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Angie Viviana Ramírez Martínez - 101613317

Tema: Diseño centrado en el usuario, como diseño social

Tesis: El diseño social necesita del diseño centrado en el usuario para su desarrollo

Desde que se comenzó a hablar de diseño teóricamente se han generado diferentes


formas de abordar los problemas de comunicación, donde el primer paso es identificar la
metodología más adecuada para dicho problema, una de ellas es el diseño centrado en el
usuario (DCU), que surgió alrededor de los años 50´s y se popularizó por desarrollarse no
sólo en el consumo, sino en las necesidades del usuario, recolectando información sobre las
experiencias y opiniones del usuario para asegurarse de que la solución planteada sea
adecuada y probada por él, sin embargo desde el surgimiento del capitalismo, la creación de
productos se ha centrado mayormente en el consumo masivo, de esta manera se han generado
todo tipo de necesidades no primordiales en los consumidores/usuarios y una
despreocupación por las necesidades de las poblaciones vulnerables.
Una forma de abordar el diseño actualmente es el diseño social, que tiene como objetivo
principal plantear el problema a través del estudio de las relaciones humanas desde ámbitos
como el espacio público, el mercado, el entorno comunitario y el espacio personal y familiar,
donde su resultado sea incorporar soluciones desde el diseño en un colectivo humano; es allí
donde en este escrito se explicará de qué manera se puede unificar el diseño centrado en el
usuario con el diseño social, ya que si bien se han manejado como elementos aislados, es
importante señalar que tienen similitudes en cuanto su preocupación por manejar
adecuadamente los problemas y necesidades de los usuarios.

Poco se ha teorizado acerca del diseño de producto para las necesidades sociales y por
el contrario el diseño de producto para el mercado tiene un sin fin de metodologías, estudios
de caso, terminología, entre otras, que han logrado construir exitosamente su estabilización a
lo largo del tiempo, hecho que para los diseñadores ha sido una herramienta cómoda y segura
para iniciar con el diseño de productos, donde muy pocos se han preguntado si realmente los
productos que están enviando al mercado, están supliendo una necesidad o están generando
una nueva para los usuarios que lo adquieren para fomentar el consumo masivo de productos.
La producción y consumo desmedido de productos, afecta significativamente el impacto que
puede generar en cuanto a la salud física y mental del usuario y el daño al medio ambiente, lo
que nos invita a reflexionar si el rol como diseñadores nos permite hacer un cambio en
nuestros procesos de trabajo para generar un impacto positivo en los usuarios a los que nos
dirijimos, Margolin. V. (2012) habla de que “la intención principal del diseño social es la
satisfacción de las necesidades humanas”, sabemos muy bien que en el mercado existen
muchos productos que lo logran, pero también que van dirigidos a un público muy general,
dejando de lado a las comunidades de personas en estado de vulnerabilidad, ya sea por bajos
ingresos, edad, salud o discapacidad; podemos pensar entonces que el trabajo interdisciplinar
que requiere el diseño puede ser útil para lograr un análisis más profundo acerca de los
usuarios que van a adquirir su producto, estas disciplinas en el caso del diseño social pueden
ser trabajo social, psicología, antropología, entre otras, que tienen en común el propósito y la
responsabilidad de mejorar la calidad de vida de las personas y desde su propia área van a
aportar información útil para el desarrollo adecuado del diseño social de un producto, es así
entonces que el “Diseño Social”, debe reconocerse que es usado con mayor consenso para
apuntar directamente al interés de la práctica, producto o proceso de diseño, que se centra en
problemas, necesidades y reacciones de grupos de personas, comunidades o ciudadanos.
Bastidas, A. y Martínez, H. R. (2016), de lo mencionado anteriormente, podemos decir que si
el principal objetivo es centrarse en problemas y necesidades de las personas, es obligatorio
hacer uso de herramientas que permitan probar qué tan funcional para el usuario es nuestro
producto diseñado, para esto existen muchas metodologías sin embargo, hablaremos
específicamente del diseño centrado en el usuario (DCU) que consiste en incluir dentro del
proceso de diseño la opinión del usuario en base a sus necesidades, características y metas.

