saber
que ignora la realidad ecosocial…” No obstante, las tecnociencias amplían la postura tradicional al
no dar prioridad a la causa de los fenómenos sino a las relaciones físicas, biológicas, sociales y
culturales que permiten alcanzar determinados objetivos.
Igualmente, no priorizan el estudio de la materia y la energía sino el de la información como
comunicación, como interface de relaciones que se estructuran y convierten en sistemas. Combinan
los métodos antiguos de conocer-hacer con los nuevos; así como las leyes de la causalidad, de la
probabilidad y las de la información. Así como el cálculo determinista con el de probabilidades, el de
correcciones necesarias y con la información. Se preocupan, también de los contextos.
De acuerdo a (González, 2017, p.335) “En el caso de los sistemas sociales añaden la narrativa
dialogada de las experiencias particulares y de las memorias específicas…Analizan el
comportamiento de los cambios cualitativos y no solo cuantitativo”. Lo reversible y lo periódico, de
lo irreversible y lo emergente, lo nuevo y lo alternativo. Vale destacar, que a pesar que Álvarez dice
que las tecnociencia no considera la realidad ecosocial, González considera que si lo hace. De
acuerdo a este autor (Álvarez, 2016, p.135) “Lo nuevo de las tecnociencias y…su base teórica más
significativa… son las ciencias de la complejidad…”
El predominio del paradigma científico se evidencia en los actuales días en la universidad según
(Kincheloe y Tobin, 2009 citado por Pérez, 2015) en que los enfoques de la investigación en ciencias
sociales a menudo adoptan esquemas que son consistentes con el positivismo, a pesar que se
mantiene ampliamente que el positivismo esta desacreditado y esencialmente muerto. Criterio que
es reforzado por (Rodríguez, 2010) quien afirma que los programas de Metodología de la
Investigación son aún el mayor reservorio del positivismo y racionalismo que se critica en los
discursos académicos. Sólo se enseña a través del método hipotético-deductivo. Así mismo es
común la denominación científica, a priori en investigaciones aún de tipo formativa. En tal sentido,
existe resistencia a integrar el conocimiento científico y tecnológico al humanístico y social. Al
respecto (González, 2017, p.362) señala que:
La falsedad de la ciencia pura y de la verdad científica que se presenta como si
estuviera más allá de los intereses y de la política, o que se ampara en los mitos que
muestran a los científicos como una especie de sabios insólitos, es denunciada por las
nuevas ciencias, en sus interpretaciones constructivistas y también en las
postmodernas. Al mismo tiempo…contribuyen con sus ilusiones y elusiones a una
recomposición de los intereses hegemónicos que no sólo construyen ideologías o
racionalizaciones, falsas esperanzas y promesas, sino mentiras colectivas que
adquieren nuevas características y un gran peso con…el desarrollo tecnocientífico.

Por su parte, el eurocentrismo como perspectiva generadora de este proceso, se presenta como
universal. La historia referencia el descubrimiento de América Latina como el inicio de la
modernidad, como el lugar donde nace la categoría raza (etnocentrismo) y como una forma de
legitimar la dominación, como un factor de superioridad y la implementación de un modelo
económico, el capitalismo y un modelo de pensamiento, el eurocentrismo, que algunos autores
como (Mignolo, 2007) consideran un culturalismo, no obstante busca implantar un conocimiento
único, el europeo, pero sólo a la parte occidental del continente.
A través del eurocentrismo se impone una superioridad cultural que invisibiliza y subordina el
mundo oriental y latinoamericano, por lo que modernidad se entenderá como un proceso
meramente europeo en el que las demás culturas no tienen nada que aportar. Además, en este
contexto se da la creación de las ciencias sociales al servicio del Estado europeo y el capitalismo. La
forma inicial de generar la dominación se basa en la modernidad que no tiene referencia alguna
antes de América y con la cual se buscó eliminar todo pensamiento tanto preexistente como futuro
de los habitantes de las tierras conquistadas. El eurocentrismo se da en todas las áreas de la vida
cotidiana y genera en los conquistados, una mentalidad de inferioridad que aún, en la actualidad
persiste en los latinoamericanos, ya que según este modelo de dominación son los europeos quienes
poseen la verdad, el conocimiento y las formas de llegar a las ciencias, específicamente a las sociales.
