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Época: Sexta Época

Registro: 904265

Instancia: Primera Sala

Tipo de Tesis: Jurisprudencia

Fuente: Apéndice 2000

Tomo II, Penal, Jurisprudencia SCJN

Materia(s): Penal

Tesis: 284

Página: 207

PRUEBAS, VALORACIÓN DE LAS.-

Es obligación de los tribunales de instancia analizar razonadamente todas y cada una de las pruebas
que puedan influir en la condena del acusado, por lo que resulta violatoria de garantías la sentencia
que en perjuicio del reo deja de considerar una o varias de las que podían favorecerle.

Sexta Época:

Amparo directo 4767/52.-Ramón Muñoz Peza y coag.-15 de enero de 1954.-Unanimidad de cuatro


votos.-Ponente: Luis Chico Goerne.

Amparo directo 9823/50.-Avelino Rutilio.-1o. de marzo de 1955.-Unanimidad de cuatro votos.-La


publicación no menciona el nombre del ponente.

Amparo directo 5411/60.-Felipe Galván Yáñez.-19 de enero de 1961.-Unanimidad de cuatro votos.-


Ponente: Agustín Mercado Alarcón.

Amparo directo 326/61.-Francisco Peña Cabrera.-16 de marzo de 1961.-Unanimidad de cuatro


votos.-Ponente: Pedro Guerrero Martínez.
Amparo directo 7393/62.-Carlos Martínez López.-2 de mayo de 1963.-Unanimidad de cuatro votos.-
Ponente: Alberto R. Vela.

Apéndice 1917-1995, Tomo II, Primera Parte, página 154, Primera Sala, tesis 275.

Época: Quinta Época

Registro: 1013028

Instancia: Segunda Sala

Tipo de Tesis: Jurisprudencia

Fuente: Apéndice de 2011

Tomo V. Civil Primera Parte - SCJN Primera Sección - Civil Subsección 2 - Adjetivo

Materia(s): Civil

Tesis: 429

Página: 438

PRUEBAS, APRECIACIÓN DE LAS, POR AUTORIDAD JUDICIAL.

Tratándose de la facultad de los Jueces para la apreciación de las pruebas, la legislación mexicana
adopta el sistema mixto de valoración, pues si bien concede arbitrio judicial al juzgador, para la
apreciación de ciertas pruebas (testimonial, pericial o presuntiva), ese arbitrio no es absoluto, sino
restringido por determinadas reglas basadas en los principios de la lógica, de las cuales no debe
separarse, pues al hacerlo, su apreciación, aunque no infrinja directamente la ley, sí viola los
principios lógicos en que descansa, y dicha violación puede dar materia al examen constitucional.

Amparo civil directo 4510/36.—Freytag Gallardo Guillermo.—3 de marzo de 1938.—Cinco votos.—


La publicación no menciona el nombre del ponente.

Amparo administrativo directo 3804/39.—Compañía Mexicana de Phonofilm de Forest, S.A.—17 de


noviembre de 1940.—Cinco votos.—Relator: Agustín Gómez Campos.
Amparo civil directo 7486/40.—Casarín W. Alfredo.—7 de febrero de 1941.—Cinco votos.—La
publicación no menciona el nombre del ponente.

Amparo civil directo 4312/40.—Moreno Ayala José, sucesión de y coags.—11 de agosto de 1941.—
Unanimidad de cuatro votos.—Relator: Hilario Medina.

Amparo civil en revisión 6233/40.—Vicencio Juan, sucesión de.—12 de enero de 1942.—Cinco


votos.—La publicación no menciona el nombre del ponente.

Apéndice 1917-2000, Tomo IV, Materia Civil, Jurisprudencia, Suprema Corte de Justicia de la Nación,
página 284, Segunda Sala, tesis 338.

Época: Novena Época

Registro: 1013778

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito

Tipo de Tesis: Jurisprudencia

Fuente: Apéndice de 2011

Tomo V. Civil Segunda Parte - TCC Primera Sección - Civil Subsección 2 - Adjetivo

Materia(s): Civil

Tesis: 1179

Página: 1315

PRUEBA PERICIAL, VALORACIÓN DE LA. SISTEMAS.

