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Sistema osteomioarticular.

Generalidades del aparato locomotor.

Aparato locomotor: El aparato locomotor es el conjunto de estructuras que permite a nuestro


cuerpo realizar cualquier tipo de movimiento. El aparato locomotor está formado por el sistema
osteoarticular (huesos, articulaciones y ligamentos) y el sistema muscular (músculos y tendones).
Permite al ser humano y a los animales en general interactuar con el medio que le rodea mediante
el movimiento o locomoción y sirve de sostén y protección al resto de órganos del cuerpo.1
funciona en coordinación con el sistema nervioso que es el que genera y transmite las órdenes
motoras.

Está formado por dos sistemas:

Sistema óseo: Es el elemento pasivo, está formado por los huesos, los cartílagos y los ligamentos
articulares.

Sistema muscular: Formadopor los músculos, los cuales mediante los tendones se unen a los
huesos y al contraerse provocan los movimientos corporales.

Unidad de origen: La unidad de origen se explica porque los órganos que lo componen se originan
de la hoja embrionaria media o mesodermo. La unidad estructural se comprende porque está
constituido por un conjunto de estructuras (huesos articulados y músculos) que forman la
arquitectura del cuerpo. La unidad funcional está basada en la función mecánica que realizan
todos sus órganos, proporcionándole al cuerpo humano su forma, sostén, protección, así como el
movimiento y equilibrio del mismo.

Composicion: El aparato locomotor está formado por el sistema óseo y el sistema muscular. ... El
sistema óseo: que está formado por los huesos, los cartílagos y los ligamentos articulares. El
sistema muscular: Formado por los músculos, los cuales se unen a los huesos y por lo tanto al
contraerse provocan el movimiento del cuerpo.

Factores que influyen en el desarrollo: El sistema osteomioarticular (SOMA), al igual que los otros
aparatos y sistemas del organismo, se encuentra sometido a la influencia de múltiples factores,
internos y externos, los cuales pueden alterarse provocando modificaciones considerables en los
órganos que lo componen. Entre los factores internos se destacan las funciones reguladoras del
sistema nervioso y glándulas endocrinas, y entre los factores externos o sociales se distinguen la
nutrición y el trabajo mecánico.
El sistema nervioso regula todos los procesos del organismo y específicamente sobre el SOMA
interviene en la regulación de la actividad muscular, así como en la función trófica o de nutrición
de los órganos de este aparato mediante mecanismos nerviosos reflejos.

Las glándulas endocrinas regulan principalmente los procesos metabólicos del organismo y en
particular sobre el SOMA actúan regulando el metabolismo de los minerales que se depositan en
los huesos (fosfato de calcio), mediante la acción de determinadas hormonas, como la del
crecimiento o somatotrópica de la hipófisis y la paratiroidea de las glándulas del mismo nombre.

La nutrición es un factor importante, especialmente algunos componentes de la dieta como los


minerales (calcio y fósforo) y las vitaminas (A, D y C).

El trabajo mecánico que implica el ejercicio físico realizado en las actividades laborales y
deportivas influye considerablemente sobre el organismo humano en conjunto y especialmente en
el SOMA. Está demostrado que la inactividad mecánica del aparato locomotor conduce a la atrofia
de los órganos que lo componen. Por el contrario, la hiperactividad mecánica provoca la
hipertrofia de los mismos. También se ha observado que determinados trabajos especializados y
deportes específicos pueden producir alteraciones en algunos órganos de este aparato, ya sea por
la adopción de posiciones viciosas o por actividad intensificada en determinadas regiones del
cuerpo. Por este motivo, la higiene del trabajo y el deporte recomiendan la práctica de la gimnasia
general que favorece el desarrollo armónico de todo el cuerpo.

Division (Parte activa y pasiva):

De acuerdo con la función mecánica que realiza, el sistema osteomioarticular (SOMA) se divide en
dos partes: pasiva y activa.

La parte pasiva está constituida por el esqueleto que es el conjunto de huesos y cartílagos unidos
por las articulaciones.

La parte activa está compuesta por los músculos, que están regidos por el sistema nervioso y al
contraerse actúan sobre el esqueleto provocando los movimientos y equilibrios del cuerpo.

El aparato locomotor, de acuerdo con la función mecánica que realiza, se divide en dos partes: una
pasiva representada por el esqueleto constituido por la unión de palancas óseas y cartilaginosas
mediante articulaciones, y otra activa compuesta por los músculos que garantizan el
desplazamiento de los segmentos corporales y del cuerpo en su conjunto.

Osteologia general: La osteología es una rama de la anatomía descriptiva que trata del estudio
científico del sistema óseo en general y de los huesos que lo conforman en particular.

Esqueleto: En biología, el sistema esquelético o esqueleto es el sistema biológico que proporciona


soporte, apoyo y protección a los tejidos blandos y músculos en los organismos vivos. El sistema
esquelético tiene funciones de locomoción, sostén y protección. Los vertebrados presentan un
esqueleto interno o endoesqueleto, constituido por huesos, que se unen entre sí por las
articulaciones. La ciencia que se encarga de estudiar los huesos se denomina osteología.

