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Las reformas educativas que se han sucedido en nuestro país en las últimas tres décadas
apenas han tenido en cuenta la organización de los centros educativos, salvo en aspectos
principalmente “técnicos”. Y ello, a pesar de que el centro considerado como organización
constituye el núcleo fundamental para el desarrollo del currículo, el aprendizaje del alumnado y
la actividad docente que realiza el profesorado.
La fuerte relación que existe entre las estructuras organizativas de los centros educativos y
los modelos didácticos es evidente. Sin embargo, es difícil definir cuál es el nivel y tipo de
relación entre ambos, a pesar de de que objetivamente parece obvio que las estructuras
organizativas condicionan y limitan la práctica docente y el desarrollo de nuevos modelos
didácticos, aunque no es la única variable.
Por tanto, dada la significación que tiene la organización escolar en el desarrollo del
currículo y de los procesos de enseñanza-aprendizaje, aquella ha sido objeto de un interés
creciente. Pero gran parte de las investigaciones se centran en las dimensiones estructural y
relacional de los centros. La estructura de los centros no deja además de ser el resultado de
normativas y regulaciones oficiales emanadas de la administración educativa.
Sin embargo, las investigaciones sobre los procesos organizativos apenas existen. En un
contexto donde las críticas a la educación institucionalizada no dejan de crecer en un mundo en
constante cambio. Se cuestionan todos los aspectos, pero se obvia que el modelo de centro
educativo donde se imparte la escolaridad obligatoria no constituye con frecuencia el marco más
adecuado para los cambios que se desean introducir en la enseñanza a causa, sobre todo, de la
falta de flexibilidad de sus estructuras organizativas 1. Es decir, como dice Martín-Moreno, los
centros apenas han modificado sus parámetros organizacionales básicos, a pesar de haberse
incrementado las funciones que se le asigna. De ahí el interés que ofrece el estudio de las
organizaciones educativas con un enfoque evolutivo que tenga en cuenta la organización escolar
como proceso.
Las estructuras educativas de los centros reclaman un cambio. Las reformas son vividas por
los docentes con grandes incertidumbres. Los cambios tecnológicos, sociales y económicos han
incidido en el trabajo docente, pero apenas han modificado los procesos organizacionales,
1
Martin-Moreno Cerrillo, Q. (2007). Organización y Dirección de Centros educativos innovadores. El Centro
Educativo Versátil. Madrid: McGraw Hill
porque las reformas han cargado de prescripciones la escuela, con lo que los mecanismos de
control se acentúan.
Ante el aparente inmovilismo de las organizaciones escolares ante los cambios que se
suceden, es necesario, más que nunca, dar a los docentes, los protagonistas de la organización la
posibilidad de comprender la dinámica institucional, para afrontar la posibilidad de tomar
decisiones que favorezcan el funcionamiento institucional. Porque si queremos que los centros
modifiquen sus parámetros organizacionales, se precisa un cambio. Un cambio que permita que
las escuelas sean lugares cada vez mejores en los que enseñar y aprender2.
Son muchos, por tanto, los indicadores que están reclamando un cambio hacia un nuevo
modelo de centro educativo3, caracterizado por una organización más flexible y diversificada, a
lo que Martín-Moreno ha denominado centro educativo versátil. Para lograr el cambio hacia
este nuevo modelo, se necesita promover en los centros la capacidad de aprender dentro de la
organización4. Es decir, se necesitan dinámicas autónomas de cambio, ya que es en los centros y
en las aulas es donde se logra el cambio real.
La profesora Martín-Moreno indica que existen dos líneas de cambo que sostienen la
necesidad de construir un nuevo rol de centro educativo, más flexible y versátil, y que suponen
un amplio proceso de transformación en los centros educativos:
2
Fullan, M. y Hargreaves, A. (1997) ¿Hay algo por lo que merezca la pena luchar en la escuela? Sevilla: Kikirikí,
Morón.
3
Martin-Moreno Cerrillo, Q. Ibídem, p. 24
4
Bolívar, A. (2002): Cómo mejorar los centros educativo. Madrid. Ed. Sïntesis
5
Murillo, F.J. Y Muñoz.-Repiso, M. (Coords) (2002): La mejora de la escuela. Madrid. de. Octaedro
Es importante, por tanto, revisar las distintas teorías de la organización escolar, ya que cada
teoría ofrece un modelo de escuela distinto y propone acciones diferentes para su
transformación. Las teorías estructurales llevan al cambio mediante la autoevaluación o la
revisión de la escuela y en la organización formal de los centros. Las teorías de la contingencia
ofrecen una visión de la escuela como sistema débilmente articulado. La teoría de recursos
humanos se centra en el desarrollo profesional del docente. La teoría simbólica se articula en
torno a estrategias de colegialidad, asumiendo que las relaciones interpersonales dominan la vida
organizativa y los procesos de cambio. Y la teoría socio-crítica plantea un modelo basado en el
conflicto y el acuerdo.