En la valoración de las pruebas existen los sistemas tasados o legales y pruebas libres, o de libre
convicción. Las pruebas legales son aquellas a las que la ley señala por anticipado la eficacia
probatoria que el juzgador debe atribuirles. Así, el Código de Comercio en sus artículos 1287, 1291
a 1294, 1296, 1298 a 1300, 1304 y 1305, dispone que la confesión judicial y extrajudicial, los
instrumentos públicos, el reconocimiento o inspección judicial y el testimonio singular, hacen
prueba plena satisfechos diversos requisitos; que las actuaciones judiciales, los avalúos y las
presunciones legales hacen prueba plena, y que el documento que un litigante presenta, prueba
plenamente en su contra. Por otra parte, las pruebas de libre convicción son las que se fundan en la
sana crítica, y que constituyen las reglas del correcto entendimiento humano. En éstas interfieren
las reglas de la lógica con las reglas de la experiencia del Juez, que contribuyen a que pueda analizar
la prueba con arreglo a la sana razón y a un conocimiento experimental de las cosas. Esos principios
se encuentran previstos en el artículo 402 del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito
Federal, al establecer que los medios de prueba aportados y admitidos serán valorados en su
conjunto por el juzgador, atendiendo a las reglas de la lógica y de la experiencia, exponiendo
cuidadosamente los fundamentos de la valoración jurídica y de su decisión. De modo que salvo en
aquellos casos en que la ley otorga el valor probatorio a una prueba, el Juez debe decidir con arreglo
a la sana crítica, esto es, sin razonar a voluntad, discrecionalmente o arbitrariamente. Las reglas de
la sana crítica consisten en su sentido formal en una operación lógica. Las máximas de experiencia
contribuyen tanto como los principios lógicos a la valoración de la prueba. En efecto, el Juez es quien
toma conocimiento del mundo que le rodea y le conoce a través de sus procesos sensibles e
intelectuales. La sana crítica es, además de la aplicación de la lógica, la correcta apreciación de
ciertas proposiciones de experiencia de que todo hombre se sirve en la vida. Luego, es necesario
considerar en la valoración de la prueba el carácter forzosamente variable de la experiencia
humana, tanto como la necesidad de mantener con el rigor posible los principios de la lógica en que
el derecho se apoya. Por otra parte, el peritaje es una actividad humana de carácter procesal,
desarrollada en virtud de encargo judicial por personas distintas de las partes del proceso,
especialmente calificadas por su experiencia o conocimientos técnicos, artísticos o científicos y
mediante la cual se suministran al Juez argumentos y razones para la formación de su
convencimiento respecto de ciertos hechos, también especiales, cuya percepción o cuyo
entendimiento escapa a las aptitudes del común de la gente y requieren esa capacidad particular
para su adecuada percepción y la correcta verificación de sus relaciones con otros hechos, de sus
causas y de sus efectos o, simplemente, para su apreciación e interpretación. Luego, la peritación
cumple con una doble función, que es, por una parte, verificar hechos que requieren conocimientos
técnicos, artísticos o científicos que escapan a la cultura común del Juez y de la gente, sus causas y
sus efectos y, por otra, suministrar reglas técnicas o científicas de la experiencia especializada de los
peritos, para formar la convicción del Juez sobre tales hechos y para ilustrarlo con el fin de que los
entienda mejor y pueda apreciarlos correctamente. Por otra parte, en materia civil o mercantil el
valor probatorio del peritaje radica en una presunción concreta, para el caso particular de que el
perito es sincero, veraz y posiblemente acertado, cuando es una persona honesta, imparcial, capaz,
experta en la materia de que forma parte el hecho sobre el cual dictamina que, además, ha
estudiado cuidadosamente el problema sometido a su consideración, ha realizado sus percepciones
de los hechos o del material probatorio del proceso con eficacia y ha emitido su concepto sobre
tales percepciones y las deducciones que de ellas se concluyen, gracias a las reglas técnicas,
científicas o artísticas de la experiencia que conoce y aplica para esos fines, en forma explicada,
motivada, fundada y conveniente. Esto es, el valor probatorio de un peritaje depende de si está
debidamente fundado. La claridad en las conclusiones es indispensable para que aparezcan exactas
y el Juez pueda adoptarlas; su firmeza o la ausencia de vacilaciones es necesaria para que sean
convincentes; la lógica relación entre ellas y los fundamentos que las respaldan debe existir siempre,
para que merezcan absoluta credibilidad. Si unos buenos fundamentos van acompañados de unas
malas conclusiones o si no existe armonía entre aquéllos y éstas o si el perito no parece seguro de
sus conceptos, el dictamen no puede tener eficacia probatoria. Al Juez le corresponde apreciar estos
aspectos intrínsecos de la prueba. No obstante ser una crítica menos difícil que la de sus
fundamentos, puede ocurrir también que el Juez no se encuentre en condiciones de apreciar sus
defectos, en cuyo caso tendrá que aceptarla, pero si considera que las conclusiones de los peritos
contrarían normas generales de la experiencia o hechos notorios o una presunción de derecho o
una cosa juzgada o reglas elementales de lógica, o que son contradictorias o evidentemente
exageradas o inverosímiles, o que no encuentran respaldo suficiente en los fundamentos del
dictamen o que están desvirtuadas por otras pruebas de mayor credibilidad, puede rechazarlo,
aunque emane de dos peritos en perfecto acuerdo. Por otra parte, no basta que las conclusiones de
los peritos sean claras y firmes, como consecuencia lógica de sus fundamentos o motivaciones,
porque el perito puede exponer con claridad, firmeza y lógica tesis equivocadas. Si a pesar de esta
apariencia el Juez considera que los hechos afirmados en las conclusiones son improbables, de
acuerdo con las reglas generales de la experiencia y con la crítica lógica del dictamen, éste no será
conveniente, ni podrá otorgarle la certeza indispensable para que lo adopte como fundamento
exclusivo de su decisión, pero si existen en el proceso otros medios de prueba que lo corroboren,
en conjunto podrán darle esa certeza. Cuando el Juez considere que esos hechos son absurdos o
imposibles, debe negarse a aceptar las conclusiones del dictamen.

TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.

Amparo directo 483/2000.—Pablo Funtanet Mange.—6 de abril de 2001.—Unanimidad de votos.—


Ponente: Neófito López Ramos.—Secretario: José Álvaro Vargas Ornelas.

Amparo directo 16363/2002.—María Luisa Gómez Mondragón.—13 de marzo de 2003.—


Unanimidad de votos.—Ponente: Neófito López Ramos.—Secretario: Williams Arturo Nucamendi
Escobar.

Amparo directo 4823/2003.—María Felipa González Martínez.—9 de mayo de 2003.—Unanimidad


de votos.—Ponente: Neófito López Ramos.—Secretario: José Luis Evaristo Villegas.

Amparo directo 595/2003.—Sucesión a bienes de Pedro Santillán Tinoco.—13 de noviembre de


2003.—Unanimidad de votos.—Ponente: Gabriel Montes Alcaraz.—Secretario: José Luis Evaristo
Villegas.
Amparo directo 641/2003.—Carlos Manuel Chávez Dávalos.—13 de noviembre de 2003.—
Unanimidad de votos.—Ponente: Gabriel Montes Alcaraz.—Secretario: José Luis Evaristo Villegas.

Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XX, julio de 2004, página
1490, Tribunales Colegiados de Circuito, tesis I.3o.C. J/33; véase ejecutoria en el Semanario Judicial
de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XX, julio de 2004, página 1493.

Época: Octava Época

Registro: 1013797

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito

Tipo de Tesis: Jurisprudencia

Fuente: Apéndice de 2011

Tomo V. Civil Segunda Parte - TCC Primera Sección - Civil Subsección 2 - Adjetivo

Materia(s): Civil

Tesis: 1197

Página: 1333

PRUEBAS. MÉTODO A EMPLEAR EN LA VALORACIÓN DE LAS (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE


JALISCO).