El esqueleto humano es el conjunto de huesos que proporciona al cuerpo humano su estructura.


En el adulto consta de 206 huesos articulados entre sí y estrechamente unidos a ligamentos,
tendones, y músculos. Está formado por tejido óseo y tejido cartilaginoso. Representa alrededor
del 12 % del peso total del cuerpo humano, por lo tanto el esqueleto de una persona de 75
kilogramos pesa 9 kilogramos. 1

El esqueleto, también llamado sistema esquelético o sistema óseo se forma junto con el sistema
muscular el aparato locomotor, para su estudio se divide en dos partes:

Esqueleto axial formado por el cráneo, columna vertebral, costillas y esternón.

Esqueleto apendicular formado por los huesos de los miembros superiores e inferiores junto con
la cintura escapular y pelviana.

El esqueleto axial consta de 80 huesos y el apendicular de 126.

Funciones: El sistema esquelético tiene varias funciones:

1)Sostén mecánico y mantenimiento postural: El esqueleto funciona como una estructura rígida
que da forma al organismo, mantiene la morfología corporal y hace posible la posición bípeda.

2)Movimiento: Las uniones entre dos huesos adyacentes (articulaciones) hacen posible los
movimientos corporales, además los huesos sirven como lugar de inserción a los tendones de los
músculos.

3)Protección: El esqueleto actúa en muchos casos como protección de los órganos internos. De
esta forma los huesos que forman el cráneo protegen el encéfalo, las vértebras de la columna
vertebral sirven de protección a la médula espinal y las costillas evitan que se produzcan daños en
los pulmones, el corazón y los grandes vasos sanguíneos del tórax.

4)Almacén metabólico: funcionando como moderador de la concentración e intercambio de sales


de calcio y fosfato.

Producción de células sanguíneas: Tiene lugar en la médula ósea roja que se encuentra en el
interior de algunos huesos.

5)Producción de células sanguíneas: Tiene lugar en la médula ósea roja que se encuentra en el
interior de algunos huesos

Esqueleto axial y apendicular


Uno de los esquemas para el estudio del esqueleto humano, lo divide en dos partes:

Esqueleto axial: está formado por el cráneo, columna vertebral, costillas y esternón. Constituye el
eje del cuerpo y forma una fuerte estructura que protege al sistema nervioso central y los órganos
situados en el interior del tórax: pulmones, corazón y grandes vasos sanguíneos.

Esqueleto apendicular: está formado por los huesos que forman la cintura escapular y cintura
pelviana y los que constituyen las cuatro extremidades (brazos y piernas). Los huesos situados en
las cinturas unen el esqueleto axial con el apendicular, es decir el tronco con las extremidades. La
cintura escapular sirve de unión entre el tronco y la extremidad superior y la cintura pelviana une
el tronco con la extremidad inferior, obsérvese que el concepto anatómico de cintura es diferente
al uso que se le da a este término en la vida ordinaria.

Hueso como órgano: Los huesos son órganos rígidos que forman el endoesqueleto de los animales
vertebrados. Poseen varias funciones: forman una estructura sólida para el sostenimiento del
cuerpo, protegen órganos muy sensibles como el cerebro, hacen posible el movimiento al servir
como lugar de inserción a los músculos y producen las células que forman parte de la sangre
(hematopoyesis). El conjunto organizado de las piezas óseas (huesos) forma el esqueleto o sistema
esquelético. Cada pieza cumple una función en particular y de conjunto en relación con las piezas
próximas a las que está articulada.

En el hueso existen diferentes variedades de tejido. El principal es el tejido óseo, un tipo


especializado de tejido conectivo firme, duro y resistente que está compuesto por células
(osteocitos) y componentes extracelulares calcificados que le proporciona gran dureza. Los huesos
poseen una cubierta superficial de tejido conectivo fibroso llamado periostio y presentan
superficies articulares que están revestidas por tejido cartilaginoso. En el interior de los huesos se
encuentra la médula ósea, formada por tejidos blandos que incluyen el tejido hematopoyético que
produce las células de la sangre y tejido adiposo (grasa). Cuenta además con vasos sanguíneos y
nervios que irrigan e inervan su estructura.

Estructura

Los huesos que forman el esqueleto constan de varias partes:2

Diáfisis. Se llama diáfisis a la porción central o cuerpo de los huesos largos.3

Epífisis. Se llama epífisis a cada uno de los extremos de los huesos largos.

Metáfisis. Se llama metáfisis a una zona intermedia de los huesos largos que está situada entre la
zona central (diáfisis) y los extremos (epífisis).
Cartílago articular. Es una estructura formada por tejido cartilaginoso que se interpone entre los
extremos de dos huesos adyacentes, permitiendo el deslizamiento de las superficies en contacto
gracias a que presenta un coeficiente de fricción muy bajo. No tiene vasos sanguíneos y se nutre a
través de las moléculas del líquido sinovial que penetran en su superficie. Está formado por células
especializadas llamadas condrocitos y una matriz extracelular compuesta por fibras de colágeno
tipo II.4

Periostio. Membrana de tejido conectivo fibrosa y resistente que cubre los huesos por su
superficie externa.

