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Existe una desproporción entre los trastornos funcionales que organizan la queja del paciente y
las limitaciones físicas que resultan de lesiones e impactos corporales, lo que puede conducir a
diagnosticar al paciente como un “simulador”. Aunque los daños corporales hayan sido curados,
la molestia funcional en la esfera neurológica y motriz persiste e impide que el trabajador
retome su puesto.
Sinistrosis
Se caracteriza por la tendencia a exagerar el perjuicio consecutivo del accidente. El trabajador
emprende un pedido de reparación que moviliza gran parte de su compromiso psíquico. El sujeto
puede manifestarse querulante y entrar en un proceso paranoico.
Neurosis Traumática
En las descripciones psiquiátricas contemporaneas, tiende a ser reemplazada por “estado de
estrés postraumático”.
Comienza luego de una fase de latencia que sigue al accidente o la agresión y se caracteriza por:
síndrome de repetición (recordar el hecho)
síndrome de estado hiperalerta
síndrome del evitador (evitar el estímulo vinculado al hecho)
Análisis
Trabajar con el riesgo de accidente forma parte de lo cotidiano para muchos trabajadores. Los
síntomas contribuyen a enmascarar lo que estuvo en el origen de las construcciones defensivas,
a saber el miedo. Pero el accidente, como la agresión, cuestiona el sistema simbólico basado en
el ocultamiento del peligro que organiza las construcciones defensivas. La reanudación del
trabajo se revela desde ese momento particularmente difícil ya que no es mas posible, para el
sujeto, mantener la negación de lo real. Lo que era evacuado por el control simbólico y las
contra-implicaciones operadas por las construcciones defensivas, reaparece en el campo de la
conciencia y genera angustia.
Frente a las patologías postraumáticas, la clínica del trabajo sugiere entonces que la
identificación de las repercusiones psíquicas del acontecimineto traumático es insuficiente y que
la desestabilización de la economía defensiva ocupa un lugar específico en la descompensación.
Trabajo y Violencia
Ciertos acting-out violentos pueden producirse en el lugar de trabajo, bajo la forma de agresión
a colegas, a superiores jerárquicos, y mas raramente a usuarios o como sabotaje a la maquinaria
o herramientas de trabajo. El lugar que le corresponde al trabajo en la génesis de la violencia es
muchas veces subestimado: se apunta generalmente a las características individuales.
En algunos ambientes de trabajo que implican riesgos para la integridad corporal, la violencia se
banaliza al estar integrada en las estrategias colectivas de defensa, las cuales estan organizadas
por los valores del coraje viril, que valorizan la capacidad de soportar el sufrimiento, pero
autorizan también a infligir sufrimiento en el prójimo. La construcción viril se caracteriza como
una construcción social al servicio de la dominación.
Las manifestaciones de la sexualidad (sadismo, masoquismo, violencia) en el trabajo no son
solamente movilizadas con fines de satisfacción inmediata, sino que estan indexadas según
estrategias defensivas al servicio de la protección de la salud mental en el trabajo. La clinica del
trabajo pone en evidencia que paralelamente a los fundamentos intrapsíquicos, la realización
del proceso sublimatorio necesita de condiciones sociales reunidas bajo la forma del
reconocimiento. La violencia ejercida o padecida está entonces determinada por vínculos
intersubjetivos estructurados por referencia al trabajo. La emergencia de la violencia en
situación de trabajo aparece como consecuencia de los disfuncionamientos en la organización
del trabajo que generan injusticia en un contexto de degeneración de las solidaridades.
Patologías del acoso
Se distingue acoso sexual de acoso moral
Acoso sexual
Clínica
Puede tomar diferentes formas: insultos, chistes sexistas, pornografía en el lugar de trabajo,
caricias forzadas, agresiones físicas.
Se caracteriza por imposiciones sexuales:
mediante gestos directos con contactos físicos de connotación sexual, relaciones sexuales
por obligación, prácticas sexuales impuestas, caricias forzadas sufridas contra su voluntad
avances sexuales desagradables, propósitos obscenos, imágenes pornográficas impuestas
perjuicios verbales: gritos insultos, palabras humillantes, amenazas.