Se parte de los seis determinantes que están enmarcando el desarrollo del centro educativo
versátil, según Martín-Moreno Cerrillo:
En esta propuesta se parte del concepto que Fullan y Hargreaves establecen de escuelas
totales, donde “la escuela deseable es aquella en la que tantos estudiantes como los docentes
pueden aprender, aquella a la que ambos vayamos a gusto, en la que la creatividad, la alegría y la
pasión puedan desarrollarse y expresarse”.6 Concebir el centro escolar como totalidad implica
enfatizar en las variables internas del centro, los modelos de trabajo y la cultura escolar. Y esto
puede lograrse si se generan desde dentro y capacitan al centro escolar para desarrollar una
cultura innovadora. El reto de la investigación sería el definir el conjunto de estrategias que
puedan permitir la capacidad de la organización para producir cambios o mejora de la
organización, teniendo en cuenta que la estrategias de cambio son variables que deben ser
tomadas en consideración.
Tenemos que avanzar hacia una nueva escuela, flexible, versátil, que rompa con la
gramática básica escolar, con la cultura organizativa burocratizada, la balcanización, etc. Los
centros educativos, como organizaciones están compuestos por un conjunto de patrones o rutinas
que guían la conducta de sus miembros (reglas, normas que configuran la gramática de la
acción). La cultura escolar de las organizaciones es conservadora, por lo que tampoco se puede
dejar en manos de los centros la fuente del cambio. La implicación de agentes externos se hace
necesario, el asesoramiento, las administraciones, la comunidad, etc.
La investigación, por tanto, pretende indagar en los factores que hacen que una propuesta
de cambio (un nuevo rol de centro docente, flexible y versátil) pueda llevarse a la práctica. Hay
que tener en cuenta que se va a trabajar sobre una muestra de varios centros de Secundaria. Se
indagará en las variables y los condicionantes que permitan poner en práctica el modelo o
estrategia que se formula a la comunidad educativa. Por ello, la propuesta de implementación se
formula en términos de interrogantes, problemas, necesidades, limitaciones, obstáculos, etc.
Sabiendo, sin duda, que la implementación real y los procesos posteriores a la adopción son más
complejos y difíciles de sostener en el tiempo.
Hay una demanda creciente de un nuevo tipo de centro educativo, más polivalente y
adaptable, en el que puedan desarrollarse comunidades profesionales de aprendizaje. Es el
marco más adecuado para llevar a cabo los cambios que requiere la adaptación constante del
6
Fullan, M. y Hargreaves, A. (1997) Ibídem, p. 93.
centro a la evolución de los planteamientos didácticos y socioculturales. 7 El cambio educativo, la
mejora de la educación, pasa por la reconstrucción de los centros escolares como organizaciones
educativas y lugares de formación e innovación, para alumnos y profesores. Pero que ello
además no es posible sin la implicación de los enseñantes, sin su compromiso y sin el cambio
educativo que ello requiere, condicionado a su vez por directrices políticas, materializadas en
normas administrativas que regulan el currículo, los horarios, los espacios físicos y los recursos.
Por tanto, el reto que supone el cambio educativo en los centros como comunidades
profesionales de aprendizajes nos lleva a considerar y analizar las teorías del aprendizaje y sus
implicaciones para diseñar y poner en práctica mejores entornos de aprendizaje y enseñanza.
Aunque las teorías del aprendizaje no son en sí misma la receta diseñar entornos que favorezcan
los procesos de aprendizaje. Los centros que quieren cambiar han de superar la imagen de unas
clases y una enseñanza centrada fundamentalmente en el profesorado para crear entornos de
enseñanza diversificados en lo que el alumnado, el conocimiento, la evaluación y la comunidad
tengan un papel relevante.
Por todo ello, el cambio educativo para la mejora de los centros y su reculturización, dada la
complejidad de interacciones que se generan, no puede plantearse con recetas, ni normas o
reglas. La administración educativa tiene que ser consciente que la mejora de los centros ha de
hacerse de abajo-arriba, desde dentro de los centros, dando capacidad de decisión a los docentes,
y medios y condiciones para que la flexibilidad, la adaptabilidad y polivalencia sean requisitos
fundamentales en la organización escolar. Sobre todo, parte de la necesidad de indagar en el
pensamiento y en los sentimientos del profesor respecto a las posibilidades que ofrece la
reconstrucción de los centros como centros educativos versátiles y lugares para el aprendizaje.
Esto sería posible si lográsemos que en los centros pueda desarrollarse lo que Fullan y
Hargreaves llaman profesionalidad interactiva8, ya que esto sería consecuentemente el reto del
perfeccionamiento continuo de la escuela.
7
Martin-Moreno Cerillo, Q. Ibídem, p. 38
8
Fullan, M. y Hargreaves, A. (1997), Ibídem, p. 93.
