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Orden Martinista Antigua

Gran Logia de Venezuela


Cámara Superior

LA KABBALAH PRÁCTICA

ROBERT AMBELAIN

Introducción al estudio de la Kabbalah mística y práctica,


la operatividad de sus Tradiciones
y sus Símbolos, respecto a la Teurgia

"Toda la Sabiduría viene de Dios, el Soberano Señor ".

(Eclesiastés, I,1)

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I. ELEMENTOS DOCTRINARIOS

“Existe en el Alma un Principio Superior a la Naturaleza exterior. A través de este Principio, podremos
ultrapasar el Cosmos y los sistemas de nuestro Universo. Cuando el Alma se eleva hasta las Esencias
Superiores a la suya, abandona ese Cosmos al cuál está temporalmente ligada. Y por un magnetismo
misterioso, es atraída hacia un plano Superior con el cuál se funde y se identifica...”

“La Teurgia nos estrecha a la Potencia Divina engendrándose por sí misma, nos une tan estrechamente a
todas las acciones creadoras de los Dioses conforme a las capacidades de cada uno, que el Alma, después de
haber cumplido los Ritos Sagrados y ser fortalecida en sus acciones y sus inteligencias, se encuentra
finalmente situada en el propio Dios Creador ...”

[Jámblico: De los Misterios, V, VI, VII]

“Cualquiera que obre solamente por la Religión, sin el concurso de otras virtudes [1], es absorbido y
consumido por la Divinidad, y no podrá vivir por mucho tiempo. Y cualquiera que se aproxime sin estar
purificado, atraerá sobre sí la condenación y será entregado al Espíritu del Mal...”

[H. Cornelius Agrippa: Filosofía Oculta, Vols. III, IV]

[1]Virtud = del latín VIRTUS = fuerza, influencia


2
PREFACIO

"Toda la Sabiduría viene de Dios, el Soberano Señor".(Ecl.I,1)

¡Parece que la Kabbalah siempre se dedicó a no ser otra cosa que la manifestación del propio
misterio!

Efectivamente, ninguna doctrina fue o es aun tan desconocida del gran público. En la Edad
Media, en el Renacimiento, así como en nuestros días, circulan a su alrededor las estupideces
más espantosas, las condenaciones más injustificables, [1].

Para cierto padre jesuita del siglo XVII, “La Kabbalah no es más que un grimorio de hechicería,
que tiene por autor un hechicero famoso, llamado Kabbalah”... Para otro, es “un tratado de
Magia, análogo, aunque superior en inverosimilitud, al famoso grimorio judío llamado
Talmud ...”. Como observa con humor P. Vulliaud en su obra sobre Kabbalah, es “¡pretender
que la música sea superior al trombón!”

Pues bien, en nuestros días, aun es así... Durante los cinco años en los que los hombres del
Gobierno de Vichy ejercieron su fanatismo de antaño, los libros y manuscritos sobre Kabbalah
tuvieron la honra de acompañar, con los que trataban sobre Iluminismo y Masonería, la
actividad y el interés de nuestros oficiales de bibliotecas privadas ...

En otro dominio, para la mayor parte de los eruditos alemanes de nuestra época, especialistas en
esta cuestión, no parece haber otra cosa en la Kabbalah, que el arte de añadir anagramas
místicos a los textos oficiales del Pentateuco, enriqueciendo así la lista, ya larga, de los
“Nombres Divinos”.

En realidad, la Kabbalah es la “Vía Iniciática” tradicional del Occidente Cristiano. Como


recomendaba el Swami Sidesvarananda, el método puramente asiático no está hecho para el
europeo. Y, a despecho de esas apariencias seductoras, y salvo raras excepciones, no puede
conducir más que a un “impasse”.

La Kabbalah, reposa sobre la tradición exotérica judeocristiana. Ella se constituye en una


metafísica y en una filosofía, de las cuáles emana una mística, siendo ésta activada y regida por
una ascesis particular, componiendo la Teurgia o Kabbalah Práctica, dividiéndose ésta, a su vez,
en dos partes. La primera constituye una especie de Yoga occidental, que es el aspecto interior
de esa práctica. La segunda es la forma ritual ceremonia, el aspecto exterior.

Siendo el hombre un microcosmos, toda ascesis le permite alcanzar ciertos niveles de


consciencia, inaccesibles normalmente. Equivaldría, pues, a una “realización iniciática”,
incontestable.

[1]- La palabra proviene del hebreo Cabalah, significando "tradición".


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La Kabbalah Práctica es, pues, para la Kabbalah Mística lo que la realización es para la
transformación. Si esta última familiariza al estudiante con este conjunto metafísico formidable
que ella constituye, lo es solo intelectualmente. La Kabbalah práctica lanzará al Adepto en la
“Vía Directa”, y si sabe triunfar sobre el “Dragón del Umbral”, ganará un tiempo considerable
sobre aquél que practica solamente la “Vía Interior”, pues habrá establecido un contacto
psíquico íntimo con los planos Superiores. “La verdadera Filosofía, nos dice Sir Bulwer Lytton,
procura antes comprender que negar...” [1], y los amantes de las lecturas cabalísticas y de tesis
que reciban antes de la aplicación de su doctrina favorita son inconsecuentes, deliberadamente
se privan del fruto de sus esfuerzos. Escuchemos primero el consejo del sabio Jámblico [2]:

“Existe en el Alma un Principio Superior a la Naturaleza exterior. Por ese Principio, podemos
ultrapasar el orden o los sistemas de este mundo, y participar de la vida inmortal y de la energía
de las Esencias Celestes. Cuando el Alma se eleva por caminos de la Naturaleza superiores a la
suya, abandona el orden en el cuál está temporalmente ligada, y, por un magnetismo religioso,
es atraída hacia un plano Superior con el cuál se funde y se identifica ...”.

El hermetista Van Helmont nos dice más o menos la misma cosa: “Una fuerza oculta, dormida
por la caída, está latente en el Hombre. Ella puede ser despertada por la Gracia Divina, o
mediante el arte de la Kabbalah ...” [3].

A decir la verdad, es necesario estar familiarizado con la Kabbalah didáctica [metafísica,


teodicea, etc...] antes de entregarse a las terribles operaciones de la Kabbalah Práctica. Cuando el
estudiante de la Alta Ciencia hubiere familiarizado su espíritu con las obras de Felipe de
Aquino, Reuchlin, Pico de Mirandola, Rosenroth, Molitor, entonces, como dice el Dr. Marc
Haven: “Si él está llamado para la Vida Espiritual, esas páginas se volverán luminosas. Pero se
entregará en vano a esos estudios si no acostumbra su cerebro a las formas hebraicas, leyendo y
asimilando las obras preparatorias que citamos, y habituando su alma a la vía mística...”.

El objetivo del Arte es, pues, prácticamente, para el Adepto, la unión psíquica con los planos
Superiores y con las Inteligencias que ahí residen. Más allá de ello, actuar altruistamente y
ocultamente sobre sus semejantes, para el avance de los intereses superiores de la Colectividad
humana.

La Ciencia en cuestión [la Teurgia], reposa en la manipulación de los conocimientos de la


Kabbalah Mística, sobre sus aplicaciones. Sus métodos principales son las Ceremonias, y las
Invocaciones, principalmente de los Nombres Divinos apropiados, verdaderas “palabras de poder”
sin las cuáles ninguna vida oculta animaría a Pantaculos e invocaciones.

[1]- Zanoni, Pg. 135.


[2] - Jámblico, De los Misterios, VII - 7.
[3] - J.B Van Helmont, Hortus Medicinae, Leyden, 1667.
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Y si no intentamos justificar el aspecto “mágico” de la Kabbalah Práctica es porque rechazamos
darle ese carácter. Las ceremonias de la Alta Ciencia son ceremonias Religiosas, de un carácter
extremadamente puro, con forma de culto, así como las de aquellas religiones oficiales. El
Cabalista que quema su incienso ante el Pantaculo donde flamea el Divino Tetragrama no es un
ser diferente del Sacerdote Católico ante el altar, ante la imagen de la deidad protectora. Su
estado del alma es aquél de todos los místicos, y tiene el derecho al mismo respeto que tiene el
monje de Solesme a S. Wandrilo. Después, nos dice, además, Marc Haven, que es el destino y la
gloriosa característica de las doctrinas místicas de ser inaccesible a la multitud impenetrable a
los sabios, toda incursión en su dominio, todo análisis, toda explicación, inaccesible a su
realidad. Historiadores y críticos permanecen en el atrio, examinando los relieves que lo
adornan, raspando sólo ante esa puerta cerrada. Y cuando ellos se retiran, acreditando haber
explorado, descrito y suficientemente profanado el santuario, el Templo inviolado guarda para
los Hijos del Amor su mágico perfume y sus profundos secretos, tan puros como antes de esa
vana incursión de los que no podrán ser sus poseedores...“ [1].

Queda un problema ... ¿Debemos entregar estas páginas al público?

El hecho de que ninguna hoguera, ninguna tortura justifique más el silencio de los Adeptos
sobre los “Arcanos de la Iniquidad”, y sobretodo el hecho que toda obra teurgica es imposible de
realizar sin el conocimiento de los dos polos puestos en juego: lo Divino, sobre lo cuál nos apoyamos, y
lo Demoníaco, contra lo cuál obramos, decidimos entregar la clave esencial del sistema. Es así
como el Árbol de la Muerte es tenido tan en cuenta como el Árbol de la Vida, y por primera vez son
desvelados los “Nombres Demoníacos”, las “Imágenes Mágicas”, de los Sephiroth negros.

Pero en ese caso, advertimos al estudiante de la Alta Ciencia a no ser imprudente. Existen en el
Universo “Fuerzas” destructivas y maléficas que no se ponen en movimiento ni se dirigen
impunemente, y tras los “diablos” y “demonios” legendarios se esconden “corrientes”
energéticas y conscientes, que son potencialmente, para el hombre, lo que éste es para un insecto.

También nosotros pisamos imprudentemente e insuficientemente preparados los dos Caminos.


Y casi dejamos nuestra vida en las tinieblas del de la izquierda ... Advertimos, pues, una vez
más al estudiante que nos lee que tenga cuidado.

Un vértigo asalta a los semi profanos colgados sobre el Abismo. Y el resultado es siempre el
mismo. Él tiene dos nombres: Neurastenia y Suicidio ...

“Aquellos que hubieren poseído el Divino Conocimiento, brillarán con todo el esplendor de los
cielos. Pero aquellos que lo hubieren enseñado a los hombres, según los caminos de la Justicia,
brillarán como estrellas por toda la Eternidad...” , nos dice el Zohar.

[1] - Marc Haven; prefacio de la traducción de la obra de Gaffarel: Los profundos Misterios de la
Kabbalah Divina, por Ben-Chesed.
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¡Podamos, con el auxilio de los Instructores Divinos, seguir esos Caminos de Equidad, y no cargar
con responsabilidades involuntarias!

Falta justificar la forma de la obra.

Cuando se confía a un artista el cuidado de realizar una miniatura, en escala ,combina una
reducción tan perfecta como posible de un documento, de un navío, de una máquina industrial,
etc. ..., no se pide una reducción absoluta, y no se le impone una minuciosidad irracional; se
exige solamente una cosa: que la semejanza sea tan perfecta como posible. Pero no se le pide que
todos los detalles sean expresados y realizados como en el original. Y si la “reducción” de un
gran navío funciona, en una piscina, tan bien como el navío sobre el Océano, poco importa que
la maquinaria interior, o las instalaciones [Invisibles al exterior e inútiles a la forma general]
hayan sido o no realizadas.

En este resumen sintético [y oculto ...] de uno de los más prodigiosos sistemas filosóficos que
generaron los Hombres, será lo mismo [1].

Pico de la Mirandola, Reuchlin, Spinoza, Molitor, Drach, Rosenroth, etc ..., tomarán, traducirán,
expresarán de manera diversa, las profundas concepciones de la Kabbalah. Que a ejemplo de
esos prodigiosos autores, nos sea permitido renunciar a detalles, en provecho del conjunto y de
su exactitud, en un tan minucioso estudio. Este libro no tiene la pretensión de visitar el Templo,
sino, solamente de ofrecer sus claves ...

Que aquél que se sirva de ellas o las enseñe, como dice el epígrafe de abajo, vea después la Luz
tan buscada para recompensar sus propios esfuerzos.

Para aquél que no vea aquí más que la ruin utilidad material, el simple provecho, la brujería o la
vanidad, que sobre él caiga la maldición ritual de Levítico: “Así habla el Eterno: “Yo quebraré el
orgullo de vuestra fuerza, y convertiré vuestro Cielo en hierro, y vuestra Tierra en bronce ...” [Levítico:
XXVI, 19]

[1] - El formato de la obra y los límites impuestos para su destino, infelizmente nos fuerzan a
abreviar muchos capítulos.
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I - ORÍGENES Y DEFINICIÓN DE LA KABBALAH

A. - Su Génesis

Sería, pues, en vano, suponer por un solo momento que la religión judía de antes de nuestra era
se caracterizó por un monoteísmo absoluto, por un lado, y por una ortodoxia rigurosa del
conjunto de los fieles, por otro.

Si los primeros años del Cristianismo presentaban ese aspecto de incesante aparición de sectas y
creencias particulares, cada cuál más extraña que la anterior, para la nación judía, es el
fenómeno inverso el que se desarrolla. Durante los años de la salida de Egipto, el culto del Dios
de Israel era un todo. Sin duda, sobrevivencia de cultos más antiguos y más primitivos [en
especial los de los Balim, Ephod, Teraphim, etc ...] se manifiestan aun en el seno de las familias y
de los clanes, pero de una manera privada, y generalmente clandestina. Después, con el tiempo,
el contacto con las filosofías extranjeras, las estancias en Babilonia [conducidos por la cautividad
y las deportaciones de población] el estudio de sus doctores, el intercambio de ideas, la ruptura
intelectual y mística del pueblo judío se expande y se fracciona en diferentes ramos. Unos viven
y prosperan de manera absolutamente oficial, y se conoce entre estas sectas las principales: los
Fariseos, los Seduceos, los Esenios y los Terapeutas. Pero la gran masa popular ignora la existencia
de escuelas más herméticas, diversas sectas, muchas veces contradictorias.

Sería, ciertamente, un error histórico de los más graves imaginar un judaísmo formando un
bloque unitario, no dando nacimiento a ninguna variación teológica, a ningún esoterismo, a
ninguna herejía.

Vimos en su obra sobre la formación del Cristianismo, que Drews concluye que antes de la era
cristiana, ya existía entre los judíos una representación del Mesías, que posteriormente será la
misma que la del Cristianismo. Después, los discípulos de Jesús procurarán justamente presentarlo
como habiendo reunido en su vida tales circunstancias, sobradamente descritas por los profetas,
y ello, con el fin de probar su legitimidad para el cumplimiento de su misión.

Igualmente, notamos que Drews, junto con B. Smith, afirma que además del judaísmo ortodoxo,
existía en Israel, o en sus confines, sectas que habían organizado los elementos esenciales de la
leyenda cristiana y ello mucho antes del nacimiento del Cristianismo, en relación a un Dios que
ellos llamaban Iesoushouah [1]. En ese nombre Drews encuentra el nombre de Jesús. La ortografía
hebraica era idéntica. Ese hecho es significativo: es la primera señal de la existencia de la
Kabbalah, siendo Iesoushouah uno de los “Nombres Divinos” de la Sephirah Geburah.

Lo que observamos sobre la doctrina de esas sectas, las coloca en relación con una religión
sincretista, expandida por toda el Asia Occidental, siglos antes de la era cristiana, y que engendra
numerosas agrupaciones religiosas con tendencias particulares. Es el Mandaísmo o Adonaísmo.

[1]- "Dios de Salvación".


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Esa religión sincretista se da mediante una revelación esotérica, una “gnosis” [manda es sinónimo
de gnosis], traída por un Dios llamado Ado [“Señor”]. En ese nombre encontramos el radical que
preside la formación de numerosos nombres divinos de esas regiones: Ado, Ada, Adonai,
Adonis, Adam, Atem, Atoum. En realidad, esa tradición esotérica está formada de pedazos y
fragmentos, ¡y está siempre en estado de parto teológico!

Todos los pueblos semitas, y todas las sectas pre-gnósticas de antes de nuestra era: los Ofitas, los
Naaseanos, los Cainitas, los Esenios, los Ebionitas, los Paratenios, los Setianos, los
Heliognósticos, esperan al Ser misterioso que descenderá del Cielo y se encarnará bajo forma
humana para dispersar a los Demonios, purificar la Tierra y a los hombres, y conducirlos al
lugar de las Almas Bienaventuradas, en la “Morada del Padre”. Pues bien, las investigaciones
históricas nos muestran a numerosos doctores judeo-palestinos, en relación de simpatía con las
ideas de esas sectas, extranjeras para Israel.

¡No dejémonos pues derrotar por el error histórico del monoteísmo judío estrictamente fiel,
confinado en vasos sellados, sin ninguna evolución intelectual y dogmática! Existieron, antes de
nuestra era, sectas mandeístas de fondo judío, y son ellas – B. Smith lo prueba – las que dan
precisamente el nombre de Ishu, Ieshouah, Iesoushouah, al Dios Salvador que ellas esperan.
Iesh, en hebraico, significa fuego, al mismo tiempo, designa la filiación, la genealogía. Su Dios
Salvador es, pues, un Dios de Luz y de Fuego. ¿Qué nos dice Moisés? “Dios es un fuego que
quema...” ¿Cuáles son los nombres de esas sectas? Iesenios, Nazarenos, Nazirenos, ...

Sabemos que las sectas esotéricas judías veneraban a un Dios Salvador, que llamaban Ieshu, o
Ieshouah, o Iehoushouah, y un papiro conservado en la Biblioteca Nacional de París [nº 174,
suplemento del fondo griego] contiene fórmulas de conjuros tales como éstas: “Yo te adjuro, por
Ieshouah Nazireno ...” y más adelante: “Yo te adjuro, por el Dios de los Hebreos: Ieoushuh ...”.

Pues bien, repitámoslo: esas sectas son anteriores al Cristianismo ...

Con la llegada de éste, con la efervescencia mística que lo seguirá, con la dispersión del pueblo
judío, sus contactos con los árabes del África del Norte, después con aquellos de España y de
Portugal, con sus estrechas relaciones con las poblaciones griegas, turcas, balcánicas [contactos
consecuentes a esa dispersión], toda esa doctrina secreta se va a refundir, burbujear, fermentar,
y finalmente, ante el peligro de una tal efervescencia, los doctores de Israel, en posesión del
verdadero esoterismo doctrinal de la Torah, van a decidir revelar finalmente lo esencial de esa
enseñanza secreta, y vamos a ver cómo ...

Sobre la Sinagoga galilea de Cafarnaún, recientemente descubierta, en el frontón del Templo,


brilla una Estrella de Cinco Brazos, o “Escudo de David”, o Pentagrama pitagórico, símbolo del
Saber y del Conocimiento.

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Pues bien, el emblema nacional del pueblo judío es el “Sello de Salomón”, la Estrella de Seis
Brazos, o Hexagrama de la Magia medieval, símbolo de la tradición salomónica. ¿Qué significa
esa diferencia? ¿Porqué esos diferentes paradigmas?

El “Sello de Salomón” tiene su significado parcialmente revelado, si sabemos que en hebreo


Salem significa Beatitud, y Shlom es Rigor, Justicia, Equilibrio. El Hexagrama, emblema de la Ley
General, se liga al Dios Justo, la doctrina que se apoya sobre el concepto metafísico de Justicia
Retributiva. Es la “Ley del Karma” de las filosofías extremo-orientales, es aquella del talión
judío.

Al contrario, en hebreo, David significa; y el personaje histórico de ese nombre, es el Amor


Divino. La segunda escuela, de la cuál la Sinagoga de Cafarnaún fue uno de sus Templos, se
ligaba a la tradición esotérica de la “Liberación por el Amor”, poniendo en acción la misteriosa
Ley del Perdón – que es el arcano rector del Cristianismo.

Con la destrucción del Templo, la dispersión de las tribus proletarias judías, la destrucción
sistemática de las tribus militares [Judá, Benjamín], o sacerdotales [Levi], la élite de Israel
desapareció casi totalmente. Roma supo golpear ... Y en nuestros días, un hecho permanece más
o menos ignorado, es que el pueblo judío no tiene mas sacrificadores, legítimos descendientes de
Aarón, y los Rabinos son simples Doctores de la Ley...

Pero nosotros sabemos, al respecto, que esa destrucción fue incompleta, y que existen, más o
menos ignorados, descendientes legítimos de ese sacerdocio esotérico que vamos a estudiar, en el que se
unían por un lado el sacerdocio sangriento de Moisés y de Aarón, y aquél no sangriento, de
Melkisedek, “Rey de Salem” confiado a Abraham. Y Martínez de Pasqually y después sus
Réau+Croix, fueron de ellos ... Pues es un hecho histórico, ignorado por el gran público, que
consagra la unión definitiva del Sacerdocio de Israel y de la Masonería Operativa, o
Compañerismo judío [1].

Con la muerte de Nerón, Vespasiano volvió a Roma. Tito, sucediendo a su padre en el mando de
las tropas romanas, se apodera de Giskhala, de Gamala, y de Thabor. Es una matanza, una
masacre general, nos dice A. Séché. Johanan se refugia en Jerusalén, donde Fariseos y Zelotas,
aristócratas y plebeyos, se oponen en una guerra fratricida. La sangre recorre Jerusalén, y Tito
está ante sus puertas ...

Es entonces cuando Simeon Bar Jockai, el santo doctor depositario de los arcanos secretos de la
Thora, abandona secretamente Jerusalén y se refugia en Jabhé ... ¡La Kabbalah se había salvado!

Y al azar de los grandes estremecimientos ideológicos y de las grandes persecuciones que


agitaron la Edad Media, ese sacerdocio, puramente judaico en su origen, dejando el seno de los
guetos por los grandes caminos y los cenáculos rosacrucianos, pudo penetrar en los medios que
[1] – Es un hecho que antes de la caída de Jerusalén, el Gran Maestro de los Picapedreros, fue
proclamado Pontífice.
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no eran ya solamente judíos, sino filosóficos.

Aquí aludimos a las grandes sociedades secretas que nacieron en esa época [1].

Pero volvamos atrás.

Sabemos, pues, que a parte de la Thorah, o versión oficial de la Ley se desarrolla una versión
secreta, esotérica, alma y razón de ser de las sectas encontradas durante nuestras búsquedas. El
Antiguo Testamento insiste frecuentemente, por voz de los profetas, sobre el hecho de que son
las influencias exteriores, el contacto con los otros pueblos, las diferentes religiones que se
introdujeron. Para ser verídicos, lo que él llama “corrupción” llevaría más apropiadamente el
nombre de “evolución”, de “interpretación”, de “rectificación” superior, para uso exclusivo de
una élite intelectual pero más avanzada que la masa popular.

La Ley primitiva no era solamente un libro sagrado, donde el fiel se encontraba, con los
elementos de su religión, prescripciones religiosas rituales y morales. Era al mismo tiempo un
código civil y criminal de dónde los legisladores de Israel extrajeron las máximas y los decretos
reguladores de las relaciones de los miembros de la comunidad profana.

