Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Calixto - Tejas Arriba - Comentarios Al Evangelio Del Domingo (A-B-C) PDF
Calixto - Tejas Arriba - Comentarios Al Evangelio Del Domingo (A-B-C) PDF
del domingo
Ciclos A, B, C.
o
CoA\>dbr- aulinas
COLECCIÓN H O M I L Í A S Calixto
Comentarios Bíblicos que iluminan el Nuevo Milenio.
Tomo I Adviento - Navidad
P Cándido Lizarragá
fr
PÓRTICO
i 6 }
&—á
TIEMPO ADVIENTO
Primer domingo
Una Navidad distinta
Todos podemos construir una Navidad nueva y distinta. Para que Hemos creído, nos dice un escritor, que ser cristiano es asunto
Dios se haga visible en cada institución, en cada hogar, en cada meramente de «religión». Pero se trata de todo lo demás.
conciencia. Descubriremos entonces una forma inédita de alegría,
más diáfana y serena. Nos sentiremos más capaces de comunica- Sería muy fácil ser cristiano, si consistiera en ir a Misa los domin-
ción y más comprometidos con nuestros hermanos. En vez de gos. Pero la fe se vive todos los días de la semana.
tanta algarabía escucharemos mansamente a Dios que habla con
nosotros de temas de amistad y de progreso. Sería muy fácil ser cristiano, si equivaliera a colaborar en alguna
obra de beneficencia. Pero se trata además de recortar nuestros
Es t o d o ello, una edición renovada de lo que sucedió en el gastos superfluos.
pesebre hace muchos siglos: cantaron los ángeles, se acercaron los
pastores, María y José adoraron al Niño y el mundo empezó una Sería muy fácil ser cristiano, si bastara la fidelidad conyugal. Pero
nueva era de justicia y salvación. es necesario seguir de cerca las preocupaciones de los hijos.
Sería muy fácil ser cristiano, si fuera suficiente ser justo en los salarios.
Pero se trata además de promover a los obreros de la empresa.
A ñ a d e San Juan en su Evangelio: " A l mundo vino la Palabra, pero Filón nos habló de la Palabra, el Verbo, el Logos, la manifestación
el mundo no la conoció. Vino a su casa y los suyos no la recibie- de un Dios Absoluto que desciende hasta los hombres. San Juan,
ron". ¿Estaría san Juan hablando de nosotros? nos muestra a Jesucristo como esa Palabra de Dios hecha carne y
acerca su doctrina a nuestra vida ordinaria, afirmando que Jesús es
el Pan, la Luz, el Agua Viva, la Unidad, el Amor.
Misterio es el calor del sol, que desciende hasta el surco para que
Pronto comenzaremos un nuevo año. Una alegría y al mismo tiem-
la raíz pueda absorberse los jugos de la tierra. Es el agua que trae
po una responsabilidad. ¡ Q u é bueno que éste fuera el tiempo
fecundidad al suelo, salud al rostro de los niños y descanso a las
señalado para acoger a Jesucristo!
manos fatigadas. Misterio son la vida, el amor, la ilusión, el viaje,
la amistad, el arte, la alegría.
Se iniciaba esa noche una era nueva. Desde entonces fuimos trans-
formados en gente capaz de mejorar el mundo. Unidos a ese
Niño que nos salva, somos en cierto modo omnipotentes.
En su rostro de Madre, adivinamos la amable compasión de Dios, Babushka era una anciana, que vivía sola en los más profundo del
una expresión que combina la seguridad con la ternura. Por Ella el bosque. Una tarde de invierno, mientras ponía a hervir el agua en
Señor nos concede la paz. Aquella que inauguró Cristo en Belén su tetera, escuchó que tocaban a la puerta.
rodeado de ovejas y pastores.
- ¿Quién es?, preguntó asustada.
Con el tiempo se cierra el círculo de este año, pero vuelve a - Somos viajeros, que hemos extraviado el camino, respondió
comenzar otro nuevo como sucede en la espiral. Ojalá no regrese- desde afuera una voz cálida.
mos al mismo punto de partida, donde permanece anclada nuestra - Sigan, dijo entonces Babushka, mientras abría la añosa puerta
pequenez. de roble.
Ojalá por la bondad de Nuestra Señora, alcancemos un punto Tres hombres amables entraron. El uno era muy joven y llevaba del
superior, más elevado, más luminoso, más lleno de esperanza. brazo a otro mayor. El tercero tendría unos cuarenta años. M i e n -
Hoy se inicia para todos los hombres un nuevo A ñ o de gracia. tras la anciana ponía la sopa al fuego, los visitantes le contaron que
andaban en busca de un príncipe recién nacido. "Su estrella nos
mostraba la ruta. Pero la nieve ya no permite ver el cielo".
_A„
Pero los discípulos de Cristo, sabemos que todas las
i 24 cosas adquieren su verdadera dimensión, solamente a la iT25 >
luz del Evangelio.
Bautismo del Señor enseñando podando la viña y abonando el trigo. Pero tal vez
nunca gozó de ser hijo de Dios.
Las angustias del Padre Tobías A l comienzo de su vida pública, Jesús se acerca al precursor para
pedirle el bautismo. El rito con el cual los discípulos de Juan
iniciaban un cambio de vida. Entonces se escuchó una voz del
"Fue Jesús desde Galilea al Jordán y se presentó a
cielo: "Este es mi Hijo amado .
Juan para que lo bautizara. Entonces se abrió el
cielo y una voz se escuchó:
Es cierto que el Señor no necesitaba convertirse, pero empezaba
Este es mi Hijo amado". San Mateo, cap. 3.
entonces una vida distinta. Dejaba en Nazaret a su madre Ma na,
el taller de artesano y los parientes, para ser un profeta andariego.
El Padre Tobías está de muerte. Los años, los achaques y sus
muchos pesares lo mantienen sumido en un sopor que ya no es Los biblistas señalan también que, con aquel gesto, Jesús le daba
vida. Pero tampoco es muerte todavía. al futuro bautismo de los cristianos un poder especial.
El sacerdote que le acompaña se ha ausentado, dejando junto al Pero conviene distinguir entre el rito durante el cual el sacerdote
lecho a un pariente que estudia medicina. nos baña, declarando que pertenecemos a la Iglesia, y la experien-
cia interior. Hijos de Dios por creación, somos entonces reconoci-
De pronto, el moribundo se incorpora sobre las almohadas y le dos por el Padre del Cielo.
dice al muchacho:
- Oiga, hijo, ¿usted cree en Dios? Si nos quedamos, únicamente con el rito y un documento, sólo
- Claro que sí, padre. Yo creo. con el rito y un documento de poco nos servirá el bautismo.
- ¿Y Dios es muy bueno, verdad? ¿Y nos perdona? Pero un cristiano de verdad llena el corazón de alegría y la mente
- Claro, Padre Tobías, nos perdona. de confianza. Para él la vida y la muerte, el dolor y el pecado, el
- ¿Y después de todo esto tan amargo, dizque hay una vida feliz? presente y el futuro se tasan con medida muy distintas.
-Yo sí creo, Padre. A s í me ha enseñado siempre usted.
- M i r e , hijo, prosiguió el anciano, ese vaso de agua. ¿Usted por De otro lado, los sacramentos son como miniaturas de la paterni-
qué no me bautiza? dad de Dios. Aquello tan extraordinario, tan excelente, que no
puede explicarse con palabras, se hace gesto, plegaria, signo en
El muchacho, intuyendo la angustia del moribundo, levantó el vaso nuestros ritos.
y mojó lentamente la frente sudorosa del sacerdote: "Yo te bauti-
zo en el nombre del Padre y del H i j o " . . . Pero alguien pudiera sospechar que una fe así, de hijos muy ama-
dos por el Señor, nos llevaría a vivir descuidados, ante un Dios
El anciano se desmadejó sobre el lecho, para expirar ense- alcahuete. Todo lo contrario: el amor verdadero es más exi-
A guida. gente que todos los códigos y leyes. Y según los sicólogos
y los ascetas, el sentirnos amados alcanza cambios
f Uno piensa que este sacerdote, habría luchado toda su insospechables en cualquiera de nosotros.
vida contra el mal. Se habría gastado en la era del Señor,
w
Tal vez el Padre Tobías se esforzó con angustia por no pecar. Tal
vez a ratos amó al Señor. Pero no imaginó que ser cristiano es
TIEMPO CUARESMA
sentirse infinitamente amado por el Padre de los cielos. Y en su
delirio final, querría empezar nuevamente el camino de Cristo.
Primer domingo
Juan Jacobo Rousseau nos dijo en "El Emilio "que cada uno de
nosotros es totalmente bueno. Pero enseguida la sociedad nos
corrompe. Federico Nietzsche nos asegura que somos plenamente
malvados. Parece que el filósofo alemán exagera un poco las tintas.
'*<s§p*' bienes materiales. Todo adquiere una nueva y más amplia pers-
pectiva y alcanza otra manera de ser y de colmar el corazón.
Cuando avivamos la fe, también se transfigura nuestra vida: ante el Un humilde adjetivo
nacimiento del hijo y en la ardua tarea de transmitirle valores para
que sea persona digna. «Llegó Jesús a un pueblo de Samaría llamado
Sicar. Cansado del camino, se sentó junto al
Pero además en el arte: el escritor, el dibujante, el músico, el que manantial. Era alrededor del medio día». San
amasa el barro, talla la madera, labra la piedra o funde los metales. Juan, cap. 4.
El que cultiva un árbol, edifica una casa, cose un vestido o teje una
red. Todos ellos comprenden que su vida adquiere otra razón de
ser. Alumbra otro ideal por el cual vale la pena competir. San Juan, nos ha conservado en su Evangelio una palabra que
equivale a una reliquia de la humanidad de Jesús: un humilde
«Unos ocho días después», dice Lucas al referirnos la transfigura- adjetivo, guardado con cariño igual que la fotografía de un herma-
ción de Cristo. «Seis días después», precisan Marcos y M a t e o . no ausente, o aquella nota marginal que un amigo colocó en
En ninguna otra página fuera del relato de la pasión, se muestran nuestro libro predilecto. Jesús "cansado" del camino, se sentó
los evangelistas tan cuidadosos en puntualizar una fecha. El lugar junto al pozo.
de referencia son los episodios de Cesárea de Fílipo, cuando
Pedro proclama al Maestro hijo de Dios y Jesús anuncia su próxi- La escena está enmarcada en una sobria sencillez. Es mediodía.
ma muerte. Hace calor. Jesús descansa junto al brocal del pozo, donde una
vez Jacob abrevó sus rebaños. Desde el pueblo cercano, va a
El Tabor es la contraparte para unos discípulos asustados. La re- llegar de pronto una mujer para llenar su cántaro de agua.
compensa a nuestras confesiones de,fe. Para nosotros es lumbre en
las horas de sombra. Porque la vida humana presenta de forma Pero antes, podríamos adelantarnos para reunir a cuantos estamos
alternativa sus dos fases: cara o cruz. agobiados por múltiples cansancios.
N o olvidemos levantar, de cuando en cuando los ojos, para ver la Quienes perdimos, toda esperanza de deshacernos de algo que
cara de Dios que nos mira de cerca. Ese trozo de cielo que todos nos hace daño. Esposos, fastidiados uno del otro, a punto de
llevamos a la espalda. renegar del amor y del ideal. Padres de familia, cansados en la
lucha por sus hijos. O tal vez inmensamente angustiados ante
alguno de ellos tarado, vicioso o enfermo.
Pero a nosotros, quizá nos han parecido ordinarios los sacramen- «Las hermanas de Lázaro le enviaron recado
tos. Los quisiéramos más fastuosos, más distantes de los objetos a Jesús: Señor, tu amigo está enfermo. Jesús se
que manejamos cada día. quedó todavía en donde estaba».
San Juan, cap. 11.
En esta curación del ciego de nacimiento, Dios nos dice que El no
siente vergüenza de trabajar con barro y con saliva. Nos explica a
Nos cuenta el Génesis que Dios creó el mundo en seis días. Una
nosotros tan exquisitos, que nada de este mundo fuera del peca-
manera de explicarnos que el Creador esperó con paciencia hasta
d o , es ajeno a su plan de salvación. Las personas mediocres que
que la evolución dispusiera un ambiente propicio a la vida. Q u e
nos rodean, los oficios corrientes que realizamos, las circunstancias
las especies se multiplicaran y se mezclaran, luego poblar el mar, el
ordinarias en que vivimos, las cualidades normales que ejercita-
aire y la tierra.
mos... allí esconde el Señor su presencia, su poder de transforma-
ción, su posibilidad de alegría, para cada uno de nosotros.
El sexto día, Dios creó al hombre a su imagen y semejanza y el
séptimo descansó. N o tuvo prisa en terminar su obra. Y ahora
Ese Cristo no cura a\ invidente con luz del Tabor, ni con polvo de
aguarda a que nosotros dominemos, paso a paso, el universo.
los astros, nos sanará a nosotros con lo que somos y tenemos.
Espera que descubramos sus riquezas y en medio de aciertos y
Con tal de que, en algún recodo del camino, postrados como el
equivocaciones, construyamos el futuro.
ciego, le digamos: ¡Creo, Señor!
En una de sus parábolas, el Maestro aconseja no arrancar prematu-
ramente la cizaña. El día de la siega, podrá mirarse dónde ha
granado el trigo y dónde ha aparecido la maleza.
Para esto es la Semana Santa. Para volver a colocar a Cristo en Pedro y Juan habían traído el cordero degollado en el templo, y
nuestra vida como centro, como clave, como base única e incon- asado luego en un horno de ladrillo. Ayudados de las mujeres,
movible. llevaron también el pan sin levadura y el vino que, por aquellos
días, vendían los levitas a los numerosos peregrinos.
La celebración pascual seguía adelante. Los presentes compartie- Nadie tiene mayor amor
ron el cordero asado, el pan sin levadura y las legumbres mojadas
en vinagre. Varias copas de vino circularon entre los asistentes,
"Entonces Jesús, sabiendo que todo había llegado
acompañadas de salmos. Cuando algunas mujeres avivaron los bra-
a su término, dijo: Tengo sed. Luego añadió: Todo
seros, Jesús proclamó, de manera solemne la ley fundamental del
está cumplido. E inclinando la cabeza, entregó su
Nuevo Testamento: " O s doy un mandato nuevo: Q u e , como yo
espíritu". San Juan, cap.19.
os he amado, así os améis también vosotros'.
Un mandamiento nuevo que supera todas las tradiciones judías. En la catedral de san Salvador, un sencillo sepulcro guarda los
Un amor que no se basa en la bondad del otro, sino en la propia restos de monseñor Osear Arnulfo Romero. Solamente una cita
generosidad. Un precepto que camina a la zaga del amor que del evangelio señala su grandeza: Nadie tiene mayor amor que el
Jesús demostró hacia nosotros: "Como yo os he amado . que da su vida por sus amigos" ( Jn 1 5 , 1 3 ) .
Pero además, aquella noche, Jesús hizo entrega de su misión a los A través de la historia cristiana, muchos han aceptado la muerte en
apóstoles: "Tomen y coman de este pan. Tomen y beban de este beneficio de los prójimos: Madres de familia, soldados, socorristas.
cáliz. Hagan esto en memoria mía". Igualmente los mártires, que entregaron la vida por la causa del
Señor. Durante la segunda guerra mundial, san Maximiliano Kolbe,
N o era claro para los apóstoles este deseo de Cristo. Sin embar- un sacerdote franciscano polaco aceptó morir, canjeándose por su
go, unas semanas más tarde, reunidos con los primeros creyentes, compañero de prisión en Auschwitz.
comenzaron a repetir ese gesto de Jesús ante el pan y el vino, y
comprendieron que durante su despedida, el Señor les había com- La liturgia de hoy nos sumerge en la tragedia de Jesús, quien era
partido su sacerdocio. De a\\\ en adelante serían los continuadores Dios, quien no estaba manchado por ninguna culpa, el que amó a
de la obra de Jesús, por su presencia en las comunidades, el los suyos hasta el extremo de entregarse por ellos.
anuncio de la Buena noticia y el servicio a todos los hombres.
Nos dice Albert Reville: "La crucifixión era la cima del arte de la
Por la señal de la santa Cruz, de nuestros enemigos" . . . A s í tortura: Atroces sufrimientos físicos, prolongación del tormento,
aprendimos a rezar desde niños. Pero antes de la Cruz del Señor, infamia, una multitud reunida presenciando la agonía del crucifica-
la señal que nos distingue a los cristianos es el amor: "En esto d o . N o podía haber cosa más horrible que la visión de este
conocerán que sois mis discípulos, si os amáis los unos a los cuerpo vivo, respirando, viendo, oyendo, capaz aún de sentir y
otros . Un amor que alimentamos con el Cuerpo y la Sangre de reducido, empero, a la condición de un de un cadáver por la
Cristo. Un amor que alcanza aun al enemigo. Un amor que forzada inmovilidad y el absoluto desamparo".
el Maestro sigue enseñando en cada comunidad creyen-
te, por medio de nuestros sacerdotes. Muchas escuelas ascéticas procuraron hacer el inventario
i 42
L-¿
de los dolores externos e interiores que sufrió el Maes-
tro durante su pasión. V luego presentaron cierta simetría
entre esos tormentos y los pecados de la humanidad. Por ejemplo: Sábado Santo
Nuestro orgullo habría producido que los soldados vistieran a
Jesús como un loco y lo coronaran de espinas. Como literatura
religiosa esto es válido, pero en la pasión de Cristo no se dio ante
todo, una suprema manifestación del amor de Dios a los hombres.
Noche de lumbre y gozo
"Habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó
Ciclo A
hasta el extremo'.
Tampoco es correcto afirmar que Cristo nos ha sustituido la cruz, "En la madrugada del sábado, al alborear el
padeciendo en lugar nuestro el castigo que merecíamos. Dicha primer día de la semana, fueron María la Magda-
proposición pertenece a la teología luterana. Porque ¿quién es lena y la otra María a ver el sepulcro Y un ángel
aquel Padre de los Cielos que necesita un hijo inocente destroza- les dijo: ¿Buscáis a Jesús el crucificado? No está
do para perdonar a los hombres? ¿ Q u é clase de Dios necesita aquí. Ha resucitado".
otro crimen, como fue el asesinato de su H i j o , para perdonarnos? San Mateo, cap. 28.
Segundo domingo Creer hoy tampoco es cosa fácil. Algunos proclaman que es mejor
evitar toda réplica, esquivar toda pregunta y dedicarnos a asuntos
Gracias, Tomás. ordinarios, como edificar un rascacielos, labrar la tierra, o negociar
con valores de bolsa. Pero el corazón nos avisa que Jesús está
cerca y que si acudimos al cenáculo, El nos llamará por nuestro
"Los otros discípulos decían a Tomás: nombre, nos invitará al abrazo y saldremos de allí transformados.
Hemos visto al Señor. Pero él les contestó:
"Si no veo en sus manos la señal de los clavos y
N o cuenta el Evangelio, si también los otros discípulos dudaron.
no meto la mano en su costado, no lo creo».
Suponemos que sí. Es parte de nuestra índole humana. Pero tu
San Juan, cap. 20.
historia es la más diciente, la más parecida a nuestras situaciones.
Tomás, hermano nuestro: tus dudas nos han beneficiado. Hubiera Muchas veces, le hemos planteado a Dios la necesidad de su
sido más hermoso creer de inmediato la noticia. Cerrar los ojos e presencia visible. Nos cuesta tanto mantener encendido el fuego
imaginar que ya habías tocado las manos del Maestro y palpado del hogar, ser fieles a nuestros compromisos, permanecer como
sus cicatrices. Sí, más hermoso, pero menos humano. hijos sinceros de la Iglesia.
- Señor, dijo un obrero sin trabajo, apenas he logrado levantar un A l recibir más de lo ordinario, otros tenemos, el deber de acoger
cuartucho, con cartones y una madera vieja que me dio el último a los demás, de repartir con ellos, de tenderles la mano y edificar
patrón. un mundo distinto.
Decía Eric Fromm que la sociedad contemporánea ha crecido, no Para el matrimonio buscamos el cursillo más corto, porque "para
junto al templo, al castillo, o la fábrica, sino alrededor del supermer- eso no tenemos tiempo". Tal vez buscamos el matrimonio religioso
cado. La revolución del siglo X V I I I la llevaron a cabo los ciudada- porque da cierto lustre social. Lo demás no es bien elegante.
nos, mientras que las de hoy las agitamos los consumidores.
Exigimos que la Iglesia nos preste todos sus servicios, sin revisar
¿ Q u é desea usted? ¿Electrodomésticos, automóviles, trajes, abo-
cuál es nuestro aporte económico a nuestra comunidad cristiana.
nos, herramientas, obras de arte, cosméticos, anticonceptivos,
Cuál nuestra presencia en las actividades pastorales. Cuál nuestra
muebles de todos estilos, pasajes a crédito, discos compactos,
cercanía al sacerdote.
diversiones, influencias, intrigas?..
Alguien escribió que para entender perfectamente el pecado, sería El cristiano es un hombre que busca a Jesucristo y de su mano
menester haber comprendido qué es el amor de Dios. Y sería empieza cada día el camino prolongado y difícil, hacia regiones más
también necesario comprender los planes del Señor, la conciencia, fértiles, más limpias y resplandecientes.
la libertad, el destino del hombre. En esa ruta, apenas si
hemos avanzado algunos pasos.
El riesgo de ser distintos Conocemos hogares, comunidades creyentes donde no brilla mu-
cha ciencia académica, pero todo marcha como quiere el Señor.
"Dije Jesús a sus discípulos: ustedes son la sal de San Pablo, escribiendo a los corintios, distinguía entre un saber
la tierra. Ustedes son la luz del mundo". humano y ese conocimiento de Dios que cambia al hombre: "Cuan-
San Mateo, cap. 5. d o vine a ustedes a anunciarles el testimonio de Dios, no lo hice
con sublime elocuencia, pues nunca entre ustedes me precié de
Cuando ya amanecía, los pescadores de Genesaret regresaban al saber cosa alguna, sino a Jesucristo y éste crucificado. Para que su
puerto. Habían amontonado sus redes en la proa, y los pescados fe no se apoye en la sabiduría de los hombres, sino en el poder
en la mitad de la barca. Enseguida, hacían su desayuno con pesca- de Dios".
do a las brasas y pan, mientras iban salando la mercancía ya asedia-
da por los mercaderes del vecindario. Sin embargo, descubrimos que no es fácil llevar a cabo este pro-
yecto de ser sal y luz. Muchas dificultades nos estorban. Ser
Jesús, que conocía esta labor, comparó con la sal la actividad de distinto, en una sociedad donde no ha calado el Evangelio es un
sus discípulos, ampliándola más allá de la geografía palestina: "Us- riesgo. Aparecemos como seres extraños. Gente que a todas
tedes son la sal de la tierra". horas camina en contravía.
El Señor recordaba igualmente las costumbres del hogar judío: al Pero tal ha de ser nuestro empeño. Con serenidad y confianza.
llegar la noche, alguien colmaba de aceite una lámpara y, encendida, Con prudencia y amabilidad.
la situaba en un lugar alto, de donde pudiera iluminar toda la casa.
Llegó una vez un profeta a una ciudad y empezó a gritar que era
También el Maestro nos dijo que el buen cristiano se parece a la necesario cambiar de vida. A l comienzo algunos le escucharon,
luz: "Ustedes sois la luz del mundo". pero nadie quiso enmendar sus costumbres. Sin embargo, aquel
hombre continuó predicando, a veces sin auditorio alguno.
Se trata, en primer lugar de preservar al mundo de la corrupción y
además darle sabor a la vida. Se trata de conocer el camino segu-
Un día, un curioso le preguntó. ¿Por qué sigues gritando / si nadie
ro, e iluminar a los demás hacia la meta.
quiere oírte, nadie desea cambiar su vida?. Si no gritara, respon-
dió el profeta, la gente del entorno ya me habría cambiado a mí
Somos sal y luz por el ejemplo. A l rededor de quien vive el
Evangelio, muchos se congregan para encontrarle sentido a su
existencia. Para poder avanzar sin tropiezos. ¿El secreto? Son
gente que ha encarnado el Evangelio y lo expresa en actitu-
des. Isaías nos enseña: "Parte tu pan con el hambriento,
hospeda a los pobres sin techo, viste al que va desnudo
f y no te cierres en tu egoísmo. Entonces brillará tu luz en i 73 >
y las tinieblas y tu oscuridad se volverá mediodía".
Sexto domingo O nos dejamos llevar del mal humor. Entonces la verdad se torna
áspera y amarga y no convence ni promueve.
^
Octavo domingo solidarios. Entonces el Señor le dará por añadidura un sentido y
una plenitud a nuestra vida.
Pájaros y lirios Esta página de san M a t e o nos alienta a vivir con serenidad el
presente, porque el mañana permanece en manos del Señor.
«Miren a los pájaros: no siembran, ni siegan "Bástele a cada día su afán". Nuestra agresividad y nuestra angustia
y su Padre Celestial los alimenta. Fíjense cómo nacen frecuentemente de una desmedida preocupación por el fu-
crecen los lirios del campo: no trabajan ni hilan». turo.
San Mateo, cap. 6.
Pero sucede que nuestra confianza es débil. Nos hemos quedado
con un concepto de la paternidad de Dios, sin tener la experiencia
Alguien afirmaba que si fuera necesario escoger algún trozo de
de su cariño.
todo el Evangelio, se quedaría con el capítulo sexto de San M a t e o .
En él Cristo coloca a los pájaros y a los lirios como maestros de
Las Hermanitas de los Pobres acostumbran mantener a la puerta,
nuestro comportamiento para con Dios.
un alimento para todos cuantos lleguen. Nunca se les pregunta
quiénes son ni de dónde vienen. Tal generosidad es un modo
Nos enseñan a no andar agitados e inquietos por el alimento y el
admirable de atar el corazón de Dios para que responda por
vestido. A trabajar con esfuerzo y honradez, pero confiados en
nosotros.
Dios. El toma a cuestas una parte esencial de nuestra vida. De-
jémosle lugar a su tarea.
Jesús nos dice que seamos sencillos como las flores. Salomón con
toda su riqueza nunca alcanzó a vestirse como ellas, cuya hermosu-
ra prescinde de todo lo superfluo. Además, si Dios cuida las aves,
con mayor razón se afanará por nosotros.
Prevención de desastres Entre las parábolas del Maestro, existe una, la del Padre Miseri-
cordioso, que proclama solemnemente esta enseñanza. Ella nos
muestra que ningún fracaso será definitivo. Q u e siempre habrá
"Dijo Jesús: ¿El que escucha mis palabras y las caminos de regreso hasta el hogar donde Dios nos aguarda.
pone en práctica se parece a un hombre
prudente que edificó su casa sobre roca ". De este primer valor se deriva, por generación espontánea, un
San Mateo, cap. 7. segundo: la fraternidad. Jesús vino a enseñamos quiénes somos.
Q u é sentido tiene la sociedad humana, qué métodos son los más
acertados para avanzar de forma comunitaria. Porque todos somos
Después de algún fracaso, todos resultamos peritos en diagnósti-
hijos del mismo Padre, "que hace salir su sol sobre buenos y malos
cos: hubo sobrepeso en las losas. N o era el momento de lanzar
y llover sobre justos e injustos".
ese producto. Se enganchó a empleados irresponsables. Ese cole-
gio era un desastre. Los papas nunca estuvieron con ella. ¿Cómo Ahondando en la palabra del Señor, descubrimos que la fraterni-
se te ocurrió esa corporación? dad sería vana, si no la convertimos en solidaridad. Quienes han
hecho el bien en forma generosa, encontrarán muchas manos ten-
El Señor nos presenta una fórmula para que no se desplome didas, si los visita la desgracia. En términos de economía el com-
nuestra casa. Para que nuestros proyectos fructifiquen. Para que partir nunca es un gasto. Es una inversión, que renta sobre todo en
cada hogar sea próspero y estable: escuchar su palabra y ponerla los tiempos difíciles.
en práctica. A l g o muy teórico, que es necesario profundizar y
llevarlo a la práctica. Y Jesús además, en su palabra, nos motiva a la trascendencia. U n
término que podríamos comprender como esperanza. Extraña que
ciertas personas, aun de Iglesia, se preocupen demasiado por
Pero si preguntamos a muchos bautizados sobre la enseñanza de
mantener la fe y fortalecer la caridad. Pero a veces ni viven, ni
Jesús, no serían muy alentadoras las respuestas. Cuando participan
difunden en derredor la esperanza.
en la misa escuchan de paso la Palabra de Dios, pero sin digerir su
contenido. Y otros cristianos nunca han puesto los ojos sobre una Esta adhesión a Dios, el dueño de la historia, nos ayuda a sentir y
Biblia, ni cultivan su fe con alguna lectura religiosa. entender que, aunque arrecie la lluvia y se salgan los ríos de su
cauce. Aunque soplen los vientos, los sembrados se aneguen, se
En épocas pasadas se nos descubrió el Evangelio como conjunto hunda nuestra casa y nosotros mismos naufraguemos en el mal, el
de mandatos. Pero es más real y pedagógico entenderlo como la Señor puede cambiar nuestra suerte.
presentación de unos valores.
