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Preguntas detonadoras para niveles de lectura, a partir del texto de Julio

Cortázar: “Continuidad de los parques”.


Literales
¿Dónde leía la novela el personaje principal?
¿De qué material era el respaldo del sillón?
¿Cuántos personajes podemos encontrar en el relato?
¿Qué latía agazapada debajo del puñal?
Inferenciales
¿Se podría inferir del texto, que quién va a asaltar al hombre del sillón con un
cuchillo es?
¿Si el espacio geográfico y atmosférico en dónde transcurren los hechos confirma
que se dan las cuatro estaciones, qué estación sería?
¿Aproximadamente cuánto es el tiempo cronológico de la narración?
¿Podemos deducir que lo qué latía agazapado debajo del puñal era?
Analógicas o crítico intertextuales
En la película Inception (El origen) de Christopher Nolan, se nos narra que es
posible plantar una idea en la mente de una persona, incluso es posible estar en un
sueño, que está dentro de otro sueño que a la vez está dentro de otro sueño. ¿Qué
relación puede tener esta película con el relato de Cortázar?
El siguiente fragmento pertenece a un cuento de Juan Manuel Roca, llamado
“En el café”. ¿Qué posibles relaciones encuentras entre este y el texto de
Cortázar?
Cautiva de mí, presa de mí, exiliada de mí por artes de un hechizo, vivo en un
cuadro, en un café desvelado. Sé que el señor Gauguin en su lucha con el ángel
ganó el duelo y que en su lucha con el diablo lo perdió, pero en esa guerra aprendió
a vivir tras el claroscuro del tiempo. Como yo, Madame Ginoux, que soy parte
inmortal de su progenie […]
La verdad es que yo, Madame Ginoux, no conozco en detalle lo que rodea la
escena, pues estoy de espaldas al suceso. Sólo tengo por delante una mesa de
mármol más fría que esta galería del Museo en que reposo, y en ella una botella de
grifo, una copa esmerilada y a medio llenar, un pequeño plato con restos de una
mantequilla que aún, en este año de desgracias de 1999, no se hace rancia. Corre,
y no deja de correr ya nunca más, el año de 1888 en el que fui cautiva del pincel de
Gauguin, como si hubiera pinchado mi dedo en la rueca del sueño.

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