Las pruebas deben ser examinadas primero de manera individual, con el propósito de advertir si
satisfacen o no los requisitos de ley, en caso de que las pruebas incumplan con alguno de los
requisitos señalados en la norma, procede desestimarlas de acuerdo con el principio inmerso en el
artículo 297 párrafo segundo del Código de Procedimientos Civiles para el Estado de Jalisco, en
cambio, si reúnen los requisitos procede establecer su alcance probatorio al tenor del artículo 418
del mismo ordenamiento y posteriormente, han de apreciarse en conjunto mediante su enlace o
confrontación, según el caso a fin de lograr la verdad jurídica.

PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL TERCER CIRCUITO.


Amparo directo 841/89.—Leopoldo González Padilla.—11 de diciembre de 1989.—Unanimidad de
votos.—Ponente: Francisco José Domínguez Ramírez.—Secretario: Martín Alejandro Cañizales
Esparza.

Amparo directo 1027/89.—Emiliano Brambila Aguilar.—20 de abril de 1990.—Unanimidad de


votos.—Ponente: José de Jesús Gudiño Pelayo.—Secretario: Alfredo López Cruz.

Amparo directo 1037/90.—Dinámica, S.A.—10 de mayo de 1991.—Unanimidad de votos.—


Ponente: José de Jesús Gudiño Pelayo.—Secretario: Alfredo López Cruz.

Amparo directo 281/91.—Manuel Rivera Hernández.—10 de mayo de 1991.—Unanimidad de


votos.—Ponente: José de Jesús Gudiño Pelayo.—Secretario: Alfredo López Cruz.

Amparo directo 767/91.—María Amparo Partida Jaime.—31 de octubre de 1991.—Unanimidad de


votos.—Ponente: José de Jesús Gudiño Pelayo.—Secretario: Alfredo López Cruz.

Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Octava Época, Número 52, abril de 1992, página
47, Tribunales Colegiados de Circuito, tesis III.1o.C. J/13; véase ejecutoria en el Semanario Judicial
de la Federación, Octava Época, Tomo IX, abril de 1992, página 295.

Apéndice 1917-2000, Tomo IV, Materia Civil, Jurisprudencia, Tribunales Colegiados de Circuito,
página 581, tesis 622.

Época: Sexta Época

Registro: 1005932

Instancia: Primera Sala

Tipo de Tesis: Jurisprudencia

Fuente: Apéndice de 2011

Tomo III. Penal Primera Parte - SCJN Sección - Adjetivo

Materia(s): Penal

Tesis: 554

Página: 506
PRUEBAS, VALORACIÓN DE LAS.

Es obligación de los tribunales de instancia analizar razonadamente todas y cada una de las
pruebas que puedan influir en la condena del acusado, por lo que resulta violatoria de garantías la
sentencia que en perjuicio del reo deja de considerar una o varias de las que podían favorecerle.

Amparo directo 4767/52.—Ramón Muñoz Peza y coag.—15 de enero de 1954.—Unanimidad de


cuatro votos.—Ponente: Luis Chico Goerne.

Amparo directo 9823/50.—Avelino Rutilio.—1o. de marzo de 1955.—Unanimidad de cuatro


votos.—La publicación no menciona el nombre del ponente.

Amparo directo 5411/60.—Felipe Galván Yáñez.—19 de enero de 1961.—Unanimidad de cuatro


votos.—Ponente: Agustín Mercado Alarcón.

Amparo directo 326/61.—Francisco Peña Cabrera.—16 de marzo de 1961.—Unanimidad de cuatro


votos.—Ponente: Pedro Guerrero Martínez.

Amparo directo 7393/62.—Carlos Martínez López.—2 de mayo de 1963.—Unanimidad de cuatro


votos.—Ponente: Alberto R. Vela.

Apéndice 1917-2000, Tomo II, Materia Penal, Jurisprudencia, Suprema Corte de Justicia de la
Nación, página 207, Primera Sala, tesis 284.

