Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Registro: 904265
Materia(s): Penal
Tesis: 284
Página: 207
Es obligación de los tribunales de instancia analizar razonadamente todas y cada una de las pruebas
que puedan influir en la condena del acusado, por lo que resulta violatoria de garantías la sentencia
que en perjuicio del reo deja de considerar una o varias de las que podían favorecerle.
Sexta Época:
Apéndice 1917-1995, Tomo II, Primera Parte, página 154, Primera Sala, tesis 275.
Registro: 1013028
Tomo V. Civil Primera Parte - SCJN Primera Sección - Civil Subsección 2 - Adjetivo
Materia(s): Civil
Tesis: 429
Página: 438
Tratándose de la facultad de los Jueces para la apreciación de las pruebas, la legislación mexicana
adopta el sistema mixto de valoración, pues si bien concede arbitrio judicial al juzgador, para la
apreciación de ciertas pruebas (testimonial, pericial o presuntiva), ese arbitrio no es absoluto, sino
restringido por determinadas reglas basadas en los principios de la lógica, de las cuales no debe
separarse, pues al hacerlo, su apreciación, aunque no infrinja directamente la ley, sí viola los
principios lógicos en que descansa, y dicha violación puede dar materia al examen constitucional.
Amparo civil directo 4312/40.—Moreno Ayala José, sucesión de y coags.—11 de agosto de 1941.—
Unanimidad de cuatro votos.—Relator: Hilario Medina.
Apéndice 1917-2000, Tomo IV, Materia Civil, Jurisprudencia, Suprema Corte de Justicia de la Nación,
página 284, Segunda Sala, tesis 338.
Registro: 1013778
Tomo V. Civil Segunda Parte - TCC Primera Sección - Civil Subsección 2 - Adjetivo
Materia(s): Civil
Tesis: 1179
Página: 1315
En la valoración de las pruebas existen los sistemas tasados o legales y pruebas libres, o de libre
convicción. Las pruebas legales son aquellas a las que la ley señala por anticipado la eficacia
probatoria que el juzgador debe atribuirles. Así, el Código de Comercio en sus artículos 1287, 1291
a 1294, 1296, 1298 a 1300, 1304 y 1305, dispone que la confesión judicial y extrajudicial, los
instrumentos públicos, el reconocimiento o inspección judicial y el testimonio singular, hacen
prueba plena satisfechos diversos requisitos; que las actuaciones judiciales, los avalúos y las
presunciones legales hacen prueba plena, y que el documento que un litigante presenta, prueba
plenamente en su contra. Por otra parte, las pruebas de libre convicción son las que se fundan en la
sana crítica, y que constituyen las reglas del correcto entendimiento humano. En éstas interfieren
las reglas de la lógica con las reglas de la experiencia del Juez, que contribuyen a que pueda analizar
la prueba con arreglo a la sana razón y a un conocimiento experimental de las cosas. Esos principios
se encuentran previstos en el artículo 402 del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito
Federal, al establecer que los medios de prueba aportados y admitidos serán valorados en su
conjunto por el juzgador, atendiendo a las reglas de la lógica y de la experiencia, exponiendo
cuidadosamente los fundamentos de la valoración jurídica y de su decisión. De modo que salvo en
aquellos casos en que la ley otorga el valor probatorio a una prueba, el Juez debe decidir con arreglo
a la sana crítica, esto es, sin razonar a voluntad, discrecionalmente o arbitrariamente. Las reglas de
la sana crítica consisten en su sentido formal en una operación lógica. Las máximas de experiencia
contribuyen tanto como los principios lógicos a la valoración de la prueba. En efecto, el Juez es quien
toma conocimiento del mundo que le rodea y le conoce a través de sus procesos sensibles e
intelectuales. La sana crítica es, además de la aplicación de la lógica, la correcta apreciación de
ciertas proposiciones de experiencia de que todo hombre se sirve en la vida. Luego, es necesario
considerar en la valoración de la prueba el carácter forzosamente variable de la experiencia
humana, tanto como la necesidad de mantener con el rigor posible los principios de la lógica en que
el derecho se apoya. Por otra parte, el peritaje es una actividad humana de carácter procesal,
desarrollada en virtud de encargo judicial por personas distintas de las partes del proceso,