En América Latina se hacen más evidentes los patrones de poder implantados por el
eurocentrismo. Al respecto (Quijano, 2007, p.216) afirma que “La globalización en curso, es en
primer término, la culminación de un proceso que comenzó con la constitución de América y la del
capitalismo colonial/moderno y eurocentrado como un nuevo patrón de poder mundial”. Al pasar
los años pareciera que se quisiera olvidar las divisiones del mundo, por lo que aparece la
globalización, con la intención aparente de ubicar todos como pares, especialmente en el ámbito
económico y su evolución del capitalismo al neoliberalismo; que trae consigo un nuevo factor
hegemónico y de poder, el mercado. Entonces el eurocentrismo evoluciona hacia el globocentrismo,
como modalidad de occidentalismo.
La globalización se presenta como oportunidad para la llegada de una nueva era para una
humanidad no dividida, pero la verdad es que busca imponer sus discursos dominantes para
someter a los otros, solo que se difumina y ya no exclusivamente en Europa, sino en general en el
globo, a través del mercado. De acuerdo a (Gómez y col, 2017) en vez de sentir comodidad, en la
globalización se requieren nuevas formas de resistencias. De ahí que se deben buscar nuevas formas
de expresar las relaciones con los demás, con un lenguaje que permita sentir que, realmente, se
aceptan otras formas de pensar, de creer, de ser, sin que esto implique una segregación para las
personas que piensen de forma diferente a Europa occidental. Se necesita entrar en diálogo con
formas no occidentales de conocimiento.
El fascismo y la segunda guerra mundial contribuyeron considerablemente a construir el
predominio académico de Estados Unidos, al expulsar de Europa cientos catedráticos y artistas de
clase mundial hacia las universidades de ese país. De esta forma la hegemonía de EEUU se debe a
que desarrollo un sistema de educación superior centrado en la investigación que sirvió para una
serie de objetivos. Entre estos se cuenta: el establecimiento del dominio militar, así como la creación
de investigación básica sobre la cual desarrollar nuevas tecnologías y productos para incrementar
las ganancias del capital nacional, logrando de esta forma impulsar el crecimiento económico
interno.
Al mismo tiempo, crear una gran fuerza laboral altamente capacitada para mantener e
incrementar la hegemonía global estadounidense; ya que conforme se extendió la globalización,
aumento el movimiento de estudiantes de posgrados con altos niveles de especialización
provenientes de países en vía de desarrollo hacia Estados Unidos. De ahí que una de las principales
razones por la que otros países buscan copiar este modelo es la intención de contrarrestar la
hegemonía económica de EEUU mediante la producción del mismo tipo de fuerza laboral calificada,
con la esperanza de generar el mismo tipo de innovaciones que impulsaron el crecimiento
económico de este país y hasta cierto punto mundial durante los últimos 30 años.
Desde este punto de vista, en los países dependiente, es casi obligado escribir artículos para
revistas ajustadas a criterio de indexación internacional euronorteaméricanos. Se trata de un
discurso condicionado, de un lado, por las relaciones de saber y poder procedentes de una
racionalidad instrumental cientificista y, por otro lado, por las reglas competitivas del mercado. En
este marco la escritura académica de los docentes universitarios de humanidades se pretende
normalizar con la estructura del artículo científico, tipo IMRYD que no siempre responde a las
dinámicas y lógicas propias del pensar, investigar y escribir en este campo.
Al respecto (Kreimer, 2009, p.109) señala “que aquella investigación que no puede ser objeto de
un artículo que cumpla con las condiciones para ser aceptado en una revista especializada de
impacto no es que pierde su valor determinado para los actores del campo científico en
cuestión…simplemente no existe”. El discurso científico se erige como el discurso validado para
decir la verdad sobre la realidad, a partir de una retórica demostrativa donde se ensalza la prueba
empírica y la dinámica del dato se impone frente a cualquier otro tipo de argumento.
Se concibe el texto académico no solo como peso del estatuto científico, sino como producto de
consumo. En este mismo ámbito de acuerdo a (Ortiz, 2005) las ciencias sociales y la educación en
Colombia se encuentran en el listado de áreas prioritarias de la política de ciencia y tecnología de la
nación, pero sus producciones se pretenden normalizar según el paradigma científico. Situación que
no es diferente en Venezuela. Según el autor citado (Ortiz, ob cit, p.2) “…no sólo las disposiciones
políticas actuales vinculadas con la lógica del mercado inciden sobre las formas textuales, sino
también la pervivencia de una racionalización universalista del conocimiento”
En esta medida el conocimiento producido debe responder a una lógica binaria excluyente.
Frente a la evidente hegemonía del paradigma cientificista tradicional y contemporáneo ¿qué se
puede hacer? Resistir para mantenerse en el estatus quo o resistir para buscar alternativas locales.
