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Ejemplos de alegoría cortos: "La vida moderna"

Un ejemplo breve de alegoría.


En literatura, la alegoría es una composición con sentido simbólico, con la intención
didáctica de ilustrar un concepto abstracto. En este cuento ofrecemos un ejemplo corto de
una alegoría para representar las costumbres de la vida actual. Y de cómo ésta gira en torno
a las pantallas de nuestros celulares.
Los habitantes del planeta Cilindria (llamados cilindrios) viven en pequeños cilindros
blindados, con ruedas, motores y brazos mecánicos, que los aíslan individualmente y los
mantienen perfectamente protegidos. No saben exactamente cuáles son los peligros que los
acechan fuera de los cilindros, debido a que llevan tantas generaciones viviendo en ellos.
Pero entre los habitantes comentan que el aire es irrespirable y que hay extrañas criaturas
dispuestas a atacarlos sin misericordia. Dentro de sus cilindros se sienten muy seguros y a
salvo de cualquier amenaza.

Los cilindrios interactúan con su entorno a través de pantallas que les muestran una versión
informativa de lo que hay a su alrededor. Cuando un cilindrio llega a un lugar -por ejemplo,
un restaurante- en su pantalla aparece una descripción detallada del lugar (publicada por el
propietario del mismo). También aparecen algunas imágenes, y opiniones arbitrarias de
otros cilindrios que han pasado anteriormente por el mismo lugar. El cilindrio confía
plenamente en la veracidad de la información que aparece en su pantalla.

Si un cilindrio se aproxima a otro cilindrio, en sus respectivas pantallas aparecen los


nombres del otro, las imágenes públicas de cada uno, descripciones de sus formas de ser,
gustos, relaciones familiares, etc. Obviamente, son auto-descripciones, es decir, cada
cilindrio elige describirse a sí mismo como más le gusta; y el que lee la información tiene la
certeza de que es verídica. Curiosamente, los cilindrios no temen dar a conocer
públicamente información personal que podría ser utilizada por estafadores u otros
delincuentes, puesto que consideran que, al habitar en sus cilindros, están a salvo de
cualquier peligro.

Aparece el conflicto
En una ocasión, a un inquieto cilindrio llamado Manuel se le descompuso la pantalla.
Obviamente ningún cilindrio puede vivir sin su pantalla, por lo que inmediatamente solicitó
servicio técnico. Pero el tiempo estimado de atención era de media hora, y Manuel no
quería esperar tanto. Mientras esperaba ansioso la llegada del servicio técnico, notó una
rendija en la tapa de su cilindro por la que se colaba un haz de luz intensa. Impulsado por la
curiosidad, llevó su mano hasta esa rendija, empujó apenas la tapa de su cilindro y con
sorpresa notó que ésta cedía fácilmente. Entonces la empujó más decididamente y la abrió
por completo.

La intensa luz que invadió el interior de su cilindro lo dejó casi ciego durante unos
segundos. Pero en cuanto pudo ver, se asomó al exterior y contempló un panorama
sorprendente: muy arriba de su cabeza se extendía una gigantesca bóveda de color celeste,
salpicada por copos de algodón blanco. En el centro de esa bóveda, una bola de fuego con
una luz tan intensa que resultaba imposible mirarla directamente. Bajó su vista al terreno, y
a su alrededor vio que había innumerables objetos cilíndricos moviéndose en patrones
aparentemente erráticos. Notó que a su nariz llegaban olores que no podía identificar.

Preso de un gran temor, Manuel volvió a meterse en su cilindro y a taparlo lo mejor que
pudo, mientras esperaba inmóvil la llegada del servicio técnico. Se dijo a sí mismo que
nunca más tendría la osadía de asomarse fuera de su querido y acogedor cilindro.

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