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El Derecho, ante todo, es un ejercicio argumentativo, pues su constitución implica la

elaboración de fundamentos, razones y criterio social de manera estructurada desde que


se crea hasta su aplicación e interpretación. 1
Habermas es uno de los creadores de los modelos argumentativos en el que aplica su teoría
de la acción comunicativa. Esta teoría se basa en el estudio de las condiciones y estructuras
centrales de la argumentación y en ella el pensamiento de Habermas adopta una dimensión
compleja, pues el objetivo de esta teoría es que se haga a su vez una teoría de la sociedad
donde sea importante una forma de racionalidad orientada a sugerir explicaciones y
justificaciones.
Habermas hace referencia en su obra Facticidad y validez lo importante del lenguaje en
tejido vertebral de la argumentación y el autor sugiere que cada hablante debe construir
sus argumentos pensando en un acto de idealización de la acción comunicativa para generar
una racionalidad más pertinente.
La argumentación toma como base los principios generales del Derecho en la construcción
de sus actos, pues ellos son los principios más generales de ética social, ética jurídica,
axiología jurídica o derecho en general los cuales están constituidos por criterios que
expresan un juicio específico en relación al quehacer o la conducta humana.
Las corrientes que explican la argumentación jurídica afirman que toda decisión jurídica de
la índole que sea debe venir respaldada por un aparato discursivo, en el que estén presente
el diálogo intersubjetivo y el consenso alcanzado bajo ciertas reglas de procedimiento. Es
decir, los sujetos van a ser interlocutores del diálogo y partícipes del discurso que debe
verificarse previo a toda la decisión jurídica.

Es importante aclarar que argumentar “es una actividad que consiste en dar razones a favor
o en contra de una determinada tesis que se trata de sostener o de refutar”. 2 Por lo tanto
en el terreno del Derecho toda decisión jurídica, ya sea en forma de norma general o

1
Vid ATIENZA, M., El derecho como argumentación, Ariel, Barcelona, 2007, pp. 11-15.
2
Garci ́a Amado, J. and Zuluaga Gil, R.. Interpretar y argumentar Nuevas perspectivas para el derecho.
Medelli ́n (Antioquia, Colombia): librería jurídica Sánchez, 2004. p.73.
particular, debe estar apoyada en razones que en todo caso la justifiquen, de lo contrario
podría tal decisión ser tachada de inválida. Es decir, en el campo normativo jurídico las
decisiones ya sean de tipo legislativo o jurisdiccional, deben venir acompañadas de un
discurso argumentativo, en donde se expresan los razonamientos que validen la decisión
respectiva.

En un proceso argumentativo la justificación de una determinada decisión puede venir


respaldada por un discurso meramente persuasivo o bien por un discurso de
convencimiento o debidamente fundamentado. En el campo del Derecho se debe buscar
una decisión que venga respaldada por un discurso de convencimiento, a través del cual por
medios estrictamente racionales se logre la adhesión y el consenso del argumento válido,
lo cual será posible alcanzar invocando los fundamentos jurídicos que fortalezcan la
decisión, es decir, la decisión jurídica deberá estar debidamente fundamentada en un
discurso argumentativo estrictamente racional, en donde el criterio interpretativo esté
basado en las reglas, principios y valores contenidos en las normas que componen un
determinado ordenamiento jurídico.

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