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Accidentes Nucleares
Accidentes Nucleares
En la energía nuclear nos referimos a accidente nuclear a aquellos sucesos que emiten un determinado nivel de radiación
susceptibles de perjudicar a la salud pública.
Los accidentes nucleares se clasifican entre accidentes e incidentes nucleares según la gravedad. Y se incluyen tanto los
accidentes nucleares como los accidentes radiactivos. Para entendernos, un accidente nuclear podría ser la avería en un reactor
de una central nuclear y un accidente por radiación podría ser el vertido de una fuente de radiación a un río.
A pesar de los accidentes nucleares más conocidos se han producido en centrales nucleares también pueden suceder en otros
centros en los que se trabaje con energía nuclear, como hospitales o laboratorios de investigación.
Para determinar la gravedad de un accidente se ha definido una Escala Internacional de Sucesos Nucleares (más conocida por
sus siglas en inglés INES).
Debido el secretismo de los gobiernos y las empresas propietarias de las centrales nucleares, en determinados casos, es difícil
determinar la gravedad o la extensión y repercusiones que un determinado accidente nuclear puede suponer.
Accidentes nucleares civiles
1952 y 1958 - Accidente nuclear en la central nuclear de Chalk River, Canadà
El 12 de diciembre de 1952 en Canadá se produce el primer accidente nuclear serio, en el reactor nuclear NRX de Chalk River.
El 24 de mayo de 1958, también en Canadá y en la misma central nuclear de Chalk Rriver: en el reactor NRU una varilla de
combustible de uranio se incendió y se partió en dos al intentar retirarla del núcleo del reactor.
1957 - Accidente nuclear de Mayak, Rusia
Mayak es el nombre con que se conoce un complejo con equipamientos nucleares que se encuentra entre las ciudades de Kaslo
y Kyshtym, en la provincia de Cheliabinsk, Rusia.
Es uno de los puntos del planeta con más contaminación por materiales radiactivos, aunque es poco famoso debido a que las
autoridades soviéticas intentaron esconder durante 30 años las fugas nucleares que se han ido produciendo.
1957 - Accidente nuclear en Windscale Pile, Reino Unido
En octubre de 1957, se produce un accidente nuclear en el reactor número uno de Windscale, Cumberland (ahora Sellafield,
Cumbria). Este accidente se convirtió en el peor accidente nuclear de la historia del Reino Unido clasificado en el nivel 5 de la
escala INES.
El incendio del reactor nuclear condujo a la liberación de materiales radiactivos en la zona circundante. La radiación podría haber
causado cerca de 240 casos de cáncer. No se evacuó a nadie de la zona afectada, pero hubo preocupación por la posible
contaminación de la leche.
Los conductos de aire de salida del reactor se sellaron y se eliminaron los cartuchos de combustible. El segundo reactor en el
sitio también fue cerrado, aunque sin daños por el fuego.
1979 - Accidente nuclear en la central nuclear de Three Mile Island, EEUU
La central de Three Mile Island tuvo un escape de productos radiactivos.
En marzo de 1979 la central nuclear de Three Mile Island tuvo un grave accidente nuclear después del primer año de
funcionamiento. La mala interpretación de los datos provocó errores muy graves en determinadas decisiones del personal de la
central. Aunque el núcleo del reactor nuclear quedó fuertemente dañado tuvo un escape limitado de productos radiactivos al
exterior. El accidente fue clasificado como nivel 5 en la Escala Internacional de Sucesos Nucleares (INES).
1980 - Accidente nuclear en la central nuclear Saint Laurent des Eaux, Francia
El peor accidente nuclear de Francia se produjo en la central nuclear Saint Laurent des Eaux en el río Loire. Sucedió en marzo de
1980, un fallo en el sistema de enfriamiento causó el derretimiento de un canal de combustible en el reactor Saint Laurent A2.
Se clasificó el accidente nuclear como nivel 4 en la escala INES. Ningún material radiactivo fue lanzado fuera de la central.
1986 - Accidente nuclear de la central nuclear de Cernobyl, Ucrania
Central Nuclear de Chernobyl - El peor accidente nuclear de la historia En abril de 1986, ocurrió el accidente nuclear más
importante de la historia en la central nuclear de Chernobyl por un sucesión de errores humanos en el transcurso de unas
pruebas planificadas con anterioridad. Fue clasificado como nivel 7 (“accidente nuclear grave”) en la Escala INES.
1987 - Accidente nuclear en Goiânia, Brasil
En septiembre de 1987 la ciudad de Goiânia en Brasil sufrió un accidente de contaminación radiactiva. Dos hombres robaron
una un aparato de teleterapia y lo manipularon. Extrajeron una cápsula de cesio de su carcasa de protección lo que lo convirtió
en una fuente radiactiva de cesio-137. El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) destacó este accidente nuclear
como uno de los peores incidentes radiológicos en el mundo.