especialmente calificadas por su experiencia o conocimientos técnicos, artísticos o científicos y
mediante la cual se suministran al Juez argumentos y razones para la formación de su
convencimiento respecto de ciertos hechos, también especiales, cuya percepción o cuyo
entendimiento escapa a las aptitudes del común de la gente y requieren esa capacidad particular
para su adecuada percepción y la correcta verificación de sus relaciones con otros hechos, de sus
causas y de sus efectos o, simplemente, para su apreciación e interpretación. Luego, la peritación
cumple con una doble función, que es, por una parte, verificar hechos que requieren conocimientos
técnicos, artísticos o científicos que escapan a la cultura común del Juez y de la gente, sus causas y
sus efectos y, por otra, suministrar reglas técnicas o científicas de la experiencia especializada de los
peritos, para formar la convicción del Juez sobre tales hechos y para ilustrarlo con el fin de que los
entienda mejor y pueda apreciarlos correctamente. Por otra parte, en materia civil o mercantil el
valor probatorio del peritaje radica en una presunción concreta, para el caso particular de que el
perito es sincero, veraz y posiblemente acertado, cuando es una persona honesta, imparcial, capaz,
experta en la materia de que forma parte el hecho sobre el cual dictamina que, además, ha
estudiado cuidadosamente el problema sometido a su consideración, ha realizado sus percepciones
de los hechos o del material probatorio del proceso con eficacia y ha emitido su concepto sobre
tales percepciones y las deducciones que de ellas se concluyen, gracias a las reglas técnicas,
científicas o artísticas de la experiencia que conoce y aplica para esos fines, en forma explicada,
motivada, fundada y conveniente. Esto es, el valor probatorio de un peritaje depende de si está
debidamente fundado. La claridad en las conclusiones es indispensable para que aparezcan exactas
y el Juez pueda adoptarlas; su firmeza o la ausencia de vacilaciones es necesaria para que sean
convincentes; la lógica relación entre ellas y los fundamentos que las respaldan debe existir siempre,
para que merezcan absoluta credibilidad. Si unos buenos fundamentos van acompañados de unas
malas conclusiones o si no existe armonía entre aquéllos y éstas o si el perito no parece seguro de
sus conceptos, el dictamen no puede tener eficacia probatoria. Al Juez le corresponde apreciar estos
aspectos intrínsecos de la prueba. No obstante ser una crítica menos difícil que la de sus
fundamentos, puede ocurrir también que el Juez no se encuentre en condiciones de apreciar sus
defectos, en cuyo caso tendrá que aceptarla, pero si considera que las conclusiones de los peritos
contrarían normas generales de la experiencia o hechos notorios o una presunción de derecho o
una cosa juzgada o reglas elementales de lógica, o que son contradictorias o evidentemente
exageradas o inverosímiles, o que no encuentran respaldo suficiente en los fundamentos del
dictamen o que están desvirtuadas por otras pruebas de mayor credibilidad, puede rechazarlo,
aunque emane de dos peritos en perfecto acuerdo. Por otra parte, no basta que las conclusiones de
los peritos sean claras y firmes, como consecuencia lógica de sus fundamentos o motivaciones,
porque el perito puede exponer con claridad, firmeza y lógica tesis equivocadas. Si a pesar de esta
apariencia el Juez considera que los hechos afirmados en las conclusiones son improbables, de
acuerdo con las reglas generales de la experiencia y con la crítica lógica del dictamen, éste no será
conveniente, ni podrá otorgarle la certeza indispensable para que lo adopte como fundamento
exclusivo de su decisión, pero si existen en el proceso otros medios de prueba que lo corroboren,
en conjunto podrán darle esa certeza. Cuando el Juez considere que esos hechos son absurdos o
imposibles, debe negarse a aceptar las conclusiones del dictamen.
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XX, julio de 2004, página
1490, Tribunales Colegiados de Circuito, tesis I.3o.C. J/33; véase ejecutoria en el Semanario Judicial
de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XX, julio de 2004, página 1493.
