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Noche Árabe

un texto de Roland Schimmelpfennig

versión en español de Mauricio García Lozano


sobre la traducción de Monika von Moldoványi
Personajes: Hans Lomeier
Fátima Mansur
Franziska Dehke
Kalil
Peter Karpati

LOMEIER
Oigo agua. No hay agua, pero puedo escucharla. En pleno junio. Hace calor. Llamadas del
octavo, noveno y décimo pisos reclamando por el agua. La presión está bien. Pero del piso
ocho para arriba no sale una sola gota de agua. En el octavo, noveno y décimo pisos no
tienen agua. Es como si el agua desapareciera en el séptimo piso. ¿Y si estuviera rota una
tubería? Imposible. Una avería de tal magnitud, un tubo roto, no pasa desapercibido. El agua
correría por las paredes, por los pisos, por los pasillos.

Pero oigo agua. La oigo detrás de las paredes. La oigo subir. Suena como una canción. El
rastro de un canto en los pasillos. Un canto en la escalera. El rastro conduce al séptimo piso.
Tomo el elevador. Subo al séptimo piso para revisar. Siempre acompañado por el sonido del
agua.

El rechinido del elevador anuncia que se va a descomponer pronto. Séptimo piso. A la


derecha quince departamentos y el elevador, a la izquierda, dieciséis departamentos. Todos
de tres recámaras, cocina y baño. Al final del pasillo, a la derecha, frente al departamento 7-
32, está parada la señora Fátima Mansur, la amiga árabe de la señora Dehke; comparten el
departamento 7-32. 7-32 significa balcón en la cocina y ventanas hacia el sur-este, baño
hacia el oeste. La amiga árabe carga tres bolsas de compras y trata de abrir el departamento,
pero ¿por qué se complica tanto? ¿Por qué no deja las bolsas en el piso y ya?

FÁTIMA
El elevador rechina, parece que se va a descomponer otra vez. Es difícil abrir la puerta con
tres bolsas de plástico llenas bajo el brazo. No se puede.

LOMEIER
Se le caen las llaves- mejor las llaves que las bolsas.

FÁTIMA
Se me caen las llaves, pero alcanzo a tocar el timbre con el codo. Ojalá que Franziska esté.
Claro que está. Ojalá oiga el timbre. Lomeier, el portero de la bata gris, se acerca por el
pasillo. Hace calor.

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LOMEIER
Vuelve a tocar el timbre. Inclina su cuerpo con todo y bolsas y consigue tocar el timbre con el
codo.
¿Le puedo ayudar?

FÁTIMA
Gracias; ya pude. ¿Qué calor, no?

LOMEIER
El día más caluroso del año. Lo dijeron en el noticiero de las siete.

FÁTIMA
¿Y …todavía trabajando, señor Lomeier?

LOMEIER
Sí. Algo pasa con la presión del agua en el octavo, noveno y décimo pisos.

FÁTIMA
Menos mal que sólo son diez pisos.
No se ríe.

LOMEIER
Sí…

FÁTIMA
Parece ausente. Preocupado.

LOMEIER
¿No tienen problemas con el agua?

FÁTIMA
No sé todavía. Vengo llegando. Si hay algún problema, le llamo al rato.

LOMEIER
Sí, por favor. Pudo haberse roto una tubería.
Ella toca otra vez. Pero nadie abre la puerta.
¿Me permite?

FÁTIMA
El se agacha y me recoge el llavero. Me lo quiere dar pero se da cuenta de que tengo las
manos ocupadas, se queda ahí, indeciso.

LOMEIER
¿Cuántas llaves tiene su llavero?

3
FÁTIMA
Sonrío. ¿Qué más puedo hacer? – él se queda mirando mi llavero.

LOMEIER
Cuántas llaves…

FÁTIMA
Fuera tan amable-
Me quito-
Es la llave junto al camello

LOMEIER
El camello de plástico que cuelga del llavero está viejo y gastado. No es muy bonito.

FÁTIMA
Él desliza la llave dentro de la cerradura.

LOMEIER
¿Le molestaría si reviso rápidamente la presión del agua en su departamento? Para ver si sale
bien.

FÁTIMA
No hay problema.

LOMEIER
En el instante en que hago girar la llave dentro de la cerradura, se abre la puerta desde
adentro. Ante nosotros, sudando y en ropa interior, Franziska Dehke, la dueña del 7-32.
Oh…

FRANZISKA
Aaa… me pareció oír algo. Hola.

LOMEIER
Buenas tardes, señora Dehke.

FRANZISKA
Hola.

LOMEIER
Mejor subo al rato.

FÁTIMA
Como quiera. ¿No me oías? Toqué el timbre como tres veces.

LOMEIER
Se recarga en la puerta con todo y sus bolsas.

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FRANZISKA
No sé. Estaba descansando en el sofá.

LOMEIER
Sus llaves siguen pegadas. Saco la llave de la cerradura y le paso el llavero a la señora
Mansur.

FÁTIMA
Me pasa el llavero, lo engancho en uno de mis dedos entre las bolsas.
Muchas gracias otra vez y venga cuando quiera para ver por donde se le escapó el agua.

LOMEIER
Sí, quizá sea necesario. Por lo pronto, buenas noches.

FÁTIMA
Consigo entrar con mis bolsas
¡Gracias! Cierro la puerta. Ya no puedo detener las llaves, se me caen al suelo.

LOMEIER
Cierra la puerta. Parece que se le volvieron a caer las llaves.

FÁTIMA
Voy a dejar las bolsas en la cocina.

LOMEIER
Franziska Dehke dice en el letrerito cubierto por un plástico descolorido al lado del timbre.
Escrito a mano. Nadie se preocupa por eso. Bueno, ya lleva algunos años viviendo aquí.

FÁTIMA
¿Porqué no abres la puerta?

FRANZISKA
Pero si la abrí-

FÁTIMA
Sí, pero te tardaste…
Franziska regresa corriendo a la sala.

FRANZISKA
Me quedé dormida… creo. En el sofá. Hace tanto calor.

FÁTIMA
¿Porqué no cierras las cortinas?

FRANZISKA
No sirve de nada. Me voy a bañar.

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FÁTIMA
Aprovecha. En los pisos ocho, nueve y diez no tienen agua.

FRANZISKA
¿De veras?

FÁTIMA
Por eso venía Lomeier.

LOMEIER
¿Debí de haber entrado de una vez? No creo. Ella no estaba ni vestida.

FÁTIMA
Siempre lo hace.

LOMEIER
La cara roja. El pelo rubio y corto, empapado en sudor. ¿Cómo voy a molestar?

FÁTIMA
Regresa de su trabajo en el laboratorio, se desviste y se acuesta en el sofá. Y le da sueño. Y
se mete a bañar.

FRANZISKA
Estoy increíblemente cansada. ¿Me baño o no me baño?

FÁTIMA
Báñate.

FRANZISKA
Sí, puede ser. ¿Qué hice en todo el día?

FÁTIMA
Está parada en el pasillo, indecisa. Piensa.

LOMEIER
La gente regresa del trabajo a su casa y quiere cocinar. O bañarse. ¿Pero sin agua?

FRANZISKA
No me decido. ¿Quieres una copa?

FÁTIMA
No gracias, tengo que sacar todo lo de las bolsas.

FRANZISKA
Te sirvo un trago, mientras.

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FÁTIMA
Primero métete a bañar.
Se regresa al sofá.

FRANZISKA
No sé.

FÁTIMA
Anda…

FRANZISKA
Sí, puede ser…

KALIL
Ya van a dar las ocho y media. El teléfono debe sonar en cualquier momento.

LOMEIER
Ya van a dar las ocho y media. Estoy parado frente al elevador y pienso si debo o no debo
regresar otra vez al departamento 7-32.

FÁTIMA
La botella de coñac está sobre la mesita junto al sofá.

FRANZISKA
Ya no queda mucho.

FÁTIMA
Traje otra.
Se sirve.

LOMEIER
No. Ya no puedo regresar.

KALIL
Va a llamar en cualquier momento. Estoy sentado al lado del teléfono esperando. Yo sé que
va a llamar. Como cada noche. La amo.

FÁTIMA
Está parada en el umbral con su vaso en la mano y sin saber qué hacer.

LOMEIER
Mejor llamo después y subo a revisar.

FRANZISKA
Creo que sí me voy a bañar.

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KALIL
Ella me llama todas las tardes. Antes de la puesta del sol.

FÁTIMA
¿De veras?

FRANZISKA
Sí, creo.

KALIL
Miro por la ventana mientras espero que llame.

LOMEIER
Viene el elevador. Se tarda demasiado. Mi mirada se vuelve al pasillo, revisa las paredes de
arriba abajo. Oigo agua. Por todos lados.

FÁTIMA
Se da la vuelta.

KALIL
¿Por qué no llama?

FÁTIMA
Y me mira.

FRANZISKA
Raro.

FÁTIMA
¿Qué?

FRANZISKA
¿Qué habré hecho en todo el día?

FÁTIMA
¿Trabajar?

