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Libertad de expresión y ejercicio de la jurisdicción

Artículo que aborda el ejercicio del derecho a la libertad


de expresión por parte de jueces y funcionarios del
Poder Judicial desde la óptica del ejercicio de la función
jurisdiccional

IDECS: 1490
FECHA: 29/03/2017
REVISIÓN: 2
PALABRAS CLAVE:
Libertad de expresión,
derecho a la honra
independencia judicial,
imparcialidad, medios,
redes sociales.
Libertad de expresión y ejercicio de la jurisdicción

Resumen
El presente artículo aborda el ejercicio del derecho a la libertad de expresión por parte de
jueces y funcionarios del Poder Judicial desde la óptica del principio de la independencia e
imparcialidad judicial. Se conceptualiza la libertad de expresión como derecho
fundamental consagrado en instrumentos internacionales y en casi todas las
constituciones. Se constata que la libertad de expresión no es absoluta y su ejercicio debe
ponderarse con otros derechos, como el derecho a la vida privada, la honra o la
reputación. Se analiza la manera en que el ejercicio del derecho a la libre expresión
plantea desafíos para la jurisdicción, específicamente, respecto de los principios de
independencia judicial e imparcialidad, para luego abordar en concreto el ejercicio de la
judicatura y la libertad de expresión de los jueces. Luego se revisan algunos acercamientos
normativos referidos al ejercicio de la libertad de expresión por jueces, considerando
Europa, Estados Unidos de América e Iberoamérica. Para finalizar, se analizan las normas
legales orgánicas y los auto acordados de la Corte Suprema que se acercan a una
regulación en la materia, para concluir con la opinión de la doctrina. El artículo concluye
que los miembros del Poder Judicial deben someter su actuar a la Ley Orgánica y estar
conscientes del alcance de sus opiniones respecto de los principios de independencia e
imparcialidad judicial.

Conceptos clave
Derechos humanos - Libertad de expresión - Derecho a la honra - Reputación - Redes
sociales - Internet - Ponderación - Recomendaciones y conclusiones de la comisión
Iberoamericana de ética judicial - Comisión Iberoamericana de ética judicial -
Independencia Judicial – Imparcialidad
Introducción
La libertad de expresión, como derecho fundamental, está consagrada en instrumentos
internacionales tales como la Declaración Universal de Derechos Humanos, el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, la Convención Europea de Derechos
Humanos, la Convención Americana sobre Derechos Humanos y en la normativa interna
de distintos Estados. En Chile, la libertad de expresión está consagrada
constitucionalmente en el artículo 19 N° 12, y otras varias normativas de orden legal, por
ejemplo, la Ley N°. 19.733. Aunque el derecho a expresar libremente ideas, sentimientos y
la particular forma de ver el mundo que nos rodea sea de aplicación universal, no puede
pensarse que deba ser absoluto y, en consecuencia, puede estar sujeto a ciertas
restricciones que deberán, sin embargo, estar expresamente fijadas por la ley. Estas, en
general, se autorizan para asegurar el respeto de otros derechos como la vida privada, la
honra o a la reputación de los demás, o para dar protección a la seguridad nacional, el
orden o la salud pública.

Con el surgimiento de internet, la sociedad de la información y las aplicaciones de redes


sociales, el derecho a expresarse ha tomado preponderancia pues, desde el avenimiento
de esta nueva realidad informatizada, las opiniones expresadas han dejado de ser un
privilegio de los medios de comunicación de masas y las personas pueden acceder con
mayor facilidad a plataformas disponibles en las que, sin costo alguno, pueden verter
libremente sus ideas y sentimientos, con alcances insospechados. En este sentido se ha
señalado que “[L]a internet terminó convirtiéndose en un medio de comunicación global.
Cualquiera puede agregar contenido en Internet: a diferencia de la radio o la televisión,
que requieren el permiso de una agencia reguladora y una licencia, el mero hecho de
conectar una computadora a la red la transforma en otro elemento de la propia red. Se
trata de un entorno dinámico, en cambio constante, mucho más parecido a un ecosistema
orgánico en evolución que a una serie mecánica de cables e interruptores”1.

A pesar de que los funcionarios judiciales y jueces gozan de idénticos derechos a


manifestar opiniones a través de cualquier medio, incluidas, por cierto, las redes sociales,
no es difícil imaginar situaciones en las que sus expresiones puedan afectar la
independencia y la imparcialidad de su ministerio.

En la presente investigación se analizará el marco regulatorio internacional y nacional del


derecho a la libertad de expresión. Luego, se describirá cómo se ha abordado la temática
de la libre expresión y el ejercicio de la jurisdicción, analizando para ello realidades
comparadas y a la luz de las recomendaciones de la Comisión Iberoamericana de Ética
Judicial sobre el uso de redes sociales por jueces y funcionarios. Finalmente, se realizará
una descripción de la regulación sectorial nacional y un breve análisis doctrinario sobre el
ejercicio del derecho a la libertad de expresión en la función judicial y el principio de
independencia Judicial.

1
PUDDEPHATT, ANDREW, “Freedom of expression and the internet”. Cuadernos de Discusión de Comunicación e Información
N°6, UNESCO, Montevideo, 2016.
I. El derecho a la libertad de expresión.
La libertad de expresión ha sido reconocido como un derecho humano, en este sentido,
“[L]a libertad de expresión, en todas sus formas y manifestaciones, es un derecho
fundamental e inalienable, inherente a todas las personas. Es un requisito indispensable
para la existencia misma de una sociedad democrática”2. Además “[L]a libertad de
expresión es una piedra angular en la existencia misma de una sociedad democrática. Es
indispensable para la formación de la opinión pública y para que la comunidad, a la hora
de ejercer sus opciones, esté suficientemente informada. Es por eso que, es posible afirmar
que una sociedad que no está bien informada, no es plenamente libre. La libertad de
expresión es por lo tanto no sólo un derecho de los individuos sino de la sociedad misma”3.

La libertad de expresión en el derecho internacional de los derechos humanos


A continuación, se presentará la manera en que los principales instrumentos de derecho
internacional de los derechos humanos han reconocido la libertad de expresión.

a. La Declaración Universal de Derechos Humanos4.

Respecto de la libertad de expresión dispone, en su artículo 19, que “(…) todo individuo
tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser
molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y
el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”.

2
NACIONES UNIDAS, RELATORÍA ESPECIAL PARA LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN. “Antecedentes e Interpretación de la
Declaración de Principios” [en línea] http://www.oas.org/es/cidh/expresion/showarticle.asp?artID=132&lID=2,
consultada el 29-03-2018
3
CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS, La Colegiación Obligatoria de Periodistas, Opinión Consultiva, OC-
5/85 Serie A, No. 5, párr. 70.
4
NACIONES UNIDAS. ASAMBLEA GENERAL. “Resolución 217”, [en línea]. <https://www.leychile.cl/Navegar?idNorma=1000396>.
Consultada el 05-01-2018
b. El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos5.

En relación con este derecho, dispone el Pacto en su artículo 19 que:

“1. Nadie podrá ser molestado a causa de sus opiniones.

2. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión; este derecho comprende la


libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole, sin
consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa o
artística, o por cualquier otro procedimiento de su elección.

3. El ejercicio del derecho previsto en el párrafo 2 de este artículo entraña deberes y


responsabilidades especiales. Por consiguiente, puede estar sujeto a ciertas
restricciones que deberán, sin embargo, estar expresamente fijadas por la ley y ser
necesaria para:

a) Asegurar el respeto a los derechos o a la reputación de los demás;

b) La protección de la seguridad nacional, el orden público o la salud o la moral


públicas.”

El Comité de Derechos Humanos, en su Observación General 34, ha identificado la


importancia de este derecho al decir que “la libertad de opinión y la libertad de expresión
son condiciones indispensables para el pleno desarrollo de la persona y (…) constituyen la
piedra angular de todas las sociedades libres y democráticas”6.

Con relación al Párrafo 2° del artículo 19, la misma Observación 34 del Comité señala que
éste establece una exigencia a los Estados en orden a garantizar la libertad de expresión,
incluyéndose “(…) la expresión y recepción de comunicaciones sobre toda clase de ideas y

5
CHILE. DECRETO 778 DEL MINISTERIO DE RELACIONES EXTERIORES DE 29 DE ABRIL DE 1989. Promulga el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos adoptado por la Asamblea General de la ONU por Resolución N° 2.200, 16 de diciembre 1989
[en línea]. Disponible en https://www.leychile.cl/Navegar?idNorma=15551. Consultada el08/01/2018)
6
NACIONES UNIDAS. COMITÉ DE DERECHOS HUMANOS. CCPR/C/GC/34, 102º período de sesiones (2011). [en línea]
http://www2.ohchr.org/english/bodies/hrc/docs/gc34.pdf, Consultada el 13-02-2018
opiniones que puedan transmitirse a otros”. Es de tan amplio alcance el párrafo 2° que
puede, incluso, llegar a permitir el uso de: “(…) expresiones que puedan considerarse
profundamente ofensivas, aunque esta expresión sólo puede limitarse de conformidad con
lo dispuesto en el párrafo 3 del artículo 19 y en el artículo 20”7.

En cuanto a la forma y medios de expresión de las ideas, señala la Observación 34 que el


artículo 19: “(…) protege todas las formas de expresión y los medios para su difusión la
palabra oral y escrita y el lenguaje de signos, y también expresiones no verbales, y; los
medios de expresión comprenden los libros, los periódicos, los folletos, los carteles, las
pancartas, las prendas de vestir y los alegatos judiciales, así como modos de expresión
audiovisuales, electrónicos o de Internet, en todas sus formas”8.

En cuanto a los requisitos y la aplicación del párrafo 3 del artículo 19 del Pacto, la
Observación que se ha venido comentando se encarga de dar una interpretación respecto
de estos. Señala que: “(…) el ejercicio del derecho a la libertad de expresión entraña
deberes y responsabilidades especiales. En este sentido las restricciones que pueden
imponerse pueden referirse al respeto de los derechos o la reputación de otras personas o
a la protección de la seguridad nacional y el orden público, o de la salud y la moral
públicas, aun cuando el Estado que pretenda imponer restricciones amparándose en el
párrafo tercero no pueden poner en peligro el derecho propiamente dicho.”.

