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Accidente nuclear

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Un accidente nuclear o incidente nuclear, dependiendo de la gravedad, se denomina a
la emisión involuntaria y accidental de materiales radiactivos o un nivel de
radiactividad susceptible de perjudicar la salud pública.1

Índice
1 Accidente nuclear e incidente nuclear
2 Accidentes nucleares
3 Protección civil en caso de accidente nuclear
3.1 Recomendaciones de carácter general
3.2 Medidas de protección urgente
3.3 Medidas de protección complementarias
3.4 Medidas de protección de larga duración
4 Radiación nuclear y la glándula tiroides
5 Niveles de actuación en caso de accidente nuclear
6 Probabilidad de un accidente nuclear
7 Véase también
8 Referencias
Accidente nuclear e incidente nuclear
Se califica de incidente o de accidente nuclear en función de su gravedad y de sus
consecuencias sobre la población y el medio ambiente.

Los accidentes radiológicos pueden suceder en una central nuclear o fuera, es


decir, en un establecimiento que lleva a cabo una actividad nuclear (hospitales,
laboratorios de investigación...) o bien debido a la pérdida de una fuente
radiactiva, o bien por diseminación involuntaria o voluntaria de sustancias
radiactivas en el medio ambiente.

Para medir la gravedad de un acontecimiento, existe una escala internacional:


escala INES.2

Los sucesos en las instalaciones nucleares españolas clasificados por encima del
nivel 0 han sido en total 27. Los más graves fueron el ocurrido en la central
nuclear de Vandellós el 19 de octubre de 1989 -catalogado con nivel 3 (sobre 7)- y
tres años después el que ocurrió en la central nuclear de Trillo el 31 de enero de
1992 -catalogado con nivel 2-. El resto han sido clasificados con nivel 1.

A nivel internacional los sucesos más graves han sido el accidente de Chernóbil
(Unión Soviética) en 1986 y el de Fukushima (Japón) en 2011; ambos con nivel 7 (el
máximo).

Accidentes nucleares
Los principales accidentes nucleares de la historia han sido:3

1957: Mayak (Rusia), magnitud 6 según la escala INES.


1957: Windscale (Reino Unido), magnitud 5 según la escala INES.
1979: Three Mile Island (Estados Unidos), magnitud 5 según la escala INES.
1983: Constituyentes (Argentina), magnitud 5 según la escala INES.
1986: Chernóbil (Ucrania), magnitud 7 según la escala INES.
1987: Goiânia (Brasil), magnitud 5 según la escala INES.45
1999: Tokaimura (Japón), magnitud 4 según la escala INES.6
2011: Fukushima (Japón), magnitud 7 según la escala INES el incidente en los
núcleos de los reactores 2 y 3, magnitud escala 3 en las piscinas de la unidad 4.6
Protección civil en caso de accidente nuclear
Véase también: Protección civil frente a un accidente nuclear
Inmediatamente después de un suceso (incidente o accidente) en una central nuclear
que supusiera un riesgo para la población, se anunciaría el comienzo y el fin de la
alerta por sirena y por radio a la población.

Es el gobernador del lugar es el que decide las medidas de actuación que la


situación necesita, de acuerdo a los planes de emergencia existentes.

En España, la Dirección General de Protección Civil y Emergencias recomienda las


siguientes pautas para la población:7

Recomendaciones de carácter general


Son recomendaciones para todos los casos en los que se produzca una emergencia
nuclear con independencia de que se trata de un incidente (sin emisión de
radiactividad al exterior, pero con riesgo de emisión si el suceso se agrava) o un
accidente (emisión de radiactividad al exterior o riesgo para las personas). Estas
recomendaciones son:

