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INHIBIDORES DE LA BOMBA DE PROTONES

La bomba de protones es la enzima responsable del paso de la secreción ácida de


las células productoras de ácido a la luz del estómago. La inhibición de la bomba de
protones produce una fuerte inhibición de la secreción ácida. Los fármacos
inhibidores de la bomba de portones (IBP) son el grupo formado por el omeprazol,
el lansoprazol, el pantoprazol, el rabeprazol y el esomeprazol.
Los inhibidores de la bomba de protones se usan para las úlceras, así como para el
tratamiento del reflujo esofágico de moderado a grave, conocido comúnmente como
acidez estomacal.
Cómo le ayudan los inhibidores de la bomba de protones
Los inhibidores de la bomba de protones se usan para:
 Aliviar los síntomas de reflujo gástrico, o enfermedad del reflujo
gastroesofágico (ERGE). Se trata de una afección en la cual el alimento o los
líquidos se desplazan desde el estómago hacia el esófago (el conducto que
va de la boca al estómago).
 Tratar una úlcera duodenal o una úlcera (gástrica) estomacal.
 Tratar el daño a la parte inferior del esófago causado por el reflujo gástrico.
Tratamiento con IBP en neonatos, lactantes y mayores de 1 año
Pocos estudios evaluaron la farmacodinamia de los IBP en los recién nacidos
pretérmino y de término. En un estudio a doble ciego, aleatorizado y cruzado, se
evaluó el efecto del omeprazol en dosis de 0.7 mg/kg/dosis administrado una vez
por día en neonatos de 34 a 40 semanas y se observó que el pH esofágico y gástrico
aumentaron después de 1 semana de terapia. El porcentaje de tiempo con pH
gástrico inferior a 4 se relacionó inversamente con la concentración plasmática de
omeprazol medida 2 horas después de la dosis. En los neonatos, el pantoprazol en
dosis de 1.2 mg/kg/día incrementó el pH gástrico, pero no el esofágico. El porcentaje
de pacientes con índice de reflujo normal inferior a 5% no se modificó
significativamente. Los efectos del tratamiento con esomeprazol durante 7 días en
recién nacidos pretérmino y de término de 35.6 a 44 semanas fueron similares, ya
que se observó un aumento en el pH gástrico y en el porcentaje de tiempo con un
pH esofágico superior a 4, mientras que se redujo el número de eventos de reflujo
y el número de episodios de reflujo ácido superiores a 5 minutos. De este modo, la
inhibición de la producción ácida por los IBP en los neonatos sólo es beneficiosa en
los casos de problemas relacionados con el ácido, como esofagitis o inflamación de
la vía aérea superior.
En los lactantes de 1 a 11 meses, los IBP demostraron una inhibición significativa
de la secreción ácido gástrica y redujeron el reflujo ácido. El pantoprazol demostró
una relación dosis-respuesta, con una inhibición más significativa de la secreción
ácido gástrica con la dosis de 1.2 mg/kg que con la de 0.6 mg/kg. El esomeprazol
en los niños entre 1 y 24 meses también demostró una relación dosis-respuesta
(rango de dosis de 0.25 mg/kg a 1 mg/kg), con ventajas con la dosis de 1 mg/kg en
cuanto al incremento en el porcentaje de tiempo con pH gástrico superior a 4 y en
la reducción del porcentaje de tiempo con pH esofágico inferior a 4.
Con excepción de la indicación del esomeprazol para la esofagitis erosiva en
lactantes entre 1 y 11 meses, no se demostró la eficacia de los IBP en los neonatos
y los lactantes en la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), a pesar de la
inhibición de la secreción ácido gástrica. Este hecho puede deberse a las
dificultades para determinar los signos clínicos relacionados con la esofagitis o la
identificación histológica de la esofagitis relacionada con la ERGE o a la ausencia
de una enfermedad mediada por el ácido gástrico. La eficacia del tratamiento con
IBP en los recién nacidos es controvertida, principalmente debido a la falta de
certezas en cuanto a la determinación de los trastornos asociados con el reflujo,
como la esofagitis, laringitis o aspiración, ya que en este grupo no se realizan de
rutina endoscopías y biopsias, y la evaluación recae en la sintomatología. Hay
discrepancia entre los especialistas en cuanto a los que afirman que las
enfermedades mediadas por el ácido gástrico se producen en los neonatos y
lactantes, y los que sostienen lo contrario.
En la población de pacientes pediátricos mayores de 1 año, está establecida la
eficacia de los IBP (omeprazol, lansoprazol, omeprazol, pantoprazol, esomeprazol
y rabeprazol) en las enfermedades asociadas con el ácido gástrico, como la
esofagitis diagnosticada por historia clínica, endoscopía y biopsia; para el
tratamiento de la infección por Helicobacter pylori; las úlceras gástricas y la ERGE.

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