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LA LENGUA RITUAL DE LA REGLA DE OCHA Por Andrés Rodríguez Reyes
LA LENGUA RITUAL DE LA REGLA DE OCHA Por Andrés Rodríguez Reyes
Durante la trata negrera fueron traídos a Cuba africanos de los más diversos grupos étnicos,
fundamentalmente bantúes, yoruba, ewe-fon, carabalí, etc. Con la introducción de estos esclavos a
la Cuba colonial y española, elementos de diferente origen etnocultural entraron en un largo,
espontáneo y contradictorio proceso de integración que dio como resultado nuestra nacionalidad
cubana.
Estos esclavos fueron conocidos en Cuba por la denominación étnica de lucumí, la cual
abarcaba tanto al grupo yoruba como al grupo takua, nombre por el que los yoruba conocían a los
nupe, tribus con las cuales tenían estrechos lazos de afinidad histórica, lingüística, cultural y
religiosa.
La integración de los esclavos yoruba, como la de todos los esclavos africanos al contexto
esclavista español, fue un largo y doloroso proceso de transculturación, pues como escribiera
Fernando Ortiz: "Llegaron amarrados, heridos y trozados como las cañas en el ingenio y como éstas
fueron molidos y estrujados para sacarles su zumo de trabajo. No hubo elemento humano en más
profunda y continua trasmigración de ambientes, de culturas, de clases y de conciencia".
Sometidos a las terribles condiciones de vida y explotación esclavista comenzó, por una
parte, todo un espontáneo proceso de integración de los más diversos elementos africanos entre sí,
y por otra, su interrelación con elementos occidentales, en particular con la religión católica. Las
prácticas mágico-religiosas de origen yoruba tuvieron como producto transcultural a la regla de
ocha o santería cubana.
Esta lengua ritual está conformada fundamentalmente por los remanentes de los dialectos de
las lenguas yoruba y takua ( nupe) en Cuba, conocidos en Cuba por la denominación genérica de
lucumí. Estos remanentes presentan diferencias respecto a sus fuentes originales como resultado:
Entre sus iniciados no existe una comprensión homogénea de las formas de la lengua ritual,
ya que muchos de los elementos y estructuras fonéticas, gramaticales y lexicales originales se
simplificaron o se perdieron, al efectuarse esa transmisión de forma oral o por medio de las libretas
de santo. En estas últimas con una estructura fonética, sin reglas estipuladas, han tratado de
conservar los diferentes vocablos, frases, rezos y cantos en esta lengua.
CARÁCTER IRREGULAR EN LA INTEGRACIÓN Y CONSERVACIÓN DE LOS REMANENTES
LINGÜÍSTICOS YORUBAS EN CUBA
a) Presencia de variantes fonéticas de la misma palabra, lo cual podría ser explicado por la
manifestación de diversas variantes dialectales, por errores de pronunciación de los hablantes no
nativos en el proceso de transmisión oral, o por errores en la escritura fonética de los vocablos lucumí.
Ejemplo:
güiro-abuá, awá, agüé.
Estas resultan variantes de la palabra yoruba agbé (vaso, calabaza hueca usada como vasija) en la
que encontramos el sonido /gb/ no característico del español.
b) Uso de diferentes formas lexicales para designar un mismo objeto, proceso o fenómeno. Estas
podrían ser diferentes variantes dialectales, o variantes fonéticas desfiguradas por la transmisión
espontánea entre hablantes no nativos.
Ejemplo:
Jicotea (tortuga)
lucumí: achabkua, ayapa, ayagua, ajún.
yoruba: awum, ijapá.
Carnero
lucumí: abó, abuó, aboreone, abután.
yoruba: àgbò, àgutàn.
Ejemplo:
Hacer un amarre: Trabajo de magia amorosa para atraer a una persona.
Dar un despojo: Purificar al creyente de malas influencias.
Coger el santo: Estado de posesión del creyente por el orisha.