Asimismo, dicha Observación indica un elemento especialmente relevante, en cuanto a


que los requisitos del Párrafo Tercero del artículo 19 del Pacto “(…) establecen condiciones
expresas y sólo con sujeción a esas condiciones pueden imponerse restricciones”; por lo
que: “(…) las restricciones deben estar fijadas por la ley y deben cumplir pruebas estrictas
de necesidad y proporcionalidad (…) Habida cuenta de que cualquier restricción a la
libertad de expresión constituye una grave vulneración de los derechos humanos, no es

7
Los artículos referidos disponen tal limitación en tanto las expresiones proferidas hagan alusión a la reputación de los
demás, la protección de la seguridad nacional, el orden público, la salud o moral pública, propaganda en favor de la
guerra o apología al odio nacional, racial o religioso.
8
NACIONES UNIDAS. COMITÉ DE DERECHOS HUMANOS. CCPR/C/GC/34, párrafo. 12 (2011). [en línea]
http://www2.ohchr.org/english/bodies/hrc/docs/gc34.pdf, Consulta el 13/02/2018)
compatible con el Pacto que una restricción esté consagrada en el derecho tradicional,
religioso u otras normas consuetudinarias análogas”.9

En relación con los medios de comunicación electrónicos y las expresiones que allí pueden
proferirse, el Comité se encarga de expresar, en el Párrafo 43 de la Observación 34, que
“(…) la limitación al funcionamiento de los sitios web, los blogs u otros sistemas de difusión
de información en Internet, electrónicos o similares, incluidos los sistemas de apoyo a estas
comunicaciones, como los proveedores de servicios de Internet o los motores de búsqueda,
solo serán admisibles en la medida en que sean compatibles con el párrafo 3 y las
prohibiciones genéricas del funcionamiento de ciertos sitios y sistemas no son compatibles
con el párrafo 3. Tampoco es compatible con el párrafo 3 prohibir que un sitio o un sistema
de difusión de la información publique material por el mero hecho de que ese material
pueda contener críticas al gobierno o al sistema político al que este se adhiere.”.10

c. La Convención Americana sobre Derechos Humanos11

La Convención Americana sobre Derechos Humanos, conocida también como "Pacto de


San José de Costa Rica”, vigente en Chile desde 1990, reconoce, por su parte, el derecho a
la libertad de expresión en su artículo 13, al indicar que:

“(…) toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento y de expresión. Se


trata de un reconocimiento amplio y comprende: (…) la libertad de buscar, recibir y
difundir informaciones e ideas de toda índole, sin consideración de fronteras, ya sea
oralmente, por escrito o en forma impresa o artística, o por cualquier otro
procedimiento de su elección.”

9
Ibíd.
10
Ibíd.
11
CHILE. D.S. 873-1991 RELACIONES EXTERIORES, APRUEBA LA CONVENCIÓN AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS 1991 [en línea]
https://www.leychile.cl/Navegar?idNorma=16022 , Consultada el 08-01-2018
En cuanto a las restricciones en el ejercicio del derecho, la Convención repele la censura
previa y reconoce que los efectos y responsabilidades ulteriores deben en todo caso estar
previstos en la ley.

d. La Corte Interamericana de Derechos Humanos

La Corte Interamericana de Derechos Humanos, en respuesta a una solicitud del Gobierno


de la República de Costa Rica, en su Opinión Consultiva OC-5/8512, concluye que se ponen
de manifiesto dos dimensiones de la libertad de expresión.

Por un lado: (…) que nadie sea arbitrariamente menoscabado o impedido de manifestar su
propio pensamiento y representa, por tanto, un derecho de cada individuo; pero implica
también, por otro lado, un derecho colectivo a recibir cualquier información y a conocer la
expresión del pensamiento ajeno13”. Más adelante la Corte subraya que: “(…) la libertad
de expresión requiere que los medios de comunicación social estén virtualmente abiertos a
todos sin discriminación, o, más exactamente, que no haya individuos o grupos que, a
priori, estén excluidos del acceso a tales medios, exige igualmente ciertas condiciones
respecto de éstos, de manera que, en la práctica, sean verdaderos instrumentos de esa
libertad y no vehículos para restringirla14”. Y en cuanto a los efectos que pudieren tener
las expresiones, siguiendo el criterio de la Convención, indica que: “(…) el abuso de la
libertad de expresión no puede ser objeto de medidas de control preventivo sino
fundamento de responsabilidad para quien lo haya cometido15”.

12
CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Opinión Consultiva OC-5/85. La colegiación obligatoria de periodistas (arts.
13 y 29 Convención Americana sobre Derechos Humanos) solicitada por el gobierno de Costa Rica. [en línea]
http://www.corteidh.or.cr/docs/opiniones/seriea_05_esp.pdf. Consultada el 07-01-2018.
13
Ibíd.
14
Ibíd.
15
Ibíd.
e. Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y de
las Libertades Fundamentales16.

El derecho a la libertad de expresión encuentra también sustento jurídico en el artículo


10° de la Convención Europea de Derechos Humanos. Señala dicho instrumento que toda
persona tiene derecho a la libertad de expresión, y que este derecho comprende dos
fases: La libertad de opinión y la libertad de recibir o de comunicar informaciones o ideas.

En cuanto a los requisitos o límites a que puede ser sometido el ejercicio del derecho a la
libertad de expresión, la Convención Europea reconoce que éste “(…) podrá ser sometido
a ciertas formalidades, condiciones, restricciones o sanciones, previstas por la ley, que
constituyan medidas necesarias, en una sociedad democrática, para la seguridad nacional,
la integridad territorial o la seguridad pública, la defensa del orden y la prevención del
delito, la protección de la salud o de la moral, la protección de la reputación o de los
derechos ajenos, para impedir la divulgación de informaciones confidenciales o para
garantizar la autoridad y la imparcialidad del Poder Judicial.”17

f. La Corte Europea de Derechos Humanos

En el ámbito jurisdiccional, la Corte Europea de Derechos Humanos, el año 1979 dictó un


fallo emblemático, conocido como “The Sunday Times case”, el que, al interpretar el
artículo 10° de la Convención Europea, en lo que respecta a las limitaciones a la libertad
de expresión, en tanto estas proceden siempre y cuando sean “necesarias”, concluyó que
la expresión "necesarias", sin ser sinónimo de "indispensables", implica la existencia de
una "necesidad social imperiosa". Para que una restricción sea "necesaria" no es suficiente
demostrar que sea simplemente "útil", "razonable" u "oportuna"18. Es decir, siguiendo el

16
CONVENIO EUROPEO PARA LA PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS Y DE LAS LIBERTADES FUNDAMENTALES, 1950 [en línea]
http://www.echr.coe.int/Documents/Convention_SPA.pdf, Fecha de consulta 08-01-2018
17
Véase el artículo 10.2 del Convenio Europeo. Op.cit
18
CORTE EUROPEA DE DERECHOS HUMANOS, “The Sunday Times Case”, 26 April 1979, Series A no. 30, párr. no. 59, págs. 35-36.
[en línea] http://hudoc.echr.coe.int/eng?i=001-165154 Consultada el 13-02-2018
criterio de la Corte Europea, las limitaciones que pudieran ejercerse respecto del derecho
a la libertad de expresión, debieran siempre interpretarse de forma restrictiva.
II. Derecho a la Vida Privada y Honra
El derecho a la vida privada y honra, al igual que la libertad de expresión, ha sido
entendido como un derecho humano, y como tal, se encuentra reconocido en tratados
internacionales y en la mayoría de las constituciones políticas.

La vida privada y honra en el derecho internacional de los derechos humanos


a. La Declaración Universal de Derechos Humanos19

El artículo 12° de la Declaración de los Derechos Humanos señala expresamente que “(…)
nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su
correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación. Toda persona tiene derecho a
la protección de la ley contra tales injerencias o ataques.”

b. El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos20

Este instrumento normativo reconoce el derecho a la vida privada expresándolo en el


artículo 17°, al señalar que “(…) nadie será objeto de injerencias arbitrarias o ilegales en su
vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques ilegales a su
honra y reputación (…).” disponiendo expresamente, además, la consecuente protección
de la ley contra esas injerencias o esos ataques.

c. El Comité de Derechos Humanos21

El Comité de Derechos Humanos en su Observación General 16, se pronunció sobre la


esfera de resguardo que comprende este derecho, indicando que “(…) a juicio del Comité,

19
NACIONES UNIDAS. ASAMBLEA GENERAL. Resolución 217 [en línea]. Disponible en:
https://www.leychile.cl/Navegar?idNorma=1000396. Consultada el 05-01-2018
20
CHILE. D.S. 778. RELACIONES EXTERIORES, PROMULGA EL PACTO INTERNACIONAL DE DERECHOS CIVILES Y POLÍTICOS. Adoptado por la
Asamblea General de la ONU, Resolución N° 2.200, el 16 de diciembre 1989 [en línea]. Disponible en
https://www.leychile.cl/Navegar?idNorma=15551. Consultada el 08-01-2018
21
NACIONES UNIDAS. COMITÉ DE DERECHOS HUMANOS, OBSERVACIÓN GENERAL Nº16, 2011, [en línea] https://conf-
dts1.unog.ch/1%20SPA/Tradutek/Derechos_hum_Base/CCPR/00_2_obs_grales_Cte%20DerHum%20%5BCCPR%5D.html
Consultada el 13-02-2018
este derecho debe estar garantizado respecto de todas esas injerencias y ataques,
provengan de las autoridades estatales o de personas físicas o jurídicas. Las obligaciones
impuestas por este artículo exigen que el Estado adopte medidas legislativas y de otra
índole para hacer efectivas la prohibición de esas injerencias y ataques y la protección de
este derecho”.

d. La Convención Americana sobre Derechos Humanos22

Mediante este cuerpo normativo internacional de derechos humanos, se reconoce el


derecho de toda persona al respeto de su honra y al reconocimiento de su dignidad,
señalando, en su artículo 11.2, que “[N]adie puede ser objeto de injerencias arbitrarias o
abusivas en su vida privada, en la de su familia, en su domicilio o en su correspondencia, ni
de ataques ilegales a su honra o reputación”, incluyendo, en el ámbito de tal protección,
el derecho a la debida protección de la ley contra esas injerencias o esos ataques.

e. La Corte Interamericana de Derechos Humanos

Existe jurisprudencia relevante sobre la protección de la honra y de la dignidad, emanada


de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Una de ellas se elabora a partir del
“Caso Tristán Donoso Vs. Panamá”23, a propósito del cual la Corte se pronunció sobre el
artículo 11 (protección de la honra y de la dignidad) en relación con los artículos 1.1 y 2 de
la Convención Americana, estableciendo que el derecho a la vida privada: “(…) no es un
derecho absoluto y, por lo tanto, puede ser restringido por los Estados siempre que las
24
injerencias no sean abusivas o arbitrarias ”. Por ello, las mismas deben: “(…) estar
previstas en ley, perseguir un fin legítimo y cumplir con los requisitos de idoneidad,

22
. CHILE. D.S. 873-1991 RELACIONES EXTERIORES, APRUEBA LA CONVENCIÓN AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS, 1991 [en línea].
https://www.leychile.cl/Navegar?idNorma=16022 Consultada el 08-01-2018
23
CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Caso Tristán Donoso Vs. Panamá [en línea]
http://www.corteidh.or.cr/CF/jurisprudencia2/ficha_tecnica.cfm?nId_Ficha=253, Consultada el 17-01-2018.
necesidad y proporcionalidad, es decir, deben ser necesarias en una sociedad
democrática”25.

