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UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA

CUNOROC
Técnico en producción Frutícola

Estudiante:

Allan Josué Hernández Galindo 201843185

Curso:

Bioquimica

Ingeniero:

Osiel

16/10/19
Los nutrientes son sustancias contenidas en los alimentos, que son necesarias para vivir.
Se dividen en dos grupos: MACRONUTRIENTES Y MICRONUTRIENTES.

LOS MACRONUTRIENTES

La cantidad de nutrientes que contiene el suelo va a determinar el potencial que tiene este
para alimentar los cultivos que se desarrollarán sobre él. El hecho de cultivar hace que se
agoten los nutrientes del suelo que pasan a formar parte de las plantas. Por eso es
necesario fertilizar el suelo, para reponer los nutrientes que han sido extraídos.
Se suelen clasificar los nutrientes en Macro y Micronutrientes bajo un criterio de cantidad
que precisan los cultivos de cada uno de ellos y su presencia en las plantas, pero no
debemos pensar que los micronutrientes, por necesitar menos cantidad, son menos
importantes para el desarrollo correcto de los cultivos. Las deficiencias en micronutrientes
se tienen poco en cuenta, por el contrario, se presta más atención a los macronutrientes
NPK (Nitrógeno, Fósforo y Potasio), dando como resultado carencias importantes, daños
en cosechas, malos desarrollos en los cultivos. De ahí que también se denominen a los
micronutrientes como oligoelementos (poca cantidad pero imprescindibles).

Macronutrientes del suelo: Nitrógeno (N), Fósforo (P), Potasio (K), Calcio (Ca),
Magnesio (Mg), Azufre (S).

Micronutrientes del suelo: Hierro (Fe), Zinc (Zn), Manganeso (Mn), Boro (B), Cobre
(Cu), Molibdeno (Mo), Cloro (Cl).

En este artículo repasaremos las funciones en los cultivos de los macronutrintes,


quedando las de los micronutrientes para un posterior artículo.

Macronutrientes:

Nitrógeno (N): Es el nutriente que favorece el desarrollo de la parte aérea de las plantas
y proporciona el color verde a las hojas. Por lo tando las deficiencias en Nitrógeno derivan
en cultivos de plantas débiles, pálidas con lo cual la productividad del cultivo queda
mermado.

Fósforo (P): Es un nutriente importante por estar implicado en numerosas funciones en


las plantas. Podemos destacar, entre todas ellas, que es el componente esencial en las
enzimas vegetales implicadas en la transferencia de energía de los procesos metabólicos,
presente en los ácidos nucleicos, azúcares y ácido fítico, participa en la fotosíntesis y
respiración, es un componente esencial en la membrana celular, favorece el desarrollo
radicular, durante la floración favorece la maduración de los frutos, Cuando este es
deficiente, la planta es más débil, no crece al mismo ritmo, no desarrolla sus raíces, se
retrasa la floración y la maduración de los frutos y las plantas son menos resistentes al
frío.

Potasio (P): También es muy importante en el metabolismo de las plantas. Controla la


respiración abriendo y cerrando los estomas y actuando sobre los cloroplastos, en la
fotosíntesis. Participa en la movilización de los azúcares desde las hojas a zonas de
almacenaje (semillas, tubérculos, etc,…). Mejora el sabor de los frutos, aumenta la
resistencia de las plantas a enfermedades, parásitos y heladas. Cuando el potasio es
deficiente, toda la planta está flácida y las hojas parecen viejas y se amarillean desde los
bordes. Las plantas suele romper o partir por culpa de la flacidez y son más propensas a
enfermedades.

Calcio (Ca): Es un nutriente necesario para que la planta pueda absorber otros
nutrientes. Forma parte de la estructura de la pared celular vegetal. Forma parte de
enzimas vegetales y fito hormonas. Favorece la resistencia a altas temperaturas. También
mejora la resistencia a enfermedades y afecta a las propiedades organolépticas de los
frutos.

Magnesio (Mg): El magnesio participa en todas las reacciones químicas del metabolismo
de las plantas, especialmente en los procesos de fosforilación y energía. También forma
parte de la pared celular vegetal y ayuda a la acumulación de vitamina C y ácido cítrico,
valorado en frutos y verduras.

Azufre (S): Cuando hay azufre, mejoran las funciones del nitrógeno. Vital en la síntesis de
proteínas, en las reacciones enzimáticas del metabolismo energético y de ácidos grasos.
Componente de la vitamina B1 y forma parte de sustancias que la planta posee como
defensa.

LOS MICRONUTRIENTES

Es bastante común pensar en los fertilizantes como en alimentos de las plantas, y en


nuestro caso particular, de los cultivos alimentarios. Lo cierto es que, aunque los
fertilizantes aportan nutrientes al suelo o medio de cultivo, haciéndolos mas o menos
disponibles para las plantas, ahí termina la relación. ¿Dirías tú que las vitaminas y
suplementos que algunas personas consumen a diario u ocasionalmente constituyen su
alimento? Probablemente no; de la misma manera, los fertilizantes, o bien los nutrientes
que éstos aportan, tampoco deben considerarse como alimentos.

