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Sierra, C., Gómez, G., Cuello, M., Ruiz Y.

LEGISLACIÓN INFANCIA Y ADOLESCENCIA


NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES EN COLOMBIA ¿EJERCEN SUS
DERECHOS?

CESAR AUGUSTO SIERRA OSPINA


GLORIA DABEIBA GÓMEZ GONZÁLEZ
MARY ROSA CUELLO BERTEL
YURANY RUÍZ ACEVEDO
DOCENTE: ABOGADO BAUDILIO FORERO PRADO

CORPORACIÓN UNIVERSITARIA IBEROAMERICANA


ESPECIALIZACIÓN EN DESARROLLO INTEGRAL DE LA INFANCIA Y LA
ADOLESCENCIA
LEGISLACIÓN DE LA INFANCIA Y LA ADOLESCENCIA
FACULTAD DE HUMANIDADES
BOGOTÁ D.C. 2019
Sierra, C., Gómez, G., Cuello, M., Ruiz Y.

FAMILIA Y ESCUELA: ACTORES PRINCIPALES EN LA DEFENSA DE LOS


DERECHOS DE LOS NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES
Sierra, C., Gómez, G., Cuello, M., Ruiz Y.

La sentencia popular “la familia es la base de la sociedad” obedece al


reconocimiento que han hecho todas las culturas del valor de las células sociales
conformadas por individuos adultos y sus descendientes y cuyo propósito va más allá de
la reproducción y crianza de seres humanos1. La Familia es, de acuerdo al artículo 10 del
Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales “el elemento natural
y fundamental de la sociedad y se le asigna el nivel más alto de protección y asistencia
posibles, desde su constitución (matrimonio libre y garantizado por el Estado) y en el
cuidado y educación de los hijos”2 pues corresponde al primer y más importante agente
de socialización en el que se proporciona afecto, cuidado, sustento, protección, formación
en valores y roles y, en conjunto con la escuela, educación en derechos y deberes.

La familia educa a sus descendientes en habilidades de supervivencia,


convivencia, en el respeto a la autoridad, en el manejo del propio espacio y en el
reconocimiento de los demás; con la insuperable ventaja que esa educación es impartida
con el mayor afecto y protección. Es, en la familia, donde se fomenta el respeto a las
libertades humanas y de especial forma, donde se deben ver materializados y en completo
disfrute los derechos de los niños como sujetos de derechos.

1
Medina, J. Derecho Civil, Derecho de Familia.
2
Pacto Internacional de Derechos Económicas, Sociales y Culturales.
Sierra, C., Gómez, G., Cuello, M., Ruiz Y.

Cada miembro de la familia incluidos los niños son sujetos de derecho y cada uno
de los Estados que ha ratificado instrumentos jurídico internacionales, como el Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y de Derechos Civiles y
Políticos o la Convención de los Derechos del Niño está en la obligación de garantizar el
reconocimiento de la dignidad como base de la libertad, la justicia y la paz 3. Y es
justamente en el seno de la familia, donde se aprenden los límites de la libertad, el valor
de la equidad, la importancia del diálogo y la resolución pacífica de los conflictos4.

La familia es un microcontexto que representa la sociedad a la que pertenece,


teniendo una participación decisiva en la conservación de la cultura y del sistema político
y económico de una población que posee el derecho a la libre determinación. La falta de
conocimiento y educación en derechos es la razón por la cual las poblaciones son
vulneradas en su libertad de autodeterminación, convirtiéndose en esclavas de sistemas
sociales, políticos y económicos vilmente impuestos que solo dejan como resultado
desplazamientos y migraciones en un éxodo interminable de familias hacia nuevos
lugares en búsqueda de lograr un goce efectivo de sus derechos.

Estas familias desplazadas y/o migrantes son obligadas a adaptarse a nuevas


formas de cultura, viendo limitado su derecho a la libertad cultural e identidad al tratar de
encajar en espacios socialmente complejos, como lo representa la vida en las grandes
ciudades y cuya pluralidad, multiculturalidad y tribus urbanas resultan totalmente ajenas.
Y esto no solo tiene eco en las calles de las ciudades, sino en las aulas de clases de las

3
Declaración Universal de los Derechos Humanos.
4
Blanchard, M. Transformando la sociedad desde las aulas.
Sierra, C., Gómez, G., Cuello, M., Ruiz Y.

distintas instituciones educativas que reciben cada vez más niños y adolescentes que
huyendo de sistemas opresores llegan a nuevos contextos, donde se sienten poco
identificados, desubicados y con el inmenso dolor del desarraigo.

Tales situaciones no solo representan un desafío en materia social siendo un


imperativo trabajar por el restablecimiento de los derechos de estas familias que han sido
obligadas a desplazarse o a migrar; es, también, un profundo reto en educación, en el cual
los docentes deben flexibilizar el currículo institucional, tratando de ajustarlo a las
expectativas y necesidades de estos nuevos niños, que en muchas ocasiones más allá de
aprender lectura, escritura o matemáticas necesitan un maestro sensible, con devoción de
servicio y capaz de asumir con liderazgo la lucha de permitirles educarse en las mejores
condiciones posibles. Por esto, el docente está llamado a actuar como defensor de los
derechos de los niños, niñas y adolescentes, al ser no solo el principal autor del entorno
académico sino además el primer vínculo mediador entre el alumno - la familia - la
escuela y el estado5.