A este mismo respecto, en el caso Caso Atala Riffo y Niñas vs. Chile26, se consignó este
derecho estableciéndose que la referida Convención prohíbe toda injerencia arbitraria o
abusiva en la vida privada de las personas, enunciando diversos ámbitos de la misma,
como la vida privada de sus familias. En ese sentido, la Corte sostuvo que: “(…) el ámbito
de la privacidad se caracteriza por quedar exento e inmune a las invasiones o agresiones
27
abusivas o arbitrarias por parte de terceros o de la autoridad pública ”. Además, el
Tribunal ha precisado, respecto al artículo 11 de la Convención Americana, que, si bien esa
norma se titula “Protección de la Honra y de la Dignidad”, su contenido incluye, entre
otros, la protección de la vida privada. Agrega en el fallo, respecto de la intimidad, que
“(…) la vida privada es un concepto amplio que no es susceptible de definiciones
exhaustivas y comprende, entre otros ámbitos protegidos, la vida sexual y el derecho a
establecer y desarrollar relaciones con otros seres humanos28”. Por último, de acuerdo al
fallo, la vida privada “(…) incluye la forma en que el individuo se ve a sí mismo y cómo y
cuándo decide proyectar a los demás 29” .

Finalmente, la Corte, en su Opinión Consultiva OC-7/8630, en cuanto a las preguntas


contenidas en la consulta formulada por el Gobierno de Costa Rica sobre la interpretación
del artículo 14.1 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, que establece el
derecho a ratificación o respuesta de la persona afectada por informaciones inexactas o
agraviantes emitidas en su perjuicio a través de medios de difusión, dispuso que tal

24
Ibíd.
25
Ibíd.
26
CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS Caso Atala Riffo y Niñas Vs. Chile [en línea]
http://www.corteidh.or.cr/cf/Jurisprudencia2/ficha_tecnica.cfm?nId_Ficha=196&lang=e Consultada el 17-01-2018
27
Ibíd.
28
Ibid.
29
Ibíd.
30
CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Opinión consultiva oc-7/86, 1986, Exigibilidad del Derecho de Rectificación o
Respuesta (arts. 14.1, 1.1 y 2, Convención Americana sobre Derechos Humanos) [en línea]
http://www.corteidh.or.cr/docs/opiniones/seriea_07_esp.pdf , Consultada el 13-02-2018
derecho es “(…) internacionalmente exigible que, de conformidad con el artículo 1.1, los
Estados Partes tienen la obligación de respetar y garantizar su libre y pleno ejercicio a toda
persona que esté sujeta a su jurisdicción”31.

31
Ibíd.
III. Sobre la ponderación entre derecho a la libertad de
expresión y el derecho a la vida privada, la honra o la
reputación
Habiendo realizado un breve repaso sobre la normativa internacional más relevante en la
materia sobre el cual versa el presente documento, cabe, consecuentemente, advertir los
casos en que la actividad normativa internacional se ha manifestado ponderando el
derecho a la libertad de expresión y el derecho a la vida privada y/o honra, en vista a una
eventual aparente colisión.

A. Libertad de expresión versus reputación


El Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, en la ya citada Observación
General 34, señala que la primera de las razones legítimas para introducir una restricción
de las que se enumeran en el Párrafo 3, se refiere al “respeto de los derechos o la
reputación de los demás”, indicando que el término “derechos” debe ser entendido como
“(…) los derechos humanos reconocidos en el Pacto y, más en general, en la normativa
internacional de los derechos humanos.” 32 . Con esto se reconoce que, naturalmente, en
el ejercicio del derecho a la libertad de expresión se puede genera una tensión respecto
de la reputación de una persona, lo que deberá ponderase en el sentido de proceder
cuidadosamente al momento de establecer requisitos al ejercicio del primero de los
derechos33.

B. Protección de la honra versus libertad de expresión


El Comité de Derechos Humanos, en su Observación General 16, ha indicado que el
Artículo 17° del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos garantiza la protección
de la honra y la reputación de las personas y que los Estados tienen la obligación de

32
NACIONES UNIDAS. COMITÉ DE DERECHOS HUMANOS. CCPR/C/GC/34, párrafo. 12 (2011). [en línea]
http://www2.ohchr.org/english/bodies/hrc/docs/gc34.pdf, Consultada el 13-02-2018
33
Ibíd.
sancionar legislación apropiada a ese efecto. No obstante, también dispone que se debe
proporcionar medios para que toda persona pueda protegerse eficazmente contra los
ataques ilegales que puedan producirse y para que pueda disponer de un recurso eficaz
contra los responsables de esos ataques. Finalmente, impone una obligación para los
Estados partes, en tanto estos deben indicar en sus informes en qué medida se protegen
por ley, el honor o la reputación de las personas, y cómo se logra esa protección, con
arreglo a sus respectivos sistemas jurídicos34.

Por su parte, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en su Declaración de


Principios sobre Libertad de Expresión, impone una restricción expresa a la adopción de
leyes relativas a la privacidad, en sentido que éstas no deben: “(…) inhibir ni restringir la
investigación y difusión de información de interés público” 35.

Mención especial merece la disposición que refiere a la protección de la reputación de


funcionarios o personas que intervengan en asuntos públicos, señalando que, respecto de
ellos, la protección a su reputación se garantiza únicamente a través de sanciones civiles,
debiendo para estos casos probarse, además, que “(…) en la difusión de las noticias el
comunicador tuvo intención de infligir daño o pleno conocimiento de que se estaba
difundiendo noticias falsas o se condujo con manifiesta negligencia en la búsqueda de la
verdad o falsedad de las mismas.”.

La Corte Interamericana de Derechos Humanos en el ya citado caso “Tristán Donoso vs.


Panamá”, puso en evidencia el conflicto entre el derecho a la libertad de expresión en
temas de interés público y la protección del derecho a la honra y a la reputación de los
funcionarios públicos. En este caso, la Corte reconoce que, tanto la libertad de expresión
como el derecho a la honra, acogidos por la Convención, revisten suma importancia, por

34
NACIONES UNIDAS. COMITÉ DE DERECHOS HUMANOS, Observación general Nº16, 2011, [en línea] https://conf-
dts1.unog.ch/1%20SPA/Tradutek/Derechos_hum_Base/CCPR/00_2_obs_grales_Cte%20DerHum%20%5BCCPR%5D.html
Consultada el 13-02-2018
35
OEA. COMISIÓN INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Declaración de Principios sobre Libertad de Expresión. Párrafo 10.
[en línea]. Disponible en: http://www.cidh.org/basicos/basicos13.htm, Consultada el 08-01-2018
lo que ambos derechos deben ser tutelados y coexistir de manera armoniosa36. Para
resolver, la Corte estima que deben analizarse los hechos caso a caso, conforme a sus
características y circunstancias. La ponderación de cada derecho debe en tales casos
hacerse con respeto y salvaguarda de los demás derechos fundamentales, y le cabe al
Estado establecer las responsabilidades y sanciones que fueren necesarias para obtener
tal propósito.

Resulta interesante también la declaración de la Corte en este caso, por cuanto releva la
importancia de la libertad de expresión en una sociedad democrática y cómo debe
ponderarse la colisión con el derecho a la reputación, muy especialmente de funcionarios
públicos o que desarrollan actividades de interés público. El fallo señala que el rol de los
poderes judiciales de los estados consiste en atender el contexto en el que se realizan las
expresiones en asuntos de interés público, en los que el juzgador debe “(…) ponderar el
respeto a los derechos o a la reputación de los demás con el valor que tiene en una
sociedad democrática el debate abierto sobre temas de interés o preocupación pública”37.

36
CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Caso Tristán Donoso Vs. Panamá [en línea]
http://www.corteidh.or.cr/CF/jurisprudencia2/ficha_tecnica.cfm?nId_Ficha=253, Consultada el 17-01-2018
37
Ibid.
IV. El ejercicio de la jurisdicción
Conforme al artículo 76 de la Constitución Política de la República, “[L]a facultad de juzgar
las causas civiles y criminales, de resolverlas y de hacer ejecutar lo juzgado, pertenece
exclusivamente a los tribunales establecidos por la ley. Ni el Presidente de la República ni
el Congreso pueden, en caso alguno, ejercer funciones judiciales, avocarse causas
pendientes, revisar los fundamentos o contenido de sus resoluciones o hacer revivir
procesos fenecidos”38.

Respecto de esta disposición constitucional, se ha señalado que “tiene importantes


implicancias para nuestro sistema jurídico. Una de ellas es la concepción del judicial como
un poder difuso. Que el judicial sea un poder difuso significa que la función judicial recae
en cada tribunal de justicia creado por el legislador, quien por sí y en términos absolutos,
encarna al referido poder estatal. Esto quiere decir que la función judicial no la desarrolla
ni la detenta el Poder Judicial como estructura organizacional ni determinados tribunales
en específico como la Corte Suprema”39. A lo anterior, Bordalí agrega que “[L]os efectos
prácticos de una concepción difusa del Poder Judicial dicen relación con que ningún
tribunal puede dar instrucciones u órdenes a otro de cómo debe resolver un asunto
sometido a su decisión. La única manera en que un tribunal puede corregir o revisar lo que
ha resuelto otro es a través del sistema de recursos procesales que haya dispuesto el
legislador”40. De lo que se deduce que la actividad jurisdiccional se confía a sujetos
dotados de independencia que comparativamente con otros poderes estatales, es
reforzada y garantizada41.

38
CHILE. D.S. 100, QUE FIJA EL TEXTO REFUNDIDO, COORDINADO Y SISTEMATIZADO DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LA REPÚBLICA, 17 de
septiembre de 2005, artículo 76
39
BORDALÍ SALAMANCA, ANDRES “La Independencia de los Jueces en la Aplicación de la Ley Dentro de la Organización Judicial
Chilena”, Revista chilena de derecho, 40, 609-634. [en línea],
https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-34372013000200010&lng=es&nrm=iso , consultada el
26-03-2018
40
Ibíd.
41
Cfr. Ibíd.
A. La independencia judicial
La independencia se entiende como uno de los principios de la labor jurisdiccional. En este
sentido, Bordalí ha señalado que “[P]ara que cada uno de los órganos que detentan la
potestad jurisdiccional pueda cumplir adecuadamente su función de aplicar en el caso
concreto el derecho, se debe garantizar su independencia. Esto es un pilar fundamental del
Estado de derecho. De este modo, la independencia del juez sólo puede asumir su pleno
significado en las democracias que se fundan sobre el principio de la separación de
poderes o funciones”42. Así es, la independencia de los jueces constituye una condición de
existencia para su imparcialidad43. El juez debe ser independiente y la máxima garantía
del principio de independencia judicial se expresa en su inamovilidad44.