En realidad, no es posible alimentar a los cultivos. Las plantas producen su propio


alimento a través de la fotosíntesis, un proceso que utiliza la energía del sol (y en
ocasiones de otra fuente de energía artificial) para crear azúcar a partir del dióxido de
carbono (CO2) y el agua (H2O), así que, si quieren pensar que sus plantas “comen” algo,
esa comida es la luz.

Todos los cultivos requieren elementos minerales para desarrollarse adecuadamente.


Estos elementos, comparables a los suplementos vitamínicos, son esenciales, son los
mismos para todas las plantas, y la mayoría suelen estar presentes en el entorno natural
de crecimiento.

Los tres primeros – carbono, oxígeno e hidrógeno – proceden del agua y del
CO2 ambiental, por lo que no debemos preocuparnos de aportarlos. Es cierto que algunos
productores de invernadero suministran CO2 adicional como estrategia de producción;
esta es una decisión que cada operación debe considerar aisladamente en función de sus
condiciones específicas y objetivos de rendimiento y calidad.

Los 13 elementos minerales restantes suelen encontrarse en el suelo y se dividen en tres


grupos, con base en las cantidades relativas que usan las plantas: macronutrientes o
elementos primarios (N, P, K), nutrientes secundarios (Ca, Mg, S) y micronutrientes o
elementos traza (B, Cl, Cu, Fe, Mn, Mo, Zn, Ni y otros), que son el objeto de este artículo.

Los micronutrientes son esenciales

Los micronutrientes son elementos que los cultivos requieren en bajas cantidades, y su
clasificación en cuanto a su esencialidad, pueden variar en función del cultivo. Debido a la
imprecisión y amplitud de ciertas definiciones, se ha dado en llamar “micronutrientes” a los
elementos traza que son esenciales.

Un elemento es esencial cuando su deficiencia origina invariablemente la disminución de


una función fisiológica hasta condiciones subóptimas, revirtiéndose esta situación cuando
el nutriente es suministrado en cantidades adecuadas [Mertz, 1981]. La carencia del
elemento esencial debe producir alteraciones estructurales y fisiológicas similares en las
diferentes especies vegetales; es decir, que las alteraciones producidas por la deficiencia
deben ser independientes de la especie vegetal.

La importancia de los micronutrientes se hace más patente en cultivos intensivos, ya que,


en este caso, la deficiencia de estos elementos afectaría – no solo al rendimiento – sino a
factores de calidad que podrían impactar considerablemente en el valor de mercado de
los productos; de ahí el interés de los productores de hortalizas y otros cultivos de alto
valor en estos nutrientes.
¿Para qué sirven los micronutrientes?

Cada micronutriente esencial contribuye a una función diferente, y no necesariamente con


el mismo impacto en cada cultivo. Es importante destacar que tanto la carencia como el
exceso de un micronutriente determinado, podrían significar la pérdida parcial o total de
su cultivo. Por esta razón, es importante realizar análisis de suelo, de agua y de tejido
para evaluar, no sólo las necesidades iniciales, sino una posible acumulación que
revertiría efectos no deseados. Veamos las funciones principales de cada micronutriente a
continuación.

 Boro (B). Contribuye a la integridad estructural y funcional de las membranas


celulares. Por ello, es importante en los puntos de rápido crecimiento y estructuras
reproductivas. Es importante destacar que el margen entre carencia y exceso es
muy estrecho, por lo que la precisión es clave en la aplicación de este elemento.
 Cloro (Cl). Es clave en la regulación estomática, necesaria en la liberación de
humedad en periodos de estrés hídrico. Interviene en la ruptura química del agua
en presencia de luz y activa varios sistemas enzimáticos.
 Cobre (Cu). Activa las enzimas y cataliza reacciones en varios procesos de
crecimiento del cultivo. La presencia de Cu se asocia a la producción de vitamina
A y contribuye a asegurar el éxito en la síntesis de proteínas.
 Fierro (Fe). Es esencial para el crecimiento del cultivo y para la producción de
alimento (catalizador en la formación de clorofila), ya que forma parte de muchas
enzimas responsables de la transferencia de energía, reducción y fijación de
nitrógeno, y formación de lignina.
 Manganeso (Mn). Activa varias reacciones metabólicas importantes y desempeña
una función directa en la fotosíntesis. Por esta razón, los expertos opinan que
acelera la germinación y maduración, al tiempo que incrementa la disponibilidad
de fósforo (P) y calcio (Ca).
 Molibdeno (Mo). Es requerido para la síntesis y actividad de la enzima nitrato
reductasa y vital para el proceso de fijación simbiótica del nitrógeno por las
bacterias rizobios en las raíces de leguminosas.
 Níquel (Ni). Es importante en el metabolismo del nitrógeno en los cultivos, ya que
forma parte de la enzima ureasa, fundamental en la conversión de urea en amonio
en el tejido vegetal.
 Zinc (Zn). Es fundamental para obtener un alto rendimiento de cultivos, ya que es
requerido en la síntesis de proteínas y en procesos de crecimiento.
Los micronutrientes son sin duda importantes en la nutrición de los cultivos, pero antes de
iniciar la aplicación de los mismos, ya sea mediante una mezcla fertilizante o en aplicación
separada, es importante realizar pruebas del tejido y del suelo, o en su caso, ajustes a la
solución nutritiva, siempre bajo la supervisión de un experto en el manejo integrado de
cultivos.

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