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LOS VERICUETOS
HISTÓRICOS DEL SIGNO

La semiótica tiene una historia larga e interesante.


Omar Calabrese

En este capítulo presentamos breve- mediante la reminiscencia de cosas que el


mente un panorama histórico de la no- alma había olvidado (“anámnesis”). Ense-
ción de signo y su evolución a lo largo de ñó que los objetos del mundo son estímu-
los siglos en el pensamiento occidental. los sensoriales que nos ayudan a recons-
Ese proceso merece nuestra atención, por- truir la verdad a través del recuerdo. Es
que ayuda a entender mejor y con más conocida la comparación utilizada por
profundidad las explicaciones que dare- Platón para explicar el proceso de nuestro
mos en el próximo capítulo cuando trate- conocimiento. Dice que nuestro modo de
mos específicamente el tema de la semió- recordar las ideas, es semejante a un gru-
tica de los signos. po de personas colocadas delante del fue-
go a la entrada de una caverna, y cuya luz
1. Los signos en la filosofía griega refleja sus sombras sobre las paredes de la
misma, esas sombras son las únicas seña-
En la cultura griega de la antigüedad, les borrosas que podemos adquirir de la
se hablaba de los signos dándoles al térmi- verdad trascendente de las ideas.1 Para
no diversos significados. El médico Hipó- Platón ese mundo trascendental de las
crates para referirse a los síntomas de una ideas constituye la realidad superior y ver-
enfermedad usaba la palabra “semeion” dadera, por el contrario, las cosas del
(signos); el filósofo Parménides indicaba mundo que perciben los sentidos, sólo
como signos las pruebas de verificación de producen opiniones más o menos falsas
algún hecho. de lo real y, en consecuencia, nos dan un
conocimiento imperfecto de la verdad. A
a) Platón
esta doctrina platónica se la conoce con el
Platón formuló su teoría del conoci- nombre de dualismo gsoseológico.
miento afirmando que la mente conoce

1 La República (Libro VII).


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b) Aristóteles real o esencial de los entes (realidad repre-


sentada), impresa en el alma del hombre.
La posición del filósofo Aristóteles En este sentido, Aristóteles introduce una
(año 320 A.C.), contrasta con la de Platón. concepción cognitiva del conocimiento
Afirma que es posible conocer la verdad, de las categorías. Sus ideas acerca de la re-
aunque hay grados de mayor o menor lación entre el lenguaje, el significado y la
acercamiento a la misma. Entre la verdad constitución de los entes en función de
y el error puede haber un espacio de in- una esencia, establecen también los linea-
certidumbre, de verosimilitud o de opi- mientos de lo que se conoce como teoría
niones. La retórica es la técnica y el arte clásica del significado.
para comunicar con claridad los argu- Al referirse a los signos, Aristóteles se
mentos y las explicaciones que hacen creí- da cuenta que éstos pueden ser de diversas
bles las cosas que queremos afirmar. En su clases. Por ejemplo, cuando trata de los
Retórica (Teknés retorikés) escrita hacia el entimemas, es decir, de aquellos silogis-
año 350 A.C., Aristóteles afirma que es mos que sólo constan de una oración an-
posible conocer la realidad mediante los tecedente y otra consecuente, dándose por
signos que tenemos de ella. Pero no iden- sobreentendida una de las premisas, utili-
tifica sin más las palabras de la lengua con za el término signo (semeion) para referir-
los signos. Las palabras sirven para darle se a los indicios o pruebas de alguna cosa:
nombres (ónoma) a las cosas, y en este “… es como si alguien dijera que es indi-
punto Aristóteles concuerda con Platón cio (semeion) de que alguien está enfermo
según el cual las palabras están en lugar de el tener fiebre, o de que ha parido el tener
las cosas. Sin embargo, las palabras o vo- leche, y eso es necesario; el cual es el úni-
cablos para Aristóteles no son signos (se- co entre los indicios que es argumento
meia), más bien se trata de símbolos (sím- concluyente, pues es el único que, si fuere
bola) destinados a reconocer los estados verdadero, es irrefutable.”3 En este contex-
interiores del alma, es decir, cumplen con to de los silogismos, es posible observar
la función de ser marcas para que la men- que la noción de indicio aparece como
te reconozca algo. Notemos como Aristó- una de las diversas formas o clase de sig-
teles establece la distinción entre signo lin- nos.
güístico, mente (alma, razón) y realidad En el citado texto Sobre la interpreta-
representada (o semejada) por el signo.2 ción, Aristóteles sostiene que las palabras
El lenguaje, en cuanto dimensión del en sí mismas no son ni verdaderas ni fal-
signo, nos permite expresar la definición

2 Ver el clásico texto de Aristóteles sobre el signo en: Sobre la Interpretación (‘Perí hermeneias’), 16, 5.
3 Aristótles: Retórica, 1357 b, 15. Utilizamos la edición bilingüe preparada por Antonio Tovar, Instituto
de Estudios Políticos - Madrid, 1971
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sas, sólo designan cosas y por eso son sím- los movimientos y la retórica del lenguaje,
bolos convencionales para nuestra mente. ni tampoco hace una clasificación clara de
En cambio, las proposiciones pueden ser los signos.
verdaderas o falsas, por cuanto en ellas se
enlazan las palabras para afirmar o negar c) Los estoicos
algo; en una proposición nuestra mente
pone en relación la expresión lingüística y El estudio del lenguaje y de la lógica
la verdad, es decir, el ónoma con el logos. acaparó grandemente la atención de los
Al inicio de Sobre la interpretación se en- filósofos estoicos de los siglos III y II A.C.,
cuentra esta célebre definición: “Las ex- que arrojaron nueva luz sobre la com-
presiones orales son símbolos, y las pala- prensión del signo. Su aporte consistió
bras escritas son símbolos de las palabras fundamentalmente, en intuir por primera
habladas…, pero todas ellas son signos vez -aunque no totalmente clara a causa
(semeia), son conceptos mentales igual de las premisas filosóficas en que basaron
para todos los hombres, de la misma ma- su pensamiento- la distinción entre signo,
nera que las cosas -que la lengua reprodu- significante y significado, casi anticipándo-
ce- son las mismas. Por naturaleza y según se a las modernas doctrinas semióticas.
su sonido, una palabra no tiene ningún Los estoicos se refieren al signo lin-
significado, sólo adquiere uno cuando se güístico como ente portador de un doble
convierte en símbolo, el significado que la componente: las palabras en cuanto ex-
convención establece.”4 Para Aristóteles, presión dicha, y el contenido de las mis-
pues, el signo es propiamente, la idea que mas. Ambos elementos se unen para refe-
tenemos en la mente y que, por ser uni- rirse a una realidad distinta, el referente.
versal, compartimos con nuestros seme- He aquí un texto famoso de Sexto Empí-
jantes. En forma convencional las pala- rico que explica la doctrina estoica al res-
bras representan los objetos: (“ta onómata pecto:5
simbola…ton pragmatón” = las palabras “Tres cosas se juntan: la cosa significa-
son símbolos de las cosas), y nuestra mente da, la significante y la que existe. De éstas,
capta la idea de las mismas. la cosa significante es la voz, por ejemplo
En conclusión, la reflexión de Aristóte- la palabra “Dión”; la cosa significada es el
les sobre el signo es rica, pero no logra de- mismo objeto que se indica, objeto que
finirla claramente en relación con todos nosotros percibimos en su presentación

