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Módulo 5
BUENAS PRÁCTICAS EN LA CONDUCCIÓN SEGURA
MÓDULO 5: BUENAS PRÁCTICAS EN LA CONDUCCIÓN SEGURA
¡Hola! Muchas gracias por continuar con nuestro curso sobre Movilidad Profesional
Sostenible, que esperamos que te esté siendo de utilidad. En este quinto módulo
vamos a explicar los fundamentos de la conducción segura y las prácticas que la
garantizan, vinculadas muy estrechamente con las de la conducción eficiente que
hemos tratado en el capítulo anterior. Después de los consejos generales para toda
clase de vehículos, detallaremos algunas recomendaciones específicas para los
híbridos y eléctricos, comerciales e industriales y 4x4, así como aquellas que tienen
que ver con el tipo de vía por el que transitamos.
Conducir es una acción compleja que nos exige mucho más de lo que parece, pues
involucra al conductor psicológica y físicamente. Por ello, el logro de un desempeño
correcto al volante depende no solo de las habilidades adquiridas para dominar el
vehículo en cualquier circunstancia, y del adecuado estado físico para poder percibir
adecuadamente las situaciones que se presentan, sino también de la experiencia, de
la clara conciencia de los riesgos de desenvolverse en el tráfico y de la madurez y
equilibrio emocionales que harán posible el desarrollo de actitudes y
comportamientos seguros (o sea, que prevengan accidentes), responsables y
solidarios con los demás usuarios de la vía pública.
Veamos los principios básicos que deberían presidir el hecho de conducir un vehículo:
Principio de responsabilidad. Se resume en que todo usuario de la vía pública,
sea conductor de cualquier género de vehículo o viandante, debe evitar ser un
obstáculo o peligro para los demás, actuando de forma adecuada en cada
momento y respondiendo con plena conciencia por las consecuencias de sus
actos.
Principio de reciprocidad. Consiste en esperar que todos los usuarios de la vía
se comporten de forma reglamentaria, cumpliendo las normas y haciendo un
uso apropiado de ella, sin que esta presunción suponga disminuir la vigilancia.
De hecho, este principio cede ante cualquier indicio de comportamiento
inadecuado de los otros usuarios.
Principio de conducción dirigida. El conductor debe dominar el movimiento
de su vehículo en cualquier circunstancia (en especial, ha de mantener la
atención necesaria en todo momento) y adoptar las precauciones necesarias
para evitar riesgos de accidente motivados por comportamientos de otros
usuarios.
Principio de integridad personal. Se aplica en los casos en que el conductor
no tiene más opción que actuar de determinada manera o cuando ha actuado
de esa forma para evitar un mal mayor, siempre que la situación de peligro
inicial no haya sido provocada por él. Significa que no está obligado a arriesgar
su integridad cuando realiza un acto lícito, es decir, no se le puede forzar, por
ejemplo, a realizar un giro brusco si con ello corre el riesgo de volcar o chocar
con otro vehículo.
Principio de señalización. Como todos sabemos, en España se circula por la
derecha de la vía. Por tanto, todo movimiento que suponga una alteración o
RECUERDA
Conducir es un acto complejo y exige de toda tu atención. Evita por todos los medios
distraerte y, al margen de la mayor o menor pericia al volante, procura estar en las
mejores condiciones físicas y psicológicas antes de ponerte a conducir. La conducción
defensiva es aquella que se anticipa a las situaciones de riesgo; combina prudencia y
habilidad, y no es temerosa, sino respetuosa y segura.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), en su ‘Informe sobre la situación mundial
de la seguridad vial 2015’, señala que cada año 1,25 millones de personas mueren en
las carreteras del mundo; esta cifra se ha mantenido estable desde 2007. Dado que la
velocidad a la que crece la motorización es cada vez mayor, el hecho de que estos
registros se hayan estabilizado cuando se preveía un ascenso de la mortalidad indica
que se está avanzando en la buena dirección. Sin embargo, el esfuerzo realizado para
reducir el número de muertes por accidentes de tráfico es claramente insuficiente, si
se desean alcanzar las metas internacionales sobre seguridad vial establecidas en la
Agenda para el Desarrollo Sostenible.
En septiembre de 2015, los jefes de Estado que asistieron a la Asamblea General de
las Naciones Unidas (ONU) adoptaron esa histórica Agenda 2030 para el Desarrollo
Sostenible. Una de las nuevas metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)
fue reducir a la mitad el número mundial de muertes y lesiones por accidente de
tráfico de aquí a 2020.