Cavidad medular. Es un espacio sin tejido óseo ubicado en la zona central de la diáfisis de los
huesos largos. La cavidad medular esta rellena por médula ósea amarilla, tejido formado por
células adiposas que almacenan importantes cantidades de triglicéridos que suponen una reserva
energética. No debe confundirse la médula ósea amarilla con la médula ósea roja, también
presente en los huesos, que tiene la función de producir las células sanguíneas.

Endostio. Membrana delgada del tejido conjuntivo que tapiza la superficie interior de la cavidad
medular de los huesos largos.56

Arteria nutricia. El hueso necesita sangre que le aporte a sus células oxígeno y nutrientes. Por ello
cada hueso esta irrigado por una arteria nutricia que penetra en su estructura a través de un
pequeño orificio llamado agujero nutricio, una vez en el interior se divide en ramas
progresivamente más pequeñas que se distribuyen por todas las áreas del hueso.

Funcion de los huesos:

Funciones mecánicas

Protección: Los huesos forman diversas cavidades que protegen a los órganos vitales de posibles
traumatismos. Por ejemplo, el cráneo o calota protege al cerebro de traumatismos que pueden
dañarlo, y la caja torácica (costillas y el esternón), protege los pulmones y el corazón.2

Sostén: Los huesos forman una estructura rígida, que se encarga del sostén de los órganos y
tejidos blandos.2

Movimiento: Los músculos para generar los movimientos voluntarios se unen mediante los
tendones a la superficie de los huesos.2

Transducción de sonido: Los huesos son importantes en el aspecto mecánico de la audición en la


que interviene la cadena de huesecillos situada en el oído medio formada por el martillo, el
yunque y el estribo.

Hematopoyesis: La médula ósea roja, que se encuentra en el tejido esponjoso de los huesos largos
se encarga de la formación de las células sanguíneas.

Funciones metabólicas
Almacenamiento de minerales: Los huesos actúan como centros de almacenamiento de las
reservas minerales más importantes del cuerpo, sobre todo de calcio y fósforo, acumulando el 99
% de calcio del organismo. Dependiendo de las necesidades, pueden liberar minerales a la
circulación sanguínea para distribuirlos a otros órganos que los necesitan para diversas
funciones.2

Almacenamiento de grasa: La médula ósea amarilla actúa como reservorio de ácidos grasos,
importantes para la homeostasis energética.

Función endocrina: Los osteocitos y osteoblastos secretan varias sustancias implicadas en


diferentes funciones metabólicas, por lo que actualmente se considera al hueso como un órgano
con función endocrina. Entre ellas el factor de crecimiento fibroblástico 23 (FGF-23), que actúa
sobre los riñones para reducir la reabsorción de fosfato y la osteocalcina que aumenta la secreción
de insulina por el páncreas, disminuye el nivel de glucosa plasmática y aumenta la sensibilidad a la
insulina.

Composicion química: El esqueleto es la estructura de sostén del cuerpo y está formado por
huesos. El hueso está formado por células óseas vivas rodeadas por una sustancia inerte y dura.
La composición química del hueso es 25% de agua, 45% de minerales como fosfato y carbonato de
calcio y 30% de materia orgánica. Estos minerales de calcio le dan al hueso su rigidez y dureza.

Pero los minerales de los huesos no están fijos como los minerales de una roca, sino que siempre
están siendo intercambiados y reemplazados. Por ejemplo, los iones calcio ( Ca+2 ) circulan tan
rápidamente entre el plasma sanguíneo y los huesos que todo el contenido de iones Ca+2 del
plasma se intercambia con el calcio de los huesos en solo un minuto. Cuando se inyectan iones
radiactivos de calcio o fosfatos en la corriente sanguínea, aparecen rápidamente en el hueso.

El cuerpo pierde continuamente iones fosfato y de calcio a través de los riñones y el tubo
digestivo. Las células de otros tejidos corporales diferentes del tejido óseo, también requieren
estas sustancias. Si no hay suficiente minerales en las dietas estos iones son liberados del
esqueleto y pasan a la sangre para ser transportadas a los tejidos que requieren de éstos. Esta
pérdida deja a los huesos blandos, esponjosos y frágiles. Durante el embarazo, el cuerpo de la
madre suministra al niño los materiales para construir su esqueleto; por ello la futura madre
requiere un suministro extra de calcio en su alimentación, así como los niños y jóvenes durante el
crecimiento.

La formación y mantenimiento de los huesos están regulados por hormonas y por los alimentos.
Una hormona de las glándulas paratiroides ayuda a regular los niveles de Ca+2 y PO4-3(fosfato) en
la sangre y los huesos. Los alimentos que nos proporcionan calcio son leche sus derivados, acelga,
brócoli, espinaca garbanzo, nueces y huevo .

Propiedades físicas: Las propiedades físicas de los huesos son: Dureza, tenacidad, elasticidad y
flexibilidad.

Tejido oseo: El tejido óseo es un tejido especializado del tejido conjuntivo, constituyente principal
de los huesos en los vertebrados. Está compuesto por células y componentes extracelulares
calcificados que forman la matriz ósea. Se caracteriza por su rigidez y su gran resistencia a la
tracción, compresión y a las lesiones.