4 Aristóteles: Sobre la interpretación (“Perí hermeneias”) 16: 1-10


5 Sexto Empírico fue un prolífico filósofo griego de principios del siglo III. Entre sus obras se cuenta Con-
tra los matemáticos (Pros tous matematicós), donde refuta a los lógicos naturalistas. En la segunda par-
te de esa obra se halla también recopilado el pensamiento y la doctrina de los estoicos. Los libros Con-
tra los matemáticos fueron traducidos al latín por G. Hervet y editados en 1718 en Amberes.
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real a través de nuestro pensamiento, de la realidad, menos consistente que el


mientras que los bárbaros (extranjeros), ser corpóreo y material. El signo para los
aunque escuchen la voz que lo indican, no estoicos, tiene entonces, un espesor débil,
lo comprenden; en fin, está lo que existe representa un ente imperfecto e inmate-
fuera de nosotros, por ejemplo Dión mis- rial, se reduce al lekton dicho y expresado
mo en persona. De estas tres cosas dos son por las palabras, su percepción es sólo
cuerpos, o sea, la voz y lo que existe real- mental y por tal motivo, representa un es-
mente, y una es incorpórea que es el obje- tado e cosas transitorio, aunque es inne-
to significado, y es lo expresado (lektón), y gable que -dentro del marco de la lógica
esto último puede ser verdadero o falso.”6 estoica- tiene validez semiótica.7
Aquí podemos observar que los estoi-
cos admitían -además de las cosas existen- 2. Pensadores del medioevo
tes y de las palabras significantes- otro ele-
mento: los contenidos del pensamiento, Vale la pena recoger las reflexiones so-
los significados que denominaban semai- bre el signo que hicieron algunos grandes
nómana y que consideraban meros lektá, filósofos cristianos medievales.
es decir, cosas expresadas, enunciadas o Comenzaremos por el original san
dichas, y que son incorpóreas (asómata). A Agustín, aunque él todavía no fue un
las lektá le asignaban poca importancia y hombre medieval, sino de la época del de-
las juzgaban imperfectas. ¿Por qué? Preci- cadente imperio romano.
samente por ser incorpóreas, por ser algo
a) Agustín. (354 – 430)
meramente conceptual, espiritual, no per-
ceptible a los sentidos. Recordemos que Un pilar importante en la historia de la
toda la filosofía de los estoicos parte de su reflexión sobre el signo fue San Agustín
visión materialista y corpórea de cuanto nacido en el norte de África, cuando ésta
existe. En consecuencia, lo perfecto son era una colonia romana. Agustín fue un
las cosas reales, concretas e individuales, agudo pensador y trató el tema del signo
mientras que el pensamiento y las ideas sobre todo en dos obras: De magistro (El
son universales y carecen de una existen- maestro) y De doctrina christiana (La doc-
cia real y particular. El lektón inmaterial trina cristiana). En la primera aborda el
como concepto (semainómenon), repre- tema del lenguaje humano verbal, y afir-
senta tan sólo un efecto, una consecuencia ma que en él se hacen presente tres ele-

6 Sexto Empírico: Contra los matemáticos. VIII, 11


7 Sobre el tema especifico del signo según los estoicos, véanse las reflexiones de U. Eco: Semiótica y filo-
sofía del lenguaje. Editorial Lumen, Barcelona, 1990 - págs. 45-50.
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mentos: la “locución” o sea, la palabra aparezca el humo. (...) Los signos conven-
proferida que manifiesta la voluntad de cionales son los que mutuamente se dan
significar algo; la “palabra interior” (ver- todos los vivientes para manifestar, en
bum) que expresa la vida del alma, y la cuanto le es posible, los movimientos del
“fuerza recursiva” mediante la cual la pa- alma, como son las sensaciones y los pen-
labra hace venir a la memoria las cosas samientos. No tenemos otra razón para
mismas (...facit venire in mentem res ip- señalar, es decir, dar un signo, sino el sacar
sas)8 y trasladar al ánimo del otro lo que tenía
En este marco y matriz del lenguaje, en el suyo aquel que dio tal señal.”10
Agustín desarrolla su noción del signo Agustín clasificó los signos de acuerdo
que describe de la siguiente manera: “El a los sentidos que reciben sus estímulos:
signo es toda cosa que – además de la fiso- “De los signos con que los hombres co-
nomía que en sí tiene y presenta a nues- munican entre sí sus pensamientos, unos
tros sentidos – hace que nos venga a la pertenecen al sentido de la vista, otros al
mente otra cosa distinta. Así cuando ve- del oído, muy pocos a los demás sentidos.
mos una huella pensamos que pasó un Efectivamente, al hacer una señal con la
animal que la imprimió; al ver el humo cabeza solamente damos signo a los ojos
conocemos que debajo hay fuego.”9 de la persona a quien queremos comuni-
Agustín estableció, además, la distin- car nuestra voluntad. También algunos
ción entre signos naturales y signos conven- dan a conocer no pocas cosas con el mo-
cionales, y con ella dio inicio a un sin fin vimiento de las manos: los cómicos con
de polémicas a lo largo de la historia has- los movimientos de todos sus miembros
ta el presente: “Los signos, unos son natu- dan signo a los espectadores, hablando ca-
rales y otros instituidos por los hombres. si con los ojos de quienes los miran. Las
Los naturales son aquellos que, sin elec- banderas e insignias militares declaran a
ción ni deseo alguno, hacen que se conoz- los ojos la voluntad del jefe, de modo que
ca mediante ellos, otra cosa fuera de lo todos estos signos son como ciertas pala-
que en sí son. El humo es señal de fuego, bras visibles. Los signos que pertenecen al
sin que él quiera significarlo; nosotros con oído, como dije antes, son mayor en nú-
la observación y la experiencia de las cosas mero y principalmente los constituyen las
comprobadas reconocemos que en tal lu- palabras.”11 Son precisamente las palabras
gar hay fuego, aunque allí únicamente de una lengua los signos convencionales

8 Este tema lo desarrolla con amplitud Valerio Cricco en su interesante trabajo: Semiótica agustiniana. El
diálogo El Maestro de San Agustín. Ed. Universidad de Morón, Buenos Aires, 2000, págs. 39-49.
9 San Agustín: De doctrina christiana. Lib. II, c. I, 1. Hemos utilizado la edición bilingüe preparada por
Balbino Martín. C.A.C. - Madrid 1969. En adelante las citas de Agustín son de este mismo volumen.
10 Ib. Lib. II, cap. II, 2. 3
11 Ib. Lib. II, cap. III, 4
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por excelencia, ya que no hay otros que Los pensadores cristianos del medioe-
tengan tanta extensión y fuerza como vo en sus reflexiones sobre los signos, bus-
ellas: “Las palabras han logrado ser entre caban elementos que manifestaran la ver-
los hombres los signos más principales dad de Dios. De ahí su interés en distin-
para dar a conocer todos los pensamien- guir entre el signo y el referente. Un enun-
tos del alma, siempre que cada uno quiera ciado es verdadero por la lógica interna
manifestarlos. (...) La innumerable multi- que lo sostiene, pero se refiere a algo fue-
tud de signos con que los hombres decla- ra del mismo, es la cosa exterior lo que ga-
ran sus pensamientos, se funda en las pa- rantiza la verdad de algo. Decía Anselmo
labras, pues toda esta clase de signos que de Aosta (1033-1109): “Una cosa es verda-
por encima he señalado, los pude dar a dera cuando existe la cosa que ella enun-
conocer con palabras, pero de ningún cia.”14
modo podría dar a entender las palabras Podemos decir que la escolástica me-
con aquellos signos”.12 dieval estaba construida como un saber
Las reflexiones de Agustín sobre los semiótico global que penetraba todo el
signos, sobre las palabras y la lengua, per- pensamiento filosófico. Era una construc-
mitieron en el futuro, construir toda una ción de ideas cuya tónica dominante la
teoría lingüística. constituía la reflexión sobre las represen-
taciones de la realidad. Los estudios mo-
b) El Medioevo dernos sobre los signos provienen de estas
raíces filosóficas medievales.
Los pensadores del medioevo recogie- Por razones de brevedad, aquí sólo re-
ron las ideas estoicas de los signos y pro- cordamos algunos autores y doctrinas se-
fundizaron con sumo interés su estudio. mióticas más relevantes.
Durante esos siglos dominaba en occiden-
te la filosofía escolástica, la cual reconocía Santo Tomás de Aquino (1225 – 1274)
tres ciencias: la ciencia natural, la filosofía
moral y la lógica, ésta última era la doctri- El estudio del lenguaje en Tomás de
na de los signos: Logica est doctrina prin- Aquino estuvo vinculado a su interés por
cipaliter de signis (“La lógica es principal- determinar qué son -en su núcleo esen-
mente la doctrina de los signos”).13 cial- las palabras, vehículos de acceso al
conocimiento de la realidad. Las palabras

