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Desde la mirada Europea, puntualmente para el caso de nuestro actual país, los
colonizadores fueron los españoles, que llegaban al “nuevo”???? territorio portando
concepciones, ideología propia y formas de ver y entender el mundo… Acá podemos
resaltar que el acontecimiento del 12 de octubre de 1492 es considerado por muchos
historiadores como el inicio de la Modernidad…
La Edad Moderna tiene características marcadas que podrán servirnos para comprender
mejor lo acontecido… Recordemos que todos los hechos enunciados son parte de un
proceso amplio y complejo que no se produce en un determinado momento, sino que son
procesos entrelazados multicausales. Recuperemos algunos de ellos:
Se fortaleció la monarquía como sistema político. Los reyes desarrollaron estrategias que
les permitieron concentrar en su persona cada vez más el poder.
En Europa, principalmente a partir del siglo XVII, se produjo una explosión demográfica que
amplío la población y si bien, la mayor parte de la población continuó siendo rural, fue
importante el crecimiento de las ciudades. Comienzo de una nueva clase social: la
Burguesía.
Para el Siglo XVIII, surgen las ideas de la Ilustración o Iluminismo, difundidas entre la
Burguesía en ascenso y sectores de la aristocracia. Sus cuestionamientos sobre los
privilegios de sangre fueron los principios de la Revolución Francesa (1789 - Fin de la
Modernidad) que terminó con la monarquía absolutista. La difusión de sus
cuestionamientos al poder político vigente y de la idea de igualdad de las personas
ante la ley fue una influencia importante para los criollos americanos, quienes tomaron
estos principios como estandarte para guiar las revoluciones independentistas de las
colonias europeas.
Revolución Industrial en Inglaterra (1760 aprox) que posibilitó el desarrollo del comercio a
nivel mundial (debido a la gran capacidad de producción y a las innovaciones en el
transporte por tierra y marítimo). Esta revolución dio paso a las revoluciones agrícolas,
demográficas y burguesas.
Y por estos lugares, qué ocurría??? El actual territorio americano estaba habitado por
diversas sociedades y culturas, organizadas de distintas maneras, algunas más
estructuradas y otras no tanto… Es decir, organizadas en distintos grados de
complejidad sociocultural, desde simples grupos nómadas hasta imperios militaristas,
pasando por tribus, señoríos y estados. Para el siglo XV, la vida cultural en el territorio era
intensa pero podía observarse algunas diferencias. Puntualmente, podemos ver tres
grandes imperios que se habían establecido en ciudades y tenían una gran
organización política, económica y cultural: Mayas (últimos vestigios de esta población),
Aztecas (ambos en la zona de Mesoamérica, que abarca en la actualidad los territorios que
van desde México hasta parte de Centroamérica) e Incas (zona Andina: Chile y parte del
Noroeste Argentino). Estos imperios se habían ampliado por medio de la colonización de
territorios y la incorporación de nuevas poblaciones, imponiendo (en muchos casos) su
propia cultura e idiosincrasia, de esa forma alcanzaron un alto grado de organización de sus
estructuras e instituciones y un gran desarrollo cultural. En este sentido, estos pueblos
desarrollaron prácticas educativas sistemáticas y lograron institucionalizar sus
procesos educativos. Tanto en el caso de los aztecas como en el de los Incas, hay una
importante participación del estado. En el caso azteca, esto se evidencia en la existencia de
establecimientos que sirven para formar, por un lado, una elite dirigente y por el otro,
atender las necesidades de los grupos sociales mayoritarios. En el caso de Los Incas,
existía un sistema de enseñanza rígidamente organizado y estratificado que respondía al
modelo de valores y requerimientos del propio sistema incaico al que asistían solo los
sectores privilegiados. La gran mayoría de la población participaba del sistema educativo
informal, recibiendo a través de sus padres una enseñanza práctica.
Por otro lado, los pueblos de América del Sur, poseían un conjunto de saberes
importantes, no tan estructurados como los habitantes de los grandes imperios, pero estos
conocimientos eran transmitidos de forma sistemática sin llegar a institucionalizarse.
Una transmisión de conocimientos que se realiza de manera informal pero que cumple el
sentido que posee cualquier otro sistema educativo. Poco a poco, estos pueblos
comenzaban a complejizar sus prácticas educativas debido al paso del nomadismo al
sedentarismo.
Podemos observar que, a lo ancho y largo del territorio americano podíamos encontrar un
gran mestizaje cultural. La llegada de los españoles al continente americano, implicó el
comienzo de una etapa de exploración y “conquista” del continente. A lo largo de todo el
siglo XVI y XVII, no dejaron de llegar a América misiones exploradoras y de fundación.
En un tiempo, que podemos considerar relativamente corto, los “hombres blancos”
lograron someter a casi todos los pueblos originarios que habitaban el continente
americano. Es cierto que muchos de esos pueblos resistieron el avance español; sobre
todo, aquellos que no poseían una organización social tan compleja y que se trasladaban de
un lugar a otro ofreciendo constante pelea.
La trascendencia de estos episodios para las sociedades nativas fue enorme. Su visión del
mundo se modificó a partir de estos hechos. Los españoles se propusieron la destrucción
de las creencias de los pueblos conquistados y su reemplazo por la religión cristiana.
Hasta el siglo XVIII estos fueron los únicos virreinatos dentro del extenso imperio español
en América pero desde aquel entonces se sumaron el de Nueva Granada , que incluyó los
actuales países de Colombia, Panamá y parte de Perú; y el Virreinato del Río de la Plata
(1776) que incluyó los actuales territorios de Argentina, Bolivia, Paraguay, parte de Perú,
parte de Chile, Uruguay y sur de Brasil .
