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Félix Márquez
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Chris Rod Esta revista contó con el apoyo de
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Christopher Rodríguez Ahedo (Chris Rod, 1987) es un artista


multidisciplinario que utiliza el dibujo como punto de partida
para explorar múltiples áreas del arte. Ha desarrollado su vo-
cación de manera autodidacta desde temprana edad y lejos
de la academia. Su formación se ha enriquecido con el con-
tacto y el aprendizaje colaborativo con distintos colectivos y La presentación, disposición y demás
características de esta obra son propiedad de
artistas del país. Sus obras presentan influencia de la pintura Larvaria bajo la licencia Creative Commons
indígena, escultura y las artes gráficas como la litografía, xilo- atribución no comercial 2.5 México. Esta obra
grafía, etc. Ha expuesto en Oaxaca, Tijuana y US. Actualmen- puede reproducirse o transmitirse total o parcial,
mediante cualquier sistema o método electrónico
te se encuentra en Tijuana desarrollando un nuevo periodo o mecánico de recuperación y almacenamiento de
creativo. Pintor, escultor, director, diseñador y productor. información, citando la fuente.
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Putxs todxs

La psicoanalista me preguntó por qué no me fui


por qué no lo aventé por qué no me levanté
“¡pero sí me levanté al baño a limpiarme y a llorar!” pensé.
Así como me levanté de su diván sin poder detenerme
le rogué que no me dejara ir así, empapada en llanto
me di cuenta de que me violó
yo sentí que yo me violé, me traicioné
¿por qué no me fui, por qué no me levanté?
“¡pero sí me levanté al baño a limpiarme y a llorar!” pensé.

Me hice su novia unos meses, él me adoraba, yo le rompí el corazón


Me hice su novia unos meses porque amortiguaba la violación
Si es mi novio no me puede violar
Yo me lo cogía con rabia, me lo cogía muy bien.
Como siempre he sabido coger (a mí nadie me sabe coger, solo yo me sé coger).
Hasta que ya no pude.
Yo quería sodomizarlo. Yo quería violarlo.
Violé su amor hacia mí, lo destrocé.
El imbécil me escribía poemas.
Se sentía Bukowski, como si Bukowski fuera bueno.
Qué pena, qué vergüenza.

Lo dejé.
¿por qué no me fui, por qué no me levanté?
Sé muy bien que es porque crecí saludando señores “de beso”
“oye debes ser educada qué van a decir las visitas, saluda por favor”
“oye debes ser educada ve a jugar con tu primo”
el primo me tocaba las piernas y me besaba pero yo debía ser educada
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desde ahí no me fui, no me levanté.


No me levanté al baño a limpiarme y a llorar, pensé.

El primo me decía, en la habitación de mi abuela, que me dejara penetrar


Me dio miedo, aunque no fuera educada.
Me fui, me levanté.

Los hombres me decían que me dejara penetrar


Me besaban para que me dejara penetrar
Me besaban mientras me penetraban
Yo pensaba que estaba bien
Yo pensaba que esto se hacía
Que yo lo disfrutaba
Que yo lo quería

Los hombres me pusieron algo en la cerveza


para penetrarme por otros lugares
yo pensaba que estaba bien
que yo lo disfrutaba
qué van a decir las visitas
dónde está mi educación
no me voy, no me levanto
no me levanto 25 años

El primo me decía, en la habitación de mi abuela, que me dejara penetrar


Me dio miedo, aunque no fuera educada.
Me fui, me levanté.
Pero ya nunca más pude volver a hacerlo.

Diana Sapa / cdmj, 1990


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He visto a la melancolía por la ventana del bus de las siete quince,


llevaba los audífonos puestos,
los hombres contraídos y los ojos cerrados.
Fingía dormir.
Qué hacía levantada tan temprano
yendo hacia no sé qué parte,
escapando de la luz de la mañana.

Las noches en las que dormimos juntos


hay un rubor en sus mejillas regordetas,
pero esta mañana tenía un aspecto cadavérico.
Estaba arrinconada en su asiento
pegada a la ventana
como si le fuera prohibido estar en cualquier lado.
Hay algo de crueldad en ese rechazo:
Prohibida la melancolía de ocho a siete
en las escuelas y la vía pública.