Aunque pase por valles tenebrosos, nos dice el libro de los
El Señor pocas veces ordena. Casi siempre invita, ofrece, salmos, ningún mal temeré porque tú vas conmigo, tu vara
propone. Y entre todos los valores que Jesús nos ense- y tu cayado me sosiegan".
^ ña, el primero de todos es su actitud de hijo. Jesús 81 >
siempre se comporta como H i j o de Dios. Ora y confía
Quizá el primer evangelista sintió rubor al contar su propia historia y
Décimo domingo
por esto, lo hizo así de paso. O pensaría que era más impactante
este sobrio relato, donde muestra su espontánea adhesión al Señor.
Su majestad, la persona humana
Enseguida, este hombre de los tributos invitó al Maestro a su casa.
Y esa misma tarde, escribe el mismo M a t e o , "muchos publícanos
"Vio Jesús a un hombre llamado Mateo, sentado y pecadores se sentaron con Jesús a la mesa".
al mostrador de impuestos, y le dijo: Sigúeme. El
se levantó y lo siguió". San Mateo, cap. 9.
Naturalmente los grandes de Jerusalén se extrañaron una vez más,
de la actitud del Señor, y preguntaron molestos a los discípulos:
Un hombre devoto, a causa tal vez de sus experiencias personales, ¿Cómo es que su maestro se porta de este modo?. Jesús, que
dividía a los bautizados en dos grandes grupos: la Iglesia del oyó el reproche, se adelantó a responder: " N o tienen necesidad
poder y la Iglesia de la misericordia. de médico los sanos, sino los enfermos. N o he venido a llamar a
los justos, sino a los pecadores".
En tiempos de Jesús, fariseos y saduceos, letrados y legistas,
aquellos que el Evangelio llama "los judíos", habían convertido la Las grandes personalidades y también ciertos profesionales, cuan-
fe de Abraham en un instrumento de dominio. Promovían el culto, d o nos conceden una cita, la marcan para dentro de semanas o de
pero descuidaban al pueblo que padecía hambre. Se trenzaban en meses. De acuerdo, no tanto con la urgencia del problema, sino
acaloradas discusiones sobre temas inútiles. Legislaban sobre minucias en razón de nuestro anonimato y falta de influencias.
de la observancia religiosa. Y mantenían buenas relaciones con el
poder romano, aún en contra de su conciencia. Pero el evangelio nos entrega una noticia desconcertante: si somos
pecadores. Si en nuestra hoja de vida presentamos épocas oscuras
Pero había llegado un profeta del norte, que de palabra y obra,
y buen número de culpas, tenemos derecho a un encuentro inme-
minaba su prestigio y hacía tambalear'el sistema. diato con Dios. Si somos enfermos y pecadores, El ha venido para
nuestro remedio.
En torno a él se apretujaban los enfermos y los desechables, junto
a las mujeres de mala vida. Se dejaba invitar por los ricos que jamás
Este pasaje de san Mateo nos motiva a ingresar en la Iglesia de la
acudían al templo y entraba en casa de los publícanos.
misericordia. A l l í no se niega la importancia de las leyes y de las
Estos eran odiados de manera especial por las altas autoridades, estructuras. Pero se valora, hasta las últimas consecuencias que el
pues su oficio era cobrar los derechos de aduana, que financiaban objetivo e la comunidad cristiana es el hombre: su majestad la
la invasión romana en Palestina. persona humana. Con sus miserias y sus glorias. Con su presente
oscuro y su luminoso porvenir.
Jesús encontró un día —el evangelista no precisa el lugar- a un
recaudador de esos tributos, sentado en su oficina. En he-
breo se llamaba Leví. Pero, como muchos judíos de en-
tonces, también se le conocía con el nombre griego de
M a t e o . Jesús le dijo: sigúeme. Y él, de inmediato se Í 83 )
h A
levantó, para seguirle.
Undécimo domingo Aunque reconocemos que ciertas páginas de nuestra historia per-
sonal son tan complejas y oscuras, que es difícil allí descubrir tales
personajes. Solamente la fe viene ayudarnos para seguir creyendo
El también me llamó en un Dios bueno y providente, y en un hombre libre, cuando
todo en derredor nos grita lo contrario.
y Sin embargo, sobre estos elementos, se destacan los Quien me contó esta historia añadía: vamos a pedir la
i 84 ¡w dos protagonistas principales de toda vocación: el Se- canonización de don Rubén. Es un santo que le caería á
85 •
*bñp¡ ñor y nuestra libertad, muy bien a nuestro mundo calculador y egoísta.
v
Una maestra rural rehusa su traslado a la ciudad, porque sabe que
Duodécimo domingo
nadie vendrá a reemplazarla.
«SÍ uno se pone de mi parte ante los hombres, yo Un sacerdote emprende una obra social sin recursos, contando
también me pondré de su parte ante mi Padre del únicamente con la providencia. N o puede esperar que los niños
cielo». San Mateo, cap. 10. sigan padeciendo.
w
Decimotercer domingo Perdimos nuestra capacidad de acogida. Nos convertimos en usua-
rios, vecinos, votantes, copropietarios, televidentes, feligreses, con-
tribuyentes, dueños de una póliza, posibles compradores, destina-
La paga del profeta tarios de una revista que se edita cada mes sobre la protección del
medio ambiente. Carecemos de una historia propia.
Las parábolas del lago Su lenguaje figurado gusta a la imaginación, mueve los sentimientos
y ayuda a la memoria a grabar el mensaje.
El Señor, explicaba así su plan de salvación: salió el sembrador a Alguno pudiera escribirla de este modo: había una vez un hom-
sembrar... El Reino de los Cielos se parece a un hombre que bre, capaz de sorprenderse ante las cosas más sencillas, ansioso
sembró buena semilla en su campo... se parece a un grano de por vivir en comunidad, desvelado por conocerse a sí mismo.
mostaza... es semejante a la levadura que tomó una mujer... o a un Ambicionaba el fuego de los dioses, pero más que todo soñaba
tesoro escondido... a un mercader que anda buscando perlas con vivir eternamente. Podría crear utensilios, promesas, proyectos
finas. Es como una red que recoge toda clase de peces... y argumentaciones. Su grandeza radicaba en que sabía amar y
conocía su propio pensamiento. Mas sobre todo esto, aunque
Jesús habla, probablemente en una de las pequeñas bahías del sonara extraño, era un hijo de Dios...
Lago de Genesaret, cerca a Cafarnaúm. La serenidad del agua, la
limpieza del cielo, la paz que refleja el paisaje, todo se presta para
predicar al aire libre. El Maestro está sentado en la barca, a pocos
metros de la playa donde se agolpa el auditorio.
En busca del tesoro Este Reino de Dios es ante todo una forma de ser, una manera de
vivir. Se parece a un tesoro escondido, porque tiene un valor
inapreciable que muchos con frecuencia desconocen.
"Dijo Jesús: El Reino de los Cielos se parece a un
tesoro escondido en el campo. El que lo encuentra
Pero algunos de repente lo descubren. De allí todo el esfuerzo
lo vuelve a esconder y lleno de alegría, va
por tomarlo para sí. El deseo de comprar aquel campo donde se
a vender todo lo que tiene y compra el campo».
halla guardado.
San Mateo, cap. 13.
A veces nos extrañan ciertas actitudes: ¿Por qué este amigo nues-
Carlos Castro Saavedra dice de la poesía: «Todos los hombres la tro desdeña ganancias ocasionales? ¿Por qué una joven con un
llevamos, en alguna medida, entre los poros y la sangre, entre los futuro promisorio, se encierra en un convento? ¿Por qué hay
huesos y las glándulas, entre los rotos trajes y los remiendos de los enfermos que parecen, ganar alegría en su dolor?
mismos».
¿Por qué hay personas que pudiendo, no intrigan para escalar
Podríamos afirmar lo mismo de la ambición. También brota en los posiciones? ¿Por qué algunos arriesgan su tranquilidad en defensa
poros y en la sangre. Aflora en la mirada del niño que se apropia de unos principios? ¿Por qué encontramos gente de «otra parte»,
el juguete ajeno, en el gesto del mendigo y en el ceño del rico que no se contamina?
que vigila sus ganancias. Pero Cristo halaga nuestra ambición, com-
parando el Reino de los Cielos a un tesoro escondido. Son hermanos que ya descubrieron el tesoro. Todo su afán se
encamina ahora a vender lo que tienen, llenos de ilusión, para
Los nómadas del desierto no tenían otro tesoro que sus cabezas
hacerse dueños de aquel campo.
de ganado. Con ellas realizaban las transacciones de un comercio
elemental. Con la aparición de los metales, el oro y la plata se
suman, por su escasez y precio, a la riqueza viva. Luego, en la
sociedad agrícola, completan el tesoro las reservas de grano que
exceden al consumo normal.
A,
De parte nuestra, acostumbramos hacer amable transfe-
rencia de los deberes sociales: al gobierno, a los ricos, i 99 •
a los políticos, al sistema, a la Iglesia...
Decimonoveno domingo se borran los contornos amables del otro. Su presencia se convier-
te en cansancio y el diálogo se cambia en una forma de explicar el
hastío.
Como un fantasma
Frecuentemente las catástrofes y las penas nos empañan los ojos.
Entonces consideramos la fe como un refugio para gente cobarde y
«La barca iba muy lejos de tierra, sacudida por las la esperanza cristiana, como un pretexto para alentar a los tímidos.
olas. De madrugada, se les acercó Jesús andando
sobre el agua. Los discípulos, viéndole se asusta- También el sacerdote y la religiosa padecen crisis. De pronto los
ron y gritaron de miedo pensando que era un perfiles de su propia identidad se diluyen y su vida aparece
fantasma». San Mateo, cap. 14.
deshumanizada e inútil.
Los pescadores, que madrugaban al lago Genesaret descubrieron, Pero detrás de cada crisis está oculto el Señor. Y desde la oscuri-
tal vez una mañana, que éste tenía la forma de una cítara. De ahí su dad podemos avanzar hacia una fe mejor cimentada, a un amor más
nombre: Kinneret, derivado de "kinnor"que, en hebreo, significa valiente, a una entrega más decidida. La experiencia del eclipse
cítara. A u n q u e también el Evangelio lo llama Tiberíades, o M a r de nos hace humanos, realistas, ecuánimes y más capaces de tender la
Galilea. mano a los demás.
Cristo se ha retirado, desde la víspera, a orar en un monte cercano. Jesús les dijo enseguida a los discípulos: ' A n i m o , soy y o , no
Los apóstoles, a la cuarta vigilia, es decir cerca de las tres de la tengan miedo". Y en cuanto subió con Pedro a la barca, amainó el
mañana, luchan desesperadamente con un viento contrario. Entonces viento. Y aquellos hombres asustados se postraron ante El dicien-
el Señor viene en su ayuda, caminando sobre el mar. Pero ellos, al d o : realmente eres H i j o de Dios.
verlo, gritan asustados, creyéndolo un fantasma. La soledad, las
extrañas figuras de las olas, el estruendo del vendaval, llenan el Recordemos que, como dice monseñor Sheen, la crisis tiene un
panorama de la gente del mar de seres misteriosos. Pero esa madru- sentido de revelación: nos muestra lo que somos. Pero también lo
gada, era Cristo en persona quien caminaba hacia la barca. que podremos ser.
Una mujer cananea Pero para lograrla, cada uno deberá retocar la imagen de su propio
padre, guardada en la memoria. Olvidará sus yerros, mejorará su
rostro, aumentará a una escala mayor sus cualidades. Añadirá tam-
"Entonces la mujer cananea se postró ante El y le
bién ternura maternal, como explica Isaías en el capítulo 6 6 . Des-
pidió: Señor, socórreme. Jesús contestó: No está
pués de esto tendrá una idea, una experiencia aproximada de la
bien echar a los perrillos el pan de los hijos. Ella
bondad de Dios.
repuso: Pero también los perrillos comen de las
migajas que caen de la mesa». San Mateo, cap. 15.
Todo comenzó aquella vez cuando el Señor decidió amarnos pri-
mero. Así entendemos la humilde terquedad de aquella mujer de
Esta mujer cananea no se descorazona, aunque su petición es Canaán, su oración repetida, su constancia y el gozo ante su hija,
rechazada. La vemos luego acercarse a Jesús y repetir con confian- curada de repente.
za su pedido. El Señor le replica en forma desconcertante: " N o
está bien echar a los perros el pan de los hijos". La fe no reposa en una región etérea y nebulosa. Vive y se agita
en nuestra vida diaria, aporreada por los obstáculos, oscurecida de
Cristo habla el lenguaje usado comúnmente por los judíos. Sin pronto por nuestros pecados, amenazada de mil modos, pero
embargo, el Señor dulcifica la expresión con el diminutivo, exclu- tendiendo siempre hacia, El.
yendo los perros despreciables que vagan por la calle, para referir-
se a aquellos que participan del cariño de un hogar. A s í le insinúa Sin embargo a muchos nos estorba esa vida de fe al creernos muy
a la mujer el argumento que ella esgrime: "Pero también los perri- grandes o muy inteligentes. O se nos van los días en definir a Dios
llos comen las migajas que caen de la mesa de los amos". Entonces más que en amarlo. Recordemos aquellos versos de Unamuno:
Jesús responde admirado: " O h , mujer, grande es tu fe,- que se
cumpla lo que deseas". «Agranda la puerta, Padre, porque no puedo pasar. La hiciste
para los niños. Yo he crecido a mi pesar. Si no me agrandas la
Tradicionalmente se nos ha hablado de las tres virtudes teologales. puerta, achícame, por piedad .
Serían tres actitudes para relacionarse con Dios. La primera es la
fe. Pero en el fondo no existe sino una actitud por la cual busca-
mos al Señor, a veces parecida al amor, o semejante a la acepta-
ción de su palabra. Equivalente también a la confianza. De ahí que
no es posible aislar la fe de sus otras hermanas.
A q u e l sabio filósofo alemán nos enseñó que la vida y la historia, Por eso en el capítulo 2 1 de san Juan hallaremos la rehabilitación
se desenvuelven en tres estadios consecutivos: tesis, antítesis y de Pedro, para quien la generosa imaginación de sus colegas ya
síntesis. habría elegido un sucesor.
Primero planteamos lo que parece una verdad irrefutable. Surge Estando a la orilla del lago, Jesús le dice al apóstol: "Simón, hijo
entonces otra verdad contradictoria. Pero luego, estas dos se re- de Juan ¿ M e amas más que éstos?" El dilema planteado es tortu-
concilian, para dar origen a una tercera verdad, más sólida y sere- rante. Si responde que sí, sus compañeros le tacharán de mentiro-
na. Menos belicosa y estridente. so. Si responde que no, le llamará embustero su propio corazón.
Entonces el pescador rudo y veraz, sincero y simple, encuentra la
Se levanta un reino, que más tarde es vencido por una dinastía enemi- frase precisa para desenredar la situación: "Señor, Tú sabes todo.
ga. Nace de allí un imperio, que aprende de toda la anterior experien- Tú sabes que te amo".
cia a comprender mejor al hombre y a encauzarlo. En el principio fue la
oscuridad del caos. Luego el Señor creó la luz. Y en un tercer estadio, Cristo lo confirma enseguida como jefe del grupo: "Apacienta mis
hubo día y hubo noche, siguiendo su turno riguroso. corderos, apacienta mis ovejas". Se realiza la síntesis de Dios.
Ganar o perder
En esencia eso es vivir: el secreto consiste en saber elegir entre lo
que gano y lo que pierdo. Sólo el balance final me dirá si gané o
"Dijo Jesús: ¿De qué le sirve al hombre ganar todo perdí la vida. En este momento ya no habrá manera de rehacer lo
el mundo si pierde su alma?" San Mateo, cap. 16. hecho, de volverme atrás, de anular el compromiso.
"Dijo Jesús: El Reino de los Cielos se parecerá a Será entonces inagotable capacidad de ternura, inocencia que no
diez doncellas que tomaron sus lámparas y salie-
hiere sino que acoge. Alianza ininterrumpida con Cristo y humana
ron a esperar al esposo. Cinco de ellas eran necias
cercanía a todas «las alegrías y las esperanzas, las tristezas y las
y cinco sensatas". San Mateo, cap. 25.
angustias de los hombres».
La mitad de los héroes, como la mitad de las vírgenes, suelen ser Las otras formas de virginidad pueden resultar necias: endurecen el
necios, asegura un autor. alma, clausuran el corazón, desfiguran el rostro, no revelan a Dios
y causan compasión o rechazo.
Y Cristo en su parábola nos advierte: no basta solamente ser virgen.
Hace falta prudencia, previsión, oportunidad, aceite suficiente en las Por el contrario, las vírgenes prudentes congregan a muchos en
lámparas, constancia para esperar la llegada del esposo. derredor. Son recursivas, no se pierden en elucubraciones teológicas
inútiles, ni se dejan vencer por el cansancio. Se alegran a cada
De estas diez doncellas, cinco son calificadas de necias. En otro momento de ser vírgenes, en orden a unos valores más excelentes.
lugar nos habla el Evangelio de eunucos, que lo son por un
defecto natural, o por la malicia de los hombres. Pocos de ellos Todo lo anterior puede aplicarse a la fidelidad mal entendida, a
por el Reino de los Cielos. ciertas formas de piedad, a algunas maneras de inocencia, a la
perseverancia en determinados estados religiosos, ideologías o cri-
También existe una virginidad que no es por el Reino: por incapa- terios.
cidad, por cobardía, por autosuficiencia o por orgullo, por falta de
oportunidades, por asepsia... En fin, la virginidad y el heroísmo valen la pena, si logramos vivirlos
entre el cincuenta por ciento de los sensatos.
Cristo alaba la virginidad que respalda su plan de Salvación, es
decir la que ilumina a los demás, vela en compañía, espera confia-
da hasta muy entrada la noche.
Una tienda hecha del día La cercanía de Dios, su amor por cada uno de nosotros, ha poteru
ciado admirablemente nuestra humanidad, comunicándole poderg s
sorprendentes. Nuestras manos de barro abren, de par en par, | a
"Entonces los justos le contestarán: Señor, puerta de los cielos. Nuestras palabras frágiles hacen vibrar e |
cuando te vimos con hambre, o con sed, o foraste- corazón de Dios. Nuestra mirada taladra la inmensidad de sus
ro, o desnudo, o enfermo, o en la cárcel y te misterios. Nuestros pasos destruyen la distancia que existe entre |Q
socorrimos? Y el rey les dirá: Cada vez que lo tierra del pecado y el país de la vida.
hicieron con uno de estos mis humildes
hermanos". San Mateo, cap. 25.
Dios es un rey magnífico, generoso, increíble en el modo de
retribuir a sus amigos. Mucho más espléndido que aquel que
El 3 de agosto de 1 4 9 2 , Cristóbal Colón se hacía a la mar desde tenía un palacio de diamantes, una tienda hecha del día y un
el puerto de Palos de Moguer. Muchos afirman que su propósito rebaño de elefantes».
era hallar una ruta más corta, hacia los legendarios territorios de
Oriente, donde crecían el clavo, la canela y la pimienta. Sospechamos que el poeta había leído el Libro de los Salmos:
"Dios mío, qué grande eres. Tú despliegas los cielos lo mismo que
Pero unos meses más tarde, las tres carabelas tocan tierra en una tienda, haces de las nubes tu carro, te deslizas sobre las alas
Guahananí, la cual es bautizada Isla de San Salvador. Colón había de los vientos .
descubierto un nuevo continente.
También nosotros construimos una tienda luminosa y eterna con los
En las cosas de Dios también se dan. sorpresas, que exceden las opacos elementos de esta tierra. Por el poder de Dios.
más ambiciosas esperanzas. Nos vemos entonces obligados a con-
vocar amigos y vecinos para decirles: "El Señor ha hecho en mí
maravillas".
El ritual judío no habla de llevar alguna luz. Pero los artistas dibuja-
Y es tiempo de preparación. El anciano espera pacientemente en
ron a nuestra Señora con su Hijo en los brazos y una cera encen-
la antesala del cielo. De pronto, el Señor abrirá la puerta para
dida en la mano. Es Santa María de la luz, la Virgen de las
invitarlo a la bienaventuranza. Entonces sus ojos, como los del
candelas, Nuestra Señora de la Candelaria.
anciano Simeón, se iluminarán de salvación.
Fábrica de silencio Hay un silencio que se puede fabricar, aún viviendo entre la gen-
te. Los santos lo llamaron el silencio interior. Se construye cuando
serenamos nuestras preocupaciones, cuando aplacamos un poco
"Isabel dio a luz un hijo. Y a Zacarías se le soltó la
las tensiones del trabajo o del estudio y empezamos a mirar nuestra
lengua y alababa a Dios". San Lucas, cap. 1
vida desde dentro. Entonces las cosas que nos rodean aparecen
en su verdadera dimensión y encontramos a Dios en el fondo de
En el primer libro de los Reyes, encontramos a Elias deseoso de nuestra conciencia.
hablar con el Señor. Subió hasta el monte Horeb y allí retumbaba
el huracán. Pero el Señor no estaba en el huracán. Después hubo El campo es tan hermoso porque allí todavía reina el silencio.
un gran terremoto. Pero el Señor no estaba en el terremoto. Lástima que los campesinos no lo sabemos disfrutar y los de la
Luego fulguró el rayo. Pero el Señor no estaba en el retumbar de ciudad, cuando nos refugiamos en él, solemos llevar con nosotros
los truenos. Finalmente llegó una brisa tan blanda que parecía nuestro equipaje de ruido.
tejida de silencio. Y Elias se tapó la cara con el manto porque allí
hablaba Dios. El lugar de este silencio interior es el hogar. A l regresar a casa,
podemos construir el silencio. Es la voz dulce de la esposa, el
Hoy celebramos el nacimiento de san Juan Bautista. Apareció un diálogo amable y cariñoso con los hijos, el examen sereno y manso
gran profeta. Entre los nacidos de mujer ninguno como él, nos de nuestra conciencia. Entonces como una brisa que se adentra de
dice el Evangelio. Y como preparación a su alumbramiento miste- puntillas hasta lo más hondo del ser, Dios llega a nosotros.
rioso, Zacarías, el esposo de la anciana Isabel, se queda mudo
durante nueve meses. Hay otro silencio que también vale la pena fabricar. Consiste en
no decir la palabra inoportuna, callarnos cuando el prójimo no está
Las maravillas de Dios se preparan en el silencio y sólo se pueden dispuesto para la corrección, no hacer el comentario que destruye
contemplar en el silencio. la fama ajena, no responder con ira cuando nos ofenden... En este
silencio también se encuentra a Dios.
El Bautista es un hombre fuera de lo común. Asombra su sinceri-
dad. N o se apropia las grandezas ajenas y declara llanamente que Nuestra vida pudiera ser más serena y feliz, y más plácida, si
él no es el Mesías, apenas su precursor. Dice la verdad sin ador- aprendiéramos un poco a callar. Kaloni Kienga, aquel misterioso
nos. A los ricos: compartan sus bienes con los pobres. A los navegante de una novela de Morris West, nos dice: "Después de
cobradores de impuestos: no exijan más de lo debido. A los cada faena soy como una cuerda deshilachada. Entonces me siento
soldados: no molesten a nadie con falsas denuncias. A Herodes: en silencio a trenzarme de nuevo,- miro hacia dentro y sueño.
no te es lícito tener la mujer de tu hermano. Permanezco en silencio, porque cada palabra es un hilo que
le arranco a mi cuerda." A
* ^ Su voz es firme y vibrante. Es el hombre del desierto,
i 134 Y amigo del silencio. Sabe hablar, porque ha aprendido a
callar.
<| 135 >
W
docio se interrelacionan armónicamente y comparten la responsabi-
San Pedro y San Pablo
lidad de servir a los creyentes.
Celebramos hoy la fiesta de San Pedro y San Pablo. Son ellos las
En nuestro mundo hay tantos desesperados, cansados de aguardar
bases de toda la Iglesia. Y recordamos al obispo de Roma, cabeza
su liberación, que nos preguntan con desconcierto: ¿Quién tiene
visible de la comunidad cristiana, quien ha heredado de Jesús el
las llaves?
poder de atar y desatar.
Cristo nos enseñó además, a valorar nuestro cuerpo. En su favor La fe cristiana valora notablemente nuestro cuerpo: lo unge con
realiza casi todos los milagros: cambia el agua en vino, cura enfer-
aceite bendito en el bautismo y en la confirmación y lo honra
mos, resucita muertos, multiplica el pan y los pescados. Ea la
cuando, ya inerte, es un recuerdo apenas de nuestro paso por la
manera de expresar su interés por toda nuestra persona.
tierra.
"Acercándose a ellos, Jesús les dijo: Vayan y Dios nos regala la vida, la fe, el hogar, los bienes de fortuna,
hagan discípulos de todos los pueblos, enseñándo- invaluables capacidades de transformar el mundo, poder de deci-
les a guardar todo lo que les he mandado". sión ante la industria/ ante el gobierno, en ¡os negocios. Compar-
San Mateo, cap. 28. tamos. A s í seremos misioneros.
De madrugada, donde termina la ciudad, un niño se muere de A los hombres de hoy nos amenaza una enfermedad aún más
hambre silenciosamente. Desconcertado ante las discusiones de sus grave que las plagas de nuestros cultivos: el egoísmo. H o y , D o -
padres, un joven abandona el hogar. Vaga, minado por las drogas mingo Universal de las Misiones, ¿por qué no mirar más allá?.
y vicios, para terminar luego en la sala de algún hospital. ¿Por qué no abrir la mente a las necesidades ajenas, hacer de
nuestro amor un amor internacional', tender la mano a quienes
En una vereda distante, la gente carece de escuela, de energía allá lejos esperan de nosotros?
eléctrica, de salud, de esperanzas. Nadie les da ¡a mano. En ¡a
remota selva, una tribu indígena está próxima a desaparecer por la Ser misionero es vivir de la esperanza, porque Dios quiere seguir
desnutrición, el consumo de coca y las epidemias. Una aldea, a la salvando con nosotros. Es amar a los próximos y a los lejanos. Es
orilla del mar, agoniza en \a incomunicación y en la ignorancia. continuar creyendo que el mundo todavía tiene remedio.
Enseñamos a amar Es fácil criticar al misionero que reparte pan, que traslada en su
viejo jeep a un enfermo, que recoge del barro a un moribundo. A
la misionera que aplica inyecciones, que improvisa en la selva un
"Dijo Jesús: Vayan por todo el mundo,
dispensario elemental, que limpia las llagas de un leproso, que
proclamen la Buena Nueva a toda la creación"
atiende a una mujer a punto de ser madre.
San Marcos, cap. 16.