En la siguiente figura puedes apreciar la magnitud del problema de los accidentes de
tráfico en un segmento de población concreto. La tabla refleja las 10 causas
principales de muerte en personas de 15 a 29 años durante el año 2012:
Fuente: World Health Organization, Global Health Estimates, 2014
De otra parte, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó, en marzo de
2010, el periodo 2011–2020 como el Decenio de Acción para la Seguridad Vial con el
La OMS ha dado también su respaldo a un proyecto de seguridad vial multinacional
denominado Visión Cero, cuyo objetivo es lograr un sistema mundial sin muertes ni
lesiones graves en accidentes de tráfico. El proyecto nació en Suecia, que lo aprobó
en su Parlamento en octubre de 1997. A nivel teórico, Visión Cero se basa en el
principio de que la vida y la salud nunca pueden ser sacrificadas por otros beneficios
para la sociedad, en contra de la doctrina tradicional de comparar el coste y los
beneficios de forma que se le asigne un valor monetario a la vida y a la salud y se
utilice ese valor para decidir cuánto dinero invertir en un sistema de tráfico con un
riesgo aceptable.
RECUERDA
La ONU se ha marcado como Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) reducir a la
mitad para 2020 la cifra de 1,25 millones de personas muertas en accidentes de tráfico
en todo el mundo. El organismo impulsa también el proyecto Visión Cero, nacido en
Suecia con el objetivo de eliminar las víctimas mortales y las lesiones graves en
siniestros de carretera.
3. EL MANTENIMIENTO, CLAVE EN LA CONDUCCIÓN SEGURA
Como sabes, los fallos que pueden presentarse en tu vehículo son susceptibles de
crear una situación de riesgo durante la conducción. Con independencia de las
revisiones periódicas que se programen, y además de prestar atención a los testigos
del coche, hay muchas tareas que puedes hacer por ti mismo con poco esfuerzo:
Revisar mensualmente las ruedas y la presión. Deben estar infladas con la
presión correcta. Inspeccionar que no tengan cortes o presenten desgastes.
Si se encuentran gastadas en zonas desiguales, posiblemente se trate bien de
un problema de dirección, bien de alineación o equilibrado de los neumáticos.
Revisar periódicamente el nivel de agua del radiador. No quitar el tapón
cuando el motor se encuentra todavía caliente.
RECUERDA
Aparte de realizar las revisiones correspondientes en el taller, cada conductor puede
vigilar numerosos componentes de su vehículo que pueden comprometer la
seguridad en caso de no funcionar de manera adecuada. Como siempre, hay que
vigilar con especial celo el estado de los neumáticos, único punto de contacto del
coche con la carretera, aunque niveles, filtros, correas y limpiaparabrisas deben ser
también objeto de revisión.
Las reglas y consejos que figuran a continuación son genéricos para toda clase de
vehículos. Los específicos según el tipo de vehículo y el tipo de vía, se detallan más
adelante en este mismo módulo.
4.1. Seis reglas de oro.
Al volante, debes cumplir sin excepciones estos principios básicos:
Ponte el cinturón de seguridad aunque solo vayas a salir del garaje.
No bebas ni te drogues.
Presta toda la atención a la carretera. Las distracciones son la causa de un
tercio de los accidentes mortales, y el uso del móvil ocupa un lugar muy
destacado hoy dentro de ellas: no hables nunca por teléfono si no dispones
de manos libres, y menos aún escribas mensajes mientras conduces.
Descansa lo suficiente para tener tus capacidades y sentidos preparados para
una actividad que es más compleja de lo que tendemos a creer.
Circula a una velocidad adecuada, por supuesto no demasiado deprisa, pero
tampoco de forma injustificadamente lenta.
Mantén la distancia de seguridad, que es aquella que necesitas para detenerte
en caso de frenazo brusco del coche que te precede sin impactar con él. Esa
distancia depende de la velocidad, pero también de las condiciones de
adherencia de la vía, de la capacidad de frenado de tu vehículo y de tu tiempo
de reacción.
En general, la distancia de seguridad se calcula mediante un sencillo cálculo
llamado la Regla del Cuadrado, que estima la distancia necesaria para frenar
por completo en función de la velocidad a la que circulamos. Consiste en
eliminar el primer cero de la cifra de velocidad y multiplicar la cifra resultante
por sí misma.
Con asfalto seco, la distancia de seguridad, según la Regla del Cuadrado, sería:
A 50 km/h, 25 metros (5x5).
A 90 km/h, 81 metros (9x9).
A 100 km/h, 100 metros (10x10).
A 120 km/h, 144 metros (12x12).
Con asfalto mojado, conviene multiplicar la cifra por dos:
A 50 km/h, 50 metros (25x2).
Mantener una distancia de seguridad igual a la que se recorre en tres
segundos, que es el tiempo necesario para realizar una frenada de
emergencia, es la recomendación de la Dirección General de Tráfico para
prevenir accidentes. Si un vehículo circula a 120 kilómetros por hora, en tres
segundos recorrerá algo más de 100 metros, la longitud de un campo de
fútbol: esa puede ser la referencia para calcular la distancia de
seguridad necesaria. La siguiente figura lo sintetiza con toda claridad:
Fuente: RTVE
4.2. El campo visual
La vista proporciona el 80% de la información que recibe el conductor. Es vital por
tanto contar con la zona de visión más amplia posible, que en un coche es
aproximadamente de unos 170 grados, gracias a la ayuda de los espejos retrovisores
y a la posibilidad de girarse. Para mantener un buen campo visual es importante
guardar estas precauciones:
Toda modificación del desplazamiento normal de un vehículo entraña un cierto
riesgo, que varía en función de las condiciones meteorológicas y de la vía y de la
manera en que se realice la maniobra.