Después del Cautiverio de Babilonia, la vida del pueblo mudó, evolucionó. Esdrás acaba de
“renovar” los textos sagrados, y se constata, sin osar confesarlo, que esos textos, tomados en un
sentido literario, que eran buenos para la vida pastoril, primitiva, no son suficientes para regir la
vida entera, sobretodo espiritual, del pueblo judío.

Por otra parte, el carácter especial de la vida nacional conduce a Israel a aislarse, a reducir, tanto
como sea posible, el contacto y las relaciones con los pueblos extranjeros. Israel es, antes que
nada, un pueblo orgulloso y confiado, que no quiere rebajarse pidiendo a sus vecinos lo que cree
que puede encontrar sólo. Por lo menos, adopta, sin duda, doctrinas de origen extranjero, por
ese mismo hecho, impuras según la Thorah, pero cuidará de reconocerlo, y las clasificará como
mucho más antiguas y puramente judaicas,¡ y la rueda será girada!... [La Haggadah del Talmud,
así como los Midraschin, admiten que el pueblo hebreo tomó de Babilonia los nombres de los
meses del año, los de los ángeles, y en general toda la Kabbalah ...]

Llevados por el espíritu nacional, sutil, engañoso, los doctores de la Ley, que acumulan las
funciones de legisladores, de teólogos y de abogados, van a entregarse con el corazón alegre. Y
entre ellos, algunas elevadas y bellas inteligencias van a salir a la luz, construyendo con
materiales extranjeros como esqueleto e interpretaciones particulares como relleno, el más
prodigioso templo metafísico que salió del pensamiento humano ...

De sus especulaciones metafísicas nacerá primero la Mishna, interpretación complementaria de


los cinco libros del Pentateuco o Thorah, interpretación seguida en sus menores detalles. La
enseñanza será dada por los Tanaim, o doctores de la Ley, que del año 150 a.c. hasta el año 220
[1] - Ver nuestra obra "El Martinismo", Página 47 y siguientes.

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de nuestra era, o sea aproximadamente cuatro siglos, comentarán con un celo infatigable la
Thorah.

A partir del tercer siglo de nuestra era, la Mishna es fragmentada respecto al contenido
metafísico transmitido por los Tanaim, de forma que su amplitud necesita una división. El
Rabino Iehudah Ha Nazi , llamado [el “Patriarca”], compila en una especie de manual los
elementos de las primeras colecciones.

La Mishna de Iehudah es entonces considerada como un Canon al cuál se le atribuye más valor
que al propio Pentateuco. Es así que el tratado Sopherim nos dice que: “La Thorah es como el
agua, pero la Mishna es como el vino ...” Esto tiene un doble sentido, es una alegoría, indicando
así la embriaguez que trae el beber el vino, y el frío racionalismo que es como beber agua, ¡pero
también esotérica y cabalísticamente, pues la palabra vino, en hebreo yain, es numéricamente
equivalente a la palabra sod, significando misterios! Se adivina por esta sutilidad intencionada
que la Mishna contiene el “espíritu” de la Tradición, la Thorah no posee más que la “letra”, una
es esotérica, la otra exotérica.

Entonces, de la misma manera que la Thorah había sido comentada y aclarada, la Mishna, por
su parte, es comentada y aclarada en el seno de las escuelas místicas. Los sucesores de los
Tanain, llamados Amoraim o “comentaristas”, Rabinos de las Sinagogas de Iabhné, Séphoris,
Lidda Palestina, de Sira, Nehardea, Pumbeditha, Uscha, Babilonia, la toman durante tres siglos
como texto de sus controversias apasionadas. La conclusión de esa discusión secular es
denominada Gemarah, o “complemento” [refiriéndose a la Mishna]. Una compilación más
grande reuniendo las conclusiones de los Amoraim y de los Tanaim es establecida entonces y se
le dará el nombre de Talmud, palabra hebraica que significa “ritual”.

Eso nos muestra ya, que, si el Talmud es el resumen de la Gemarah, que la Gemarah es el
comentario y el complemento de la Mishna, que la Mishna es el texto esotérico de la Thorah, el
Talmud es aun más esotérico y más alegórico que la Mishna, ¡puesto que revela de manera más
clara los misterios de ésta! Pues bien, sabemos por experiencia, que cada vez que se revela el
sentido secreto de un texto religioso, es bajo una alegoría nueva ...

Concluimos que tomar el Talmud al pie de la letra, aplicar sus enseñanzas a Israel, pueblo judío,
y sus anatemas a los goim, pueblos incircuncisos, es recaer en el exoterismo de la Thorah y nada
revelar entonces ... Al contrario, el Talmud y todas sus enseñanzas solamente se aplican a un
pueblo elegido y a los reprobados de este mundo ... Y eso, otra obra capital nos lo enseña muy
claramente; hablamos del Sepher-ha-Zohar, o “Libro del Esplendor”.

Última conclusión: ¡antisemitas e israelitas, fanáticos de los dos campos, están equivocados, y el
Talmud no se dirige al hombre de aquí abajo! ¡Israel es el conjunto de los elegidos, de los “bendecidos
por mi Padre”!

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Existen dos colecciones talmúdicas: la de Jerusalén, terminada en el quinto siglo de nuestra era,
y la de Babilonia, terminada al inicio del sexto siglo. Ambas reproducen bien la Mishna, pero la
primera da la Gemarah Palestina, y la segunda la Gemarah babilónica. Es esta última la que es más
considerable. El Talmud de Jerusalén es un pequeño panfleto, mientras la de Babilonia necesita
doce espesos volúmenes del mismo formato. Son, entonces, estos últimos los que, aun en
nuestros días, son la verdadera expresión talmúdica.

En Babilonia, los estudios talmúdicos permanecieron mucho tiempo floreciente, después incluso
que toda la vida social e intelectual hubieran aparentemente desaparecido de Palestina. Esas
organizaciones teológicas son encontradas, al final del siglo X, en España y Portugal. En el siglo
XII, Samuel Ibn Naggdila publicará en Granada una notable introducción al estudio del Talmud.
Y Gershen Ben Iehudah hará aparecer en Maience y en Metz los “Comentarios” sobre catorce
tratados del Talmud. Otro autor, Salomón Iischaki, llamado Rashi, escribirá en arameo los
“Comentarios” sobre casi todos los tratados, acompañado de una Gemarah. En el siglo XII, el
famoso Maimónides compondrá en árabe un comentario de la Mishna, que permanece aun en
nuestros días, uno de los clásicos célebres. En el siglo XIII, Rabinos alemanes y franceses
desarrollarán, en arameo, los comentarios de Salomón Iischaki. Hasta el siglo XVII el Talmud de
Babilonia conservará una autoridad superior a la de la Thorah. Lo que es muy comprensible,
puesto que pretende dar la clave. ¡Y la mayor parte de los judíos no conocerán ésta a no ser a
través de las citas del Talmud!

La Haggadah del Talmud, a la cuál hicimos una primera alusión anteriormente, en relación con
los meses y los Ángeles, dio después nacimiento a una verdadera “gnosis” judaica, bajo el
impulso de la fiebre mística de los doctores de la Ley. Esa gnosis se basará en un comentario
esotérico de los relatos bíblicos. Y ese propio comentario tendrá como fundamento inicial una
tradición oral, surgida de una iluminación intelectual particular y que dará sentido real a los textos e
interpretaciones banales que la multitud ignorante conocerá.

¡Esa tradición oral, surgida de una iluminación mística, es la “palabra”, o “tradición transmitida
mediante la palabra”, en hebreo Kabalah, y en portugués Cabala! ... [en especial ver el Targum de
Jerusalén, llamado de Onkelos].

Se ve, pues, cómo para los textos cristianos, es una larga fermentación, oficial u oculta, que sin
cesar mezcla y rectifica una “revelación” primitiva obtenida mediante la iluminación,
acrecentando así comentarios muchas veces sacados de teorías extranjeras, unidas a “prácticas”
tan heterodoxas o tan ajenas respecto a su origen, y que constituirá el esoterismo judaico, o
Kabbalah.

Se puede afirmar, sin temor, que es el universal y eterno fermento iniciático que, depositado en el
seno del esoterismo de Israel, como en el seno de cualquier religión, revelada o no, suscita el
nacimiento de la Kabbalah. La Kabbalah es pues la Eterna Doctrina, disimulada bajo todos los
símbolos y en todos los relatos legendarios, sencillamente vehiculada por tradiciones venidas
del principio de los tiempos, y que hunden sus raíces en el misterio original de los pueblos de

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Sumer y Akad. Ella es el aspecto semítico de esa Doctrina eterna y no hace más que unirse
prestada a procedimientos de expresión relacionados con conceptos raciales, hereditarios, o
didácticos, de los pueblos de Occidente, y más concretamente, mediterráneos. El Cristianismo
fue el principal mensajero, el que reposa antes que nada en el Antiguo Testamento. Y esa
Kabbalah fue el crisol en el cuál, en la Edad Media, se fundieron las últimas tradiciones célticas,
herencia particular de los pueblos de raza blanca del Occidente europeo. De ahí, resulta un
curioso conjunto metafísico y filosófico en el cuál las resurgencias paganas, propias de Italia y de
Grecia, las tradiciones pitagóricas llevadas por las corporaciones de oficios, las sobrevivencias
célticas en el tradicionalismo de la hechizería popular y el esoterismo gnóstico-cristiano,
constituye ese extraño “clima” en el que nació la Magia medieval: el ciclo Faustino ...

Fue entonces cuando apareció el Sepher-ha-Zohar o “Libro del Esplendor”. No insistiremos sobre
el detalle histórico de sus orígenes, que permanecen inciertos. Se atribuye su primera
publicación, al igual que toda o parte de su redacción, a Moisés de León, judío español del siglo
XIII. Pero las doctrinas enseñadas en el Zohar se relacionan con aquellas de las obras místicas hebraicas,
anteriores al siglo XIII. Moisés de León lo atribuye al célebre Simeón, llamado Ben Jockai,
discípulo de Hakibah, pero la mejor legitimación de una obra, es su propio valor, el autor y la
fecha importan menos que el libro, y la sutilidad del Zohar permanece incontestable.
Concluimos que el Zohar es el resumen exotérico de 30 siglos de misticismo judaico.

Su conjunto está compuesto de ocho tratados principales, que son:

1°) Los "Misterios de la Torah",


2°) La "Creación",
3°) La "Explicación Mística de la Ley",
4°) La "Misteriosa Búsqueda",
5°) Las "Idas y venidas",
6°) La "Gran Asamblea",
7°) La "Pequeña Asamblea",
8°) El "Libro de los Secretos", o Sepher Dzeniutha.

Las ediciones clásicas son aquellas de Mantua [1560], Dublín [1623], Constantinopla [1736],
Amsterdam [1714] y [1805]. La de 1714 es considerada como la mejor; es sobre ella que Jean de
Pauly estableció su traducción francesa del Zohar, editada por La fuma.

Así, pues, es mediante la Kabbalah que el laboratorio del Doctor Fausto se ilumina con los
colores de su vitral, donde el Hexagrama de Salomón y el Pentagrama de Pitágoras se unen y se
enlazan alrededor de la Rosa Silvestre de los discípulos de Hermes, ¡ella misma irradiando en el
seno del Tricel céltico! Y las campanas de la mañana de Pascua, distraen al Doctor de su mortal
melancolía, celebrando también la resurrección del Templo de Jerusalén, que los constructores
de catedrales esculpieron en nuestras grandes metrópolis góticas... Es en estos últimos donde
encontramos ese esfuerzo para alcanzar la Síntesis. El Tricel céltico se convierte entonces en la
modesta rosácea [flor de techo] trilobada, el Hexagrama y el Pentagrama decoran con su diseño

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y con sus secciones proporcionales las mismas Rosas Silvestres, convertidas en maravillosas
rosas, bañando [según la acertada definición de Grillot de Givry], con una luz irreal el transepto
de nuestras catedrales dormidas ...

Y es, además, gracias a esa misma “Luz” cabalística que se realizará la gran fusión
judeocristiana, anunciada por los doctores de la Iglesia. Poseyendo las claves de la Kabbalah, los
cristianos juanitas que somos, discípulos de Martínez de Pasqually o de Claude de Saint Martin,
penetraremos mejor en los misterios de los dos Testamentos. Sin alterar la ortodoxia, nos
introduciremos en el propio corazón de esa síntesis. Y, conforme a la enigmática profecía del
Génesis: “Japhet habitará los tabernáculos de Sem ...”

Mediante la exploración de la Kabbalah, los judíos piadosos y sinceros aprenderán que sus
enseñanzas no tienen el alcance politeísta que le atribuyen equivocadamente.

Entonces, tal vez, como lo dice Albert Jounet en su “Clave del Zohar”, judíos y cristianos
elevarán juntos sus comunes esperanzas hacia el Verbo Increado, planeando en su eternidad, y
que espera su reconciliación, al parecer, para que nuevamente se manifieste bajo el aspecto del
Cristo de Gloria.

Y así, según la misteriosa promesa kabalística: “El Mesías vendrá al Mundo, por los méritos de
los Sepher-ha-Zohar ...”

B. - Su Consolidación

La Kabbalah y sus diferentes Escuelas

Los adeptos de la Kabbalah moderna asignan con vehemencia su origen a Isaac el Ciego o, como
máximo, a su padre Abraham ben David de Posquiers. Joseph Gikatilia, uno de los más
fervientes entre ellos, escribe en su Perush Hahagadah conservado en el Sepher Hanefesch
Hachochamah de Moisés de León: “La Kabbalah que está en nuestras manos remonta, por la
cadena de la tradición, al Maaseh Mercabh de donde ella pasa directamente al piadoso Rabino
Isaac el Ciego”.

Ben Aderet, haciendo alusión en el Respp [I - nº 94] a los mismos hombres, aun no los designa
con la palabra “kabalistas”. Él los llama: “los maestros de los misterios de la Torah”. “Por todos
los preceptos, dice él, ciertos hombres, detentadores de los misterios de la Thorah, tienen en su
espíritu razones muy venerables aunque los pecados de esta generación hayan agotado las
fuentes de la tradición conservadas desde la destrucción del Templo”.

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La Kabbalah es, antes que nada, una oposición a la casuística talmúdica, si queremos, una forma
de revuelta de la fe contra la ley. Ella es el refugio de los espíritus, que no se encuentran
cómodos en las mallas sutiles e impenetrables de las leyes talmúdicas y en el estrecho cuadro de
las fórmulas rituales, culturales y litúrgicas, buscando una fuente de agua viva.

Con la Kabbalah apareció en el misticismo judío una introducción notable de elementos


cristianos y ello por varias causas: de un lado, los espíritus de oposición al racionalismo de
Aristóteles que condena los espíritus del Neoplatonismo, los conduce por ello a la fuente de la
filosofía antigua que fue a alimentar el dogmatismo fundamental del cristianismo. Por otro lado,
el espíritu de oposición al dogmatismo judío llevó más allá de los límites que separan la doctrina
judaica de la cristiana. Finalmente, independientemente de toda razón lógica, las relaciones
fortuitas entre el misticismo judío y el misticismo cristiano y sus representantes son fecundas en
ideas recibidas al mismo tiempo de las dos doctrinas.

En el espacio que separa el misticismo anterior a la Kabbalah y el Zohar encontramos un cierto


intento de sistematización y clasificación que nos permite distinguir cinco escuelas principales:

1°) La Escuela de Isaac el Ciego, que se podría llamar la escuela metafísica, no porque la
metafísica sea el elemento exclusivo sino porque ella es el elemento predominante.
2°) La Escuela de Ezra-Azriel que proviene de la primera;
3°) La Escuela de Nachmánides, su discípulo;
4°) La Escuela de Eleazar de Worms, que se entrega especialmente al misticismo de las letras y de
los números;
5°) La Escuela de Abulafia, que viene de las dos últimas y las desarrolla en el sentido de la
contemplación pura.

I. - Isaac el Ciego.

Del mismo Isaac el Ciego sabemos muy poco. Sus sucesores hablan con respeto de sus
comentarios sobre el Sepher Yetzirah, y de su arte para distinguir entre las almas nuevas y las
almas viejas, queriendo decir de aquellas que hacen su primer casamiento con el cuerpo y las
que según las leyes de la metempsicosis hacen ya una segunda o tercera peregrinación. Así
como muchos de los grandes iniciadores, tales como Pitágoras y Sócrates, él parece utilizar
únicamente la enseñanza oral. Y en su Bade Aron, Schem Tob Ibnz Gaon dice varias veces:
“Rabbí Ezra de Gerona [discípulo de Isaac el Ciego] compuso un comentario de los Haggadoth
tal como los recibió de su maestro Isaac el Ciego”, lo que parece indicar que Isaac el Ciego se
ocupó en interpretar los Haggadoth y las plegarias, lo que quiere decir, ciertamente,
espiritualizarlos en la dirección de su sistema. Pero es el mismo resultado, ya que escribió pocas
obras. Su ceguera, constante en las tradiciones de los Kabalistas, es una razón suficiente para
explicar su sobriedad como escritor. En todo caso, es el Beaucaire, en esa provincia, encrucijada
de tantas ideas, punto de intersección del Norte y del Mediodía, alrededor de Isaac el Ciego es
donde se puede localizar la cuna de la Kabbalah Práctica.

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Las características de su enseñanza y de la escuela que fundó aparecen inmediatamente en su
principal discípulo Ezra-Azriel. Jamás se supo si esos dos nombres representan uno solo y
mismo personaje o corresponden a dos discípulos de Isaac el Ciego. Los kabalistas posteriores
siempre los confunden. Jacobo, en su Yuchasin, dijo que Ezra era el maestro de Nachmánides; al
contrario, Meir Ben Gubbal y otros atribuyen esa honra a Azriel. Recanati atribuye a Azriel el
Comentario del Cantar de los Cantares; Isaac de Acco y otros ponen la misma obra bajo la
paternidad de Ezra. Desde nuestra óptica, Ezra y Azriel son la misma persona. La literatura
judaica es fecunda en confusiones de esa naturaleza y particularmente para los nombres de
Ouziel, Azriel y Ezra. Ezra-Azriel vivió de 1160 hasta 1238. Él mismo cuenta que en su juventud
viajó mucho, en la búsqueda de una doctrina oculta relativa a Dios y la Creación. Después de
largas peregrinaciones encontró un hombre que decía tener una antigua tradición y acreditada y
que apaciguó sus dudas [1].

II. - Ezra-Azriel.

He aquí la doctrina de Ezra tal como él la expone en su obra titulada: Explicaciones de los diez
Sephiroth mediante preguntas y respuestas.

“Lo infinito es el ser absolutamente perfecto sin lagunas. Pues, cuando se dice que hay en él una
fuerza ilimitada, pero si la fuerza se pudiera limitar, entonces habría una laguna en su plenitud.
Por otro lado, se dice que este Universo – que no es perfecto – proviene directamente de él,
declarando así que su potencia es imperfecta. Pues bien, como no se puede atribuir ninguna
laguna a su perfección, es preciso admitir que el En-Sof tiene el poder de limitar y, entonces,
dicho poder es ilimitado”.

“Una vez que ese límite se ha sobrepasado, son los Sephiroth los que constituyen al mismo
tiempo la potencia de perfección y la potencia de imperfección”.

He aquí su acción gradual. La primera está destinada donde preside la fuerza divina, la segunda
la fuerza de los ángeles, la tercera la fuerza profética, la cuarta la expansión de la gracia entre las
esencias superiores, la quinta la expansión del terror su fuerza, la sexta la expansión de la
piedad sobre las cosas inferiores, la séptima hace crecer y fortificar el alma sensible en vías de
desarrollo, la octava produce la gradación sucesiva, la novena emana la fuerza de las otras, la
décima es la vía por la cuál el conjunto de todas las demás se expande en el mundo inferior.

En realidad, pensamos que los Sephiroth se reducían primitivamente al número de tres y eran
primeramente un reflejo del sistema de emanación, tal como lo encontramos en Ibn Gabirol.

Con el Tratado de la Emanación, que perteneció a la misma escuela, tenemos una concepción un
poco diferente de la doctrina; tenemos también un primer ensayo para conciliar con el
misticismo anterior y hacer entrar este misticismo en el marco de una nueva metafísica. No es
[1] - S. Karppe: " Orígenes del Zohar". [Alcan, Ed. París, 1901].

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Sin razón que el autor escogió al profeta Elías para ser su portavoz. En efecto, si Ezra-Azriel
hace alusión a las filosofías, él busca, conquistar todas las creencias. “No es suficiente, dice él,
para ser digno de esas grandes revelaciones, ser un hombre de estudio. Antes que nada, es
necesario ser un hombre de fe; no es suficiente conocer la Biblia, la Mischnah, la Haggadah.
Todo ello es vano si no se tiene fe, si no se aspira con confianza, en el curso común de la vida, a
la sublime y misteriosa Mercabah”.

Jellinek [Auswahl Kabbalist Mystik - I - 1853, Leipzig] atribuye esa obra a R. Jacob Nasir [siglo XII]
y ello por que Recanti [Comentario sobre el Pentateuco] e Isaac de Acco [en su Meirat Enaym]
dicen que el profeta Elías, del cuál se dice ser esa obra, apareció primero a R. Jacob Nasir. Pero
¿porqué dar una tal importancia a ese pseudo apígrafo de Elías? Elías es desde tiempo
inmemorial un personaje que sirve para todo. En la época talmúdica él ya estaba identificado
con el Mesías y le reservan la solución de los problemas casuísticos mantenidos en suspense. En
la literatura homelítica, él es el gran censor, el gran moralista. Nada espantoso es que los
kabalistas, a su vez, se abriguen bajo su nombre sin que haya necesidad de concluir que ellos
tienen en ello un objetivo preciso. A parte de ello, si las revelaciones de Elías son, según los
autores, dadas a Jacob Nasir, esos mismos autores las hacen igualmente proceder hasta de Isaac
el Ciego, Azriel y Nachmánides. Acreditamos como más probable ligar la obra a un discípulo de
Isaac el Ciego o de Ezra que, teniendo nostalgia de la antigua mística, habría querido adoptar la
nueva Kabbalah sin prejuicio de la antigua y habría intentado un ensayo de conciliación entre
una y otra.

Algunas veces se piensa unir la misma escuela con la “Plegaria de R. Nehunyah Ben Hakanah”
o el Bahir y “El Libro de la Intuición”. Para ello no hay ninguna duda, pero para el Bahir nada es
cierto. Se hace necesario decir algunas palabras.

El Bahir se presenta como un diálogo ficticio mantenido por doctores imaginarios. Ahí
encontramos la doctrina de los Sephiroth, tal vez comprendido en el sentido de la nueva
Kabbalah; digo tal vez, pues los Sephiroth no aparecen ahí ni siquiera con los nombres que
tenían en toda la Kabbalah teórica, sino con la denominación de Maamarim, discurso, palabra
creadora, verbo.

