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TEMA 12

La detención: Quiénes y
cuándo pueden detener. Plazos,
Procedimiento de "Habeas Corpus'~
Entrada y registro en lugar cerrado
l!il! GUARDIA CIVIL (CIENCIASJUR[OICAS) AUD

1. La detendón: quiénes y cuándo pueden detener. Plazos


1.1. Introducción
Con una Sentencia de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, de 16 de marzo de 1991 (Aran-
zadi n.º 2.168), puede calificarse la detención como la privación a una persona del derecho funda-
mental de la libre deambulación, de trasladarse de un lugar a otro sin cortapisas de clase alguna. En
definitiva, como indica otra Sentencia de dicha Sala, de 13 de febrero de 1991 (Aranzadi n. 0 1.023),
ha de producirse una agresión intencionada a un derecho fundamental de la persona como es el de
su libertad de circulación de la que se le aparta de una manera directa e inmediata.
Así concebida, "esta acción coercitiva puede hacerse de forma justificada o injustificada, sur-
giendo en este último supuesto el delito de detención ilegal genéricamente considerado; pero
existe una forma de comisión específica en los casos en que la detención se haya producido ini-
cialmente de manera legal, pero después deviene en ilegal al ser conculcados los requisitos nor-
mativos que establecen una serie de garantías en favor del detenido. Es decir, en este tipo delic-
tual deben apreciarse dos momentos en que temporalmente puede surgir la ilicitud: el momento
mismo de la detención y los actos posteriores de su desarrollo, de tal forma que si lo ilícito surge
desde el principio no cabe invocarse el carácter público del agente que la realiza, ya que la ilicitud
ab initio priva de cualquier atributo personal al sujeto activo de la acción, ya que, revestido o no de
autoridad, carecía desde el principio, no ya de la obligación de detener, sino también del derecho a
hacerlo" (Sentencia de 16 de marzo de 1991 ).
De estas Sentencias se deducen claramente la nat uraleza de la detención y las consecuencias
de que no se efectúe siguiendo los requ isitos legalmente establecidos, lo que llevaría a la comisión
del delito de detención ilegal a que se refiere el art. 167 del nuevo Código Penal, aprobado por
la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre (CP, en adelante), conforme al cual "la autoridad o
funcionario público que, fuera de los casos permitidos por la Ley, y sin mediar causa por delito,
cometiere alguno de los hechos descritos en los artículos anteriores (encerrar o detener a otro
privándole de su libertad; aprehender a una persona, fuera de los casos permitidos por las leyes,
para presentarla inmediatamente a la autoridad, y secuestrar a una persona, exigiendo alguna con-
dición para ponerla en libertad) será castigado con las penas respectivamente previstas en estos,
en su mitad superior y, además, con la de inhabilitación absoluta por tiempo de ocho a doce años".
Por ello, toda detención debe efec-
tuarse con exacto cumplimiento de lo
dispuesto en el art. 17 de nuestra vi -
gente Constitución, de 27 de diciembre
de 1978 (CE, en lo sucesivo), al que, a la
postre, se remite el art. 489 de la Ley de
Enjuiciamiento Crim inal (LECr, en las si-
guientes citas), al disponer que ningún
español ni extranjero podrá ser detenido
sino en los casos y en la forma que las Le-
yes prescriban .
Establece este art. 17 CE que:
1. Toda persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad. Nadie puede ser privado de su
libertad, sino con la observancia de lo establecido en este artículo y en los casos y en la

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forma previstos en la Ley.
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2. La detención preventiva no podrá durar más del tiempo estrictamente necesario para Ja
realización de las averiguaciones tendentes al esclarecimiento de los hechos, y, en todo
caso, en el plazo máximo de setenta y dos horas, el detenido deberá ser puesto en libertad
o a disposición de la Autoridad Judicial.

3. Toda persona detenida debe ser informada de forma inmediata, y de modo que Je sea com-
prensible, de sus derechos y de las razones de su detención, no pudiendo ser obligada a
declarar. Se garantiza la asistencia de abogado al detenido en las diligencias policiales y
judiciales en los términos que la Ley establezca.

4. La Ley regulará un procedimiento de "habeas corpus" para producir la inmediata puesta a


disposición judicial de toda persona detenida ilegalmente. Asimismo, por la Ley se determi-
nará el plazo máximo de duración de la prisión provisional.

1.2. Supuestos en que procede la detención


Conforme al art. 492 LECr la Autoridad o Agente de Policía Judicial tendrá obligación de detener:
a) A cualquiera que se halle en alguno de los casos del art. 490, es decir:

1. Al que intentare cometer un delito, en el momento de ir a cometerlo.


2. Al delincuente "in fraganti ''.

3. Al que se fugare del establecimiento penal en que se halle extinguiendo condena.

4. Al que se fugare de la cárcel en que estuviere esperando su traslación al establecimien-


to penal o lugar en que deba cumplir la condena que se le hubiese impuesto por sen-
tencia firme.

S. Al que se fugare al ser conducido al establecimiento o lugar mencionado en el número


anterior.

6. Al que se fugare estando detenido o preso por causa pendiente.

7. Al procesado o condenado que estuviere en rebeldía.

b) Al que estuviere procesado por delito que tenga señalada en el Código pena superior a la
de prisión correccional (es decir, en la actualidad, prisión).

c) Al procesado por delito al que esté señalada pena inferior si sus antecedentes o las cir-
cunstancias del hecho hicieren presumir que no comparecerá cuando fuere llamado por la
Autoridad Judicial.

Se exceptúa de lo dispuesto en el párrafo anterior al procesado que preste en el acto fianza


bastante, a juicio de la Autoridad o Agente que intente detenerlo, para presumir racional-
mente que comparecerá cuando le llame el Juez o Tribunal competente.

d) Al que estuviere en el caso del número anterior, aunque todavía no se hallase procesado,
con tal de que concurran las dos circunstancias siguientes:

1. Que la Autoridad o Agente tenga motivos racionalmente bastantes para creer en la


existencia de un hecho que presente los caracteres de delito.

2. Que los tenga también bastantes para creer que la persona a quien intente detener
tuvo participación en él.
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1.3. Forma en que debe efectuarse la detención


Básicamente han de cumplirse los requisitos establecidos en el art. 17 CE, disponiendo el art.
520 LECr que "la detención y la prisión provisional deberán practicarse en la forma que menos per-
judique al detenido o preso en su persona, reputación y patrimonio".

A estos efectos, debe recordarse el principio básico de actuación de las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad recogido en el art. 5,3.0 de la Ley Orgánica 2/1986, de 13 de marzo, de Fuerzas y Cuerpos
de Seguridad (LOFCS, en lo sucesivo), a cuyo tenor:

a) Los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad deberán identificarse debidamente


como tales en el momento de efectuar una detención.

b) Velarán por la vida e integridad física de las personas a quienes detuvieren o que se encuen-
tren bajo su custodia y respetarán el honor y la dignidad de las personas.

c) Darán cumplimiento y observarán con la debida diligencia los trámites, plazos y requisitos
exigidos por el ordenamiento jurídico, cuando se proceda a la detención de una persona .

En concreto, de la conjunción de los arts. 17 CE y 520 LECr, pueden extraerse las siguientes
actuaciones a seguir al proceder a la detención:

a) La detención preventiva no podrá durar más del tiempo estrictamente necesario para la
realización de las averiguaciones tendentes al esclarecimiento de los hechos y, en todo
caso, en el plazo máximo de setenta y dos horas (lo que no significa que deba agotarse
este plazo, sino, antes al contrario, procurar no llegar a su total cumplimiento), el detenido
deberá ser puesto en libertad o a disposición de la Autoridad Judicial.

b) Toda persona detenida será informada, de modo que le sea comprensible (es decir, utilizan-
do un vocabulario y forma de expresión ajustados a la capacidad intelectiva del detenido,
huyendo de tecnicismos que impidan esta comprensión), y de forma inmediata, de los he-
chos que se le imputan y las razones motivadoras de su privación de libertad, así como de
los derechos que le asisten y especialmente de los siguientes:

1. Derecho a guardar silencio no declarando si no quiere, a no contestar alguna o algunas


de las preguntas que le formulen, o a manifestar que sólo declarará ante el Juez.

2. Derecho a no declarar contra sí mismo y a no confesarse culpable.


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3. Derecho a designar Abogado y a solicitar su presencia para que asista a las diligencias
policiales y judiciales de declaración e intervenga en todo reconocimiento de identidad
de que sea objeto. Si el detenido no designara Abogado, se procederá a la designación
de oficio.

4. Derecho a que se ponga en conocimiento del familiar o persona que desee, el hecho de
la detención y el lugar de custodia en que se halle en cada momento. Los extranjeros
tendrán derecho a que las circunstancias anteriores se comuniquen a la Oficina Consu-
lar de su país.

Si se tratare de un menor de edad o incapacitado, la Autoridad bajo cuya custodia se


encuentre el detenido notificará estas circunstancias a quienes ejerzan la patria potes-
tad, la tutela o la guarda de hecho del mismo y, si no fueren halladas, se dará cuenta
inmediata al Ministerio Fiscal. Si el detenido menor o incapacitado fuera extranjero, el
hecho de la detención se notificará de oficio al Cónsul de su país.

5. Derecho a ser asistido gratuitamente por un intérprete, cuando se trate de extranjero


que no comprenda o no hable el castellano.

6. Derecho a ser reconocido por el Médico Forense o su sustituto legal y, en su defecto, por
el de la Institución en que se encuentre, o por cualquier otro dependiente del Estado o
de otras Administraciones Públicas.

1.4. Otros aspectos de la detención


Además de lo anterior, debe tenerse en cuenta que la Policía Local, como se enfatizó en su mo-
mento, es meramente colaboradora de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, por lo que
las actuaciones que en este ámbito realicen deben ser comunicadas de inmediato a dichas Fuerzas
y Cuerpos de Seguridad (art. 53,2.0 LOFCS).

En el mismo sentido, el art. 295 LECr establece que "en ningún caso, salvo el de fuerza mayor,
los funcionarios de Policía Judicial podrán dejar transcurrir más de veinticuatro horas sin dar cono-
cimiento a la Autoridad Judicial o al Ministerio Fiscal de las diligencias que hubieren practicado:'

Por lo demás, no deben olvidarse las previsiones de los arts. 284 a 286 LECr, aplicables a cual-
quier actuación que, en funciones de Policía Judicial, realicen los Policías Locales, según los cuales:

a) Inmediatamente que los funcionarios de Policía Judicial tuvieren conocimiento de un delito


público, o fueren requeridos para prevenir la instrucción de diligencias por razón de algún
delito privado, lo participarán a la Autoridad Judicial o al representante del Ministerio Fiscal,
si pudieren hacerlo sin cesar en la práctica de las diligencias de prevención. En otro caso lo
harán así que las hubieren terminado.

b) Si concurriere algún funcionario de Policía Judicial de categoría superior a la del que estu-
viese actuando, deberá este darle conocimiento de cuanto hubiese practicado, poniéndose
desde luego a su disposición.