La dimensión externa de la independencia es un asunto de organización política, que mira


a la relación que debe existir entre el Poder Judicial y los otros poderes del Estado. En el
plano teórico, la independencia externa se garantiza a través de un conjunto de
prerrogativas, como la inamovilidad y la exclusividad de la función jurisdiccional, protegida
esta última a través de la inavocabilidad. Lo anterior se refuerza a través de un estricto
régimen de incompatibilidades, que impiden a los jueces desempeñar funciones diversas a
los que son inherentes a su magistratura, dentro de las que se cuentan la prohibición de
ejercer la abogacía; representar en juicio a otras personas; aceptar compromisos, salvo
excepciones de naturaleza familiar; la incompatibilidad de la función judicial con toda otra
remunerada con fondos fiscales o municipales, con excepción de los cargos docentes
hasta un límite máximo de doce horas semanales; y la prohibición de realizar actuaciones
en ámbitos de la contingencia política45.

42
BORDALI SALAMANCA, ANDRÉS. “Independencia y Responsabilidad de los Jueces”, Rev. derecho (Valdivia), jul. 2003,
vol.14, p.159-174
43
Cfr: Ibíd.
44
Cfr. Ibíd.
45
Cfr.: ROMERO SEGUEL, ALEJANDRO. “La Independencia e Imparcialidad en la Justicia Arbitral”, Revista Chilena de Derecho.
Vol. 28 N°3. pp. 509-535 (2001)
B. La independencia e imparcialidad del juez
Independencia e imparcialidad deben ser consideradas como situaciones conectadas, pero
con sustantividades diferentes. Así, imparcialidad refiere “a la ajenidad del juez a los
intereses de las partes en causa; independencia, a su exterioridad al sistema político y,
más en general, a todo sistema de poderes”46. Por su parte, “[L]a independencia se refiere
a un aspecto más estático u orgánico frente a lo funcional o procesal que implica la
imparcialidad; aquella se relaciona con la separación de poderes y la autonomía para
juzgar de todo juez. La imparcialidad dice relación con posibles relaciones del juez con las
partes de la causa o con el objeto litigioso. Salvo que se opte por usar el término
independencia de manera amplia, esto es comprendiendo, también, la ausencia de
condicionamientos psicológicos y de todo otro tipo, se trata de dos aspectos claramente
relacionados, pero diversos”47.

Desarrollando dichos conceptos se señala que “[L]a imparcialidad de los jueces es la


piedra angular sobre la que reposa el principio del debido proceso judicial, aplicable a toda
clase de conflictos sometidos al conocimiento del sistema de justicia. Cuando esa
imparcialidad se ha perdido o se encuentra severamente dañada por cualquier motivo
serio, objetivo o subjetivo, directo o indirecto, todos los demás elementos que integran el
principio del debido proceso no son más que meras formalidades que, aún en los casos en
que se encuentren aparentemente cumplidos, solo contribuyen a esconder un vicio sin
solución respecto de toda verdadera noción de justicia. Desde el punto de vista del debido
proceso, los justiciables tienen derecho a un juez imparcial: objetiva y subjetivamente”48.

Respecto a ello, se indica que “La imparcialidad considerada objetivamente toma en


consideración la relevancia de aquellas condiciones exteriores que pueden comprometer o

46
L. FERRAJOLI, Derecho y razón: Teoría del garantismo penal, Estructuras y Procesos. Derecho Editorial Trotta, S.A., 2011,
p.580 [en línea] https://books.google.cl/books?id=1ocHQgAACAAJ, consultada el 28-03-2018
47
BORDALI SALAMANCA, ANDRÉS. “Independencia y Responsabilidad De Los Jueces”, Rev. derecho (Valdivia), jul. 2003,
vol.14, p.159-174
48
Ibíd
perjudicar la administración imparcial de la justicia. En esta perspectiva importa mucho la
apariencia de imparcialidad de los jueces. La imparcialidad considerada subjetivamente
dice relación con el posicionamiento personal de los jueces en los términos de las partes de
una causa judicial y corresponderá a la parte que se lamenta de la parcialidad del
magistrado demostrarla, probando en concreto que la disposición anímica o psicológica
del juez y su conducta exteriorizada, son síntomas de falta de imparcialidad”49.

49
BORDALÍ SALAMANCA, ANDRÉS, “El derecho fundamental a un tribunal independiente e imparcial en el ordenamiento
jurídico chileno”. Revista de derecho (Valparaíso), (2009), 263-302. [en línea] https://dx.doi.org/10.4067/S0718-
68512009000200007, consultada el 28-03-2018
V. El derecho a la libertad de expresión y el ejercicio de
la jurisdicción
En cuanto al ejercicio del derecho a la libertad de expresión por parte de jueces, no
existen en la legislación internacional limitaciones expresas por el hecho de que las
expresiones sean proferidas por jueces.

En este sentido, la Comisión Europea para la Democracia a través del Derecho, también
conocida como la Comisión de Venecia, informó que no encontró regulación sobre
restricciones constitucionales expresas aplicables a jueces que les afecten o restrinjan el
ejercicio de la libertad de expresión. En el orden legislativo, el informe señaló que sólo
Croacia, Alemania, Rumania y Austria contaban con cierta normativa general de orden
legal restrictiva a las expresiones vertidas por jueces. Así, en Croacia las declaraciones de
jueces… “[n]o debe ser perjudicial para la dignidad de Poder Judicial, y no debe cuestionar
su imparcialidad profesional e independencia o la independencia del Poder Judicial”50. En
Alemania se consagra un principio de moderación (Mäßigungsgebot), que es
principalmente relevante respecto a la conducta fuera del despacho, y aunque las
declaraciones políticas públicas de jueces no están expresamente proscritas, se impide al
magistrado mencionar su calidad de juez cuando expresa opiniones políticas en público y,
en caso de vulneración a estas normas de moderación, puede estar sujeto a
procedimientos disciplinarios51. En Rumania, los jueces legalmente no pueden expresar
públicamente su opinión sobre los procesos que están en curso y tampoco pueden
comentar o justificar en la prensa o en programas audiovisuales los juicios en los que
hayan participado52. En Turquía se reconoce que puede imponerse una sanción
disciplinaria a los jueces por realizar acciones que pudieran poner en peligro el respeto y

50
CORTE EUROPEA DE DERECHOS HUMANOS, Resolution on Judicial Ethics, 2008, traducción libre.
51
Ibíd. Traducción libre desde el documento original en inglés
52
Ibíd. Traducción libre desde el documento original en inglés
la confianza en la función judicial53 y, en similar sentido, la Federación de Rusia establece
que un juez debe abstenerse de cualquier hecho que pudiera disminuir la autoridad del
Poder Judicial o la dignidad de un juez o arrojar dudas sobre su objetividad,
imparcialidad54.

En sentido concordante con lo anterior, los Principios Básicos de las Naciones Unidas
Relativos a la Independencia de la Judicatura, reconocen que no deben existir limitaciones
al ejercicio de la libre expresión por jueces, pues “[E]n consonancia con la Declaración
Universal de Derechos Humanos y al igual que los demás ciudadanos, los miembros de la
judicatura gozarán de las libertades de expresión, creencias, asociación y reunión”55.

Aunque podría exigirse a los jueces que mantengan una forma de vida y de conducta más
severa y restringida que otras personas, sería poco razonable esperar que a la vez se
retirasen de la vida pública. El aislamiento completo de un juez respecto de la comunidad
en la que vive “no es actualmente posible ni beneficioso”56. No obstante, algunos
documentos de diversas jerarquías emanados de organismos internacionales se han
pronunciado, esbozando un ejercicio prudente del derecho a la libertad de expresión por
jueces, intentando dar directrices para proteger los principios de independencia e
imparcialidad de la judicatura. En general, como una aproximación, se puede señalar que
el juez debe estar en condiciones de comprender que el ejercicio de su libertad de emitir
opinión puede afectar la independencia judicial y comprometer su propia imparcialidad,
para lo cual los magistrados “se conducirán en todo momento de manera que preserve la

53
Ibíd. Traducción libre desde el documento original en inglés
54
Ibíd. Traducción libre desde el documento original en inglés
55
Cfr. Los Principios básicos de las Naciones Unidas relativos a la Independencia de la Judicatura, aprobados por el
Séptimo Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente, en septiembre de
1985, en Milán (Italia) y recibieron la ratificación de la Asamblea General en su resolución 40/32 de 29 de noviembre de
1985. El mes siguiente en su resolución 40/46, de 13 de diciembre de 1985, la Asamblea General acogió con beneplácito
los Principios e invitó a los gobiernos a que los respetasen y tuviesen en cuenta en el marco de sus leyes y prácticas
nacionales. [ en línea] http://www.ohchr.org/SP/ProfessionalInterest/Pages/IndependenceJudiciary.aspx consultada el
28-03-2018
56
Cfr. Los Principios Básicos de las Naciones Unidas Relativos a la Independencia de la Judicatura, aprobados por el
Séptimo Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente, en septiembre de
1985, en Milán (Italia)
dignidad de sus funciones y la imparcialidad e independencia de la judicatura”57. Según
estos criterios orientativos, en ciertas circunstancias la libertad de expresión de jueces
debe ceder en beneficio de la protección de los principios de independencia e
imparcialidad de la judicatura en su conjunto.

Los Principios de Bangalore adoptados el 27 de julio de 2006 por el Consejo Económico y


Social de las Naciones Unidas, mediante resolución 2006/23 con el nombre de
“Fortalecimiento de los principios básicos de la conducta judicial” 58, inspiran a los jueces a
conocer de qué forma los principios esenciales de la judicatura se deben resguardar por
los magistrados, en el ejercicio de su derecho a emitir opinión. Así, para el valor
independencia, señala que (…) ”[U]n juez no sólo estará libre de conexiones inapropiadas
con los poderes ejecutivo y legislativo y de influencias inapropiadas por parte de los
citados poderes, sino que también deberá tener apariencia de ser libre de las anteriores a
los ojos de un observador razonable”59, y en cuanto al valor imparcialidad el documento
señala que “… [C]uando un proceso está sometido o pueda estar sometido a un juez, el
juez no realizará intencionadamente ningún comentario que pueda esperarse
razonablemente que afecte al resultado de tal proceso y que deteriore la imparcialidad
manifiesta del proceso. El juez tampoco hará ningún comentario en público o de cualquier
otra forma, que pueda afectar al juicio justo de una persona o asunto”60. Asimismo, para
ejemplificar el valor integridad, señala que “[E]l comportamiento y la conducta de un juez
deberán reafirmar la confianza del público en la integridad de la judicatura. No sólo debe
impartirse justicia; también ha de verse cómo se imparte”61, y en relación con el valor de la
corrección como conducta deseable de todo juez, sugiere que “[U]n juez, como cualquier
otro ciudadano, tiene derecho a la libertad de expresión y de creencias, derecho de
asociación y de reunión pero, cuando ejerza los citados derechos y libertades, se

57
Ibíd.
58
NACIONES UNIDAS, CONSEJO ECONÓMICO Y SOCIAL RESOLUCIÓN 2006/23, “Strengthening Basic Principles of Judicial Conduct”,
27 July 2006, E/RES/2006/23, [en línea] http://www.refworld.org/docid/46c455ab0.html, Consultada el 27-03-2018],
59
Ibid
60
Ibíd.
61
Ibíd.
comportará siempre de forma que preserve la dignidad de las funciones jurisdiccionales y
la imparcialidad e independencia de la judicatura”62. Este no es un intento orientativo de
la conducta de jueces que pueda considerarse aislado.