Época: Novena Época

Registro: 193595

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito

Tipo de Tesis: Aislada

Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta

Tomo X, Agosto de 1999


Materia(s): Común

Tesis: VII.2o.P.1 K

Página: 787

QUEJA, PROCEDENCIA DE LA, CUANDO LA AUTORIDAD RESPONSABLE NO CUMPLE CON LA


VALORACIÓN DE PRUEBAS ORDENADA EN LA SENTENCIA AMPARADORA.

Si en una ejecutoria de amparo se dispuso que se analizara íntegramente el material probatorio


existente en el sumario, y en la nueva resolución la autoridad responsable sólo estudió algunas de
esas pruebas, el juicio de garantías interpuesto por ese motivo en contra de esta última sentencia,
resulta improcedente al tenor de lo establecido por el artículo 73, fracción XVIII, en relación con el
diverso numeral 95, fracción IX, de la Ley de Amparo, toda vez que tratándose de tal valoración la
autoridad quedó vinculada a dicha ejecutoria, sin que obste que en ella se haya dispuesto que la
responsable resolviera con plenitud de jurisdicción, pues si bien es cierto que en este caso procede
un nuevo amparo, esto es así cuando se cumple íntegramente con lo que se ordenó en la
resolución amparadora.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL SÉPTIMO CIRCUITO.

Amparo directo 39/99. Antonio Altamirano Contreras. 2 de junio de 1999. Unanimidad de votos.
Ponente: Alfonso Ortiz Díaz. Secretaria: Olga María Josefina Ojeda Arellano.

Véase: Semanario Judicial de la Federación, Séptima Época, Volúmenes 175-180, Séptima Parte,
página 407, tesis de rubro: "QUEJA POR DEFECTO DE EJECUCIÓN Y NO AMPARO.".

Época: Novena Época

Registro: 177763

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito

Tipo de Tesis: Aislada

Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta

Tomo XXII, Julio de 2005

Materia(s): Común

Tesis: II.1o.A.24 K

Página: 1558
TESTIMONIAL EN EL JUICIO DE AMPARO. SU VALORACIÓN SE RIGE POR LA SANA CRÍTICA.

De acuerdo con los artículos 197 y 215 del Código Federal de Procedimientos Civiles, supletorio de
la Ley de Amparo, el sistema de valoración de pruebas que rige la apreciación de la prueba
testimonial en el juicio de amparo, es el denominado sana crítica, en el que el juzgador tiene
libertad para razonar el valor de esa prueba, pero está obligado a hacerlo bajo las reglas de la
lógica -lo que implica el principio de no contradicción y de racionalidad interna de la decisión
probatoria, ya que su coherencia es una condición mínima de su aceptabilidad-, y de la experiencia
-que alude a la existencia de un criterio que goza de amplio consenso en la cultura media del lugar
y tiempo en que se formula la decisión, criterio que establece "lo que sucede normalmente" y que,
en función de ello, permite construir una inferencia que va de un hecho conocido a uno ignorado-,
para así evitar la arbitrariedad.

PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL SEGUNDO CIRCUITO.

Amparo en revisión 129/2005. Faustino Pastrana Serralde. 7 de abril de 2005. Unanimidad de


votos. Ponente: Salvador Mondragón Reyes. Secretaria: Sonia Rojas Castro.

Época: Décima Época

Registro: 2007739

Instancia: Primera Sala

Tipo de Tesis: Aislada

Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación

Libro 11, Octubre de 2014, Tomo I

Materia(s): Penal

Tesis: 1a. CCCXLV/2014 (10a.)

Página: 621

VALORACIÓN PROBATORIA. CASOS EN LOS QUE UN MEDIO DE PRUEBA CORROBORA LO


ACREDITADO CON OTRO.
En el ámbito de la valoración de las pruebas es necesario determinar en qué casos puede decirse
que una prueba corrobora la información proporcionada por otra. En amplio sentido, puede
decirse que existe corroboración cuando una prueba hace más probable que sea verdadera la
información proporcionada por otro medio de prueba. Al respecto, pueden distinguirse tres
situaciones donde un medio de prueba "corrobora" la información aportada sobre algún hecho
por otro medio de prueba: (1) hay "corroboración propiamente dicha", cuando existen dos o más
medios de prueba que acreditan el mismo hecho (por ejemplo, cuando dos testigos declaran sobre
la existencia de un mismo acontecimiento); (2) existe "convergencia" cuando dos o más medios de
prueba apoyan la misma conclusión (por ejemplo, cuando de la declaración de un testigo y de una
prueba pericial se infiere que determinada persona cometió un delito); y finalmente (3) hay
"corroboración de la credibilidad" cuando una prueba sirve para apoyar la credibilidad de otro
medio de prueba (por ejemplo, cuando otro testigo declara que el testigo de cargo no ve muy bien
de noche y la identificación tuvo lugar en esas circunstancias).