FRANZISKA
Seguramente

FÁTIMA
Ya, métete a bañar…

FRANZISKA
Solo que no puedo acordarme de nada.

8
FÁTIMA
Anda.

FRANZISKA
En fin

LOMEIER
Se abre la puerta del elevador.

FRANZISKA
Me voy a bañar.

FÁTIMA
Adelante.

KALIL
El sol está rozando el horizonte. El teléfono no suena.

FÁTIMA
Ya es hora de llamar.

LOMEIER
¿Me subo?

FRANZISKA
¿Me baño?

KALIL
¿Me irá llamar todavía?

FÁTIMA
¿Ya te vas a meter a bañar?

FRANZISKA
Sí, sí…

LOMEIER
Mejor bajo por la escalera.

FRANZISKA
Sí…

FÁTIMA
Se mete al baño. Tomo el teléfono.

9
LOMEIER
Bajo. La escalera canta.

FÁTIMA
¿Vienes?

KALIL
Claro.

FÁTIMA
Pero espérate un rato…

KALIL
Sí, ya sé…

FÁTIMA
Hasta que oscurezca.

KALIL
Ya sé. Nos vemos.

FÁTIMA
Nos vemos.

LOMEIER
Sexto piso.

KARPATI
El atardecer. Miro por la ventana hacia la fachada del bloque C. Frente al mío.
Un reflejo de luz me hiere los ojos, me deslumbra. La ventana traslúcida del baño de uno de
los departamentos del séptimo piso está completamente abierta. El espejo sobre el lavabo
refleja los rayos del sol poniente. Puedo distinguir hasta los cepillos de dientes en un vaso al
lado de la llave de agua. Una mujer de pelo corto y rubio entra al baño.

FÁTIMA
Está en el baño. Como todas las tardes, antes de la puesta de sol, ella regresa a casa. Se
desviste, le da sueño. De pronto, ya no puede recordar lo que hizo durante el día.

FRANZISKA
Estoy en el baño. A mi lado el lavabo con los cepillos de dientes en el vaso de plástico.

KARPATI
Está en ropa interior. Se la quita, se da vuelta y se mete en la tina. Deja correr el agua y
empieza a bañarse.

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FÁTIMA
Se está bañando.

LOMEIER
Quinto piso. Oigo agua.

KALIL
Me llamó. Pronto oscurecerá y podré ir con ella.

FRANZISKA
El agua corre refrescante por mi espalda.

KARPATI
Tienen agua. Qué raro. Aquí, en el bloque B, hace dos horas que no hay. Quizá se rompió
una tubería. Pero es improbable en esta época del año.

FÁTIMA
Se baña todas las tardes luego de regresar a casa. Le gusta bañarse largo, muy largo.

KARPATI
Está sentada en la tina y se baña. La mirada fija hacia adelante. Parece no darse cuenta de
que la ventana está abierta. Se baña, solo veo su cabeza y, a ratos, su brazo derecho.

LOMEIER
Cuarto piso.

FRANZISKA
Estoy sentada en la tina, la mirada fija hacia delante. ¿Qué hice hoy durante el día?

FÁTIMA
Escucho el correr del agua en el baño.

KARPATI
Me quedo en la ventana, pero no por la mujer de la tina. Hay algo extraño. Un ruido.

FRANZISKA
La ventana está abierta.

FÁTIMA
Ella regresa del trabajo, trabaja en un laboratorio, entra por la puerta y a partir de ese
instante, con cada segundo, su día se desvanece de su memoria paulatinamente hasta que,
con la puesta del sol, todo ha desaparecido, no recuerda nada, ni su propio nombre.

KARPATI
Oigo agua.

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KALIL
Guardo las llaves en el bolsillo y tomo el casco.

KARPATI
¿Será posible? ¿Vendrá de afuera? Abro la ventana…

LOMEIER
Tercer piso.

FRANZISKA
En el edificio de enfrente, en la parte del bloque B cubierta de sombra, se abre una ventana
del séptimo piso.

KARPATI
No, no viene de afuera.

FRANZISKA
Un hombre se inclina hacia fuera, como buscando algo.

KARPATI
Parece un canto.

FRANZISKA
¿Qué buscará?

KARPATI
Tampoco viene de adentro. Agua.

FRANZISKA
¿Me alcanzará a ver? No creo.

KALIL.
Arranco la motoneta

FRANZISKA
¿Qué hice hoy, todo el día?

FÁTIMA
Así ha sido desde que estamos aquí. Llevamos cuatro años viviendo aquí, juntas. Con la
puesta de sol se queda definitivamente dormida en el sofá. Cada noche. Entonces viene mi
amigo Kalil –ella no lo conoce, no sabe ni que existe por que siempre está dormida cuando
viene a verme.

LOMEIER
Segundo piso.

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KALIL
La conozco ya desde hace dos años. Es la única mujer en mi vida. Jamás la engañaría.
Jamás.

FRANZISKA
Ahora cierra la ventana. El cristal refleja el azul de un cielo atardecido. No creo que me
alcance a ver.

KARPATI
Cierra el agua. Se levanta. Se seca.

FÁTIMA
Nunca le hablado de él.

FRANZISKA
Me seco, me envuelvo en una toalla y salgo.

FÁTIMA
¿Porqué será?

KARPATI
Sale del baño.

FÁTIMA
Ni idea.

KALIL
Siempre es lo mismo. Tengo que esperar la puesta de sol para poder ir a verla. Me subo a mi
motoneta y voy a verla. Entro al pequeño departamento. Ella me espera en la puerta. En el
sofá está durmiendo su compañera Franziska. Nunca se despierta. Ni me conoce. No me ha
visto nunca. No sabe ni que existo.

LOMEIER
Primer piso.

FÁTIMA
¿Estuvo rico?

FRANZISKA
Mmmm.

FÁTIMA
¿Te quieres recostar en el sofá?

FRANZISKA
El sol ya va a desaparecer.

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FÁTIMA
¿Quieres otro coñac?

FRANZISKA
Ahh

FÁTIMA
Bosteza.
¿Cómo te fue hoy?

FRANZISKA
¿Hoy?

FÁTIMA
Sí…

FRANZISKA
¿Dónde?

FÁTIMA
En el trabajo.

KARPATI
El sol desapareció. Pero el ruido sigue en mis oídos – el ruido del agua, como si siguiera
bañándose.

FRANZISKA
¿Qué trabajo? ¿De qué hablas?

FÁTIMA
Se le cierran los ojos.

LOMEIER
Planta baja.

KALIL
El faro de mi motoneta dibuja un cono de luz sobre el pavimento. Hace calor. Alcanzo a ver
los edificios cerca. Estoy por llegar.

LOMEIER
Por pura curiosidad, aprieto el botón del elevador en la planta baja.

KARPATI
El canto me lleva hacia fuera, me lleva hacia ella, frente al bloque C, al séptimo piso.

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LOMEIER
Ya me lo esperaba. Aprieto el botón del elevador y no pasa nada. El elevador se quedó
atorado en el séptimo piso y no se mueve. Se descompuso. Definitivamente.

FÁTIMA
¿Duermes?

FRANZISKA
¿Ah?

FÁTIMA
¿Estás dormida?

FRANZISKA
¿Qué?

FÁTIMA
¿Ya te dormiste?

FRANZISKA
Déjame…

KARPATI
Salgo de mi departamento. Tengo que ir a verla.

FÁTIMA
Se va a despertar justo cuando salga el sol, entonces va a preparar café árabe, me va a
despertar, buenos días Fátima, mi princesa oriental, tengo que correr al trabajo, creo que
anoche volví a quedarme dormida en el sofá, ¿por qué no me despertaste?
Me pregunto lo que pasaría si alguna vez se despertara durante la noche.

KARPATI
Corro por el pasillo hacia el elevador. Tengo que hablar con ella.

FÁTIMA
Si alguien consiguiera despertarla.

KARPATI
Ya llegó el elevador. Tengo que contarle lo del canto. Abro la puerta de metal con ventanita,
me subo al elevador, toco PB. La puerta de seguridad se cierra con estrépito y yo me deslizo
hacia abajo.

FÁTIMA
Haría falta que alguien viniera a darle un beso para despertarla… a lo mejor.

15
KARPATI
Seis, cinco. Resuena en mis oídos como si estuviera en un baño turco. Cuatro, tres.

KALIL
Los edificios están cada vez más cerca. Hay miles de departamentos; y luz detrás de las
cortinas. Ahí arriba vive Fátima.

KARPATI
Dos, uno.

LOMEIER
Camino por el pasillo del sótano hacia mi departamento. Ante la puerta, recuerdo de golpe, la
voz de mi ex esposa.

KARPATI
Planta baja. Salgo del elevador y cruzo el césped que divide los edificios. Ya está oscuro. En
los departamentos hay luz. Las puertas de los balcones están abiertas.

LOMEIER
Recuerdo cómo hablaba.

KARPATI
Estoy frente a la entrada del edificio C y volteo a ver hacia el séptimo piso.