La Corte Europea de Derechos Humanos ya había adoptado en la asamblea plenaria el 23


de junio de 2008 una Resolución sobre Ética Judicial en la que se recoge el derecho a libre
expresarse de jueces, pero de forma que (…) “[S]ea compatible con la dignidad de su
ministerio, de tal forma que se abstengan de declaraciones públicas o comentarios que
puedan menoscabar la autoridad del Tribunal o suscitar dudas razonables sobre su
imparcialidad”63.

En otro orden, orientando las expresiones de los jueces, el Tribunal Europeo de Derechos
Humanos en el caso “Di Giovanni v. Italia”, al enjuiciar un procedimiento disciplinario
seguido contra una jueza italiana por haber declarado en la prensa hechos que afectaban
la credibilidad de la institución a la que pertenecía, argumentó que es legítimo esperar
que los funcionarios del Poder Judicial utilicen su libertad de expresión con
circunspección, cada vez que se refieran a hechos que comprometan la confianza que los
tribunales de una sociedad democrática deben inspirar no solo en el justiciable sino
también en la opinión pública64.

En cuanto al uso de redes sociales de internet como vehículo para expresarse, es


necesario indicar que estas aplicaciones computacionales son medios de comunicación
con mayor o menor impacto en cuanto a su alcance y, en su diseño, están disponibles
precisamente para manifestar ideas, opiniones, debatir y compartir toda clase de
información escrita, oral y por medio de signos o imágenes. En la actualidad las redes
sociales de internet son el medio predominante en el cual se ejerce el derecho a la
libertad de expresión.

62
Ibíd.
63
CORTE EUROPEA DE DERECHOS HUMANOS, Resolution on Judicial Ethics, 2008, traducción libre.
64
CORTE EUROPEA DE DERECHOS HUMANOS, Ricorso N° 51160/06. Di Giovanni c, Italia [en línea]
https://www.giustizia.it/giustizia/it/mg_1_20_1.page?facetNode_1=0_8_1_7&facetNode_2=1_2(2013)&contentId=SDU
944948&previsiousPage=mg_1_20 Consultada el 08-01-2018), (traducción libre)
El Comité de Ministros de la UE, en su recomendación CM/Rec (2012), adoptada el 4 de
abril de 2012, referida a la protección de los derechos humanos en relación a los servicios
de redes sociales, indicó que estas “pueden poner en peligro determinados derechos
fundamentales, en particular el derecho a la libertad de expresión e información, la
privacidad y la dignidad de la persona humana que pueden resultar amenazas y pueden
encubrir prácticas discriminatorias.”65

Elaborando lo anterior, esta recomendación advierte que los servicios de redes sociales en
internet ofrecen la posibilidad de enviar y recibir información libremente, pero no siempre
se tiene el control de los receptores individuales y en la mayoría de los casos éstos son un
grupo dinámico e incluso una masa indeterminada de personas. Se debe tener presente
que los motores de búsqueda indexan los perfiles de los usuarios, en consecuencia, el
acceso es potencialmente ilimitado a toda la información publicada, con el riesgo de que
se puedan generar perfiles de información.

Reconoce además el Comité de Ministros que los servicios de redes sociales en internet
procesan grandes cantidades de datos, lo que incluye datos personales de su perfil de
usuario y de sus costumbres de navegación en internet, por lo que publicar datos en estos
servicios permite a terceros, empleadores, empresas, compañías de seguros y estados,
entre otros, acceder a todos los contenidos publicados.

Por tanto, lo señalado por el Comité de Ministros es una realidad mundial, ya que una vez
que son publicados en internet, no existen datos que no puedan ser recopilados y tratados
con objetivos diferentes a la finalidad del usuario.

Obviamente, jueces y funcionarios judiciales se ven enfrentados a esta realidad. Sus datos
personales no son privados en la red y sus costumbres de navegación pueden ser objeto
de tratamiento; todo lo cual puede, eventualmente, amenazar la independencia de su

65
CONSEJO DE EUROPA COMITÉ DE MINISTROS. Recommendation CM/Rec(2012)4, de 4 de abril de 2012 [en línea]
https://search.coe.int/cm/Pages/result_details.aspx?ObjectID=09000016805caa9b, Consultada el 08-01-2018
(traducción libre)
ministerio y su imparcialidad al momento de participar en los procedimientos judiciales de
su competencia.

Por lo anterior es que, tanto en América como en Europa, se han ido planteando ciertos
desafíos respecto de la participación de las personas en las redes sociales de una manera
progresiva, fraccionada y con soluciones no siempre coincidentes66. Y estas dificultades de
integración de las redes a la realidad de las personas que por su cargo ejercen potestades
públicas, resulta especialmente relevante para jueces y funcionarios judiciales, dada la
independencia e imparcialidad con que debe estar revestido su ministerio.

A. Análisis comparado sobre los jueces y las redes sociales


a. Estados Unidos de América

En Estados Unidos, las aproximaciones a normar la participación en las redes sociales de


internet por jueces se pueden segmentar en a lo menos tres criterios, según el ámbito de
libertad con la cual pueden participar los miembros de la judicatura, en las diferentes
redes sociales. Este criterio de segmentación fue elaborado por Aurora J. Wilson, en un
artículo publicado en la Washington Journal of Law, Technology & Arts. en 201267.

La autora advierte una tendencia general de los casos en que las Cortes y los Comités de
Ética de las organizaciones de abogados, si bien reconocen que los jueces usan
habitualmente redes sociales, no llegan a ponerse de acuerdo respecto a cómo deben los
jueces usarlas, por lo que carecen de disposiciones u órdenes expresos68.

Un segundo criterio detectado por la autora, pudo observar que en cuatro Estados
(California, Florida, Massachusetts y Oklahoma), derechamente es prohibido a los jueces

66
ORDÓÑEZ SOLÍS, DAVID. “¡¡¡Pero bueno, los Jueces también están en las redes sociales”. [en línea]
http://www.academia.edu/25702824/_Pero_bueno_los_Jueces_tambi%C3%A9n_est%C3%A1n_en_las_redes_sociales ,
consultada el 19-01-2018
67
WILSON, AURORA J.; “Let's be Cautious Friends: The Ethical Implications of Social Networking for Members of the
Judiciary”, Washington Journal of Law, Technology & Arts, 7 Wash J.L. Tech. & Arts 225 (2012), [en línea]
http://digital.law.washington.edu/dspace-law/handle/1773.1/1112, consultada el 28-03-2018, traducción libre.
68
Ibíd. traducción libre
“hacerse amigos” en línea con abogados que pudieren comparecer ante su tribunal, lo que
constituye un llamado a la prudencia a los magistrados en cuanto a la selección de los
miembros con los que interactúa en las redes sociales, para evitar cuestionar la
independencia de la judicatura y su imparcialidad

Otros cuatro estados (Ohio, Kentucky, Nueva York y Carolina del Sur) permiten a los
jueces participar libremente en redes sociales, aunque con una debida precaución. Esta
regulación, un tanto menos estricta en relación con la participación de jueces en redes
sociales, considera dos presupuestos éticos de cargo de los jueces que no deben
desatenderse: a) El deber de mantener su imparcialidad y b) El deber de evitar aparecer
como influenciable o no independiente69.

Finalmente, un tercer criterio se desprende del Código Modelo de Conducta Judicial de la


American Bar Association70, que, a su vez, contempla cuatro grandes cánones que
incluyen los principios más importantes de la ética judicial que deben observar todos los
jueces y que señala, resumidamente, que (…) “el juez puede participar en redes sociales
electrónicas, pero al igual que con todas las relaciones y contactos sociales, un juez debe
cumplir con las disposiciones pertinentes del Código de Conducta Judicial y evitar cualquier
conducta que socave la independencia, integridad o imparcialidad del juez o crear un
apariencia de impropiedad”71.

b. Reino Unido

Así como en Norteamérica en Europa los jueces participan en redes sociales en el contexto
del ejercicio del derecho de su libertad de expresión, por lo que se encuentran algunos

69
Ibíd. traducción libre.
70
AMERICAN BAR ASSOCIATION. “Código Modelo de Conducta Judicial” [en línea]. Versión en español disponible en:
https://www.americanbar.org/content/dam/aba/administrative/professional_responsibility/mcjc_migrated/spanish.aut
hcheckdam.pdf, consultada el 08-01-2018.
71
AMERICAN BAR ASSOCIATION, “Formal Opinion 462. Judge’s use of electronic social networking media” [en
línea].https://www.americanbar.org/content/dam/aba/administrative/professional_responsibility/formal_opinion_462.
authcheckdam.pdf. consultada el 08-01-2018 (traducción libre).
intentos normativos para preservar tanto la independencia como la imparcialidad de los
juzgadores.

El Poder Judicial del Reino Unido adoptó para Inglaterra y Gales, una Guía para el
Comportamiento Judicial, publicada en 2013 y modificada en 2016. Su capítulo segundo
inicia con una declaración en relación con la independencia judicial, en el sentido que esta
independencia a veces es erradamente percibida como un privilegio de los jueces, en
circunstancias que es, de hecho, una piedra angular del sistema de gobierno en una
sociedad democrática que resguarda la libertad y los derechos de los ciudadanos en un
Estado de Derecho. Unos renglones más adelante, indica que los jueces deben siempre
preocuparse de que su conducta, oficial o privada, no socave la independencia
institucional o individual o incluso la mera apariencia publica de independencia 72.

Esta “Guidance on Blogging by Judicial Office-Holders” es una guía breve, aplicable a


jueces y funcionarios con facultades jurisdiccionales, en la cual se les reconoce la facultad
de publicar libremente en blogs o micro blogs como Twitter, incluso usando seudónimos.
En esta guía se recuerda a los jueces que deben permanecer muy conscientes de la
necesidad de conducirse, tanto en tribunales como fuera de ellos, de forma tal que se
mantenga la confianza pública en su imparcialidad y en la del Poder Judicial. Además,
señala la guía que en las publicaciones que realicen jueces o funcionarios en blogs, estos
no deberían identificarse como miembros del Poder Judicial y deben incluso abstenerse de
expresar opiniones que puedan utilizarse en tribunales73.

c. Francia

Es de especial interés, en cuanto al comportamiento debido por jueces en las redes


sociales de internet, analizar la decisión disciplinaria adoptada por el Consejo Superior de
la Magistratura Francesa en los antecedentes S212 de 30 de abril de 2014, en relación con

72
JUDICIARY OF ENGLAND AND WALES. “Guide to Judicial Conduct” [en línea] https://www.judiciary.gov.uk/wp-
content/uploads/2010/02/guidance-judicial-conduct-v2016-update.pdf, consultada el 12-01-2018 (traducción libre).
73
Ibíd.
el intercambio de mensajes en la red social Twitter, entre dos magistrados que versaban
sobre el desarrollo de una vista en un proceso penal. Estos mensajes fueron recogidos por
la prensa y se hicieron públicos. Este órgano de gobierno, para imponer una sanción,
consideró que el principio de la libertad de expresión beneficia tanto a los jueces como a
cualquier ciudadano; su ejercicio, cualquiera que sea el modo, debe serlo por un
magistrado con respeto de sus deberes y obligaciones. Y más adelante agrega que
“considerando que el uso de las redes sociales -incluso bajo la apariencia de seudónimos-
no puede liberar al magistrado de las obligaciones de su investidura, en particular de su
obligación de reserva o imparcialidad frente a los litigantes y su neutralidad,
especialmente durante la prueba, es este uso es tanto más inapropiado porque los
mensajes intercambiados pueden ser leídos en tiempo real por personas ajenas a la
institución judicial y que permiten identificar tanto a los emisores como a las
circunstancias de su emisión”74.

