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Guayaquil, 27 de noviembre del 2019

Universidad de las Artes.

Maitté Orrala

Taller de Dramaturgia contemporánea

Análisis de “Noche árabe”

La obra “Noche árabe” de Roland Schimmelpfennig, desde una primera instancia plantea un
detalle de espacialidad, que a medida que transcurre la obra se vuelve una variedad de
espacios en un mismo tiempo conllevada por las circunstancias de cada personaje, se vuelve
aún más interesante proyectar imágenes dimensionales dentro y fuera de un edificio,
contraído dentro de un teatro desde la perspectiva de este. Al abordar el diálogo de los
personajes se nota como un modo de didascalias, fácil de comprender su lenguaje, pero la
intervención desde el hablar del “yo” del personaje, se vuelve un poco confuso al inicio, y en
el desarrollo de la historia se entiende como el pensamiento de los personajes, que a su vez
como lectora observo que existe una percepción interiorizada y exteriorizada de los
actores/actrices, es decir que va más allá de la acción física y de solo una respuesta de un
personaje a otro.

Fátima: Esta en el baño. Así es todas las tardes, antes de la puesta del sol, ella
vuelve a casa. Se desviste, le da sueño. Repentinamente no recuerda nada
acerca del día transcurrido.

Francisca: Estoy en el baño. A mi lado el lavamanos con los cepillos de


dientes en el vaso de plástico

Carpati: Está en ropa interior. Se desviste, se da vuelta y se mete a la tina.


Deja correr el agua y empieza a ducharse.

Fátima: Se está duchando.

López: Quinto piso. Escucho el agua.

Kalil: Me llamó. Pronto va a oscurecer y podré ir donde ella.

Francisca: El agua corre refrescante por mi espalda.


Una obra que también atrapa por la apropiación individual de cada personaje, como en el
ejemplo citado, en el que incluso no hay necesidad que exista una acción previa como en la
dramaturgia clásica, puesto que cada personaje encarna su propia historia atravesada por un
mismo tiempo en distintas espacialidades; y por último la importancia de los elementos que
también pone en tensión adicional a la trama, los sonidos, los objetos y el tiempo, como el:
cuchillo, el ascensor, el timbre, el teléfono, y Fátima llegando al departamento 4-32, es decir,
la acumulación de una atmosfera en tensión que atrapa como espectadora/espectador, siendo
un hilo sincrónico.

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