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Movimientos estudiantiles: el poder de los jóvenes

Movimiento estudiantil, es el activismo político expresado en una amplia variedad de demandas,


pliegos petitorios, manifiestos públicos, actos de apoyo o de repudio, manifestaciones y que
alcanzan el carácter de conflictos sociales de disímbola raíz ideológica y variada magnitud,
protagonizados por estudiantes.

Los primeros movimientos estudiantiles documentados con este carácter predominante, ocurren
en Europa y en general se pueden dividir, por su causa en, aquellos que se inspiran en la mejoría de
las condiciones del estudiantado en general y que se legitiman en que los estudiantes son la futura
generación intelectual de la sociedad en que se incuban y aquellos que son una respuesta a las
condiciones de injusticia social que prevalecen al momento del movimiento, justificándose como un
acto de justicia idealista.

PROTESTAS HISTÓRICAS

Los comuneros de la UIS

En 1964, Colombia entera fue testigo de cómo la determinación de 28 alumnos sin mayores
pretensiones que las de reivindicar ciertas insatisfacciones con el manejo de la Universidad
Industrial de Santander (UIS) por parte de las directivas.

A ellos se les empezó a conocer como los ‘Comuneros del siglo XX’ y a su peregrinaje, la ‘Marcha del
Triunfo’.

Tras largas conversaciones entre los representantes de los estudiantes de la UIS y las directivas, se
levantó la huelga estudiantil que ya sumaba dos meses y que había sido el detonante de la
movilización de los 28 jóvenes. Se acordó dar mayor representación de las asambleas estudiantiles
en la toma de decisiones; mejoramiento de la calidad y eficiencia del profesorado; respeto a la
libertad de cátedra y expresión y una reforma de los estatutos generales de la universidad, entre
otros.
Abanderados del cambio

Los historiadores indican que el movimiento estudiantil de 1971 representa la mayor movilización
de esta índole en la historia de Colombia. No solo porque involucró a casi todas las universidades
públicas y privadas, sino porque fue la primera vez que una protesta de estudiantes logró congregar
a otros sindicatos y gremios bajo una misma consigna: “Por una educación nacional, científica y de
masas”.

El hecho que desencadenó el paro estudiantil a nivel nacional fue el asesinato, el 26 de febrero, de
20 personas en la Universidad del Valle, durante una manifestación reprimida por el Ejército. A partir
de ese momento, se sucedieron los enfrentamientos entre estudiantes y la fuerza pública de las
grandes universidades del país como la Nacional, la del Cauca y la de Cartagena.

La fuerte represión provocó una mayor unión entre las asambleas de estudiantes de todo el
territorio que se materializó en la elaboración del Programa Mínimo del Movimiento Nacional
Estudiantil, fruto de intensas discusiones ideológicas.

El documento sentó las bases de las reivindicaciones estudiantiles y las aspiraciones políticas y
educativas. Constaba de seis puntos, el más importante, el que hablaba de abolir los Consejos
Superiores Universitarios, conformados por representantes de los gremios y el clero (sectores
extrauniversitarios), y modificarlos por un organismo integrado por estudiantes, profesores,
rectores y un portavoz del Ministerio de Educación, cuya función sería la de gestionar las
universidades bajo la fórmula del cogobierno.

El gobierno, por su parte, expidió el 25 de junio el Decreto 1259, por el cual les otorgó a los rectores
las facultades que antes tenían las demás autoridades universitarias. De acuerdo con los profesores
Miguel Ángel Pardo y Miguel Ángel Urrego, la arbitrariedad de los rectores fue denominada como
“autonomía universitaria”.

El paro continuo hasta el mes de septiembre, cuando el Estado y los estudiantes llegaron a un
acuerdo por el que se constituyó el nuevo gobierno universitario y se estableció el cogobierno en la
Universidad Nacional y la de Antioquia, disueltos ambos en 1972. A pesar de la brevedad de los
logros, el movimiento estudiantil del 71 evidenció el poder de convocatoria de la juventud para
presionar a los entes gubernamentales.

El movimiento de la constituyente

Tras el asesinato del aspirante a la presidencia Luis Carlos Galán, el 11 de marzo de 1990 los
colombianos estaban convocados a votar para elegir sus representantes en el Senado, Cámara,
Asamblea Departamental, Concejo, Alcaldías y juntas administradoras locales.

