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AGRADECIMIENTO

Mi agradecimiento y admiración a mi mamá, por no abandonar su


sueño de parir a pesar de que perdió a dos hijos por actos de violencia
gineco obstétrica.

Gracias a mi hermana Thamara por esas conversaciones sobre el parto. Me


ayudó mucho su aporte como médico.

Gracias a mi papá, por enseñarme a amar la lectura, sin ese amor no me


fuese sido posible escribir este libro.

Y gracias a Enrique Jesús por ayudarme con el libro.

¡Muchísimas gracias a todos!


‘‘La madre olvida la agonía del parto cuando le
ponen al bebé en los brazos’’
Frase del libro ‘‘La historia del loco’’ John Katzenbach

‘‘La maternidad tiene un efecto humanizador,


todo se reduce a lo esencial’’
Meryl Streep – Actriz estadounidense
‘‘Cuando cambies la manera en la que ves el parto,
cambiará tu manera de parir’’
Marie Mongan.

‘‘Aconsejo a las mujeres embarazadas encerrarse en


una habitación, solas, y decir a su hijo: Estoy aquí,
ahora, te escucho’’
Doctor Frederick Leboyer
INDICE

Origen del parto humanizado en el agua 1

El parto de pie o parto vertical 3

La maravillosa experiencia de parir o nacer en el agua 6

Investigaciones científicas sobre el parto humanizado 8

Medicina VS Naturaleza 11

¿Por qué del modo convencional? 15

Violación a los derechos de la mujer durante el parto convencional 17

Inclusión del padre en el parto 22

Parto humanizado a nivel mundial, ¿será posible en Venezuela? 25


Origen del parto humanizado en el agua

¿Sabías que instintivamente buscamos el agua porque venimos de


ella? Así es, hace 383 millones de años salió de las aguas el primer animal
vertebrado con capacidad de respirar en la superficie terrestre, el primer
poblador de las tierras en las que ahora habitamos es denominado Tiktaalik
roseae, él vino del agua y a partir de ahí evolucionó la vida terrestre.

Es por ese instinto arraigado en nuestro cerebro que buscamos el


agua. Sin agua no es posible la vida. Tras años de observación el filósofo
Aristóteles concluyó en el año VI a.C que ‘’el agua es el principio de la vida’’.
Luego de más de un milenio de tal afirmación, en el año 1700 los científicos
comprenden el valor terapéutico y relajante del agua.

Por todo lo antes mencionado, se puede comprender la virtud del


agua, lo esencial que es para todos los seres vivos y sus cualidades tan
magníficas, como la de hospedar a las primeras formas de vida del planeta.
Debido a esto, los seres humanos sentimos esa conexión tan profunda con el
agua, lo que llevó a los primeros humanos que vivieron cerca de mares, ríos
o lagos a parir dentro de ellos. Estas mujeres, instintivamente y usando la
libertad de esos tiempos para parir donde les pareciera más cómodo, usaron
el agua para traer a sus hijos e hijas al mundo, y como les resultó una
experiencia agradable adoptaron esa forma de parir.

El método de parir en el agua eran tan confortable para las mujeres,


que hasta fue aplicado en la civilización egipcia, donde quedó plasmado en
jeroglíficos que muestran que ellos usaban el parto acuático para el
nacimiento de bebés selectos. Al igual que las indias Chumash de la costa
central de california, las cuales pasaban y siguen pasando el trabajo de parto
en los remansos de las mareas. Otros pobladores terrestres que practican
una especie de ritual de parto, son los habitantes de Hawai, donde han
nacido bebés en el agua durante miles de generaciones.

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Gracias a esa práctica ancestral, heredada de generación en
generación, se registró en 1803 el primer parto humanizado en la civilización
moderna. La mujer protagonista de este hecho tenía 48 horas en labor de
parto e instintivamente decidió sumergirse en una bañera con agua caliente,
sintiendo un alivio tan grande que en breves instantes el bebé salió, fue tan
rápido que no le dio tiempo de salir de la bañera.

Estos hechos mencionados con anterioridad, nos dan una pequeña


idea de lo que es un parto humanizado en el agua. Pero, para que no queden
dudas del verdadero significado de este parto, se puede concluir que es
aquel en el que la mujer es la protagonista, ella decide cuándo y en qué
condiciones desea parir. Es un parto tranquilo, donde la madre tiene la
privacidad y libertad que merece, donde los médicos le informan y consultan
todos los procedimientos, sin el uso de prácticas médicas innecesarias (como
el uso de una vía endovenosa o el método de la episiotomía, que es una
incisión o corte que se practica en el periné. La incisión parte de la comisura
posterior de la vulva hacia el ano) y que se realiza dentro de un medio
acuático.

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El parto de pie o parto vertical

Desde la antigüedad, el embarazo y también el parto han sido temas


llenos de mitos, incertidumbres y misterio, como las populares creencias de
‘‘si tienes sexo durante el embarazo le haces daño al bebé’’, ‘‘si se te hincha
la nariz es niña’’, ‘‘en luna llena es más fácil quedar embarazada’’, estos y
muchos otros mitos se siguen manteniendo en algunas personas que por
cuestiones de cultura o por falta de información no han eliminado estas
falsas creencias.