FÁTIMA
Si alguien viniera y la besara probablemente se acabarían estas noches, estas noches, con
ella dormida en el sofá mientras yo veo la televisión o me encuentro con Kalil.

KARPATI
La puerta de la entrada está abierta.

LOMEIER
Hace tanto que no pensaba en eso…

KARPATI
¿Subo en elevador o por las escaleras? Detrás de las paredes rumorea el agua, la puedo oír.
Sigo el rumor. Tomo las escaleras.

KALIL
Estoy llegando.

FÁTIMA
Oigo la moto de Kalil allá abajo.

LOMEIER
¿Por qué ahora?

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KARPATI
Primer piso.

KALIL
Sé que alcanza a oír mi moto

FÁTIMA
Ahí está.

LOMEIER
Mejor no acordarse.

KALIL
Me detengo frente a la entrada del edificio y acelero en neutral antes de apagar la moto.
Como siempre, aseguro el casco al manubrio con un candado.

LOMEIER
No acordarse.

KALIL
Estoy frente a la entrada y volteo a ver hacia el séptimo piso. Ella vive ahí arriba.

FÁTIMA
Va ir directo al elevador.

KALIL
La puerta de la entrada está abierta.

KARPATI
Segundo piso.

KALIL
¿Subo en elevador o por las escaleras? Estoy parado frente a la puerta oscura del elevador,
indeciso.

LOMEIER
La veo frente a mí mirándome y hablándome.

KALIL
Toco el botón del elevador. No pasa nada. Toco otra vez. Ahora sí.

FÁTIMA
En cualquier momento.

KALIL
El elevador viene bajando. Suena raro.

17
KARPATI
Tercer piso.

FÁTIMA
Franziska duerme.

LOMEIER
Olvídalo.

KALIL
Ahí viene. Por dentro, se abre la puerta de seguridad. Abro la puerta de metal con ventanita y
me subo al elevador. Toco el siete. Capacidad para cinco personas o hasta 400 kilos. Año de
construcción 1972, Lübes & Peters.

LOMEIER
Olvídalo ya.

KALIL
La puerta de seguridad se cierra, rechinando. El elevador se pone en marcha. Primer piso.

FÁTIMA
Voy a recibirlo en la puerta.

KALIL
Segundo piso. El elevador suena raro. Tercer piso.

KARPATI
Cuarto piso.

KALIL
Cuarto piso. Segundos antes de llegar al quinto piso se para el elevador. No es cierto. ¿Está
atorado?

LOMEIER
Imposible.

FÁTIMA
¿Dónde se habrá metido?

KALIL
El elevador atorado. No puede ser. La alarma tampoco sirve.

LOMEIER
Me acabo de acordar: tengo que poner el letrerito en el elevador que dice “Fuera de Servicio”
para evitar que alguien se altere o lo espere inútilmente.

18
KALIL
Me voy a volver loco. ¡Hola!

LOMEIER
“Quítate la bata cuando llegues a la casa”. Eso me hubiera dicho. Ella.

KARPATI
Quinto piso. Estoy nervioso.

KALIL
¿Me alcanzarán a oír?

LOMEIER
Y tengo que llamar al servicio técnico de Lübes & Peters.

FÁTIMA
Pero si era su moto. Corro al balcón de la cocina y miro hacia abajo. Sí, ahí está – y el casco
rojo está asegurado al manubrio, como siempre. ¿Y dónde está Kalil?

KALIL
¡Hola!

LOMEIER
Pero ya no les voy a llamar hoy. Mientras el elevador esté atorado en el séptimo piso, no
puede pasar nada.

FÁTIMA
Salgo del departamento, dejo la puerta abierta y corro por el pasillo. ¿Kalil?
No puede ser…

KARPATI
Sexto piso.

FÁTIMA
El elevador no está subiendo. Entonces tomó las escaleras. Voy a correr a encontrármelo.

KALIL
¡Hola! No me oye nadie.

FÁTIMA
Oigo pasos en la escalera; debe ser él.

KARPATI
Alguien viene bajando.

19
FÁTIMA
No, no es él, es alguien más.

KARPATI
Una mujer, de rasgos árabes y de mirada nerviosa, baja rápidamente por la escalera. Nos
cruzamos.

FÁTIMA
Nunca lo había visto.

LOMEIER
“¡Ya sabes que no me gusta la bata esa!”

FÁTIMA
Sexto piso.

KALIL
Si Fátima oyó la motoneta, se va a preocupar y va a salir a buscarme. ¡Hola!

KARPATI
Séptimo piso. Ya estoy aquí. El departamento de la mujer en la tina debe estar al fondo del
pasillo. No tengo la menor idea de lo que le voy a decir cuando me abra la puerta.

LOMEIER
Pausa. “Nunca me ha gustado”

KALIL
¿Fátima?

FÁTIMA
Quinto piso.

LOMEIER
Debería subir a revisar. Me echo una carrerita para allá y le pido permiso a la señora Dehke
de revisar las tuberías rápidamente.

KARPATI
Corro por el pasillo. Me zumban los oídos.

KALIL
¿Y si nadie me encuentra, qué hago?

FÁTIMA
Cuarto piso. Corro hacia abajo. ¿Kalil?

20
LOMEIER
Sí, de una vez.

KARPATI
La puerta del departamento está abierta.

LOMEIER
O mejor después. Estaba casi desnuda.

KALIL
¿Me alcanzarán a oír?

FÁTIMA
Tercer piso.

KARPATI
El departamento está abierto.

FÁTIMA
¿Kalil? ¿Dónde estás?

KARPATI
Hola.

KALIL
¡Hola!

FÁTIMA
¿Hola?
Segundo piso.

LOMEIER
Mejor subo después.

KARPATI
¿Hay alguien aquí?
Entro al departamento.

LOMEIER
O mejor…

KALIL
Aprieto todos los botones del elevador. Inútil.

FÁTIMA
Primer piso.

21
KARPATI
Mi corazón se acelera.

FÁTIMA
Estoy sin aliento. Planta baja. Me acuerdo de golpe: dejé el departamento abierto.

KARPATI
Allí está. Recostada en el sofá. Duerme. Es preciosa. Duerme profundamente. En mis oídos,
el rumor del agua. En mi cabeza, el canto cada vez más definido.

KALIL
Desesperante.

FÁTIMA
Ni rastros de Kalil. No es posible. Salgo del edificio. Allí está su motocicleta. Se levanta un
viento cálido. La puerta se cierra tras de mí. Y no traigo las llaves.

LOMEIER
Mejor subo de una vez.

FÁTIMA
La puerta esta cerrada.

KARPATI
¿Qué hago aquí? Estoy en un departamento desconocido junto a una mujer que duerme. Está
casi desnuda.

FÁTIMA
No tiene caso tocar el timbre. Franziska no se despertaría nunca.

KALIL
Qué calor hace aquí adentro.

FÁTIMA
Nadie sale ni entra.

LOMEIER
Seguramente ya le dio tiempo de vestirse. Camino por el pasillo del sótano.

KARPATI
Me hinco junto a la mujer que duerme; cerca de sus hombros, blanquísimos. Sobre la mesita,
junto al sofá, hay una botella de coñac casi vacía.

LOMEIER
Se apaga la luz.

22
FÁTIMA
Se apaga la luz de adentro. Nadie viene con llaves para entrar. Arriba de mí, los balcones de
los diez pisos y el cielo de una noche despejada.

KALIL
Tengo que salir de aquí.

KARPATI
Voy a tomar un trago.

LOMEIER
Camino en la oscuridad hasta las escaleras.

FÁTIMA
Frente a mí, un interminable repertorio de timbres. Los nombres ordenados en columnas
paralelas. Ritzkowsky, Ansorg, Richter, Sadiç, Tompson, Körte, Baethge, Behrends, Schlöser,
Rieling, Dacanalis-

KARPATI
Toco su cabello rubio y corto. Perdón yo…

FÁTIMA
Hinrichs, Bartels, Düwel, Sander, Awram, Fischer, Eckstein, Viani etc., etc, ¿por dónde
empezar? La luz de adentro se vuelve a encender. Quizá venga alguien.

LOMEIER
El agua desaparece en el séptimo piso… y desde la puesta de sol, las paredes rumorean más
que antes.

KARPATI
Hace rato, cuando te metiste a bañar, yo estaba en la ventana y te vi.

LOMEIER
Planta baja.

KARPATI
¿Entiendes? Yo vivo en el edificio de enfrente y cuando te metiste a bañar te vi. Tu ventana
estaba abierta y el sol se reflejaba en el espejo del lavabo, justo arriba de los cepillos de
dientes.

LOMEIER
En la planta baja coloco el letrerito de “Fuera de Servicio” sobre la puerta del elevador.

KALIL
Estoy sentado en el piso del elevador y fijo mi vista en la puerta de seguridad.

23
FÁTIMA
Ahí está Lomeier - ¡oiga!

KARPATI
Te vi. Tu abrías las llaves de agua. Y tu, tu estabas tan…

FÁTIMA
¡Oiga!