Otra evaluación cualitativa realizada en Franica, distingue en cuatro categorías el acoso sexual:
acoso sexista (chistes, insultos)
acoso sexual (avances sexuales verbales, actitudes)
agresión sexual (exhibicionismo, caricias impuestas)
violación
Análisis
La comprensión del acoso sexual en el trabajo no puede reducirse a un enfoque individual que
pone en evidencia los lazos mantenidos entre acosador y la persona acosada. El acoso sexual
independientemente de su finalidad individual, puede también cumplir una finalidad
instrumental en la preservación de los vínculos jerárquicos y de poder en el mundo del trabajo,
en favor de la dominación de los hombres sobre las mujeres.
Según una encuesta realizada, se pone de manifiesto que en las profesiones marcadas por
fuertes presiones de los clientes o usuarios, las tasas de violencia sexual hacia las mujeres son
más elevadas.
El análisis psicodinámico revela que las prácticas discriminatorias remiten a las defensas
colectivas viriles, cuando se trata del miedo combatiendo la vergüenza de “parecer mujer”. La
radicalización de las defensas viriles, en situación de trabajo, se acompaña siempre de modos de
depreciación de lo “femenino”, de la vulnerabilidad y del sufrimiento del otro.
La clínica del trabajo nos conduce a cuestionar el proceso de sexualización defensiva del
trabajo, que puede tomar la forma del acoso sexual. El involucramientio erótico del compromiso
entre el sufrimiento y las defensas es en efecto una de las soluciones psíquicas que permite
soportar el sufrimiento. En esta perspectiva, las restricciones laborales están primero, y la
erotización del sufrimiento se manifiesta en un segundo momento. La transformación del
sufrimiento en gozo contribuye a proteger al sujeto del riesgo de descompensación.
Acoso moral
La definición fue propuesta por M.F. Hirigoyen. El acoso en el trabajo remite a “toda conducta
abusiva que se manifiesta en particular en comportamientos, palabras, actos, gestos, escritos,
que puedan ocasionar perjuicios a la persona, a la dignidad o a la integridad física o psíquica, al
poner en peligro su empleo o degradar el clima de trabajo”
La dinámica conflictiva que caracteriza el acoso se designa también con el término mobbing. El
mobbing está conformado por prácticas hostiles que tomadas de manera aislada, podrían
parecer anodinas, pero cuya repetición constante tiene efectos perniciosos.
Clínica
El cuadro se caracteriza por:
ansiedad
depresión
trastornos del sueño, pesadillas
aburrimiento
toma de medicamentos, alcohol o psicotrópicos
fatiga
hipervigilancia e hiperactividad
repliegue sobre si mismo, perdida de autoestima
perjuicios somáticos
La situación del acoso está correlacionada con ciertas modificaciones de las condiciones y de la
organización del trabajo:
sobrecarga de trabajo y sobre-inversión de tiempo de trabajo
nuevos métodos de management
llegada de un nuevo superior jerárquico
fusión o compra de la empresa
deslocalización geográfica y/o estratégica
Análisis
Los análisis psicopatológicos que trasladan la investigación de la violencia “privada” al mundo de
la empresa ponen el acento en la relación circular que se establece entre el acosador, que
presenta una organización psicopatológica de tipo “perverso narcisista” y una “víctima”
acosada.
En psicopatología del trabajo, el proceso de esclarecimiento de las causas de los síntomas se
basa en un análisis del vínculo subjetivo con el trabajo. La psicodinámica del trabajo propone
refutar explicaciones diádicas (perverso-víctima) o los enfoques descriptivos (mobbing) para
centrar la discusión etiológica en los fundamentos psicológicos de la servidumbre y del
consentimiento en el contexto de los vínculos de dominación social. La instalación del proceso
de acoso moral implica en efecto el consentimiento de los colegas que constatan y asisten sin
oponerse al desvío de los vínculos de trabajo y su finalidad. El acoso no es nuevo en el trabajo,
pero lo que si en nuevo es la soledad de la persona acosada, y luego el reconocimiento social del
estatus de acosado, en particular el reconocimiento jurídico del fenómeno del acoso, que puede
dar lugar a una reparación.