4.3.1. Adelantamientos
Suponen, sin ninguna duda, la más arriesgada de todas las maniobras. Como vimos
en el módulo anterior, deben tener siempre una utilidad. Si solo se consigue avanzar
un par de lugares en una fila de automóviles, la ganancia de tiempo es prácticamente
nula mientras que el gasto de combustible es alto y la seguridad vial se ve
comprometida. Para realizar un adelantamiento sin riesgo se precisa:
Verificar que se dispone de espacio y tiempo suficiente. En caso afirmativo,
puede hacerse la maniobra sin necesidad de una aceleración intensa, con un
incremento de velocidad de 10 a 20 km/h aproximadamente. Si es posible,
4.3.2. Giros
Para evitar los potenciales riesgos de los cambios de dirección se deben adoptar una
serie de precauciones:
Señalizar adecuadamente y con tiempo la maniobra que se pretende realizar.
No efectuar un giro si puede resultar peligroso para otro usuario de la vía.
No disminuir bruscamente la velocidad o detenerse sin señalizar antes la
maniobra, ya que pueden circular por detrás o alrededor otros vehículos,
algunos de ellos más vulnerables, como las motos y bicicletas.
En caso de duda sobre la conveniencia de una maniobra, es preferible no
realizarla hasta estar seguro de que no entraña peligro.
4.4. Obstáculos a la circulación
Entendemos por tales todas las circunstancias susceptibles de alterar la normal
marcha del vehículo.
4.4.1. Curvas
Al acercarte a una curva, debes adecuar la velocidad a su trazado, teniendo en cuenta
además el estado del firme y las condiciones meteorológicas. Hay que hacerlo de
forma suave y progresiva, como ya estudiamos. A continuación:
Levanta el pie del acelerador y deja rodar el coche por su propia inercia,
siempre con la marcha engranada.
Frena con suavidad si es necesario para lograr la velocidad que estimes segura.
Reduce de marcha para mejorar la tracción en caso de que el estado del firme
lo aconseje o si aprecias que la curva es más cerrada de lo que parecía.
Tanto las frenadas bruscas al entrar en la curva como los acelerones una vez dentro
y a la salida de ella pueden provocar cambios violentos en la distribución de pesos del
vehículo, con la consiguiente posibilidad de perder el control. Además, como ya
sabemos, hacen aumentar el consumo de combustible y el desgaste de frenos,
amortiguadores y otros componentes.
4.4.2. Pendientes descendentes
En caso de encontrarnos en el camino con bajadas, debemos:
Sin reducir de marcha, levantar el pie del acelerador y dejar descender el
vehículo rodando por su propia inercia.
Si así logramos controlar la velocidad, continuar en la marcha seleccionada.
Si no es así y la velocidad sigue aumentando, frenar gradualmente.
En caso de que la velocidad continúe incrementándose, proceder a reducir a
una velocidad inferior.
En la marcha inferior, volver a repetir los pasos anteriormente dados, y volver
a reducir si es necesario.
Si la pendiente no es pronunciada y las condiciones lo permiten, circular en 5ª
o 6ª marcha.
Algunos coches híbridos y eléctricos cuentan con una posición específica en la
palanca de cambio para ayudar a frenar el vehículo en las pendientes más
pronunciadas. Está diferenciada con la letra ‘B’. En otros modelos, también
existe la posibilidad de utilizar un modo de conducción que retenga más el
vehículo en estas situaciones.
4.4.3. Pendientes ascendentes
Como hemos visto en el módulo dedicado a la conducción eficiente, se aconseja
circular en la marcha más larga posible pisando el acelerador más o menos en los ¾
de su recorrido y reducir a una marcha inferior lo más tarde posible. En el proceso de
aceleración, se cambia de marcha a un número más elevado de revoluciones del
motor, con el fin de contrarrestar el freno al avance que presenta la pendiente.
4.4.4. Cruces
Al acercarse a un cruce es imprescindible disponer de una adecuada visibilidad de la
situación y del panorama del tráfico para poder adoptar una velocidad prudente.
4.4.5. Incorporaciones
Para incorporarse de forma segura a carreteras y autopistas, es necesario acercarse
lo más posible a la velocidad a la que circula el resto de los vehículos en esa vía. La
maniobra, por tanto, puede realizarse a una velocidad relativamente alta si con ello
se asegura la seguridad de la operación. Para conseguir esa velocidad se puede
necesitar llevar el motor a un régimen de giro más elevado o reducir marchas. Sin
embargo, cuando el conductor actúa con anticipación y guarda una conveniente
distancia de seguridad, las aceleraciones pueden realizarse, en la mayoría de los
casos, sin sobrepasar las 2.500 revoluciones.