La época de la aparición del Bahir es bastante difícil de precisar. Sabemos, por un lado, que
existía en 1245, pues es desde ese momento atacado por el Dr. Meir B. Simón de Narbona. Por
otro lado, las observaciones gramaticales que ahí se encuentran no permiten llevarlo más allá
del periodo que se convino en llamar “la edad de la gramática hebraica”. Esos límites superior e
inferior nos conducen entre los siglos XII y XIII. Esa fecha es ciertamente próxima a la del
nacimiento de la Kabbalah, pero ella no prueba por ello el ligamen o la dependencia del Bahir y
de la escuela de Isaac el Ciego. No es lo mismo respecto al Libro de la Intuición.

El Libro de la Intuición se propone especialmente tratar las relaciones de los Sephiroth con el Ain-
Sof. Dios es uno, idéntico a sí mismo en todas sus fuerzas, como la llama que brilla con variados

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colores. Esas fuerzas emanan de él, como la luz emana de la hoguera, como un olor emana de un
perfume, como el brillo de un candelero de otro candelero sin que ese último nada pierda [aquí
encontramos simultáneamente la terminología de Ibn Gabirol y la de Ezra-Azriel]. Antes de
crear, Dios fue Uno, en sí, en movimiento, sin límite, sin distinción. La mejor manera de
conocerlo consiste en combinar y calcular las letras de su nombre. Se llega así a afirmar de él lo
único que se puede afirmar, o sea que él es oscuro, envuelto en sí y sin diferenciación.

Tal es, más o menos, la substancia primera de la doctrina de Isaac el Ciego y de su escuela, es
decir, la forma primera de la Kabbalah. Es necesario no olvidar esto cada vez que la palabra
“Kabbalah” aparecen ante nosotros. Se que esa primera forma está hecho, respecto a la
metafísica, de una abstracción de las abstracciones neoplatónicas, de un retomar y de una
multiplicación arbitraria de los intermediarios de Ibn Gabirol.

Con su ensayo de diferenciación de los modos creadores, él se encamina hacia el panteísmo.


Después ensaya dar a las leyes metafísicas un matiz físico sirviéndose precisamente de las cosas
de los colores de la luz, lo que será también la poética de la metafísica del Zohar, y finalmente lo
que dice respecto a la religión tradicional será una espiritualización, una idealización mística de
todos los elementos del pasado, susceptibles de ser transformados, una elaboración de nuevas
aspiraciones con fórmulas antiguas. En todos los casos, el cuadro del Zohar está creado.

III. - Nachmánides.

Los esfuerzos de Ezra-Azriel tal vez no hubieran conquistado para la Kabbalah el éxito al cuál el
aspiraba, si no hubiese tenido por discípulo a Moisés Ben Hachnan, comúnmente llamado
Nachmánides, el cuál, llegando tarde al misticismo, lo benefició a los ojos de los doctores
ortodoxos y dogmatistas con la autoridad de un pasado consagrado al estudio del judaísmo
dogmático. Después de él no se osó más colocar bajo sospecha una doctrina la cuál había sido
desarrollada por un hombre como Nachmánides, reputado por su piedad tradicionalista. El
poeta Meschulam en Vidas Dasiera [Dibre Chachanim – 77] canta así:

“Para nosotros el hijo de Nachmán es una ciudadela segura;


Ezra, Azriel nos enseña sin engaño;
Ellos son mis sacerdotes, ellos iluminan mi altar”.

Posteriormente se forma una leyenda sobre la manera cómo Nachmánides llegó a la Kabbalah.
Se cuenta que a pesar de los esfuerzos hechos por un viejo iniciado, él permanecía escéptico. Un
día, ese kabalista es condenado a muerte. Antes de la ejecución, mandó llamar a Nachmánides y
le afirmó que esa noche vendría a su encuentro para celebrar juntos el ágape sabático. En efecto,
por procedimientos ocultos él se sustituyó por un asno que fue ejecutado en su lugar y de noche
se encontró de pronto en la habitación de Nachmánides. Ese acontecimiento lo convirtió.

Más allá del prestigio que Nachmánides dio a la Kabbalah gracias a su persona, él le rindió un
doble servicio. Primero, él entró con resolución en el camino en el que apenas había penetrado

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Ezra-Azriel, o sea que él no se contentó con fundar la Kabbalah teórica filosófica, sino que
penetró en la ley, ley hasta entonces accesible solamente a los talmudistas y haggadistas. Él no
se contentó con enunciar doctrinas místicas, animó el espíritu de la Escritura, sobretodo
interpretó en ese sentido los preceptos de la Biblia y particularmente del Pentateuco.
Nachmánides dio un importante apoyo a esa especie de vulgarización de la Kabbalah. Fue uno
de aquellos que más contribuyeron a publicar los textos sagrados.

He aquí uno de los ejemplos que muestran cómo Nachmánides llevó el espiritualismo a sus
últimas consecuencias. Admite que el primer hombre fue creado andrógino. Pero admite
también que el soplo divino, para animar y ennoblecer esa forma, se infundió en la unión de los
dos cuerpos, y para aclarar de antemano una idea importante del Zohar, añadiremos que cada
parte lleva una mitad del alma.

Nachmánides gusta de citar y desarrollar el siguiente pasaje midrásnico: Mientras el hombre


duerme, el cuerpo limita la libertad del alma sensible, el alma sensible limita la libertad del alma
racional, el alma racional limita la libertad del ángel [el Ángel Guardián], etc. Para
Nachmánides, el alma se siente a disgusto en el cuerpo y rompe cuando puede ese casamiento.
Incluso antes del divorcio definitivo tiene ausencias pasajeras, ella va a errar en el cielo, retoma
contacto con sus hermanas y cuando retorna al cuerpo , tiene conciencia de todo lo que ella vio.
De ahí las visiones del sueño. Se ven, claramente ahí, las teorías relativas a las iniciaciones
órficas, platónicas, etc.

Nachmánides, manteniéndose en general en esas poesías del terreno del judaísmo tradicional,
impregnó a algunas personas con un misticismo que se adapta a las tradiciones. Algunas veces
encontramos ahí alguna mezcla singular entre los elementos kabalísticos y los elementos
gnósticos, entre la doctrina de los Sephiroth y aquella del Pleroma. Es, sobretodo, a propósito
del alma que la comparación es sensible. Es mediante canales, llamados “los canales de
expansión”, que, conforme Nachmánides, ella sale del “gran reservorio”, término absolutamente
adecuado al Pleroma gnóstico [Néander, Kirchengesch, I – 2ª parte, Pg. 745 y Matter, Gnosticismo,
Pg. 95 y siguientes]. La unión del alma con el cuerpo tiene mancha y haga lo que ella haga, solo
tendrá salvación en el amor divino, que, después de haberla dejado errar, la retoma para sí. La
Sophia gnóstica, también, después de haber errado por mucho tiempo, debe su salvación a la
intervención directa y voluntaria del Padre.

Nachmánides también lleva a la práctica su misticismo, sobre un asunto nuevo: la Ética, ya en su


comentario, pero sobretodo en una obra especial titulada: La Puerta de la Recompensa. Lo que
primeramente domina en esa obra, es su concepción mística del sufrimiento. El sufrimiento es
casi siempre, conforme Nachmánides, un sufrimiento de amor. Para unos es una advertencia;
Dios ve con dolor al alma celeste hundirse en las miserias del cuerpo y para detenerla, le envía
sufrimientos [dolores].
Es una gran aflicción entre las almas del cielo y los ángeles ver una de sus compañeras tornarse
indigna de su origen y de su destino. Todos buscan entonces mediante la fuerza de Dios, a fin de
que, reprimiendo por poco tiempo su bondad siempre pronta a mostrarse, golpee a esa alma con

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golpes saludables. Si ella permanece sorda a esas advertencias, ellos se redoblan en intensidad a
fin de obligarla a rescatarla sobre la Tierra y no ser obligada a ese pago en el cielo. Igualmente
para el justo hay sufrimiento de amor, el mismo justo no es perfecto, hay en él escoria, que el
crisol del dolor saca de su alma. Pero esos sufrimientos de amor al hombre no deben infligir al
suyo mismo, es necesario que los reciba, y los reciba con alegría de la mano divina. Desgraciado
aquél que no sufre, pues eso implica que Dios lo abandonó, que él lo condenó para la felicidad
futura y que le dejó inviolada la felicidad presente a fin de que nada tenga que reclamar a su
destino. Sus sufrimientos son fianzas de felicidad ultraterrestre. Así, ciertos dolores son
producidos para pasar de la potencia al acto, las semillas del bien que el alma humana lleva en
sí. De alguna manera los dolores del parto del alma fecunda en Virtudes.

Nachmánides, desde ahora el maestro en Kabbalah Práctica, dice: “Dios creó todas las cosas, e
hizo que las cosas superiores condujesen las cosas inferiores, y que colocara la fuerza de la
Tierra y de todo lo que ella contiene en los astros, conforme las leyes que fija la astrología. A los
astros les propuso como guías a los ángeles, que son sus almas, y sus combinaciones superiores
tienen una repercusión sobre los pueblos y los hombres. Hay también ciertas leyes que permiten
leer el futuro en las entrañas de las aves, en su vuelo, en su voz. Es lo que la Escritura quiere
decir cuando cuenta que el rey Salomón sabía hablar con las aves"”

Nachmánides trata también de la necromancia y de la magia [Ex. 20, 2; Deut. 18, 9]. La evocación
de los demonios o de los Malos Espíritus y, según él, es un arte que necesita estudiarse en
profundidad. Habla de encuentros que tuvo con ciertos maestros del arte del conjuro y
menciona tratados relativos a las relaciones con los Malos Espíritus y la manera de convertirlos
en sus instrumentos [Génesis, 4, 22; Derecha, Pgs. 8 y 11]. La actividad mística de Nachmánides
se extendió sobre la mayor parte de las cuestiones tratadas hasta entonces por la Kabbalah
Teórica. Nachmánides tiene una particularidad entre los discípulos de la escuela metafísica y es
que él se inclina a la especulación para fines teúrgicos, porque a sus ojos el misticismo, lejos de
atrincherarse en la pura investigación, debe conducir rápidamente a la conquista y el dominio
de las fuerzas cósmicas. Después, el Zohar, cuando la locura de esta Teurgia perturbe la razón,
Nachmánides será uno de aquellos según el cuál los espíritus perdidos se dedicarán con la
mayor complacencia. [1].

En la Escuela de Isaac el Ciego, hay aun rasgos muy vivos de especulación filosófica. A pesar de
que esos rasgos sean oscurecidos por nubes de extravagancias y una aplicación fantasiosa de
doctrinas no judaicas a los textos judíos, se percibe que la filosofía pasó por allí.

IV. - Eleazar de Worms.

No es más que lo que se denomina escuela alemana, escuela que tiene probablemente al Rabbí
Jehudah Chasid [el Piadoso] de Ratisbona, por fundador. En todo caso, tiene en su discípulo

[1] – En efecto, no olvidemos que los extremos de esas doctrinas son, ellas mismas, la causa de la
caída.

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Rabbí Eleazar de Worms a su gran representante. Es su doctrina la que servirá para caracterizar
la doctrina de la escuela. Algunas tradiciones hacen remontar el origen de la escuela alemana
hasta Babilonia. Así Rabbí Schem Job dice en sus Emmunot que la noticia de la llegada de un
gran kabalista babilónico, llamado Rabbí Keschischa en Apuleya, para ser iniciado en la
enseñanza sagrada. R. Eleazar de Worms cita a otros iniciadores como Rabbí Samuel Hachasid,
Rabbí Eleazar de Spire, Rabbí Kaloymos, que en 787 habría sido transferido de la Lombardía
hacia Mayence por Carlos Magno [ver Luzzateo: El Judaísmo Ilustrado, I – Pag. 30 y siguientes].

Eleazar de Worms no está preocupado con los problemas metafísicos, al contrario, él ignora o
quiere ignorar las especulaciones de la escuela de Isaac el Ciego; no pronuncia una sola vez la
palabra En-Sof, ni Sephiroth en el sentido que Isaac el Ciego y sus discípulos les dan, sino que él
procede directamente de Ibn Ezra y lleva la forma matemática del misticismo de Ibn Ezra hasta
su último límite, a fin de poder introducir ahí todo lo que le inspira el misticismo de los Gaonim
y particularmente la Kabbalah Práctica o Aplicada, de la cuál él fue el más profundo promotor.
Ahora es necesario dar una ojeada a la obra de Eleazar de Worms que determina a través de
Abulafia y a través del Zohar la bifurcación de Kabbalah teórica y Kabbalah práctica. Vamos a
hablar del Sepher Raziel.

El Sepher Raziel dicen que fue comunicado por el ángel Raziel [Misterio de Dios] a Noé en el
momento de entrar en el arca. Está escrito en una piedra de zafiro: “En él se encuentran grandes
misterios, los misterios de los grados superiores, de los astros, de la revolución, de la función y
costumbres de todos los cuerpos celestes; por la ciencia que ofrece se pueden saber todos los
secretos de las cosas, de la muerte y de la vida, el arte de curar y de interpretar los sueños, el arte
de hacer la guerra y de traer la Paz”. Establecido eso, el Sepher Raziel se presenta como la obra
que nutrió a la Kabbalah Práctica y en general a la tradición judaica con su arsenal rico en
amuletos, talismanes, fórmulas propiciatorias, fórmulas curativas, mixturas mágicas, filtros de
amor y de odio y peticiones. Hoy en día el eco de esas tradiciones, como el nombre de Eleazar,
no está extinto.

Entre los discípulos de Eleazar de Worms hablaremos solamente de Manachem, y en especial de


su obra titulada: “La Corona del Nombre Supremo”. Esa obra está bajo la influencia directa del
maestro y en parte del “Libro del Nombre” de Aben-Ezra. Ella se ocupa sobretodo del
Tetragrama y de los diez Sephiroth y los relaciona.

El discípulo de Eleazar y el segundo representante de la escuela alemana tiende a hacer una


primera síntesis entre los datos de esa escuela y la metafísica de la escuela especulativa y
naturalmente ello en detrimento de esta última.

Los adeptos de la escuela alemana propagaron la forma de su misticismo hasta España. Salomón
B. Adret habla en sus Respp. [nº 548] de un discípulo de Eleazar de Worms llamado Abraham de
Colonia [honorablemente conocido en su escuela]. Ese Abraham de Colonia habría ido a España,
y ahí enseñado y también expuesta su doctrina ante el rey de Castilla, Alfonso X.

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Llegamos así a aquél que intentó fundir las dos escuelas en un todo para colocarlas al servicio de
la contemplación pura, es decir al servicio de una forma un poco más elevada que la Mercabah
de los Gaonim. Estamos hablando de Abulafia.

V. - Abulafia.

Para comprender bien las ideas de Abulafia, se hace necesario dar una ojeada en su vida.
Abraham B. Samuel Abulafia nació en Zaragoza en 1240. Hasta los treinta años, estudió la
Biblia, el Talmud, medicina, filosofía, es especial las obras de Saadah y de Maimónides. Fue un
lector asiduo de Aben-Ezra. Respecto a sus estudios místicos, él mismo dice en su carta a Rabbí
Jehudah Salomón que reencontraremos seguidamente y, en su comentario místico de
Maimónides, que él había sido iniciado en la doctrina de la escuela de Nachmánides. “Es allí,
dice él, donde me fueron enseñadas las vías por las cuáles se revelan las intenciones verdaderas,
los misterios de la ley, y esas vías son en número de tres: el Notarikón [acrología], la Guematría
[evolución numérica] y el Ziruf [permutaciones]”.

La vida de Abulafia, aunque conocida solamente en sus trazos generales, marca la tendencia de
su espíritu hacia una forma de misticismo ultrapasando la propia Kabbalah. Sobre ese aspecto
tenemos de él cartas muy claras y significativas. Rabbí Salomón B. Adret, consultado por los
judíos de Italia sobre los procedimientos del profeta mesías, escribió a un cierto Achitob de
Palermo una carta, en la cuál atacó vigorosamente a Abulafia, censurándole por no haber
comprendido los elementos esenciales de la Kabbalah, ni la doctrina de los Sephiroth, ni sobre la
emanación y por presentar una doctrina nueva, extraña, relativa a las letras y a los números con
miras al espíritu profético. No poseemos la carta de Salomón B. Adret, pero sí la réplica
indirecta que le hizo Abulafia dirigiéndose a un tal Rabbí Jehudah Salomón. Abulafia distingue
primeramente cuatro fuentes del conocimiento: 1º - Los cinco sentidos; 2º - Las ideas o los 10
números abstractos; 3º - El consentimiento universal; 4º - La tradición. Sin detenerse en los dos
primeros, que son conocidos, ni en el tercero que no tiene en sí una gran fuerza de veracidad, él
pasa al cuarto: la tradición [Kabbalah]. Pero no es de la tradición en general que él quiere
ocuparse, y sí solamente de esa Kabbalah especial de los kabalistas, ignorada por el común de
los rabinos, los cuáles están por entero entregados al Talmud. Pues bien, esa Kabbalah
comprende dos dominios: uno concerniente al conocimiento de Dios mediante los diez
Sephiroth, y otro concerniente al conocimiento de Dios mediante las 22 letras que componen los
nombres y los signos y que conducen a la aspiración profética.

Abulafia observó fiel y continuamente a Abn Ezra, y protestó contra Eleazar de Worms y
Nachmánides. Pues bien, el punto en común de esos místicos, es que todos dieron gran atención
al misticismo de las letras, de los números y de los nombres divinos. Abulafia es, antes que
nada, un adepto de esa forma mística. De ahí él toma su punto de partida. Por otro lado, lo
vemos entregarse al estudio de más de doce comentarios del Sepher Yetzirah, lo que nos
confirma la idea que tenemos de su primera tendencia. Pero mientras el Sepher Yetzirah coloca
las letras y los números al servicio de la cosmogonía, mientras que los maestros declaran en todo

22
momento las subordinaciones de los Sephiroth a la Kabbalah, de los cuáles ellos hacen el marco
para la especulación mística, Abulafia pretende ultrapasar esa especulación y operar, sobre la
base de las combinaciones aritméticas, la unión del alma racional con Dios, unión que Ibn
Gabirol y Maimónides consideraban el fruto y la recompensa de la investigación filosófica.

Abulafia se apoya en una teoría del místico cristiano San Buenaventura, relativa a los siete
grados de la contemplación. [¡Esa citación implica en sí un estudio y un conocimiento del
misticismo cristiano!]. Encontramos, además, en sus escritos más de una alusión al dogma del
cristianismo. Hablando de los tres nombres divinos: Yhvh, Yh, Elohim, él dice: “Esos son los tres
nombres sagrados que testimonian el misterio de la Trinidad y la Trinidad de la Unidad. De la
misma manera que la Sabiduría, la Inteligencia y la Ciencia son tres, una sola y misma cosa son,
así como las expresiones: él fue, él es, él será, no son más que una sola persona, al mismo tiempo
una y triple”.

“Si es así, Dios tiene un nombre único, una sustancia una, y que también es triple, pero esa
trinidad es una. Que ello no te parezca extraño, ya que esos nombres explican el asunto ... , esos
nombres son tres y todos designan como sustancia una, idéntica a sí misma, de la misma manera
que la triple invocación de “Santo, Santo, Santo” ... y, además, por el concepto de la Trinidad se
tiene: la Sabiduría, la Inteligencia y la Ciencia”.

En su mesianismo, Abulafia, acreditamos que no compete solamente a los judíos, sino a la


humanidad entera. Y esa concesión a la Trinidad es una alusión al cristianismo. Es sobre la
misma base del dogma cristiano que él pretendía convertir al Papa Martín IV a su misticismo
profético de las letras y de los números, y conquistarlo para su vocación mesiánica. Es, según él,
el nuevo Cristo, pero el antiguo no engañó a los hombres presentando un Dios en tres personas.
Por esa razón, Abulafia insiste continuamente cada vez que trata de los Sephiroth sobre la
división trinitaria en su conjunto y en su agrupamiento parcial.

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II - LOS ELEMENTOS METAFÍSICOS

A - Los Sephiroth

La palabra hebraica Séphira [plural: Sephiroth] significa Números, Numeración. [Se reconoce aquí
la influencia de las ideas platónicas, pitagóricas, alejandrinas, sobre la Kabbalah hebraica].

Efectivamente, desde que comprende el proceso generador de las Cinco Personas, de los Dos
Parejas y de los Dos Rostros, el estudiante en Kabbalah los va a abandonar y, descomponiendo
ese sistema primitivo en nuevos elementos, expresados por nuevos vocablos, él va a abordar el
estudio de los Sephiroth.

Los Sephiroth nos hacen penetrar en el dominio del Absoluto. Ellos nos permiten de alguna
manera adaptarnos a las condiciones de la Relatividad. Su sistema expresa las condiciones de
inteligibilidad y de existencia de toda realidad no absoluta [puesto que están en el plano de la
Naturaleza Naturante].

Para el Hombre, especifican la emanación por el pensamiento divino de las condiciones de


posibilidad para: la Creación, la Conservación y la Perfección de toda realidad.

Resumen, pues, el pensamiento Divino, conforme éste se manifiesta por la producción de


Criaturas, y que él se hace conocer a las dichas Criaturas.

Los Sephiroth manifiestan las adaptaciones de la naturaleza absoluta, las condiciones de la


relatividad, en función de la Vida, todas esas mismas cosas, en la Esfera de la Creación.

Fuerzas energéticas Universales, “Números-dioses”, su estudio expresa de alguna manera la


técnica, los procedimientos operativos, por los cuáles el Absoluto concretizado por el Hijo, o
Verbo Creador, es condescendiente con su Criatura para elevarlo hacia Sí.

Ellos son estudiados mediante las reglas y técnicas de las dos Kabbalahs [mística y práctica], de
las etapas que servirán de mediación entre lo Absoluto y lo Relativo.

De las deducciones de esas condiciones transitivas, de la constitución y del estudio de los


Nombres Divinos [expresiones imaginadas de los aspectos del Absoluto, respecto a ese ser
relativo que es el Hombre], la Kabbalah aportará la jerarquía de los cuatro mundos, que veremos
más adelante.

El Hombre encontrará pues ahí los reflejos, en todo lo Universal, de los múltiples aspectos del
Absoluto. El ser relativo, el hombre arquetípico no podrá sustituirlo en la Naturaleza a no ser que

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se someta a las propias condiciones que constituyen en esa Esfera el propio principio de
existencia, de inteligibilidad y de acción posibles.

Concluimos que solamente la percepción y la concepción de lo “divino” permiten al Hombre


conservar la Vida en el seno de ese caleidoscopio eternamente mutable, y de llegar a ser un ser
inmortal. Lo que definimos en el inicio de esta obra bajo el nombre de “Divino Conocimiento”, es
pues efectivamente la clave de un eterno devenir.

Se ve, mediante esa exposición, que los Sephiroth no son en absoluto personas divinas, sino
simplemente emanaciones. Es un error que frecuentemente los Kabalistas modernos cometen al
atribuir los tres primeros Sephiroth a las tres Personas de la Trinidad. Aquellos no son más que
la imagen, la semejanza. Los Kabalistas de antaño no se engañaron al respecto.

El Zohar nos dice que los Sephiroth son “Formas, que Dios manifestó para dirigir a través de
ellos los mundos desconocidos e invisibles al Hombre, así como los mundos invisibles ...” [igual
a los Eones de los Gnósticos].

