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Domingo 24: Todos los grupos.

Misa de la Natividad a las 8:30. pm


Celebración con procesión.

Cruz Alta: Cesar Rubio.


Ciriales: 1. Leidy. 2 Betsy.
Naveta: (incienso) Naveta.
Inicensario: Gilbero Ardila.

Comentario: Gustavo Cárdenas. A la entrada, a las lecturas y


exhortación final.

Entrada del niño Jesús en procesión, se le pide la colaboración


a todos los que estén llevar una vela. Para la procesión del
niño Jesús se buscará un niño o niña lleven la imagen.

Lectores:
1 lectura: María Davídica.
salmos: Luisa Fernanda Candamil
2 lectura: Gustavo Cárdenas.

Peticiones: Betsy y Marilyn.

Ministros de la comunión: César, Francy, Alonso.

María Davídica y Luisa Fernanda como maestras de


ceremonia para el 24 de diciembre.

Ofrendas: buscar otra un feligres o del grupo que no este en lista


para que acompañe en la ofrenda.
Pan: Leydi.
Vino: Patricia.
Biblia. Gustavo Basto.
ORDEN DE LA CELEBRACIÓN.

1. Comentario inicial.

Entrada procesional, canto de entrada

Ritos Iniciales.
2. Acto de perdón.
3. LECTURA: Anuncio del nacimiento del Salvador.

A continuación, mientras se entona un cántico de


alegría va entrando la imagen del Niño Jesús
acompañado de todo el grupo de acogida con una
vela.
Canto: Al mundo Paz.
Después se inciensa la imagen del Niño Jesús y se
coloca en el pesebre.
4. Gloria.
5. Oración colecta.
LITURGIA DE LA PALABRA.
6. Monición a las lecturas a las lecturas.
7. Lecturas.
8. Credo.
9. Oración de fieles.
LITURGIA DE LA ECUCARISTÍA.
10. Comentario a las ofrendas.
11. Exhortación final.
MONICIÓN INICIAL.

Buenas noches apreciada comunidad.

Durante este tiempo de adviento, fuimos todos invitados, a


vivir la experiencia, de una profunda introspección, es decir, a
observar detenidamente nuestra vida exterior e interior, a fin
de reconocer sinceramente, lo que somos, como estamos y
hacia dónde vamos. De esa manera, los cuatro Domingos de
Adviento, preparábamos el corazón, para convertirlo, en el
pesebre, a donde realmente quiere llegar el Señor, y ya
presente en nosotros, irradiarlo a la familia, a la comunidad, a
la Parroquia.

Por eso eso stamos reunidos en el Señor en esta Noche Buena.

La noche suele hacernos pensar en el valor y la necesidad de la


luz. Las tinieblas afuera pueden simbolizar la vida sin Cristo.
Necesitamos ser iluminados. Dios alumbra esta noche con el
gozo del nacimiento de Jesús. La fe nos ha traído a este templo
para acoger el misterio del Verbo hecho carne que ilumina la
existencia de todo ser humano.

Nuestra Iglesia ahora brillante y festiva, nos recuerda que


Cristo ES LA LUZ y está con nosotros. Que esta noche de
gracia traiga la Paz y la Alegría a todos los pueblos del mundo,
especialmente al nuestro.

Dejémonos iluminar por su resplandor para que se acreciente


en nosotros la vida de hijos de Dios.

Participemos de esta gran liturgia con mucha fe y devoción.


¡Feliz Navidad, hermanos y hermanas!
Anuncio del nacimiento del Salvador

El celebrante u otro ministro puede proclamar la lectura del


Martirologio desde el ambón o un atril:

