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FOTO: LUZ MACEIRA

Los museos:
espacios para la educación de
personas jóvenes y adultas
Luz Maceira Ochoa
Estudiante de doctorado en Investigaciones Educativas.
Centro de Investigación y Estudios Avanzados (cinvestav) / México
lmaceira@iteso.mx

Introducción ticos y sociales derivados de los valores y premisas


del contexto en el que se construye y afianza. De la
El museo no es un almacén de cosas viejas; de misma manera, su tarea educativa responde a valo-
acuerdo al Consejo Internacional de Museos de la res y visiones sociopolíticas específicas.
unesco, “es una institución permanente, sin fines Nos encontramos en un momento en el que, a
de lucro y al servicio de la sociedad y su desarro- partir de movimientos políticos, sociales y científi-
llo, que es accesible al público y acopia, conserva, cos (incluidos los museológicos), los museos están
investiga, difunde y expone el patrimonio material revisando y ampliando sus discursos, reconociendo
e inmaterial de los pueblos y su entorno para que los sesgos de sus contenidos y perspectivas, y las
sea estudiado y eduque y deleite al público”. A pesar exclusiones que éstos suponen, a fin de incluir una
de esta definición no podemos decir que haya una mirada más abierta y plural sobre los conocimientos
“esencia” que defina al museo, es decir, sus iden- que difunden. Se busca democratizar los museos
tidades, objetivos, funciones, conocimientos, mate- haciéndolos más accesibles a distintos públicos, in-
rias, etc. son variables y están sujetos a las relaciones cluyendo la difusión de valores democráticos, y/o
de poder, a constricciones sociales o políticas. No promoviendo la participación de diversos actores
obstante, los museos han tenido desde siempre un sociales en la formación de las colecciones, en la
papel activo en la modelación del conocimiento; selección de los contenidos y en el diseño de las ex-
esto implica que el conocimiento que cada museo posiciones museísticas. Asimismo está en proceso la
genera y difunde no es neutral, tiene sesgos polí- experimentación de múltiples formas de interacción
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sisten con recursos públicos, privados,


universitarios, comunitarios o mixtos;
que atienden a públicos de todo tipo:
general, especializado, infantil. Los
hay de carácter local, regional, nacio-
nal o incluso mundial.
Hay muchas formas de clasificar a
los museos. Aquí retomo una tipología
de acuerdo a los temas y colecciones:
1) museos de arte; 2) de antropología
(incluye museos de historia, arqueolo-
gía, etnografía); 3) de ciencias (se in-
cluye la historia natural); y 4) generales
(pueden ser temáticos y/o abarcar di-
versas esferas de la vida social que no
corresponden a las otras clasificacio-
nes, como museos sobre la industria,
los textiles, los deportes, la brujería,
oficios, los derechos humanos, etc.).
Ante tal diversidad es difícil hacer ge-
neralizaciones sobre la utilidad de los
museos y sus aportes y retos respecto
de la educación; no obstante, en las
líneas que siguen presentaremos algu-
nas ideas acerca de lo que, desde nues-
tro punto de vista, los museos podrían
o deberían hacer en ese sentido.

entre los museos y la sociedad, y se están buscando Funciones del museo


formas de colaboración más estrechas, así como la El museo no es un lugar, sino una institución que
diversificación y extensión de la atención y servicios a lo largo del tiempo ha desarrollado formas par-
al público. Esta coyuntura es favorable para revisar ticulares de comunicación y ha generado diversos
qué pueden aportar los museos a las prácticas edu- conocimientos y estrategias para divulgarlos. La
cativas con personas jóvenes y adultas y a la cons- importancia actual de los museos se debe a que se
trucción del conocimiento. reconocen como potentes instrumentos para el diá-
logo entre sociedades, para la promoción cultural,
¿Para qué sirve un museo? para la formación y consolidación de identidades
individuales y colectivas, para la expresión de situa-
El mundo de los museos es muy amplio. Los museos ciones y perspectivas, para favorecer el encuentro,
se han convertido en instrumentos importantes y la interacción y el diálogo entre distintas personas
de prestigio en la sociedad actual. El crecimiento, o o grupos, para el esparcimiento y recreación, para
incluso la masificación de la afluencia de visitantes abordar, informar, sensibilizar y educar sobre todos
a los museos y el surgimiento de pequeños y gran- los aspectos de la vida a fin de comprender la reali-
des museos en todo el mundo, constata el recono- dad y su evolución. El museo es un recuso útil para
cimiento social, político y también económico que mostrar ideas, conocimientos, conceptos y situacio-
se atribuye a los museos en diversas sociedades. Ac- nes que puedan ser escuchados o conocidos, com-
tualmente hay museos grandes y pequeños; que sub- prendidos, confrontados, valorados, reivindicados,