A estos efectos, debe entenderse que, si concurre un miembro de las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad del Estado, debe efectuarse la comunicación a que se refiere el art. 53,2. 0 LOFCS,
haciéndose cargo de las actuaciones el mismo, sin que la puesta a disposición antes seña-
lada suponga una dependencia jerárquica o funcional respecto del mismo, sólo predicable,
la segunda, de la Autoridad Judicial y el Ministerio Fiscal.
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c) Cuando la Autoridad Judicial se presentare a formar el sumario, cesarán las diligencias de


prevención que estuviese practicando cualquier Autoridad o Agente de Policía, debiendo
estos entregarlas en el acto a dicha Autoridad Judicial, así como los efectos relativos al deli-
to que se hubiesen recogido, y poniendo a su disposición a los detenidos, si los hubiere.

Finalmente, debe tenerse en cuenta que, con arreglo al art. 495 LECr, no se podrá detener por
simples faltas, a no ser que el presunto reo no tuviese domicilio conocido ni diese fianza bastante,
a juicio de la Autoridad o Agente que intente detenerle.

Y que, en cualquier detención que se efectúe, se recurra o no a la fuerza, no han de olvidarse los
principios básicos de actuación que presiden la intervención de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad,
examinados en otro Tema del programa, en especial los recogidos en el art. 5,3.0 LOFCS, a que antes se
hizo referencia, partiendo de la declaración fundamental del art. 1OCE, según el cual "la dignidad de la
persona, los derechos inviolables que le son inherentes, el libre desarrollo de la personalidad, el respeto
a la Ley y a los derechos de los demás son el fundamento del orden político y de la paz social'; quedando
absolutamente prohibidas las torturas y las penas o tratos inhumanos o degradantes (art. 15 CE).

A estos efectos, el art. 525 LECr prescribe que no se adoptará contra el detenido ninguna medi-
da extraordinaria de seguridad, sino en caso de desobediencia, de violencia o de rebelión, o cuan-
do haya intentado o hecho preparativos para fugarse. Esta medida deberá ser temporal, y sólo
subsistirá el tiempo estrictamente necesario.

1.5. Supuesto especial de detención


El art. 520 bis LECr establece que toda persona detenida como presunto partícipe de alguno de
los delitos a que se refiere el art. 384 bis (cometido por persona integrada o relacionada con bandas
armadas o individuos terroristas o rebeldes) será puesta a disposición del Juez competente dentro
de las setenta y dos horas siguientes a la detención. No obstante, podrá prolongarse la detención
el tiempo necesario para los fines investigadores, hasta un límite máximo de otras cuarenta y ocho
horas, siempre que, solicitada tal prórroga mediante comunicación motivada dentro de las primeras
cuarenta y ocho horas desde la detención, sea autorizada por el Juez en las veinticuatro horas siguien-
tes. Tanto la autorización cuanto la denegación de la prórroga se adoptarán en resolución motivada.

Detenida una persona por los motivos expresados en el párrafo anterior, podrá solicitarse del Juez
que decrete su incomunicación, el cual deberá pronunciarse sobre la misma, en resolución motivada,
en el plazo de veinticuatro horas. Solicitada la incomunicación, el detenido quedará en todo caso
incomunicado sin perjuicio del derecho de defensa que le asiste y de lo establecido en los arts. 520 y
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527 (que limita las condiciones establecidas en el art. 520, en el sentido de que se le nombrará Abo-
gado de oficio, no se pondrá en conocimiento del familiar o persona que desee o de la Oficina Con-
sular, en su caso, el hecho de la detención y el lugar de custodia en que se halle, y no tendrá derecho
a entrevista reservada con su Abogado) hasta que el Juez hubiera dictado la resolución pertinente.
Finalmente, durante la detención, el Juez podrá en todo momento requerir información y co-
nocer, personalmente o mediante delegación en el Juez de Instrucción del partido o demarcación
donde se encuentre el detenido, la situación de este.

1.6. La asistencia letrada al detenido


Como se expuso, el art. 17,3.° CE garantiza a todo detenido la asistencia de Abogado en las
diligencias policiales y judiciales.

En el mismo sentido se manifiesta el art. 520,2.0 ,c) LECr, disponiendo los números 4, 5 y 6 de
este artículo que:

a) La Autoridad Judicial y los funcionarios bajo cuya custodia se encuentre el detenido o preso
se abstendrán de hacerle recomendaciones sobre la elección de Abogado y comunicarán
en forma que permita su constancia al Colegio de Abogados el nombre del Abogado elegi-
do por aquel para su asistencia o petición de que se le designe de oficio.

El Colegio de Abogados notificará al designado dicha elección, a fin de que manifieste su


aceptación o renuncia.

En caso de que el designado no aceptare el referido encargo, no fuere hallado o no compa-


reciere, el Colegio de Abogados procederá al nombramiento de un Abogado de oficio.

El Abogado designado acudirá al centro de detención a la mayor brevedad y, en todo caso, en el


plazo máximo de ocho horas, contadas desde el momento de la comunicación al referido Colegio.

Si transcurrido este plazo, no compareciere injustificadamente Letrado alguno en el lugar


donde el detenido se encuentre, podrá procederse a la práctica de la declaración o del
reconocimiento de aquel, si lo consintiere, sin perjuicio de las responsabilidades contraídas
en caso de incumplimiento de sus obligaciones por parte de los Abogados designados.

b) No obstante, el detenido podrá renunciar a la preceptiva asistencia de Letrado si su deten-


ción lo fuere por hechos susceptibles de ser tipificados exclusivamente como delitos contra
la seguridad del tráfico.
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c) La asistencia del Abogado consistirá en:

1. Solicitar, en su caso, que se informe al detenido de los derechos que le asisten, ya exa-
minados, y que se proceda al reconocimiento médico que, como tal, le corresponde.
2. Solicitar de la Autoridad Judicial o funcionario que hubiesen practicado la diligencia en
que el Abogado haya intervenido, una vez terminada esta, la declaración o ampliación
de los extremos que considere convenientes, así como la consignación en el acta de
cualquier incidencia que haya tenido lugar durante su práctica.
3. Entrevistarse reservadamente con el detenido al término de la práctica de la diligencia
en que hubiere intervenido. Sobre este aspecto, la Fiscalía General del Estado emitió la
Consulta 4/1985, de 20 de mayo, sobre nacimiento del derecho a la entrevista reservada
en caso de no incomunicación.
Por lo demás, este derecho se ve, en parte, limitado en los supuestos de incomunicación del detenido,
sobre la que, al margen de la regulación específica para los presuntos terroristas, dispone el art. 506 LECr
que sólo podrá durar el tiempo absolutamente preciso para evacuar las citas hechas en las indagatorias
relativas al delito que haya dado lugar al procedimiento, sin que por regla general deba durar más de cinco
días, pudiendo asistir el incomunicado, con las precauciones debidas, a las diligencias periciales en que le
dé intervención esta LECr cuando su presencia no pueda desvirtuar el objeto de la incomunicación.
En estos supuestos, a tenor del art. 527 LECr, como se indicó antes, al detenido le será nombra-
do un Abogado de oficio, no se pondrá en conocimiento del familiar o persona que desee o de la
Oficina Consular, en su caso, el hecho de la detención y el lugar de custodia en que se halle y no
tendrá derecho a la entrevista reservada antes aludida.
Finalmente, en esta materia debe tenerse en cuenta la Ley 1/1996, de 1Ode enero, de asistencia
jurídica gratuita.

1.7. Detenciones ilegales


El incumplimiento de la normativa expuesta sobre esta materia puede llevar a incurrir en de-
tenciones ilegales, cuya reprobación puede verificarse en los siguientes ámbitos:
a) Responsabilidad administrativa disciplinaria de los Agentes.
b) Aplicación del "habeas corpus'; al que, a continuación, nos referiremos.
c) Responsabilidad penal por comisión de un delito de detención ilegal, sobre la base de los
arts. 163 a 168 CP.
En concreto, el art. 167 establece que la autoridad o funcionario público que, fuera de los casos
permitidos por la Ley, y sin mediar causa por delito, cometiere alguno de los hechos descritos en los
artículos anteriores será castigado con las penas respectivamente previstas en estos, en su mitad
superior y, además, con la inhabilitación absoluta por tiempo de ocho a doce años.
Estos hechos se recogen en los arts. 163 a 166 en la forma que sigue:
A) El art. 163 dispone que el particular que encerrare o detuviere a otro, privándole de su liber-
tad, será castigado con la pena de prisión de cuatro a seis años.
Si el culpable diera libertad al encerrado o detenido dentro de los tres primeros días de su deten-
ción, sin haber logrado el objeto que se había propuesto, se impondrá la pena inferior en grado.

Se impondrá la pena de prisión de cinco a ocho años si el encierro o detención ha durado


más de quince días.
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El particular que, fuera de los casos permitidos por las leyes, aprehendiere a una persona
para presentarla inmediatamente a la autoridad, será castigado con la pena de multa de
tres a seis meses.

B) El art. 164 se refiere al secuestro, estableciendo que el secuestro de una persona exigiendo
alguna condición para ponerla en libertad, será castigado con la pena de prisión de seis a
diez años. Si en el secuestro se hubiera dado la circunstancia del art. 163.3 (más de quince
días de duración), se impondrá la pena superior en grado, y la inferior en grado si se dieren
las condiciones del art. 163.2 (puesta en libertad del secuestrado dentro de los tres prime-
ros días, sin haber logrado el objetivo propuesto).

C) El art. 165, por su parte, prescribe que las penas de los artículos anteriores se impondrán en
su mitad superior, en los respectivos casos, si la detención ilegal o secuestro se ha ejecutado
con simulación de autoridad o función pública, o la víctima fuere menos de edad o incapaz
o funcionario público en el ejercicio de sus funciones.

D) Por último, el art. 166, señala que el reo de detención ilegal o secuestro que no dé razón del
paradero de la persona detenida será castigado, según los casos, con las penas superiores
en grado a las señaladas en los artículos anteriores, salvo que la haya dejado en libertad.

Para concluir, el art. 168 establece que la provocación, la conspiración y la proposición para co-
meter los delitos previstos en este Capítulo se castigarán con la pena inferior en uno o dos grados
a la señalada al delito de que se trate.