Pasados innumerables siglos desde de la creación del mundo,


cuando en el principio Dios creó el cielo y la tierra y formó al
hombre a su imagen; después también de muchos siglos,
desde que el Altísimo pusiera su arco en las nubes tras el
diluvio como signo de alianza y de paz; veintiún siglos después
de la emigración de Abrahán, nuestro padre en la fe, de Ur de
Caldea; trece siglos después de la salida del pueblo de Israel de
Egipto bajo la guía de Moisés; cerca de mil años después de
que David fue ungido como rey; en la semana sesenta y cinco
según la profecía de Daniel; en la Olimpíada ciento noventa y
cuatro, el año setecientos cincuenta y dos de la fundación de la
Urbe, el año cuarenta y dos del imperio de César Octavio
Augusto; estando todo el orbe en paz, Jesucristo, Dios eterno e
Hijo del eterno Padre, queriendo consagrar el mundo con su
piadosísima venida, concebido del Espíritu Santo, nueve
meses después de su concepción, nace en Belén de Judea,
hecho hombre, de María Virgen: la Natividad de nuestro
Señor Jesucristo según la carne.
MONICIÓN A LAS LECTURAS.

A la expectativa creada durante las semanas del Adviento,


Dios nos responde con el acontecimiento que celebramos esta
noche. En la sagrada Escritura muchas veces con la imagen de
‘caminar en las tinieblas’ se habla de la situación del pueblo
alejado de la Alianza, pero la fidelidad de Dios se manifiesta
respondiendo a las búsquedas del ser humano. Mientras
aguardamos la manifestación plena de la gloria de Cristo, Él se
nos da a conocer en la fragilidad de un niño puesto en un
pesebre. Acojámoslo en su palabra.
ORACIÓN DE LOS FIELES

Celebrante: Ha aparecido la gracia de Dios que trae la


salvación para todos los hombres. Oremos
confiadamente.
Digamos: Dios de amor escúchanos.
— Por la Iglesia universal, extendida sobre la faz de la
tierra, para que sepa llevar a todas las gentes la Buena
Noticia de la salvación. Roguemos al Señor.

— Por todos los pueblos, razas y naciones, para que


encuentren la paz, don de Dios y fruto del amor y la
justicia, y cesen las guerras, la segregación racial y toda
clase de opresión y de violencia. Roguemos al Señor.

— Por todos los gobiernos de todas las naciones, para


que sus decisiones sean para el bien de todos.
Roguemos al Señor.

— Por todos los que llevan en su carne la señal de


Cristo pobre y paciente: los enfermos, los que pasan
hambre, los emigrantes, los presos, los exiliados, los
refugiados, los marginados, los que sufren la guerra, los
que lloran la pérdida de sus seres queridos, los que no
tienen trabajo, los que viven sin hogar, los ancianos que
viven solos, los niños huérfanos, para que puedan
sentirse amados de Dios y sus corazones se llenen de
gozo. Roguemos al Señor.

— Por nuestros familiares y amigos difuntos, que


celebraron otros años con nosotros la Navidad del
Señor, para que, renacidos a la vida eterna, la gloria del
Señor los envuelva con su claridad. Roguemos al Señor.

— Por nuestra ciudad, por los ausentes, por nuestras


familias, por nosotros, aquí reunidos, para que,
acogiéndonos con amor y paciencia, vivamos la gran
alegría de la Navidad. Roguemos al Señor.

Celebrante: Te lo pedimos por Jesucristo, tu Hijo


manifestado hoy al mundo en la humildad de nuestra
carne que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
COMENTARIO A LAS OFRENDAS:
Llevar las ofrendas en parejas. Si se puede buscar de los
feligreses.

• Pan y Vino.
• Biblia.
• Luz.

Te presentamos estas ofrendas. El Pan y el Vino que nos invita


a participar del banquete eucarístico a ser solidarios con los
más necesitados. Y la Palabra de Dios para escuchar tu voz en
nuestra caminar diario. Recíbelas Señor.

EXHORTACIÓN FINAL.
Sabíamos, Señor, que eres bueno y que nos quieres bien; pero
hoy lo demuestras palpablemente, una vez más, a tu estilo:
con un optimismo a toda prueba y una entrega sin reservas.
Tú rompes todos los moldes y todos los cálculos; tú amas al
hombre hasta hacerte uno más entre nosotros.
Señor has venido a tu casa, y queremos recibirte como tú lo
mereces. Al celebrar tu nacimiento, concédenos renovar
nuestra vieja y mezquina mentalidad para revestirnos de la
nueva condición humana a tu imagen, la condición de hijos de
Dios y hermanos de los hombres.
¡Gracias, Señor Jesús!

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