Atender las indicaciones de las autoridades: Es muy importante atender las


indicaciones de las autoridades responsables y servicios de emergencias para tomar
las medidas de protección más adecuadas, dado que irán señalando qué hacer y
porqué, dependiendo de la evolución de la emergencia.
Escuchar la radio: Escuchar atentamente la información específica de la emergencia
transmitida por las emisoras de radio.
Permanecer en el domicilio: Si se recomienda permanecer en el domicilio, es
importante cerrar puertas, ventanas o cualquier hueco al exterior. Cubrir con paños
húmedos las posibles rendijas y desconectar ventiladores, aparatos de aire
acondicionado, calderas y otras tomas de aire. Regrese a la vivienda en caso de
encontrarse fuera de ella. Sólo en caso necesario, las autoridades dispondrían una
evacuación organizada.
Proteger a los animales: Si es posible, lleve a los animales a recintos cerrados.
Precauciones alimentarias: Consumir preferentemente bebidas y alimentos envasados.
Medidas de protección urgente
Son aquellas acciones de protección que hay que adoptar de forma rápida y se
conciben para ser aplicadas durante un periodo de tiempo corto. Tienen como
finalidad reducir el riesgo de aparición de efectos deterministas o agudos entre la
población. Las principales son:

Confinamiento: Consiste en la permanencia de la población bien en sus domicilios,


bien en edificios próximos a los lugares en donde se encuentre en el momento de
anunciarse la adopción de la medida, a fin de evitar la exposición externa a la
nube radiactiva y del material depositado en el suelo y la exposición interna por
inhalación de las sustancias radiactivas.
Profilaxis radiológica: Consiste en la ingestión de compuestos químicos estables
que tienen un efecto reductor sobre la absorción selectiva de ciertos
radionucléidos por determinados órganos. Tanto el yoduro como el yodato de potasio,
son compuestos eficaces que reducen la absorción del yodo radiactivo por la
glándula tiroides. Para conseguir la reducción máxima de la dosis de radiación al
tiroides, el yodo debe suministrarse antes de toda incorporación de yodo
radiactivo, y si no, lo antes posible tras esa incorporación. Aunque la eficacia de
esta medida disminuye con la demora, es posible reducir la absorción de yodo
radiactivo por el tiroides a la mitad, aproximadamente, si el yodo se administra
tras unas pocas horas de la inhalación. La ingestión de yodo en las dosis
recomendadas no presenta riesgos para la mayoría de la población; no obstante,
pueden existir personas sensibles al yodo y presentarse efectos secundarios que, de
todas formas, revisten poca importancia. La ingestión de yodo debe realizarse
siguiendo las instrucciones de las autoridades sanitarias. Son las autoridades las
encargadas de suministrar el yodo a la población en las cantidades adecuadas.
Evacuación: La evacuación consiste en el traslado de la población efectivamente
afectada por el paso de la nube radiactiva, reuniéndola y albergándola en lugares
apropiados no expuestos, durante un periodo corto de tiempo. Sería anunciada por
las autoridades sólo en caso de ser necesaria, para realizarla desde unos puntos de
reunión del municipio, previamente señalados en los planes de emergencia, de una
forma organizada, evitando con ello, otros riesgos añadidos.
Medidas de protección complementarias
Son medidas complementarias a las anteriores para aumentar la protección:

Control de accesos: El establecimiento de controles de accesos a zonas afectadas


por una emergencia radiológica está siempre justificado. La adopción de esta medida
permite disminuir la dosis colectiva, reducir la propagación de una posible
contaminación y vigilar y medir con dosímetros específicos al personal que
intervenga en la emergencia y que deba entrar o salir de las zonas afectadas.
Autoprotección ciudadana: Estas actuaciones incluyen desde métodos y técnicas
sencillas, generalmente al alcance de la población afectada, como el uso de prendas
alrededor del cuerpo o colocadas en los orificios nasales, el taponamiento de
rendijas en los accesos de dependencias, o la parada de los sistemas de
ventilación, hasta otras más sofisticadas que exigen para su utilización de unos
requerimientos especiales y, normalmente, están destinados a la protección del
personal que interviene en la emergencia, como el uso de equipos de respiración, de
vestimenta especial o de equipos de medida de la radiación.
Descontaminación de personas: Existen diversos niveles y métodos de
descontaminación, desde el simple hecho de quitar la vestimenta o coberturas,
pasando por lavados más o menos profundos, hasta la intervención sanitaria cuando
la contaminación sea interna.
Estabulación de animales: La estabulación tiene por objeto la protección de las
personas y sus bienes mediante el confinamiento y control alimenticio de los
animales que de alguna manera entren en la cadena alimenticia, con el fin de
reducir la propagación de una posible contaminación.
Medidas de protección de larga duración
Son medidas de protección que se prolongarán más en el tiempo. Tienen por
finalidad, en general, reducir el riesgo de efectos estocásticos o tardíos en la
salud de la población expuesta y de efectos genéticos en las generaciones
posteriores. Aunque son medidas de la fase final, durante la fase de emergencia se
pueden tomar acciones o planificar actuaciones características de la fase de
recuperación.