4.4.6. Rotondas
Cada vez más presentes en nuestras carreteras, las glorietas exigen que, al igual que
las curvas, nos aproximemos a una velocidad razonable. Hay que realizar un
reconocimiento que incluya hacerse cargo de la anchura de la calzada, el tamaño de
la rotonda, la presencia de otros vehículos en circulación o en espera y la existencia
de un carril para bicicletas, por ejemplo.
Puesto que muchos conductores desconocen el modo correcto de circular en las
rotondas (o, si lo saben, hacen caso omiso de ello), recordemos estas reglas básicas:
Las rotondas, al igual que las curvas, se rigen por las mismas normas que un
tramo recto de carretera. Si existen varias posibilidades de carril dentro de
ellas, debemos escoger el idóneo según la salida que queramos tomar. Si
vamos a tomar una de las primeras, tendremos que situarnos en el carril de la
derecha; de lo contrario, nos colocaremos en los carriles interiores para
desplazarnos por la glorieta sin interferir la circulación de otros conductores.
Al acercarse nuestra salida, tomaremos el carril exterior, señalizando
previamente la maniobra. En ningún caso podemos salir de la rotonda si
estamos en alguno de los carriles interiores, pues eso equivaldría a circular por
el carril izquierdo de una autopista y pretender tomar una salida a la derecha,
atravesando para ello todos los carriles intermedios. Ante la imposibilidad de
trasladarnos al carril derecho para tomar nuestra salida, debemos dar otra
vuelta a la rotonda y hacer un segundo intento.
En cuanto a la preferencia de paso, la rotonda se rige por las mismas normas
que los cruces, con la salvedad de que los vehículos que ya están dentro de la
4.4.7. Atascos
Al toparse con una caravana es esencial anticiparse a las reacciones de los demás
conductores y actuar racional y sosegadamente. Evitando, en la medida en que sea
posible, las aceleraciones y detenciones constantes no solo ahorramos combustible
y desgastes innecesarios en el vehículo, sino que evitamos alcances con otros coches
y situaciones de riesgo en general. También contribuimos a la fluidez del tráfico,
porque cada frenazo brusco en un punto equis genera lo que los físicos expertos en
congestión denominan una “onda de reserva” que se propaga por los vehículos que
avanzan por detrás incrementando el embotellamiento. Por cierto, los estudios
demuestran que, por mucho que uno se empeñe en cambiar de carril de modo
constante, no avanza más que otro conductor que mantiene pacientemente su
posición.
4.4.8. Pasos a nivel
Aunque afortunadamente cada vez quedan menos pasos a nivel en España, es muy
importante guardar una serie de cautelas si nos encontramos con uno en la ruta.
Detente a más de cinco metros en caso de observar luces intermitentes,
campanas o semáforos en rojo. Si la barrera está bajando o bajada, debes
detenerte de inmediato. Nunca cruces la vía del tren hasta que la barrera
vuelva a subir por completo y las señales antes citadas se hayan apagado.
No comiences a cruzar hasta tener la seguridad de poder hacerlo sin peligro.
Avanza lentamente, pero no te detengas. Si por alguna razón el vehículo se
para en plena maniobra, sal inmediatamente y aléjate de la vía.
4.4.9. Detenciones
Cuando es necesario detenerse por cualquier razón, ya sea en ciudad o en carretera,
asegúrate de tomar estas precauciones:
Anticiparte a la maniobra y señalizarla de manera apropiada.
Levantar el pie del acelerador y dejar rodar el vehículo por su propia inercia,
con la marcha engranada. No reducir marchas: así evitas el desgaste
innecesario del embrague y la caja de cambios, además del consumo inútil de
combustible que supone pasar por punto muerto.
Frenar de manera progresiva. Con ello alejas la posibilidad de alcances por
parte de los vehículos que circulan a tus espaldas.
4.5. Las condiciones meteorológicas
Aunque lo ideal es conducir con asfalto seco, son muchas las ocasiones en que nos
vemos obligados a hacerlo en circunstancias menos favorables, particularmente en
invierno. A continuación apuntamos algunos consejos para circular según el tipo de
fenómeno meteorológico al que nos enfrentemos:
4.5.1. Lluvia
Es una de las causas más frecuentes de accidente, dado que influye en la disminución
del campo visual y modifica la distancia de frenado. Resulta especialmente peligrosa
cuando comienza a caer, porque el agua se mezcla entonces con los residuos del
pavimento formando una película altamente resbaladiza; se calcula que la adherencia
de los neumáticos se reduce a la mitad en esas circunstancias. En definitiva, con lluvia
debemos:
Incrementar la distancia de seguridad con el vehículo precedente.
Disponer de limpiaparabrisas en buen estado y de luces adecuadas, para ver y
ser vistos.
Reducir la velocidad, sobre todo si aparece el temido “efecto aquaplaning”.