KARPATI
Estabas tan… no sé como explicártelo…

LOMEIER
Siete pisos a pie.

KALIL
¿Y si abro la puerta de seguridad?

FÁTIMA
¡No me ve!

KARPATI
Tu ventana estaba abierta y el sol se reflejaba en el espejo…

FÁTIMA
Desaparece en las escaleras… se fue.

KALIL
¿Me escucharán más fácilmente?

KARPATI
Y entonces quise besarte… aunque no lo sabía en ese momento.

FÁTIMA
No lo va a oír, pero voy a tocar el timbre de nuestro departamento. Aprieto el botón Dehke-
Mansur.

el timbre suena

KARPATI
Tocan el timbre.

LOMEIER
Primer piso.

24
KARPATI
Tocan el timbre pero no se despierta.

FÁTIMA
Sigue dormida.

KARPATI
Sigue dormida.

el timbre suena largamente

FÁTIMA
Claro.

KARPATI
Debe haber alguien en la entrada de abajo, porque aquí la puerta sigue abierta…

LOMEIER
Segundo piso.

KALIL
Trato de meter los dedos entre la rendija de la puerta de seguridad.

FÁTIMA
Reviso la columna de nombres de arriba abajo. En el sexto piso, debajo de nosotras, vive
Katia Hartinger. La conozco porque lava su ropa todos los viernes por la noche en la
lavadora del sótano. Todos los viernes a esta hora está en el sótano. Hoy es viernes.

KALIL
Pero la puerta no cede ni un centímetro, ni un centímetro.

LOMEIER
“No entendiste nada, absolutamente nada.” -¿por qué se me viene eso a la cabeza?

KARPATI
Esta mujer dormida se ve poco complicada, optimista, curiosa…

FÁTIMA
Katia no abre. Entonces intentaré con los Hinrichs, del quinto piso. Pero él trabaja de noche y
ella no abre cuando él no está.

KALIL
Me apoyo con la espalda contra la pared y trato de abrir la puerta interior con los pies.

LOMEIER
Tercer piso.

25
KALIL
Resbalo…

KARPATI
Sería agradable compartir las mañanas de domingo con ella – sobretodo al principio-…
descubrir algún cafecito nuevo…

KALIL
Otra vez…

FÁTIMA
Marion Richter del cuarto piso. Por lo general, ella ve tele con su amigo Andi, cada viernes
por la noche. Debería estar.

KARPATI
… y en la mesa nuestras tasas de café con leche… o de cappuccino.

KALIL
La puerta está cediendo.

FÁTIMA
O cocinan y luego se meten a la tina juntos.

KALIL
Pero no lo suficiente.

FÁTIMA
Ay, ya - empiezo a hablarle al interfón aunque nadie me conteste. ¿Hola? ¡Hola!

KALIL
Otra vez.

FÁTIMA
Otra vez. Toco.
-
Anda… contesta.

KALIL
Otra vez.
-
Anda… ábrete.

LOMEIER
Cuarto piso.

26
FRANZISKA
Mi mamá está en la cocina. Luz eléctrica. Otoño. El color de la pared en la escalera. El
departamento de mis padres, cuando yo era niña. Todo es especial.

KALIL
Pateo con todas mis fuerzas. Algo se rompe. No me importa, la puerta interior se abre.

FÁTIMA
Marion no contesta. No está y su amigo tampoco. O están metidos en la tina.

KARPATI
A mediodía, caminamos las calles. Nos detenemos a mitad de un puente y, juntos, miramos
el río. ¡Qué verano!

KALIL
La puerta de seguridad está abierta. Para mi sorpresa, no estoy frente al muro de tabique
sino frente a la puerta del elevador del quinto piso. Por la ventanita, alcanzo a ver el pasillo.
Pero la puerta no se deja abrir. Algún mecanismo lo impide.

FRANZISKA
A la izquierda, el cuarto de los niños, a la derecha, la cocina, el baño; de frente, llegas a la
sala, atrás, el cuarto de mis padres. Tengo cuatro o cinco años.

LOMEIER
“Nada” – la manera en que lo decía.

FÁTIMA
El timbre del tercer piso no tiene nombre… aunque está habitado, estoy segura.

KALIL
Por la ventanita, no alcanzo a ver las escaleras, pero parece que alguien viene subiendo.

LOMEIER
Quinto piso.

FÁTIMA
Hasta aquí alcanzo a oír el timbre del tercer piso. Seguramente tienen abierta la puerta del
balcón. ¿Quién? pregunta una voz en el interfón, voz de mujer. Se oyen voces, música, una
fiesta…a lo mejor. ¿Hola? Buenas noches, perdone la molestia, pero me quedé afuera y –

KALIL
¡Hola!

LOMEIER
O también: “Eso ni tu te lo creíste”

27
FRANZISKA
Si me paro de puntitas, alcanzo a ver por encima del barandal, en el balcón de la cocina.
Entre los edificios hay carros, gente.

KALIL
Nadie me oye.

FÁTIMA
La voz de mujer habla en un idioma extraño. ¿Hola? Yo… Ruidos. Cuelga. Toco de nuevo.

suena el timbre

Esperar.

KARPATI
Todo será nuevo y diferente. Especial.

FÁTIMA
¿Hola?, pregunta un hombre en el interfón.

KALIL
¡Hola!

FÁTIMA
¿Hola? Me quedé afuera y quisiera… más voces, música, luego nada.

LOMEIER
Sexto piso. No puedo más.

KALIL
Nada.

KARPATI
Bajo sus párpados, sus ojos se mueven. Sueña.

FRANZISKA
Tengo seis años. Mis padres tienen una agencia de seguros. Soy una niña feliz. En primavera
iré a la escuela y todo olerá a pasto.
Este verano nos vamos de vacaciones. Estamos en Turquía. En la playa. Mi mamá me pone
crema en la espalda. La arena está tan caliente que te quemas. Nunca me había pasado.

KARPATI
Miro las comisuras de sus labios.

28
FÁTIMA
El señor del segundo piso ya no vive aquí, aunque su nombre sigue junto al timbre. Dicen
que se murió y que su hija lo encontró. A saber…

KALIL
Si tuviera un desarmador podría forzar el mecanismo…o con una pluma. Creo que traigo una
pluma en la bolsa.

FRANZISKA
Durante el recorrido, pasamos por Estambul, visitamos las mezquitas – de lejos parecen
tortugotas -, paseamos por un bazar. Es un bazar techado. Dice mi papá que en este bazar
hay todo, todo lo que te puedas imaginar. Mi mamá me dice que no la vaya a soltar de la
mano, pero yo me echo a correr y veo los arcos y veo mis zapatos.

KARPATI
Quiero besarla.

FRANZISKA
Hay hombres sentados frente a sus tiendas y toman té en vasos chiquitos.
Mis papás ya no están cerca, no sé donde están, los perdí.
Ante mí, justo en medio del bazar, frente a una especie de café, un camello inmenso.

LOMEIER
Ya está, séptimo piso.
Rumorea.

KARPATI
La beso.

FRANZISKA
Alguien pone su mano contra mi boca. Casi no puedo respirar.

KARPATI
Mis labios contra su boca, mi mano, por un instante, sobre su pelo.

KALIL
El mecanismo cede, pero la puerta no se abre.

LOMEIER
Camino por el pasillo del séptimo piso hacia el 7-32. La señora Mansur dijo que podía subir al
rato…

FRANZISKA
Y alguien me levanta y me lleva. Veo los arcos pero ya no veo mis zapatos.

29
KARPATI
¿Pero, porqué no te despiertas cuando te beso?

LOMEIER
El pasillo suena como un río.

FÁTIMA
En el primer piso, todo está oscuro, alcanzo a verlo desde aquí.

suena el timbre

Bremer, dice la etiqueta. Pero los Bremer no están. A lo mejor se fueron al cine. O a no sé
donde. De cualquier modo, no tengo muchas opciones.

KARPATI
Bésame…

LOMEIER
El pasillo suena como un torrente.

FRANZISKA
El correr de una fuente. Agua. Suena como el trino de un ave. Risas lejanas.
Es temprano en la mañana. Y mi sirvienta Fátima me trae a la cama una bandeja con té y
frutas. Y galletas de ajonjolí.
Ya no tengo seis años. Tengo doce.

KARPATI
Algo me jala, me arrastra, me chupa con violencia. ¿Qué es esto?

LOMEIER
7-32. Llegué. Qué raro… la puerta está abierta.

KARPATI
No me puedo resistir…

FÁTIMA
Los de la planta baja se llaman Linhard. Ni idea de quienes son.

LOMEIER
¿Hola? ¿Hay alguien aquí? ¿Señora Dehke?

FÁTIMA
Suena el interfón. ¿Sí?, pregunta una voz de mujer.

LOMEIER
Nadie contesta.

30
KALIL
El mecanismo cede y salta la cerradura de la puerta.

FÁTIMA
Soy yo, Fátima Mansur, del séptimo piso, perdón por molestarla, pero por descuido me quedé
afuera y sin llaves, ¿sería tan amable de abrirme la puerta?

