•

INTRODUCCIÓN

.,-
-•
«Los agentes deben usar armas de fuego si es necesario para
impedir que refugiados crucen las fronteras de forma ilegal».
-•
....
Así se expresaba a comienzos de 2016 Frauke Perry, portavoz de
Alternativa para Alemania, formación de exrrema derecha que ha
conocido un ascenso social y electoral exponencial en los últimos
meses, especialmente a raíz de la llegada creciente de migrantes
a Europa. Disparen 11 Íós refugiados se convirtió rápidamenre en
una de las prii1eipales consignas agregadoras de este nuevo po­
pulismo xenófobo que hoy recorre el continente. Pero, aunque
ha habido casos de migr�1tes y solicitantes de asilo mi:i'ertos a .
disparos cuando intentaban cruzar las frot;teras, l��úm�ros
son insignificantes comparados con los miles de mu�_rtes- quf
_provocan las p��1_igracorias europeas: una �litarización
y un cierre defronceras que, sumados a los recortes de der_ec_bo..§_
y libertades, co�fig�ran una xenofobia ins-titucio�al �reci�!:_.te y_
una Europa Fortaleza cada vez más engr_a,;ad,1.,
Políticas públicas, enormes negocios, discursos racistas J_i_má=­
genes espectaculares, nuevas formas de solidaridad·, terremotos
electorales, cifras trampeadas, miedos, esperanzas, muertes ...
Todo. esto y mucho.más se entrecruza en la actualmenee conocida
• \'
l)
como «crisis de las y los refugiados», cuyo telón de fondo no es
otro que una profunda crisis de derechos y del propio proyecco
r, ✓
de la Unión Europea.
1•j' El cierre de este libro se ha alargado durante semanas. Cada
dí_; que pasaba surgía un nuevo dato, una úlcima declaración

11
 ••
o una inminente medida que invitaba a actualizar·y ampliar el
contenido. La redacción de las últimas páginas, estas que ahora
lees, coincidió con dos hechos especialmente relevan.res. El
primero nos lleva hasta la «Jungla» de Calais, el mayor campa­
mento de migranres en Europa. El mismo día en el que volvía
a ser desmantelado a golpe de excavadora y gases lacrimógenos,
comenzaba la construcción de un nuevo muro en suelo francés
pero costeado por el Reino Unido. En tiempos de austeridad }'.
de crisis del proyecto europeo, surgen repentiná Y-cáp,ida�
recursos d�ponibles, presupuesto.s_ab._LuLdant�y_<::,Qo,cd . inacinnes
inrergubernamenrales bien eng.!.asaqas para evitar que �Jos
migrantes accedan a l�QR�t!!,_}.'.?an a los v!:!hLculo_s_�s:i.dos _
que atraviesan� s_uJ:Q..OÍn.cl..diar.ia,mente./
Eso sí, del futuro que les espera ·a las más de i0.000 personas
que se hacinaban en ese campameO.to nadie dice ni hace nada. 1Un
resumen perfecto de las prioridades que han guiado las políciqs
migratorias de la UE en la construcc1�ropa Fortaleza: más
vallas en las fronteras, más perros policías y tecf!ología puñ_Ea e11-
los controles, más patrullas en los mares, y la vida y los 4ert;ch.os
de quienes migran en el último escalón de la lista de wioridades.
El segundo hecho, ocurrido unas semanas más tarde, nos tras­
lada al distrito madrilefio de Aluche. Allí, la madrugada del 18 al
19 de octubre, un grupo de migrantes se encaramó a la azotea del
'
CIE donde estaban recluidos al grito de «¡Libertad!». La respuesta
del Ministerio del Interior espafiol fue acelerar la deportación de
quienes protestaban. Hoy, en Europa, no tener en regla el permiso1
de residencia, es decir una mera falta �dminisrrativa que, en el ....,_
peor de los casos, debería terminar en 'uná leve multa, puede sin /
embargo abrir la puerta a la privación de libertad y de cualquierJ
derecho humano.1'-' Los CIE, com:o los hotsJ].ots .
en ltali<L}'.. G�eL
l
.
_resto_ de ceneros de retención a lo largo de coda la UE, constituyen
� J !2x verdad�os guantá�rnos eurOpeos: �¡füj<:_rosnegros
•,
�e ae_lic�i la legalida� ni la human�dad, y �<!,_q_uellos
,aucopso_c;_lamados «va1or_ es eurqp�os» de �acracia, derecho .Y.
solidaridad brillan por su ausencia y muestran las costuras d� u.q
p�to _:egional en crisis. 1
•.. 12
Hace meses ue a Euro a le san ran las fronteras y le brotan
la�alambra as. La UE �stá respondiendo a 1� mayor crisis de
refugiados de su historiaJ y al que posiblemente sea su m:axu.r
desafío en décadas, levantando muros. ins.talandoceneros de inter­
namiento masivo recortando derechos libertades a oblación'
migranre y nativa.JMuros construí os no solo C.Q.D_<:;Q.ru;.er.únas,
sino sobreel �o al otro, a lo desconocido. Muros que agran­
dan la brecha entre ellos y nosotros y t-r�o� qye.,s e.c(,!fuirzanJus.. ,
c.ep.litgues ideñmarwsylOs'nacio;alismos e:;xc;lgx<;_nte� .,,
reavivan antiguos fantasmas que hoy, de nuevo, recorren Europa.
Evidentemente, Europa no ha descubierto las migraciones y el
asilo en el último afio. De hecho .las mi raciones constitu en un
elemento esencial de la historia y de a identidad europea.,Pero,
sin duda,tcdn la conocicla como «crisis de las y los refüg_i.ailosl.W:L­
cuesrión migratoria ha dado un.s-ª'1_ocualitativo yuna exposición
mediática, eolítica y social casi sin preceden�.s..1Y, sin embargo,
�todas las personas qüflleg�ni la.Lfrorue@S$_l!�?E?��-�J���den
C�talogar� corno refi¿�da s· dentro de los márgenes jurídicos
li�er�!es vi�!)tes_,_ª· to�as L!!���adllf9S elñsufiC�l:$.LP..iHa
responder a las nuevas real¡cja_des y fa.ctpJ.ej_¡2QJíticos, econ_q,­
�'oso medioambientales que están d�ás d_e las caysas�as
efi?-igraciones y E_s_b�ueda� de refugiQ:JDe ahí la urgenci��e
apo · star por un f!.Ue_yo marco bajo_eLcual la perso11.a refugiad .a. uo
�ea solo_<!_qµ�I� que �.rersegvldª,_sinE qulen huye., �I
hambre, la pobreza o de la falta de educación condiciones de
,••,,, 1,
salu rnás�entales tarnfüén se h_uye, aunque na�he �e 12ersig�
/ 1 ,. �a miseria y el cambio climático �n hoy canto �nás que las
�
\),
balas y las born�a1.i
] �E y.-5us Estados m�e�b�os han declarado la guen:a_aJas
/J, /
.,, personas migrantes, no a los motivos de su migración, algunos.de..
,:, • < los cuales no dejan de alimentar con una política exterior agresiva,
don. .9 e-7 e/
(¡ 1
expoliadora}' depreclactora de recursos y éle ñaerecños.Ypara evit;r
que la llegada de migrances se convierta e unproblema de difícil
gestión y fuente de tensiones entre gobiernos nacionales, la UE ha
decidido externalizar ya no solo el control de sus fronteras, sino
coda su política migratoria al completo. El acuerdo con Turquía
13
•
es solo el más acabado ejemplo de esta estrategia que ha situado
los intereses migratorios europeos en el selecto club de fa'7tores
condicionantes de sus relaciones exteriores.
Pero con su gestión, Europ;.1 ha convertido la _que _�_p.riorL_
1
era una crisis humanitana en uría crisis de fronteras y de dere­
chos.J Una n�ev¡bredia que añadir a las otras grietas de la crisis
multidimensional que atraviesa hoy el proyecto europeo. En
el Mediterráneo es ·posiblemente donde mejor se vislumbra la
naturaleza y las consecuencias d e esta ge stión europea de la crisis
de refugio, así como la absoluta falta de voluntad política_p�a
aportar solucion es humanas y ambiciosas al ae saTio inigE1.1QX.W-1
�
La ausencia de rutas legales seguras y el cT�7ep; vo de las {::
más cortas están desviando los flujos migratOFi.os hacia rutas má§...
largas y peligrosas.JE! resultado es ·un lige ro descenso temporal
_4e las llegadas y un aumento de loJ rje,5gos...e�tránsit9=y=. . d. <las.
muertesClurante lauave-__ sía. El lvledire;-áneo está hoy detrás del
- --:---,----- .)
80% de las muertes d e migrantes en tránsito en todo el mundo.
La ruta migratoria más mortífera del planeta que, desd e 2014,
se ha cobrado ya l 0.000 vidas.
\.Lo� cadáveres de los náufragos de l��.P��eras, lo�ue�!9.§.
en esier� ybs vallas fronterizas no son hoy retos par_a l'!Ii
políticas migratorias europeas, sino su consecuencia direct�
resultado de una xenofobia institucional: un racismo_d�. g4.:n�e
blanco, anómmo, íegal y po_c9 visf6le, p�ió��<?.·nst· a! . !.�•-9»�.sitúa
una frontera-enffé'qtil�n-��ebe_�JnOtegidos .rquie n��- pue:
den y efectivamente resultan excluidos de cualqui�r protección_.
.
He ahí el acto in augur·al CFEi xenofobla polítici y el marco en
el que crecen los discursos del odio por toda Europa.1�o-.
líricas de cierre de front eras que prefieren alimentar a las mafias
.9.ue trafican con personas antes que habilnar pasos seguros para
guienes huyen del terror que generan las bof!lb.as.,_dJ1ambre Y­
-- · --�-
� cambio..climáücQ../
Este cierre de fronceras, junco con el golpe de Estado financie­
ro d e la Troika a Grecia o el Brexit, ha derriosrrado en pocos meses
los límites del proyecto de la UE y su actual secuestro y sabotaje
por parre de las élices neoliberales. Una evolución que profu'ndiza
14
"'•
�
aún más si cabe la accual crisis política europea, que es también
una crisis de legitimidad y de institucionalidad gue genera vacíos
�Quien ocupe esros espacios determinará en buena
medida el futuro ya no solo del proyecto europeo,�ei 12roeio
911
•
concinence._¡Y, por-ánora, los·casos de Portugal, de Syriz.a en Grecia �
y de Podemos en el Estado español son excepciones dentro de
un panorama de ascenso de un populismo xenófobo y de una
fepenización de los es píritus. Hoy,¿vacío.gue de ja el despertar d tl
sueño europeo y la ausencia de alcernacivas progres istas cre íbles
es ocupado P-ºr el m1edo1 la xenofobia, el replie gue idencitlliO,
eLe_g_oísmo estrecho
µ�.squkda de qb�zas de turco.J
La crisis eui·opea en general y de refugio y fronreras en
concreto generan nuevos desafíos, nuevas preguntas, nue vos
y jugosos negocios y, por supuesto, nuevas prácticas y actores
políticos. ¡�raralelo : la derechización de las fuerzas políticas
tradicionales y al ascenso de nuevas_.der�chas_radicales, vemos
surgir nuevas formas de milirancia: p_la!�ÍO.J.ill.<!§ ciudadanas,
c1udactes refúgio�-�t��Ií.§§i_G,as �desd':, a��-�3..sada_s en la
1
solidaridad, la acción humani�;iria más_directa_,y_la.lucha..poJ;s
derec,b9y�y_]��op� e;r��n disRUta:..l _a Eu_!:QRª Fortal�za y l !!._
U_f...de l_;i auscerida� avanzan y tienen hojas de rLJt<J.. .m�1y cl_�as.
Comprender sus mecanismQ.§_y articulaciones es el primer�
para, progresivamente, ir levantando alternativas desde abajo que
huyan de la trampa dicotómica entre una Europa neoliberal y un
nacio:1alismo excluyente.
Estructura
Primero fu eron subsaharianos en patera. Luego jóvenes incen­
tand_o saltar una valla plagada de c�rrinas. Ahora son niños
ahogados en playas y familias con chalecos salvavidas. Las cari­
caturas ayudan a vehicular realidades poliédricas y complejas,
pero sirven poco como herramientas descriptivas y nada como
instrumentos analíticos. ,Decía Pi�fuµrgku q ue una de las
principales .Er. eas del pen� crítico consiste precisamente
en reintroducir la comple jidad en realidad�s _g�e_no§...p,r.ese.u=-
15
 •
can como simples/ El problema es que muchas veces el resultado
toma forma de ladrillo teórico inaccesible o de relativismos
políticamente inoperantes. Asumir ese desafío esquivando estas
aristas fue jusramente el motivo que nos animó a escribir este
y
libro. Necesitamos incorporar nuevas miradas nuevas dimen- _,;::-;
P ,e,f "'I te,
��� - �ebat�i�iaru>�_p.GL enfoques-dicotómicos.-y_clichés_
que poco o nada ayud�-ª-�ºll]P.render las causas yJos proGesos­
_il¡,lnuchQ. _¡penos J_a p_roporcionar�sticos aj_ustaclos Y-
► soluciones efe�E!.;'..�1
tLa conocida como «crisis de las Y. los refugiados» es.tá..p.ragada
► de este tif)O de clichés, imá enes es eccaculares
cionismos
► ��esad�1De í que, antes siquiera e comenzar a discutir pro- \)"�
puestas y7cJuciones, convenga situar la particularidad dentro de la �'> 6\ �<i
► realidad compleja de la que forma pa-�te. Esca· implica, entre otras t(. ,,...,,
f
premisas, asumir que�a búsquedaJie_a,silo.eS-una�fotma,_esf>ediEa- _]'
► de mig�ue su crisis es otra variante.de la crisis sistémica
gue vivimos <!..e�cala p_lanetar�(2r!;te.,.m�.e_,-en..Eur_opa..,
► Este libro se divide'e'ñ;nce capítulos estructurados en tres
grandes bloques. LEn el primer capítulo introducimos algunas
► cifras, conceptos y debates que pueden resultar útiles para situar
la crisis de refugio europea. En el segundo problematizamos la
►
actual frontera entre «refugiados políticos» y «migrantes eco.;.
► n��e �grasamente· se normaliza �n los discursos.y-
��ricas eum,g_e:�, cu�ionañcloun marco liberal que ex� °t'
► las nuevas realidades de fihuiaay el refu io e º-
En el tercer capítu o ponemos as c1 ras de llegada a Europa y al
► Estado espafiol frente al espejo de los �at9s a escala planetaria,
- para preguntarnos hasta qué punto�son veraces las alarm�d,
«invasión migratoria» y el supuesto «desl:to_rde»-que':"preceru:ien�
justificar las actuales respuestas a lacfisis_ae.refugi�n el cuarto
►
capítulo alejamos momentáneamente el.foco para analizar la cri­
f
sis del proyecto europeo en perspectiva, las consecuencias de la
política exterior de la UE y el papel que juegan las y los migrantes
► en la crisis sistémica que vive el continente.
1 _ Ya en el segundo bloque, el quinto capítulo presenta una
► «anatomía del naufragio europeo», recorriendo los distintos ele-
�
1 16
►
l
meneos que componen la actual Europa Fortaleza. El capítulo
sexto se adentra en el marco de acción que propone el �
p.1micivq,de las vallasy la estigmacizació,-i de la diferencia,•así co111o
en sus relaciones co,-i;I imagmano (te l'aausteridad, las políticas
1 antiterroristas del «choque de civilizaciones» y con la islamofobia
ascendente. En el séptimo apartado ponemos en relación esta
xenofobia institucional con el auge de nuevas formaciones y dis­
cursos de extrema derecha, especialmente el nacional-populismo
de corre xenófobo y la reno.vación de los códigos que propone,
incluyendo su utilización del cuerpo de las mujeres como erié­
sim.o campo de batalla racista. En fin, este bloque se cierra con
un amplio texto donde se analizan detalladamente, con cifras y
nombres , los: distintos tipos de jugosos negocios que genera la
industria de la seguridad y las políticas xenófobas de control de
fronteras y de las migraciones.
El último bloque cierra con tres capítulos dedicados a las alter­
nativas y disputas que vive hoy Europa. El noveno hace un repaso
por las polarizaciones crecientes que vive la política europea: sus
características y tipologías, especialmente tras la brecha abierta
por el Brexit. El décimo capítulo plantea las dificultades que está
encontrando la izquierda para ocupar los vacíos que deja la crisis
neoliberal y la descomposic¡ón de los partidos socialdemócratas y
del imaginario del «bienestá_r», fruto en gran medida de los pro­
blemas para plantear una alternativa más allá de la falsa trampa
entre un europeísmo neoliberal y un nacionalismo excluyente.
En fin, a modo de conclusión, el undécimo y último capítulo se
anima a anticipar las que podrían ser laS grandes líneas maestras y
esCfenarios que marcarán las políticas migratorias europeas durante
los próximos años y, en el campo de las respuestas, la necesidad de
pasar de la solidaridad al derecho y, de este, a alternativas políticas
que den la batalla por la disputa de otra Europa. &-"
En el cementerio de Lampedusa, Paola, una activista, lleva
años dedicada a i;1tenrar rellenar con nombres las lapidas an6-
nimas de las y los náufragos ahogados en las coscas de su isla.
Muchas veces no lo consigue y solo quedan unos números como
i'.\nica referencia impersonal. En otras ocasiones logra obtener
17
•