12 Ib.
13 Frase del filósofo Leonino de Padua, citado por Wilfreid Nöth en “Panorama da semiótica, de Platâo a
Peirce”. Ed. Annablume, Sâo Paulo, 1998, p. 35
14 Anselmo de Aosta: De veritate, 11
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son una realización peculiar del signo, y su ne una significatividad indirecta, la pala-
función consiste en ser vehículo del cono- bra interna o concepto posee un significa-
cimiento ¿Y qué es un signo? Dice Tomás: do directo e inmediato, y ambas son sig-
Signo es aquello mediante lo cual alguien nos.
llega a conocer algo de otro.15 Aunque la
definición subraya el aspecto cognoscitivo Guillermo de Ockam (1280 – 1349)
del signo, sin embargo para Tomás de
Aquino el signo abarca un gran número Este fraile franciscano nació cerca de
de fenómenos. Son signos las palabras, Londres y estudió en Oxford. Más tarde
pero también los brotes de las plantas que fue titular de una cátedra de teología y
anuncian la primavera o el rubor del ros- pronto brilló por sus ideas. Acusado de
tro que denuncia el sentimiento de ver- sostener tesis de dudosa ortodoxia fue lla-
güenza. En cualquier caso, siempre son las mado a Aviñón -donde residía entonces la
palabras los signos por excelencia. Ellas corte papal- para responder ante un tri-
no son solamente vox, es decir, un sonido, bunal disciplinar. Tras abandonar Francia
pues también los animales emiten soni- se refugió en Pisa.
dos. Son verba (palabras), porque poseen Su principal obra donde trató el tema
un significado simbólico para otro que las del lenguaje es “Summa logicae” (1324).
escucha. En este punto Tomás sigue a Ockam fundamentó el conocimiento hu-
Aristóteles que consideraba a las palabras mano en la primacía de la experiencia in-
símbolos que nombraban las cosas. La pa- dividual. Denominó “conocimiento intui-
labra, entonces, es un símbolo significati- tivo” a aquel que poseemos de las cosas
vo destinado a comunicar conocimiento. concretas, existentes y contingentes. Este
Pero esto no es todo. En el signo-palabra es el conocimiento fundamental del cual
Tomás descubre algo que muchos siglos se adquieren a continuación todos los de-
después volvería a analizar Charles Peirce, más, también el llamado “conocimiento
y es que la palabra externa, es decir, la que abstractivo”, o sea, el referido a muchos
se dice y pronuncia (locutio), deriva de entes y que por tal motivo se hace univer-
una palabra previa, el concepto interior sal y necesario. Por tanto, sólo las ideas
que es un signo inmediato de las cosas. mentales y las cosas individuales son sufi-
Escribió Tomás de Aquino: Lo hablado es cientes para explicar las ideas generales.
un signo audible de un concepto interior.16 La relación objetiva entre esos conceptos y
Mientras la palabra exterior y hablada tie- la realidad exterior está asegurada por di-
versos niveles de similitud, que es uno de

15 Signun est per quod aliquis devenit in cognitionem alterius. -Summa Theologica I, 34,1
16 Locutio est signun audibile interioris conceptus. -Sum.Theol. II, II, 181,3
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los conceptos centrales de Ockam. Es esa distingue, pues, los signos como “térmi-
similitud la que nos permite explicar tam- nos mentales” de los signos en cuanto
bién la existencia del tipo general de obje- “términos orales y escritos” que son las
tos. En síntesis, para Ockam la realidad palabras. Los signos son ante todo “térmi-
sólo es particular e individual, y lo que lla- nos mentales” necesarios para compren-
mamos “ideas universales” sólo son der la realidad y comunicarnos. Las pala-
“nombres”, pues no hay esencias específi- bras que usamos a continuación son para
cas universales de los objetos. A éstos sólo designar objetos distintos de ellas. Todo
los designamos por medio de las palabras, “término mental” -afirma el filósofo- “...es
instrumentos de la mente humana me- una creación del alma, que por su natura-
diante la cual y con una serie de relaciones leza significa algo o consignifica algo, ca-
lógicas, se les otorga un estatuto universal. paz de formar parte de una proposición
Las ideas o conceptos sirven para aunar y mental.”17 Como vemos, Ockam tuvo una
sintetizar muchos entes individuales y cu- idea conceptualista del signo, como simi-
ya existencia con características similares litud entre las cosas y los conceptos por
nos dan el conocimiento intuitivo reitera- medio de una relación mental, no media-
do y que se suele llamar “concepto univer- tizada. El uso de las palabras como signos
sal”, porque lo genérico y abstracto no tie- es sólo para sustituir las cosas externas, lo
ne existencia. Este es el “nominalismo importante en cambio, es el acto del pen-
conceptualista” de Ockam y consiste en samiento, verdadero signo de carácter
que el efectivo conocimiento del intelecto mental.
es meramente individual. No hay ni entes El pensamiento nominalista de Ockam
ni leyes generales o universales. Sólo hay influenció profundamente la filosofía oc-
conceptos abstractivos que configuran cidental sobre el lenguaje. Lo veremos rea-
juicios generales en torno a múltiples se- parecer bajo nombres diversos en el pe-
res empíricamente conocidos. ríodo de la ilustración del siglo XVIII, y en
¿Y los signos qué son? Ockam afirmó nuestros días, en la llamada “filosofía del
que los signos sustituyen las cosas exter- lenguaje”, por ej. N. Goodman donde los
nas por un acto de pensamiento y que ese contenidos abstractos de los nombres, se
concepto mental -que él llama “término disuelven en meras construcciones lin-
mental”- junto con la palabra -denomina- güísticas, carentes de significaciones obje-
da “término oral o escrito”- es un signo; tivas.