El DCU está directamente relacionado con el Human centred design, que ha sido
adoptado por el ISO 9241-210 – Human-centred design processes for interactive systems,
donde el estándar explica 6 principios que se deben tener en cuenta en un proceso de diseño e
indica que requiere de un trabajo interdisciplinar, los 6 principios son: El diseño está basado
en una comprensión explícita de usuarios, tareas y entornos, los usuarios están involucrados
durante el diseño y el desarrollo, el diseño está dirigido y refinado por evaluaciones centradas
en usuarios, el proceso es iterativo, el diseño está dirigido a toda la experiencia del usuario y
el equipo de diseño incluye habilidades y perspectivas multidisciplinares. Sánchez, J (2011).
En base a estos principios el diseño centrado en el usuario debe incluir en todo el proceso a
un grupo de usuarios que cumplan con las características que se definen para el público
objetivo y así obtener un resultado transparente y eficaz. Esta metodología en muchas
ocasiones ha sido nombrada como una “filosofía de diseño”, pues se supone que es la manera
más idónea para abordar un problema de diseño y resolverlo desde un punto de vista objetivo
y no solo realizar los productos u objetos por la relevancia de la “estética” o las tendencias, se
va en busca de ir más allá de lo que podemos hacer normalmente frente a estas situaciones.
Hay muchas formas de testear el producto con los usuarios, las más utilizadas son pruebas de
usabilidad con los usuarios y recolección de feedback de los usuarios, estas pueden ser
realizadas al mismo tiempo y con varios usuarios en el lugar, todo depende del tipo de
producto que se vaya a presentar, el éxito del testeo está en que los encargados de la prueba
tomen nota de todos los detalles que se observen en el momento, el acercamiento del
producto, las primeras interpretaciones del usuario, la facilidad de manipulación, las
expresiones faciales (frutración, aceptación, etc), el tiempo transcurrido entre el primer
acercamiento y la interpretación completa del objeto, estas muestras pueden ser tomadas en
notas, video, audio o fotografía, todo lo que pueda servir para retroalimentar el trabajo y
mejorar las fallas si las hay.

Explicamos el desarrollo de estos dos métodos del diseño para que en este punto ya podamos
reflexionar cómo pueden trabajar juntos y en qué se beneficia la productuvidad del proceso
de diseño, entonces si ya hemos mencionado que el diseño social está en busca de aportar
productos a la sociedad que suplan las necesidades sociales, el método utilizado en el proceso
de diseño debe ser enfocado específicamente el usuario, Margolin. V (2012) explica que
“Para crear nuevos productos, los diseñadores tienen que realizar investigaciones sobre cómo
traducir sus ideas en diseños terminados. Así, están obligados a evaluar tales productos en
situaciones reales para probar su eficacia”, y aquí es donde el Diseño centrado en el usuario
juega un papel muy importante, porque al ser una metodología iterativa, obliga siempre al
diseñador a consultar con los usuarios y probar sus prototipos una y otra vez hasta que este
sea totalmente adecuado.

Si el enfoque del diseño social, son los grupos sociales con necesidades específicas
(comportamientos inadecuados, discapacidad, posición económica, entre otros), con los
productos diseñados se debe buscar la transformación o mejoramiento de alguna manera de
las necesidades, por ejemplo cambiar un comportamiento nocivo dentro de una comunidad en
cuánto a la apropiación o respeto por los demás habitantes, es allí donde la participación del
usuario para lograr esto es sumamente importante, por esta razón el diseño centrado en el
usuario nos permite obtener todas estas interacciones con las comunidades y el diseñador
puede aportar al desencadenamiento y apoyo del cambio social.
Bibliografía:

1. Bastidas, A., & Martínez, H. R. (2016). Diseño social: Tendencias, enfoques y campos
de acción. Arquetipo, (13), 89-113.

2. Margolin, V. (2015). Un “modelo social” de diseño: cuestiones de práctica e


investigación. Revista Kepes, 61-71.

3. Sánchez, J. (2011). En busca del Diseño Centrado en el Usuario (DCU): definiciones,


técnicas y una propuesta.

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