KALIL
Salgo.

LOMEIER
Entro al departamento. ¿Hola?

FÁTIMA
Suena la puerta. Entro al edificio.

KALIL
¡Gracias a Dios!

LOMEIER
Ahí está, en el sofá. Casi desnuda, envuelta apenas en una toalla. Duerme y no hay nadie
más. ¿Señora Dehke? Sobre la mesita, junto al sofá, hay una botella de coñac casi vacía.
Sí, ahí está, la piel húmeda, el pelo rubio húmedo, la respiración acelerada, debe estar
soñando.

KALIL
Subo corriendo hacia el departamento de Fátima; seguro que ha de andar buscándome.

LOMEIER
Estoy de pie junto a ella, la miro. Ella duerme.

FÁTIMA
Subo corriendo de regreso a mi departamento.

LOMEIER
¿Señora Dehke?
No se despierta.

FRANZISKA
Soy la amante del jeque Al Harad Bahadba, pero el jeque me ama como a una hija; todavía
soy virgen.
Desde mi secuestro en Estambul, vivo en el harem de su palacio en la ciudad de Kinsh el Sar,
en medio del desierto.
Miro por la ventana morisca el patio de los naranjos, el aspersor despide frescura hacia el
cielo azul. Es magnífico. Es maravilloso.

31
KALIL
Sexto piso.

LOMEIER
Por qué, no sé, pero de pronto me hinco a su lado, toco sus hombros desnudos…

FRANZISKA
Hoy es un día especial. Hoy cumplo veinte años y dentro de poco el jeque, quien por su edad
podría ser mi padre, me desflorará. Nunca pienso en mi antiguo hogar, en mis padres,
nunca.

KARPATI
El olor a alcohol hace punzar mi cabeza.

LOMEIER
Y la beso. Tanto tiempo de no tocar, de no acariciar a una mujer. La beso.

FRANZISKA
Pero Kafra, la primera mujer del jeque, está negra de envidia porque soy rubia y niña. Ayer
me maldijo a todo pulmón en el harem.

FÁTIMA
Primer piso.

FRANZISKA
Hoy, por eso, el jeque la mandó decapitar.

LOMEIER
Ella sigue dormida. Nada ocurre. Me levanto pero sigo sintiendo sobre mis labios, los suyos.
Qué pasa, tengo ganas de gritarle, ¿qué estás haciendo conmigo…?

KALIL
Séptimo piso. Corro por el pasillo hacia el departamento de Fátima. 7-32.

LOMEIER
Hay tanto ruido. ¿Por qué no te despiertas?
Duerme pues, sigue durmiendo en tu sofá de tu departamento de tres recámaras del séptimo
piso, yo no quise besarte, ocurrió, me quiero ir de aquí, salir del departamento 7-32, avanzo
torpemente hacia la puerta, sigue abierta…

KALIL
La puerta del departamento está abierta, qué raro…

LOMEIER
Cruzo el umbral y me descubro bajo una luz deslumbrante. Un viento caluroso me envuelve
y la arena arde en mis ojos.

32
KARPATI
Alguien grita. ¿Dónde estoy?

FÁTIMA
Segundo piso.

KALIL
Entro al departamento. ¿Fátima? Nadie contesta. ¿Hola? Cierro la puerta tras de mí. ¿Fátima?

FRANZISKA
Pero, cubierta de arena, la terrible cabeza cercenada me grita:
“Te maldigo. Desaparecerás y te perderás, no recordarás nada de lo que fuiste alguna vez.
Aquel que toque tus labios será colmado de desgracias y nunca volverás a ver la luna hasta
que llegue la noche en que recuperes tu verdadera identidad.”

KARPATI
Estoy rodeado de vidrio. Estoy parado en un líquido. Huele a alcohol. Estoy parado en coñac.

KALIL
Corro por el vestíbulo. Veo el llavero de Fátima tirado en el piso; el del camello.

LOMEIER
Estoy rodeado de arena. Hasta el horizonte.

FRANZISKA
“Hagan algo”, grita el jeque. “Hagan algo”, gritan las mujeres.

KARPATI
Estoy en una botella. Estoy metido en la botella de coñac sobre la mesita, junto al sofá…y de
la cual acabo de tomar.

LOMEIER
Sobre mi cabeza, el sol.

KARPATI
A través del vidrio, veo distorsionada a la mujer dormida en el sofá y a quién acabo de besar.
Sigue soñando. Bajo sus párpados, sus ojos siguen moviéndose.

FRANZISKA
Pero solo hasta ese momento, el verdugo toma el hacha y parte su cabeza en dos. Silencio.

KALIL
¿Hola? ¿Hay alguien aquí?

FÁTIMA
Tercer piso.

33
KALIL
En el sofá de la sala está acostada –como siempre que vengo- Franziska, la compañera de
Fátima. Y duerme.

KARPATI
Estoy chiquitito. Mis zapatos miden un centímetro y están bañados en coñac. Sobre mi
cabeza, el cuello de la botella. Se me olvidó taparla. Se ve inalcanzable. El aire surca la boca
de la botella. Se produce un sonido grave. ¿Hola?

LOMEIER
Estoy en medio de un desierto. La luminosidad es tan intensa que apenas puedo abrir los
ojos. Me miro – nada ha cambiado-: los zapatos, la bata gris, todo como siempre. El calor es
tan seco que ni siquiera sudo.

KALIL
Está casi desnuda.

FRANZISKA
Qué pesadilla.

KALIL
Es hermosa.

KARPATI
Un hombre entró a la sala. Está junto al sofá.

FRANZISKA
¿Dónde estoy?

KALIL
Se está despertando. Hola.

FÁTIMA
Cuarto piso.

FRANZISKA
Estoy acostada en un sofá de una sala. Junto a mí, una mesita. Encima, una botella de coñac
casi vacía. Estoy casi desnuda, apenas envuelta en una toalla. ¿Dónde estoy?
Un desconocido está parado junto a mí; me mira. ¿Cómo vine a parar aquí?

KALIL
Hola – parece confundida. Quizás estuvo soñando.

KARPATI
¿Cómo vine a parar dentro de esta botella?

34
FRANZISKA
Mi vista recorre velozmente el espacio. En vez de ventanas moriscas, un ventanal rectangular
con cortinas y abajo, un radiador. Afuera es de noche. Todo está alfombrado. La alfombra es
de color arena y sobre ella, frente a mí, una televisión. Carteles en la pared, repisas baratas y
fotos de personas que nunca he visto en mi vida…

KALIL
¿Todo bien?

KARPATI
¿Cómo podré salir de aquí? ¡Auxilio!

LOMEIER
“¿No pretenderás andar todo el día con esa bata gris?”

KARPATI
La mujer se despertó pero no me oye. Junto a ella, ese hombre inmenso.
¡Hola! ¿No me ven? ¡Estoy aquí adentro!

FÁTIMA
Quinto piso.

LOMEIER
¿Por qué no?

FRANZISKA
No puedo decir nada.

LOMEIER
“Esa cosa se ve ridícula. Tú eres ridículo”

KALIL
Ella no dice nada. Yo soy Kalil, el amigo de Fátima. La puerta estaba abierta. ¿Sabrás de
casualidad a dónde fue Fátima? Me quedé atorado en el elevador – en el quinto piso- pero
pude salir. Mejor no usarlo, por lo pronto.

FRANZISKA
Sonríe. Y me habla de un elevador.

KARPATI
Se levanta, se tapa cuidadosamente con la toalla y va hacia la ventana. ¡Hola! ¿No me oyen?

KALIL
Se levanta y va hacia la ventana.

35
FRANZISKA
Estoy parada frente a un ventanal, en un edificio. Probablemente en el séptimo u octavo piso.

KARPATI
Mira hacia fuera.

FRANZISKA
Yo me crié en un edificio de departamentos como éste.
Yo viví mi infancia en un departamento como éste. Dios mío. Sobre la multitud de edificios
está la luna y me parece que no la veía desde hace mucho tiempo.

KALIL
Es extraña.

FÁTIMA
Sexto piso.

KARPATI
En la boca de la botella se produce un sonido agudo…

FRANZISKA
Siento como si me disolviera.

LOMEIER
El viento surca las dunas. Suena como un aullido.

FRANZISKA
Necesito ayuda.

LOMEIER
“Eres ridículo. Contigo hago el ridículo.”

KALIL
Repentinamente, se lanza a mis brazos.

KARPATI
Ella corre hacia él.

FRANZISKA
Por favor, sálvame. Estoy a punto de desaparecer. Es la maldición de la mujer del jeque.
Sácame de aquí.

LOMEIER
Esos recuerdos me enfurecen.

36
KALIL
¿Qué?

FRANZISKA
No te conozco, pero por favor no me sueltes. Ayúdame, llévame de regreso a la ciudad de
Kinsh el Sar, en medio del desierto. El jeque Al Harad Barhadba te colmará de riquezas. No
me abandones en esta pesadilla.