Entre estas medidas de larga duración, pueden darse las siguientes:

Control de alimentos y agua: La adopción de restricciones al consumo de algunos


alimentos y agua se puede realizar, con carácter preventivo, durante la fase de
emergencia en las zonas afectadas por el paso de la nube radiactiva. La adopción
definitiva de estas medidas de protección se realizará atendiendo a los niveles de
actuación que para cada caso se determinen, considerando las tolerancias máximas de
contaminación para estos productos, tras un accidente nuclear o cualquier otro caso
de emergencia radiológica, fijadas por la Unión Europea.
Descontaminación de áreas: La descontaminación puede considerarse tanto una medida
de protección como una medida de recuperación. Las medidas de protección se
destinan a la población efectivamente afectada y al personal de intervención,
mientras que las medidas de recuperación se dirigen principalmente hacia el
ambiente físico y el restablecimiento de condiciones normales de vida. Su fin es
reducir la irradiación externa debida a las sustancias radiactivas depositadas, la
transmisión de sustancias radiactivas a las personas, los animales y los alimentos
y la resuspensión y dispersión de sustancias radiactivas.
Traslado temporal y traslado permanente: Se denomina así al que se efectúa sobre la
población que, tras el paso de la nube radiactiva, queda sometida a exposiciones
debidas a las sustancias radiactivas depositadas en el suelo y a la inhalación de
partículas radiactivas dispersas en el aire. Se distingue entre traslado temporal
(albergue de media duración) y traslado permanente (realojamiento) en función del
carácter provisional o definitivo del nuevo asentamiento.
Radiación nuclear y la glándula tiroides
Fuente: Asociación Americana de Tiroides (American Thyroid Association)8
La mayoría de los accidentes nucleares liberan yodo radiactivo en la atmósfera el
cual puede ser absorbido por el cuerpo. Cuando las glándulas tiroides captan
demasiado yodo radiactivo, puede producirse cáncer de tiroides que se desarrollará
varios años después de la exposición. Los bebés y los niños son los que tienen
mayor riesgo. Este riesgo es menor para los individuos mayores de 40 años de edad.

El cáncer de tiroides parece ser el único cáncer cuya incidencia aumenta después de
un escape nuclear. El yoduro de potasio protege solamente a la glándula tiroides,
pero este es el órgano que corre más peligro frente al yodo radiactivo.

Los niños son los que tienen mayor riesgo frente a la exposición al yodo
radiactivo. Además, debido al riesgo que corren los fetos que están en desarrollo,
las mujeres embarazadas también deberían recibir yoduro de potasio frente al evento
de un accidente nuclear. Los adultos tienen un riesgo menor, pero aun así pueden
beneficiarse con el yoduro de potasio. Sumado al yoduro de potasio, debe darse
prioridad a la evacuación y buscar un refugio, en una habitación sin ventilación
con las ventanas y puertas cerradas.