El bus se alejó y le perdí la vista


y el deseo de volver al refugio de su cama
se volvió más grande,
porque sé que es mentira,
Dios no ayuda a los que madrugan,
él también tiene ojeras y el semblante triste.

Ricardo González Castillo


San Nicolás de los Garza / Nuevo León, 1997
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Herencia

Los insomnes arbustos, 


desgajados se inclinan hacia el sol
buscando alguna hendija por la que respirar;
los árboles podados de mi infancia,
especímenes muertos por la sed,
insustanciales, grises, desnutridos,
 extensiones de un dolor camuflado,
muecas que no resplandecieron,
sordera crónica de los mejores años,
frustraciones y vértigo pululando al unísono,
en espera, quizás, de la bonanza.
Así son. 
Desprovistos y enclenques        
continúan batallando sin cesar,
 la mordida y la plaga 
los torturaron irremisiblemente; 
crecerán enfermizos, sin color,
y las generaciones portarán sus cadáveres en sí,
darán frutos amargos
que se desecarán antes de procrear.
Éste es mi bosque,
y respirar
es el único acto libre que me queda.

Claudia Alemán / Cuba, 1982


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Larvas

¿Envueltos en sus trajes sastres están las larvas?


Sí, retorciéndose lentamente en el cadáver de la vida.
Están atrapadas en sus trabajos, obligaciones y la rutina.
¿Son partículas de dolor, prisioneros sin alma?

En sus cubículos se mueven como peces en agonía,


en la red de la resignación y hielo del arrepentimiento.
¿Las futuras mariposas han muerto en el viento?
Porque, no hay peor dolor que una vida no vivida.

Fukuro Tsuitachi, / Salamanca, Guanajuato, 1986


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Mala Madre

Brilla como el sol


pero se siente carnero.
Algo se dañó en mí,
ahora tengo dos cabezas.
Lo merezco,
pero ya pedí perdón.
¿Dejarle ser?
pero si no soy dueña ni de mi propia vida.
Hay una parte que está mal,
el resto no lo merece.
Té de Ruda dijeron mis ancestras.
Ruda en la mañana,
Ruda antes de acostarme.
Hay un río que fluye a mis espaldas,
es el sonido de un secreto a voces.
Nadie me da la cara,
no me ven a los ojos.
Puede que tomara el té
muy pesado.

Melissa Valverde Gamboa / Costa Rica, 1996


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Verás la bacha
Caminar la colonia pobreza nunca
buenos aires entre viaducto nos faltará
y ejetrés sorteando la mostaza será
autopartes y jóvenes nuestra fugaz
activos despacito conciencia
dice la banda de clase única
sonora biopolítica parece
de este episodio decir esa bacha
inaudible al agachar que recogerás
la cabeza y sin miramientos
verás la bacha matarás joven
de proporciones nada intelectual
despreciables de noche
abandonada ahí en casa
como alarde antes
de abundancia mejor de leer
que no se note a marx

Martín Cinzano / Ecuador, 1977


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Menorrea

Tomen, pero no beban todos de ella


que esta es la sangre de mi cuerpo
Sangre derramada por mí,
No por él, no por nosotros.
Sangre de la alianza,
Y la perpetua condena,
No del costado,
Pero que, en sus lapsos de presencia,
Con el mismo ardor aqueja.
Sangre inmaculada,
Preciosa mensajera
De ausencia de vida
Inhibiendo de penas
Encomendada a la mujer,
Para nacer, brotar y correr entre sus piernas.

Valeria de la Torre Solís / Mezquitic, Jalisco, 1999


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Aguanta corazón

Jamás te desearía mal alguno,


por más que mi corazón paralítico,
amaestrado con un dolor prolífico,
quisiera ganarle al karma oportuno.

De sobra está decir que mi futuro,


cuando me enteré que tu calor íntimo
tenía promoción de dos por uno,
le pesó hasta mi sistema límbico,

pues el instinto o mi vil confianza


me dictó a no cubrirme contigo.
De alguna forma queda la esperanza

que si mi prueba da el positivo,


mi corazón obtendrá su venganza
y a los tres nos quedará podrido.

