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Los inhibidores de la bomba de protones (IBP) inhiben la secreción ácida del estómago al bloquear la bomba de protones. Se usan para tratar úlceras, reflujo esofágico y daño esofágico. En neonatos y lactantes, los IBP aumentan el pH gástrico y esofágico, pero su eficacia para tratar el reflujo gastroesofágico es controvertida debido a la dificultad de diagnosticar trastornos asociados. En niños mayores de 1 año,
Los inhibidores de la bomba de protones (IBP) inhiben la secreción ácida del estómago al bloquear la bomba de protones. Se usan para tratar úlceras, reflujo esofágico y daño esofágico. En neonatos y lactantes, los IBP aumentan el pH gástrico y esofágico, pero su eficacia para tratar el reflujo gastroesofágico es controvertida debido a la dificultad de diagnosticar trastornos asociados. En niños mayores de 1 año,
Los inhibidores de la bomba de protones (IBP) inhiben la secreción ácida del estómago al bloquear la bomba de protones. Se usan para tratar úlceras, reflujo esofágico y daño esofágico. En neonatos y lactantes, los IBP aumentan el pH gástrico y esofágico, pero su eficacia para tratar el reflujo gastroesofágico es controvertida debido a la dificultad de diagnosticar trastornos asociados. En niños mayores de 1 año,
La bomba de protones es la enzima responsable del paso de la secreción ácida de
las células productoras de ácido a la luz del estómago. La inhibición de la bomba de protones produce una fuerte inhibición de la secreción ácida. Los fármacos inhibidores de la bomba de portones (IBP) son el grupo formado por el omeprazol, el lansoprazol, el pantoprazol, el rabeprazol y el esomeprazol. Los inhibidores de la bomba de protones se usan para las úlceras, así como para el tratamiento del reflujo esofágico de moderado a grave, conocido comúnmente como acidez estomacal. Cómo le ayudan los inhibidores de la bomba de protones Los inhibidores de la bomba de protones se usan para: Aliviar los síntomas de reflujo gástrico, o enfermedad del reflujo gastroesofágico (ERGE). Se trata de una afección en la cual el alimento o los líquidos se desplazan desde el estómago hacia el esófago (el conducto que va de la boca al estómago). Tratar una úlcera duodenal o una úlcera (gástrica) estomacal. Tratar el daño a la parte inferior del esófago causado por el reflujo gástrico. Tratamiento con IBP en neonatos, lactantes y mayores de 1 año Pocos estudios evaluaron la farmacodinamia de los IBP en los recién nacidos pretérmino y de término. En un estudio a doble ciego, aleatorizado y cruzado, se evaluó el efecto del omeprazol en dosis de 0.7 mg/kg/dosis administrado una vez por día en neonatos de 34 a 40 semanas y se observó que el pH esofágico y gástrico aumentaron después de 1 semana de terapia. El porcentaje de tiempo con pH gástrico inferior a 4 se relacionó inversamente con la concentración plasmática de omeprazol medida 2 horas después de la dosis. En los neonatos, el pantoprazol en dosis de 1.2 mg/kg/día incrementó el pH gástrico, pero no el esofágico. El porcentaje de pacientes con índice de reflujo normal inferior a 5% no se modificó significativamente. Los efectos del tratamiento con esomeprazol durante 7 días en recién nacidos pretérmino y de término de 35.6 a 44 semanas fueron similares, ya que se observó un aumento en el pH gástrico y en el porcentaje de tiempo con un pH esofágico superior a 4, mientras que se redujo el número de eventos de reflujo y el número de episodios de reflujo ácido superiores a 5 minutos. De este modo, la inhibición de la producción ácida por los IBP en los neonatos sólo es beneficiosa en los casos de problemas relacionados con el ácido, como esofagitis o inflamación de la vía aérea superior. En los lactantes de 1 a 11 meses, los IBP demostraron una inhibición significativa de la secreción ácido gástrica y redujeron el reflujo ácido. El pantoprazol demostró una relación dosis-respuesta, con una inhibición más significativa de la secreción ácido gástrica con la dosis de 1.2 mg/kg que con la de 0.6 mg/kg. El esomeprazol en los niños entre 1 y 24 meses también demostró una relación dosis-respuesta (rango de dosis de 0.25 mg/kg a 1 mg/kg), con ventajas con la dosis de 1 mg/kg en cuanto al incremento en el porcentaje de tiempo con pH gástrico superior a 4 y en la reducción del porcentaje de tiempo con pH esofágico inferior a 4. Con excepción de la indicación del esomeprazol para la esofagitis erosiva en lactantes entre 1 y 11 meses, no se demostró la eficacia de los IBP en los neonatos y los lactantes en la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), a pesar de la inhibición de la secreción ácido gástrica. Este hecho puede deberse a las dificultades para determinar los signos clínicos relacionados con la esofagitis o la identificación histológica de la esofagitis relacionada con la ERGE o a la ausencia de una enfermedad mediada por el ácido gástrico. La eficacia del tratamiento con IBP en los recién nacidos es controvertida, principalmente debido a la falta de certezas en cuanto a la determinación de los trastornos asociados con el reflujo, como la esofagitis, laringitis o aspiración, ya que en este grupo no se realizan de rutina endoscopías y biopsias, y la evaluación recae en la sintomatología. Hay discrepancia entre los especialistas en cuanto a los que afirman que las enfermedades mediadas por el ácido gástrico se producen en los neonatos y lactantes, y los que sostienen lo contrario. En la población de pacientes pediátricos mayores de 1 año, está establecida la eficacia de los IBP (omeprazol, lansoprazol, omeprazol, pantoprazol, esomeprazol y rabeprazol) en las enfermedades asociadas con el ácido gástrico, como la esofagitis diagnosticada por historia clínica, endoscopía y biopsia; para el tratamiento de la infección por Helicobacter pylori; las úlceras gástricas y la ERGE.