Amparo directo 21/2012. 22 de enero de 2014. Cinco votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo
de Larrea, José Ramón Cossío Díaz, quien formuló voto concurrente, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena,
Olga Sánchez Cordero de García Villegas y Jorge Mario Pardo Rebolledo, quien formuló voto
concurrente. Los Ministros Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena y Olga Sánchez Cordero de García
Villegas, reservaron su derecho a formular voto concurrente. Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de
Larrea. Secretario: Arturo Bárcena Zubieta.

Esta tesis se publicó el viernes 24 de octubre de 2014 a las 09:35 horas en el Semanario Judicial de
la Federación.

Época: Novena Época

Registro: 181056

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito

Tipo de Tesis: Jurisprudencia

Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta

Tomo XX, Julio de 2004

Materia(s): Civil

Tesis: I.3o.C. J/33

Página: 1490

PRUEBA PERICIAL, VALORACIÓN DE LA. SISTEMAS.


En la valoración de las pruebas existen los sistemas tasados o legales y pruebas libres, o de libre
convicción. Las pruebas legales son aquellas a las que la ley señala por anticipado la eficacia
probatoria que el juzgador debe atribuirles. Así, el Código de Comercio en sus artículos 1287, 1291
a 1294, 1296, 1298 a 1300, 1304 y 1305, dispone que la confesión judicial y extrajudicial, los
instrumentos públicos, el reconocimiento o inspección judicial y el testimonio singular, hacen
prueba plena satisfechos diversos requisitos; que las actuaciones judiciales, los avalúos y las
presunciones legales hacen prueba plena, y que el documento que un litigante presenta, prueba
plenamente en su contra. Por otra parte, las pruebas de libre convicción son las que se fundan en
la sana crítica, y que constituyen las reglas del correcto entendimiento humano. En éstas
interfieren las reglas de la lógica con las reglas de la experiencia del Juez, que contribuyen a que
pueda analizar la prueba con arreglo a la sana razón y a un conocimiento experimental de las
cosas. Esos principios se encuentran previstos en el artículo 402 del Código de Procedimientos
Civiles para el Distrito Federal, al establecer que los medios de prueba aportados y admitidos
serán valorados en su conjunto por el juzgador, atendiendo a las reglas de la lógica y de la
experiencia, exponiendo cuidadosamente los fundamentos de la valoración jurídica y de su
decisión. De modo que salvo en aquellos casos en que la ley otorga el valor probatorio a una
prueba, el Juez debe decidir con arreglo a la sana crítica, esto es, sin razonar a voluntad,
discrecionalmente o arbitrariamente. Las reglas de la sana crítica consisten en su sentido formal
en una operación lógica. Las máximas de experiencia contribuyen tanto como los principios lógicos
a la valoración de la prueba. En efecto, el Juez es quien toma conocimiento del mundo que le
rodea y le conoce a través de sus procesos sensibles e intelectuales. La sana crítica es, además de
la aplicación de la lógica, la correcta apreciación de ciertas proposiciones de experiencia de que
todo hombre se sirve en la vida. Luego, es necesario considerar en la valoración de la prueba el
carácter forzosamente variable de la experiencia humana, tanto como la necesidad de mantener
con el rigor posible los principios de la lógica en que el derecho se apoya. Por otra parte, el
peritaje es una actividad humana de carácter procesal, desarrollada en virtud de encargo judicial
por personas distintas de las partes del proceso, especialmente calificadas por su experiencia o
conocimientos técnicos, artísticos o científicos y mediante la cual se suministran al Juez
argumentos y razones para la formación de su convencimiento respecto de ciertos hechos,
también especiales, cuya percepción o cuyo entendimiento escapa a las aptitudes del común de la
gente y requieren esa capacidad particular para su adecuada percepción y la correcta verificación