Yobany García Medina / Estado de Méjico, 1988


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The Sims
¿Google, estoy en un juego?
¿Alguien más está manipulando los controles?
Los griegos le llamaban Destino,
los musulmanes Allah
pero yo me encuentro aquí, preguntándole
histérico a mi celular
si estoy en un juego,
porque sé que escuchas.
Y pienso que si te das cuenta
que me di cuenta
me llamarás y me llevarás
entre tus filas de iluminados
para jugar también
con el simulacro.
Román Sánchez Carrillo
Ciudad de Méjico, 1996

De la RAE y sus efectos dañinos


Si la gramática sigue como va
inmovilizando
el baile y el grito-
no habrá apocalipsis.
Seremos una isla fosforescente que se hunde
en el lago oscuro del universo
que nos esforzamos en ignorar.

Y no habrá violines ni bailes.


Habrá correcciones del final. 
Pablo Romero Barboza
Pérez Zeledón, Costa Rica, 1995
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Es como una cubeta de lombrices


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y ahora no puede decirse más: que se escurren en la cercana muerte
la vida ya no alcanza a extenderse, bañada entre la tierra más maldita
es como una cubeta de lombrices y el ataque de nuevos predadores

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exiliadas/os al penúltimo infierno, que en lo oscuro se funden con la nada
de la cruel tierra en la que nos sembraron, en sueños de cal y mugre de entierro
para ahogarse en el aire y el agua cuando no existen vigores aislados

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que enredan en el cuerpo un mal presagio como si nos abandonara todo
lapidado en lo que nadie comprende en lo que creemos desde el inicio
y desde adentro invaden los desgarres por los implacables
resentimientos
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destinados a ser la vil carnada
de un dios que algún monstruo más concibió
para frenar la soledad y el miedo

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porque nos hemos rehusado al deceso,
a morir atrapados en el fondo
de otro puñado de templados cantos

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en la ruina de esta funesta vida
que no siempre nos recuerda que todo
es como una cubeta de lombrices

Christian Anguiano / Guadalajara, Jalisco, 1993


16

Flemington Encierra Inocentes


Padre ejemplar,
el menor de tres hermanos,
futuro brillante:
soldador,
transportista,
¿comerciante?

A finales del 2000,


el dinero se convirtió en una polilla
que consumía
la comida,
los servicios básicos,
las deudas.

Con la mesa vacía,


dos meses sin electricidad
y tres niñas que lloran,
noviembre se lo llevó mojado.

Treinta dos días después de su partida,


su esposa lo dio por muerto, con todo y novenario.

Diciembre saludó a la puerta


con una carta,
seguida por una llamada telefónica,
¡por fin, llegó a New Jersey!
(Lástima que no todos reviven como Lázaro)
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Tres años,
dos meses,
cuatro días
y seis horas
(perdidas)
para abrir la puerta
y encontrar unas desconocidas
a las que nunca volvería a hablarles.

Morir espiritualmente
exige camuflarse en trabajos de horas extras
y salir a beber por las noches,
para llegar y llorar con pesadillas
riendo a sus espaldas.

Tres lustros invisibles ante sus ojos


le cuentan en secreto
lo que fue de su vida:
fotografías en paredes manchadas,
cartas y tarjetas del día del padre,
un oxidado anillo de matrimonio
y el viaje a la playa que nunca sucedió.

Él pide ayuda
para salir de esa oscura prisión.

-¡Abuelo, despierta! Dibujé nuestra familia para ti.

Katherine Quirós Bonilla


Costa RicA, 1996
18

Te iba a escribir un poema


Te iba a escribir un poema,
Pero me acordé de que ya no tengo 13 años 
De que no sirvo para las rimas
Y de que ya nadie escribe esas cosas
A menos que les paguen
O que sí sepan escribir
Y pues aparte, qué vergüenza
Al chile

Luego se me iba a ocurrir pura cursilería


De que me pierdo en tus ojos y me hechiza tu sonrisa
Rimas baratas
Four letter words
Los mismos versos típicos
Que cualquiera te escribiría
Con papel, pluma, lápiz, dedos, teclado
Tu imagen en su cabeza
Y diez minutos de tiempo libre