Resulta oportuno destacar, que cuando todavía no existían clínicas y


hospitales para parir, las mujeres daban a luz en el mismo sitio donde
habitaban. Y es probable que adoptaran distintas posiciones al momento de
parir, posiciones cómodas que les facilitaran el trabajo de parto y
disminuyeran los dolores de las contracciones. Por el mismo hecho de que
estas posiciones les han brindado comodidad desde hace miles de años, las
mujeres han optado por parir de pie, en cuclillas, de rodillas o sentadas en
las rodillas de alguien más. Aún se sigue practicando este tipo de parto en
zonas rurales, o por mujeres que deciden hacerlo así, en la comodidad de su
casa y no en un hospital, porque no se sienten a gusto.

Por otro lado, lamentablemente con la llegada de la obstetricia


moderna se comenzó a atender a las parturientas en una posición semi
acostada o acostada. El término ‘‘lamentablemente’’ lo he utilizado porque
esta posición solo favorece al médico, facilitándole atender a la mujer e
intervenir al momento de aplicar un fórceps (Instrumento en forma de pinza
que se utiliza para ayudar a salir al bebé del canal del parto cuando hay
dificultades en el momento de la expulsión o para acelerar el parto) o una
episiotomía.

¿Por qué dudar del instinto y sabiduría de la mujer que la lleva a


ponerse de forma vertical a la hora de parir? La obstetra Rosa Angélica

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Paredes Chanhualla afirma que ‘‘La verticalidad es la posición más humana y
fisiológica para el parto por estar a favor de la gravedad y por existir una
mayor abertura de los diámetro pélvicos, hecho que facilita el parto en su
duración y en la calidad de oxigenación del futuro bebé’’.

Usted, en este preciso momento puede realizar un ejercicio


representativo a pequeña escala, tome su teléfono en el centro con los dedos
pulgar e índice, y en posición vertical (imagine que su teléfono es el bebé
saliendo del vientre), si lo toma suavemente el móvil resbalará entre sus
dedos. Ahora tómelo de la misma forma pero en posición horizontal… ¿Qué
sucedió? ¿No resbala?, esa es una de las diferencias entre un parto de pie y
un parto acostado, en el primero la posición vertical y la lubricación vaginal
permite que el peso del bebé entre en acción y gracias a la gravedad se
resbale facilitando su salida. En el segundo el peso del bebé y la posición
horizontal solo dificulta la movilidad del niño.

Como se habló a principios del capítulo, dentro del parto vertical se


pueden implementar diferentes posiciones. Entre ellas se encuentra la
posición de pie, que produce un efecto relajante y ayuda a controlar mejor la
respiración y poseer más oxígeno que facilite la liberación de endorfinas (que
es el analgésico natural del cuerpo). También está la posición sentada que
resulta muy cómoda a las mujeres, y pueden mecerse si lo desean, además
pueden sujetarse de los brazos de la silla y hacer fuerza con los pies que se
apoyan en un soporte. Otra de las posiciones es agachada en la cual la
madre mantiene la espalda derecha y las piernas flexionadas y separadas.
Así se ejerce menos presión en la cabeza del bebé y así los pujones son
menos dolorosos.

Después de nombrar las más populares posturas del parto vertical


llega el momento de explicar las ventajas y desventajas. Comencemos con
las ventajas:

1) Gracias a la fuerza de gravedad el niño desciende con mayor facilidad por


el canal vaginal reduciéndose el tiempo de parto y el dolor

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2) El diámetro de la pelvis permite la adaptación del cuerpo del bebé y la
rotación de su cabeza, y por lo tanto su salida.

3) La madre tiene la oportunidad de desplazar el peso de un lado del cuerpo


al otro

4) El periné tiende menos a lacearse ya que los tejidos musculares se


distienden de una forma gradual

5) Se reduce mucho el dolor, sobre todo el que suele sentirse en la espalda


baja

6) No se obstruye el flujo sanguíneo por la vena cava inferior que transporta


la sangre a las piernas (Escenario que se da en el parto horizontal)

Desventajas:

1) Le resulta difícil al médico ver al bebé

2) Es difícil para el obstetra en caso de que se requiera una intervención

3) No permite conectar un monitor a la madre para comprobar el latido


cardiaco de ella y del bebé.

4) No puede practicarse a una mujer anestesiada.

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La maravillosa experiencia de parir o nacer en el agua

Parir o nacer en el agua es una experiencia que algunas personas han


experimentado y catalogado como maravillosa, tan buena es, que la
Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene departamentos que
reconocen y avalan el parto acuático, como lo es el departamento de salud
materno infantil.