1.8. La orden europea de detención y entrega

1.8.1. Introducción
Antes de concluir este epígrafe sobre la detención, y al margen de las consideraciones estricta-
mente procesales recogidas en la LECr, hemos de aludir a la orden europea de detención y entre-
ga, regulada por la Ley 23/2014, de 20 de noviembre, de reconocimiento mutuo de resoluciones
penales en la Unión Europea (L 23/2014, en las restantes citas), que ha derogado expresamente la
anterior Ley reguladora de esta materia: la Ley 3/2003, de 14 de marzo, sobre la orden europea de
detención y entrega.
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1.8.2. Disposiciones generales


Los arts. 34 a 36 de esta Ley 23(2014 contienen las disposiciones generales sobre esa materia, definien-
do el primero de ellos a la orden europea de detención y entrega como "una resolución judicial dictada en
un Estado miembro de la Unión Europea con vistas a la detención y la entrega por otro Estado miembro de
una persona a la que se reclama para el ejercicio de acciones penales o para la ejecución de una pena o una
medida de seguridad privativas de libertad o medida de internamiento en centro de menores''.
Por lo que se refiere a las Autoridades competentes en España para emitir y ejecutar una
orden europea de detención y entrega, son (art. 35) :
1. Son autoridades judiciales competentes para emitir una orden europea de detención y en-
trega el Juez o Tribunal que conozca de la causa en la que proceda tal tipo de órdenes.
2. La autoridad judicial competente para ejecutar una orden europea de detención será el
Juez Central de Instrucción de la Audiencia Nacional. Cuando la orden se refiera a un menor
la competencia corresponderá al Juez Central de Menores.

Sobre el contenido de la orden europea de detención y entrega dispone el art. 36 que la


orden europea de detención y entrega se documentará en el formulario que figura en el anexo 1 de
esta Ley 23/2014, con mención expresa a la siguiente información:
a) La identidad y nacionalidad de la persona reclamada.
b) El nombre, la dirección, el número de teléfono y de fax y la dirección de correo electrónico
de la autoridad judicial de emisión.
c) La indicación de la existencia de una sentencia firme, de una orden de detención o de cual-
quier otra resolución judicial ejecutiva que tenga la misma fuerza prevista en este Título.
d) La naturaleza y tipificación legal del delito.
e) Una descripción de las circunstancias en que se cometió el delito, incluidos el momento, el
lugar y el grado de participación en el mismo de la persona reclamada.
f) La pena dictada, si hay una sentencia firme, o bien, la escala de penas que establece la legis-
lación para ese delito.

g) Si es posible, otras consecuencias del delito.


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1.8.3. Emisión y transmisión de una orden europea de detención y entrega


Los arts. 37 a 46, inclusive, Ley 23/2014 regulan la emisión y transmisión de la orden europea
de detención y entrega, prescribiendo el primero de ellos que la autoridad judicial española podrá
dictar una orden europea de detención y entrega en los siguientes supuestos:

a) Con el fin de proceder al ejercicio de acciones penales, por aquellos hechos para los que la
ley penal española señale una pena o una medida de seguridad privativa de libertad cuya
duración máxima sea, al menos, de doce meses, o de una medida de internamiento en
régimen cerrado de un menor por el mismo plazo.

b) Con el fin de proceder al cumplimiento de una condena a una pena o una medida de segu-
ridad no inferior a cuatro meses de privación de libertad, o de una medida de internamien-
to en régimen cerrado de un menor por el mismo plazo.

El art. 38 trata de la posibilidad de llevar a efecto una toma de declaración previa a la emisión
de una orden europea de detención y entrega, a cuyos efectos señala que, con carácter previo a
la emisión de una orden europea de detención y entrega, el Juez competente podrá solicitar auto-
rización al Estado en el que se encuentre la persona reclamada con el fin de tomarle declaración a
través de una solicitud de auxilio judicial al amparo del Convenio de Asistencia Judicial en materia
penal entre los Estados miembros de la Unión Europea, de 29 de mayo de 2000.
Sobre los requisitos para la emisión en España de una orden europea de detención y en-
trega, prescribe el art 39 que:

1. La autoridad judicial española podrá dictar una orden europea de detención y entrega para
el ejercicio de acciones penales cuando, concurriendo los requisitos para ello previstos en
esta Ley, concurran además los previstos en la Ley de Enjuiciamiento Criminal para acordar
el ingreso en prisión preventiva del reclamado o los de la Ley Orgánica 5/2000, de 12 de
enero, reguladora de la responsabilidad penal de los menores, para acordar el internamien-
to cautelar de un menor.
2. Asimismo, la autoridad judicial española sólo podrá dictar una orden europea de detención
y entrega para el cumplimiento de pena por el reclamado cuando, concurriendo los requi-
sitos para ello previstos en esta Ley, no sea posible la sustitución ni la suspensión de la pena
privativa de libertad a que haya sido condenado.
3. Con carácter previo a la emisión, el Juez acordará mediante providencia el traslado al Minis-
terio Fiscal y, en su caso, a la acusación particular para informe, que deberá evacuarse en el
plazo de dos días, salvo que razones de urgencia exijan hacerlo en un plazo más breve. Sólo
si el Ministerio Fiscal o, en su caso, la acusación particular interesara la emisión de la orden
europea de detención y entrega para el ejercicio de acciones penales, podrá acordarlo el
Juez, por auto motivado.
Respecto a la transmisión de una orden europea de detención y entrega, dispone el art. 40 que:
1. Cuando se conozca el paradero de la persona reclamada, la autoridad judicial española
podrá comunicar directamente a la autoridad judicial competente de ejecución la orden
europea de detención y entrega.
2. En caso de no ser conocido dicho paradero, la autoridad judicial de emisión española podrá deci-
dir introducir una descripción de la persona reclamada en el Sistema de Información Schengen.

3. Sin perjuicio de lo dispuesto en el apartado 1 la autoridad judicial española podrá decidir,


en cualquier circunstancia, introducir una descripción de la persona reclamada en el Siste-
ma de Información Schengen.
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4. Las citadas descripciones se efectuarán de conformidad con lo dispuesto en el artículo 95


del Convenio de Aplicación del Acuerdo de Schengen de 14 de junio de 1985, relativo a la
supresión gradual de los controles en las fronteras comunes, de 19 de junio de 1990. Una
descripción en el Sistema de Información Schengen, acompañada de la información que
figura en el artículo 36, equivaldrá a todos los efectos a una orden europea de detención y
entrega.

5. Si no es posible recurrir al Sistema de Información Schengen, la autoridad judicial española


podrá recurrir a los servicios de INTERPOL para la comunicación de la orden europea de
detención y entrega .

6. La autoridad judicial española remitirá una copia de las órdenes europeas de detención y
entrega enviadas al Ministerio de Justicia.

7. El Ministerio del Interior comunicará al Ministerio de Justicia las detenciones y las entregas
practicadas en ejecución de las órdenes europeas de detención y entrega .
El art. 41 prevé la posibilidad de remisión de información complementaria, al indicar que,
con posterioridad a la transmisión de la orden europea de detención y entrega, la autoridad judicial
española de emisión podrá remitir a la autoridad judicial de ejecución cuanta información comple-
mentaria sea de utilidad para proceder a su ejecución, ya sea de oficio, a instancia del Ministerio
Fiscal o, en su caso, de la acusación particular, así como a instancia de la propia autoridad de ejecu-
ción que así lo interese.

Por su parte, el art. 42 contempla la solicitud de entrega de objeto, prescribiendo que, cuan-
do la autoridad judicial española emita una orden europea de detención y entrega podrá solicitar,
cuando sea necesario, a las autoridades de ejecución que, de conformidad con su derecho interno,
entreguen los objetos que constituyan medios de prueba o efectos del delito y que se adopten las
medidas de aseguramiento pertinentes. La descripción de los objetos solicitados se hará constar en
el Sistema de Información Schengen.
Sobre la solicitud de entregas temporales y de toma de declaración en el Estado de ejecu-
ción, dispone el art. 43 que:

1. La entrega temporal del reclamado sólo podrá solicitarse para el ejercicio de acciones pe-
nales contra él, sin que sea posible para que el reclamado cumpla en España una pena ya
impuesta.
2. Se podrá solicitar la entrega temporal, incluso antes de que la autoridad de ejecución se
haya pronunciado sobre la entrega definitiva, para llevar a cabo la práctica de diligencias
penales o la celebración de la vista oral.
3. Con la misma finalidad, podrá solicitarse la entrega temporal si la autoridad de ejecución,
tras haber acordado la entrega de la persona reclamada, decidiera suspender la misma por
estar pendiente en el Estado de ejecución la celebración de juicio o el cumplimiento de una
pena impuesta por un hecho distinto del que motivare la orden europea de detención y
entrega.
El art. 44 trata de la respuesta en los casos de entrega condicionada, prescribiendo que, si
la autoridad de ejecución condicionara la entrega de su nacional o residente a que el mismo sea
devuelto al Estado de ejecución para el cumplimiento de la pena o medida de seguridad privativa
de libertad o de la medida de internamiento de un menor que pudieran pronunciarse contra él en
España, cuando la autoridad judicial española de emisión fuese requerida para comprometerse
en tal sentido, el Juez o Tribunal oirá a las partes personadas por tres días y tras ello dictará auto
aceptando o no la condición.
318 1
AUD LA DETENCIÓN: QUIENES YCUANDO PUEDEN DETENER 11111

El auto que comprometiese a transmitir al otro Estado la ejecución de la pena o medida pri-
vativa de libertad será vinculante para todas las autoridades judiciales que, en su caso, resulten
competentes en las fases ulteriores del procedimiento penal español.
Sobre el procedimiento cuando el reclamado es puesto a disposición de la autoridad judi-
cial española de emisión, establece el art. 45 que:

1. Si la orden europea de detención y entrega se hubiera emitido para el ejercicio de acciones


penales, cuando el reclamado sea puesto a disposición de la autoridad judicial española
que emitió la orden, se convocará una comparecencia por esta en los plazos y forma previs-
tos en la Ley de Enjuiciamiento Criminal o, cuando proceda, en la Ley Orgánica reguladora
de la responsabilidad penal de los menores, a fin de resolver sobre la situación personal del
detenido. La autoridad judicial española deducirá del período máximo de prisión preventi-
va cualquier período de privación de libertad que haya sufrido el reclamado derivado de la
ejecución de una orden europea de detención y entrega.
2. Si la orden europea de detención y entrega se hubiera emitido para el cumplimiento de
una pena privativa de libertad por el penado, cuando el reclamado sea puesto a disposición
de la autoridad judicial española que emitió la orden, esta decretará su ingreso en prisión
como penado a resultas de la causa que motivó la emisión de la orden europea. La autori-
dad judicial española deducirá del período total de privación de libertad que haya de cum-
plirse en España como consecuencia de una condena a una pena o medida de seguridad
privativa de libertad, cualquier período de privación de libertad derivado de la ejecución de
una orden europea de detención y entrega.
El art. 46, obliga a la comunicación de incidencias al Ministerio de Justicia, señalando que la
autoridad judicial española comunicará al Ministerio de Justicia los incumplimientos de plazos en
la entrega del detenido que fueran imputables al Estado de ejecución, así como las denegaciones
o dificultades reiteradas al reconocimiento y ejecución de las órdenes europeas de detención y
entrega emitidas por España.
El Ministerio de Justicia comunicará a EUROJUST los supuestos de incumplimiento reiterado
señalados en el párrafo anterior en las ejecuciones de órdenes europeas de detención y entrega
emitidas por España.