17 Summa Logicae”. Además de distinguir entre “términos mentales” y términos orales y escritos”, Ockam
hace la diferencia entre términos “categoremáticos y sincategoremáticos”, términos “absolutos y conno-
tativos”.
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Juan de santo Tomás. (1589 – 1644) son ellos los que organizan nuestras expe-
riencias sensoriales y le dan forma a las
Fray Juan de Santo Tomás fue un do- comunicaciones intersubjetivas humanas.
minico portugués que llegó a ser un emi- Gracias a los signos podemos interactuar
nente profesor universitario. Sus obras con el mundo exterior, confrontarnos con
“De signis” y “Ars Logicae” contienen im- toda una red de fenómenos y de conoci-
portantes reflexiones sobre los signos, ha mientos que nos llegan de las cosas y de
tal punto que algunos estudiosos conside- las personas. Asimismo los signos son
ran que hizo de la semiótica una proble- también los instrumentos adecuados que
mática autónoma de la cual dependen to- permiten la articulación formal de las ar-
dos los demás tipos de conocimientos. Va- tes, de las ciencias y de la historia.
rias de sus ideas son precursoras de cono- El signo contiene, por tanto, dos face-
cimientos semióticos que sólo en el siglo tas, una instrumental, porque es un medio
XIX y XX volvieron a aparecer. y vehículo de comunicación, con una di-
Este filósofo al hablar del trabajo de la námica dirigida a los procesos de interac-
mente humana, observa lo siguiente: “el ción ; y otra faceta interior, formal y cog-
intelecto conoce por conceptos significa- nitiva, ya que el signo sirve para dirigir la
tivos que son expresados por sonidos sig- mente al conocimiento de las cosas, a dar-
nificativos, y en general todos los instru- se cuenta de lo que son en sí mismas, y así
mentos que usamos para conocer o hablar permitirnos una mejor adaptabilidad al
con signos; por tanto para que el Lógico mundo. Son los signos los que nos facul-
conozca con exactitud sus instrumentos, tan realizar en forma indirecta esas tareas,
es necesario que también conozca que es por la índole de mediación que poseen.
el signo. (...) Por eso me pareció mejor ex- Al inicio de su Ars Logicae, Juan de
presar ahora aquellas cosas destinadas a Santo Tomás dice que el signo es “aquello
exponer la naturaleza y la división de los que representa la potencia cognoscitiva de
signos.”18 alguna cosa diferente de sí”. Acá se marca
Al definir los signos como “los instru- una clara diferencia con la definición de
mentos que utilizamos para el conoci- San Agustín que consideraba el signo sólo
miento o para hablar” (omnia instrumen- en su carácter instrumental, como una
ta quibus ad cognoscendum et loquendum forma presente a los sentidos para hacer
utimur...) Juan de santo Tomás afirma que surgir otra cosa.

18 Juan de Santo Tomás: De signis.


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3. Siglos XVII y XVIII tros conocimientos; y los seres materiales


(res extensa), que caracteriza a toda la ma-
De estos siglos destacaremos algunos teria que ocupa un espacio.
hitos de interés para la semiótica. La mente o el alma humana (res cogi-
tans), tiene conciencia y libertad; posee
a) Descartes y Port-Royal desde el inicio un conjunto de ideas inna-
Para referirnos a las reflexiones teóri- tas, puestas por Dios que creó el espíritu
cas sobre el lenguaje y los signos del gru- humano con “ciertas semillas de verdades
po de Port-Royal, hay primero que men- que existen naturalmente en nuestras al-
cionar la importancia que tuvieron en la mas”. “Todas nuestras ideas o nociones
época moderna, las ideas y el pensamien- deben tener algún fundamento de verdad,
to del filosófico francés René Descartes ya que, de lo contrario, no sería posible
(1596-1650), cuyo amplio influjo se ex- que Dios...las hubiese puesto en noso-
tendió hasta la lingüística de F. Saussure a tros.”19
inicios del siglo XX. Sobre la base de estos presupuestos, se
Brevemente, entonces, hay que men- apoya el principio gnoseológico que da
cionar la tesis filosófica central de Descar- curso al conocimiento humano a través de
tes o Cartesio. Para este filósofo, la mente las ideas claras y distintas: “Habiendo ob-
humana es fundamentalmente idéntica en servado que en la proposición, pienso, lue-
todas las personas, y es la única guía que go existo, lo único que me asegura de que
debemos asumir en la búsqueda científi- digo la verdad es que veo muy claramente
ca, ya que, incluso los sentidos del cuerpo, que para pensar es necesario ser, juzgué
pueden fallar e inducirnos a error. Lo úni- que podía tomar como regla general que
co cierto y carente de toda duda o prejui- las cosas que concebimos muy clara y dis-
cio, es la existencia del yo pensante (= res tintamente, son todas verdaderas.”20
cogitans, yo existo en cuanto ser que pien- La división dualista establecida por
sa). Descartes opina que en el mundo hay Descartes entre mente - cuerpo, fue uno de
dos tipos de seres o sustancias: la sustan- los elementos que integró la corriente ra-
cia inmaterial que es el pensamiento (res cionalista, para sostener el postulado se-
cogitans), y que le da consistencia a nues- gún el cual la racionalidad deductiva es el

19 Descartes René: Discurso del método (1637). Edic. Aguilar, Buenos Aires, 1972. 6ª pte. p. 96; 4ª pte. p. 74
20 Ib. 4ª pte. p. 69
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único medio válido para construir el saber procesos lingüísticos y semióticos un ca-
científico. rácter de categorías mentales.
El convento de monjas de Port-Royal Los lingüistas de Port-Royal tomaron
fue fundado en París el año 1625. Un gru- como punto de partida la distinción entre
po de intelectuales estaba ligado a dicho “gramática general”, aplicable a todas las
convento y entre los más renombrados lenguas, y “gramática particular”, aplicable
pensadores que lo frecuentaban hay que a una sola. En el marco de esta lógica se
citar a Blas Pascal. El grupo se reunía para incluía la idea de un código universal co-
dedicarse a pensar sobre el jansenismo y mún a priori, en relación con las diversas
los postulados filosóficos de Descartes. construcciones lingüísticas. El lenguaje se
Debido a sospechas de herejías, el rey Luis convierte en un reflejo del pensamiento y
XIV intervino para cortar con el jansenis- las leyes del pensamiento son iguales en
mo y mandó destruir el convento de Port- todas las personas. Los signos se crean a
Royal y expulsó a las religiosas. partir de una estructura profunda de la
En relación con la lingüística, las prin- mente, y expresan el significado de una
cipales obras producidas por este grupo se forma común en todas las lenguas. En
deben al trabajo sobre todo de Antoine consecuencia, éstas se fundamentan en
Arnaud (1612-1694), y fueron: “Gram- una serie de nociones que se presuponen
maire genérale et raisoné”(1660) y “Logi- generales a toda la especie humana, y que
que ou art de penser”. Ambos estudios tra- permiten construir gramáticas que - en el
tan de la teoría de los signos y de la estruc- fondo - traducen esa estructura común y
tura profunda de las oraciones. La lingüís- natural del funcionamiento mental del ser
tica impulsada por Port-Royal aplicó el humano. Esta semejanza entre la realidad
sistema cartesiano de las ideas innatas -es y el lenguaje obedece a un esquema previo
decir, de la presencia a priori de conceptos común que genera patrones universales
en la mente- al estudio de las lenguas. Las de comportamiento lingüístico, según la
ideas tienen primacía por encima de la ex- clásica tradición cartesiana. Otros carte-
periencia, por tanto el concepto es más sianos como Géraud de Cordemoy (Dis-
importante que las cosas a las cuales ellas cours phisique de la parole -1668), han vis-
se refieren. El referente de los signos se di- to en el lenguaje un alma (el significado) y
luye en la incertidumbre propia de todos su cuerpo (los signos), pero éstos, según
los seres materiales. A partir de este prin- Bernard Lamy (L’art de parler -1675), son
cipio resultó fácil conferirle a todos los invenciones propias del espíritu.21