Del agua surgió la vida y es ella quien nos sigue brindando todo lo
necesario para vivir (regamos con agua las plantas para que crezcan en ellas
los alimentos, usamos el agua para beber, bañarnos, asear nuestra casa,
para cocinar y muchas cosas más). Es por ello que tenemos una conexión
tan especial con ella. Nos brinda múltiples beneficios, su temperatura nos
genera distintas sensaciones y su sonido nos relaja. En el caso de las
parturientas el agua les da calma y una sensación de limpieza (esto porque
al ‘’romper fuente’’ se expulsan fluidos a través de la vagina que suelen ser
desagradables). Otra ventaja es que la estadía en la bañera le da la ventaja
a la mujer de reducir su peso en el agua, además relaja la musculatura del
periné y de todo su cuerpo, y como es sabido, lo que siente la madre lo
percibe el bebé, así que si la madre está calmada y contenta el bebé también
se sentirá así.

Nacer en el agua es un método totalmente apacible, la madre y el


bebé sufren menos ansiedad, y dentro del agua se crea una presión
distribuida en todas las partes del cuerpo, lo que reduce el gasto de energía
durante la labor de parto. Se mejora el flujo sanguíneo y llega mejor el
oxígeno al bebé. Y además el agua puede acelerar las contracciones cuando
son muy lentas, ya que estimula la cérvix para que se dilate.

En este mismo sentido el parto en el agua también le brinda una serie


de beneficios al bebé. En primer lugar le permite relajarse al estar su madre
dentro del agua. Segundo, la inmersión de la barriga en el agua le

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proporciona el aislamiento del sonido externo y la ingravidez que le da una
sensación de flotabilidad. En tercer lugar, le brinda una temperatura ideal (las
bañeras de parto deben estar a 37 grados centígrados). Cuarto, le permite
pasar de un medio acuático (ya que en el vientre el bebé está rodeado por el
líquido amniótico) a otro medio acuático que es la bañera a 37 grados
centígrados. Y quinto, al salir del vientre materno y encontrarse con el agua
de la bañera le da la oportunidad al recién nacido de permanecer unos
minutos adaptándose al medio externo, ya que el agua impide la penetración
total de la luz y el sonido.

En síntesis, el parto acuático le brinda una serie de oportunidades a la


madre y al bebé, beneficios que no el brinda un parto convencional. Además
disminuye o elimina totalmente los daños, molestias, incomodidades y
traumas causados en el ejercicio del parto convencional.

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Investigaciones científicas sobre el parto humanizado

Poco se habla del parto humanizado y son pocos los medios de


información que difunden noticias sobre esta modalidad. Pero hay cifras e
información sorprendente ¿sabías que de 45.000 partos acuáticos
registrados a nivel mundial, no se ha presentado en ninguno de ellos una
complicación peligrosa para la madre o para el bebé? Pues así lo confirman
las estadísticas de la OMS en uno de sus tantos artículos.

Existen otras investigaciones científicas sobre el parto humanizado en


el agua o de pie, las primeras datan del año 1960, después del primer
registro moderno de un parto acuático en Francia, a raíz de ello surgieron
historias muy interesantes en la unión soviética sobre ese tema y sobre el
trabajo de Igor Chercovsky, que fue un científico y curandero ruso
autodidacta. Él realizó investigaciones sobre los animales que pasaban su
labor de parto en el agua, se dedicó a la observación del comportamiento de
los bebés en el agua, y además hizo un experimento con su hija Veta que
nació prematura en el año 1963. Él decidió dejarla dentro de una bañera con
agua caliente por unas semanas, ya que él creía que estando en ese medio
la bebé no tendría que luchar contra la presión de la gravedad y no gastaría
tanta energía para sobrevivir como ocurriría en una incubadora de hospital.
Su hija sobrevivió y él continuó experimentando en el agua por muchos años
más. Se puede decir que centró gran parte de su vida estudiando y
documentando esta modalidad de parto.

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Al mismo tiempo que el científico Chercovsky investigaba en Francia
(en el año 1960), un doctor Ruso Frederick Leboyer usó los baños de agua
caliente para los bebés recién nacidos, ya que le proporcionaba al bebé
experimentar el retorno al mundo caliente y fluido de donde acababa de salir,
esto le generaba bienestar y calma al recién nacido. Gracias a las
investigaciones realizadas por este doctor Ruso y el científico Francés en la
década de los años 60, se pudo en los 70 a través del fruto de las
investigaciones del Dr. Michel Odent en Francia, dar a conocer a los
científicos y mujeres los beneficios del agua en el parto.