edades estimadas y descripciones vagas de las persooas falleci<las. PRlMERA PARTE

Paola defiende que su actividad no tiene una motivación carira- /
riva sino de denuncia política y rebelión contra los gobiernos e e;, CRJSIS O E LA UE
instituciones que eraran a los muertos en el Mediterráneo como Y CRISIS DE REFUGIO
meros números. Recu erar parre de sus historias de vida y dejar
constancia de ellas m.Jaup1 �s � ceme�IO concnfiuye;ié-- JV/
:!_
d�volverles, _aunque sea pójtU��mente, estatus de personas.� -< /
Pocos lugares como este cementerio de Lampedusa son ejemplos
más gráficos del accual naufragio político y m oral del proyecto
_
europeo.

•
•
•
-

18
• ..
•
• l. CRISIS DE REFUGIO EN UN MUNDO

•
EN CRISIS

• Los náufra os de la loba ��¡eEregrinan inven­

•
1
rando caminos, querien o casa, golpeando puercas:
las puerras que se abren, mágicameme, al paso del
dinero, se cierran en sus narices.
t EDUARDO GALl:ANO

►
• La historia de la humanidad es la historia de las grandes migG!.:...
ciones. L¿_na hi�co�ia qu�se_es<;dl:,� 9e�de hace_miles c!.,�_!!ñq_s y_
• q�co,tp__o..at _Qpfrulos nuevos cada día. �e estima que en todo

•
el mundo hay uno;-:1 .000 .rn}llones de-personas migrantes y Es
decir, uno de cada siete seres humanos reside en un lugar diferente

•
del.que lo vio nacer. Sin embargo, en la inmensa mayoría de los
casos se trata de migraciones interiores en las que no se llega a

• cruzar ninguha frontera nacional. Por lo general son fruto de las

grandes migraciones del campo a la ciudad que desde hace varias

• décadas tienen lugar dentro de países como China, India o Brasil,

si bien también cabría incluir aquí a los desplazados internos:
personas obligadas a abandonar sus hogares sin por ello salir de
► sus países debido a conAictos armados, persecuciones, situaciones
► de violencia o desastres naturales.
uienes sí atraviesan fronteras, los migranees internacionales,
► se cyencan en la acq.1aliHaq en_.1112�s-144_ lllil!ones 4�_p�rsonas. 1
Re resentan el 3% de la población mundial (hace 40 años no su­
► peraban el 2%) y, si ec1 1esen fundar un país nuevo codos juncos,
sería el quinto más poblado:del planeta. ¡X' aunque no sean una
► potencia internacional, las y los mi granees transfronterizos sí son
un ea· vez mas resence en este mun o g o al�
► además de un tema de estudio, un desafío y��r�eación
creciente, según quién y cómo se mire.
►
• 1. Estimaciones de la Organización Internacional de las Migraciones.

• 2l
�

•
•
4
Migrar es una actividad tan intrír�se_camcmte human<!._que un rercio ricnen lugar e11 senrido « · i Por otro l:i.clo, se
quie�e-sla c�estionan no solo niegan lo qL� e;: o ckbcría ser, esuma que-so o·· enrre-e 15% y el 20% d e ro<los los migrames del �
un Derecho Humano, sino qu e están dire�cam ente negando mundo residen en siruación irregular en sus rcspecrivos países e.le
parre de nuesrra propia condición hum<;1n:b,,. Porque migrar es acogid;i. Así pues, a nivel mundial las y los migrances procedentes 4
el movimiento ¡mmi�nio co��nr e d e la humanid ad. Si;:;
migraciones, el ser humano nunca habría salido de Africa. Sin
de países del Sur que acceden y residen de forma irregular en países
t
•
del Norc e repr esentan una minoría. Sin embargo, la imagen sigue

•
migraciones, la humanid ad e.al y como la conoc emos hoy, sim­
plem ente no existiría. Y es qu�,�acaso hay algo más prop� a?1ente , e .
funcionando como caricarura genera1isca1 inrcresada.
i
� t "·'t; "'{\ l C'
\
'- �,¡t,

•
T
-l�gm..u1o_qu�..d§P-lazarse movido eor t1 cuno_u�1da.9 Q
Ja esperanza?..(:on�ªEelerac�ón gel p_�oc�so �gl��aJiz.ació11, esca // Categorías y cifras de una realidad poliédrica

nat1._;1ralez.a univ ersal e him�!ica ha cobrado aún más �s;tualidad
y tra�C�Qgencia. No por nada, el sociólogo francés Yvon Le Bor..-7 ,k.
caract erizó al migrante transnacionaJ como uno de los sujetos
por antonomasia d e la Mod ernid;i d tardí a. Otros autores, como
Sandro Mezzadra, nqs invitan a abordar la migración como un
•
i, ,,,,_ Las caricaturas se alimeman de eriqu ecas y el fenómeno migra­
torio es un campo especialmenre fercil en esre cipo de ejercicios
de simplismo. Sin embargo, como suele ocurrir casi siempre, la
dichosa realidad resulta mucho más compleja y menos eriquerable
<le lo-que nos gustaría o de lo que estamos acostumbrados. Los t

•
«movimi ento social», en el senrido lit eral del término: priorizando enfoques binarios solo sirven para mirar planos bidimensionales.
en nu e stra mirada las prácticas subj etivas, los deseos, las exp ectati-
l; 0 Pero la realidad suele ser más profunda y ningún obj eto vivo,
í

•
vas y los comportamientos d e qui enes practican ese movimi enro, � �- ·, como lo son los fenómenos sociales, pued en comprenderse desd e
,.
1,, '

en<:_ibi endo así la migración d�sd e su <1auconomía» y no como } (}

un único punto de visra a riesgo de obviar las zonas en sombra.
�<,

•
J!na mera reacción auto_!11ática a problemas económicos y sociales.' ' . �- No hay lemes que abarquen 360 grados. Por eso necesitamos
- - - -- - ' ., -1, ",. (,
Tema recurrente en la agenda política, social y mediática combinar puntos ele visea y ejes ele análisis. Especialmente en

•
f;

europea y española d esde hac e tiempo, desde finales de 2015 � escas tiempos en los que las migraciones se han vuelco y se siguen
el fenóm eno migratorio ha vu elto a colocarse en el c enero de volviendo cada vez m;b complejas.

