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UNA VISIÓN
DE COMPLEMENTARIEDAD
Crisálida V. Villegas G
Universidad Bicentenaria de Aragua
crisvillegas1@hotmail.com
RESUMEN
ABSTRATC
Introducción
Por su parte, el eurocentrismo como perspectiva generadora de este proceso, se presenta como
universal. La historia referencia el descubrimiento de América Latina como el inicio de la
modernidad, como el lugar donde nace la categoría raza (etnocentrismo) y como una forma de
legitimar la dominación, como un factor de superioridad y la implementación de un modelo
económico, el capitalismo y un modelo de pensamiento, el eurocentrismo, que algunos autores
como (Mignolo, 2007) consideran un culturalismo, no obstante busca implantar un conocimiento
único, el europeo, pero sólo a la parte occidental del continente.
A través del eurocentrismo se impone una superioridad cultural que invisibiliza y subordina el
mundo oriental y latinoamericano, por lo que modernidad se entenderá como un proceso
meramente europeo en el que las demás culturas no tienen nada que aportar. Además, en este
contexto se da la creación de las ciencias sociales al servicio del Estado europeo y el capitalismo. La
forma inicial de generar la dominación se basa en la modernidad que no tiene referencia alguna
antes de América y con la cual se buscó eliminar todo pensamiento tanto preexistente como futuro
de los habitantes de las tierras conquistadas. El eurocentrismo se da en todas las áreas de la vida
cotidiana y genera en los conquistados, una mentalidad de inferioridad que aún, en la actualidad
persiste en los latinoamericanos, ya que según este modelo de dominación son los europeos quienes
poseen la verdad, el conocimiento y las formas de llegar a las ciencias, específicamente a las sociales.
En América Latina se hacen más evidentes los patrones de poder implantados por el
eurocentrismo. Al respecto (Quijano, 2007, p.216) afirma que “La globalización en curso, es en
primer término, la culminación de un proceso que comenzó con la constitución de América y la del
capitalismo colonial/moderno y eurocentrado como un nuevo patrón de poder mundial”. Al pasar
los años pareciera que se quisiera olvidar las divisiones del mundo, por lo que aparece la
globalización, con la intención aparente de ubicar todos como pares, especialmente en el ámbito
económico y su evolución del capitalismo al neoliberalismo; que trae consigo un nuevo factor
hegemónico y de poder, el mercado. Entonces el eurocentrismo evoluciona hacia el globocentrismo,
como modalidad de occidentalismo.
La globalización se presenta como oportunidad para la llegada de una nueva era para una
humanidad no dividida, pero la verdad es que busca imponer sus discursos dominantes para
someter a los otros, solo que se difumina y ya no exclusivamente en Europa, sino en general en el
globo, a través del mercado. De acuerdo a (Gómez y col, 2017) en vez de sentir comodidad, en la
globalización se requieren nuevas formas de resistencias. De ahí que se deben buscar nuevas formas
de expresar las relaciones con los demás, con un lenguaje que permita sentir que, realmente, se
aceptan otras formas de pensar, de creer, de ser, sin que esto implique una segregación para las
personas que piensen de forma diferente a Europa occidental. Se necesita entrar en diálogo con
formas no occidentales de conocimiento.
El fascismo y la segunda guerra mundial contribuyeron considerablemente a construir el
predominio académico de Estados Unidos, al expulsar de Europa cientos catedráticos y artistas de
clase mundial hacia las universidades de ese país. De esta forma la hegemonía de EEUU se debe a
que desarrollo un sistema de educación superior centrado en la investigación que sirvió para una
serie de objetivos. Entre estos se cuenta: el establecimiento del dominio militar, así como la creación
de investigación básica sobre la cual desarrollar nuevas tecnologías y productos para incrementar
las ganancias del capital nacional, logrando de esta forma impulsar el crecimiento económico
interno.
Al mismo tiempo, crear una gran fuerza laboral altamente capacitada para mantener e
incrementar la hegemonía global estadounidense; ya que conforme se extendió la globalización,
aumento el movimiento de estudiantes de posgrados con altos niveles de especialización
provenientes de países en vía de desarrollo hacia Estados Unidos. De ahí que una de las principales
razones por la que otros países buscan copiar este modelo es la intención de contrarrestar la
hegemonía económica de EEUU mediante la producción del mismo tipo de fuerza laboral calificada,
con la esperanza de generar el mismo tipo de innovaciones que impulsaron el crecimiento
económico de este país y hasta cierto punto mundial durante los últimos 30 años.
Desde este punto de vista, en los países dependiente, es casi obligado escribir artículos para
revistas ajustadas a criterio de indexación internacional euronorteaméricanos. Se trata de un
discurso condicionado, de un lado, por las relaciones de saber y poder procedentes de una
racionalidad instrumental cientificista y, por otro lado, por las reglas competitivas del mercado. En
este marco la escritura académica de los docentes universitarios de humanidades se pretende
normalizar con la estructura del artículo científico, tipo IMRYD que no siempre responde a las
dinámicas y lógicas propias del pensar, investigar y escribir en este campo.
Al respecto (Kreimer, 2009, p.109) señala “que aquella investigación que no puede ser objeto de
un artículo que cumpla con las condiciones para ser aceptado en una revista especializada de
impacto no es que pierde su valor determinado para los actores del campo científico en
cuestión…simplemente no existe”. El discurso científico se erige como el discurso validado para
decir la verdad sobre la realidad, a partir de una retórica demostrativa donde se ensalza la prueba
empírica y la dinámica del dato se impone frente a cualquier otro tipo de argumento.