Células del hueso

Este tejido se renueva y se reabsorbe continuamente, gracias a la actividad de sus células


específicas. Estas son los osteoblastos, responsables de la formación de tejido óseo nuevo; los
osteocitos, que son los osteoblastos maduros y desarrollan una actividad menor; y los
osteoclastos, que se encargan de reabsorber o eliminar la materia ósea.

Células osteoprogenitoras

El tejido óseo se origina a partir de células de origen mesenquimal (como todos los tejidos
conectivos). A partir de las células mesenquimales que se comprometen hacia una diferenciación
en células formadoras de hueso se forma una colonia celular con potencial más limitado para
proliferar y diferenciarse, estas son las células osteoprogenitoras.

Las células osteoprogenitoras cuentan con potencial para diferenciarse hacia condroblastos u
osteoblastos.

Las células osteoprogenitoras persisten hasta la vida postnatal y se hallan en casi todas las
superficies libres de los huesos (endostio, capa interna del periostio, trabéculas de cartílago
calcificado).

Durante la fase de crecimiento de los huesos, las células osteoprogenitoras son más activas;
aunque también aumenta su actividad ante el fenómeno de reparación de lesiones óseas.

Como se supone que los osteoblastos y los osteocitos carecen de capacidad mitótica, parece
evidente que a medida que disminuye la población de osteoblastos durante los procesos de
remodelación continua del hueso, las células osteoprogenitoras que proliferan y se diferencian
proveen de nuevos osteoblastos para el tejido.

Osteoblastos

Son células osteoformadoras que se encargan del mantenimiento, el crecimiento y la reparación


del hueso.
Son los encargados de sintetizar los componentes de la matriz ósea.

Están provistos de un retículo endoplasmático y un aparato de Golgi muy desarrollados. Además


sus mitocondrias concentran gránulos de fosfato de calcio. Estos van a ser transferidos a vesículas
que posteriormente pasarán al medio extracelular para poder acumular fosfatos y calcio por
medio activo. Se acumulan progresivamente hasta que se rompen, y las partículas liberadas se
fijan a las partículas de colágeno en forma de cristales de hidroxiapatita, produciendo la
mineralización de la matriz.

Una vez que los osteoblastos están rodeados por la matriz, pasarán a denominarse como
osteocitos.

Osteocitos

Son las células del hueso maduro y ya formado y se presentan bajo tres estados funcionales:
osteocitos latentes, osteocitos formativos y osteocitos resortivos.

Se localizan en lagunas y emiten prolongaciones a través de los conductos calcóforos (canales


presentes en la matriz). Se comunican unos con otros a través de uniones comunicantes como son
los conductos.

Estas células poseen la capacidad de síntesis y reabsorción de la matriz.

Osteoclasto

El osteoclasto es una célula multinucleada que degrada y reabsorbe huesos. Al igual que el
osteoblasto, está implicado en la remodelación de hueso natural.

Son células multinucleadas y polarizadas. La zona de las células que no está en contacto con el
hueso es pobre en orgánulos y posee filamentos de actina. También es donde se encuentran los
núcleos. La otra parte de las células que está en contacto con el hueso se caracteriza por la
presencia de numerosas prolongaciones citoplasmáticas que se denominan borde plegado o borde
fruncido.

Variedades de tejido oseo:

Al observar un corte macroscópico de hueso en cualquier plano, podemos apreciar zonas donde
no se manifiestan cavidades visibles, a este tipo de hueso se le llama compacto, mientras que en
otras regiones del hueso se ponen de manifiesto cavidades que se comunican entre si, dando lugar
a la variedad esponjosa por su apariencia.
Teniendo en cuenta la organización microscópica de los componentes del tejido óseo, la variedad
compacta también se conoce con el nombre de Osteonal, haversiano, lamelar o secundario,
mientras que el hueso esponjoso se le llama también trabecular o primario.

El hueso osteonal o haversiano se localiza en la diáfisis de los huesos largos, en la cortical de las
epífisis y en la cortical de todos los huesos cortos y planos, mientras que el trabecular se
encuentra en las epífisis de los huesos largos, en los huesos planos de la bóveda craneal, las
vértebras, las costillas y el esternón.

Hueso Compacto

En esta variedad de hueso las fibras osteocolágenas se organizan formando un sistema


constituido por:

Laminillas circunferenciales externas, localizadas hacia la periferia del hueso en relación


con el periostio.

Laminillas circunferenciales internas, dispuestas hacia la superficie del conducto medular,


en relación con el endostio del hueso.

Laminillas concéntricas, que se disponen alrededor de los conductos por los que cursan
vasos sanguíneos y filetes nerviosos. Estos conductos se denominan conductos de Havers y junto
con las laminillas concéntricas que los rodean forman los sistemas de Havers u Osteonas, las que
constituyen las unidades estructurales y funcionales del hueso compacto.

Los conductos de Havers siguen un trayecto recto, longitudinal según el eje de la diáfisis y
se comunican entre sí por los conductos de Volkman.