Un grupo de estudiantes de universidades públicas y privadas que propusieron la inclusión de la


séptima con la leyenda “Voto por Colombia. Sí a una Asamblea Constituyente”. Pretendían el
planteamiento de una reforma constitucional que contemplara, por un lado, los nuevos desafíos en
derechos y aseguramiento de la paz en el país y por otro, la puesta en marcha de una democracia
participativa.

Así, la consulta logró el apoyo de unos dos millones de personas, aunque la Registraduría no las
reconoció como válidas.
Esta situación de apoyo masivo a la consulta provocó que el gobierno finalmente legalizara esta
papeleta por decreto y se facultara a la Organización Electoral para contabilizar los votos que se
depositaran en las elecciones presidenciales del 27 de mayo de 1990. La victoria del Sí precipitó una
nueva Constitución, la del 91 y el derrocamiento de una Carta Magna que había quedado obsoleta.

Resurrección estudiantil

Tras 20 años sin apenas injerencia, el movimiento estudiantil logró en 2011 desafiar a un gobierno
entero y parar una reforma, planteada por el presidente Juan Manuel Santos y su ministra de
Educación de ese entonces, María Fernanda Campo, para reformar la Ley 30 que reglamenta la
educación superior en Colombia.

Los puntos más controvertidos que se introdujeron y que provocaron la movilización de los
estudiantes fueron los siguientes: consolidar un modelo de universidades con ánimo de lucro,
permitir la entrada de capital externo en las instituciones oficiales y autorizar que el gobierno
destinara recursos públicos a las privadas.

Ante estas propuestas, los universitarios comenzaron a organizarse dando origen a la Mesa Amplia
Nacional Estudiantil (Mane), responsable de las grandes marchas que se convocaron para las
siguientes semanas.

La primera fue la del 7 de abril que unió a estudiantes, profesores y sindicatos en torno a varias
demandas como mejores condiciones salariales para los docentes, pensionados y empleados;
mejoras en derechos laborales y sindicales y rechazo a la reforma que se pretendía incluir en el Plan
Nacional de Desarrollo 2010 - 2014.

El gobierno, desoyendo las proclamas de los jóvenes, decidió radicar el proyecto ante el Congreso
de la República, generando malestar entre la comunidad académica. 32 universidades públicas del
país declararon un paro nacional indefinido hasta que Santos reconsiderara su postura y formulara
una nueva reforma con el beneplácito de todos los sectores afectados.

Finalmente, el 11 de noviembre, el mandatario retiró la propuesta y los estudiantes dieron por


finalizada la huelga que los tenía apartados de las aulas de clase.

La generación de la paz

Después de la victoria del No en el plebiscito por la paz el 2 de octubre de 2016, la incertidumbre


política y las reacciones en contra del resultado se tomaron las redes sociales, que se consolidaron
como el nuevo escenario desde donde miles de jóvenes y ciudadanos volcaron su descontento y su
malestar.

Estudiantes de universidades públicas y privadas de Bogotá, como la Nacional y los Andes,


convocaron multitudinarias marchas que lograron unir a más de 50.000 ciudadanos en la Plaza de
Bolívar bajo un mismo lema: “Queremos la paz”.

los estudiantes de 30 universidades de todo el país se unieran a esta causa y replicaron la iniciativa
y las marchas en sus respectivas ciudades. Juntos elaboraron un manifiesto con siete
planteamientos, entre ellos, que las víctimas debían ser el centro de los acuerdos, el cese del fuego
se debía mantener y se debía acabar con la polarización, las mentiras y la manipulación que
entorpecían el proceso.

Lo más significativo de este movimiento de estudiantes es que logró unir a un gran número de
colombianos de diferentes procedencias, estratos socioeconómicos e incluso inclinaciones políticas
en torno a una demanda común, al margen de si en el referendo habían votado por el Sí, por el No,
eran abstencionistas o indecisos.

Fue el primer paso para trazar el camino hacia la reconciliación nacional y el preámbulo de la
implementación de los acuerdos de paz con los que se inauguró una etapa histórica para Colombia:
la del fin del conflicto armado.

Bibliografía:

Acevedo, A. (2009). La marcha de los estudiantes,1964 un hito del movimiento estudiantil en


Colombia. Recuperado el 30 de ene. de 20 de: file:///D:/Mis%20documentos/Descargas/Dialnet-
HaciaLaHistoriaDelMovimientoEstudiantilEnColombia-5070555.pdf

Semana (24-06-2017) Movimientos estudiantiles: el poder de los jóvenes. Recuperado el 30 de ene.


de 20 de : https://www.semana.com/educacion/articulo/movimientos-estudiantiles-historicos-en-
colombia/529694

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