Se concibe el texto académico no solo como peso del estatuto científico, sino como producto de
consumo. En este mismo ámbito de acuerdo a (Ortiz, 2005) las ciencias sociales y la educación en
Colombia se encuentran en el listado de áreas prioritarias de la política de ciencia y tecnología de la
nación, pero sus producciones se pretenden normalizar según el paradigma científico. Situación que
no es diferente en Venezuela. Según el autor citado (Ortiz, ob cit, p.2) “…no sólo las disposiciones
políticas actuales vinculadas con la lógica del mercado inciden sobre las formas textuales, sino
también la pervivencia de una racionalización universalista del conocimiento”
En esta medida el conocimiento producido debe responder a una lógica binaria excluyente.
Frente a la evidente hegemonía del paradigma cientificista tradicional y contemporáneo ¿qué se
puede hacer? Resistir para mantenerse en el estatus quo o resistir para buscar alternativas locales.
En tal sentido, los autores opinan que las resistencias son más reales y eficaces cuando se forman
allí mismo donde se ejercen las relaciones de poder. En tal sentido (Agamben, 2011, p.9) señala que
la resistencia creativa es “…profanar las reglas…, pero en la particularidad del texto, sin que llegue a
percibirse como un cuerpo anormal”. Esto según (Foucault, 2002, p.18) es “aprehender muy bien
las reglas del juego y jugar…de tal modo que los dominadores se encontraran dominados por sus
propias reglas”.
Visión de complementariedad
Al reflexionar lo que la sociedad espera de la ciencia es evidente que se aspira su sostenibilidad
como empresa social, que sea económicamente rentable, que no haga daño ni a las personas ni al
ambiente, que sea socialmente aceptada. En sus versiones más avanzadas, el nuevo paradigma de
investigación sociotecnocientífica no sólo incluye la historia de los fenómenos físico -químicos,
biológicos y sociales sino la necesidad de la investigación histórica y de la narrativa en todos los
campos del saber.
De acuerdo a (González, 2017) este cambio en la estructura de la práctica científica no ha sido
asumido por muchos, que el autor denomina científicos y que siguen manteniendo su sistema de
valores académicos tradicionales, dándose por satisfechos si generan avances en el conocimiento y
sus aportaciones son reconocidas por su comunidad disciplinaria. Algunos, en cambio, si lo ha
asumido a los cuales el autor denominan tecnocientíficos.
En tal sentido, la mayor virtud de la posición crítica posmoderna y constructivista que desató la
guerra de la ciencia radica en haber contribuido a destruir el mito de la ciencia única y objetiva. Esto
por cuanto, hay conocimientos, objetivos y muy poderosos de la clase dominante y de los países
hegemónicos, que no deben ser ignorados, tanto sí se intentan encontrar una explicación científica
de lo que ocurre, como si se trata de construir alternativas que busquen resolver los problemas
fundamentales de la especie humana. Para (González, 2017, p.356):
…hacer ciencia desde… posición no… hegemónica permite descubrir verdades
sumamente valiosas para el conocimiento y la defensa de la naturaleza y de la
humanidad es un hecho…innegable. Como es…la posición de que las ciencias
hegemónicas de Occidente logran niveles altísimos en el conocer-hacer, muchos de
ellos sin paralelo en otras civilizaciones y culturas.
De ahí que para este autor estudiar los escenarios solamente con un espíritu tecnocientífico
resultan tan insuficientes como limitarse a estudiarlo con un pensamiento crítico. Por su parte,
(Pérez, 2015) plantea que se debe tener claro que si la ciencia está en constante evolución, los
nuevos conocimientos deben servir para reforzar los existentes y no pensar solo en reemplazarlos,
puesto que cada uno tiene su razón de ser. En tal sentido, se plantea la complementariedad
paradigmática y metodológica en el saber-hacer de la investigación en la universidad, que se
manifieste en la denominación sociotecnocientífica u otra que la trascienda.
Conclusiones
Las tecnociencias son el tipo nuevo de racionalidad científica que corresponde al mundo actual y
hacia el futuro y sirven como referentes para la adecuada comprensión y explicación de las
dinámicas que en la actualidad tienen lugar en el mundo. En tal sentido, la cita de (Medina, 2001,
p.2) que dice: “El propio carácter de la tecnociencia contemporánea, esencialmente híbrido de
teorías, prácticas, tecnologías, entornos naturales y contextos sociales, plantean el difícil reto de una
comprensión capaz de abarcar e integrar toda su complejidad de una forma rigurosa”.
Lo planteado justifica una vez más la necesidad de una visión de complementariedad. Se trata de
una visión de la investigación sociotecnocientífica donde se considere un conjunto de ciencias,
teorías, enfoques, metodologías, lenguajes y conceptos, abocados al estudio de fenómenos
caracterizados por su complejidad creciente y que son capaces de adaptación y evolución. Implica,
así mismo, la interdisciplina como interprofesionalidad referida a varias profesiones en el ámbito de
las ciencias, no sólo la de producción de conocimientos, tales como los de investigador científico,
gestor del conocimiento, profesional de la política científica y difusor de la ciencia como docente y
divulgador.
En tal sentido, una metodología que permita vincular la teoría acerca de la complejidad con la
compleja realidad empírica, invita la construcción de modelos de sistemas complejos no lineales
tanto en las ciencias naturales como en las ciencias sociales o en su interacción. De ahí su énfasis no
sólo en la interdisciplinariedad sino en la transdisciplinariedad. Al respecto, señala (González, 2017,
p. 35) “…Las resistencias a las interdisciplinas son impresionantes”.
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