•
atención a raíz de la conocidá como «crisis d e los refugiados» A1
1

•
igual que ocurri era con la actua. J..re�_üó_11-�c;QQÓ..!}lica,_12.��
número creciente Je pcrson:1, con 11acio11alidaJ cspafiola, especialmente jóve11es,
c<!r�-����sis s9.lo �is��-�n_�u.anfi.o_afeq<\!l a Qc.cLd�o.tLy_. que dcciJe11 buscar e 11 orros países las oporcu nidadcs laborales que el mercado de

•
s��-Rarticularida_gg..fue�<;�u-�iv ers�ií.ah)s§.J\U_esco..deLplaneca.l trabajo españ ol cada vez m:ls prccarizado ya no les ofre ce. U na realidad qu e , por
Así, la imagen d el migranc e proc ed ent e d e algún país del Sur que cicrco,. las c i fras oficiales sobre i:,paíiules emigrados subes1i111:1 n notablcmcmc,

•
como se viene de nunciando rciter.1damcme desde Marca Granate.
ince�r1: il_e_�:� :�uro_¡Ja !1.!rá��s-Ó e �!��reg�l�t!S.SC el!g�s . 9mci l!
. . J. Aun que sigue vigente en el debate público, la ya d:ísica división político•
.

_9.!!incaesencia efe est a realidad global. Sin embargo, r esulta falaz a
r.is..
escala pbnecari;-El600i�de migracio,i es mundiales se producen
entre países empobrecidos o entr e paísés enriqu ecidos,2 pero s�
••
geográfica del mu ndo elll re Norte y Sur, como si de bloque, cerrados y homogéneo,
se 1ra1ase, re,ulra c:1da vcL 111:is oh,ole 1a y poco útil para i111crprc1:1r la-1 relaciones
i 11 1ernacio11ales y la cu1npó,ició11 del anual s i stema-mundo. Sería m.ís corrccw,
,:orno defienden cada vez m:ís autores. hablar de un e ecto ,,rchi il/11go en el c.¡uc ,e
w� <l_c;__pob _u:-la �n.Ju IJIIC ames conoc1an� como arte�aumclll,;!!!

••
11111ltiplica n las
u11
�!01c�c rJ..cwew e n el Sut.,1Un Sur que es global y no cn1icnJc dc'tii,'.utlcs, y
s, a5Í
2. Y el Es1ado espaí1ol es bue n ejempl o de ello. con unas iasas de emigración N,inc difu,o e n d t.¡uc c.1bria incluir ., acwrcs Jp.í1ri tl.1> y élites 1r:msnac1onalc

..
cada vez mayores, ya sea por la salida (o regreso a sus paJses di: origi:11) de quienes como a potencias cmcrgcrircs, ,in olvidar las cada vez m:ís imporrantcs coop
eraciones

y conllicros Sur-Sur t¡lle impugnan una visión dd mundo heredada de la

hace años inmigraro n buscando un futuro que hoy ya no c ncueniran, como por el Guerra Fría.