Los canalículos calcóforos se comunican entre si y a la vez con el conducto de Havers, por
lo que hay continuidad de todas las lagunas del sistema con dicho conducto central por donde
transcurren los vasos sanguíneos, garantizándose de esta forma la nutrición de los osteocitos.

El otro tipo de laminillas son las intersticiales, las que ocupan los espacios que quedan
entre los sistemas de Havers, se consideran restos de sistemas de Havers que han sido destruidos
parcialmente en el proceso del desarrollo óseo.

Hueso Trabecular

En la matriz del hueso trabecular las laminillas no se disponen en sistemas, sino formando
trabéculas en forma de red tridimensional.

Estas trabéculas formadas por un número variable de laminillas óseas adoptan una disposición
particular, la cual depende de las funciones mecánicas del hueso.

Tipos de tejido oseo: Prosaicamente se distinguen dos zonas óseas con características diferentes y
sin un límite neto, éstas representan dos formas diferentes de estructuración del tejido óseo:
Tejido esponjoso o areolar

El hueso esponjoso constituye la mayor parte del tejido óseo de los huesos cortos, planos y de
forma irregular y de la epífisis de los huesos largos. El tejido esponjoso de los huesos de la pelvis,
las costillas, el esternón, las vértebras, el cráneo y los extremos de algunos huesos largos es el
único reservorio de médula ósea roja y por lo tanto, de hematopoyesis en los adultos. El hueso
esponjoso no contiene verdaderas osteonas. Está formado por laminillas dispuestas en un encaje
irregular de finas placas de hueso llamadas trabéculas. Los espacios entre las trabéculas de
algunos huesos están ocupados por la médula ósea roja productora de células sanguíneas. En el
interior de las trabarlas existen eritrocitos, situados en lagunas de las que parten conductillos
radiales. Los vasos sanguíneos del periostio penetran a través del hueso esponjoso. Los eritrocitos
de las trabarlas reciben su nutrición directamente de la sangre que circula por las cavidades
medulares.

Tejido compacto o denso

Se encuentra en la capa externa de los huesos largos formando la diáfisis, en el exterior y en el


interior de los huesos planos y en distintas zonas en los huesos cortos, según cada hueso en
concreto. Es un tejido duro, denso y frágil. Al observarlo al microscopio destacan estructuras
cilíndricas, denominadas osteonas, formadas por capas concéntricas de laminillas óseas, donde se
encuentran insertos los osteocitos. En el interior de la osteona hay un canal, el conducto de
Havers, por donde circulan vasos sanguíneos, linfáticos y nervios. Los vasos sanguíneos aportan los
nutrientes necesarios a las células de los huesos y conducen las hormonas que controlan el aporte
de calcio. También aparecen canales que conectan unos conductos de Havers con otros. Estos
conductos se llaman conductos de Volkmann. La unidad estructural del tejido óseo compacto es el
Sistema de Aversar u osteona. Este tipo de hueso se localiza en la diáfisis de los huesos largos. El
Sistema de Havers está constituido por:

Conducto de Aversar: contiene el VAN que pasa por el agujero nutricio del hueso.

Laminillas óseas: su número aumenta a medida que crece el hueso.

Osteoplastos: dispuestos en forma concéntrica, en cuyo interior se encuentran los osteocitos.

Canalículos calcóforos: conecta el osteoplasto con el conducto de Havers. Permite la nutrición y


eliminación de desechos del osteocito (sus prolongaciones viajan a través del canalículo).

Caracteristicas morfofuncionales del tejido oseo: Rigidez, fortaleza, resistencia y cierta elasticidad.

Nutricion y crecimiento del hueso: Debido a la dureza del tejido óseo es evidente que los
osteocitos incluidos en las lagunas óseas no pueden crecer ni multiplicarse, ya que la matriz no
puede expandirse desde el interior.
El crecimiento del tejido óseo ocurre por el mecanismo de aposición, el que consiste en la
formación o deposición de nuevas laminillas óseas sobre una superficie, a partir de la
diferenciación de las células osteógenas localizadas en la capa celular del periostio, vaina de tejido
conectivo que recubre la superficie externa del hueso.

Por su parte la nutrición de este tejido es característica, ya que la matriz ósea, es totalmente
impermeable debido a su mineralización y por lo tanto es imposible la difusión del líquido tisular a
través de ella. La organización estructural del hueso formando los canalículos y la rica
vascularización está dirigida en gran medida a posibilitar la nutrición de los osteocitos mediante la
circulación del líquido tisular a través de los canalículos calcóforos.

Formacion del hueso: En el periodo embrionario no existen huesos, las estructuras equivalentes
están formadas por un molde de tejido mesenquimal o por cartílago hialino. A medida que se
produce el crecimiento, tiene lugar de forma progresiva el proceso de osteogénesis (formación de
hueso) y osificación. Este se inicia en los puntos de osificación que son en realidad cúmulos de
células formadoras de hueso u osteoblastos.12

Existen dos tipos de osificación:

Osificación intramembranosa (o directa). La osificación tiene lugar a partir de un molde


mesenquimatoso que se transforma en hueso. Es típica de los huesos planos que constituyen el
cráneo.