El agua se convierte en vapor, éste se transforma en nube que «Dime: ¿ Q u é piensas tú que ha sido de los viejos, de los jóve-
enseguida cae en lluvia generosa. Se cambia la oruga en crisálida y nes, de las madres, de los niños que se fueron?. En alguna parte
ésta en mariposa. están vivos esperándonos. La más pequeña hoja de hierba nos
enseña que la muerte no existe,- que si alguna vez existió fue sólo
Muere el grano de trigo bajo la tierra húmeda y oscura, pero para producir vida,- que no está esperando ahora el final del cami-
luego reverdece en los tallos, se levanta en la espiga, se trueca en no para detener nuestra marcha; que cesó en el instante de apare-
blanca harina en el molino y en el horno se cuece como pan. La cer la vida.
vida presente, pobre y peregrina, se cambia más allá de la muerte
en vida perfecta y segura. Todo va hacia adelante y hacia arriba. Nada perece. Y el morir es una
cosa distinta de lo que algunos suponen y mucho más agradable».
O en otras palabras: el amor viajero e incierto halla una patria, toca
un puerto definitivo, alcanza una dimensión absoluta.
i 148 Nosotros somos la angustia ante la vida presente, que 149 >
resbala más veloz que un navio cargado de frutas, como
Dedicación de la Basílica de Letrán Desde el comienzo de su predicación, Cristo nos explica el Reino
de los Cielos. Es otra manera de vivir en la cual proyectamos todo
lo que somos y tenemos hacia una dimensión más elevada. Y el
Es otra dimensión padre Teilhard nos habla de la "Cristosfera", ese nivel donde
todas las realidades del mundo se perfeccionan y completan.
"Jesús, haciendo un látigo con cuerdas, echó a Porque la fe no conspira contra la inteligencia. La conduce más allá
todos fuera del templo con las ovejas y los bueyes. del raciocinio. La oración se eleva por encima del diálogo. La
Les dijo: Quiten eso de aquí. No hagan de la casa
caridad se coloca más allá del altruismo. La castidad se revela como
de mi Padre una casa de mercado».
una forma especial de amar. La esperanza se traduce como una
San Juan, cap. 2.
calidad más firme de ilusión. El servicio se convierte en una etapa
más cristiana del trabajo. La justicia se muestra como un estrato más
Imaginemos al hombre que vivió en las cavernas. Una tarde, al profundo de la ley. La humildad nos enseña un realismo alegre e
regresar del bosque, comparó la longitud del camino, la altura de inteligente.
la montaña y la extensión de la playa del mar. Había descubierto
las tres dimensiones del espacio. Los griegos para designar la plenitud empleaban una hermosa pala-
bra: "Pleroma". San Pablo en su carta a los Efesios desea que nos
En relación con el pensamiento también existen dimensiones. Pen- llenemos de esta plenitud de Dios. A s í podremos conocer cuál es
samos en los árboles, descubrimos las leyes de la fotosíntesis, la anchura, la longitud, la profundidad del amor de Cristo. Es una
captamos la esencia de las cosas y soñamos, igual que los niños ciencia que excede todo conocimiento. El Señor tiene el poder
con «árboles que cantan». de realizar todas las cosas incomparablemente mejor de lo que
podemos pedir o pensar. Y enseguida añade el apóstol: " Y o ,
Cristo, reprende a los judíos que habían reducido el templo del preso por el Señor, los exhorto a que vivan de una manera digna
Señor a una dimensión inferior. A q u e l lugar, consagrado para el de la vocación a que han sido llamados".
encuentro de Dios con los hombres, lo habían dedicado al tráfico
de bueyes y palomas, al comercio de moneda. Vivir se vuelve una carga si no buscamos elevarnos a regiones más
altas. Nos aburren nuestras riquezas y capacidades cuando no las
El Señor reprocha nuestra conducta. Con frecuencia no hemos proyectamos a otra dimensión más excelente. Si tenemos vocación
querido ascender. Y otras veces descendemos voluntariamente. de estrellas ¿Porqué terminar clavados en la tierra?
La llena de gracia Acompaña: Belén, Egipto, las rutas de Galilea, el camino del
Calvario, el cenáculo, la Iglesia naciente.
"El ángel saludó a María: Alégrate llena de
gracia. El Señor está contigo. No temas porque N o podemos sacar a Nuestra Señora de la situación real que vivió
has hallado gracia delante de Dios". en Nazaret: un pueblo humilde, una familia pobre, vecinos que
San Lucas, cap. 1. ignoran el misterio, circunstancias adversas. Rudo contraste entre el
proyecto de Dios y unos recursos demasiado humanos.
¿Quién a los dieciocho años no ha soñado con una mujer incom-
parable? ¿Aquella que será luego la amiga, la novia, la esposa, la Tales condicionamientos nos acercan a Nuestra Señora. La hacen
madre de sus hijos? ¿ Q u é mujer no ha luchado por acercarse, en participante en nuestra historia, como alguien que nos da compa-
alguna forma, a ese ideal? Un ideal que cambia en lo exterior ñía, presencia, intercesión. En una palabra, como madre.
según la época, pero conserva unos valores inmutables. Porque Apelando a lo más personal, a lo más íntimo, dejemos de lado las
mujer siempre significará vida, ternura, complemento, intuición, frases hechas, los moldes gastados y encontrémosla disponible
compañía, calor de hogar. siempre y cercana, en la mitad de nuestra vida. María, la M a d r e
de Jesús, la llena de gracia.
En la historia de nuestra fe, al inicio del Nuevo Testamento, en-
contramos a María, la madre de Jesús. A s í la mencionan con
frecuencia los evangelistas, en directa relación con su H i j o . Luego
la Iglesia nos la presenta como la mujer ideal, la llena de gracia.
Primer domingo
Llega el Señor
Otros presienten que Dios se acerca, pero procuran posponer la "Apareció Juan Bautista, diciendo que debían
cita. Recordamos la película de Bergman: un caballero que volvía cambiar de actitud". San Marcos, cap. 1.
de las cruzadas, supo que Dios lo buscaba. Se lo avisó la Muerte.
Asustado, la invitó entonces a una playa desierta, para echar una
H o y admiramos la energía atómica, puesta al servicio del progreso.
partida de ajedrez. Si ganaba, podría exigir un plazo, que le
Pero antes no fue así. El 6 de agosto de 1 9 4 5 , una bomba
permitiera llenar su vida de buenas obras.
singular cayó sobre la ciudad de Hiroshima, provocando una catás-
trofe nunca inaudita.
Los cristianos conscientes entienden que el mejor modo de espe-
rar a Dios es salir a su encuentro. El 1 9 5 5 , estando en Nueva
Pablo VI enseñó que todo ser humano es capaz de lo mejor y de
York, el padre Theilard de Chardin siente estallar su corazón. Sólo
lo peor. Q u e nuestra conciencia es un campo de batalla, donde se
alcanza a decir: " M e voy al que viene" y termina su vida serena-
enfrentan dos inmensos poderes: el Bien y el M a l . A l l í se escucha
mente.
el fragor de las armas y los gritos de los combatientes.
'Señor nuestro, restaúranos. Q u e brille tu rostro y nos salve". La alternativa del cristiano, consiste en orientar todas sus fuerzas d e
Q u e llegue a nuestra vida y nos transforme. Es la súplica que acuerdo al Evangelio. Somos hijos de Dios, pero el mal habita en
elevamos en este primer ¿ominso de Adviento. nosotros. Tal vez no ha generado catástrofes que nos señalen
como hombres pervertidos. Pero cada día comprobamos nuestra
Imaginamos a Dios como un sabio restaurador. Conoce el valor de inmensa capacidad de egoísmo, de avaricia, de venganza.
cada pieza, n y al cabo somos su obra maestra. Y con manos de
artista enamorado, enmienda todo lo nuestro: los recuerdos amargos A l comienzo de su relato, san Marcos pone en escena al Bautista.
que nos martirizan. Las malas tendencias del corazón. Apaga los Su carta de presentación es aquel texto de Isaías: "Una voz grita en
rencores. Convierte en experiencia los fracasos. Terminada su pa- el desierto: conviértanse. Preparen el camino del Señor". M u c h o s
ciente tarea, hace brillar su rostro sobre nosotros. Sonríe con amor, discípulos se acercaban a Juan, reconocían sus culpas y se hacían
porque nos reconoce nuevamente como sus hijos, seguros de vivir bautizar. Un signo para expresar su intención de ser distintos.
junto a El para siempre. "Señor nuestro, restaúranos".
Kazantzakis, aquel gran novelista, nos dice en uno de sus libros:
"En nuestros días, la conversión consiste en convivir con los h o m -
bres, luchar con Jos hombres. Acompañar a Cristo tocios ¡os días,
hasta el Gólgota, para que sea crucificado. Digo: todos los
días,- no sólo el viernes santo".
Bien sabemos que convivir con los demás no es cosa 159 >
fácil. Muchas veces se nos vuelve hostil la familia, la
empresa donde trabajamos, el medio social que nos rodea. M a n - Tercer domingo
tener el equilibrio y la generosidad en tales circunstancias equivale
a una conversión admirable.
Había un reloj de sol
Luchar con los hombres es otro ideal cristiano que a muchos atrae,
pero que pocos se atreven a ensayar. Cuando alguien escucha a
"Surgió un hombre que se llamaba Juan y venía
Dios en su interior, se siente movido de inmediato a colaborar con
para dar testimonio de la Luz". San Juan, cap. 1.
los otros. N o importa que se merme nuestra comodidad. N o
importa que nuestra seguridad se exponga. El sello que garantiza
una verdadera conversión es el compromiso fraterno. Una ciudad de Francia... Un nuevo amanecer. Y el viejo reloj de sol
comienza a marcar las horas, sobre el muro curtido de la vetusta catedral.
Vendría luego el programa de acompañar a Cristo, todos los días, Debajo, una leyenda que hace pensar muy hondo: "Yo no marco sino
hasta el Calvario. Seguirlo cuando todo va bien es poca cosa. las horas de luz".
Imitarlo cuando su cruz nos oprime los hombros, es vida cristiana
auténtica. Y cuando el sol se oculta detrás de las colinas distantes, el viejo
reloj no marca nada. Espera nuevamente la aurora. Porque él sólo
C o n frecuencia, buscamos convertimos añadiendo actos piadosos marca horas de luz.
a nuestra vida. Puede servir de algo. Pero la conversión de buena
ley brota de adentro. A q u e l día en que yo pongo mi alma desnu- El Evangelio nos habla de un personaje adusto, de voz áspera,
da ante el Señor. Cuando comprendo todo lo que El me ha vestido con pieles de camello y acostumbrado al menú salvaje del
amado. Cuando reconozco mis fallos, entonces empieza a germi- desierto. Venía a preparar los caminos del Mesías. N o era la luz,
nar en mi interior un hombre nuevo. mas su tarea era dar testimonio de que ia luz estaba cerca. Próxima-
mente amanecería el Salvador.
En Adviento cambiamos de actitud. El mentiroso no vuelve ya a
mentir. El iracundo es hoy un hombre manso. El perezoso se Para Juan Bautista, todas las horas eran luz, porque su vida era
ofrece para ayudar a los demás. Todo ello prepara los caminos, diáfana y sin sombras. Un hombre recto, de una sola pieza.
por donde llega Dios con su alegría. Esa que ya nadie podrá
arrebatarnos. Tal vez nosotros no llegamos a tanto. Nuestros días no son del
todo todos luminosos. Tenemos muchas horas de sombra, muchos
ratos de penumbra, espacios de tinieblas abrumados por el error,
la falsedad y el pecado.
i 160 > Juan Bautista dio testimonio de la luz: por su austeri- 4, 161 >
dad. "Iba vestido de piel de camello, una correa de
cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y de miel silves- Cuarto domingo
tre' . En nuestra socieda dde consumo, ¿somos capaces de vencer
esta fiebre de derroche y apariencias?
Navidad, ¿para qué?
Por la entereza. " N o te es lícito tener como mujer la de tu herma-
no", le replica a Herodes, así le cueste la vida. ¿Tenemos noso- "Hoy nos ha nacido un Salvador".
tros el valor de proclamar la verdad, el deber, ante quienes se San Lucas, cap. 2
reirán de nosotros, o nos tratarán de pusilánimes?
Después, san Juan añade que por El fueron hechas todas las
cosas. Nuestro lenguaje humano es inexacto. Pero así indica
P~™4*-«^
el evangelista que todo tuvo origen en Dios.
N o , dijo uno de ellos: ¿ N o entendemos que el hecho más im- Grandes risas de toda la clase, hasta del rabí, a quien la respuesta
portante de toda la historia fue cuando Dios se hizo hombre?. no le ha parecido del todo matemática".
"El Verbo se hizo carne y hemos visto su gloria". A s í son las matemáticas de Dios. En la repartición de su tiempo
sobre la tierra, un gran desequilibrio: treinta años en familia y tres
para salvar el mundo.
— Está bien, ¡gracias! Podríamos responder con esa frase sosa, con Despunta un nuevo año
la cual defendemos la intimidad del hogar frente a los extraños.
Este año que comienza nos llena de incertidumbre: lo económico, Los dibujos de las catacumbas jamás nos presentan a estos visitan-
lo social, lo político, la salud, la familia, el trabajo, los estudios. tes de Belén con insignias reales. A ú n más: en el templo de San
Vidal de Ravena, los encontramos vestidos de mercaderes. Y la
Pero escribamos en la primera página de nuestro almanaque aquella tradición anglosajona los denomina, sin más, hombres sabios.
frase de San Juan: «La Palabra era la luz verdadera que alumbra a
todo hombre. A cuantos la reciben les da el poder de ser hijos de Quizá fue la Edad M e d i a , tan propensa a fabricar leyendas, la
Dios». que inventó la expresión de "Reyes Magos". A u n q u e el apelativo
de magos más parece un gentilicio de una región de Persia. Sin
Y volvamos a repetir, con el alma en los labios, como allá en embargo, otros autores señalan a estos peregrinos como practican-
nuestra infancia: "Santa María, Madre de Dios, ruega por noso- tes de la magia en su tierra, o bien, como devotos de una antigua
tros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte". religión, heredada de Zoroastro, cuya divinidad se manifestaba en
las estrellas.
A quienes de niños nos dieron el Bautismo parece que poco nos Aquellos pactos con el diablo
importa tal acontecimiento. Casi nadie recuerda en qué fecha tuvo
lugar. Ese día empezamos a ser oficialmente hijos de Dios. Lo "Jesús se quedó en el desierto
éramos ya por creación, pero cuando la comunidad Iglesia nos cuarenta días, dejándose tentar por Satanás".
acogió, declaramos por boca de los padrinos que nos interesaba la San Marcos, cap. 1.
fe cristiana y que según ella, íbamos a enrutar nuestra vida.
En la primitiva Iglesia, como hoy en muchos lugares de misión ¿Ha n leído ustedes "El Retrato de Dorian G r a y ? "
sólo se acepta a adultos para este sacramento. Y luego de una
preparación de varios años. La práctica del bautismo para los En épocas pasadas era cosa frecuente que un ambicioso, o un
niños nació en tiempos de creciente mortalidad infantil y a causa desesperado, hiciese pacto con el diablo. A cambio de determi-
de una teología no muy exacta, que vetaba el ingreso al cielo a nado poder, de riqueza o juventud, el interesado firmaba el docu-
los no bautizados. mento con su sangre y transfería su alma a Satanás.
En un comienzo además, el sacramento de la Confirmación no se Las cosas han cambiado. El demonio ya no pierde su tiempo con
tenía como algo distinto del Bautismo. H o y lo celebramos cuando un solicitante aislado. ¿Para qué?, si puede tener bajo su mando a
los jóvenes poseen una relativa madurez. Entonces, ante el obis- pueblos enteros, grupos numerosos, o sectores especiales de la
p o , el padre de la fe en cada comunidad, ellos confirman su sociedad contemporánea. El diablo firma hoy arreglos colectivos,
compromiso cristiano. Expresan públicamente que conocen a Je- acuerdos a alto nivel y realiza negociaciones en la cumbre.
sucristo y desean vivir de acuerdo a su enseñanza.
Dejemos a los teólogos que, con ciencia y paciencia, nos esclarez-
El mundo actual, tan acelerado y complejo, dista mucho de aque- can si la expresión demonio en la Biblia significa espíritus que son
llos ámbitos donde nuestros abuelos vivieron su fe. H o y somos personas, o una forma hebrea de designar los poderes del mal.
apenas sobrevivientes en estas selvas de cemento y de contamina- Pero tanto el antiguo como el nuevo Testamento nos hablan del
ción, agobiados de preocupaciones y peligros. Pero también en diablo, Belcebú, Satanás, los espíritus inmundos.
estos espacios es posible vivir el Evangelio. El hombre urbano de
hoy sabe descubrir con entusiasmo a Jesús de Nazaret como Y cada uno de nosotros siente también en su vida y en la sociedad
único modelo de vida. que lo rodea, la influencia del mal, que contrarresta con
ahínco los esfuerzos de Dios y de los hombres de bien. A
Bastaría recordar qué es un cristiano. Lo señaló el Padre
174 f T
i A
Astete hace ya cinco siglos: "Hombre que recibió la fe Basta recordar el tráfico de influencias, los negocios 175 >
de Cristo y está consagrado a su santo servicio". injustos, el imperio de la uiuya, ía corrupción, la discor-
- w
dia en las familias, la infidelidad conyugal, las leyes que van contra Segundo domingo
la verdad y la injusticia. Y muchas cosas más.
Pero el demonio no trabaja solo. Lo hace en equipo y todos, más Aviso para caminantes
o menos, podemos ser colaboradores y quinta columna de su
ejército: cuando no cumplimos el deber, si no actuamos generosa-
"Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan
mente, o escogemos el camino más fácil. Si no hablamos a tiempo,
a una montaña alta y se transfiguró ante ellos."
no corregimos, o no sacrificamos nuestros intereses en bien de la
San Marcos, cap. 9.
comunidad.
Cuando el Evangelio nos cuenta que Jesús resistió al tentador en A Don Quijote, su locura sublime le hacía mirar feroces enemigos,
el desierto, nos enseña que su victoria puede renovarse a diario en en los mansos molinos de viento de la comarca manchega. Noso-
cada uno de nosotros. tros sufrimos de otra locura, que nos oculta la presencia luminosa
del Señor en los acontecimientos de la vida.
Con la oración alcanzaremos que el poder de Cristo apoye nues-
tra flaqueza. Somos débiles, pero Dios "nunca permite que sea- Pero Dios acostumbra transfigurarse, en ciertas ocasiones, para que
mos tentados más allá de nuestras fuerzas", como escribió san miremos gozosamente su luz y su gloria y así se consolide nuestra fe.
Pablo a los corintios. A ú n más: la tentación puede llevarnos a un
encuentro más íntimo con Dios, nuestro Padre. Lo explicó, con El evangelio nos cuenta cómo el Señor llevó a tres de sus discípu-
lujo de detalles, san Lucas en la parábola del Hijo Pródigo los a una montaña y les mostró un poco de su gloria. A n t e Pedro,
Santiago y Juan, Cristo manifestó su gloria. Les dio a entender
De otro lado, ningún cristiano tiene que negociar con el demonio quién era, de una forma más clara y convincente. Los evangelistas
en busca de riquezas, de poder o de eterna juventud. "Toda apelan a ciertas comparaciones para explicar tal experiencia: que
dádiva buena y todo don perfecto vienen de lo alto, descienden los vestidos del Señor se volvieron blancos como la nieve y su
del Padre de las luces". Nos lo enseña el apóstol Santiago. rostro resplandeciente como el sol. Formas humanas de presentar
cosas divinas.
A veces también pretendemos que los demás suban a la montaña Este Evangelio nos pone a pensar. En el Levítico, Dios enseñó a
por el mismo camino nuestro. Como si la esencia del cristianismo su pueblo, cómo habrían de ser los sacrificios de bueyes y de
consistiera en determinadas formas: en mi devoción, en mi aposto- ovejas, las ofrendas y cada uno de los ritos del templo.
lado personal, en mi gesto, en mis costumbres familiares. A Cristo
se puede llegar por muy distintas sendas, siempre que estén ilumi- Pero ahora, Jesús se molesta ante quienes venden los animales
nadas por el Evangelio. para los sacrificios. Los acusa de haber convertido en un mercado
la casa de su Padre.
Tampoco despreciemos a quienes no han comenzado todavía el
La fe cristiana también se vive dentro de una aparente contradic-
ascenso. Cuántas veces en nombre de Jesús hemos ahuyentado,
ción. De un lado, las imágenes, las procesiones, los escapularios y
con nuestra suficiencia y vanidad, a los que dudaban allá abajo,
las medallas. De otro una religión fría y descarnada y hasta cierto
antes de emprender la cuesta. Hay muchos hermanos que han
punto intangible.
caído en los baches del camino. A otros les cuesta mucho subir ya
por la tarde, aunque estén convencidos de que la luz está en la Si deseamos comprender la actitud de Cristo, hay que recordar
cumbre. que la venta de animales había invadido el templo. Q u e los sacri-
ficios materiales habían suplantado, para gran número de judíos, la
Si nos volvemos hacia el prójimo, volveremos a encontrar al Señor religión de la mente y el corazón predicada por los profetas. Por
transfigurado. Sea esta reflexión de hoy un aviso para caminantes. eso el enojo de Cristo: un justo rechazo a la desviación de la fe.
Es bueno gozar la luz de Dios, pero es mejor compartir la lucha de Jesús venía a instaurar un nuevo orden en las relaciones con Dios, a
¡os que buscan al Señor, entre las oscuridades y vericuetos del purificar al hombre, a recordarnos el verdadero sentido del culto y del
camino. templo, desde una nueva alianza.
Pero hay otra lección en esta página: Dios solamente nos pide que "Varios griegos se acercaron a Felipe para pedirle:
preguntemos por El y lo busquemos con corazón sincero, aunque Queremos ver a Jesús. Felipe habló con
sea por la noche. Andrés y los dos fueron donde el Señor a
decírselo". San Juan, cap. 12.
Y preguntar por El es participar en la Misa, acercarnos a los
Sacramentos, leer la Biblia en familia, regresar hasta la conciencia, Entre las páginas de una Biblia, abierta al azar en un hotel, encon-
después de muchas tempestades. tré una tarjeta de color magenta, con una pregunta en la parte de
arriba: ¿ Q u é ves tú?
Buscarlo es compartir con el pobre, llamar a un amigo a quien
tenemos olvidado, ser justos con los que nos colaboran, no sólo En el centro, muy destacada en blanco sobre el color, una serie de
perdonar, sino también olvidar, que no es lo mismo. Es, sobre líneas verticales y horizontales, aparentemente sin ningún significado.
todo, saber valorar nuestros triunfos y nuestros fracasos, bajo la luz
del Señor que nos ama. Después de darle vueltas en un sentido y en otro, le pregunté a un
niño qué veía él. Sin vacilar, me respondió: ahí dice JESÚS.
Ojalá - c o m o Josiane— pudiéramos decir sin cobardía: soy trabaja-
dor de planta, asesor jurídico, carretillero, estudiante, ejecutivo, A pesar de su explicación, tuve dificultad para identificar la pala-
barrendera, mujer profesional, empleada, profesora, ama de casa. bra, hasta líneas, hasta que al fin descubrí, casi en relieve, el
Pero fundamentalmente, encontré a Jesucristo, escucho su palabra nombre de Cristo.
y la anuncio con alegría a mis hermanos.
San Juan nos cuenta de unos griegos que habían venido a Jerusa-
lén, con motivo de la Pascua y querían ver al Señor. Pero quizá no
lo distinguían entre la turba. O tal vez tenían recelo de acercarse,
pues probablemente eran paganos. Entonces acudieron a los bue-
nos servicios de Felipe y Andrés.
Son muchos los elementos que pueden ayudarnos a celebrar Domingo de Pascua
cristianamente la Semana Santa: un diálogo en el hogar sobre la
persona de Jesús, algunos días de retiro,, escuchar música religiosa
mientras pensamos en el Señor, confesarnos después de una pre- Amenazados de resurrección
paración conveniente. Participar en las funciones litúrgicas, ojalá en
familia, visitar los monumentos, no por solamente por curiosidad.
Colaborar con la parroquia en los actos litúrgicos. Profundizar en
"En aquel primer día de la semana, salieron
Simón y el otro discípulo camino del sepulcro.
el significado de la Pascua cristiana.
Y llegando al sepulcro, vieron y creyeron".
San Juan, cap. 20.
H o y comenzamos \a semana mayor de nuestra fe. S¡ e\\a nos habla
únicamente de descanso, excursión, diversiones, este gran signo
de la Iglesia, habrá perdido para nosotros su razón de ser. Se En un domingo luminoso, porque era Pascua, una anciana vendía sus
habrá vuelto algo insignificante. flores a la sombra de una arcada de piedra. Sonreía gozosa, lo cual
me hizo exclamar al instante: ¡Usted, señora, parece muy feliz!
Va no tendríamos fe en Jesucristo, el cual sería inútil y anacrónico,
igual que el Rey de Bastos. — ¿Por qué, no? M e respondió ella, si todo va muy bien.
Ver página N° 41 del Ciclo (A) Esta historia se conecta, de manera espontánea, con un artículo de
un periodista guatemalteco. Acosado por las dificultades y las
penas, escribía: "Dicen que estoy amenazado de muerte. Tal vez
sea. Pero estoy tranquilo. Porque si me matan, no me quitarán la
vida. M e la llevaré conmigo, colgando sobre el hombro como un
morral de pastor. A
i 186
l Desde muy niño, alguien sopló a mis oídos una verdad <| r »
l>....../jj inconmovible, que es al mismo tiempo, una invitación a la 187
"W
eternidad: no teman a los que pueden matar el cuerpo pero no Segundo domingo
pueden quitar (a vida.
¿Por qué no saludarlos hoy, aunque sea por teléfono? Cada — O quiere usted un dromedario con joroba o no quiere hacer
familia tiene un párroco, o un sacerdote amigo, aquel que nos negocio conmigo, le respondió al fin, malhumorado.
casó, aquel que ha bautizado a nuestros hijos, aquel a quien
hemos acudido en nuestros problemas de hogar. ¿Por qué no Muchas veces nosotros le pedimos a la vida todas las ventajas, sin
hacerle comprender, este domingo, que agradecemos su servicio y aportar ningún sacrificio de nuestra parte. En el colegio queremos
su ministerio? avanzar todos los días, sin esforzarnos en el estudio. En los nego-
cios ganar cada vez más, sin trabajar responsablemente. En la amis-
Ellos se han propuesto ser como el Buen Pastor. Ayudémoslos tad que los demás nos acaten y nos estimen, sin ofrecer cariño de
con nuestro afecto, nuestro respaldo y nuestra oración. nuestro lado. En esta tierra, todas las cosas humanas tienen sus
jorobas. Pero muchos seguimos suspirando por un mundo ideal
Recemos para que la esperanza de Juan Pablo II se cambie pronto
que nunca ha existido.
en alegría y gozo. Para que muchos jóvenes entiendan la grandeza
de la vida cristiana, la importancia del servicio sacerdotal, Para que
Del mismo modo nos portamos con la Iglesia. Buscamos su ayuda
la Iglesia abunde en buenos pastores al servicio de toda la
pero no la entendemos como es: Divina y humana.
ÁK humanidad.
Cristo nos invita a permanecer en El, así como las ramas
{ 194 >
permanecen unidas a la vid. De lo contrario, no podre- 195 >
mos dar fruto. ¿ N o hemos pensado que mantenernos
unidos a Cristo es mantenernos unidos a la Iglesia? A esta Iglesia
nuestra en continuo proceso de renovación. Sexto domingo
¿Todo es malo en \a Iglesia? Tampoco. Afirmarlo llanamente sería ¿Habrá alguna manera de medir la resistencia del amor? Pudiera
simpleza y además injusticia. ¿ Q u é gana nuestra Iglesia si nos ser. Tal vez examinando todas sus expresiones.
empeñamos en desacreditarla sistemáticamente? Un hijo bueno y
fiel se complace en la bondad de su madre y pasa por alto sus En el capítulo X V , san Juan nos describe el ambiente en que
defectos y limitaciones. Jesús se despedía de sus amigos. A l l í el Maestro insiste en el
tema de su permanencia entre nosotros. El permanecerá en el
Permanecer en Cristo es permanecer como hijos fieles y adultos de mundo, si sus discípulos actuales y futuros "permanecen en su
la Iglesia, estudiar nuestra fe, dar testimonio de ella con nuestro amor". Luego les dice que no son siervos sino amigos, y al final
ejemplo, aconsejar prudentemente, denunciar las fallas con manse- les da la clave para detectar cuándo el amor ha llegado a su
dumbre cuando sea necesario, anunciando a la vez los posibles plenitud: cuando es capaz de dar la vida por el amigo.
remedios. En la Iglesia está Cristo bajo los humildes accidentes del
hombre contemporáneo. En otros lugares del Evangelio Cristo nos descubre, poco a poco,
la escala del amor.