Ezra-Azriel declara que son: “la potencia de ser de todo lo que es, de todo lo que está bajo el
concepto de Número puro”.

Conforme Irira, “Son instrumentos espirituales de los que se sirve el Emanador Infinito para
crear, formar, fabricar, conservar”. Él añade: “No son pues criaturas a decir verdad [puesto que
sirven para crear], sino rayos del Infinito, que descienden de la Fuente Suprema, sin que de ella
se separen realmente”.

Moisés de Córdoba nos dice: “Ellos están unidos con la Causa Primera, respecto a la esencia,
pero en cuanto a la operación [del Latín opera: trabajo], son mediadores que representan la
Causa Primera, enteramente inaccesibles en sí. De ella emanan inmediatamente y por la virtud
de esa misma Causa Primera, producen y gobiernan todo lo demás”.

Concluimos que los Sephiroth son los demiurgos, es el Pleroma de los Gnósticos.

No es inútil ofrecer un análisis de la idea sephirótica, según la ética de Spinoza, tal como fue
presentada por el Dr. Jellincks, en su “Estudio sobre la Kabbalah” [1].

1º) Para el SER, que es la Causa y el Gobierno de todas las cosas, comprendemos lo que el Ain-
Soph significa como un ser infinito, libre, absolutamente idéntico a sí mismo, unido en sí, sin
atributos, ni voluntad, ni intención, ni deseo, ni pensamiento, ni palabra, ni acción, cuyos actos
dependan unos de otros.

[1] - Leipzig, 1852.


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2º) Por Sephiroth, comprendemos las potencialidades emanadas por el Absoluto, Aint Soph, y
que son todas, necesariamente, entidades limitadas por la cantidad, que, como la voluntad, sin
cambiar de naturaleza diferente de las cosas que son.

Efectivamente, cada efecto tiene una causa, y todo lo que demuestra orden y la intención tiene
un director.

Además de ello, todo lo que es visible tiene un límite, aquello que es limitado es finito, lo que es
finito no es idéntico a lo absoluto. La Causa Primera del mundo siendo invisible es ilimitada,
infinita, idéntica al absoluto, y corresponde a la definición de Ain-Soph.

Pues la Causa Primera del mundo, siendo infinita, nada puede existir fuera de ella misma. Ella
es inmanente.

3º) Los Sephiroth son necesariamente los intermediarios entre lo Absoluto Ain Soph y el mundo
contingente.

Efectivamente, ese mundo es limitado e imperfecto. Él no procede pues directamente del Ain
Soph. Pues bien, el Ain Soph debe necesariamente ejercer su influencia sobre él; ¡si fuese de otra
manera, dicho mundo no subsistiría! De ahí la necesidad de un intermediario, el conjunto de los
Sephiroth que, en su íntima conexión con Ain Soph, constituyen un Todo Perfecto, pero que, sin
embargo, en su pluralidad, son necesariamente imperfectos.

Pues bien, ya que todas las cosas existentes han nacido de su acción, que ellas mismas son
diferentes las unas de las otras, hay pues un ápice, un estadio medio, y un grado inferior en el
mundo real.

¿Porqué hay diez Sephiroth? Spinoza nos da, según Jellincks, la razón siguiente:

Todos los cuerpos, teniendo dimensiones, y cada una de ellas repitiendo las otras tres, y ahí
incrementando el Espacio, obtenemos: (3x3)+1 = 10.

Pues bien, como los Sephiroth son las potencialidades de todo lo que es, ellos deben ser diez.

Por lo tanto, ese número diez, definido tipo- pluralidad, constituye también el retorno a la unidad,
puesto que contiene en sí todos los números principios, del uno al nueve.

Sobre el hecho que los Sephiroth son emanaciones y no creaciones, se puede decir lo siguiente:

Siendo que ellos proceden del Ain-Soph, que es la perfección Absoluta, ellos deben pues,
necesariamente, ser perfectos, cada uno en su propio dominio. De ahí se concluye que ellos no

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podrían ser creados, sino que ellos son consustanciales con el Ain Soph, y simplemente
emanados.

Los Sephiroth no están fuera de la unidad del Ain Soph; cada uno de ellos debe recibir de aquél
que lo precede y comunicar a aquél que le sigue, lo que quiere decir que ellos son al mismo
tiempo receptivos y comunicativos, así como llamas que se iluminan unas a otras sin que cada
una pierda nada durante esa transmisión de luz.

¿Pero cómo entender su fuente? Es lo que vamos a intentar precisar ahora.

B. - Ain Soph = La Existencia Negativa de Dios

I. - Ain Soph Aur.

Más allá de todo lo que es concebible, más allá de todo lo que el Hombre pueda imaginar,
concebir, contemplar, más allá de todo lo que es, para él el BIEN, y por encima de todo lo que es
el MAL, hay algo. Eso es un “Imposible”, por encima de lo más abstracto que las imposibilidades
accesibles a nuestro espíritu.

Y ello es la existencia negativa de Dios, todo lo que es concebido por el Hombre no es DIOS.

Definir lo que es DIOS es pues imposible al Hombre. Pero admitir que ello debe ser,
necesariamente, es colocar el primer término de una definición particular de ese ABSOLUTO.

La filosofía y la mística, expresándose conjuntamente en la teodicea, nos dicen lo que la quimera


anagógica y el raciocinio le permitieron asentar como certezas metafísicas, con respecto a Dios.
Ellas colocan pues de este modo los límites de su dominio.

Más allá de lo que ellas establecieron en el resultado de sus investigaciones, es el VACÍO,


ciertamente, pero un vacío luminoso, puesto que la última imagen alcanzada por el hombre le
hace concebir a DIOS como una Luz Brillante que ciega, fría, inmóvil, insonora e inodora.

Ese dominio resplandeciente, abierto bajo los pasos del místico en el límite extremo de su viaje,
es lo que la Kabbalah llama la “Luz Vacía e ilimitada”, o sea en hebraico: “Ain Soph Aur”.

Esa palabra compuesta, deriva de Ain: nada, vacío, de Soph: límites, márgenes y de Aur: Luz [1].

[1] – Es evidente que se trata de elementos metafísicos de expresión. Esos términos no tienen
ninguna relación con la luz física ni con las tinieblas correspondientes... Ain Soph Aur equivale a
la idea de iluminación espiritual y Ain Soph aquella, puramente agnóstica, de Ignorancia Total.
Respecto a Ain, es el aniquilamiento de todo pensamiento, de toda concepción, la pérdida de
conocimiento, en el sentido esotérico de la palabra...
27
II. - Ain Soph.

Si admitimos [como está dicho en el párrafo 1º], que más allá de lo que es concebible y traducible,
existe un dominio del cuál no podemos establecer ninguna “imagen”, estamos entonces llevados
a reconocer que esa noción de “Luz” es, por consiguiente, aun una noción.

Rechacémosla, pues ella es, también, como uno de los últimos velos que nos enmascara la
eternidad de Dios, ¡y llamemos la Nada a nuestro auxilio! Y la Nada nos confiará aun un secreto.

Ella nos hará concebir una “región” del Desconocido de dónde ninguna “Luz” emana. Ante
nosotros, admirando los márgenes del Abismo, no hay más que una “Noche” oscura, noche
espantosa, tenebrosa y silenciosa. Y esas Tinieblas, las adivinamos sin límites, así como lo era
para la misma “Luz” precedente. Se encuentra más allá del Ain Soph Aur, el “Vacío Luminoso”,
por sobre esa “Luz” que es también una realidad, es el “Ain Soph”, el “Vacío oscuro e ilimitado”.

III. - Ain.

Pero esa “Noche”, por espantosa que sea, es aun una realidad relativa, ¡puesto que llegamos a
concebirla! Ella es, a su manera, y si ella nos hace concebir la “Nada Absoluta”, mejor que la
“Luz” precedente que era aun una realidad también tangible, nos ofrece además una posibilidad
de evasión ... Bañémonos pues en ese océano oscuro, en esa inmensidad negra y fría. Al final del
viaje, cuando hayamos ido más allá de la “Luz sin límites”, explorando las “Tinieblas sin
límites”, habremos rechazado todo concepto o imagen del mismo INEXPRESABLE, cuando
sintamos al espíritu vacilar, cuando el vértigo de la Locura nos arrebate hacia el “Horror que no
tiene nombre”, hacia lo INCOMPRENSIBLE. Entonces veremos aparecer el final de ese
“interrogatorio” demoníaco ... ¡Y saludaremos con alegría el aniquilamiento liberador! Pues una
“región” metafísica nueva abrirá sus puertas ante nosotros, y detrás de ellas, leeremos
finalmente la palabra que nos adormecerá, cerrando nuestros dolores y calmando nuestro
conmovido corazón, y esa palabra, será finalmente “Ain”, o sea: NADA ...

Concluimos, pues, que más allá de lo imposible, como más allá de lo que no es, en un caso como
en el otro, está el “NO SER”.

Esa “NADA”, ese dominio donde Dios oculta “lo que no será, lo que no es y lo que jamás fue”, es la
antípoda inmediata de otra región, donde Dios manifiesta “lo que fue, es y será”.

Entre esos dos mundos hay un “pasaje” que encontramos enseguida, pero acentuado; ese pasaje
es, de alguna manera, el “Umbral” y se llama Kether, la “Corona de Eternidad”. De Kether nace
otra manifestación de Dios, en un plano o mundo diferente, y que desciende, de “reflejo” en
“reflejo” hasta el universo material, hasta el Hombre, la planta y el mineral.

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Si vamos aun más lejos, descendiendo siempre cada vez más, hacia la Nada de los orígenes,
hacia el Abismo donde comienza a bullir, danzar, fluctuar todas las larvas de “lo que será”, nos
apartaremos cada vez más de Kether. Y, en consecuencia, lenta pero seguramente, franqueando
una después de otra las zonas que visitó Dante, pasaremos sucesivamente después al “Mundo”
de las diez regiones que son: “la Fosa” [o Sheol], “la Perdición” [o Aebron], “el Excremento” [o
Tit-Aisoun], “el Pozo del Abismo” [o Bershoat], “la Sombra de la Muerte” [o Irashtom], “las
Puertas de la Muerte” [o Gehenoum] y finalmente “el Valle del Olvido” [Gehennain].

Más allá, nos dicen las tradiciones, viene el “Horror que no tiene nombre”. ¿Qué encontramos
entonces en los márgenes del último “Umbral”?

La Noche, fría, negra, como la Tumba. ¡Y el Vacío también! El Vacío que se manifestará por la
sensación de una caída sin fin. Estamos ante el Ain, la “NADA” ... Y habremos rodeado el periplo ...

Aben Ezra trajo de esa concepción fantástica de la Nada Absoluta, anunciada por Maimónides, su
génesis de los Sephiroth.

El concepto que reúne todo el conjunto de esas negaciones es el concepto del Ain Soph [sin fin,
infinito]. El Ain Soph es ilimitado, uno, en sí, sin atributos, sin voluntad, sin idea, sin intención,
sin palabra, sin acción. Ese Ser no puede haber querido la Creación, pues la voluntad implica en
el agente que quiere un cambio, una imperfección.

Pero si ese Ser es infinito, todo está en él y nada está fuera de él. Si todo está en él, entonces el
Universo limitado, defectuoso, está también en él, pues si él no tuviese también el poder de
realizar lo finito, su potencia sería limitada y no sería infinita. Aquí se hace necesario dar la
palabra al autor:

“Lo Infinito es el Ser absolutamente perfecto sin lagunas. Pues, cuando se dice que hay en él una
fuerza ilimitada, pero la fuerza no se puede limitar, se introduce una laguna en su plenitud. Por
otro lado, si decimos que ese Universo – que no es perfecto – proviene directamente de él, se
declara que su potencia es imperfecta. Pues bien, como no se puede atribuir ninguna laguna a su
perfección, es preciso necesariamente admitir que el Ain Soph tiene el poder de limitarse, cuyo
poder es él mismo ilimitado”.

“Una vez salido de él directamente ese límite, esos son los Sephiroth que constituyen al mismo
tiempo la potencia de perfección y la potencia de imperfección. Efectivamente, cuando reciben la
plenitud superabundante que emana de su perfección, tienen una potencia perfecta, pero
cuando la afluencia no les llega, tienen una potencia imperfecta. Ellos tienen en consecuencia el
poder de actuar al mismo tiempo de una manera perfecta y de una manera imperfecta. La
perfección y la imperfección fundamentan la variedad de las cosas”.

“Por otro lado, decir que Dios dirige sobre el Acto Creador su voluntad sin la intermediación de
los Sephiroth, es exponerse a la objeción, a saber que la volición implica una imperfección en el

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sujeto que quiere. Decir lo contrario, que su voluntad no fue dirigida hacia el Acto Creador, es
objetar que la creación sería una obra del azar. Pues bien, todo lo que nace del azar no tiene un
orden establecido. Pero nosotros vemos que las cosas creadas tienen un orden seguro, que ellas
nacen, subsisten y perecen de acuerdo con ese orden. ¡Y bien! Ese orden es el conjunto de los
Sephiroth. Los Sephiroth son la potencia de ser de todo lo que es, de todo lo que está bajo el
concepto de número. Y como la existencia de las cosas creadas se debe a la intermediación de los
Sephiroth, ellas se distinguen necesariamente unas de las otras y hay en ellas una región
superior, inferior y media, aunque todas las cosas surjan de una raíz fundamental, lo infinito, sin
el cuál no habría nada”.

Así se demuestra la existencia de los Sephiroth, pero ¿cómo demostrar ahora que ellos son diez,
en una sola potencia? Los Sephiroth, dijimos, son el comienzo y el principio de todo lo que es
limitado. Pues bien, todo aquello que es limitado se separa en una substancia y un lugar, pues
no hay substancia sin lugar y no hay lugar sin la presencia de una substancia. Pero lo mínimo
que se puede reconocer en una substancia es una triple potencia [superior, media e inferior].
Pues cuando esa triple potencia se expande en anchura, longitud y profundidad [altura], eso da
nueve posibilidades de cómo una substancia no puede subsistir sin un lugar y recíprocamente,
luego el número que envuelve la substancia y el lugar no puede ser inferior a diez. Por ello se
dice en el Sepher Yetzirah: “diez y no nueve, pero también diez y no once, pues se podría
acreditar que si los tres se convierten en nueve, los cuatro se convierten en seis, por lo que no es
entonces necesario considerar que el lugar existe como consecuencia de la substancia y que la
substancia y el lugar constituyen una sola y misma cosa”.

El número diez no es incompatible con la unidad del Ain Soph, puesto que la unidad es el
fundamento de todos los números y que la multiplicidad sale de la unidad así como el fuego, la
llama, la centella, la luz, el color, aunque diferentes, tienen una única causa.

¿Y la prueba que los Sephiroth son emanados y no creados?

Resulta de la perfección de Dios que la forma de producción del Universo es la Emanación, lo


que indica que se puede gastar sin perder nada. Además, ello indicaría la marca de la perfección
divina, puesto que lo propio de las cosas creadas es precisamente no ser idénticas a sí misma y
de disminuir. ¿Como podrían los Sephiroth sin ello suplir sin medida y eternamente todas las
necesidades del Universo?

Pero si los Sephiroth son emanados, ¿cómo pueden ser limitados, mensurables y concretos? La
realidad concreta es mensurable, siendo una consecuencia de su límite y ellos tienen un límite
con el fin de marcar por otro lado, como dijimos, la potencia de Dios al limitar y, por otro lado,
porque toda cosa, para ser perceptible al espíritu, debe ser limitada. Pues bien, los Sephiroth
destinados a revelar la gloria de Dios estaban destinados a ser conocidos por el Hombre. Pero si
los Sephiroth son limitados, sus límites emanan de Dios de una manera limitada. Es por eso que
fue dicho en el Sepher Yetzirah: “su medida es diez sin fin”.

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La Emanación, ¿tuvo un comienzo o es eterna? Si ella comenzó, se puede objetar: ¿cómo puede
existir lo nuevo y el cambio en el Absoluto? Y si decimos que ella es eterna, nosotros exponemos
la siguiente objeción: pero entonces, ¿los Sephiroth son iguales e idénticos al Ain Soph? Es
necesario admitir que entre los Sephiroth hay uno, el primero, que efectivamente existe en Dios
desde toda la eternidad, pero solamente “en potencia”. Respecto a la objeción de la identidad de
los Sephiroth entre ellos, se puede responder por la comparación de una llama en la cuál se
habría encendido toda suerte de luminarias, que aun salidos del mismo principio, serían más o
menos brillantes. De la misma manera, los Sephiroth difieren entre ellos por su mayor o menor
anterioridad.

Sería incorrecto, entonces, considerar los Sephiroth como planos en los cuáles tomarían
nacimiento diverso, repartida de manera desigual, la esencia divina necesaria para la existencia
y la manutención de la Creación Total.

Son, contrariamente, el sentido de la palabra demiurgos [obreros divinos]: fuerzas energéticas


inteligentes.

Su mayor o menor distancia esencial del Ain Soph Aur, la Divinidad Negativa, genera una
jerarquía. Esa Década Inteligente, la encontramos deformada, degenerada, en la teogonía cristiana
con los nueve coros de Ángeles, que son: Serafines, Querubines, Tronos, Dominaciones,
Potencias, Virtudes, Principados, Arcángeles y Ángeles. El último coro está constituido, según la
mayoría de los teólogos, por las Almas glorificadas.

El exoterismo judaico común los designa con el nombre de Haioth Ha Kodesch [traducción literal:
animales de santidad]. El griego traduce “angelos” por “mensajeros” o “intermediarios”. Estas dos
últimas expresiones son bastante ciertas, ya que el mensajero o intermediario puede
considerarse como un obrero divino.

Éstos son sus nombres hebraicos: los Ophanim [que ordenan el caos], los Aralim [que mantienen
la forma de la materia sutil], los Hasmalim [que aseguran la representación de la efigie de los
cuerpos y de las formas materiales], los Serafines [que producen los elementos], los Malachim
[que producen el reino mineral], los Elohim [que producen el reino vegetal], los Beni Elohim
[que producen el reino animal], los Querubim [que presiden la creación de los Hombres y los
conducen hacia la vida eterna], los Ischim [que dan a los Hombres la inteligencia y la
comprensión de las cosas divinas].

No cometeremos el error de los autores maniqueístas, que colocan frente a la Década Divina una
Década Sombría, compuesta de elementos y de fuerzas opuestas. El dualismo es un error. El Mal
como entidad pura no existe. Es la mayor o menor ausencia del soberano Bien [la esencia divina,
más o menos retirada de alguna cosa] que es lo que produce tal ilusión. Sin embargo, existe un
aspecto invertido de las diez Sephiras. Pronto lo veremos.

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La palabra “coro” empleada en la angeología cristiana es bastante exacta, significando en griego
“una asamblea de seres o de cosas según un orden determinado y actuando según leyes
precisas”.

Esa Década Sagrada se encuentra también en la Mitología griega, con Apolo y las Nueve Musas,
que son:

Apolo [la gloria], Clio [la historia], Urania [la metafísica], Talia [la comedia], Melpómenes [la
tragedia], Poliminia [la elocuencia], Calíope [la epopeya], Erato [la poesía ligera], Euterpe [la
música] y Terpsícora [la danza].

El esoterismo de sus definiciones, sus raíces en el psiquismo del Hombre y sus relaciones
metafísicas que de ahí emanan, son fáciles de descubrir.

El Pitagorismo destacó mas que cualquier otro movimiento filosófico la importancia de la


Década y los Diez Números Puros que la componen.

Los Sephiroth, siendo emanaciones y planos inteligentes, es, por consiguiente, mediante ellos y en
ellos que se realizan las eternas creaciones de Dios.

En el esquema de la figura 1, el conjunto de los Sephiroth está dispuesto según un cierto orden
decreciente y proporcional. Él no indica, para decir verdad, diferencias, sino estados. Y no se
podría afirmar si la Sephirah Malkuth está más lejana de Kether que la de Yesod. Sólo es un
sencillo esquema de distribución.

En lo alto del Árbol, tenemos tres nombres. Kether, siendo la última manifestación del Hijo
antes de entrar en su propia esencia, es necesario que esperemos reencontrar allí lo “Divino”
total. Efectivamente, esos tres nombres no hacen más que establecer el misterio de la Trinidad
Divina.

“Ain” significa Negación, “Ain Soph” es ilimitado, y “Ain Soph Aur” es Luz Ilimitada.

Inmediatamente después de la última emanación, que es Kether, dejamos el observador de lo


Divino, el dominio de lo real, de la creación. Entonces, naturalmente viene lo contrario: lo Irreal
y el No Ser.

El Hijo es para nosotros la última manifestación de lo Divino. Él nos es aun imperceptible bajo
su forma de Hombre Dios, tenemos poca capacidad de verlo, puesto que somos como
fragmentos del Hombre Arquetípico, hechos a su imagen.

Si nos reintegrásemos en su esencia [lo que es imposible, puesto que no somos más que una
criatura], entonces podríamos percibir vagamente la Madre, segunda persona de la trinidad. No
podríamos ir más lejos porque nos sería imposible incorporarnos en ella. Esa segunda persona

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nos impide la percepción de la primera. El espíritu del Hombre se pierde en ella, no pudiendo ir
más allá. Ella es, pues, para nosotros, lo Ilimitado, así como lo define Ain Soph [1].

Y respecto al Padre, sobre el cuál nada podemos obtener, estamos reducidos al silencio intelectual.
No decir nada, es casi negarlo. De ahí viene la expresión Ain: la Negación [2].

La tradición hebraica define las manifestaciones de los Diez Sephiroth con el auxilio de los diez
Nombres Divinos. Esos Diez Nombres Divino no muestran el nombre [respecto al modo de
acción del Verbo Humano] como palabra de poder. Ellos no permiten el dominio oculto, por el
hombre, de la Fuerza Energética en cuestión. Ellos no definen diez dioses diferentes. Ellos
expresan simplemente el hijo, queriendo significar, a pesar de todo, Dios manifestándose de una
manera dada en uno de esos planos. Es necesario pues traducirlos al castellano para comprender
la naturaleza del Nombre y de la Sephirah. Esos son modos de definición. Pero la Kabbalah
práctica los conserva bajo su forma hebraica [3].

Siendo esas Fuerzas Energéticas, Creadoras, Inteligencias, los Sephiroth son naturalmente el
dominio hacia el cuál debe dirigirse la acción evolutiva del Hombre. Ellos deben ser para él
refugios, protecciones, agentes de su salvación.

Es en ellos, de esfera en esfera, que él deberá elevarse hacia lo Divino, tan alto como pueda
alcanzar, cuando tenga éxito en la tarea de desprender su propia esencia de la gehena con la cuál
se modeló y fundió, desde que quiso igualarse a Dios.