Osificación endocondral (o indirecta). El molde mesenquimatoso se transforma en primer lugar en


tejido cartilaginoso y posteriormente a través de puntos de osificación en tejido óseo maduro. Es
típica de los huesos largos como los que forman las extremidades. Se forma un punto de
osificación en la diáfisis que avanza en dirección a las epífisis, posteriormente aparecen centros
secundarios en las epífisis. Mientras persiste el periodo de crecimiento en longitud de los huesos,
existe una estructura denominada cartílago de crecimiento que se sitúa entre las epífisis y la
diáfisis de los huesos largos. Cuando los huesos alcanzan su longitud máxima este cartílago
desaparece

Osificacion endocondral e intermembranosa:

Osificación endocondral

La osificación endocondral, es característica de los huesos largos y cortos, ocurre a partir de un


modelo cartilaginoso similar al hueso a formar, este cartílago de tipo hialino sufre modificaciones
hasta ser sustituido por hueso.

En los huesos largos, entre la diáfisis y la epífisis, existe una zona llamada disco epifisario o
cartílago de crecimiento, que participa activamente en el crecimiento en longitud del hueso.
Osificación intramembranosa

Ocurre en el interior de una membrana, donde las células mesenquimatosas se diferencian en


células osteógenas, este tipo de osificación es característica de los huesos planos.

Remodelacion y reabsorción osea:

Remodelacion: El hueso es un tejido dinámico que se encuentra en un proceso continuo de


renovación. Se ha calculado que en un año se reemplaza alrededor del 5 % del hueso cortical y un
20 % del trabecular, por lo que esqueleto se renueva totalmente cada 20 años por término medio.
La renovación del hueso es necesaria entre otros motivos para la reparación del daño tisular.14

El proceso se inicia por la actividad de los osteoclastos que destruyen el hueso en pequeñas áreas
localizadas, a continuación los osteoblastos lo reparan creando nueva matriz intercelular y
facilitando la mineralización. El balance entre la reabsorción y la formación óseas es un proceso
complejo que está determinado en parte genéticamente y en el que influyen factores
nutricionales y hormonales. El remodelado óseo tiene lugar durante toda la vida de un individuo,
pero solo es positivo hasta los 30 años en la especia humana, edad en la que se alcanza el máximo
de masa ósea, la cual se mantiene bastante estable hasta los 50, momento en que empieza a
disminuir, lo que condiciona mayor tendencia a las fracturas.

Anatomia radiología y de superficie de los huesos: La radiografía es utilizada frecuentemente


como medio diagnóstico en las afecciones del esqueleto y para determinar el desarrollo óseo
alcanzado por el individuo.

En las radiografías los huesos se observan con marcada claridad, destacándose su forma, tamaño y
estructura macroscópica (sustancia ósea compacta y esponjosa). La periferia o cortical de los
huesos, formada por sustancia ósea compacta, tiene el aspecto de una banda homogénea
blanquecina (radioopaci¬dad intensa), la cual está muy engrosada en la diáfisis de los huesos
largos. El interior de los huesos cortos, planos y epífisis de los huesos largos, formada por
sustancia ósea esponjosa, presenta el aspecto reticular con radioopacidad menos intensa. Las
cavidades óseas que se encuentran en el interior de los huesos se observan más oscuras
(radiotransparente).

La imagen radiográfica de los huesos se puede apreciar desde el período prenatal, cuando
comienzan a originarse los centros de osificación que van apareciendo de forma progresiva y con
una cronología determinada, lo que permite valorar el grado del desarrollo óseo y calcular la edad
aproximada del individuo, especialmente en los niños, siendo utilizada con este objetivo la
radiografía del carpo de la mano. En el recién nacido ya se observa la mayoría de los huesos,
aunque de forma incompleta. En el niño se osifican los huesos del carpo y la mayoría del tarso y
de las epífisis de los huesos largos, que se hallan unidos a la diáfisis por los cartílagos epifisarios o
de conjunción (sincon¬drosis), cuyo conocimiento tiene gran importancia práctica porque pueden
ser motivo de confusión con las fracturas (Fig. 19.6). En la adolescencia aparecen algunos centros
de osificación secundarios en determinados huesos y se produce la fusión de los centros de
osificación existentes en cada hueso. Al inicio de la adultez (20 años) algunos huesos completan
su fusión y al final de este período (45 años) algunos huesos se fusionan con los vecinos. En el
período de envejecimiento se pueden apreciar en las radiografías de los huesos, algunas
transformaciones como la atrofia ósea senil (osteoporosis) y la neoformación de tejido óseo con
aposiciones periósticas circunscritas en las proximidades de focos inflamatorios crónicos
(osteofitos).

De superficie: La anatomía de superficie aborda el estudio de los relieves de las estructuras del
aparato locomotor, de las eminencias óseas sobre la superficie corporal.

Factores hormonales

Las hormonas son mensajeros químicos que actúan en un lugar del organismo diferente al sitio en
que se producen. Existen varias hormonas que desempeñan importantes funciones en la fisiología
ósea. Algunas de las más importantes son las siguientes:14

Parathormona. Es producida por las glándulas paratiroides, produce reabsorción del hueso y
aumento del nivel de calcio en sangre.