Registro: 1013797
Tomo V. Civil Segunda Parte - TCC Primera Sección - Civil Subsección 2 - Adjetivo
Materia(s): Civil
Tesis: 1197
Página: 1333
Las pruebas deben ser examinadas primero de manera individual, con el propósito de advertir si
satisfacen o no los requisitos de ley, en caso de que las pruebas incumplan con alguno de los
requisitos señalados en la norma, procede desestimarlas de acuerdo con el principio inmerso en el
artículo 297 párrafo segundo del Código de Procedimientos Civiles para el Estado de Jalisco, en
cambio, si reúnen los requisitos procede establecer su alcance probatorio al tenor del artículo 418
del mismo ordenamiento y posteriormente, han de apreciarse en conjunto mediante su enlace o
confrontación, según el caso a fin de lograr la verdad jurídica.
Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Octava Época, Número 52, abril de 1992, página
47, Tribunales Colegiados de Circuito, tesis III.1o.C. J/13; véase ejecutoria en el Semanario Judicial
de la Federación, Octava Época, Tomo IX, abril de 1992, página 295.
Apéndice 1917-2000, Tomo IV, Materia Civil, Jurisprudencia, Tribunales Colegiados de Circuito,
página 581, tesis 622.
Registro: 1005932
Materia(s): Penal
Tesis: 554
Página: 506
PRUEBAS, VALORACIÓN DE LAS.
Es obligación de los tribunales de instancia analizar razonadamente todas y cada una de las
pruebas que puedan influir en la condena del acusado, por lo que resulta violatoria de garantías la
sentencia que en perjuicio del reo deja de considerar una o varias de las que podían favorecerle.
Apéndice 1917-2000, Tomo II, Materia Penal, Jurisprudencia, Suprema Corte de Justicia de la
Nación, página 207, Primera Sala, tesis 284.
Registro: 193595
Tesis: VII.2o.P.1 K
Página: 787
Amparo directo 39/99. Antonio Altamirano Contreras. 2 de junio de 1999. Unanimidad de votos.
Ponente: Alfonso Ortiz Díaz. Secretaria: Olga María Josefina Ojeda Arellano.
Véase: Semanario Judicial de la Federación, Séptima Época, Volúmenes 175-180, Séptima Parte,
página 407, tesis de rubro: "QUEJA POR DEFECTO DE EJECUCIÓN Y NO AMPARO.".
Registro: 177763
Materia(s): Común
Tesis: II.1o.A.24 K
Página: 1558
TESTIMONIAL EN EL JUICIO DE AMPARO. SU VALORACIÓN SE RIGE POR LA SANA CRÍTICA.
De acuerdo con los artículos 197 y 215 del Código Federal de Procedimientos Civiles, supletorio de
la Ley de Amparo, el sistema de valoración de pruebas que rige la apreciación de la prueba
testimonial en el juicio de amparo, es el denominado sana crítica, en el que el juzgador tiene
libertad para razonar el valor de esa prueba, pero está obligado a hacerlo bajo las reglas de la
lógica -lo que implica el principio de no contradicción y de racionalidad interna de la decisión
probatoria, ya que su coherencia es una condición mínima de su aceptabilidad-, y de la experiencia
-que alude a la existencia de un criterio que goza de amplio consenso en la cultura media del lugar
y tiempo en que se formula la decisión, criterio que establece "lo que sucede normalmente" y que,
en función de ello, permite construir una inferencia que va de un hecho conocido a uno ignorado-,
para así evitar la arbitrariedad.
Registro: 2007739
Materia(s): Penal
Página: 621
Amparo directo 21/2012. 22 de enero de 2014. Cinco votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo
de Larrea, José Ramón Cossío Díaz, quien formuló voto concurrente, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena,
Olga Sánchez Cordero de García Villegas y Jorge Mario Pardo Rebolledo, quien formuló voto
concurrente. Los Ministros Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena y Olga Sánchez Cordero de García
Villegas, reservaron su derecho a formular voto concurrente. Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de
Larrea. Secretario: Arturo Bárcena Zubieta.