22
23
 *
e� f ,g, ,.,,·'i
Podemos cacegorizar a quienes migran según• diferentes ejes,
pero son cantos que no cabrían en escas líneas. He aquí eres que
nos permiten situar la discusión posterior: _ por ejemplo en las vascas <<fronceras» de países como Malí,
/
"1/
. . .
S egun' e1 d estmo:
· migraciones
· · mtenores
· o mternac1on·al es. /� í),.
En función de si el desplazamiento se produce dentro del
territorio del mismo Estado-nación (es el caso del 80% de
los 1.000 millones de migrantes que se estima que hay en
codo el mundo) o si, por el contrario, conlleva cruzar una
o varias fronteras exteriores (aquí se contabilizaría.'n los 244
millones de migrantes internacionales que mencionábamos
anteriormente).
- Según el motivo: migraciones voluntarias o forzadas. 2L _; éJ, r ..,
considera una migración forzada aqaella en la gue una per­
l o_naE_�u.J.t�g�Atl>.i9�n1J.Icj_o�ai-.madSi.. V,·v /< '?Uc,
sona deb<:, <!Rª_ld
persecuciones violencas; violaciones de los Derecho� l:::luma.. 5 •j/ e�
l.a¡ ')
1
� o desastres c¡¡;:;-¡cicos..,Cuando se produce dentro del
mismo país, se considera desplazamiento interno. Cuando
se atraviesan las fronteras nacionales, comenzamos a ha-
blar de refugiados y solicitantes de asilo*as migracione_ s
voluntarias serían codas aquellas que no respondiesen a
estas causas y generalmente se conocen como «migraciones
..•
➔
económicas».¡
Según el canal de desplazamiento: migraciones _reguladas o
� irregulares. Aquella figura del Gastarbeiter («trabajador invi-..
cado», en alemán), obreros de baja cualificación que llegaban·
a la República Federal Alemana en la década de .1960 para
1
desempeñar durante unos años ei:n pleos de baja cualificación a
•
cravés de los cupos fijados convenios bilaterales con sus países
de origen, queda en el recuerdo como una figura anecdótica
de migración regulada de principio a fin. Hoy el debace sobre
·
el carácter más o menos re ulado de las migraciones y sus
canales resu ca en gran medida estén : a rea i a más comun
es la a-reJ!UÚZridad al1mencaaa por láíítlormalidad reinance
enla e:�sción de fronteras de
el si
_..;.;.:..f,
24
y�l!e__por ��ed�lunc�,2.e,evicar los easos -
-
troncerizos¡ (?Oí lo generanaxos o inexistentes. Pensemos
Mauritania, Argelia, Níger o Libia, por la que discurren las
rutas de las migraciones sahelianas. Cuando no hay aduanas,
puestos fronterizos en los que sellar un pasaporte ni can si­
quiera una marca que señale la separación entre dos países,
resulta absurdo hablar de migración irregular.
En cuanto a las cifras, en el mundo hay actualmente 40,8
millones de personas desplazadas dentro de sus propios países
debido a conflictos violentos y persecuciones. Dos tercios de
estos desplazarnientQs-tienen lugar solo en diez países, lista enca­
:>
bezada por Siria, Colombia 1 República Democrática del Congo,
Iraq, Sudán del Sur y Sudán,,¼' solo fo 2015 se registraron 8,6
millones de nuevos éasds (donde Yemen, Ucrania y Nigeria
, tuvieron un protagonismo especial que les hace candidatos a ser
incluidos en la lista anterior). A este grupo habría que sumarle
los desplazamientos provocados por desastres naturales y otras
razones medioambientales. Se desconoce con exactitud su vo­
lumen acrual, que en 2014 se estimaba en aproximadamente 20
millones de personas. Pero es.más que p,robable que esca cifra sea
muy conservadora si tenemos en cuenca que las mismas fuentes
conrabilizar�n, solo en 2015, 19,2 millones de nuevos casos, la
inmensa mayoría en países de Asia (India, China y Nepal a la
cabeza) y donde en el 90% de codos los casos el responsable fue
el agua, ya sea en forma de inundación o de lluvia correncia!.
Sumando ambos subgrupos, a lo largo de 20 l 5 hubo en coral
27,8 millones de nuevos desplazamientos interiores enrodo el
mundo: personils que tuvieron que emigrar a otras zonas de
su mismo país debido a algunas de las causas forzosas anees
mencionadas.4
4. Cifras relativas a 2015 procedente::; Jcl Global Repon on Inrcrnal Di�pla­
cemem (GRID), informe anual elaborado por el lncernal Displacemenc Moniroring
Cencer (IDMC)
25
•
En lo que respecta a los desplazamienros forzados interna­
cionales, en codo el mundo hay hoy 21 millones5 de personas
refugiadas viviendo fuera de sus países (una cuarta.parce son
palestinas) además de otros casi dos millones ( 1,8) de solicitantes
de asilo a la espera de respuesta. Sumados a los 41 millones de
desplazados internos por conflictos y situaciones de violencia
anees mencionados, 2015 se cerró por primera vez con más de
60 millones de desplazados por gµerras y conflictos violentos en
codo el mundo, lo qy e equivale al 0,8% de la población mun­
dial. la mayor cifra desde el final de la Segunda Guerra Mundial.
Complementariamente, y aunque resulta una realidad difícil de
cuantificar, se estima que hay en codo el mundo entre m:s y l O
millones de apátridas, personas que no son reconocidas como
ciudadanas por ningún país. 6
Así pues, las migraciones pueden darse dentro ele un mismo
país o entre varios, venir motivadas por causas muy diversas,
realizarse--a través de canales más o menos regulados durante!
el recorrido y desemb�r en situaciones administrativas muy
diferentes en el país de destino. Pero ninguna de escas cacegorfas
funciona por sí sola para explicar el fenómt:no migratorio. Es
necesario cru.zarlas y combinarlas.7 Y es en esas intersecciones f
donde arrancan batalla§ pr.o(undamenc<:Políti_g_s qjsfrai.adad ' e_
discusiones semjncicas.__
Hryu na�batalla política de fondo cuando se sustituyen-�
.• ·¡
J_as�a�gorías re_g�ar7'l!�g_ula!_p�<;fbin_?�egal/ilegel. 2...ara
--
referirse a la naturaleza
- --· -...... de
administrativa
- ·-
,..,_ los canales.,.de..la.emi-
-
gración o <.!_e_la sicua<jó�de�res_Ldenci\d , e.J.as,p,erso,11����-
_ U��a triple crisis de Derechos Humanos
Una�onfusión lin�üíscica interesada y funcional auo eier:cicio ·
5. A finales de 2015, úlcimo año cerrado, eran 19,8 millones, sin bien en
septiembre Je 2016, mumemo de cierre de la edición de este libro, esa cifra seguía
creciendo y se estimaba ya en los 21 millones seña.lados.
6. Los datos 50bre refugiados, solicitamcs de asilo y apáHidas proceden Je
ACNUR y CcAR.
7. Esce glosario elaborado por la Organización lmcrnacional de las Mi ¡;racionc)
recorre otros concep1os clave ligados a los fenómenos migrncorios: www.iom.im/
cs/los-tcrminos-clavc-de-migracion.
26
de 1:srigmatización�- i�cluso de criminalizac�}Jo�c�it�mq�
(aun_gue_bienvenida sea) �1a-Oé:5=larac16i1Dniversal de Qer�hos
.Huo1ª11Qs �a saber >:'. &'._Í_t'!..!:_ gue ningú_!l_ser hum:g1o_es i_legal
•
in<lependienremence d� Jos_per_!;l_iso.s_qy�.J2���- T�npoco de­
bería hacer falca una normativa internacional, rarificada por la
mayoría de países del mundo, para dejarnos cl�ro que:;_ migrar
•
•
nunca puede ser considerado un acto ilegal. \', sin em_bargo, la
actualidad nos demuesrra que no solo eran nec_ e�_arias, sino que
resul!_an insu�ciences. O, al menos, estériles frente a derivas,
•
como la que vive hoy Europa, donde no solo se criminaliza a •
las y los migrantes, sino en donde además asistimos a reformas
•
legislativas como la del Gobierno hüngaro, el primero en pe­
nal-izar económicamente y penicenciariamente la inmigración
110· r�gulada.
También es polírica la batalla que arranca cuando las mi­
•
•
graciones forzadas atraviesan las fronteras del país de origen
y se abre la discusión sobre las posibilidades de solicitar asilo
político en ocro Estado. ¿Qué se enciende común y legalmente
•
por emigración «forzada»? ¿Caben codas las razones de «fuerza,r �
•..
mayor que llevan a muchas personas a emigrar en esta definí'-·
ción? ¿Y cómo de voluntaria es la «voluntariedad» del resto de
migraciones que no encajan en la anterior definición? ¿Son
voluntarias codas las migraciones conocidas como «económi­
cas»? Sobre todo esca discutiremos más detenidamente en el
siguiente capítulo.
_
�
.,
�
Pero si hoy el fenómeno migratorio vuelve a estar en el cenero de
la agenda y del debate es, sin duda, por la conocida como crisis
de lasy los refugiadocq�_viven las fronteras europeas desde
2015 y que,en realidad, es tma..crisis delsistema de frontera� fj
· �iropeas. !,.h:ia crisis que desde las rri�s �diáti�as,_e._ol(tica_s
e institucionales heg<!mónigl� presenta ai_slada_ _Y. , má�­
crecainence, como una crisis humanir.rria exclusivamente. Este
�
enfoque no es solamente insuficiente, sino que resulta hipócrita
27
�
t
..
•
t y peligroso dado que ,esconcle las�causas):;eculca el contexto>
,'
12!.,ás amplto en ��.9!Je se .§mar§3 Y, precisamente p�r �llo,
t .
condiciona lasresp'tíescas y los dispositivos que se despliegan
para confro_ntarla.
Concebir la aqy_alccisis.de.refugiados_comq_Qp���
•
�ha de personas surgi�a�R�ntin�!!1S!1te�d�..�da.so10.._clej:ul,0_s
respuestas posibles: la�conJS!lggn�;u.t,y..Y.d.a._de..e!Il-erg�!.1.cia.�.,§.f..O
es, repeleriási1Rict�e o asistirlas de u,rgens.:ia.,,En..eL�
caso las.12,ers,onas son cqpcebidas somo meros objetos geligrosos. _
jt el_seg_�.!1.do, como víctima�í Pero ambas cortcepciones son
(.; �com lementarias y c01ñparten una misma conclici-ón: or un
Id/� lado, las y los refugiados con orman una acata caliente ue con-
·
�v<j viene qu1�se $ encupa cu<1,nto antes y or otro s g�
t
•
condición de suietos con derechos, COl)..J!ll P.ª-�ªg_Q. una.bis,
.9.ue han deiado atrás, un,,ru:Q}:;ecto de fuc�O:-.urtas aspiraciones
• o unas rei,vjndicaciones.JPorque a los objetos necesicaaos se le7
•
atiende y a los objetos peligrosos se les repele y, llegados el caso,
se les distribuye entre países en cuotas cuales mercancías o cajas
•
que trasladar desde un almacén abarrotado. Pero en ningún caso
se les escucha, pues su voz no cuenta. De hecho, ni siquiera se
•
plantea que puedan tener una.
¡De ahí la necesidad de concebir la actual crisis de reíugiíl.d,Qs.
•
no únicamente como una crisis humanitaria, sino también so­
bre todo como una crisis e erec os �por o tanto, como una
• �risis polítiCC!¡I Una crisis que, además, se enmarca en otras crisis
•
más amplias que conforman un mundo y un sistema en crisis.
Evidenremente, la crisis financiera, la crisis climática, la crisis de
•
los cuidados y esta crisis de refugiados, entre muchas otras 9ue
podríamos enumerar, cuentan con especificidades propias. Pero
también comparten elementos- comunes y, sobre todo, intersec-
ciones sistémicas. Interpretarlas y abordarlas como realidades
1 estancas y aisladas solo lleva a las desastrosas ·respuestas que ya
t conocemos. Más concreramenre, conviene situar la actual crisis
de refugiados den ero de lo que autores como lrziar Ruiz-Giménez
-
• llaman una {(triple crisis de Derechos Humanos».compuesta BQ.C..
los si�m.es_e�es._
lt
•
1
28
••
1
-----
Y!21aciones de Derechos Humanos en l_gs p�c;_gilga,.
Una lista lamentablemente extensa, donde se incluyen Siria
o Iraq, p�ro también Afganistán, Pakistán, Turquía, Sudán,
Nigeria o la República Democrática del Congo. ConAiccos
donde cabría preguntarse la responsabilidad o mera conniven­
cia de las potencias extranjeras, ya sean EE UU, la UE, Rusia,
China o los países del Golfo Pérsico.
�a...de...,asilo.1Con la Convención sobre el
Estacuto de Refugiados de las Naciones Unidas firmada
en Ginebra en .1951 (complementada posteriormente con
el Protocolo de 1967), la mayoría de países del mundo se
comprometieron a prote ger a quienes se veían obligados a
abandonar su país de origen debido a conflictos armados,
persecudones o violaciones de los Derechos Humanos ,
ofreciéndose a acogerles, darles una solución a largo plazo y
no devolverles a sus países de origen. Europa fue la primera
interesada en este sistema de asilo internacional surgido de la
posguerra mundial: prim�ro porque la mayoría de los refugia­
dos eran ciudadanos europeos que lluían de los estragos de ese
conflicto y de la incipi«nte Guerra Fría; segundo porque los
refugiados de otros países del mundo constituían una mano
de obra joven escasa en un Viejo Continente diezmado por
las bajas de la reciente guerra y necesitado de brazos y men­
ees con los que impulsar la reconstrucción. Durante varias
décadas, Europa fue tierra de asilo, pero, desde la década
de 1980, cuando las necésidades antes citadas se redujeron
'y ,oe
1,¡(l�fl-
drásticamente, el sistema'entró en crisis y las trabas llegaron
')v'•�',( l, incluso a la mera posibilidad de acceder al territorio europeo
para solicii:ar refugio.
España es campeona europea en esta crisis del asilo, tanto
por el número de solicitudes recibidas (entre 2.000 y 4.000
anualmente de media; en 2015 se superaron las 15.000, pero
solo fueron atendidas 3.240),8 como en las aprobadas (entre
8. Este diferencial entre solicitudes presencadas y expediences resudtos no se
explica únicamenre por los ritmos burocráticos. Así, por ejemplo, los expediemes
29
.,
100 y 400 según el año; en 2015 se tramitaron favorable-
mente 1.020 solicitudes, esto es el 31% del coral tramitadas,
pero solo a 220 se les concedió el estatus de refugiado frente
a las 384 del año anterior) o por su empeño en evitar que
9
los soliciran res pbrenciales llegue n a las fronteras españolas
para in iciar los trámites.
Crisis de las poüticas mi ratorias La sufren los potenciales
solicitantes e asi o, como migrances específicos_que son ,•
pero también el resto de personas que migrañ:' Son la-s_::po­
líticas de militarizació n y externalización de las fronteras
ue con forman la EuroP-a fortaleza a tgvés de sus muros,
J '1' lo,.,:l.
ncertinas, devoluciones en caliente, re resion y acuercios
01 aterales con eaíses rontenzos para que ejerl!ªD de . fü ge
darmes y como_'(seacios de rlo-deredloU§os de las miradas_
de las cámaras de la ·uris · rúdencia de los acuerdos i
nacion eu �eco de los Derechos Humanos firmadQL­
por los países europ.c.osJPero también son as violaciones de
�
Derechos Humanos en desrjno, una vez ue los migran.e.es..
ha n conse uido atravesar las fronteras europeas: exclusión de
la sanidad eública, re a as conteo es con criterios racia e_s,_
C�n tr?s de I�c;r���ien to e Extr_!ojsro..�.do.ns.!e_!!2,.t�- ,A,....� ..,,c..
c�bida las �arancías con stitucion ales n i l�s de���111á�
_ -
b�c� eK�n general,T<5Clas aquellas polmcas desu n adas.
a convertir a las y los migrantes en s1cu�16n 1ri:.egular..en
cmdadanos de segu n da categorfa.Tfagilizand_<? no2olQ...§us
-deredm-s, sino el mismoclerecho a tener derechos, esto es
�i�di���J - .. ---�--·- •
s uc apaC
-·- -- -�- -- i&1 J de . su
Ahora bien , más allá de donde se produzcan, escas viola--7 Í?
<:iones de los Derechos Humanos y las diferentes motivaciones
de las y los solicit:mces de asilo procedentes de países como Malí o Ucrania están
adminisrracivamcnte •congelados,. a la espera de ver cómo evolucionan los conflic­
tos que provocaron su huida. Toda una astucia polltico-burocrática para inrcntar
reducir su número mientras dura la espera.
9. Datos extraídos de CEAR Informe 2016.
30
�
4
para emigrar y buscar refugio rnmbi¿n tienen rost(OS específicos
y colectivos especialme nte vulnerables que requieren enfoques
• • , 1 -co n creros i Esto es especialmenrc relevante en el caso de las muje-
"J l • res y _niñas. El relato oficial nos dice que las condiciones de vi<la
de las mujeres estarían mejorando en codo el mundo y que, por
lo tanto, no se precisarían enfoques específicos para abordar su
realidad concreta. Pero hoy, como siempre, tia pobreza y la des�
(,1 ig�aldad cieneh rostro de mttjf:r)�gi'.1n UNl¡;EM (el Fondo de la;­
(Y� Nacio nes U111das para las Mujeres), el 70% de las personas que
viven en la pobreza absoluta y de quienes mueren de hambre en
todo el mun do son mujeres y niña�. Y según la OIT (Organiza­
ti,L ció n Mundial del Trabajo), las mujeres constituyen actualmente
el 60% de los trabajadores pobres. Por si fuera poco, se esrima
que las mujeres apenas so n propietarias del l % de los títulos de
tierras en todo el pla neta.
,c.:�w<I�
... ; {oti0�Ó"" ,}:a v_i§.J!ricia y_¿iiscii.minacio n es derivadas de esta femin i:..,
°' ·
zaci§n ��Ja pobreza. swn.ai!a a 1� v19l_;iciondesus ele�
sexuales yreproductivos 2 �)aU
�" �t . ,g!.1:siones��n eor todo
�o
4
eímundq, son factores determi� n t�s en la emigració n, huida
ybúsquedi derefü io el! oCros r�_res por ¡,arccle.l.<!�lll.l-Ü�
l
y nj ñas.,según el erecno internacion"il de asilo, la discrimi­
1,. 1
'i1ació n o el rraro menos favorable pueden llegar a suponer
e,./, � •�
Qve formas explícitas de persecución que requerirían de protección
iriternacional. Ha�lamos de persecución por motivos de género
i::uando estas violaciones de los Derechos Humanos están rela­
cionadas co n el papel que se le asigna a una perso na debido a
identidad de género (mujer, hombre, trans u otras) o a sus
\ lJ\.
\" 6 preferencias sexuales.
A pesar de ello, la discriminación y la violencia hacia las
mujeres está prácticamente ausente de las legislaciones de asilo
europeas. Pero más allá de las declaraciones legales, la realidad
dctica de la EUropa Fortaleza tiene consecuencias es ecfhcas
para las mujeres. La incapaci a para miles de.personas de poder
acceder a Europa a través de circuitos legales «invira» a recurr�r
í1 a rutas,irregulares más peligrosas con troladas or redes de trafi-
' ¡ ( canees e perso - nas y on
e as agresiones y la exploración sexua
'. ��"('i,-
e,'" 31
son moneda corriente.,J Cerrando la puerta a quienes huyen. de
cierras violaciones de Derechos Humanos o a quienes llegan bus­
cando un futuro mejor, se les condena a utilizar otras puertas que
suelen dar pie a nuevas violaciones de derechos fundamentales.
Un círculo vicioso que las mujeres y las. niñas sufren en primera
instancia y en mayor medida.
La (in)gobernanza de las migraciones
,Las cada vez mayores migraciones transnacionales en general,
y en concreto la actual crisis de refugio en concreto, son orro
fenómeno global 9.ue, al igual que ocurre con la crisis 6nanciera
Olacfim�tica,vTsTbili.Ei&Tormaaún m.E_�e_ab�t la insufi�ien­
cia evidente de los actuales mecanismos de �bernanza global,
cuando no su me.La ause..ucia;1 A�NUR, la Agencia de Nacioru;s
Unj_das para las y los refugiados, ·no es una organización supra­
nacional («ni tiene intenciones de serlo», como suelen insistir
desde el propio organismo), sino que se limita a l:iar seguimiento
al cumplimiento por parte de los estados de las o6Jigaci◊i:i'es
s
y compromisos que estos m1smos fia,11-ª.,dg.Rtaa9:J.La Organi­
-zación Internacional de las Migraciones (Q!.M.L¡io ha formado
parte del sistema de Naciones Unidas hasta la reciente cumbre
celebrada en seetiembre de 2016. Y la propia UE lleva meses
dando la enésima muestra de su incapacidad para imponer una
agenda propia supranacion�l más allá de la suma de sus distintos
Estados miembros.
• 1 •-
--- 1-- �-----���------- -�-. ra:..
n ..
.S
nales (o al
que desbordan las fronteras cract1c10Qa!�� <1e.ws esraaos-11d1..1u,1.1
Hace décadas que los problemas, los desafíos y las oportunida­
des se internacionalizan, pero no así su gobierno. Y cuando sí se
avanza hacia mecanismos de gestión coordinada, los resulcados
32
están lejos de cumplir un mínimo de requisitos democráticos o de.
responder a principios de soberanía popular y a intereses sociales
más allá de las habituales minorías privilegiadas.
En cierta forma, la crisis de refugio reabre y actualiza un
debate fundamental g�e tuvo lugar en los albores de la Moder­
nidad: en sociedades cad�crr.as,,..Í.o.teI:.coneccadas y en__
desacople creciente con sus tradiciones e inercias del pasado, 10 - ")
lasdesigualdades los -eli ros las incertidumbres no solo· se
�gran �!1.,.sino gue se vuelven iriás ealpables y exglícicas por el
�
. fu,ocraste, ahora más visible, gue eermice compa_rarse con otras�
áealidadesycon 1-iorizon�s más amgJi21
Por aquel entonces el salto de escala al que hacía referencia
el debate se remitía al paso de las comunidades tradicionales
al marco más amplio de los modernos Estado-nación en pleno
proceso de consolidación. Y el debate se movía en ere el replie­
gue identicario en la seguridad de la comunidad tradicional
y, en caso alternativo, la precarización del vínculo social y el
consiguiente despliegue desordenado de patologías sociales (por
usar la fórmula clásica durkheimiana) en esa nueva escala <le
acción estatal. El antídoto propuesto para limitar los riesgos
intrínsecos a ese cambio de plano es de sobra conocido:
reconstruir comunidad a escala estatal, abrazando para ello
una colectividad nacional en construcción en torno a la cual
levantar integración social, nuevos códigos culturales y mar­
cos de convivencia. Todo ello requería que los incipientes
estados-nación asumiesoo funciones que, en parte, asumían
,,7J é lf<v-c hasta entonces otras estancias como las iglesias, las asociacio­
� ���
\
nes gremiales o los señores feudales, además de incorporar a
{ ,,... t sus áreas de gobierno tareas nuevas o transformadas fruto de
nuevas necesidades y desafíos que acompañaban a los tiem­
pos modernos. Hubo que-generar comunidad, instituciones
1 O. Decía d historiador Reinharc Kossdcck que lo que caracteriza a los riem­
pos modernos e:,:prccisamemc la profundización de la brecha enrre el «espacio de
ex,periencia» y el «hori"'Wntc de expectativa .. , esto es, entre lo ya vivido y conocido
y aqudlo que cscá por vivir y conocer.
33
•
(1
(1
e inscicucionalidad donde solo había aviso de abismo y riesgo 90-i·enesgobiemen-esos espacios';irero es sobre rodo la incompare­
de desintegración social. cencia de las y los de abajo y de sus organizaciones tradicionales �

Lfil-y, los miedos, dudas y desafíos que-abrió el salto de la

comunidad tradic12nal aLEsta9..9_-nac:ión moderno escrioeo un,_
lo q�1e permite esca ocupación y la consiguiente derroca en curso.
Cuando se amplía el campo de batalla, no presentarse equivale
(t

'll
(t
nuevo capícuT�aíz del desborde progresivo de las fronteras a encregar la plaza al adversario.1Aforrunadarnence la disputa no
seesceó'luii'.i� y el avance -a.e una1nciefta escala 12la11etaria2(- o, está cerrada.
al menos y en primera instancia en nuestro caso, europea). Con

••
�l��lizació? aumentan!�! �E_I"��nid�d�_Jlero tambi�
nesgas, las desigualdades fas mcemdumbres. 1 esa nueva rea­
Tida<l social cada vez má7°"globa izada no se oca de instituciones
e institucionalidad, solo cabrán los dos mismos escenarios del
debate clásico:l::pliegues identirarÍQS .Cal Estado-nación, con­
vertido en la nueva comunidad tr-adicion:il}¡o desorden g�
(con sus patologías asociadas que·ya conocemos y sufrimos-en
forma de capitalismo salvaje, cambio climático y violencias
◄
de distinta índole). Europa vive hoy en sus carnes este dilema
fundamental. Y su parálisis institucional a escala continental
está dejando el camino libre a una articulación genuina de lo
peor de cada escenario:1repliegue nacional y desorden global;
identidad excluyente y desregulación capitalista; autoritarismo
securitario a escala estatal a la vez gue aumenta la exposición .�

a desafíos globales como el terrorismo, las mi graciones o cl f!

neoliberalismo más salval!:,
El cóctel explosivo y a priori contradictorio de nacionalismo
xenófobo y austeridad transnacional solo se explica por el vacío de
institucionalidad en esa escala extra-es'catal en la que, co�o d�cía
9aniel Bensai'd, los estados�nact�rrmtdidonales no-se han-reti.@;.
do;-como rezan los teóricos-neoliberales, sino que simple�ente
han perdido ccel monopolio de la acción gubernamental' que, de
forma general, tradicionalm.eote_detent'aban»;con.virdéndose·de
necho eo�a·gences�erc�tilizadores avanzados_ al"servicio_-de un
prQyecto que-de--/ ib.eral solo tiene el nombre.-
En los claroscuros de ese salto de escala surgen espacios po­
líticos que ocupar y disputar @acío_de,la gobernañza sobre�
igt:_aciº!}e�:}' la�ausencia d�i-n..st1tu(;;10nahda<iíal respecto-.:labra
9u-e seanJas idenádades exclUyences r_-el mercado

34 35
t
t
•
'
IL ¿DE QUÉ (NO) HABLAMOS CUANDO
. HABLAMOS DE «REFUGIADOS»?

� Solo pueden quedarse en la UE quic:m:s huyen de

'•
la guerra y del terrorismo. A esos los tenemos que·
ayudar a enconcrar un nuevo hogar
�
ANGELA MERKEL

• Desde que en verano de 2015 la «crisis de las y los refugiados»

•
irrumpiese en las agendas públicas europeas, y al menos hasta que
los atentados del 13 de noviembre de ese año en París colgaran
nuevamente la etiqueta de sospechoso sobre codo lo «extranjero»,
.. se había instaurado en el discurso general un argumento «lógico»
· para abrir fronteras y acoger a quienes llamaban a las puertas de
la UE. Una lógica que aún hoy se mantiene en parce, de ahí su
relevancia, y que podría resumirse así:

'
Son personas que huyen del terror de la guerra, la represión
política y el terrorismo / tienen por lo canco derecho legal
a solicitar asilo / su inmigración y entrada en la UE estarían
justificadas y acorde a derecho internacional / cualquier re­
presión en frontera y muro en la entrada sería injustificado.

Un recurso al derecho internacional y a la definición oficial de

refugiado para defender el asilo que, de tan hegemónico que se
volvió, incluía desde las tribunas más oficialiscas hasta-a muchas
voces de la izquierda más crítica .

•• Migrantes y refugiados: las aristas de una lógica

de acogida
Resulta obvio que, además de la cobertura legal, la fortaleza del
argumento y de la lógica reside en el hecho de que el grueso de