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celebrados. Cualquier tipo de actividad o evento del empoderamiento y de la construcción de refe-


-científico, natural y social-, y objetos de toda ín- rencias, mecanismos y espacios materiales y/o sim-
dole pueden ser mostrados para transmitir conte- bólicos que coadyuven a construir la igualdad, que
nidos que pueden ayudar a los públicos a examinar produzcan un cambio en la condición, la posición o
los supuestos o informaciones previas, a tener nue- estatus de esos grupos para que puedan establecer
vos elementos de juicio y comprensión, a estimular con el resto de la sociedad relaciones diferentes y
ciertos intereses, lo cual puede traducirse en nuevas más equitativas.
valoraciones, habilidades, actitudes y/o en acciones. Que sirvan para el control o reproducción de vi-
siones tradicionales y hegemónicas, o que sirvan a la
¿Control social o desarrollo? expresión de múltiples voces y conflictos y/o para la
Los museos también se han considerado como un resistencia social, es una situación sujeta al contexto
medio de control social, de homogeneización, pues más amplio e institucional de cada museo. Es decir,
las visiones políticas en que se sustentan y los dis- no es inherente al museo en abstracto, al museo en sí
cursos que difunden pueden ser utilizados con estos como institución, sino a cada caso concreto, de ahí
fines, ya sea tratando de imponer cierto tipo de iden- que pueda haber muchos museos que realmente sean
tidad, de establecer una cierta versión de la historia, apoyos útiles a diversos procesos educativos y de de-
de valorar y exhibir algunas cosas y ocultar otras. sarrollo social. Además, es principalmente su uso, la
En otros casos los museos se han convertido en forma de interactuar de los visitantes con el museo,
instrumentos de “acción afirmativa” y de empode- más que lo que exhibe y pretende decir, lo que los
ramiento para ciertos grupos al convertirse en espa- hace siempre potenciales recursos formativos.
cios de reunión de personas en situación marginal,
como las mujeres en sociedades orientales, quienes El funcionar actual de los museos
difícilmente pueden reunirse en otro lugar público Las experiencias en que los museos y/o las exposi-
y hallan en el museo un espacio “neutro” y viable ciones sirven para el desarrollo, entendido en mu-
para el encuentro; otros ejemplos en los que el mu- chos sentidos, son, afortunadamente, cada vez más
seo crea acciones afirmativas son: al visibilizar en frecuentes, como podrá verse en este número de
las exposiciones puntos de vista, intereses y situa- Decisio. Sin embargo, uno de los desafíos es gene-
ciones de grupos excluidos, como pueden ser los ralizar a todo tipo de museos y en todos los sitios
indios o grupos étnicos de distintas regiones; al in- esta forma de interacción abierta museo-sociedad,
vestigar, documentar y difundir las contribuciones pues sobra decir que muchos museos aún perma-
y perspectivas de varios grupos y expresar la reali- necen ajenos a sus contextos y a la población a la
dad con sus contradicciones e inequidades, como que supuestamente representan o sirven, que son
puede ser la situación de personas con vih-Sida o espacios abandonados y/o cerrados, que sus formas
presas, por citar dos casos; al promover actividades de trabajo son rígidas y se perciben como obsoletas,
formativas, de capacitación o culturales y atender jerárquicas o excluyentes.
las necesidades de grupos subordinados o en condi-
ciones de vulnerabilidad; al establecer vínculos con Museos y educación
organizaciones de la sociedad civil y promover su
participación en diversas actividades; e incluso al Los museos son espacios educativos importantes.
promover la difusión, valoración y comercialización Cada vez más se piensa en estas instituciones como
de productos generados por ciertos grupos socia- recurso didáctico, como apoyo para la formación y la
les, como pueden ser organizaciones cooperativas, promoción culturales, y como espacio que se suma
grupos étnicos o de personas de la tercera edad, o sinérgicamente a una amplia red en la que tienen lu-
darles empleo. gar los aprendizajes, entendiendo por aprendizaje un
Ser espacios de “acción afirmativa” significa que proceso complejo y permanente, una experiencia acumulativa
los museos ayudan a contrarrestar o corregir algu- y de carácter individual. Particularmente en el campo
na situación de discriminación o inequidad, a través de la educación de personas jóvenes y adultas, los