1.8.4. Ejecución de una orden europea de detención yentrega


A la ejecución de la orden europea de detención y entrega se dedican los arts. 47 a 59 Ley
23/2014, disponiendo el primero de ellos sobre los hechos que dan lugar a la entrega que:

1. Cuando la orden europea de detención y entrega hubiera sido emitida por un delito que
pertenezca a una de las categorías de delitos enumeradas en el apartado 1 del artículo
20 (que contiene una relación de delitos, como los de terrorismo, trata de seres humanos,
pertenencia a organización delictiva, explotación sexual, corrupción, informáticos, racismo
y xenofobia, etc., sobre los que se dispone que cuando una orden o resolución dictada en
otro Estado miembro sea transmitida a España para su reconocimiento y ejecución, estos
instrumentos no estarán sujetos al control de la doble tipificación por el Juez o Tribunal
español, en la medida en que se refiera a alguno de estos delitos enumerados y se cumplan
las condiciones exigidas por la Ley para cada tipo de instrumento de reconocimiento mu-
tuo), y dicho delito estuviera castigado en el Estado de emisión con una pena o una medida
de seguridad privativa de libertad o con una medida de internamiento en régimen cerrado
de un menor cuya duración máxima sea, al menos, de tres años, se acordará la entrega de la
persona reclamada sin control de la doble tipificación de los hechos.
319
11i/I GUARDIA CIVIL (CIENCIAS JURIDICAS) .AUD

2. En los restantes supuestos no contemplados en el apartado anterior, siempre que estén


castigados en el Estado de emisión con una pena o medida de seguridad privativa de li-
bertad o con una medida de internamiento en régimen cerrado de un menor cuya dura-
ción máxima sea, al menos, de doce meses o, cuando la reclamación tuviere por objeto el
cumplimiento de condena a una pena o medida de seguridad no inferior a cuatro meses
de privación de libertad, la entrega podrá supeditarse al requisito de que los hechos que
justifiquen la emisión de la orden europea de detención y entrega sean constitutivos de un
delito conforme a la legislación española, con independencia de los elementos constituti-
vos o la calificación del mismo.

Respecto a la denegación de la ejecución de una orden europea de detención y entrega,


prescribe el art. 48 que:

1. La autoridad judicial de ejecución española denegará la ejecución de la orden europea de


detención y entrega, además de en los supuestos previstos en los artículos 32 y 33 (sobre
motivos generales para la denegación del reconocimiento o la ejecución de medidas que
se hayan solicitado y sobre resoluciones dictadas en ausencia del imputado, respectiva-
mente) en los casos siguientes:

a) Cuando la persona reclamada haya sido indultada en España de la pena impuesta por
los mismos hechos en que se funda la orden europea de detención y entrega y este
fuera perseguible por la jurisdicción española.

b) Cuando se haya acordado el sobreseimiento libre en España por los mismos hechos.

c) Cuando sobre la persona que fuere objeto de la orden europea de detención y entrega
haya recaído en otro Estado miembro de la Unión Europea una resolución definitiva
por los mismos hechos que impida definitivamente el posterior ejercicio de diligencias
penales.

d) Cuando la persona objeto de la orden europea de detención y entrega haya sido juzga-
da definitivamente por los mismos hechos en un tercer Estado no miembro de la Unión
Europea, siempre que, en caso de condena, la sanción haya sido ejecutada o esté en
esos momentos en curso de ejecución o ya no pueda ejecutarse en virtud del Derecho
del Estado de condena.

e) Cuando la persona que sea objeto de la orden europea de detención y entrega aún no
pueda ser, por razón de su edad, considerada responsable penalmente de los hechos en
que se base dicha orden, con arreglo al Derecho español.
2. La autoridad judicial de ejecución española podrá denegar la ejecución de la orden euro-
pea de detención y entrega en los casos siguientes:

a) Cuando la persona que fuere objeto de la orden europea de detención y entrega esté
sometida a un procedimiento penal en España por el mismo hecho que haya motivado
la orden europea de detención y entrega.

b) Cuando la orden europea de detención y entrega se haya dictado a efectos de ejecu-


ción de una pena o medida de seguridad privativa de libertad, siendo la persona recla-
mada de nacionalidad española, salvo que consienta en cumplir la misma en el Estado
de emisión. En otro caso, deberá cumplir la pena en España .

c) Cuando la orden europea de detención y entrega se refiera a hechos que se hayan co-
metido fuera del Estado emisor y el Derecho español no permita la persecución de di-
chas infracciones cuando se hayan cometido fuera de su territorio.
AUD LA DETENCIÓN: QUIENES YCUANDO PUEDEN DETENER 11111

Por su parte, el art. 49 contempla la denegación de la ejecución de una orden europea de


detención y entrega por haberse dictado en ausencia del imputado, disponiendo que:

1. Además de los casos previstos en el artículo 33, la autoridad judicial española podrá dene-
gar también la ejecución de la orden europea de detención y entrega cuando el imputado
no haya comparecido en el juicio del que derive la resolución, a menos que en la orden
europea de detención y entrega conste, de acuerdo con los demás requisitos previstos en
la legislación procesal del Estado de emisión, que no se notificó personalmente al imputa-
do la resolución pero se le notificará sin demora tras la entrega, momento en el que será
informado de su derecho a un nuevo juicio o a interponer un recurso, con indicación de los
plazos previstos para ello, con la posibilidad de que de ese nuevo proceso en el que tendría
derecho a comparecer, derivase una resolución contraria a la inicial.

2. En caso de que una orden europea de detención y entrega se emita con el fin de ejecu-
tar una pena privativa de libertad o una orden de detención con arreglo a las condiciones
del apartado anterior y el interesado no haya recibido con anterioridad información oficial
sobre la existencia de una acción penal contra él, dicha persona, al ser informada del con-
tenido de la orden europea de detención y entrega, podrá solicitar a efectos meramente
informativos recibir una copia de la sentencia con carácter previo a su entrega.

La autoridad de emisión, a través de la autoridad judicial española, proporcionará al intere-


sado la copia de la sentencia con carácter inmediato, sin que la solicitud de la copia pueda
en ningún caso demorar el procedimiento de entrega ni la decisión de ejecutar la orden
europea de detención y entrega.

3. En caso de que una persona sea entregada en las condiciones previstas en el apartado 1
de este artículo y haya solicitado un nuevo proceso o interpuesto un recurso, se revisará su
detención, ya sea periódicamente o a solicitud del interesado, de acuerdo con la legislación
del Estado de emisión, a los efectos de determinar su posible suspensión o interrupción,
hasta que las actuaciones hayan finalizado.

En cuanto a la detención y puesta a disposición de la autoridad judicial, establece el art. 50 que:

1. La detención de una persona afectada por una orden europea de detención y entrega se
practicará en la forma y con los requisitos y garantías previstos por la Ley de Enjuiciamiento
Criminal.

2. En el plazo máximo de setenta y dos horas tras su detención, la persona detenida será pues-
ta a disposición del Juez Central de Instrucción de la Audiencia Nacional. Esta circunstancia
será comunicada a la autoridad judicial de emisión.

3. Puesta la persona detenida a disposición judicial, se le informará de la existencia de la or-


den europea de detención y entrega, de su contenido, de la posibilidad de consentir en el
trámite de audiencia ante el Juez y con carácter irrevocable su entrega al Estado emisor, así
como del resto de los derechos que le asisten.

Acto seguido, el art. 51 trata de la audiencia del detenido y decisión sobre la entrega, pres-
cribiendo que:

1. La audiencia de la persona detenida se celebrará en el plazo máximo de setenta y dos horas


desde la puesta a disposición, con asistencia del Ministerio Fiscal, del abogado de la perso-
na detenida y, en su caso, de intérprete, debiendo realizarse conforme a lo previsto para la
declaración del detenido por la Ley de Enjuiciamiento Criminal. Asimismo, se garantizará el
derecho de defensa y, cuando legalmente proceda, la asistencia jurídica gratuita.
321
Fli GUARDIA CIVIL (CIENCIAS JURIDJCAS} AUD

2. En primer lugar, se oirá a la persona detenida sobre la prestación de su consentimiento


irrevocable a la entrega.

Si la persona detenida fuera español o residente en España, se le oirá también sobre si soli-
cita ser devuelta a España para cumplir la pena o medida de seguridad privativa de libertad
que pudiera pronunciar en su contra el Estado de emisión.

3. Si la persona detenida consintiera en su entrega, se extenderá acta comprensiva de este ex-


tremo, que será suscrita por la persona detenida, su abogado y, en su caso, el intérprete, así
como el Fiscal y el Juez. En la misma acta se hará constar la renuncia a acogerse al principio
de especialidad, si se hubiere producido.

En todo caso, el Juez Central de Instrucción comprobará si el consentimiento a la entrega


por parte de la persona detenida ha sido prestado libremente y con pleno conocimiento
de sus consecuencias, en especial de su carácter irrevocable. De la misma forma procederá
respecto de la renuncia a acogerse al principio de especialidad.

4. Si la persona afectada hubiera consentido ser entregada al Estado de emisión y el Juez Central
de Instrucción no advirtiera causas de denegación o condicionamiento de la entrega, acorda-
rá mediante auto su entrega al Estado de emisión. Contra este auto no cabrá recurso alguno.

S. Si no hubiere consentido, el Juez Central de Instrucción convocará a las partes para la ce-
lebración de vista, que deberá celebrarse en un plazo máximo de tres días y a la que asis-
tirá el Ministerio Fiscal, la persona reclamada asistida de abogado y, si fuera necesario, de
intérprete. En dicha vista podrán practicarse los medios de prueba admitidos relativos a la
concurrencia de causas de denegación o condicionamiento de la entrega. El Juez Central de
Instrucción oirá a las partes sobre tales extremos y admitirá o denegará la prueba propuesta
para acreditar las causas alegadas.

6. Si la prueba no pudiera practicarse en el curso de la audiencia, el Juez fijará plazo para su prác-
tica, teniendo en cuenta la necesidad de respetar los plazos máximos previstos en esta Ley.

7. Si la persona reclamada hubiese quedado en libertad provisional y no hubiera comparecido


a la vista a pesar de estar debidamente citada en su comparecencia ante el Juez Central de
Instrucción, se celebrará la misma en su ausencia y se resolverá lo que en derecho proceda.

8. El Juez Central de Instrucción resolverá mediante auto que deberá dictarse en el plazo
máximo de diez días tras la vista. Contra este auto podrá interponerse recurso de apelación
directo ante la Sala de lo penal de la Audiencia Nacional, en los términos previstos en la Ley
de Enjuiciamiento Criminal, el cual tendrá carácter preferente.

El art. 52 se refiere a la decisión sobre el traslado temporal o toma de declaración de la


persona reclamada, señalando que:

1. Cuando la orden europea de detención y entrega emitida tenga por finalidad el ejercicio de
acciones penales, si la autoridad judicial de emisión lo solicita, el Juez Central de Instrucción
acordará, oído el Ministerio Fiscal por plazo de tres días, que se tome declaración a la perso-
na reclamada o que se la traslade temporalmente al Estado de emisión.