21 Para mayores informaciones ver de AA.VV. bajo la dirección de Yvon Belaval: Racionalismo, Empirismo,
Ilustración. Siglo XXI Editores, México 1976 p págs. 44-46.
52 / Victorino Zecchetto

Cabe agregar que las obras de Port- vando al máximo su nominalismo Hob-
Royal han sido utilizadas también en ple- bes afirma que las ideas universales no son
no siglo XX por Noam Chomsky para re- más que palabras:: “El género y el (concep-
flexionar sobre la gramática generativa del to) universal de los nombres, no son cosas
lenguaje. sino nombres”.22 Las palabras son de dos
clases: unas que designan un solo objeto o
b) El empirismo inglés individuo (por ejemplo, el nombre propio
María), y otras que sirven para indicar
Tomás Hobbes (1588 -1679) conjuntos correspondientes a las ideas
universales (por ejemplo, el término co-
Hobbes se destacó más por sus doctri-
mún niños). En síntesis, para Hobbes, las
nas políticas que como filósofo. Sin em-
palabras son signos de los conceptos que
bargo su pensamiento – en relación con
sirven para conservar los pensamientos en
nuestro argumento semiótico - representa
la memoria y comunicarlos a los demás.
la postura racionalista y estrictamente no-
minalista del problema de los signos. Se-
John Locke (1632-1704)
gún Hobbes toda la realidad es sólo cor-
pórea y para conocerla podemos aplicarle A John Locke le interesó investigar el
el método de las operaciones matemáticas mecanismo del conocimiento humano.
propio de la indagación de las cantidades, Siguiendo la tradición de Th. Hobbes par-
del movimiento y de la división de los tió del mundo sensible para teorizar sobre
cuerpos. En cambio la filosofía versa sobre la estructura del entendimiento.23
las palabras, ya que se trata de combinar Según Locke el punto de arranque pa-
con lógica los términos que usamos. Las ra cualquier forma de conocimiento pro-
palabras son propiamente signos de las viene de la experiencia, no de alguna idea
ideas antes que de las cosas, y es la lógica innata, como creían los cartesianos. Nada
la ciencia que enseña su correcta combi- hay a priori en el conocimiento, al contra-
nación. Cualquier signo que se forma en rio, todo brota de los datos que nos pro-
nuestra mente tiene su origen en la expe- porcionan los sentidos, y sólo a través de
riencia, y después de un proceso de selec- ellos es posible acceder a las ideas: “Los
ción y combinación acabamos expresan- objetos externos proveen a la mente de
do todos los fenómenos con palabras. Lle- ideas de las cualidades sensibles... y la

22 “Genus et universale nominum, non rerum, nomina sunt”, en Leviathn, cap. 7.


23 John Locke en 1690 escribió: An essay concerning human understanding. Nosotros hemos utilizado la
versión española: Ensayo sobre el entendimiento humano. Edic. Hyspamérica, Buenos Aires; Orbis, Ma-
drid, 1985. Las citas que daremos son de esta edición.
La danza de los signos / 53

mente provee al entendimiento de ideas nuestro entendimiento para conocer las


de sus propias operaciones.”24 Y a conti- cosas.
nuación afirma: “Las impresiones que son Además de las ideas, también las pala-
causadas en nuestros sentidos por objetos bras son signos. Locke reconoce que el ser
exteriores, extrínsecos a la mente... consti- humano usa las palabras “como signos de
tuyen el origen de todo conocimiento”.25 sus concepciones internas”28, para poder
Por tanto: “La percepción es el primer pa- nombrar la realidad. Pero las palabras
so hacia el conocimiento, la primera ope- también nacen de las “ideas sensibles”, de-
ración de todas nuestras facultades inte- bemos reconocer -dice- “la gran depen-
lectuales.”26 dencia que tienen nuestras palabras de las
Se produce, entonces, una relación en- ideas sensibles...” e incluso para las ideas
tre la conciencia interior y el mundo exte- más abstractas se usan “palabras todas
rior, y todo desemboca en el conocimien- ellas tomadas de operaciones de las cosas
to que queda configurado en las ideas que sensibles.”29
tenemos respecto a los objetos de la reali- Sin embargo las palabras, al nombrar
dad que nos rodea. La mente humana co- las cosas, son imperfectas, porque se rela-
noce mediante las ideas, que son la con- cionan con las ideas de modo arbitrario:
templación representativa del mundo, co- “puesto que los sonidos carecen de cone-
mo una luz que del exterior entran a ilu- xión natural con nuestras ideas, pues tie-
minar el cuarto oscuro de nuestra interio- nen toda su significación por imposición
ridad: “me parece que el entendimiento arbitraria de los hombres.”30
no es muy distinto a una cámara total- Locke, igual que otros empiristas, ade-
mente privada de luz, pero con algunos más de negar la importancia de los térmi-
resquicios abiertos que dejan entrar algu- nos generales, introdujo esta noción de
nas semejanzas visibles externas o ideas de arbitrariedad del signo, y confirió un va-
cosas exteriores”.27 lor sólo convencional al uso y a la estruc-
En resumen el rol de las ideas consiste turación de todas las lenguas. Por eso, en
en ser intermediarias entre la realidad ob- último análisis, aunque las palabras las to-
jetiva y la conciencia. Para Locke las ideas mamos a partir de las cosas sensibles, de-
son los primeros signos que dispone ben ser consideradas como signos de las
ideas: “Las palabras... se hacen signos de

24 Ensayo sobre.... Lib. II, cap. I, 5


25 Ib. nº 14
26 Lib. II, cap. VIII, 7
27 Lib. II, cap. VIII, 9
28 Lib.III, cap.I, 1
29 Lib. III, cap. II, 8
30 Lib. III, cap. V,1
54 / Victorino Zecchetto

ideas.”31. A ellas están estrechamente uni- de nuestras percepciones. Berkeley admite


das para servirlas: “cuando examiné el la división establecida por Hobbes en dos
origen y composición de nuestras ideas... clases de palabras: las palabras particula-
hallé todo tan enlazado con las palabras, res para indicar cosas individuales, y las
que sólo si su significación era bien obser- palabras generales para designar a con-
vada se podría saber algo sobre el entendi- juntos de objetos semejantes. Su postura
miento.”32 Locke empleó el término “se- nominalista lo lleva a identificar las ideas
miótica”, pero como equivalente de la ló- con las cosas percibidas y con la realidad
gica tradicional. exterior. En el fondo no existe representa-
ción de las cosas, sino que todo se conju-
George Berkeley (1685-1753) ga en un solo fenómeno donde la natura-
leza de los seres y su percepción son lo
Este pastor protestante profundamen- mismo. Por tanto, los signos, no desempe-
te religioso, elaboró una teoría del conoci- ñan un rol intermediario entre la realidad
miento adoptando el procedimiento em- y nuestra mente, porque las cosas son
pirista de Locke. Es conocido el axioma fi- nuestras mismas percepciones y las pala-
losófico de Berkeley: “Esse est percipi”, el bras sólo están para nombrar a éstas.
ser es aquello que percibimos.33 La realidad Siguiendo la huella de los empiristas
consiste tan sólo en las sensaciones perci- Locke y Berkeley, también el filósofo in-
bidas, porque las sustancias no existen y glés David Hume (1711-1776), se mantu-
carecen de objetividad. Por tanto, cual- vo fiel al método de la experiencia para
quier idea o imagen sólo puede ser parti- explicar todo tipo de fenómenos. En lo
cular y concreta de la realidad que perci- concerniente al problema del conoci-
bimos. No existen ni la abstracción ni los miento, adoptó el enfoque fenomenista de
conceptos universales, y si nosotros adop- Berkeley, afirmando que nuestra mente
tamos ideas generales, éstas no son sino la sólo conoce mediante percepciones y éstas
suma de propiedades y de conceptos par- -en definitiva- son igualmente ideas, pero
ticulares. A través del lenguaje y de las pa- con un grado más fuerte y vivo. Siendo
labras expresamos nuestras representacio- que para Hume lo único que importa es el
nes, sensaciones e ideas universales de conocimiento experimental, no ahondó
cuanto percibimos del mundo, aunque és- en la realidad de los signos ni del lengua-
te no tenga ninguna consistencia distinta je.