La virtud de la esperanza, nos dice que el desierto puede florecer,
que la estéril se alegrará con su hijo, que la higuera dará frutos El primer grado es dar cosas a los demás. Un día, Jesús compade-
nuevamente y que los panes se multiplicarán para saciar el hambre cido de la gente, multiplicó los panes para saciar su hambre.
de todos.
El segundo, es dar de nuestro tiempo. Recordemos la visita de
Basta apagar un poco el ruido que nos cerca, entornar los Nicodemo. El Señor dialogó con él hasta muy tarde y disipó
ojos con cariño y aguzar el oído amorosamente. Entre el todas sus dudas.
agitado mundo del presente se escuchan, suaves y
El tercer grado del amor es dar la vida por los amigos.
rumorosos, los pasos del Señor que camina con su
Cuando se ve empeñada la propia vida, el amor acos- ^
Iglesia.
tumbra ceder ante el miedo.
Pero Cristo sobrepasó la escala. Dio la vida, no sólo por sus
amigos, sino también por sus enemigos. Esta máxima demostración Ascensión del Señor
de amor, nos la enseñó Jesús con su vida y con su sangre.
Entre nosotros se habla y se discute todos los días de amor y de Necesitamos el éxtasis
amistad. Interiormente tenemos en gran aprecio estos valores. Pero
muchas veces no llegamos a una vida honda de amor. Y sin embar- "Jesús se apareció a los discípulos y después de
go el cristianismo se identifica como una práctica sin reticencias del enviarlos al mundo entero, ascendió al cielo y está
amor. Una amistad profunda con Dios y con el hombre, iluminada sentado a la derecha de Dios".
por el Evangelio. San Marcos, cap. 16.
Nos viene a la mente aquella canción de Roberto Carlos: La fe cristiana es por lo tanto una invitación al éxtasis. Hacia allá
"Tú eres mi amigo del alma en toda jornada, sonrisa y abrazo nos empuja la virtud de la esperanza. ¿Quién no aspira a un lugar
festivo a cada llegada, me dices verdades tan grandes con frases donde no haya muerte, ni luto, ni llanto, ni fatigas, como dice el
abiertas, tú eres realmente el más cierto en horas inciertas" Apocalipsis?
Cuando celebramos bien nuestra liturgia no ensayamos un poco a
Para ser cristiano, vive el amor y la amistad dentro del hogar, y con ese éxtasis que sólo tendrá su plenitud después de la muerte.
los de fuera, en sinceridad, humildad y verdad. Llena el corazón
de amigos, la memoria de nombres y ejercita cada día tu Porque creer sin esperar sería un ejercicio demasiado oneroso.
¿£x generosidad con todos. Porque amar a Dios incluye, irremediablemente, una tenden-
f cia a gozar de su eterna compañía.
4 198
i á Los discípulos del Señor abandonaron muchas cosas para á 199
r
Otros evangelistas señalan que esto sucedió en Galilea, sobre la cum- Muchas veces, aún entre la gente, nos sentimos solos. Y esta
bre de un monte, que los biblistas no alcanzan a identificar. Lo cual no soledad nos volvió resentidos, desconfiados, tercos, fríos en las
importa. Lo esencial fue que entonces Jesús ratificó ante el grupo, su relaciones con Dios, cobardes para el testimonio...
condición de Mesías. Y los discípulos comprendieron aquello que les
había dicho durante la cena de despedida: "Cuando haya ido y les Todo esto lo sabía el Señor. Lo palpó y sufrió en sus apóstoles
haya preparado un lugar, volveré y les tomaré conmigo para que quienes, aún viviendo juntos, no se sentían hermanos, no enten-
donde yo esté, estén también ustedes". dían las escrituras, ni los signos de los tiempos y, como niños, se
peleaban por los primeros puestos.
Este hecho de la ascensión es el final de una asombrosa historia.
"El Verbo se hizo carne", había escrito san Juan. Pero quien El Evangelio nos dice cómo Jesús les insistía que se amaran, que
acampó entre nosotros era el mismo Dios. El que acampó entre vivieran unidos, que permanecieran en El, que guardaran sus pre-
nosotros era el mismo Dios "El que camina sobre las alas del • ceptos. Después de la Resurrección volvió sobre los mismos te-
viento", como señala un salmo. mas: les hizo un resumen de su doctrina. Los examinó sobre el
amor y la felicidad, cuando, junto al lago, llamó a Pedro a la
A n t e Jesús, que se iba perdiendo entre las nubes, los discípulos reconciliación. Les entregó unos poderes inmensos, como perdo-
se sintieron en éxtasis. Comprendieron desde el fondo del alma nar los pecados. Les confió su Iglesia naciente, enviándolos a
que, a pesar de la dureza del camino, de los guijarros que nos predicar a toda criatura.
hieren a diario, nos aguarda un destino feliz más allá de los astros.
W
los oraban y se animaban fraternalmente. Un domingo muy tem- Santísima Trinidad
prano, vino sobre ellos el Espíritu del Señor Jesús. Dios llegó a
ellos, para darles a entender que de ahí en adelante estaría de una
manera nueva con su Iglesia: como luz, como fuerza. A l g o que las
primeras comunidades llamaron Espíritu Santo
¡Sí, creemos!
Movidos e iluminados, los apóstoles cambiaron desde ese día y la "Vayan y hagan discípulos de todos los pueblos,
comunidad cristiana empezó a crecer y a difundirse. Movidos e bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y
iluminados por el Señor, tantos hombres y mujeres han realizado del Espíritu Santo". San Mateo, cap. 28
maravillas: los mártires, los misioneros, los científicos de la teolo-
gía, los líderes de la caridad y del desarrollo cristiano, los ignora-
Cuando Nerón incendió a Roma en el año 6 4 , se culpó a los
dos párrocos de aldea, las silenciosas madres de familia, los jóve-
cristianos de este crimen y se les persiguió a muerte.
nes comprometidos, los que rigen los pueblos con sentido de
amor y libertad, los obreros que luchan por su dignidad con
Sin embargo, estos primeros fieles demostraron que estaban con-
valores evangélicos. Es la acción del Espíritu Santo que cambió sus
vencidos de la presencia del Señor en la comunidad cristiana. Tal
vidas, les entregó sus dones: sabiduría, entendimiento, consejo,
era su fidelidad y testimonio.
ciencia, fortaleza, piedad, temor de Dios.
Dios Hijo vive en mí. Cuando tiendo mi mano al necesitado, Durante mucho tiempo, nuestra devoción se apoyó sobre estos
redimo al pobre de su miseria, perdono las ofensas y brindo al conceptos, que continúan siendo válidos. Pero enseguida avanza-
otro esa "segunda oportunidad". Cuando enseño al que no sabe, ron las ciencias humanas y el hombre actual ya no piensa en esque-
liberándolo de su ignorancia, cuando me solidarizo con los que mas medioevales. Vientos nuevos agitan su deliberación y su dis-
sufren por la justicia, cuando pongo mi vida toda al servicio de mis curso. Por esto, sin devaluar enfoques anteriores, buscamos nue-
hermanos... Yo redimo con Jesucristo, mi Hermano. vos caminos para acercarnos a la Eucaristía.
Los teólogos actuales nos dicen que el Señor está allí presente.
Dios Espíritu Santo vive en mí. Cuando me inclino con ternura hacia
C o n una presencia no desconectada de su presencia en el mundo.
el que pide amor, cuando comparto intensamente en la amistad, en
El está realmente en la Eucaristía. Pero a la vez estaba y sigue
la sorprendente aventura del noviazgo y en la plenitud del matrimo-
estando de múltiples formas con nosotros.
nio. Cuando asumo con amor, paz y mansedumbre los múltiples
quehaceres de una familia. Cuando construyo una sociedad nueva y Pensemos en la estrategia del amor, en su iniciativa. Una madre, un
vivo para la comunidad... Yo amo en el Espíritu de Dios. padre, un amigo, vencen de muchos modos la distancia: las cartas,
el teléfono, la dedicatoria de un libro. Una fotografía. Las saludes
H o y es la fiesta de la Santísima Trinidad. Detrás de esa expresión, que lleva un viajero. El recuerdo, donde el que amamos vive de
quizá desgastada por el tiempo, se esconde todo el miste- forma permanente.
rio de Dios. Uno en esencia y Trino en Personas. De un
Dios que nos envía hoy para hacer discípulos de todos Pero cuando el amigo está presente, comer en compa- ¡t
los pueblos, creando con el Padre, redimiendo con el ñía da comienzo a t o d o lo que hace parte de los rituales <| 205,|>
H i j o , y amando con el Espíritu Santo. del amor. j
Por esto Jesús, la noche de su despedida, escogió el pan y el vino
"frutos de la tierra y del trabajo del hombre" para expresarnos su
amor y significar su presencia. "Este es el sacramento de nuestra TIEMPO ORDINARIO
fe", repetimos durante la celebración eucarística.
Una fe que nos acerca a Dios, pero que luego nos empuja a
compartir con el hermano. Porque no basta colocar nuestras ofren- Segundo domingo
das sobre el altar. Es preciso retomarlas para convertirlas en pan,
ayuda al barrio pobre, escuela para el que no sabe, salud, alimen-
t o , vivienda. A g u a , luz, vías de comunicación... Maestro ¿dónde habitas?
De lo contrario nuestra eucaristía sería una relación incompleta del "Aquellos dos discípulos de Juan siguieron a
hombre con Dios. Sería reconocer a nuestro Padre, e ignorar a Jesús. Este les preguntó: ¿Qué buscan? Ellos le
nuestros hermanos. contestaron: ¿Dónde vives? El les dijo: Vengan y
lo verán". San Juan, cap. 1
_A_ destruyen
- ^
r ¿ Q u é hacer entonces? Si reflexionamos a la luz del 4ZUf
i 210 >
Evangelio, descubrimos que Cristo no solamente era au-
toridad, sino que tenía autoridad. Como Dios, era la suprema
autoridad, y como Hombre-Dios, por su conducta y por su ejem- Quinto domingo
plo, se mostraba digno de ser obedecido.
Ese es el milagro
Muchos, en cambio, son autoridad en el gobierno, en la Iglesia,
familia, en las instituciones... ¿Pero su modo de vivir, lo hace "Jesús se acercó a la suegra de Simón que
dignos de ella? estaba en cama con fiebre, la tomó de la mano y la
levantó... y ella se puso a servirles".
Para tener autoridad se requieren tres cosas: San Marcos, cap. 1.
Luego, el ejemplo. Cristo practicó siempre lo que predicaba, y El Evangelio de hoy nos invita a pensar que la fiebre y la curación
condenó duramente a los fariseos como personas que decían una
de la suegra de Pedro, son síntomas de cosas muy graves, pero a
cosa y practicaban otra.
la vez muy hermosas.
Por último, el servicio. La verdadera autoridad está siempre atenta A l curar a los enfermos, al dar la vista a los ciegos, al resucitar a los
al servicio del hombre y de la comunidad. muertos, Jesús nos da a entender que El es Dios. Dueño de unos
poderes mayores aún, que pueden cambiar totalmente nuestra
¿Nos hemos preguntado alguna vez si ejercemos la autoridad con vida.
la verdad, la respaldamos con el ejemplo y la vivimos como un
servicio a los demás? Cristo no vino a ser servido sino a servir. En su tiempo, toda enfermedad se entendía como signo del poder
del mal y del pecado. Nosotros hemos cambiado esa visión fatalis-
ta y negativa. Sabemos que la mayoría de las enfermedades son
consecuencia de nuestra conducta, de la herencia, la contamina-
ción... Pero a la vez sabemos que el Señor es capaz de hacer
milagros para sanarnos. El mismo ha dado al hombre poderes en
contra de esos males: la ciencia, los descubrimientos de la medici-
na, los mil secretos que le hemos arrancado a la naturaleza para
ponerla a nuestro servicio.
Muchas veces obramos mal, aun sin quererlo, y sentimos tristeza. La voluntad de Dios
Hubiéramos querido ser tan pacientes, tan generosos, tan bien
educados y fallamos.
"Jesús, sintiendo lástima del leproso, extendió la
mano y lo tocó diciendo: Quiero, queda limpio".
Jesucristo puede enderezar nuestra vida, orientar nuestra conducta
San Marcos, cap. 1.
definitivamente hacia el bien. Recibimos su influencia transformadora,
cuando rezamos con esas palabras interiores que nacen del cora-
zón. Cuando recibimos los sacramentos, por los cuales unimos ¿Cómo será Dios? ¿Cuál su modo de ser, cuáles sus planes y su
nuestra vida con el Señor. voluntad? Es difícil saberlo. La teología nos enseña que todo lo
que pensamos o decimos de Dios es apenas imagen, aproxima-
Quien sanó a la suegra de Pedro, curó los leprosos, dio vista al ción, analogía y sombra de lo que El es: la V i d a , el Bien, el
ciego de Jericó, perdonó a Magdalena, dio la fe a la Samaritana y Amor.
prometió al buen ladrón el paraíso, es el mismo con quien hemos
comprometido nuestra vida. Tampoco tenemos ideas claras sobre la voluntad de Dios. Algunos
la confunden con el sufrimiento del hombre. En la mitología azteca
Ser cristianos es estar con El. Estar amarrados a su Ser y a su vida, encontramos a Huitzilopochtli, un ídolo a quien se le ofrecían los
con los vínculos de amor y de la fe. corazones de los vencidos. Mientras la sangre fiumana corría sobre
el altar de piedra, el dios, en cuya frente se alzaba un penacho de
¿Por qué será que algunos tenemos a Dios, solamente como un plumas de colibrí, sonreía ferozmente.
hacedor de milagros exteriores? Es verdad que El puede sanarnos
físicamente, pero también espiritualmente. O t r o s imaginan a Dios como alguien caprichoso, que desea una
humanidad sometida ciegamente a sus mandatos. Ignoran la razón
de sus preceptos, los cuales se miran como una manera continua
Entonces, como la suegra de Pedro, desde una vida nueva, po-
de amargarnos la vida.
dremos servirle a El y a nuestros hermanos. Ese es el Milagro.
Los efectos de nuestros pecados no pueden ser voluntad del "Unos letrados que estaban allí pensaron para sí
Señor. Pensemos en las taras genéticas, en tantas enfermedades mismos: ¿Quién puede perdonar fuera de Dios?".
causadas por los vicios, en los dolores que producen en la familia
San Marcos, cap. 2.
y en la sociedad el egoísmo, y la violencia de algunos.
Los mismos letrados y fariseos nos lo enseñan: entre las muchas
Pero nuestro Dios es bueno. Es capaz de sacar bien de los mismos tareas de Dios: crear los mundos, señalar su ruta a cada estrella por
males, aunque a diario destrocemos sus planes. Con paciencia el inmenso espacio, despertar el sol cada día sobre justos y peca-
como de jardinero - el Evangelio lo llama frecuentemente agricul- dores, alimentar de madrugada las aves, vestir los lirios con más
tor- sigue regando, podando, arrancando la cizaña. E inventa pro- lujo que Salomón, está el oficio de perdonar el pecado del hom-
yectos nuevos para lograr nuestra plenitud. bre.
Jesús se acercó bondadosamente al leproso. Lo tocó, lo cual Pero si la tarea de Dios fuera tan sólo perdonar pecados, entre
estaba prohibido por la las leyes judías. Y al instante el enfermo nosotros, El seguiría de vacaciones.
quedó sano. ¿Seremos nosotros tan tercos para no dejarnos alcan-
zar por el Señor, cuando El se nos acerca?
¿Por qué? ¿Todos estamos libres de culpa y de pecado? N o . Por
lo contrario: porque muchos hemos perdido el sentido del peca-
d o . Ya no nos preocupa ni molesta, ni creemos en él.
ik / }
216 hemos pecado. C o n solo examinar nuestro interior, des-
cubriremos fallas, errores, malas intenciones, rebeldías
w
contra Dios. Nos hemos apartado frecuentemente de la justicia, de Octavo domingo
la sinceridad, del cariño, de la compasión, del deber.
Privarnos del mal, también exige purificar nuestro interior por el El cristal con que se mire
sacramento de la Penitencia. Pero después de pensarlo despacio y
hablar muchas veces a solas con Dios. Es decir, que el diálogo con "Un día de sábado atravesaba Jesús un sembrado.
el sacerdote sea la etapa final de un encuentro profundo y sincero Mientras andaban, los discípulos iban arrancando
con Dios nuestro Padre. espigas. Los fariseos le dijeron: ¿Por qué
hacen en sábado lo que no está permitido?".
En tiempos pasados, muchos cristianos identificaron la fe cristiana San Marcos, cap. 2.
con la mortificación. La vida de austeridad y retiro iniciada por los
primeros monjes, pareció ser el modelo obligado para cuantos
quisieran vivir el Evangelio. Muchos cristianos valoraron este estilo
Algunos se preguntan: ¿El Maestro se interesó por lo que hoy
de vida, pero empezaron a sentirse incapaces de imitarlo. Enton-
llaman promoción humana, o únicamente por "la salvación de las
ces surgió otra forma de cristianismo, más reconciliada con la reali-
almas?".
dad y en comunión con todo lo del mundo que no excluye la
enseñanza de Jesús.
Porque el hombre es un ser unitario. N o es posible trasformar
alguna de sus dimensiones, sin modificar de inmediato las restan-
Porque repetimos: ayer y hoy la esencia de nuestra fe es el amor a
tes. Pero Jesús no ideó ningún proyecto para mejorar la economía
Dios y al prójimo. El sacrificio nos educa la voluntad y nos dispone
del país. N o presentó estrategias hacia la cobertura escolar de
para la cercanía de Dios. Pero ante todo hemos de ejercitar la
Palestina. N o reveló el secreto que cambiaría las estructuras socia-
caridad, lo cual exige no pocas privaciones.
les de entonces. Sin embargo, con su palabra y sus actitudes, nos
enseñó qué es la persona humana, presentándola como el valor
A l discípulo de Cristo, lo que le importa de verdad es "estar con
fundamental en cada momento de la historia. Y señaló la esencia
el novio". Hacia allá han de tender todas sus preocupaciones. Y
del Evangelio: el hombre como hijo de Dios, desde todas sus
nada tan preciso para encontrar a Dios como la casa de los hom-
circunstancias.
bres, apunta un escritor. A s í alcanzaremos tener "los mismo senti-
mientos de Cristo" como enseña san Pablo". Es decir, que todo lo
Comprendemos entonces que las cosas que llamamos sagradas
nuestro esté iluminado por el Evangelio.
tienden a promovernos en un sentido pleno.
Aquellos monjes del desierto, cuya historia escribieron ciertos cro- Algunos autores religiosos aseguraron que cada cual posee un
nistas fantasiosos, habrían sufrido terribles tentaciones. Sobre todo temperamento, según la combinación de humores en su cuerpo. Y
en materia sexual. De ahí sus exagerados ayunos y sus continuas repartieron además con mucha exactitud las tentaciones: a los san-
penitencias. guíneos los acosarían la ira y la soberbia. La avaricia y la pereza, a
los flemáticos. La gula sería el peligro de los amorfos. Y los
Pero a los cristianos de hoy también otros halagos nos asedian. A melancólicos tendrían que vencer la envidia y la lujuria.
cada rato podemos pecar contra la caridad, la justicia, la paciencia,
la honradez, la verdad. Y también contra la esperanza.
Pero hoy no vale tal clasificación. Como tampoco es objetivo
afirmar que los cristianos de hoy somos más inclinados al mal que
hn otras épocas gozamos de una gran tranquilidad. Y entonces se
nuestros abuelos. Conviene recordar la historia de la Iglesia. "Bástale
nos olvida que \a fe no equivale a un seguro contra los vendavales.
a cada día su afán", leemos en san M a t e o . Cada época ofrece
Por lo cual las caídas imprevistas nos desconciertan.
disyuntivas para el bien y para lo perverso.
A s í les sucedió a los apóstoles. Día a día iban conociendo mejor al
Maestro. Estaban contentos en su amistad. Admirados de sus Pero ayer y hoy, Jesús nos enseña que con su ayuda venceremos
milagros. Pero una tarde Jesús les dijo: "Vamos a \a otra orilla del el mal. A l g o que no es fácil comprender mientras la tempestad nos
lago'. Y mientras iban, se desencadenó un fuerte huracán y las golpea. Pero que se convierte en gratificante certeza cuando, con
olas rompían contra la barca, casi hasta hundirla. Mientras tanto, la ayuda de Dios, hemos superado el peligre.
como anota san Marcos, Jesús dormía en \a popa. El cansancio
del día lo había sumido en un sueño profundo. Existe una señal de que Dios está con nosotros: si en medio de la
tempestad no perdemos la calma. Esa serenidad, ubicada en los
Los discípulos se miraron unos a otros aterrados: ¿Habría que des- estratos más profundos del alma, no disuélvelos miedos, ni mitiga
pertar al Señor? El peligro debió ser extremo, cuando aquellos del todo la angustia. Es una paz inexplicable, como aquella que
experimentados pescadores se vieron perdidos. Sencillamente esta- experimentó san Juan de la Cruz, cuando en medio de sus tribula-
ban a punto de naufragar. ciones nos habló de "la noche sosegada".
"Es la oveja negra de la familia". "Toda la vida, un enemigo de la Pensemos en la hija de aquel jefe de la sinagoga que se llamaba
Iglesia". "Señora: su niña no le conviene de ningún modo el Jairo. Dios tenía sobre ella sus planes que son siempre de amor y
colegio '. Esto se acabó de una vez, hijo. Haga de cuenta que yo de esperanza.
no existo para usted". "¿Fulanita? Ya no tiene remedio, lo que se
hereda no se hurta". Son sentencias humanas, sentencias de muer- Y aunque el Evangelio no nos vuelve a decir nada sobre esta
te... joven, si Cristo la resucitó fue porque la necesitaba, y como
Freud, aunque enfermo de cáncer podía hacer mucho todavía.
Pero alguien habido a buscar al Señor, alguien ha rezado, alguien
ha suplicado por ese que "ya no tenía remedio". Quizá alguna Esta Palabra del Señor es un llamado a la vida, a la conversión,
religiosa en el silencio de su clausura, un grupo de oración, una mientras esperamos la voz y la mano de Cristo que también nos
anciana ignorante en una Iglesia de aldea, una madre que nunca dice a cada uno: no temas, basta que tengas fe,- yo puedo darte la
pierde la esperanza, un niño de rodillas al borde de la cama. vida, la inocencia, el perdón y la dicha.
Alguien ha tenido fe, alguien ha buscado a Jesucristo.
"La gente de Nazaret se preguntaba con Pero otras veces nos colocamos en el extremo opuesto. N o s
asombro: ¿No es éste el carpintero, el hijo de
confunde que Jesús sea verdadero hombre. Quisiéramos excusar-
María, hermano de Santiago, de Judas y Simón ?"
lo de haber asumido toda nuestra pobre humanidad. Mas sin ella
San Marcos, cap. 6.
no habría existido redención.
Desde el comienzo de la Iglesia, los teólogos y pensadores cristia- Cuando comprendemos integralmente a Jesucristo, nuestro cuer-
nos se han preguntado con insistencia: ¿Quién es Jesús de Nazaret? po, unido con el suyo, se diviniza, como también la cuna de
Belén, las barcas del Tiberíades, el perfume de Magdalena, la
A comienzos del Siglo V, Nestorio y Eutiques explicaron, cada moneda del tributo, los panes y los peces, las camillas de los
uno a su modo, su pensamiento sobre el Señor. Pero no lograron enfermos, el lodo para ungir el ciego, el pan y el vino, el madero
integrar en \a persona del Maestro, de una manera conveniente lo de la cruz, las cien libras de ungüento que embalsaman al amigo
divino y lo humano. difunto y esos viejos pergaminos en los cuales unos judíos no muy
letrados consignaron, la historia del Maestro.
Toda esta reflexión teológica se proyectó en \a vida de la Iglesia, en
las comunidades creyentes, en el culto, en la tarea pastoral. H o y
Santa Teresa advertía a sus monjas con su natural gracejo castella-
también nos preguntamos: ¿Quién es para nosotros Jesucristo?
no: "Dios anda entre los peroles". Ese Di os infinito que se hizo
hombre en Jesús camina por todos los rincones de mi casa y les ha
Si solamente lo entendemos como el carpintero, el profeta de
dado a las cosas, a mi cuerpo, a mi trabajo, a mis manos, al arte, a
Nazaret, el revolucionario, el líder que se alza contra lo estableci-
la liturgia, un misterioso poder sacramental.
do, el liberador político, el ¡nstaurador de un nuevo orden econó-
mico, nuestra vida cristiana se quedará escasa y sin horizontes,
como un ave cautiva. Porque el hombre de hoy —y de siempre— ¿ N o es éste el carpintero? Sí, porque Dios no se disfrazó de
no es tan sólo lucha de clases, angustia temporal, ansia de bienes- hombre. Se hizo hombre para acercarnos a su divinidad y así Dios
tar y de dinero, un animal político. Es mucho más: sentimos anhe- entró definitivamente en la historia del hombre y cada uno de
los más profundos, necesidades más hondas. Buscamos proyectos nosotros, en la historia de Dios.
más trascendentales, deseos de bien y de justicia que no pueden
llenarse con códigos y cifras, extractos bancarios, acuerdos políti-
cos, planes quinquenales, modelos de desarrollo... Necesitamos
amar y esperar, resolver con urgencia el problema del mal,
A del pecado y de la muerte. Por esto, aunque no entende-
mos a Dios, a todas horas lo buscamos a través de
p Jesucristo, que es Dios, pero que se ha hecho igual en
,^_^_ todo a nosotros, menos en el pecado.
ir~i
233
Decimoquinto domingo Para encontrar la pobreza que aconseja el Señor, conviene en
primer lugar analizar el medio humano en que vivimos. N o estamos
en un país rico, donde todo el mundo tiene lo necesario y aún un
poco más. En nuestro entorno, lo que algunos les sobra, lo que se
Un bastón y nada más despilfarra de modo irresponsable, les hace falta a muchos para
apenas sobrevivir.
"Jesús les encargó que llevaran para el camino un
bastón y nada más; pero ni pan, ni alforja, ni Juan Pablo, durante su primera visita a México nos dijo: "La propie-
dinero, ni túnica de repuesto". San Marcos, cap. 6. dad está gravada siempre por una hipoteca social, así los bienes
servirán equilibradamente a la destinación que Dios les ha dado .
Cuando Ciro el Grande asediaba, a mitad del siglo V I a. C , la Revisemos honradamente nuestros gastos, nuestros lujos, nuestro
ciudad de Priene, todos los habitantes huían llevando a cuestas sus nivel de vida.
posesiones. Sólo Bías, uno de los sabios de Grecia, abandonaba
De otro lado, pobreza cristiana es ante todo una elección perso-
la ciudad serenamente sin ningún equipaje. A sus paisanos que lo
nal. N o esperemos que la Iglesia o las leyes nos señalen una
interrogaban extrañados, respondió el sabio: "Todo lo llevo con-
medida exacta frente a los bienes temporales. Nos consta que en
migo . Cargaba a cuestas su sabiduría.
la mayoría de los países, los grandes capitales permanecen en
manos de unos pocos. Los cuales a su vez controlan los medios de
El cristiano de hoy, también en camino, no tiene como ideal la producción, las comunicaciones y todo el engranaje político.
acumulación de bienes materiales, porque busca otra mejor riqueza
dentro de otra jerarquía de valores. Allí ocupa lugar preferencial la Es hora entonces de escuchar a Paulo V I quien escribió en la
sencillez de vida, que nos señala cuántas cosas pueden esclavizar- "Populorum Progressio": " H a y que actuar pronto y a profundidad.
nos. Esto supone al mismo tiempo una fe en la providencia de Hay que poner en práctica transformaciones audaces, profunda-
Dios y una mayor libertad para servir más a los demás. mente innovadoras. Hay que emprender sin esperar más, reformas
urgentes'.
