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EL PRECIO Y LOS EFECTOS DEL CONTRATO DE VENTA

Contrato de Compraventa
Es un contrato en virtud del cual una de las partes se obliga a dar una cosa y la otra a pagarla
en dinero. La compraventa constituye el medio primordial de adquirir el dominio. Las formas
de adquisición del dominio están representadas por el contrato, la herencia, la prescripción,
la ocupación, la accesión, la adjudicación y la ley. El contrato es en el derecho moderno la
forma principal de adquirir la propiedad dentro de los contratos translativos de dominio.
También podemos decir que, el concepto más exacto de la compraventa incluye las
obligaciones recíprocas de las dos partes contratantes, de transferir la propiedad de la cosa y
del pago de su precio. Se trata, pues, de una entrega de algo cuyo dominio o propiedad se
quiere transferir. De aquí que no hay compraventa en la mera cesión de un derecho parcial
sobre la cosa, como la facultad de usarla por un cierto tiempo (arrendamiento), o de disfrutar
de ella y sus frutos (usufructo), pero sin transferir el dominio ni comprometerse a ello.
El artículo 1732 del Código Civil determina que: “Compraventa es un contrato en que una
de las partes se obliga a dar una cosa, y la otra a pagarla en dinero. El que contrae la
obligación de dar la cosa se llama vendedor, y el que contrae el de pagar el dinero, comprador.
El dinero que el comprador se obliga a dar por la cosa vendida se llama precio”.
La compraventa no es en realidad sino el intercambio de una cosa por dinero, intervienen en
este contrato dos partes; el vendedor que es el que se obliga a entregar la cosa y el comprador,
que es aquel que se obliga a pagar el precio.

(2015, 07). Contrato de Compraventa ecuador.leyderecho.org Retrieved 01, 2020, from

https://ecuador.leyderecho.org/contrato-de-compraventa/ Alfredo Pérez


En los tiempos más antiguos a compraventa tuvo sus orígenes en el trueque, porque la
contraprestación no se la realizaba con dinero sino con especies. El primer indicio de venta,
aparece en el Derecho Quiritano donde se transmitía automáticamente la propiedad
enajenada, es decir, que no era una venta obligacional sino traslaticia de dominio ?tal venta
se efectuaba por medio de la mancipación o de la iure cessio si la cosa era mancipi y por la
tradición si la cosa era nec mancipi, acto que no tenía solemnidades, pero que requería un
elemento material: la entrega de la cosa?.
La venta romana emptio- venditio era un contrato consensual, sinalagmático, perfecto y de
buena fe, por el cual una persona llamada vendedor se obligaba a asegurar a otra llamada
emptor o comprador, la posesión pacífica y duradera de su cosa, transmitiéndole todos sus
derechos sobre la misma, mediante el pago de un precio cierto en dinero.

El contrato de compraventa es institución del derecho romano vulgar o bonitario, fue creación
de la pretura para reemplazar la mancipio en los casos que esta institución quirirtaria y
exclusiva no procedía, es requisito legal creado por el pretor para poder conceder
comercialización a los fundos provinciales.

En plena época clásica, período comprendido desde el siglo I a.C. hasta el siglo II d.C.,
cuando dos personas convienen que una debe procurar a la otra solo la posesión pacífica de
una cosa, mediante el pago de un precio en dinero celebraban el contrato de compraventa. El
que debe entregar la cosa es el vendedor; ha celebrado una venditio y tiene contra el
comprador para exigir el pago del precio, la acción venditi. Por su parte, el que debe entregar
el precio es le comprador y ha celebrado una emptio; tiene contra el vendedor, para exigir la
entrega de la cosa, la acción empti. Esta institución de la compraventa desplazó a la mancipio,
típica del Derecho Romano Clásico o Quiritano, porque se pudo aplicar y por eso se concibió
fundamentalmente por el Pretor, a los fundos provinciales sobre los cuales los ciudadanos
romanos no tenían verdadera propiedad quiritaria, sino una mera tenencia o posesión. Los
fundos provinciales no eran cosas mancipi. La compraventa se empleaba también a las cosas
de poco valor, como ganado lanar y cabrío y también a las cosas ajenas en general, o sea,
aquellas cosas que solo se tenían en bonis, sin poder acreditar dominio quiritano, como habría
sido el caso de un ciudadano que no había adquirido por mancipio. La compraventa se
diferencia de la mancipio, fundamentalmente en que solo es título traslaticio, o sea que solo
habilita para adquirir el dominio de la cosa. No es requisito de la esencia del contrato que el
vendedor sea dueño, como ocurre con la mancipio quiritaria, principio que se mantiene en al
compraventa del Código Civil de Napoleón.