C. - Los Cineroth o "Caminos"

El Kabalista que llega a Kether, a la suprema Sephirah, verá entonces a Dios cara a cara, bajo el
aspecto del Hijo, su divino modelo. Él deberá entonces detenerse allí. Si él procura percibir,
definir, la segunda persona, la Madre, él entrará entonces en el Ain Soph, lo Ilimitado. Ahí él se
perderá como en un desierto tenebroso. Y el tercer aspecto del Trino Dios, Ain, la Negación, lo
rechazará nuevamente a las antípodas metafísicas de lo divino. Una segunda caída se
consumará entonces, justificando las palabras de la Escritura: “Tú no puedes ver mi rostro sin
morir”.

[1] - Las Vírgenes Negras son una imagen de esa "Tiniebla Divina", llamada: Ain Soph.
[2] - Bitos: Abismo, de los gnósticos.
[3] - A palavra HIJO no significa en absoluto aquí la tercera persona de la Trinidad cristiana,
sino el NOVIO, o REY, del Microprosopos, por oposición a MADRE, la REINA, la NOVIA, de la
cuál él es la pareja. Nosotros lo empleamos porque es un término familiar de los misterios de
Occidente.
33
Tal vez esa ascensión y esa caída sean eternas. Tal vez el Aspirar y el Expirar, esa especie de
“respiración” de lo Divino, sean simplemente las propias condiciones de la Eternidad de la
Creación y, consecuentemente, de la Inmortalidad del Hombre Arquetipo.

En cada uno de los Sephiroth se reproduce el proceso generador reencontrado hasta el presente
en el estudio del Dios “Tri-Uno”. Así, una Sephirah propiamente dicha está constituida por su
principio, simbolizado por el Nombre Divino que le corresponde. Ese principio se subdivide en
otros dos, ellos mismos generadores de un tercero. Cada uno de esos tres términos emana a su
vez dos factores secundarios, y otro por el primer elemento primitivo. Esto nos da entonces la
unidad, el ternario, el septenario. La década se reconstituye, nacida de los dos últimos esquemas,
como en lo Divino. Esto nos conduce a veintiún elementos secundarios. El vigésimo segundo no
es otra cosa que el resultado de su acción en el Mundo fenomenal.

Efectivamente:

1 [Dios Uno].
3 [Dios Trino].
7 [Los Siete Espíritus].
10 [Los Diez Sephiroth o Demiurgos].
1 [El Hombre Arquetipo o el Mundo].
22 [Número de la Creación conforme la Kabbalah]
Número de letras del alfabeto y de los Caminos del Árbol simbólico.

Esto explica que las letras sean la imagen de la propia Creación, o sean sus factores.

Cómo tiene lugar esa Creación en el seno de la Natura Naturante es explicado por el Sepher-ha-
Zohar.

Recordemos, para mejor establecer el problema, que el Hijo emana la Substancia de esa Natura
Naturante, reflejo exterior de la Trinidad, de la Madre Eterna, la Segunda Persona. Es en la
acción del Verbo sobre la Natura Naturante que se concretiza la Creación.

Esto es lo que dice el Zohar:

“No se debe concluir que la Materia fue creada por el Verbo o Logos Creador, que ya era
manifiesto antes de la Creación. Ciertamente, él existe desde toda la eternidad, pero él se
manifestó por primera vez cuando la materia fue creada”.

“Antes, el misterioso Infinito Divino manifestó su Omnipotencia y su bondad con el auxilio del
misterioso pensamiento, de esencia igual que el Verbo, pero silencioso e interior. El Verbo,
manifestado en la época de la creación de la Materia, existía antes bajo la forma de pensamiento.
Pues, si la palabra es capaz de expresar todo lo que es material, ella es impotente para
manifestar lo inmaterial. Es por ello que la escritura dice: “Y Elohim dijo”. Quiere decir que Dios

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se manifestó en la forma de Verbo. Esa semilla divina, por la cuál la Creación fue llevada a cabo,
acaba germinando y, transformándose en Verbo, ella hizo del pensamiento una realidad”.

“Así, mediante uno de los misterios más impenetrables, lo Infinito impactó, con el sonido del
Verbo, el Vacío, a pesar que las ondas sonoras allí no sean transmisibles. El sonido del Verbo fue
pues la materialización del Vacío”.

“Pero esa materialización habría permanecido siempre en el estado de imponderabilidad, si en


el momento de impactar el Vacío, el sonido del Verbo, no hubiese hecho explotar el punto
brillante, origen de la Luz, que es el Misterio Supremo, y cuya existencia es inconcebible. Es por
ello que el Verbo es llamado Principio, siendo el origen de toda la Creación” [Ver San Juan, I]
“El Verbo tomó la forma de las Letras del Alfabeto, que emanan todas del Punto Supremo
[Kether]”.

“Las Veintidós Letras de la escritura están incluidas en los Diez Sephiroth e inversamente [las
Letras, siendo la manifestación del Verbo Creador, y los Sephiroth, situados en el dominio de la
Creación] ellos están comprendidos en las letras ...”

Alfabeto Hebraico Fig. N°2

Nº Letra Nombre Valor N° Letra Nombre Valor

01 a Aleph 1 12 l Lamed 30
02 b Beth 2 13 m Mem 40
03 g Ghimel 3 14 n Noun 50
04 d Daleth 4 15 s Samech 60
05 h Hé 5 16 Hain 70
06 w Vau 6 17 p Phé 80
07 z Zain 7 18 x Tsadé 90
08 j Heth 8 19 q Coph 100
09 f Teth 9 20 r Resh 200
10 y Iod 10 21 c Shin 300
11 k Caph 20 22 t Tau 400

Las 22 Letras son pues los Signos representativos de los Sonidos, siendo tales Sonidos la
manifestación del Verbo Creador. Pero antes que nada, la Kabbalah considera las Letras como
los Hayoth Ha Kodesh, o seres sagrados.

“Los Hayoth, coronados de Letras, descienden de la región ininteligible de lo Alto hacia la


región inferior”.

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“En el momento de la Creación, los elementos constitutivos no estaban purificados. Se fueron
combinando simultáneamente, superponiéndose, formando de ese modo ciertas
materializaciones de las Ideas Divinas, dando nacimiento las Letras a todas las formas y a todas
las Imágenes que existen en el mundo de la Creación, en el seno de la Natura Naturante”.

El Zohar las concretiza entonces bajo la forma de seres, animados e inteligentes. Así, cada palabra,
compuesta de letras, es un ser vivo, seguidamente una cosa, una forma o una imagen. Hay pues
tantos seres y cosas como posibilidades de expresión del Verbo creador. Y cada cosa tiene un
creador particular, que la anima y la conduce hacia su fin, ese demiurgo en miniatura es un
“Hayoth coronado de letras”, para emplear la imagen del Zohar.

Los Hayoth son pues ideas divinas, trabajando en el seno de cada Sephirah.

Pero también afirmamos que son los Eones de la Gnosis.


He aquí los nombres:

Éstos son los XXII Nombres Divinos que están ligados a los veintidós Caminos uniendo los
Sephiroth, y que están ligados a toda acción práctica bajo tales Caminos. Damos la ortografía
hebraica para facilidad de las transcripciones.
01 a Dios de lo Infinito hya Aiah
02 b Dios de la Sabiduría hyb Biah
03 g Dios de la Retribución hyg Guiah
04 d Dios de las Puertas de Luz hyd Diah
05 h Dios de Dios hyh Haiah
06 w Dios Fundador hyw Viah
07 z Dios del Rayo [fulgor] hyz Ziah
08 j Dios de la Misericordia hyj Jiah
09 f Dios de la Bondad hyf Tiah
10 y Dios Principio hyy Iiah
11 k Dios Inmutable hyk Kiah
12 l Dios de los 30 Caminos de la Sabiduría hyl Liah
13 m Dios Arcano hym Miah
14 n Dios de las 50 Puertas de la Luz hyn Niah
15 s Dios Fulminante hys Siah
16 u Dios Adjurante hyu Aiah
17 p Dios de los Discursos hyp Piah
18 x Dios de Justicia hyx Tziah
19 q Dios del Derecho hyq Quiah
20 r Dios Jefe hyr Riah
21 c Dios Salvador hyc Schiah
22 t Dios Fin de Todo hyt Thiah

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Pero, antes que nada, hay veintidós principales, que corresponde cada uno a cada una de las
veintidós Letras. La razón de ello es que cada una de las Letras es la inicial, la cabeza, el conductor,
de una palabra idea del Logos Creador. Ello explica que la Kabbalah considere dentro de los
veintidós
Hayoth primordiales a los veintidós atributos de lo Divino, que define por otro lado mediante
veintidós Nombres Divinos, de los cuáles cada Letra es la inicial. Ya vimos antes el porqué esas
ideas-fuerza eran veintidós [suma de los elementos creadores, expresados en la Natura
Naturante].

LOS VEINTIDÓS CAMINOS

N° Recorrido Nombre Divino Nombre de la Dia de la Luna


Inteligencia Recorrido

01 De Kether a Chokmah Eheieh Aiah 1° dia


02 De Kether a Binah Bachour Biah 2° dia
03 De Kether a Tiphereth Gadol Giah 3° dia
04 De Chokmah a Binah Dagoul Diah 4° dia
05 De Chokmah a Tiphereth Hadmon Eiah 5° dia
06 De Chokmah a Chesed Vezio Viah 6° dia
07 De Binah a Tiphereth Zakai Ziah 7° dia
08 De Binah a Geburah Hasid Hiah 8° dia
09 De Chesed a Geburah Tehod Tiah 9° dia
10 De Chesed a Tiphereth Iah Iiah 10° dia
11 De Chesed a Netzah Kabir Kiah 11° dia
12 De Geburah a Tiphereth Limmud Liah 12° dia
13 De Geburah a Hod Meborak Miah 13° dia
14 De Tiphereth a Netzah Nora Niah 14° dia
15 De Tiphereth a Hod Somek Siah 15° dia
16 De Tiphereth a Yesod Hazaz Aiah 16° dia
17 De Netzah a Hod Phodek Piah 17° dia
18 De Netzah a Yesod Tsedek Tsiah 18° dia
19 De Netzah a Malkuth Kadosh Quiah 19° dia
20 De Hod a Yesod Rodeh Riah 20° dia
21 De Hod a Malkuth Shadai Shiah 21° dia
22 De Yesod a Malkuth Thechinah Thiah 22° dia

Ahora se concibe que la técnica kabalística tradicional, de la cuál una de las ramas [la
Themourah] consiste en transponer las letras de una palabra para crear otra [lo que vulgarmente
se llama anagrama] se relaciona con la alquimia del verbo, puesto que ella efectúa una
transmutación real de los Hayoth.
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Igualmente, como todo se reduce en aritmética a reconducir un número cualquiera a uno de los
diez primeros, ineludiblemente, se ve que todas las palabras, que quieren decir todos los Hayoth
Ha Kodesh, pueden ser reconducidos, por la adición de los valores numerales de las Letras que
la componen, a uno de los diez números primordiales, y así estar ligadas a uno de los Sephiroth.

Eso es lo que justifica la segunda rama de la Kabbalah, la Guematria, que quiere que los nombres
que tengan una suma numeral semejante sean de la misma familia, como en el caso de las
palabras “yain” [vino] y “sod” [misterio] cuya suma en Hebreo es 70. Ellas pertenecen
efectivamente a la misma Sephirah.

Finalmente, tomando la inicial de varias palabras formando una frase, inteligible y completa, se
forma una nueva palabra, es decir un nuevo Hayoth. Es el caso de la frase: “Ata Gibor Leolam
Adonai” [“Tú eres el Dios Fuerte por toda la Eternidad”], cuyas iniciales dan la famosa palabra
AGLA. Por ese medio, denominado Notarikón, la Kabbalah forma un nuevo Hayoth. Siendo
habitualmente inexpresado en formas comunes, está más próximo de lo Divino [o sea, del Verbo
Creador], y de una mayor potencia oculta [1].

Es evidente que las palabras que sirven para expresar cosas puras, nobles, elevadas, divinas
[tales como los atributos de Dios] están animadas y conducidas por Hayoth mas elevados y mas
puros que aquellos correspondientes a palabras vulgares.

Concluimos, con esta teoría de las palabras vivas, en la tradición de los encantamientos,
mantrams, esas “palabras de poder” de todas las magias antiguas. Reconocemos ahí el oculto
poder del Sonido, concretizado gráficamente por la Letra, orientado mediante la palabra,
dinamizado por su colocación en el seno de una figura geométrica, constituyendo todo ese
conjunto un pantáculo, un yantra ...

De la misma manera que el esquema de los Sephiroth reviste su forma total y primitiva en el
seno de la Natura Naturante, como la Creación Total, de la misma forma ese esquema es
repetido en cada uno de los Sephiroth a fin de permitirle crear en sí mismo, pues en realidad
esas fuerzas divinas son inseparables.

Si tomamos pues cualquier Sephirah, ahí reencontramos en la cima un reflejo de Kether, y en el


fondo, un reflejo de Malkuth. Paralelamente, habrá ahí siempre, derivando del esquema
decenario sefirótico, en no importa cuál Sephirah, veintidós Hayoth, repetición de los 22
primitivos [2].

[1] - De ahí los Nombres Divinos de "n" Letras, verdaderas Egrégoras de los Nombres secundarios
que ellos concretizan en uno solo.
[2]- Notemos que los 32 "Senderos de la Sabiduría" de los Kabalistas [comprendiendo los 10
Números (Sephiroth - Numeración) y las 22 letras] son equivalentes a los 32 Eones primordiales,
de la escuela gnóstica valentiniana, el 33° Eon no siendo mas que el resultado de la acción
común de los 32 primeros, y emanado después que ellos.
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En nuestro modo occidental de expresión, a los Hayoth Ha Kodesh les llamamos Entidades.

Ahora vamos a estudiarlos como seres individualizados.

Pero antes, concluyamos.

La Cifra no es el Número. Ella no es mas que la expresión gráfica convencional. Evoca una
“sucesión aditiva” de la Unidad, mientras que el Número expresa ésta de modo activo, en el
dominio superior. El Número es, resumidamente, una potencia metafísica dinámica, una
verdadera entidad. La cifra es en relación al Número lo que el cuerpo de carne de un ciudadano
es para el Alma Colectiva de su raza, el Egrégor nacional, una representación situada en el
tiempo, fugitiva e imperfecta.

El Número casi no se aplica a una sucesión de objetos contingentes heterogéneos. Mientras que
la Cifra puede expresar la pluralidad en la diferencia [ejemplo: “los tres”, se trate de un hombre,
de su caballo y de su perro], el Número casi no puede expresar más que la pluralidad de género
[ejemplo: “los tres”, tratándose de tres hombres].

Pues bien, el Hebreo Sephiroth significa numeración. Los Sephiroth son, pues, Números Puros, lo
que nos muestra ya el hecho de ser ellos en número de diez, escala de números enteros.

A consecuencia de ello, los Cineroth, o canales, también llamados “Caminos”, término que
designa lo que liga a los Sephiroth entre sí y que permite ir a ellos y volver, se ven iluminados así
con una luz inesperada y nueva. En efecto, nuestros Cineroth son:

1º) Los elementos metafísicos que permiten llegar a la comprensión de los Números Puros, de ir
hacia ellos. Como tales, son “caminos”.

2º) Los elementos metafísicos que ligan a los Números Puros entre ellos, y como tales, son
“canales” en los cuáles [solo en ese sentido] debe circular alguna cosa.

Así pues, los Cineroth son al mismo tiempo las claves del conocimiento numeral y los soportes
mutuos de esos elementos.

Es pues el estudio y el empleo de esos Cineroth una buena parte de la Kabbalah.

Pues bien, los Cineroth son idénticos a las Letras con las cuáles ellos son una misma cosa. La
Letra es al Cineroth como el Número es a la Sephirah. La relación que se establece entre la Letra y
el Número equivale a la relación entre el Verbo y el pensamiento.

“No se debe concluir con ello que la Materia fue creada por el Verbo, que ya era manifiesto antes
de la Creación. Ciertamente, él existe por toda la Eternidad, pero él se manifestó por primera

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vez cuando la Materia fue creada. Antes, el misterioso infinito manifestó su omnipotencia y su
infinita Bondad con el auxilio de su propio pensamiento de la misma esencia que el Verbo, pero
silencioso [1]. Entonces el Verbo golpeó el vacío y brotó la Luz, origen de toda la creación [I, 16].
Para ello, el Verbo tomó la forma de Letras del alfabeto. Todas emanaron del punto supremo y
primitivo”.

De hecho, entonces, el Número equivale a uno de los 10 pensamientos esenciales del absoluto, la
Letra equivale a una de las 22 “Manifestaciones esenciales” de ese Absoluto, combinaciones de las
precedentes, en conjunto.

D. - Los Textos de Acción

Para activar esas Fuerzas interiores, las religiones y las magias siempre utilizaron textos
inmutables, expresando el resultado buscado, y que, por el hecho de su inmutabilidad y de su
repetición secular, son textos vivos, compuestos de palabras vivas, verdaderos egrégors a su vez.

El alma del texto es lo que él expresa, la idea general que de él viene. El cuerpo material es la
palabra que lo expresa. El doble, o intermediario plástico, es el pensamiento humano que
acompaña al Verbo.

Se ve por esta rápida exposición el grave inconveniente que puede haber en modificar las
plegarias, las invocaciones seculares, sustituyéndolas por adaptaciones mas o menos felices. Se
abandonan fórmulas vivas para adoptar otras, desprovistas aun de vida. Los iniciados de todos
los templos generalmente utilizaron los textos santos del país que les pertenecía, o de la nación
que los hospedaba. En la India, son los Vedas y los textos de Manu, en el Tíbet los Tantras, en
China el Tao, en el Occidente cristiano se utilizan las fórmulas de la Gnosis, las invocaciones
sacadas de las viejas “Clavículas” cabalísticas o más sencillamente del Antiguo y del Nuevo
Testamento. Así, son particularmente utilizados: los Versículos del Génesis, los Salmos, el
Evangelio según San Juan, el Apocalipsis, los textos sacados de las ceremonias católicas [Oficio
del Espíritu Santo, Salmos de Penitencia, etc.]

Esa rectificación era necesaria para la buena comprensión de las reglas que servirán para
elaborar los rituales teúrgicos que siguen.

[1] - No objetivo, sino subjetivo.

[2] - "Muchas imágenes tomadas prestadas a varios órdenes de cosas muy diferentes pueden, por
la convergencia de su acción, dirigir la consciencia sobre el punto preciso donde hay una cierta
intuición a discernir", nos dice Bergson en su Introducción a la Metafísica. Ese es el interés oculto
de las letanías, crear una cadena de imágenes...
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III - LAS "EXISTENCIAS" DIVINAS

La Existencia positiva:

Los Sephiroth en los Cinco Mundos

1°) Atziluth

Volvamos a nuestro “observatorio” metafísico de todo momento. Coloquémonos sobre el


“Umbral de la Eternidad” [Kether] y dirijámonos hacia el Ain-Soph-Aur, la “Luz Vacía e
Ilimitada”.

Estamos ante la primera “Puerta”, aquella que conduce al NO-SER. Y desde esa “Puerta”,
mediante uno de los primeros artificios sagrados que constituyen el “Arte de la Kabbalah”, va a
surgir EL SER, o DIOS “Manifestante-Manifestado”, pues vamos a evocar a DIOS...

Si queremos ver la Luz Negativa, infecunda y fría, mutarse en Luz Positiva, fecunda y caliente,
situémonos, con nuestra imaginación, en el seno de una nube blanca como la nieve, inmóvil, sin
calor y sin frío, sin sabor ni olor. Estamos “en el blanco”. Sólo, esa “luminiscencia” general, que
nos permite distinguir todo ello, es la prueba que llegamos a los límites del Ain-Soph-Aur [1].

Solamente entonces, ante nosotros, en medio de la brillante blancura de la nube, veamos nacer
un gran triángulo de luz dorada: imaginémoslo translúcido, pero deslumbrante como el más
deslumbrante sol de verano, vivo, caliente, brillante... Ese Triángulo se nos va a convertir en vivo
y palpitante como un maravilloso “corazón” perteneciente a otro mundo.

Y súbitamente, en el interior de esa “imagen”, sentimos la presencia del ABSOLUTO, su primera


manifestación, pues el Triángulo simbólico está vivo, más vivo que todos los seres ordinarios.
Hemos alcanzado una nueva concepción, un nuevo “estado” de SER, y eso es ATZILUTH.

¿Qué es entonces Atziluth, el plano de la Pureza Divina? Es en él donde nos reencontraremos,


en el curso de nuestras primeras deducciones metafísicas, las actividades esenciales del
ABSOLUTO.

[1] - Es necesario que el estudiante viva esos estados del alma para comprenderlos...

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Aparece nuestro Triángulo de Oro, luminoso y vivo. Imaginemos que ahí nace, adornado de
todos los detalles, abrigado por todos los colores ideales, una "imagen", el rostro de un majestuoso
Anciano de tez morena como el bronce, con la cabellera y la barba abiertas y mas blanca que la nieve, de
ojos azules "como el cielo de los cielos en su brillo".

Atziluth es también el mismo DIOS, tal como lo definimos durante nuestras conclusiones
teológicas comunes; es el DIOS - ÚNICO, bajo todos sus aspectos, sin duda, pero sin contacto
con las Criaturas. Atziluth es el conjunto de las “Personas Divinas”. Visualicemos, pues.

Sostengamos esa “imagen” al máximo, contemplémosla largamente. Vamos a verla sobresalir de


nuestra imaginación, vivir con una vida independiente, un poco como si no hubiésemos hecho mas
que llamarla.

Estamos en la presencia de Aquél que la Kabbalah llama “El Anciano de los Días”, la “Cabeza
Blanca”, el “Anciano de Ancianos”, la “Existencia de las Existencias”, la “Inteligencia Admirable y
Oculta”, la “Gloria Primera”.

¡Démosle un nombre, pues! Y el Hebraico, la lengua sagrada de la Kabbalah, nos sopla su


misterioso Nombre: “EHEIEH”, “AQUÉL QUE ES”.

Ain Soph, según Isaac Luria, era la “Luz Omnipotente y Altísima, Infinita, que ningún
pensamiento o especulación humana puede alcanzar, y cuya existencia estaba oculta a todo
intelecto, que existía antes que todas las cosas manifestadas, creadas, formadas y hechas por la
emanación, en la cuál jamás hubo tiempo, y que jamás tuvo origen, pues Ella siempre existió,
permanece y permanecerá siempre sin comienzo ni fin”.

Atziluth, es entonces DIOS que se oculta y se reviste de una “forma” antropomórfica, para
desvelarse mejor ...

Esa primera “manifestación” es KETHER, en hebraico: “La Corono de Eternidad”. KETHER es


la fuente de TODO. Todo lo que vamos a describir ahora ha surgido de KETHER y KETHER es
él mismo y al mismo tiempo el aspecto inferior del INFINITO no manifiesto, y el aspecto superior
del INFINITO manifiesto.

Por KETHER pasa y repasa el ser, yendo de DIOS a la Materia y de la Materia a Dios, de lo
“posible” a lo “real momentáneo” y de lo “real momentáneo” al “eterno infinito”.