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museos adquieren cada vez más relevancia como El público adulto, y sobre todo, las reflexiones sobre
uno de los escenarios que favorecen la formación a sus formas de conocer, sobre las estrategias e inte-
lo largo de toda la vida, y como espacio que permite reses de aprendizaje, etc. han sido menos estudiadas
el “aprendizaje de libre elección”. en los contextos museológicos; además, a diferencia
Los museos devienen un contexto de aprendizaje de los grupos escolarizados, no son una población
en muchos sentidos. La museología contemporánea cautiva ni relativamente homogénea. Estas situacio-
propone distintos niveles y tipos de educación para nes plantean interesantes desafíos a las actividades
cumplir la función educadora de los museos. educativas de los museos.

Servicios educativos Niveles de comunicación


Por un lado, la museología plantea entre sus ele- Además de las actividades educativas que suelen es-
mentos formativos los “servicios educativos”, es tar más o menos estructuradas y formalizadas, la
decir, programas y actividades que complementan museología emplea tres niveles de comunicación
la visita al museo y que buscan favorecer la com- para divulgar el conocimiento en las exposiciones:
prensión y una mejor interpretación o asimilación el emotivo, el didáctico y el lúdico. El emotivo con-
de los temas de las exposiciones; y/o que establecen siste en producir emociones en el público a través
una relación de éstos con programas escolares. Las de la evocación y de la experiencia estética que se
actividades para lograr estos propósitos son muy generan mediante la museografía (luces, colores,
variadas; pueden ser visitas guiadas, conferencias, “escenografías”, etc.). El nivel didáctico implica
talleres, cursos, seminarios, proyección de películas, brindar información organizada y sintetizada para
representaciones teatrales, actividades artísticas, la la interpretación o lectura de los temas de la expo-
edición de materiales didácticos (audioguías, fichas sición, haciendo más accesible la secuencia, la ló-
de actividades en sala, historietas, juegos, videos, gica y los niveles diversos de información a través
etc.) y de publicaciones, entre otras. Con menor de mapas, diagramas, fotografías, gráficos, cedula-
frecuencia, estas áreas también hacen estudios de rios, etc. En el museo se reconoce expresamente el
público, trabajan con el voluntariado, pueden -en nivel de comunicación didáctica como otro de los
menos ocasiones de las deseables- intervenir en el caminos para cumplir con la tarea educadora. La
diseño, planeación o evaluación de las exposiciones; comunicación lúdica supone la participación directa
y realizar actividades fuera del museo como charlas de los públicos, y promueve su interacción con dis-
en escuelas, eventos especiales, acciones de investi- positivos manipulables o en actividades dentro de
gación participativa en comunidades y proyectos de la exposición.
intervención social.
Una gran parte de la labor de las áreas de servi- La exposición
cios educativos se enfoca al público de educación Más allá de estas estrategias educativas, la exposi-
básica, al menos así sucede en México y en muchos ción en sí misma es un medio de comunicación, y
otros países: se establecen vínculos entre los progra- puede ser escenario y recurso de aprendizaje. Los
mas escolares oficiales y los contenidos de los mu- museos ofrecen una realidad propia y multifacéti-
seos, y se favorece la tarea docente mediante las vi- ca, y suelen ser concebidos como espacios para ser
sitas al museo. Esto, en muchas ocasiones, ha hecho mirados y vividos; en ellos se valora la posibilidad
que se deje de lado a otros públicos, como el adulto de que el público sea el que interprete y se relacione
y/o el no escolarizado, de ahí que no siempre exis- de diversas maneras con las exposiciones, que cons-
tan tantas oportunidades y recursos complementa- truya de manera propia sus sentidos, convirtiendo
rios para estas poblaciones. También se observa que al museo en una especie de proveedor de insumos y
aunque existen iniciativas para estos grupos, no es generador de estímulos diversos: evocaciones, emo-
sencillo ofrecerles recursos pertinentes o diseñar ciones y experiencias a partir de las cuales cada per-
actividades adecuadas, ni tampoco es fácil encon- sona puede aprender. La característica de un medio
trar la respuesta esperada por parte de este sector. de comunicación es “mediar”, o sea, interponerse