La pobreza es tema de actualidad en la Iglesia de hoy. Cuando los
Estas palabras se dirigen a todos, pero principalmente a quienes
obispos se reunieron en Puebla, allí optaron por los pobres. ¿Pero
tienen mayor influencia en nuestra comunidad: los dirigentes, in-
qué es la pobreza a la luz del Evangelio?
dustriales, profesionales, maestros y comunicadores. Los que pue-
den abrir sus manos y su corazón para crear desde hoy mismo una
Para algunos consiste únicamente en actitudes interiores, y dada la sociedad más justa y más cristiana.
ocasión, en un posible desprendimiento. Otros desean instaurar
una pobreza rayana en la miseria. Llegan casi a negar el dogma de Si leyendo estas reflexiones sentimos un deseo sincero de ser más
la creación que nos explica cómo Dios creó al hombre y lo hizo sobrios en nuestra vida personal y familiar, de cambiar de una vez
rey del universo. las políticas de nuestra empresa para servir mejor al hombre, el
Evangelio toca a nuestras puertas.
Pero, como siempre sucede, la verdad está en el medio.
El Señor nos hará conocer sus caminos. Q u e su sabidu-
Podemos poseer porque somos seres racionales. Pero
no es lícito desbordarnos de manera egoísta, oprimien-
ría, mayor que la de Bías, tiene el poder para cambiar el ^ 235 »
mundo.
d o a los otros.
^r^
Decimosexto domingo predicado la conversión, sanando muchos enfermos y expulsando
los demonios. Bien se merecían un descanso.
¿Al tiempo lo van a matar? Nosotros podemos preguntarnos sin nuestros ocios corresponden
a un trabajo serio y responsable.
El tiempo del cristiano es para amar, construir el mundo, reconciliar Para el cristiano, cada tictac de su reloj es un Kairós, tiempo de
a todos los hombres, compartir generosamente nuestros bienes, salvación, tiempo de amor, tiempo de cristiana ilusión y de servicio.
promover la justicia y la paz, realizar la propia vocación de ciuda-
danos de la tierra y peregrinos hacia el cielo.
Alguno escribía: "Si me quedo con mis cinco panes y mis dos
peces, el mundo seguirá con hambre. Pero si los entrego a Dios,
él realizará el milagro".
i240
A
del esfuerzo, la religión se nos queda en teoría y obra-
mos como los paganos. A veces ni siquiera como ellos. i 241 >
Hay otra comparación muy sencilla para explicar la conciencia. Es
Decimonoveno domingo
semejante a un semáforo. Nos indica unas normas que custodian
nuestra vida. Nos ayuda a respetar al prójimo. Le da armonía a la
convivencia ciudadana. Sería una locura desatender sus órdenes.
Discípulos de Dios
En este misterio hondo, a la vez rudo y suave, de la conciencia,
Dijo Jesús: "Está escrito en los profetas: habla Dios a sus hijos. Dichosos nosotros cuando sabemos escu-
Serán todos discípulos de Dios. El que escucha lo
charlo. Quien sigue la conciencia se hace sabio porque se hace
que dice el Padre, aprende y viene a mí".
discípulo de Dios.
San Juan, cap. 6.
Dijo San Agustín: "Le muestras a una oveja un ramo verde y se irá
Erasmo de Rotterdam, en su "Elogio de la Locura", nos deja sin tras de ti,- unas nueces a un niño y se te acerca: a nosotros
saber si la ciencia humana es tontería. Si la ignorancia es el mejor solamente nos arrastra el amor, con lazos que atan el corazón'.
camino para ser sabio. Bien sabe todo esto la pedagogía del Señor.
Pero Dios nos enseña de una manera paternal. Los padres realizan
hacia los hijos una forma de comunicación que muchas veces no
necesita las palabras. Ellos transmiten su vida y sus valores, como
por ley de osmosis hacia los de casa, la conciencia de los
hijos. "Conciencia es..."Todos recordamos un rostro, un
tono de voz. Entonces nos nacía el temor de disgustar a
quien se ama, un deseo de imitación, de avance hacia
A.
1
unos vales. A s í aprendemos de nuestro Padre Dios
i 243
i, ¿
Vigésimo domingo
culos y silogismos. Dios enseña por signos. Usa los acontecimientos
para revelarse. N o entrega sus mensajes de una vez, sino que nos
coloca delante d e las cosas, de los acontecimientos, para que allí
El pan y su misterio descubramos su palabra.
"Dijo Jesús a los judíos: Yo soy el pan que ha El misterio del pan eucarístico es semejante al del pan cotidiano.
bajado del cielo; el que come de este pan vivirá Pero es un misterio más hondo, más elevado y excelente.
para siempre". San Juan, cap. 6.
El pan puede llegar a lo más íntimo del hombre. Se coloca más allá
de la compañía, d e la vecindad. Va más allá de la palabra, del
Giovanni Papini habla en una de sus páginas del misterio del pan.
beso, de la misma amistad...
Desde los pesados bueyes que araron el campo bajo un sol abier-
to, hasta los sembradores y segadores, molineros y panaderos,
A s í Dios anhela estar en comunión continua con nosotros, porque
todos han trabajado en cadena de esfuerzos, para darle a mi
su amor es más profundo que el de los amigos, los hermanos, los
hambre un pedazo de pan. El pan encierra un misterio. Es el vigor
esposos. Se cuela hasta la conjunción del alma con los huesos.
del surco, el hombre con su cansancio y su ilusión, ilusión. Es el
Este pan nos declara en su minúscula dimensión, que el hombre va
calor de la vida...
más allá de la química y la física.
El Evangelio de hoy está tomado del final del capítulo sexto de
San Juan. Los evangelistas no alcanzaron a escribir las palabras Cuando los obreros, empleados, profesionales, campesinos o in-
textuales de Jesús. Pero en su relato se destacan unas frases que dustriales nos entregamos al trabajo cada día, estamos haciendo un
los biblistas señalan como "palabras mismas de Jesús". Sin embar- trueque doloroso que el amor convierte en alegría. Estamos cam-
go, nos llama la atención que, en un párrafo corto, se nombre biando vida por pan.
siete veces el pan y siete veces se prometa la vida a quien lo coma.
Es la insistencia del Señor para explicarnos el misterio de su pan. En la Misa, Jesucristo nos cambia pan por Vida. Vida que es amor
ante el egoísmo, energía ante la tentación, luz en la sombra, exa-
Tal vez nos hayamos preguntado si tiene razón de ser la Eucaristía en men de conciencia ante nuestro pecado, unión en las tensiones d e
este momento de la historia. A n t e un mundo tecnificado que quiere familia, deseos de seguir mejorando el mundo, cuando muchos se
desentrañar el porqué de cada cosa, el Sacramento del Pan sigue refugian en la desesperanza... Vida que es vida eterna: " Y o lo
escondido en el misterio. A n t e los progresos de la química y de \a resucitaré en el último d í a ' .
física, los teólogos siguen sosteniendo la presencia real de Cristo,
bien sea con un lenguaje nuevo. A n t e un mundo azotado por el
hambre, Dios calla y la Iglesia presenta el Evangelio y ofrece, sobre
una mesa escueta, un trozo de pan y un sorbo de vino.
El capítulo seis de San Juan nos cuenta la multiplicación de los La frase de Pedro pudiera ser nuestra oración este domingo: "Se-
panes. La gente aclama: ' Este sí que es el profeta que tenía que ñor: ¿a quién iríamos? Tú tienes las palabras de la vida eterna".
venir al mundo".
Esa sed escondida, ese clima de tedio, ese malestar interior incon-
Un poco más adelante, Cristo los invita a creer en El. La gente fesable... tienen un nombre propio: ausencia de Dios. Nos de-
pregunta: Y, ¿qué signos haces tú para que te creamos?" Q u é fendemos tratando de dura su doctrina. Pero El podría decirnos:
mala memoria tenemos frente a los beneficios del Señor. es más duro tu propio corazón.
Parece que hemos perdido nuestra capacidad de admirar. El 2 0 de Q u e el carpintero admire a Dios en la madera, con sus vetas y sus
julio de 1 9 6 9 millones de personas estábamos pendientes de la nudos, en donde la savia se detuvo unos momentos para cambiar
televisión. Dos astronautas habían descendido hasta la luna. Detuvi- de ruta. Q u e el minero cierre los ojos en el silencio de la sima y
mos la respiración. Neil Amstrong bajaba lentamente por la escalerilla. escuche al Señor que fraguó las rocas y las colocó allá abajo, luego
El hombre había posado su planta en la superficie lunar. Hubo de inmensos cataclismos.
aplausos y llantos. Todos éramos en ese momento solidarios con
estos hombres que se hallaban a miles de kilómetros de nosotros. Q u e no olvide el agricultor admirar a Dios y agradecerle por los
azahares del limonero y la flor del cafeto, por las espigas del maíz
El 2 2 de noviembre del mismo año, se llevó a cabo el segundo y del trigo, por la exuberancia de las raíces, la generosidad de los
alunizaje. Apenas alguien se dio por aludido y un evento deporti- frutales...
vo común y corriente suplantó la transmisión televisada.
Q u e los arrieros reconozcan al Señor en el amanecer, en el sol, en
El Evangelio nos cuenta cómo cuando Jesús curó a un sordomu- \a lluvia y desde los vericuetos del camino clamen a Dios que es el
do, la gente supo admirar su poder y exclamó con entusiasmo: padre de los cielos.
"Todo lo ha hecho bien. Hace oír a los sordos y hablar a los
mudos .
Y que todos, pobres y acomodados, ignorantes y sabios, jóvenes
y ancianos, procuremos con nuestros pensamientos y deseos, con
Q u e el Señor nos cure también a nosotros de la sordera y la
nuestras luchas y plegarias, alabar y bendecir a Dios. Q u e nos
mudez, para que podamos descubrir sus admirables mensajes en
esforcemos en terminar este mundo que el Señor nos dejó comen-
cuanto nos rodea.
zado. Porque aún así, es obra negra, es tan hermoso.
Porque nuestra vida se ha vuelto tan superficial, tan prefabricada y
postiza que perdimos la capacidad de admiración. Huimos de
Dios, a refugiarnos en nuestras madrigueras de cemento,
llenas muchas veces de egoísmo y de objetos inútiles.
A
{ 250 Que la mamá no deje de admirar a Dios durante los 251 >
K»~. . nueve meses de su espera. En su seno trabaja Dios ¡k á
Vigesimocuarto domingo Compartir los dolores con el prójimo, nos ayuda a llevar la cruz
con sentido cristiano y nos hace entender que otros sufren más
Una cruz con rodachinas que nosotros.
Por esta razón quienes nos ven así, consideran que el cristianismo
es algo negativo, pesado y aburridor.
Cristo no se alteró por esta crisis de sus amigos. Sabía muy bien
de qué pasta estamos hechos. Cuenta san Marcos que, llamándo-
los, se sentó. Es una forma bíblica para indicar que lo que sigue es
importante. Luego les dijo con llaneza: "Quien quiera ser el pri-
mero que se haga el servidor de todos".
,A ,
1 ¿Y dónde quedan entonces la autoridad en la familia, el
255 i
i 254 organigrama de la empresa, las directivas del colegio y
k A
i el respeto a los mayores?
Vigesimosexto domingo ya superadas, en las que se condenaba todo aquello que no fuera
gestado en la filosofía aristotélica, en el derecho canónico, en la
liturgia romana y la cultura occidental.
De la Iglesia y el mundo
El Concilio Vaticano II, en búsqueda de las fuentes evangélicas,
nos hace comprender que los cristianos no tenemos la exclusiva de
"Dijo Juan a Jesús: Hemos visto a alguno que lo justo y lo humano, ni el monopolio del bien y la verdad.
echaba demonios en tu nombre y se lo hemos
querido impedir, porque no es de los nuestros". Tal reflexión nos ha hecho humildes. Nos ha enseñado que más
San Marcos, cap. 9. allá del M o n t e de la Bienaventuranzas también puede Dios alum-
brar, porque El es la Luz y se ha revelado de muchas y muy
En el concilio Vaticano II, el documento "Alegría y Esperanza" se variadas formas. Esto sin desconocer que Jesucristo es la plenitud
llamó en un comienzo "De la Iglesia y el M u n d o " . de la revelación.
H o y no nos pide el Señor, como en los días de Francisco de Asís, Decía Pascal que la peor guerra que pudiera llegar a una nación,
repartir todos los bienes en las plazas públicas, hasta quedarnos sería una paz inútil y soñolienta. ¿ Q u é sería entonces de nuestra
desnudos. Nos pide hacer un inventario riguroso de nuestros bie- juventud domesticada, sin ideales, sin deseos de arriesgar su vida
nes y capacidades y ponerlos todos al servicio del prójimo. N o es por un futuro mejor? Los jóvenes tienen la palabra.
un despojo sino un compartir generoso y alegre.
Este joven que desde niño había cumplido todos los mandamien-
tos, al buscar otras metas más altas se mereció el cariño de Cristo,
• ú í
quien mirándolo le dijo: "Ven y sigúeme".
Pero un día Bartimeo oyó hablar de Jesús. Más aún, sintió que
llegaba precisamente por su camino, entre el tropel de la gente. Y
comenzó a gritar, aunque muchos le reñían para que callase.
Existe también para nosotros, cristianos, una gran diferencia entre Decimos: es inevitable. ¡ Q u é lástima, es la vida !Ya no podemos
contribuir y comprometernos. Esta viuda del Evangelio no se limita comprometernos. Nos limitamos a contribuir.
a contribuir con sus reales: compromete su subsistencia.
Sin embargo, hay personas que, en medio de las responsabilida-
¿ Q u é nos sucede cuando empezamos a adquirir cosas, propieda- des, los cargos y los títulos viven a plenitud el Evangelio.
des, títulos o cargos? El proceso es el mismo. Nos habíamos
comprometido con el Evangelio. Pero luego, nos limitamos a con- Pero volvamos a aquella viuda pobre. ¿Como padres de familia,
tribuir de vez en cuando. nos limitamos a dar vestido, alimento, educación,- o sabemos com-
prometer nuestra tranquilidad y nuestra paz con cada uno de nues-
Un joven médico hizo su año rural en un pueblo sin nombre. Se tros hijos?
sacrificaba por sus enfermos. Era amigo y consejero de todos. .
Luego se especializó en el exterior. Ahora su consulta vale mucho ¿Como amigos, sabemos sacrificar nuestro descanso por ayudar a
dinero. Camina deprisa: que ningún inoportuno lo detenga. otro, por acompañar su soledad, por confortar su desaliento?
Va no tiene amigos. Tan sólo tiene pacientes. Detrás de tantos ¿Nuestro tiempo, nuestro precioso tiempo, lo sacrificamos para
muros se ha quedado solo. Contribuye, claro. El cheque lo enseñar, aconsejar, para curar, para luchar por un mundo
/A entregará su secretaria. mejor?
y—y,
4 268 f Igual cosa puede sucederle al sacerdote. Comenzó su
trabajo en una aldea. Luego orienta un programa de
En una palabra: ¿vivimos nuestro cristianismo como un
compromiso o apenas como una contribución pasajera?
269
^r
Trigesimotercer domingo Los cristianos nos distinguimos siempre por una fuerza de esperan-
za. N o caminamos despreocupadamente, como afirmaba Nietzsche,
sobre los campos de batalla, con una flor entre los labios. Somos
Teología del fracaso sujetos pacientes y dolientes de todas las catástrofes humanas,
pero nunca dejamos extinguir la confianza. En todos los calvarios
adivinamos la alegría luminosa de la resurrección. N o afirmamos
«El sol se hará tinieblas, la luna no dará su
que los dolores y tragedias son el único escenario para el adveni-
resplandor, las estrellas caerán del cielo.
miento del Señor. Pero nos consta de las costumbres de Dios:
Entonces verán venir al Hijo del Hombre"...
como el buen samaritano se detiene para aliviar al que está caído
San Marcos, cap. 13.
en el sendero. Igual que el Buen Pastor, deja las noventa y nueve
ovejas para buscar la extraviada. O como el peregrino de Emaús,
«Sólo es Todopoderoso puede juzgar el fracaso», nos dice Morris se junta con los desconsolados en el camino, para darle sabor a sus
West. Una verdad muy conveniente cuando nos llegan horas amar- desabridos pensamientos.
gas. Momentos en que el mundo se nos ha venido encima.
En cada noche podemos encontrar su palabra segura, su mano que
«Ha muerto el hijo que era nuestra esperanza». « Antes nos com- apoya la nuestra, el calor de su amistad y su cercanía que es
prendíamos,- ahora estamos viviendo un infierno». «Puse en el otro descanso.
mi confianza,- y me paga de este modo"... «Nunca creí bajar tan
hondo,- pero ya no tengo remedio"... «El abogado luchó hasta lo Alguno que había sufrido mucho escribió para nosotros: «Durante
último, pero siempre lo condenaron». 3 0 años, caminé en busca de Dios, y cuando al final abrí los ojos,
descubrí con sorpresa que era El quien andaba buscándome».
Son los embates crueles del fracaso, del despojo, de una pobreza
Quienes han madurado en la fe se saben de memoria la teología
trágica, de una verdad irremediable. A l g o semejante a lo descrito
del fracaso.
por los evangelistas, con hipérboles muy orientales, en el Evange-
lio de hoy. Le hablan a la comunidad cristiana de las tribulaciones
que quizá ya ha sufrido la Iglesia. «El sol se hará tinieblas, las
estrellas caerán del cielo».
Anatole France imagina un diálogo con Pilato, al final de su vida. Será el reo si buscamos deshacernos de El. N o queremos conde-
Su interlocutor, un amigo de los tiempos de Palestina, le pregunta: narlo, pero nos vence el miedo. Como a Poncio Pilato, cuando le
-¿Te acuerdas de aquel incómodo episodio con ese profeta galileo, gritaron: «Si sueltas a ése, no eres amigo del César». Entonces
que mandaste a la cruz por complacer a sus acusadores? Si mal no entregó a Jesús para que le crucificasen.
estoy, se llamaba Jesús de Nazaret.
Es mejor despedir a Cristo porque su presencia y su compañía nos
-¿Jesús... Jesús de Nazaret? - responde Pilato - Yo no me complican la vida.
acuerdo...
Señala un autor: «Si se trata de Cristo, nunca sabe uno cuándo
empieza ni cuándo y dónde acaba la aventura. Cuando uno se
Sin embargo, los cristianos recordamos a diario, con encendido
embarca con El, lo mismo puede sobrevenir una tormenta a punto
corazón, a ese profeta de Nazaret, mientras que el nombre de
de naufragio o una pesca milagrosa, con riesgo de romperse las
Pilato ningún documento profano lo consigna. Tal vez alguna pie-
redes y hacer agua la barca».
dra que haya sido descubierta últimamente.
Primer domingo
Nuestra infinita sed
Pero es extraño que, cuando hacemos uso de la libertad, de ' "Una voz grita en el desierto: Preparen el
inmediato nos atamos a algo. Si optamos por el matrimonio, que- camino del Señor. Y todos verán la salvación de
damos ligados para siempre al ser amado. Tomamos un avión y Dios». San Lucas, cap. 3.
estamos sujetos a su destino. Escogemos libremente una profesión
y dependemos de ella todo el resto de nuestra existencia.
Un estudiante termina su examen, entre preocupado y alegre, y se
Comprendemos entonces que ser libres, en un contexto cristiano va repasando las respuestas. A esto lo llamamos esperanza. Un
brota de haber elegido al Señor, tomando partido por los valores desempleado entrega su solicitud y empieza a aguardar la llamada
del Evangelio. Advierte san Lucas: "Tengan cuidado: no se les de la empresa. A esto lo llamamos esperanza. Un ambicioso com-
embote la mente con el vicio, la bebida y la preocupación del
pra el billete de lotería y comienza a fabricar castillos en el aire. A
dinero y se les eche de repente el día final. Manténganse en pie
esto lo llamamos esperanza. Pero en Navidad, es bueno mirar más
junto al Señor". Y el evangelista continúa, en un estilo apocalíptico,
allá de estos anhelos pequeños y temporales. Porque los discípu-
hablando de guerras y desastres. Pero señala de inmediato al Mesías
los de Cristo somos profesionales de una esperanza mayor, total y
como el vencedor de tantas catástrofes. Sólo el Señor puede salvar-
nos cuando hemos comprobado que nuestra vida se ha convertido plena.
en ruinas.
El Evangelio nos habla de elevar los valles, allanar los montes y
Sin embargo, muchos cristianos pudieran contarnos: yo vivía pri- colinas, enderezar los caminos torcidos"... Toda una ingeniería
sionero en mis rencores. M e acerqué al Señor y él me ayudó a espiritual, que nos ayudará a proyectar nuestra esperanza hacia
vencerlos. Yo estaba cautivo por los vicios. Vol vi a rezar y ahora cosas más altas, sin descuidar las pequeñas y ordinarias.
soy libre. El sexo me esclavizó durante muchos años. Regresé a los
sacramentos y me siento noble y fuerte. Los remordimientos car-
Pero cuando el cristiano alcanza cierto ideal religioso, ya no aguar-
comían mi vida. Ahora soy un hombre nuevo por la presencia de
Jesús. Y un enfermo terminal añadiría: ya no temo la muerte. da de Dios sus bondades. Espera a Dios. ' N o quiero tus dones,
no. Lo que yo quiero es a t i " , como dijo el poeta. Lo cual no se
' A ti, Señor - clamaba el salmista - levanto mi alma. El Señor es bueno alcanza únicamente por nuestro humano esfuerzo. Es una hermosa
y recto y enseña el camino a los pecadores". y misteriosa conciliación de dos actitudes: del amor de Dios y de
nuestra correspondencia. Somos siervos inútiles, pero El ha queri-
Q u e en el camino de Belén descubramos la única ruta que condu-
do hacernos a la vez, a la vez, siervos indispensables.
ce hacia la verdadera libertad.
A. En esta espera del Señor, el verdadero discípulo no aguar- A
Cosa simples que, para el creyente, son lenguaje cifrado que le ¿Entonces qué hacemos?
descubre al amoroso autor. N o es menos divina y paternal la
providencia rutinaria del Creador en cada semilla, en cada cuna, en
"La gente preguntaba a Juan: ¿Entonces qué
cada amanecer, en cada pacto de amor, en cada conciencia. Provi-
hacemos? El contestó: El que tenga dos túnicas
dencia que puede parecemos usual y gris, pero que madruga cada
que se las reparta con el que no tiene».
día a alimentar los pájaros y a vestir los lirios. Sobre ella se apoya
San Lucas, cap. 3.
nuestra esperanza fatigada e inerme, que no cesa de rezar el
Padrenuestro en medio de muchas distracciones.
Nuestras ciudades se parecen al desierto. En ellas domina la ari-
Todo este descubrimiento del Dios de las bondades y de las dez, atormentan la sed y la fatiga, acosa el miedo y habita la más
bondades de Dios comenzó en la primera Navidad. Ahora nos dolorosa soledad.
toca pintar con estos viejos colores de Belén todo este mundo
Pero al llegar A d v i e n t o , revive también sobre nuestros desiertos, la
dolorido y enfermo. En otros términos, es necesario regresar a
figura de Juan el Bautista, el profeta grave y adusto que nunca
Dios
traicionó la verdad. A quienes le interrogaron sobre cómo debían
proceder, los invitaba a una sincera conversión: " A los ricos les
Elevamos los valles cuando levantamos las manos y el corazón
decía: el que tenga dos túnicas que se las reparta con el que no
para suspirar por un mundo nuevo, bajo la luz del Evangelio.
tiene,- y el que tenga comida que haga lo mismo. Unos publícanos
Allanamos los montes y colinas, si renunciamos a nuestro orgullo y
le preguntaron: Maestro, ¿qué hacemos nosotros? El les contes-
capitulamos de tantos egoísmos. Enderezamos los caminos torci-
tó: no exijan más de lo establecido. Unos militares le preguntaron:
dos cuando regresamos a la oración y los sacramentos.
¿ Q u é hacemos nosotros? El les contestó: no hagan extorsión a
nadie, ni se aprovechen con denuncias, sino conténtense con la
El Señor nos invita a acercarnos a la Iglesia. Entonces se hará
paga".
realidad nuestra esperanza. "Esta es nuestra confianza escribía san
Pablo a los filipenses: que quien ha inaugurado una empresa buena Empezamos a convertirnos cuando somos de nuestra propia vida y
entre nosotros la llevará adelante hasta el día de nuestro encuentro de las circunstancias que nos rodean. Quienes tienen medios eco-
con Cristo Jesús. Llegaremos entonces irreprochables y cargados nómicos que revisen sus gastos de fin de año, ante el hambre y la
de frutos de justicia ". pobreza de los demás.
Los obreros. Q u e trabajen con amor y responsabilidad. Q u e A 3 . 2 6 5 metros de altura sobre una cumbre de los Alpes, Juan
defiendan sus derechos sin odio y sin violencia. Pablo II bendijo, hace algunos años, una imagen de Nuestra Se-
ñora. Bajo el frío y la nieve, el papa enviaba al mundo este
Los estudiantes. Prepárense con seriedad y alegría para tomar las mensaje: «Hacia ella, María, dirijan su mirada llena de amor y de
riendas del mañana. esperanza todas las Iglesias, todas las tierras, todos los hombres».
¿Somos campesinos? Luchemos por nuestros derechos pero amando y en Navidad, todos los creyentes volvemos a contemplar a M a -
la tierra, el surco y la semilla. ría, la madre de Jesús. Ella que un día se fue de viaje hasta A i n -
Karim donde su prima Isabel, esperaba un hijo. Después iría a
Si somos sacerdotes, prediquemos a Cristo, su mensaje y su miste- Belén, a cumplir el decreto de Cesar Augusto. Más tarde a Nazaret,
rio. Pero más que con la palabra, con la vida. a Egipto, a Cana, a Jerusalén, a Efeso...
El Señor está cerca. Q u e todo el mundo conozca y se alegre ante Nuestra Señora visitará nuestros hogares en esta Navidad. Es ella
tan maravillosa noticia. Q u e cada uno, en algún rato de sinceridad, la Madre de la Iglesia, y no podría estar ausente de esa comuni-
examine su conducta, ya se termina este año. ¿Lo hemos vivido dad cristiana que es la familia. A l l í su imagen nos la recuerda y nos
como desea el Señor? hace más viva su presencia.
Llega de nuevo Navidad y con ella la bondad y la misericordia de Ella viene a decirnos que fue pobre. El pan era escaso. Nos dirá
un Dios hecho hombre. Arrepintámonos antes de acercarnos al lo que sabe de ausencia, de angustia, de enfermedad, de la in-
pesebre. A l l í encontraremos \a luz y \a inocencia que transformarán comprensión de los vecinos, de \a soledad de la viudez. Nos
nuestras vidas. Entonces, como dice san Pablo a los filipenses: La contará lo que sintió en la huida a Egipto, cuando condenaron a
paz de Dios, que sobrepasa las medidas de la razón, custodiará muerte a Jesús, cuando se vio desamparada...
sus corazones".
Pero también sabrá sonreír, enjugando una lágrima de gozo, si le
Resumiendo: en medio de las tinieblas que nos cubren, preguntamos por la noche de la primera Navidad y por el
encendamos una luz de esperanza. Hagamos de esta no- día de la Resurrección.
/
che del mundo una Noche Buena.
i
tar La Virgen María nos enseñará a rezar, a tener fe en Dios
a todas horas, a vivir simplemente.
Su visita nos hará mucho bien. Para algunos será madre que com- Natividad del Señor
parte las penas. Para otros vendrá como Salud de los Enfermos y
Consuelo de Afligidos. Para muchos como Refugio de Pecadores.