Pero nosotros ya sabemos, y ello por el raciocinio teológico, que Dios es “tres en uno”. Nos
queda buscar las dos otras “imágenes”. Entonces habremos contemplado lo que el Sepher-hah-
Zohar llama el MACROPOSOPO, o “Gran Rostro” [grupo de Ancianos de los Días], constituido
por el Anciano de Ancianos y por la “Balanza” o Dupla [alusión a la dupla que forman los dos
platos de una balanza y la búsqueda del equilibrio perfecto que a ella se liga]. Esa Dupla será

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llamada “Dupla Superior” y está constituida por el PADRE y la MADRE, ambos salidos del
ANCIANO.

Retomemos nuestra contemplación, fijemos el divino Rostro de la “Gloria Primera”. He aquí


que, dulcemente, el Santo Rostro del majestuoso Anciano se vela y de deshace, y el Triángulo de
Oro luminoso reaparece lentamente. Pero por poco tiempo, pues, esfumándose nuevamente
surge una nueva “imagen”. Dejemos que se torne precisa, y nos encontramos ahora en la
presencia del Rostro de un Ser mas joven, de frente ancha, con barba castaña o clara, la cabellera
oscura, abierta alrededor de la cabeza, de mirada profunda y dulce.

Es el Anciano que acabamos de ver, rejuvenecido, o mejor ¡Su HIJO! Y, efectivamente, es el “Hijo
del Padre” ... Su Nombre es “la Gloria Segunda”, el “Padre Supremo”, o “Poder Creador”. Y esas
calificaciones le definen muy bien.

Esa segunda “manifestación”, salida de la primera, es CHOKMAH, la “Sabiduría Divina”.


Nosotros la acogeremos por el Nombre Divino que le es propio: “IOH IEOHOUAH”, o sea en
hebraico, palabra a palabra, “Tú, el Ser de los Seres”, o también “el Dios de los Dioses”.

Si contemplamos también el Rostro de la “Segunda Gloria”, lo veremos diluirse seguidamente,


fundirse, desaparecer. Y de la Gloria luminosa y dorada del gran “Triángulo” evocatorio, he aquí
que parece surgir una nueva “imagen”. Lentamente, tomando mayor definición de las formas,
del color, al mismo tiempo que con mayor vida, he aquí que aparece el rostro de una mujer.
Grave y dulce, sombrío y benevolente, el Rostro de la “Gran Madre”, querida por los pueblos
antiguos, resplandeciente. Es el rostro de una mujer madura, de una “madrona”, bella y joven a
pesar de todo. En ella, adivinamos ver la Virgen que ella fue la Mujer que es, la Madre que será,
esa última palabra con su sentido de abuela, acogedora, protectora. Y estaremos perfectamente de
acuerdo con esa misteriosa influencia que de ella emana e irradia, sintiendo en nosotros una
curiosa mezcla de amor filial, amor platónico y de adoración intelectual. Visualicémosla como la
mujer de carne que habríamos encontrado varias veces, la compañera de nuestra adolescencia,
la amante idealizada, la colaboradora de nuestros trabajos y nuestras investigaciones, y la
madre, confidente de todos los momentos [1].

Como ya habíamos presentido en nuestras primitivas meditaciones [simples sueños al azar en el


dominio de la Metafísica], la “Madre” sale del “Padre”, como el “Padre” salió del “Anciano de
los Ancianos”.

Nombrémosla pues, es BINAH, la “Inteligencia Divina”, es Dios en su tercer y último aspecto


mayor, aquél que la Kabbalah llama también como “IEOHOUAH ELOHIM”, o sea “Ella, los
Dioses”, o también “El Ser de los Seres”, pero en femenino, al mismo tiempo siendo
CHOKMAH el masculino.

La llaman también “La Inteligencia Santificada”, o “Fundamento de la Sabiduría”, la “Criatura


de la Fe”, la “Sombría Madre Estéril”, y al mismo tiempo la “Brillante Madre Fecunda”. Y

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finalmente, el “Trono de la Sabiduría” de las Letanías de la Virgen, y en Hebreo “Marah”, el
“Gran Mar” ...

[1] - Es importante que esas figuras parezcan iluminadas por dentro.

Esas Tres “Personas” Divinas son, pues, los Velos, las Máscaras, que el ABSOLUTO reviste ante
la criatura para que ella pueda visualizarlo. Es, en metafísica, lo “paralelo”, el “ejemplo”, que el
maestro cita para mejor hacer comprender al alumno.

Pero nos engañaríamos mucho si imaginásemos tres seres diferentes, teniendo cada uno su
personalidad propia. Es solamente en la Teodicea Cristiana que el "Padre” es diferente del
“Hijo”, y que el “Espíritu Santo”, procediendo entonces de su mutuo amor, es
consecuentemente separado de los dos primeros aspectos del Dios-Uno.

En la Kabbalah, esa escisión del ABSOLUTO no existe, y sostenerla sería un error fundamental.
“Escucha, oh Israel, el Eterno Dios Tuyo es UNO ...” nos dice la Escritura. Y esto es verdadero. Pues
DIOS siendo todo es mucho mas que “tres” imágenes ... Él se revela mediante tantas máscaras y
velos como forman las Emanaciones. Es por ello que, para comprender mejor ese misterio, que
la Kabbalah llama “Misterio de Misterios”.

Terminemos con un último ejercicio de visualización.

Visualicemos pues BINAH, la “Gran Madre”. Basamos su imagen en aquella que nace después
la de CHOKMAH, el “Padre de Todo”. Cuando seamos maestros en esas dos “formas de
pensamiento”, entonces visualicémoslas al mismo tiempo, de lado, primero y después frente a
frente. Las veremos de perfil, la derecha siendo el “Padre”, la izquierda la “Madre”. Entonces,
lentamente, dejémoslas desaparecer. Y al mismo tiempo que esas dos imágenes desaparecen,
entonces nace aquella del “Anciano de los Ancianos” ... Y tras ésta, nuevamente, el gran
Triángulo de Luz de Oro. Y cuando hubiera desaparecido ésta, la Gran Nube Luminosa y
Blanca. Estamos, nuevamente, ante el AIN SOPH AUR.

El “Sepher-hah-Zohar”, y especialmente el “Sepher Dzenioutha”, nos dice que antes del


Comienzo de Todo, “el Rostro no miraba al Rostro”. Es por esa oposición que nacieron los seis
“Reyes de Edom”, Potencias Metafísicas que no pudieron sostener la presencia de la “Gloria
Primera” [Kether] y se conviertieron en los “Vasos Rotos”. Esto permitió a Martínez de
Pasqually, en su Tratado de la “Reintegración de los Seres”, decirnos que en el Principio “Dios
emanó Seres espirituales que prevaricaron”.

Vino entonces el equilibrio de los dos platos de la Balanza. La Dupla compuesta del “Padre” y
de la “Madre” se armonizan en sus acciones y, entonces, nacen las emanaciones, más
armoniosamente concebidas. Son los “Reyes que van al encuentro de los otros Reyes” del
Sepher.
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Efectivamente, la Kabbalah, en sus imágenes tan vivas, muy orientales, llamó al conjunto de las
tres primeras “Personas” divinas el Macroposopo, o “Gran Rostro”. De ese Rostro, ella hizo
nacer una “Barba” simbólica, que es sinónimo de los “Reyes” oponiéndose a los Reyes de Edom,
de los “Miembros” del Microposopo [o “Pequeño Rostro”, situado debajo del primero], y que a
veces ella denomina como “Dupla Inferior” [por oposición a “Dupla Superior”: CHOKMAH-
BINAH], cuando ella la toma conjuntamente como una séptima emanación. Ese mismo
Microposopo lleva también el nombre de “Rey”, de “Novio”, cuando es evocado conjuntamente
con esa séptima emanación que seguidamente veremos.

Pues bien, así como la “Barba” nace de la parte inferior del rostro, de la propia carne, así también
las seis Emanaciones inferiores, habiendo sucedido a los seis reyes de Edom, nacen de las tres
“Personas” primitivas.

Así como todo pelo de la barba se alarga, cada célula constitutiva naciendo de la precedente, así
también nuestras seis Emanaciones secundarias nacen de las tres Emanaciones superiores.

Notemos aquí que la Kabbalah llama a esas Emanaciones, a esas personas simbólicas del DIOS
-UNO, esferas, en hebreo “Sephiroth”, en singular “Sephirah”.

Ahora bien, concebimos fácilmente que, puesto que esos seis Sephiroth secundarios nacen de los
tres primeros, ellos les son inferiores, sumisos, así como el hijo nacido del padre le es sumiso, así
como la rama salida del árbol le es inferior en importancia.

Podemos ver en la figura anterior la jerarquía de los Sephiroth, sus nombres, los “grupos”
simbólicos que ellos constituyen, las filiaciones que los unen unos a otros, etc ...

Volvamos a las “evocaciones” mentales ya utilizadas. Visualicemos al “Anciano”, su cabellera


de nieve brillante, su propia barba, sus ojos azules como “los Cielos de los Cielos en su brillo”. Y
hagamos brillar a su alrededor una brillante “Gloria” de oro, destacándose sobre la nube
plateada de nuestros primeros ejercicios.

Inmediatamente, porque esas “imágenes” son reales, vitalizadas por siglos de ejercicios rituales,
vemos realmente, perfilarse los hombros del “Anciano de los Días”, su pecho, toda la parte
superior de la silueta, recubierto de una túnica púrpura. Precisamos llegar a una visualización
perfecta donde el azul de los ojos, la plata de la cabellera y de la barba se destaquen sobre el
púrpura de la Túnica.

Entonces, nosotros “concebiremos” que los seis Sephiroth nuevos no se sitúan solamente en la
“Barba” simbólica, sino en todo el cuerpo, y si no distinguimos aun los pies, es porque no
estudiamos aun la última Emanación.

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En la Frente del “Anciano de los Ancianos”, adivinamos inmediatamente el brillo de KETHER,
la “Corono de la eternidad”. Y adivinamos que KETHER manifestándose, hacia nosotros, en
Atziluth, es la Frente, pero que KETHER, manifestándose hacia el Ain Soph Aur, proviniendo de
allí, ¡es la “Gloria” que brilla alrededor de dicha Frente! Así, KETHER es verdaderamente el
“Umbral de la Eternidad”.

Porque sabemos que BINAH y CHOKMAH nacen de KETHER, no hacemos más que
considerarlos detrás de la Frente, y efectivamente, ellos equivalen a los dos hemisferios
cerebrales y se manifiestan por los dos “Ojos”, puertas abiertas a lo real, lo concreto, órganos
que sirven exteriormente al cuerpo, la Inteligencia y la Sabiduría.

En los “Hombros” del “Anciano de los Ancianos” adivinamos que se sitúan otros dos Sephiroth,
cuya acción se prolonga en los “brazos” simbólicos. Nombrémoslos pues [Ver figura]. Son
GEBURAH, la “Justicia Divina” o “Rigor” y CHESED, la “Misericordia Divina”.

CHESED es a veces llamado GEDULAH, en hebraico “Amor, Gracia, Majestad”. Él es “La


Inteligencia Receptiva”, o también “La Inteligencia Cohesiva”.

GEBURAH es a veces llamado DIN, en hebraico “Justicia” o PACHAD “Temor”. Él es la


“Inteligencia Radical”.

De esos dos Sephiroth, parten dos “Fuerzas” misteriosas, dos magnetismos particulares. Son la
“derecha” y la “izquierda” de DIOS de las que habla la Escritura. Del pecho emana un tercer
magnetismo, o neutro, o equilibrado.

Efectivamente, el simbolismo generador que había presidido la personificación de CHOKMAH


y de BINAH se va a dar de nuevo.

KETHER se había desdoblado en esas dos nuevas Emanaciones. Ambas, CHOKMAH y BINAH,
se reflejan en las dos siguientes: CHESED [como CHOKMAH], que tiene por símbolo un “Rey
coronado, sentado en un trono, distribuyendo la Justicia”. Y GEBURAH [como BINAH] tiene su
opuesto: un “Rey armado, de pie, sobre su Carro”. Son el Rey pacífico y el Rey belicoso.

A su vez, CHESED y GEBURAH van a constituir un nuevo Triángulo, al contrario que KETHER
desdoblándose, fundiéndose, y de ahí nacerá entonces: TIPHERETH, la “Belleza Divina”, también
llamada la “Inteligencia Mediadora”. Ella tiene por imagen metafísica un “Rey Majestuoso”.
Seguidamente se acrecientan ahí sus diversas influencias, aquellas de un “Adolescente”, o de un
“Dios sacrificado”.

Es llamado también Zoar Anpin: el “Continente Menor”, por oposición a KETHER, exactamente
situado por sobre de él, pero que es el “Continente Mayor”, puesto que de él emanan todos los
demás Sephiroth.

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Él es también Melek: el “Rey”, Ben: el “Hijo” y Adam: el “Hombre”.

Nombrémoslo pues: “Eloah”, o sea el femenino singular de Elohim.

Y el mismo proceso emanador va a continuar con su juego. Habrá un desdoblamiento del último
término analizado [Tiphareth] en dos nuevos Sephiroth: NETZAH, la “Gloria” o “Eternidad” y
HOD, la “Victoria”. Es un desdoblamiento paralelo al de los Sehiroth superiores BINAH y
CHOKMAH y de GEBURAH-CHESED, quedando la columna izquierda BINAH-GEBURAH-
HOD y la columna derecha CHOKMAH-CHESED-NETZAH.

Seguidamente, la fusión de NETZAH - HOD dará lugar a un nuevo término: YESOD, o


“Fundamento”, y el desdoblamiento de KETHER, que genera TIPHARETH y YESOD, o el “Sol y
Luna” metafísicos, formando la columna central.

Esos Sephiroth son llamados por diversos nombres y poseen imágenes particulares:

NETZAH es la “Inteligencia Oculta” [las artes mágicas, las ciencias prohibidas], la visualizamos
bajo el aspecto de una “Bella Mujer joven desnuda”.

HOD es la “Inteligencia Absoluta y Perfecta” [las artes y las ciencias clásicas]. Como imagen es
visto bajo el aspecto de Mercurio Hermafrodita, de Andrógino.

YESOD es la “Inteligencia Pura” [o sea, la Intuición]. Su imagen es la de un “magnífico atleta


desnudo”.

Pero todos ellos no son mas que reflejos de la Sephirah central: TIPHARETH, el “Rey
Majestuoso”. Todos constituyen el “Microposopo”, el pequeño “Rostro”, la “Dupla Inferior”.
Admitamos un ejemplo, un poco heterodoxo, para captar mejor este aspecto del grupo de seis
Sephiroth en cuestión:

KETHER – CHOKMAH - BINAH son el “Gran Rostro”, el PADRE, y TIPHARETH,


manifestándose en CHESED – GEBURAH – NETZAH – HOD - YESOD es el HIJO, el “Pequeño
Rostro”.

Si queremos visualizar ese nuevo aspecto de la TRINIDAD, retomemos la contemplación ya


efectuada sobre el “Umbral” que es KETHER. Visualicemos la Nube de plata brillante, naciendo
después de su seno el Triángulo de Luz dorada, lo mayor posible. Entonces, ahora que estamos
suficientemente entrenados, nace, por sí misma, el “Rostro” del “Anciano de los Días”, el
Anciano Majestuoso, con la cabellera y la barba de plata, con la tez clara, los ojos azules, “como
los cielos en su brillo”, los hombros y el pecho cubiertos con una Túnica púrpura, imagen
iluminada de su interior.

47
Del mismo seno del pecho de la “Gloria Primera”, nace la “Gloria Segunda”, o HIJO [ya
manifiesto por CHOKMAH]. Su Rostro ya fue descrito. Ella está situada inmediatamente debajo
de aquella del Anciano de los Días, y su cabellera esconde un poco la barba blanca de éste. Su
túnica es blanca, de un blanco brillante como plata en el sol, y, con el fondo púrpura del Anciano
de los Ancianos, el contraste es aun mas acentuado.

He aquí pues el Pequeño Rostro sucediendo al Gran Rostro, o Microposopo naciendo de la “Barba” del
Anciano de los Días. Y es por eso que el color de su túnica es el de su Barba.

Concebimos ahora el esoterismo del Sepher-hah-Zohar, que nos afirma que no debemos tomar
al pie de la letra las metáforas de sus redactores ... Que las debemos despojar de todo
antropomorfismo ¡Y también, es mediante un nuevo antropomorfismo que podremos realizar
ese despojar!

Las mismas enseñanzas kabalísticas nos dicen que existe un último Sephirah, separado de todos
los demás. Es MALKUTH, el “Reino”. Observemos esa palabra cuidadosamente. Ella es
particularmente importante ...

MALKUTH, así como todos los otros Sephiroth, posee una expresión hebraica particular para
definirlo; es ADONAI MELEK, o “Señor Rey”. Es llamado también la “Inteligencia
Resplandeciente”, el “Umbral” [y por ello tiene una analogía evidente con KETHER, pues es por
él que se sale del “Mundo” material para remontar hacia lo Divino], el “Umbral de la Muerte” [y
esta es la segunda analogía con KETHER, puesto que, como este último, se pasa ese “umbral”,
para – dejando lo divino -, descender hacia las tinieblas y al Kenoma. Pues MALKUTH es,
también, la “puerta” que conduce hacia el “Mundo” material, hacia los QLIPHOTH, las
“tinieblas exteriores” ... ]. Es llamado también el “Umbral de la Sombra de la Muerte”, o
“Umbral de los llantos”, o “Umbral de Justicia”, el “Umbral de la Súplica”, el “Umbral de la Hija
de las Potencias”, el “Umbral del Jardín del Edén”, pues se refiere también a todos los dominios
que se puedan alcanzar sucesivamente, tomando, en una dirección o en otra, el camino de la Luz o
el de las Tinieblas.

Así como KETHER, MALKUTH es un lugar de paso, una puerta, un pórtico, que se franquea ...

Pero es también, y sobretodo, aquél que tiene por “imagen” una “joven, coronada, sentada sobre
un trono”. Es la MADRE INFERIOR, en relación a BINAH, es “Malkah”, la “Reina”, en relación
a TIPHARETH [el “Rey”], es “Kallah”, la “Novia” de éste, es la VIRGEN NEGRA de las
teogonías, es también la “VIUDA” de la Francmasonería, pues ella está, en parte, separada de su
ESPOSO. ¿Cómo? Por la propia función que le es atribuida, de “Puerta”. Necesariamente abierta
hacia el “lado sombrío” [los QLIPHOTH o Sephiroth infernales], esa doble naturaleza la separa de
una unión con el ESPOSO.

48
Es por eso por lo que el “Nombre Divino” que la Kabbalah le da, o sea ADONAI MELEK
[“Señor y Rey”] se dobla con otro Nombre Divino: ADONAI HAH ARETZ, el “Señor de la
Tierra”.

Sabemos, pues, que ella es la Reina, la Novia y que, como tal, forma una sección distinta en el
grupo de las diez Emanaciones Sephiróticas. Es porqué ella es la Esposa del Microposopo, La Hija
del Macroposopo, la Viuda del Dios sacrificado de Tipharet.

Retomemos nuestras visualizaciones habituales. Contemplemos largamente al PADRE, vestido


de púrpura. Sobre su pecho, el rostro del HIJO, vestido de nieve brillante. Sobre el pecho de este
último nace el Rostro de la Esposa, de la Madre, de la Hija, Rostro de joven, de cabellos oscuros,
de ébano, con rostro de vivos colores, los hombros y el pecho velados de negro. Contemplemos
esos Tres Rostros Santos, colocando unos debajo de otros. Sobre ese triple fondo, negro, blanco y
púrpura, tenemos los tres estadios del ÁRBOL SEPHIRÓTICO, los tres siguientes grupos:

AIN
AIN SOPH
AIN SOPH AUR ...
KETHER El "MACROPROSOPO", el "Grupo del
EL PADRE BINAH CHOKMAH Anciano de los Dias", la "Dupla superior"

GEBURAH CHESED El "MICROPROSOPO", "Rey", el "Novio",


EL HIJO TIPHARETH el "Esposo", de la "Dupla Inferior", el "Dios
HOD NETZAH Sacrificado".
YESOD

EL ESPÍRITU La "ESPOSA DEL MICROPROSOPO", la


SANTO MALKUTH "Novia", la "Reina", la "Viuda" de Dios
[Parácleto] Sacrificado. El "Umbral".

Hacia los QLIPHOTH


¯

La Escritura nos dice que la “Mujer” fue extraída del costado del “Hombre”, durante su sueño. Y a
continuación, los Evangelios Cristianos nos enseñaron que el Hombre y la Mujer serán dos en una
sola carne. La primera Mujer es llamada Heva “Viva”, y los radicales Hebreos que constituyen la
palabra presiden igualmente la palabra “sueño”. De ahí surge el esoterismo del mito adámico.

¡Es que MALKUTH es la carne de TIPHARETH, que la Reina es la carne del Rey! ... En el costado del
MICROPOSOPO está el ESPOSO. MALKUTH es pues, al mismo tiempo, un Sephiroth, el último
de los “Árboles de la Vida”, y un segundo Árbol de la Vida, tan elevado, respecto al primero, su
reflejo, su sombra, o su doble, como se verá ...

49
Así como la Mujer surge del costado de su Esposo, ella está unida a él mediante las espaldas.

En ese Árbol secundario, se encuentran reflejados todos los Sephiroth del Árbol primitivo.

Así, MALKUTH es también la “Shekinah”, o “Presencia de Dios”, pues todos los atributos del Árbol
primitivo se encuentran representados en una sola Séphirah. Sondeemos el vocablo
“representado”. Encontramos en su interior la palabra “presente”.

Así se ilumina el vocablo “ELOHIM”, “Ella los Dioses”, ¡palabra femenina singular, asociada a un
masculino plural! ¡Y ADONAI MELEK [“Señor Rey”], es también ADONAI HAH ARETZ [“Señor
de la Tierra”]! La Creación material sale de MALKUTH, y es la “persona” divina que ahí
preside. El Mundo es la Obra de la “Reina”, de la “Madre”, de la “Viuda”; es por ello que las
Diosas [Isis, Deméter, Cibeles, etc ...], presiden la Tierra, no solamente el planeta Tierra, sino la
Tierra Universo.

Eso nos conduce hacia otro misterio, perteneciente a una religión mas reciente, el Cristianismo.
La unión mística de CRISTO y de su IGLESIA no es otra cosa que las nupcias del “Rey” y de la
“Reina”, la unión de MALKUTH y de TIPHARETH [TIPHARETH, considerado como la síntesis
de un “cuerpo” metafísico del cuál él es la cabeza y GEBURAH - CHESED y YESOD, los
“miembros”], la unión del ESPOSO y de la ESPOSA.

Sobre la noción de “presencia” que constituye el gran misterio de la “SHEKINAH”, vamos a dar
un ejemplo simple. Él constituirá la mejor introducción al estudio del segundo “mundo”
emanado: aquél de BRIAH, que sigue al de ATZILUTH.

Supongamos un reino terrestre, muy común. El pueblo, ocupándose de sus asuntos, es la


creación material, los “Hombres”, representante del Poder Supremo, la “Realeza” y por sobre el
pueblo hay la autoridad administrativa: policía, funcionarios públicos, etc. ... Son los Ángeles,
las Dominaciones, etc. ... de la Teodicea clásica. Después viene la “persona” misma del Rey. Y se
comprende que allí donde se encuentra, esta monarquía, él es la manifestación viva, activa y,
sobretodo, él está en todas partes, expresada por: el Soberano, sus Funcionarios, las
Divulgaciones administrativas, etc ...

