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CARLOS ALVARADO Y EL PROGRE MEXICANO: EVOCACIÓN DESDE "LA LEJANÍA"

REGIOMONTANA.

Por Ángel Sánchez Borges

He dicho por ahí y por allá que la importancia del Rock Progresivo Mexicano radica en cuatro
cosas.

Uno, que enmedio de la prohibición al rock en este país se arriesgaron a crear músicas
diversas y abrieron los oídos y las mentes a las posibilidades artísticas del rock, por ende
dieron un paso a que en México se fuese dando la apertura a estos y otros sonidos,
beneficiaron a todos los rockeros sobre todo porque se entendió que rock mexicano era cultura
mexicana, esto llevó el rock precisamente a espacios como las universidades, las librerías, los
museos, las galerías de arte y se legitimó, salió del hoyo fonki para pasar a formar parte de la
oferta cultural primero de la ciudad de México y luego de otras ciudades.

Dos. Que los progresivos mexicanos no sólo fueron a buscar las audiencias que los
escucharan, almas gemelas que estuvieran interesados en aquellos sonidos, sino que formaron
a sus públicos, los ejemplos son el caso de Walter Schmidt como periodista y Carlos Alvarado,
recién fallecido, como vendedor de discos y videos en El Chopo.

Tres. Sus producciones; los progres mexicanos trabajaron arduamente para grabar discos,
hacerlos como se pudiera, en horas muertas de los estudios, a escondidas de los dueños,
sobre cintas regrabadas una y otra vez o en masters que debían de borrarse una vez que se
mandaran a prensar las grabaciones. Es por eso que no hay prácticamente ningún disco de
rock progresivo mexicano de los '70 u '80 del que haya un master para de ahí mejorar y renovar
el sonido como sucede con la música en otros lares.

Cuatro, como consecuencia de esto, los progresivos mexicanos contribuyeron mucho a la


gestación de una Cultura Independiente en México; no sólo crearon su música, sino que
imaginaron caminos no transitados para que esta pudiese divulgarse en el país y en el
extranjero. En eso también fueron pioneros, conectaron con iniciativas del mundo, compañías
de discos y distribuidoras para que el progre mexicano fuese considerado parte del movimiento
internacional. Hoy en día, en países como Grecia, según me contaba mi amigo melómano
Joseal Macedo, las tiendas de discos tienen hasta una sección especial para el Progre
Mexicano.

Hoy podemos oir estos discos y pensar que bueno, no están tan interesantes como
pensábamos, o están mal grabados, o son copias de los sonidos que hicieron tales o cuales
bandas europeas, etc. Pero perdemos el punto, la verdad es que en casi todos los discos del
Progre Mexicano hay una genuinidad, una búsqueda de autenticidad, un desmarque de lo ya
intentado en otros lugares y una perspectiva seria de incidir en la música pero sobre todo de
representar una parte de la creación mexicana, un compromiso porque esta música fuese
claramente una aportación de lo mexicano a la cultura sónica del mundo.
Qué bellos y siempre sorpresivos álbums son esas rarezas de Flüght, Rolando Chía, Nazca, el
primer Arturo Meza y Knol Voldarepet y claro los emblemáticos de Decibel, Iconoclasta, varios
momentos de Chac Mool. La grandiosa Banda Elástica, etc. Ahora finalmente se ha editado el
disco pendiente de El Queso Sagrado y hace tiempo se pudieron oir las grabaciones
recopiladas de Música y Contra Cultura. De ahí hasta los discos quizás más populares como
los de Jorge Reyes de electrónica y sonidos prehispánicos, que trascendieron en el mundo. El
progre mexicano no ha dejado de ser significativo y tener oídos dispuestos a escucharlo.

Una quinta y más personal relevancia del Progre Mexicano sería el ejemplo que supuso para
otros músicos de otros ámbitos, en mi caso el regiomontano, pero se que lo mismo me dirán
Robert Proco y Sergio Torres respecto a Tijuana y Profesor Juan Antonio de Guadalajara. En
aquellos ochenta, leer de rock progresivo mexicano, mexperimental music y otros sonidos
underground, en las revistas nacionales como Conecte y Sonido prendió la mecha y el ansia de
hacer música se apoderó de algunos de nosotros; hay que explicarle a las nuevas audiencias
que en aquel momento decidir hacerse músico y armarse de valor y de dinero para equiparse y
ponerse a componer "música rara" era prácticamente un suicidio. La familia te iba a fustigar, tus
amigos no iban a agarrar la onda, no había realmente ninguna esperanza que la pudieras tocar
en vivo y menos grabar, pero aquel ejemplo mostraba que se podía hacer camino al andar.

Nos entristece mucho justo a los influídos por esta camada de música mexicana la muerte de
Carlos Alvarado, que ahora se une desgraciadamente a la lista de rockeros progresivos
mexicanos muertos en los últimos años: Jorge Reyes, al Capitán Pijama y por qué no, a Illy
Bleeding que aunque punk, tiene mucho que ver con esta generación. Yo sigo soñando con
poder algún día hacer una serie de TV para Netflix o similares que hable pues del Rock
Progresivo Mexicano, con mayúsculas, y saldar la deuda que tenemos con estos músicos 1,
porque si hoy tenemos una nutrida escena de música independiente y heterodoxa en este país
, una parte sustancial de ello se lo debemos a que esta gente existió en México.

1
En Inglaterra saldrá este año un libro que supone una reconsideración crítica de la escena del Prog
Británico, se llama A New Day Yesterday de Mike Barnes, el cual incluso antes de ser publicado ha
creado ya un debate en la prensa musical británica, sobre todo porque después de un periodo de des
valoración del rock progresivo a nivel mundial, vuelve a comprenderse su aportación y la importancia de
su herencia en la música de hoy.

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