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en la comunicación para alterar la manera en que se La mirada


percibe o interpreta la realidad o contenido en jue- Aunque el museo ofrece muchas y distintas posibi-
go; en este sentido, la exposición media al traducir a lidades para atender a los públicos, y para que éstos
lenguajes múltiples y asequibles ciertos temas o con- se involucren, la primera forma de contacto de la
tenidos que se ponen a disposición de los públicos. gente con la exposición es la mirada. Puede pensar-
La exposición permite incluir distintos elemen- se que mirar no supone ningún proceso educativo
tos y expresiones culturales: orales, textuales, visua- o es sólo un requisito para que éste pueda ser posi-
les, auditivas, sensoriales, rituales; recurre a códigos ble, pero desde otra perspectiva, mirar es una for-
variados que pueden responder a las distintas ne- ma de participar; no es algo pasivo o una respuesta
cesidades de los públicos, ofrece muchos recursos meramente fisiológica, sino que puede considerarse
para que la gente pueda establecer relaciones con un acto en tanto la mirada remite a la significación.
la exhibición y sus contenidos, y entre sí. Esta va- Mirar es un acto cultural que se inscribe en un con-
riedad en los medios y en los mensajes que se po- texto histórico-social e individual desde el cual se
nen en juego permite que se establezca un proceso prioriza, selecciona, comprende e interpreta aquello
dinámico de construcción e intercambio de signifi- que se mira.
cados a partir de medios sensoriales, verbales y no El museo es un espacio para mirar; en él la gente
verbales, racionales y no racionales, que funcionan prioriza la observación. A las personas les gusta mi-
conjuntamente y se combinan en un proceso activo rar las escenografías que se montan en las exposicio-
en el que se usan todos los sentidos. Este proceso nes, disfrutan al observar los detalles de las piezas,
genera experiencias complejas y variadas que tocan ver el objeto realzado mediante recursos museográ-
la dimensión afectiva, cognitiva, racional, social, ficos, con lo que se tiene la posibilidad de tener una
etc., y que resultan en nuevas informaciones, ideas experiencia distinta y peculiar de construcción par-
o habilidades. ticipativa de sentido que no es fácilmente repetible

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en otros medios y que tiene, además, una dimensión de estas formas de interrelación entre los públicos
estética intensa. Frases como: “quiero ver”, “déjame y las exposiciones son diversos gestos, actuaciones,
ver”, “¡mira!”, “¿ya viste?”, etc. son de las más fre- performances y juegos que la gente realiza de ma-
cuentes en las interacciones en el museo. La singu- nera espontánea frente a la exposición, además de la
laridad de los espacios y exhibiciones, su valor cien- fotografía, la lectura, la escritura y el dibujo. Estas
tífico, social, simbólico y/o estético, rodean de un interacciones involucran el uso de conocimientos
significado especial la visita al museo y del mirar en previos, el pensamiento lógico, la fantasía, la ima-
éste, convirtiendo el ver en una experiencia intensa ginación, la creatividad, la relación con lo cotidia-
que no se trata sólo de actos visuales, sino de pre- no, la comprensión, la comparación, la apreciación
sencia y de participación, de ser parte de un espec- y las experiencias estéticas; también la valoración, el
táculo o adentrarse en una representación o incluso cuestionamiento y la activación del recuerdo, entre
una realidad distinta, material y/o simbólica. otros procesos.