t
� las oersonas que han llegado:desde 2015 a las fronteras surorien-

37
•
·en efectivamente de escaladas de violencia en
sus aíses de ori en, ya sea or derivas autoritarias por arre de
las auc oridades locales, por conflictos bélicos o g2:
del terrorismo de raíz X,iha,distal Pero, cabe preguntarse: ¿y si su1
-------�--.,+----� �· --
migración no cump liese esos requisitos y_su huida respond� -./¡ , ' f.
a otros motivos? ¿Y si su situación no se ajustase al actual marco ,1/t:'
legal? ¿Estaiía entonces justificado lo contrario a la acogida �e
se deriva de esa argumenraci.60 lógica (ceneros.deintecnalllieruo
sin garancías conscicucionales, concertinas, represión policial en
front<:Eas, ciudadanía d,e se.gu.o.da))
1e esca form e p.Olell.le..acgwu.mco..coy..untUara.kdeJa�légiGa
.3e �gi a esco.!}9.S.,IJll r_e�.A.Qtenebroso..que.excluircía.(y de hecho.
ya excluye desde hace años y cada yez más) _a quienes no encajen
en la estrecha definición actual de refugiado� Un cajón de sastre •
donde entrarían los «migranc�s económicos», una categoría en
alza y definida en negativo en doble sentido: porque@O"se definen_
por lo que son, sino por lo que no son (no son refugiados polí-
cicos que huyen de una lista de países y de unas causas cada vez
más reducidas que generan refugiados de primera y de segunda
categoría) y porque la ecigueta se consu:uye con clara vocación /7 7J,' f ,. · º"
1
eeyorativa. l-:as y los «migrances económicos» spn los migrai1te�
malos, quie �: v�n� a ae.r..ovecharse de nuestros recursos y d�
la sensibilidad ic �P!.ªhacia k>s refu giados, esos mi �rantes
uenos realmente necesitados de nuestra proceccÍón1
�
Esca icocomía, alimencada por las ariscas de la actual lógica
de acogida y por un marco normativo obsoleto, se encuentra hoy
en peligrosa vía de normalización. Resulta posible escucharla, .
bajo un formato u otro, en barras de bar, medios de comunica- Í 1 �, e, (-
ción o discursos parlamentarios. Y no estamos hablando solo de
porravoces de formaciones xenófobas. Sin ir más lejos, Manfred
Weber, portavoz del Partido Popular Europeo, el más numeroso
en la eurocámara y del que forma parre el Partido Popular espa-
ñol. suele hablar en los plenos de Bruselas Escrasburgo de los _
y serrores, terroristas, ladcgnes y yio1a.d.w:�Como trasfondo de
«auténticos refug�dos» (genu/�e_ refagees), refiriéndose a aguellos
,
quereal.!E�ecesi�_pr�óñ(unalis��12Pf-cierto,.
cada vez es más difícil entrar). � .:.omuni_da des, pero aun así acogemos a uno�cuan12.5. e._.orq2,_e·
" (",v /· ) ('
- -
38
, le_3q tf'../4 J
�
I
,Enfrente c.sc:irían las y los «mig@mes �JJ:S-!WiLLega L mi-
g ra,;ts), aql!.tl!_o�.9�0 .necesitan. asilo algw.o_y_dwde c_aJien
ro<los los que no son ,,autt!nricos refugiado� Esca etiqueta, can­
eas veces oída en 6oca ae eUrodipucaclos y líderes de partidos de
•
, /
exrrema derecha como Amanecer Dorado o el Frente Nacional
••
'
, /.C' ,�,
".� -'/.' Y"'.:,.;, francés, se ha convertido en el léxico habirnal de muchos dirigen­
' tes eüropeos, entre ellos el mismísimo comisario de Inmigración
europeo Dimirris Avramópulos, máximo responsable de la UE
"1
en esce campo. Y no es ni de lejos el único que contribuye a
•
-
normalizar el salto de_.«irrcgular>► a «ilegal►>. Las declaraciones de
Angda Merkel que encabe-Lan este capítulo fueron hechas durante
el Congreso del Partido Popular Europeo celebrado en Madrid
-•
en. occubre de 2015, en pleno apogeo de la llegada de personas a
las coscas griegas.�olo hay �s migr�nces qu� merecen nuestra
rotección; el resto, no. Y además son «ilegal�s»:/
lr> .'e � { �
El ejercicio de s�aración es se,;cillo. C!.imcro se separa a
f ,,
,ó !) C°1.. � ' los inmigran��s económicos malos de los refugiad�s buen�s:
;i.quello: qu.:.._�uyen .�e «la �u,e,rra y el terrorismo» y a los gue.
•..
.. !!,_C� q�e ayuci�_n»Luegn, estos refugiados_«g�nur�J>s,1
se divi_den a su vez entre quienes proceden de países donde
t!:.eal�ence 11,:y guerras con:Jas que rodóel mungp esr;!..!io�
sensibiÍizado»(véase Siria, Iraq y Afganiscán),f-.quíenes hu_y�n
de siruaciones:te violencias... Rersecución e,olírica, pero «no s�rá
ear:rcanco
-..,...,. ... - $OIL de otros pa1ses_
Borque ' don�no ,�Je!l_m�1
es_ti!!!
..J_
.
9 no s�oye hablar ��.A continuación, se sube un escalón
a los refuir_ados siri�on re�p�cco a iraquíes y �fganos eorque,
,,en esos Clos eaíses la_werrafoe hace_y.a_mucho ciemp.,g_yJ�gµ.rp
\va -Í ,,
que ya . no están can�!llªt,► (los últimos encrecomillados están
ti ,c. el l _ codos extraídos de conversaciones informales en el Parlamento
t'"\ UCI\¡,,
J o"
Europeo). Por último, se intenta fragmentar también al col�­
civo sirio sembrandoJa_duda..sobce.los..hom.b..c..��jóvenes, entre
quienes: se n�.9ice�gurar!}� nce _se esconden miliciano�e­
este proceso_hay un me��-iie sublimioar:guienes llegan de fu-er.r
�un pel igro en pot_encia para nuestra seguridad r:nuestras__
39
 •
•
,
aJe nosobliga ( los euro eos, a diferencia de los bárbaros,
_cumg,limos a ley) ln3orl}uestros-1rraloreseur<:Ypeos»:1
t Para cuando queremos echar la visea atrás, los cientos de
miles de personas que llaman a la puerca de Europa se han
convenido en un objeto informe y fragmeritado desprovisto
t de derechos, sobre el que pesa una sospecha permanente y
_.
cuelga una etiqueta de «quintacolumnistas ancicivilizatorios». ;J e /((1.,e
Nada nuevo, por otro lado. Una de las principales armas del ,/.
capitalismo ha sido siempre su capacidad de fragmentar a los
•
· ·
� desposeídos, de trazar fronteras incer y extradasistas para
)a unión de inter�s t_a;:ciónde las y los de abajQJEI enésim·o
•
ejercicio del clásico divide y vencerds.,tfe hecho, los primeros en
••
arse cuenta de la dinámica xenófoba que �limenta el capitalis­
mo global fueron los propios trabajadores migrantes en Francia,
que muy tempranamente se . erigieron· en impulsores �ccivos
de «una aplicación directa del Manifiesto (Comunist�). para
oponerse así a la caza de extranjeros. Lucha de clases<? luchas
xenófobas: la alternativa se planteó rápidamente».' : ·
Más concretamente, ria segmentación entre genUine.migrants /
e iliegal migrants�estiona directamente eLpcopi<> defecho:a}.
asilo, ya gue_rompe_su fundamento individual flecoleqhdzii
a) definir un listado de-.nacionalidades-q�eueden o�n:0-01>. car,
al asil9'J5esde este enfoque, el Jerecho al asilo de aría de sei
º
derecho «humano», esto es un erec o inherente a cada ersona
por s�_<:9;dic}.ó�s�r}1Um-;no, si· no que-se erivaría del hecho
_ae pertenecer a un colectivo (naciQ!}al, religioso, émico),JJ_o..u:.o-
Hasca los recursos económicos disponibles serían también requisi-
to para el disfrute de estos derechos supuestamente universales. 2
1. Cham:ayou, G. (201O), La1 ca:uu del hombre. Errai:a Na curae. Ma<lri<l.
2. En ese sentido, en referencia a las impaccanrcsíorografías <lel niflo Aylan
ahogado en una playa, Perer Bud<licsch, diputado nacional de la formación ul­
rraderechisra y nacionalista inglesa UKII', cuircó el 3 de septiembre de 2015: •El
',
nifio sirio escaba bien vesl'Ído ; bien alimentado. Murió porque sus padres fueron
codiciosos con la buena vida en Europa. Salearse la cola ciene su coste•. Tras el
revuelo generado, el cuir fue borrado y la cúenta cancelada. www.huffingronpost.
es/2015/09/03/ redcs-dipucado-ukip_ n_ 8084 5 70.ht mi.
40
•
LV ✓
La extensión de esta lógica conlleva el fin mismo de la pretendida
universalización de los Derechos Humanos.
Pero además de la tentativa de segmentación, a esta dicotomía
refugiado-inmigrante se suma y alimenta ocro argumento cada
vez 01ás en uso: _ara poder acoger a los migrances que realmente
A,:Jv�'""'/0 ecesican protección (los 11verdaderos re ug1a os»), esto es para que..
e1-sistemade aco -¡aa europeo ÍUJ!fionepara uien-es lo recisan
- · g:se esborde, tenem2s u¿ er cerrar el paso a.quienes no �o
F.e.,1.... �J ,nes_esitan (los «mi anees eco.nómicos ile es» . ,:s1 aun as cons1-
1en asar, poder expulsarlos ag1 mente. Si e sistema se desborda de
solicitantes e asio que no cump en con os requisitos establecidos,
entonces no podremos asegurar canales legales y seguros de llegada
ni reubicaciones rápidas y efectivas para quienes los necesiten. En
otras palabras:rlas ruta� irregular�pla�da1, �e peligrosr_m�s t_
las largasy__een2sas eseeras en campos de$fygiado imprqvj§�aos'
son en el foqdo cµl__E!..Qe la camidad...dC-!!migrances económicos
ilegales» gue colapsan el sistema de asilo europeo.e impiden que
1
c,,we
r;J . fl!ncione bien para�Y. los refu$1ªdo.2-qu�sUo meen. CulÉ?ar
1 al eslabón.más débil mientras las�utoridades.comp.ecences sel<ml•�
,i,. : las manos. ugada maesrrª.L
?•'> �
l \ �scificar y capar mur�s, concertinas y medidas de exclusión_
� para la ma oría del colecnvo mi rance usa 12--ara...eilo..buenos-
( � \-t-: 1scursos de acogida supuestamente dirigidos a una parce. Un
retorcido eJercic10 que poclnamos calificar de hostwashing-. usar
propuestas de asilo p.!ra.J!varJ: e�� a o�as _f!!,ecllilas m�enos
vendibles, en este caso también relacionadas con el asilo, de la
misma forma que nayun ef!wash"Tng o-un l!!!!,,Piewashi!]g_q.Llf.­
E
pretenden esconder y ven edas mism��ci�siempre bajo
�na fioíle inocua..c;._ap,;1 medioambi�nEI o de gén�ro...:J
Hablando de género, y retomando algo comentado en el
anterior capítulo, la paradoja final de esta lógica de segmentación
surge en casos que incuben precisamente a mujeres migranres
«económicas». Al no haber sufrido persecuciones ni violaciones
de..D erechos Humanos en origen que�hayan motivado su emi­
gración, encuencran..doblemence ce.rddas las. va, de por _sí férreas
puercas-de Europa, debiendo utiliur...canales irregulares de encr;¡-
41