Se trata de una capa de agua que se forma bajo los neumáticos cuando llueve con
virulencia y les impide conservar el contacto con el pavimento, de manera que no hay
posibilidad de acelerar, frenar o girar. Para combatirlo, en lo posible, es fundamental
llevar neumáticos con dibujo suficiente. En todo caso:
Si el ‘aquaplaning’ se presenta en recta: levanta el pie del acelerador y no
hagas movimientos bruscos del volante.
Si se presenta en curva, no aceleres ni gires bruscamente. Mantén el volante
quieto hasta que recuperes el control del vehículo.
4.5.2. Viento
Si sales a carretera con viento, especialmente si es fuerte, recuerda:
Reducir la velocidad y extremar la precaución.
Alejarte lo más posible de camiones, camionetas y turismos con remolques o
caravanas.
Mejor no adelantar porque al hacerlo puede sorprenderte el ‘efecto pantalla’,
que puede hacerte perder el control del vehículo por el cambio repentino del
equilibrio de fuerzas.
Usar un régimen de giro alto porque, cuanto más revolucionado vaya el
motor, más respuesta tendremos y, por lo tanto, mayor seguridad.
Mantenerte en el centro del carril. Un golpe de viento lateral podría hacernos
invadir el carril contrario.
Especial cuidado al salir de túneles y otras zonas resguardadas.
Llevar los neumáticos con la presión recomendada por el fabricante.
4.5.3. Niebla
Este fenómeno atmosférico, responsable de graves choques en cadena, no solo
reduce la visibilidad, sino que va asociado a un incremento de la humedad en la
calzada. Por todo ello conviene:
Reducir la velocidad y mantenerla en un límite razonable y constante. No
frenar con brusquedad para evitar que nos golpeen por detrás.
Utilizar las luces antiniebla delanteras y traseras. Todas las luces son
bienvenidas salvo las largas, que rebotan en la niebla y deslumbran al propio
conductor.
Recurrir para orientarse a la línea blanca a la derecha de la calzada.
4.5.4. Nieve y hielo
En estas condiciones la adherencia de cualquier vehículo es crítica, por lo que se
impone extremar estas precauciones:
Reduce drásticamente la velocidad y hazte bien visible.
Si es necesario frenar, que sea con especial suavidad para evitar el bloqueo de
las ruedas, sobre todo si el vehículo es antiguo y no dispone de ABS.
En caso de perder el control del vehículo, no frenar sino levantar suavemente
el pie del acelerador e intentar guiarlo con el volante hacia zona segura.
Cuando las autoridades o los paneles informativos así lo indiquen, coloca las
cadenas de nieve. Recuerda que se instalan en el eje que ejerce la tracción del
coche.
Si vives en una zona muy húmeda y fría, donde las temperaturas bajan con
frecuencia de los 7º, y puedes permitírtelo, usa neumáticos de invierno.
En previsión de quedar atrapado, lleva un kit básico que incluya mantas,
linternas, una pala y algo de comida. También, por supuesto, combustible de
sobra y el móvil a plena carga.
RECUERDA
Un conductor seguro es aquel que toma las precauciones necesarias para controlar
el entorno y encontrarse en buenas condiciones físicas y psicológicas. Por lo tanto,
elude las situaciones de riesgo, tiene en cuenta las circunstancias meteorológicas y
de la vía y se anticipa a las reacciones de los demás usuarios de la carretera. Y, por
supuesto, no bebe ni se droga, usa siempre el cinturón de seguridad, mantiene la
distancia de seguridad, descansa adecuadamente, no ‘corre’ y presta atención a la
conducción en todo momento (sobre todo, no se distrae con el móvil).
Las pautas reseñadas en el apartado anterior son válidas con carácter general, pero
en el caso de los híbridos y eléctricos puros, hay que tener en cuenta también:
El motor eléctrico entrega todo su par o fuerza de manera instantánea, así que
sé precavido y suave en las arrancadas. Es una cuestión tanto de eficiencia,
según hemos explicado, como de control del vehículo, esto es, de seguridad.
El mecanismo de frenada regenerativa implica que el motor o motores
eléctricos invierten su funcionamiento para recargar la batería. En la práctica,
el conductor percibe que el coche se frena de manera considerable en cuanto
levanta el pie del acelerador. Conviene tenerlo presente sobre todo para
librarse de un posible alcance por parte de los vehículos que circulan por
detrás del nuestro, pero también para extraer todo el potencial de la
tecnología eléctrica.
En el caso de los eléctricos puros, la disposición de las baterías en una posición
muy cercana al suelo y entre los dos ejes les proporciona un punto de
gravedad bajo y un reparto de pesos que suele aproximarse al ideal del 50:50.
Esto se traduce en mayor estabilidad que puedes utilizar en provecho de tu
seguridad, tanto en la conducción normal como cuando se presenta una
situación inesperada que requiere una reacción rápida y solvente; por
ejemplo, esquivar un animal que surge de improviso en la carretera.