En una entrevista hecha por la web ‘’Ser Padres’’ al Dr. Michel Odent le
preguntaron que si se debe humanizar más el parto, a lo que él respondió:

‘’Más que humanizar, yo hablaría de “mamiferizar”. Para que un parto sea


fácil, hay que redescubrir las necesidades básicas que compartimos con
todos los mamíferos. Y todas las hembras, para segregar oxitocina, esa
hormona del amor que hasta hace poco se necesitaba liberar para poder dar
a luz, necesitan sentirse seguras, necesitan que su nivel de adrenalina sea
muy bajo. En la selva, si una hembra está a punto de dar a luz y se da
cuenta de que tiene un depredador cerca, segregará adrenalina para poder
defenderse y retrasará el parto para cuando se sienta más segura. Los
mamíferos necesitan sentirse seguros y no observados para dar a luz’’

Es por ello que este doctor defiende la privacidad a la hora que una
mujer vaya a parir, porque debe sentirse cómoda con el ambiente que la
rodea, relajarse y tener un parto normal, tranquilo y sin complicaciones.
Y al preguntarle cual era el mejor ambiente para parir el doctor señaló que:

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“Después de llevar más de medio siglo participando en nacimientos, puedo
resumir mi aprendizaje en pocas palabras: un parto será más fácil y rápido
cuanto más sola esté la mujer. Solo necesita una comadrona que tenga
experiencia y una actitud maternal y que se mantenga en silencio. Es el
mejor entorno para liberar la oxitocina, que es una hormona tímida y no
aparece si hay muchos espectadores’’

Esta es una respuesta reveladora y sorprendente. Imagínese tener


sexo frente a un grupo de personas vestidas con uniforme médico,
observando cada una de sus expresiones y movimientos, ¿podría usted
sentirse en la comodidad y concentración como para tener un orgasmo?
Seguramente su respuesta es no, es casi imposible liberar oxitocina en esa
situación, ya que como lo explica el doctor, es una hormona tímida con
pánico escénico

Por todas las investigaciones antes expuestas, se puede notar que


desde hace décadas se viene investigando más sobre este tema que en
realidad no es nuevo, porque se remonta a nuestros orígenes, donde las
mujeres tenían más privacidad y atención amorosa que en estos tiempos. Es
por ello que en este libro se defiende y promueve el parto humanizado, en
búsqueda del bienestar físico y emocional de la madre y del bebe, para que
se respeten los derechos humanos y que la experiencia de parir sea algo
hermoso y no un acto traumático.

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Medicina VS Naturaleza

La naturaleza es sabia, si no fuese así no hubiera vida en el planeta.


Hemos sobrevivido siguiendo nuestros instintos. Si no fuese por nuestro
cerebro reptiliano que fue el primero que la naturaleza nos proporcionó, no
podríamos practicar los rituales más ancestrales como el sexo y el parto.
Esta parte del cerebro nos ha venido ayudando a realizar un sinfín de tareas,
se encarga de cosas simples pero vitales como la respiración, el ritmo
cardiaco, el parpadeo, correr ante un peligro, caminar, y su función más
importante es ‘’actuar cuando el estado del organismo así lo demanda’’ por
ejemplo: parir cuando sea el momento adecuado, ya que él es el
responsable de conservar la vida.

Como se expone en el párrafo anterior, somos seres instintivos, y es


por eso que este capítulo trata sobre la lucha de nuestros instintos contra la
medicina, específicamente contra la rama que se encarga de atender los
embarazos y partos, es decir, la ginecobstetricia. Esta modalidad de la
medicina ha traído muchas vidas al mundo desde el siglo XVII y XVIII, claro
está, en esos tiempos era rudimentaria, ahí se comenzó a formar un ‘’saber
médico’’ y se sustituyó la figura de la comadrona por la figura médica.

El título Naturaleza VS. Medicina crea bastante polémica, pero aun así
me tomo la tarea de desmontar los mitos y creencias médicas que buscan
perjudicar el parto humanizado. A continuación compararemos las dos caras
de la moneda basándonos en declaraciones de médicos y científicos y cada
quién podrá sacar sus propias conclusiones:

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Lo que dice la medicina Lo que dice la naturaleza

En el parto es necesaria la No se necesita monitoreo


inmovilización de la siempre, y de ser necesario se
parturienta para poder debe implementar aparatos
conectarla a los monitores de inalámbricos para permitir la
ritmo cardiaco movilidad de la madre

La parturienta debe estar La mujer necesita privacidad al


rodeada de un equipo médico y momento de parir, si lo desea
de enfermeras para poder dar a puede estar acompañada de
luz una conocida, y así poder liberar
oxitocina para disminuir el dolor.

A todas las parturientas


Con paciencia la piel cede a la
primerizas se les debe aplicar
presión ejercida por el bebé y
un corte en el periné para
puede salir sin problemas
facilitar la salida del bebé

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La posición de litotomía
La posición de litotomía es la
perjudica la salida del bebé, y
mejor a la hora de parir porque le
no se aprovecha la fuerza de la
facilita al médico realizar sus
gravedad como sí se hace en el
intervenciones
parto vertical

No es obligatorio hacer una


Es necesario aspirar al bebé aspiración nasal del bebé, se le
apenas sale del vientre puede motivar a respirar
acariciando su cara

Después de todas estas comparaciones sacadas del estudio del


doctor en ginecobstetricia Carlos Burgos, sobre lo que dice la naturaleza y lo
que alega la medicina podemos notar que la mayoría de los argumentos
médicos se basan en reusarse a cambiar el método por seguir en su
comodidad, sin importarles mucho la de la mujer, quién es la que sufre todo
el maltrato, empezando por la inmovilización a la que se somete como si se
tratara de un objeto en estudio, o el corte del periné sin siquiera pedirle
autorización, (lo cual le puede traer desmejoras en su vida sexual), o los
daños al bebé, que apenas llegando al mundo le aplican un corte en el
cordón umbilical y le aspiran la nariz, y si no llora le dan una nalgada ¡Qué
bonita bienvenida para un recién nacido!