Y aparte, para qué le hago al pendejo


No me pierdo en tus ojos
Ni me hechiza tu sonrisa
No me fascinas
No me encantas
No me enamoras
Tienes ojos comunes
Y no te ríes particularmente bonito
La verdad

No sabría qué escribirte


Qué cosas mencionar
Qué palabras usar
Que te describan
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Que suenen poéticas


Y que aparte tengan no sé cuántas sílabas por línea y una cantidad fija de
renglones y una estructura de rima predefinida por no sé qué poeta caducado
Pinche madre

Te iba a escribir un poema, pero


¿Para qué?
Si tanta hueva nos dan
Los poemas de amor

Mario Iván Mares Torres / Matamoros, Tamaulipas, 1997


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Ansiedad
Deseo deseo arrancarme el cráneo
arrancarme el cráneo con mis propias uñas
con mis propias uñas con mis propias uñas
escarbar hasta mi cerebro
escarbar hasta mis nudos
que no se dejan de pensar
no se dejan de pensar no se dejan de pensar
Deseo deseo devorarme las manos
devorarme las manos una y otra vez
una y otra vez una y otra vez
hasta que el dolor me duerma
hasta que la dentadura se me trabe
con cada una de mis obras
que no se dejan de pensar
no se dejan de pensar no se dejan de pensar
Deseo deseo hartarme de clavos
hartarme de clavos y masticarlos
masticarlos y masticarlos
para crucificar mi lengua
para crucificar mis dientes
que no se dejan de pensar
no se dejan de pensar no se dejan de pensar
Rápido más rápido
rápido cada vez más rápido
RÁPIDO
Todo va cada vez más rápido
tan rápido que solo pienso en moverme
moverme moverme y moverme
moverme hasta que no haya necesidad de moverse
Todo va cada vez más rápido
tan rápido que solo me muevo para pensarme
pensarme pensarme y pensarme
pensarme hasta que no haya necesidad de pensarse
hasta que mis pensamientos ya no me acorralen
hasta que pueda encontrar ese lejano oasis:
tranquilidad. Ariel F. Cambronero Zumbado /
Costa Rica, 1993
21

Diosa olvidada
Pasajeras de transporte público
doblamos en la curva del olvido
y nos alejamos de la calle
donde te encuentras perdida.

En la lucidez de la locura
enteramente tuya
octogenaria estatua
zapatos de lodo,
cabellos,
mente,
corazón,
senos,
pubis,
rodilla
desnudos
con un fondo como túnica
proteges
la piel curtida
pegada al hueso.

Caminas con dignidad,


nosotras
te vemos y
quedamos desnudas
por el temor a la vejez y al olvido.
Por la ruta del Alzheimer
esquina con la Quinta norte.
deambulas errática
mirada al cielo sin nubes.

Karla Barajas / Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, 1982


22

Sexting
¿Quieres una foto mía? 
Estoy jodida bebé.
Ya apagué la luz
pero me describiré.
Tengo la lengua suelta 
y hasta el vientre 
porque me suicide ayer.
Un hombre me dijo que mi cintura
era muy ancha para sus manos
y tiene razón, soy en general
muy grande para él.
En mis mejillas hay huellas
de unicornios negros y apesadumbrados
cabalgaron hasta mis pechos
están pequeños
son dos uvas que sobraron
del martes de oferta.
Mi vientre es flácido
como la verga de los tipos
que dijeron que me amaban
que me amaron con los parpados
cerrados en la luz 
abiertos en la oscuridad
hay un puente en mis encías 
por ahí calo el filtro de mis Pall Mall XL.
Fumo cuando me siento triste
y cuando me duele la garganta
desearía dejar de fumar.
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Otra cosa, 
¡Seguro!
Tengo las posaderas planas
porque escribo mil cosas al día 
y escribo mucho
sobre ti y sobre los otros
y espero mucho
a que las cosas sean distintas 
cuando me levante.
¿Para que quieres una foto mía?
Estoy jodida bebe
y sola
jodidamente sola.

Karenina Cano, Ciudad Juárez /


Chihuahua, 1990.
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