El yoduro de potasio llena a las células tiroideas y evita que la glándula capte el
yodo radiactivo durante aproximadamente 24 horas. Se debe tomar una dosis al día
mientras se esté expuestos al yodo radiactivo hasta que el peligro se termine. El
yoduro de potasio debe ser utilizado solamente bajo indicaciones de las autoridades
de salud local. No todos los escapes radiactivos incluyen el yodo radiactivo que
puede causar cáncer de tiroides. Por ejemplo, una bomba sucia no contiene yodo
radiactivo porque tiene una vida media corta. Las autoridades de salud pueden
determinar que tipo de isótopos radiactivos se han liberado durante un evento
nuclear. Si se ha producido el escape de yodo radiactivo, las autoridades de salud
indicarán cuando y cuanto tiempo se debe tomar el yoduro de potasio.

La FDA estadounidense recomienda las siguientes dosis en caso de accidente nuclear:

Edad Dosis
0 - 1 mes 15 mg
1 mes - 3 años 30-35 mg
3 - 12 años 65 mg
>12 años 130 mg
Las únicas personas que no deberían tomar yoduro de potasio son aquellas que han
tenido reacciones alérgicas mayores al yodo. Los adultos mayores de 40 años no
necesitan yoduro de potasio a menos que estén expuestos a niveles extremadamente
elevados de yodo radiactivo.

Los pacientes con enfermedad tiroidea pueden tomar de manera segura las dosis
recomendadas por la FDA. Si se toman por un tiempo suficientemente largo, el yoduro
de potasio puede producir hipotiroidismo temporario (una glándula poco activa o
funcionante). El término suficientemente largo es diferente para cada individuo. Un
tratamiento prolongado puede ser un serio problema para los niños, estos niños
deberán ser evaluados más adelante por un médico. Los pacientes con enfermedad
graves (hipertiroidismo) o con nódulos tiroideos autónomos (funcionantes) también
deben ser evaluados a posteriori.

La Asociación Americana de Tiroides (ATA) recomienda que la distribución de yoduro


de potasio no debe limitarse al área cercana a la central nuclear, nadie puede
predecir cuan lejos la radiación puede esparcirse. Después de Chernóbil, se
encontraron tasas más elevadas que las esperadas de cáncer de tiroides más allá de
los 300 km de la planta nuclear. Por lo tanto, nadie puede predecir que tan lejos
de la planta nuclear debe distribuirse el yoduro de potasio para proteger a las
personas que pudieron estar expuestas al yodo radiactivo. Como no existe una
respuesta correcta, la Asociación Americana de Tiroides recomienda tres niveles de
cobertura, determinado por la distancia de la planta nuclear:

Distancia Acción
0 – 50 millas (0 - 80 km) Pre-distribuir el yoduro de potasio en las casas,
mantener el yoduro de potasio a mano.
50 – 200 millas (80 - 322 km): Tener disponibilidad almacenada de yoduro de
potasio en lugares públicos (Hospitales, escuelas, Estaciones de policía y
bomberos).
> 200 millas (> 322 km) Tener disponibilidad almacenada de yoduro de potasio desde
los departamentos de salud.
Niveles de actuación en caso de accidente nuclear

Este artículo o sección necesita referencias que aparezcan en una publicación


acreditada.
Este aviso fue puesto el 11 de abril de 2011.
En accidentes no se aplican los límites de dosis habituales en condiciones
normales, sino que se fijan niveles de dosis de actuación que proporcionan un
beneficio mayor que el perjuicio que causa cualquiera de las medidas de protección
aplicables.

Así, si la dosis que podrían recibir las personas fuera superior a los 10 mSv en
menos de 2 días se recomendaría la permanencia en edificios. Solo se evacuarían las
personas si la dosis que se podría evitar al hacerlo fuera mayor de 50 mSv en una
semana. Y la profilaxis con yodo solo está indicada si la dosis absorbida a la
tiroides fuera mayor de 100 mGy.

La gravedad de los efectos aumenta en función de la dosis recibida, de la duración


y también de la edad de la persona. En caso de accidente, el médico determina a
partir de análisis médicos la dosis recibida.