LOMEIER
Y eso que a mí me daba tanto orgullo enseñárselo todo: la ventilación, la calefacción, el
recolector de basura, el motor de los elevadores.

KARPATI
Ella lo abraza…

KALIL
¡Suéltame!

KARPATI
Y no lo suelta.

FRANZISKA
No, por favor…

KARPATI
La toalla se desliza por sus hombros.

KALIL
Deja…

KARPATI
Está desnuda.

FÁTIMA
Séptimo piso. Llegué.

FRANZISKA
Quédate.

KALIL
¿Qué te pasa?
Está desnuda y me estrecha entre sus brazos.

FÁTIMA
Camino por el pasillo hacia nuestro departamento.

37
KALIL
Me quiero zafar.

KARPATI
Se quiere zafar.

FRANZISKA
No te vayas.

KALIL
Espérate

FRANZISKA
Por favor.

LOMEIER
“¿Así tenías planeado pasarte el resto de la vida? Yo no…”

FÁTIMA
La puerta del departamento está cerrada. Pero si yo la dejé abierta…

KARPATI
En un instante, aprieta sus labios contra los del hombre.

KALIL
Me besó - ¿cómo pudo ser?

suena el timbre

KARPATI
Tocan el timbre.

KALIL
Tocan el timbre.

FRANZISKA
Algo suena.

KALIL
Trato de ir hacia la puerta.

FRANZISKA
No te vayas.

FÁTIMA
Nada. Pero oigo voces adentro.

38
KALIL
¡Suéltame!

FRANZISKA
¡No!

KARPATI
Logra quitársela de encima. Corre hacia la puerta, ella va tras de él… ya no alcanzo a ver.

FÁTIMA
La puerta se abre.

KALIL
Frente a mí, Fátima. Atrás de mí, Franziska, agarrada a mi espalda, desnuda.

LOMEIER
En la cima de una de las dunas se vislumbra la silueta centellante de una tienda de beduinos.
Camino hacia allá.
“Porque todo lo haces mal, había dicho ella.”

FÁTIMA
Franziska.

FRANZISKA
En la puerta está una mujer…

FÁTIMA
Frente a mí, Kalil. Atrás de él, Franziska, desnuda…

KALIL
No sé qué decir…

FÁTIMA
Cerdo.

KALIL
No, no…

FRANZISKA
La mujer me parece conocida…

FÁTIMA
Cerdo de mierda.

KALIL
No…

39
FRANZISKA
Quédate conmigo, por favor…

FÁTIMA
Me mira con los ojos desorbitados. Lo voy a matar…

KALIL
Fátima…

LOMEIER
“Porque siempre haces todo mal.”
Mis pies se hunden en la arena, me tropiezo, me levanto, sigo mi camino hacia la tienda.

FÁTIMA
Un cuchillo – lo voy a apuñalar. Necesito un cuchillo.

KALIL
Ella se precipita al interior, atropellándome.

FRANZISKA
La mujer se precipita al interior, atropellándome.

KARPATI
Una mujer entra precipitadamente y desaparece en la cocina.

LOMEIER
La duna está tan empinada, que apenas si puedo avanzar.

KARPATI
La mujer regresa.

KALIL
Ella regresa. Trae un cuchillo en la mano.

FÁTIMA
Se echa a correr.

KALIL
Me quiere matar.

FRANZISKA
Se echa a correr.

KALIL
Me persigue.

40
FÁTIMA
Franziska viene tras de mí, desnuda.

KALIL
Aprovecho mi ventaja y corro por el pasillo. ¡Auxilio!

FÁTIMA
Te voy a matar. Me tendiste esta trapma para poderte coger a mi compañera mientras yo te
buscaba como pendeja.

FRANZISKA
Corro detrás. La mujer grita.

FÁTIMA
Está a punto de llegar a las escaleras.

LOMEIER
Estoy a punto de alcanzar la cima. Alcanzo a ver la tienda. Está a unos quince metros de
aquí.

KALIL
Las dos me persiguen. Corro escaleras abajo.

FÁTIMA
¡Espérate!

FRANZISKA
¿Qué clase de lugar es este?

KARPATI
Nadie viene. El departamento está vacío. Me dejaron solo.

LOMEIER
¿Hola? ¿Hay alguien aquí? El viento silba. Grita. Aúlla. Azota la tienda.

KALIL
Sexto piso. Ya están en la escalera.

KARPATI
Miro a través del cristal. El borde de la mesa se curva. La alfombra color arena. La televisión.
El radiador. Repisas baratas. El sofá. Su toalla en el suelo.

KALIL
Atrás de mí, al fondo del pasillo, se abre la puerta de un departamento.
Entra, dice una voz de mujer. La escucho como si estuviera a mi lado.

41
LOMEIER
Una voz de mujer me invita a pasar. La tienda se abre.

KALIL
Corro por el pasillo hacia el departamento. No puedo más.

FRANZISKA
No tan rápido.

KALIL
Número 6-32. Hartinger, dice el letrerito al lado del timbre. La puerta está abierta.

FÁTIMA
Sexto piso. Desapareció. ¿Dónde se metió? Ese cabrón se está escondiendo.

LOMEIER
Entro a la tienda. Mis ojos se tienen que acostumbrar a la oscuridad.
En el centro de la tienda está la mujer. De pie. Sola.

KARPATI
Sólo, adentro de una botella en un departamento idéntico a miles de departamentos.

FRANZISKA
Se fue.

KALIL
Cierro la puerta tras de mí respiro profundamente. Frente a mí, una mujer. De pie. Joven.
“Quiero colgar la ropa”, dice desabrochando los botones de su blusa.
Luego se voltea hacia el colgador. Ven.

LOMEIER
La mujer es aterradora. Una cicatriz violácea se extiende alrededor de su cuello y una
segunda cicatriz parte su cara en dos desde la frente, atravesando la nariz y hasta la
barbilla.

KARPATI
Igual que todos: cuartos, muebles. Así he vivido. Solo. O acompañado.

KALIL
“Ven”, me dice.

FÁTIMA
Kalil no aparece. Me voy a regresar. Ya.

42
FRANZISKA
El hombre se fue. Me está dando frío. La mujer regresa en silencio. La sigo. Qué otra cosa
puedo hacer…

FÁTIMA
Hasta aquí llegué.

KALIL
“Ven acá”

KARPATI
A través del vidrio miro, como espejismos, los rostros de las mujeres que alguna vez conocí.
Pero cómo han cambiado. Se ven tan viejas. Parecen sus propias madres.

FRANZISKA
Espérate…

FÁTIMA
Olvídalo.

FRANZISKA
Pero…

FÁTIMA
Cállate, carajo.

KARPATI
Golpeo el vidrio con el puño. No pasa nada. Me acuerdo de todas esas esperanzas,
comienzos, similitudes en los rostros, los primeros besos, las noches de verano en los
parques, las terrazas y los balcones. La generosidad y el entendimiento que se van de
repente, se desvanecen a pesar de creer en que podíamos contar con el otro… en
departamentos como éste o como el mío o como aquel del armario portátil y del baño
chistoso. Y nos reíamos tanto.

FÁTIMA
Séptimo piso.

KALIL
No quiero…

KARPATI
Es el infierno: uno piensa, todo va a estar bien, encontré la felicidad, pero no, al contrario, es
posible que el encuentro resulte peor que cualquier otro.

FÁTIMA
Corro por el pasillo hacia nuestro departamento.

43
KARPATI
Inexorablemente nos transformamos en lo que seremos al final – todo se oscurece ante mis
ojos.

LOMEIER
“Qué bueno que estés aquí”, dice la mujer de las cicatrices.

KALIL
Pero no tengo alternativa…

LOMEIER
¿Qué es lo que suena tan fuerte? ¿El viento? “No”, dice ella, “ya sabes, es el agua.”
¿El agua?
“Sí…”
¿Qué agua?
“El agua que te has pasado buscando todo el día. Por eso estás aquí.”
¿El agua que desapareció en el séptimo piso?
“Exacto”, dice ella, y sonríe con su boca partida. Atrás de mí, frente a la entrada de la tienda,
brota de entre la arena un chorro de agua de casi veinte metros. ¡El agua!

KALIL
Gime tan fuerte; casi grita…

LOMEIER
“El agua te condujo hasta aquí y te llevará a tu prometida”, dice la mujer de las cicatrices;
luego grita: “¡Adiós!”

KALIL
Grita y casi tira el colgador de ropa.

LOMEIER
La mujer y la tienda se desvanecen en el aire. ¿Qué quiso decir? ¿Qué prometida? Nadie
responde.

FÁTIMA
Ya estoy en el departamento, corro a mi cuarto, saco la maleta y empiezo a empacar.

FRANZISKA
¿A dónde vas?

FÁTIMA
¿A dónde voy? Franziska está en el umbral de mi cuarto, desnuda. ¿Qué te importa? ¡Ponte
algo encima!

FRANZISKA
Solo quería preguntarte…si podía ir contigo…

44
FÁTIMA
Estás loca. Vete. Y ponte algo. Por si ya se te olvidó, el armario con tu ropa está en el cuarto
de junto.

LOMEIER
El desierto se está llenando de agua.