Tod os necesitamos de su cariño maternal. Para olvidar un pasado
La fábula del ángel cojo
que todavía nos hiere. Para reconciliarnos con nuestra historia per-
sonal. Para soñar un futuro mejor de honradez y de sinceridad.
"La Palabra a cuantos la recibieron, les da
Es tan santo el Señor y tan limpio de culpa el Pesebre de Belén, poder para ser hijos de Dios, si creen en su
que quizá no nos atrevamos a acercarnos bajo el fardo de nuestros nombre". San Juan, cap. 1.
pecados.
José Luis Martín Descalzo nos dejó esta fábula. Galael era un
Pero María tiene sus manos y su ministerio maternal, para engalanarnos ángel que nunca había bajado a la tierra. Hasta que un día, o
el corazón y la conciencia. De lo contrario, no podríamos mirar al mejor una noche, obtuvo licencia del Señor para venir a cantar el
N i ñ o de Belén. Ni la bondad de Dios que se refleja en los ojos "Gloria in excelsis Deo», en la fiesta de la Navidad.
inocentes de nuestros niños, cuando llega de nuevo Navidad.
Había visto en el cielo a Jesús resucitado, a Nuestra Señora y a los
María va de visita a nuestra casa. Abrirle de par en par la puerta es santos, e imaginaba que todos los hombres eran maravillosos. Pero
vivir a plenitud la Navidad. con gran tristeza, pudo comprobar lo contrario. Aunque era Navi-
dad, encontró a mucha gente que seguía siendo egoísta, avara,
violenta. Pero algo más: en una concurrida calle, un taxista lo atrope-
llo, fracturándole una pierna. Nuestro ángel se regresó entonces en
muletas a la Gloria y después de una amarga experiencia: a pesar de
la encarnación de Cristo, la humanidad sigue siendo depravada y
mezquina.
Sin embargo, en las más antiguas pinturas cristianas, los hallamos sin
Esta es nuestra vocación de padres y de esposos: dejar que el
corona. Y en el templo de san Vidal en Ravena, aparecen como
Señor pase por nuestras vidas hasta el corazón y el entendimiento
simples mercaderes. En tanto que la piedad anglosajona los denomi-
de los hijos. Con nuestro ejemplo ellos podrán captar a Dios, su
nó hombres sabios".
paternidad, su fuerza, su ternura, sus planes, su amistad siempre
dispuesta al perdón.
" N o sé si eran reyes, no sé si eran tres. Pero lo importante es que
fueron a Belén", así canta un villancico español. Más datos para
¿Pero qué imagen estamos dando a nuestros hijos? ¿Seremos en
nuestra curiosidad ni existen, ni valen la pena. El Evangelio se
verdad hombres y mujeres por donde pasa la luz del Señor?
limita a lo esencial: "Apenas nacido Jesús en Belén de Judá, unos
magos de Oriente se presentaron en Jerusalén preguntando: ¿Dón-
de está el Rey de los judíos que ha nacido? Hemos visto alumbrar
su estrella y venimos a adorarlo". Y aquí la palabra magos no
señala a quienes hacen magia. En el antiguo oriente significaba
practicantes de cierta religión hombres, de cierta religión o también
hombre de alguna prestancia económica.
Sin embargo, nuestra calidad de hijos de Dios supone una tarea Primer domingo
igualmente importante de la familia y de la comunidad cristiana: la
educación en la fe.
No nos dejes caer
El niño que, al terminar la ceremonia, sale del templo en brazos de
sus padres, espera, se le ayude a vivir al estilo de los cristianos. Un
«Jesús volvió del Jordán y durante cuarenta días,
programa que incluye estabilidad en el hogar, amor, diálogo, ejem-
el Espíritu lo fue llevando por el desierto, mien-
plo, comunicación de una doctrina y la vivencia de unos valores que
tras era tentado por el diablo». San Lucas, cap. 4.
nos distinguen.
A q u í es donde con frecuencia fallamos. Realizamos la ceremonia A n t e una botella de vino dirán los pesimistas que está medio
con sincera alegría y en ambiente de fiesta. Vale la pena celebrar el vacía. Nosotros preferimos afirmar que está aún medio llena.
que el Señor nos adopte por hijos. Pero luego no educamos a
nuestros hijos en la fe. Nos lamentamos demasiado de la sociedad actual. Pero conviene
reconocer también las amplias posibilidades,que ella tiene de vivir en
Dios quiere trabajar en equipo con nosotros. Si la sociedad y la justicia y libertad. Y cuando reflexionamos en las tentaciones de
Iglesia no marchan, esto se hace imposible. ¿Seremos colaborado- Cristo en el desierto, podemos descubrir caminos de cambio y de
res responsables del Señor? resurrección.
La mayoría de nosotros hemos sido bautizados con agua. Sin «Si eres el H i j o de Dios dile a esta piedra que se convierta en
embargo, nuestra conducta no demuestra la acción del Espíritu pan». Una tentación de utilitarismo que también hoy nos empuja a
Santo. buscar solamente comodidad y apariencias. Y no sólo de estas
cosas se vive. Para ser personas, para ser cristianos, necesitamos
amor, estímulo y capacitación. Con frecuencia los objetos ahogan
la posibilidad de diálogo, la capacidad de servicio, el sentido d e
comunicación y de entrega al otro. Y perdemos definitivamente la
alegría.
¿Por qué un alud destruye una humilde familia? ¿Por qué este
joven, la esperanza del hogar, muere en un accidente? ¿Por qué a
mí que trato de ser bueno, todo me sale mal? ¿Por qué el tumor
sí resultó maligno? ¿Por qué nos pagan mal aquellos a quienes
hemos favorecido? ¿Por qué aquel hijo tan deseado ha nacido
deforme? ¿Por qué nuestras ciudades producen mendigos y
gamines?
Partamos de una base segura: Dios es bueno, es Padre, es A m o r «El hermano mayor estaba en el campo. Al volver
Infinito. Pero quiso, desde el comienzo del mundo, trabajar en oyó la música y el baile. Pero se indignó y no
equipo con las causas segundas: con la naturaleza y con el hom- quería entrar». San Lucas, cap. 15.
bre. Nosotros y la creación que también sufre nuestro pecado, le
echamos a perder con frecuencia sus planes. Pero El es
Cuando nosotros los perfectos, los siempre fieles, leemos la historia
alfarero paciente, y restaurador silencioso, que vuelve a remendar
del hijo pródigo, cerramos el libro y entornamos los ojos con deli-
su obra y a enrutarla a cada paso hacia el triunfo definitivo.
ciosa complacencia. Nunca hemos abandonado a Dios ni hemos
malgastado sus dones.
Dios no responde de inmediato. Le encarga al tiempo la tarea de
hacerlo. Le pide que haga reverdecer los árboles después del
N o advertimos que nos parecemos al hermano mayor y que nues-
bombardeo, que cambie en cicatrices las heridas del alma, que nos
tra conducta necesita de una profunda conversión en este tiempo
seque las lágrimas, nos ayude a mirar la vida con alegría y confianza
de Cuaresma.
y descifre poco a poco nuestros enigmas. La respuesta a todos
nuestros porqués nos la da después de cada tragedia, el gozo de
Es mucho más cristiano quizá el hermano menor. Reconoce la
la fnañana pascual. Cristo encontró ese día la respuesta a su angus-
bondad de su padre y confiesa abiertamente sus culpas. Es humil-
tiosa pregunta del viernes santo: Dios mío, ¿por qué me has
de y objetivo. Los sufrimientos lo hicieron capaz de esperar y de
abandonado?
pedir ayuda.
-^f
Mas la principal enseñanza de esta parábola nos la entrega la figura
Quinto domingo
del padre. Cuando el Evangelio habla de los lirios, de los dos
pichones que se venden por una moneda, de la red y las perlas,
de la oveja que se extravió en el campo, nos está mostrando un La ley o la vida
boceto de la cara de Dios. Pero esta página del hijo pródigo es el
autorretrato del Señor. A s í es El. Lo acusaron de ser amigo de
pecadores y de comer con publícanos y prostitutas. N o podía «Le traen a Jesús una mujer sorprendida en
hacer menos. Lo acusaban de ser Dios, de ser capaz de perdonar adulterio y le dicen: Maestro, la ley de Moisés nos
y transformar el corazón de los hombres. manda apedrear a las adúlteras. ¿Tú qué dices?
"San Juan, cap. 8.
Algunos de nosotros hemos abandonado su amistad y estamos
desvalidos y harapientos, muy lejos del amor, apenas con la rique- Un abogado descubre con sorpresa que el culpable en el caso que
za de un recuerdo: la casa paterna y el rostro bondadoso del investiga es el novio de su hija. Todo está listo para la boda. La
Padre. Otros permanecemos junto a El, pero encerrados en nues- joven se entera y una noche interroga entre lágrimas a su padre:
tra autosuficiencia, incapaces de compartir, viviendo una fe sin ¿Para qué son las leyes? Para destruir o para rehacer al hombre?
alegría, haciendo continuamente el inventario de las culpas ajenas y ¿ N o podría yo rehabilitar a Jaime?
excluyendo sistemáticamente a quienes no caminan por nuestra
senda. Los fariseos colocan a Cristo en un delicado parangón: si perdona
a la adúltera podrán acusarlo de obrar contra la ley. Si ordena
Mientras tanto, mientras regresan los pródigos y se cambia el apedrearla ¿en dónde están su comprensión y mansedumbre?
corazón de los hijos fieles, Dios sencillamente está allí. Es decir:
ama y espera y guarda torrentes de alegría para derramarlos cuando Jesús apela a la conciencia de los acusadores, con una respuesta
sus hijos se conviertan. decisiva: «El que esté sin pecado que le tire la primera piedra». Y
mientras tanto, escribe con el dedo en el suelo. Quizá recordaba
a los acusadores la lista de sus delitos.
~w
Dios se deja querer del pueblo judío. N o importa que dentro de
poco ellos mismos griten ante Pilato: crucifícale. El Señor no re-
chaza esta ovación, la aprueba y la acepta. Nos conoce muy bien TIEMPO PASCUA
y para el viernes santo ya nos tiene preparada una excusa: «Padre,
perdónalos porque no saben lo que hacen».
Domingo de Pascua
A l comprender todo esto busquemos a Dios, aunque probable-
mente volveremos fallar. Los sacramentos no se dan como pre-
mios, sino como remedio ante nuestras culpas. Al amanecer, junto al sepulcro
Comienza esta semana santa. Entran en juego nuestra pereza y la
«El primer día de la semana María Magdalena fue
bondad de Dios, nuestra apatía y su misericordia. La victoria final
al sepulcro al amanecer. Salieron también Pedro y
se llama Pascua, la fiesta de la vida, del gozo y de la luz. Cristo Juan camino del sepulcro». San Juan, cap. 20.
lleva las de perder. Únicamente podrá darle el triunfo el corazón
humilde de cada uno.
Aconseja Neruda en su "Divagario", que de vez en cuando nos
A los creyentes nos toca responder si tienen alguna validez para demos un baño de tumba. A s í se curarían nuestra vanidad y sufi-
nuestra existencia, la pasión, la muerte y la resurrección del Señor. ciencia.
A cada paso, aún sin quererlo, nos bañamos de tumba, nos vesti-
mos de sombra, miramos desconcertados cómo la muerte desbara-
ta nuestros planes, amenaza la dicha y nos separa de aquellos que
nos aman.
Sin embargo, para los cristianos hay un sepulcro que no es fin sino
comienzo, no es sombra densa sino luz, no es separación sino
compañía, no es dolor sino gozo, no es desilusión sino esperanza.
TRIDUO SACRO
Cuando nos damos un baño de tumba en el sepulcro de Jesús,
Ver página N° 41 del Ciclo (A) toda nuestra vida, las penas, las tragedias, los pecados, la propia
muerte, adquieren otra forma de herir y otra forma de ser.
LJ "*&?'
Muchos de nosotros somos cristianos de «sepulcro vacío». Nues-
Segundo domingo
tra fe en la Resurrección es teórica: nunca nos hemos encontrado
personalmente con Jesucristo Resucitado, porque nunca hemos
salido a buscarlo. V un cristianismo huero se muestra en una vida
de hogar sin entusiasmo, en un trabajo rutinario, en un continuo
El amigo que duda
temor a la muerte.
"Los discípulos dijeron a Tomás: Hemos
Busquemos afanosamente a Jesús. A veces no es fácil hallarlo. visto al Señor. Pero él les contestó: Si no veo en
Tiene la propiedad de pasar desapercibido. María Magdalena lo sus manos la señal de los clavos... no lo creo".
confunde con el jardinero. Los apóstoles en el lago creen que es San Juan, cap. 20.
un fantasma. Los de Emaús lo toman por un peregrino. Pero hay
un signo que nunca nos engaña: lo reconoceremos en el partir del
Cuando la cera se acerca al fuego, se ablanda de inmediato. El
pan. Si caminamos con El podremos compartir su mesa, presentar-
barro, por el contrario, se endurece. A n t e las maravillas de Dios
le nuestras incertidumbres, mirar las cicatrices de los clavos, tocar
en nuestra vida, a veces nuestro corazón es de cera, otras, de
sus manos y sus pies y recibir la fuerza de su Espíritu.
barro.
San Juan nos cuenta cómo Jesús tomó a su cargo vencer la incre-
dulidad de Tomás. Los demás discípulos le habían dicho: "Hemos
visto al Señor. Pero él les contestó. Si no veo en sus manos la
señal de los clavos. Si no meto la mano en su costado, no lo
_A_ creo. A los ocho días, estaban otra vez los discípulos en A
el cenáculo y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando
306
» cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: Paz a \ 307 >
ustedes. Luego dijo a Tomás: Trae tu dedo, aquí tienes
mis manos. Trae tu mano y métela en mi costado y no seas incré- Tercer domingo
dulo, sino creyente".
N o culpamos a Tomás. Seguir a Cristo todos los días no es tarea Todo sigue lo mismo
fácil. Nos asalta la duda, nos vencen los propios pecados, nos
fatiga el esfuerzo sin recompensa. Los demás se convierten en una
carga insoportable. Aunque a veces nos digan llenos de entusias- "Simón Pedro les dice a los discípulos: Me voy a
mo: «Hemos visto al Señor», nosotros no lo vemos. Pero el pescar. Estaba ya amaneciendo cuando Jesús se
Señor nos comprende. presentó en la orilla, pero ellos no sabían que era
Jesús. San Juan, cap. 21.
También aquí aprendemos la manera de acompañar al amigo que
lucha y que se aleja. Como lo hicieron compañeros de Tomás. En un pueblo lejano del Tíbet, el misionero había formado una
Antes de que el Señor le muestre a nuestro prójimo sus manos y pequeña comunidad cristiana. A l regresar, muchos años más tarde,
sus pies, antes de que pueda palpar las cicatrices, es nuestro le pregunta a un joven si desea confesarse. - ¿Confesarme? ¿De
ministerio continuar anunciando que Dios le ama y le aguarda en el qué? - ¿Cómo, responde el misionero, si hace diez años que no
cenáculo, en medio de la comunidad gozosa, cerca del pan que
lo haces? - Pero, Shimpusama, ¿después de todo lo que El se
une y fortalece.
dejó hacer por mí, cómo podría yo ofenderlo?
El Evangelio termina con una alabanza para todos nosotros: «Di- Hace poco celebramos la Pascua. Retornamos a Dios después de
chosos los que crean sin haber visto». En ese grupo nos hallamos
prolongada ausencia. Recibimos los sacramentos y participamos de
los que los que no sabemos teología, los que vivimos un cristianis-
nuevo en la asamblea cristiana. Pero enseguida regresamos a los
mo prosaico, los que luchamos, con muchas dificultades, en nues-
deberes ordinarios. Como los apóstoles, que vuelven a pescar en
tra vida de familia, los que pecamos,, los que somos mediocres sin
el lago, a los pocos días de la resurrección.
querer serlo.
En este día del Buen Pastor, Cristo invita a los jóvenes, esperanza
del mundo y de la Iglesia, a reflexionar sobre \a vocación sacerdo- Nuestra marca de fábrica
tal y misionera.
Quizá este llamado no había llegado antes a su mente y a su "Dijo Jesús: La señal por la que conocerán que son
ilusión. Va\e la pena ser sacerdote hoy, en este mundo cambiante discípulos míos, será que se amen unos a otros".
y pluralista, agitado por tan variados problemas, pero a la vez rico
San Juan, cap. 13.
en posibilidades y sostenido por las manos amables del Padre.
Las telas, la vajilla, el cristal, las joyas, el vestido, el vehículo y el
Es meta de gente valiosa seguir los pasos del Buen Pastor: conocer bolígrafo. Todo lo queremos «de marca».
sus ovejas, llevarlas a los mejores pastos, defenderlas del lobo, dar
la vida por ellas. ¿Arribismo, ostentación, refinamiento, convención social, manipu-
lación? Tal vez...
Respaldemos a nuestros sacerdotes, con nuestro agradecimiento y
nuestro cariño. Cada familia puede hablar a sus hijos sobre la Sin embargo, muchas veces la marca no es garantía de calidad. Se
posibilidad de llegar a\ sacerdocio. Los educadores pueden pre- dan imitaciones y falsificaciones que engañan al consumidor, dete-
sentar a sus alumnos la vocación sacerdotal y misionera, con su rioran la imagen del producto y desacreditan al fabricante.
enorme tarea de servicio a la Iglesia y de plenitud personal.
También las personas son de marca: el apellido, el título, el país
¡ Q u é bueno que cada parroquia sepreocupara efectivamente, por de origen, la región, el oficio, la profesión y hasta las costumbres
ayudar a los jóvenes que se sienten llamados al servicio de la y las pertenencias: Botero, o Jaramillo. El magistrado, el inglés, el
Iglesia, dentro del ministerio sacerdotal!. sureño, el plomero, el abogado, el borracho, el terrateniente. Fue
en Antioquía —nos narran los Hechos de los Apóstoles— donde
Por la oración y por nuestro testimonio cristiano, tendremos mu- por primera vez los discípulos del Señor recibieron el nombre de
chos y santos sacerdotes. «cristianos».
El cristiano falsificado es aún más peligroso. Peca contra el amor. "Dijo Jesús: La Paz les dejo, mi paz les doy. No se
Se siente dueño de la verdad, rechaza, condena, ignora, margina. las doy como la da el mundo. Que no tiemble su
N o espera, no cree, no comprende, no perdona, no sonríe, no corazón ni se acobarde». San Juan, cap. 14.
acompaña. Da gracias a Dios todos los días, porque no es como
los demás hombres. En épocas pasadas, era evidente y clara la diferencia entre guerra y
paz. Cuando amenazaba el enemigo, los ejércitos marchaban al
Los no cristianos y una juventud educada en la crítica y en la investi- campo de batalla, dejando en soledad los hogares y sin semillas las
gación, detectan la falsedad del producto. Entonces los cristianos tierras de sembradura.
pierden imagen, engañan y desacreditan el nombre del Señor.
A l renacer la paz, el mundo se transfiguraba. Volvían desde lejos
Por esto, la comunidad cristiana de hoy, con sus tradiciones secu- los ausentes, madrugaban otra vez los arados a trabajar el surco y
lares, su historia, sus estructuras, su ciencia, sus obras de arte, su todos, vencedores y vencidos, maldecían de nuevo la guerra.
liturgia, su etiqueta... nada vale, si no es un signo vivo de amor.
Nada grita su voz, si no alcanza a llamar a los pecadores. Ninguna H o y casi no alcanzamos a distinguir la guerra de la paz. Las confu-
importancia tienen todos sus signos, si no significan misericordia, sas circunstancias de nuestro mundo construyen una paz ficticia,
paz, reconciliación, comunión, compañía. colmada de zozobras, de violencia y de muerte. Es la guerra fría,
que quizá podría llamarse con más propiedad, una paz ardiente.
Nada es la Iglesia, si no se traduce en actitudes de hombres y
mujeres que se aman. Ser discípulo del Señor es sacar, de lo más Jesús, después de su resurrección, saludaba a sus amigos deseándo-
les la paz. Porque la paz es un regalo de Dios. Solamente El puede
hondo del corazón, el amor que Dios allí sembró y repartirlo
darnos esa serenidad que nace de la aceptación amorosa del próji-
generosamente a los hermanos. Cada uno de nosotros descubre a
mo, con sus capacidades, sus limitaciones y sus circunstancias.
quién, cuándo, donde, por qué, y para qué. Este amor auténtico,
sentido y ejercido es nuestra marca de fábrica.
El mundo, entendiendo por mundo las cosas que no llevan a Dios,
no puede dar la paz. N o la da el dinero, ni las leyes que no
promueven al hombre, no la da la fuerza de unos grupos, contra
otros grupos. La paz viene de Dios, pero el Señor trabaja sobre
esa larga educación para la paz, que comienza en la familia.
"W ~W
La familia nos enseña la paz, cuando nos hace capaces de cumplir a Solemnidad de la Ascensión
conciencia nuestros deberes y no sólo de reclamar nuestros dere-
chos. Nos la enseña cuando nos capacita para afrontar conflictos.
¿Y ahora qué hacemos?
Una vida de familia, armoniosa y sincera, nos prepara frente a las
dificultades, de tal modo que ellas no rompan nuestro equilibrio «Después de esto, El Señor los sacó hacia Betania
personal y comunitario. y levantando las manos, los bendijo. Y mientras
los bendecía se separó de ellos, subiendo hacia el
Nuestra señora la Virgen María ha sido invocada tradicionalmente cielo". San Lucas, cap. 24.
como Madre y Reina de la paz. Lo expresó Paulo V I : « A l hom-
bre contemporáneo La Virgen María ofrece una visión serena y
una palabra tranquilizadora: la victoria de la esperanza sobre la Es obvio suponer el desconcierto de los apóstoles, apenas el
angustia, de la comunión sobre la soledad, de la paz sobre la Señor desapareció detrás de las nubes, el día de la Ascensión.
turbación, de la alegría y de la belleza sobre el tedio y la náusea,
de la vida sobre la muerte». Cristo no les había dejado programas concretos, ni definido sus
funciones, ni elaborado un plan para emprender el anuncio a toda
la tierra. Entonces, las miradas de todos se volverían a Pedro, jefe
A Ella, presente de tantas y tan variadas maneras en nuestra vida
del grupo apostólico, quien, en ese momento, tampoco sabría
de cristianos, encomendemos la construcción de una paz sólida y
cómo iniciar la misión del Maestro.
amable que a todos nos cobije.
~W
La Iglesia es ante todo una comunidad. Es un grupo donde nos Pentecostés
conocemos, nos queremos y nos ayudamos. Y algunas veces, no
es posible vivir como Iglesia sino en un pequeño círculo, por
ejemplo en familia. Las imágenes de Dios
Esta Comunidad - Iglesia presenta cuatro características. Es comu-
"Dijo Jesús: Como el padre me ha enviado, así
nidad de fe. Vive iluminada por Dios. Su trabajo no se basa
también los envío yo. Y dicho esto, exhaló su
solamente en la técnica o en la razón, sino en todo lo que el
aliento sobre ellos y les dijo: reciban el Espíritu
Señor revela a cada paso.
Santo». San Juan, cap. 20.
N o es hora de estar desconcertados, mirando hacia las nubes, El Dios Idea Abstracta: que nunca habló a los hombres, ni jamás
como los apóstoles después de la Ascensión. Es hora de construir se mezcló en sus vidas.
nuestra Iglesia, con toda la fuerza de nuestra convicción y t o d o el El Dios Ministro de Defensa: conservador, a ultranza, del orden
dinamismo de nuestra esperanza. establecido. Divinidad aburguesada y paternalista, que ha dividido
el mundo en clases hermosamente organizadas.
^ r
1
El Dios de M i s Ejércitos. Con su bendición unos países se alzan Santísima Trinidad
contra otros y cada quien se siente autorizado para destruir a su
enemigo.
Querido Dios
El Dios socorrista. Sólo acudimos a El si arde el almacén, cuando
se muere un ser querido, o cuando aparecen las consecuencias de
"Dijo Jesús: Cuando venga el Espíritu de verdad,
nuestros pecados.
los guiará hasta la verdad plena y les comunicará
lo que está por venir». San Juan, cap. 16.
Dios no es eso. Por favor. Dios es Amor. A m o r absoluto y subs-
tancial que se hizo hombre en Jesucristo y en Pentecostés, invadió
la Iglesia y todo el universo como un fuego y como un huracán. Cuando nosotros, cristianos comunes y corrientes, pasamos por la
Dios es Amor y podemos decir de El todos los adjetivos que escuela, aprendimos muchas cosas de Ti. Nos dijeron que eras un
soporta el amor: dulce, tierno, constante, amable, generoso, crea- sólo Dios en Tres Personas. Q u e al Padre se atribuía la creación,
dor, perdonador. Tiene para quienes nos esforzamos en buscarle, que Jesucristo tenía dos naturalezas, que el Espíritu Santo era el
todo el vigor de su poder y todas las sorpresas de su bondad. Paráclito y a la vez el alma de la Iglesia.
Es Amor. Amor cósmico y trascendente, pero a la vez delicado y Para serte sinceros, de todo esto entendimos muy poco. A l paso
fecundo como un corazón maternal. Recio y seguro como las de los años casi todo se nos borró de la memoria y hoy no nos
manos de un padre. Camina entre los astros, «por los altos anda- dicen nada esos «misterios». Tu amor y tu presencia, envueltos en
mios de las flores" como canta Joan Manuel Serrat, y entre el un lenguaje arcaico y filosófico, permanecían abstractos y distantes
recinto amurallado de las conciencias. El es Amor. N o sabemos y te sentíamos lejos de nuestros problemas concretos y de nuestras
decir más de Dios, de su Espíritu Santo. Cuando las palabras preocupaciones ordinarias.
humanas se acercan a tanta grandeza, se quiebran como un frágil
cacharro de arcilla. Pero está sucediendo aquí en la tierra algo de maravilla. A pesar
de las guerras, los odios y el egoísmo de muchos, el papa y los
cristianos auténticos, esparcidos por todos los rincones del mun-
d o , están desenterrando el Evangelio. Se hallaba oculto bajo el
polvo de las bibliotecas, entre mucha palabrería escolástica. Nues-
tra falsedad y rutina lo había cubierto con esa pátina que embelle-
ce los metales y las estatuas, pero que oscurece tu revelación y tu
mensaje.
Con un saludo filial y cariñoso, Todo esto es valioso. Pero a veces corremos el peligro de
^A_ Tus hijos. quedarnos en una teoría elaborada y colocarnos al mar- -A.
gen de la vida. De la vida de Dios que se esconde bajo A 323
i las especies sacramentales.
>
• ^
~W
H o y se nos habla del sentido ascendente de los sacramentos y de
su sentido descendente. Es una manera profunda de comprender
TIEMPO ORDINARIO
que aquellos son un signo maravilloso de Dios, presente en cada
lugar de la tierra. Segundo domingo
Antes, entendíamos solamente el sentido descendente de los sa- Las llenaron hasta arriba
cramentos. A s í afirmábamos que Cristo baja del cielo hasta el altar,
en el momento de la Misa. Q u e la comunión es un contacto con "Jesús les dijo: Llenen las tinajas de agua. Y las
Dios, quien viene de lo alto a santificarnos. Del mismo modo que llenaron hasta arriba». San Juan, cap. 2.
las nubes descargan la fuerza del rayo, sobre la cima de algún
monte.
Alguien decía que, con cierta razón, a Cristo se le trata en las
Pero es más hermoso y más de acuerdo con el amor de Dios, el bodas como a los fotógrafos. A l terminar la ceremonia: «Muchas
sentido ascendente de los sacramentos: bajo la corteza terrestre gracias. Va te llamaremos más tarde. Q u e tengas buena noche».
existen millones de toneladas de materia incandescente. Durante
miles de años, nadie sospechó su existencia. Pero de pronto, Cristo inicia su vida pública, conviviendo con unos amigos en una
alguna montaña se coronó de fuego e iluminó la noche. Un signo boda de Cana, en Galilea. A l l í «comenzó sus signos, manifestó su
demasiado pequeño, si lo comparamos con la realidad significada. gloria y creció la fe de sus discípulos en El». Comenzó sus signos
Pero algún hombre que lo alcanzó a contemplar desde lejos captó ante una necesidad muy simple: no tenían vino.
aquel mensaje.