2. La toma de declaración de la persona reclamada se llevará a cabo por la autoridad judicial


de emisión que se traslade a España, con la asistencia en su caso de la persona que designe
de conformidad con el Derecho del Estado de emisión, debiendo designarse intérprete a fin
de que se traduzcan al español los aspectos esenciales de la diligencia. Deberá practicarse
en presencia de la autoridad judicial española, que velará porque la misma se practique
según lo previsto por la ley española y en las condiciones pactadas entre ambas autori-
.AUD LA DETENCIÓN: QUIENES YCUANDO PUEDEN DETENER 11111

dades judiciales, que podrán incluir el respeto a los requisitos y formalidades exigidos por
la legislación del Estado de emisión siempre y cuando no sean contrarios a los principios
fundamentales de nuestro ordenamiento jurídico. En todo caso, se respetará el derecho a la
asistencia letrada del detenido, su derecho a no declarar contra sí mismo y a no confesarse
culpable, así como a ser asistido de un intérprete.

En esta diligencia se contará también con presencia del Secretario judicial, que dejará cons-
tancia del cumplimiento de las condiciones previstas en este artículo y las pactadas entre
las autoridades judiciales que conocen del procedimiento.

3. En caso de haberse acordado el traslado temporal de la persona detenida, se llevará a cabo


en las condiciones y con la duración que se acuerde con la autoridad judicial de emisión.
En todo caso, la persona reclamada deberá volver a España para asistir a las vistas que le
conciernan en el marco del procedimiento de entrega.

Respecto a la situación personal de la persona reclamada, señala el art. 53 que:

1. En el curso de la audiencia o de la vista a que se refiere el artículo 51, el Juez Central de Ins-
trucción, oído en todo caso el Ministerio Fiscal, decretará la prisión provisional o la libertad
provisional, adoptando medidas cautelares que resulten necesarias y proporcionadas para
asegurar la plena disponibilidad del reclamado, de conformidad con las previsiones de la
Ley de Enjuiciamiento Criminal.

2. El Juez resolverá atendiendo a las circunstancias del caso y la finalidad de asegurar la ejecu-
ción de la orden europea de detención y entrega.

3. En cualquier momento del procedimiento y en atención a las circunstancias del caso, el


Juez, oído el Ministerio Fiscal, podrá acordar que cese la situación de prisión provisional,
pero en tal caso deberá adoptar alguna o algunas de las medidas cautelares referidas en el
apartado 1 de este artículo.

4. Contra las resoluciones judiciales a que se refiere este artículo cabrá recurso de apelación
ante la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, en las mismas condiciones establecidas en
el apartado 8 del artículo 51 . Procederá la celebración de vista cuando lo solicite alguna de
las partes.

Sobre los plazos para la ejecución de una orden europea de detención y entrega, prescribe
el art. 54 que:

1. La orden europea de detención y entrega se tramitará y ejecutará con carácter de urgencia.


2. Si la persona reclamada consiente la entrega, la resolución judicial deberá adoptarse en los
diez días siguientes a la celebración de la audiencia.

3. Si no media consentimiento, el plazo máximo para adoptar una resolución firme será de
sesenta días desde que se produjera la detención.
4. Cuando por razones justificadas no se pueda adoptar la decisión en los plazos señalados,
estos podrán prorrogarse por otros treinta días. Se comunicará a la autoridad judicial de
emisión tal circunstancia y sus motivos y se mantendrán entretanto las condiciones necesa-
rias para la entrega.

El art. 55 contempla la posibilidad de decisión de entrega condicionada, señalando que:

1. Cuando la infracción en que se basa la orden europea de detención y entrega esté cas-
tigada con una pena o una medida de seguridad privativa de libertad a perpetuidad, la
ejecución de la orden europea de detención y entrega por la autoridad judicial española
323
11!11 GUARDIA CIVIL (CIENCIAS JUR[DICAS) .AUD

estará sujeta a la condición de que el Estado miembro de emisión tenga dispuesto en su


ordenamiento una revisión de la pena impuesta o la aplicación de medidas de clemencia a
las cuales la persona se acoja con vistas a la no ejecución de la pena o medida.

2. Asimismo, cuando la persona que fuere objeto de la orden europea de detención y entrega a
efectos de entablar una acción penal fuera de nacionalidad española o residente en España, su
entrega se podrá supeditar, después de ser oída al respecto, a la condición de que sea devuelta a
España para cumplir la pena o medida de seguridad privativas de libertad que pudiere pronun-
ciar en su contra el Estado de emisión. El cumplimiento de esta condición se articulará a través de
lo dispuesto para la resolución de cumplimiento de penas o medidas privativas de libertad.

A su vez, el art. 56 trata de la decisión de entrega suspendida, disponiendo que, cuando la


persona reclamada tenga algún proceso penal pendiente ante la jurisdicción española por un he-
cho distinto del que motive la orden europea de detención y entrega, la autoridad judicial espa-
ñola, aunque haya resuelto dar cumplimiento a la orden, podrá suspender la entrega hasta la ce-
lebración de juicio o hasta el cumplimiento de la pena impuesta. En este caso la autoridad judicial
española acordará, si así lo solicitara la autoridad judicial de emisión, la entrega temporal de la
persona reclamada en las condiciones que formalice por escrito con dicha autoridad judicial y que
tendrán carácter vinculante para todas las autoridades del Estado miembro emisor.

Sobre la decisión en caso de concurrencia de solicitudes, prescribe el art. 57 que:

1. En el caso de que dos o más Estados miembros hubieran emitido una orden europea de
detención y entrega en relación con la misma persona, la decisión sobre la prioridad de
ejecución será adoptada por el Juez Central de Instrucción, previa audiencia del Ministerio
Fiscal, teniendo en cuenta todas las circunstancias y, en particular, el lugar y la gravedad re-
lativa de los delitos, las respectivas fechas de las órdenes, así como el hecho de que la orden
se haya dictado a efectos de la persecución penal o a efectos de ejecución de una pena o
una medida de seguridad privativas de libertad.

2. En caso de concurrencia entre una orden europea de detención y entrega y una solicitud
de extradición presentada por un tercer Estado, la autoridad judicial española suspenderá
el procedimiento y remitirá toda la documentación al Ministerio de Justicia. La propuesta
de decisión sobre si debe darse preferencia a la orden europea de detención y entrega o a
la solicitud de extradición se elevará por el Ministro de Justicia al Consejo de Ministros, una
vez consideradas todas las circunstancias y, en particular, las contempladas en el apartado 1
y las mencionadas en el convenio o acuerdo aplicable. Este trámite se regirá por lo dispues-
to en la Ley 4/1985, de 21 de marzo, de Extradición Pasiva .

3. En caso de que se decida otorgar preferencia a la solicitud de extradición, se notificará a la au-


toridad judicial española, que lo pondrá en conocimiento de la autoridad judicial de emisión.

En caso de que se decida otorgar preferencia a la orden europea de detención y entrega, se


notificará a la autoridad judicial española al objeto de que se continúe con el procedimien-
to en el trámite en el que se suspendió.

4. Lo dispuesto en este artículo se entiende sin perjuicio de las obligaciones derivadas del
Estatuto de la Corte Penal Internacional.
Respecto a la entrega de la persona reclamada, según el art. 58:

1. La entrega de la persona reclamada se hará efectiva por agente de la autoridad española,


previa notificación a la autoridad designada al efecto por la autoridad judicial de emisión
del lugar y fechas fijados, siempre dentro de los diez días siguientes a la decisión judicial de
entrega .
AUD LA DETENCIÓN: QUIENES YCUANDO PUEDEN DETENER 11111

2. Si por causas ajenas al control de alguno de los Estados de emisión o de ejecución no pu-
diera verificarse en este plazo, las autoridades judiciales implicadas se pondrán en contacto
inmediatamente para fijar una nueva fecha, dentro de un nuevo plazo de diez días desde la
fecha inicialmente fijada.

3. Excepcionalmente, la autoridad judicial podrá suspender provisionalmente la entrega por


motivos humanitarios graves, pero esta deberá realizarse en cuanto dichos motivos dejen
de existir. La entrega se verificará en los diez días siguientes a la nueva fecha que se acuerde
cuando dichos motivos dejen de existir.

4. En caso de que hubiere de ser suspendida o aplazada la entrega de la persona reclamada


por tener algún proceso penal pendiente en España y estuviese privado de libertad, deberá
garantizarse que la autoridad judicial española que conoce del procedimiento de la orden
europea de detención y entrega recibe la información sobre la futura puesta en libertad del
reclamado para que adopte inmediatamente la decisión que corresponda sobre su situa-
ción personal a efectos de su entrega a la autoridad de ejecución.
Si la persona reclamada estuviera cumpliendo condena, el centro penitenciario deberá po-
ner en conocimiento de la autoridad judicial española que conozca del procedimiento de
la orden europea de detención y entrega la fecha efectiva de cumplimiento con, al menos,
quince días de antelación, para que este pueda adoptar la decisión que corresponda sobre
su situación personal.
En el caso de que la persona reclamada se encuentre en prisión provisional en una causa
abierta en España, el Tribunal que conozca de ese procedimiento deberá poner inmediata-
mente al reclamado a disposición de la autoridad judicial española que conozca del proce-
dimiento de orden europea de detención y entrega, comunicando con antelación suficien-
te su decisión de acordar la libertad en su procedimiento, para que se adopte en el plazo de
setenta y dos horas la decisión sobre su situación personal para garantizar la ejecución de
la entrega.
5. Transcurridos los plazos máximos para la entrega sin que la persona reclamada haya sido
recibida por el Estado de emisión, se procederá a la puesta en libertad de la persona recla-
mada o la aplicación de las medidas que procedan con arreglo a la Ley de Enjuiciamiento
Criminal si tuviere alguna causa pendiente en España, sin que ello sea fundamento para la
denegación de la ejecución de una posterior orden europea de detención y entrega basada
en los mismos hechos.
6. En todo caso, en el momento de la entrega el Secretario judicial pondrá en conocimiento
de la autoridad judicial de emisión el período de privación de libertad que haya sufrido la
persona a que se refiera la orden europea de detención y entrega, a fin de que sea deducido
de la pena o medida de seguridad que se imponga, así como si el detenido renunció o no al
principio de especialidad.
Por último, sobre la entrega de objetos, establece el art. 59 que:
1. A petición de la autoridad judicial emisora o por propia iniciativa, el Juez Central de Ins-
trucción intervendrá y entregará, de conformidad con el Derecho interno, los objetos que
constituyan medio de prueba o efectos del delito, sin perjuicio de los derechos que el Es-
tado español o terceros puedan haber adquirido sobre los mismos. En este caso, una vez
concluido el juicio, se procederá a su restitución.
2. Los objetos mencionados en el apartado anterior deberán entregarse aun cuando la orden
europea de detención y entrega no pueda ejecutarse debido al fallecimiento o la evasión
de la persona reclamada.
325
l!ilJ GUARDIA CIVIL (CIENCIAS JURÍDICAS) AUD

3. En el caso de que los bienes estén sujetos a embargo o decomiso en España, la autoridad
judicial española podrá denegar su entrega o efectuarla con carácter meramente temporal,
si ello es preciso para el proceso penal pendiente.

