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Hay algo inquietante y es que la inmensa mayoría de la gente considera tan amenazadora
la idea del cambio, que intenta negar su existencia.
La gente no puede mantenerse al ritmo de los cambios, ni en sus propios campos de acción.
Muchos procesos sociales (en cuanto a población, ciudades, energía, crecimiento
económico, etc.) se están acelerando de un modo impresionante, y no existe un modo
absoluto de medir el cambio. Antes el cambio era tan lento que pasaba inadvertido durante
la vida de una persona, hoy el ritmo del cambio se ha acelerado tanto que nuestra
imaginación no puede concebirlo. Este cambio acelerado habrá de producir un gran impacto
en los habito, creencias y conceptos, jamas en la historia se transformaron tan radicalmente
estos aspectos en tan breve periodo de tiempo. Algunos se resisten al cambio, otros se
sienten inquietos y piensan que el cambio escapa de todo control.
El motor tecnológico
Un muy importante motor del cambio, aunque no el único, es la tecnología (que involucra
técnicas además de máquinas y fabricas). La innovación tecnológica se compone de tres
fases enlazadas: la idea creadora y factible; su aplicación práctica y su difusión en la
sociedad. Y el proceso termina cuando esta nueva tecnología ayuda a engendrar nuevas
ideas creadoras. Actualmente el tiempo entre c/u de las fases se acorta cada vez más.
El flujo de situaciones
Cosas
Lugar
Gente
Localización en la red organizada de la Sociedad.
Contexto de ideas.
A partir de ellas se puede analizar cada situación y además tiene una dimensión aparte que
es la duración, la aceleración del cambio abrevia la duración y apresura su paso por el canal
de la experiencia. La creciente velocidad viene a complicar, multiplicando la cantidad de
roles que debemos representar y la cantidad de opciones (complejidad), hay menos tiempo
para un examen prolongado de un problema, además de eso se le agrega la novedad que
complica las cosas.
El hecho de que distintas situaciones se asemejan entre si es lo que nos permite aprender
de la experiencia, pero la aceleración del cambio hace que cada vez más las situaciones
del presente no se asemejen a las del pasado, haciendo poco útil a la experiencia. Así el
grado creciente de cambio nos obliga a enfrentarnos con más y más situaciones a las que
no se puede aplicar la experiencia personal anterior. Y las implicaciones psicológicas son
explosivas.
Para sobrevivir al shock del futuro, el individuo debe convertirse en un ser infinitamente más
adaptable y sagaz que en cualquier tiempo anterior, es decir debe comprender la
transitoriedad.