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Para culminar quiero explicar y darle una esperanza a la
ginecobstetricia, porque si los médicos se sensibilizaran y humanizaran sus
técnicas se podría llegar a una armonía entre médico y paciente, que la
empatía sea la prioridad, para ponerse en el lugar de la mujer que va a parir.
La soberbia médica afecta la comunicación, ¿cuantos minutos le puede
costar a un doctor exponerle a la mujer el procedimiento que se dispone a
realizar y preguntarle si ella está de acuerdo? ¿Qué hay de malo en que una
mujer exprese su dolor o que quiera caminar, comer, o ir al baño? ¿Por qué
hay que inducir el parto? ¿Por qué hay que parir cuando el médico crea que
es el momento? La mujer es la que tiene dentro a un bebé, es su cuerpo el
que está actuando y quién más que ella para saber cuándo está lista para
parir. La sabiduría que la naturaleza le proporcionó al género femenino debe
ser respetada, y también sus derechos

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¿Por qué del modo convencional?

¿Por qué se emplea la modalidad de parto medicado si anteriormente


se practicaba el parto humanizado? Pues esta modalidad de parto medicado,
parto en posición de litotomía, o como quieran llamarle, comenzó usarse en
el siglo XVII cuando se reemplazó el papel de la partera (que es la mujer que
ayuda o acompaña a la madre al momento de parir) por el papel del hombre
del campo porque él ‘’tenía conocimiento’’ ya que sabía asistir los partos de
sus rebaños de animales domésticos, y se creyó que podía intervenir en el
momento del nacimiento de un humano.

La aparición en la escena del parto de un nuevo representante social,


el que en esos tiempo comenzó a llamarse médico, que además en un
principio eran solo hombres los que ejercían esta labor, portando en sus
manos los primeros instrumentos y con un naciente discurso científico y
deshumanizante, aparta a la comadrona y al padre siendo estos unas figuras
importantes y de gran valor emocional para la madre. Pero eran tiempos
patriarcales, tiempos machistas, donde la mujer podía ser tratada como una
vaca.

Esta práctica lleva una gran cantidad de años siendo la protagonista


en los partos, y según mis investigaciones y entrevistas con médicos
ginecobstetras he podido llegar a la conclusión de que se sigue manteniendo
por resistencia al cambio. Es tan difícil para los seres humanos y para
nuestro cerebro cambiar un esquema, a esto un colega lo llama efecto de la
inmunología de las creencias, que no es más que la discapacidad del ser
humano para resistirse al cambio y a las nuevas tecnologías, por ello es tan
complicado para la comunidad médica y para los que se oponen al parto
humanizado considerar darle una oportunidad a la práctica ancestral de parir
humanizadamente. Es simple resistencia. Algunos médicos y médicas
expresan que sí es una buena idea implementarlo, pero usan como
impedimento a nivel nacional, o sea, en Venezuela, que no hay cultura de
parto, que no hay infraestructura adecuada o que la gente no se

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acostumbraría, siguen buscando argumentos para resistirse a cambiar. Pero
en cierto modo las personas que se oponen tienen razón, para desarrollar
un plan de parto humanizado los interesados deben empaparse del tema,
seguir cuidados médicos y de higiene y estudiar a profundidad el tema para
poder llegar a un feliz término.

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Violación a los derechos de la mujer durante el parto
convencional

La gran mayoría de mujeres soñamos con tener un bebé, soñamos con ser
consentidas por nuestra pareja y nuestra familia durante el embarazo. Este
sueño que comienza siendo una maravilla, pero al acercarse la fecha de
parto llegan esos nervios acechando y nos hacemos preguntas como: ‘‘¿qué
pasará en el parto?, ¿cómo será?, ¿dolerá mucho?, ¿cuánto tiempo estaré
en el hospital? ¿Podrá entrar mi pareja y acompañarme durante el proceso?’’
Y es normal que nos hagamos esta serie de preguntas, pero más normal
debería ser tener a alguien que nos ayude a responderlas, poder aclarar
todas nuestras dudas y estar confiadas al momento de parir, porque al fin y
al cabo somos nosotras las protagonistas de la historia.

