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Mar Muerto
Antonio Piñero
La tesis central de VanderKam y Flint (El Significado de los Rollos Del Mar Muerto: Su
importancia para entender la Biblia, El Judaísmo, Jesús y el Cristianismo) es obvia, y todo
el mundo está de acuerdo con ella: A pesar de desencuentros profundos entre la teología
paulina y la teología esenia (en concreto la del subgrupo esenio de Qumrán) es:
“Hay mucho en las epístolas paulinas, dirigidas todas a grupos de individuos de fuera de
Judea, que resulta más claro después de leer los Rollos” (p. 359).
y presenta a David –no a Abrahán- y a los sectarios mismos como gente que tiene siempre
en mente la posibilidad de caer en la maldición divina o, por le contrario, de recibir las
bendiciones…, aunque siempre dependiendo del cumplimiento de la Ley.
3. Los Rollos indican en varios pasajes que, aunque la obediencia a la Ley era crucial, la
comunidad qumranita sentía intensamente –al igual que Pablo- que su elección y
salvación venían por la gracia de Dios.
Si fuera así, a saber, que los judíos no creían que ellos se salvaban sólo por cumplían la
Ley, cuando Pablo critica a los que creen que “obrando las obras de la Ley” logran
salvarse, es decir, entrar en el Alianza, está interpretando mal al judaísmo de su época.
Pablo creía que sus correligionarios defendían la idea que la entrada en el cielo “puede
ganarse trabajando”. Pero en verdad no era así, según E. P. Sanders: los judíos de su
época sabían que ya habían ganado el cielo en principio, potencialmente; pero que no lo
conseguirían de facto si no cumplían las obras de la Ley.
“Sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de
Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe
de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley ninguna carne (=
ningún ser humano) será justificada”.
como una interpretación “equivocada” de Pablo. Y detrás de Pablo han ido la inmensa
mayoría de los exegetas cristianos de todos los tiempos que han visto en el judaísmo una
religión puramente legalista ("obra la Ley por tus propias fuerzas y te salvarás"), cuando
en realidad no era sí. Todos se ha equivocado, incluidos Agustín de Hipona y Martín
Lutero.
“Es evidente que Pablo estaba formulando objeciones a una convicción judía de su
tiempo (según él creía). Pero, hasta donde podemos estar seguros, la visión judía típica
y tradicional de la época no era que cualquiera pudiera ganarse por sí mismo el favor de
Dios”.
Así resulta… que, si se entiende bien el espíritu de los autores de Qumrán, y -por
supuesto- del judaísmo general de la época, ¡¡Pablo (y luego todos los exegetas
cristianos con él) se había fabricado un adversario judío respecto a la idea de la
salvación que en realidad no existía!!
Mi opinión al respecto es: es muy posible que así sea…,; y es muy posible que Sanders y
Dunn tengan razón. Pero los judíos del siglo I daban una impresión equivocada a todo el
mundo. Sabían poco de cómo expresar claramente sus ideas…., de modo que
cualquiera, Pablo incluido, podía equivocarse fácilmente.