Otros medios Discusiones educativas pendientes


Más allá de la mirada, la exposición invita y deto- A través de estas ideas podemos ver por qué los
na formas de relación de los públicos con ésta que museos pueden ser importantes para el aprendizaje
suelen ser participativas o activas. Aunque el museo y para diversos procesos formativos, aunque debe-
suele pensarse como un espacio rígido y silencioso, mos subrayar que su efectividad didáctica o utilidad
en la práctica es utilizado y sentido de manera flexi- en el proceso de aprendizaje es muy variable. Es en
ble; es un espacio que genera procesos participati- el tipo de relación que cada persona o grupo esta-
vos en tanto es un lugar para ser recorrido, visitado, blezca para vincular-se con la exposición, y de las
andado, explorado y mirado-interpretado. Algunas experiencias que se detonen en la visita, donde se

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puede ubicar dicha efectividad. Los conocimientos gran número de participantes simultáneos o para
previos, la motivación, la concentración, los medios pocos, se plantean actividades cooperativas para
para la interpretación, los propósitos de la visita, familias y grupos o para personas solas, etc. Ade-
el tipo de visita, el contar o no con oportunidades más, la selección misma de los contenidos y obje-
complementarias y otros apoyos pertinentes ofreci- tos debe tener consideraciones contextuales: habrá
dos por el museo, son factores que influyen en el sociedades en donde cierto tema social o científico
alcance que éste tenga en el proceso formativo. pueda ser visto como de “alta sensibilidad” y ser
Un problema en el campo de la educación y de evitado o tratado de forma especial, mientras que
los museos es que, aunque está claro que el museo el mismo contenido puede no representar ningún
es un espacio/recurso de aprendizaje, no se ha com- carácter especial en otra sociedad.
partido con igual interés este hecho ni sus posibili- Cada sociedad se refleja en sus museos, y los
dades. En algunos museos prevalecen miradas muy museos reflejan su sociedad. Como ya señalamos,
tradicionales y cerradas sobre lo que puede ser un los intereses y contenidos de los museos son parcia-
proceso educativo y lo que puede o debe hacer un les siempre; no pueden disociarse del contexto en
museo al respecto. En otros se piensa que más que el que surgen. Esto, más que alejarnos de los mu-
dar respuestas, el museo debe generar preguntas y seos, demanda promover un acercamiento crítico.
ofrecer un entorno que favorezca la exploración y el El museo puede reproducir o subvertir prejuicios,
descubrimiento. Independientemente de una u otra estereotipos y creencias de la sociedad de la cual
postura, no hay una propuesta teórico-pedagógica forma parte.
común ni criterios museológicos para desarrollar la Además, cada tipo de sociedad intenta plantear
labor educativa en el museo. En cada experiencia ciertas demandas a sus museos, participa más o me-
se elaboran métodos y propuestas más o menos or- nos activamente en ellos y/o se apropia de la idea
ganizados para cumplir con esta función educativa. misma del museo para generar iniciativas museísti-
El desafío es experimentar, sistematizar y evaluar cas que sirvan para exponer la diversidad cultural y
distintas propuestas y experiencias para ir amplian- social, las perspectivas y conflictos de ciertos gru-
do las posibilidades y referentes para el trabajo edu- pos, determinadas versiones de la historia, promo-
cativo en y desde el museo, particularmente con el ver ciertas identidades y valores, difundir ciertos
público adulto. conocimientos, etc.
El museo: un producto, un insumo, un instru- El museo es también un instrumento cultural
mento y un proceso cultural para la sociedad. Suele tener locales e infraestructu-
Como se mencionó, cada museo está en estre- ra que se ofrecen a la población para diversos usos
cha relación con su contexto. Tanto las exposiciones y que pueden servir como espacios de encuentro y
como las actividades educativas de los museos refle- de recreación, o de inspiración, o funcionar como
jan los supuestos culturales acerca del aprendizaje y “aulas” para cursos de formación y capacitación,
delinean el entorno de aprendizaje y el tipo de expe- o como foro para la realización de ferias o even-
riencias posibles de acuerdo al contexto cultural. tos culturales y académicos. También pueden ser-
Las exhibiciones son en sí mismas un “objeto vir como medio de difusión de ciertos mensajes a
cultural” en la medida en que seleccionan temas, través de sus exposiciones, y para que su colección
expresan ciertos valores y creencias, suponen un se pueda aprovechar para distintos proyectos cul-
diseño y códigos particulares y realizan ciertas ac- turales. Pero además, es importante asumir que
tividades respondiendo a la cultura a la que están los museos son un proceso, una práctica cultural
dirigidas o en la que se insertan. Todo ello tiene im- donde distintos actores ponen en escena objetos
plicaciones pedagógicas para los museos: por ejem- para comunicar un mensaje (o varios mensajes que
plo, en respuesta a las preferencias y tipos de inte- coexisten), y en este sentido, la creación misma de
racción dentro de cada sociedad, se utilizan ciertos museos o exposiciones -o la participación en ini-
colores y no otros, cierta forma de lenguaje y de ciativas museísticas institucionales- es parte de un
narrativa, se diseñan espacios y muebles para un proceso educativo y cultural.