Al llegar al hospital lo primero con lo que nos encontramos es con una


camilla o una silla de ruedas esperándonos, (como si una mujer embarazada
no estuviera en la facultad de caminar) luego de esto una enfermera de
emergencias procederá a ponernos un catéter venoso, mejor conocido como
vía, porque ‘‘es necesario en caso de que se presente alguna complicación’’,
luego entraremos en una sala grandísima, llamada sala pre-parto, donde se
encontrarán mujeres en la misma situación: montadas sobre camas o
camillas, solas, nerviosas y asustadas, sufriendo de dolores, algunas a punto
de parir, y uno que otro médico supervisando que todas sigan las reglas que
se le van dando, como por ejemplo: ‘‘no levantarse’’, ‘‘no caminar’’, ‘‘no
comer ni beber nada’’, ‘‘no pujar’’ ‘‘no gritar’’. Y como si todo este
condicionamiento no fuese suficiente tendremos que soportar que un médico
nos revise seguidamente para medir las dilataciones, porque él es el que
‘‘sabe’’ cuando es el momento de parir. ¿Se imagina que usted tenga ganas
de ir al baño y deba esperar a que un médico lo revise para ver si son
suficientes las ganas? No creo que le agrade estar en esa situación, solo
usted conoce cuando tiene ganas de hacer algo, y más si es algo tan
importante como parir, solo la mujer conoce cuando debe pujar, no un
médico, haya estudiado los años que haya estudiado.

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Y bueno, que les puedo contar sobre el momento del parto; te montan
en un una ‘’cama de parto’’ que en Venezuela le llaman ‘‘burro’’, es alta, tan
alta que debes usar un banquito para montarte, luego te alzan las piernas y
las colocan lejanas una de la otra, como a 80 centímetros de distancia.
Puedo describir lo que sufre una mujer con las palabras del Doctor Burgos
‘‘Al imponer la posición acostada, el médico diseña la facilitación de su tarea.
Puede dar órdenes que serán obedecidas. Pierde importancia el mundo
afectivo de la mujer. Ya no está ella buscando distintas posiciones según sus
necesidades, no puede hacerse sostener por una amiga, por su pareja,
alentada y protegida. En cambio se encuentra acostada, expuesta y
vulnerable, y ya no será el médico quien se inclina a sus pies para recibir al
niño’’. Después de sufrir todo ese calvario durante el parto llega otro
escenario peor, se llevan al bebé lejos de la madre, a un retén, y la madre
queda tendida, cansada y sola sobre una cama, mientras los médicos se
preparan para limpiarla, y coserla, en caso de que hayan practicado una
episiotomía, y luego ponerla en observación, aparte de que no podrá comer
ni beber nada durante las próximas horas.

Después de haber recreado la escena de un parto, quiero que se


detengan a pensar un poco en lo que vive y sufre una mujer durante un parto
convencional.

Algunos de los derechos de la mujer que son vulnerados y violados


durante el proceso de parto según la doctora Mattolini son:

1- No respetar las semanas de gestación: Si bien se estipula que entre


las 38 y las 42 semanas de gestación es tiempo propicio para el
alumbramiento, lo cierto es que la mayoría de los obstetras prefieren
no superar la semana 40, por lo que tienden a inducir el parto o
programar una cesárea.
2- No tratarlo como algo natural. Parir es algo natural para la mujer, sin
embargo el sistema de salud tiende a medicalizarlo y tratarla como
una paciente quien para tener éxito necesita ayuda; esto sustenta la
intervención del personal médico y la alteración del proceso. En este
contexto, se produce muchas veces una infantilización del trato: se le
señala que ella no sabe o no entiende, que debe ser tolerante e
incluso llegan a “retarla” por lo que dice o hace. Además se le quita

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protagonismo a la madre cuando pierde participación en cuanto a la
toma de decisiones sobre algo que le es absolutamente propio.
3- No respetar los tiempos del trabajo de parto. Según comentaron,
una primeriza puede tener hasta 12 horas de trabajo de parto, sin
embargo, la psicóloga Daniela Mattolini, de la organización Alumbra
que trabaja sobre parto respetado dijo que los plazos naturales
suelen no esperarse. Para las instituciones, más de 8 horas una mujer
ocupando sala e instalaciones es más de lo que los protocolos
indican, entonces pasado esto hay un intervencionismo que va más
allá de lo que es mejor para el bebé.
4- Excesivo intervencionismo y medicalización. Esto por querer
alterar los procesos naturales. Así es como la mujer termina
transformándose en paciente y se habilita el uso de medicamentos en
un proceso que simplemente debería suceder en la mayoría de los
caso.
5- No dar información adecuada. Esto incluye no informar previamente
a la mujer sobre las opciones posibles, procedimientos y
consecuencias ni esperar consentimiento. Pero por otra parte puede
darse información parcial y hasta tendenciosa que le impida optar a la
parturienta.
6- No respetar la hora del bebé. Esto refiere a la necesidad de contacto
con su madre ni bien sale del útero y hasta una hora después la
madre no lo vuelve a ver.
7- No permitir acompañante. Si bien legalmente se estipula que la
mujer puede estar acompañada por quien ella desee durante el
trabajo de parto e incluso este mismo, en la práctica en general no se
permite ingresar.

Aunque la mayoría de leyes protejan a la mujer y su proceso de parto,


estos artículos son pisoteados e ignorados, para terminar haciendo lo que el
médico diga y punto. Con este libro busco darle una esperanza a las
mujeres, y que se pueda alzar la voz con la ayuda de personas con el poder
de impulsar un cambio para mejorar el trato hacia la parturienta.