da, marcados a fuego por el tráfico de personas y la exploración y
violencia sexuales..Negando la entrada a las migrances económicas
il�gales� Euro ea las empuja a canales de!!!,igración donde..c.eina
._.... la ilegalidad y las violaciones de lo.J_Derechos Humano�que
"-:5� 1 .: , pOdrían ser conscicucivas de convertirlas en .6"ttur���!ll.illldan=
tesaeasíloy, P.-or1o canco, de 'Obcen.eulesratus..de..refugiadas.i
Una paradoj� que ejempfífi'Z:i"lo delgado e inconsiscence de esa
pretendida línea que buscar separar radical e interesadamente a
migranres de personas refugiadas.
¿Son voluntarias todas las migraciones económicas?
Esta interesada dicotomía encre migrante y refugiado lleva tiem­
po fraguándose y, como decíamos, se encuentra actualmente en
peligrosa vía de norrnalizació!). Obviamente se trata de dos con­
ceptos diferentes con especificidades y nada más lejos de nuestra
intención que pretender equipararlos cuales estrictos sinóDimos.
De acuerdo con la Convención (de Ginebra) sobre e/Estatuto
de los Refugiados de 195 l y el Protocolo complementario de 1967,
una persona refugiada se define como alguien que:
Debido a fundados temores de ser perseguida por motivos
de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un determi­
nado grupo social u opiniones políticas, se encuentre fuera
del país de su nacionalidad y no pueda o, a causa de dichos
\
r;¡.._e, temores, no quiera acogerse a la protección de su país; o que
careciendo de nacionalidad y hallándose, a consecuencia de
c ales aconcecimiencos fuera del país donde anees tuvi era su
residencia habitual, no p4eda o, a causa de dichos temores
no quiera regresar a él.3
3. Convención sobre el Estatuto de los Refugiados (aJopta<la el 28 de julio de
1951, entrada en vigor el 22 de abril de 1954) 189 UNTS 137, anículo I A(2), y
su Prococolo sobre el Estatuto de los Refugiados <le 1967 (adoptado d 31 <le enero
de 1 967, cmrada en vigor el 4 <le octubre de 1967) 606 UNTS 267. Disponible en
www.acnur.org/biblioteca/pdf/0005.pdf.
42
\
-.
Esca <lc::finición, marco y guía del derecho internacional sobre
( asilo y refugio, reconoce por lo ramo únicamente una caregoría
f!
muy pequena de migrances forzados como personas a las que �
orros países tienen la obligación de proreger: las y los refugiados
perseguidos por alguna de las razones antes enumeradas, las per­
e
--
�onas apátridas y algunos otros casos muy concn.:ros elegibles para
, protección complementaria. Fuera de escas «migraciones forzadas»
11
quedarían las conocidas como «migraciones voluntarias», normal­
m·ence llamadas «migraciones económicas» o «migraciones» a secas �
-
para diferenciarl¡is de los desplazamientos c.¡ue realizan las y los
«refugiados0 Una definición y protección de una parce que deja a
la intemperie normativa y en un cajón de sastre categórico al resto
de personas que migran, trazando una estricta línea divisoria que
cada día resulta más inexacta, insuficiente e injusta.
Según ACNUR:
Los migranres, especialmc.'.nre los migranrcs económicos,
deciden mudarse con el fin de mejorar las perspectivas
de fururo de sí mismos y sus familias. Los refugiados, sin
embargo, :tienen qu e movers e si quieren salvar sus vidas o
su liberrad. 4
Evidencemence, no es lo mismo emigrar para ganarse mejor
la vida que huir a la desesperada de las bombas o de una amenaza
de muerte motivada, pongamos el caso, por una persecución ra­
cial. Pero, ¿acaso entre esas dos categorías no existe una enorme
� creciente gama <le grises? ¿Qué ocurre con quienes huyen de
la miseria, del hambre o de la des ercificación que matan canco
•
o más que las bombas del mal llamado Esrado Islámico o de los
genocidios étnicos?
� _toda._p..crs_ona gue)1J.L)!.t:.- loJu.�_e...pOl:...cµLe 1 a_�ers� g� n Ji­
re ra Imenre �os sl_!jeros de derec�J-=Sto_es_occos-md1v1duos
dizar en csrns defi­
4. Recomendamos vi,irar la web de 1\CNUll par:i profun
efugiados/quicn-cs-un-
niciones y categorías www.acnur.org/t3/a-quien-ayuda/r
rcfugia<lo/.
43
 t \..
•
/ce"
• o instituciones. la miseria no persiguen a nadie,
ero macan i ual si n hu es e e as. uien no se mueve e
• tiºª zona inundada, desercificada o donde han desaparecido las
t infraestructuras sociales más elemencales, corre igual peligro de
• muerte que ex oniéndose a las bombas. Quienes huyen de la falca
•
de alimencos, de la ausencia de hospit es o e cam 10 c 1mático
buscan «mejorar las perspectivas ctefucuro de sí mismos y syL
:¡¡milias» canco como «salvar sus vidas o su libertad»., Porque,
¿acaso se puede ser libre en un mündosfri escue�nerras de
t cultivo ni vivienda?
Así pues, aunque refugiados y migrances no sean sinónimos, /
• sí�lta hoy_ urgence problematizar pol(ticamenceJa estricta
t
•
brecha encre escos dos col)_f�p_t��Qs..presema..sin.esca@
� grises intermedia, así como las-motivaciones e incereses gue se
•
es��deciTsaeesta oistincipn.N, por otro lado, problematizar
la estrecha concepción liberal del derecho al asilo que configu"ra
el marco en el que opera esa división encre estas dos categorías.
r Evidentemente, no se traca de ampliar el concepto de refugiado
e ara que quepa sYilgu1er tlQO de1ñt � a
' tuvieron
que desvirtuar el término y volverlo inservible. PeroÁL!{g� con-,
febir al�-persoña �efugi�g-Y. P.,.%fcuanr�éJ��
✓
•
asilo_, desde elpunto..4�.v�!.il-.deJa huida,,__,nQ.._cle lª-,perses;ució.n,
� : ·
Quienes huxen, y n� .9uienes 1ºº�eerse@lqas,
•
Una buena manera de ilustrar la insuficiencia de la división
actual entre la categoría «migraciones forzadas de los refugiados
políticos» y la de «migraciones voluntarias del resto de migrances»
1 es asomarnos a la realidad creciente de las migraciones medioam­
bientales, estrechamente ligadas a los factores socio-económicos
antes mencionados.
Migraciones medioambientales: una realidad creciente,
un vacío normativo
•
Según el Comité lncernacional de la Cruz Roja (CICR),_ya hay hoy
más de 200 millones de personas desplazadas por causas relacionadas
•.:
directa o indirectamente con el deterioro del medioambienre. Y las
1
f; 44
I ,.
,eu\l''
V
,'\IO q
proyecciones de ACNUR estiman que en los próximos 50 af10s en ere
250 y 1.000 millones de personas se verán obligadas a abandonar sus
hogares por �ocivos de esta índole. Esto generará un aumento expo­
nencial de desplazamientos internos y de migraciones internacionales
nada «voluntarias» pero que tampoco responden a persecuciones
políticas o situaciones de violencia militar. La ausencia de tierras
de culcivo, de agua potable o incluso de un lugar físico donde vivir
(ahí cenemos los casos extremos de archipiélagos del Pacífico como
Tuvalu o Kiribati en riesgo de desaparición por la constance subida
�"-
r,'út?
1• 0\ del nivel del mar)\Provocadas por unas condiciones climáticas cada
J
í) vez más hostiles, 1>scilantes e imprevisibles es uno de los grandes
\,C\,
('
des�fíos del Íl1turo.
Según la Organización Internacional de las Migraciones en
.: los últimos 30 años se ha triplicado el m'1mero de inundaciones' y
de sequías en todo el mundo, generando más desplazamientos de
población que todos los conflictos armados juncos: 200 millones de
desplazados dimáticos5 frence a los 40 millones causados por con- ·
flictos bélicos. Solo en 2015 se estima que 19 millones de personas
que abandonar su hogar p.or causas me�biemale!?­
rá mayoría en América y�En el Ártico, donde los niveles de
h,,,.... calentamiento doblan la media mundial, las zonas de hielo de
/
verano se han reducido en tres millones de kilómetros cuadrados
;:;,K�'clo desde 1980. Esto no provocará solamente el desplazamienro de
comunidades deAlaska y de algunas regiones de Canadá, sino que
tendrá consecuencias globales, siendo los habitantes de las zonas
_: •más empobrecidas del planeta y que cuentan con menos recursos
para paliar estos fenómenos (y dentro de este grupo especialmente
las mujeres y menores) quienes más sufrirán los efectos.
Pero la mano y responsabilidad humana en estos despla­
::r.am ientos no se limita a su participación en el calentamiento
5. Otras fi.icmes, como el lnrcrnal Displacemenr Moniroring Ccnccr (IDMC)
calculan que estos 200 millonrs de desplazamienros por razones medioambiema.les
se alcanuron ran solo en los úlcimos ocho afios, sin necesidad de ampliar la muestra
ranro ciempo arrás.
6. Para más derallcs, recomendamos n:vbar los capítulos espcdficos inclui­
dos en el Global Reporr on lnccrnal Oisplaccmenr 2016 (GRID), informe anual
elaborado por el lmcrnal Displacemenr Moniroring Center (IDMC).
45
 • l
global. Además de sequías e inundaciones derivadas del cam­
bio climático, muchos de estos desplazamientos se derivan de
la apuesta por modelos de aesarrolfo extracttvo·s oasados-en la
�9ncreci;1c�de k>srecÜrsos riatural��;tª agrnin:c;!yscri�-
y__la_p.roüfuación... de megi:aproyecros-- por-parre de-empresas
rransnacio�al_e�g ue fue.1:.z �a e2.�!acig,!!S.S e.rus_ra§�aban_donar.
s�..bábi.tall,_/ , · t" ,
Hablamos por ejemplo de la producción de agrocombuscibles
o de los modelos en régimen de monocultivo exportador, ambos
especialmente expuestos a los vaivenes de la especulación de los
precios de las materias primas en los mercados internacionales.
Proyectos económicos ambos que fomentan la deforestación, la
degradación medioambiental y el agotamiento de los recursos
necesarios para la vida en esas zonas, atentando contra cualquier
. v. principio de soberanía alimentari_a y causan.do migraciones for-
167tlvr( -,zadas allí donde la supervivencia ya no es viable.
e, l." ' , Es importante recordar esto porque en los foros interna-
cionales sobre la materia e incipientes compromisos estatales
al respecto suele imputarse únicamente al «cambio climático»
este tipo de desplazamientos crecientes, quedando la respon­
sabilidad de la actividad humana, ya sea de naturaleza pública
o rransnacional, diluida en el carácter indirecto de contribuir
a un calentamiento global que posteriormente genera sequías e
inundaciones.1EJ modelo de desarrollo capitalista globalizador
no solo es responsable del cambi� climático, srno también ae s
los proyectos exhactlvista-S:-contaminances_ ugroinduscriale
que expulsan directamente a miles de Personas de sus zona;
de vida y provocan su emlg¡ación.1 !:!.ay que rastrear codaslas..
causas no solo para garamizar la procec.cióo dt:....q11ieoes..suúen..
las�se<:_uencias, sino también P-ª.ra evitar la impunidad de su.s..
��e.s-�egir los motivos .¡
Así pues, conviene hablar de migraciones y de refugiados
medioambientales, y no solo de refugiados climáticos, dado
que esca última categoría remire únicamente a quienes huyen
de los efectos del cambio climácico, cuyas causas y responsables
son difíciles de establecer en una relación directa, mientras que
46
b caregoría m"edioambiencal incluye las causas climáticas pero
rambién codos los demás casos anees expuestos.
-Además, en nu�erosas ocasiones muchos conAicros bé­
licos, así como l�s emigraciones y refugiados que provocan,
están esrrechamenre ligados, cuando no causados en origen,
por fenómenos medioambientales. En la región sudanesa de
Darfur, el fatídico conflicto armado de la última década sur­
•-­
gió en buena medida por la dispura por el control de tierras
fértiles y agua potable (y no solo por enfrentamientos tribales
y raciales tan del gusro de los enfoques neocoloniales). Algo
similar ha ocurrido en otras zonas de África, como Nigeria o
••
Costa de Marfil, donde los desplazados por conAiccos bélicos
tienen un origen ligado al acceso a recursos naturales cada vez
más escasos y codiciados.
Sin ir más lejos, la propia revuelca de la población siria en
-...
2011 contra el régimen de Bachar el Asad, que terminó desen­
cadenando el actual conflicto bl!lico y los millones de refugiados
que solo·en parte están llegando hoy a Europa. estuvo motivada, 11.1!
entre orcos muchos factores, por las reivindicaciones de las clases
subalternas que exigían una mejora en sus condiciones de vida
...
( desde la precaria situación en la que se encontraban habitando
t-.t,•· .
1 • \ l · arrabales de grandes ciudades a las que habían llegado huyendo
1
de las sequías que tuvieron lugar entre2007y201 O. Ejemplos
"
f�, .. · que nos muestran !�cada-vez más comunes hilos �n
� medioambiente, conflictividad so':!_al.J_!l esrabilidad polmc:
�ua�..y migracion�rnacionales, y_que desmontan las pre­
tendidas fronceras..Q hciales er1_cre�refugiados por persecu_cirui.es
políticas y milir�res» yjl resc� �e ��gra�s movidos p__.Q_r_causas
/a JU,
- /l(¡'
e¡
ec�cas o medioambi�aies:.
Sin embargo, al igual que ocurre con las migraciones eco-
nómicas menos «voluntarias», la legislación internacional no