1.8.S. Otras disposiciones


Los arts. 60 a 62 Ley 23/2014 concluyen con la regulación general de la orden europea de de-
tención y entrega, refiriéndose el art. 60 a la aplicación del principio de especialidad a la ejecu-
ción de una orden europea de detención y entrega, a cuyos efectos dispone que:
1. El consentimiento o autorización para el enjuiciamiento, condena o detención con vistas
a la ejecución de una pena o de una medida de seguridad privativa de libertad, por toda
infracción cometida antes de la entrega de una persona y que sea distinta de la que motivó
dicha entrega al Estado español, se presumirá que existe siempre que el Estado de la auto-
ridad judicial de ejecución haya notificado a la Secretaría General del Consejo de la Unión
Europea su disposición favorable al respecto, salvo que en un caso particular la autoridad
judicial de ejecución declare lo contrario en su resolución de entrega.
2. Si no se hubiese notificado la declaración a que se refiere el apartado anterior, la persona
entregada a España no podrá ser procesada, condenada o privada de libertad por una in-
fracción cometida antes de su entrega distinta de la que hubiere motivado esta, salvo que
el Estado de ejecución lo autorizase. A tal efecto, la autoridad judicial de emisión española
presentará a la autoridad judicial de ejecución una solicitud de autorización, acompañada
de la información mencionada en el artículo 36.
3. En el supuesto de que España sea el Estado de ejecución, en tanto no se practique la noti-
ficación a la Secretaría General del Consejo a que se refiere el apartado l, para el enjuicia-
miento, condena o detención con vistas a la ejecución de una condena o medida de segu-
ridad privativa de libertad por toda infracción cometida antes de la entrega de una persona
y que sea distinta de la que motivó dicha entrega, el Estado de emisión deberá solicitar la
autorización a la que se refiere el apartado anterior.
Para resolver sobre la autorización se oirá al Ministerio Fiscal por el plazo de cinco días. He-
cho lo cual, deberá ser designado abogado para la defensa de los intereses del reclamado,
si no lo tuviera, y se le dará traslado para que pueda formular alegaciones en plazo de cinco
días. El Juez Central de instrucción resolverá por auto motivado en el plazo de diez días, sin
que la tramitación de la solicitud recibida pueda exceder del plazo de treinta días desde su
recepción. Se concederá la autorización si se dieran las condiciones para ejecutar una or-
den europea de detención y entrega y no concurriera ninguna de las causas previstas para
denegar la ejecución de esta.
4. Los apartados anteriores no serán de aplicación cuando concurra alguna de las siguientes
circunstancias:
a) Cuando la persona hubiere renunciado expresamente ante la autoridad judicial de eje-
cución al principio de especialidad antes de la entrega .
b) Cuando la persona hubiere renunciado expresamente, después de la entrega, a acoger-
se al principio de especialidad en relación con determinadas infracciones anteriores a
su entrega. La renuncia se efectuará ante la autoridad judicial competente del Estado
miembro emisor, y se levantará acta de la misma con arreglo al derecho interno de este.
La renuncia se efectuará en condiciones que pongan de manifiesto que la persona lo ha
hecho voluntariamente y con plena conciencia de las consecuencias que ello acarrea.
Con este fin, la persona tendrá derecho a la asistencia de un abogado.
326
AUD LA DETENCIÓN: QUIENES YCUANDO PUEDEN DETENER 11111

c) Cuando, habiendo tenido la oportunidad de salir del territorio del Estado miembro al
que haya sido entregada, la persona no lo haya hecho en un plazo de cuarenta y cinco
días desde su puesta en libertad definitiva, o haya vuelto a dicho territorio después de
haber salido del mismo.

d) Cuando la infracción no sea sancionable con una pena o medida de seguridad privati-
vas de libertad.

e) Cuando el proceso penal no concluye con la aplicación de una medida restrictiva de la


libertad individual de la persona.
f) Cuando la persona esté sujeta a una pena o medida no privativa de libertad, incluidas
las sanciones pecuniarias, o a una medida equivalente, aun cuando dicha pena o medi-
da pudieren restringir su libertad individual.
Por su parte, el art. 61 trata de la entrega ulterior a una extradición, señalando que:
1. En caso de que la persona reclamada haya sido extraditada a España desde un tercer Estado,
y de que la misma estuviere protegida por disposiciones del acuerdo en virtud del cual hu-
biere sido extraditada relativas al principio de especialidad, la autoridad judicial española de
ejecución solicitará la autorización del Estado que la haya extraditado para que pueda ser en-
tregada al Estado de emisión. los plazos contemplados en el artículo 54 empezarán a contar
en la fecha en que dichas reglas relativas al principio de especialidad dejen de aplicarse.
2. En tanto se tramita la autorización, la autoridad judicial española de ejecución garantizará
que siguen dándose las condiciones materiales necesarias para una entrega efectiva.
Finalmente, sobre la extradición ulterior, prescribe el art. 62 que:
1. Cuando una persona haya sido entregada a España en virtud de una orden europea de de-
tención y entrega, si es solicitada posteriormente su extradición por un Estado que no sea
miembro de la Unión Europea, no podrá otorgarse dicha extradición sin el consentimiento
de la autoridad judicial de ejecución que acordó la entrega, a cuyo efecto el Juez Central de
Instrucción cursará la pertinente solicitud.
2. Si las autoridades judiciales españolas hubieran acordado la entrega de una persona a otro
Estado miembro de la Unión Europea, en virtud de una orden europea de detención y en-
trega, y les fuera solicitado su consentimiento por las autoridades judiciales de emisión
con el fin de proceder a su extradición a un tercer Estado no miembro de la Unión Europea,
dicho consentimiento se prestará de conformidad con los convenios bilaterales o multilate-
rales en los que España sea parte, teniendo la petición de autorización la consideración de
demanda de extradición a estos efectos.

2. Procedimiento de "Habeas Corpus"


2.1. Introducción
Como se expuso, el art. 17,4.° CE establece que la ley regulará un procedimiento de "habeas
corpus" para producir la inmediata puesta a disposición judicial de toda persona detenida ilegal-
mente''. Esta institución, con antecedentes remotos en nuestro Derecho histórico, como, por ejem-
plo, el "recurso de manifestación de personas" del Reino de Aragón, persigue, como señala la Ex-
posición de Motivos de la ley Orgánica 6/1984, de 24 de mayo, reguladora del procedimiento de
"Habeas Corpus" (lHC, en las restantes llamadas), establecer remedios rápidos y eficaces para los
327
l i!ll GUARDIA CIVIL (CIENCIAS JURÍDICAS) AUD

eventuales supuestos de detenciones de la persona no justificados legalmente, o que transcurran


en condiciones ilegales, configurándose como una comparecencia del detenido ante el Juez (com-
parecencia de la que proviene etimológicamente la expresión que da nombre al procedimiento),
que permite al ciudadano, privado de libertad, exponer sus alegaciones contra las causas de la
detención o las condiciones de la misma, al objeto de que el Juez resuelva, en definitiva, sobre la
conformidad a Derecho de la detención.

Los principios que inspiran este procedimiento son los siguientes, que recoge la Exposición de
Motivos LHC:

a) Agilidad, absolutamente necesaria para conseguir que la violación ilegal de la libertad de la


persona sea reparada con la máxima celeridad, consiguiéndose a través de la institución de
un procedimiento judicial sumario y extraordinariamente rápido, de forma que debe con-
cluir en el plazo de veinticuatro horas. Con esto se garantiza que las detenciones ilegales, o
mantenidas en condiciones ilegales, finalizarán con la mayor brevedad.

b) Sencillez y carencia de formalismos, lo que se manifiesta en la posibilidad de la compare-


cencia verbal y en la no necesidad del Abogado y Procurador, evitándose dilaciones inde-
bidas y permitiéndose el acceso al "habeas corpus" de todos los ciudadanos, con indepen-
dencia de su nivel de conocimiento de sus derechos y de sus medios económicos.
c) Generalidad del procedimiento, lo que implica que ningún particular o Agente de la Auto-
ridad puede sustraerse al control judicial de la legalidad de la detención de las personas,
sin que quepa en este sentido excepción de ningún género, ni siquiera en lo referente a la
Autoridad Militar.
Asimismo, supone la legitimación de una pluralidad de personas para instar el procedi-
miento, siendo de destacar la legitimación conferida al Ministerio Fiscal y al Defensor del
Pueblo como garantes de los derechos de los ciudadanos.
d) Universalidad, de manera que el procedimiento de "habeas corpus" alcanza no sólo a los
supuestos de detención ilegal -ya porque la detención se produzca contra lo legalmente
establecido, ya porque tenga lugar sin cobertura jurídica-, sino también a las detenciones
que, ajustándose originariamente a la legalidad, se mantienen o prolongan ilegalmente o
tienen lugar en condiciones ilegales.

2.2. Objeto e incoación del procedimiento


Según el art. 1 LHC, mediante este procedimiento se podrá obtener la inmediata puesta a dis-
posición de la Autoridad Judicial competente de cualquier persona detenida ilegalmente, conside-
rándose personas ilegalmente detenidas:
a) Las que lo fueren por una Autoridad, Agente de la misma, funcionario público o particular,
sin que concurran los supuestos legales, o sin haberse cumplido las formalidades preveni-
das y requisitos exigidos por las Leyes.
b) Las que estén ilícitamente internadas en cualquier establecimiento o lugar.
c) Las que lo estuvieran por plazo superior al señalado en las Leyes si, transcurrido el mismo,
no fuesen puestas en libertad o entregadas al Juez más próximo al lugar de la detención.

d) Las privadas de libertad a quienes no les sean respetados los derechos que la Constitución
y las Leyes Procesales garantizan a toda persona detenida.
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Podrán instar este procedimiento:

a) El privado de libertad, su cónyuge o persona unida por análoga relación de afectividad;


descendientes, ascendientes, hermanos y, en su caso, respecto a los menores y personas
incapacitadas, sus representantes legales.
b) El Ministerio Fiscal.

c) El Defensor del Pueblo.

Asimismo, lo podrá iniciar, de oficio, el Juez competente para conocer de esta solicitud, es decir,
el de Instrucción del lugar en que se encuentre la persona privada de libertad; si no constare, el del
lugar en que se produzca la detención, y, en defecto de los anteriores, el del lugar donde se hayan
tenido las últimas noticias sobre el paradero del detenido. Si la detención obedece a la aplicación
de la Ley Orgánica que desarrolla lo supuestos previstos en el art. 55,2.° CE (en relación con las
investigaciones correspondientes a la actuación de bandas armadas o elementos terroristas), el
procedimiento deberá seguirse ante el Juez Central de Instrucción correspondiente. Y, en el ámbito
de la Jurisdicción Militar, será competente para conocer de esta solicitud el Juez Togado Militar de
Instrucción constituido en la cabecera de la circunscripción jurisdiccional en la que se efectuó la
detención.