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En el caso de las mujeres Venezolanas hay una ley llamada ‘‘Ley
Orgánica Sobre El Derecho De Las Mujeres a Una Vida Libre de Violencia’’
que las protege y ampara, lamentablemente muchas de las futuras madres
no conocen a cabalidad sus derechos, ni tampoco los actos que son
considerados casos de violencia obstétrica, como por ejemplo los señalados
en el artículo 51 de la misma ley:

Artículo 51. Se considerarán actos constitutivos de violencia obstétrica los


ejecutados por el personal de salud, consistentes en:

1. No atender oportuna y eficazmente las emergencias obstétricas.

2. Obligar a la mujer a parir en posición supina y con las piernas levantadas,


existiendo los medios necesarios para la realización del parto vertical.

3. Obstaculizar el apego precoz del niño o niña con su madre, sin causa
médica justificada, negándole la posibilidad de cargarlo o cargarla y
amamantarlo o amamantarla inmediatamente al nacer.

4. Alterar el proceso natural del parto de bajo riesgo, mediante el uso de


técnicas de aceleración, sin obtener el consentimiento voluntario, expreso e
informado de la mujer.

5. Practicar el parto por vía de cesárea, existiendo condiciones para el parto


natural, sin obtener el consentimiento voluntario, expreso e informado de la
mujer.

En tales supuestos, el tribunal impondrá al responsable o la


responsable, una multa de doscientas cincuenta (250 U.T.) a quinientas
unidades tributarias (500 U.T.)

Otro derecho que se viola es el del ingreso y presencia del padre en el


proceso de parto, a quien se le niega su derecho, impidiendo que este apoye
a la mujer durante el proceso de parto y vele por la salud de su futuro hijo, y
aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) estipule qué: ‘‘Toda
mujer tiene derecho a estar acompañada por una persona de su confianza y
elección durante el trabajo de parto, parto y posparto, cualquiera sea la vía

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de parto (vaginal o cesárea).’’ Pero esta ley poco se cumple, ya que a
muchos médicos les parece un estorbo la presencia del padre.

Ahora, imaginemos un mundo donde la mujer sea respetada, y sobre


todo durante su embarazo, que se le trate como a una persona sana, que se
respete su voluntad, que se le permita sentirse acompañada, que se le
respeten todos sus derechos. Sería un mundo mucho más sano, sin tantos
traumas, y con una perspectiva distinta a la que se tiene del parto.

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Inclusión del padre en el parto

Las mujeres gozamos de una atención hasta exagerada por parte de


familiares, amigos, y de nuestra pareja durante nuestro embarazo. Nos
sentimos especiales al ser cuidadas por nuestra pareja, al ver lo interesado y
cuidadoso que se convierte cuando estamos en la espera del futuro bebé.

El padre usualmente puede incluirse y participar en el embarazo, en


las consultas médicas y en el cuidado durante todos los meses de
embarazos, y hasta en los primeros minutos donde comienzan las
contracciones, sirviendo de apoyo y calmante de la mujer, asegurándose de
meter el equipaje en el carro, llevar los documentos necesarios, y llevar a la
madre hasta el hospital. Pero cuando llegan al centro de salud ingresan
solamente a su esposa, y a él lo separan de su mujer, dejándolo afuera,
nervioso, desinformado y solo. Y le toca una larga espera, a veces hasta más
de 24 horas sin ver a su esposa, sin saber mucho de ella, tiene que
conformarse con lo que le diga alguna enfermera, o con lo que pueda llegar a
saber la madre de la mujer, porque para colmo, cuando anuncian que ya ha
nacido el bebé, solo dejan pasar a una familiar mujer a llevarle la ropa y
cosas necesarias para el aseo del bebé y de la madre.

En algunos países se le ha dado más atención a este tema, y se han


formulado leyes que protejan la paternidad y los derechos del hombre, la
OMS estipuló que:

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‘‘Toda mujer tiene derecho a estar acompañada por una persona de
su confianza y elección durante el trabajo de parto, parto y posparto,
cualquiera sea la vía de parto (vaginal o cesárea)’’

Esto quiere decir que el padre puede entrar a la sala de parto si tiene
el consentimiento de su mujer, que puede acompañarla y servirle de apoyo y
aliento en esa maravillosa experiencia. Esto beneficia tanto a la mujer, quién
se sentirá protegida, y también al hombre, quién en su rol de protector se
sentirá menos nervioso que estando afuera, y podrá apoyar a su pareja como
lo vino haciendo durante todo el tiempo que llevan juntos.

Algunas de las ventajas de la presencia del padre en el trabajo de


parto son:

1) genera más unión en la pareja

2) hace que el hombre comprenda mejor a su mujer y que se implique


más en el cuidado de los hijos

3) Aporta calma y seguridad a su mujer

4) El hombre puede ayudar en todo lo que la mujer necesite, si tiene sed,


si quiere cambiar de posición, si pide un masaje o un abrazo

5) transmitirle que no está sola

En definitiva, el rol del padre en el proceso de parto es brindarle todo ese


afecto y confianza a la mujer, para facilitar el parto, sentirse acompañada le

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permite a la mujer liberar oxitocina, y baja los niveles de estrés o miedo que
esta pueda sentir. Los hombres son importantes, y es necesario darles su
lugar en esta maravillosa experiencia que es traer un bebé al mundo.