Los efectos de una exposición accidental


Exposición Grado de gravedad Síntomas
Algunos milisieverts Solo posibles efectos a largo plazo
Algunos centenares de milisieverts Ningún efecto inmediato Posibles náuseas
pasajeras y ligera fiebre
Entre 1 000 y 2 000 milisieverts Efecto médico notable Vómitos, cansancio,
fiebre, riesgo de infección, cáncer
Entre 2 000 y 4 000 milisieverts Efecto médico grave Vómitos, fiebre,
trastornos digestivos, hemorragias, caída del pelo, leucemia, otros tipos de cáncer
Entre 4 000 y 10 000 milisieverts Probabilidad mayor que el 50% de muerte Ídem,
además de daños neurológicos (vértigo, desorientación) y cánceres de muchos tipos
Superior a 10 000 milisieverts Muerte segura
Probabilidad de un accidente nuclear
En cada central nuclear, existe una probabilidad de que ocurra un accidente severo,
ya sea por motivos técnicos o fallos humanos. Esa probabilidad puede calcularse.

Según una nota de la AIMPGN que cita un estudio oficial realizado en 1980 (“Estudio
alemán del riesgo en centrales nucleares - Fase B”), en una central nuclear alemana
la probabilidad de que se produzca una fusión del núcleo es de 2.9*10-5. Teniendo
en cuenta que la vida útil prevista para una central nuclear como las estudiadas es
de 40 años, y que en 2004 había 150 centrales nucleares activas en Europa, la
probabilidad de que en Europa ocurriese una fusión del núcleo sería del 16%.9 Este
estudio indica que ya ocurrió un accidente de este tipo: Chernóbil. Al seguir un
cálculo realizado según la distribución binomial, función de probabilidad que
seguiría dicho suceso y con el que se realizaron los cálculos anteriores, la
probabilidad de que ocurriera un accidente igual en Europa sería de un 0 0009 %.

Véase también
Accidente nuclear de Chernóbil
Accidente nuclear de Fukushima I
Anexo:Accidentes nucleares
Alertador nuclear
Central nuclear
Combustible nuclear
Controversia sobre la energía nuclear
Escala Internacional de Accidentes Nucleares
Energía nuclear en España
Energía nuclear
Medicina nuclear
Reactor nuclear
Seguridad nuclear
【映像資料】東京電力福島第一原子力発電所における 3 号機原子炉建屋内調査の映像 - on Nuclear
Regulation Authority Official YouTube channel『NRAJapan』(en japonés)
Referencias
Energía y tecnología nuclear: discusiones éticas, sociales y ambientales.
Editorial Tecnologica de CR. 2005. ISBN 9789977661698. Consultado el 6 de enero de
2018.
Fondevila, Miguel Marco; Scarpellini, Sabina (2 de diciembre de 2013). Guía de
mercados energéticos. Prensas de la Universidad de Zaragoza. ISBN 9788416028153.
Consultado el 6 de enero de 2018.
Emprendiendo en Defensa Civil. Escrito por Jose Manuel Ferro Veiga. Google libros
Rejane Spiegelberg-Planer. Una cuestión de grado. La revisión de la Escala
Internacional de Sucesos Nucleares y Radiológicos (INES) amplía su alcance.
Archivado el 14 de agosto de 2011 en la Wayback Machine. Boletín del OIEA 51-1.
Septiembre de 2009.
Ing. Luis Bermúdez Jiménez. Radiaciones Ionizantes. Programa Control de
Radiaciones. Ministerio de Salud. San José, Costa Rica.
https://web.archive.org/web/20110320093104/http://noticias.es.msn.com/msn/20-
minutos/noticia.aspx?cp-documentid=156551611
Gobierno de España (19 de octubre de 2009). «Prevención y protección ante el
riesgo nuclear». Archivado desde el original el 10 de octubre de 2011.
Asociación Americana de Tiroides (American Thyroid Association). «Radiación
Nuclear y la Glándula Tiroides». Archivado desde el original el 15 de noviembre de
2011.
Henrik Paulitz (4 de octubre de 2006). The probability of a Nuclear Meltdown (en
inglés). AIMPGN. Archivado desde el original el 27 de septiembre de 2007.
Consultado el 29 de junio de 2007.

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