FÁTIMA
Se va. Sigo empacando mis cosas. Las cosas que algún día desempaqué aquí y metí en el
armario. Tal y como lo hace todo el mundo. Sus cosas y sus armarios. Pero no tengo idea de
cómo fue que llegué aquí. No puedo acordarme.

LOMEIER
El desierto se convierte en un río.

FÁTIMA
Un día, estaba yo frente a la puerta, y tenía una llave en la mano y sabía: ahora vivo aquí.
Este es el buzón, esta es la puerta del elevador, así subo al séptimo piso, aquí está la
alfombra color arena y el ventanal y las repisas baratas y Franziska, mi compañera, la que
siempre se duerme y a quien se le olvida en la noche lo que hizo en el día.

LOMEIER
El desierto se convierte en un torrente, en un estrecho. Estoy parado en un trasbordador
cruzando el Bósforo. Ante mis ojos, los minaretes de Estambul. Aquí estuve durante mi luna
de miel. Hace veinticuatro años.
“¿Te acuerdas?”, me dice una voz de mujer. A mi derecha, una mujer idéntica a Helga, mi ex
esposa. Trae el mismo vestido de antes, no ha cambiado nada, solo que una cicatriz parte su
cara en dos desde la frente, atravesando la nariz y hasta la barbilla…

FÁTIMA
Saco mis cosas del armario; faldas, pantalones, sweateres, camisetas y demás. Todo.

KALIL
Se retuerce, se voltea debajo de mí.

FÁTIMA
Tengo que pensar en Kalil. Tengo que pensar en que me engañó con mi compañera.

FRANZISKA
¿Quién habrá sido el hombre que estuvo aquí hace rato?

KALIL
Esto tiene que terminar…

FRANZISKA
En este cuarto hay un armario, tal y como lo dijo la mujer.

45
LOMEIER
“¿Te acuerdas cuando viniste a arreglar un problema de agua a mi departamento del séptimo
piso? En medio de una noche de verano, la luna llena iluminaba los techos de aquel edificio
recién construido. Había agua por todos lados, el departamento estaba inundado, pero tu
lograste controlar la situación y estabas parado en el balcón con tu camisa arremangada –
todavía no usabas la bata. Quizá tenías otros planes para esa noche, pero nunca lo admitiste
cuando platicábamos cómo nos habíamos conocido. A la gente le gusta… recordar como se
conocieron…o el primer beso. ¿Te acuerdas? Tú querías fumar y saliste al balcón y de pronto
me pareciste tan hermoso, tan fuerte y a la vez tan frágil y pensé: quiero compartir mi vida
contigo, por que te quiero a ti, a nadie más que a ti. Y entonces te besé por primera vez, en
el balcón de la cocina, en el séptimo piso.”

FRANZISKA
Abro el armario.

LOMEIER
Tu no puedes estar aquí –grito- tu no estás aquí, ¿por qué me persigues?, ¡déjame!

KALIL
Me libero de ella.

FÁTIMA
El aire está caliente y pegajoso. Voy a la ventana.

FRANZISKA
En el armario hay ropa que reconozco…

KALIL
“No pares” –grita ella- me tambaleo hacia la puerta. “Regresa” – grita.

LOMEIER
“Si no te estoy haciendo nada” -dice ella- “solo quiero evitar que me vayas a ser infiel”
Déjame, pierdo el control y con el desarmador que siempre traigo en la bolsa de mi bata le
perforo los ojos una y otra vez. Pero ella solo dice “oh”, luego se ríe, y luego se desvanece en
el aire, igual que hace un rato.

KALIL
“No pares” –grita ella- y cuando abro la puerta, empieza a aullar como un lobo.

FRANZISKA
Una blusa, una falda, zapatos angostos, pero cómodos – parece que todo me queda.

FÁTIMA
Un aullido surca los edificios. Gritos como de lobo… o de loba.

46
KALIL
Huyo por el pasillo hacia la escalera y casi me voy de boca por los escalones. El aullido
traspasa las paredes de todo el piso.

FRANZISKA
Es la ropa de un laboratorista, de un asistente técnico médico.

FÁTIMA
Es una mujer quien grita así.

LOMEIER
“Usted debe saber”, dice una mujer a mi izquierda, “nosotros ya estuvimos aquí, hace
veinticuatro años”. El hombre a su lado asiente. “Venimos con nuestra hija. La perdimos.”

FÁTIMA
La maleta está lista.

KALIL
Quinto piso. Atrás de mí, al fondo del pasillo, se abre la puerta de un departamento.

FRANZISKA
Con cada prenda que me pongo, mi memoria se aclara: soy asistente técnico médico. Trabajo
todos los días en un laboratorio de las ocho y media a las cinco de la tarde.

KALIL
“Entra, te estoy esperando”, dice una voz de mujer, la escucho como si estuviera a mi lado..
No quiero, pero corro por el pasillo hacia el departamento.

LOMEIER
“La perdimos”, dice la mujer, “aquí en Estambul, en el bazar, hace veinticuatro años. Una
niña rubia. Nunca volvimos a saber de ella, como si jamás hubiera existido.” Y niega con la
cabeza

FÁTIMA
Ya está.

KALIL
Hinrichs, dice el letrerito al lado del timbre. La puerta está abierta.
Ahí está.

FÁTIMA
No me voy a llevar nada más.

KALIL
“Hola”, dice la mujer – la señora Hinrichs. Debe tener cerca de cuarenta años.

47
FRANZISKA
Me dedico a realizar análisis de sangre. La mayor parte del trabajo lo hacen las máquinas.

KALIL
Y se desata el cinturón de la bata…

FÁTIMA
Me voy. Pero me llevo el cuchillo por si me cruzo con el cabrón de Kalil en la escalera.

FRANZISKA
Y la mujer de hace rato era Fátima, con quien comparto el departamento desde hace años.
¿Desde hace cuánto? ¿Dónde está? Y ¿por qué estoy semidesnuda frente al ropero? ¿Fátima?

KALIL
No trae nada debajo.

LOMEIER
El hombre junto a la mujer se recarga en la borda y dice: “Quizá fue mejor así. Piensa en lo
que nos hubiera costado mantener a esa hija durante todos estos años; sus estudios…Nunca
nos podríamos haber dado estos gustos. Todos los viajes…”
Y me pasa su tarjeta: Helmut Dehke, agente de seguros.

FÁTIMA
Mi llavero con el camello sigue en el suelo. Exactamente donde se me cayó cuando llegué con
las bolsas.
No tengo idea por qué tengo tantas llaves. Como si viviera en una mansión…

KALIL
Gime tan fuerte…

FÁTIMA
¿Me despido de Franziska?

LOMEIER
El sol se mete tras el Cuerno Dorado y la mezquita de Sulaymán. Oscureció.

FÁTIMA
¿Para qué? Cierro la puerta del departamento y camino por el pasillo. El aullido sigue
estremeciendo al edificio.

LOMEIER
Desde la cubierta del trasbordador se ve una unidad habitacional. Estoy de pie frente al
ventanal de un departamento en un edificio igual al mío.
Yo ya estuve aquí. El aire está caliente y pegajoso. El sofá está vacío, pero en la mesita está
la botella de coñac casi vacía, me la voy a llevar afuera, necesito aire; aire, un trago y un
cigarro.

48
FÁTIMA
No tengo idea a dónde me dirijo.

LOMEIER
Salgo apresuradamente al balcón de la cocina.

KARPATI
El piso se desliza apresuradamente debajo de mí… la alfombra color arena, el linóleo de la
cocina…

LOMEIER
Ahí siguen las bolsas de hace un rato.

KARPATI
El umbral del balcón, cemento.

LOMEIER
Abajo, el edificio. Estoy en el barandal del balcón de la cocina. Cigarro. Un aullido
extraordinario surca el edificio. ¿Qué podrá ser? Y, ¿dónde estuvo hace unos instantes?
Descubro que todavía tengo en la mano la tarjeta del hombre del trasbordador: Helmut
Dehke, agente de seguros.

FRANZISKA
¿Dónde está Fátima?

KALIL
Esto no puede ser.

LOMEIER
Necesito un trago…

KARPATI
Ay, Dios…

KALIL
O…

LOMEIER
O no. Alguien viene.

KARPATI
Alguien nos sujeta a mí y a la botella sobre el barandal del balcón.

FÁTIMA
Me detengo en la escalera y miro el pasillo. En las paredes, se escucha el crujir de las
tuberías. A lo mejor ya tienen agua en el octavo, noveno y décimo pisos.

49
FRANZISKA
Alguien está en el balcón de la cocina.

LOMEIER
Es la señora Dehke.

FRANZISKA
Ah, es Lomeier. Seguro que todavía tiene que revisar lo de la presión del agua. Fuma.

KARPATI
Miro el precipicio de siete pisos bajo mis pies. Lo único que me separa del vacío es el fondo
de la botella.

KALIL
Yo no quiero esto.