Calcitonina. Es producida por las células C del tiroides. Tiene un efecto contrario a la
parathormona, inhibe la reabsorción ósea y aumenta el nivel de calcio en sangre.

Vitamina D. Favorece la absorción de calcio y fosfato por el intestino y la mineralización del hueso.

Hormonas tiroideas. Estimula la producción de hueso y su mineralización. La deficiencia de


hormona tiroidea durante el periodo de crecimiento conduce al cretinismo que se caracteriza por
talla baja y diferentes alteraciones en los huesos.

Hormona del crecimiento. Estimula la acción de los osteoblastos aumentando la producción de


hueso

Andrógenos. Son las hormonas masculinas, producen incremento de la densidad ósea.

Estrógenos. Son las principales hormonas femeninas, favorecen la formación de hueso nuevo por
activación de los osteoblastos e inhibición de los osteoclastos. La deficiencia de estrógenos en la
mujer favorece la aparición de osteoporosis.

Insulina. Estimula la síntesis de matriz ósea.

Glucocorticoides. Favorecen la desmineralización del hueso e inhiben la acción de los


osteoblastos.

Clasificacion de los huesos:

Huesos largos
Presentan una forma cilíndrica, predomina la longitud sobre el ancho y grosor, se dividen en tres
porciones un cuerpo y dos extremos (proximal y distal), generalmente se encuentran en los
miembros locomotores. Ejemplos: húmero, fémur, etc.

Huesos cortos

Presentan una forma cuboide, no predomina ninguna de sus dimensiones, su función es de


amortiguamiento. Ejemplos: huesos del carpo y tarso.

Huesos planos

Su principal característica es que son más anchos y largos que gruesos, su función es la de
proteger tejidos blandos e inserción de grandes masas musculares. Ejemplos: escápula u
omóplato, huesos del cráneo y coxal.

Huesos irregulares

No presentan forma o división predominante para su agrupación, son impares y se localizan en la


línea media, sus funciones son variables aunque la de mayor importancia es la protección del
sistema nervioso central. Ejemplo: vértebras.

Huesos sesamoideos

Son pequeñas estructuras de tejido óseo con forma más o menos ovaladas y número inconstante
que se localizan en las proximidades de los tendones. Su función es la de disminuir la fricción y
alteran la dirección en que se realiza la tracción muscular. Los más importantes se localizan junto a
la articulación metatarsofalángica del primer dedo del pie. La rótula, aunque se estudia de forma
independiente, está considerada un hueso sesamoideo de gran tamaño. Pueden sufrir fracturas y
presentar procesos inflamatorios que se conocen como sesamoiditis.

Los huesos se pueden clasificar de diversas maneras, teniendo en cuenta diferentes criterios como
la situación, origen, estructura, función y forma de los mismos.

Por su forma, los huesos se clasifican basándose en las relaciones que existen entre las tres
dimensiones fundamentales de los cuerpos, o sea, el largo, ancho y grosor. Esta clasificación es
clásica, ya que fue establecida en la época de Galeno (130-200 n.e.) y aún perdura con algunas
modificaciones. Actualmente la clasificación de los huesos aceptada internacionalmente está
basada en su forma, lo que facilita el estudio de sus porciones. En esta clasificación se distinguen
cinco tipos de huesos: cortos, planos, largos, neumáticos e irregulares.
Los huesos cortos se caracterizan porque las dimensiones son aproximadamente iguales,
presentando una forma más o menos cúbica y por lo general son pequeños. Están situados en
regiones que tienen movimientos muy variados y poco extensos como el carpo de las manos y el
tarso de los pies. Una variedad de este grupo son los huesos sesamoideos que reciben su nombre
al compararlos por su tamaño con el grano de la planta de sésamos conocido en nuestro país por
ajonjolí, los cuales se localizan cerca de las articulaciones de las manos y de los pies, incluidos en
tendones, donde actúan como dispositivos auxiliares de los músculos.

Los huesos planos se destacan porque dos de las dimensiones, el largo y el ancho, predominan
sobre el grosor presentando dos caras y un número variable de bordes, según la figura geométrica
del hueso. En general son incurvados, algunos son alargados y de acuerdo con su tamaño pueden
ser grandes y pequeños. Están situados en regiones destinadas a la protección y sostén de otros
órganos, como en la cabeza, tórax y cinturón de los miembros.

Los huesos largos se caracterizan porque una de las dimensiones, el largo, predomina sobre las
otras dos, presentando una forma tubular en la que se distinguen tres porciones, la diáfisis y dos
epífisis. La diáfisis o cuerpo del hueso, es la porción alargada en forma de cilindro. Las epífisis o
extremidades del hueso generalmente son voluminosas, donde se encuentran superficies lisas
articulares y eminencias rugosas en las que se insertan los ligamentos y tendones. Además, se
describe la metáfisis, zona correspondiente a los extremos de la diáfisis que en la etapa de
crecimiento están separadas de las epífisis por los llamados cartílagos epifisarios (cartílago de
conjunción). Estos huesos por su tamaño pueden ser grandes y pequeños. Están situados en
regiones de gran movilidad, actuando como brazos de palancas, en la parte libre de los miembros.