El accidente nuclear de Goiânia fue considerado de Nivel 5 en la escala INES. Se contaminaron gravemente las residencias y
lugares públicos. Cuatro personas murieron y otras 28 sufrieron quemaduras por radiación. Varios edificios fueron demolidos y
se retiraron tierras de conreo como parte de las operaciones de descontaminación.
Dados esos riesgos, ¿por qué nosotros y nuestros médicos somos tan felices con los exámenes con escáner?
Por un lado, los pacientes no necesariamente están conscientes del peligro. Una nueva encuesta de Consumer Reports de 1,019
adultos en EE.UU. descubrió que a las personas su médico rara vez les habla acerca de los riesgos de las Ct scan y otras pruebas
radiológicas. Entonces, no es una sorpresa que tan solo el 7% de las personas que se han realizado una radiografía que no sea
dental y 2% de quienes se han realizado una tomografía computarizada consideraron que es posible que se hayan realizado las
pruebas innecesariamente. Y solo 4% le ha dicho a su médico que no quieren hacerse una CT scan. “Eso es preocupante”,
comenta Orly Avitzur, M.D., una colega de Lipman en Consumer Reports “Los pacientes deben tomar las riendas en esto ya que
es posible que su médico no lo haga”.
Otros estudios muestran que los mismos médicos con frecuencia subestiman los riesgos que pueden representar las CT scan. Es
más, es posible que algunos médicos de hecho, reciban un incentivo financiero por ordenar las pruebas.
Los profesionales de atención médica no deberían tener derecho de realizar estudios por imágenes en niños o adultos a menos
que primero comprueben que lo hacen de manera segura y apropiada y la mayoría del tiempo en este país, eso no sucede”, dice
Stephen J. Swensen, M.D., director médico de la Clínica Mayo en Rochester, Minn. “Si el examen no es necesario o emite la dosis
incorrecta de radiación, los riesgos superan por mucho a los beneficios”.
Curso elemental de los riesgos de la radiación
La tomografía computarizada emite una dosis potente de radiación, en algunos casos equivalente a aproximadamente 200
radiografías de tórax, o la cantidad a la que la mayoría de personas estaría expuesta por fuentes naturales durante siete años.
Esa dosis puede alterar la formación del tejido humano y crear radicales libres, moléculas que pueden causar estragos en las
células humanas. El cuerpo con frecuencia puede reparar el daño, pero no siempre. Y cuando no lo hace, el daño puede causar
cáncer.
Los cánceres causados por radiación médica pueden tardar desde 5 hasta 60 años en desarrollarse y el riesgo depende también
de la edad y el estilo de vida. Es por eso que los científicos se esforzaron en los primeros intentos por cuantificar el peligro de la
radiación médica. Hasta hace poco tiempo, los investigadores con frecuencia se basaban en la evidencia de los ataques de la
bomba atómica en Hiroshima y Nagasaki. Pero ahora las investigaciones muestran que los pacientes médicos de la actualidad
también están siendo dañados.
La nueva evidencia surge de un estudio australiano en 2013 que analizó a más de 680,000 personas a quienes se les realizaron
CT scan cuando eran niños y los compararon con 10 millones de niños a quienes no se les realizaron tomografías computarizadas.
Los investigadores determinaron que por cada 10,000 personas jóvenes examinadas, 45 desarrollarían cáncer en el transcurso
de los próximos 10 años, en comparación con 39 cánceres entre 10,000 personas a quienes no se les hicieron exámenes. En
general, las personas a las que se les realizaron pruebas tuvieron un 24% de aumento en el riesgo de cáncer y cada examen
adicional aumentó el riesgo en un 16%. Los niños a los que se les realizó una de estas pruebas antes de los 5 años tuvieron un
aumento de 35% de riesgo de cáncer, reflejando el hecho de que los cuerpos jóvenes son más vulnerables a la radiación.
Otros investigadores calculan que por cada 1,000 niños a quienes se les realiza una tomografía computarizada del estómago,
uno desarrollará cáncer como resultado. Y un estudio de 2012 que analizó a aproximadamente 180,000 niños británicos
relacionó las CT scan con índices más altos de leucemia y cáncer cerebral.
“Con demasiada frecuencia los niños están recibiendo dosis de radiación para adultos, lo cual es muchas veces más la cantidad
que ellos necesitan”, dice Swensen. “La dosis aumenta directamente el riesgo de leucemia o un tumor sólido. Y eso no está
regulado en la actualidad”.
La radiación presenta un riesgo menor para las personas mayores, en parte porque hay menos tiempo para que el cáncer se
desarrolle en ellos, explica David Brenner, Ph.D., director del Centro para Investigación Radiológica en Columbia University. Pero,
él señala que los adultos en realidad reciben muchos más exámenes que los niños, “así que el problema más grande en realidad
lo tienen los adultos”. Las investigaciones también sugieren que, contrario a las expectativas, el riesgo del cáncer inducido por
la radiación, principalmente el de los pulmones, no disminuye con la edad.
Referencia:
http://www.eldiariony.com/2015/02/06/sobreexpuesto-a-la-radiacion/