El procedimiento se iniciará, salvo cuando se incoe de oficio, por medio de escrito o compare-
cencia, no siendo preceptiva la intervención de Abogado ni de Procurador, haciéndose constar en
dicho escrito o comparecencia:

a) El nombre y circunstancias personales del solicitante y de la persona para la que solicita el


amparo judicial.

b) El lugar en que se halle el privado de libertad, Autoridad o persona bajo cuya custodia se
encuentre, si fueren conocidos, y todas aquellas circunstancias que pudieran resultar rele-
vantes.

c) El motivo concreto por el que se solicita el "habeas corpus''.

A estos efectos, la Autoridad gubernativa, Agente de la misma o funcionario público, estarán


obligados a poner inmediatamente en conocimiento del Juez competente la solicitud de "habeas
corpus" formulada por la persona privada de libertad que se encuentre bajo su custodia, siendo
apercibidos por el Juez si incumplieren esta obligación, sin perjuicio de las responsabilidades pe-
nales y disciplinarias en que pudieran incurrir.
Finalmente, promovida la solicitud, el Juez examinará la concurrencia de los requisitos para su
tramitación y dará traslado de la misma al Ministerio Fiscal. Seguidamente, mediante Auto, acordará
la incoación del procedimiento, o, en su caso, denegará la solicitud por ser esta improcedente. Este
Auto se notificará al Ministerio Fiscal y contra la resolución que se adopte no cabrá recurso alguno.

2.3. Procedimiento
En el Auto de incoación, el Juez ordenará a la Autoridad a cuya disposición se halle la persona
privada de libertad o a aquel en cuyo poder se encuentre, que la ponga de manifiesto ante él, sin
pretexto ni demora alguna, o se constituirá en el lugar donde aquella se encuentre.

Antes de dictar resolución, oirá el Juez a la persona privada de libertad o, en su caso, a su repre-
sentante legal y Abogado, si lo hubiera designado, así como al Ministerio Fiscal. Acto seguido, oirá
en justificación de su proceder a la Autoridad, Agentes, funcionario público o representante de la
329
l!ili GUARDIA CIVIL (CIENCIAS JURIDICAS) AUD

institución o persona que hubiere ordenado o practicado la detención o internamiento y, en todo


caso, a aquella bajo custodia se encontrase la persona privada de libertad, a todos los cuales dará a
conocer el Juez las declaraciones del privado de libertad.

El Juez admitirá, si las estima pertinentes, las pruebas que aporten las personas antes señaladas
y las que propongan que puedan practicarse en el acto.

Y en el plazo de veinticuatro horas, contadas desde que sea dictado el Auto de incoación, prac-
ticará todas las actuaciones explicitadas en este subapartado, dictando la resolución que proceda .

2.4. Resolución
Practicadas las actuaciones antes expuestas, el Juez, mediante Auto motivado, adoptará segui-
damente alguna de estas resoluciones (art. 8 LHC):

a) Si estima que no se da ninguna de las circunstancias a que se refiere el art. 1 LHC, acordará
el archivo de las actuaciones, declarando ser conforme a Derecho la privación de libertad y
las circunstancias en que se está realizando.

b) Si estima que concurre alguna de las circunstancias de dicho art. l, se acordará en el acto
alguna de las siguientes medidas:
1. La puesta en libertad del privado de esta, si lo fuese ilegalmente.
2. Que continúe la situación de privación de libertad de acuerdo con las disposiciones
legales aplicables al caso, pero, si lo considerase necesario, en establecimiento distinto,
o bajo la custodia de personas distintas de las que hasta entonces la detentaban.
3. Que la persona privada de libertad sea puesta inmediatamente a disposición judicial, si
ya hubiera transcurrido el plazo legalmente establecido para su detención.

2.5. Otras actuaciones


Finalmente, conforme al art. 9 LHC, el Juez deducirá testimonio de los particulares pertinentes
para la persecución y castigo de los delitos que hayan podido cometerse por quienes hubieran
ordenado la detención, o tenido bajo su custodia a la persona privada de libertad .
En los casos de delito de denuncia falsa o simulación de delito se deducirá, asimismo, testimonio de
los particulares pertinentes, al efecto de determinar las responsabilidades penales correspondientes.
En todo caso, si se apreciare temeridad o mala fe, será condenado el solicitante al pago de las
costas del procedimiento; en caso contrario, estas se declararán de oficio.

3. Entrada y registro en lugar cerrado


3.1. Introducción
El art. 18,2.° CE establece, como derecho fundamental de los ciudadanos, el de inviolabilidad
del domicilio, al disponer que "el domicilio es inviolable. Ninguna entrada o registro podrá hacerse
en él sin consentimiento del titular o resolución judicial, salvo en caso de flagrante delito".
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AUD LA DETENCIÓN: QUIENES YCUANDO PUEDEN DETENER 11111

Por su parte, el art. 21 de la Ley Orgánica 1/1992, de 21 de febrero, sobre Protección de la Segu-
ridad Ciudadana, cuyo número 2 fue declarado inconstitucional (quedando, por lo tanto, derogado,
en virtud de lo dispuesto en la Disposición Derogatoria de la propia Constitución) por la sentencia
341 /1993, de 18 de noviembre, del Pleno del Tribunal Constitucional, dispone que:

1. Los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad sólo podrán proceder a la entrada y registro
en domicilio en los casos permitidos por la Constitución y en los términos que fijen las Leyes.

2. (Este número, como se ha expuesto, se declaró inconstitucional, por lo que ha quedado de-
rogado, disponiendo en su primitiva redacción que "a los efectos de lo dispuesto en el pá-
rrafo anterior, será causa legítima para la entrada y registro en domicilio por delito flagrante
el conocimiento fundado por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad que les lleve a
la constancia de que se está cometiendo o se acaba de cometer alguno de los delitos que,
en materia de drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas, castiga el Código
Penal, siempre que la urgente intervención de los agentes sea necesaria para impedir la
consumación del delito, la huida del delincuente o la desaparición de los efectos o instru-
mentos del delito").

3. Será causa legítima suficiente para la entrada en domicilio la necesidad de evitar daños in-
minentes y graves a las personas y a las cosas, en supuestos de catástrofe, calamidad, ruina
inminente u otros semejantes de extrema y urgente necesidad.

En tales supuestos, y para la entrada en edificios ocupados por organismos oficiales o en-
tidades públicas, no será preciso el consentimiento de la autoridad o funcionario que los
tuviere a su cargo.

4. Cuando por las causas previstas en el presente artículo las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad
entrasen en un domicilio, remitirán sin dilación el acta o atestado que redactaren a la auto-
ridad judicial competente.

En este contexto, el art. 17 de la Ley 4/1981, de 1 de junio, reguladora de los estados de alarma,
excepción y sitio, al tratar del estado de excepción, prescribe que:

1. Cuando la autorización del Congreso comprenda la suspensión del artículo dieciocho, dos,
de la Constitución (es decir, que quede suspendido, durante dicho estado de excepción,
el derecho a la inviolabilidad del domicilio), la Autoridad gubernativa podrá disponer ins-
pecciones y registros domiciliarios si lo considera necesario para el esclarecimiento de los
hechos presuntamente delictivos o para el mantenimiento del orden público.

2. La inspección o el registro se llevarán a cabo por la propia Autoridad o por sus agentes, a los
que proveerá de orden formal y escrita.
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1!!11 GUARDIA CIVIL (CIENCIAS JURÍDICAS) MAD

3. El reconocimiento de la casa, papeles y efectos, podrá ser presenciado por el titular o encar-
gado de la misma o por uno o más individuos de su familia mayores de edad y, en todo caso,
por dos vecinos de la casa o de las inmediaciones, si en ellas los hubiere, o, en su defecto,
por dos vecinos del mismo pueblo o del pueblo o pueblos limítrofes.
4. No hallándose en ella al titular o encargado de la casa ni a ningún individuo de la familia, se
hará el reconocimiento en presencia únicamente de los dos vecinos indicados.
S. La asistencia de los vecinos requeridos para presenciar el registro será obligatoria y coerci-
tivamente exigible.

6. Se levantará acta de la inspección o registro, en la que se harán constar los nombres de las perso-
nas que asistieren y las circunstancias que concurriesen, así como las incidencias a que diere lugar.
El acta será firmada por la autoridad o el agente que efectuare el reconocimiento y por el dueño o
familiares y vecinos. Si no supieran o no quisiesen firmar se anotará también esta incidencia.
7. La autoridad gubernativa comunicará inmediatamente al Juez competente las inspeccio-
nes y registros efectuados, las causas que los motivaron y los resultados de los mismos,
remitiéndole copia del acta levantada.
En estas disposiciones se contienen, como puede observarse, las normas constitucionales y
fundamentales sobre la entrada y registro en domicilio, debiendo estarse, como desarrollo de las
mismas, a lo dispuesto en los arts. 545 a 588 LECr, que tratan "de la entrada y registro en lugar cerra-
do, del de libros y papeles y de la detención y apertura de la correspondencia escrita y telegráfica';
especialmente los arts. 545 a 572.
En base a estos artículos, señalamos, a continuación las características esenciales de la entrada
y registro en lugar cerrado, circunscribiéndonos a las realizadas respecto de los particulares (sin
hacer mención a la regulación contenida en estos artículos respecto de los Palacios Reales, Emba-
jadas, Consulados, buques, etc.).

3.2. Normas generales sobre la entrada y registro en lugar cerrado


El art. 545 LECr reproduce la norma general sobre esta materia, estableciendo que "nadie podrá
entrar en el domicilio de un español o extranjero residente en España sin su consentimiento, excep-
to en los casos y en la forma expresamente previstos en las leyes".
A estos efectos, se entiende que presta su consentimiento (art. 551 LECr) aquel que, requerido
por quien hubiere de efectuar la entrada y el registro para que los permita, ejecuta por su parte
los actos necesarios que de él dependan para que puedan tener efecto, sin invocar el derecho a la
inviolabilidad del domicilio.
Y se considera domicilio (art. 554,2 .. 0 LECr, modificado por la Ley 37 /2011 , de 1O de octubre, de
medidas de agilización procesal) :
1.0 Los Palacios Reales, estén o no habitados por el Monarca al tiempo de la entrada o registro.