En tal sentido, los autores opinan que las resistencias son más reales y eficaces cuando se forman
allí mismo donde se ejercen las relaciones de poder. En tal sentido (Agamben, 2011, p.9) señala que
la resistencia creativa es “…profanar las reglas…, pero en la particularidad del texto, sin que llegue a
percibirse como un cuerpo anormal”. Esto según (Foucault, 2002, p.18) es “aprehender muy bien
las reglas del juego y jugar…de tal modo que los dominadores se encontraran dominados por sus
propias reglas”.
Visión de complementariedad
Al reflexionar lo que la sociedad espera de la ciencia es evidente que se aspira su sostenibilidad
como empresa social, que sea económicamente rentable, que no haga daño ni a las personas ni al
ambiente, que sea socialmente aceptada. En sus versiones más avanzadas, el nuevo paradigma de
investigación sociotecnocientífica no sólo incluye la historia de los fenómenos físico -químicos,
biológicos y sociales sino la necesidad de la investigación histórica y de la narrativa en todos los
campos del saber.
De acuerdo a (González, 2017) este cambio en la estructura de la práctica científica no ha sido
asumido por muchos, que el autor denomina científicos y que siguen manteniendo su sistema de
valores académicos tradicionales, dándose por satisfechos si generan avances en el conocimiento y
sus aportaciones son reconocidas por su comunidad disciplinaria. Algunos, en cambio, si lo ha
asumido a los cuales el autor denominan tecnocientíficos.
En tal sentido, la mayor virtud de la posición crítica posmoderna y constructivista que desató la
guerra de la ciencia radica en haber contribuido a destruir el mito de la ciencia única y objetiva. Esto
por cuanto, hay conocimientos, objetivos y muy poderosos de la clase dominante y de los países
hegemónicos, que no deben ser ignorados, tanto sí se intentan encontrar una explicación científica
de lo que ocurre, como si se trata de construir alternativas que busquen resolver los problemas
fundamentales de la especie humana. Para (González, 2017, p.356):
…hacer ciencia desde… posición no… hegemónica permite descubrir verdades
sumamente valiosas para el conocimiento y la defensa de la naturaleza y de la
humanidad es un hecho…innegable. Como es…la posición de que las ciencias
hegemónicas de Occidente logran niveles altísimos en el conocer-hacer, muchos de
ellos sin paralelo en otras civilizaciones y culturas.
De ahí que para este autor estudiar los escenarios solamente con un espíritu tecnocientífico
resultan tan insuficientes como limitarse a estudiarlo con un pensamiento crítico. Por su parte,
(Pérez, 2015) plantea que se debe tener claro que si la ciencia está en constante evolución, los
nuevos conocimientos deben servir para reforzar los existentes y no pensar solo en reemplazarlos,
puesto que cada uno tiene su razón de ser. En tal sentido, se plantea la complementariedad
paradigmática y metodológica en el saber-hacer de la investigación en la universidad, que se
manifieste en la denominación sociotecnocientífica u otra que la trascienda.
Conclusiones
Las tecnociencias son el tipo nuevo de racionalidad científica que corresponde al mundo actual y
hacia el futuro y sirven como referentes para la adecuada comprensión y explicación de las
dinámicas que en la actualidad tienen lugar en el mundo. En tal sentido, la cita de (Medina, 2001,
p.2) que dice: “El propio carácter de la tecnociencia contemporánea, esencialmente híbrido de
teorías, prácticas, tecnologías, entornos naturales y contextos sociales, plantean el difícil reto de una
comprensión capaz de abarcar e integrar toda su complejidad de una forma rigurosa”.
Lo planteado justifica una vez más la necesidad de una visión de complementariedad. Se trata de
una visión de la investigación sociotecnocientífica donde se considere un conjunto de ciencias,
teorías, enfoques, metodologías, lenguajes y conceptos, abocados al estudio de fenómenos
caracterizados por su complejidad creciente y que son capaces de adaptación y evolución. Implica,
así mismo, la interdisciplina como interprofesionalidad referida a varias profesiones en el ámbito de
las ciencias, no sólo la de producción de conocimientos, tales como los de investigador científico,
gestor del conocimiento, profesional de la política científica y difusor de la ciencia como docente y
divulgador.
En tal sentido, una metodología que permita vincular la teoría acerca de la complejidad con la
compleja realidad empírica, invita la construcción de modelos de sistemas complejos no lineales
tanto en las ciencias naturales como en las ciencias sociales o en su interacción. De ahí su énfasis no
sólo en la interdisciplinariedad sino en la transdisciplinariedad. Al respecto, señala (González, 2017,
p. 35) “…Las resistencias a las interdisciplinas son impresionantes”.
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