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Parto humanizado a nivel mundial, ¿será posible en
Venezuela?

El parto humanizado es un proceso que no requiere de muchos gastos


ni de una infraestructura costosa, ya que en sus dos modalidades (en el agua
o de pie) se pueden practicar hasta en la comodidad de su casa. Por eso ha
sido fácil de implementar en muchos países a nivel mundial, en América,
países como Argentina, han promovido el parto humanizado de forma
gratuita y segura desde el año 2004, y entre los hospitales públicos que
brindan ese servicio se encuentra la maternidad Estela de Carlotto, esta le
ofrece a la mujer la oportunidad de elegir, como, con quien y cuando dar a
luz, practicando el parto de pie o acuático. Por su parte, en el continente
europeo se encuentra Alemania entre los punteros en materia de parto
respetado, en este país se invita a la madre a no usar la anestesia epidural,
se respeta el tiempo de parto y se cuida a la parturienta al no practicarle
episiotomías ni técnicas violentas.

En el caso de Venezuela, se ha venido practicando muy poco el parto


humanizado, solo algunas clínicas brindan este servicio, y en los hospitales
públicos y privados se practica el parto convencional o medicado. Sin
embargo en el país, esta técnica de parto respetado comenzó a desarrollarse
a mediados de los años 80 con la Doctora Gundberg en Caracas; ella misma
se encargó de capacitar a médicos del interior en esta bella misión de la
atención obstétrica y es en la década del 2010 cuando se inicia con la
Unidad de Parto Natural en la Clínica "Achaguas" y el Centro Profesional
"Cardonal", en La Victoria; donde se cuenta con personal calificado para la
atención del parto natural, en sus modalidades vertical y en agua.

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En el año 2017 Desde el Salón Ayacucho del Palacio de Miraflores en
Caracas el Jefe de Estado, aseguró que “el parto humanizado, será un parto
sin dolor, para todas las barrigonas, para apoyarlas y ayudarlas. Que tengan
un parto feliz, una gestación sana, feliz, humana”. Esto con la intención de
impulsar esta modalidad de una manera más formal en el país. En ese
momento el Presidente aprobó la cantidad de 12.090.000.000 de Bolívares
para el inicio de este plan. Venezuela poco a poco está forjando una cultura
de parto humanizado, concientizando a las personas, haciendo campañas
informativas por radio y televisión y aprobando los recursos necesarios para
dotar a los hospitales y capacitar al personal necesario para dar un inicio
formal a esta modalidad de parto, y poder desplazar el parto medicado, para
así mejorar la calidad de vida de las mujeres, y garantizar el respeto de sus
derechos contemplados en las leyes venezolanas. O sea que en Venezuela
si es posible tener un parto humanizado ya que hay sido aprobado y ha
comenzado a ejecutarse, y entre las modalidades de parto humanizado que
se implementarán en el país se encuentran el parto acuático y el parto de
pie.

Muchas personas se preguntan si será difícil implementar esta


modalidad de parto en un país que no es potencia mundial, pero para parir
de pie no se necesita nada más que la ayuda de un familiar o un amigo, o
cualquier persona que se ofrezca a sostener a la mujer, y la supervisión de
un médico que se encargue de revisar el estado de la madre y del bebé.
Algunas mujeres prefieren sostenerse de pie usando una cuerda colgante del
techo, otras optan por la posición agachada, cualquiera de estas es funcional
y segura, y no se necesita de nada especialmente costoso. Y para el parto

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en el agua si es necesario invertir un poco de dinero, pero no es nada
complicado, No se necesita alquilar una costosa piscina. Sólo se necesita
una bañera llena de agua limpia y templada. Además de bombas que
permitan mantener el agua en movimiento para que no se enfríe, ya que el
agua debe estar a una temperatura de 37 grados centígrados. También se
podrían crear con la ayuda de entes gubernamentales unas piscinas
especiales para el parto acuático, divididas en secciones, donde puedan parir
varias mujeres a la vez, manteniendo las condiciones higiénicas y climáticas
necesarias para la realización del parto.

Podemos decir entonces que parir es un arte natural, es un proceso


hermoso y satisfactorio ya que las mujeres tenemos el poder de traer nuevas
vidas al mundo, y que mejor que traer a esa vida con una sonrisa en el
rostro, sin sufrir, siendo tratadas con amabilidad y respeto, sintiendo como
cambia nuestro cuerpo y como se adapta para poder permitirle a nuestros
bebés salir al mundo. Espero que la lectura de este libro le haya servido de
orientación y como medio de información para conocer un poco más sobre el
maravilloso universo del parto humanizado, y que le de las fuerzas
necesarias para convertirse en promotor o promotora de esta actividad, y
más importante aún, de un fiel defensor de los derechos de las mujeres.

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