La compraventa en el derecho romano era reconocida como emptio- venditio, por lo cual una
de las partes llamada venditor, se obliga a suministrar a la otra, llamada comprador emptor,
la posesión pacífica y duradera de una cosa, a cambio de un precio cierto en dinero y tenía la
característica de ser un contrato consensual, sinalagmático perfecto y de buena fe.
El contrato de compraventa se caracteriza por ser:

· Consensual por excepción es formal;

· Bilateral;

· Oneroso;

· Ordinariamente conmutativo;

· De ejecución instantánea (regla general) o de ejecución diferida;

· Nominado;

· No formal; y,

· Principal.

(art. 1767 Código Civil), la regla general es que el contrato de compraventa se perfeccione o
nazca a la vida jurídica o surte sus efectos legales, este es uno de los rasgos o características
típicas de esta clase de contratos, por tanto basta para que se perfeccione esta clase de
contratos no pagar para el precio ni entregar la cosa, basta el simple acuerdo de voluntades
en el valor del precio y en al cosa que es materia de la compraventa, y el comprador por su
parte adquiere la obligación jurídica de pagar el precio convenido al vendedor, por lo mismo
para que haya compraventa perfecta, por el contrario de los contratos reales no es necesario
que el vendedor entregue la cosa ni el comprador pague el precio estipulado, solo se necesita
el acuerdo de voluntades en la cosa y el precio, en otras palabras necesita el consentimiento.

BILATERALIDAD

El contrato de compraventa es bilateral porque genera desde que se perfecciona o desde que
nace a la vida jurídica desde su origen sinalagmático perfecto, obligaciones recíprocas o
correspondientes entre ambas partes contratantes la una hacia la otra, a saber vendedor y
comprador, el vendedor se obliga a dar la propiedad de la cosa y sanear la evicción y los
vicios redhibitorios, y el comprador impone a obligación de pagar el precio convenido. Desde
el ángulo de los efectos que genera la compraventa, nacen simultáneamente obligaciones
para cada una de las partes, que son correspondientes, estas son obligaciones de la esencia de
esta clase de contratos y sin ella el contrato no produce efectos civiles o degenera en otro
contrato diferente, no se concibe un contrato unilateral de compra o un contrato unilateral de
venta. En el contrato de compraventa tanto el vendedor como el comprador quedan
constreñidos a cumplir una determinada prestación.

CONTRATO ONEROSO

Tiene por objeto la utilidad de ambos contratantes. Como hemos visto le contrato de
compraventa es bilateral, y en esta clase de contratos por su naturaleza bilateral son también
siempre onerosos. El actual artículo 1456 del C.CC, define al contrato oneroso de la siguiente
manera: ?El contrato es? oneroso, cuando tiene por objeto la utilidad de ambos contratantes,
gravándose cada uno a beneficio del otro?.

Ene l contrato de compraventa las contraprestaciones son cosa y precio por lo que tienen la
característica de ser oneroso, por cuanto implica utilidad recíproca para las partes
contratantes, el vendedor se beneficia del precio y el comprador de la cosa que le entrega el
vendedor, si bien existe sacrificio patrimonial o afectación al patrimonio de las dos partes,
estas por esa prestación también reciben una ventaja o beneficio equivalente.