31 Lib. III, cap. II, 5


32 Ib.
33 En su A Treatise concerning th Principle of Human Knowledge (Principios del conocimiento humano), es-
crito en 1710, dice: “Es evidente que no puede haber más sustancia que el espíritu y lo que éste perci-
be”. (I, 6.7).
La danza de los signos / 55

c) La excepción: Juan Bautista mo si fuesen personas vivas.”35 La cone-


Vico (1668-1744) xión entre poesía y la niñez, lo llevó a pen-
sar también que todo lenguaje cobra una
Una figura muy original del período textura particular en cada edad de la vida.
moderno, es sin duda la de este pensador
napolitano que, en varios puntos, se apar- d) El iluminismo francés y alemán
tó de la filosofía de su época. Su obra
principal fue Scienza Nuova (1725 y Una de las características de la cultura
1730), y en ella polemiza contra el racio- de la ilustración o iluminista (siglo
nalismo cartesiano, porque no toma en XVIII), ha sido su interés por los proble-
cuenta los múltiples procesos antropoló- mas del lenguaje. Al poner su atención en
gicos que configuran el mundo humano la razón humana y las funciones de la
de la sensibilidad, de las emociones y de mente para la construcción del saber cien-
los sentimientos religiosos. Propone, en- tífico, era lógico que las cuestiones del co-
tonces, la valoración de la ciencia históri- nocimiento estuvieran unidas a la lengua
ca y humana, a la que dedica un largo y que las expresa.
agudo análisis, que constituye su aporte Paulatinamente fue originándose y es-
principal a la ciencia moderna. En el con- tructurándose la ciencia del lenguaje, cu-
texto de este debate, debemos colocar yos temas emergentes fueron: origen e
también su pensamiento relativo al len- historia del lenguaje humano, (el cual no
guaje. Vico sostiene que el ser humano deriva -dirá Herder- directamente de Dios
tiene una dimensión histórica y expresiva, como todos creían, sino de la estructura
por tanto en la sociedad “la lengua debe racional del hombre por ser una de sus
ser un gran testigo de las costumbres de peculiares características); otro tema estu-
los primeros tiempos del mundo”.34 Ana- diado fue la función del lenguaje como fe-
liza de modo sumamente moderno, el nómeno en la sociedad, y por tanto su ca-
lenguaje de los gestos, los jeroglíficos y rácter activo en medio de la comunidad y
hasta los cantos primitivos. Pero sobre Vi- de la cultura.
co manifiesta una particular sensibilidad De modo general podemos afirmar
por la poesía: “La función más sublime de que los iluministas siguieron los princi-
la poesía consiste en darle sentido y pa- pios filosóficos del cartesianismo y del
sión a las cosas insensatas, y es propio de empirismo de la época, proponiéndose
los niños tomar objetos inanimados en inaugurar un mundo nuevo y renovado
sus manos, jugar y divertirse con ellos co- bajo la luz de la razón. Al tratar el tema del

34 Gian Battista Vico: Scienza Nuova, en Opere. Ed.Ricciardi, Milano-Napoli, 1953. La traducción es nues-
tra.
35 Ibídem
56 / Victorino Zecchetto

conocimiento humano predominó en je hablado se desarrolla en una sola di-


esos filósofos el asociacionismo sensista, y mensión de duración temporal, la expre-
por tanto-al tocar el tema del lenguaje y sión no verbal de los ademanes y de los
los signos- se basaron en los postulados de gestos, se realizan según las tres dimensio-
la corriente empirista. nes propias del mundo. En consecuencia
Pero aparecieron también nuevos en- nuestro lenguaje verbal de alguna manera,
foques. No podemos dejar de mencionar siempre distorsiona la realidad.
las reflexiones de numerosos iluministas
que indagaron el lenguaje verbal y escrito, Christian Wolf (1679-1754)
en conexión con el campo más vasto de
los signos en general. Se iba formando así Este filósofo alemán desarrolló un im-
lo que más tarde se llamará la “ciencia de ponente trabajo de producción científica
los signos” o “semiótica”. Esta idea nueva que, en su conjunto, resultó más abultado
se expresa claramente en el título de la por la cantidad de libros escritos que por
obra del filósofo Degérando el año 1800: la calidad del contenido. Sin embargo en
“Sobre los signos y sobre el arte de pensar su tiempo fue un pensador renombrado
considerados en sus relaciones recípro- que marcó la cultura de la época, con in-
cas.” flujo en los estudiantes y cuerpos acadé-
Nombramos a los pensadores ilumi- micos de muchas universidades. Wolff
nistas que hicieron las aportaciones más distinguió tres clases de conocimiento: el
significativas al tema de los signos. histórico que sólo describe las cosas o su-
cesos. El racional o filosófico que trata de
Dionise Diderot (1713-1784) explicar los hechos, y el matemático que
otorga un grado mayor de certeza. En re-
En relación con la comunicación hu- ferencia con el tema del signo, Wolf escri-
mana este filósofo iluminista escribió va- bió De signo como un capítulo de una de
rias obras, en las que describe los modos y sus obras.37 No aporta novedades al tema,
las formas del lenguaje.36 Diderot puso de se limitó a considerar el signo sólo como
relieve la importancia del lenguaje de los un elemento técnico de la “philosophia
gestos y la fuerza que tiene la comunica- artis” al servicio de la gramática y de la re-
ción no verbal en las relaciones humanas. tórica.
Observó también que mientras el lengua-

36 Cabe citar aquí: Lettres sur les aveugles à l’usage de ceux qui voient (1749). (En español: Carta sobre los
ciegos. Ed. La Piqueta, Madrid.) La publicación de esta obra le valió a Diderot seis meses de cárcel. En
1752 escribió Lettres sur les sourd-muets , y en 1772 Essai de peinture.
37 Se trata de Philosophia prima, sive Ontología. (1729).
La danza de los signos / 57

Johan Henrich Lambert (1728-1777) Étienne Bennot de Condillac (1715-1800)