El docente como defensor de los derechos de los niños, niñas y adolescentes debe
hacerle frente a las problemáticas sociales con una visión propositiva; esforzándose en
ofrecer igualdad de oportunidades y acceso al conocimiento a cada uno de los alumnos,
trabajando por empoderarlos tanto en el respeto a los derechos como en el cumplimiento
de los deberes en el contexto más próximo en el que se desenvuelve. Siendo necesario,
entonces, ser consecuentes a lo largo de los procesos de desarrollo del niño y el

5
LE GAL, J. Los derechos del niño en la escuela. Una educación para la ciudadanía.
Sierra, C., Gómez, G., Cuello, M., Ruiz Y.

adolescente, permitiéndoles el disfrute de sus derechos al mismo tiempo que se le enseña


a asumir sus deberes como individuos pertenecientes a una sociedad.

En este orden de ideas, debe ser un imperativo de la escuela y especialmente de la


labor docente apersonarse de la defensa de los derechos de los niños, niñas y adolescentes
promoviendo la formación ciudadana toda vez que “el niño debe estar plenamente
preparado para una vida independiente en sociedad y ser educado en el espíritu de los
ideales proclamados en la Carta de las Naciones Unidas y, en particular, en un espíritu
de paz, dignidad, tolerancia, libertad, igualdad y solidaridad”6. Formar este tipo de
ciudadanos responsables, activos, capaces de manifestar su opinión y de proponer
proyectos y soluciones para los problemas7 siempre desde el respeto a la integridad de la
persona humana y destacando el valor y riqueza de la pluralidad es el gran desafío de la
educación.

Así pues la familia y la escuela son las dos grandes instituciones formadoras de
las que disponen los niños y niñas para construirse como ciudadanos, aunque no las
únicas. Por tal motivo, ni la escuela por una parte ni tampoco la familia, pueden
desempeñar dicha función de manera aislada y diferenciada la una de la otra; teniendo
ambas la responsabilidad de defender el interés superior del niño trabajando en el disfrute
efectivo de los derechos a la vida, la supervivencia, al desarrollo y a la participación sin
permitir ninguna forma de discriminación para la infancia y la adolescencia.

6
Preámbulo Convención de los Derechos de los Niños.
7
LE GAL, J. Los derechos del niño en la escuela. Una educación para la ciudadanía.
Sierra, C., Gómez, G., Cuello, M., Ruiz Y.

De este modo, es preciso que todos los ciudadanos aporten al cambio trabajando
por el bienestar de la niñez y la adolescencia desde la familia, la escuela, el barrio y en
los distintos ambientes de socialización. Destacando de forma especial, el compromiso
que tienen los especialistas en desarrollo integral de la infancia y la adolescencia en
formación, quienes están llamados a asumir un liderazgo social vehemente como Agentes
Educadores y Defensores dentro de sus contextos propiciando escenarios de reflexión,
debate y restablecimiento de los derechos de los niños, exigiendo al Estado que redoble
esfuerzos en materia de infraestructura, recursos y financiación para la protección,
cuidado y formación adecuada de los menores de edad.
Sierra, C., Gómez, G., Cuello, M., Ruiz Y.

BIBLIOGRAFÍA

Blanchard, M. (2014). Transformando la sociedad desde las aulas: Metodologías de


Aprendizajes por Proyectos para la Innovación Educativa en el Salvador. Madrid:
Narcea SA.

Congreso de Colombia. (1968). Ley 74 de 1968. Pactos Internacionales de Derechos


Económicos, Sociales y Culturales, de Derechos Civiles y Políticos.

Congreso de Colombia. (1972). Ley 16 de 1972, aprueba la Convención Americana sobre


Derechos Humanos, Pacto de San José de Costa Rica.

Congreso de Colombia (1991), Ley 12 de 1991 (Enero 22), Convención sobre los
Derechos del Niño.

Congreso de Colombia (2001), Ley 704 de 2001, Aprueba el Convenio 182 de la OIT,
Prohibición de las peores formas de trabajo infantil y la acción inmediata para su
eliminación.

Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Le Gal, J. (2005). Los derechos del niño en la escuela. Una educación para la ciudadanía.
Barcelona: Biblioteca de Aula.

Medina, J. (2010). Derecho Civil, Derecho de Familia. Bogotá D.C: Colecciones


Lecciones de Jurisprudencia. Universidad del Rosario.

República de Colombia (1991), Constitución Política de Colombia. Preámbulo, artículos


1,2, 4, 5, 7, TÍTULO II, TÍTULO V.
Sierra, C., Gómez, G., Cuello, M., Ruiz Y.

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