Por regla general el contrato de compraventa es oneroso ordinariamente o generalmente


conmutativo, es decir que las partes se gravan recíprocamente en obligaciones equivalentes
o proporcionales entre comprador y vendedor las prestaciones se estiman equivalentes,
aunque en realidad no lo sean. Este carácter sirve, como dice Alberto Blanco, para apreciar
que no hay lesión aunque la desigualdad de las prestaciones sea manifiesta o quizá exagerada.
En ocasiones pueden presentarse algunas excepciones, pueden tener carácter aleatorio en los
cosas en que la prestación de las partes depende de un acontecimiento incierto sometido la
azar, no se puede establecer las ganancias o pérdidas que recibirán, como en los casos de
ventas de cosas futuras o en la compraventa de minas. Finalmente la compraventa puede ser
oneroso condicional cuando previo cumplimiento de una condición nace la obligación.

Cuando el equilibrio de onerosidad se rompe; el ordenamiento jurídico pone en manos del


perjudicado los instrumentos para restablecer el equilibrio de las prestaciones.

DE EJECUCIÓN INSTANTÁNEA O DE EJECUCIÓN DIFERIDA

La regla general es de que por ser consensual el contrato de compraventa se perfecciona con
el mero consentimiento de las partes, entendiendo que previamente existió voluntades con el
ánimo de enajenar o traspasar el dominio y la otra con el ánimo de adquirir a título de
compraventa, estas voluntades con los ánimos señalados se unen en un punto coincidente
formando el consentimiento entre comprador y vendedor, este consentimiento se vierte en
la cosa y en el precio y por lo misma la entrega de la cosa siendo mueble se da por regla
general en ese mismo momento.

Que sea de ejecución instantánea significa que las obligaciones tanto del vendedor como del
comprador, se las cumplen el mismo momento de celebrado el contrato, el mismo que puede
ser verbal, escrito, solemne, por escritura pública, por instrumento privado con
reconocimiento de firma.

Que sea de ejecución diferida significa que el cumplimiento de la obligación está sujeta a
plazo o condición.

NOMINADO

El contrato de compraventa es nominado por cuanto se lo designa con nombre propio, el


legislador por su enorme importancia lo individualiza en la ley y por tanto se encuentra
sometido a una regulación específica en la norma legal y naturalmente se lo singulariza en la
doctrina con lagunas variantes, pero la esencia y al naturaleza del contrato están determinadas
en las condiciones que las constituyen, sustancialmente es nominado porque este se encuentra
reglamentado en la ley, cuando un contrato es nominado como el caso de la compraventa,
éste se rige por las disposiciones legales referentes a esta clase de contratos.

Dr. Luis Vargas Hinostroza


https://www.derechoecuador.com/contrato-de-compra-venta
10 de junio del 2013
El pago del precio

La obligación principal del comprador consiste en el pago del precio convenido. Dispone el
artículo 1.500 que "el comprador está obligado a pagar el precio de la cosa vendida en el
tiempo y lugar fijados por el contrato". "Si no se hubieren fijado, deberá hacerse el pago en
el tiempo y el lugar en que se haya entregado la cosa vendida".
Como regla, el pago del precio aplazado no genera intereses, aunque en la práctica es muy
frecuente lo contrario. "El comprador deberá intereses por el tiempo que medie entre la
entrega de la cosa y el pago del precio en los tres casos siguientes:

1. Si así se hubiere convenido.


2. Si la cosa vendida y entregada produce fruto o renta.
3. Si se hubiese constituido en mora".

La facultad de suspender el pago

Pese al carácter fundamental del pago del precio, dispone el artículo 1.502 que "si el
comprador fuere perturbado en la posesión o dominio de la cosa adquirida, o tuviere fundado
temor de serlo por una acción reivindicatoria o hipotecaria, podrá suspender el pago del
precio hasta que el vendedor haya hecho cesar la perturbación o el peligro, a no ser que
afiance la devolución del precio en su caso, o se haya estipulado que, no obstante cualquier
contingencia de aquella clase, el comprador estaba obligado a verificar el pago".

Se trata de una norma que, con evidente carácter preventivo, trata de proteger al comprador
en caso de que éste tema fundadamente perder tanto la cosa como el precio abonado o que le
reste por abonar.

Su eficacia práctica es bastante relativa, pues la jurisprudencia interpreta restrictivamente el


artículo 1.502 para evitar la quiebra de la seguridad en el tráfico.