Como la Monarquía-principio es así, invisible, pero por todas partes presente o representada, así la
DIVINIDAD es expresada por sus Atributos, Emanaciones, Criaturas, pero ella es personificada y
localizada, mediante una serie de “misterios” esenciales, de los cuáles aquél de la “Shekinah”
constituye el mayor.

2°) Briah

El “mundo” de ATZILUTH expresa la PUREZA DIVINA, revelándose a través de las


“Personas” divinas.

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Entre esas “Personas”, se distinguen dos series. Una expresa los tres supremos atributos de
Dios. Sus “imágenes”, para representar mejor la espiritualidad, no tienen cuerpos, sino
solamente cabezas o “rostros”. Es el MACROPOSOPO. La otra, para mostrar el lado inferior de
esas “personas” secundarias, tiene por imágenes siluetas completas, con miembros, tronco, etc ...
Es el MICROPOSOPO. De ahí que la experiencia espirita quiere que los “espíritus” que se
manifiesten bajo la forma de un ser humano completo designen desencarnados recientes, muy
próximos aun al plano físico. Por otro lado, aquellos de los cuáles no se distingue mas que la
cabeza o busto, expresan grados diferentes en la espiritualidad y la separación del plano
material. De ahí las alas simbólicas de los ángeles, o las “cabezas aladas” de los Querubines
alegóricos.

Con el “mundo” de BRIAH, penetramos en un dominio claramente inferior del de ATZILUTH.


Allí, cada “plano” sephirótico, cada Sephiroth, no es ya personificado por una persona divina, o
ELOI [“eloi” es el contrario masculino de “elohim” y “eloha” es el femenino singular]. Al
contrario, es un ESPÍRITU SEPHIRÓTICO, o ARCÁNGEL, que manifiesta, mediante una
criatura más próxima a nosotros, la Fuerza Divina de dicha Sephirah.

Así, añadiendo EL o IAH [terminaciones masculinas y femeninas significando dios o diosa], la


lengua hebraica tiene el mismo equivalente que las terminaciones griegas teos o tea, significando
“divino”, o aquél que las mismas terminaciones latinas deus o dea. Es suficiente tomar el nombre
de cada Sephirah y añadir esos vocablos. Se tiene, entonces:

KETHERIEL
BINAEL CHOKMAEL
GEBURAEL GEDULAEL
TIPHARIEL
HODAEL NETZAEL
IESODIEL
MALKUTAEL

De la misma manera, expresando atributos divinos diferentes de éstos, se obtienen para cada
Séphirah:

METRATON
ZAPHKIEL IOPHIEL
CAMAEL TZADKIEL
RAPHAEL
MIKAEL HANIEL
GABRIEL
SANDALPHON

51
[SANDALPHON siendo sustituido por el nombre de EMMANUEL en ciertos esquemas].

Se puede concebir el principio del Arcángel como siendo el mismo que aquél de un “Espíritu
Colectivo”, espíritu de “colectividades” que observaremos después en el “mundo” de YETZIRAH.

Así, en una familia, cada uno de los miembros tiene su propia personalidad, pero por numerosa
que sea ella, el ambiente general, construido de gustos comunes, hace que todos esos seres se
encuentren religados entre sí: interés, herencia, residencia común, orígenes, etc. ..., constituyen
lo que se llama apropiadamente “el espíritu de familia” . Ese ambiente general es, más o menos, la
imagen del Arcángel Rector de una “familia metafísica”.

Así, igualmente, cada célula de nuestro cuerpo tiene su vida propia, su objetivo, su utilidad, sus
cualidades y sus defectos, fisiológicos o psicológicos, y cada una tiene su alma, microcosmos,
reducción del gran alma que es la nuestra. Pero esta última, nuestra alma total, constituye el
“Arcángel Rector” de todas nuestras pequeñas almas celulares [1].

3°) Yetzirah

En virtud de lo que antecede, vamos a reencontrar un cuarto Árbol Sephirótico, el de


YETZIRAH. En él, los Nombres divinos expresan “Personas” divinas, los Arcángeles
representan esas “Personas”. Sin embargo, son varias “colectividades”, células constitutivas del
Arcángel, microcosmos constitutivos de ese macrocosmos que es la Egrégora viva en BRIAH.

Son las siguientes, dispuestas como antes según el esquema sephirótico:

HAIOTH HA KODESCH
OPHANIM ARALIM
SERAPHIM HASMALIM
MALAKIM
BENI ELOHIM ELOHIM
CHERUBIM
ISCHIM [2]

Todos esos nombres hebraicos son expresables en castellano. Así, los Haioth Ha Kodesch son
“Los Santos Animales” de Ezequiel, los Ophanim: “Las Ruedas Fulgurantes”, los Aralim: “Las
Potencias”, los Hasmalim: “Los Dominios Resplandecientes”, etc. ...

[1]- El Totemismo y la Heráldica se ligan a esa teoría espiritual.


[2]- Recordemos que los Ischim siendo almas humanas glorificadas, no figuran en el Gran Árbol
del esquema titulado "El Gran Árbol de la Vida en Yetzirah". Por eso, la ausencia de Malkuth en
ese esquema.
52
Todas esas Razas de Seres Espirituales son totalmente diferentes de la Raza Humana, tan
extraños como un insecto o un cetáceo en relación a una planta o a un compuesto químico. Y hay tanta
distancia entre una fórmula química de un cristal y una partitura musical, entre una
composición musical y una pintura y una estatua, como entre un Aralim y un Ischim y un
Ophanim.

Situar a esos “Seres” y quererlos comparar empleando ejemplos comunes, equivaldría a


pretender situar algo “entre Marsella y el Pentecostés”, según la feliz expresión popular ...

Es entonces cuando interviene MALKUTH, el “Reino”, LA ESPOSA, la “IGLESIA” de los


Cristianos, o la “REINA” de los Kabalistas ...

Sabemos que él refleja un ÁRBOL SEPHIRÓTICO entero en sus costados, y que vamos a poder
encontrar un paisaje con tres dimensiones, familiar a nuestra comprensión humana, que nos
expresa de otra manera lo que es empleando palabras deformadas y vacías de sentido común.

Comprender todas la vida interior de dicho REINO, es comprender la KABBALAH, por entero,
es captar el mecanismo de la TEURGIA, poseer la clave de las palabras de poder. Y eso, nos
conducirá al estudio del mundo de: ASIAH.

4°) Asiah

¡Dejemos ahora las “regiones espirituales” que frecuentamos hasta el presente! Descendamos y
situémonos en MALKUTH, en el propio seno del “REINO”. Estamos en el Universo, Universo
que subentendemos doble, medio espiritual y medio material.

En efecto, MALKUTH refleja en sí mismo a los Sephiroth superiores [a los cuáles no tenemos
acceso directamente]. Es por ello por lo que MALKUTH está claramente separado del
MICROPOSOPO.

Pero él refleja igualmente esas Fuerzas en los planos inmediatamente subyacentes. Y el papel
que tienen los ESPÍRITUS SEPHIRÓTICOS, o Arcángeles, y por los propios SEPHIROTH, lo
vamos a reencontrar. Él será dado por:

1º) Las Órdenes [diez] de las Almas Humanas Bienaventuradas, los Ischim, para los Coros
Sephiróticos.

2º) Los Patriarcas Simbólicos, los Reyes, los Evangelistas, los Arcángeles, rectores de las Órdenes
Sephiróticas, pues los mismos Nombres de esos personajes, que se pretende que hayan sido
seres humanos ahora reintegrados, son “Nombres de Poder”, válidos únicamente en ASIAH, tal
como lo dice discretamente Martínez de Pasqually.

53
3º) Las “Esferas” siderales [planetarias, zodiacales] para los mismos Sephiroth. Y también ahora,
sus Nombres Hebraicos son “Palabras de Poder”, tan poderosas desde el punto de vista mágico
como los de los Sephiroth.

Dejemos ahora toda la palabrería y estudiemos cuidadosamente los Cuadros de correspondencias en las
próximas páginas. Ellos nos revelarán más que cualquier reflexión crítica ...

5°) Cuadros de correspondencias

CUADRO GENERAL DE CORRESPONDENCIAS


DE LOS SEPHIROTH
"Nombres de Poder" de los Atributos Sephiróticos en los 4 Mundos

Sephiroth Aziluth Briah Iesirah Aziah


Eheieh Keteriel
KETHER Iod Mettatron Haioth Ha Kodesh Rashit Ha Galgalim
Ioh Serpanim
Iod Ieovah Hokmael
CHOKMAH Iah Jophiel Ophanim Masloth
El Ratziel
Iaoh
BINAH Ieovah Elohim Binael Aralim Sabbathai
Ieshou Shadai Zaphkiel
CHESED El Hoesediel Hashmalim Zedek
Ieovah Zadkiel
Agla
GEBURAH Elohim Gibor Geburael Seraphim Madim
Elohim Helion Camael
Ieshouah Samael
TIPHARETH Eloha Va Dath Tipheriel Malachim Schemeah
El Gibor Raphael
NETZAH Ieovah Sabaoth Netzael Elohim Nogah
Ararita Haniel
HOD Elohim Sabaoth Hodiel Beni Elohim Kokhab
Ieovah Mikael

YESOD Shadai Yesodiel Cherubim Levanah


Ieovah Tsebaot Cabirel
Adonai Melek Emmanuel
MALKUTH Elohim Sebaoth Melkoutael Ischim Holomiesodoth
Mesiah
Sandalphon

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CUADRO GENERAL DE CORRESPONDENCIAS
DE LOS SEPHIROTH
________________
Significados

KETHER: Corona HAIOTH HA KODESH: Seres Santos


CHOKMAH: Sabiduría OPHANIM: Ruedas
BINAH: Inteligencia ARALIM: Potencias
CHESED: Misericordia HASMALIM: Dominadores Resplandecientes
GEBURAH: Rigor SERAPHIM: Potencias de Fuego
TIPHARETH: Belleza MALACHIM: Reyes de los Cielos
NETZAH: Gloria, Eternidad ELOHIM: Dioses de los Cielos
HOD: Victoria BENI ELOHIM: Hijos de los Dioses
YESOD: Fundamento CHERUBIM: Conductores
MALKUTH: Reino ISCHIM: Bienaventurados, Almas Glorificadas
METATRON
KETHERIEL: Corona de Dios SERPHANIM: Príncipe de los Rostros
CHOKMAEL: Sabiduría de Dios JOPHIEL: Mensajero de Dios
BINAEL: Inteligencia de Dios ZAPHKIEL: Visión de Dios
CHESEDIEL: Misericordia de Dios ZADKIEL: Justicia de Dios
GEBURAEL: Justicia de Dios CAMAEL: Rigor de Dios
TIPHARIEL: Belleza de Dios RAPHAEL: Remedio de Dios
NETZAEL: Gloria de Dios HANIEL: Gracia de Dios
HODIEL: Victoria de Dios MIKAEL: Reflejo de Dios
YESODIEL: Fundamento de Dios GABRIEL: Obra de Dios
MALKUTH: Reino de Dios MESSIAH: Salvador
EMMANUEL: Enviado de Dios
SANDALPHON: Elogio de Dios
RASHIT: Esfera del Primum Mobile
MASLOTH: Esfera de las Estrellas Fijas
SABBATHAI: Esfera de Saturno
ZEDEK: Esfera de Júpiter
MADIM: Esfera de Marte
SCHEMEAH: Esfera del Sol
NOGAH: Esfera de Venus
KOKHAB: Esfera da Mercurio
LEVANAH: Esfera de la Luna
HOLOMIESODOTH: Esfera de la Tierra

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"SIGNIFICADOS DE LOS NOMBRES DIVINOS"

EHEIEH................................................."Tú, que fuistes, eres y serás".


IOD........................................................."Tú".
IOH........................................................."Tú Solo" el "Dios Vivo".

IOD IEOVAH........................................"Tú, el Ser de los Seres".


IAH........................................................."Esencia de Tí mismo".
EL............................................................el "Dios".

IEOVAH ELOHIM..............................."Dios de los dioses, Ser de los Seres".

IESCHOU SHADAI................................"Salvador Omnipotente".

EL............................................................"El Dios, mi Dios".


IEOVAH.................................................."Ser de los Seres".

ELOHIM GIBOR...................................."Dios Fuerte".


ELOHIM HELION................................."Dios Altísimo".
IESHOUAH............................................."Salvador de los Seres".

ELOHAH VA DATH..............................."Dios de mi Sabiduría".


EL GIBOR..............................................."Dios Fuerte, mi Dios".

IEOVAH SABAOTH..............................."Dios de los Ejércitos del Cielo".


ARARITA................................................"Dios Inmutable".
ELOHIM SABAOTH..............................."Dios de los Dioses del Cielo".

SHADAI..................................................."Omnipotente".
IEOVAH SABAOTH..............................."Dios de los Ejércitos del Cielo".

ADONAI MELEK....................................."Señor y Rey".


ELOHIM SABAOTH..............................."Dios de los Dioses del Cielo".

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PAPEL Y ACCIÓN DE LAS POTENCIAS SEPHIRÓTICAS MANIFESTÁNDOSE EN
"YETZIRAH"

Nombre Coro Acción


Hebraico Angélico
Dan y reparten el principio de la vida universal, manifiestan la
Haioth Ha Serafines “Gloria” de Dios, constituyendo sus Rayos. Dan al Hombre la
Kodesh perfecta conexión con el Amor Divino, permitiendo con ello
permanecer fijo en Ellos.
Ordenan y resuelven el Caos primordial. Ellos dan al Hombre la
Ophanim Querubines luz del pensamiento, la fuerza de la Sabiduría, los altos ideales y
las figuras por las que podemos ver aquí abajo las cosas divinas.
Mantienen en el seno de la Materia sutil las Formas y la
Aralim Tronos Ordenación Primordial establecida por los Ophanim. Ellos dan al
Hombre el sentido de Unión, la fuerza de su reunión y
recogimiento. Ellos permiten a nuestra Memoria asociar los
Espectáculos que nos preparan los Ophanim.
Aseguran la representación efectiva de la Efigie de los Cuerpos y
Hashmalim Dominaciones los perpetúan. Dan al Hombre la fuerza interior necesaria para
vencer al Enemigo Interior y para alcanzar el fin que le es
asignado.
Producen los Cuatro Elementos sutiles: Fuego, Aire, Agua y Tierra.
Seraphim Potencias Dan al Hombre su apoyo contra los Enemigos exteriores de su
forma corporal.
Producen el Reino Mineral, los Metales, las Gemas y son el alma de
Malakim Virtudes toda la medicina mineral. Dan al Hombre la fuerza necesaria y le
dan la recompensa para la cuál él peregrina aquí abajo.
Producen el Reino Vegetal y dan sus virtudes a los sencillos. Dan
Elohim Principados al Hombre la sumisión de todas las cosas y atraen éstas para él por
una virtud celeste y secreta.
Producen el Reino Animal y dan sus virtudes a los animales. Al
Beni Arcángeles Hombre dan el dominio sobre todas las cosas a las que tiene
Elohim derecho, según su naturaleza y las circunstancias de su creación,
gobernar: animales de la tierra, animales de las aguas, animales del
aire, etc. ...
Presiden la génesis de los Hombres como individuos y los
Querubim Ángeles conducen a la Vida Eterna. Ellos los hacen anunciadores de las
voluntades divinas e intérpretes de ese pensamiento, dándoles
para ello el discernimiento moral.
Dan a los Hombres la Inteligencia y la comprensión de las Cosas
Ischim Almas Divinas, así como las facultades en las artes y conocimientos
Glorificadas comunes. Ellos les protegen corporalmente, les aconsejan

57
espiritualmente, constituyendo en ellos ese eco que es la memoria
y la experiencia hereditarias.

LAS IMÁGENES "MÁGICAS" DE LOS ARCÁNGELES


___________________

"KETHER”
“Figura de un Hombre con el Rostro brillante como el Sol en su fuerza, teniendo
Metatron dos cuernos también brillantes, sobre la frente, semejante al bronce en fusión desde
Serpanim los pies a la cintura, y al fuego o más brillante desde la cintura a la cabeza. Él tiene
en su diestra una Caña de Medir, y en la siniestra, un Cordón de lino inmaculado”.

"CHOKMAH"
Jophiel “Hombre semejante a la más brillante luz, vestido con una larga Túnica
inmaculada, con el Cinto de Oro, los Cabellos más blancos que la nieve iluminada
por el Sol, los Ojos con llamas ardientes, los pies brillando como el bronce de una
fogata encendida, teniendo en su Mano derecha “Siete Estrellas” de seis puntas,
una Espada de dos filos saliendo de sus Labios”.

"BINAH"
Zaphkiel “Hombre semejante al bronce brillante, vestido con una Túnica de lino blanco,
teniendo un tintero en la mano”.

"CHESED"
Tzadkiel “Ángel con cuatro alas blancas inmaculadas, vestido con una larga Túnica de color
púrpura, teniendo una Corona en una mano y un Cetro en la otra”.

"GEBURAH"
Camael “Ángel con cuatro alas blancas inmaculadas, vestido con una larga Túnica de color
Uriel naranja, llevando una espada entre las manos extendidas con las palmas hacia
arriba, ante una llama chispeante”.

"TIPHARETH"
Mikael “Ángel con cuatro alas blancas inmaculadas, vestido con una larga Túnica de color
(Raphael) blanco dorado, pisando el Dragón, teniendo una palma y un estandarte blanco en
el cuál está una Cruz Roja”.

"NETZAH"
Haniel “Ángel con dos alas blancas inmaculadas, vestido con una larga Túnica de color
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Anael rosa, llevando dos Rosas Blancas en un pliegue de ésta”.

"HOD"
Raphael “Ángel con dos alas blancas inmaculadas, vestido con una larga Túnica de color
(Mikael) verde gris, llevando una red de pescar en una mano y con la otra conduciendo a
un Niño que lleva en gran Pez”.

"YESOD"
Gabriel “Ángel con dos alas blancas inmaculadas, vestido con una larga Túnica de color
blanco azulado, llevando con sus Manos una Lámpara de color rojo rubí
encendida”.

LOS "SEPHIROTH INTERIORES DEL 'REINO'”


__________________________

Malkuth, constituyendo el “Reino”, reservado a las Almas humanas bienaventuradas y


glorificadas [“Gran Comunión de los Santos”], ve constituirse en sí mismo, según la Tradición
Kabalística, un segundo Árbol Sephirótico, interior. Efectivamente, esa Sephirah es al mismo
tiempo la base [“pies”] del Árbol General, y su doble [“dorso”], como se oponen el anverso y el
reverso de una Medalla.

En cada uno de los diez Sephiroth interiores de Malkuth, se reparten las diez Categorías
agrupando el conjunto de los “Ischim” [Coro de Malkuth], o sea las Ocho Beatitudes, las cuáles
se juntan en las dos categorías extremas, comprendiendo la entrada en ese Árbol y esa Sephirah,
y su salida, el pasaje hacia un “Orden” de Seres Santos diferentes de los “Ischim”.

Zodíaco Sephiroth Beatitudes Categorías o Coros Secundarios


Secundarios [1]
Malkuth / Kether La "Corona" Los "Gloriosos"
1° Movil Malkuth / Chokmah La "Herencia" Los "Pacíficos"
Saturno Malkuth / Binah La "Incorrupción" Los "Justicieros"
Júpiter Malkuth / Chesed La "Potencia" Los "Benevolentes"
Marte Malkuth / Geburah La "Victoria" Los " Triunfantes"
Sol Malkuth / Tiphareth La "Visión" Los "Puros"
Venus Malkuth / Netzah La "Gracia" Los “Misericordiosos"
Mercurio Malkuth / Hod El "Reinado" Los "Ricos"
Luna Malkuth / Yesod La "Alegría" Los "Bienaventurados"
Tierra Malkuth / Malkuth La “Predestinación" Los "Elegidos"

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[1] – Esas “Beatitudes” son aquellas de las que hablan los Evangelistas y que Agripa relaciona en
su “Cuadro Octonario”. No hacemos más que expresar claramente esa “beatitud”, que es
habitualmente definida [de una manera errónea], por la cuál ella fue retribuida aquí abajo.

Actuamos igualmente para cada una de las categorías correspondientes de los Elegidos. Para
completar la Década Sephirótica, mencionamos lo que los Teólogos llaman la Iglesia Militante, o
sea las almas aun encarnadas, pero ya “elegidas”. Después subimos hasta la décima, la
“Corona” suprema, que llamamos “los Gloriosos”.

ACCIÓN DE LAS DIEZ ÓRDENES BIENAVENTURADAS


____________________________

I. - Los "Gloriosos" – Manifiestan la gloria divina en sus Obras humanas. Nos auxilian contra los
“Falsos dioses” y nos permiten descubrirlos y vencerlos.

II. - Los "Pacíficos" - Nos permiten luchar contra los "Espíritus de la Mentira" y vencerlos. Dan
al Hombre la paz del corazón y del alma.

III. - Los "Justicieros"- Facilitan la retribución de nuestros Actos. Nos orientan para la expiación
de nuestras faltas y de nuestros errores. Nos imponen las pruebas purificadoras y también nos
permiten librarnos del yugo demoníaco de los "Vasos de Iniquidad" que nos auto imponemos y
que sería eterno sin esas expiaciones.

IV. - Los "Benevolentes"- Nos tornan misericordiosos e indulgentes, nos permiten beneficiarnos
de la Misericordia divina, y nos permiten vencer así a los malos ángeles "Vengadores de los
Crímenes".

V. - Los "Triunfantes" - Nos tornan equitativos y justos, sin debilidad. Ellos auxilian al Hombre
en su lucha contra los "Prestigiosos" y le hacen vencerlos.

VI. - Los "Puros"- Nos dan aquí abajo una comprensión de las cosas divinas, nos elevan hacia la
Verdad Absoluta, nos hacen concebir y comprender a Dios, de dónde el emana. Nos hacen
vencer a los ángeles y a las "Potencias del Aire".

VII.- Los "Misericordiosos"- Tornan al Hombre caritativo y compasivo, le hacen comprender y


asimilar la noción del Amor Divino, difundido en sus criaturas. Nos auxilian a vencer las "Furias
sembradoras de Males".

VIII.- Los "Ricos"- Nos libran de las cosas de aquí abajo, y nos hacen dar a los bienes de este
mundo su justo valor. Ayudan al Hombre a vencer a los ángeles "Acusadores y Ejecutores".

60
IX. - Los "Bienaventurados"- Nos dan los consuelos morales necesarios para soportar las pruebas
de este mundo, nos auxilian a vencer las tentaciones que extienden bajo nuestros pasos los
ángeles "Tentadores y Espías".

X. - Los "Elegidos" - Aunque no pertenezcan aun al "Reino de los Cielos", estando todavía
encarnados aquí abajo, esas almas ya están ligadas, por alguna misteriosa predestinación, a
dicho "Reino". Ellas nos auxilian para volver a aproximarnos a Dios, nos consuelan, nos
aconsejan y manifiestan con su ejemplo los deberes que son también los nuestros. Son nuestros
"Guías" tangibles aquí abajo. Ellas nos permiten vencer a las "Almas Malvadas", nuestros malos
consejeros de este mundo.