Nació en Alsacia, pero su vida la pasó El pensamiento mecanicista de Condi-


en Alemania donde publicó todas sus llac lo llevó a considerar el conocimiento
obras. humano como fruto de un encadena-
Lambert fue el primero en adoptar el miento de sensaciones, del cual derivan
término semiótica en sentido moderno, al también los pensamientos, las ideas y la
asumirlo como título (Semiotiké) de la reflexión, “...porque la reflexión no es en su
tercera parte de su obra en la que elabora principio más que la sensación misma.”40
una teoría de la semiosis38 Para él la se- Cualquier fenómeno relativo al conoci-
miótica significa el sistema primario lin- miento humano, tiene pues, un solo prin-
güístico que constituye la base de los len- cipio generador, la percepción sensible.
guajes naturales. Igual que los demás ilu- De esta primera experiencia se derivan to-
ministas Lambert considera la sensación das las demás facultades para captar el
como el grado inferior donde se inicia el mundo, y esa capacidad sensitiva es co-
conocimiento, y a partir de ese peldaño, mún a todos los animales y al hombre,
por un hábito de reiteración, la mente hu- aunque éste se destaca y es superior al res-
mana va elaborando poco a poco el len- to de los vivientes por su razón. Condillac
guaje simbólico, elemento indispensable distinguió los signos naturales (como los
para alcanzar ideas más claras y precisas. gritos y gestos), de los sonidos articulados,
Al referirse a los signos, proporcionó una con los cuales podemos darles nombres
compleja división de 19 clases o tipos di- (arbitrarios) a las cosas y mantener la co-
ferentes. Lambert opinó que la verdad se municación con los demás seres huma-
hace patente al ser formulada, y nuestro nos. El lenguaje articulado manifiesta los
conocimiento necesita expresarse bajo al- grados de abstracción a que puede llegar
guna forma. En una carta dirigida a Kant la mente humana al plasmar con las pala-
(1766) formula la cuestión: “¿Hasta qué bras, las ideas y sobre todo el pensamien-
punto el conocimiento de la forma con- to científico. La ciencia, dijo Condillac es
duce al conocimiento de fondo de nuestro simplemente “una lengua bien hecha”.
saber?”39

38 La obra principal de Lambert se titula Neues Organum (1764) (Nuevo Órgano), y consta de seis volú-
menes. Es un intento de poner las bases para la investigación y el conocimiento. Todo el conjunto está
dividido en cuatro partes, y la tercera se llama precisamente Semiótica, donde trata de los signos y len-
guajes, o sea, las características externas que asume la verdad.
39 Cita reportada por Guillermo Fraile en Historia de la Filosofía, vol. III – BAC, Madrid, 1966, p. 985.
40 En Extrait raisonné du traté des sensations, III. (Editado en París 1777).
58 / Victorino Zecchetto

Esta primera intuición de separar el gunos estudiosos, consistieron funda-


lenguaje de los hechos sirvió para sentar mentalmente, en desarrollar las ideas ela-
las bases de la arbitrariedad del signo, y boradas en siglos anteriores sobre los sig-
constituye, sin duda, el aporte más impor- nos. Vamos a nombrar a un grupo de pen-
tante de Condillac a la teoría de los signos. sadores alemanes que fueron los que más
se destacaron en la reflexión de la temáti-
Joseph-Marie Degérando (1772-1842) ca semiótica.
Fue un filósofo francés que en 1800 G. W. F. Hegel (1770 – 1831) fue tal vez
publicó un ensayo titulado Sobre los signos el más grande filósofo moderno, sin em-
y sobre el arte de pensar considerados en sus bargo, en su vastísima obra, no ha aporta-
relaciones recíprocas. En este libro sostiene do nada de realmente innovador al con-
– a partir del sensismo de Condillac – que cepto de signo. Para Hegel la “vida del es-
el principio de nuestro conocimiento son píritu” se despliega verticalmente desde la
las impresiones que las cosas y objetos ex- esencia del ser, de lo “Absoluto”, hacia aba-
teriores ejercen en nuestros sentidos. Pero jo, hacia la naturaleza, hasta el alma indi-
el sentir es meramente un acto pasivo. vidual, natural, sensitiva y real. En la vida
Cuando nosotros tomamos activamente corporal el alma sensitiva se expresa en la
conciencia de las sensaciones, vamos pa- exterioridad a través de los signos y len-
sando poco a poco al nivel del lenguaje, guajes, como elementos que integran el
cuyos signos utilizamos para comunicar- paso desde la conciencia sensible a la uni-
nos y ampliar nuestros conocimientos de versalidad de las ideas. La conciencia sen-
la realidad. sible llega al conocimiento de las cosas a
En síntesis, en todos estos pensadores través de pasos que van desde un umbral
de la corriente empirista, aparece nueva- primero que es la sensación, luego la per-
mente la antigua doctrina nominalista ba- cepción, hasta el entendimiento:
jo forma de “sensismo” que sólo admite la Los signos están en el estadio de la per-
presencia de esquemas sensoriales como cepción inmediata, donde los objetos se
sucedáneos de los conceptos universales. captan a través de algo que los sustituyen
en forma de representación: “Una reali-
4. Hacia Peirce y Saussure
dad exterior presente llega a ser signo
El siglo XIX abrirá las puertas a la se- cuando es arbitrariamente asociada a una
miótica moderna que tendrá sus expo- representación que no le corresponde y
nentes más representativas en Peirce y que se distingue a través de su contenido,
Saussure. Previos a ellos, los aportes de al- de tal modo que esta realidad debe ser la
La danza de los signos / 59

representación o significación.”41 Según universo a la vez. Para él son los signos y


Hegel los signos verbales son superiores a el lenguaje de la poesía los que dilatan la
los otros, porque son más apropiados pa- potencia creadora del pensamiento y le
ra expresar la multiforme dialéctica del permiten develar el mundo, que es “una
espíritu, ya que las palabras están libre y metáfora universal, una imagen simbóli-
arbitrariamente unidas a sus significados: ca” del espíritu humano. A través de la
“la obra más alta de la memoria creadora magia de la poesía, es todo el universo el
es el lenguaje, que por un lado es verbal, y que nos habla.
por otro, escrito.”42
Los símbolos, en cambio, son aquellos Bernard Bolzano (1781-1848) sacer-
signos que como formas de objetos sensi- dote católico nacido en Praga y profesor
bles, están al servicio de las creaciones ar- de la Universidad en dicha ciudad. Su
tísticas y de la belleza de la naturaleza. Co- aporte a la semiótica consistió en haber
mo lo simbólico tiene un “carácter enig- elaborado una doctrina sobre los signos, y
mático y misterioso” es capaz de expresar en haber explicado un conjunto de reglas
lo fantástico, lo grandioso y lo sublime para la creación de los mismos. Sin em-
que vemos en el arte. Sin embargo, como bargo, su teoría de los signos no fue muy
entre la imagen simbólica y la idea, existe original y hay que entenderla al interior
cierta connaturalidad, porque el símbolo de todo su vasto pensamiento, expresado
va unido al mundo de la naturaleza sensi- además, de forma un poco árida y difícil.
ble, en definitiva el símbolo no puede re-
presentar perfectamente la idea.43 Wilhelm von Humboldt (1767-1835)
ha sido un polifacético pensador alemán
Novalis (1772-1801) Pertenece a la co- que se interesó por filosofía, literatura,
rriente del romanticismo alemán que política... Aquí interesa su pensamiento
reaccionó con energía contra las preten- como lingüista.44 Humboldt se interrogó
siones totalitarias del iluminismo, porque sobre la naturaleza de la lengua y rechazó
eliminaba la fuerza vitalista del ser huma- la concepción iluminista que consideraba
no y su historia. Novalis fue un poeta que los idiomas con una estructura psico-lógi-
murió muy joven, aspiró a la creación de ca universal. Su tesis revolucionaria fue
una estética que abarcara el espíritu y el considerar la lengua como un mundo au-