Esta tesis se publicó el viernes 24 de octubre de 2014 a las 09:35 horas en el Semanario Judicial de
la Federación.
Registro: 181056
Materia(s): Civil
Página: 1490
Amparo directo 483/2000. Pablo Funtanet Mange. 6 de abril de 2001. Unanimidad de votos.
Ponente: Neófito López Ramos. Secretario: José Álvaro Vargas Ornelas.
Amparo directo 16363/2002. María Luisa Gómez Mondragón. 13 de marzo de 2003. Unanimidad
de votos. Ponente: Neófito López Ramos. Secretario: Williams Arturo Nucamendi Escobar.
Amparo directo 4823/2003. María Felipa González Martínez. 9 de mayo de 2003. Unanimidad de
votos. Ponente: Neófito López Ramos. Secretario: José Luis Evaristo Villegas.
Amparo directo 595/2003. Sucesión a bienes de Pedro Santillán Tinoco. 13 de noviembre de 2003.
Unanimidad de votos. Ponente: Gabriel Montes Alcaraz. Secretario: José Luis Evaristo Villegas.
Amparo directo 641/2003. Carlos Manuel Chávez Dávalos. 13 de noviembre de 2003. Unanimidad
de votos. Ponente: Gabriel Montes Alcaraz. Secretario: José Luis Evaristo Villegas.
Nota: Por ejecutoria del 15 de junio de 2011, la Primera Sala declaró inexistente la contradicción
de tesis 5/2011, derivada de la denuncia de la que fue objeto el criterio contenido en esta tesis, al
estimarse que no son discrepantes los criterios materia de la denuncia respectiva.
Esta tesis fue objeto de la denuncia relativa a la contradicción de tesis 185/2019 del Pleno de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, desechada por notoriamente improcedente, mediante
acuerdo de 6 de mayo de 2019.
Registro: 2002373
Materia(s): Penal
Página: 1522
De la interpretación del citado numeral se advierte que los medios de prueba en el juicio oral
penal, el cual es de corte acusatorio adversarial, deberán ser valorados conforme a la sana crítica,
sin contradecir las reglas de la lógica, los conocimientos científicos y las máximas de la experiencia,
y dispone, además, que la motivación de esa valoración deberá permitir la reproducción del
razonamiento utilizado para alcanzar las conclusiones a las que se arribe en la sentencia. Ahora
bien, la sana crítica implica un sistema de valoración de pruebas libre, pues el juzgador no está
supeditado a normas rígidas que le señalen el alcance que debe reconocerse a aquéllas; es el
conjunto de reglas establecidas para orientar la actividad intelectual en la apreciación de éstas, y
una fórmula de valoración en la que se interrelacionan las reglas de la lógica, los conocimientos
científicos y las máximas de la experiencia, las cuales influyen de igual forma en la autoridad como
fundamento de la razón, en función al conocimiento de las cosas, dado por la ciencia o por la
experiencia, en donde el conocimiento científico implica el saber sistematizado, producto de un
proceso de comprobación, y que por regla general es aportado en juicio por expertos en un sector
específico del conocimiento; mientras que las máximas de la experiencia son normas de
conocimiento general, que surgen de lo ocurrido habitualmente en múltiples casos y que por ello
pueden aplicarse en todos los demás, de la misma especie, porque están fundadas en el saber
común de la gente, dado por las vivencias y la experiencia social, en un lugar y en un momento
determinados. Así, cuando se asume un juicio sobre un hecho específico con base en la sana
crítica, es necesario establecer el conocimiento general que sobre una conducta determinada se
tiene, y que conlleva a una específica calificación popular, lo que debe ser plasmado
motivadamente en una resolución judicial, por ser precisamente eso lo que viene a justificar
objetivamente la conclusión a la que se arribó, evitándose con ello la subjetividad y
arbitrariedad en las decisiones jurisdiccionales.
Amparo directo 26/2012. 19 de abril de 2012. Unanimidad de votos. Ponente: José Heriberto
Pérez García. Secretario: Víctor Hugo Herrera Cañizales.