ampara hoy a quien huye por razones medioambientales. Es
cierto que estas realidades ya comienzan a aparecer como cate­
gorías específicas en las estadísricas e informes oficiales y que
ya existen declaraciones internacionales que desde hace años
incorporan las .causas medioambientales a la hora de hablar de
47
 •
r,
•
' desplazados internos y exigen para ellos una protección especí­
fica. El propio Programa de las Naciones Unidas para el Medio
Ambiente (PNUMA) habla desde la década de 1990 de refugia­
dos ambientales. Sin embargo, ni esa escasa jurisprudencia se
aplica cuando estas personas migrantes cruzan sus fronteras
nacionales y dejan de ser desplazados internos para convertirse
en migrantes internacionales (como si los motivos de la huida
•
�
o los efectos del cambio climático desapareciesen en origen al
cambiar de país), ni tampoco existe hoy un consenso jurídico
• internacional al respecto.
Como hemos visco más arriba,Qa Converu:ióo de..Gioebca OQ.
' contempla estos gsQs.lCabe preguntarse, sin etnbargo: si según
f•
esca definición un refugiado es aq.uel que !<O0 puede volver a su
país de origen porque su vida allí corre serios riesgos debidó a
� la persecución que sufre», ¿qué les espera a las y los migrantes
medioambientales en sus lugares de origen? En muchos casos
desiertos y áreas inundadas donde antes estaban sus casas, cuando
no zonas convertidas en explotaciones mineras o inhabitables por
'•
efectos de la deforestación y la contaminación.
De nuevo no hay un perseguidor con forma humana, pero sí
humanos huyendo de causas mortíferas. E!_calentamiento global
o las inundaciones no ersi uen liceralmence a la gente, ero la
gente si huye de ellas por razones can o _v1as como que ponen
•
{Ú:vtdllD..p.eligm�a"eerdiaa de suelo férciI no solo provocará.
desplazamientos de población, sino también desJ
•
a�ono rural, mayor presión demográfi�a en zonas urbanas
�c��adas y con carencias de serv1c1os e msralaciones, además
•
de
- una aceleracioñae la <<descampesinización» de la a· riculcura '?) <.,. /.
-=��=-,--=-
P01: -.=-+o--,---,.-,..-
que_una cosa-es lo�e digan las uenas declaraciones, /.
• pero otra es que de esa definición se g_et'lven mecanismos efectivos
•
y-vincolances de_p.,!2tecc16n y_refi.igi� igual que _0C\Jrre con
los «refugiados económicos», la categoría «refugiado climático»
•
no tiene cobijo actualmente en el derecho internacional. Esto
tiene una traducción muy cruda: hoy no existe un inscrumenco.:. ___.:;
internacional de Oer�hQ� Humanos g�P-roreja expresamente.
_jl las y los.refugiados medioambiencales¡,Y ni la Unión Europea
48
lt>y,,/
J·!t
l,hr ,..t, �
�
ni sus Estados miembros han suplido por su cuenca esta carencia.
vado legal que vuelve a poner en evidenciael
dad, esa 10s }'. necesidades--dt,.un n1undo cada
g!__oalizado,y unos�reos no�tivos agota_dos e insu.ficiences.
e ene.re
vez más
Y en polícic� n_o existen las'tierrasde nad_ie: allí do_n�ha un_
vac o e al un esa o o meo, un es�que ocupar con;,,
viniendo uqas reivindicaciones unas necesidades en derechos.
Porque, de o contrario, la práctica de un mundo injusto hará
de la injusticia la norma.
En la ambigüedad de la actual concepción de las migraciones
medioambientales y frente la ausencia de mecanismos vinculantes
de protección, la arbitrariedad hará estragos en la actual espiral
a la baja de los niveles de protección de los derechos. Pero .llQ.
basta con consensuar figuras jurídicas ue rote·an alíen las
c.on.s§uenc1as e as migraciones medioambientales, sino que
urge tambien y sobre codo atacar las causas y a sus responsables
.·p7ira no entrar en una espiral pali"ac"wa q�e cactavez re<JU�rirá
�yores recursos para proteger a flujos crecientes de migran·ces
q_uehuy§j3or moovos mectioambientales estrechamente ligados --
- --- --
a otros fenómenos económicos y políoco� - - - --
Desbordar el marco liberal del derecho al refug io
El debate sobre el desfase, insuficiencia y pertinente accuali­
zación y ampliación del concepto de refugiado y del marco
jurídico asociado recogido en la Convención de Ginebra hace
años que está abierto. Sin embargo, poco se ha avanzado en el
pl_ano legislativo más allá de foros donde los diagnósticos son
,¡/"I ;--,
e, tan acercados como poco vinculantes las propuestas. Y la crisis
europea en corno a la gestión de los flujos migratorios no ha
. hecho más que frenar aún más cualquier esperanza de llevar a
buen puerco este deba re. Si los Estados miembros de la UE son_
i�capaces des acoger_: �..::_porcentaje ínfimo de quienes huyen
por motívo recogidos en el estatus básico de refugiados, difícil
.plantearles a�liar la rorección a quienes huyen también�
razones económicas o me ioamb1euta es.J e nuevo la fafta de
49
•
voluntad política se vuelve piedra en el camino <le los recos de
nuestro ttempo.
Pero más allá de las contingencias actuales y de los intereses
coyunturales, hay un marco teórico y político dt: fondo que
explica esca concepción restringida del derecho al refugio y que
coca disputar para evitar que cualquier actualización se enc;�entre
con pasillos demasiados estrechos. Nos referimos al mateo libe­
ral que concibe la política, la democracia y los derechos como
fenómenos suscritos principalmente a la esfera política y civil.
Desde este enfoque, los derechos económicos, sociales, culcurales
y ambientales (los conocidos como DESCA o Derechos Humanos
de segunda generación o tercera en el caso deJos medioambien­
tales) estarían un escalón por debajo y no requerirían el mismo
nivel de protección que los priri1e-ros.
Cuando hay derechos de primera y de segunda categoría,
también hay violaciones de derechos y niveles de protección de
primera y de segunda. De esca forma, esce marco liberal permi­
te una interpretación a la baja de los niveles de protección, de
aquellas pérdidas de derechos constitutivas de violaciones
de derechos fundamentales y, por lo canco, de los compromisos
de las distintas instituciones en su lucha contra escas situaciones
y en la acogida de quienes huyen de ellas. Un marco que vacía
la política de su realidad social, económica y medioambiental,
cuando es precisamente t:sta la que constituye en gran medida
la esfera polícica.
Además de reducir los niveles de protección, esce mari::o liberal
permite evitar asumir la corresponsabilidad por parce de terceros
actores en las causas de la emigración ligadas a la erosión de estos
otros derechos. Hablamos del papel de potencias exteriores, como
la UE y sus Estados miembros,_ya sea a través de su política exterior
directa en escas países o a travb; de los o�ganismos «mulcilacerales»
en los que participan, o de las empresas transnacionales, cuyas
diferentes actividades e intereses atacan derechos fundamentales
en los países del Sur Global y provocan emigraciones que luego
esas mismas potencias del Norte no reconocen con la figura de
refugiados. Proteger menos a quienes huyen de violaciones de
so
�
di:rechos y escurrir más d bulco a quienes provocan por activa o
por pasiva dichos atropellos: ese l!s el resultado de esca interpre­
tación liberal del derecho internacional.
'llrge_pues desbordar �arco y apostar por un enfoque
integral de derechos que incluya los DESCA en pie de igualdad '-­
con el paquete clásico de derechos civiles y políticos. Esto
permitiría in�retar la�·encia de esto�_pcro�crechQ__s_:como
e
constitutiva �e violaciones de derechos fundamentales y, por
lo canco, ampliar el marco actual de protección de migrances
•-
explorando las categorías de refugiados económicos y medioam­
bientales. Pero en paralelo a este salto cuantitativo (los nuevos tJÍI!
cipos de derechos que considerar en el listado de fundamentales),
debem·os avanzar también en un saleo cualitativo que cambie
•
el enfoque acrual.
Porque hay persecuciones por activa de derechos económicos
-.,
cuando, por ejemplo, una empresa transnacional, con la conniven­
cia de un Estado soberano, decide expulsar a una persona o a una
comunidad de su lugar residencia para establecer allí un proyecco ti@
de infraestructuras o de agroinduscria. Pero también se producen
violaciones de derechos por pasiva, por omisión de responsabil ida­
des por parce de los agences llamados a cubrir una serie de derechos
básicos y que, sin embargo, se inhiben de sus funciones.
A quien se ve desprovisto de sus derechos más fundamentales
y de cualquier capacidad de subsistencia, viéndose obligado a
emigrar, poco le importa que la causa resida en una violación
por activa (una expropiación forwsa de su cierra de cultivo ó una
contaminación de su hábitat) o en una omisión de las Adminis­
traciones de las que esta persona es nacional y que no cumple
' 5us fuhciones soberanas de prestación de servicios básicos para
la vida (como el acceso a alimentos, a la cierra o a un empleo)
o para su desarrollo y dignidad personal (véase un� s servicios
básicos sanitarios o educativos). El resultado es el mismo: tener
que abandonar tu hogar y necesitar protección y una garantía
_
mínima de derechos durante la emigración y en el desuno.
'Así pues, en conclusión, debemos a12ostar P.Or-�n nu�vo m ���
bajo el cual no es refugiado-solo quien es persegu1do,-smo quien
SI
 --
huye. Po_!qu� del hambre, la e.9breza, la falca d':_ educación o de las.
condiciones de salud más básicaúarñbien se huye aunque.nadie te
persiga. _Es liberal restringir la categoría de refugiadb a quie� huye
.
de una violación de sus derechos civiles y políticos, ignorando no - /Y?..,." ,
solo las violaciones que se cometen sobre los derechos de índole
--
,,.
económica, social, cultural o medioambiental, sino también y
sobre codo el nexo que suele haber entre la precariedad de estos
derechos y las causas de la emigración.
..•
Aceptar que refugiado y migrante no son sinpnimos no im­
plica asumir acríticamente sus actuales definiciones y la frontera
e._olícica que se construye entre ambos términos y realidades.
Toca disputar la brecha que les separa y dar �na batalla para que
quienes huyen de violaciones de derechos· fundamentales y de_
situaciones que desbordan la esc'recha lista actual sean también
•
reconocidos como refugiados· y puedan acogers"C a mecanismos
-•
de protección vinculantes y suficiences,1():' esto requiere modificar
•
el marco teórico liberal y reescribir las normas del derecho inter­
nacional, pero no solo. Las ley es son traducciones normativas de
las correlaciones de fuerzas dadas en cada momento histórico.
-
Si no cambiamos esa balanza en favor de las y los desposeídos,
no solo no podremos hacer esos cambios norm�tivos, sino que,
aún consiguiéndolo, no cendremos capacidad para traducirlos
en cambios reales en la práctica política.
52
III. Y EUROPA DESCUBRIÓ
A LOS REFUGIADOS
✓ \.
Sigo convencida de que la ¡.,olí1ica europea sobre
inmigración considera esre tributo de.: vidas humanas
una forma de concrolar los Aujos, cuando no de fre­
narlos. Pero, si para estas personas el viaje en barco
sigue siendo la única posibilidad de esperanza, yo
creo que su rnuerre en el mar debe ser para Europa
morivo de vergüenza y deshonor.
GJLJSl(PPINA NJCOLINI
alcaldesa de la isla de Lampedusa
Evidentemente, Europa no ha descubierto las migraciones y el
asilo en el último año, tal y como provocativamente señala el título
de este capítulo. Como decíamos en el primer capítulo, migrar
es una con "ción humana las migrac· nes 1\ arre de la hi�
� l��...d _ a-for�acióJ.L,de��p1a·�01.a1l1dact. En '
- ..,,,
/ .
� el caso euro eo esto es incluso más o ·de�-;"mirt'anre:1 las
/J
.,•Ir✓ migracion_;s constituyen un e emento es.5n.fialde--la iclentida:d
1 , � eur-opeafAhí están para recordárnoslo los judíos orientales o las
r1, •.ll ·
. �migrantes a las regiones industriales centroeuropeas du-
.ranre la segunda mitad del siglo XX, primero desde los países de la
periferia sur europea, después desde el este. Sin ir más lejos, hoy
en países como Noruega o Alemania el colectivo de inmigrantes
más numeroso lo conforman las personas nacidas en Polonia, ·
mientras que las y los italianos son los extranjeros más numero­
sos en Bélgica, las y los finlandeses en Suecia, y el británico es el
pasaporte extranjero más co1m'.1n en Irlanda. Son solo algunos
ejemplos de migraciones ocurridas dentro del propio continente
y que han contribuido a forjar esa «identidad europea» que ahora
parece redescubrirse al confrontarse a1 «otro», a1 extranjero llegado
desde más allá de las fronteras continenrales.
Pero sin duda es 2015 el año de la eclosión de la acrual «crisis
de refugiados» y momento en el que la cuestión migratoria vive un
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