Que significa:
Le pedimos suerte y gracia divina al santo.
Deben hacer un trabajo mágico para librarse de la muerte.
Obatalá quiere dos palomas blancas.
Este tipo de frases híbridas, pronunciadas imitando la entonación de los viejos negros
bozales, también se encuentra en la actividad verbal de los orishas o santos que tiene lugar en los
estados de posesión, donde ocurre una transformación absoluta del creyente, pues: "[...] el poseso
cede su lugar como individuo, desplaza su personalidad y la pone en función de aquello que desea
o esta obligado o compulsado a representar [...]"
El destino de los remanentes lingüísticos yorubas en la regla de ocha ha estado marcado por
las interferencias del español con el cual ha estado en estrecho contacto. Y estas interferencias se
han reflejado en los diferentes subsistemas de la lengua, como por ejemplo en el fonológico. En
primer lugar esto sucedió debido a los cambios que produjo la no coincidencia de los sistemas de
fonemas del yoruba y el español. Podemos recordar aquí la transformación del sonido yoruba (s) por
el español (ch).
Además una seria repercusión en el destino de los remanentes yoruba lo tuvo el hecho de
que bajo la influencia del Español estos perdieron el carácter politonal de su acento, el cual tiene la
capacidad de diferenciar las palabras. Por ejemplo, en el yoruba moderno: rà (con acento tonal bajo)
significa amarrar con cuerda; ra (con acento tonal medio) significa acabar, parecer, raspar; rá (con
acento tonal alto) significa arrastrarse.
La pérdida del carácter politonal del acento provocó serios cambios en el nivel léxico de estos
remanentes lingüísticos empleados en la lengua ritual de la santería, pues existen palabras que
agrupan significados en ocasiones contradictorios.
Ejemplo:
Lucumí
oro: sagrado, mes, misa, ceremonia religiosa, palabra, cantos y toques de tambor Yoruba.
òro: nombre de un árbol que da frutos comestibles.
orò: costumbre, hábito.
orò: mugido de un toro.
oró: estímulo.
oro: palabra, conversación, fantasma.
oró: riqueza, salud, tesoro, opulencia.
La lengua introducida en Cuba por estos esclavos de origen africano sufrió serios cambios en
las nuevas condiciones sociohistóricas, al reducirse a aquellas palabras y frases que están
relacionadas con la actividad de diferentes rituales, a la práctica de yerberos y curanderos, y a la
cocina.
Se debe destacar que los remanentes lingüísticos yorubas empleados en los distintos rituales
de la regla de ocha no desempeñan una función auténticamente criptográfica, ya que no siempre
poseen un significado semántico específico para muchos de los iniciados que se sirven de ellos. En
muchas ocasiones estos sólo tienen una idea general sobre lo que repiten en momentos
determinados del culto. De esta manera se observan con frecuencia verdaderas situaciones
seudocomunicativas desde el punto de vista lingüístico, lo cual puede ser profundizado por la
presencia en estos rituales de un contenido esotérico, llamado también latente o subyacente por
diferentes autores, y el que se manifiesta en una dialéctica de lo expresado y lo no expresado, de la
clara lectura y de lo evocado. De ahí que la efectividad de la comunicación dependa de:
Este hecho anteriormente expuesto también puede ser provocado por la irregularidad
existente en la integración, conservación y difusión de los remanentes lingüísticos yoruba en la
lengua ritual de la regla de ocha.
En el estudio de los procesos comunicativos en la regla de ocha es necesario tener una visión
amplia que permita considerar que tanto la palabra, como el paso de baile, determinado gesto o
ritmo, la tirada de caracoles, "amarres", "limpiezas" y ceremonias, no son más que eslabones en ese
trascendental diálogo que transcurre entre hombres, deidades y antepasados. Este es el adecuado
punto de vista para comprender el proceso global de comunicación que tiene lugar en estas
prácticas mágico-religiosas.