B. Cumbre Judicial Iberoamericana


Para Iberoamérica, en respuesta a una interrogante del Comisionado José Manuel Arroyo
Gutiérrez y, por su intermedio, del Poder Judicial de la República de Costa Rica75, la
Comisión Iberoamericana de Ética Judicial76,77, en el ámbito de sus competencias, definió
parámetros de aplicación general referentes al uso de redes sociales por parte de

74
CONSEJO SUPERIOR DE LA MAGISTRATURA. CONSEIL DE DISCIPLINE DES MAGISTRATS DU SIÈGE. S212. [en línea] http://www.conseil-
superieur-magistrature.fr/missions/discipline/s212. consultada el 08-01-2018, (traducción libre)
75
Resulta interesante destacar que en Costa Rica el Consejo de Notables ya se había hecho cargo de los efectos que
podría producir la participación de jueces en las redes sociales y en consecuencia ya había adoptado la recomendación
1-2015, sobre uso de redes sociales que fueron aprobadas el 23 de septiembre de 2015 [en línea] https://www.poder-
judicial.go.cr/eticayvalores/images/ConsejoNotables/Recomendaciones/01-2015.pdf , consultada el 11-01-2018.
76
COMISIÓN IBEROAMERICANA DE ÉTICA JUDICIAL. CUMBRE JUDICIAL IBEROAMERICANA. “Recomendaciones de la Comisión
Iberoamericana de Ética Judicial sobre el uso de redes sociales de internet por jueces y funcionarios”, 2015 [en línea]
http://www.magistrados.cl/wp-content/uploads/2017/08/DOCUMENTO-REDES-SOCIALES-FINAL-2.pdf Consultada el
13-02-2018
77
La Comisión Iberoamericana de Ética Judicial (CIEJ) es un Órgano de la Cumbre Judicial Iberoamericana creada en el
artículo 83 del Código Iberoamericano de Ética Judicial está integrada por nueve miembros y un secretario ejecutivo,
elegidos por la Cumbre Judicial reunida en Asamblea Plenaria. Sus cargos son honoríficos y se desempeñan por un
período de cuatro años con posibilidad de reelección. Ver artículo 83 y ss. del Código Iberoamericano de Ética Judicial.
personas que ejercen la judicatura y también para el personal de los tribunales de
justicia78.

Las conclusiones y recomendaciones de la Comisión interpretan el Código Iberoamericano


de Ética Judicial79, haciendo una breve descripción de la nueva realidad informatizada en
la que se desenvuelven los ciudadanos, repasando las denominadas redes sociales para
caracterizarlas, distinguiéndolas según su alcance mediático e impacto y, además releva, a
modo de precaución, que las redes sociales “expanden exponencialmente la comunicación
en cuanto al tiempo, el espacio, los posibles receptores y la automaticidad y rapidez con
que puede ser seleccionada”80. Del análisis del texto se advierte que se reconocen al juez
los mismos derechos que a todas las personas en cuanto a sus libertades, reparando que
pueden experimentar restricciones particulares fundadas en la preservación de la función
que ejercen.

En este sentido, y en cuanto a la interacción de jueces y funcionarios judiciales, la


Comisión no les limita la participación en las redes sociales, pero se encarga de señalar
que aquello no significa que existan especiales consideraciones que los magistrados y
funcionarios deben tener en cuenta, al igual que en sus relaciones en el ´mundo físico´81.

De una manera gráfica, las conclusiones y recomendaciones señalan que “[A]l igual que un
micrófono, el papel y la pluma o una sala de audiencia, las redes son una herramienta y, a
la vez, un foro de comunicación que exhibe a quien a ellas acude. A su turno, en tanto pesa
sobre el autor de una acción el deber de prever sus consecuencias, observando el cuidado
debido para no incurrir en violación de sus deberes, recae sobre quien ingresa en una red

78
COLOMA CORREA, RODRIGO. “Jueces y redes sociales”. [en línea] http://www.magistrados.cl/wp-
content/uploads/2017/08/Jueces-y-redes-sociales.pdf , Consultada el 12-01-2017.
79
CUMBRE JUDICIAL IBEROAMERICANA. “Código Iberoamericano de Ética Judicial” [en línea]
http://www.cumbrejudicial.org/c/document_library/get_file?p_l_id=2054856&folderId=2054908&name=DLFE-
7841.pdf. consultada el 11-01-2018
80
COMISIÓN IBEROAMERICANA DE ÉTICA JUDICIAL “Conclusiones y Recomendaciones Sobre Uso de Redes Sociales”, sept.
2015 [en línea] https://www.poder-judicial.go.cr/eticayvalores/images/ConsejoNotables/Recomendaciones/01-
2015.pdf , consultada el 11-01-2018.
81
En el texto se utiliza la expresión “mundo físico” para hacer el contraste con el “mundo virtual” en el cual se
desenvuelven los individuos cuando participan en las redes sociales con su identidad digital.
social el de anticiparse a las repercusiones que ello tiene. Esta anticipación supone, ante
una herramienta tan poderosa, el deber de informarse exhaustivamente acerca de su
alcance, especialmente en cuanto a la audiencia que puede acceder, en el presente y en el
futuro, y las distorsiones que, a raíz de la conducta y aun la inconducta de otros, pueda
sufrir el plan de comunicación originariamente previsto”82. Todo lo anterior supone una
responsabilidad como usuario de las redes sociales, que en el caso de los magistrados y
funcionarios judiciales es especialmente deseable por las consecuencias de sus acciones
que podrían comprometer su identidad y además afectar la confianza de los ciudadanos
en la administración de justicia, su funcionamiento, independencia e imparcialidad
judicial.

Las conclusiones y recomendaciones identifican todos y cada uno de los deberes éticos del
Código Iberoamericano que pueden verse comprometidos por el uso de las redes sociales,
señalando a priori que casi todos los tópicos contenidos en el Código quedan atravesados
por el uso de redes sociales. Así, la independencia, la imparcialidad, la responsabilidad
institucional, la cortesía, la integridad, la transparencia, el secreto profesional y la
prudencia, cobran características que merecen consideración.”83. En cuanto a la
independencia judicial señala que “(…) es preciso que el juez sea independiente y así luzca
a un observador normal”. Acto seguido dota de contenido a esta expresión, señalando que
ello “(…) significa que no puede embanderarse en posturas políticas partidarias ni, en
general, exteriorizar posiciones que lo muestren susceptible de verse influido por grupos o
personas por fuera de la objetiva fuerza de convicción que encuentre en las
argumentaciones vertidas en un debate judicial”. Por lo que “(…) no puede, en las redes,
formular manifestaciones unilaterales ni participar en intercambios proselitistas o que
anuncien posturas o muestren quiénes o cómo podrían influir en su ánimo” 84. Así es que
sugiere a los jueces que para “(…) emplear redes pensadas para manifestar el

82
COMISIÓN IBEROAMERICANA DE ÉTICA JUDICIAL, “Conclusiones y Recomendaciones Sobre Uso de Redes Sociales” op.
cit.
83
Ibíd.
84
Ibíd.
pensamiento propio y, sólo en el supuesto de suscitar interés en otros obtener respuesta, el
juez debe tener presente que no conoce a la potencial audiencia en lo que hace a su grado
de comprensión de un mensaje así como que no debe estimar que el mensaje dice tan sólo
lo que el supone literalmente expuesto sino que debe prever las implicancias según el
contexto en que es emitido y asumir que eventualmente podría ser exhibido fuera del
contexto presente”85.

En cuanto a las potenciales infracciones éticas que pudieren imponerse al juez, debe
considerarse muy especialmente la evaluación del propósito que cumple el mensaje para
el juez que lo emite. Esto significa que “[C]uanto menos vinculado a los aspectos de su
persona que justificadamente puede o debe exteriorizar, participar de la red será menos
compatible con las obligaciones propias de la función”86.

Distinguen las conclusiones y recomendaciones respecto de redes que tengan


principalmente por objeto el intercambio de mensajes de índole familiar o de amistad,
donde priman los intercambios más bien espontáneos de adhesión o reprobación a un
contenido en específico, donde es más complejo o derechamente no cabe “(…) presumir
adhesión al proselitismo hecho por un amigo en una red que vincula a personas reunidas
por vínculo de esta índole, lo cual no significa que el juez debe abstenerse de ser él quien se
manifiesta”. Como ejemplo concreto de esa participación en redes sociales, señala la
Comisión que “(…) participar en un foro de filosofía política no está en sí mismo vedado,
pero, la época y la relación con agrupaciones que incursionan directa o indirectamente en
la política pueden convertirlo en impropio para un juez. En este orden de ideas, debe
asumir permanentemente que el potencial alcance de la información, opiniones o perfiles
que incorpore pueden tener un destino muy distinto del planeado.”87.

En cuanto a la independencia judicial en las redes sociales, el juez debe mantener en ellas
un comportamiento que constantemente ponga de manifiesto su independencia. Sin

85
Ibíd.
86
Ibíd.
87
Ibíd.
embargo, esta puede comprometerse si, por ejemplo, jueces de distinta jerarquía
intercambien comunicaciones de las cuales pueda llevarse a deducir cual sería la posición
respecto de los asuntos del uno respecto de los otros, y ahí la influencia, real o presunta,
presumiblemente estaría presente.

La imparcialidad debe ser especialmente resguardada por jueces en todas las


circunstancias en que se desenvuelvan, así es como “(…) debe evitar situaciones que
pudieran llevar a un observador razonable a abrigar dudas a ese respecto”88. Las personas
que figuran como sus contactos en las redes sociales pueden suscitar dudas respecto de
su imparcialidad, lo cual puede provenir de manifestaciones concretas del juez al aceptar
o solicitar contactar a determinadas personas, abogados o litigantes a su universo de
contactos. Las conclusiones y recomendaciones señalan que son particularmente
objetables “(…) las que tengan lugar cuando el juez ya conoce que son abogados o
litigantes ante su estrado; pero, no cabe descuidar que aun cuando no sea actual ese
supuesto, frecuentemente será conjeturable”89.