Los huesos neumáticos se distinguen por presentar cavidades en su interior, que contienen aire.
Tienen formas diversas constituidas por varias caras y generalmente son pequeños. Están situados
en regiones próximos a la cavidad nasal, protegiendo a otros órganos (etmoides y maxilares). Las
cavidades neumáticas de los huesos se denominan senos, cuyas paredes están revestidas de
mucosa, la cual puede inflamarse provocando las sinusitis.

Por lo general la forma de los huesos es muy irregular y por tanto, muy difícil de precisar,
presentando formas diferentes que son propias de cada uno, dependiendo de la función que
realizan. Por este motivo en algunos huesos se pueden considerar formas mixtas de los tipos
antes mencionados, que se clasifican como irregulares.

Estos huesos se localizan en el esqueleto axil, o sea, en la cabeza (esfenoides y temporal) y


columna vertebral (vértebras).

Enfermedades del sistema esquelético:

Fractura ósea. Consiste en la rotura de un hueso, generalmente causada por un traumatismo.

Osteoporosis. Consiste en la perdida de densidad del hueso por deficiente mineralización y


pérdida de las proteínas óseas. Provoca fragilidad de la estructura y se producen fracturas sin
traumas o por traumatismos leves.
Osteomielitis. Infección que afecta al tejido óseo. Uno de los gérmenes que puede provocar
osteomielitis es el bacilo de Koch, agente causante de la tuberculosis.

Osteomalacia. Se produce una alteración en el hueso de tal forma que el depósito de sales de
calcio es insuficiente. Por ello los huesos son débiles y se deforman con facilidad. Si afecta a niños
en periodo de crecimiento se llama raquitismo. Una de las causas es el déficit de vitamina D.

Cáncer óseo primario. Los tumores óseos pueden ser de diferentes tipos, entre ellos el
osteosarcoma y el condrosarcoma.

Osteogénesis imperfecta. Enfermedad congénita que provoca huesos propensos a la fracturas y de


escasa resistencia. Se debe a la falta de producción de una de las proteínas que forman la matriz
ósea.

Acromegalia. Se debe a aumento en la producción de hormona del crecimiento, lo que provoca


que los huesos aumenten de tamaño de forma descontrolada.

Acondroplasia. Enfermedad de origen genético que provoca enanismo por disminución en la


longitud de los huesos, sobre todo los de las extremidades

Medula osea:

Se llama médula ósea a un tipo de tejido blando que se encuentra en el interior de los huesos. Por
término medio, representa alrededor del 4 % del peso total de un adulto humano, por lo tanto una
persona de 65 kg cuenta con 2.6 kg de este tejido.16 Pueden diferenciarse dos tipos: médula ósea
roja y médula ósea amarilla.

Médula ósea roja. En ella se fabrican las células que pasan a formar parte de la sangre, por lo que
recibe el nombre de tejido hematopoyético. En un adulto humano se localiza principalmente en el
esternón, costillas, cráneo, columna vertebral, pelvis, escápula y los extremos o epífisis de los
huesos largos. Tiene una función crucial pues genera los hematíes que transportan el oxígeno a las
células, los glóbulos blancos o leucocitos que permiten combatir los procesos infecciosos y las
plaquetas que hacen que se coagule la sangre cuando se produce la rotura de algún vaso
sanguíneo. Si la médula ósea roja no cumple su función se produce una situación muy grave que
hace peligrar la vida.21 Está constituida por un 60 % de células hematopoyéticas y un 40 % de
adipocitos. Su composición aproximada es 40 % de grasa, 40 % de agua y 20 % de proteínas.
Produce cientos de millones de células por día que se incorporan a la sangre mediante los vasos
capilares que la atraviesan.17

Médula ósea amarilla. Está formada principalmente por grasa y no participa apenas en la
hematopoyesis. Se localiza en la cavidad medular situada en la porción central o diáfisis de los
huesos largos.21 El 95 % de su peso son adipocitos y solo un 5 % son células hematopoyéticas. La
composición aproximada es 80 % de grasa, 15 % de agua y 5 % de proteínas.

Dolor óseo

Una serie de enfermedades puede causar dolor de huesos, entre las que destacan las siguientes:

Endocrinológicas, tales como el hiperparatiroidismo, la osteoporosis y la insuficiencia renal.

Gastroenterológicas o sistémicas, tales como la enfermedad celíaca y la sensibilidad al gluten no


celíaca (que cursan con frecuencia sin ningún síntoma digestivo), la enfermedad de Crohn y la
colitis ulcerosa.

Hematológicas, como el síndrome de Cushing, el mieloma múltiple, la anemia de células


falciformes.

Infecciosas, como la enfermedad de Lyme y la osteomielitis.

Neurológicas, como los las lesiones de la médula espinal y la degeneración vertebral.

Oncológicas, como las metástasis óseas y la leucemia.

Ortopédicas, como las fracturas, la artrosis y la osteítis deformante (también llamada enfermedad
de Paget).

Pediátricas, como el raquitismo y la artritis juvenil idiopática.

Reumatológicas, como la espondilitis anquilosante, la artritis reumatoide y la gota.

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