El comprador en caso de sentirse fundamentalmente perturbado en su adquisición y habiendo


decidido suspender el pago, deberá comunicarlo fehacientemente al vendedor.

El pago de los gastos complementarios

Además del pago del precio propiamente dicho y, en su caso, los intereses por precio
aplazado, el comprador deberá abonar los gastos necesarios y útiles hechos en la cosa vendida
desde la perfección hasta la consumación del contrato; así como los gastos de transporte de
la cosa vendida, salvo existencia de pacto en contra y, finalmente, los gastos de expedición
de la primera copia de escritura y los demás posteriores a la venta, salvo pacto en contra,
entre los que respecto de bienes inmuebles, asumen particular importancia los gastos propios
de inscripción en el Registro de la Propiedad.

http://derecho.isipedia.com/segundo/derecho-civil-ii/derecho-de-contratos/11-el-contrato-
de-compraventa

Qué es el precio en un contrato?

El precio, junto con la cosa, constituye uno de los dos elementos del contrato de compraventa.
En esencia, constituye la suma de dinero que el comprador se obliga a entregar a cambio de
la cosa. En definitiva, es una prestación (obligación de dar), que corre a cargo del comprador.
El que sea una prestación hace que se aluda también al precio cuando nos referimos a otros
contratos, como el de arrendamiento de servicios, en que el arrendador satisface una cantidad
dineraria al arrendatario por los servicios que este último le presta (por ejemplo un Abogado
a su cliente); o como el arrendamiento de obra, en que el dueño de la obra entrega al
ejecutante de la obra la cantidad convenida. En estos casos suele hablarse también de precio
aunque lo más apropiado sea referirse a salario o remuneración.

¿Cuándo es válido?

Son tres los requisitos que deben concurrir en el precio para ser considerado como tal:
verdadero, determinado y en dinero:

 a) Verdadero. Que sea verdadero implica que no sea irreal o irrisorio pues, de otro
modo, no habría venta sino donación o incluso el contrato sería nulo por falta de
causa. Esto último es lo que suele ocurrir cuando el deudor intenta sustraer bienes de
su patrimonio al acreedor mediante una compraventa simulada (por ejemplo a un hijo
o a otra persona como testaferro) en la que se manifiesta en la escritura o en el contrato
privado haberse entregado ya el precio cuando ninguno pagó el comprador del
deudor. En estos casos, el acreedor tiene que entablar la acción revocatoria para que
el bien vuelva a integrarse en el patrimonio de su deudor y pueda satisfacer con su
producto su crédito (artículo 1.111 del Código Civil: "los acreedores, después de
haber perseguido los bienes de que esté en posesión el deudor para realizar cuanto
se les debe, pueden ejercitar todos los derechos y acciones de éste con el mismo fin,
exceptuando los que sean inherentes a su persona; pueden también impugnar los
actos que el deudor haya realizado en fraude de su derecho").

Precisando más esta idea de que la inexistencia de precio determina la inexistencia


de causa del contrato, la jurisprudencia tiene declarado que, al no haber precio, el
negocio jurídico bilateral que es la compraventa, cuya función objetiva es la
contraposición entre la entrega de la cosa y el pago del precio, no llega a existir.

 b) Determinado. El artículo 1.445 exige que sea cierto ("por el contrato de compra
y venta uno de los contratantes se obliga a entregar una cosa determinada y el otro
a pagar por ella un precio cierto, en dinero o signo que lo represente"), pero no es
preciso que se sepa exactamente su cuantía en el momento de la venta. Por eso, el
Código admite los siguientes medios de fijación del precio (artículos 1.447 y 1.448):
o 1. Por referencia a otra cosa cierta (lo que valga un lingote de oro, por
ejemplo).
o 2. Señalado por el arbitrio de otra persona. En este caso, la jurisprudencia
considera que esta forma de señalar el precio hace las veces de condición,
porque el artículo 1.447 dice que si ésta no puede o no quiere señalarlo
quedará ineficaz el contrato. Una vez fijado, tiene fuerza vinculante para las
partes. También es posible que la fijación no la haga una persona física sino
un organismo oficial, pero siempre que ello aparezca con claridad en el
contrato. Finalmente, se admite que pueda reclamarse contra la fijación del
precio efectuada por el arbitrador, aunque el Código no lo diga expresamente.
o 3. También se tendrá por cierto el precio en la venta de valores, granos,
líquidos y demás cosas fungibles, cuando se señale el que la cosa vendida
tuviera en determinado día, bolsa, mercado, o se fije un tanto mayor o menor
que el precio del día, bolsa o mercado, con tal que sea cierto (artículo 1.448).