También en cuanto a la imparcialidad, el Documento cita el artículo 10° del Código


Iberoamericano de Ética Judicial, que define al juez imparcial como aquel que (…)
“persigue con objetividad y con fundamento en la prueba la verdad de los hechos,
manteniendo a lo largo de todo el proceso una equivalente distancia con las partes y con
sus abogados, y evita todo tipo de comportamiento que pueda reflejar favoritismo,
predisposición o prejuicio”90. El Documento se encarga de señalar que la imparcialidad
incluye las conductas del juez anteriores a la prueba y “que impactan sobre la confianza
del observador razonable en la imparcialidad del juzgador”91. Por ello es que el juez puede
eventualmente afectar su imparcialidad mucho antes de solicitarse su intervención en un
asunto de su competencia actual.

88
Ibíd.
89
Ibíd.
90
Ibíd.
91
Ibíd.
En cuanto al deber de prudencia, la Comisión, al redactar las conclusiones y
recomendaciones, considera que (…) “el juez debe ser sumamente diligente en prever y
evitar que las redes sociales en las que participa se conviertan en el escenario fuera del
ámbito estricto de la actividad jurisdiccional en el que se incurra en actitudes reñidas con
los valores contemplados en las normas del Código”92. Esto es así porque no existe una
verdadera separación entre las actitudes de los jueces en las redes sociales con las que
despliega fuera de las redes sociales.

92
Ibíd.
VI. Sobre la regulación en el ámbito nacional
El presente acápite tiene como objeto examinar la normativa nacional que trata la libertad
de expresión, en relación a los funcionarios judiciales.

A. Análisis de las disposiciones legales pertinentes sobre la materia


En primer término, es pertinente señalar que la libertad de emitir opinión es un derecho
fundamental consagrado en el artículo 19 N° 12 de la Constitución Política de la
República, al garantizar:

“[L]a libertad de emitir opinión y la de informar, sin censura previa, en cualquier


forma y por cualquier medio, sin perjuicio de responder de los delitos y abusos que
se cometan en el ejercicio de estas libertades (…) ”

Adicionalmente, el derecho se recoge en la Ley N° 19.733, sobre libertades de opinión e


información y ejercicio del periodismo, que dispone en su artículo 1°:

“[L]a libertad de emitir opinión y la de informar, sin censura previa, constituyen un


derecho fundamental de todas las personas. Su ejercicio incluye no ser perseguido ni
discriminado a causa de las propias opiniones, buscar y recibir informaciones, y
difundirlas por cualquier medio, sin perjuicio de responder de los delitos y abusos
que se cometan, en conformidad a la ley”.

Ahora bien, en lo que respecta a la normativa orgánica, se consignan las siguientes


prohibiciones en relación con el ejercicio del derecho a la libertad de expresión por jueces
y funcionarios judiciales.

En primer lugar, conforme al artículo 320 del Código Orgánico de Tribunales,“[L]os jueces
deben abstenerse de expresar y aun de insinuar privadamente su juicio respecto de los
negocios que por la ley son llamados a fallar. Deben igualmente abstenerse de dar oído a
toda alegación que las partes, o terceras personas a nombre o por influencia de ellas,
intenten hacerles fuera del tribunal”.
Por su parte, el artículo 323 del mismo cuerpo legal, establece prohibiciones taxativas a
los funcionarios judiciales:

“Se prohíbe a los funcionarios judiciales:

1° Dirigir al Poder Ejecutivo, a funcionarios públicos o a corporaciones oficiales,


felicitaciones o censuras por sus actos;

2° Tomar en las elecciones populares o en los actos que las precedan más parte que
la de emitir su voto personal; esto, no obstante, deben ejercer las funciones y
cumplir los deberes que por razón de sus cargos les imponen las leyes;

3° Mezclarse en reuniones, manifestaciones u otros actos de carácter político, o


efectuar cualquiera actividad de la misma índole dentro del Poder Judicial;

4° Publicar, sin autorización del Presidente de la Corte Suprema, escritos en defensa


de su conducta oficial o atacar en cualquier forma, la de otros jueces o
magistrados.”

Sólo para precisar, de conformidad con el artículo 482 del Código Orgánico de Tribunales,
el artículo precedente es plenamente aplicable a los auxiliares de la Administración de
Justicia.

Respecto a la potencial sanción, el artículo 544 numeral 8° del citado Código dispone que
“[L]as facultades disciplinarias que corresponden a la Corte Suprema o a las Cortes de
Apelaciones, deberán especialmente ejercitarse respecto de los funcionarios del orden
judicial que se encuentren en los casos que siguen: (…) 8°) Cuando infringieren las
prohibiciones que les impongan las leyes”.
Por otro lado, sin perjuicio de la potestad disciplinaria, es causal de recusación del juez o
ministro de Corte “[H]aber el juez manifestado de cualquier modo su dictamen sobre la
cuestión pendiente, siempre que lo hubiere hecho con conocimiento de ella”93.

En el Auto Acordado de la Corte Suprema sobre Principios de Ética Judicial y Comisión de


Etica94, en relación con la materia del presente artículo, destacan los siguientes principios
de ética judicial:

a. Sobre la independencia de los jueces y funcionarios

Dispone el artículo 4° del Auto Acordado que “[T]anto los jueces, como los demás
funcionarios judiciales, deben en conjunto e individualmente, velar por la autonomía de los
tribunales y hacerla respetar en toda circunstancia.”.

b. Sobre la prudencia

Señala el artículo 5° del referido Auto Acordado que “[T]odo miembro del Poder Judicial
debe actuar con diligencia, tino y criterio en todas las materias en que le corresponda
intervenir en razón o con ocasión de sus funciones, procurando que la forma como las
ejercen inspire confianza a la comunidad”.

c. Sobre la reserva

Por su parte, el artículo 9° del Auto Acordado dispone que “[L]os jueces y demás
funcionarios judiciales deben mantener absoluta reserva sobre todos los asuntos que así lo
exijan y de los que tomen conocimiento, absteniéndose de darlos a conocer, emitir
opiniones en público o privadas a su respecto, permitir que sean conocidos por otras
personas ni utilizar la información que posean en razón de sus funciones en beneficio
propio o ajeno”.

93
CHILE. CÓDIGO ORGÁNICO DE TRIBUNALES, artículo 196 N° 10
94
CHILE. EXCMA. CORTE SUPREMA, Acta N° 262-2007
Vinculado al Auto Acordado, el Oficio N° 2.676, que da instrucciones sobre prohibición de
publicidad de procesos sometidos al conocimiento de jueces y ministros, de fecha 3 de
julio de 1978, del Tribunal Pleno de la Corte Suprema, aclara que “[L]a ley ha deseado
marginar a los jueces de toda publicidad que ellos mismos originen a tal extremo que el
artículo 323 del mismo Código, les prohíbe publicar escritos en defensa de su conducta
oficial, sin autorización del Presidente de la Corte Suprema; y les prohíbe, además, atacar
en cualquier forma la conducta oficial de otros Jueces o Magistrados. Por estas
consideraciones, se prohíbe en forma estricta a Ministros, Jueces y demás funcionarios
judiciales, conceder entrevistas, formular declaraciones, aceptar y contestar
interrogatorios e incurrir en publicidad de cualquier modo, en diarios, revistas, televisión o
por cualquier medio de comunicación social sobre las causas sometidas a su conocimiento
o de otro tribunal, bajo apercibimiento de aplicación de medidas disciplinarias.”

B. Principios de la jurisdicción
Para la doctrina en la cultura del Poder Judicial median principios y reglas que persiguen
mantener la finalidad instrumental de este poder del Estado. Así resulta “(…)
especialmente necesario hoy en día reflexionar sobre la jurisdicción y su función como
antecedente de la discusión sobre la independencia judicial es que las instituciones
políticas y jurídicas en general, y la organización judicial en un estado de derecho en
particular, descansan sobre principios justificadores. Esos principios definen no sólo su
función y limitaciones sino también sus características y modos de actuación, de modo tal
que sin esos principios esas características y modos de actuación pueden parecer
arbitrarios o contraproducentes”95.

Son estos principios los que deben servir de guía orientadora a la hora de enfrentarse a las
motivaciones que dieron origen al presente informe.

95
ATRIA, FERNANDO. “Jurisdicción e independencia judicial: El Poder Judicial como poder nulo”, REJ – Revista de Estudios de
la Justicia. Nº 5. 2004, p. 119.
d. Vinculación con el principio de independencia Judicial

La independencia judicial es un tema recurrente que data de los orígenes del Poder
Judicial y constituye uno de los postulados básicos que reconoce un Estado de Derecho: el
respeto al principio de separación de poderes. Este principio orientador, que informa todo
el modelo de los modernos sistemas constitucionales de derecho, implica, desde la
perspectiva de la judicatura, la existencia de jueces y tribunales independientes, tanto
desde una perspectiva interna (es decir, en relación a los restantes tribunales del país)
como desde una perspectiva externa (es decir, en relación a los restantes poderes
jurídicos o constitucionales de un país)96.

En el marco de las facultades de la Corte Suprema en relación con la independencia de los


jueces, se da la situación de que en Chile la Corte tiene, dentro de sus atribuciones de
gobierno judicial, potestades disciplinarias respecto de los subalternos, entre las que se
incluyen la remoción y la aplicación de sanciones disciplinarias, en aquellos casos en que
no hayan tenido buen comportamiento97. Como contrapartida, producto de las normas
indeterminadas y difusas referidas a las posibles conductas sancionadas, “(…) los jueces
pueden estar renunciando a ejercitar derechos fundamentales que la Constitución y los
tratados internacionales sobre derechos humanos les reconoce, como lo son el derecho a
la vida privada, derecho de reunión, el derecho de asociación, la libertad de expresión,
entre otros posibles”98.

e. Vinculación con el derecho a la libertad de expresión de funcionarios


judiciales

El funcionario judicial, en nuestro país, está inmerso en un sistema de justicia


jerarquizado, con un control sobre el aparato judicial estricto y concentrado en términos

96
SQUELLA, AGUSTÍN, “Independencia Interna del Poder Judicial”, En foco. Expansiva. 113, 2007, p. 1.
97
BORDALI SALAMANCA, Andrés, “La independencia de los jueces en la aplicación de la ley dentro de la organización judicial
chilena”, Revista Chilena de Derecho. Vol. 40, n.2. 2013, pp.609-634.
98
Ibíd.
administrativos y disciplinarios99. Respecto a ello, Bordalí plantea la eliminación de la
sanción a la conducta de un funcionario judicial cuando aquella conducta tenga relación
con cuestiones de moralidad y vida privada, pues como se ha revisado, ello ha de
contraponerse a una sociedad tolerante, democrática y organizada bajo derechos y
deberes constitucionales100. De esta forma, el autor ha expresado, en más de una ocasión,
que “(…) los funcionarios judiciales deberían poder desenvolverse en la vida privada y
social con mayores posibilidades de expresar su punto de vista sobre cuestiones de
contenido ideológico, axiológico y político. El predicado neutralismo ideológico del
funcionario judicial no existe, y no es sano que exista.”101. En autor advierte que el
magistrado puede tener una determinada posición ideológica y política; en caso contrario
estaríamos frente a un autómata y no un juez. En una sociedad libre y democrática se
deben tolerar esas opciones axiológicas, ideológicas y políticas de los jueces, pero en
virtud del principio de imparcialidad, no es aceptable que en el caso concreto que debe
juzgar prime su voluntad o ideología102.