Si no solamente escuchamos las palabras del Evangelio, sino que
Cuando nos acercamos a la Eucaristía y compartimos en amistad también tratamos de convivir con el Señor, llegaremos a descubrir
aquel trozo de pan y aquel sorbo de vino, comprendemos que el sentido y las condiciones de sus signos.
Dios invade todo el cosmos. Sólo que algunas veces se nos hace
¿Cuáles son esas condiciones? Cuando lo invitamos a nuestra
tangible y manifiesto por un signo pequeño, adecuado a nuestra
vida, Cristo realiza sus signos. Cuando lo invitamos con su M a d r e
pequeña dimensión de mortales.
y cuando nos comprometemos a poner agua allí donde lo que falta
es vino. Cristo trabaja con hombres de fe.
Este es el Sacramento de nuestra fe.
Y allí en Cana descubrimos unos hombres de fe. Dispuestos a ¡Arriba las buenas noticias!
llenar las tinajas y a llenarlas hasta arriba. El mundo cambiará si cada
uno de nosotros sigue aportando agua, que es la materia prima
"El Espíritu del Señor está sobre mí. Me ha
para ese vino del Señor. El mundo cambiará si no escuchamos a los
enviado para dar la Buena Noticia a los pobres».
sensatos, a los realistas. A los supuestos sabios que nos dicen:
San Lucas, cap. 4.
«¿Para qué, si esto ya no tiene remedio?». «¿Y tú sigues creyen-
do en la Iglesia? Pero si hoy nadie tiene fe...!». Si continuamos
llenando las tinajas, entonces Cristo hará sus signos y se realizará el Un joven se acerca al sacerdote: es una historia larga de pecados,
misterio. derrotas y sufrimientos. El Padre lo interrumpe de improviso: ¿Por
qué no me dices primero todas las cosas buenas que has realizado
¿Pero qué es el misterio? Es el poder del Señor, que va más allá en estos años?
de nuestras posibilidades. Poder de Dios que convierte el agua en
vino. Tantas veces cuando se escaseaba nuestro vino, hemos pres- El muchacho lo mira a la cara asombrado y rompe a llorar. Por
cindido del misterio. primera vez, alguien le mostraba que en su vida también la bondad
había fructificado.
Le hemos quitado el misterio a lo religioso. Pretendemos explicar-
lo t o d o . Reducirlo a nuestra condición limitada y humana y darle El Evangelio nos muestra a Jesús en la sinagoga de Nazareth.
una dimensión científica. Le hemos robado al sexo su misterio, Volvía a sus gentes, a su paisaje natural de vides y rebaños. Estan-
porque hemos pretendido convertirlo en una ciencia y enseñarlo d o en la sinagoga y luego de leer un trozo de Isaías, explica a los
como una técnica. Lo hemos disociado del amor y de la vida. presentes que su misión está plenamente unida a aquella de los
antiguos profetas: «El Espíritu del Señor está sobre mí. M e ha
Recémosle entonces a María para que, por su intercesión y con la enviado a dar la Buena Noticia a los hombres».
gracia de Cristo, el agua de nuestros esfuerzos se convierta en el
vino generoso de una vida plena y feliz. El mundo actual se ha llenado de noticias desoladoras. N o sólo
por las cosas que ocurren, sino porque cada uno de nosotros se
volvió un portador de malas noticias. Lo cual nos ha llevado a
desconfiar, por sistema, de los demás. A imaginarnos siempre lo
peor. A saborear morbosamente los errores y las tragedias ajenas.
G^O Cristo vino a traernos las Buenas Noticias de un Dios que ama a
sus hijos. A nosotros nos toca difundirlas en todos los am-
bientes y situaciones. A l esposo o a la esposa que ya no A
saben luchar más, al limitado físico, al anciano que em- r*^
pieza a sentirse inútil para todos, al obrero que no es \ 1327 >>
calificado, al sacerdote que flaquea, al hijo que se equi- L
voca procurando estrenar la libertad, hemos de llevar la buena
Cuarto domingo
noticia de Jesús, con frases de amor y de esperanza.
Dios es fuente y origen del milagro, pero a la vez nos regala cada
día dones maravillosos y nos anima a realizar nuestros propios
milagros: el milagro de la vida. Procuremos rodearlo de mucho
amor, de responsabilidad y de respeto.
Dios se complace en el milagro de nuestro entendimiento, cuando "Al ver tanta pesca, dijo Pedro a Jesús: Apártate
nos abrimos en comunión a la luz, a la ciencia, al espacio infinito, de mí porque soy un gran pecador. Jesús le
a la incógnita del futuro y a la magia de las palabras. contestó: No temas; desde ahora serás pescador
de hombres». San Lucas, cap. 5.
Dios se pone feliz ante el milagro de la paz. Cuando resolvemos
convertir los fusiles en instrumentos de labranza, borramos del
Decía un campesino al cura del lugar: esta finquita es mía, padre, y
corazón los recuerdos amargos y nos sentimos otra vez hermanos.
de Nuestro Señor Jesucristo. Pero si le viera el abandono cuando
El solo la administraba.
Somos nosotros los protagonistas de numerosos milagros. El Señor
sabe que ese poder y mucho más, nos viene de su mano, pero se
Es maravilloso el trabajo del hombre, respaldado por el poder
hace el desentendido. N o nos damos cuenta de tantas maravillas y
constante e invisible de Dios.
a ratos creemos que nuestra vida no vale nada. Seguimos siendo
niños.
De esto nos habla el Evangelio. Nos describe dos momentos: el
de los discípulos que trabajan solos toda la noche, sin poder coger
nada. Y aquel en que el Señor los invita a echar las redes. Y la
pesca es tan abundante que la barca se hundía. Pedro, entonces,
se llena de miedo y suplica a Jesús: apártate de mí, porque soy un
pecador.
Sin embargo, este texto leído a la ligera, más parece una página de
un poeta oriental, llena de contraposiciones. Y nos desconcierta
que, según el Evangelio, la dicha se alcance por la pobreza, el
hambre, el llanto, y el odio padecido a causa del bien.
Lloran quienes sienten que el mundo no está terminado todavía. "Dijo Jesús: Amen a sus enemigos, hagan el bien a
Los que no archivan el dolor de sus hermanos, los que no sepultan los que los odian, bendigan a los que los maldicen,
en las estadísticas el desempleo, la desnutrición, el analfabetismo, oren por los que los injurian". San Lucas, cap. 6.
la contaminación. Su recompensa está escrita en el salmo: «La
boca se les llena de risa" cuando el Señor, con ellos, pone reme- El Sermón de la montaña se prolonga más allá del texto de las
dio a tantos males. Bienaventuranzas. O quizá los evangelistas acercaron a esta ense-
ñanza clave de Jesús, otros discursos, pronunciados en distintas
Son odiados y marginados los que no se venden, los que no ocasiones.
claudican, los que cumplen su palabra, los que son minoría. Los
que dicen la verdad, los que llaman a las cosas por su nombre, lo Entre ellos aquel del mandamiento del amor que, según san Juan,
que hablan por los pobres. Los que denuncian y anuncian. El el Maestro ampliaría durante la cena de despedida.
Señor les garantiza un premio de profetas.
El relato de san Lucas nos ayuda a distinguir cuatro niveles de
Q u é bueno que muchos de nosotros ensayáramos, corriéramos el amor, lo cual hace más comprensible el mensaje.
riesgo. Existe la bienaventuranza. Nos lo asegura la palabra del
Señor. Esta pobreza que Jesús nos enseña, esa hambre, el llanto En el primero se trata del amor a los enemigos. La ley judía era
la persecución, son de veras la piedra filosofal. muy clara sobre el tema, pero en otro sentido. "Han oído: amarás
a tu prójimo y odiarás a tu enemigo, les recuerda el Señor a sus
discípulos. "Pero yo les digo a los que me escuchan: amen a sus
enemigos. Hagan el bien a los que los odian". A m e n : lo cual va
más allá de renunciar a la venganza. A m e n : una actitud que supera
la sola convivencia. Amar es algo más: ofrecer al otro el corazón
para hacerle bien, en la medida de nuestras posibilidades.
í \>
pecadores aman a los que los aman". San M a t e o los <^ 335
compara con los mismos publícanos. Es A
>
U ^ J
w
Luego el Señor nos motiva a no juzgar y a no condenar, actitudes Octavo domingo
que en el contexto hebreo se identifican. N o hemos de rechazar a
nadie definitivamente. El cristiano ofrecerá siempre al prójimo una
nueva oportunidad. Al estilo sapiencial
Y, finalmente, el Señor nos motiva a orientar nuestra conducta "Dijo Jesús: ¿Acaso un ciego puede guiar a otro
hacia una continua generosidad. N o es extraño que los creyentes ciego? No hay árbol sano que dé fruto
apliquemos a nuestras relaciones humanas, criterios de mercadeo: dañado, ni árbol dañado que dé fruto sano".
¿Este hermano qué ganancias me reporta? ¿Cuánto puedo perder San Lucas, cap. 6.
con este amigo?
El Señor reclama la importancia de situar una religión verdadera en N o era extraño que algunos funcionarios romanos respaldaran, aun
lo interior del hombre. A l contrario de los que habían hecho con dinero, las instituciones judías. Lo extraordinario era que la comu-
tantos hombres de su tiempo, vistiéndose de apariencias, pero nidad de Cafarnaúm aceptara el donativo, algo contrario a la concien-
manteniendo el corazón lejos de Dios. cia nacional. Lo habrían hecho quizá por la actitud amable del centurión,
quien no exigía ninguna contraprestación inconveniente.
Toda esta página de san Lucas es una invitación a realizar una
síntesis personal, alrededor de los valores de Cristo. Es un llamado Sin embargo, el centurión conoce bien los prejuicios de este pue-
a evitar toda hipocresía, esa distancia cruel entre lo que pensamos blo y no se atreve a ir personalmente donde Jesús, del cual
y lo que hacemos. Todo lo cual se logra cuando nos acercamos al contaban maravillas. ¿Compartiría este profeta el orgullo de sus
Señor. Un místico inglés solía repetir: 'Dios no ve lo que eres, ni compatriotas?. ¿ N o le haría un desaire por su calidad de extranje-
lo que has sido, sino lo que hoy quisieras ser". ro? Se vale entonces de algunos amigos, que rueguen al Maestro
venga a sanar a su criado.
' <^p^ dioses del imperio había uno superior. Y éste le habría dado
al Maestro un poder inexplicable.
Bastará entonces que el Maestro dé una orden y su criado queda- El cordero expiatorio
rá sano. Manda entonces una segunda misiva: "Señor, no te mo-
lestes para entrar en mi techo. Dilo de palabra y mi criado quedará
"Sacaban a enterrar a un joven, hijo único de su
sano
madre. Se acercó el Señor al ataúd y dijo: Mucha-
cho a ti te lo digo, levántate. El joven se incorporó
Cuando al Señor le cuentan este segundo discurso del centurión,
y empezó a hablar. San Lucas, cap. 7.
como cuenta san Lucas, "se admiró" y dijo a la gente: les digo
que ni en Israel he encontrado tanta fe".
Nos cuenta la Biblia que en el rito de expiación de los judíos, se
Los enviados bajaron a casa del romano y encontraron que el tomaba una víctima, se le imponían \as manos para descargar sobre
criado ya se había curado. ellas todas las culpas del pueblo y en seguida se la abandonaba en
el desierto.
Siempre la fe necesita signos. Nuestro cristianismo brotó en un
hogar donde Dios se manifestaba de muchas maneras. Luego reci- En el mundo de hoy quizá hemos hecho algo parecido con los
bimos otras señales, más personalizantes, quizá más intangibles jóvenes: los hemos convertido en nuestro cordero expiatorio.
diríamos. Pero de pronto, todas ellas se esfumaron y vimos a
abocados a creer en la penumbra, sin el apoyo de ningún heraldo A n t e la rebeldía de los jóvenes, su comportamiento sexual, la
que continuara hablándonos de Dios. heavy music, los adultos nos replegamos a nuestros cuarteles. Y
desde allí lanzamos anatemas contra la juventud, sin preguntarnos
A ú n más sentimos que había que creer a pesar de todos los previamente: ¿ Por qué sucede esto? ¿ Q u é culpa nos cabe en
antisignos que nos ofuscaron los ojos. Entre ellos nuestra propia esta problemática?
fragilidad y nuestros pecados.
Olvid amos que Jesús obra de otra manera: se acerca al féretro y
La fe de aquel centurión era una fe valiente. Inasible, pero fuerte. llama al que había muerto: muchacho, a ti te lo digo, levántate. Y
Lo empujó a desnudarse de todo su pasado para asomarse a una muchos de nuestros jóvenes han escuchado la palabra del Señor,
ventana donde hablaba el Dios de los dioses. Una fe que nació para levantarse a estrenar nueva vida. A difundir la noticia de un
ante el temor a la muerte. Pero que fue más allá hasta reconocer profeta que lo ha resucitado.
que Jesús de Nazaret poseía un poder sobrehumano.
Antes, la juventud miraba la vida cristiana como una exigencia de
Se nos antoja que este centurión pudo ser el mismo que en la ritos sin sentido y una represión sexual sistematizada. H o y su presen-
tarde del Viernes Santo exclamó ante el cadáver de Jesús: cia en los templos nos acerca a una liturgia renovada. Ellos han
1 ^ "Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios". aprendido a integrar la fe con el amor y la alegría.
R
Antes, los jóvenes se consideraban a sí mismos como
adultos disminuidos. N o se les reconocía su identidad.
-Y
H o y saben que son una fuerza transformante. Tienen una misión: Undécimo domingo
darle empuje a este mundo y a la historia. Se sienten símbolo en
una Iglesia que se rejuvenece. La casa de Simón
Antes, muchos jóvenes no pensaban sino en sus problemas indivi-
duales, en su carrera, en su futuro personal. Hoy, por la fuerza del «Rogaba un fariseo a Jesús que fuera a comer con
Señor y los medios de comunicación social, se sienten ciudadanos él. Y una pecadora vino con un frasco de
perfume y se puso a ungir los pies de Jesús».
del mundo, solidarios con toda la humanidad y comprometidos
San Lucas, cap. 7.
con los marginados.
Antes caminaban a ciegas en busca de valores que no discernían. Un hombre llamado Simón invita a Jesús a su casa. Y, al anoche-
H o y saben distinguir entre libertad e inconformismo, entre autenti- cer, el Maestro se sienta a su mesa. N o sabemos qué pretendía
cidad y rebeldía, entre riesgo y compromiso. este fariseo al convidarlo. ¿Hacer alarde de generosidad y dinero?
¿Aumentar su prestigio, convidando a su casa al profeta milagro-
Cristo confía en sus jóvenes y espera de ellos una ayuda eficaz so? ¿Comprometerse con Cristo, a quien admiraba con lejano
para construir «la civilización del amor». respeto?
Confiemos en ellos también nosotros. Creamos que la juventud ha El Señor cumple su tarea de visitar al hombre. En los palacios y en
comprendido la llamada que le hace la vida, como lo expresaba las chozas. A los enfermos y a los que dicen estar sanos. En las
Juan Pablo II a los jóvenes de México: «Comprométanse humana bodas y en los funerales. Les habla de otra cosa, de otra compa-
y cristianamente en cosas que merecen esfuerzo, desprendimiento, ñía, de otro modo de ser. Del Reino de los Cielos.
generosidad. N o es posible permanecer indiferentes ante los gran-
des problemas de América Latina. La Iglesia apoya en ustedes su Pero Simón ignoraba que Cristo llegaría con su séquito de peca-
esperanza». doras y publícanos, de enfermos y de necesitados. Entre ellos,
una mujer que no tenía sino un poco de lágrimas, mucho amor, y
un frasco de perfume. Tampoco sabía aquel fariseo generoso que,
cuando el Señor se deja invitar, nos invita a la vez a disponerle un
lugar para los otros.
Para los de afuera tampoco tenemos una acogida amable que les «¿Quién dice la gente que soy y o ? " Pregunta un día Cristo a sus
hable de Dios. Mientras más espacio poseemos, menos hospitali- discípulos. Fueron varias las respuestas: unos creían que era Elias,
dad, mientras más cosas coleccionamos, menos posibilidad de acep- otros que Juan Bautista o algún profeta anterior, resucitado de
tar las personas. En cambio, las casas de los pobres, como no entre los muertos.
tienen cerrojo, permanecen abiertas para todos.
Pero Cristo buscaba algo más. Por eso añade: ¿Y vosotros quién
Nuestro corazón se asemeja a nuestros hogares. En él no cabe decís que soy yo? En este examen Simón Pedro obtiene las mejo-
ningún huésped. Si alguien llega a buscar allí al Señor, encontrará res notas. Su respuesta es clara y decidida: «Tú eres el enviado de
en la puerta un letrero: no hay vacantes. Dios». Entonces Jesús lo amonesta: ten en cuenta que esto no lo
aprendiste de una manera humana. Te lo ha explicado mi Padre
A l final del banquete, Cristo le explica a Simón cómo en sus interiormente.
planes hay una correspondencia casi matemática entre amor y per-
dón. Tanto amas, tanto se te perdona. Tanto has sido perdonado, Va Pedro lo había oído: cuando alguno ama a Dios, Dios también
tanto amarás de ahí en adelante. Como una noria que nos vierte lo ama y comienza a vivir dentro de él. Y el Señor se trasluce en su
agua de salvación, para que construyamos desde aquí y desde vida, se asoma por sus ojos, se revela en sus palabras, en sus
ahora la ciudad de los Cielos. actitudes.
i 344 >
enriquecerse comerciando con droga: «Tengo un pe-
queño inconveniente, dice. Una esposa y cuatro hijos.
1
345 >
Los quiero demasiado».
-^r
Una joven acepta con valor y nobleza el ser madre soltera. Se Decimotercer domingo
prepara pacientemente a recibir a su hijo. Lucha, reza y sufre. N o
piensa n¡ por un momento en deshacerse de la criatura.
¿De qué espíritu somos?
El padre Robert F. Drinan S J . llevaba cinco períodos en el Con-
greso de los Estados Unidos. A n t e la palabra de sus superiores,
"Algunos discípulos entraron en una aldea de
que no ven conveniente su presencia en la política, obedece con
Samaría. Pero allí no los recibieron. Entonces
serena humildad.
Santiago y Juan dijeron a Jesús: ¿Quieres que
mandemos bajar fuego del cielo para que acabe
Una meritoria maestra descubre, en la muerte de su nieta, un
con ellos?" San Lucas, cap. 9.
llamado de Dios a favorecer a otros niños. Y así nace en Medellín
la "Fundación Carla Cristina".
Sobre las guerras afirma algún autor que todas se llaman justas. Y
Podríamos llenar muchas páginas con historias de tantos que, con esto sucede por partida doble: cada uno de las partes defiende la
la vida, le han respondido a Jesús aquella pregunta: "¿Ustedes razón de su bando. Y a la vez, "cada facción afirma que ha
quién dicen que soy yo? Tendríamos entonces unos Hechos de tomado partido a favor del hombre, del blanco, del negro. En
los Apóstoles en lenguaje moderno. defensa de los pobres colonizados, o en ayuda de los pobres
colonizadores, víctimas de la descolonización".
Responder al Señor es un desafío y a la vez un honor. En ello nos
va la vida, y con mucha frecuencia también, la de aquellos que Los seguidores de Mahoma han sido sinceros al incluir la guerra
caminan con nosotros. santa dentro de su credo. En cambio, nuestra Iglesia que anuncia
la paz de Cristo, peca no pocas veces de intransigencia hacia sus
Recordemos la frase de monseñor Helder Cámara: «Mira cómo propias comunidades. Y también hacia los demás hombres.
vives. Quizá sea éste el único Evangelio que tu hermano lea».
Cualquier día muchos bautizados y también grupos apostólicos,
institutos religiosos, nos hemos sentido los mejores y los únicos y
con derecho a atropellar a otros hermanos.
.A.
A s í entendemos la reacción de Santiago y Juan. Llenos
346 >
de cólera, se acercan al Señor: "¿Quieres que mande-
¡s A mos bajar fuego del cielo para que acabe con ellos?"
w
Hacía ya muchos siglos que samaritanos y judíos se odiaban cordial- Decimocuarto domingo
mente, y en sus ritos rogaban al Señor exterminara a sus enemigos.
La respuesta de Jesús aquellos discípulos fue dura. Unos biblistas Las costumbres de Dios
traducen que los reprendió. Otros añaden que les dijo: " N o
saben de qué espíritu son". "Designó el Señor otros setenta y dos discípulos y
los envió de dos en dos a todos los pueblos a
El Señor no aprobaba estas airadas reacciones, más propias de los donde pensaba ir El". San Lucas, cap. 10.
tiempos de Elias, el profeta que hizo bajar fuego del cielo sobre
los holocaustos del Monte Carmelo. Y luego ordenó que todos
Hay un libro atribuido a san Dionisio Areopagita, que nos habla
los sacerdotes de Baal fueran degollados.
de los nombres de Dios. Nosotros pudiéramos escribir otro, muy
extenso y hermoso, que contara sus costumbres.
Pero muchos cristianos no hemos asimilado todavía la tolerancia
que enseña el Evangelio: conviene mantener los principios. Es
Dios se ha manifestado en la historia de un modo constante:
necesario distinguir a todas horas entre el bien y el mal. Pero
siempre leal, amigo de hacer alianzas, discreto y paciente, buen
hemos de ser comprensivos y amables con los yerran, tratando de pedagogo y capaz de llevar a cabo sus planes, a pesar de las fallas
respetar las personas y sus circunstancias. de los hombres.
El mundo de hoy padece de una gran intransigencia. Los podero- El desea que imitemos sus costumbres. La Historia de la Salvación
sos de todos los estamentos políticos, sociales y religiosos, con- es un largo recuento de los métodos que ha usado el Señor, para
funden fácilmente la verdad con su propia verdad y en nombre de que nos parezcamos a El.
ésta, arman guerras de todos los colores.
El Maestro presenta una serie de consejos para quienes desean
Aquellos tres ideales de la revolución francesa: libertad, igualdad imitarlo. Nos dice que vayamos de dos en dos. Así enviaba a sus
y fraternidad vuelven a sonar al oído de cada generación. En primeros discípulos y así nos envía a nosotros: unidos por el amor
nombre de estos postulados, nos dice la historia, se han encendi- de la familia, por el amor del noviazgo, por los lazos de la amistad.
do muchas s^r^s, pero también se han firmado numerosos armis-
ticios. Desea que no cifremos la eficacia de nuestro trabajo solamente en
recursos humanos. Por eso envía a sus discípulos sin alforja ni
Llega la hora en que nosotros vivamos en mensaje de Jesús que sandalias. Tenemos con nosotros otra fuerza superior que cambia
suaviza los roces y reúne en comunión a las partes contrarias. Una los corazones y transforma el mundo. Quiere que seamos mensa-
tarea que requiere gran honradez y humildad perseverante. jeros de la paz. Los medios violentos no son de su estilo.
N o podemos alegar que somos pobres, que no tenemos aceite, Sin embargo, para vivir como personas todos necesitamos frenar
ni vino, ni cabalgadura, ni dinero para pagar al dueño del mesón de vez en cuando la actividad, escuchar y contemplar.
por la convalecencia del prójimo. El más desposeído de nosotros
tiene en su alforja palabras amables, calor de abrazo, capacidad de El estudiante, fatigado de su esfuerzo, se pierde en una sala de
mirar con misericordia, fe en Jesucristo, y una enorme reserva de cine. La madre de familia anhela reconstruir sus fuerzas frente al
entusiasmo. mundo ficticio de una telenovela. El comerciante, el profesional,
se van al campo, en busca de la naturaleza que les habla otro
lenguaje. Para otros el deporte, el juego o la embriaguez, son el
refugio para evadir sus cansancios. Algunos se reconstruyen en un
retiro espiritual o, en un encuentro de esposos, clarifican y refuer-
zan su relación como pareja.
La liturgia hunde sus raíces en esta necesidad humana de colocar- Toda la enseñanza de Jesús podría resumirse en cuatro palabras:
nos en otra dimensión. Suspender el trabajo, hacer consciente la Dios es mi Padre. A n t e ese Padre bueno y misericordioso se
presencia del Señor, tomar las cosas, volverlas signos, enseñarles a vuelven una sola todas las páginas del Evangelio. Ese Padre de,
cantar alabanzas y acción de gracias y celebrar juntos, amigos y cual nos habla largamente san M a t e o en el capítulo sexto de su
Evangelio. Y también san Lucas, en el capítulo undécimo.
hermanos, la fe y la alegría de ser hijos de Dios.
Aguardémosle con ilusión, como se espera la visita de un amigo. "Dijo Jesús: He venido a prender fti>'f¡o
Si nos encuentra velando, nos hará sentar a la mesa y su presencia en el mundo y ojalá ya estuviera ardiviuto-
iluminará todas las cosas. San Lucas, cap. 12.
Nace el fuego del roce de dos leños, brota del pedernal que
golpeó la roca y cuando el hombre se olvida de él, irrumpe
violentamente desde la cima de los volcanes. Cristo abrasa la tierra
desde los dos maderos de la cruz, sale glorioso golpeando
Imaginemos la alegría del sol cuando se vuelve pequeño, pero a la No sabemos soñar
vez radiante y voraz, en el rayo de luz que recoge con avaricia una
lente convexa. Imaginemos el triunfo del copo de algodón que se
"Dijo Jesús: cuando te conviden a una boda,
cambió en madeja y luego en cordel muy fino y resistente para la
no te sientes en el puesto principal. Cuando des
reciedumbre del velamen y la asechanza de la red.
una comida, no invites a tus amigos y hermanos".
San Lucas, cap. 14.
La del cielo es una puerta estrecha. Porque esta vida de la tierra se
encarga de despojarnos cada día. Primero quedan atrás los sueños,
se diluyen enseguida las ilusiones, muchos gloriosos proyectos se Un anciano judío contaba este episodio de su infancia: "Tendría
desvanecen en la nada, se tronchan de improviso las mejores amis- yo cinco años y hacía parte de una caravana de nómadas por el
tades. Lo que llamamos ciencia se resume en un convencimiento desierto del Sahara. Había sido confiado a una anciana, que se
de nuestra incapacidad de entender. Los deseos de comunión ocupaba de mi educación y pasaba mi vida bajo la tienda, a donde
interpersonal se rebajan a un poco de sed y a un miedo inconfesa- todos acudían para comer, discutir y descansar. Fue en primavera y
ble de soledad. Entonces todo el universo nos cabe en el cuenco la noche luminosa se asomaba a hurtadillas por los agujeros de la
de la mano, entre el espacio reducido del propio corazón. tienda. Yo sentía una necesidad irresistible de contemplar el cielo.
Y así podemos caminar mejor hacia Dios: despojados de todo, Va, al aire libre, quedé como extasiado. Nunca había visto tantas
estrellas juntas. Entonces a mi mente infantil afloró un raro presen-
menos de un ansia inmensa de conocerlo y de un deseo inocente
timiento: ¿Será esta noche cuando llegue el Mesías?
de sentirnos sus hijos.
Pero el Señor nos guía a otros caminos de realización y crecimien- "Dijo Jesús: ¿Qué rey, si va a dar la batalla a
t o : "Todo el que se enaltece será humillado y el que se humilla otro rey, no se sienta primero a deliberar? ¿Quién
será enaltecido". "Cuando te inviten a una boda ve a sentarte en de ustedes si quiere construir una torre, no
el último puesto. Entonces te dirán: amigo, sube más arriba". calcula primero los gastos?». San Lucas, cap. 14.
_A_, Parece que no. Hemos educado para el futuro con una
visión del pasado. Hemos educado en una sociedad de Í367
i 366 > consumo, a quienes van a vivir en un mundo austero. N o
W
descubrimos en nuestro mundo ni estructuras ni métodos para una Vigesimocuarto domingo
educación en el amor.
