Está en la página 1de 2

Rosita Serrano “el ruiseñor chileno”

¿Le suena ese nombre? ¿No? Ese era el nombre artístico de María Ester Aldunate
del Campo, cantante y actriz chilena que tuvo un gran éxito entre los soldados
alemanes del tercer Reich. ¿Por qué no es reconocida en su país? Probablemente
usted ya se haya respondido esa pregunta con lo ya mencionado, pero esa no es
toda la historia de Rosita, y en este ensayo voy a defender el por qué ella merece
más reconocimiento en su país.
Si bien es cierto el hecho de que cantó para los jerarcas nazis, también lo es la
parte escondida de esta historia, en la cual María Ester con su voz los conquistó,
logrando conseguir viajes a distintas partes del mundo en las cuales su fin era visitar
a los refugiados, principalmente niños, para quienes cantó, labor que se le es
reconocida en los 50’ plantando un árbol en su honor en el memorial Yad Vashem,
Israel.
Aparte de lo ya mencionado, Rosita representó a Chile hasta lo más alto, en sus
conciertos hubo hasta 75000 personas, actuó en diez películas alemanas, grabó el
soundtrack de la Cenicienta para Disney en 1950 (aunque no fue usado debido a
que descubrieron su relación con la Alemania nazi), actualmente sigue siendo
considerada una de las personas que más fama le dio a Chile en el extranjero,
siendo comparada con poetas como Pablo Neruda y Gabriela Mistral además de
que muchos las consideran de las mejores artistas de Chile, llegando a ser Valentín
Trujillo el que dice “La fantasía dice que existen los ángeles, pero de existir, no creo
que ninguno cante como ella”.
Es indudable que Aldunate poseía una voz privilegiada, pero según cuentan sus
cercanos también estaba en su poder un carácter firme, valiente y decidido, siendo
pruebas de este el que se le vea en algunas imágenes fumando y manejando su
réplica del auto del Führer (única en Alemania y otorgada por la marca alemana
Mercedes Benz), absteniéndose de todos los ideales que debía poseer una mujer
en esos tiempos, se negó en tres oportunidades de firmar un documento que
afirmaba que no tenía un linaje judío, negro o que había pertenecido a una logia
amazónica, ocasionando que la Gestapo comenzara a investigar su vida hasta
descubrir su actividad clandestina, lo que trajo que se le negara su estancia en
Alemania, la de su madre y la venta de sus discos, mas Rosita no se rindió y luego
de un tiempo volvió a su país natal, donde no fue muy bien recibida por el gobierno
de Pinochet, quien jamás le proporcionó una pensión de gracia, su familia le quitó
su casa en Príncipe de Gales y quedó arraigada en precarias condiciones en una
casa en la Reina, luego pasando a un departamento en Estación Central no en
mejores condiciones que su antiguo hogar.
Es así como podemos decir que María Aldunate del Campo fue una persona que
ayudó a los más necesitados, contribuyó al reconocimiento del arte de Chile y fue
un ejemplo de mujer para las demás. Logró usar a los nazis para el beneficio de
personas vulneradas con un carácter dominante y difícil pero como nos proclama
Eleanor Roosevelt “las mujeres con buen comportamiento rara vez hacen historia”
y el ruiseñor chileno estaba bastante lejos de quedarse callada y sumisa. Pero ¿por
qué los últimos días de Rosita fueron tan inestables? Según parece no bastaron
todas sus buenas acciones como para aplacar su fuerte personalidad y así
conseguir que al final tuviera una mejor relación con su familia y que esta le brindara
apoyo.

También podría gustarte