de sus relaciones con otros hechos, de sus causas y de sus efectos o, simplemente, para su
apreciación e interpretación. Luego, la peritación cumple con una doble función, que es, por una
parte, verificar hechos que requieren conocimientos técnicos, artísticos o científicos que escapan a
la cultura común del Juez y de la gente, sus causas y sus efectos y, por otra, suministrar reglas
técnicas o científicas de la experiencia especializada de los peritos, para formar la convicción del
Juez sobre tales hechos y para ilustrarlo con el fin de que los entienda mejor y pueda apreciarlos
correctamente. Por otra parte, en materia civil o mercantil el valor probatorio del peritaje radica
en una presunción concreta, para el caso particular de que el perito es sincero, veraz y
posiblemente acertado, cuando es una persona honesta, imparcial, capaz, experta en la materia
de que forma parte el hecho sobre el cual dictamina que, además, ha estudiado cuidadosamente
el problema sometido a su consideración, ha realizado sus percepciones de los hechos o del
material probatorio del proceso con eficacia y ha emitido su concepto sobre tales percepciones y
las deducciones que de ellas se concluyen, gracias a las reglas técnicas, científicas o artísticas de la
experiencia que conoce y aplica para esos fines, en forma explicada, motivada, fundada y
conveniente. Esto es, el valor probatorio de un peritaje depende de si está debidamente fundado.
La claridad en las conclusiones es indispensable para que aparezcan exactas y el Juez pueda
adoptarlas; su firmeza o la ausencia de vacilaciones es necesaria para que sean convincentes; la
lógica relación entre ellas y los fundamentos que las respaldan debe existir siempre, para que
merezcan absoluta credibilidad. Si unos buenos fundamentos van acompañados de unas malas
conclusiones o si no existe armonía entre aquéllos y éstas o si el perito no parece seguro de sus
conceptos, el dictamen no puede tener eficacia probatoria. Al Juez le corresponde apreciar estos
aspectos intrínsecos de la prueba. No obstante ser una crítica menos difícil que la de sus
fundamentos, puede ocurrir también que el Juez no se encuentre en condiciones de apreciar sus
defectos, en cuyo caso tendrá que aceptarla, pero si considera que las conclusiones de los peritos
contrarían normas generales de la experiencia o hechos notorios o una presunción de derecho o
una cosa juzgada o reglas elementales de lógica, o que son contradictorias o evidentemente
exageradas o inverosímiles, o que no encuentran respaldo suficiente en los fundamentos del
dictamen o que están desvirtuadas por otras pruebas de mayor credibilidad, puede rechazarlo,
aunque emane de dos peritos en perfecto acuerdo. Por otra parte, no basta que las conclusiones
de los peritos sean claras y firmes, como consecuencia lógica de sus fundamentos o motivaciones,
porque el perito puede exponer con claridad, firmeza y lógica tesis equivocadas. Si a pesar de esta
apariencia el Juez considera que los hechos afirmados en las conclusiones son improbables, de
acuerdo con las reglas generales de la experiencia y con la crítica lógica del dictamen, éste no será
conveniente, ni podrá otorgarle la certeza indispensable para que lo adopte como fundamento
exclusivo de su decisión, pero si existen en el proceso otros medios de prueba que lo corroboren,
en conjunto podrán darle esa certeza. Cuando el Juez considere que esos hechos son absurdos o
imposibles, debe negarse a aceptar las conclusiones del dictamen.

TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.

Amparo directo 483/2000. Pablo Funtanet Mange. 6 de abril de 2001. Unanimidad de votos.
Ponente: Neófito López Ramos. Secretario: José Álvaro Vargas Ornelas.

Amparo directo 16363/2002. María Luisa Gómez Mondragón. 13 de marzo de 2003. Unanimidad
de votos. Ponente: Neófito López Ramos. Secretario: Williams Arturo Nucamendi Escobar.