En los vehículos híbridos y eléctricos es más marcada si cabe la necesidad de
circular de manera relajada y respetuosa, sin cambios repentinos de velocidad
y manteniendo la distancia de seguridad. Además, evitar los acelerones y
frenazos te permite ahorrar energía, y para ello resulta muy útil hacer uso, si
se tienen, de los sistemas de control de velocidad: ‘cruise control’, limitador
de velocidad y otros dispositivos del mismo género.
RECUERDA
Para sacar el máximo partido de un coche híbrido o eléctrico, y hacerlo de manera
segura, conviene ser suave en las aceleraciones y aprovechar el sistema de frenada
regenerativa. Mantener una velocidad constante, en la medida de lo posible, y la
distancia de seguridad repercute no solo en tu seguridad, sino también en la
eficiencia de uso.
Los vehículos más voluminosos y que transportan grandes cargas exigen del
conductor una atención especial a la seguridad propia y ajena. A continuación puedes
leer un decálogo de sugerencias útiles para los usuarios de furgonetas y otros
vehículos comerciales ligeros:
1. Planificar y gestionar el trabajo en parado para no tener que utilizar el
teléfono, buscar direcciones o anotar mensajes en marcha.
2. No superar el límite de velocidad fijado para este tipo de vehículos.
3. Distribuir y sujetar de manera adecuada la carga. Los objetos más pesados se
deben situar directamente sobre la plataforma y, a ser posible, entre los dos
ejes, para que el reparto de pesos sea el mejor posible, y tienen que amarrarse
firmemente para que no se muevan durante la marcha.
4. Moderar la velocidad y aumentar la distancia de seguridad con el vehículo
cargado, ya que en este caso la inercia en las curvas es mayor y se necesita
más espacio para frenar.
5. Si es necesario, regular la altura de los faros en función de la carga que se
transporte en cada momento con el fin de no deslumbrar a otros conductores.
6. Extremar las precauciones con los usuarios más vulnerables como viandantes,
ciclistas y motociclistas, especialmente en maniobras de marcha atrás por ser
menor la visibilidad.
7. Ampliar todo lo posible el campo visual. Regular bien los espejos retrovisores,
sobre todo en los vehículos panelados, y vigilar los ángulos muertos.
8. Circular por el carril derecho como norma general, sin entorpecer la
circulación ni causar situaciones de riesgo.
9. Realizar un adecuado mantenimiento, con las correspondientes revisiones, y
no alargar el cambio de elementos que puedan comprometer la seguridad,
como neumáticos, frenos y amortiguadores.
10. Sé respetuoso con los demás usuarios de la vía y atente a las seis reglas de oro
que rigen para cualquier conductor.
RECUERDA
Todo vehículo de gran tamaño exige ser especialmente cauteloso. Por su propio peso
y por el que pueden transportar como carga, necesitan más espacio para detenerse
y presentan mayores inercias en las curvas. Por las mismas razones exigen un
mantenimiento escrupuloso de elementos vitales como los neumáticos.
Además de respetar las seis reglas de oro, como cualquier otro conductor, quienes
transportan de manera profesional mercancías o personas deben ser
extremadamente cautelosos en estos aspectos:
Falsos mitos sobre el cinturón de seguridad. Todavía hay voces que suponen
que los profesionales de la conducción no están obligados a llevarlo porque
pasan muchas horas en la carretera. Para desmontar esta creencia basta
recordar que, en caso de producirse un choque y salir despedido por la luna
delantera, el conductor tiene 25 veces más posibilidades de morir que si
hubiera usado el cinturón.
Límites de velocidad y distancia de seguridad. Los camiones y vehículos
grandes en general necesitan una distancia mucho mayor para frenar y tienen
un centro de gravedad más alto. Por eso el conductor debe controlar la
velocidad y estar especialmente atento a los frenazos bruscos para no
impactar con los coches que lo preceden y evitar vuelcos.
Velocidad constante. Es vital en un vehículo de grandes proporciones tanto
desde el punto de vista de la seguridad, como acabamos de señalar, como por
eficiencia, pues cada aceleración y recuperación de velocidad se traduce en
este caso en abultadas cifras de consumo de carburante.
Adelantamientos seguros. Solo se debe adelantar si es de utilidad clara.
Cerciórate de disponer de tiempo y espacio suficientes, no entorpezcas la
circulación de otros usuarios de la vía e invierte el menor tiempo posible en la
maniobra.
Mantenimiento del vehículo. Además de la revisión y mantenimiento
adecuados de los elementos mecánicos, se precisa prestar una atención
particular al estado de los neumáticos para no sufrir reventones en carretera.
Carga y lona bien sujetas. De esta manera el comportamiento de vehículo será
más estable y evitarás movimientos bruscos de la mercancía.
Sueño y descanso. La aparición de bostezos o de la sensación de ‘ojos
pesados’ es señal de que debes parar a descansar, independientemente de
que sea el momento obligatorio de hacerlo. Algunos estudios indican que
permanecer 18 horas sin dormir equivale a tener una concentración de alcohol
en sangre de 0,8 gramos por litro.