Con el objetivo de reservarse el absoluto control del comercio con las colonias y excluir de
él a los otros países europeos, España impuso un régimen comercial de tipo monopólico. El
encarecimiento de los precios de las mercaderías, la excesiva tardanza en llegar a los
lugares más alejados, su deterioro y la avidez de las potencias enemigas de España
(Inglaterra y Portugal) por capturar sus mercados contribuyó al fracaso del sistema y al
mismo tiempo favoreció la práctica generalizada del contrabando.
El rol de la iglesia
Si bien la corona debía autorizar su establecimiento, una vez otorgado el permiso, los
religiosos tomaban todas las decisiones para organizar la vida social, económica y cultural
de los aborígenes. Las misiones se ubicaron en zonas de frontera, como en el norte de
México o en el límite entre Hispanoamérica y el Brasil, en lo que es hoy territorio argentino,
uruguayo y paraguayo.
Aunque muchas órdenes establecieron misiones, las que más se destacaron fueron las de
la Compañía de Jesús (Jesuitas), que llegó a ejercer el control sobre amplios territorios. En
1767, los jesuitas fueron expulsados de España y de las colonias americanas, por
decisión del monarca español Carlos III quien consideraba que los misioneros habían
acumulado demasiado poder.
Estas nuevas ideas se circunscribían a un ámbito muy limitado y si bien las nuevas elites
dirigentes propiciaban desde los gobiernos revolucionarios que las leyes, constituciones y
reglamentaciones las incluyeran, se producía una frecuente contradicción entre las
propuestas legales y la realidad.
Entre 1810 y 1853, el conjunto de pueblos que luego formarían parte de la República
Argentina no contaron con un gobierno central, ni se pusieron de acuerdo en la
sanción de una constitución que los uniera.
Durante estos años, los enfrentamientos políticos expresaban problemas más profundos
que correspondían a las oposiciones que se generaban entre los grupos sociales, los
intereses provinciales o regionales y las diferencias que se producían entre el campo y la
ciudad. Los intentos por construir un Estado unificado resultaron en su gran mayoría
amplios fracasos.
Sin embargo, los enfrentamientos no cesaron. Las tendencias políticas autonomistas en los
primeros años de vida independiente lograron afianzarse ya que la realidad económica
bonaerense era más que beneficiosa. El Estado provincial contaba con los recursos que
provenían de la Aduana, lo que le permitió suscribir empréstitos y lograr que el público
acepte el papel moneda emitido por su propio banco. El clima de prosperidad económica
benefició a los sectores mercantiles y ganaderos de la provincia. Sin embargo, en 1859, se
produjo el previsible enfrentamiento entre ambos estados (la Confederación y la provincia
de Buenos Aires), en la batalla de Cepeda.
Las fuerzas confederadas, comandadas por Urquiza, negociaron con el ejército provincial
dirigido por Bartolomé Mitre la firma del Pacto de San José de Flores. En él se establecía la
incorporación gradual de Buenos Aires al resto de la Confederación. Recién en 1860,
Buenos Aires acepta la Constitución de 1853, aunque se deja en suspenso el tratamiento de
la nacionalización de la Aduana y la federalización de la ciudad de Buenos Aires.
Y a nivel educativo….
Las fracturas propias del proceso revolucionario, las tensiones políticas y los
cambios institucionales atentaban contra la construcción de un sistema educativo
con un cierto nivel de estabilidad. La falta de recursos tanto económicos como humanos
van a permitir la implementación de un método educativo que busca resolver esas
dificultades: el método lancasteriano. Este método, permitió impartir educación básica a
un número de niñxs simultáneamente apelando a un solo docente, apoyado también en lxs
estudiantes monitores. Esto explica el éxito de este sistema durante un largo periodo de la
historia educativa latinoamericana.
Una de las manifestaciones inmediatas que tuvo la nueva política educativa estuvo en la
erradicación de los castigos corporales y también el reemplazo de los Catecismos: no
en su forma (recurso didáctico elaborado en base a preguntas y respuestas breves,
memorizables), pero sí en su contenido: a los religiosos/monárquicos sucedieron los
político/patrióticos.
Si bien en la primera mitad del Siglo XIX en los países independizados se mantuvo la
vigencia de los ideales iluministas y los líderes revolucionarios impulsaron la educación
escolar desde propuestas políticas, necesidades utilitarias y múltiples iniciativas que se
intentaron implementar, las condiciones de la realidad no eran propicias: las sociedades
hispanoamericanas no eran todavía sociedades suficientemente modernizadas, los
estados no habían alcanzado su plena configuración y los recursos pedagógicos eran
insuficientes.
Desde Europa y Estados Unidos llegaban las propuestas de sus incipientes sistemas
educativos. En Francia se desarrollaba un sistema educativo escolar de base y estructura
tradicional, piramidal, en donde las Universidades tenían el control y organización del resto
del sistema. Este sistema se articulaba y se sostenía desde la Iglesia y la Familia como
instituciones fundamentales de enseñanza. Pero la burguesía, que comenzaba a ocupar el
escenario social, político y económico, comienza a reclamar un sistema de educación para
intelectuales, profesionales y una educación que difunda la cultura del progreso. Comienzan
así, a gestarse los sistemas educativos que apuntan a una educación masiva, la
capacitación para el trabajo industrial, la paulatina separación de la religión y la educación
(proceso de secularización de la educación), la articulación entre escuelas, la figura del
Estado como garante de la educación pública… comienza una modernización pedagógica
tanto en Europa como en Estados Unidos, con alto impacto en latinoamérica.