Está en la página 1de 4

República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular Para la Educación Universitaria


Ministerio del Poder Popular Para el Trabajo y seguridad Social
Instituto Venezolano de los Seguros Sociales
Colegio Universitario de Rehabilitación “May Hamilton”

Autores:
Beila Querales
Indiana Suárez
Nathalia Fernández

Caracas, marzo 2017


En la práctica profesional de Terapia Ocupacional, cualquiera sea el ámbito y el
cliente a quien se va a intervenir, puede guiarse por un sistema conductual
unificado, particularmente en el ámbito psiquiátrico, el terapeuta se puede guiar
por los siguientes Marcos y Modelos:

Polonio López. Durarte, P. Noya, B (2001) definen: “Modelo de Ocupación


Humana de Kielhofner, su objetivo es proporcionar un conocimiento y
entendimiento profundo sobre la naturaleza de la ocupación de los seres humanos
y su papel en la salud y la enfermedad de los mismos, se basa en distintas áreas
de conocimiento (Teoría general de los sistemas, ecología, psicología cognitiva,
teoría de neurodesarrollo, humanismo, existencialismo, teoría de la ocupación
humana) puede presentarse a través de conducta ocupacional, teoría de los
sistemas, interacción de los subsistemas, subsistemas (volitivo, habituación,
ejecución mente-cerebro-cuerpo), entorno y difusión ocupacional.

El papel del Terapeuta ocupacional conlleva intentar comprender qué componente


del sistema humano o del entorno son los contribuyentes más significativos a la
disfunción ocupacional.”

Lo citado anteriormente conlleva que la comprensión se lleva a cabo para la


evaluación del comportamiento ocupacional como el OCAIRIS: es una herramienta
de diez preguntas que posibilita establecer la función y disfunción de la persona, y
su objetivo es facilitar el cambio a través de la participación del individuo en la
acción, para conseguir el cambio buscado, debe proporcionar espacios para
experimentación con el fin de que el individuo encuentre mejores soluciones.

En este mismo sentido Polonio López. Durarte, P. Noya, B (2001) arrojan que el
Modelo de Desempeño Ocupacional de la Asociación Americana de Terapia
Ocupacional (AOTA) describe: “las competencias profesionales y el contenido del
proceso de terapia Ocupacional, al mismo tiempo se divide en roles ocupacionales
(son los roles vitales que un individuo cumple dentro de la sociedad) y el
desempeño ocupacional (capacidad para ejecutar tareas que hacen posible
desarrollar los roles ocupacionales del individuo).

El desempeño ocupacional consta con áreas como actividades de autocuidado,


trabajo productivo, ocio y juego; componentes (patrones de conducta aprendidos
durante el desarrollo sensomotriz, cognitivo, integración cognitiva, psicosocial y
psicológico) y contextos que incluye aspectos temporales y ambientales”.
El rol del terapeuta ocupacional en el Modelo de desempeño ocupacional es
ayudar a la persona enferma, accidentada, lesionada o con discapacidad a que
alcance su máxima dependencia posible mediante un continuum terapéutico.

Por otro lado el marco de referencia aplicado Perceptivo-cognitivo, Polonio López.


Durarte, P. Noya, B (2001) opinan: “Que está relacionado con los trastornos de
percepción e interpretación del entorno, por problemas que afectan a los
componentes perceptivos, cognitivos y de integración del desempeño motor. Los
trastornos tratados son: accidentes cerebrovasculares, traumatismos
craneoencefálicos, pacientes comatosos, enfermedad de Alzheimer, trastornos del
desarrollo y del aprendizaje y autismo. El abordaje puede ser rehabilitador
(Implica entrenamiento de las habilidades perceptivas mediante práctica intensiva)
y abordaje compensatorio (implica enseñar al paciente a contrarrestar sus déficits
mediante el uso de capacidades perceptivas residuales ó proporcionándoles
adaptaciones, señales y avisos adicionales en el entorno que promuevan la
percepción).

Los resultados que se esperan del marco cognitivo es facilitar a la persona su


ubicación, reconocer objetos o personas, moverse en un espacio definido, llevar a
cabo movimientos interaccionados, aprender, recordad, utilizar la lógica, resolver
problemas, utilizar lenguaje concreto y abstracto.

El Modelo Humanista por su parte, concede importancia a la percepción subjetiva


del mundo como determinante fundamental de la conducta. Cada persona posee
de manera innata un potencial de crecimiento o desarrollo de sí mismo, orientado
hacia metas positivas como la armonía, el amor o la alegría. La persona es
considerada como un sujeto independiente y plenamente responsable de sus
actos.

Se rechaza el concepto de “enfermedad mental”, asumiendo que toda conducta es


normal cuando somos empáticos. La intervención terapéutica se suele centrar en
la experiencia inmediata, concediendo poca importancia a los antecedentes
históricos y a las intervenciones directivas.

El marco de referencia Psicodinámico, se fundamenta en la teoría psicoanalítica


desarrollada por Sigmund Freud, permite aproximaciones teóricas: psicoanalíticas,
fenomenológicas, representaciones inconscientes, ideales, mecanismos de
defensa y manera de satisfacción. Se proyectan a través, de los actos, discurso y
relaciones del sujeto. Lo que explica, el uso de la palabra, el objeto y la actividad
como herramienta en la intervención terapéutica. Además, de la interacción,
procesos de grupo, técnicas proyectivas, de interpretación y del juego. Con el fin
de potenciar, el autoconocimiento y la conciencia del individuo para que pueda
reajustar el funcionamiento ocupacional.

El cognitivo conductual se gesta a partir del marco conductual. Recibe


aportaciones de la psicología cognitiva, quien destaca el papel, que los procesos
cognitivos internos (atención selectiva, procesamiento de la información y la
codificación simbólica), tienen sobre la conducta. Este tipo de orientación, provee
al terapeuta, el recurso para comprender al individuo, al construir una
conceptualización cognitiva del mismo, que continua profundizando hasta la última
sesión. Permitiéndole planificar el tratamiento de forma eficaz, apoyándose en los
valores creencias e ideales del sujeto.

El Conductista opina que la conducta inadaptada puede modificarse sin necesidad


de reconocer causa subyacente, los síntomas no son expresión de conflictos
profundos. La conducta se conforma según se combine o no con estímulos que
producen ansiedad.

Está claro, que cada Marco de referencia, guía y orienta la acción del Terapeuta
Ocupacional, permitiendo que la actividad profesional, sea congruente y eficiente.
Siempre acorde, con las necesidades y realidades del usuario, de nuestro servicio,
teniendo muy en cuenta el entorno. Ahora bien, cuando los fenómenos de la
clínica o necesidades del usuario no encajan de manera significativa con las
prescripciones de nuestros marcos o argumentos, estos deben ser revisados para
prescindir de ellos y utilizar otros, que se ajusten a la realidad del sujeto.

Bibliografía

Conceptos fundamentales de Terapia Ocupacional, Polonio López. Durarte, P.


Blanca Noya Annaiz,1ra Edición, Madrid, Médica Panamericana, (2001)

También podría gustarte