Pero nunca es posible dejar el señalamiento del precio al arbitrio de uno de los
contratantes (artículo 1.449), pues ello vulneraría el principio proclamado en
el artículo 1.256 según el cual la validez y el cumplimiento de los contratos no puede
dejarse al arbitrio de uno de los contratantes.
 c) En dinero"o signo que lo represente". Por tal ha de entenderse la cantidad
expresada en moneda de curso legal en España o en otra moneda extranjera que sea
válida. En este sentido, el artículo 3 de la Ley 46/1998, de 17 diciembre, de
Introducción del Euro, establece que: "desde el 1 de enero de 1999, inclusive, la
moneda del sistema monetario nacional es el euro, tal y como esta moneda se define
en el Reglamento (CE) 974/98, del Consejo, de 3 de mayo. El euro sucede sin
solución de continuidad y de modo íntegro a la peseta como moneda del sistema
monetario nacional. La unidad monetaria y de cuenta del sistema es un euro. Un euro
se divide en cien cents o céntimos. Los billetes y monedas denominados en euros
serán los únicos de curso legal en el territorio nacional".

En cuanto al régimen de pervivencia de la peseta, el artículo 4 de esta Ley establece que


desde el 31 de diciembre de 2.001 la utilización de la peseta como unidad de cuenta no gozará
de la protección del sistema monetario. "Todo empleado o funcionario público que tuviere
conocimiento por razón de su profesión, oficio o cargo de un nuevo instrumento jurídico en
el que los importes exigibles se quisieren denominar en pesetas, a excepción de aquellos en
que el contenido del instrumento se refiera precisamente a billetes o monedas denominados
en pesetas como objeto directo del mismo, advertirá de esta circunstancia", lo que puede
predicarse de los Notarios cuando se pretenda que eleven a escritura pública contratos de
compraventa en los que el precio se exprese en pesetas. Sigue diciendo el precepto que: "los
billetes y monedas denominados en pesetas continuarán siendo válidos como medio de pago
de curso legal con pleno poder liberatorio, en cuanto subdivisión del euro al tipo de
conversión, hasta el 28 de febrero de 2002. A partir de dicho momento, tales billetes y
monedas perderán su curso legal y sólo conservarán un mero valor de canje en los términos
previstos en esta Ley y sus disposiciones de desarrollo".

En cuanto a la cuestión de los contratos de compraventa con precio aplazado, en los que se
determinó el importe total a pagar en pesetas, el artículo 10 de la Ley de Introducción del
Euro dispone que: "la sustitución de la peseta por el euro no podrá ser, en ningún caso,
considerada como un hecho jurídico con efectos modificativos, extintivos, revocatorios,
rescisorios o resolutorios en el cumplimiento de las obligaciones". Tampoco "exime ni
excusa del cumplimiento de las obligaciones que existan al tiempo de la sustitución, ni
autoriza la alteración unilateral de su contenido, salvo que las partes hubieren pactado
expresamente lo contrario". Asimismo, se proclama que: "la Ley no concede acción para
reclamar ante los Tribunales de Justicia la modificación, extinción, revocación, rescisión o
resolución del contenido de una obligación alegando la modificación de cualquier elemento
del negocio jurídico o la alteración del valor de las prestaciones debidas, como consecuencia
de la sustitución de la peseta por el euro". Por tanto, aunque el precio se haya fijado
inicialmente en pesetas, el contrato sigue siendo vigente y válido y debe ser cumplido por el
comprador, entregando la cantidad dineraria de los plazos que falten en euros y no en pesetas.
https://guiasjuridicas.wolterskluwer.es/Content/Documento.aspx?params=H4sIAAAAAAA
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