LOMEIER
Se acerca y se detiene a mi lado.

FÁTIMA
Corro escaleras abajo. Los aullidos aumentan con cada escalón.

KALIL
¡Quítate! Me abraza con desesperación. La empujo. De rodillas, me grita: “¿qué estás
haciendo conmigo?”

KARPATI
Abajo veo los postes de luz, la entrada del edificio, los carros estacionados y la parada de
camión.

FRANZISKA
¡Qué linda noche! Y la luna, ¡cómo brilla!

KARPATI
¡Óiganme!

LOMEIER
Así que se despertó…

FRANZISKA
Yo… me quedé dormida, creo… ¿lleva mucho tiempo aquí?

LOMEIER
Unos minutos.

50
FRANZISKA
¿Y?

KALIL
Consigo llegar hasta la puerta del departamento. Ella se queda atrás y empieza a aullar
como una loba.

KARPATI
Bajo la luz de un farol, veo a unos jóvenes fumando. Alcanzo a oír sus risas.

LOMEIER
¿Y, qué?

FRANZISKA
¿Pudo encontrar algo?

LOMEIER
¿Perdón?

KALIL
Otra vez por el pasillo hacia la escalera…

FRANZISKA
Quiero decir… que si pudo encontrar por dónde desaparece el agua en el séptimo piso…

LOMEIER
Ah, sí…sí.

FRANZISKA
¿Sí?

LOMEIER
Sí.

FÁTIMA
Sexto piso. Los aullidos son cada vez más intensos. ¿Qué es esto? Me detengo.

KALIL
Corro escaleras abajo.

LOMEIER
Se ve rejuvenecida.

FRANZISKA
Se recarga en el barandal del balcón, fuma y mira la noche y los edificios. En su mano tiene
la botella de coñac casi vacía.

51
LOMEIER
Parece haber dormido profundamente…

FRANZISKA
Sí, sí…

LOMEIER
Está junto a mí y se recarga sobre el barandal del balcón y mira la luna y los edificios. Atrás
de las cortinas de las miles de ventanas hay luz. Creo que no se dio cuenta de que la besé.

FRANZISKA
Tuve un sueño raro.

KALIL
Cuarto piso. Atrás de mí, al fondo del pasillo, se abre la puerta de un departamento.

LOMEIER
¿Sí?
La noche es cálida. Ya no hay rumores. Sólo aullidos. Como viento en el desierto.

KARPATI
Un aullido surca la noche como viento en el cuello de la botella. Pero no es eso…

KALIL
“Ven aquí”, dice una voz de mujer, la escucho como si estuviera a mi lado

FRANZISKA
Sí… soñé que un hombre me besaba mientras dormía y luego se iba… no sé a dónde…
a una tienda de beduinos o al fondo de una botella como esa, ya no me acuerdo.

KALIL
No quiero, pero corro por el pasillo hacia el departamento.

FÁTIMA
Quinto piso.

KALIL
Marion Richter, dice el letrerito al lado del timbre.

KARPATI
Juega nerviosamente con la botella en la mano. Si me suelta o se le cae, caigo siete pisos
hacia la muerte.

KALIL
No puedo evitarlo; entro al departamento.

52
LOMEIER
Había olvidado que tengo la botella en la mano.
Discúlpeme, por favor, me iba a servir un poco pero…

FRANZISKA
No, no, por favor, si tiene que seguir trabajando a estas horas, por lo menos debería
permitirse…

LOMEIER
En realidad, no venía a trabajar…

KALIL
“Hola”, dice la mujer, frente a mí. “Soy Marion. Estaba a punto de meterme en la tina. ¿O
prefieres ver la tele? Mi amigo Andi no viene esta noche. ¿O quieres cocinar algo?”

FRANZISKA
Y todo se llenó de agua y un hombre estaba a mi lado y rozaba mis labios con los suyos. Pero
desapareció.
¿Por qué le cuento todo esto?

KALIL
“Ven, vamos a la cocina.”

LOMEIER
Está junto a mí y de tanto en tanto me mira tímidamente. Es hermosa.

KARPATI
No quiero morir.

FRANZISKA
¡Qué guapo! ¿Por qué no me había dado cuenta? Sólo que la bata estorba un poco…

KALIL
La mujer se para frente al refrigerador y empieza a desvestirse.

FÁTIMA
Cuarto piso.

FRANZISKA
¿Tendría inconveniente en quitarse la bata un momento?

LOMEIER
Yo… no, para nada, ¿por qué?… ¿le molesta?

FRANZISKA
Solo quisiera… un instante…

53
LOMEIER
Con gusto.
Guardo la tarjeta en el bolsillo exterior y me quito la bata. ¿Cómo podría explicárselo?

KALIL
Por favor…

FÁTIMA
Sigo bajando las escaleras.

KARPATI
¡Ey!

FRANZISKA
Espere, le ayudo, deme la botella.

LOMEIER
No, no, yo puedo…

KARPATI
Pone la botella sobre el barandal y se quita la bata.
Si alguno de los dos golpea la botella, soy hombre muerto.

LOMEIER
Ya está.

FRANZISKA
Solo quería ver cómo se ve sin la bata.

FÁTIMA
Algo no está bien. Me doy la vuelta y empiezo a subir las escaleras otra vez.

LOMEIER
Ella sonríe.

FRANZISKA
A lo mejor tenía otros planes para la noche…en lugar de tener que buscar una fuga en la
tubería…

KALIL
Gime.

LOMEIER
De veras piensa que todavía planeaba salir hoy… para nada.

54
FRANZISKA
Puede admitirlo… no le estoy preguntando con quién…
El se ríe. Es fuerte y tan…

KARPATI
Aprieto mi cara contra el vidrio. ¿Por qué no me ven?

FÁTIMA
Cuarto piso. ¿Qué pasa? Camino por el pasillo.

LOMEIER
Me gusta.

FRANZISKA
…tan frágil. Quiero besarlo.

LOMEIER
Si tan solo me besara.

FÁTIMA
La puerta del 4-32 está emparejada. Es el departamento de Marion Richter. ¿Por qué?

FRANZISKA
Se voltea para verme.

LOMEIER
Se mueve hacia mí.

FÁTIMA
Entro al departamento.

KARPATI
El se voltea para verla. Al mismo tiempo, ella se mueve hacia él.

FÁTIMA
Estoy en el vestíbulo de un departamento ajeno. Algo se oye en la cocina.

FRANZISKA
Mi codo roza accidentalmente la botella de coñac que está sobre el barandal.

KARPATI
Ella golpea la botella con su codo. La botella se balancea.

KALIL
Gime tan fuerte.

55
KARPATI
La botella cae al vacío. Caigo. La botella cae siete pisos. Yo me precipito siete pisos abajo.

FÁTIMA
Estoy en la cocina de un departamento ajeno. Los mismos muebles que en la cocina de
Franziska. Veo a Kalil y a Marion Richter apoyados contra el refrigerador. Ella está desnuda. Y
él…

KARPATI
Sexto piso. En el balcón una mujer que le aúlla a la luna. El pavimento se acerca
vertiginosamente. Y al mismo tiempo todo va muy lento.

LOMEIER
Está muy cerca de mí.

FRANZISKA
Estoy muy cerca de él.

FÁTIMA
Estoy detrás de ellos. No me ven.

KARPATI
Quinto piso. En el balcón, una mujer que le aúlla a la luna. Las luces en las ventanas se
convierten en rayas.

LOMEIER
No me atrevo ni a respirar.

FRANZISKA
Pongo mis manos sobre su pecho, suavemente.

KALIL
Oigo el tic-tac de un reloj de cocina. Pegados a la puerta del refrigerador, imanes de colores.

LOMEIER
Pone sus manos sobre mi pecho suavemente.

FÁTIMA
Le entierro el cuchillo en la espalda.

KALIL
Ella grita. ¿Qué está pasando? Hay sangre en su cara.

KARPATI
Cuarto piso. Una mujer acuchilla a un hombre. Sangre en el vidrio de la ventana.

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FÁTIMA
Soy la sirvienta del jeque Al Harad Bahadba estoy en el patio de su palacio en la ciudad del
Kinsh el Sar en medio del desierto. Es una noche clara, y las ramas de los naranjos arrojan
sombras azules. En mis manos un cuchillo de cocina, pero ¿dónde dejé las llaves que suelo
traer conmigo para las innumerables puertas de esta gran casa”

LOMEIER
Me besa.

FRANZISKA
Me besa.

KARPATI
Tercer piso. Una fiesta. Música.

KALIL
¿Qué está pasando?

FRANZISKA
Es el primer beso de mi vida.

KARPATI
Segundo piso. Oscuro.

LOMEIER
Nos besamos. Es la primera vez. La abrazo con todas mis fuerzas.

KARPATI
Primer piso.

Estoy muerto.

FRANZISKA
Nos besamos. Tengo los ojos cerrados… pero percibo la luz de la luna.

Karpati grita. Kalil grita. Una botella cae del telar al escenario y estalla en pedazos.

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