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El museo y los procesos ción o conocimiento. En este sentido, la posibilidad


de educación de personas de establecer un diálogo creativo e íntimo con la
jóvenes y adultas: exhibición puede ser una experiencia de expresión
sugerencias para la acción y de afirmación personal, de crecimiento. La satis-
facción personal, la autoconfianza, la autoestima,
Ubicamos dos lógicas principales de vinculación pueden desarrollarse en la experiencia estética, en
entre el museo y los procesos de educación de per- el encontrar algo interesante, en el estímulo de la
sonas jóvenes y adultas (epja): la primera es la visita curiosidad, en el aprendizaje de algo concreto, en el
al museo, y la segunda, la generación de un proyecto reconocimiento de algún dato personal o científico
museístico. En este número de Decisio se describen que contribuya al enriquecimiento personal. La in-
experiencias de ambos tipos. dividuación, la autoconfianza, la autoestima, están
Visitar el museo puede ser una experiencia de ligados con el desarrollo de la autonomía, otra clave
aprendizaje inserta dentro de diversos proyectos más en todo proceso educativo que puede trabajarse
educativos y que responda a propósitos muy varia- en el museo.
dos. Una serie de propósitos puede relacionarse ex-
clusivamente con el esparcimiento y la recreación,
o con el ejercicio y apropiación de los derechos
culturales.
Otra se refiere al uso del museo como herramien-
ta didáctica para la introducción o abordaje de cier-
tos contenidos relacionados a un proyecto de epja.
Por ejemplo, si se está trabajando en un proyecto
de capacitación laboral se puede acudir a un museo
de oficios o de economía para tratar determinado
tema, o si se desarrolla algún trabajo sobre histo-
ria o tradiciones culturales, puede acudirse a una
exposición etnográfica. Estos contenidos pueden
resultar manejables y/o comprensibles en el espacio
del museo por la manera en que suelen presentarse,
además de favorecer una integración interdiscipli-
nar. Otros objetivos pueden relacionarse con el de- Otros propósitos pueden referirse a la sensibili-
sarrollo de diversas habilidades, que pueden ir desde zación. En el museo se ofrecen posibilidades para
la lectoescritura, la expresión oral o la capacidad de la ampliación de horizontes a través del reconoci-
comprensión, análisis, observación y comparación, miento de la diversidad de la experiencia humana,
entre otras, hasta la capacidad crítica, la imaginación del acceso a nuevos temas y perspectivas, de la com-
y creatividad, la adquisición de conceptos e ideas prensión y el diálogo entre grupos y sociedades, del
nuevos, la aplicación de conocimientos previos, el encuentro con lo diferente y con lo propio, de la
fortalecimiento de ciertos contenidos, etc. reflexión y el desarrollo de actitudes y valores como
El museo es un espacio donde tiene lugar el la empatía, el respeto y la tolerancia.
asombro, la sorpresa, la espontaneidad, así como Otro tipo de objetivos educativos que pueden
donde hay cabida para juicios estéticos, aprecia- cubrirse en las visitas al museo tiene que ver con
ciones subjetivas o comentarios de diversa índole la formación artística, la vivencia de experiencias
que no necesariamente tienen que ser verdaderos estéticas y el desarrollo de habilidades creativas.
o correctos, donde la certeza sobre lo que se re- El museo constituye un recurso obligado para los
conoce puede depender en gran medida de lo que proyectos de epja que atienden objetivos culturales
se mira. En el museo cada quien puede asumirse y/o artísticos. Además, el trabajo artístico y la expe-
como una fuente fidedigna o válida de interpreta- riencia estética pueden integrarse en proyectos con

