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ZAMORA
SENTENCIA: 00004/2020
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Presidente Ilmo. Sr.
Don PEDRO JESÚS GARCÍA GARZÓN
Magistradas Ilmas. Sras.
Dª ESTHER GONZÁLEZ GONZÁLEZ
Dª ANA DESCALZO PINO
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Esta Audiencia Provincial, compuesta por Don Pedro Jesús García Garzón,
como Presidente, Doña Esther González González y Doña Ana Descalzo Pino,
Magistradas ha pronunciado
SENTENCIA Nº 4
La Audiencia Provincial de esta capital, integrada por los Ilmos. Sres. don
Jesús Pérez Serna, Presidente, don Pedro Jesús García Garzón y doña Esther
González González, Magistradas, ha visto la causa de las anotaciones del margen,
procedente del Juzgado de Instrucción nº 2 de los de Zamora, seguida por delito
Contra la ordenación del territorio, siendo acusados Don PABLO PELÁEZ VEGA,
ANTECEDENTES DE HECHO
Tercero.- Las defensas de los acusados Pablo Peláez Vega y Julia Domínguez
González, calificaron los hechos como no constitutivos de delito alguno y, por tanto, no
puede hablarse ni de autoría ni de circunstancias modificativas de la Responsabilidad
Criminal, procediendo la libre absolución de los mismos y la defensa de Roberto
Cisneros Sanabria, calificó los hechos como no constitutivos de delito , y
subsidiariamente y de acreditarse la participación de mi principal en los hechos,
concurrirá la circunstancia de no haberse cometido con dolo; no se ha acreditado el
elemento subjetivo del injusto que preconiza el artículo 404 CP, al no existir delito no
existe autor y no concurren circunstancias modificativas de la responsabilidad
criminal y Subsidiariamente y de apreciarse la existencia de delito, se solicita la
eximente del artículo 14.1 (error de tipo) o subsidiariamente las atenuantes de: 1.-
Reparación del daño (pues como refiere la acusación “Durante la instrucción de la
presente causa, el acusado, Roberto Cisneros,, con fecha 9 de enero de 2018, dictó
Providencia para revisión de oficio de la licencia e incoación de expediente para
determinar si existe lesividad en el acto de concesión y el posterior ejercicio de la
acción de nulidad en vía contencioso-administrativa” y 2.-Atenuante de error no
eximente del artículo 14.3 CP, procediendo la libre absolución del acusado y la
declaración de las costas de oficio.
HECHOS PROBADOS
Se trata, como decimos, del error como causa de exclusión del dolo -error de
tipo - o como presupuesto excluyente de la culpabilidad –error de prohibición
Por ello, en el art. 14, se describe, en los dos primeros números, el error del
tipo que supone el conocimiento equivocado o juicio falso sobre alguno o todos los
elementos descritos por el tipo delictivo (núm. 1), y a su vez, puede ser vencible o
invencible, o sobre circunstancias del tipo, que lo cualifiquen o agraven (núm. 2);
por tanto el error sobre cualquier elemento del tipo, es decir, el desconocimiento de
la concurrencia de un elemento definitorio dela prohibición legal de esa conducta,
excluye en todo caso el dolo, ya que ésta requiere conocimiento de todos los
elementos del tipo de injusto, elementos descriptivos, valorativos y normativos. De
manera que el dolo se excluye por un error que impide al autor conocer el peligro
concreto de realización del resultado típico o de los hechos constitutivos de la
infracción (STS 1254/2005, de 18 de octubre), y en el nº 3 el error de prohibición,
que la jurisprudencia ( SSTS 336/2009, de 2 de abril y 266/2012, de 3 de abril), ha
señalado que éste se constituye, como reverso de la conciencia de la antijuridicidad,
como un elemento constitutivo de la culpabilidad y exige que el autor de la
infracción penal concreta ignore que su conducta es contraria a derecho, o,
expresado de otro modo, que actúe en la creencia de estar obrando lícitamente. No
cabe extenderlo a los supuestos en los que el autor cree que la sanción penal era de
menor gravedad, y tampoco a los supuestos de desconocimiento de la norma
concreta infringida, y únicamente se excluye, o atenúa, la responsabilidad cuando
se cree obra conforme a derecho. Además, el error de `prohibición no puede
confundirse con la situación de duda, puesta ésta no es compatible con la esencia dl
error que es la creencia errónea, de manera que no habrá situación de error de
prohibición cuando existe duda sobre la licitud del hecho y decide actuar de forma
delictiva, existiendo en estos supuestos culpabilidad de la misma manera que el dolo
eventual supone el propio desvalor que la acción dolosa.
