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Esta decisión tomada por el gobierno de turno es un acto condenable, ya que no puede
aplicarse estado de emergencia en situaciones de protesta social, y sobre todo una protesta
pacífica, cuando podría salvaguardarse el orden interno sin necesidad de recortar derechos
ciudadanos.
Es bien sabido que el estado de emergencia se da, en caso de perturbación de la paz o del
orden interno de un estado, ya sea a consecuencia de catástrofes, brotes de enfermedades
contagiosas, graves circunstancias políticas o civiles que afectan e impiden la vida normal
de una comunidad, región o país.
Según el concepto anterior, en Cajamarca y las otras provincias afectadas por el estado de
emergencia no reúnen los requisitos para que se les haya declarado así por sesenta días, ya
que durante el estado de emergencia el gobierno se reservará el poder de restringir o
suspender el ejercicio de algunos derechos de los ciudadanos afectados por esta medida
excepcional.
Los derechos que se restringen son relativos a la libertad y seguridad personal, la
inviolabilidad de domicilio y la libertad de reunión y de tránsito. Y nuestra ciudad en estos
momentos se encuentra resguardada por fuerzas policiales y militares, que están asumiendo
el orden interno, pero que en realidad solo causan zozobra a la comunidad, ya que
intimidad a la población para que no luchen por algo justo y preciado como lo es el
“Agua”.
Es materia de cuestionamiento el hecho del uso del DL. Nº 1095, ya que en ella se
establecen reglas de empleo y uso de la fuerza por parte de las Fuerzas Armadas. Sin
embargo dicha norma puede dar lugar a una suerte de militarización del orden público y
esto resulta inconstitucional.
El artículo 3º literal f) del referido decreto, da una definición de “grupo hostil” y dice que
es aquella “pluralidad de individuos en el territorio nacional que reúnen tres condiciones:
Teniendo en cuenta lo anterior, Cajamarca y los dirigentes que estaban a cargo de los actos
de reclamo por el Agua, no reúnen lo dicho, entonces qué necesidad había de declarar el
estado de emergencia, pues ninguna, no era falta.
El artículo 27º del mismo decreto nos señala que las conductas ilícitas atribuibles al
personal militar con ocasión de acciones realizadas en aplicación de este Decreto
Legislativo son de jurisdicción y competencia del Fuero Militar Policial. Entonces desde
este punto de vista, este artículo es inconstitucional por cuanto se está ampliando
indebidamente la competencia de los tribunales militares al someter a su conocimiento
delitos que pueden implicar violaciones a derechos humanos, tales como el derecho a la
vida o a la integridad física.
Deriva un peligroso el hecho de que el criterio para que un grupo de ciudadanos que
realizan acciones de protesta por algo que consideran justo se convierta en un grupo hostil,
y, por lo tanto, en un objetivo militar lícito, sea simplemente el uso de armas
“punzocortantes o contundentes” (palos, piedras, varas, machetes, etc.). La participación en
marchas de protesta en lugares públicos y en general las que se convocan en plazas y vías
públicas tal como lo establece el artículo 2, inciso 12 de la Constitución, no constituye
delito ni infracción al ordenamiento jurídico, entonces cuales fueron los motivos que
realmente llevo al estado a declarar el estado de emergencia, pues analizando todo lo
mencionado, no existieron motivos suficientemente razonables para dicha decisión.
El uso de las fuerzas armadas, debe ser usado en estados de guerra o serios conflictos, no
usado contra propios peruanos, ya que estado lo que está haciendo es enfrentar a peruanos
contra peruanos, eso es algo que no debe continuar, ya que son decisiones extremas para
situaciones que no lo ameritan.
El Estado debe proteger a sus ciudadanos incluso durante situaciones como las que se han
dado, no mandar militarizar la zona.
http://www.youtube.com/watch?v=dbKeApYFZrU