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objetivos sociales, políticos y/o de desarrollo, pues educativos, los desafíos que la globalización supone
pueden servir para informar y promover la concien- tienen que ver con el fomento de ciertos valores y
tización social, así como para la reconstrucción del actitudes (interculturalidad, respeto, etc.); con la co-
tejido comunitario, el trabajo sobre aspectos identi- municación de mensajes relativos al nuevo contexto
tarios, la recuperación de raíces culturales, la cons- mundial (y sus contradicciones); con la inclusión de
trucción de la memoria colectiva, etc. una participación cada vez más extensa de públi-
Muchos de estos aspectos de un proyecto educa- cos diversos en las actividades de los museos; con
tivo con personas jóvenes y adultas pueden también el reconocimiento y abordaje de nuevas formas de
ser promovidos en la generación de una exposición construcción y difusión del conocimiento; con el
o creación de un museo, la cual es una experiencia uso de diversas tecnologías de la información, pro-
educativa sumamente intensa y rica. Lo central del moviendo las mejores alternativas que respondan al
proyecto educativo puede estar en el proceso mismo entorno donde se ubica el museo; y con la inserción
de construcción del museo o exposición: trabajo co- estratégica del museo dentro de una red de recur-
lectivo, sensibilización, investigación, producción, sos y espacios donde todas las personas de todas las
reflexión, etcétera. Es decir, el proyecto museístico edades puedan aprender.
puede ser un fin educativo en sí mismo, mientras
que en otros proyectos orientados a la participación
social y promoción del desarrollo se recurre a la
creación de exposiciones como una estrategia o me-
dio para impulsar procesos como el desarrollo local
o comunitario, la apropiación del espacio social, la
intervención en el espacio público, la creación de
memorias sociales, el fortalecimiento de las identi-
dades locales, la conservación de tradiciones y sabe-
res y el diálogo con otros grupos. En ambos casos
se generan procesos autogestivos de participación y
comunicación social con efectos educativos en dis-
tintos niveles.
Todos estos propósitos, y otros más, pueden de-
sarrollarse si se tiene la capacidad de reconocer el
potencial del museo dentro del proceso educativo,
de organizar y disponer los recursos o apoyos ne-
cesarios para cumplir esos objetivos, y de acercar al
grupo al museo. Además, los museos pueden ofre-
cer distintos servicios y actividades para la pobla-
ción joven y adulta, los cuales, dependiendo de su
carácter y objetivos, pueden aprovecharse dentro
de los procesos de educación de personas jóvenes
y adultas.

Desafíos de la articulación
entre los museos y la EPJA
Otro desafío es la democratización. Si bien hay
Los museos enfrentan algunos retos generales para avances en este sentido, en México, y posiblemente
responder a las nuevas demandas y expectativas de en toda Latinoamérica, quedan pendientes cuestio-
la sociedad, así como a nuevas condiciones, como nes cuantitativas (acceso al museo, incremento de la
la democratización y la globalización. En términos oferta cultural mediante exposiciones itinerantes o

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museos virtuales) y cualitativas, para que el lenguaje una escuela, y esto no sólo no hay que olvidarlo, sino
y el discurso de los museos planteen explícitamen- reforzarlo. Las condiciones para el aprendizaje y los
te un interés democrático y equitativo, entre otras recursos didácticos que ofrece son peculiares y po-
cosas. Esto supone revisar y ampliar los contenidos tentes, y ésta es su ventaja. En términos más concre-
de muchos museos, analizar y mejorar la represen- tos, el trabajo aplicado a grupos de personas jóvenes
tación de grupos tradicionalmente subordinados y adultas es también un reto. Falta entender cómo se
(mujeres, indios y campesinos, entre otros) en las relaciona esta población con los museos y sistemati-
exposiciones, visibilizar en ellas lo que hasta ahora zar experiencias que permitan entender cómo y por
ha permanecido invisible o infravalorado en nues- qué pueden los museos apoyar un campo tan amplio
tras sociedades. Otro reto de la democratización es como la epja, cómo converge con sus distintas ver-
que los públicos participen de y en los discursos del tientes, qué respuestas puede ofrecerle, etc.