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2.0 El edificio o lugar cerrado, o la parte de él destinada principalmente a la habitación de cual-


quier español o extranjero residente en España y de su familia.
3.0 Los buques nacionales mercantes.
4.0 Tratándose de personas jurídicas imputadas, el espacio físico que constituya el centro de
dirección de las mismas, ya se trate de su domicilio social o de un establecimiento depen-
diente, o aquellos otros lugares en que se custodien documentos u otros soportes de su
vida diaria que quedan reservados al conocimiento de terceros
La LECr, en este contexto, distingue entre la entrada y registro en el domicilio propiamente
dicho y la entrada y registro en edificios y lugares públicos, en la forma que luego se verá.
Finalmente, como excepción a la necesidad de la previa autorización judicial, el art. 553 LECr dispone
que "los Agentes de policía podrán, asimismo, proceder de propia autoridad a la inmediata detención de
las personas cuando haya mandamiento de prisión contra ellas, cuando sean sorprendidas en flagrante
delito, cuando un delincuente, inmediatamente perseguido por los Agentes de la autoridad, se oculte
o refugie en alguna casa o, en casos de excepcional o urgente necesidad, cuando se trate de presuntos
responsables de las acciones a que se refiere el artículo 384 bis (relativas a bandas armadas e individuos
terroristas o rebeldes), cualquiera que fuese el lugar o domicilio donde se ocultasen o refugiasen, así
como al registro que, con ocasión de aquella, se efectúe en dichos lugares y a la ocupación de los efectos
e instrumentos que en ellos se hallasen y que pudieran guardar relación con el delito perseguido.
Del registro efectuado, conforme a lo establecido en el párrafo anterior, se dará cuenta inme-
diata al Juez competente, con indicación de las causas que lo motivaron y de los resultados obteni-
dos en el mismo, con especial referencia a las detenciones que, en su caso, se hubieran practicado.
Asimismo, se indicarán las personas que hayan intervenido y los incidentes ocurridos''.

3.3. Entrada y registro en edificios y lugares públicos


A tenor del art. 546 LECr, el Juez o Tribunal que conociere de la causa podrá decretar la entrada
y registro, de día o de noche, en todos los edificios y lugares públicos, sea cualquiera el territorio en
que radiquen, cuando hubiere indicios de encontrarse allí el procesado o efectos o instrumentos del
delito, o libros, papeles u otros objetos que puedan servir para su descubrimiento y comprobación.
Se reputan edificios o lugares públicos (art. 547 LECr):
1. Los que estuvieren destinados a cualquier
servicio oficial, militar o civil del Estado, de
la Comunidad Autónoma, de la Provincia o
del Municipio, aunque habiten allí los en-
cargados de dicho servicio o los de la con-
servación y custodia del edificio o lugar.
2. Los que estuvieren destinados a cual-
quier establecimiento de reunión o re-
creo, fueren o no lícitos.
3. Cualesquiera otros edificios o lugares ce-
rrados que no constituyeren domicilio de
un particular en la forma antes expuesta.
4. Los buques del Estado.
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liill GUARDIA CIVIL (CIENCIAS JURÍDICAS) AUD

En los supuestos previstos en los números 1 y 3, el Juez remitirá un oficio a la Autoridad o Jefe
de que aquellos dependan en la misma población y, si este no contestare en el término que se le
fije en el oficio, se notificará el auto en que se disponga la entrada y registro al encargado de la
conservación o custodia del edificio o lugar en que se hubiere de entrar y reg istrar. Si se tratare de
buques del Estado, las comunicaciones se dirigirán a los Comandantes respectivos (art. 564 LECr.).
Y en el supuesto del número 2, la notificación se hará a la persona que se halle al frente del esta-
blecimiento de reunión o recreo, o a quien haga sus veces si aquel estuviere ausente (art. 565 LECr).

3.4. Entrada y registro en domicilios


Conforme al art. 550 LECr, podrá asimismo el Juez instructor ordenar en los casos indicados en
el artículo 546 (referidos a los edificios y lugares públicos, ya examinados) la entrada y registro, de
día o de noche, si la urgencia lo hiciere necesario, en cualquier edificio o lugar cerrado o parte de él,
que constituya domicilio de cualquier español o extranjero residente en España, pero precediendo
siempre el consentimiento del interesado conforme se previene en el art. 18,2.° CE, o a falta de con-
sentimiento, en virtud de auto motivado, que se notificará a la persona interesada inmediatamente,
o lo más tarde dentro de las veinticuatro horas de haberse dictado.

El auto de entrada y registro en el domicilio de un particular será siempre fundado, y el Juez


expresará en él concretamente el edificio o lugar cerrado en que haya de verificarse, si tendrá lugar
tan sólo de día y la Autoridad o funcionario que los haya de practicar (art. 558 LECr). Y se notificará
al particular afectado; y si no fuere habido a la primera diligencia en busca, a su encargado. Si no
fuere tampoco habido el encargado, se hará la not ificación a cualquier otra persona mayor de edad
que se hallare en el domicilio, prefiriendo para esto a los individuos de la familia del interesado. Si
no se halla a nadie, se hará constar por diligencia, que se extenderá con asistencia de dos vecinos,
los cuales deberán firmarla (art. 566 LECr).

3.5. Forma de efectuar la entrada y registro


Con carácter general, el art. 567 LECr dispone que "desde el momento en que el Juez acuerde
la entrada y registro en cualquier edificio o lugar cerrado, adoptará las medidas de vigilancia con-
venientes para evitar la fuga del procesado o la sustracción de los instrumentos, efectos del delito,
libros, papeles o cualesquiera otras cosas que hayan de ser obj eto del registro:'
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Por su parte, el art. 568 siguiente señala que "practicadas las diligencias que se establecen en
los artículos anteriores (que hemos venido estudiando), se procederá a la entrada y registro, em-
pleando para ello, si fuere necesario, el auxilio de la fuerza :'
El art. 569 LECr recoge las siguientes previsiones:

a) El registro se hará a presencia del interesado, o de la persona que legítimamente le represente.

b) Si aquel no fuere habido o no quisiere concurrir ni nombrar representante, se practicará a


presencia de un individuo de su familia mayor de edad.

c) Si no lo hubiere, se hará a presencia de dos testigos, vecinos del mismo pueblo.


d) El registro se practicará siempre en presencia del Secretario del Juzgado o Tribunal que lo
hubiere autorizado o del Secretario del servicio de guardia que le sustituya, quien levantará
acta del resultado, de la diligencia y de sus incidencias y que será firmada por todos los
asistentes. No obstante, en caso de necesidad, el Secretario Judicial podrá ser sustituido en
la forma prevista en la Ley Orgánica del Poder Judicial.

e) La resistencia del interesado, de su representante, de los individuos de la familia y de los


testigos a presenciar el registro producirá la responsabilidad declarada en el Código Penal a
los reos del delito de desobediencia grave a la Autoridad (recogido en el art. 556 del nuevo
Código Penal), sin perjuicio de que la diligencia se practique.

f) Si no se encontrasen las personas u objetos que se busquen ni apareciesen indicios sospe-


chosos, se expedirá una certificación del acto a la parte interesada si la reclamare.
Cuando el registro se practique en el domicilio de un particular y expire el día sin haberse termina-
do, el que lo haga requerirá al interesado o a su representante, si estuviere presente, para que permita
la continuación durante la noche. Si se opusiese, se suspenderá la diligencia, salvo lo dispuesto en los
arts. 546 y 550 (ya examinados), cerrando y sellando el local o lo muebles en que hubiere de conti-
nuarse, en cuanto esta precaución se considere necesaria para evitar la fuga de la persona o la sustrac-
ción de las cosas que se buscaren. Prevendrá asimismo el que practique el registro a los que se hallen
en el edificio o lugar de la diligencia que no levanten los sellos, ni violenten las cerraduras, ni permitan
que lo hagan otras personas, bajo la responsabilidad establecida en el Código Penal (art.570 LECr).
El registro no se suspenderá sino por el tiempo en que no fuere posible continuarle, y se adop-
tarán, durante la suspensión, las medidas de vigilancia a que se refiere el artículo 567 (art. 571 LECr).
Finalmente, en la diligencia de entrada y registro en lugar cerrado, se expresarán los nombres
del Juez, o de su delegado, que la practique y de las demás personas que intervengan, los inci-
dentes ocurridos, la hora en que se hubiere principiado y concluido la diligencia, y la relación del
registro por el orden con que se haga, así como los resultados obtenidos (art. 572 LECr).

3.6. Responsabilidad Penal derivada de las entradas y registros


El art. 534 CP establece que:
1. Será castigado con las penas de multa de seis a doce meses e inhabilitación especial para
empleo o cargo público de dos a seis años la autoridad o funcionario público que, median-
do causa por delito, y sin respetar las garantías constitucionales o legales:
1.0 Entre en un domicilio sin el consentimiento del morador.
2. 0 Registre los papeles o documentos de una persona o los efectos que se hallen en su
domicilio, a no ser que el dueño haya prestado libremente su consentimiento. Si no
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devolviera al dueño, inmediatamente después del registro, los papeles, documentos y


efectos registrados, las penas serán las de inhabilitación especial para empleo o cargo
público de seis a doce años y multa de doce a veinticuatro meses, sin perjuicio de la
pena que pudiera corresponderle por la apropiación.

2. La autoridad o funcionario que, con ocasión de lícito registro de papeles, documentos o


efectos de una persona, cometa cualquier vejación injusta o daño innecesario en sus bie-
nes, será castigado con las penas previstas para estos hechos, impuestas en su mitad su-
perior, y, además, con la pena de inhabilitación especial para empleo o cargo público por
tiempo de dos a seis años.

3.7. Otras entradas y registros


Al margen de la regulación general estudiada, nuestra legislación prevé la posibilidad de entra-
das y registros, en el ámbito de la actuación administrativa, en los casos siguientes:
a) En materia tributaria, para desarrollar las labores de inspección, pudiendo entrar los Ins-
pectores de los tributos en las fincas locales de negocio y demás establecimientos y lugares
en que se desarrollen actividades o explotaciones sometidas a gravamen para ejercer sus
funciones, requiriéndose previa autorización judicial cuando se trate del domicilio parti-
cular de cualquier español o extranjero, con arreglo al art. 113 de la Ley 58/2003, de 17 de
diciembre, General Tributaria, según el cual "cuando en los procedimientos de aplicación
de los tributos sea necesario entrar en el domicilio constitucionalmente protegido de un
obligado tributario o efectuar registros en el mismo, la Administración tributaria deberá
obtener el consentimiento de aquel o la oportuna autorización judicial ".
b) Cuando se vaya a ejecutar forzosamente un acto administrativo, requiriéndose el consen-
timiento del interesado o, en su defecto, autorización judicial, que expedirá el Juzgado de
lo Contencioso-Administrativo (arts. 96,3. 0 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Ré-
gimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Co-
mún, 91,2.0 de la Ley Orgánica 6/1985, de 1 de julio, de Poder Judicial, según la redacción
dada por la Ley Orgánica 6/1998, de 13 de julio, de reforma de la anterior, y 8,5.0 de la Ley
29/1998, de 13 de julio, Reguladora de la Jurisdicción Contencioso-Administrativa).

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