Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Facultad de Psicología
Código: 16180128
-2019-
INTRODUCCIÓN
¿Qué es lo primero que se te viene a la mente cuando escuchas que una persona es
“conformista”? ¿Tienes una percepción negativa de ello? Pues la mayoría de las personas
piensan en aspectos negativos. La conformidad grupal es un fenómeno presente en
muchos aspectos de nuestras vidas y muchas veces no nos damos cuenta de ello. Hay
muchos ámbitos en donde la conformidad está presente. Pero, ¿qué es exactamente la
conformidad?
Durante este ensayo daré aproximaciones del concepto de conformidad, para luego
indicar los ámbitos en los que se desarrolla este fenómeno. Y finalmente explicaré,
basándome en investigaciones, por qué creo que la conformidad puede ser más positiva
que negativa, para luego presentar las conclusiones a las que llegué con la investigación
realizada.
A lo largo de la historia hemos podido observar a diferentes autores definir lo que es
conformidad grupal, o también llamado “conformismo social”. Este término tiene su
origen en los experimentos de Solomon Asch, Pero, ¿qué llevó a Asch a plantear este
experimento? Una experiencia que tuvo Asch con su tío, en donde un día, mientras
celebraban la tradición judía de Cederim, este dejó entreabierta la puerta de su casa, a lo
que Solomon preguntó por qué, y el tío respondió que el profeta Elías vendría y tomaría
una copa de vino. Asch preguntó si en realidad la tomaba y el tío de este le dijo que si se
fijaba bien, la copa de vino descendía un poco. Eso hizo y sintió que fue una tortura el no
saber si descendía o no (Aron y Aron, citado en Bolaffi, Bracalenti, Braham, & Gindro,
2014). Esto llevó a Asch a plantear su experimento sobre el conformismo social. Estos
estudios datan originalmente de 1946 (Secord & Barkman, 1964 citado en Gallegos &
Cockting, 2014). Aquí, Asch le pidió a un grupo de estudiantes varones que respondieran
una progresión problemas de percepción simples, en donde debían indicar cuál de las 3
líneas presentadas era igual en comparación con la línea presentada como ejemplo, para
lo cual se utilizaron tarjetas grandes de dimensiones similares: En el de la izquierda había
una línea vertical y en tres tarjetas adicionales había otras 3 líneas numeradas (Asch, 1964
citado en Gallegos & Cockting, 2014). Los resultados arrojaron que tres cuartas partes
cedieron a la conformidad al menos una vez, y el 37 por ciento de respuestas fueron de
conformidad (Bolaffi et al., 2014).
Revisando ahora concepciones, me topé con una página web que mencionaba
características de una persona conformista, y cito: La persona conformista tiene falta de
felicidad real, el conformista tiene miedo al fracaso, un conformista no piensa en mejorar,
y demás características. Ve al conformismo como un problema
La conformidad también se define como las presiones que ejerce un grupo más grande
sobre uno de menor tamaño para imponerle una norma con la que esta última no está de
acuerdo. (Montes et al., 1991).
Hasta aquí, las concepciones que se han ido dando de conformidad tienen una tendencia
negativa, como la utilización de la palabra “presión”, en donde, creo yo, que debería
utilizarse un término diferente, que otros autores sí lo han utilizado, como por ejemplo
Cialdini y Goldstein (2004, citado en Coultas & van Leeuwen, 2015) quienes nos dicen
que la conformidad es el acto de encajar con el grupo. Nosotros somos seres sociales, y
como especie grupal, nos preocupamos la mayoría de las veces por preservar la cohesión
grupal, es por ello la tendencia a cambiar el comportamiento para que este coincida con
el de los demás es adaptativa.
Bolaffi et al. (2014), menciona algo con lo que estoy de acuerdo: Los psicólogos sociales
norteamericanos o Europeos, haciendo gala de una cultura individualista, asignan
etiquetas negativas al término conformidad, como obediencia, sumisión, etc. Lo que
proponen es que por qué no llamarlo capacidad de respuesta, interacción cooperativa,
entre otros. Incluso, ponen un ejemplo, en donde nos dicen que en Japón, tener una
opinión basada en los demás es señal de tolerancia, auntocontrol y madurez (Markus y
Kitayama, 1994, citado en Bolaffi et al., 2014).
Sin embargo, a pesar de ello, no se habla en ningún momento de una persona que no tenga
aspiraciones, personas autojustificadas, personas que no tengas objetivos, metas. Mi
posición, a partir de lo investigado es: Que no se le debe dar una etiqueta negativa a la
conformidad, sino, como dicen Bolaffi et al. (2014), darle calificativos positivos al
término.
Opino se ha ido distorsionando la concepción más objetiva del conformismo, que vendría
a ser el nivel en el que un individuo o grupo puede cambiar sus esquemas o disposiciones
para adaptarse o encajar en otro grupo. ¿Acaso una persona que, al darse cuenta de que
está en un error, prefiere callar, no es una persona conformista? O ¿Una persona
conformista siempre es una persona que no tiene aspiraciones?
Si nosotros vamos por la calle, preguntando a las personas qué es ser alguien conformista,
es probable que responda las características que mencioné anteriormente, encontradas en
una página “x” en internet. Sin embargo, cualquiera puede ser conformista, es más, lo
somos, y no necesariamente tiene que ser completamente negativo.
Entonces, ya teniendo el significado de la RAE, ¿Es malo adaptarse? Claramente no. Las
personas estamos en constante cambio, y esto incluye una adaptación, una adecuación a
las normas establecidas en un grupo más grande, lo que permite un desarrollo de una
planificación de lo que podemos hacer en el futuro, todos en cooperación, preparándonos
a aquello que está por venir.
Bolaffi, G., Bracalenti, R., Braham, P., & Gindro, S. (2014). Conformism. Dictionary of
Race, Ethnicity and Culture. https://doi.org/10.4135/9781446220375.n42
Coultas, J., & van Leeuwen, E. (2015). Conformity: Definitions, Types, and
Evolutionary Grounding. (January 2015), 27–37. https://doi.org/10.1007/978-3-
319-12697-5
Montes, S. J. C., Delgado, T. G., Ramos, P. J. L., Del Carmen Márquez Calderón, M.,
Martín, J. M. M., García, F. J. M., … Pérez, P. O. (1991). El fenómeno del
conformismo ante situaciones no estructuradas: Confirmación de la hipótesis
gestáltica de ASCH. Revista de Psicologia Social, 6(1), 61–71.
https://doi.org/10.1080/02134748.1991.10821636