Amparo directo 4823/2003. María Felipa González Martínez. 9 de mayo de 2003. Unanimidad de
votos. Ponente: Neófito López Ramos. Secretario: José Luis Evaristo Villegas.

Amparo directo 595/2003. Sucesión a bienes de Pedro Santillán Tinoco. 13 de noviembre de 2003.
Unanimidad de votos. Ponente: Gabriel Montes Alcaraz. Secretario: José Luis Evaristo Villegas.
Amparo directo 641/2003. Carlos Manuel Chávez Dávalos. 13 de noviembre de 2003. Unanimidad
de votos. Ponente: Gabriel Montes Alcaraz. Secretario: José Luis Evaristo Villegas.

Nota: Por ejecutoria del 15 de junio de 2011, la Primera Sala declaró inexistente la contradicción
de tesis 5/2011, derivada de la denuncia de la que fue objeto el criterio contenido en esta tesis, al
estimarse que no son discrepantes los criterios materia de la denuncia respectiva.

Esta tesis fue objeto de la denuncia relativa a la contradicción de tesis 185/2019 del Pleno de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, desechada por notoriamente improcedente, mediante
acuerdo de 6 de mayo de 2019.

Época: Décima Época

Registro: 2002373

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito

Tipo de Tesis: Aislada

Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta

Libro XV, Diciembre de 2012, Tomo 2

Materia(s): Penal

Tesis: IV.1o.P.5 P (10a.)

Página: 1522

PRUEBAS EN EL JUICIO ORAL. CONCEPTO DE SANA CRÍTICA Y MÁXIMAS DE LA EXPERIENCIA PARA


EFECTOS DE SU VALORACIÓN (INTERPRETACIÓN DEL ARTÍCULO 592 BIS DEL CÓDIGO DE
PROCEDIMIENTOS PENALES DEL ESTADO DE NUEVO LEÓN).

De la interpretación del citado numeral se advierte que los medios de prueba en el juicio oral
penal, el cual es de corte acusatorio adversarial, deberán ser valorados conforme a la sana crítica,
sin contradecir las reglas de la lógica, los conocimientos científicos y las máximas de la experiencia,
y dispone, además, que la motivación de esa valoración deberá permitir la reproducción del
razonamiento utilizado para alcanzar las conclusiones a las que se arribe en la sentencia. Ahora
bien, la sana crítica implica un sistema de valoración de pruebas libre, pues el juzgador no está
supeditado a normas rígidas que le señalen el alcance que debe reconocerse a aquéllas; es el
conjunto de reglas establecidas para orientar la actividad intelectual en la apreciación de éstas, y
una fórmula de valoración en la que se interrelacionan las reglas de la lógica, los conocimientos
científicos y las máximas de la experiencia, las cuales influyen de igual forma en la autoridad como
fundamento de la razón, en función al conocimiento de las cosas, dado por la ciencia o por la
experiencia, en donde el conocimiento científico implica el saber sistematizado, producto de un
proceso de comprobación, y que por regla general es aportado en juicio por expertos en un sector
específico del conocimiento; mientras que las máximas de la experiencia son normas de
conocimiento general, que surgen de lo ocurrido habitualmente en múltiples casos y que por ello
pueden aplicarse en todos los demás, de la misma especie, porque están fundadas en el saber
común de la gente, dado por las vivencias y la experiencia social, en un lugar y en un momento
determinados. Así, cuando se asume un juicio sobre un hecho específico con base en la sana
crítica, es necesario establecer el conocimiento general que sobre una conducta determinada se
tiene, y que conlleva a una específica calificación popular, lo que debe ser plasmado
motivadamente en una resolución judicial, por ser precisamente eso lo que viene a justificar
objetivamente la conclusión a la que se arribó, evitándose con ello la subjetividad y
arbitrariedad en las decisiones jurisdiccionales.

PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL CUARTO CIRCUITO.

Amparo directo 26/2012. 19 de abril de 2012. Unanimidad de votos. Ponente: José Heriberto
Pérez García. Secretario: Víctor Hugo Herrera Cañizales.

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