Los resultados saltan a la vista. La torre airosa que soñamos un día se Una mujer y diez monedas
ha quedado trunca, y salimos derrotados en la batalla de la vida.
El demonio que iba de camino comentó burlonamente: este rey La iota es la letra más pequeña del alfabeto griego. Se parece a
imprudente que no preparó su porvenir, quiso elevar la torre y se una coma, a una tilde, al desliz imprevisto de la pluma sobre el
quedó en los cimientos. Quiso dar una batalla y fue derrotado de pergamino. Pero también es ella un signo indispensable. Por su
modo vergonzoso. presencia cambian de sentido las palabras y sin su auxilio, la verdad
puede ser traicionada.
Nos dice el Señor que una sola ¡ota de su plan de salvación vale
más que todo el cielo y la tierra. Muestra así su predilección por
los seres humildes y las cosas pequeñas. Después de la multiplica-
ción de los panes, manda recoger las sobras y en otra ocasión, nos
invita a hacernos como niños para entrar al reino de los cielos.
San Pablo le contaba a Timoteo en su primera carta cómo el Señor Crea con amorosa originalidad el corazón de los hombres, su
se compadeció de él y lo llamó del judaismo al conocimiento de mente, sus huellas digitales, el color de sus ojos y su capacidad de
Jesús. Para que él mismo fuera en busca de sus hermanos. entrega y de victoria. Dios no acostumbra hacer a los hombres con
papel carbón.
Dejémonos encontrar por Dios, pero a la vez, emprendamos el
camino en busca de la oveja que falta. Examinemos la casa con Jesús, en su doctrina y en la forma de transmitirnos su mensaje,
cuidado, cuando se nos ha perdido una moneda. Si nos sentimos también es admirablemente original. Para enseñarnos ese amor lim-
financiados y orgullosos de lo que somos y tenemos, sin embargo pio que alcanza el perdón de los pecados, invita a una mujer
nos falta algo que no se ve, que no se compra en las tiendas, ni pecadora al banquete de Simón. Se sirve de un hereje samaritano,
por cuotas: La sencillez y la inocencia. Se nos quedaron en el para darnos lección de misericordia con el hermano que sufre.
camino una oveja pequeña y una simple moneda que tenía la cara
de Dios. Nos ilustra sobre cómo forzar las puertas de los cielos, con el
ejemplo de un ladrón crucificado. Y en el pasaje de hoy llama a un
administrador injusto para enseñarnos prudencia y sagacidad.
Examinemos nuestros movimientos apostólicos. N o contagian, no Cuando Cristo habla en contra de los ricos, no se refiere directa-
llaman la atención, no se hacen sentir en la sociedad. Se han mente a quienes poseen bienes materiales. Ser rico, en el lenguaje
convertido a veces en museos donde se guarda una fe muy orto- evangélico, significa mantener el corazón cerrado a Dios y cerrado
doxa, pero cubierta de polvo y de silencio. también a los hermanos. Pero sucede con frecuencia que cuando
poseemos riquezas, se nos cierra el corazón poco a poco, casi sin
A q u e l mayordomo malicioso inventó una curiosa manera de hacer- darnos cuenta.
se amigos para un mañana incierto.
Entonces comenzamos a justificar lo poco o mucho que posee-
mos. Defendemos nuestras actitudes y suavizamos el rudo mensaje
del Señor. Acabamos poniendo como divisa de nuestro egoísmo
aquella frase de san Francisco de Asís: «Dios mío y todas las
cosas», pero entendida de otra manera.
Jesús desea abrirnos el corazón a la esperanza y al servicio del Pero dice el Señor que, si tenemos fe, podremos cambiar las cosas
prójimo. También nuestros bienes materiales tienen un lugar en los de este mundo: ordenarle a una morera, o a un monte, que se
planes de Dios. El nos ha regalado la oportunidad de compartirlos traslade al mar.
con tantos Lázaros que esperan, junto a nuestras casas. M u y cerca
de nuestras ciudades. Se cuenta que san Gregorio Taumaturgo tuvo la ocurrencia de
correr, con su bastón de peregrino, una colina que estorbaba la
construcción de un templo. Pero nuestra fe no se arriesga a seme-
jantes aventuras. ¿Será más pequeña que un grano de mostaza?
Nos toca entonces invitar a quienes permanecen alejados para que Muchos padecimos la tortura de memorizar aquellas fórmulas ma-
acudan ante el consejero prudente, al cónyuge que aguarda aque- temáticas de la raí^ cuadrada y de la raíz cúbica. Sin hablar de los
lla confidencia, al profesor que sabe escuchar, a la visitadora de la logaritmos, con su característica y su mantisa.
empresa, a ese amigo que tiene el don especial de comprender
situaciones difíciles. La electrónica actual ha relegado todos estos tormentos a\ museo
de la historia, facilitando de manera admirable los procesos de
Además Cristo nos dejó en su Iglesia a los sacerdotes ministeriales aprendizaje en todas las áreas.
para el servicio de la fe y de los sacramentos. Quizá nos hemos
alejado de ellos. Pero el Señor nos envía nuevamente a ellos. Pero este avance quizá ha bloqueado en muchos educandos su
capacidad de esfuerzo. Sin embargo, permanecen otros campos
Jesús es el Señor. Una palabra que san Pablo repite con frecuencia del saber y de la vida, que desafían nuestra capacidad de constan-
en sus cartas. Jesús es el Señor, una frase que puede iluminarnos cia. Por ejemplo, el caudal de erudición que hoy se ofrece a
el camino de regreso, cuando el pecado, como una lepra nos alguien medianamente culto. O también las monótonas tareas que
abruma. "Si morimos con él, escribe el apóstol a Timoteo, vivire- la mayoría de las empresas nos imponen.
mos con él. Si perseveramos, reinaremos con é l " . Q u e nunca se
nos borre de nuestra memoria pecadora la persona de Jesús,
En la vida cristiana, \a tenacidad es condición indispensable si
muerto y resucitado para salvarnos.
queremos alcanzar alguna meta. El bien obrar nos exige perseve-
rancia. El amor a los hermanos. Y de igual manera la práctica de la
oración.
C3^0 Jesús, que sabía de nuestra inconstancia, les contó una vez a sus
discípulos una parábola, que refleja ciertas conductas de su tiem-
po. Era la historia de una viuda que rogó a un abogado le
,A ayudara en su problema. Quizá alguien procuraba arreba- A
ar-« tarle la herencia de su esposo. O le habían invadido
tu. é una huerta. O el vecino, a quien ha vendido una ove- ^jj 379 ¥
jas, ahora se niega a pagar.
Trigésimo domlnfp
y sucedió, igual que hoy, que el juez se hacía sordo a los recla-
mos de la viuda. Estaría ocupado en otras causas que le reportarían
mejor ingreso. Pero la viuda, al fin y al cabo mujer y necesitada,
Carta por recomendado
insistía mañana y tarde.
Hasta que un día aquel hombre se dijo: es cierto que yo no temo «Dijo Jesús esta parábola para algunos que trnit'it
a Dios ni me importa la gente. Pero esta mujer se me ha vuelto dose por justos, despreciaban a los demás: <los
insoportable. Tendré que solucionarle su pleito. hombres subieron al templo a orar. Uno rrn
fariseo, el otro publieano». San Lucas, cap, ls
Y Jesús mismo saca la conclusión: si este hombre inicuo obró así,
¿qué no hará el Padre de los cielos con sus hijos? «Para algunos que teniéndose por justos, despreciaban a loi de
más». Cristo nos dedica personalmente esta parábola.
De inmediato se nos viene a la mente aquel párrafo de otro lugar
del Evangelio: "¿Quién de ustedes, si su hijo le pide un pan, le
Porque muchos de nosotros empleamos a las mil maravilla! lof
dará una piedra? ¿ y si le pide un pez le dará una culebra? Si
mecanismos de defensa, que enseña la sicología. Frente a cualqulff
pues ustedes, siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos,
enemigo, alguno de ellos nos protege. Exageramos entonces nueitrtl
¡Cuánto más su Padre que.está en los cielos!".
cualidades, nos comparamos con los peores de nuestros amigol,
bautizamos nuestras fallas cotí nombres aceptables y sonoros.
Pero con cierta razón nos preguntamos. ¿Durante cuánto tiempo
hemos de perseverar, para que conseguir lo que pedimos? A q u í
A la injusticia la llamamos viveza, al orgullo, dignidad. A l adulte-
erramos, al enmarcar las cosas de Dios dentro de nuestras medidas
rio, aventura. A l despilfarro, gastos de representación. O en otro
humanas. Nuestra continuada petición, a veces no alcanza lo de-
campo: libertad a nuestra pereza. Autenticidad a la mala educa-
seado, pero nos mantiene unidos al Señor y nos transforma la
ción. Prudencia a la avaricia. Constancia a la terquedad y a nuestra
vida.
mediocridad, equilibrio.
V
Es la otra cara de la moneda. A l aceptar sencillamente lo que
somos lograremos, en el plano sicológico, una valiente reconcilia- Trigesimoprimer domingo
ción con la realidad. Esto nos librará de tensiones y angustias.
Apareceremos ante la comunidad sin pretensiones ni prejuicios y
nuestra relación será amable y fraterna. Delante de Dios alcanzare- Un hombre de baja estatura
mos la medida exacta de nuestra grandeza: una enorme posibilidad
de mal, pero también una inmensa capacidad de pecado. Somos
"Entró Jesús en Jericó y atravesaba la ciudad. Un
criaturas limitadas, pero ante todo, hijos de Dios. Su obra maestra.
hombre llamado Zaqueo, jefe de publícanos y
rico, como era bajo de estatura, se subió a una
Si a un árbol, aun al más vencido, le arrancamos la hiedra, pronto
higuera para verlo". San Lucas, cap. 19.
se llenará de retoños y de frutos. A s í sucede cuando nos despoja-
mos de nuestros disimulos y capitulamos ante el Señor.
Algún pintor nos dibujó a Zaqueo con rasgos no muy amistosos:
Q u é bueno que al recibir esta carta de Dios cambiáramos, como rechoncho, de baja estatura. Nariz prominente, barba hirsuta, ojos
en álgebra, los signos de nuestra vida, para rezar sencillamente: inyectados de sangre. Con la mano derecha, que ostenta varias
perdón, Señor, porque soy como los demás hombres. Y en cier- sortijas, se sostiene el manto sobre el hombro. El puño de la
tas ocasiones he sido aún peor. izquierda lo apoya en su cadera, tal vez apretando unas monedas,
o en actitud amenazante. El artista derramó sobre el lienzo todo
La credencial para acercarnos al Señor es siempre un corazón los sentimientos de un judío contra los publícanos.
sincero. Jesús que comprendió la injusticia de Leví, el desorden
sexual de la samaritana, y aun la violencia de un ladrón crucificado Zaqueo era jefe y supervisor, de quienes cobraban el impuesto
junto él, nunca pudo admitir la hipocresía de los fariseos. que financiaba a los romanos invasores. Un oficio, al cual los
alcabaleros añadían frecuentes extorsiones en beneficio propio.
Todo lo cual les ganaba el desprecio, aun más, el odio de sus
conciudadanos.
Pero nuestro personaje no hacía caso y cuando el Señor pasaba "Unos saduceos le preguntaron a Jesús: Una
tomó las cosas por lado positivo, como es su costumbre. Sabía mujer se casó sucesivamente con siete hermanos.
que aquel hombre era rico. Se sentiría honrado recibiéndolo. Cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de todos
"Zaqueo, baja pronto, le dice el Maestro, porque hoy tengo que será mujer?". San Lucas, cap. 20.
alojarme en tu casa .
Las discusiones bizantinas son aquellas que no conducen a nada
Deprisa, el publicano descendió del árbol y recibió a Jesús con constructivo ni práctico. Por ejemplo, cuando se pretende averi-
alegría. A l ver esto, muchos murmuraban: ¿ Q u é clase de profeta guar el sexo de los ángeles. Ellos, que no poseen cuerpo, tampo-
es éste que entra en casa de un publicano? co han de tener sexualidad.
San Lucas transcribe unas palabras del anfitrión, no sabemos si al De otra parte, entendemos que la sexualidad humana es un maravi-
comienzo, o al final de la cena: "Señor, la mitad de mis bienes la lloso instrumento de comunicación para el amor. Amor que se
doy a los pobres y si de alguno me he aprovechado, le restituiré realiza, no sólo en un nivel biológico, sino que conduce también a
cuatro veces". El Maestro añadió de su parte: " H o y ha sido la la comunión en otras dimensiones.
salvación de esta casa,- también este es hijo de Abraham".
En el Antiguo Testamento, aun después de la llegada de los
Zaqueo se libera entonces de una carga de injusticia y de riquezas griegos al territorio palestino, los judíos y el pueblo identificaban
que le oprimía el corazón. Ahora ya respira libremente. la felicidad con la abundancia de hijos y de bienes materiales. N o
imaginaban otra vida después de la presente.
A l contar este episodio, san M a t e o quien había sido también
publicano, anota: "Jesús les dijo: " N o necesitan médico los sa- Sobre esto hicieron escuela los discípulos de Sadoc, un sumo
nos, sino los enfermos". De un lado, nos admira la bondad del sacerdote, contemporáneo de Salomón. Estos saduceos, habien-
Señor, pero a la vez el esfuerzo de Zaqueo por encontrarlo. La do oído algunas enseñanzas de Cristo, quisieron interrogarlo sobre
misericordia de Dios permanece para siempre, como dice algún la resurrección. Maestro, le dicen: Moisés ordenó que si una
salmo. ¿Pero nosotros si tratamos de buscarla? viuda ha quedado sin hijos, ha de casarse con su cuñado, para
darle al finado descendencia. Sucedió que una mujer, al quedar
viuda, se desposó con el hermano de su marido. Pero este tam-
bién murió y ella se casó sucesivamente con los demás hermanos,
hasta contar siete matrimonios. ¿Cuándo llegue la resurrec-
ción, de cual de todos ellos será esposa?
1
El Señor escuchó atentamente. Y cuando los saduceos 4
385 >
esperaban que optara por defender el derecho del pri-
mero, o quizá del último marido, les respondió de forma descon- Trigesimotercer domingo
certante: "En esta vida los hombres y mujeres se casan,- pero los
que sean juzgados dignos de la vida futura y de la resurrección, no
se casarán". El Maestro explicaba que nuestros amores de esta En tierra de Hus
tierra son apenas ensayo y prólogo de otros más excelentes, que
viviremos más allá de la muerte. Son amores solamente en borra-
dor. En un proceso semejante al del gusano que se transforma en «Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra
oruga, para luego cambiarse en mariposa.
reino; habrá grandes terremotos y grandes signos
en el cielo. Pero ni un cabello de su cabeza perece-
rá. Con su perseverancia salvarán sus almas".
En seguida, Jesús afirma que sí habrá una vida futura. Y se apoya
San Lucas, cap. 21.
en aquella palabra de Moisés, quien ante la zarza que ardía sin
consumirse, llama al Señor "Dios de Abraham, de Isaac y de
Jacob". Si estos son hombres muertos, no valdría relacionarnos San M a t e o , san Marcos y san Lucas, antes de contarnos la pasión
con Yavéh. del Señor, nos hablan de futuras y grandes tribulaciones: "El sol se
oscurecerá,- se alzará pueblo contra pueblo,- habrá en diversos
Comprendemos entonces que esta vida y todos sus amores, han lugares hambre y terremotos".
de lograr su plenitud en ese mañana de la resurrección. San Pablo
escribía a los corintios: "El amor nunca muere... Cuando venga lo N o es fácil la interpretación de este pasaje. Algunos lo refieren a
perfecto, desaparecerá lo imperfecto. . Ahora permanecen la fe la la toma de Jerusalén por Tito. Otros prefieren relacionarlo con la
esperanza y el amor. Pero el mayor de los tres es el amor". destrucción del mundo, que según algunos precederá al reino
definitivo de Dios.
Todo esto nos motiva para examinar y calificar nuestros amores.
Calificar significa llenar de valores todas nuestras actitudes. Y san Pero Cristo vino a explicarnos que su Reino no llegará después de
Pablo añadía: "El amor es paciente, es servicial. N o es envidioso. una catástrofe. Es más bien el fruto de una transformación larga y
N o le gusta aparentar, ni se hace el importante. N o actúa con laboriosa.
bajeza, ni busca su propio interés. N o se deja llevar por la ira,
sino que olvida las ofensas y las perdona". Aunque al mirar objetivamente la historia de todos los tiempos,
encontramos siempre las guerras, las catástrofes y los crímenes.
Sii en nuestra vida de familia, aplicáramos estas enseñanzas del Definitivamente el mundo está manchado por el mal. Sin embargo,
Señor, todos nuestros hogares serían comunidades de alegría y de la actitud de un cristiano ante los problemas que nos rodean, no
paz. Si viviéramos el amor, bajo el signo de la resurrección de puede ser de indiferencia. Nuestra fe nos compromete con el
Cristo, de donde ha de brotar la nuestra, ya no estaríamos aman- mejoramiento del mundo. N o s motiva a orar, a apoyar iniciativas.
d o en borrador. A detectar las raíces del mal y dejando de lamentar sus efectos.
Cada uno de nosotros puede reunir las fuerzas dispersas,
puede anunciar, puede denunciar.
También está cerca, porque en medio de tanta oscuridad nunca "Uno de los malhechores crucificados insultaba a
nos abandona. La frase de san Lucas viene a fortalecernos. " N i un Jesús. Pero el otro decía: acuérdate de mí cuando
cabello de su cabeza perecerá". Entonces recordamos otra frase
estés en tu reino". San Lucas, cap. 23.
del Maestro: " ¿ N o se venden dos pajarillos por una moneda? Y
sin embargo ninguno caerá por tierra sin el permiso de su Padre . ¿Por qué será que la mayoría de los poemas nos hablan del
recuerdo? Es él una parte del alma donde guardamos huellas de
Y volvemos a descubrir la acción continuada de Dios. A pesar de los seres amados. Una pequeña región de nuestro ser, donde le
los odios, de las venganzas, de todo el mal que nos inunda, hemos consagrado un altar al amigo, a cuya sombra nos protege-
mezcla sobre el surco cada día humedad y calor para que reviente mos de tantas soledades.
la semilla. Combina con sabiduría los cromosomas para regalarle a
un niño unos ojos color de aceituna. Fecunda cuidadosamente las Para esta labor, amable y ardua a la vez de recordar, le hemos
rosas y coloca una espora sobre la brisa para que el musgo co- pedido ayuda a la materia. Levantamos obeliscos, fundimos el
mience a abrigar las rocas. bronce, labramos la madera y el mármol. Grabamos un corazón y
un nombre en la corteza de aquel árbol. -
«Había en tierra de Hus un varón llamado J o b , hombre íntegro y .
recto, temeroso de Dios y apartado del mal...'Así cuenta la Bi- Señala el evangelista que uno de los ladrones crucificados con
blia, y el último capítulo del libro' nos dice: "Vávéh restableció a Jesús conocía el valor del recuerdo. Quizá alguna vez volvió a
J o b en su estado y acrecentó hasta el duplo todo cuanto antes
encontrarse con la mujer que amaba y comprobó que el recuerdo
poseyera...»
le había fortalecido en las ausencias. ¿Pero este profeta nazareno
que agonizaba a su lado, tendría capacidad de algún recuerdo más
Porque este hombre, a pesar de haber conocido el dolor hasta el limpio, más fuerte, más lleno de esperanza? A l fin y al cabo el
extremo, nunca dejó extinguir en su pecho la esperanza. recuerdo nace del amor y contaban que el Nazareno amaba de
una manera extraordinaria, aun a sus propios enemigos. ¿ Q u é
pasaría si este vecino agonizante se acordara de él, cuando los dos
marcharan por ese camino inexplorado de la muerte?
lodos los días puede el Señor cambiar nuestra oración, pobre y Epifanía del Señor. A la luz de una estrella 23
quebrantada, en gracia y en paz perdurables. El secreto es que El Bautismo del Señor. Las angustias del Padre Tobías 26
nos ama y nunca se olvidará de nosotros. Nos lo dijo por boca de
Isaías: «¿Acaso olvida una mujer a su niño de pecho? Pues aun- TIEMPO CUARESMA
que ella lo olvide, yo nunca me olvidaré de mi pueblo. Porque lo Primer domingo. Nuestra débil condición 29
tengo tatuado aquí en mis manos".
Segundo domingo. Las transfiguraciones 31
Tercer domingo. Un humilde adjetivo 33
Cuarto domingo. Nuestro barro 35
Quinto domingo. Dios no tiene prisa 37
Domingo de Ramos. Dios necesita de nosotros 39
TRIDUO SACRO
Jueves Santo. La víspera de su pasión 41 .A.
Viernes Santo. Nadie tiene mayor amor 43
Sábado Santo. Noche de lumbre y gozo 45
i 391 »
& é
T I E M P O PASCUA Vigesimocuarto domingo. Cerremos el museo 110
Primer domingo. ¿Dónde lo han puesto? 48 Vigesimoquinto domingo. Aunque ya por la tarde 112
Tercer domingo. Los reporteros de Emaús ...52 Vigesimoséptimo domingo. La canción de la viña 116
Quinto domingo. En casa de mi Padre 56 Vigesimonoveno domingo. El problema del fisco 120
Sexto domingo. Amigos de tiempo completo 58 Trigésimo domingo. Dios sigue conversando 122
Domingo de Pentecostés. Nuestro Espíritu Santo 60 Trigesimoprimer domingo. Una ciudad llamada hipocresía 124
Solemnidad de la Santísima Trinidad. La intención de Jesús 62 Trigesimosegundo domingo. Una virginidad condicionada 126
Solemnidad del Corpus Christi. ¿Por qué le buscamos? 64 Trigesimotercer domingo. Cuando el Señor se marcha 128
Trigesimocuarto domingo. Una tienda hecha del día 130
TIEMPO ORDINARIO
Segundo domingo. El Cordero de Dios 66 FESTIVIDADES y O T R O S
Tercer domingo. Pescadores de hombres 68 Nuestra Señora de la Candelaria. Nuestra Señora de la Luz 132
Cuarto domingo. Las palabras enfermas 70 San Juan Bautista. Fábrica de silencio 1 34
Quinto domingo. El riesgo de ser distintos 72 San Pedro y San Pablo. ¿Quién tiene las llaves? 136
Séptimo domingo. La ley del Talión 76 Domingo Universal de las Misiones (Ciclo A)
Octavo domingo. Pájaros y lirios 78 Misión es compartir 140
Decimotercer domingo. La paga del profeta 88 Todos los Santos. Ciertas vidas de santos 146
Decimocuarto domingo. La gente sencilla 90 Conmemoración de los difuntos. Como el grano de trigo 148
Decimoquinto domingo. Las parábolas del lago 92 Dedicación de la Basílica de Letrán. Es otra dimensión 150
Decimosexto domingo. Ser cizaña o parecerlo 94 Inmaculada Concepción de María. La llena de gracia 152
Vigesimoprimer domingo. La teoría de Hegel 1 04 Primer domingo. Llega el Señor 157 ||r^
Domingo de Pascua. Amenazados de resurrección 187 Vigesimotercer domingo. ¡Admire, por favor! 250
Segundo domingo. El arte de perdonar 189 Vigesimocuarto domingo. Una cruz con rodachinas 252
Vigesimoquinto domingo. ¿Quién será el mayor? 254
Tercer domingo. Sbalom 191
Vigesimosexto domingo. De la Iglesia y el mundo 256
Cuarto domingo. Esperanza, alegría de vísperas 193
Vigesimoséptimo domingo. Felices por incompatibilidad 258
Quinto domingo. Para comprar un dromedario 195
Vigesimoctavo domingo. Un deseo rebelde 260
Sexto domingo. La escala del amor 197
Vigesimonoveno domingo. ¿Y después qué? 262
Ascensión del Señor. Necesitamos el éxtasis 199
Trigésimo domingo. El hijo de Timeo 264
Pentecostés. Por el fuego y el viento 201
Trigesimoprimer domingo. A El y al prójimo 266
Santísima Trinidad. ¡Sí, creemos! 203
Trigesimosegundo domingo. Allá en Dar-es-Salam 268
Solemnidad del Corpus Cbristi. Nuestro pan y
Trigesimotercer domingo. Teología del fracaso 270
nuestro vino 205
Trigesimocuarto domingo Yo no me acuerdo 272
TIEMPO ORDINARIO
CICLO C
Segundo domingo. Maestro ¿dónde habitas? 207
Tercer domingo. Un verbo con mala ortografía 209 TIEMPO ADVIENTO
<<¡394
i w395
» Cuarto domingo. ¿Ser o tener autoridad? 21 1 Primer domingo. Nuestra infinita sed 277
\k\ A Quinto domingo. Ese es el milagro 213 Segundo domingo. Hemos disminuido la esperanza 279
Séptimo domingo. Ir contra la corriente 335
Tercer domingo. ¿Entonces qué hacemos? 281
Octavo domingo. A l estilo sapiencial 337
Cuarto domingo. La Virgen va de viaje 283
Noveno domingo. La fe de un pagano 339
Natividad del Señor. La fábula del ángel cojo 285
Décimo domingo. El cordero expiatorio 341
La Sagrada Familia. Los hijos no obedecen; imitan 287
Undécimo domingo. La casa de Simón 343
Epifanía del Señor. Lo más importante 289
Duodécimo domingo. Pedro obtiene las mejores notas 345
Bautismo del Señor. A l estilo de los cristianos 291
Deci:imotercer domingo. ¿De qué espíritu somos? 347
Dec:imocuarto domingo. Las costumbres de Dios 349
TIEMPO CUARESMA
Deci:imoquinto domingo. También es mi prójimo 351
Primer domingo. N o nos dejes caer 293
Dec,:imosexto domingo. La lección de Betania 353
Segundo domingo. En un mundo cambiante 295
Deci:imoséptimo domingo. Cuatro palabras 355
Tercer domingo. Cuando Dios no responde 297
Dec,:imoctavo domingo. Tener o no tener 357
Cuarto domingo. El pequeño hermano mayor 299
Dec,:imonoveno domingo. La lámpara encendida 359
Quinto domingo. La ley o la vida 301
Vigésimo domingo. Teología del fuego 361
Domingo de Ramos. Platero y El 303
Vigesimoprimer domingo. La puerta estrecha 363
Triduo Sacro (Ver pág. 4 1 )
Vigesimosegundo domingo. N o sabemos soñar 365
Vigesimotercer domingo. Este era un rey 367
T I E M P O PASCUA
Vigesimocuarto domingo. Una mujer y diez monedas 369
Domingo de Pascua. Al amanecer, junto al sepulcro 305
Vigesimoquinto domingo Nos falta originalidad 371
Segundo domingo. El amigo que duda 307
Vigesimosexto domingo. Este era un hombre 373
Tercer domingo. Todo sigue lo mismo 309
Vigesimoséptimo domingo. Como un grano de mostaza 375
Cuarto domingo. Así vale la pena ..• 31 1
Vigesimoctavo domingo. Quienes miramos desde lejos 377
Quinto domingo. Nuestra marca de fábrica 313
Vigesimonoveno domingo. El juez y la viuda 379
Sexto domingo. La paz ardiente 31 5
Trigésimo domingo. Carta por recomendado 381
Solemnidad de la Ascensión. ¿Y ahora qué hacemos? 317
Trigesimoprimer domingo. Un hombre de baja estatura 383
Pentecostés. Las imágenes de Dios 319
Trigesimosegundo domingo. Amor en borrador 385
Santísima Trinidad. Querido Dios 321
Trigesimotercer domingo. En tierra de Hus 387
Solemnidad del Corpus Christi. La víspera de su pasión 323
Trigesimocuarto domingo. El valor de un recuerdo 389
TIEMPO ORDINARIO
Segundo domingo. Las llenaron hasta arriba 325
Tercer domingo. ¡Arriba las buenas noticias! 327
r
===-^" Cuarto domingo. Almacén de milagros 329
,A,
Quinto domingo. A l final de la noche 331
i 396! Sexto domingo. La piedra filosofal 333
.___ "V