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Madrigales.

Gesualdi y Caccini

Tras la escucha de estos dos madrigales no cabe duda de que ambos presentan
innovaciones para la época en la que fueron compuestos.

Moro, lasso, al mio duolo de Carlo Gesualdo (1560-1618) es un madrigal aparentemente


típico que, a pesar de usar la consagrada polifonía a 5 voces, resulta innovador en el
tratamiento armónico-melódico. Emplea abundantemente los cromatismos, forma
acordes disonantes y modula con frecuencia. Este tipo de composición empieza a
alejarse de la música que Zarlino había consolidado y que posteriormente Claudio
Monteverdi desarrollaría concretando la seconda prattica. Giovanni Artusi entró en
conflicto con Monteverdi por salirse de lo establecido por Zarlino y sin duda, podemos
notar en la obra de Gesualdo el gérmen de ese cambio.

Por otra parte, la obra de Giulio Caccini (1551-1618) Amarilli, mia bella también es un
madrigal pero, en este caso, melodía acompañada por un bajo continuo de laúd. En esta
obra la composición de la música está al servicio del texto y por tanto, la polifonía no es
la opción más idónea para resaltar el significado de la letra. Es por eso que Caccini
decidió utilizar la monodía. Más tarde Monteverdi desarrollaría este innovador estilo y
concretaría las arias y la ópera.

En mi opinión, la pieza de Caccini resulta más innovadora para la época ya que aunque
Gesualdo aporta novedades armónicas y melódicas con el empleo de disonancia, el
cambio de la polifonía a la melodía acompañada me resulta mucho más trasgresor y
revolucionario. Caccini estableció los inicios de lo que desembocaría a la ópera y puso
la música al servicio del texto buscando una gran profundidad emocional, rompiendo
con la tradición polifónica renacentista.

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