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AGUIJON SOCIAL

ECONOMÍA NARANJA: LA CREATIVIDAD COMO SALIDA A LA CRISIS


ALFONSO SUAREZ ARIAS

“Exprimir al máximo la naranja y extraer su jugo, que sin dudarlo, nos dará desarrollo y progreso social”

En ese ejercicio del pensamiento libre aquel ciudadano de a pie, se propone por ver como se
desarrollaría la propuesta de la economía naranja, la que implantaría “el que dijo Uribe”, desde el solio de
Bolívar desde el día de su posesión. No se quedó solo en la ilustración de la fantástica fábula, sino que la
observó reflejada en una historieta con final feliz, presentada al auditorio como apología al ingenio y manejo
recursivo de la sociedad, narrando la historia de Marley —la prostituta— que ejerce su actividad en cierto
pueblo, donde los habitantes tuvieron que recurrir a créditos y empréstitos de bienes y servicios “entre sí
mismos”, para sortear la agobiante crisis económica, que recaía desde esos tiempos aciagos de Santos,
amanecida del saqueo corrupto y por regalar beneficios a diferentes cesionarios manirrotos y manirrotas.

Cualquier día lluvioso, se apareció en el único y mejor hotel establecido en el poblado, un —personaje—
con señales de portar una buena cantidad de dinero. Un protagonista extravagante y fachoso, cual
narcotraficante, que solícitamente pide —al hotelero— el consentimiento, para ojear las cómodas habitaciones
e instalaciones pictóricamente anunciadas, en las vetustas vallas promotoras, a la entrada de la pequeña
ciudad, y así decidir, sí se hospeda por unos días. Tal vez haya sido “Otoniel” el jefe criminal del “Clan del
golfo”, una de las más peligrosas bandas de narcotraficantes socias del “cartel de Sinaloa”. Lo cierto es que el
fachoso apuesta sobre el mostrador —un billete de 100mil, de los que pocos han visto y tienen los tres ceros y
la cara del expresidente Carlos Lleras, apodado “remache” o “el enano”, que encerró en sus casas a los
ciudadanos macondianos, a las seis de aquella tarde electoral del 19 de abril de 1970, mientras se
configuraban los resultados de la elección de Misael Pastrana y la derrota del general Rojas Pinilla—.

El visitante marchó a su recorrido. —El hotelero— eufórico y boquiabierto, toma el billete y trota diligente
hasta el negocio de —el carnicero— para acreditárselos, a “la cuenta del abasto”. Presuroso el matarife le
lleva el dinero —al ganadero, “cebador de novillos y cerdos”, quien se adelanta a reembolsarlo; al molinero:
“proveedor de alimentos para animales”. Éste último, se concreta con prontitud a buscar a Marley —la
prostituta—, quien “le ha proporcionado sus servicios en tiempos de crisis” y salda la cuenta, aunque un poco
tarde pero cumplido con el dicho: “—polvo echado polvo pagado—”

Con billete en mano, ligera de ropas sobre una braga de color bergamota y con la sensualidad propia que le
acompaña, la meretriz se enfila al hotel y amortiza el saldo débito, resultante de ratos y amanecidas con sus
clientes, y que últimamente no había podido finiquitar. Así que —el hotelero— toma el billete, y sanea la
deuda de —la prostituta—, justamente cuando aparece —el personaje— de marras, quien manifiesta no estar
convencido de las bondades hoteleras, y resuelve no hospedarse, rescatando del mostrador —el billete de
100mil— depositado inicialmente.

En el pueblo, tomaron consciencia de los apretones monetarios y de la incertidumbre del mañana. A pesar
de eso, siguen siendo optimistas del futuro económico y creen tener las herramientas para alcanzar los
objetivos pecuniarios a largo plazo. Si bien, ninguno se quedó con el dinero del “mafioso”, lograron sanear sus
deudas internas y ahora todos conviven de momento sin acreencias, pero quedó en claro que ¡hay más
confianza financiera! Todo, por la ofrendada participación de las particularidades y habilidades, de heroínas
como Marley —la prostituta— con sus sensuales ropajes de color naranja y el desvergonzado lavado de
fortunas ilegales, con el soterrado visto bueno de las autoridades, que le salen al paso, a las crisis
económicas.

alfonsosuarezarias@gmail.com @SUAREZALFONSO

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