De mano de lo anterior, agrega el autor que es indispensable modernizar el Poder Judicial


para armonizarlo con un Estado democrático, en donde todas las personas, incluidos los
funcionarios públicos, puedan desarrollar su función con absoluto respeto y
reconocimiento de sus derechos fundamentales, en especial, a la libertad de conciencia,
libre expresión, respeto a la honra y vida privada, entre muchos otros103.

99
Cfr.: BORDALÍ SALAMANCA, ANDRÉS, “Independencia y responsabilidad de los jueces”, Revista de Derecho (Valdivia). Vol.14.
2003, p. 159-174.
100
Ibíd.
101
Ibíd.
102
Cfr.: BORDALÍ SALAMANCA, ANDRÉS, “La Judicatura como organización. Análisis crítico de la función e independencia
judicial en el derecho chileno”, IEJ-Expansiva. 2007, p. 76.
103
BORDALÍ SALAMANCA, Andrés. “Independencia y responsabilidad de los jueces”. Rev. Derecho (Valdivia). Vol.14. 2003, p.
173-174.
Conclusiones
La libertad de expresión, como derecho fundamental está consagrado en instrumentos
internacionales de derechos humanos, como la Declaración Universal de Derechos
Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, la Convención Europea de
Derechos Humanos, la Convención Americana sobre Derechos Humanos y, en general, por
las leyes y constituciones domésticas. Normativamente, en Chile la libertad de expresión
está consagrada constitucionalmente en el artículo 19 N° 12, y otras varias normativas de
orden legal, por ejemplo, la Ley N°. 19.733

En cuanto al derecho a la libertad de expresión ejercida por jueces, no existen en la


legislación constitucional limitaciones expresas a su ejercicio. No obstante, el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos reconoce que su ejercicio entraña deberes y
responsabilidades especiales. Por consiguiente, puede estar sujeto a ciertas restricciones,
que deberán, sin embargo, estar expresamente fijadas por la ley y ser necesarias para: a)
Asegurar el respeto a los derechos o a la reputación de los demás; o b) La protección de la
seguridad nacional, el orden público o la salud o la moral públicas.

El artículo 323 del Código Orgánico de Tribunales dispone expresamente una limitación
legal al ejercicio de la libre expresión por jueces y funcionarios judiciales, señalando que
es prohibido a los funcionarios judiciales: 1° Dirigir al Poder Ejecutivo, a funcionarios
públicos o a corporaciones oficiales, felicitaciones o censuras por sus actos; 2° Tomar en
las elecciones populares o en los actos que las precedan más parte que la de emitir su voto
personal; esto, no obstante, deben ejercer las funciones y cumplir los deberes que por
razón de sus cargos les imponen las leyes; 3° Mezclarse en reuniones, manifestaciones u
otros actos de carácter político, o efectuar cualquiera actividad de la misma índole dentro
del Poder Judicial; 4° Publicar, sin autorización del Presidente de la Corte Suprema, escritos
en defensa de su conducta oficial o atacar en cualquier forma, la de otros jueces o
magistrados.
Las redes sociales en internet generan innumerables beneficios personales, como
contacto con la familia, una ampliación de los grupos de amistad, flujos más expeditos de
noticias, interacción más rápida y tiempos más acotados de respuesta. Así, parece no
existir razón para impedir que jueces y funcionarios judiciales participen y expresen sus
opiniones y pensamientos por las redes sociales de internet, pero deberán tener siempre
en consideración las normas legales del Código Orgánico de Tribunales que les son
aplicables y asumir que su conducta deseable debe resguardar los principios de
independencia e imparcialidad.

Las conclusiones y recomendaciones de la Comisión Iberoamericana de Ética Judicial104, le


da un tratamiento exhaustivo a los impactos que la conducta de jueces en su participación

104
Las Conclusiones y Recomendaciones de la Comisión Iberoamericana de Ética Judicial sobre el uso de redes sociales
de internet por jueces y funcionarios señalan:

“A la vista de las anteriores consideraciones la Comisión Iberoamericana de Ética Judicial adopta las siguientes
conclusiones y recomendaciones.

CONCLUSIONES

1.- Los Jueces tienen los derechos que asisten a todas las personas, pero esos derechos pueden ser restringidos en
resguardo de la función jurisdiccional.

2.- Las redes sociales no están expresamente contempladas por el CE ni puede entenderse que están en si mismas
prohibidas. Sin embargo, al ser un instrumento de comunicación que permite transmitir contenidos, no deben éstos
vulnerar los principios consagrados en el CE.

3.- El uso de las redes sociales de manera adecuada, se constituye en un elemento útil para la difusión de propósitos
institucionales y personales legítimos; siempre que el juez se ajuste a los deberes previstos en el CE.

4.- El Juez que se incorpora a una red social no solamente debe evitar manifestaciones que importen incumplimiento de
los deberes previstos en el CE sino que debe evaluar la posibilidad de que sus manifestaciones queden fuera de su
capacidad de disposición y sean manipuladas fuera del plan de comunicación originalmente previsto.”

RECOMENDACIONES

“ 1.- El Juez, cualquiera que sea el lugar que ocupe en la jerarquía, debe compenetrarse de las características y alcance de
la red y de los términos del convenio con el proveedor que consiente al adherir a ella. Debe evaluar la significación del
propósito que persigue al ingresar y su posibilidad de mantener las comunicaciones dentro de lo permitido por el CE.

2.- Es necesario que los Poderes Judiciales contemplen la posibilidad de brindar, por medio de escuelas judiciales y otros
centros de capacitación, enseñanza adecuada para familiarizar a los servidores de la Justicia con las características y
posibilidades de cada red social y sus implicancias éticas. Especial énfasis cabe poner en el alcance potencial de las redes
y la escasa o nula posibilidad de quien participa de ellas de restringir la comunicación de los datos, opiniones o perfiles,
que ingrese a la red.

3.- El Juez debe evaluar el significado que tiene admitir o no admitir a una persona a su universo de contactos en el
marco de una red social, restringiendo de manera absoluta cualquier comunicación con aquellas personas que como
en redes sociales puede tener en las normas que regulan el comportamiento ético de
jueces y funcionarios judiciales, sin embargo estas sólo pueden ser consideradas como un
referente con valor relativo, que puede constituir una hoja de ruta o una primera guía
para evaluar cómo enfrentar un asunto tan actual como lo es la participación de jueces en
las redes sociales.

partes o como abogados y otros profesionales de la justicia litiguen en un asunto del que en ese momento esté
conociendo el juez.

4.- En caso de abrir perfiles en redes sociales, evaluar las potenciales consecuencias de identificarse como juez, y en el
caso de que sucediera por causas ajenas a su voluntad, tener siempre presente la responsabilidad que impone el cargo de
juez.

5.- Asegurarse que se conoce con quiénes se comparte la red, a menos que su uso no dé signos de familiaridad entre las
personas conectadas.

6.- Tener presente que toda comunicación, especialmente la escueta o fuera de contexto, puede dar lugar a una
desinteligencia impensada para el emisor.

7.-Evitar cualquier contenido que no pueda ser expuesto públicamente.

8.- Hacer uso de medidas de seguridad informática de alta seguridad (contraseñas, antivirus, antimalware, prevención
contra la suplantación de la identidad -antiphishing-, entre otros).

9.- Tomar en cuenta que cualquier actuación, imagen o manifestación, puede ser documentada y hecha de conocimiento
público por medio de las redes sociales”,

En COMISIÓN IBEROAMERICANA DE ÉTICA JUDICIAL. CUMBRE JUDICIAL IBEROAMERICANA. Recomendaciones de la Comisión


Iberoamericana de Ética Judicial sobre el uso de redes sociales de internet por jueces y funcionarios”,2015 [en línea]
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CUMBRE JUDICIAL IBEROAMERICANA, “Código Iberoamericano de Ética Judicial” (2018)


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Judicial: Recomiendan a jueces no exponer posturas en redes sociales que puedan infringir
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Contenido
Resumen ....................................................................................................................... 2

Conceptos clave ............................................................................................................ 2

Introducción .................................................................................................................. 3

I. El derecho a la libertad de expresión. ...................................................................... 5


La libertad de expresión en el derecho internacional de los derechos humanos .............. 5

a. La Declaración Universal de Derechos Humanos. ...................................................... 5


b. El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. .............................................. 6
c. La Convención Americana sobre Derechos Humanos................................................ 8
d. La Corte Interamericana de Derechos Humanos ....................................................... 9
e. Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades
Fundamentales. ............................................................................................................. 10
f. La Corte Europea de Derechos Humanos ................................................................. 10

II. Derecho a la Vida Privada y Honra ......................................................................... 12


La vida privada y honra en el derecho internacional de los derechos humanos ............. 12

a. La Declaración Universal de Derechos Humanos ..................................................... 12


b. El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos ............................................. 12
c. El Comité de Derechos Humanos ............................................................................. 12
d. La Convención Americana sobre Derechos Humanos.............................................. 13
e. La Corte Interamericana de Derechos Humanos ..................................................... 13

III. Sobre la ponderación entre derecho a la libertad de expresión y el derecho a la vida


privada, la honra o la reputación ................................................................................. 16
A. Libertad de expresión versus reputación ..................................................................... 16

B. Protección de la honra versus libertad de expresión ................................................... 16

IV. El ejercicio de la jurisdicción .................................................................................. 19


A. La independencia judicial ............................................................................................. 20
B. La independencia e imparcialidad del juez ................................................................... 21

V. El derecho a la libertad de expresión y el ejercicio de la jurisdicción ....................... 23


A. Análisis comparado sobre los jueces y las redes sociales ............................................ 28
a. Estados Unidos de América ...................................................................................... 28
b. Reino Unido .............................................................................................................. 29
c. Francia ...................................................................................................................... 30
B. Cumbre Judicial Iberoamericana .................................................................................. 31

VI. Sobre la regulación en el ámbito nacional .............................................................. 37


A. Análisis de las disposiciones legales pertinentes sobre la materia .......................... 37
a. Sobre la independencia de los jueces y funcionarios ............................................... 39
b. Sobre la prudencia .................................................................................................... 39
c. Sobre la reserva ........................................................................................................ 39
B. Principios de la jurisdicción ...................................................................................... 40
a. Vinculación con el principio de independencia Judicial ........................................... 41
b. Vinculación con el derecho a la libertad de expresión de funcionarios judiciales... 41

Conclusiones ............................................................................................................... 43

Bibliografía .................................................................................................................. 46

Webgrafía ................................................................................................................... 47

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