Por otra parte, para excluir el error no se requiere que el agente tenga
seguridad respecto a su proceder antijurídico, bastando que tenga conciencia de la
antijuridicidad, o al menos sospecha de lo que es un proceder contrario a
Derecho ( STS 29 de noviembre de 1994), de la misma manera y en otras
palabras (SSTS 12.12.1991, 16.3.1994, y 17.4.1995) que basta con que se tenga
conciencia de una alta probabilidad de antijuricidad, no la seguridad absoluta del
incorrecto proceder.
Dicho todo lo cual, las conductas referidas en el artículo 319 del Código Penal
solo de castigan cuando hayan sido cometidas en forma dolosa, si bien basta el
conocimiento eventual de los elementos del tipo. La comisión Imprudente no se
castiga, en virtud de la regla de punición de la imprudencia (artículo 12 CP).
Por todo lo cual, no existe dolo de ninguno de los dos acusados, pues solicitan
la licencia urbanística acompañando el Proyecto Básico de Ejecución, que no pone
ningún reparo, sino todo contrario, a la construcción de la nave para aperos de
labranza, lo que permite a los acusados confiar, pues el Arquitecto Superior no deja
de ser un técnico experto y con experiencia en la realización de proyectos de
ejecución de edificaciones, para cuya realización necesitan hacer un previo estudio de
la normativa urbanística aplicable a los terrenos donde se pretende realizar la
edificación, en que la edificación que pretende construir, proyectada por el
Arquitecto, respeta la normativa urbanística de la zona.
Además, pese a que sin duda tuvieron conocimiento del informe desfavorable
de los Servicios Técnicos de la Diputación Provincial al otorgamiento de la licencia
urbanística de construcción de la nave de aperos de labranza, en los cuales se
detallaban las razones jurídicas para su denegación, el nuevo informe del Arquitecto
que confeccionó el proyecto básico refutando los argumentos jurídicos expresados
por el Servicio técnico de la Diputación Provincial de Zamora, reforzaba si cabe aún
más la íntima convicción de los acusados de que la edificación proyectada se ajustaba
a la legalidad urbanística.
Pero, sobre todo, excluye el dolo de los acusados el hecho del otorgamiento de
la licencia de obra por el alcalde, pese a que los informes obrantes en el expediente
administrativo fueran desfavorables a su concesión, pues en definitiva, es el garante
del cumplimiento de la legalidad.
Los requisitos del delito de prevaricación específica del artículo 320.2 del
Código Penal castiga a la autoridad o funcionario público que, a sabiendas de su
injusticia, dictare una resolución arbitraria concediendo, -que es el supuesto objeto
de este proceso- una licencia contraria la ordenación territorial u urbanística vigente.
Se trata de una figura penal que constituye un delito especial propio, en cuanto
solamente puede ser cometido por los funcionarios públicos (art. 24 CP) y cuyo bien
jurídico protegido no es otro que el correcto funcionamiento de la Administración
pública, en cuanto debe estar dirigida a la satisfacción de los intereses generales de
los ciudadanos, con pleno sometimiento a la ley y al Derecho (varts. 9.1 y103 CE), de
modo que se respete la exigencia constitucional de garantía de los principios de
legalidad, de seguridad jurídica y de interdicción de la arbitrariedad de los poderes
públicos (art. 9.3 CE). Y, además, ha de haberse dictado la resolución administrativa
que sea contraria a las normas en materia de ordenación del territorio o urbanística
vigente y
Señala el art. 319.3 del CP señala: "en cualquier caso, los Jueces o Tribunales,
motivadamente, podrán ordenar, a cargo del autor del hecho, la demolición de la
obra, sin perjuicio de las indemnizaciones debidas a terceros de buena fe".
Según las SSTS 443/2013, de 22 de mayo, 529/2012, de 21 de junio;
901/2012, de 22 de noviembre y 816/2014, de 24 de noviembre, la demolición es
una consecuencia civil, una obligación de hacer, derivada del delito, que conecta con
los arts. 109 y ss. CP relativos a la reparación del daño. Esa reparación del daño
ocasionado por el delito (arts. 109, 110 y 112 CP) prevista con carácter general, se
revela como algo dotado de todo el sentido. Sin ello la voluntad del infractor
prevalecería sobre la de la ley. Tal debe ser la clave de lectura del art. 319.3 CP.
Contra esta sentencia, que no es firme, cabe recurso de apelación para ante la
Sala de lo Penal y Civil del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, dentro del
plazo de diez contados desde la última notificación.
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