museo, es decir, generar mecanismos para favorecer El desafío es, primero, insertar a esta población
un acercamiento crítico de los públicos a los museos en los museos, y luego, insertar la educación para
que permita dialogar y cuestionar los mensajes que personas jóvenes y adultas, es decir, los plantea-
propone la exposición. También se presenta el reto mientos teórico-metodológicos, propósitos y estra-
de ampliar la colaboración con diversos grupos so- tegias educativas para este sector en los museos. Lo
ciales para que cada vez más museos puedan deve- primero supone, generalmente, romper con prejui-
nir en palancas para el empoderamiento. cios sobre el museo y su carácter elitista o cerrado,
Un nudo central está en la reflexión educativa. con el recuerdo de una experiencia negativa, con la
En términos generales, falta que los museos inves- timidez o la inexperiencia que obstaculizan la par-
tiguen, evalúen y desarrollen más y mejores formas ticipación en cierto tipo de actividades o juegos. El
de comprender y promover los aprendizajes que tie- propósito sería lograr que la población joven y adul-
nen lugar en el museo, y que reconozcan su impac- ta se sienta no sólo autorizada, sino en su derecho
to como recurso para la formación. El museo no es y en la posibilidad-necesidad de utilizar los museos,

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de apropiarse de ellos, de ser parte activa en la vida R ico M ansard, Luisa Fernanda (2004). “Museos
cultural de la propia comunidad a través de éstos. mexicanos, usos y desusos”, Correo del maestro, núm.
Enfrentar estos obstáculos no es tarea exclusiva 93, México (febrero). Disponible en:
de los museos; falta un acercamiento entre quienes www.correodelmaestro.com/anteriores/2004/
trabajan en el campo de la educación de personas febrero/2anteaula93.htm
jóvenes y adultas y el personal de los museos para Zavala, Lauro (2006). “El paradigma emergente
intercambiar conocimientos, compartir necesida- en educación y museos”, Opción, año 22, núm. 50,
des e intereses, impulsar iniciativas conjuntamente Universidad de Zulia, Maracaibo, pp. 128-141. Dis-
y generar insumos y saberes para resolver las mu- ponible en:
chas cuestiones planteadas. Este reto también toca a http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/src/inicio/ArtPdfRed.
otras instituciones promotoras del desarrollo social jsp?iCve=31005006
y cultural y de participación ciudadana así como a
centros de investigación, entre otros, pues son va- Bibliografía
rios los actores que pueden tanto beneficiarse como
aportar elementos para fortalecer esa alianza entre Duensing, Sally (2005). “Museo de ciencia y con-
museos y epja. textos culturales”, Sinéctica, núm. 26, iteso, Tlaque-
Finalmente está pendiente también motivar a paque, Jalisco (febrero - julio), pp. 22-37.
distintos actores educativos y grupos del campo
para dimensionar la experiencia de la visita a mu- El correo de la unesco, núm. 3, unesco, 2007.
seos o la creación de exposiciones y proyectos mu- En: www.unesco.org/es/courier
seísticos, a fin de que se animen a reflexionar sobre
las posibilidades y formas más pertinentes y útiles García Blanco, A. (1999). La exposición como medio de
de integrarlos en los procesos educativos que impul- comunicación. Akal, Madrid.
san y experimentar formas creativas de hacerlo.
Desde diversos actores el museo puede ser re- Hooper-Grenhill, Eilean (1999). Museums and
planteado, repensado y reinventado en sus funcio- the shaping of knowledge. Routledge, Londres-Nueva
nes, estructura, actividades, exposiciones y discursos York.
para ser un instrumento educativo, de desarrollo; un
objeto y un recurso cultural de gran alcance. Museum Internacional, núm. 236, unesco (diciembre)
2007.

Lecturas sugeridas Sánchez Mora, Carmen (2001). “Educación y mu-


seos”, Gaceta de Museos, núm. 21-22 (enero-junio), pp.
Méndez Lugo, R aúl Andrés (s/f). “Teoría y mé- 108-117.
todo de la nueva museología en México. El caso de
Nayarit”. Revista Digital Nueva Museología. Witker, Rodrigo (2001). Los museos. Consejo Na-
Disponible en: cional para la Cultura y las Artes, México.
http://www.nuevamuseologia.com.ar/ecomuse2.htm

Núñez, Angélica (2007). “El museo como espacio


de mediación: el lenguaje de la exposición museal”.
Universitas Humanística, núm. 63, Pontificia Universi-
dad Javeriana, Bogotá (enero - junio), pp. 181-199. La poesía es el sentimiento que le sobra al
Disponible en: corazón y te sale por la mano.
http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/src/inicio/ArtPdfRed. Carmen Conde, escritora española, 1907-1996.
jsp?iCve=79106310

Decisio MAYO-AGOSTO 2008

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