41 G.W.F. Hegel: Filosofía propedéutica., II, 1.


42 Ib.
43 Cfr. G.W.F. Hegel: De lo bello y sus formas. Estética. Editr. Espasa Calpe, Buenos Aires, 1958.
44 Ver su obra principal al respecto : Escritos sobre el lenguaje. Editorial Pensamiento, Madrid.
60 / Victorino Zecchetto

tónomo, sin relación alguna con una su- Gottlob Frege (1848 – 1925) es forzoso
puesta matriz universal, aunque la capaci- nombrar a este pensador alemán, profesor
dad para producir signos lingüísticos la de matemáticas y uno de los más grandes
tienen todos los pueblos. Cada lenguaje es lógicos de su tiempo, aunque vivió muy
un sistema único e individual, los signos y aislado y en frecuentes polémicas con va-
los sonidos verbales carecen de sentido, rios colegas de la Universidad de Jena.
sólo lo adquieren una vez que entran a Frege estudió un lenguaje específico, el de
formar parte de una estructura idiomáti- las matemáticas y su esfuerzo lo dedicó a
ca, gracias a la función del pensamiento y la construcción de un lenguaje lógico-
la mente humana que es capaz de cons- simbólico basado en ellas.45
truir reglas y gramáticas. Por tanto una En relación con nuestro tema, de Fre-
lengua está constituida por una estructu- ge interesa retener su fundamental distin-
ra general (dada por la mente) y por una ción entre “sentido y significado”. El “sen-
forma individual (dada por cada indivi- tido” es la representación conceptual de
duo). Vemos aquí en ciernes, la futura dis- algo, es aquello que piensa o capta el suje-
tinción que hará Saussure entre “langue” y to acerca de una determinada proposi-
“parole”. ción; en consecuencia el sentido es depen-
Los idiomas, afirma Humboldt, son diente de la subjetividad de la persona. En
dinámicos y en continua evolución, por- cambio, muy distinto es el “significado” de
que dependen del espíritu humano que esa misma proposición si se la considera
permanentemente va formando léxicos, como algo totalmente independiente de la
reglas sintácticas y semánticas. La lengua mente del sujeto; en este caso el significa-
es un fenómeno histórico, tiene un deve- do está referido al mundo de objetos ob-
nir que depende de la mentalidad y de la jetivos y lógicos. Por tanto es posible cons-
sensibilidad de cada pueblo, resulta iluso- truir un lenguaje riguroso hecho de sig-
rio buscar en ella formas o esquemas uni- nos con “significados” que expresan la
versales. verdad o la falsedad de las cosas y como
Este fuerte historicismo lingüista de valores independientes de las opiniones
Humboldt introdujo en varias investiga- individuales o subjetivas. La noción de
ciones posteriores, un enfoque relativista significado resulta crucial en toda la con-
que, en cierto modo, perdura hasta hoy en cepción del signo en Frege, de donde eli-
algunos apasionados debates científicos. mina todo rastro psicológico y asume un

45 Las principales obras de G. Frege son: Ideografía (1879), Fundamentos de la aritmética (1884), Función
y objeto (1892). En español se puede leer Estudios de semántica. Ed. Aries Madrid 1965, donde se en-
cuentran los escritos de Frege de 1891 y 1892 sobre “sentido y significado”.
La danza de los signos / 61

modelo ternario en el que hallamos: el sig- y el Significado (Bedeutung). Esta postura


no como tal (Ausdruck), el sentido (Sinn) acerca Frege a la teoría de Peirce.

***

Palabras claves para recordar


El siglo XIX verá nacer a dos hombres que marcarán profundamente los estudios
y la reflexión sobre los signos: Charles Peirce y Ferdinand de Saussure.
El primero, nacido en 1839 abordó el tema de la naturaleza del signo ya desde
1867 y a su estudio le dedicó largos años de su vida. Sus análisis forman parte in-
tegrante de su filosofía inspirada en el pragmatismo, y traspasaron el contexto de
su época hasta influenciar el conjunto de los actuales enfoques semióticos. Las
bases filosóficas que sostienen su teoría de los signos, distinguen a Peirce neta-
mente de la semiología de Saussure, y sus tesis fueron utilizadas posteriormente
por algunos filósofos europeos del lenguaje en el siglo XX, en el momento que se
produjo la “crisis de los fundamentos” y se indagó sobre un lenguaje abarcativo
de todas las ciencias. Mirado retrospectivamente nadie duda hoy de que la figu-
ra de Ch. Peirce constituye un hito insustituible para el estudio de los signos.
Saussure (1859-1913) no era un filósofo, sino un lingüista. Heredó elementos
cartesianos, de la escuela de Port-Royal y de los empiristas, como también del no-
minalismo de Ockham. El influjo de Port-Royal en su pensamiento se nota en la
concepción del lenguaje como un sistema cuyas leyes son iguales para todos los
hombres. Las construcciones sígnicas mantienen una similitud con la estructura
profunda de lo real y que consiste en una matriz común a todas las lenguas. Este
punto de vista se injerta en la tradición cartesiana según la cual la mente huma-
na posee patrones o ideas generales comunes. Para Saussure el lenguaje también
es un fenómeno sobre todo conceptual, en él no hay por qué descartar un com-
portamiento lingüístico universal. Sin embargo, en su análisis del signo Saussure
supo poner un toque personal y abrió un nuevo campo de investigación. Conci-
bió el lenguaje como una estructura en la cual se dan relaciones y sistemas de di-
ferencias y/o similitudes, con códigos que guían la vida de los signos.
Las tesis de estos dos pensadores las expondremos en el capítulo que viene a con-
tinuación.
62 / Victorino Zecchetto

***
Palabras claves para recordar
Semeion (semeion): término griego para indicar los síntomas de una enfermedad.
Más tarde se usó para referirse a los signos en general (= semeia). De esta palabra deri-
va también el término moderno “semiótica”.

Signum - is: vocablo latino que desde la antigüedad romana y el medioevo, signifi-
ca “signo / os”, entendiendo principalmente los signos verbales, es decir, las palabras
(verba).

Nominalismo: doctrina iniciada por G. Ockam cuyo núcleo sostiene que nuestras
ideas o conceptos generales son meros “nombres”carentes de cualquier referente obje-
tivo. Los signos son, entonces, esencias nominales, un conjunto de elementos (como su-
cede con nuestras palabras) que retenemos como pertenecientes a una cosa, son cons-
trucciones mentales para fines prácticos.

Gramática general y gramática particular: teoría del grupo de Port Royal según la
cual existiría en cada persona un esquema o matriz gramatical general y que la habili-
taría para el aprendizaje de las gramáticas particulares construidas por cada lengua. Es-
ta concepción se basa en la filosofía de las “ideas innatas” (Descartes). En la actualidad
ha sido retomada por la llamada “gramática generativa” (N. Chomsky).

Empirismo: corriente de pensamiento que sostiene que nuestros conocimientos na-


cen y se originan - no de ideas innatas - sino de la experiencia empírica, de lo que per-
cibimos con nuestros sentidos. Por tanto los signos “palabras” se elaboran a partir de
elementos sensibles y no de conceptos generales. Sobre esta base el “iluminismo” pos-
tula que las ideas se construyen por asociación de sensaciones.
La danza de los signos / 63

Bibliografía
Eco Umberto: Semiótica y filosofía del lenguaje.
1990 Editorial Lumen, Barcelona -1990 (Sobre la concepción del signo en la antigüedad: pág. 30
a pág. 59).

Nöth Winfried:
1998 Panorama da semiótica. De Platao a Peirce. Annablume Editora, Sao Paulo, Brasil.

Quezada Oscar M.
1996 Semiosis, conocimiento y comunicación. Universidad de Lima. Fondo de desarrollo edito-
rial. (Los primeros cinco capítulos hacen un recorrido sobre el concepto de signo, desde la
antigüedad hasta Kant.)

Calabrese Omar
2001 Breve storia della semiótica. Ed. Feltrinelli, Milano. Por ahora es la obra más completa y es-
pecífica sobre el tema.

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