Como dicen Fullan y Hargreaves en el libro ¿Hay algo por lo que merezca la pena luchar
en la escuela?, es fundamental conocer el problema para poder determinar las estrategias que
puedan mejorar los centros. Investigar si el profesorado cree necesario un cambio en su centro es
criterio prioritario frente a una innovación externa. Los cambios educativos que quieran tener
una influencia decisiva en la vida real de los centros tienen que generarse desde dentro y ello
requiere capacitar al centro para desarrollar su propia cultura innovadora, que modifique la
estructura organizativa, pero también los contextos laborales, implicando al profesorado en el
análisis reflexivo de sus prácticas.
Los centros deben tener, por tanto, mayor capacidad de decidir sobre los proyectos de
cambio, y entendiendo que este objetivo necesita del compromiso activo del profesorado, que
supone a su vez el redefinir el rol docente que posibilite al profesorado capacidad para generar
conocimiento sobre la acción educativa del centro para mejorarlo, es necesario valorar la
disposición del profesorado a la creación de nuevas fórmulas organizativas.
OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN
En la investigación se plantea al profesorado del centro las opciones e indicadores del centro
educativo versátil, según los parámetros que Martín-Moreno9 identifica:
La investigación, que tiene como objetivo principal el definir los factores y las condiciones
para la implementación de procesos de cambio, hace un análisis y diagnóstico de las necesidades
y posibilidades de cambio en los centros educativos de Secundaria seleccionados, prestando una
9
Fullan, M. y Hargreaves, A. (1997), Ibídem, p. 39.
atención especial al análisis del contexto espacial del aprendizaje. Sobre todo, indagar en las
opciones sobre la flexibilidad del contexto y en la calidad de vida del propio establecimiento
escolar.
La pregunta que se plantea sobre qué cosas habría que cambiar para plantear la
implementación se articula en torno a las siguientes categorías:
Partiendo por tanto de que se formula una propuesta de cambio articulada en torno al
concepto de centro educativo versátil, y definidos e identificados aquellos procesos sobre los que
se plantea el cambio educativo y organizacional, el análisis de la implementación se sustenta
sobre los factores y variables que lo posibilitan, condiciona, o limitan.
10
Fullan, M. (2002). Los nuevos significados del cambio en la educación. Madrid: de. Octaedro.
Teniendo en cuenta que el contexto de trabajo lo constituye una muestra de centros de
Secundaria atendiendo a una serie de parámetros (historia de vida, tamaño, entorno social...),
podemos definir como objetivos fundamentales de la investigación los siguientes:
1) Definir los procesos de cambio que reclaman un marco de centro educativo versátil,
pluralista y flexible que permita su funcionamiento como una comunidad profesional de
aprendizaje.
2) Identificar los procesos de cambio que limitan o condicionan la implementación hacia
un centro educativo versátil. Y a partir de los mismos, encontrar aquellos factores que
plantean los cambios y las condiciones que deben darse para que funcionen y se perciban
como necesarios, dónde están los límites, los obstáculos, los temores, los problemas, las
necesidades, etc.
3) Construir un modelo abierto, flexible y adaptable de cambio para los centros de
Secundaria.
4) Formular líneas de actuación para la implementación que impliquen al profesorado,
alumnado, directores, padres y madres, la comunidad, el asesoramiento externo y las
administraciones.
No se puede obviar que el núcleo del cambio son los modos de pensar y las competencias
del profesorado y, la didáctica/aprendizaje centrada en el aprendizaje/educación del alumnado.
Cambiar las estructuras es fundamental, pero primariamente es necesario cambiar la práctica
docente, ya que las estructuras en sí mismas no permiten que las prácticas educativas cambien.
METODOLOGÍA
Es indudable que la cultura de cada escuela, de cada establecimiento escolar encierra dentro
de sí diversas subculturas. Son los integrantes de las organizaciones educativas los que tienen en
sus manos la comprensión, y lo más importante no es que sepan lo que sucede, sino que puedan
transformarlo.
Al objeto de definir el diseño metodológico de investigación más adecuado para indagar en
los objetivos, es importante clarificar el contexto de la investigación, a la hora de construir los
instrumentos de recogida de datos. El contexto de esta investigación es amplio y abarca a toda la
comunidad educativa y a las administraciones. Definir el contexto implica además decidir
quienes son los sujetos de la investigación:
Diseño metodológico
b) Desde las teorías del cambio educativo: Teniendo en cuenta que el fundamento de la
investigación quiere centrarse en lo que el profesorado piensa y siente, además de otros agentes
educativos, se adoptarán los siguiente enfoques:
Consecuentemente, el diseño del proyecto de investigación tendrá por tanto una orientación
metodológica exploratoria. Esto sin duda, va a limitar que se pueda hablar de generalización de
los resultados de la investigación. Esto no obvia que se tenga en cuenta el uso de instrumentos de
investigación cuantitativos, en un marco de complementariedad metodológica.
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