‐Puntos ciegos. Los camiones tienen muchos más puntos ciegos que los
vehículos pequeños, a pesar de los numerosos espejos y nuevos sistemas de
visión que incorporan los modelos modernos. Por ello se recomienda que el
conductor preste atención a los retrovisores cada 5 u 8 segundos y siempre
antes de girar, cambiar de carril o hacer una incorporación.
El transporte de grandes cargas o de personas se realiza en vehículos de notable
volumen que precisan de igualmente grandes distancias de frenado. Mantener una
velocidad moderada y constante resulta crucial para desenvolverse con seguridad,
así como para contener el consumo de combustible, que se dispara en las
aceleraciones y recuperaciones de velocidad después de una frenada.
8. PECULIARIDADES DE LA CONDUCCIÓN SEGURA DE VEHÍCULOS 4x4
Circular fuera de carretera con seguridad es una actividad que precisa de prudencia y
pericia, sobre todo al afrontar zonas de curvas, pendientes pronunciadas o terrenos
muy irregulares y resbaladizos. Si utilizamos un todoterreno en el desempeño de
nuestro trabajo, es conveniente tener presente una serie de consejos específicos en
cuestión de seguridad:
Circular a velocidad moderada, en carretera y especialmente ‘off road’.
Hacer un adecuado mantenimiento del vehículo, en particular filtros, luces,
correas y, sobre todo, neumáticos, cuya capacidad de adherencia y tracción
en terreno inestable es primordial.
Mantener una velocidad uniforme. En un vehículo pesado y de aerodinámica
no aventajada como es un todoterreno, lo menos seguro es someterlo a
continuos acelerones y frenazos. Resulta más aconsejable mantener una
velocidad uniforme y una distancia de seguridad apropiada, pues un 4x4
necesita más metros para frenar. Un buen aliado en general es el control de
velocidad de crucero.
Sé respetuoso con los demás usuarios de la vía, en especial si conducen
vehículos más pequeños o si son especialmente vulnerables, como es el caso
de viandantes, ciclistas y motociclistas.
RECUERDA
Un buen mantenimiento y una conducción prudente son de particular relevancia al
ponerse al volante de un vehículo como un todoterreno, que suele ser pesado y no
demasiado aerodinámico. Es fundamental también conocer sus características
técnicas antes de decidir adentrarse en determinados parajes.
La seguridad al volante presenta rasgos diferenciados en función del tipo de vía por
el que se transite. Aquí encontrarás algunas recomendaciones para cada una de ellas.
9.1. Ciudad y periferia.
El tráfico en entornos urbanos y alrededores puede generar altos grados de estrés
por la congestión del tráfico, la acumulación de vehículos de diferentes clases y otros
factores. Por ello conviene adoptar una actitud respetuosa, calmada y atenta a las
acciones de los demás usuarios de la vía.
Por supuesto, hay que respetar los semáforos, los límites de velocidad y la
señalización en general.
Extremar la atención en las proximidades de colegios, hospitales, centros de
ocio y otros de mucha afluencia de público.
Señalizar correctamente cada maniobra por medio de los intermitentes,
frenando siempre con suavidad para evitar alcances.
Respetar la prioridad de paso en intersecciones y cruces. Especial atención en
las muy habituales rotondas, circulando según lo explicado en el apartado
correspondiente de este mismo módulo.
Mantener la distancia de seguridad que permita contar con margen de
maniobra para eludir una colisión.
Antes de aparcar, frenar sin brusquedad, señalizar la maniobra y prestar
atención a los vehículos que circulan por detrás. Ten en cuenta que el que va
por delante puede estar también buscando aparcamiento, así que mantente
a una distancia prudente.
9.2. Carretera.
Solo como recordatorio de lo expuesto anteriormente en este módulo, recordemos:
Hacer una revisión de niveles, filtros, luces y neumáticos antes de iniciar el
recorrido.
Haber descansado lo suficiente y estar en adecuadas condiciones físicas y
emocionales. Se aconseja hacer paradas de 10 minutos cada dos horas,
caminar brevemente y realizar estiramientos, además de ingerir agua o algún
refresco.
En los vehículos que no disponen de luz diurna, es aconsejable encender las
luces de cruce especialmente si hay visibilidad escasa.
9.3. Autovías y autopistas.
En vías rápidas, procuremos:
Utilizar el carril izquierdo solo para efectuar un adelantamiento, y una vez
terminado, volver de manera gradual (sin obligar a frenar al otro vehículo) al
carril derecho.
Debido a la mayor velocidad a la que se circula, es más importante si cabe ver
y ser visto adecuadamente.
Por la misma razón, las maniobras de adelantamiento deben comenzar con
mayor antelación que en carreteras convencionales, y realizarse con un punto
más de celeridad para dejar el paso franco a otros vehículos que puedan
acercarse a velocidad superior.