La referencia a la estructura perversa del “acosador” oculta los vínculos sociales que existen en
el seno de la empresa, y evita cuestional las repercusiones que la organización del trabajo tiene
sobre el funcionamiento psíquico y somático de los trabajadores.
Patologías de sobrecarga
Se distinguen:
los perjuicios somáticos (TMS, LER, karôshi)
un síndrome mixto que asocia síntomas psíquicos y somáticos, el síndrome de
agotamiento profesional o burn out
Karôshi
Es un término japonés que designa la “muerte por exceso de trabajo” que ocurre en jóvenes
ejecutivos o empleados hombres de entre 25 y 40 años, luego de sufrir una hemorragia cerebral
o un infarto. Las víctimas no presentan antecedentes cardiovasculares. La sobrecarga es
importante, generalmente de más de 70 horas semanales de trabajo.
Trastornos músculo-esqueléticos (TMS)
Representa la patología más frecuente en el ámbito laboral.
Clínica
Los TMS tienen un impacto electivo sobre el cuerpo mediante daños inflamatorios y dolorosos en
las extremidades, articulaciones, en los miembros superiores e inferiores y en la columna
vertebral.
Los ergónomos han puesto de manifiesto los facores biomecánicos que resultan de la
hipersolicitud de los gestos y de las posturas en el transcurso de la actividad de trabajo,
mientras que las relaciones entre la carga psíquica y los TMS han sido demostrados por los
médicos del trabajo.
En la psicopatología del trabajo notamos un aumento de las patologías somáticas: diabetes
insulinodependiente, adma, alergias, trastornos ginecológicos y endócrinos, enfermedades
cardiovasculares, enfecciones recurrentes, etc.
Análisis
La clínica de los trastornos somáticos en el trabajo conduce a matizar la distinción clásica entre
sufrimiento físico y sufrimiento psíquico y moral. La investigación psicopatológica se beneficia
de los aportes de la psicosomática, que permiten comprender de qué manera la saturación del
aparato psíquico, debido al aumento de las imposiciones del ritmo y de rendimiento, ocasiona
alteraciones del funcionamiento psíquico, que a su vez conllevan un debilitamiento del cuerpo,
que se maifiesta en perjuicios somáticos.
La traba en el funcionamiento psíquico se traduce en primer lugar en una vivencia de
insatisfacción que se expresa en fatiga. La fatiga puede tener su origen en el agotamiento de los
órganos, pero también en la inactividad que resulta de la “represión-inhibición” de la actividad
psíquica espontánea.
La anestesia psíquica obtenida por represión también funciona como anestesia física para los
estados afectivos y el dolor. En el este caso, el dolor no cumple mas la función de alerta.
Los impactos dolorosos han contribuido a revelar la importancia de la gestión en el trabajo. El
trabajo puede ser fuente de placer si permite, a pesar de las imposiciones de lo real de la
organización, un ejercicio inventivo del cuerpo.
Síndrome de agotamiento profesional o burn out
Las primeras descripciones se realizaron con el personal de cuidados sanitarios y trabajadores
sociales. El burn out pone el acentro sobre el desgaste, el agotamiento ante una solicitud
demasiado importante de energía y recursos con el riesgo de “consumirse”, “quemarse”.
La “fatiga de compasión” ha sido descripta igualmente como resultante de un compromiso
profesional hacia personas que presentan un gran desamparo psicológico o traumático
(trabajadores sociales, personal de emergenicas, etc). La fatiga de compasión a veces precede
al burn out.
Clínica
Tres dimensiones caracterizan el síndrome:
el agotamiento emocional que es el punto central