6°) El Ser y el No Ser

Si intentamos resumir el doble aspecto de Dios que nos hacen percibir las dos teologías,
afirmativa y negativa, nos encontramos ante estos cuatro grupos:

1º- Dios, como la totalidad de la Manifestación, pero también como atributos impermanentes y
condicionados.

2º- Dios, como la totalidad de las posibilidades de la Manifestación, pero también con atributos
absolutamente permanentes e incondicionados.

3º- Dios, como la totalidad de las posibilidades de No-Manifestación, atributo absolutamente más
allá de toda concepción imaginable, y más allá de la pluralidad y de la unidad.

4º- Dios, no siendo ni “conocedor” ni “no conocedor” de los diversos modos de Manifestación,
el Inconsciente Divino [1]

Esos cuatro estados se reencuentran en el Hombre, y René Guénon nos da estas relaciones: “El
estado de vigilia, que corresponde a la manifestación grosera; el estado de sueño, que corresponde
con la manifestación sutil; el sueño profundo, que es el estado “causal” e informal. A ese estado se
añade a veces otro, aquél de la muerte o de sueño extático, considerado como intermediario entre
el sueño profundo y la muerte” [2].

[1]- ¿Qué es Dios? Dice Buda. “Sólo Él lo sabe, tal vez ni Él ...”. Es a ese aspecto de lo Divino que
se aplica el 4º aforismo anterior. Y Mohyiddin Ibn Arabi declara: “No hay nada, absolutamente
nada, que existe fuera de Él [Allah], pero él comprende su propia existencia sin que esa
comprensión exista de una manera cualquiera”. [Tratado de la Unidad].

[2]- René Guénon: "El Hombre y su devenir según el Vedanta".


61
De esa manera se presenta pues el Dios de la Kabbalah en los tres “vacíos”: Ain Soph Aur, Ain
Soph y Ain.

Pero esos tres términos son ellos mismos susceptibles de permitirnos reencontrar, más allá de
sus abstracciones, la suprema Realidad, inmanente, eterna. Que se juzgue.

Es tradicional, en Kabbalah, buscar el significado secreto de una frase, constituyendo una


palabra clave con el auxilio de la primera letra de cada una de aquellas que la componen. De
esto trata el Notarikon.

Pues bien, si contraemos el Aleph [A], la Shin [S] y el Aleph [A], iniciales de Ain Soph Aur,
obtenemos la palabra “Asha”, significando en hebraico: Fuego Ardiente [1].

El segundo término: Ain Soph, da “Ash”, o sea en hebraico: “Él es” [2].

El tercer término: Ain, no da más que una letra: Aleph. Pues bien, en los alfabetos fenicios, ella
era representada habitualmente por una “cabeza de toro”. Eso nos da el último significado...
Sabemos del simbolismo del Becerro de Oro [el becerro es un toro virgen...] cuyo culto era, a los
ojos de los sabios de Israel, “la abominación de las abominaciones”... Acordémonos de “la Bestia
con frente de Toro” ... Acordémonos de Melkart, o del Molok cartaginés, devorador de los niños
en el seno de su fogón, del Molok que era un toro de bronce ...

De lo que precede, podemos deducir que el Dios de Israel está bien expresado en el simbolismo
del Templo de Jerusalén.

En el Santo de los Santos, tras el Velo Púrpura, no había claridad, la obscuridad reinaba. Es el Ain
Soph, el vacío oscuro. “Las Tinieblas serán mi dominio” nos dice el Deuteronomio. Su nombre es
Iaveh: “Él es”. Es el No Ser, el Abismo primitivo.

En el Templo, ante el Velo, está el Candelabro de Siete Brazos, el sagrado luminar. Es el Ain Soph
Aur o “Fuego Ardiente”. Y Moisés, que lo vio con esa imagen, en la zarza de fuego de Horeb,
nos dice: “Dios es un fuego que quema ...” Y la Revelación precisa más: “Tú no puedes ver mi
Rostro sin morir ...”.

Respecto a los altares de los sacrificios de animales, ellos tienen en los cuatro ángulos cuernos
taurobólicos, porque son emblemas de los lugares y de los medios de destrucción de la vida,
religados a Ain.

[1]- "Es el aspecto del Eterno como siendo un fuego devorador ...” [Éxodo, XXIV, 17, 18]
[2]- "Entonces, Dios dijo a Moisés: “Tú dirás a los hijos de Israel: Aquél que se llama Yo Soy me
envió hacia vosotros ...” [Éxodo, III, 14]

62
IV. - LA "QLIPHAH"

"La PUREZA sólo se encuentra en el Paraíso o en el Infierno".


[San FRANCISCO de SALES]

El Árbol de la Muerte

MALKUTH es el “nádir” de la evolución, el punto mas bajo, en “ASIAH” que el Ser en curso de
elaboración puede normalmente afrontar. Su aspecto extremo es pues el “Mundo”, pero el
“Mundo” de las Almas, llamadas a remontar hacia KETHER. Vimos que esas almas,
necesariamente encarnadas, llevan durante esa encarnación, el nombre de la última categoría de
los Ischim, aquél de Elegidos. Frente a ellas, y en el “Mundo” se encuentran en oposición, las
“Almas Malvadas”, sintetizando esas dos categorías de vanguardia en el eterno combate del
BIEN y del MAL. Igualmente, dos potencias se oponen: HELI, que fue Henoch, Juan Bautista, y
todos los grandes conductores de la Humanidad, y BEHEMOTH, la personificación de todos los
anticristos encarnados permanentemente. Ese último es también la “Gran BESTIA”, aquella que,
conforme el Apocalipsis, tiene el “Número” 666.

Pero, por estar situado en el último grado del ÁRBOL DE LA VIDA, MALKUTH está en
contacto osmótico con el ÁRBOL DE LA MUERTE, El Árbol invertido. Así como se llama al
Árbol Secundario de MALKUTH, la “Reina”, la “Novia”, la “Virgen”, la “Esposa” del
Microposopo, se da a ese Árbol invertido un nombre análogo pero contrario, QLIPHAH, la
“Prostituta”.

Efectivamente, es ese vocablo hebraico el que continuamente aparece en las expresiones


metafóricas de los profetas, postrando al pueblo cuando él se degrada o abandona el
“CAMINO” del Señor. ¡Y es ese mismo término que emplea el Apocalipsis para designar a la
BESTIA y vamos a ver que ese término no era de ninguna manera una expresión exotérica
inconscientemente escogida por ascetas que odiaban las mujeres o exageradamente puritanos!

Todo lo que en la Vida está corrompido, contrario a los eternos designios del ABSOLUTO,
eternamente rechazado por Él, debe ser expulsado y esa especie de “excrecencia” metafísica
tiene lugar en el Árbol invertido, EL ÁRBOL DE LA MUERTE [por oposición al ÁRBOL DE LA
VIDA], pasa de ser ESPOSA a PROSTITUTA ...

Pues no ignoramos que DIOS en quién residen todas las “posibilidades” buenas y malas, por el
hecho de su Omnisciencia absoluta, obra, por toda la ETERNIDAD, una discriminación eterna entre lo
que Él retiene, escoge, adopta y realiza mediante sus “Emanaciones” y lo que Él rechaza, refuta y
reprueba.

63
Lo que Él rechaza constituyen las potencias Malvadas, esos siniestros “REYES DE EDOM” que
existían antes que nada de lo que hubiera salido de la Nada. Son las COPAS rotas de las que nos
habla el Zohar.

En esa fracción de MALKUTH, en contacto con la parte superior de la QLIPHAH [y que es el


Malkuth de ésta, puesto que el Kether de QLIPHAH está evidentemente situado muy abajo ...],
los excrementos cósmicos no pueden renacer en los planos de la forma organizada antes de
haber encontrado el equilibrio, y la eterna función que le está asignada. Hay, pues, un Mundo de
los Qliphoth [plural de QLIPHAH], una “esfera” que no es el “Infierno”, sino el “Purgatorio”. Es
un reservorio de fuerzas desorganizadas, provenientes de las formas destruidas y rechazadas
por la evolución. Es de ese reservorio de fuerzas, que son acostumbradas a construir, y por una
consecuencia natural actúan ahí prontamente, nos dice Dion Fortune, que las “Cáscaras”,
entidades imperfectas, atraen sus vehículos. Todas las entidades que se manifiestan durante las
evocaciones mágicas subterráneas, donde existe un carácter necromántico, son parcialmente
construidas con esa substancia particular del CAOS.

Esa evolución y esa involución pueden constituir un periodo muy largo. ¿Tal vez eterno?.
Efectivamente, el judaísmo esotérico afirma la preexistencia de las almas. Toma sus argumentos
[sin ir más lejos], tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento. Citemos de memoria el célebre
pasaje del Deuteronomio [XXIX, 14, 15], en el cuál Moisés se ve obligado a dar a su pueblo la
siguiente justificación:

“No es por vosotros solamente que hice esa alianza y esas execraciones, sino también por todos
aquellos que están PRESENTES ante el Señor nuestro Dios, pero que AÚN no están con nosotros”.

Y también esto:

“Y alabé mas aun a los muertos que a los vivos, y juzgué mas felices que ellos aun a aquellos que
no nacieron aun, y que jamás vieron los males que se realizan bajo el sol”. [6° Sabiduría: VIII, 19,
20].

Manasés Ben Israel en su “De Creatione”, cita el siguiente pasaje de Gemara Chagiga:

“En el cielo empíreo hay la morada de la vida y de la paz, donde se encuentran las almas de los
justos y de los espíritus celestes, y también de las almas que deben ir al mundo”.

EL "REINO DE ABAJO" Y LOS "QLIPHOT"

Al Árbol sephirótico manifestándose en Malkuth, corresponde un Árbol invertido, que no es


más que su reflejo tenebroso. La Tradición Kabalística clasifica en él los “seres perversos” en
categorías correspondiendo a las diversas clases de “Bienaventurados” o a los diversos Coros
angélicos.

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Sephiroth Sephiroth Nombres de los Archidemonios [2]
iluminados opuestos sombríos o "Seres Perversos"
"Qliphot" [1]
1- Malkuth / Kether El "Valle de la "Falsos Dioses" Belzebud
Muerte"
2-Malkuth / El "Valle del "Espíritus de Pitón
Hokmah Olvido" Mentira"
3-Malkuth / Binah El "Valle del "Copas de Iniquidad" Belial
Sueño"
4-Malkuth / Chesed Las "Puertas de la "Vengadores" Asmodeo
Muerte"
5-Malkuth / La "Sombra de la "Prestidigitadores" Satán
Geburah Muerte"
6-Malkuth / El "Pozo del "Potencias del Aire" Meririm
Tiphareth Abismo"
7-Malkuth / Netzah El "Excremento" "Furias Abbadon
Sembradoras"
8-Malkuth / Hod La "Perdición" "Acusadores Astharoth
Ejecutores"
9-Malkuth / Yesod La "Fosa" "Tentadores y Espías Mammon
10-Malkuth/ El "Mundo" "Almas Malvadas" Anticristos
Malkuth [los]

[1]- Éstos son los nombres hebraicos a utilizar en los textos ritualisticos para designar esas
categorías:
1- Gehenomoth 4- Ozlomth 8- Abron
2- Gehenoum 5- Irashtoum 9- Sheol
3- Gehenne 6- Bershoat 10- Aretz
7- Tit Aisoun

[2]- Éste es el significado de esos Nombres demoníacos:


1- Belzebud = "Antiguo dios" xx 6- Meririm = "Demonio del Mediodía"
x
2- Pitón = "Serpiente" xx 7- Abbadon = "Devastador", "Exterminador"
x
3- Belial = "Sin juicio", "Apóstata", xx 8- Astharoth = "Espía"
"Rebelde" x
4- Asmodeo = "Ejecutor" xx 9- Mammon = " Codicioso"
x
5- Shatan = "Adversario" xx 10- Behemoth = "La Bestia"
x

65
ACCIÓN DE LAS DIEZ ÓRDENES DEMONÍACAS

"Falsos Dioses"- Intentan hacer culto de idolatría, desviando al Hombre de la verdadera Gnosis.
Pretenden ponerse en el lugar de Dios y de sus Emanaciones para inducir el error. Causan los
fanatismos religiosos, las persecuciones ideológicas y la destrucción de las obras del espíritu.

"Espíritus de Mentira"- Engañan al hombre con pseudo-profecías, oráculos mentirosos, ilusiones


de la razón, conclusiones filosóficas o metafísicas mentirosas. Hacen errar a los responsables de
la conducción de los pueblos, los jefes religiosos.

"Copas de Iniquidad"- Llamados también “Copas de Cólera”, siembran el odio entre las criaturas,
las incitan a perjudicarse, inspiran los descubrimientos que permitirán activar esos diversos
males, la ambición desmedida, la envidia generadora de guerras y rupturas. Perturban las
amistades, diluyen el amor.

"Vengadores de los Crímenes"- Encarnan la “fatalidad” maléfica, encarnizándose en hacer encallar


todo lo que el Hombre imagina de bello y bueno. Perjudican la evolución moral y material, el
progreso. Manejan el destino ciego en lo que tiene de más nocivo para las criaturas vivas,
dirigiendo los accidentes y desencadenando las catástrofes.

"Prestidigitadores"- Deshacen los milagros reales, facilitan a los pseudo-magos sus realizaciones
efímeras y engañadoras, desencaminan a los filósofos que no sostienen una verdadera ascesis,
asustan a los temerarios durante la iniciación individual, infestan los lugares dichos “lúgubres”,
incomodan a los santos y a los ascetas, para hacerles retroceder en el verdadero camino de la
salvación.

"Potencias del Aire" [1]- Desencadenan los flagelos de tal forma que sus efectos destructivos sean
ampliados. Son los elementos motores del rayo, del granizo, del huracán, de las tempestades
marítimas, de los terremotos, etc. ... Liberan las energías naturales de improviso, generando las
explosiones, el fuego, las inundaciones, etc. ...

"Furias Sembradoras de Males"- Causan la discordia y la guerra, acentuando con ello la obra
maléfica de los “Vengadores de los Crímenes”. Realizan los preparativos para éstos. Causan la
desolación, el pillaje, la revolución sangrienta y destructora de todo. Excitan el instinto homicida
en el corazón de los hombres.

"Acusadores y Ejecutores"- Inspiran las calumnias, causan las maledicencias, siembran desgracias.
Facilitan la tarea de los espías, dirigen su espíritu hacia el objetivo buscado más ignorado, para

[1]- Éter o Astral de la Materia.

66
Poder generar una revelación cualquiera, de grandes maleficios. Son los pseudo-guías de los
adivinos inferiores e inspiran los juicios erróneos, suscitadotes de revueltas y de violencias.

"Tentadores"- Despiertan en el corazón del Hombre las diversas tentaciones susceptibles de


retrasar su caminar hacia la Salvación espiritual. Valorizan, mediante los juegos de la
imaginación, todo aquello que puede facilitar su tarea. Inspiran los espectáculos, escritos, artes
diversas susceptibles de despertar en el Hombre una atracción cualquiera hacia los bajos
instintos: lujuria, codicia, orgullo, pereza, etc.... Son los guías de los escritores pornográficos, de
los políticos odiosos, de los filósofos inmorales o amorales.

“Almas Malvadas”- También encarnadas aquí abajo, esas potencias animan los cuerpos de
aquellos que facilitan la tarea de las potencias malvadas, inspirando, dirigiendo, la acción
material necesaria para la ejecución de sus ocultos designios. Marcan a los “poseídos”
intelectuales, a los perversos, a aquellos que desvían a los seres sinceros del camino normal.

"NOMBRES DE PODERES" Y "NOMBRES DEMONÍACOS"

Cuando se opera teúrgicamente en el Malkuth del Árbol principal, se utilizan las diez categorías
en las cuáles se reparten los “Ischim”, oponiéndose a las dies categorías de “Seres perversos”
repartidos en el seno de los Qliphoth.

Éstas son las oposiciones fundamentales para el establecimiento de todo “conjuro” cabalístico
poniendo esas “Fuerzas” en acción.

Sephiroth Nombres Divinos Nombres de los Patriarcas


En "particulares" Simbólicos rectores
Malkuth de esos Sephiroth De las "Órdenes"
Kether Iod Adam Sem
Hokmah El Seth Arphaxad
Binah Shadai Enos Salé
Chesed Ieovah Cainam Heber
Geburah Helion Malalael Phaleg
Ieshu
Tiphareth El Bagour Eloim Jared Reu
Asser Eheie
Netzah Ararita Enoch Sarug
Hod Eloah Vadath Mathusa Nachor
Yesod Iaveh Zidkerub Lamech Tharé
Malkuth Ieovah Ioah Noé Abraham

67
Observación: continuación de la tabla página anterior.

Coros secundarios de Qliphoth Categorías secundarias Nombres


los "Ischim" regidos secundarios de las "Almas demoníacos rectores
por esos Patriarcas en Aretz Malvadas" de esas clases
[1] [2]
Los Gloriosos Gehenomoth Thamachim Samael
Los Pacíficos Gehenoum Chaigidel Belzebud
Los Justicieros Gehenm Satorichim Lucifer
Los Benevolentes Ozlomoth Ganichiloth Astaroth
Los Triunfantes Irashtom Gralabim Asmodel
Los Puros Ber Shoat Tagarinim Belphegor
Los Misericordiosos Tit Aisoun Harab Seraphael Bel
Los Ricos Aebron Samaelim Adramalech
Los Bienaventurados Sheol Gamalielim Lilith
Los Elegidos Aretz Reschaim [3] Nahema

[1] – Éstos son sus nombres en español, ordenados: “Espíritus de Revuelta” – “Espíritus de
Mentira” – “Espíritus de Falsedad” – “Espíritus de Impureza” – “Espíritus de Cólera” –
“Espíritus de Discordia” – “Cuervos de la Muerte” – “Vengadores” – “Obscenos”.
[2] - Dados con toda reserva. [Tradición bastarda y sospechosa].
[3] - Los Reschaim [o elementales], se subdividen en cuatro categorias secundarias:
-Geburim [violentos] o Salamandras [fuego].
-Rephaim [cobardes] o Silfos [Aire].
-Nephelim [voluptuosos] u Ondinas [Agua].
-Anacim[revoltosos] o Gnomos [Tierra].

LAS "IMÁGENES MÁGICAS" DE LOS QLIPHOTH

No es sin haberlo deseado por mucho tiempo que entregamos al público el Cuadro que sigue.
Efectivamente, las “Imágenes” de los Sephiroth Sombríos fueron publicadas en las obras de
hermetismo de antes, pero ninguna de ellas tuvo otra utilidad que la de la talismania material.
Son los antiguos textos gnósticos los que nos permitieron identificar esas “Imágenes” y darles su
verdadero origen.

Si el estudiante de la Alta Ciencia tiene aun algún escrúpulo, que observe simplemente qué
diferencia existe entre esas figuras, casi todas con rostros animales y siempre dotados de
atributos equívocos y sospechosos, con las “Imágenes” de los Arcángeles dadas en la página 70.

Finalmente, lo principal: un último consejo.

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Suplicamos al estudiante de la Alta Ciencia que jamás intente la meditación, la visualización o la
evocación [ni siquiera mental, por divagación muy prolongada] sobre esas Fuerzas. Razón, salud,
felicidad, en poco tiempo no le quedará nada de ello. Que haga caso de mi experiencia de veinte
años en esos dominios. Hay corrientes, fuerzas, irradiaciones con las cuáles no se trata
impunemente. Existen caminos que conducen a la locura o a la muerte tan ciertamente como la
de los tóxicos...

Nombre de la Nombre del "Imagen Mágica" de la Quliphah


Qliphah Demonio Rector
"Mujer vestida de púrpura y de escarlata,
Tierra Aretz Behemoth ornada de oro, de piedras preciosas y
[el "Mundo"] [la "Bestia"] perlas, teniendo una copa y sentada sobre
una hidra escarlata con siete cabezas y diez
cuernos".[1].
"Mujer cornuda, montada en un toro,
Sheol Mammon vestida de blanco y de verde, en su derecha
Luna [la "Fosa"] [la "Lujuria"] tiene una flecha, en su izquierda un espejo.
Dos serpientes se enroscan en sus cuernos,
y una en cada uno de los piés y de sus
manos".
Mercurio Abron Astharoth "Hombre a caballo sobre un pavo, teniendo
[la "Perdición" ] [el "Espía"] piés de águila, una cresta sobre la cabeza,
teniendo fuego en su mano izquierda".
Tit Aisoun Abbadon "Mujer con cabeza de ave y los piés de
Venus [el [el águila, teniendo una flecha en la mano
"Excremento"] "Exterminador"] izquierda".
Bershoat Meririm "Rey coronado, sentado sobre un trono,
Sol [el "Pozo del [el "Demonio del teniendo un cuervo en su seno, un globo
Abismo"] Mediodía" ] bajo sus piés, vestido de amarillo".
Irasthoum Shatan "Hombre armado, montado sobre un león,
Marte [la Sombra de la [el "Adversario"] teniendo en su mano derecha una espada
Muerte"] desnuda y en su izquierda la cabeza de un
hombre".
Ozmoloth Asmodeo "Hombre con cabeza de carnero, piés de
Júpiter [las "Puertas da [el "Ejecutor"] águila, vestido de amarillo".
Muerte"]
Gehena "Hombre con cabeza de ciervo, sentado
Saturno [el "Valle del Belial sobre la pedra de imán, y ésta sobre un
Sueño"] [el "Rebelde"] dragón, teniendo los piés de un camello, a
su derecha una hoz y a su izquierda una
flecha".
Gehenoum Python "Leopardo teniendo siete cabezas y diez

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Urano [el "Valle del cuernos, con piés de oso y la boca de león".
Olvido"]
Neptuno Gehenomoth Belzebud "Dragón rojo teniendo siete cabezas y diez
[el "Valle de la [el Viejo Dios] cuernos".
Muerte"]

[1]- La mujer que figura en Aretz es la Qliphah propiamente dicha, la “Gran Prostituta” del
Apocalipsis. Ella es la oposición irreductible de Kallah, la “Novia”, la “Virgen”, de Malkuth, la
Esposa divina de Adam-Kadmon. Si Kallah es la “Jerusalén Celeste”, el “Reino”, dominio de los
Ischim, Qliphah es la “Babilonia infernal”, el Kenoma que será destruído al final de los tiempos.

La Bestia que la lleva es el mismo Árbol de la Muerte. Los diez cuernos son las diez ramas
simbólicas, y las siete cabezas son los siete principios negros de los cuáles dimos las “Imágenes
Mágicas”.

Se observará también que hay diez cuernos, pero sólo hay siete cabezas, siendo que tres de los
qliphoth, los tres últimos, no tengan de hecho, imágenes simbólicas. Ellos son, invertidos, los
tres Ainim superiores: Ain, Ain Soph, Ain Soph Aur. O, tal vez, son los mismos, situados en las dos
extremidades del Ouroboros Divino.

70

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