Mantener la atención a pesar de que el trazado de autovías y autopistas tiende
a ser monótono y tedioso.
9.4. Caminos.
En este caso hay que tener en cuenta algunas cautelas especiales:
Especialmente cuando el sendero presenta firme deslizante, seguir las roderas
de otros vehículos, si las hay.
Si el vehículo no dispone de tracción 4x4 permanente sino conectable,
conectarla al abandonar la carretera y ‘pisar’ campo.
No maniobrar con brusquedad al tiempo que se elude impactar con piedras o
raíces de árbol de gran tamaño.
Circular en todo momento por la derecha. En caso de encontrarte con otro
vehículo de frente, aminorar la velocidad por precaución y para reducir el
posible impacto de las piedras que pueda proyectar. Si es necesario, detente
unos instantes dejando que se disipe la nube de polvo que puede haberse
generado. Cédele el paso si él asciende y tú bajas.
Evitar en lo posible adelantar a otros vehículos y circular cerca de ellos, debido
a la previsible nube de polvo y a la proyección de piedras.
Extremar la precaución en curvas, pendientes pronunciadas y otras zonas de
especial complejidad.
Si es imprescindible abandonar los caminos marcados, por razones de trabajo,
recuerda:
Extremar las cautelas en zonas especialmente resbaladizas, de firme irregular
o con grandes desniveles que podrían llegar a provocar un vuelco. En caso
necesario, conviene bajar del vehículo para inspeccionar el lugar por el que
pretendes pasar.
Al afrontar bajadas de gran inclinación, usar –si se tiene– el control de
descenso, un sistema que asiste electrónicamente al conductor para
mantener el control del vehículo mientras este se desliza lentamente por la
pendiente, todo ello sin derrapar y sin necesidad de pisar el freno. La
reductora cumple el mismo cometido en los 4x4 que la incorporan, y se
emplea en general para transitar por lugares de especial dificultad.
Hay que evitar siempre las inclinaciones laterales del vehículo para prevenir
vuelcos. Es importante también maniobrar con suavidad, girar la dirección sin
brusquedades y evitar acelerones y giros cerrados.
No intentar cruzar arroyos, ríos o lagunas sin comprobar antes cuál es su
profundidad y si nuestro vehículo es capaz de atravesarlos sin grave daño
mecánico o riesgo de quedarse atrapado.
Sé consciente de las capacidades de tu vehículo. En ciertos terrenos solo es
posible aventurarse si disponemos de amplios ángulos de ataque y salida de
pendientes, altura suficiente con respecto al suelo, marchas reductoras,
bloqueos de diferencial, etc. Por supuesto, los neumáticos deben ser los
adecuados para garantizar la tracción en cada terreno, y hallarse en buen
estado.
RECUERDA
Cada contexto de conducción precisa de unas habilidades y cautelas especiales, pues
nada tiene que ver la circulación en ciudad o en carretera con la de tipo ‘off road’. Eso
sí, una actitud responsable y sosegada al volante es la mejor garantía de seguridad en
cualquier terreno.
Los vehículos actuales disponen de diversos sistemas de seguridad pasiva y activa. La
seguridad pasiva comprende aquellos dispositivos que reducen el mínimo los daños
que se pueden producir cuando un accidente es inevitable. La seguridad activa
engloba aquellos que contribuyen a proporcionar una mayor eficacia y estabilidad al
vehículo en marcha y, en la medida de lo posible, a evitar un accidente. En los últimos
años se han incorporado a los nuevos modelos numerosos sistemas que se
denominan genéricamente ‘ayudas a la conducción’ (o ADAS, por las siglas en inglés
de Advanced Driver Assistance Systems), entre las que cabe incluir todas las
tecnologías de conducción automatizada que conducirán en el futuro al vehículo 100%
autónomo. Si quieres saber más sobre seguridad activa y pasiva, y sobre ayudas a la
conducción, puedes consultar las fuentes recogidas al final de la siguiente relación.
Isoba, María Cristina. ‘Manual para la conducción segura’. Asociación civil
Luchemos por la Vida, 2002.
Organización Mundial de la Salud (OMS). ‘Informe sobre la situación mundial
de la seguridad vial 2015’.
Organización de las Naciones Unidas (ONU). ‘Plan Mundial para el Decenio de
Acción para la Seguridad Vial 2011–2020’.
Agencia Nacional de Seguridad Vial, Ministerio del Interior de Argentina.
‘Manual del conductor para el Curso de Seguridad Vial’.
Dirección General de Tráfico (DGT). ‘Distracciones al volante’. Madrid, 2014.
https://www.seguridad‐vial.net/
https://www.race.es/seguridadvial/movilidad
http://blog.racc.es/
‐http://prevencionar.com/
‐https://www.cea‐online.es/blog/128‐seguridad‐activa‐y‐pasiva‐del‐vehiculo
‐https://www.coches.net/noticias/sistemas‐de‐asistencia‐a‐la‐conduccion